Hoy empezamos un nuevo año litúrgico, el primero de los cuatro domingos del Adviento. Un nuevo tiempo de gracia que el Señor nos ofrece para prepararnos de manera gozosa para celebrar uno de los acontecimientos centrales de nuestra fe cristiana: el nacimiento de Jesús. El Adviento está destinado a prepararnos para celebrar: la obra que Dios comenzó en Navidad, cuando Dios se unió a la humanidad en la persona de Jesucristo, cuando el verbo se hizo carne y se convirtió en uno de nosotros para que cada uno pudiera tener una relación con él. La primera venida de Cristo sucedió en un pesebre en Belén hace dos mil años. La lectura de hoy también es conocida como el “Discurso escatológico”, es decir, las enseñanzas de Jesús sobre el fin de los tiempos y el regreso del hijo del hombre.. Lo que sabemos acerca de la segunda venida, es que Cristo vendrá de nuevo al final de los tiempos, aunque no sepamos el día ni la hora. Pero lo interesante aquí es que estamos en un lugar de privilegio en relación al tiempo histórico en el cual sucedió este relato. Jesús aún no había sido crucificado en aquella cruz. Con el hecho de su resurrección podemos contemplar su tercera venida que es la más importante de todas. Cuando las cortinas del templo se partió el acceso al encuentro con el Creador fue liberado. Esta tercera venida de Cristo ocurre, una y otra vez, día tras día, cada vez que Cristo nace en nosotros; ● cada vez que lo reconocemos en nuestras vidas como salvador y maestro; ● cada vez que nos entregamos a él rendidos y le permitimos moldear nuestro corazón factible a equivocarse siempre. ● cada vez que elegimos vivir en relación con él y con nuestro prójimo que es tan carente como yo del amor de Dios. ● Cada vez que me conecto con su obra maravilla y también puedo contemplar la vida en todas sus dimensiones con respeto . El relato de regreso al final de los tiempos es un recordatorio para nosotros, que este mundo es fugaz, pasajero y de que Cristo, es el único que es el mismo ayer, hoy y siempre; Cristo es el Señor del tiempo y de la Historia. Pase lo que pase su palabra no dejará de cumplirse. La palabra del Señor sigue siendo viva y la esperanza del regreso del Hijo del hombre también. Hoy cerca de dos mil años después somos invitados a recordar el que vino el que viene - el que vendrá a cambiar de una vez y para siempre el rumbo de nuestra historia. El que Vino - Recordamos la espera del pueblo oprimido y perseguido por un imperio opresor. Ansiaban la venida del Salvador, la llegada del Mesías y la liberación que esperaban de él. Va desde Adán y Eva hasta la Palabra/El verbo que se hizo carne y habitó entre y con nosotros a través del nacimiento de Jesús . El que viene - Recordamos al Jesús resucitado que viene una y otra vez, constantemente a la humanidad a través de la relación que mantenemos con él. Estamos acompañados por el consolador que es el Espíritu Santo. El que vendrá - La llegada definitiva del Hijo del Hombre en el final de los tiempos. En la lectura de hoy Jesús nos da algunas pistas/consejos/órdenes de cómo nos preparar para recibirlo diariamente y de cómo estar listos para su segunda venida. usa verbos no imperativo como: ● aprendan estas enseñanzas - (es decir conozcan la verdad y ella te hará libre) - Estudiando y meditando en su Palabra. ● sepan que el hijo ya está cerca - (estén atentos, viven gozosos, agradecidos y con esperanza porque el Reino ya está cerca, pero todavía no es el momento) - Es el ya, pero todavía no. ● Y por 3 veces nos dice manténganse despiertos y vigilantes - (no nos desanimamos, no perdamos tiempo con las cosas inútiles de la vida, el dolor es inevitable, pero es nuestra elección vivir en él sufriendo. ● Esté despiertos con la cabeza erguida y firmes en la fe, pues es a través de ella de la fe que se da el milagro del camino. ● Esté vigilante para no confundirse y caer en los mecanismos de control y de poder, en las artimañas y mecanismos que el propio ser humano usa para ejercer para discriminar, juzgar, perseguir, para ejercer autoridad y poder sobre los más débiles y humildes. ¿Me encuentro preparado hoy para recibir a Jesús? Ustedes manténganse despiertos y vigilantes dice Jesús, porque no saben cuándo llegará el momento. No saben cuándo vendrá el señor de la casa, no sea que venga cuando menos lo esperen y los encuentre dormidos. Dios nos invita a vivir en esa tercera venida, diariamente y en nuestro diario vivir, lo más que podamos, empezando de a poco, pero manteniendo siempre una relación íntima con el. Hoy nos prepara para recibir su llegada no con miedo y como algo trágico, como interpreta muchos, sino como una experiencia transformadora y plenificante que nace de una relación diaria con el. De eso se trata este tiempo de Adviento, de preparar nuestro corazón y nuestra mente para estar listos; para reconocerlo y recibirlo cuando venga a nosotros de una vez y para siempre. Oración: Dios de amor que has venido a habitar entre y con nosotros, te damos infinitas gracias por tu cuidado y amor, por tus palabras, por la salvación gratuita, pero mas que nada hoy queremos darte las gracias por más un año nuevo litúrgico, por más una oportunidad de prepararnos para recibirte una vez más en nuestros corazones. Los temas de la muerte y del fin nos provoca miedo, terror, pánico, pero damos gracias por tus instrucciones, te damos gracias porque tú nos preparas de antemano para encontrarte contigo en el día que tu consideres que sea el final. Te damos las gracias por la Paz que nos das, también te damos gracias porque tú nos has cuidado en este tiempo complejo que hemos pasado a nivel mundial, pero hemos visto tu obrar a través de la vida de nuestros hermanos y hermanas que conforma tu iglesia a lo largo y ancho del mundo. Te pedimos quédate con nosotros en el día de hoy y siempre a través del Espíritu Santo. En el nombre de Jesús, amén