Subido por VASQUEZ MENA ANGEL EDUARDO (ALUMNO)

Fuentes del derecho Romano

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Vásquez Mena Ángel Eduardo
CUADRO INFORMATIVO DE LAS FUENTES DE DERECHO ROMANO
Desarrollo
de las
fuentes de
derecho
romano
La escuela proculeyana y
sabiniana
Las instituciones de Gayo
Surgen dos escuelas, la de los proculeyanos y la de los sabinianos, que tenían sus
diferencias doctrinales; esto es propio de toda ciencia y si no hubiera distintas opiniones
y teorías no habría progreso; pero sus divergencias no eran considerables y los
jurisconsultos de una y otra escuela al citarse lo hacían con todo comedimiento; sus
diferencias eran sobre aspectos secundarios del derecho. Según Pomponio, nuestra
principal fuente de información, Ateius Capito fundador de la escuela sabiniana,
perseveraba en la tradición en lo que se refiere a las doctrinas jurídicas, era adicto al
emperador desde el punto de vista político; por el contrario, Antistius Labeo fundador
de la escuela proculeyana, era más bien independiente, pues no quiso aceptar el
consulado cuando se lo ofreció el emperador Augusto, se dedicó al estudio y se dice
que pasaba seis meses en Roma enseñando el derecho a su alumnos y los otros seis se
retiraba para escribir libros. Labeo, por la calidad de su ingenio y la confianza en la
doctrina, comenzó a innovar muchas cosas.
Según R. Sohm. su nombre envuelve un misterio, por el contenido de sus escritos se
supone que fue profesor de derecho en alguna provincia oriental del Imperio; fue
prácticamente desconocido de sus contemporáneos pues no lo citan, en cambio gozó
de extraordinario prestigio posteriormente y alcanzó después de muerto el ius publica
respondendi. Sus Instituciones son un pequeño manual para principiantes, dividido en
cuatro comentarios y fue compuesto hacia el año 161; tiene para nosotros el mérito de
ser la única obra de la jurisprudencia clásica que nos ha llegado en forma casi completa
y más fiel a su original, pues el manuscrito en que se encuentra data del siglo v y
contiene, sin duda, algunas glosas escritas por autores posteriores. Descubrimientos
posteriores hechos en Egipto en papiros por Arangio Ruiz, han permitido completar
algunas lagunas del manuscrito de Verona y han hecho sospechar que no nos ofrezca
completa la obra de Gayo. El plan de las Instituciones es el que sigue: en el primer
comentario habla de las fuentes del Derecho Romano y del derecho que pertenece a las
personas; en la segunda trata de los derechos reales y de los modos de adquisición per
universitatem, que alcanza al principio del tercer comentario; en el resto del tercero
trata de las obligaciones y el cuarto y último de las acciones.
Las constituciones
imperiales
La ley de citas
Se llaman constituciones imperiales a las decisiones emanadas de los emperadores en
virtud del poder y potestad que se les confirió por medio de la lex regia. El Código de
Justiniano no menciona ninguna constitución anterior a Hadriano, pero sin duda alguna
que hubo ya constituciones desde Augusto. Gayo las define así: constitutio principis
est quod impera-tor decreto ve/ edicto vel epístola constituit —la constitución imperial
es lo que el emperador ordena por decreto, por edicto o por carta. Hay cuatro clases de
constituciones imperiales:
a) los edicta, que contienen disposiciones o preceptos dados por propia iniciativa
imperial, con carácter general y obligatorios para todos, regulando uno o varios puntos
de derecho. Los edicta tienen vigencia durante toda la vida del emperador, porque sus
poderes son vitalicios, y se continúan aplicando por sus sucesores, a menos que sean
abrogados expresamente. Según la voluntad del emperador, los edictos son aplicables
a todo el Imperio, o a una provincia o ciudad determinadas.
b) Los mandata, que son instrucciones dirigidas a un funcionario sobre su actuación,
son de carácter político y administrativo, sin interés para el derecho privado por regla
general. Los mandata constituyeron una verdadera recolección de reglamentos
administrativos, sobre las medidas que debían tomar los gobernadores de las
provincias.
c) Los rescripta, que son respuestas dirigidas a un magistrado, o a un juez en particular,
que consultaron al emperador sobre un punto determinado de derecho. Los rescripta se
subdividen en subscripciones, cuando la contestación se da en el mismo oscuro,
epistolie, cuando se daba por separado en otro pliego. Los rescripta eran redactados
con cuidado por la Cancillería de Libelos y en ocasiones remitidos al Consejo del
príncipe, que estaba formado por los jurisconsultos más eminentes. Algunos rescripta
son personales y no pueden alegarse como ejemplo, pues lo que el príncipe concedió a
alguno, o si impuso una pena, o sin precedente favoreció a alguien, esto no sale del
ámbito personal.
d) Los decreta son resoluciones dimanadas del emperador y el consejo imperial, sobre
asuntos judiciales. En algunos casos en vez de reenviar el negocio por un rescripto, el
emperador mismo lo juzga si se han acompañado las suficientes pruebas. Estos decretos
no tienen en general valor más que sobre el asunto a propósito del cual fueron
redactados.
Constantino (306-337) se dio cuenta de este problema y lo solucionó en parte en el año
321: «Deseando evitar las continuas disputas de los prudentes, mandamos quitar fuerza
El Corpus Iuris Civilis
a las notas de Ulpiano y Paulo sobre los escritos de Papiniano», pues como no siempre
eran bien interpretadas, en lugar de aclararlo lo hacían confuso. el año 426 viene la
llamada Ley de Citas de Teodosio II y Valentiniano III, que se limitó a confirmar los
usos de la práctica judicial. Esta ley confirmó su autoridad a los escritos de Papiniano,
Paulo, Ulpiano y Modestino y a todos los jurisconsultos citados por ellos, además
otorga tal honor a Gayo, quien en vida no tuvo el ius publice respondendi. En esta
forma se delimita el campo de la doctrina clásica, preparando el material para la
compilación de Justiniano. El juez en lo futuro hará cuentas, decidirá la mayoría de los
jurisconsultos, si hay empate de soluciones, ganará el bando que cuente con la opinión
de Papiniano, si éste no dice nada al respecto, la solución quedará al arbitrio del juez.
recibió el nombre de Corpus Iuris Civilis, para distinguirlo del Corpus luris Canonici
y consta de las siguientes obras: el Digesto o Pandectas, las Instituciones, el Nuevo
Código y las Novelas. Las Quinquaginta Decisiones. El año siguiente a la publicación
del Codex vetus, en 530, para facilitar el uso de las obras de los jurisconsultos clásicos,
desde el 1^ de agosto a mediados de noviembre, Justiniano publicó varias
constituciones destinadas a ayudar a los litigantes, con las cuales se resolvían las
diferencias de opiniones existentes entre los jurisconsultos clásicos, sobre puntos
controvertidos de derecho. Estas constituciones son conocidas con el nombre de las
quinquaginta decisiones y fueron publicadas en conjunto hacia fines del año 530.
Sus partes son:
a) El Digesto o Pandectas: Justiniano se vuelve sobre el tus y el 15 de diciembre del
año 530, por la constitución Deo auctore, encarga a Triboniano, que ya era
cuestor de palacio, que reúna la comisión respectiva para la redacción del Digesto.
Esta comisión estuvo integrada por doce abogados, dos profesores de la escuela
de derecho de Berito, dos de la de Constantinopla y un antiguo profesor también
de Constantinopla: Constantino.
b) Las Instituciones: Mientras se elaboraba el Digesto, Justiniano encargó a
Triboniano, Teófilo y Doroteo confeccionar una obra de derecho destinada a la
enseñanza, labor que encomendó en 533 y que se publicó en diciembre de ese
mismo año, dándole fuerza de ley. Está dividida en cuatro libros y es un rápido
esquema histórico-dogmático del derecho de su tiempo. Para su confección sus
autores se basaron sobre todo en las Instituciones y Res quotidianae de Gayo y
otras obras similares como las de Ulpiano y Marciano.
c) El Nuevo Código: A partir de la publicación del Codex vetus, Justiniano había
publicado un buen número de constituciones que habían quedado fuera de su
compilación; movido por esto, ordenó que se hiciera una segunda edición del
Código, misma que fue publicada en diciembre del año 534, es el que conocemos
con el nombre de Codex repetitse prselec-tionis. Las constituciones se encuentran
numeradas y clasificadas por orden cronológico, cada una principia con la
indicación del nombre de su autor y termina con la fecha de su publicación. El
Código consta de doce libros, el primero dedicado al derecho eclesiástico, a las
fuentes del derecho y a las atribuciones de los magistrados; del libro segundo al
octavo se tratan las materias referentes al derecho privado; el noveno se ocupa
del derecho penal; La constitución más antigua es del emperador Hadriano y la
más reciente es de Justiniano, del 4 de noviembre de 534; un gran número de
constituciones son de Diocleciano.
d) Las Novelas: Después de publicado el Nuevo Código, Justiniano hizo saber que ya
no habría más ediciones y que las constituciones que publicara formarían una
obra llamada Novelice constituticnes. Durante su largo reinado, hasta el año 565,
publicó algunas constituciones importantes, sobre todo hasta 545, año en que
murió Triboniano, base de sus trabajos de compilación. Sin embargo, esas nuevas
constituciones emitidas después del Codex repetitse prselectionis —el Nuevo
Código—, nunca fueron refundidas en una obra oficial, sino que esto fue tarea de
los particulares. La recolección más antigua comprende ciento veinticuatro
novelas, que van desde el año 535 al 555 y son conocidas con el nombre de
Epitome Iuliani; se trata de un resumen en latín, de las cuales dos están
duplicadas.
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