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emmet fox la llave de oro

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La llave de Oro
Emmet Fox
INTRODUCCIÓN
Una noche en la que me encontraba con Conny en su saloncito privado de la
Quinta “El Jabillo” le pregunté: “Bueno Conny, ¿y cómo fue que tu comenzaste en
la Metafísica?”
Conny sentada en su butacón, con ese aire señorial que siempre la
acompañaba, comenzó a decirme: “Estábamos en Nueva York cuando estalló la
Segunda Guerra Mundial y mi esposo y yo queríamos venir para Venezuela y no
encontrábamos forma. A través de algunos contactos encontramos la manera de
viajar en un barco carguero que le tocaba pararse en Puerto Cabello.
“Nos embarcamos y a bordo nos encontramos, en circunstancias similares a
las nuestras, al sabio Henri Pittier y a su señora, quienes tenían que trasladarse
también a Venezuela”. “Estuvimos una semana dentro del barco y sin poder salir de
la bahía de Manhattan, porque un submarino alemán nos estaba acechando en el
océano para hundirnos. Junto a nuestro barco había ocho más que iban a diferentes
partes del mundo y no podían salir”.
“Al fin salimos y nos vinimos costeando, navegábamos solamente de día, y
de noche nos parábamos y se apagaban todas las luces para que no nos
descubrieran”.
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“Dentro del barco se vivía un clima de angustia, sólo la Señora Pittier
cantaba, con los marineros y estaba feliz. No pude aguantar más, y la agarré un día
por la pechera y le dije: “¿Cómo es posible que estemos en una guerra y usted aquí
bailando como si nada? ¿Usted no sabe que en cualquier momento un submarino
alemán nos puede hundir?”
Y la Señora Pittier me respondió: “a nosotros no nos va a pasar nada, porque
Dios está con nosotros”. – Y yo le respondí: “¿Y por qué Dios no está con los
soldados en la guerra para que no los maten?”. La Señora Pittier me dijo: “Conny,
como ellos no saben que están con Dios no tienen Su Protección. Dios actúa a
través de la conciencia”.”Después de muchos días navegando llegamos a Puerto
Cabello y todo el pueblo nos estaba esperando.” Cuando nos bajamos la gente nos
decía: “Se salvaron. . .se salvaron”. Y allí nos, enteramos que de los nueve barcos
que habían salido de Manhattan, sólo el nuestro había llegado a destino. Entonces
me dirigí a donde estaba la Señora Pittier, la volví a agarrar por la pechera y le dije:
“Usted nos ha salvado. ¿Qué sabe usted para tener ese poder?” Y ella me dijo:
Metafísica. Entonces yo le pedí que me diera algo, para yo poder aprender
Metafísica, y ella solamente me regaló el folletico “La Llave de Oro” de Emmet
Fox. Conny haciendo una inflexión en su voz me dijo: “Rubén, yo pasé 20 años
leyéndome ese sólo folletico de La Llave de Oro y logré solucionar todos mis
problemas. Después de la Guerra, volví a New York y un día que pasé por la puerta
del Carnegy Hall vi que el propio Emmet Fox estaba dando una conferencia allí.
Me metí y después de todo, me hice su discípula. Y aquí ves como el filetico de La
Llave de Oro ha hecho que toda Venezuela, a través de mi librito de Metafísica, se
vuelva Metafísica”.
Autor: Rubén Cedeño
Fuente: Conny Méndez y mis Mis Memorias Metafísicas
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LA LLAVE DE ORO
Emmet Fox
PREFACIO
He comprimido este escrito. Si hubiera sido posible lo habría reducido a 5
líneas. No intenta ser un tratado de instrucción, sino una formula práctica para
vernos libres de dificultades. El estudio y la investigación están muy bien en su
lugar, pero ni lo uno ni lo otro te librará de ninguna dificultad concreta. Sólo por
obra de tu propia conciencia podrás lograrlo. El error de muchas gentes, cuando‟
las cosas les salen mal, es el de buscar ligero conocimiento hojeando libros y con
esto no adelantan nada.
Lee La Llave de Oro varias veces. Haz exactamente lo que dice y si eres
bastante persistente, vencerás cualquiera dificultad.
Emmet Fox
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LA LLAVE DE ORO
LA ORACIÓN científica te hará, tarde o temprano, apto para salir tú mismo
o para sacar a otros de cualquiera dificultad existente sobre la faz de la tierra. Es La
Llave de Oro de la armonía y de la felicidad.
Para aquellos que no están familiarizados con el poder mayor que existe, eso
parecerá una aserción aventurada, pero sólo bastará que se haga una honesta prueba
para demostrar sin sombra de duda que ello es lo cierto. No necesitas cree en lo que
se te diga al respecto, sencillamente, pruébalo por tú mismo y verás.
Dios es omnipotente y el hombre ha sido hecho a Su imagen y semejanza y
tiene dominio sobre todas las cosas. Esta enseñanza inspirada debe ser tomada
literalmente, por su valor actual. Aquí el hombre quiere decir todos y cada uno de
los hombres y, por tanto, la habilidad para disponer de este •poder no es la
prerrogativa especial del místico o del santo, como frecuentemente se supone, ni
aún del practicante de la Verdad mejor entrenado. Quienquiera que seas,
dondequiera que estés, La Llave de Oro de la armonía se halla en tu mano ahora
mismo. La razón de ello es que en la oración científica es Dios el que obra, no tú
por lo cual tus limitaciones y debilidades particulares no entran para nada en el
asunto.
Tú eres únicamente el canal a través del cual tiene lugar, la acción divina y tu
conducta para recibir los beneficios de este tratamiento realmente no será otra que
apartarte a un lado. Los principiantes obtienen con frecuencia notables resultados a
las primeras pruebas, porque todo lo que es absolutamente esencial es mantener una
mente receptiva y suficiente fe para probar el experimento. Aparte de eso, se puede
tener cualquier punto de vista religioso o no tener ninguno.
En cuanto al actual método de obrar, como todas las cosas fundamentales, es
la sencillez misma. Todo lo que tienes que hacer es esto: Dejar de pensar en la
dificultad, y en su lugar pensar en Dios. Esta regla completa y si no haces más que
esto, la dificultad, cualquiera que sea, no tardará en desaparecer. No hay diferencia
en la clase de dificultad que sea. Puede ser grande o pequeña; puede ser
concerniente a la salud, a las finanzas, un pleito judicial, una riña, una casa
incendiada o cualquiera otra cosa concebible; pero sea lo que fuere, simplemente
deja de pensar en ello, y en su lugar piensa en Dios eso es todo lo que tienes que
hacer.
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¿Podrá haber cosa más sencilla? Dios mismo casi no podría hacerla más
sencilla y sin embargo nunca falla cuando se aplica debidamente.
No trates de formar una imagen mental de Dios, lo cual, por supuesto es
imposible. Obra repitiendo todo aquello que sepas acerca de Dios. Dios es
Sabiduría, Verdad, inconcebible Amor. Dios está presente en todas partes; tiene
infinito poder; todo lo sabe; y así sucesivamente; No importa lo bien que creas que
entiendes estas cosas; repítelas sin cesar.
Pero debes dejar de pensar en la dificultad cualquiera que sea. La regla es
pensar en Dios y si estás pensando, en tus dificultades, es que NO estás pensando
en Dios: El observar incesantemente los asuntos con sospecha, para damos cuenta
de cómo marchan, es fatal, porque esto equivale a pensar en la dificultad, y se debe
pensar en Dios y ¡en nada más! Tu objetivo debe ser borrar la dificultad de tu
conciencia, cuando menos por unos instantes, substituyéndola por el pensamiento
en. Dios. He ahí lo especial. Si puedes quedar absorto en esta consideración del
mundo espiritual de manera que realmente olvides por un rato todo lo que se refiere
a la dificultad que te indujo a orar, te encontrarás seguro y cómodamente libre de
esa dificultad -es que has llevado a cabo tu demostración.
Si quieres aplicar La Llave de Oro a alguna persona que te incomoda o a una
situación difícil, piensa: “Voy a aplicar a Pepe o a María La Llave de Oro o a „ese
peligro‟ que me amenaza”; luego procede a desalojar de tu mente todo pensamiento
que atañe a Pepe o a María o al peligro, reemplazándolo por el pensamiento en
Dios.
Si haces esto con alguna persona, no influirás sobre su conducta en manera
alguna, excepto que le impedirás hacerte daño o molestarte y con eso sólo le harás
un bien. De allí en adelante es seguro que será una persona algo mejor, más
iluminada y espiritual, nada más que porque le has aplicado “La Llave de Oro”. Un
pleito judicial que esté pendiente o cualquiera otra dificultad probablemente se
desvanecerán sin hacerse más graves, impartiéndose justicia a todos los implicados
en él.
Si puedes hacer esto con prontitud, repite con intervalos la operación varias
veces al día. Sin embargo, asegúrate de que cada vez que lo haces, retiras todo
pensamiento del asunto hasta la próxima ocasión. Esto es muy importante.
Hemos dicho que La Llave de Oro es sencilla y si lo espero, por supuesto, no
siempre es fácil de aplicar. Si estás muy asustado o preocupado, puede serte difícil
al principio distraer tus pensamientos de las cosas materiales. Pero repitiendo
constantemente alguna expresión de Verdad absoluta que consideres importante, tal
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como “Sólo existe el poder de Dios, o yo soy un hijo de Dios penetrado y envuelto
en la paz perfecta de Dios, o Dios es amor o Dios me guía”, o quizá la más sencilla
de todas, Dios está conmigo, -no importa lo mecánico e inútil que al principio te
parezca este tratamiento- pronto te darás cuenta de que él empieza a tener efecto y
de que tu mente se aclara. No luches con violencia, sino con quietud e insistencia.
Cada vez que encuentres divagando tu atención, dirígela de nuevo a Dios.
No pretendas delinear por adelantado la solución que probablemente deba
tener tu problema. Eso sólo vendría a retardar la demostración. Deja la cuestión de
medios y resultado final estrictamente a Dios. Lo que tú quieres es liberarte de la
dificultad; con eso basta. Haz tu parte, que Dios no fallará en hacer la Suya.
“Todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo.”
ADVERTENCIA: Para resolver problemas y vencer toda clase de
dificultades, muchas personas en todas partes del mundo se han valido de La Llave
de Oro, la cual en forma de la presente versión viene a desempeñar un nuevo
servicio de utilidad.
Me alegra sobremanera el poder cooperar de este modo al noble y valioso
ministerio de Unity, en el que creo con toda sinceridad.
Sea La Llave de Oro el medio de tu abrir la puerta de la salud, de la
libertad y conocimiento de Dios.
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