Subido por Claudia Orlando

Libro 1 Tratamiento Cognitivo Conductual del Autismo Dr. Cossi

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ISBN 978-987-783-388-1
Cuadernillo (guía) práctico para
profesionales y familiares
PROGRAMA DE TRATAMIENTO
Y MODELO DE INTERVENCIÓN
EN EL CAMPO DE LOS
TRASTORNOS DEL ESPECTRO
AUTISTA
Libro 1
Por Eduardo Cossi Corregido por María Luz Bargalló
Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Introducción
Se pretende establecer, con la máxima claridad posible, una
presentación del campo intervención que caracteriza a los trastornos del
espectro autista —en particular el trastorno autista—.
Nos ocuparemos, en primer lugar, de establecer la importancia de una
adecuada comprensión, caracterización y delimitación diagnóstica del
trastorno y de su relación con TEA (trastorno del espectro autista).
Luego avanzaremos en la comprensión de los principios básicos del
tratamiento y los abordajes terapéuticos de primera línea de elección
específicos. Para finalizar, trabajaremos sobre las competencias e
incumbencias propias del acompañamiento y del tratamiento en este
campo.
2 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Autismo: Consideraciones diagnósticas
El autismo como trastorno era un trastorno específico del grupo clínico
de los trastornos generalizados del desarrollo TGD expuestos en el DSM
IV1. Actualmente en el DSM V, no existe como tal el grupo clínico y por
tanto el trastorno específico, sino que queda subsumido en la
descripción del TEA (trastorno del espectro autista). Estrictamente
hablando, el autismo es una de las posibilidades de expresión dentro de
los trastornos del espectro autista. La distinción es importante
mantenerla ya que dentro del espectro hay expresiones más
francamente neurobiológicas y expresiones que, como el autismo,
responden a la hipótesis de un compromiso temprano de la
comunicación social y sus reguladores, afectando tempranamente al
desarrollo de estructuras cognitivas complejas y básicas (centrales). Por
eso es adecuada la idea de un trastorno de los procesos generales del
desarrollo. Por supuesto, el desarrollo del que hablamos en el caso del
autismo será el desarrollo psicológico; entonces, el abordaje será
psicológico cognitivo comportamental.
Durante mucho tiempo el autismo fue incomprendido y ligado a la
metapsicología y a la especulación psicoanalítica que lo asociaba a la
psicosis infantil.
En las últimas décadas los avances de la psicología del comportamiento
y de la psicología del desarrollo de estructuras psicológicas beneficiaron
su comprensión y tratamiento. Es concebido como un trastorno
1 DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) es el Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación
Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association, APA) y contiene
descripciones, síntomas y otros criterios para diagnosticar trastornos
mentales.
3 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
generalizado del desarrollo ocasionado por un compromiso temprano
en los reguladores de la comunicación social.
De este modo, el trastorno encuentra una forma razonable de
intervención que permite su solución plena en un porcentaje alto y
significativo de situaciones.
Estos modelos, de primera línea de elección, se correlacionan con
competencias y habilidades terapéuticas educativas técnicamente
calificadas.
4 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Recomendaciones para la atención
El campo del autismo evolucionó desde la institucionalización hasta el
modelo terapéutico educativo domiciliario. Veremos cómo debe
entenderse este modelo para que sea efectivamente una alternativa
terapéutica óptima.
Cuando hablamos de “modelo terapéutico educativo” en el campo del
autismo no estamos haciendo referencia a modelos específicos de
educación escolar para chicos con trastornos generalizados del
desarrollo.
No es un modelo de educación escolar, sino un modelo clínico
terapéutico: un modelo educativo que tiende a fortalecer las estructuras
del aprendizaje del desarrollo psicológico.
Cuando decimos educativo, estamos haciendo referencia al tipo de
intervención que realizamos para transformar y modificar las
condiciones del trastorno.
Existen dos tipos de tratamientos educativos que se han desarrollado a
lo largo de los años. El primero de ellos, es el que llamaremos
conductual clásico y el segundo lo definimos como modelo terapéutico
educativo cognitivo conductual.
El origen de los modelos de tratamientos educativos se encuentra muy
temprano en la historia del autismo de la mano del Dr. Asperger, quien
focalizó el interés del tratamiento del autismo en la educación.
En esos años, el modelo que sirvió de apoyo a la idea de Asperger era el
modelo conocido como Hellpädagogik o pedagogía terapéutica de la
5 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Clínica Universitaria de Viena. Es decir, un modelo pedagógico con fines
terapéuticos y clínicos. Para Asperger, el autismo planteaba un desafío
para la educación ya que requería, en principio, educar a chicos que
carecerían de las condiciones motivacionales que los llevan a establecer
relaciones afectivas y a identificarse con los adultos y pares
“incorporando la cultura y humanizándose a través de un proceso
abonado por las emociones y los afectos intersubjetivos”.
Vemos aquí anunciado el problema en el orden del desarrollo
psicológico: la dificultad de aprender y desarrollarse a partir de la
relación social con el mundo.
Este modelo de aprendizaje se relaciona con la Teoría Cognitiva Social
del Aprendizaje (Bandura), donde se enuncia que es en el marco de las
claves implícitas que produce la relación social de comunicación
permanente con el entorno que el aprendizaje es posible para un chico.
A saber, no interesa enseñar, sino poner en condiciones de captar y
aprender de la misma relación con el mundo. En esta relación se
aprenden habilidades y competencias, y se desarrollan estructuras que
no podrían ser explícitamente enseñadas.
6 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
El modelo educativo conductual clásico
Con el desarrollo de las teorías neurobiológicas del autismo y el
abandono del modelo y tratamiento psicoanalítico, se desarrollaron los
primeros modelos y centros terapéuticos educativos. La educación se
convirtió en el tratamiento principal del autismo.
El modelo clásico de modificación de conducta lograba solo resultados
limitados y transitorios y los centros especiales demostraron ser
entornos demasiado artificiales para promover el desarrollo psicológico.
En esta época, el abordaje recibió la influencia del desarrollo y
aplicación de procedimientos de modificación de conducta (psicología
conductual clásica) y, por otro lado, la de la creación de centros
educativos dedicados específicamente al autismo. Ambas tareas han
resultado en fracasos para el tratamiento.
Habiéndose comprendido el trastorno como un problema del
neurodesarrollo, que se expresa tanto en comportamientos sociales y
comunicativos como en los esquemas cotidianos de acción,
correspondía un tratamiento que “educara esos comportamientos” a
falta de uno que corrigiera el compromiso en el neurodesarrollo.
Estos tratamientos son educativos en el sentido más clásico de educar o
corregir un comportamiento disfuncional o lograr que aparezca un
comportamiento funcional.
Se promueven procesos de aprendizaje de conductas funcionales y de
extinción o disminución de las que no lo son.
7 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
La demostración de la posibilidad de controlar las conductas autistas
mediante procedimientos operantes abrió el camino para la creación de
muchos programas eficaces para desarrollar el lenguaje, eliminar
conductas alteradas, aumentar la comunicación y las conductas sociales,
promover la autonomía y aumentar las capacidades cognitivas y las
destrezas funcionales de las personas autistas.
Mientras el modelo conductual clásico entiende el aprendizaje como la
enseñanza de conductas a partir de la modificación puntual de los
comportamientos; el modelo contemporáneo —que llamamos cognitivo
conductual— se basa en la organización de situaciones de aprendizajes
focalizadas en las estructuras psicológicas (cognitivas) y en sus
procesos de desarrollo.
Esto significa que se pasa del análisis y modificación de conductas al
análisis y modificación de las estructuras que organizan la conducta.
Más propio que hablar de conductas es hablar de comportamiento,
entendido como un proceso complejo y organizado inteligentemente.
Este trabajo es entonces sobre el desarrollo psicológico ya que la
condición de las estructuras que organizan el comportamiento es su
desarrollo en medio de una relación de interacción permanente y total
con el medio ambiente social (el mundo). Por eso el tratamiento
organiza experiencias de aprendizaje significativo lúdicas en vez de
adiestrar conductas.
Acordando con Bandura, las actividades educativas de aprendizaje se
basan siempre en esquemas explícitos sobre la naturaleza humana y los
procesos de aprendizaje. Los más influyentes de estos esquemas son
quizá los que forman parte de las teorías implícitas de sentido común
que guían las interacciones habituales entre personas.
8 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
En otras palabras, el tratamiento gira desde el adiestramiento de la
ingeniería del comportamiento a la emulación y el diseño de las
condiciones sociales más naturales de aprendizaje y desarrollo.
El foco está puesto en qué ajustes son los necesarios para acercar todo
cuanto se pueda la experiencia a una situación de aprendizaje
significativo y social espontáneo, y en la organización de los pasos para
llevarlas a cabo. Por ello la clave del tratamiento del autismo está puesta
en la comprensión del desarrollo psicológico normal, de sus estructuras
y procesos. Desconocer esto es alejarse de la posibilidad de dar con una
solución razonable, realista y realizable para el problema del autismo.
Es claro a todas luces que el autismo no puede reconducirse a un
problema del desarrollo neurobiológico; lo demuestra la complejidad de
las estructuras comprometidas como el lenguaje, la espacialidad, la
temporalidad, todas de construcción social, y la eficacia de los
tratamientos que trabajan con la hipótesis de los procesos generales del
desarrollo psicológico.
9 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Los modelos educativos contemporáneos
Es necesario entonces incorporar distinciones entre un tratamiento
clásico de modificación de conductas y un modelo basado en las
estructuras del desarrollo psicológico.
El modelo clásico puede enseñar algunos comportamientos y eliminar
otros, pero los comportamientos que obedecen a capacidades cognitivas
y al desarrollo de estructuras psicológicas que los hacen posibles no
pueden enseñarse más que con resultados harto pobres y limitados.
Acordamos con la mayoría de las posturas actuales en que es necesario
un modelo educativo terapéutico “más integrador y menos artificioso” y
“más centrado en la comunicación como núcleo esencial del desarrollo”
(Ángel Riviere, 19972).
Sin embargo, para lograrlo, la idea de desarrollo que debemos
considerar pasa del modelo reduccionista neurobiológico al modelo
psicológico.
Entonces, en vez de enseñar, educar o corregir conductas, se busca que
el chico pueda “aprender a aprender”. Es decir, se trabaja con el
desarrollo y no con la conducta resultante. Este interés en el desarrollo
psicológico es lo que determinará las áreas y comportamientos a
trabajar en los programas de aprendizaje que conformarán el
tratamiento y que deberemos diseñar en cada caso.
El modelo clásico atendía a la modificación de comportamientos, no al
desarrollo del aprendizaje. Estas consideraciones han producido una
2
Desarrollo normal y autismo. Curso desarrollado en la ciudad de Tenerife en
1997.
10 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
evolución que va de un conductismo duro a un conductismo “integrado”,
focalizado en el desarrollo psicológico del niño y en la relación del
desarrollo con el entorno social; más acorde al abordaje del
comportamiento humano y su lógica, en particular al comportamiento
durante la infancia y sus condiciones y posibilidades.
Por lo tanto, atendiendo al desarrollo psicológico espontáneo, se pasa
de organizar situaciones para enseñar comportamientos a organizar
situaciones para aumentar las posibilidades del aprendizaje.
Las conductas autistas que parecen desconectadas y ajenas al medio,
funcionalmente dependen, sin embargo, de ese mismo medio, y pueden
modificarse cuando este se controla adecuadamente; aunque dependen
también de las estructuras psicológicas que la organizan, en
consecuencia, trabajamos en la interacción entre estructuras y medio
ambiente o entorno social. Esto es el ámbito de la experiencia y no la
mera instrucción.
En otras palabras, para aumentar la comunicación, las conductas
sociales, promover la autonomía y aumentar las habilidades cognitivas y
las habilidades funcionales de modo estable en el tiempo, hace falta
más que la modificación que enseña o elimina conductas. Es preciso
considerar un modelo más psicológico del compromiso de los
comportamientos y organizar en función de ello la secuencia de los
aprendizajes correspondientes.
En el primer sentido el terapeuta es el que enseña lo que el chico
aprende, por consiguiente el chico únicamente aprende lo que enseña el
terapeuta.
En el segundo caso, el terapeuta organiza situaciones para
que el chico pueda aprender como consecuencia de la facilitación
11 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
que los ajustes en el entorno operan sobre el desarrollo
psicológico; por lo tanto, el chico puede aprender todo lo que
ahora su desarrollo psicológico le permite. A saber, aprende
incluso lo que el terapeuta no enseña porque aprende del
mundo a través de su experiencia.
Es por esto que hace tanta falta el conocimiento técnico
conductual sobre modelos de administración de apoyos y
refuerzos, como la comprensión sobre el desarrollo
psicológico y sus etapas, procesos y leyes.
12 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Condiciones del terapeuta
En primer lugar, se destaca en este campo el espacio que se reserva a
los terapeutas no profesionales en un programa cognitivo conductual.
No solo no está reservado a profesionales, sino todo lo contrario: se
recomienda la participación de los padres y de los auxiliares en todos
los programas especializados en este campo.
Sin que los profesionales estén excluidos, el programa no está dedicado
especialmente a ellos; sino a todos quienes “intenten dotar a un niño de
las habilidades necesarias para ser capaz de comunicar y desenvolverse
en su ambiente”.
La figura que se destaca es la del “profesor” ya que se trata de un
programa de aprendizaje y de un tratamiento terapéutico educativo.
No obstante, se habla indistintamente de padres, terapeutas o
profesores para referirse a quienes llevan adelante el tratamiento
terapéutico educativo.
De alguna manera, su programa está pensado para formar a terapeutas
y a padres como buenos profesores dada la condición educativa del
programa.
Vamos a concentrarnos en las cualidades que se entiende que hacen
falta para ser “un buen profesor” y así poder llegar a instrumentar este
tipo de programas.
13 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
No hay una cosa sin la otra, de modo que para que la aplicación de las
técnicas de modificación de conductas sea eficaz deben adquirirse las
habilidades correspondientes.
El padre del modelo, el doctor Lovaas planteaba:
“Nos dimos cuenta de nuestros errores y cambiamos de táctica,
enseñando a los padres y a los profesores exactamente cómo habíamos
enseñado al niño. Se dejó el tratamiento en manos de los adultos de la
comunidad natural y cotidiana del niño: [...] se convirtieron en los
principales terapeutas del niño, y nosotros nos limitamos a aconsejarles.
En retrospectiva, este nuevo desarrollo tenía sentido. Si el
comportamiento de un niño es influido por el ambiente en el que vive y
aprende, y dado que este entorno se compone de diferentes escenarios
(el colegio, el hogar y el barrio), es razonable que el entorno total del
niño sea terapéutico y educativo, si ha de conseguir los máximos logros
durante el tratamiento” (Lovaas, The Me Book)
En un sentido estricto, para pretender éxito en este tipo de
intervenciones es más importante trabajar en llegar a ser buenos
profesores que en conocer técnicas conductuales y aplicarlas.
14 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Principios básicos
Ningún enfoque solucionará todos los problemas de las personas con
problemas de desarrollo aisladamente. Más bien las personas que
intentan ayudar deberán servirse de una variedad de conceptos y de
técnicas pedagógicas, pero integradas de modo coherente y consistente,
con un modelo basado en el desarrollo psicológico y en sus
compromisos.
Cada programa exigirá consideraciones particulares y diferentes, y los
procedimientos que son especialmente aptos para un chico pueden no
resultar en otro caso similar.
Por eso es tan importante llegar a ser “buen profesor”: para poder
aprender a diseñar los programas y no solo aplicarlos ciega y
rígidamente.
El tratamiento no consta únicamente de unas horas de trabajo con
personas calificadas, sino de lograr ajustar en conjunto las condiciones
del entorno del chico para que el aprendizaje espontáneo sea posible.
Eso exige calificación técnica, sumada a muchas habilidades de
planificación y diseño de programas.
En un sentido, el aprendizaje se apoya y se refuerza a través de ensayos
discretos, pero el entorno total debe ser permanentemente consistente y
coherente con estos ajustes discretos que realizamos.
Cuanto más organizado esté el entorno general del chico, menos
restrictivo y más natural será su aprendizaje; y así, potenciará al
máximo sus experiencias de aprendizaje.
15 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
La importancia de este principio es recordar que el aprendizaje es “sin
error” y requiere tanto de la capacidad del profesor de diseñar el
programa adecuado como de su habilidad para llevarlo adelante.
Un buen programa es un programa que pueden hacer con éxito el chico
y el terapeuta.
Además de advertir sobre la necesidad de construir un equipo de
trabajo y no solamente un grupo de terapeutas o educadores, la
importancia de este principio es meditar sobre nuestra actitud frente a
las tareas arduas y duras.
Si la advertencia de una ardua y dura tarea lleva consigo una actitud
negativa nos da una idea de cómo sentiremos el tratamiento.
El terapeuta tiene que estar especialmente preparado para tareas
difíciles; no en el sentido de soportar o aguantar la situación, sino de
poder tener una actitud anímica positiva para que la tarea sea
gratificante y satisfactoria. No tendrá grandes resultados como buen
profesor soportando el trabajo.
Debemos pensar que el trabajo es mucho más laborioso para el chico,
por lo tanto, nuevamente debemos recordar que si no sabemos hacer
gratificante un trabajo arduo y duro para nosotros, menos lograremos
que lo sea para el chico, con lo cual el programa se conducirá al fracaso.
Para Lovaas, “felicidad” y “aprendizaje” van juntos: si el chico debe
soportar el trabajo, no aprenderá; lo mismo nosotros como profesores,
si no podemos trabajar con agrado, no podremos ser buenos profesores
y el chico no aprenderá.
16 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Forma un equipo de enseñanza.
El equipo ideal —por la naturaleza de las tareas, programas y objetivos
de que se trata— se compone de cuatro a ocho personas para que cada
uno trabaje aproximadamente de cuatro a ocho horas semanales.
El chico va a recibir de 20 a 60 horas de trabajo a la semana para recibir
el óptimo del modelo.
Es imprescindible que la enseñanza tenga lugar en todas partes (casa,
colegio, etc.) y la mayor cantidad de horas posible. Recordemos que se
trata de emular condiciones de aprendizaje social. Normalmente los
chicos dedican las 24 horas del día a desarrollar estas estructuras en su
experiencia cotidiana con el mundo.
Como dijimos antes, todos quienes estén en contacto con los chicos
deberán enseñar y tendrán que hacerlo de una manera coherente. Por
eso, es imprescindible conformar un equipo y no un mero conjunto de
acompañantes, educadores y terapeutas.
El padre, terapeuta o profesor (acompañante) deberá ser flexible,
innovador y capaz de sacar provecho a una variedad de técnicas y
procedimientos.
Todas las personas que tengan un contacto sostenido con personas con
trastornos del desarrollo deben aprender a ser profesores.
Deben establecerse pequeñas metas al principio para que tanto vos
como el niño se sientan gratificados.
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espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Prepárate para una ardua labor, protégete del desgaste formando un
equipo confiable de enseñanza.
Lovaas considera fundamental que haya un coordinador general o
director del programa, independientemente de que cada integrante es
responsable de estar suficientemente calificado para desarrollar o
participar de programas de este tipo. No debe haber nadie falto de
conocimientos adecuados, pero para adquirir la consistencia y la
coherencia requerida es necesario un coordinador del equipo que dirija
el proceso general.
La advertencia de Lovaas es muy importante ya que este programa
necesita la corrección permanente de errores para realizarse con éxito.
Una vez más, lo que consideramos útil para el trabajo con los chicos se
aplica al trabajo mismo de los terapeutas.
Es nuestra responsabilidad que el trabajo que para el chico es
arduo sea al mismo tiempo placentero; no obstante, debemos
estar atentos a exigir al chico con expectativas
adecuadamente altas sobre su rendimiento.
Debemos tener presente que la recuperación es un derecho fundamental
del chico. “Intenta no sentirte asustado o culpable de los arrebatos
emocionales del niño ni de su ensimismamiento”, dice Lovaas. Sin
embargo, exigir no puede ser sinónimo de violentar al chico bajo ningún
punto de vista.
Felicidad y aprendizaje deben ir juntos, recordalo; pero el trabajo que
exige la recuperación no puede evitarse. Nuestra responsabilidad es
hacer interesante y agradable ese trabajo.
18 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
El chico tiene derecho a recuperarse. A veces van a experimentar
resistencia a través del enojo o siendo agresivos consigo mismos o con
vos; en algunos casos ensimismándose. Esto puede ocasionar que te
sientas culpable o rechazado, tanto que decidas abandonar, lo cual sería
una equivocación. No lo hagas porque a la larga les perjudicará a ellos.
No hay que confundir esta advertencia con la actitud inflexible que no
escucha y desatiende auténticas demandas del chico; pero hay que estar
atento a poder diferenciar situaciones de enojo o molestias con
situaciones de resistencias comprensibles al trabajo que es preciso
realizar.
19 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Ser un buen profesor
Lovaas distingue algunas características que definen las condiciones que
debe reunir un terapeuta para ser un buen profesor, y así poder llevar
por buen curso el programa.
“Para mantener al niño en su comunidad natural el mayor tiempo
posible tendrás que ser un profesor eficaz”.
Según Lovaas, el chico no conseguirá nada sin un buen profesor.
¿Cómo es entonces un buen profesor? A continuación marcaremos las
características del buen trabajo en equipo y las aptitudes de cada
terapeuta-profesor.
Cada integrante pertenece a un programa en particular. Lo
recomendable es que cada programa tenga su director y, al mismo
tiempo, una persona está encargada de la totalidad de los programas;
debe haber un organizador o coordinador general.
Debe realizarse una reunión de equipo de una o dos horas por semana
para comentar lo que se ha estado haciendo a lo largo de la semana
anterior y para establecer los planes para la siguiente.
Este tipo de supervisión semanal es importante. Es vital observar el
trabajo de los terapeutas para corregir errores en la instrumentación de
programas. Un equipo que como mínimo no corrige su trabajo
semanalmente no es un equipo confiable. No hay que esperar mucho de
él.
La mayor dificultad en los tratamientos no nace de los programas que
están bien estructurados, sino de su mal instrumentación. La
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espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
constitución y elección de un equipo de trabajo bien calificado es
fundamental. No hay que esperar soluciones mágicas.
Si un miembro del equipo no está de acuerdo con esto y se siente tan
“superior” y avanzado que quiere hacerlo a su manera, o es tan sensible
que no soporta la crítica, haz que abandone el equipo antes de que
dañe tu programa.
“Haz que el niño se esfuerce”
Todos nosotros, como las personas con dificultades, ni más ni menos, y
especialmente las personas con autismo y los que sufren perturbaciones
emocionales, quieren que las cosas sean de otro modo y es entendible.
Recuerda que a veces el niño es especialmente agresivo cuando le
exiges cosas: está respondiendo, es una manera razonable de resistirse.
No ceder es darle oportunidades al chico de crecer, de aprender y de
recuperarse. Respetamos sus tiempos, pero también nos
comprometemos con la realización del trabajo que hay que hacer,
pensando en los mejores intereses del chico.
Un buen profesor
“Un buen profesor es una persona a la que se le da bien apoyar las
respuestas adecuadas y organiza la situación para que el niño emita
conductas reforzables. Hay un millón de formas de apoyar miles de
conductas. Y si se te da bien, el niño estará en marcha.”
Esto quiere decir que el seguimiento de un programa y de un método no
excluye, sino todo lo contrario, supone la creatividad de los terapeutas.
Más bien es indispensable. Un error común es malentender esto y creer
21 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
que es incompatible ser creativo y conectar con el chico bajo el
seguimiento estricto de un programa altamente organizado y
estructurado. Las dos son condiciones, no resulta una sin la otra.
Es señal de buen profesor el siempre encontrar modos de motivar a un
alumno a que aprenda lo más normalmente posible.
Aunque puede que tengas que usar motivaciones artificiales y
exageradas al principio, un buen profesor las disminuirá gradualmente
para que el aprendizaje sea normal cuanto antes.
La normalización de la estructura motivacional es esencial con el fin de
que el aprendizaje se dé en todos los entornos y sea generalizable y
flexible.
“Un buen profesor sabrá pasar de los refuerzos artificiales a otros más
naturales para contribuir a la generalización de las conductas
adquiridas”.
Además de recompensar al niño con una variedad de refuerzos
positivos, un buen profesor se las debe arreglar para enseñarle algún
tipo de desasosiego y tensión.
Cuando los niños se enfrentan a un problema para el que no tienen una
respuesta preparada, aprenden soluciones a estos problemas porque
crean un cierto estado de tensión o desasosiego ante ellos.
La recompensa por ejecutar una tarea difícil no es solo conseguir los
refuerzos positivos, sino evitar las tensiones negativas y desasosiegos
que preceden a la solución del problema.
22 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
“Un buen profesor es aquel que ayuda al niño a experimentar tensión o
urgencia antes de que se solucione el problema y a experimentar
satisfacción con la solución”.
23 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Habilidades básicas del terapeuta (Garza
Fernández)
A pesar de no ser él mismo psicólogo, el manual de Francisco Javier
Garza Fernández ha sido uno de los manuales más leídos en lengua
castellana y ha formado por décadas a generaciones de profesionales,
auxiliares y familiares.
Por todo ello, nos parece importante incluir en este apartado sus
apreciaciones sobre las condiciones que un terapeuta debe reunir.
Para Garza Fernández, un terapeuta debe contar con capacitación
conceptual y técnica en modificación de conductas que incluya
capacidad de programación, valoración y diagnóstico.
No alcanza con saber aplicar las técnicas si no se sabe evaluar las
necesidades de los niños.
Según Garza Fernández, las habilidades básicas que todo terapeuta
debe tener son:
a) Control de sentimientos y emociones.
El terapeuta debe controlar sus sentimientos (ej.: tristeza, alegría,
ternura, cariño, desagrado, enojo, etc.) para que no intervengan en el
trabajo. Si sucediese, se pierde la objetividad y se altera la confiabilidad
de registros y de la planificación programada.
La consecuencia más común es que se confunde al niño en su
entendimiento de las instrucciones, causando una disminución en su
rendimiento o avance. Un abordaje que no cuente con la regulación
24 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
emocional suficiente de parte de los terapeutas será muy poco fiable en
los resultados porque toda su instrumentación estará muy sesgada.
Los chicos tienen dificultades de comprensión, por lo cual la regulación
de emociones no debe interferir en la administración técnica y en el
manejo de nuestros tonos, gestos y acciones que deben ser muy
organizadas, aunque espontáneas para el chico. Es decir, hay mucho de
habilidad actoral en este control, ser espontáneo y controlado a la vez
es una de las cualidades necesarias; como cuando al manejar nuestro
comportamiento es espontáneo y reflejo, pero esta previamente
instruido. Esto se logra con el entrenamiento en habilidades necesarias
para el manejo de programas de administración de apoyos y refuerzos.
De esta manera, seremos organizados, pero no rígidos. Insisto en que la
mayor cantidad de problemas en los tratamientos no está en los
programas, sino en deficiencias de habilidades y aptitudes de los
terapeutas para llevar adelante el trabajo: por eso son elementales estas
recomendaciones.
De acuerdo con Garza Fernández, aprender la modificación de conducta
es importante, pero es fundamental también contar con la guía y el
apoyo de un profesional con experiencia (no todos los psicólogos saben
cómo se maneja el autismo). El lugar del profesional experto es
entrenar, corregir, dirigir y supervisar; mientras que el lugar de los
integrantes del equipo es entrenarse en manejo de técnicas de
planificación y organización de programas, trabajo en equipo, y en las
bases conceptuales del autismo y los principios ordenadores de su
tratamiento.
En este contexto, la actitud no debe ser emocionalmente espontánea,
sino, una que sin perder espontaneidad responda a la programación y
organización planificadas.
25 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Manejo de expresión facial, tono y volumen de voz
Siguiendo lo anterior, el terapeuta debe tener control de sus diferentes
expresiones faciales, tono y volumen de la voz.
Estos, sin dejar de ser espontáneos y naturales, deben ser coherentes
con el elemento que se esté trabajando, ya sea la presentación de una
instrucción, una corrección o un reforzamiento.
Recordemos que en el inicio las diferencias que hacen discriminables un
programa, refuerzo, apoyo o corrección, son más artificiales y
exageradas. Los gestos, tonos y volumen de voz, son parte de la
programación de cada ensayo dentro de cada programa o unidad de
aprendizaje.
En correspondencia con una teoría del aprendizaje coherente con la
psicología del desarrollo de estructuras cognitivas, debemos recordar
que el chico reconoce las diferencias antes que los elementos en sí
mismos. Por ej.: la diferencia de tonos más que el tono en sí.
El terapeuta debe tener una voz clara. Muchos simplemente fracasan por
hablar demasiado rápido o despacio, y el chico no puede comprender.
Es una condición esencial saber impostar un todo de voz, es un material
del programa que debemos saber controlar y gobernar.
La capacidad que tenga el terapeuta de manejar sus expresiones faciales
se reflejará directamente en la calidad de la terapia, y, por lo mismo, en
las respuestas del niño.
b) Dar instrucciones
26 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
En vista de lo anterior, las instrucciones son una de las herramientas
más importantes del programa. El terapeuta debe poder instrumentar y
diseñar una instrucción adecuadamente.
Para ello debe considerar que la instrucción:
ü Sea corta
ü Tenga lo esencial
ü No tenga faltantes ni sobrantes
ü Sea sencilla y clara
En los primeros programas se recomienda utilizar de una a tres palabras
como máximo.
Acompañe con mímica y gestos. Debemos acompañar nuestras
instrucciones verbales con nuestra comunicación no verbal. Nuestro
cuerpo es fuente de comunicación visual y sirve de apoyo para
transmitir las instrucciones verbales.
En etapas iniciales, se debe procurar hacer gestos exagerando algunos
aspectos (ej.: como si el niño estuviera muy lejos, para que nos vea).
Es importante siempre lograr su atención de modo constante y
permanentemente. La atención debe tener un ritmo y no debe ser solo
un momento puntual y único. Por eso debemos aprender a captar la
atención y a mantenerla luego inmediatamente, lo primero es más fácil
que lo segundo. Quizá un chasquido de dedos capte la atención y vuelva
al chico de una distracción; no obstante, una vez captada dependerá de
la actividad y experiencia que tengamos organizada para ofrecerle y
27 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
para que capte sostenidamente su atención e impida que vuelva pronto
a distraerse.
Ser consistente
En las primeras etapas, las instrucciones deben ser siempre
exactamente iguales para lograr en el niño la habilidad a menos que se
haya programado diferente, la variación progresiva es tan importante
como la estabilidad inicial.
No debemos variar palabras, ni tonos, ni tiempos, hasta que progrese
una habilidad. Para que así ocurra, será indispensable organizar
cambios y variaciones permanentes. Esta doble condición es esencial.
Todo el tiempo se trabaja incorporando diferencias sobre un fondo de
estabilidad. Es una regla de oro.
Una vez más, en concordancia con el modelo de aprendizaje que
promovemos, el chico aprenderá por reconocer la diferencia que
persiste entre una y otra repetición; para eso, nosotros debemos
encuadrar la serie de repeticiones dejando fijas las variables
participantes. De este modo, no agregamos variaciones y simplificamos
la presentación de la situación para que la variación que subsista sea al
mismo tiempo, natural, contingente y simplificada por nuestra
estructuración.
Por ejemplo, si digo “mirame”, lo diré de una manera diferente cada vez
que lo repita de idéntica forma; pero, si además varío intencional o
involuntariamente la instrucción, aumento innecesariamente la
complejidad de la situación que presento.
28 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Por lo que es tan importante al principio mantener idénticas las
instrucciones. El chico aprende diferencias, pero nosotros presentamos
esas diferencias que presenta el mundo dentro de una estructura
simplificada.
Se busca enseñar una habilidad. Una vez que domine, discrimine y
generalice la instrucción, se podrá enseñar al niño a responder ante
diferentes situaciones.
Entonces sí introducimos variaciones y rotaciones aleatorias
intencionalmente. Las variaciones son necesarias para que los
aprendizajes no arraiguen en las variables contextuales que los hacen
posibles. Debemos recordar que el aprendizaje que se alcanza es con
guías, ayudas y ajustes nuestros. La variación aporta condiciones
dinámicas que hacen que el aprendizaje sea más estable, más
consistente y más flexible ante posibles cambios. Esta relación entre
identidades y variaciones es la clave del éxito del modelo. Debemos
aprender a manejar esta relación.
Ser constante
Para que el tratamiento sea eficaz, debe intentarse que el mismo alcance
todas las áreas de la vida diaria del chico; para ello se deben evitar
términos o condiciones tan especiales que luego no se repitan o
encuentren en otros momentos o espacios de la casa.
Para lograr esa constancia lo más adecuado es que el terapeuta se
adapte al entorno del chico y su familia, todo cuanto pueda.
c) Presentación y manejo de material
29 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
El material es un elemento muy delicado y se debe cuidar hasta el más
mínimo detalle por insignificante que parezca. Cuando no se hace, el
chico se confunde.
Algunos de los detalles a observar en la elaboración y manejo de los
materiales son: color, tamaño, tipo de material, forma, orden de la
presentación y posición en que se presenta.
Recordemos que se debe balancear (variar aleatoriamente) la
presentación de los mismos.
d) Registro de programas y conductas
Es fundamental llevar un buen registro para valorar el progreso del
chico. Es necesario llevar un registro de los programas así como la
presentación de las conductas adecuadas e inadecuadas.
Existen diferentes tipos de registros, según el tipo de conducta que
evalúo, el tipo de evaluación que necesito y/o el programa que realizo.
Los registros permiten evaluar conductas para diseñar adecuadamente y
evaluar la instrumentación de programas, y consecuentemente
corregirlos.
Debe aprenderse a registrar bien para que su instrumentación no
“contamine” el momento de relación con el chico o la ejecución de un
programa, y, a su vez, para que el registro que hacemos sea confiable.
Para ello debemos elegir en cada situación un modelo de registro en el
que nos sintamos cómodos y que al mismo tiempo sea eficaz.
30 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
e) Gratificación de programas y conductas
Es conveniente que podamos llevar un registro gráfico de los progresos
y dificultades ya que a lo largo del tiempo son muchas las conductas
registradas y es preferible facilitar el seguimiento a través de un gráfico
visualmente adecuado que nos dé una perspectiva general del proceso.
f) Manejo de apoyos
Recordemos que los apoyos se utilizan solamente cuando se está
enseñando una nueva habilidad y se retiran progresivamente hasta
quitarlos totalmente (desvanecimiento).
Aunque también se registran estos ensayos, no se consideran para
saber si una determinada habilidad ya ha sido dominada. Para ello, se
consideran únicamente los ensayos que no reciben apoyo.
g) Elaboración de programas
Los programas se centran en la realización de fichas diarias de trabajo y
programación que expresan los objetivos a alcanzar en cada área de
trabajo de acuerdo con las necesidades específicas de cada chico.
Los objetivos se programan a corto (tres meses), mediano (seis meses) y
largo plazo (nueve meses), tomando en cuenta las siguientes preguntas:
ü ¿Quién? Por ej.: El niño.
ü ¿Qué? Por ej.: Se parará de su silla.
ü ¿Cómo? Por ej.: Ante la instrucción verbal del terapeuta.
ü ¿Cuándo? Por ej.: Dentro de los tres segundos de latencia.
31 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
Aunque los programas iniciales para diferentes chicos pueden ser muy
parecidos, siempre se deben considerar características específicas de
cada uno para no “viciar” el programa y consecuentemente, la habilidad
que se está enseñando.
Siempre tenemos que prever un método para saber si las respuestas
exitosas del chico son verdaderos aprendizajes: esto es, poder discernir
si es un progreso en su desarrollo y la consecuente adquisición de una
nueva habilidad, o si en realidad es la mera respuesta a la repetición de
la instrucción. En el último caso, el chico aprende la respuesta correcta,
pero no la habilidad. Por eso incorporamos variaciones sobre una misma
habilidad, hechas con cuidado y progresivamente, pero, a la vez, al zar;
es decir, sin patrones rígidos de variación que neutralicen su efecto. De
esta manera, podríamos probar la eficacia real del aprendizaje. Es
fundamental este chequeo porque de lo contrario el chico solo estaría
aprendiendo los “trucos” que enseñamos y no progresando.
h) Recomendaciones generales
• Usted está dando un aprendizaje, mantenga siempre eso en la
mente.
• Aplique exactamente los programas tal y como fueron
planificados.
• No permita que sus estados de ánimo contaminen sus
programas.
• Cuide la dignidad del chico en todo momento.
32 Programa de tratamiento y modelo de intervención en el campo de los trastornos del
espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
• No espere resultados inmediatos, algunos aprendizajes requieren
tiempo y paciencia.
• Siempre hágale saber al chico el cariño que siente por él.
• Refuerce lo anterior diciéndoselo en diferentes momentos hasta
hacerlo una costumbre.
• Asegure el máximo bienestar y salud general del chico en todo
momento.
• Asegúrese de alcanzar el máximo nivel de coherencia y
consistencia entre todas las áreas y etapas que componen el
tratamiento y la vida diaria del chico, su entorno y su grupo de
referencia.
Conclusiones
Este campo de incumbencia representa uno de los trabajos más
calificados y técnicamente definido llevado adelante por terapeutas
profesionales y no profesionales (auxiliares y familiares).
Se pone de manifiesto cómo el lugar de los terapeutas auxiliares en este
campo clínico requiere de una calificación técnica adecuada para
colaborar en la instrumentación de estrategias y tratamientos
específicos de manera eficaz.
Esta guía provee los principios necesarios y suficientes para ello, pero
no dispensa del ejercicio, del estudio y del entrenamiento que cada uno
deberá proveerse para estar en condiciones. Este entrenamiento implica
además el estudio detallado de los programas de aprendiza
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espectro autista: libro 1 por Eduardo Cossi
recomendados, como el programa de UCLA del doctor Lovaas (The Me
Book), por mencionar el más clásico de todos.
OTROS PROGRAMAS QUE PERSIGAN ESTOS MISMOS PRINCIPIOS Y
RECOMENDACIONES TAMBIÉN SE VERÁN MUY BENEFICIADOS.
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