Materia: Ética

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Manipulación en el fotoperiodismo: ética o estética
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tica%20o%20est%E9tica/E8B6F3F0D8E7DD2D41256A0F005237A
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Autor:
Luiz Augusto Teixeira Ribeiro
FonteMateria:
Ética
La imagen fotográfica es más que una forma de
expresión icónica y la fotografía se presenta como
una cristalización del instante visual, perseguida de
forma insistente por la humanidad a lo largo de la
historia.
Como una postura ante al mundo innata al hombre, por
la inseguridad experimentada en su relación con un
mundo que muchas veces no entiende, la religiosidad
puede tener una gran complicidad en la credibilidad
existente en las imágenes, pues que desde mucho
tiempo se presenta al hombre imágenes como iconos que
pueden tener poder milagroso, llegando a convencer de
la existencia de los poderes presentes en estas
representaciones de santos u otras escenas constantes
de la historia religiosa. También hemos observado la
existencia de muchas creencias de pueblos que
atribuyen a la fotografía función mística, como es el
caso de muchos indígenas que he fotografiado en
Brasil, pues creen que dejarse fotografiar es un acto
peligroso, que puede debilitarlos por la capacidad
que tiene la cámara fotográfica de quitarles su alma.
De ladrón de almas para los indígenas, el fotógrafo
puede asociarse hasta las prácticas del vudú, donde
la
fotografía
es
un
signo
importante,
porque
representa o está en el lugar de la persona
destinataria del maleficio, como los muñequillos
hechos en tela .
Y como las sensaciones de temor no son privilegios de
los pueblos indígenas del Brasil o de los habitantes
de
Haití,
muchos
de
nosotros
también
tenemos
preocupación con las imágenes y su función de enseñar
aspectos desconocidos de nuestra persona, como si
fuera una máscara del teatro antiguo o la luz en un
caleidoscopio, que cada vez que pasa provoca un
reflejo diferente.
La fotografía implica también la exposición del
objeto fotografiado y en la sociedad actual donde el
individualismo da el tono principal, las personas se
cierran cada vez más detrás de las pantallas de los
ordenadores personales, en mundos segregados por
barreras contra los flashes, que antes eternizaban
las reuniones comunitarias.
¿Habrá un ordenador que fotografía a su usuario?
El antiguo papel que ejercía el fotógrafo en la
sociedad, como testigo de dolores o alegrías humanas,
se ha perdido en un tiempo donde el ordenador es el
testigo discreto y silencioso de los dilemas humanos
en este proceso de transformación del espacio público
en privado.
La fotografía se expone no como un espejo de la
sociedad, sino como la representación de ella misma,
con los contrastes de las imágenes grises o rojas de
los horrores del hambre y la guerra, al lado de las
fotos coloridas de las personalidades de la elite que
dominan el flujo global de los apellidos, famosos por
la nobleza, el dinero y el poder.
Sensacionalismo o cotilleo se ponen en las análisis.
Y los fotógrafos aparecen como culpables por la
muerte de Diana o por la transformación mágica de
Mónica Levinski en una musa de la sensualidad
norteamericana.
Para mal o para bien ya está la fotografía presente
en todos los momentos, los escándalos de la Casa
Blanca o denunciando el hambre en Etiopía.
La fotografía implica el conocimiento y aceptación
del mundo, tal como la cámara lo registra. El límite
de su revelación de la realidad es borroso para el
fotógrafo que puede despertar consciencias o conducir
a juicios injustos.
Para Francastel:
El mundo exterior nos provee un campo continuo e
indiferenciado
de
fenómenos
que
animan
permanentemente el campo de nuestra retina, con
impresiones cuya característica principal es la de
serie continuas (Francastel, 1993, p.70)
La fotografía es conductora de la comunicación
puede ser producida con muchas finalidades.
y
Si un fotógrafo deseó retratar determinado personaje,
documentar el desarrollo de una obra o los diferentes
aspectos
de
una
ciudad,
esos
registros
serán
producidos
con
una
finalidad
documental
y
representarán siempre un medio de información y
conocimiento, además de su valor documental e
iconográfico.
Y eso no implica que estas imágenes no tengan valores
estéticos, en el acto de la toma del registro visual
o de su edición, hecha para su presentación en un
periódico o en un espacio de exhibición de obras de
arte.
El fotógrafo
aspecto:
Brassai
esclarece
con
lucidez
este
La fotografía tiene un destino doble... es hija
del mundo aparente, del instante vivido, y como tal
guardará siempre algo del documento histórico o
científico sobre ella; mas ella es también hija del
rectángulo, un producto de las bellas artes, el cual
requirió el rellenamiento agradable o armonioso del
espacio con señales en blanco y negro o en color. En
este sentido, la fotografía tendrá siempre un pie en
el campo de las artes gráficas y nunca será
susceptible de escapar de este hecho. (Brassai, Nueva
York, The Museum of Modern Art, 1968, p.14)
La foto de prensa, en mayor grado que el texto
escrito, aparece con una gran fuerza de objetividad.
Si una información escrita puede omitir o deformar la
verdad de un hecho, la foto aparece como el
testimonio
fidedigno
y
transparente
del
acontecimiento y la fotografía produce una impresión
de
la
realidad,
siendo
siempre
una
alusión
obligatoria a ella.
Es decir, que podemos afirmar que la fotografía es
pareja del texto y ambos se complementan.
Al fotoperiodismo le cabe el papel de informar con
lenguaje propio de los acontecimientos sociopolíticos
y económicos de la sociedad y siendo un medio de
comunicación no verbal contiene gran credibilidad
junto al público, porque capta el momento del hecho.
No obstante, todo el trabajo ejecutado por el
reportero gráfico en crear y demostrar un fragmento
del tiempo y del espacio para información de la
noticia, en la mayoría de las veces es distorsionada
por la edición, con el uso connotativo de leyendas,
que remiten al lector a hacer análisis de una lectura
ya decodificada por los cortes impuestos por los
periodistas responsables o por la necesidad de
distribución de espacio.
Sin embargo, la
utilizada como
desfigurando la
es concentrarse
vinculado.
mayor parte de las fotografías son
mero elemento ilustrador de texto,
función primordial de la imagen, que
en el mensaje visual sobre el hecho
Esta práctica es perceptible por la utilización,
forma indiscriminada, de imágenes de los archivos,
los que la descompensación temporal indica
valorización excesiva de la palabra impresa
contraste
con
él
apelación
intrínseca
de
inminencia de su mensaje.
de
en
la
en
la
Texto y fotos son dos códigos usados como medios de
comunicación.
El lenguaje del texto, como manifestación del
pensamiento, puede ser explícita o sutil, guardando
en las entrelíneas otros propósitos.
Con la fotografía se puede obtener la reproducción de
la imagen visual por medio óptico y físico-químico,
que puede hacerse creíble como neutra o de fidelidad
muy elevada.
Sí las palabras valen por los argumentos, la
fotografía puede traer para sí la capacidad de
evaluar el grado de veracidad de los argumentos o
configurarse como la propia expresión de la verdad.
Como una pintura puede transmitir la idea del artista
que la ha creado, la fotografía puede transmitir la
mente del fotoperiodista y la visión que tiene del
mundo que está fotografiando, siendo la imagen
visible la conjunción de la realidad encuadrada por
la lente de la cámara fotográfica y un reflejo de
algo invisible, que es la mente del reportero
gráfico.
Y en su mente está, además de su visión del escenario
que ha elegido para captar, su historia personal, su
cultura y sus creencias, que hacen parte de un código
de ética particular suyo, que asociación profesional
ninguna es capaz de suplantar, ni siquiera bajo
amenaza de castigo.
Así se discute la exhibición de muchas imágenes hoy,
y en esta discusión los fotoperiodistas son captados
por las cámaras más indiscretas: el veredicto de la
opinión pública.
En el fotoperiodismo, las imágenes del dolor, de la
muerte, de la violación a la integridad humana, a
pesar de que se han incorporado a lo cotidiano,
proporcionan material propio al establecimiento de
una comunicación inmediata e intensa con el público,
necesaria tanto para la venta de periódicos como para
la denuncia, esencial para la adhesión del público a
la lucha en contra de las injusticias que los
gobiernos solos no fueron competentes para resolver.
Se trata de un tema delicado, donde cabe la
tematización ética sobre la conveniencia o no de la
exhibición de cierto tipo de imágenes, así como el
cuestionamiento respecto a la postura del espectador
frente a ellas.
La alta dosis de sensacionalismo, frecuentemente
presente en el trato de las imágenes sobre violencia,
llega a sugerir la duda: si la violencia real precede
a las imágenes o es el medio el que acaba por hacer
germinar la violencia real.
Discutir ética en periodismo, específicamente en
fotoperiodismo, es caminar en campo minado, pues es
difícil definir a quién compete la responsabilidad
por la imagen, que se queda siempre entre el
reportero gráfico, que hace la captación y el editor
de fotografía, que la publica.
Ya fue exhaustivamente estudiado y discutido
comportamiento ético en el fotoperiodismo.
el
Sabemos que la invasión de la privacidad, la
publicación sin autorización, fotos sensacionalistas
y mucha otras actitudes de los profesionales del
fotoperiodismo son procedimientos condenados por los
códigos de ética profesional y por la moral
profesional, salvo si fuera en beneficio del interés
público (y casi siempre no lo es).
La presentación ética se mezcla con la estética,
porque también hay una estética de la violencia, y la
violencia mediatizada muchas veces deja de ser vista
como violencia real, porque a través de la estética
pierde su fuerza, funcionando a veces apenas como un
impacto visual.
Y así, es posible que la violencia de las imágenes
realmente tenga un efecto apaciguador para muchas
personas, porque se trabaja con la violencia en un
campo absolutamente abstracto, como en las películas
de asesinatos de las series exhibidas en las tardes
para el público infantil, que nunca cree en lo que
sus ojos ven en la pantalla.
Muchos directores de periódicos argumentan que la
proliferación de imágenes de violencia funciona como
una forma de satisfacción de un voyerismo sádico de
las personas al retratar, de forma proyectada, la
agresividad que todos creen hacer parte de la esencia
humana, prescindiendo de la realización de la
violencia real.
Entre las cuestiones
seguimos preguntando:
éticas
del
fotoperiodismo
¿Hasta dónde los recursos tecnológicos de producción
pueden distorsionar la imagen publicada?
Entre estas manipulaciones podemos ejemplificar los
casos más famosos y conocidos: la manipulación
fotográfica antes de los ordenadores como es el caso
del fotoestalinismo -1924 hasta 1937- cuando Stalin
no se contentó con ejecutar a sus enemigos políticos
y quiso borrar su rastro y sus rostros en las
imágenes fotográficas también, manipulando trucos
fotográficos y realizando, a golpes ahora de tijeras,
o
cargas
de
tintes,
haciendo
todo
tipo
de
fotomontajes, para glorificar su figura y ensombrecer
la de los otros.
David King, antiguo director de arte de la revista
Sunday Times de Londres, recopiló durante más de 30
años todas las fotografías manipuladas que se
publicaron en tiempos de Stalin y las ha agrupado en
el libro El comisario desaparece , editado por
Metropolitan Books, donde demuestra el arte de la
falsificación y los métodos macabros de trucar la
historia.
Stalin no sólo borró personajes de sus fotografías,
lo hizo también de la vida.
Otro problema ético de la mayor actualidad y gravedad
es la distorsión deliberada de imágenes fotográficas
con el apoyo de las tecnologías informáticas, como
fue la publicación de portadas de revistas americanas
como Newsweek y Time por ocasión del asesinato de la
ex novia del deportista/actor O. J. Simpson y al
novio de aquella. En ambas portadas está la foto de
O.
J.
Simpson,
famoso
deportista
y
actor
norteamericano, un ídolo nacional, acusado de matar a
su ex novia y al novio de ésta. En Newsweek, la foto
era natural. Sin embargo, en Time, la foto estaba
alterada por poderosos ordenadores y muestra a un
Simpson en un fondo más oscuro, con cara de malvado y
criminal, una figura asustadora. Evidentemente, los
editores de la manipulación sabían que eso iba a
influenciar en la opinión pública y en el juicio del
ex jugador de fútbol y, por lo tanto, esta foto ya
perdió su objetividad periodística por la distorsión
deliberada de la realidad.
Algunos marcos de tiempo, como este final de siglo,
inducen previsiones y profecías también sobre el
destino de la fotografía. No obstante, parecen
importantes algunas reflexiones sobre fotografía y
futuro, que corresponde a la reflexión sobre la
relación entre una sucesión de invenciones técnicas y
estéticas, portadoras de ideologías que han operado
de forma distinta en cada contexto históricocultural.
Con esta perspectiva dinámica se debe considerar la
fotografía electrónica, también denominada digital,
cuya razón de ser se sitúa en la aceleración e
integración de procesos de comunicación.
Este cuadro realza la condición de la fotografía como
imagen, con puntos de mutaciones que pueden simular
realidad, estableciéndose una situación límite para
la fotografía.
Así pues, pasa a formar parte del universo de las
imágenes electrónicas, al cual pertenecen por ejemplo
el vídeo y la infografía.
La gran conquista de las cámaras digitales, en
relación con las tradicionales, fue el ahorro de
tiempo. Y como el proceso electrónico es más ágil que
el fotoquímico, muchas empresas periodísticas ya
optarán por el nuevo sistema, haciendo la captación,
transmisión (vía módem) y el tratamiento de imágenes
por ordenadores se tornará prácticamente instantáneo,
al contrario de lo que acontecía con el proceso
químico.
Las imágenes son captadas y almacenadas en un chip,
en el interior de la cámara, y minutos después pueden
ser vistas y editadas en una pantalla del ordenador.
El problema es que al
puede ser alterado, y
cuanto a la fidelidad
matriz -el cliché- para
no haber cliché, el original
siempre podrá haber duda en
de la foto, porque no habrá
comparación.
Es particularmente útil para fotos de acontecimientos
próximos al cerrar el periódico, como encuentros de
fútbol, cuando la foto puede ser transmitida del
estadio al ordenador de la redacción y en minutos
está en la página para ser impresa.
Es obvio que el periodismo no puede renunciar a una
innovación tecnológica de este porte, pero su uso
impone cuidados éticos mínimos, como el de archivar
la escena original en un banco de datos bajo la firma
de solamente para lectura.
Uno de los méritos de los fotógrafos, que ha
sobrevivido hasta la cámara digital, fue la de poder
decir que ninguna foto se puede desmentir, al
contrario de declaraciones anotadas o grabadas por
los reporteros.
Con el advenimiento de máquinas que pueden cambiar el
Sol por la Luna en un escenario, la fotografía deja
de ser documento y los lectores, si ya dudaban de lo
que leían, ahora pueden también dudar de lo que ven.
¿Tecnología de punta o una
manipulación de la realidad?
apertura
para
la
El tratamiento digital de las imágenes no puede
envolver la desfiguración de la imagen retratada.
Además de la falta de ética, tal procedimiento
infringe el derecho de autor, según el cual está
vedada la alteración de los datos de una obra de arte
o de una fotografía.
La imagen es una comunicación de altísima cualidad y
lo cierto es que el lector debe ser informado siempre
de que las fotos publicadas estén manipuladas.
Las cámaras digitales cuando fueron introducidas en
el fotoperiodismo en Estados Unidos, hace algunos
años, generaron un debate ético, que ha terminado por
limitar su uso en el periodismo.
Hacer una corrección en una imagen a través de un
ordenador no es lo mismo que manipular la imagen,
pues la corrección se puede hacer para corregir
defectos técnicos. Por ejemplo, en lo que respecta a
las leyes que prohiben la fotografía de menores en
determinadas circunstancias, obligando a los medios
de comunicación a tapar u ocultar parcialmente de
alguna manera el rostro.
Las
grandes
cuestiones
que
se
presentan
para
discusión no se localizan en los aparatos utilizados
para la captación de las imágenes y no está contenida
en alteraciones de la imagen.
La gran cuestión está en los detentadores del poder,
en el periodismo de gabinete, en la ausencia de
investigación sobre el periodismo y en el predominio
de la estética sobre la ética.
El objetivo máximo de las empresas periodísticas
siempre fue defender su ideología o los intereses
económicos o políticos de sus anunciantes; en este
juego creer tener permitido hacer cualquier cambio en
la información.
En este contexto, la función del periodista se
encuentra como muerta, sin mucha posibilidad de
acción en contra de la mala utilización de su
trabajo, en una manipulación de la fotografía con
relación al texto interno o una portada de un
periódico o revista.
Nuestra esperanza es que el público lector se eduque
mejor, se torne más crítico y se utilice la prensa
actualmente como un producto más en el mercado, donde
ejerce la función de consumidor. Que pasé a exigir al
menos más calidad en los productos periodísticos , de
los cuales se podrían pedir que, como resultado de la
práctica del periodismo, fuesen al menos un poco
creíbles.
Así, en el lugar de hacer trucos de magia a lo David
Coperfield, el fotoperiodista podría rescatar su
función primordial de informar con dignidad.
Bibliografía
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Barcelona: Paidós
ZUNZUNEGUI,
Cátedra.
S.
(1989)
Pensar
la
imagen.
Madrid:
--Lic. Luiz Augusto Teixeira Ribeiro
Profesor de la Universidad Estatal Paulista "Julio de
Mesquita Filho",
Departamento de Comunicación Social, Bauru, Sao
Paulo, Brasil
[email protected]
(Artículo perteneciente a la tesis de doctorado del
Dr.
Luiz
Teixeira
(1999):
La
evolución
del
fotoperiodismo: el caso de la Folha de Sao Paulo en
Brasil. Universidad de la Laguna, España)
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