¿En qué medida y por qué, Winston Smith es imagen de todos nosotros, los seres humanos, y su mundo una imagen del nuestro? “1984” de George Orwell es una novela de ficción, que hace una gran crítica y reflexión hacia los regímenes totalitarios y el daño que estos pueden causar a la sociedad. Orwell imagina un mundo en el que los ideales totalitarios ganan sobre la naturaleza humana, se retrata a Winston, el último hombre en amar y pensar, en una sociedad dónde aquello era un delito castigado severamente. Se suele decir que 1984 predijo ciertos aspectos de la realidad actual del mundo en el que vivimos, en ello la cantidad inmensa de formas en que se controla a las personas. La novela puede ser tomada como una advertencia sobre como nosotros mismos como sociedad podemos destruir nuestra propia humanidad, si dejamos llegar lo suficientemente lejos la necesidad de control y poder sobre nuestras acciones. La frialdad del mundo en que vivía Winston, un mundo en el que el amor, las ideas, pensamientos, y la libertad estaban controlados, prohibidos y penados, básicamente se castigaban todos los actos humanos y encargados de diferenciarnos de cualquier otro animal. Viviendo en una sociedad dónde se había perdido la humanidad en todos los sentidos, excepto como ser viviente, cada persona se había vuelto un engranaje más de una maquinaria que constantemente se mueve para beneficiar a unos pocos que están arriba de una injusta y desbalanceada pirámide social, la guerra movía aquellos engranajes y permitía que las personas no hicieran algo más que enriquecer a los de arriba. En ese mundo Winston logró tener un atisbo de lucidez, y pensar algo diferente a lo que había sido entrenado para pensar, darse cuenta de lo que estaba perdiendo los ideales humanos en ese mundo, el cual la humanidad misma creó. Cuando Winston conoce a Julia, una mujer joven que lo observaba constantemente, cierta paranoia e incredulidad se apodera de él, el mundo en el que vivía lo hacía verla como una enemiga desde el primer momento. Su mente había sido tan alterada, que su forma de ver tal acontecimiento fue ponerse automáticamente a la defensiva e imaginar el peor de los casos en su mente. Con el avance de la historia Winston se da cuenta de que le gusta a Julia, él sin saber muy bien qué hacer, sin realmente entender lo que sentía, decide abrirse a amar, a vivir y a dejar de lado sus obligaciones en esa gran maquinaria de sociedad de la que hacía parte y dedicar el cien por cien de su ser en permitirse ser un poco más humano. Aquello es imposible no relacionarlo con nuestro mundo, nosotros cómo personas y humanidad actual, la cual vive para producir y hacer girar el gran sistema hipercapitalista de nuestros tiempos, en el que la calidad de una persona se mide en su capacidad para producir y seguir órdenes. Cada vez parece más que cosas encargadas de hacernos humanos, como lo son pensar, amar y disfrutar de nuestra libertad se han vuelto un lujo, más allá de que estos aspectos sean nuestro motivo de vivir, se dejó de trabajar por esos ideales, y se empezó a enfocar todo nuestro tiempo en este mundo para producir y con suerte en algún escaso momento de nuestra existencia poder disfrutar de aquello que nos llena como humanos y lo único que nos hace diferentes de simples animales. En el mundo de 1984, la sociedad deja de ser una comunidad, y simplemente se vuelve un conjunto de seres tratando de ser alguien en un mundo que no tiene lugar para los ideales de las personas, todos piensan en sí mismos, se olvidan de la empatía y la compasión, los lazos entre las personas dejan de importar, sólo importa el beneficio propio. Esto lo logra el gobierno gracias a infundir miedo, todos temen al castigo y a las consecuencias que podrían tener si llegan a hacer cualquier cosa con la que el régimen no esté de acuerdo, o se considere inadecuado. El gobierno usa la guerra como medio para mantener a la gente unidad por una causa, medio para disuadir la atención de lo que realmente importa; la deshumanización que se está viviendo, y como arma contra el pensamiento se crea la Neo lengua, la cual destruye las palabras y conceptos del vocabulario humano, haciendo la comunicación básica y simple y con ello, más simple se vuelve cada vez el pensamiento de cada persona, lo suficiente para que no sea posible cuestionar su realidad. En el mundo actual, un mundo en el que cada vez estamos más controlados, y donde los medios de vigilancia inundan cualquier sector de la sociedad, desde las calles, espacios públicos, hasta la supuesta privacidad de nuestros hogares, nuestros dispositivos escuchan, nuestras búsquedas nunca son anónimas y la idea de libertad deja de ser un hecho y comienza a parecerse más a una ilusión. Obviamente nuestro contexto actual no se puede comparar con el de la novela “1984”, pues a pesar de que cada vez lo más básico de la naturaleza humana se vuelve un lujo al que pocas veces accedemos, al menos sigue siendo posible para nosotros el amor, las ideas, y una relativa libertad. Aún podemos hacer algo para que nuestro mundo nunca se convierta en el del libro. sería demasiado pretensioso pedir que la sociedad deje de moverse por producir y se mueva por las ideas, el amor y la libertad, pero también es aterrador como cada vez estamos perdiendo aquello, y nuestro mundo se asemeja más al que describía Orwell en su obra. Lo que podemos hacer no tanto como sociedad, sino como humanidad es permitirnos el lujo de ser más humanos, vivir con libertad, pensar como nunca y amar apasionadamente. En una conversación que tienen Julia y Winston, sobre evitar no ser descubiertos, y mantenerse vivos Winston dice: “La cosa no es mantenerse vivos, sino mantenerse humanos” Esto nos muestra que para luchar contra la destrucción de los ideales, la solución no es esconderse y simplemente no dejarse descubrir haciendo lo contrario a las ideas del régimen, sino seguir comportándose como lo que son y como todos se deberían comportar, cómo personas, esto es la mejor manera de protestar y de defender la naturaleza humana.