Nuestros pensamientos comentan diariamente lo que está pasando a nuestro alrededor, como actuamos en las situaciones, lo que pasó, lo que podría pasar… Y aunque la mayoría de ellos nos ofrecen mensajes útiles que dirigen nuestra conducta, también pueden aparecer pensamientos automáticos negativos. Entrar en la dinámica de pensamientos negativos es fácil, especialmente cuando vamos acumulando varios y estos se van encadenando poco a poco y cuando aparecen, sin intención y de manera automática, influyen en nuestras emociones y conductas. Los pensamientos negativos van influyendo en nuestro estado de ánimo, nos decaen y cuanto más nos recreamos en ellos analizándonos más fuertes se hacen. Un paso importante para poder eliminar nuestros pensamientos es registrarlos y saber reconocerlos, conocer cuáles son las situaciones que los desencadenan y que error estoy cometiendo a la hora de interpretar dicha situación. Las siguientes técnicas te ayudarán a controlar tus pensamientos y a disminuir el malestar: 1. No evitar pensamientos. Todos los intentos por evitar los pensamientos pueden ser en vano. Los pensamientos son automáticos fruto de nuestras experiencias y aprendizajes, por lo tanto en la mayoría de las ocasiones no somos responsables de ellos, aparecen automáticamente y no tenemos control sobre lo que pensar o no. Al intentar evitarlos se lleva a cabo un esfuerzo mental que de manera paradójica hace que ese pensamiento aparezca en más ocasiones. 2. No valorar el pensamiento. Al igual que hemos dicho que no se puede evitar los pensamientos automáticos porque estos se hacen más frecuentes, si que podemos evitar la valoración que hacemos de ellos, dar vueltas y vueltas al mismo tema y a la misma situación. La valoración y preocupaciones son formas de afrontar determinadas situaciones y pensamientos y es aquí donde más control tenemos. 3. Dile STOP a tus preocupaciones Registrar pensamientos y preocupaciones diariamente te ayudará a conocer tus pensamientos y tu manera de afrontar situaciones. Una vez que hayas detectado la preocupación utiliza la parada de pensamiento y para tus preocupaciones con una palabra clave (STOP, BASTA…) 4. Técnicas de distracción A veces estamos tan abrumados que la mejor manera de afrontar todos nuestros pensamientos y preocupaciones es distrayéndonos para evadirnos un poco de la situación y de nuestros pensamientos. Cualquier forma de distracción es válida el objetivo es mantener la mente ocupada cantando, hablando con alguien, contando hacia atrás de dos en dos o de tres en tres, sumando los números de las matriculas, saliendo a pasear, haciendo crucigramas… 5. Haz ejercicio El ejercicio físico ayuda a combatir la ansiedad y el estrés. Las investigaciones han mostrado que durante el ejercicio se liberan sustancias químicas que provocan un efecto similar a algunos ansiolíticos y antidepresivos, pero sin efectos secundarios. 6. Autoinstrucciones positivas Las Autoinstrucciones son instrucciones que nos damos a nosotros mismos y que nos permiten afrontar determinadas situaciones de manera más adaptada, disminuyendo pensamientos negativos y el nivel de ansiedad. Podéis usar frases motivacionales como “puedo hacerlo” “voy a controlar mi ansiedad” “no sirve para nada buscar interpretaciones de las situaciones”… Los pensamientos negativos no duran para siempre, pero pueden ocasionar un malestar intenso si los dejamos crecer y nos recreamos en ellos. Es importante darse cuenta que nuestro pensamiento negativo es solo un punto de vista, una opinión que tenemos de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea. Nuestros pensamientos no se han reflexionado, no son verdades generales, son solo hipótesis que se han formado fruto de nuestras experiencias y aprendizajes.