¡ HOY DECIDO RENUNCIAR… ! A partir de este momento y de ahora en adelante, decido renunciar a todo aquello que, de una manera u otra, me ha impedido ser mejor de lo que puedo ser y me ha impedido llegar más allá, hasta la plenitud de mi ser. Por eso, renuncio a la soledad y la tristeza, a mis temores y limitaciones, a los malos recuerdos y a lo que no pudo ser. Renuncio a mi egoísmo y falta de generosidad, al rencor y a la falta de perdón. Renuncio a mi mal humor, y a detenerme a paladear la amargura de mi ser. Renuncio a pensar en el fracaso y la derrota. Renuncio a la envidia, la codicia y el chisme, y a seguir esperando que la gente y las cosas cambien. Y, lo más importante... renuncio porque todo esto me aparta de Ti, mi Dios, y del plan que tú tienes sobre mí. Señor, prefiero caminar siempre cerca de Ti; te dejo todos mis afanes y preocupaciones; prefiero que tú vivas en mí y yo haga tu voluntad. Acepto tu proyecto sobre mí, porque sé que tu proyecto es VIDA y me llevas a la plenitud. Sé que con amor eterno Tú me amas.