Subido por [email protected]

El distinguido sportsman

Anuncio
El distinguido Sportsman
Carlos Arniches
CARLOS ARNICHES
y
ENRIQUE GARCÍA ÁLVAREZ
E^NTRKPvlES
ORIGINAL. Y
E: IM
PROSA
MÚSICA DEL MAESTRO
VALVEROE
(hijo)
f^^^i
80CIEDAI) DE AT3TORE8 ESPAÑOLES
Núñez de Balboa, 12
leoe
EL DISTINGUIDO SPORTSMAN
Esta obra es propiedad de sns autores, y nadie posin su permiso, reimprimirla ni representarla
en España ni en los países con los cuales se hayas
celebrado ó se celebren en adelante tratados internacionales de propiedad literaria.
Jjos autores se reservan el derecho de traducción.
Los comisionados y representantes de la Sociedad
de Autores Españoles son los cxicargados exclusivamente
de conceder ó negar el permiso de representación
del cobro de loa derechos de propiedad.
Queda hecho el depósito que marca la ley.
drán,
EL OISTINGÜIBO SPORTSMAN
ENTREMÉS CON MÚSICA
Y
ORIGIIMAL.
GARLOS ARNIGHES
y
EfM
PROSA
ENRIQUE GARCÍA ALVAREZ
uiúsica del maestro
VAlLVERÍIÍÍ (hijo)
Estrenado en
el
TEATRO DE APOLO
la
noche
Noviembre de 1906
^-
MADRID
8.
VBL43CO.
IMP., líABQÜllS
DB SANTA ABA,
1 eU/ono número Jf/
I906
11
OCF
d'íl
22 de
REPARTO
ACTORES
PERSONAJES
DOÑA EUSEBIA
CATALINA
Sra. Vidal.
Seta. Garrido.
UNA AGUADORA
Carceller.
APRENDIZA
Niña Peló.
SIXTO
Sb.
ANTONIO
UN SEÑOR CURIOSO
CAMILO
PÉREZ
UN POLLO ELEGANTE...
UN TENDERO
UN GUARDIA DE CABALLERÍA
UN LESIONADO
UN MOZO DE CORDEL
o n ti veros.
Rüiz DE Arana.
Mesejo.
García Valero.
MlHURA Alvarez.
Manzano.
Carrión.
Sánchez.
González.
Iranseuntes
Las indicaciones del lado del actor
Paia esta obra se ha estrenado una decoración por
Sr. Martínez Garí.
cenógrafo
el
es
€xcmo. Sr. Conde
fil
Caballerizo
Nuestro
muy
fílayor...
Del Corujo
que $u germano
distinguido amigo:
Los transcendentalísimos problemas que se desenvuelven
en esta obra no han sido comprendidos por el público ni por
la
prensa periódica.
Varias concausas de orden puramente etnológico han con-
currido á este fin; y decimos etnológico como hubiéramos
pfodido decir
En
efecto,
cacahués torraos.
señor Conde, la mentalidad de nuestro público
no ha llegado todavía á aquel alto nivel que se precisa para
la fácil comprensión de las ahstrusas urdimbres que
forman
en su siniestro enlace los obscuros hilos de las pasiones hu-
manas; ó para expresarlo más claramente, á nuestras multitudes en su tosca perceptibilidad auditiva sólo llegan las
vibraciones isocrónicas de un rabel monocorde y
jamás
el
policrónico y multiforme sonido de las aterciopeladas sinfonías de las almas en
De
otro
modo no
celo.
se
comprende que
con que dijo su romanza
el
la anhelante ternura
distinguido actor señor García
Valero no arrancara una tempestad de palmas.
Fué
nuestro primer desengaño la noehe del estreno.
resto de la filosófica obra se deslizó
•una híbrida
El
como era natural entre
y desasosegada inquietud hasta su completo
de-
rrumbamiento.
¡Triste
decepción! ¡Cuántas
horas perdidas! ¡Cuántos
ideales destrozados! ¡Cuántas noches de insomnio!
que queman!...
607294
¡Cuántas
La
conducta severísima del público sólo pudo jvrstificarla
la idea
que
le
congregó, noticioso como estala de los altos
fines que en la obra se perseguían.
Lo único que pudo mitigar un tanto nuestra amargura^
hay que declararlo noblemente, fué el proceder de algunos
órganos de la prensa periódica que atenuaron nuestro fracaso con la elegancia de sus frases:
porquería!
¡Qué burrada! ¡Qué
etc., etc.
¡Ah, señor Corujo, y todo por no apellidarnos Wingarthen y Shouplin y Martchin!
En fin, pacencia. ¿Qué quedrán? (Estas frases son las
únicas que sabemos decir los autores cómicos según la
fama
maliciosa y pregonera).
Reciba, señor Conde, con benévolo afecto,
este pepinillo
de
nuestro teatro cómico contemporáneo y sabe que lo son suyos
muy
de veras,
Car/bs J^/i/c^es.
0/2r/</£/e
.^arc/a J^/c^arez.
v^aSs^-
.í/imílí/Kílí^^
EL DISTINGUIDO SPORTSMAN
un picadero, escuela de
una puerta grande
que dice: Paso al picadero.
Decoración: Interior de uua caballeriza en
equitación.
A
la derecha,
en primer término,
practicable y sobre ella an letrero
En
este
mismo lado y desde segundo término en
hasta perderse en
con
el
el foro,
comienzan
nombre de cada uno de
las pesebreras.
ellos
Los caballos de
verdad; los demás, pintados.
A
las
la
las plazas
línea
diagonal
para los caballos,
en un rótulo colocado sobre
dos
primeras plazas son de
izquierda, en primer término,
una mesa; sobre ella, un libro, recado de escribir, una botella y
uu vaso. Sillas junto á la mesa. A continuación, y fijas en la pared, perchas de guadarnés, con arreos, fustas, etc., y debajo uu
caballete con monturas de todas clases. Delante un banco de madera, y sobre él ó
tos,
próximo á
él,
según
cubos, cepillos, esponjas, gamuzas,
la
naturaleza
etc., etc
de
los obje-
Al foro izquier-
da, una puerta grande, de suficiente tamaño, para que por ella
pueda pasar nn caballo con su jinete correspondiente; esta puerta da á la calle. En lo alto se ve un letrero transparente que dice:
Caballos á pupilo. En el foro derecha, una puerta pequeña que
comunica con
el interior.
Es de día
ESCENA PRIMERA
ANTONIO, CAMILO y PÉREZ (mozos
(ai levantarse
mer
el telón,
del picadero)
aparece Camilo acabando de ensillar
el
pri-
un bocado con una gamuza, hacia el
foro izquierda, y Antonio, hojeando un libro en la mesa del primer
caballo; Pérez, limpiando
término izquierda.)
Música
Cam.
Siempre que hablo con tu padre,
suelo confundirme yo;
y por adiós digo «arre»
y
al pararle
Si quieres
porque
Pérez
Cam.
digo «sóo».
amores busca un sustituto,
un padre que es un adoquín.
ties
Plia-phn-phn.
j
Yo antes suponía que era yo muy bruto,
pero vi á tu padre y me gana á mí.
Ant.
i
Sí-sí-sí.
ÉREZ
Pérez
No conozco una morena
más resabia que Petrilla,
ni
ni
más
más
hostil, ni
más
jaca...
jacarandosilla.
Tiene unos andares y unos contoneos,
que aunque uno no quiera tiene que soñar;
porque ella despierta la mar de deseos
de cogerla un día pa ir á refrescar.
L3S TRES
Limpia
ese bocao
porque está osidao;
no seas dejao
ni desarreglao,
limpia ese bocao
porque está
osidao.
Kiau-riau-riau,
riau-riau-riau.
Hablado
Oam.
(saliéndose de la plaza.)
Bueno, ya está aviada
la Sarosa.
Ant.
Pues échale
la
manta y
déjala en su puesto.
obedece y queda el primer
puesta y encima la manta.)
(Camilo
silla
caballo
con
la
PÉREZ
Pero, escucha, Camilo; ¿qué montura Phas
puesto?
Cam.
íSilla
Pérez
¡Cómo
Cam.
española, según mandóme el amo.
ziya española! Zi te dijo que le puzieze er galápago.
¡Qué galápago dices tá! La silla fué lu que
Q'jandóme, señor.
Pérez
Cam.
Pérez
Cam.
Que er galápago te digo.
¡Que la silla, hombre! ¿T'apuesta algo?
Lo que quieras.
Va la apuesta. Si pierdes, pagas cuatro bu-
Pérez
¿Y
Cam
Si ganas, pagas tres.
tellas.
,
zi
gano?
Pérez
¡Gachó con er gayego
aprendido tú á apostar?
Cam.
En
Ya
Pérez
Ant.
Cam.
este!
¿Dónde has
los Jesuítas.
se conose,
Bueno, dejarse de cuestiones y tú limpia
ahora la Chispa, Camilo; que esté aviada pal
picadero, por si es caso.
Va como un
rayo,
(se
marcha hacia
el
foro dore-
cachazudo, canturreando, con un
cubo y un cepillo. Entra «un señor carioso», mira á
todas partes, los mozos le miran á él, y después de curiosear, se marcha. Camilo, que se ha detenido un
cha con
Pérez
paso
muy
momento, sigue su canrino.)
Ya está este bocaíto como la prata. (lo deja
encima de la silla al lado de la mesa y se pone á
limpiar unas correas.)
—
10
-
ESCENA
II
ANTONIO, PÉREZ, DOÑA KUSEBIA, CATAl INA
elegante por
el
y luego un
POLLO
foro izquierda
Eus,
Güeñas
Ant.
Alante.
Eus.
Cat.
(Á Catalina.) Pasa, cariño, pasa y recógete,
que esto está perdió. (Se remangan y entran.)
(^Entrando.) ¡Ay, mamita, qué peste! (se tapa
Eus
(con amargura.) ¡Való, hija
tardes. ¿Se
pué pasa?
las narices.)
apura er
míal
hasta las heses.
¿Quién son esas?
Tcnemos de
calis
Pérez
(á Antonio.)
Ant.
No
sé. (saliendo á su encuentro.)
Pa
SCrvir á US-
tedes.
Eus.
Ant.
Eus.
Joven, á usté le chocará que yo venga á una
cuadra.
Señora, está usté en su casa.
¡Ay, muchas grasias, está mu bien empleada! ero, ¡ay, joven, qué no se hará en este
mundo por una hija!
Pero asiéntensen. (ofreciéndoles las sillas.)
(Á Catalina.) Siéntate, arma mía.
Si, que estoy muy cansa. Con permiso, (se
i
Ant.
íCus.
Cat
sienta sobre la silla en
dando un
que está
el
bocado y
ee levanta
grito.) ¡¡Ayl!
Eus.
¿Pero qué ha sido, niña?
Cat
¡Ay, mamita, creo que un bocaol
¿Dónde?
No se asuste usté, que es que se ha sentao
Eus
Ani
.
Eus.
Ant.
Cat.
Eus.
encima. Tome usté otra. (Dándole otra siiia.)
¿Esa no muerde?
No, señora; está rota nada más.
No, me queo de pie; es mejor.
Como quieras. Pues vamos á nuestro ojeto,
joven.
Ant.
Eus.
Usté mande.
haría usté er favo de desirme si ha vento aquí á arquilá un caballo pa esta tarde
un jovensito que se yama Sixto Rubio Gabilondo, que mardita sea su estampa?
¿Me
Ant.
Me
permitirá
señora que hojee
la
de salidas para
EUS.
—
11
-
el
libro
ver...
Sí, señó; hojee, hojee. (Antonio se sienta á hojear
el libro; doña Eusebia se sienta á la parte de fuera de
la
mesa, y Catalina va hacia la derecha, mirando los
caballos.)
Pollo
el
dúo de 'La mala
(Entrando.) Bueuas tardes.
Felise, señor conde, (catalina
se vuelve ai oir lo
(viene por
el
tarareando
foro
sombra.)
«En
la cabesita
de un
Pérez
de *eonde» y
le
alfilerito...»
mira.)
Pollo
Avíame
Pérez
¿Va usté á dar picadero?
Unas vueltecitas. Oye, tú, ¿quién
Pollo
PÉREZ
Pollo
la Hornera, Pérez.
es esa chi-
quilla tan serrana?
No sé, acaban de yegar.
¡Vaya una mirada! (La mira haciendo un gesto
de compla ciencia, y se aproxima, entablando converruborizada y sonriente.)
sación; Catalina se vuelve,
Ant.
fA doña Eusebia.)
Aquí
costa, señora: «Salida?
para hoy: Cuatro tarde.
londo Sarasa.»
¡Cómo
Eus.
Ani
.
Eus.
Que
Sarasa\
se le
ha destinao
la
yegua Sarasa. Aho-
ra usté dirá en qué puedo servirla.
Sí, señó; seré esplícita. Y si tengo
argún arrodeo, usté disimule.
Ant.
Diga
Eus.
Miste, joven,
Ant.
— Señor Rubio Gabi-
que dá
usté.
que no sé con qué mañas ese
mardito Gabiiondo me cogió en la primera
vola á ese angelito der sielo y ahora tié usté
á esa criatura enamoraita d'él hasta las cachas, que ni come, ni duerme, ni sosiega y
que le cuesta la vía ese cariño, créame usté
á mí que le cuesta.
después de sonreír y co-
¡Caray, caray! (e1
PoIIo,
quetear con Catalina
diciéndola cosas en voz baja, la
coge de
la falda
para atraerla y ell»
le
da en
la
mano
eutre enfadada y sonriente.)
Eus.
(íLa
ha dao argo
Pero
lo sierto es
ese tío pa chiflarla? No sé.
que está loca por él, pero
—
loca,
y que
12
me
sión de ánimo,
se
—
muere de tristesa y de
pa-
(catalina se rie de algo que le dice
tapándose la cara con el abanico.) ¿Ella
sonreíy ¿KUa mira á otro hombre que no sea
Sixto? ¡Imposible! Ese Gabilondo me lo
mata. La creatnra es como yo pa queré. ¡Más
fiel que una báscula!
¡Cara3% earay! (catalina acepta decididamente las
el Pollo,
AnT.
.
Eus.
varas del Pollo y se deja coger la mano.)
Pues bien, ese
yo el hambre
poco con dos
porque le ha
pelota, porque
arma mía, al que le he matao
muchas veses, se ajuntó hase
Eus.
niños de la aribtocrasia, y
pegao un par de coses á una
ha dio ar Pardo en aurtomóvü
hasiendo el rencor en siete horas, se ha dedicao á los desportes, y por eso esta tarde se
quié dir á la Casteyana á cabayo á haseiTe
el amor á una niña bitonga, porque tié cuatro ochavos y medio, sin miramientoc á que
me está asesinando á ese angelito der sielo.
Bueno, pero en este asunto, ¿yo qué es lo
que pinto?
A eso vengo. Las cosas eraras. Yo traigo einCO duros aquí. (Se lo dice confidencialmente.)
(incorporándose con presteza.) ¿Dónde?
Y se los voy á dar á usté ahora mismo.
Bueno.
A condisión de que no vaya ese tío esta tarde
Ant.
á la Casteyana.
¿Pero cómo?
Ant.
Eus.
Ant.
Eus.
Ant.
Kus.
No
Ant
Eso no pué
Eus.
Como estos. (Abre el portamonedas.)
No va á la Castellana.
arquile usté er cabayo.
ser; ¿no ve usté que dejó señal?
Pero, en fin... (En voz baja.) ¿Dice usté que
le
cinco duros?
Ant.
Eus.
¿Qué va usté
Ant.
(Levantándose y llevándola aparte.) Muysencillo:
vez de la Sarasa,\Q
cambiarle el caballo.
á haser?
En
pongo la Chispa, una jaca loca, á la que le
dio un susto un tranvía en la Plaza de Colón
hace cinco años y que apenas ve la estatua,
pega un respingo y antes que meterse en el
paseo se quita de encima hasta las orejas.
j
—
Eus.
13
-
¡Superior! ¡Dios se lo pague á usté! La venganza es muy sabrosa. ¡Y quién sabe si un
escarmiento le vorverá á nosotros. Niña I...
¡
(Llamándola ain mirar.) ¡Niñal... (Distraída, habluudo
c
m
el Pollo,
Pollo
(Que
la
CaT.
I^y'
{'^^
no atiende.)
llaman.)
separa y se acerca á doña Eusebia.)
¿Qué
mamá?
Eus
'J
CaT
ele er pelo!
¡Dios se lo
00 arreglao; no pasea por la Casteyana. ¡Le
van á sortá una Chispa que le van á ensén-
pague á
usté!
(vuelve a acercarse
al
Pollo.;)
Eus.
x\nt.
Pues nosotras, ahora á la Casteyana, y como
no vaya, vorveré á cumplí mi palabra.
No va; conoceré yo á la Chispa. ¡Vayan uftés tranquilas! (e1 PoIIo
na y ésta
Eus.
se separa
le
besa
la
mano
& Catali-
rápidamente.)
Pues hasta luego, (ai volverse repnra en el Pollo.
qué poyo tan simpático!) Beso á usté la
(¡Uy,
Pollo
Cat.
suya, poyo.
(saluda.; ¡Señora!
Buenas
al dintel
Kus.
Cat.
Pollo
Ant.
Sus
Poilo
Ant.
Pollo
Ant.
tardes. (Se dirigen hacia
de
el foro
y al llegar
puerta vuelven corriendo y azoradas.)
la
que viene!
¿Dónde, dónde nos escondemos?
¡Donde usted quiera! Pero, ¿qué pasa?
Aquí, pasen aquí, al picadero.
¡Ay,
él, él,
(ai Pollo.)
Entra, entra. (Se meten por la primera derecha.)
(a Antonio.) ¿Pero qué es esto?
Ya se lo esplicaré, esa joven, que está ética
por uno.
¡Etica! ¡Caray con la etiguezl Pues yo no la
dejo. (Se mete también por la primera derecha.)
(Asomándose al foro izquierda.) Ya viene el Señor
Gabilondo. La verdá es que viéndole, es
cómo se esplica que haiga vuelto loca á esa
joven. ¡Vaya un tipo de hombre! Eso es una
cara y
una
figura arrogante, (vase por
tecilla del foro
derecha.)
la
puer-
—
14
^
ESCENA
III
SIXTO. Aparece por el foro izquierda vestido con traje de montar,
de americana, con exagerada elegancia que toca en los linderos de
lo ridiculo.
Trae puestas espuelas, fusta en
diente reloj
la
mano y
su correspon-
de pulsera
Música
Sixto
Nadie al ver mi tipo se creería
que nací en un pueblo de Almería
y que fui garsón
que
del hotel Golón^
se abrió hace más
de un año y medio
[en Castellón;
como
á veces el destino
tuerce á algunos seres el camino,
pero
estando en Buxot
con un tal Benot,
trastorné el sentido á
una
Gocot.
Y gracias á los conocimientos que ella tenía,
me dieron una placita en Gracia y Justicia.
Con
esto,
mi don de
gentes y un poco de
ahorré
trapicheo, parpadeo y mundoneo,
cuatro cuartejos; y desde entonces..
me hice sportsman
y un poco genthlemarij
y visto muy pichut
y tomo mi vermut;
concurro yo á los matchj
frecuento los garatch
y voy detrás
de la que aporte más.
Dicen las señoras que me tratan
que tengo unos ojos que arrebatan
y un chic al andar
tan particular,
capaz de volver loca á una pila de fregar.
.
- 16
-
Y
esto de seguro que no es grilla,
porque hace dos años que en Sevilla
me
Y
Lo
dijeron: «¡^á!
¡Viva tu mamá\T>
era un guardia de seguridá.
cual que yo
me
atontoliné, porque
yo
me
me
esperaba de un guardia todo menos que
piropease. Así es que al ver que mi figura sacaba de quicio hasta el orden público,
pues desde entonces.
me hice sportsman
y un poco genfhkman,
y visto muy pichut
y tomo mi vermut;
concurro yo á los match^
frecuento los garatch
y voy detrás
de la que aporte más.
¡Siempre detrás!
¡¡Siempre detrás!!
Hablado
artística.) ¿A que si me
pongo asi y no hablo creen todos que sov
una figura de mayólica? ¿í\o fijándose mucho no parezco una persona, verdad? Pues
sí; aquí no hay más que carne y hueso, puede verse. Ahora que de la combinación artística del tejido adiposo con el óseo, ha re-
(Adoptando una figura
sultado
esta
lema? Todo á
m<ijadería
la
escultórica.
moda, por
la
¿Mi
moda y para,
con,sobre,enypor,si,tras\simoi\'d. ¿En Madrid? En Madrid me conocen hasta las ratas.
Soy el inventor de estos dos bonitos saludos.
Primero, saludo para largas distancias. (Hace
un saludo .extendiendo el brazo y agitando el sombrero
nerviosamente.) Segundo, saludo al cruce. Tres
subdivisiones. Caballeros, arriba; señoras,
abajo; mixto de señoras y caballeros, reztili-
—
neo. (Hace
con
16
el
—
sombrero
los saludos
que indica.)
¿Cosas mías adoptadas por el Haut mond?
¡ün furor! Corbata, pañuelo y mecha, haciendo juego en tono amaranto, mío. Pluma
ganso en el sombrero, mía Calzón jamón de
Trevelez, polainas verde fo)iné, mío. Pelo en
Bandos, mío. Perfume del pañuelo... (lo saca y
lo huele.) Bueno, no es m/o, pero como si lo
Y
fuera, porque es mío... sotis.
claro, con
estos atractivos, me lancé tras de una dote.
Por eso le puse los puntos á Lele Repollete,
y esta tarde á las cinco estoy cita<io con ella
en la Castellana. Lo grave es que va en coche, quiere presentarme á su madre y no
tengo más remedio que ir á caballo. ¡Yo á
que no sé montar! Pero, en fin,
pecho ai agua. Este va á ser mi primer paseo ecuestre, (invocando.) ¡San Antón, tú que
eres el patrón de los animales, á tí me encomiendo! lUn caballo manso y labras mi
caballo! ¡Yo
porvenir!
cándose
al
¡Lábralo, que
primer caballo de
no
te pesará! (Acer-
la derecha.) ^i^Scrá
este
noble bruto que me destinan? Por si acaso, le daré un terroncito de azúcar del cucurucho que traigo prevenido. Que me vaya
tomando apego. (Dándole un terrón.) ¡Toma,
pobrecito, toma! ¡Qué rico! ¡Anda y se lo ha
comido! ¡Qué inteligencia tienen estos aniel
malitos!
¡Toma
otro! (Le da otro terrón y de
pente da un salto.) ¡Caray! (Asustado
tira
los
re-
terro-
nes y la fusta y empieza á huir, sacudiendo al aire
exagerados manotazos.) ¡Pero caray!... ¡Demonio!... ¡¡Caray!!
ESCENA IV
SIXTO
y
ANTONIO
AnT.
(saliendo precipitadamente
Sixto
pasa a usté, señorito?
¡Quítamela!
¿Pero el qué?
Ant.
foro
derecha.)
¿Qué
le
—
rfiXTO
17
—
una mosca burrera... quítamela... ¡que
pon^o muy nervioso... quítamel;»!...
¿Pero dónde?
Aquí la debo tener, (ai lado del cogote.)
Quieto, señor Rul)io; ya la veo. (Figura que la
Una...
me
Ant.
Sixto
Ant.
arranca del
sitio
donde
Sixto
(ai tirón.) ¡Canario!
Ant.
(Con
la
mosca entre
tira al suelo
Sixto
SíXTO
Ant.
S'XTO
Ant.
Sixto
los dedos.)
Ya
está aqUÍ. (La
y la pisa.)
¡Pero qué inseztos, caray (La pisa cómicamente
dando una patada en el suelo.) ¿Ha padecido la
1
raya? (Por
Ant.
está.)
Nada
el
peinado.)
asolutamente.
¿Y cómo
la
ha cogido
usté?
¡Pues cuando me acerqué á darle un terroncito á ese caballo!
¡a este! ¿y por qué le ha dao usté azúcar,
hombre de Dios!
¿No es el que voy á llevar?
Sí; pero es que el animal tiene destemplanza y está á dieta.
¡Pobrecito! Lo ignoraba. ¿Y qué, tiene buen
^enio?
Ant.
Es un borrego. Ahora, que si usté me creyera á mí, yo le daría á usté un consejo.
Sixto
¿Qué consejo?
Ant.
Pues que en vez de sacar á la Sarasa, que
está enferma, se llevase usté á esa otra jaca,
la Chispa. Eso es una chaislongue.
¿Chaislongue?
Segura, tranquila y sabiendo marchar. Llévela usté á la Castellana, que va usté á de-
Sixto
Ant.
cir canela.
Sixto
Voy
á decir canela, ¿eh? Pues nada, iré con
mi me es igual. ¿Y andará bien?
¡Superior!
Lo digo, porque yo, cuando salgo con una
la Chispa, á
Ant
.
Sixto
chispa^
Ant.
Sixto
Ant.
me pierdo casi
siempre.
Esta tarde se luce usté.
Pues prepáramela, que son (Mirando ei reloj de
pulsera.) las cinco mcnos cuarto, y una señorita, ¿sabes? estará ya derretida.
En seguida. (Llamando.) Camilo.
18
ESCENA V
DICHOS
y
CAMILO, por
la puertecilla (fel foro dercoha.
UN SEÑOR
CaM
.
Ant.
(saliendo
muy
Quítale la
Al
final
curioso
despacio.)
manta á
Va COmO Un
la
ayo.
Chispa y bájale los
1
estribos.
Cam
.
1
A
la
con
Ani
Cam.
.
Sí, hombre, sí; va á salir.
No, nada; biienu, buenu.
la
Sixto
Chispa! ¿Pero va á salir este señoritf*
la Chispa?
¿Y qué?
(prepara
ei
caballo de
segunda plaza,)
(Riendo.) ¡Le
pone
ha chocado,
le
ha chocado!
los guantes.)
(se
^
Ant.
Que
Cam
¿Pero no es á la Castellana donde quiere us-
.
es tonto.
tez ir?
Sixto
Pues claro que á
la Castellana.
Ant.
Cam.
(Muy enfadado.)
hombre,
Sixto
Ant.
(Acabando de ponerse los guantes.) (¡Anlmol Ya.
¿Hay un espejito? (Antonio le presenta
uno de mano.)
Mírese usté en lu que hace, purque la Chispa en la Castellana...
¿Pero quieres callarte y hacer lo que te
Cam.
Ant.
Buenu, buenu.
¿y usté sabe montar
Sixto
Coni
Sí,
sí.
Buenu, buenu.
estoy')
Cam.
mandan?
Ant
.
Sixto
algo, señor Rubio?
com sá,
¡Muy poco debe ser eso!
Le he tenido escasa afición á lo hípico. El
si
caballo ha sido una cosa que no me ha
do nunca.
Cam.
Sixto
Ant.
tira-
el caballo de la plaza.) ¡Ah! ¿nO le ha tirado á usté nunca? ¡Pos ya verá ustez! (colo-
(sacando
caballo paralelo á la batería y con la cabeza hacia
ca
el
el
picadero.)
¿Qué?
Nada, que dice que ya verá usté có.no se
aticioDH, f^eñor Rubio.
—
más
otro caballo de pelo
¿Y no habría
Sixto
-
19
bri-
llBnte?
Tenemos uno bayo, pero está cojo.
¡Qué lástima! ¿Y el bayo, cómo es?
Ant.
Sixto
Cam.
Sixto
Ant.
Castañu, tirando á rubio.
¿Tirando á ruhio? ¡Ah, entonces no! Nada
de tirar á Rubio. Prefiero este.
Pues arriba. Pero antes, quítese usté las espuelas, que usté es ginete de espuelas en el
bolsillo, créame usté á mí. (Le ayuda á quitar
las espuelas.
Sixto
Entretanto Camilo, figura dar grasa á los
cascos del caballo y baja los estribos )
(Después de quitarse las espuelas y dirigiéndose á
tar por el lado
derecho
Ant.
¿Pero dóade va
Sixto
(Titubeando.) No...
Ant.
Sixto
mon-
Allá VOy; VeréiS.
)
usté"?
que iba á ver... la f ilta de
costumbre: que no sé por dónde se sube
aquí arriba.
Por aquí, por la izqui-rda.
Ah, sí; es verdad, (pasando ai lado izquierdo. Antonio le ayuda y Camilo tiene el estribo derecho.)
Ant.
Sixto
Póngase las brid;is entre estos dedos. Aga
ire un mechón de la crin.
¿Que le agarre un mechón? ¿No le haré daño? (Hace
lo
que
le
mandan.)
No hay
Sixto
cuidao. Pie al estribo.
(Elevando el derecho.) ¿Este?
Ant.
No, hombre;
Ant.
La mano á la
el otro. Así.
un esfuerzo y arriba.
Qué comphcado es esto. Allá voy. A una.
grupa,
Sixto
(Hace un esfuerzo, queda de pie sobre el estribo é intenta pasar la pierna derecha al otro lado, sin lograrlo,
porque no ha quitado de la grupa la mano derecha.)
Ant
.
Sixto
¡Pero si no puedo!... ¡que
esto no pasa, mozo.
Esta pierna al otro lado.
Pero con la mano aquí,
(Hace un esfuerzo y cae
Ant.
no
puedo!...
¿quién
la
Que
pasa?
al suelo.)
Bueno, suba usté como quiera;
el
caso es
ai lihitum.
¡A una!
hacer un gran esfuerzo.
Sixto
Sí;
mejor será montarse
(Hace un gran esfuerzo y cae por
el
otro lado, después
de darle un gran puntapié á Camilo.)
Ant.
(sujetándolo.)
¡Pero
no
tanto,
hombre!
Cam.
Bidiez, q\ie
bre,
S;XTO
Ant,
SiXTO
20
-psiiéi
-^
me
hsi arrean.
¡Pero,
hom-
por Dios!
(Luchando por colocarse bien, ayudado por los mozos.)
Bueno... encajarme... ladearme... Fubirme de
la derecha... bajarme de la izquierda... Así.
jPero no soltarme!... No soltarme aún.
¿Se aguanta usté ya?
Creo que
sí, pero esperarse... Sí; ya, ya. Bueya. Quieto, caballito, quieto. Oye ¿esto
de que mueva las orejas, no es mala señal,
no
¿verdad?
Ant.
Nohaycuidao.
Sixto
Muy
bien. Ya estoy. ¡Ay, qué divinamente
se va aquí arriba. Bueno: ¿y para que dé las
vueltas, qué hago?
Ant.
Pues mire
usté: esta es la rienda y esta la
falFa rienda; pues pa que dé la vuelta, con
la falsa.
Sixto
Ant.
Sixto
Oye, pero si conoce que es falsa, no me va
á querer dar la vuelta.
¡y en todo caso le pega usté!
(Asustado.) No, pegarle no. (a Antonio, en voz
baja ) No chilles, hombre; no sea que lo oiga
y me tome rabia, (ai caballo.) No te pego, ¿eh?
no te pego. Una ligera reprimenda si acaso.
Bueno, sacarme. ¡Arre! (camiio vuelve el caba¿Sabe dónde está la Castellana?
¿La Castellana este caballo? ¡Ya lo creo!
llo.)
Cam.
Sjxto
a
la inglesa es así,
¿verdad? (Lo
imita ridícu
lamente.)
Akt.
Sixto
Así; divinamente.
Pues anda á la Castellana, rico. (Le sacan á la
calle. Sixto, desde que anda el caballo, va dando saltos á la inglesa.)
¡En cuanto
me vea
Lele!
¡Doy
el golpe! ¡Arre!
Ant.
Sixto
¡Que usted se divierta!
Tantas gracias. ¡Arre! (saie
foro izquierda. Dentro
se imitará, en lo posible, el trote de
un caballo que se
aleja.)
Cam.
Ant.
Cam.
¡Anda diez! ¡Qué tipo! ¡Miá que galope ha
tomao!
¡Vaya un zarandeo que lleva!
Pero oye tú, Antonio, ¿cómo le habéis dao
la Chispa á ese
infeliz
para
ir
á la CastelJa-
)
—
21
—
na, ei sabes que esa jaca non pasa de Culón
ni emplumada?
Es un caso de conciencia; ya te daré tres
Ant.
])esetas y te lo callas al amo.
Sov una piedra. Perú te azviertu que á e-e
pollu, lu trae la jaca de ^íüeUa drentu de
dos menú tos que quiera que no.
Toma, ya lo sé; pero silencio, que ya sa-
Oam.
Ant.
sin separarse más
el señor de antes,
de dos metros de la puerta, lo mira toda con cu-
brás... (Entra
alJá
riosidad y se vuelve á
es el tío de antes.
ir
muy
despacio.)
Oye, Gce
Parécemelii. ¿Qué querrá ese buen hombre?
¡Y no dice nada! (Se va el seüor curioso.)
¡Vaya con Dios!
¡Couque la Ghisjm á la Castellana! [Já, jal
Verá^ dentro de poco con qué cara vemos
Cam.
Ant.
Oa.m.
Ant.
volver al pollo.
Cam.
¡Vaya unos
jinetitUSl (Vase porla puertecilla del
foro derecha.
ESCENA
VI
ANTONIO IJOÑA EUSEBIA, CATALINA
y
un POLLO por
la pri-
mera deiecha
ha ido?
que ha tomao, Dios sabe dón-
EuS.
(Asomándose.) ¿Se
Ant.
Con
Eus.
¿De modo que no
Ant.
No
el trote
de habrá ido á caer.
Eus.
Aní
.
Eus.
Pollo
Eus.
Pollo
Cat.
llegará á la Casteyana?
pasa de Colón, descuiden.
Pues halla vamos, ¡á reírnos de él! Hasta
luego, que volveré á lo consabido.
Hasta después, señora.
Respecto á usted, poyo, tanto gusto...
El gusto ha sido mío, señora. Y desearé
que esta niña se cure por completo de su
pasión.
¡Ay, eso no va á ser posible! ¡Más que yo la
pedricol En fin, tantismo gusto, señor conde.
Adiós.
(Aparte
al Pollo.)
¡De seis á siete en
el
balcón I
—
22
Pollo
A
(jPasaré!)
de ustedes,
loe pies
(vanse por
ei
loro izquierda.)
Ant.
Pollo
Ant.
Pollo
¿Pero ha visto usté qué loca está esa joven
por ese hombre?
Cállate, chico, cállate. Antonio, h^y pasiones funestas. Esa joven y ese pollo son los
amantes de Teruel: Isabel y Morcilla.
Pues él parece más butifarra que otra cosa.
Más butifarra, efectivamente. Voy á apun-
una
tar
un
(Se sienta á la mesa y escribe en
cosita.
libro de notas
que saca del
«Catalina
bolsillo.)
Barrillo,
Mancebos, uno provisional, bajo
derecha.
De
mera derecha.)
madre ausente.»
á siete,
seis
Otra á la colección.
«En
(Vase tarareando por
un
cabecita de
la
la pri-
alfile-
rito ..»
ESCENA
ANTONIO
y SIXTO.
VII
Se oye el galope de
un caballo que viene
desbocado
Ant.
¡Mi madre!
deshocál
UEOS
estribos.
Sixto,
el distraído!
Kntra
terror.
Trae
orejas, la flor del ojal
estribos, las
mangas de
ta el codo, el cuello
Ant.
el
(Hntra y limpia
corriendo y aparece
del animal,
al cuello
sombrero metido hasta
las
colgando, los pies fuera de los
la
americana remangadas has-
de la camisa, antes
tan relueien-
hecho ahora un guiñapo de puro sudado. Aparece
además montado sobre
Sixto
caballo
el
descompuesto, abrazado
con cara de
te,
¡La Chispa que viene
(se asoma.)
¡Me haré
(Dentro aún.)
el
borrén delantero de
la silla.)
Soo... SOO... SOSO... SOSOOO...
rece;
con voz temblorosa.) Mo...
zo...
mozo.
(Apa-
momO... monoo-
(Fingiendo sorpresa.) Pero, señorito,
tan pronto
de vuelta.
Sixto
(Agarrado
al caballo
como un demonio.) ¿Ha... ha
parao ya?
Ant.
Sixto
Sí, señor, sí; ya ha parao. ¿Pero qué ha .^ido
esto? (Le entra á escena.)
(Tranquilizándose un poco.) No... nada... no... no
ha sido
nada... Que... volvía á ver
si...
á ver
—
—
si...
23
-
¿Me he dejao aquí
lidad*?
(Baja
del caballo
la
j'
petaca por casua-
no puede andar de agu-
jetas.)
Ant.
No
la
hemos
visto.
¿Y pa eso venía usté
cómo suda usté!
un poco... Que está l;i... que
al
galope? ¡Pero
Sixto
Sí...
está la tar-
de bochor... bochornosilla... ¡Ay! Un sor...
un sorbito de agua, hazme el obsequio.
Ant.
(sirviéndole de la
Tome
botella
í^iXTO
(Bebe.) ¡Ay, gracias!
Ant.
¿Pero es que
Sixto
que hay sobre
la me.«ía.)
usté.
el caballo le ha hecho á usvé
algo?
¡No! ¡Quiá! No me ha hecho; ¡me ha deshecho! (Enfadado.) ¿Conque iba á decir canela,
eh? Lo que digo es que ese animal tiene un
trote que desvencija; eso es lo que digo, con
franqueza.
Ant.
S:xTo
Ant.
Sixto
Ant,
Sixto
Peio, ¿es que quería usté ir á la Castellana
en una mecedora?
¡Es que urja cosa es ir en una mecedora y
otra es ir en un trampolín, caray! ¡Ay qué
escozor! Y aquí para entre nos^otros, oye,
mozo: ¿este caballo tiene algún resentimiento con Colón?
¿Por qué?
Porque no ha hecho más que ver á don Cristóbal y como si tuviera siete: se plantó
¿No quiso andar?
Ni á tiros; parecía de cemento armado. Cuidao que apelé á todo. Primero á buenas.
«Anda, rico; anda y no me disgustes, que
pues nada. «No te
le dije;
si no te pego»,
pares, que hay humedad»; y nada. No valían reflexiones. Puso las orejas en parangón, más tie.^as que dos plátanos, y petrificado. Entonces me ciego, empiezo á palos,
se arremolina la gente y soy objeto de la
—
—
befa general. «Adiós, Cie?itauro»,— me dice
«Que lo retraten», me grita otro.
uno.
Y un señor anciano, horrorizado de los fustazos, me empieza á indultar. ¡Era de la protectora de animales! ¡Pero á mí me ha chocao que fuera de la protectora de animales
—
—
—
—
24
y no viera cómo estaba yo de sudoroso! ¡Ay
qué rato! Y el caballo, nada, sin querer seguir.
Ant.
¿Pues todo eso sabe usté
Sixto
Ant.
^,Qué ha sido?
Sixto
Ant.
Sixto
Ant.
lo
que ha sido?
Cuestión de mando. Que no le ha mandao
usté donde le debía haber mandao.
Toma, ya lo sé. Pero no le he mandao donde le debía haber mandao, porque estaba el
corro lleno de señoras; que ni no, ya lo creo
qne le mando, que me nobra genieciío.
Puea me choca que haiga hecho eso, porque
este caballo ha sido de un comandante y se
lucía con él en ]si parada.
Toma, en la parada también me he lucido
yo. ¡Menuda ovación! Y á todo ento las cinco y media y Lele esperando. ¿Qué hago yo.
Dios mío, qué hago yo?
Ah, pues volverse á montar que ahora respondo yo que va á la Castellana.
vSixto
¿Lo
Ant
Seguro, Todo ha sido la salida, que ha sali-
.
do
cree.-?
fofo.
Sixro
¿Fofo, eh?
Ant.
Pero ahora se monta usté, le doy yO dos palos y sale como una bala pa la Castellana.
¿No me hará nada?
No, hombre; si esto es más noble que un
Sixro
Ant.
])erro.
Que
antes salió fofo; móntese usté.
le des muy fuerte.
Sixto
Bueno, pero no
Ant.
Arriba. (Le ayuda
Sixto
No, y
Ant,
Sixto
cuestión de amor propio.
Afuera. (< oge una estaca.)
No exageres el castigo, mozo.
Ant.
(Después de sacar
como
te
y vuelve á montar.)
pares, te
el
muerdo, que ya
furioso,
Va echando lumbre. ¡Como no
no pasa en el
de los cascos!
Arre. (Se
caballo á la puerta.)
oyen dos estacazos y un galope
que
es
se pierde.)
pase ahora,
resto de su vida! ¡Va
que
(Entra y sigue limpiando.)
pier-
—
26
—
ESCENA
VIII
ANTONIO. UN SEÑOR CURIOSO, foro izquierda. Luego CAMILO,
íoro derecha. Después PÉREZ, primera derecha. Entra el señor curioso,
avanza a dos pasos de
la puerta,
mira á todos lados y avanza
otro poco más, fijándose en todo con gran atención
Aní.
¡El señor
CüK.
(profiriendo sonidos guturales con
de antes! ¿Pero qué querrá? No,
pues yo se lo pregunto. (Acercándose á él.) Muy
buenas. ¿Qué se le ofrecía?
tartnmudeo de los
el
mudos.) Ga... ga... ga... (Señala
breras como explicando una cosa.)
el
techo y las pese-
Ant.
¡Anda diez! ¡Ks mudo! (ai señor.') ¿QuéV
(Más señas y más explicaciones.) G'd... ga...
(ayudando las palabras con señas también.) No en-
CüR.
Ga... ga... (Le habla haciendo letras con
Ant.
CUR.
tiendo.
la
mano
y
señalando cosas.)
Ant.
Que yo
Cam.
(saliendo.)
Ant.
Cam.
Oye, á ver este tío.
El de antes.
Sí, que es mudo y no sé
Ant.
Aguarde usté á
no...
Como un
ver,
Camilo.
rayo.
lo
que
dice.
¿A ver
tú eiitiendes lo que dice?
(chillando.) ¿Qué quiere ustez?
(como antes.) Ga... ga...
¿Que si hay gato?
si
Cam.
CuR.
Cam.
CüR.
Cam.
Pérez
Ant.
Ga... ga...
Chico, yo no sé lo que quiere. Espere un
poco, (l.lama.) PérCZ.
(Saliendo.) ¿Qué pasa?
Hombre, á ver f-i tú entiendes á este mudo,
que no sabemos
¡Ah, bueno! (ai
lo
que quiere.
¿Qué quiere?
Pérez
Cük.
Ga... ga... (sigue haciendo letras y señalando cosas.)
Pérez
¿Aquello?
señor.)
íSeñor
(Con señas dice que no.) Ga...
Pérez
Escríbalo en
los tres.)
Ant.
un
papel. (Se
¿Sabe escribir?
(Llevándole á
la
mesa
y
lo
indican por
(e1 señor dice que
señas
«li.)
dándole pluma y papel.)
—
Ponga aquí
lo
~
26
que quiera.
(ei señor se sieuta y
escribe.)
Veremos lo que es.
Tengo curiosidad.
Debe ser arguna cosa, que ya
Cam.
Ant.
Pérez
ñor, después de escribir,
Ant.
Pérez
Ant.
sin
pegarlo, lo entrega,
irse
por donde salió.)
(Abriendo
el
sobre.)
A
mete
el
saluda
veréis, (ei
papel en
muy
fino
se-
un sobre,
y vuelve á
ver.
Léelo arto.
(Después de
leer.)
¡Maldita sea! Trae
una
es-
taca.
¿Qué dice?
¿Qué quería?
Pu-8 dic3 que no quería nada, que ha entrao por curiosidá de ver la cuadra na más.
(indignado.) ¡Anda diez! (Vase foro derecha.)
(ídem.) ¡Cámara con er gachó. (ídem id.)
Así le den morcilla! (Vaso primera derecha.)
Cam.
Pérez
Ant.
Cam.
Pérez
Ant.
I
ESCENA
Hería.
rinos.
IX
Una AGUADORA ambulante. Un DEPENDIENTE de ultramaAPRENx'TZAS 1.' y 2.* Un LESIONADO. Chiquillos y tran-
seúntes que quedan á la puerta.
por los
GuARDL'L
sitios
En
seguida
ANTONIO
y
CAMILO
donde han hecho mutis
(Foro izquierda
como
los
demás.)
BuenO,
¿CS
aquí?
(Que viene sentado sobre las cuerdas de los mozos
que le traen, con voz desfallecida.) ¡Ay, SÍ! AqUÍ,
aquí es... ¡Ay, cómo me duele!... Aquí.,
Í^IXTO
aquí
Guardia
es...
líntrarlo. (Lo entran, pasando después
los
persona-
jes citados.)
Mozo
¡Dónde va
l.o
Guardia
Sixto
Guardia
.
esto!
Colocarlo en estas sillas.
¡Ay, mozos de mi vida, por Dios! ¡Con cuidadito por Dios! (Le sientan entre dos sillas.)
Oiga, Romanones: ¿me falta algo de la cabeza?
Ya lo verá el facultativo.
—
27
—
qué porrazo, Romanonesl ¡Y yo que deque no me tiraba lo hípico!
(saliendo.) ¡¿Pero qué pasa?
Sixto
¡A.y,
cía
Ant.
Cam.
Ant.
Mozo
(ídem.) ¡Peru tanta gente!
¿i 'ero
l.o
Ant.
tíixro
Cam.
81XTO
Ant.
Un
qué
es esto?
guiñapo.
¡Pho es usté!
Frnzmenfoft^ frazmentos
nada má?.
¡Lu ha tiraul
tirao, sí señor! ¿Y yo que ina á decir
canela, eh? ¿Por qué me diste ese perro?
Señor, yo creí que era usté un hombre en-
¡Me ha
tero.
Sixto
Cam.
Sixto
Guardia
Sixto
Guardia
Sixto
Antes, pero ahora...
(Bajo á Antonio.) ¡Y el caballu! ¿Dónde está el
caballu?
¿Qué dicen, Bomanones?
¿Que donde está el caballo?
¿Kl caballo? (Mirando ai reloj de pulsera, pero lo
ha perdido.) ¿Qué hora es?
Las cinco y media.
Pues que telegrafíen á Ciudad-Real, porque
el
paso que
llevaba... (Antonio echa á correr foro
izquierda.)
Cam.
Sixto
Guardia
¿y
esta gente?
Mis víctimas. (Camilo hace mutis tras de Antonio.)
Los atropellos cometidos que hay que apuntarlos para las indenizaciones correspondientes, (a la Aguadora.) ¿A usté qué deterioros le
Aguad.
Sixto
Aguad.
ha CHUsao, señora?
Pues ná, que el señorito
me echó el caballo
encima.
Perdone, aguadora, que fué viceversa.
Bueno, yo no sé si fué el señorito, ú fué el
caballo, ú fué viceversa, pero el caso es que
me lian puesto la vasera que paece un churro
y
los vasos rotos
y
el botijo,
místelo sin
cu... (Mostrando lo que va diciendo.)
(tUARDIA
(Tapándole
Aguad.
Guardia
Sm
Dep.
la
boca.) Cállese.
cuello, señor.
(Apuntando en una
libreta
que saca de
la
bandolera.)
Deterioros aguadora en bruto, d( s duros.
Pues en lo á mí tocante y destrozao, fué que
estaba yo en la tienda tan alegre, con una
28
cocinera, cortando el bacalao, cual de cobtumbre, cuando ¡pum! me veo un caballo
encabritao que viene contra
el
escaparate,
pega un salto y yo digo: «¡va á la
luna!» y efectivamente: miste <-l pedazo más
y
¡tras!
í^rande, (Enseña uu trozo de cristal.'
Guardia
Sixto
Dep.
Sixto
La
híZO cisCO.
(a Sixto.) Pero, señor, ¿usté no vio la luna?
Quicá, homl)re; si cnand yo me di cuenta,
>
estaba agarrao á un queso de gruyere encima del mostrador. ¡Ay, mi brazo!
Pues es de Ferezantón nada menos y la tendrá que pagar. Apunte usté: luna^ seis.
No haga caso, guardia, que esas son las señas del difunto doctor Garrido. ¡Ay, la cadera!
Apren.
¿Y qué
Miste
le
decimos nosotras á
la caja,
lleva la otra apreudiza.)
breros
la
maestra?
(Enseñando una tapa toda rota que
Y
mis;e los cuatio Som(sacando un montón
cómo han quedao.
de plumas de
la
caja.)
¡Veintisiete duros de
plumas!
Sixto
¡Veintisiete duros! ¡Pero si eso es el pelao
de una gallina! Apúnteme U'=!té: desplumao,
uno.
Les.
A
Guardia
¿Dos qué?
Les.
Dos chichones
mí apúnteme
usté dos.
á seis pesetas
uno con
otro.
ESCENA ULTIMA
DICHOS.
DONA EUSEBIA
y
CATALINA
por
el
foro izquierda
Eus
(Entrando.) [Sixto! ¡SiXto! (Con amargura.)
Oat.
¡Ay, no; si es verdad que está hecho una
serpentina, no lo quiero vél
¡Sixto! (Le va á abrazar.) ¡HijO mío!
jNo por Dios, doña Eusebia! ¡Nada efusivo,
por Dios, que me magullaría!
¡Lo ve usté! ¡Lo está usté viendo, hijo, lo
ve usté! ¡Cuándo ge convenserá usté que
eso del sport, sólo es pa quien sabe y pa
quien puede, y no pa un pelagatos, que,
después de empeñarse por aparentar, no se
Eus.
SiXTi)
Eus.
—
20
—
encuentra más que con el ridículo y una
dosena e chichones! ¿Se convense u-té?
8tXTO
6í,
tiene usté razón,
lor
en
el occipital!
doña U... ¡üv, qué do
Se acabó el sporl, sí, se-
ñora. Me he visto estrellao, casi muertoEstoy arrepentido. Catalina, me... me...
Cat
Sixto
¿Qué?
_
Cat
Eus
¿Me perdonas?
Bueno... yo... (¿Y qué le digo al conde?)
¡Abrásala! ¡Pero si está loca por ti. ¡Abrásalo.
C'at.
Sixto
Eus.
Sixto
Pero, mamá... no puedo... me ha fartao...
¿Ve usté? no quiere.
¡Hombre, la pobresiya está dolería!
Pues, ¿y ye? ¡Pa dolorido yo! Conque, guardia:
por
un
Guardia
todo esto se pagará á plazos mañana
Ahí va mi tarjeta. (Sacándola de
la tarde.
tarjetero.)
Bueno, á
la calle; ir
mañana
mirante, cinco. (Vanse
grupos de
Sixto
Cat.
Sixto
á
Us
dos, Al-
todos y se disuelven los
la calle.)
he dao la tarjeta del ol)ispo de
Sión! ¡Pero quién se retracta C( n esa nube!
Bueno, sea lo que Dios quiera. ¡Si no me
perdona el obispo, no me perdona nadie!)
Y nosotros, á olvidarlo todo y á ser felices.
(¡Atiza! ¡Le
Bueno, veremos.
(ai público.)
Público... ¡ay!... y señor
que has visto lo que me ha
do mi afición al sport,
da un aplauso por favor
troi-
á Sixto Rubio... ¡ayl... ¡ay!... (Quejándose.)
veintidós, Echegar... ¡ayl...
piso quinto... ¡hay!... ascensor.
(Miisica y telón.)
FIN DEL
ENTREMÉS
.
OBRAS DE CARLOS ARNICHES
La
Casa editorial.
La verdad desnuda.
El santo de
la Isidra.
Las manías.
La fiesta
San Antón
Ortografía.
Instantáneas.
El fuego de San Telmo.
El último chulo.
La Cara de Dios.
El escalo.
María de los Angeles.
Panorama
nacional.
Sociedad secreta.
Las
guardillas.
Candidato independiente
La
leyenda del monje.
guardia amarilla.
de
Sandías y melones.
El tío de Alcalá
Calderón.
Doloretes.
Nuestra Señora.
Los niños
Victoria!
/
Los aparecidos.
Los secuestradores.
Las campanadas
Vía
libre.
llorones.
La muerte
La divisa.
de Agripina.
Gazpacho andaluz.
San Juan de Luz.
El puñao de rosas.
Los descamisados.
Los granujas.
El brazo derecho.
El reclamo.
Los Mosfenses.
Los Puritanos.
El ])ie izquierdo.
La
canción del náufrago.
El
terrible Pérez.
Las amapolas.
Tabardillo.
El cabo primero.
El otro mundo
El principe heredero.
El coche correo.
Las malas lenguas.
La banda
de trompetas.
Los bandidos.
Los conejos.
Los camarones.
Colorín colorao...
Los chicos de la escuela
Los picaros celos.
El pobre Valbuena.
Las estrellas.
Los guapos.
El perro chico.
La reja de la D- lores.
El iluso Cañizares.
El maldito dinero.
El pollo Tejada.
pena negra.
El distinguido Sportsman.
Ijü
OBRAS DE
•Apuntes
E.
GARCÍA AI.VAREZ
La alegría de
El Missisipí.
al lápiz.
Al toque de ánimas.
La trompa de caza.
Salomón.
El niño de Jerez.
Figuras del natural (revista).
El gran Visir.
La casa de las comadres.
Los diablos rojos,
malo!
(2.* edic.)
Las escopetas.
edic.)
iris.
(3.® edición).
Historia natural.
El
ñn de Rocambole.
Las figuras de cera.
Churro Bragas (parodia).
Alta
mar
("2.^
El terrible Pérez
(2.a edición).
El famoso Golirón.
La primera verbena.
^^
Sombras chinescas.
Los cociiieroá (4.' edición).
El arco
(2.' edición).
La boda.
La muerte de Agripina,
La cuarta del primero.
El picaro mundo.
La zíngara.
La marcha de Cádiz (9
Los rancheros
edicíóü).
¡Pobre España!
Congreso feminista.
El palco de: Real.
El pobre Valbuena
El perro chico
La
(4.* ediciÓD.)
(3." edición.)
reja de la Dolores.
El iluso Cañizares.
(2.^ edición.)
El ratón.
El pollo Tejada.
El noble amigo.
(2."'
edición.)
Ooncurso universal.
El distinguido Sportsman.
Los Presupuestos de Ex- Villapierde
ed.)
(2." edición).
Las venecianas.
Los gitanos.
La torta de Reyes.
Los niños llorones
El señor Pérez.
muy
Huerta (7.a
La luna de miel
La candelada.
¡Todo está
la
(6.^ edición).
Precio:
a]^Q
peseta
Descargar