Niños, filosofía y literatura: Dar a pensar, leer el mundo

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I Coloquio de Humanidades
Montserrat Morones Aviña
10° semestre, Lic. Filosofía y Humanidades
Mat. 1358771
Mesa: Estudios Literarios y enseñanza de la literatura
Niños, filosofía y literatura: Dar a pensar, leer el mundo
La literatura es, antes de infantil o de adultos,
buena o mala. Y a los niños les encanta,
sobre todo, la buena literatura.
Walter O. Kohan y Vera Waksman
Introducción
La relación entre filosofía y literatura es importante en el contexto del programa Filosofía
para Niños (FpN), mismo que nació a finales de los años 60’s como una propuesta por parte
del profesor Matthew Lipman de la Universidad de Montclair, para integrar un programa de
filosofía al nivel educativo básico, como un esfuerzo por enriquecer el pensamiento de los
niños con el manejo de la lógica, poniendo al alcance de los alumnos las herramientas que
supone son necesarias para un razonamiento apropiado, para que el pensamiento activo,
independiente y reflexivo se vuelva un hábito en ellos.1
En FpN se trabaja con relatos filosóficos especialmente diseñados para provocar en
primera instancia, la reflexión personal del alumno y en segundo lugar la reflexión y
discusión grupal en torno a las preguntas que surgen a partir del texto.
El primer material de este tipo fue realizado por Lipman y se trata de una novela traducida
al español con el título de El descubrimiento de Aristeo Téllez o El descubrimiento de Ari
Stóteles. En ella se presenta el modelo de un grupo de niños que razonan en conjunto sobre
problemas cotidianos que encuentran en su casa, en la escuela y con sus amigos. Junto con
sus colaboradores ha creado una serie de novelas filosóficas (que sustituyen el uso de un
libro de texto) y sus respectivos manuales para el docente, diseñadas especialmente para
este propósito en cada grado de la educación elemental.
La finalidad de estos textos es proporcionar una base común para la discusión
filosófica, provocar en el grupo inquietudes sobre las cuales discutir.
1
Echeverría, Eugenio, Filosofía para niños, Ed. SM, Colección Aula Nueva, México, D.F., 2006, págs.13-14
Sin embargo, como bien apunta J.F. Lyotard toda lectura puede ser
filosófica, sin necesidad de que el texto lo sea propiamente, es decir, no es necesario que el
texto sea de Kant, Platón, Heidegger. Lo que importa es la actitud con la que se lea “la
lectura es filosófica solo si es autodidacta, si es un ejercicio de turbación en relación con el
texto, un ejercicio de paciencia”2. Así, la lectura se presenta como una relación, relación
entre texto y sujeto lector, y con su contexto, su mundo.
Dice Freire
La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior
lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquél.
Lenguaje y realidad se vinculan dinámicamente. La comprensión del texto a ser
alcanzada por su lectura crítica implica la percepción de relaciones entre el texto
y el contexto.3
Pensando en este contexto, ¿qué significa la lectura y más propiamente, la lectura
filosófica? ¿En qué consiste el acto de leer?
La lectura, debe ponernos en contacto no sólo con “papel y letra” sino con todo el
cúmulo de reflexiones que puede inspirarnos, debemos tomar en cuenta tanto el texto como
el contexto, leer entre líneas. Para que la lectura sea filosófica debe ser crítica. En filosofía
importa más el cómo se lee, con qué actitud se aborda un texto, que el qué se lee.
Situándonos en el marco del programa de Filosofía para Niños, tiene validez el
preguntarnos si debemos limitarnos a la lectura de textos que han sido diseñados con el fin
de difundir de manera didáctica la filosofía entre la niñez, o si bien, podemos hacer uso de
otros materiales, como cuentos, poemas y otras novelas, incluso material de cine y
televisión que puedan inspirar también la reflexión filosófica aunque no hayan sido creados
con este fin.
2
Lyotard, Jean-François, La posmodernidad (Explicada a los niños), Ed. Gedisa, Barcelona, 2008, pág. 117
Freire, Paulo (1991), La importancia de leer y el proceso de liberación, México, Siglo
XXI Editores.
http://www.alfabetizacion.fundacionsantillana.org/archivos/docs/La%20importancia%20de%20leer%20Freire
%20doc.pdf
3
La narrativa en Filosofía para Niños
Trataremos sobre las novelas filosóficas de Filosofía para Niños.
Para elegir los temas y su presentación, Lipman se basa supuestamente en el
desarrollo de la historia de la filosofía y en las etapas del desarrollo cognitivo del niño
según Piaget. Las novelas servirían como base o pretexto para la discusión filosófica dentro
del aula, para problematizar en torno a ellas “No se trata de literatura per se, sino de una
pedagogía filosófica con forma literaria.”4
Aunque Lipman la presenta como una especie de ‘anti-texto’, lo cierto es que la
novela funge precisamente la función de texto, aunque didáctico, “No se propone que los
niños lean la novela en sus casas, que avancen en el desarrollo de la trama, que lean la
novela como si fuera suya, que se apropien de ella y la hagan presa de su fantasía, la novela
es fundamentalmente un texto para la clase y su uso está reglado por este sentido
filosófico.”5
El mismo Lipman reconoce que, si bien el estilo de sus novelas es “apenas
literariamente aceptable”, para él lo que importa es aquello que suscite en términos de
pregunta, de problematización.
Además supone que es el material ideal para llevar a cabo las clases de FpN, ya que
fue diseñado específicamente para ello y es, en fin, el modelo de cómo desarrollar la
filosofía como un “programa de desarrollo de habilidades cognitivas” a partir de cuestiones
esenciales para el ser humano (verdad, belleza, justicia, etc.) que constituyen los temas
principales a lo largo de la historia de la filosofía.6
Lipman pretende que el contacto con las novelas y manuales pone en contacto a
docentes y niños con los filósofos de la historia. Para Lipman los manuales “Buscan
propiciar modelos claros, prácticos y específicos de hacer filosofía, en los moldes de
Lipman, para maestros sin formación académica específica de esta área [misma razón por la
que Splitter y Sharp sugieren no utilizar material fuera de los manuales y novelas
4
Waksman, Vera y Kohan, Walter. Filosofía con niños. Aportes para el trabajo en clase, Ed. Novedades
Educativas Buenos Aires, Argentina, 2000, pág. 83
5
Ibidem.
6
Op. Cit., pág. 42
filosóficas del programa de Lipman] recuperando para ellos la tradición filosófica y
ofreciéndoles posibilidades de ir más allá de esta tradición.”7
Los manuales contienen:
1) Ejercicios- que intentan propiciar o fortalecer alguna habilidad específica de
pensamiento y los procedimientos más habituales de investigación filosófica.
2) Planes de discusión- que buscan la formación de conceptos filosóficos en los
estudiantes.8
¿Qué habilidades cognitivas desarrolla la filosofía según Lipman?
1) De investigación: La filosofía y la educación son formas de investigación, prácticas
autocorrectivas
2) De razonamiento: Una forma de ampliar el conocimiento que tenemos a partir de la
experiencia. La lógica en este sentido sería piedra fundamental del razonamiento
3) De organización de información: En este punto entran la descripción y la narración,
fundamentales en el modelo de Lipman, como procesos organizacionales que todo
buen pensador debe dominar. Son tres las unidades principales de organización de
la información: conceptos, oraciones y esquemas.
4) De traducción: En este punto se incluye el diálogo, como forma de intercambio que
intenta conservar el sentido en los diversos lenguajes.9
La comunidad de investigación
La comunidad de diálogo, comunidad de investigación filosófica o comunidad de
indagación es, según Matthew Lipman, basándose en Dewey, el espacio donde se gestan los
objetivos de Filosofía para Niños; los estudiantes leen en el salón de clase un fragmento de
la novela (o el material que vaya a ser utilizado en esa clase, aunque se privilegia la lectura
de las novelas filosóficas) y el maestro pide que se elaboren preguntas sobre aquello que les
haya llamado más la atención de la lectura.
7
Ibidem., pág. 43
Ibidem.
9
Waksman, Vera y Kohan, Walter. Filosofía con niños. Aportes para el trabajo en clase. Buenos Aires,
Argentina, Ed. Novedades Educativas, 2000, págs. 43 y44
8
Estas preguntas usualmente se anotan en el pizarrón y de manera democrática el
grupo elige una para comenzar el diálogo. La intención de comenzar con una pregunta se
relaciona con la esencia de la comunidad de indagación pues el diálogo parte de algo que
queremos indagar, algo acerca de lo que deseamos saber más, algo problemático que nos
incita a explorar, profundizar y tratar de avanzar en un esfuerzo por comprender mejor y
más ampliamente los conceptos abordados en la discusión.
¿Quiénes conforman la comunidad de diálogo? Una comunidad de investigación
filosófica, está compuesta por dos tipos de miembros:
1- Miembros investigadores (niños)
2- Miembros auxiliares (docentes)
Entre ellos se supone no debe haber diferencia de jerarquía, sino de funciones.
Por un lado los niños están ahí para investigar, para desarrollar su experiencia de
pensamiento: Ellos son quienes plantean los problemas, proponen hipótesis y las ponen a
prueba, conectando sus posturas singulares con la de sus pares, los otros niños. Poniendo en
juego herramientas ligadas a las dimensiones crítica, creativa y sensible, van construyendo
su “pensamiento propio”. Conjuntamente construyen sus objetos de pensamiento (elaboran
sus conceptos), sus propias perspectivas, su subjetividad.
El docente por su parte, como auxiliar de la investigación, se encarga de que se den
las mejores condiciones posibles para la experiencia filosófica (un espacio agradable en el
cual se ubiquen los niños circularmente, y este es un punto en el que se insiste en el
programa, de modo que todos puedan mirarse al rostro cuando participan; un tiempo
suficiente para que piensen con su propio ritmo, etc.); trabaja para poner a los niños en
situación de colaboración y no de competencia; se ocupa de que cada uno desde su
condición singular y diferente a la de los otros, se encuentre en igualdad en cuanto a la
posibilidad de tomar la palabra; pone a disposición de los niños las herramientas
argumentativas que considera favorecerán a la clarificación del pensamiento y su
formulación, las conexiones entre ellos, su puesta a prueba. En general, es un facilitador de
las herramientas tanto materiales como de pensamiento para los niños, todo esto sin
pretender llevar a los niños a asumir una postura previamente delineada por él.10
10
Op. Cit. Santiago, págs. 61 y ss.
El maestro es sólo un participante más de esta comunidad, siendo un moderador que
incita a la reflexión y a la revisión de conceptos, para aclarar el pensamiento de los niños.
Supuestamente así los niños deben aprender a dar razones sobre sus posturas 11 con la guía
del profesor.
FpN supone la adquisición por parte del niño de un pensamiento crítico, creativo y
propio, este es su objetivo principal.12 Aunque no se manejan (generalmente, ni es
recomendable) los conceptos, teorías y autores propios de la Filosofía académica, si se
tratan sus problemas fundamentales, metafísicos, éticos, epistemológicos, lógicos, etc.
Con la propuesta de la “Comunidad de Investigación Filosófica”, en la cual el rumbo
de la clase se define a través del diálogo entre maestro- alumnos, alumnos-alumnos,
alumnos-maestro, se pretende evitar el adoctrinamiento. Puede decirse que se hace enfoque
en el aspecto poietico de la filosofía, la creación de conceptos,13 la filosofía como actividad
creativa.
La filosofía para niños es pensada como una manera de construir precisamente
conceptos, sobre la base de preguntas formuladas por los propios niños, se pretende que
sean ellos quienes problematicen y procuren encontrar soluciones a sus incógnitas.
A continuación, para ejemplificar, leeré extractos de una discusión de FpN en un
grupo niños de entre 6 y 7 años en Argentina,
Lectura del episodio 8 de Rebeca
¿Por qué creés que me puse a llorar?
Seguro que creés que fue porque me caí de la bici.
Bueno, es cierto. Pero ésa fue sólo una de las razones que tuve para
ponerme a llorar.
Había otra. Era una gran razón.
Creo que era una buena razón, pero Roberto dijo que no creía que lo
fuera.
¡Qué sabe Roberto!
Esta es la razón por la que me puse a llorar: estaba confundida con las
preguntas que tenía en mi mente.
Había trescientas cuarenta y siete, y todas me daban vueltas por la
mente.
[Continúa la lectura]
11
Cfr., Gustavo Santiago, Op. Cit., pp. 41-58.
Gustavo Santiago, Op. Cit., pp. 41-58.
13
Cfr. Deleuze y Guattari, ¿Qué es la Filosofía?
12
Momento de la discusión:
Coordinadora [Maestra]: ¿De qué habla Rebeca? ¿Qué les parece
interesante de lo que leímos?
Micaela: Habla de llorar.
Cecilia: De tener preguntas en la mente.
Ernesto: Seguro que estaba en la sesión de Filosofía.
Sabrina: Nos cuenta por qué había llorado.
María José: Nos daba razones de por qué lloraba […]
C: ¿Es una buena razón para llorar el tener muchas preguntas en la
cabeza?
(Contestan todos juntos, algunos dicen que sí y otros que no)
Micaela: Rebeca inventó las preguntas para llorar.
C: ¿Quién inventa las preguntas: nosotros o nos vienen solas?
Ezequiel: Vienen solas.
C: ¿De dónde?
Ezequiel: Del cerebro.
C: ¿Y el cerebro no sos vos?
Ezequiel: Noooo, el cerebro está adentro y nosotros estamos afuera
(mientras dice esto, se toca la cara y el cuerpo).
Micaela: No, el cerebro está en nuestro cuerpo y de ahí vienen las
ideas, así que somos nosotros los que pensamos. Pensamos porque
tenemos cerebro. Las preguntas no las inventamos, las pensamos y si
te vienen muchas juntas, ahí te volvés loca.
Ezequiel: Lo que pasa es que lo de adentro no soy yo… pero se me
está confundiendo todo…
[Continúa la discusión].14
Este es solo un ejemplo de cómo se trabaja la Filosofía para Niños en el aula. El texto como
puede verse, es funcional en tanto que cumple con la utilidad para la que fue destinado,
provocar la discusión filosófica.
Relación entre filosofía y literatura en FpN
Como puede verse, el programa de filosofía para niños está fuertemente anclado en
la narrativa la cual sirve de base, trampolín o pretexto para la discusión, y no cualquier
narrativa, sino la narrativa filosófica que ha sido creada con este fin específico, pero ¿acaso
no puede hacerse esto mismo con la literatura, ya existente?
La literatura es valiosa por sí misma y en vez de utilizar su forma para servir a la
filosofía, esta última debería procurar enriquecerse por la lectura de ella, tomando en cuenta
14
Accorinti, Stella, Trabajando en el aula. La práctica de Filosofía para Niños, Ed. Manantial, Buenos Aires,
Argentina, págs. 105 y 106
que la verdadera lectura no es algo mecánico, sino, como bien indica Jorge Larrosa, es una
experiencia que construye sentido.15
El programa curricular de FpN es también valioso pues está basado en la
investigación y trabajo de aquellos que lo realizan, pero ceñirse a solamente este, es limitar
a la filosofía a un campo muy reducido. Debemos ampliar la filosofía, recordar que
filosofía es vida y como tal debe interesarse por todos los campos de ella.
No hay que temer invitar a los niños a hacer una lectura filosófica, ni hay que
reducir a la literatura a sierva de la filosofía. Estas disciplinas son tan cercanas y tienen
tantos puntos en común que hay que aprovecharlos. Según Paulo Volker, filosofía y
literatura “se identifican por participar de ese lugar caracterizado por la absoluta libertad de
las necesidades de la vida, pues exigen, tanto por su fruición como para su producción,
desligarse de los intereses inmediatos.”16 De tal manera que son manifestaciones del
hombre libre, en su capacidad de creación, ¿por qué entonces tendría que haber reticencia a
relacionarlas? Ambas son ejercicios de creación. Pero el resultado final, la obra literaria y la
obra filosófica son distintas, pues la filosofía maneja conceptos, que son por así decirlo
definitivos, mientras que en la literatura se manejan metáforas, que son simbólicas y se
prestan a juego. Sin embargo, la obra literaria suele servirse de la filosofía como contexto o
discurso, mientras que en filosofía la literatura surge como objeto de reflexión.17
Esto es lo que debemos tomar en cuenta para tratar la filosofía con niños. Sin
confundir lo que es filosofía con literatura, podemos enriquecer ambas disciplinas con un
tratamiento cuidadoso que respete las líneas de ambas y con una mirada que nos permita
reconocer las posibilidades de reflexión a que invita la literatura en filosofía, pues ¿qué
habría sido de Nietzsche de no haber leído antes a Dostoievski?
Autores como Walter O. Kohan y Vera Waksman, proponen actividades de
Filosofía para Niños basadas en literatura infantil, con planes de discusión a partir de ella y
sugieren algunas lecturas que contienen temas específicos para tratar en filosofía, que
amplían considerablemente las posibilidades del plan propuesto para Filosofía para Niños.
15
Op. Cit., Kohan, Walter y Vera Waksman, pág. 87
Volker, Paulo, “Filosofía y literatura o las relaciones peligrosas”, en Filosofía para Niños. Discusiones y
propuestas, Ed. Novedades Educativas, Buenos Aires, 2000, pág. 112
17
Ibidem., pág. 114
16
Y la filosofía, como amor a la sabiduría, como deseo de conocer, debe mantenerse
abierta a nuevas posibilidades de realización.
Bibliografía
FREIRE, Paulo. La educación como práctica de la libertad. Ed. Siglo XXI, México, 2007
KOHAN, Walter O. y Vera Waskman, Filosofía para niños. Discusiones y propuestas, Ed.
Novedades Educativas, México, 2000
-----------------------------------------------,. Filosofía con niños. Aportes para el trabajo en
clase. Buenos Aires, Argentina, Ed. Novedades Educativas, 2000
LIPMAN, Matthew, A.M. Sharp et F.S. Oscayan. La Filosofía en el Aula. Ed. De la Torre,
Madrid, 2002
SANTIAGO, Gustavo. Filosofía, niños, escuela: Trabajar por un encuentro intenso. Ed.
Paidós, Buenos Aires, 2006
SPLITTER, Laurance y Sharp, Ann M. La otra educación. Filosofía para niños y la
comunidad de indagación. Buenos Aires, Argentina, Ed. Manantial, 1997
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