Subido por jose juan

Temario

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Filosofías de la diferencia
Evaluación:
Dos actividades: sobre estructuralismo (Strauss, Lacan, Barthes) y posestrcuturalismo (Deleuze y
Derrida).
Introducción.
El estructuralismo lingüístico es el que está de bases en todos estos pensadores, además de Saussure,
Jakobson (escuela de Praga) y Hjelmslev (escuela de Copenhague) son importantes para el
estructuralismo lingüístico. Lo interesante son las consecuencias filosóficas que derivan los
estructuralistas de la lectura de estos autores del estructuralismo lingüístico.
Ferdinand de Saussure, Curso de lingüística general (1916). [Parte 2º, cap. IV: 1-2, y Parte 1, caps. I
y II].
Las preguntas que se plantean son: ¿qué es el lenguaje? ¿cuál es la correspondencia entre las palabras
y las cosas? Para Saussure el lenguaje es una expresión sígnica, un discurso que materialmente opera
en un contexto pragmático, el lenguaje tiene siempre una tendencia a la exterioridad, es “expresión”
porque ejerce presión sobre un afuera. La presión en la exterioridad la ejercen los signos, pero ¿qué
entiende Saussure por signo?. Detrás de la expresión sígnica hay dos dimensiones: la lengua y el habla.
Lengua: la estructura sígnica, los signos y el conjunto de relaciones que se establecen entre ellos en un
lenguaje dado. Las relaciones implican las reglas de combinación y composición que regulan y ordenan
los signos en el seno de esa estructura. Es decir, la gramática, el código que regula la combinatoria de
los signos, las condiciones que hacen posibles que los signos se combinen de un modo y no de otro (en
caso de no seguir esa reglas se considera agramatical). Hay una estructura que configura de antemano
los modos de hablar y que no se hace explícita cotidianamente. Habla (oral o escrito): el empleo de la
lengua, cuando uno está realmente manejando la lengua en un contexto concreto, alguien habla sobre
algo aquí y ahora. Sin eso no hay lenguaje, la lengua por sí sola no constituye el lenguaje, que es lo
que parece que aprendemos de antemano en la educación, como si el lenguaje fuera lo que aprendemos
en los libros de textos, sin tener en cuenta la función pragmático-discursiva. La lengua está allí donde
alguien habla sobre algo en un momento dado, donde están las reglas que rigen los signos es en los
discursos cotidianos. Lengua y habla son inseparables, no se pueden hallar por separado. El habla como
la efectuación de la lengua parece que da a entender que la lengua es previa y se realiza en el habla,
pero los estructuralistas lo niegan, la lengua está siempre ínsita en los discursos y el lingüista debe
desentrañarlos.
El lenguaje proposicional clásico: S es P, presupone una ousia de la que se pueden predicar atributos,
esto es, un sujeto o sustancia prexistente del que se predican atributos mediante una cópula. Este era
el juego del lenguaje de la filosofia clásica. Para el estructuralismo, en cambio, los signos surgen de
las relaciones, tradicionalmente la relación es subsidiaria de la sustancia, para el estructuralismo lo
primero en el lenguaje son las relaciones que se definen una y otra vez, ellas van constituyendo una
estructura, como enlaces moleculares, y son esas relaciones las que definen a los términos. De modo
que lo que define a ‘B’ son las relaciones diferenciales específicas que guarda con el resto de términos
(‘A’, ‘C’…). Esos términos se definen según el uso que hagan de sus funciones. La estructura
relacional es la que dota de posición y lugar a cada uno de los signos.
Los estructuralistas se conciben a sí mismos como científicos, lingüistas, antropólogos, historiadores,
etc. Saussure es el primero que plantea que el lenguaje puede ser estudiado como un objeto científico.
Responde a un viejo problema filosófico planteado desde el Crátilo de Platón: ¿por qué ciertos sonidos
o grafías se corresponden con ciertos sentidos o refieren a ciertas cosas? ¿hay alguna correspondencia
entre la sonoridad de la lengua griega y aquello a lo que refieren los términos? ¿hay una suerte de
presignificación que regule el hecho de que p.e. antropos sea la forma idónea para referirse a lo
humano? Platón expone varias respuestas. La respuesta griega más popular es que la fonética del
término es el que mejor refleja la verdad de la cosa, el antropos se llama así porque no hay mejor
término para referirse a lo humano, hay una suerte de simpatía natural entre la palabra y la cosa.
Confundían la verdad de la cosa con la raíz etimológica de la cosa (étymos significaba tanto
etimológico como la verdad de la cosa). La tesis contraria a ésta (que nos es más común a nosotros) es
la contractualista, según la cual son las generaciones anteriores, los linajes que nos preceden, los que
acordaron o convinieron que el mejor modo de nombrar lo que somos es antropos y no otro. La palabra
sigue recogiendo la verdad o la esencia de la cosa pero no de forma natural o espontáneamente sino
por una suerte de decisión originaria que seguiríamos arrastrando.
Saussure desde las ciencias del lenguaje trata de responder a esta cuestión: ¿por qué ciertos sonidos o
grafías vehiculan ciertos sentidos y no otros? ¿Es el resultado de una convención o de una
correspondencia? El vinculo entre significante y significado, eso es lo que se está debatiendo. El
significante es la imagen acústica o gráfica de un signo, la dimensión material del signo, bien fónico o
gráfico. Saussure subraya que estas imágenes acústicas o gráficas son significantes cuanto están
vinculadas a significados, luego no todo vale como un signo. Significado: es el concepto o la
representación mental de una cosa, lo que tengo presente en la conciencia cuando pienso en el sentido
de una palabra. ¿A qué se debe el vínculo entre significante y significado? ¿Es arbitrario, convencional,
azaroso, natural, espontáneo, etc.? Para Saussure hay una enlace inseparable entre ambos, los
conceptos no preexisten con independencia de sus significantes, es decir, los significados son
inseparables de su dimensión material, del signo con que se expresan. Con ello trata de desmentir el
idealismo del lenguaje, pero tambien el materialismo graso, si hay símbolo tambien hay concepto, no
hay concepto sin dimensión material del signo.
El signo se compone entonces de significante y significado, que en realidad son una y la misma cosa,
es una distinción formal o analítica, pero de facto siempre van siempre pegados como los dos lados de
una hoja, su recto y su reverso. El signo es una realidad dual, el significante es la contrapartida del
significado y viceversa, el signo está partido en dos. El lenguaje a es una estructura diferencial, y el
signo no es uno que refiere unívocamente a una cosa, el signo tiene una brecha, un corte productivo.
En la base del signo no hay una sustancia unívoca sino un corte, una brecha de la que emanan
asociaciones. “En la lengua no hay más que diferencias”, signos partidos que refieren unos a otros. A
esto se refiere Saussure como esquema del signo, el sentido se constituye de arriba-abajo y de abajoarriba, como un reenvío entre significante y significado. Saussure le da cierta prioridad al significado,
lo sitúa arriba, los posestructuralistas le darán más peso todavía a la materialidad, al significante.
¿Cómo se establece la conexión entre significante y significado? ¿Las comunidades lingüísticas se
reúnen para convenir esas conexiones? En caso afirmativo eso le daría al lenguaje una naturaleza
psicológico-subjetiva. O por el contrario, esa conexión entre significantes y significados depende de
una simpatía físico-natural que hace que una palabra sea el modo natural, verdadero y real de referirse
a una cosa. Entre esta connaturaldiad de la correspondencia entre palabras y cosas, y la concepción
convencionalista y subjetivista, entre ambas se va a situar Saussure. La fonología nos enseña que el
signo no es el ultimo término, la razón del signo hay que buscarla más acá. Los signos no son átomos
del lenguaje, hay una estructura fonológica que permite la configuración del signo, el signo está tantas
veces partido como sonidos o fenómenos lo constituyen. Las reglas que determinan cómo se configura
un signo responden a causas estrictamente lingüísticas, la razón de ser o el fundamento del lenguaje
no son los hablantes sino el propio lenguaje, esta es la tesis fuerte. Los hablantes no son dueños de la
lengua que hablan, el lenguaje por la base se estructura a sí mismo siguiendo combinatorias que los
propios hablantes desconocen o de la que no son plenamente conscientes. La razón de ser del lenguaje
no está ni en una convención ni en una simpatía natural, sino en el lenguaje mismo.
Primero, el número de sonidos que puede emitir el aparto fonador humano es finito, pero no hay una
misma palabra, ni siquiera emitida por el mismo sujeto, que suene igual dos veces. Segundo, los tipos
de combinación que existen entre esos sonidos y grafías son finitas, está determinado por la anatomía
humana y tambien por la cultura. Hay términos imposibles que formen parte de la lengua castellana,
bien porque sean impronunciables (“trhjk”), es decir, las combinaciones están prohibidas por las reglas,
y lo más potente, la estructura fonológica base de una lengua viene determinada por su historia. Esto
último es lo que le confiere carácter científico a la lingüística, la propia estructura combinatoria de las
lenguas sigue una historia que se puede rastrear hacia atrás y predecir hacia delante, está de alguna
forma predeterminada y no es decidible a conciencia, se regula según sus propios modos de
ordenamiento inmanentes. Quienes se han apropiado de una estructura simbólica les condiciona de
antemano de modo inconsciente, no sabemos las leyes que regulan nuestro modo de hablar, sabemos
cómo (cómo usar el lenguaje, como emplearlo) pero no qué (las leyes que lo regulan). La concepción
estructuralista del lenguaje es la de un sistema autónomo, anónimo y autorregulado, que opera a través
de los sujetos parlantes (“el lenguaje nos habla”).
Cuando hablamos de “fonema” no es una realidad física ni psíquica, ni lo que sale de mi boca ni lo
que tengo en la mente, el fonema es un modelo ideal que aparece solo en los manuales, no suena nunca,
yo no digo la ‘B’ perfecta nunca, todos tenemos como referente el fonema ideal pero nunca se realiza,
las palabras que expresamos serán en parte las mismas (en tanto que concreciones de ese ideal) pero
diferentes (en tanto que nunca son idénticas entre sí). Se trata de explicar científicamente el lenguaje
mediante hipótesis de este tipo. Los fonemas, al igual que los signos, están determinados por las
relaciones que mantienen con el resto. Hay relaciones que surgirán con el tiempo y otras que son
directamente inviables, la estructura misma la imposibilita. Los estructuralistas toman el lenguaje
como grilla de inteligibilidad para comprender la cultura y sociedad. Las culturas como sistemas
simbólicos, es común entre los estructuralistas conceder que hay una primacía del lenguaje en la
dimensión cultural humana, sistemas de signos enlazados entre sí a nivel estructural. Ej.: Levi-Strauss
se preguntará, ¿cuál es la base estructural del parentesco? ¿cuáles son las combinatorias posibles a
nivel de parentesco?
Visión de conjunto de la “estructura” (sujeto a variaciones en cada estructuralista): combinaciones de
rasgos distintivos enlazados entre sí, constituyendo un sistema, es decir, no es un orden azaroso
cualquiera, no está prefijado o predeterminado, es fruto del azar y la contingencia, podría ser otro, pero
que sea el que es responde a criterios de necesidad. Hay un orden que rige el haz de combinaciones.
Ese sistema diferencial es el que produce el significado, por lo menos la que interviene en la producción
del sentido (si hablamos de estructuras lingüísticas). Para el estructuralista el sentido no se produce
fuera del lenguaje sino en el interior, en el seno de esa estructura, el significado del signo no se
confirma cuando ese término se hace corresponder con la cosa asignada, sino que el propio signo
refiere a otros signos, y en ese reenvío entre signos se constituye el significado (pansemiotismo: todo
es signo o todo puede entenderse como tal).
El estructuralismo niega la trascendencia del signo, que haya una referencia del signo más allá, el
modelo o ejemplo es el diccionario (al modo de Frege y de la filosofia clásica del lenguaje). La
referencia real de los términos están en otro plano estructural. El afuera de la estructura es lo que no
está estructurado, siempre hay algo inestructurable, igual que hay indecible en las lenguas, se mantiene
el horizonte de que no todo está dicho, que podrá ser dicho en el futuro con nuevos signos. Igual que
estudiamos puntos ciegos de las estructuras pasadas debe haber puntos ciegos en nuestras estructuras.
La propia estructura tiene prevista cuando y cómo los sujetos que forman parte de la misma podrán
tirar la manta para develarla, ese desvelamiento que tanto apetece al filosofo es algo que la propia
estructura condiciona. Se evidencian a posteriori, cuando la estructura permite otro desarrollo, las
estructuras están estratificadas, a nivel de superficie se desarrolla la vida, por eso muchas permanecen
inconscientes, las estructuras de parentesco por ejemplo es lo que trata de develar Levi-Strauss. Pero
no está solo la superficie Las estructuras son modelos teóricos abstractos (inmateriales), no son ideas
reales sino modelos o hipótesis teóricas, que siempre debe corroborarse a la luz de las empirias.
El estructuralista se queda en las diferencias especificas que guardan los elementos, el
postestrcuturalista sigue bebiendo de eso pero trata de ir más acá, la condición de posibilidad de esas
diferencia es la Diferencia, ese sería el afuera de las estructuras.
Esas estructuras, lingüísticas por ejemplo, no es el resultado de un convenio, no nos reunimos para
decidir las combinatorias gramaticales de los signos, no es algo voluntario entre los hablantes. La
decisión es central en los existencialismos, la libertad par el estructuralista es un signo más en el seno
de la estructura, ¿cuáles son las significaciones previas de las que deriva el significado de “libertad”?
la noción sartreana de libertad está condicionada por su historia y por sus asociaciones con otra
nociones. La libertad o cualquier otro signo (el de “sujeto” por ejemplo) es un efecto de superficie de
toda una serie de condicionamientos estructurales que pasan desapercibidos porque no se encuentran
a nivel de superficie, hay que excavar en sus estratos para dar cuenta de ellos. El postestrcuturalista
está abierto a la Diferencia a modos creativos de operar con nuestros condicionamientos estructurales,
refiguran, reconfiguran, deconstruyen las estructuras dadas para abrirlas a nuevos modos de ser, de
subjetivarse, etc. El sujeto no es el centro desde lo que se decide lo real, sino un elemento, un pliegue
dentro de estructuras.
La estructura no es convencional, pero sí es arbitraria, la lengua presente es pre-subjetiva e
involuntaria, la autonomía le corresponde a la propia lengua, se da a sí misma su norma y la regla de
su cambio en las combinaciones gramaticales. El estructuralista tratade hacer fotos fijas de como en
un momento dado está la estructura que está analizando, un análisis sincrónico. Se les ha criticado
mucho su estaticismo, sin embargo de lo que se trata de hacer después es conectar esos estratos entre
sí para captar su devenir. ¿Hay un núcleo duro que no cambia? Ciertos signos que son más importantes
que otros. La estructura tiende a la conservación de ese núcleo duro, es solo cuando otra estructura
diferente la atraviesa que puede variar ese núcleo.
Si la estructura todo son diferencias y la significación surge de los enlaces de los signos entre sí, la
noción clave es la de relación antes que la de identidad. La ontología clásica parte del ente, de su
identidad, de su unidad, y a partir de ella se añaden atributos, predicados, relaciones con otros entes,
etc. Ej.: el padre, la madre y el hijo preceden a sus relaciones, para los estructuralistas es al contario,
lo que define a eso entes, lo que les da su identidad son las diferencias que guardan entre sí, son sus
relaciones las que los sostienen. Las entidades son resultado de los haces de relaciones. Lo que sea el
hombre es resultado de todo lo que no es hombre, de todo el condicionamiento que recae sobre él, es
una posición habilitada y posibilitada por la estructura. Para sabes qué es algo hay que atender a sus
relaciones, a su posición y desenvolvimiento en la estructura. Las nociones de “identidad” y de
“esencia” pasan a ser subsidiarias. Lo entitativo deriva de lo relacional. Lo real para Lacan es aquello
imposible decir que sin embargo no dejamos de tratar de decirlo.
Totalidad serial, omnitud, el todo es la suma de los elementos que componen una serie indefinidamente
abierta. Pero hay mas nociones de totalidad: todo, integridad, holístico. El todo visto antes de los
elementos que lo constituyen. Tengo estructura cuanto tengo un todo, cuando tengo una suerte de
sistema orgánico, de funciones enlazadas ente sí, entonces se forma ese todo. La estructura aspira a
que la integridad del sistema se vea en una sola imagen, no puede haber falta, se trata de llegar a esa
totalidad, ese haz estructurado de relaciones. Aquí acaba el análisis sincrónico que luego se abre a
análisis dinámico.
La estructura es una suerte de arché dinámico, es lo que rige y gobierna la manifestación, lo que
condiciona la superficie. Cualquier agente dentro de una cultura es capaz de hacer explicitas ciegas
reglas y leyes que rigen su cultura, pero el antropólogo estructuralista trata de develar las que se
mantienen inconscientes. En las relaciones de parentesco por ejemplo para explicar porque no
mantienen sexo con sus hijas apelan a un pasado mágico, original, etc. pero en realidad se debe a la
prohibición universal del incesto a nivel estructural, la verdadera razón permanece inconsciente, y es
que la progenie es infructuosa, por eso la especie humana necesita de esa prohibición. La arché no es
un principio externo de regulación, la estructura se autorregula, mantiene cierta mismidad pero varía a
lo largo del tiempo, las transformaciones tienden al equilibrio del sistema, a una suerte de homeostasis.
Pero la estructura no es más que un simulacro, un principio fundante que rige la vida de los individuos
pero en manos del antropólogo es una hipótesis explicativa que da cuenta de ciertas manifestaciones.
El estructuralismo trata de aplicar el modelo de la estructura sígnica a todos los fenómenos humanos,
concediendo por tanto cierta preminencia al lenguaje, como si las estructuras humanas se articularan
como sistemas de signos. El habla serían todos los rituales y costumbres de una cultura.
El estructuralismo no es un humanismo, el hombre no es el centro, se descentra, se desplaza la
condición humana a los márgenes, a una posición dentro de estructuras amplias y autónomas. El
hombre es por tanto heterónomo en buena medida. El eje de la subjetividad moderna queda
subordinado. Combate contra las filosofías de la conciencia. Desde el psicoanálisis la conciencia es un
espacio menor de la psyche, lo mayor es lo inconsciente, hay un patrón de contención que de romperse
resulta en psicosis, paranoia, etc. La clave para el estructuralista es lo que pasa desapercibido. El
estructuralismo es una filosofia de la espacialidad. Lo más importante en la institución educativa de la
que ahora formamos parte, es cómo se gobierna los cuerpos, se marcan sus emplazamientos, las
posibilidades de su discurso, a través de un ordenamiento los cuerpos. Hay una jerarquía dada en la
propia distribución del espacio, ese orden espacial precondiciona nuestra situación. Los sujetos están
sujetados a un orden normativo que les antecede.
¿Cuál es la estructura diacrónica que ha hecho que el paisaje esté así dispuesto? Según que nomología
del terreno el paisaje está hoy así, la superficie de la tierra está condicionado por fallas,
estratificaciones, fenómenos geológicos de todo tipo, algunos muy antiguos otros muy nuevos. Se trata
de ver la cultura humana de la misma manera, atendiendo a la larga duración, a toda la estratificación
del pasado en el presente.
Se enfrenta a las nociones de sujeto y subjetividad, el yo o la conciencia no es el fundamento a partir
del cual establecer una teoría del conocimiento, sino más bien efecto o producto de otras estructuras
que la condicionan. La naturaleza humana no es una fija y esencial. Tras la muerte de Dios la muerte
del hombre moderno o del humanismo. El sujeto humano pasa a ser un nudo más dentro de una red o
matriz estructural, lo descentra, esta condicionado por sistemas significantes que en muchas ocasiones
pasan desapercibidos. Esto no solo afecta a la conciencia, le afecta a la humanidad en su conjunto y
por tanto tambien a la concepción de la Historia (como ciencia humana jerárquicamente superior
durante todo el s.XIX, el historicismo como modo de pensar hegemónico en la Europa de fin de siglo).
La historia como un gran relato del sujeto humano (Lyotard), de la humanidad, para el estructuralista
lo que tenemos son mujeres y hombres concretos en tiempos facticos y materiales específicos, y la
generación de este sujeto al que llamamos humanidad es de hecho un paralogismo de la concreción
fuera de lugar. El estructuralismo cientificista hace suya esta crítica al logicismo, concretar un abstracto
es no solo lógicamente disputable, tambien cultural y socialmente. Tratan de romper con esa modo de
hacer historia, pero también con la idea de una esencia de la humanidad, es el propio relato el que ha
generado esa esencia. Tratarán de analizar críticamente ese relato moderno y ver cómo se ha ido
forjando la noción de Hombre en lugar de ver a los relatos como descripción positivas de lo que
verdaderamente es al condición humana.
Lo primero que denuncian de ese gran relato universal, es que se apoya sobre una estructura narrativa
que esta prejuiciada, llena de supuestos que se aceptan acríticamente, y que se asientan en modos de
relatar que son típicamente occidentales. Cuando uno coteja esas formas de narrar la historia con la de
otros pueblos se toma conciencia. La historia universal no resiste la comparativa, no se da en otros
pueblos y culturas, ¿cuál es la estrategia de fondo de narrase así por parte de Occidente? Dispositivo
narrativo.
Primer prejuicio o condicionamiento de esa Historia Universal: la idea de Progreso (estrictamente
decimonónica, Luces) que entiende el devenir histórico como una línea continua que va de menos a
más en cuanto a desarrollo moral, tecnológico, científico, etc. A juicio del estructuralista evidencia una
proyección del finalismo del sujeto sobre el propio decurso de esa supuesta condición humana. Somos
seres que nos proyectamos, tendemos al cumplimiento de fines, y ese esquematismo se proyecta en el
propio relato de la historia. Concepción evolucionista que ha marcado el devenir de la historia cultural
(darwinismo social de Spencer p.e.). La historiografía moderna está condicionado por ello pero
tambien por la poética de Aristóteles.
Segundo perjuicio: continuidad temporal, la espacialización del tiempo que marca la división en
tiempos y épocas la historia como si fuera de suya. Los estructuralistas niegan que esa continuidad
exista, es la propia trama de la historia la que la confecciona siguiendo criterios teleológicos y de
necesidad, parece necesario dado que esto aconteció que sucediera esta otra cosa. Como si todo lo
acontecido a posteriori fuera un efecto necesario de lo anterior. La necesidad que prefija lo que va
acontecer según cierta predestinación marca la causalidad de la historia (a la manera de la Anánke o
de la peripecia en Aristóteles). Qué estructuras son las que han condicionado ese esquema de narración,
y cómo las formas de relato histórico dependen de otras estructuras condicionantes que se puedan
poner de relieve (de poder, parentesco, etc.). El relato no refleja objetivamente lo acontecido, sino que
construye a través de la trama que le es propia lo acontecido siguiendo estructuras condicionantes que
el propio autor desconoce, en tanto que las da por hecho de forma acrítica. La historia deja de ser el
marco narrativo privilegiado para describir lo que somos. Considerar a posteriori necesarias las
conexiones causales de la historia es una ilusión retrospectiva, se fuerza que eso se acomode a una
línea continua, lo que hay son saltos, discontinuidades, series, etc. Que haya una mismidad biológica
que define lo humano no quiere decir que haya una mismidad cultural, que parece es lo que narra la
Historia, la historia de una primera cultura humana original que se fue metamorfoseando. Strauss y
Barthes insisten en esta confusión entre lo cultural y natural. No hay un solo sujeto llamado Humanidad
del que algún discurso pueda conformar su relato, lo que hay en las culturas son diferencias, lo que no
quiere negar un sustrato biológico común, sino la esencia humana tal y como se ha construido desde
Occidente. La historia continua es un correlato de la continuidad psicológica.
Claude Levi-Strauss (1908-2009).
Fue el primero en extender el modelo de Saussure a las ciencias humanas, en concreto a la antropología,
atender a las culturas humanas como estructuras de símbolos. Es el sistema simbólico o lingüístico el
que tiene una dimensión condicionante sobre la cultura, sobre la forma p.e. en que se ordenan los
sistemas de parentesco.
Su obra está marcada por un temprano viaje a Brasil donde le invitan a ser profesor de Sociología. Su
convivencia con los nanbikwaras le hacen transitar hacia la antropología, la presencia de la alteridad
constituye ese discurso, el deseo del antropólogo es encontrar a alguien no atravesado por las formas
de ser y pensar occidentales, algo que hoy con la globalización parece más complejo. Occidente vive
de fagocitar otras culturas para reforzar la suya, como si fuera un macrovirus.
La tesis de Strauss es que para entender la civilización moderna hace falta una referencia al otro, a una
alteridad que no se piensa en términos exóticos sino de profunda igualdad. Muchos de los aspectos que
nos pasan desapercibidos en otras culturas están al nivel de la superficie. Estudiar a los otros sirve
como una forma de comprendernos a nosotros mismos.
El trabajo de Levi-Strauss se divide en tres modos de hacer: estudios de campos (aplicar el método el
estructural a las formas de parentesco para ver si casa o no con el trabajo de otros antropólogos),
etnología y antropología (ya en Francia reflexiones más generales), y mitos amerindios (comparativas
narratológicas). En la década de los 70 los posestructuralistas cuestionan el modo de hacer que
practicaban y Levi-Strauss frena su producción.
Influencias: la geología, la lectura de lo humano desde el tiempo geológico de larga duración, tambien
el método geológico, para comprender un paisaje necesito comprender la estratificación del terreno.
En el paisaje se mezclan espacios y tiempos muy distintos condicionados por estructuras subyacentes
no-explicitas. Integración de lo actual en una estructura sincrónica que viene desarrollándose desde
hace tiempo. El psicoanálisis, tras los discursos y la conciencia existe una estructura condicionante,
libidinal, que determina ciertas manifestaciones de la conciencia sin saber de ella. Ese inconsciente
para Levi no tiene esa dimensión energético-psíquico-sexual sino que ocupa el lugar trascendental de
las formas kantianas. Strauss funde lo trascendental con lo inconsciente, poner de relieve las
condiciones de posibilidad inconscientes de los fenómenos manifiestos. Marx, detrás de los discursos
superestructurales hay estructura económica, determinación material.
El postestructuralismo criticará a Levi-Strauss un aspecto que es central en el estructuralismo: lo que
evidencia el trabajo comparativo de la antropología cultural es que muy probablemente existía una
misma mentalidad en todas las culturas humanas, unas formas invariantes del inconsciente estructural
humano, metodológicamente el objetivo de la investigación era este. Hallar una forma de pensar
común, un esquema compartido por toda la especie que después culturalmente según diferentes
combinaciones se expresaba de forma muy dispar. Mismo objeto que el de la fonología, no hallar ya
las estructuras fonológicas compartidas por todas las lenguas, sino las estructuras antropológicas. Esta
es la hipótesis que rechaza el posestructuralismo. ¿Tienen una base psíquica las estructuras elementales
antropológicas? Esta sería la lectura psicologista de Strauss, propia por ejemplo de la psicología
cognitiva.
Todas las culturas están relacionadas entre sí y beben de una misma mentalidad compartida. La
estructura primera y común tiene una base cultural (simbólica, lingüística) y funciona como una
hipótesis explicativa. Lo que trata de hacer Strauss es descubrir las relaciones estructurales comunes
entre las culturas y explicar las transformaciones de esas relaciones que han dado lugar a las
civilizaciones, tribus, culturas, etc. contemporáneas. Si existe o no esa estructura a priori no se impone
al contenido, está en el contenido, el esquema de los conceptos puros del entendimiento están en el
objeto mismo, ese a priori formal y estructural se da en el seno de las culturas. Tiene esa dimensión
trascendental kantiana.
Se trata de comprender la cultura del otro como propia y la propia como extraña, esa es la práctica
cotidiana del antropólogo. Una apertura reflexiva a la alteridad. Levi-Strauss se presenta como un
humanismo de otro tipo al típicamente occidental, una posibilidad para salir del etnocentrismo, un
humanismo etnológico o democrático. Todas las culturas tienen los mismos derechos, todas están en
interdependencia con la naturaleza, promueve respeto hacia la diversidad cultural (hoy parece evidente
pero entonces no lo era). El mundo estuvo antes que la vida y la vida antes que el hombre, esta debe
ser la jerarquía que guíe nuestra acción.
Antropología estructural (leer temas 2, 3 y 4). Las estructuras elementales del parentesco,
Tesis: todos son explicables desde una estructura elemental del parentesco que se habría transformado
en cada cultura. Los sistemas de parentesco son sistemas de símbolos y existe entre ellos una
homología estructural. El parentesco es un modo de comunicación y de alianzas, son modos de
expresión. La idea es construir un modelo básico axiomatizable capaz de explicar y predecir o deducir
cualquier sistema de parentesco, que sería visto como un caso particular de una ley general. Hay una
recurrencia de un mismo modelo y una homología entre todas las parte que lo constituyen. Unidades
básicas del sistema de parentesco: madre, padre, hijo, hija, hermano, hermana, sobrino, sobrina, tio
materno. El parentesco humano está constituido por estos roles, papales, funciones u órganos, que solo
cobran sentido al integrarse en todo el sistema de parentesco. Esas unidades básicas se combinan entre
sí a través de oposiciones binarias, esa sería la forma simbólica de pensamiento más elemental. Porque
somos seres de palabra y hablamos un lenguaje ordenamos las formas de parentesco de la misma
manera, lo que persigue una función política o social: estabilizar el grupo social, sostener el equilibrio.
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