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Poltica e Iglesia

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Política e Iglesia
El Sentido de la Política para la Iglesia
Hablar de política hoy en día es difícil y conflictivo, porque el propio término posee una polisemia que es preciso dilucidar
para evitar la formación de opiniones reduccionistas. Una desventaja a la hora de dialogar sobre el tema, es que en nuestro
entorno cultural, la palabra “política” lleva una carga de significado diversa y controversial. Es por eso que nos acercaremos
al tema teniendo en cuenta algunos de los sentidos más generales del término. También, iremos reflexionando y dialogando
acerca de las implicancias de la Iglesia en cada uno de ellos.
1) Sentido genérico: Cuando hablamos de política en sentido genérico, estamos hablando de una vinculación del término
a todo tipo de poder organizado, sea estatal o no. Es decir que en cada formación social (familia, gremio, empresa, etc.) se
genera y existe una relación de poder (político) entre quienes deciden y quienes obedecen. Esa relación de mando y
obediencia que encontramos en todos los órdenes de la actividad social humana, es la fuente de poder como capacidad
para orientar las acciones. La capacidad de imponerse en la conducta de los miembros de una organización es actividad
política.
En este sentido, la Iglesia hace política, pues existe una política eclesiástica; cada creyente responde a una autoridad
corporativa, y a su vez todos estamos bajo la autoridad divina. Esta relación de poder, de mando y obediencia, se establece
a partir del modelo de Jesucristo, lo cual impide toda corrupción de la acción, puesto que aquel que manda es a su vez el
que sirve, y en ese acto de servicio reside su autoridad (Juan 13, Hechos 6:1-6).
2) Sentido específico. La política se relaciona específicamente al poder estatal. Las demás organizaciones (económicas,
laborales, militares, sociales) tienen poder organizado, pero ese poder se encuentra dentro del ámbito de la comunidad que
forma esa organización y su efectividad está condicionada a que sus miembros continúen o no voluntariamente. El poder
estatal se diferencia y caracteriza por ser irresistible y por tener la capacidad para imponer coactiva y obligatoriamente sus
decisiones[1].
En este punto, debemos admitir que cada creyente está inserto dentro de una comunidad en un espacio social que
pertenece al Estado, y por lo tanto no está exento de esta dinámica de poder (para profundizar, recomiendo la lectura de la
teoría de los Dos Reinos de Lutero). Como ciudadanos de un determinado país, pertenecemos al sistema gubernamental,
sea desempeñando un papel en el poder (cumpliendo funciones del estado), o simplemente siendo gobernados, como todo
ciudadano. Sin embargo, es necesario recordar que la Iglesia responde ante los gobiernos terrenales, siempre y cuanto no
represente un reclamo incompatible con la soberanía del Señor; en su oración encomienda esa autoridad bajo la
providencia y el juicio de Dios[2] (Romanos 13, 1 Timoteo 2:1-7).
3) Sentido etimológico. La palabra política proviene de la palabra “polis”, la ciudad-estado griega, a la que Aristóteles
define como la asociación de varias aldeas que posee todos los medios para abastecerse por sí misma, siendo la más
importante de las asociaciones ya que comprende a todas las demás. El significado profundo del vocablo politeia (política)
es “estar en orden”.
En este sentido la Iglesia también hace política, porque está más que claro que la vida en orden es una característica
esencial de nuestra vida como cristianos. Jesús mismo es la restauración del orden creado por Dios; es por eso que
señalamos que los creyentes deben vivir en orden, pero no por un orden establecido por los hombres, sino por Dios mismo
(1 Corintios 14:40, 1 Corintios 12:12-31).
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4) Sentido vulgar. La política se relaciona con lo útil y lo hábil. Concentra un criterio según el cual el hombre político actúa
adecuando su acción a lo conveniente, omitiendo la moral en los medios con tal de alcanzar los fines perseguidos.
En esta perspectiva de la política, la iglesia se halla en un papel totalmente antagónico. Repudiamos toda acción que
persiga el bienestar propio a costa del bienestar común, siendo esta una actitud antiética. Porque entendemos que así
como nuestro Señor no tuvo en cuenta el ser igual a Dios, sino que se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo para
salvación del mundo, la Iglesia debe seguir sus pasos (Filipenses 2:5-11, Mateo 20:25-28, Gálatas 2:20). Además, es
importante recordar que el accionar político de la Iglesia siempre va a estar configurado en clave salvífica: se puede afirmar
que la Iglesia no perseguirá los propios intereses, pero tenemos que tener en cuenta que tampoco responderá a la agenda
global. Esto es porque el criterio de la Iglesia es plenamente soteriológico. Sabiendo que la humanidad está sumida en la
desidia y la muerte que proviene del pecado y que, por lo tanto, las relaciones de poder nunca serán sanas, la Iglesia
dirigirá sus esfuerzos y sus recursos hacia el plan salvífico de Dios, y llevará a cabo su acción política y social en ese
sentido. Porque la Iglesia misma es el medio, el instrumento de Dios para proclamar la buena noticia de Cristo hasta los
confines de la Tierra (Mateo 16:13-19, Hechos 1:8, Romanos 10:14-15, Mateo 10).
5) Sentido corriente. Se usa la palabra vinculada al Estado, al gobierno o a los partidos políticos.
Esta perspectiva es la usualmente discutida en varios espacios de diálogo religioso. En una acepción corriente, la Iglesia
está llamada a gobernar, pero no dentro de los límites del Estado. Muchas veces intentamos delinear la postura de la
Iglesia de acuerdo a las tensiones imperantes de los gobiernos de turno, pero al hacerlo estamos inmovilizando su accionar
y censurando su voz (Mateo 22:15-22). Es por eso que entendemos que el lugar de la Iglesia frente a los gobernantes y al
sistema estatal es profético y no partidista. La libertad que otorga la posición de un profeta que denuncia el pecado y la
corrupción, evidenciando la necesidad de Cristo, permitirá a la Iglesia evitar el compromiso insano con los partidos políticos,
y mantendrá una actitud crítica ante los mismos (en este sentido no es la única: esta misma función, aunque desde
posturas diferentes, la cumplen las disciplinas filosóficas y artísticas). Históricamente hablando, no existen iglesias
partidistas que hayan podido denunciar proféticamente los pecados de su pueblo; nuestra postura es única y creativa en
este sentido (Mateo 3:1-12, Hechos 24-26).
6) Sentido científico. La política aparece como el estudio de la organización y gobierno de las comunidades humanas, del
Poder y su institucionalización en el Estado. Es el conocimiento sistematizado de los fenómenos políticos. Tiene como
ciencias auxiliares a la Historia, la Economía, el Derecho.
Si bien es interesante y útil contar con la información adecuada, este no es el tipo de conocimiento al que aspira la Iglesia
para llevar a cabo su acción social (Juan 17:3, Colosenses 3:1-4). La Iglesia se centra en el conocimiento de Dios y de
Cristo, y no de manera científica, sino por revelación en el sentido del fenómeno religioso.
La Realidad Política
La realidad política viene a ser un sector de la realidad social, que se traduce en acciones vinculadas al Poder. La acción
política se presenta como lucha por el poder, lucha por obtener o conservar el poder.
A la vez comprende la acción de gobernar, es decir la actividad de conducir la comunidad al comportamiento de los
gobernantes. Consiste cómo, desde los puestos de mando, los que gobiernan pueden alcanzar determinados fines.
Por último comprende a la política como empresa comunitaria, viendo en ella no solo la conducta de los gobernantes,
sino también la de los gobernados. No solo la lucha por el poder, sino también su ejercicio. Esta etapa corresponde a la
institucionalización del poder.
Bibliografía
https://s3-us-west-2.amazonaws.com/secure.notion-static.com/e9c99959-8736-40c2-a6e2-ca8afc03a400/Stott_John
_-_La_fe_cristiana_frente_a_los_desafos_contemporaneos.pdf
https://s3-us-west-2.amazonaws.com/secure.notion-static.com/e4662e64-621b-47e1-8106-0cda42f7d345/Apunte_De
recho_Poltico_-_Cat_1_Szeinfeld.pdf
Política e Iglesia
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Poder Del Evangelio Y Poder Político (Fraternidad Teologica Latinoamericana - Boletin Teologico, Numero 4)
El despertar político de los evangélicos en América Latina se ha constituido en uno de los fenómenos religiosos que más
llaman la atención en los estudiosos de la sociedad contemporánea. Prácticamente en todos los países del continente un
buen número de líderes evangélicos ha irrumpido con fuerza...
https://www.amazon.com/-/es/Miguez-Bonino/dp/9879403002
Manual de Derecho Politico-Mario Justo Lopez.pdf
https://drive.google.com/file/d/1wk4BugrT5vbGSwWRL9QrmPYq8BmSV_td/view?usp=sharing
Historia de los Bautistas (Spanish Edition)
Este libro, que en su version original se presento en tres tomos, hoy esta en uno solo. Este libro no es
solo para bautistas. Es para todo aquel que quiera conocer la riqueza de nuestra historia y al mismo
tiempo sentirse animado con ella. Quienes fueron los primeros bautistas, donde estuvo la pr...
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