Subido por NEIVER JESUS FLORES MENOR

CULTIVO DE MANGO

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PRODUCCIÓN ORGÁNICA DE MANGO: CONCEPTOS BÁSICOS PARA LA CONVERSIÓN
DE HUERTO CONVENCIONAL A ORGÁNICO.
Víctor Manuel Medina Urrutia1
Marcelino Vázquez García1
Salvador Pérez González2
RESUMEN
El presente trabajo consistió de una revisión documental sobre genotipos, características del
suelo, diseños plantación y manejo de árboles, tipos de huertos, salud del suelo y manejo del
huerto, con la finalidad de proporcionar información sobre componentes básicos que sean de
utilidad para la conversión de mango convencional a mango orgánico. Para la producción
mango orgánico de mango se requieren cultivares con mayor tolerancia a enfermedades como
antracnosis y desordenes fisiológicos de fruto, ya que no se conocen cultivares resistentes. El
mercado y características de calidad del fruto también son importantes. No existen cultivares en
México con atributos deseables para la producción orgánica. Se dispone de información de
portainjertos con vigor achaparrarte, pero se desconoce su tolerancia a enfermedades y
condiciones adversas de suelos. Además el comportamiento de los portainjertos varía con el
cultivar. Los reportes de portainjertos han incluido cultivares distintos a los utilizados en México.
Para lograr una conversión de mango convencional al sistema orgánico menos dramática y
segura se deben seleccionar plantaciones convencionales que reúnan las siguientes
características: huertas preferentemente adultas, bien manejadas, con mínimos problemas de
plagas enfermedades y malezas, y establecidas en suelos limosos y aisladas de otros huertos
donde exista riesgo de contaminación de cualquier tipo. Aunque falta información sobre el uso
de abonos verdes, acolchado natural y compostas, es necesario su uso para favorecer la
actividad microbiana del suelo y la nutrición de los árboles y la salud del suelo.
PALABRAS CLAVE: Mangifera indica, portainjertos, salud del suelo, abonos verdes, periodo
de conversión.
INTRODUCCIÓN
La superficie de cultivo de mango en el país asciende a 176,781 has las cuales producen cerca
de I.5 millones de ton de fruta (Gómez-Cruz et al., 2009). México está considerado como el
principal exportador de mangos en el mundo con cerca de 160,000 ton anuales. La demanda
de productos orgánicos ha venido aumentando principalmente en los países desarrollados,
derivado del interés de los consumidores por alimentarse con productos que no afecten la
salud. Una estrategia importante para aumentar la exportación y el consumo interno de mango
en México, es la producción orgánica. En el mundo, la superficie de mango orgánico es mínima
en relación con el área total. Australia es el país más importante productor de mango orgánico,
cuyo producto se comercializa en Europa (McCoy, 2007). En América Latina, aunque
lentamente, la producción de mango orgánico se ha venido expandiendo en países como
México, Perú, Ecuador, Guatemala, Colombia y Brasil, (García,-G, 2003). En México para el
2008, la superficie en proceso de cambio de convencional a orgánica llego a 12, 465 ha
(Gómez-Cruz et al., 2009), la cual representa solo el 8 % del total. En los próximos años las
1
CUCBA-Universidad de Guadalajara. Km 15.5 Carretera Guadalajara-Nogales. Las Agujas Municipio de
Zapopan, CP 45110, Zapopan, Jal. México
2
Universidad Autónoma de Querétaro. Email: victor.medina @cucba.udg.mx
cifras de producción orgánica podrían aumentar favorecidas por el interés en: una mejora de la
salud del suelo y la sanidad de las plantaciones, reducir los riesgos de contaminación, y mayor
precio por la fruta orgánica en los países desarrollados. En las plantaciones de mango
convencional se hace uso de pesticidas para el control de plagas, enfermedades y malezas, así
como de fertilizantes químicos para la nutrición de los árboles. En la producción orgánica no se
permite el uso de agroquímicos (Codex Alimentarius, 2001).
Los productores con interés en la certificación orgánica requieren información sobre: 1) normas
y estándares de producción orgánica establecidos por IFOAM; 2) aspectos básicos requeridos
para la conversión; y 3) la tecnología para la producción y manejo postcosecha de mango
orgánico. Existe una serie de documentos publicados en relación con el primer punto; así como
guías para producción orgánica (McCoy, 2007). Sin embargo, la información disponible de
mango sobre los últimos dos puntos se encuentran dispersos e incompletos.
El presente trabajo tiene como objetivo proporcionar información sobre genotipos,
características del suelo, diseños plantación y manejo de árboles, tipos de huertos, manejo del
suelo, en frutales con énfasis en mango, la cual es básica para facilitar la toma de decisiones al
cambiar huertas convencionales por sistemas orgánicos.
MATERIALES Y METODOS
Lugar del trabajo
El presente trabajo documental se llevo a efecto en el Departamento de Producción Agrícola
del CUCBA, Universidad de Guadalajara durante el periodo de Mayo del 2008 a Agosto del
2009.
Fuentes de consulta y material solicitado
Se consultaron físicamente bibliotecas del CINVESTAV, Colegio de Postgraduados,
Universidad de Colima y Universidad de Guadalajara. Así mismo, se obtuvo información de
documentos por Internet. Por correo electrónico se solicitaron a distintos investigadores
reportes, folletos técnicos, folletos informativos, los cuales se recibieron vía electrónica y por
correo aéreo. En todos los caso se privilegiaron los documentos técnicos y de investigación.
Información consultada
El trabajo se enfoco a efectuar una revisión de aquellos documentos que proporcionaron
información de utilidad sobre producción orgánica de frutales, con énfasis en mango, y
relacionada a resultados sobre el uso de genotipos, portainjertos, características de suelo,
diseños de plantación, salud y manejo del suelo, tipos de huertos deseables, experiencias en el
proceso de conversión de huertos convencionales a orgánicos, características de los árboles,
entre los más importantes.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Establecimiento de plantaciones de mango orgánico.
En este apartado se presenta información de los aspectos a tomar en cuenta al establecer una
nueva plantación con fines de producción orgánica.
Características del sitio
De acuerdo con Ames y Kuepper (2004), antes de de establecer una nueva plantación de
frutales, es recomendable elaborar una lista de las características del predio, que incluya la
pendiente del terreno, el aspecto y características del suelo, la capacidad de infiltración de
agua y drenaje del suelo, las temperaturas máximas y mínimas, la distribución de la
precipitación anual, disponibilidad de agua de riego, la profundidad del manto freático, y los
patrones de movimiento del viento etc. La mayoría de estos factores no están bajo el control
del productor y la plantación debe de adecuarse a las condiciones naturales del sitio. Aunque
los productores pueden lograr una mejora del suelo a través del paso de los años,
seguramente no podrán modificar las capas del suelo, influenciar la predominancia de los
vientos, o modificar las temperaturas en ningún sentido. Los factores adecuados para las
plantaciones de mango convencional, también son validos para los sistemas de producción
orgánica. Sin embargo, mientras que los productores convencionales pueden recurrir al uso de
pesticidas y fertilizantes químicos para corregir problemas por una mala decisión en la
selección de un sitio, en las plantaciones orgánicas esto no es posible. Un buen drenaje del
suelo y adecuada circulación del viento, previenen el desarrollo de enfermedades. Los suelos
donde se favorece la presencia de ciertas especies de malezas y pastos, como las gramíneas
Bermuda y Johnson, entre otras, son difíciles de controlar por los métodos orgánicos y por
tanto son de particular preocupación sobre todo en huertas ya establecidas. Un análisis de los
factores físicos del suelo y del ambiente, permite determinar si el cultivo tendrá un
comportamiento marginal o económicamente aceptable. Los suelos seleccionados como de
mejor calidad es muy probable que requieran menor inversión de insumos que los suelos
pobres (McCoy, 2004). Los suelos limosos demandan menores cantidades de agua y
fertilizantes, que los suelos arenosos. Adicionalmente el contenido de arcilla en los suelos
limosos puede alojar a la materia orgánica y favorecer el adecuado desarrollo de la actividad
biológica, y la formación de humus para la producción orgánica (McCoy, 2004).
Cultivares
Existe una lista numerosa de cultivares de mango disponibles para su cultivo (Ireta-Ojeda y
Guzmán-Estrada, 2002; De Queiroz-Pinto et al., 2009; Iyer y Schnell, 2009, Knight et al., 2009;
Human et al., 2009). Sin embargo apenas alrededor de unos 20 son los más utilizados. Aunque
no existen cultivares resistentes a Antracnosis, “Tommy Atkins” ha sido preferido por su mayor
tolerancia a Antracnosis, pero no lo suficiente como para eliminar el uso de fungicidas (Litz
1997; citado Ploetz 2004). La resistencia a la mancha negra de los frutos varía entre cultivares
de mango, de manera que donde exista una alta presión del inoculo de Antracnosis, se deben
emplear cultivares resistentes (Ploetz et al., 1994). El cultivar “Bhadauran” resulto resistente a
las inoculaciones artificiales del hongo causante de la malformación en Brasil, en tanto que los
cultivares de mango “Palmer”, “Parvin”, “Sensation”, “Van Dyke” y “Zill” mostraron una baja
incidencia en condiciones protegidas del ambiente (Zaccaro et al., 2004). Entre 113 cultivares
de mango, 20 no tuvieron formación de tumor en los brotes, causada por Apsylla cistellta,
aunque la resistencia estuvo relacionada con el escape de la planta al ataque de la plaga y a la
ovoposición de huevecillos (Singh, 2000). Las plantaciones nuevas se deben de establecer con
árboles adquiridos en viveros reconocidos y libres de la malformación. Para ayudar al
pronóstico de malformación, Zheng y Ploetz, 2002, reportaron un nuevo método basado en
PCR para identificar Fusarium mangiferae y ayudar en la prevención de la dispersión de la
malformación al movilizar cultivares de una región a otra. La selección de cultivares debe tomar
en cuenta la época de producción. Los cultivares tempranos y tardíos son preferidos porque
alcanzan mejores precios, pero cubren cortos lapsos de tiempo. Varios cultivares en una misma
huerta, ayudan a ampliar la oferta (Ireta-Ojeda y Guzmán-Estrada, 2002). La preferencia por un
cultivar, depende de características tales como el color, sabor, tamaño y valor nutricional del
fruto, así como de sus condiciones de almacenamiento, uniformidad de maduración en
postcosecha y estas características generalmente son definidas por el consumidor (Iyer, 2004,
McCoy 2007).
Portainjertos
Las principales características que debe reunir un portainjerto de mango son: control del
tamaño del árbol, buena adaptación a las condiciones del suelo y tolerancia a problemas
enfermedades del suelo. Sin embargo pocos estudios se han realizado en esa dirección. En las
especies Mangifera casturi, M. griffithii, M. odoroata y M. pentandra, existe tolerancia a
enfermedades. Resultados preliminares indican que estas especies injertadas en M. indica
mostraron un alto porcentaje de éxito, por lo que resultan promisorios para su evaluación a
futuro como cultivares o portainjertos de Mangifera indica (Campbell, 2004). Al portainjerto
denominado 13-1, se le reporta como tolerante a la salinidad en Israel (Lavi et al., 1993), pero
faltan estudios para conocer su comportamiento hortícola con diversos cultivares de mango. El
cultivar monoembrionico “Amrapali”, en comparación con otros ocho portainjertos redujo
significativamente el tamaño de varios cultivares en Brasil, pero no modifico el tamaño de
“Haden” y “Tommy Atkins”, además, el rendimiento y calidad de fruta fueron mas dependientes
de la combinación cultivar/portainjerto. “Winter” con comportamiento enanizante al injertarse
sobre un portainjerto enano redujo el tamaño del árbol (Vargas-Ramos et al., 2004). El
portainjerto “Vellaikulamban” identificado como enanizante en la India (Reddy et al., 2003),
también impartió un crecimiento reducido pero un pobre rendimiento en el cultivar “KP” de
Australia (Smith et al., 2008). Estos mismos autores, al evaluar 64 portainjertos injertados con
el cultivar “KP” en Australia, encontraron que los más promisorios fueron: “MYP”, “Watertank”,
“Manzano” y “Pancho”. El vigor no necesariamente estuvo relacionado con la producción. Así el
cultivar “KP” sobre “Orange” desarrolló los árboles más grandes y con una baja producción.
Contrariamente, el “KP” sobre portainjerto “MYP” produjo rendimientos altos en árboles
pequeños. En síntesis el uso de combinaciones portainjerto/ cultivar es el principal factor que
influencia el tamaño de los árboles. Esto es de gran importancia ya que, el tamaño del árbol
determina el espaciamiento, numero de árboles por ha, el sistema de conducción y manejo de
los árboles, el intervalo de tiempo para la entrada en producción y para el retorno del capital
invertido. Dado que el clima, tipo de suelo y cultivar ejercen influencia sobre el comportamiento
de los portainjertos, no existen recomendaciones generalizadas para la diversidad de
situaciones que se presentan en las zonas productoras de mango. De ahí la importancia de
evaluar diversos portainjertos para cada región y cultivar. También se ha reportado que el
cultivar poliembrionico “Esmeralda” seleccionado en Colima, al utilizarse como interinjerto entre
un portainjerto poliembrionico nativo y los cultivares de mango “Ataulfo” y “Manila”, redujo
dramáticamente el tamaño de los árboles de esos dos importantes cultivares en México (Ávila
et al., 1993; Vázquez-Valdivia y Pérez-Barraza, 2006). En comparación con testigos sin
interinjerto, los árboles formados por la combinación “Manila”/”Esmeralda”/portainjerto nativo,
mostraron una reducción del tamaño del 49 % y 28 % a la edad de 3 y 9 años respectivamente
(Mosqueda-Vázquez et al., 1996; García-Pérez et al., 1996); en tanto que la combinación
“Ataulfo”/”Esmeralda”/portainjerto nativo, fue significativamente menos vigorosa que los árboles
de “Ataulfo”/portainjerto nativo. La inoculación de plantas en vivero empleando los
microorganismos Azospirillum y Phosphobacteria favorece el crecimiento de los árboles bajo
condiciones de vivero y en campo (Iyer, 2004).
Tamaño de arboles
El diseño y densidad de plantación ejercen una influencia clara en la sanidad de los árboles y
las operaciones de manejo del huerto. El tamaño del árbol influencia el numero de árboles por
ha, el sistema de manejo de los árboles y la edad a la que estos comienzan a producir. Los
árboles de tamaño estándar producen mayor cantidad de fruta en edad adulta y el costo inicial
por la adquisición de las plantas es reducido. El uso de árboles achaparrados incrementa de
manera critica el costo del establecimiento de la plantación, por empleo de un elevado número
de árboles, pero la entrada en producción es más precoz y la cantidad de fruta producida en los
primeros años es más elevada (Ames y Kuepper, 2004, McCoy, 2007). Las actividades de
campo tales como la poda, aclareo de panículas, control de plagas y enfermedades y la
cosecha, se simplifican con el empelo de árboles chaparros. La eficiencia y seguridad de los
trabajadores aumentan cuando la mayoría de las actividades de campo pueden ser realizadas
desde el suelo, sin necesidad de utilizar escaleras o de treparse a los árboles. La presencia de
malezas es menor en las huertas sombreadas y densamente plantadas.
Preparación del predio
Al preparar el terreno para plantar se deben tomar en cuenta los siguientes puntos: aminorar la
compactación del suelo, mejorar su fertilidad, ajustar el pH y manejar las malezas, plagas y
enfermedades presentes. Algunos productores pasan el arado y la rastra para aflojar las capas
del suelo, a la profundidad que se requiera, antes de realizar la plantación, ya que la labranza
profunda en plantaciones establecidas, interrumpe la actividad radicular (Ames y Kuepper,
2004). El pH del suelo se ajusta mediante la adición de azufre para reducir su valor y aplicando
cal si el pH es bajo. Los resultados del análisis de suelos ayudan a determinar el uso de las
fuentes de fertilizantes a usar y que resulten más apropiados entre las cuales se incluyen:
diversos tipos de composta, gipsita de cal, roca fosfórica etc., lo cual contribuye a proveer
condiciones apropiadas en suelo para la adecuada nutrición de los árboles (Ames y Kuepper,
2004)
Manejo de malezas previo al establecimiento del huerto
Los cultivos de cobertera producen una capa gruesa de follaje que sombrea y asfixia las
malezas. Una combinación bien planeada de labranza y el establecimiento de cultivos de
cobertera se convierte es una estrategia efectiva para la supresión de malezas y que
contribuye además a incrementar la fertilidad y mantener estable el humus del suelo. Esta
estrategia comienza con la eliminación manual o mecánica de la vegetación existente, labrando
y aflojando el terreno para reducir la compactación del suelo, luego se siembra el cultivo de
cobertera para inhibir el crecimiento de las malezas y posteriormente se aplican podas al cultivo
y la incorporación del abono verde antes de realizar la plantación de mango. Aunque se
reportan varias especies que pueden ser de utilidad para cubrir el suelo e incorporar el cultivo
como abono verde, hacen falta estudios detallados en mango para seleccionar las mejores
opciones para controlar malezas, que sirvan de hábitat a la fauna benéfica, y mejoren la
saludad del árbol y la nutrición del mango. En el Cuadro 1, se presenta información sobre las
características que reúne algunos cultivos de cobertura.
Cuadro 1.Cultivos de cobertera para inhibir el desarrollo de malezas y su relación con su
aportación de N al suelo en frutales (adaptado de Ware 2009; Ames and Kuepper, 2004. SI: sin
información).
Especie
Produccion
de Biomasa
Adicion de N
Tiempo
a
descomposicion
Eliminacion
de maleza
Chicharo
+
++
+++
++
Crotalaria
++
+++
++
++
Sesbania
+++
++
++
+++
Pasto Sudan
+++
SI
SI
++++
Conversión de huerto convencional a orgánico
Para las plantaciones establecidas con interés en convertir de lo convencional a orgánico, los
aspectos a considerar se presentan enseguida.
Periodo de conversión
Los estándares establecen un periodo mínimo de tres años para convertir un huerto
convencional en orgánico (IFOAM 2009; OCIA 2008). Se asume que durante este periodos de
tiempo se deben comenzar a notar signos favorables de cambio en los huertos de lo
convencional a lo orgánico. Durante este periodo se requiere un serio compromiso para
entender que se trata de una diferente propuesta de manejo especialmente, con el modo en
que los árboles serán abastecidos de nutrientes y la forma de manipular los procesos
biológicos tanto en el suelo como en la planta. No es simple desarrollar un sistema de
producción orgánica que se ajuste a la situación particular de cada productor. Durante el
proceso de cambio no debe extrañar que se presenten desavenencias y se cometan errores, ya
que los cultivos bajo sistema orgánico se comportan diferente que con manejo convencional. A
menudo, el cultivo convencional con el cual se está bien familiarizado, puede comportarse muy
diferente bajo un sistema orgánico. Por ejemplo se puede presentar un distinto patrón de
crecimiento o producir un diferente impacto de las plagas o distinto nivel de presión de las
enfermedades. Al iniciar la conversión a orgánico con un área pequeña de mango
convencional, el riesgo por una falla en la producción se minimiza y se adquiere la experiencia
y un panorama más realista de la comercialización. Esto permite una expansión futura de los
sistemas de producción orgánica de mango a una escala más comercial.
Una estrategia útil que los productores deben considerar, es moverse hacia una propuesta más
biológica algunos años antes de cambiar a producción orgánica. Esto quiere decir que es
posible involucrarse en una propuesta de manejo integrado de plagas, enfermedades y
malezas con anticipación, para propiciar una reducción en la necesidad de aplicar fertilizantes
químicos y pesticidas requeridos en plantaciones convencionales. Lo anterior, puede significar
que el periodo de transición de lo convencional a lo orgánico, requiera cambios menos
dramáticos para el manejo del cultivo, y que el rendimiento y la calidad de la fruta logren
permanecer relativamente estables (McCoy, 2007). Si los productores trabajan en conjunto e
intercambian experiencias, el periodo de aprendizaje se puede acelerar y este intercambio
puede convertirse en un escenario para la prueba de nuevas ideas y encontrar soluciones a
problemas específicos. En los primeros años el periodo de transición hacia el sistema orgánico
puede conducir a algunos problemas. Por ejemplo al principio los árboles pueden lucir un poco
débiles, pero a medida que el sistema se establece, los árboles recuperan su condición hasta
alcanzar el nivel que mantenían con el manejo convencional previo, lo que repercute en buenos
rendimientos. De manera similar, algunos de los problemas causados a los árboles por plagas
y enfermedades parecen empeorar, mientras se aplica el manejo orgánico durante el periodo
de transición, sin embargo estos problemas disminuyen con el tiempo en la medida que la
dinámica biológica avanza hacia un equilibrio diferente.
Condición actual de la plantación
La condición de la huerta que prevalece al momento de cambiar, puede tener una importante
repercusión en el logro del éxito de conversión a orgánico. Por ello es importante considerar los
siguientes aspectos:
• La sanidad del árbol. No arriesgar a la conversión orgánica si los árboles son débiles, mal
nutridos o lucen enfermos.
• Presencia de malezas. Si en los huertos de mango orgánico existen serios problemas de
malezas perennes que invaden las huertas, su control resulta difícil y costoso. La estrategia de
acción más común es minimizar estos problemas de malezas antes de establecer un sistema
orgánico. Para ello es necesario mantener una continua vigilancia para asegurar un control
oportuno de posibles brotes de malezas.
• Cultivares. Ya que nos existen cultivares específicos para producción orgánica, es deseable
utilizar los que son reportados como menos propensos a la diversidad de problemas
fitosanitarios, y que no requieren ser tratadas con hormonas del crecimiento para ayudar a la
floración (McCoy, 2007). También se debe considerar las preferencias del mercado y así como
las características de calidad externa e interna del fruto. En Australia se prefiere el cultivar
“Kensington Pride” que tiene mercado de exportación en Inglaterra. En la mayoría de países
predominan las variedades de Florida que incluyen a “Haden”, “Tommy Atkins”, “Kent”, “Keitt”.
Otras variedades importantes son Edward en Perú, Carabao en Filipinas, Ataulfo en México
(Vázquez-Valdivia y Pérez-Barraza, 2006; Crane et al., 2009).
• Diseño de la huerta y estructura del árbol. La selección de los marcos de plantación y
sistemas manejo más apropiados, puede variar de acuerdo con las condiciones de la región.
Dado que en las plantaciones con alta densidad el flujo del aire a través de la copa se reduce,
los árboles deben someterse a un tratamiento de poda para favorecer la entrada del aire y la
luz hacia el interior de la copa, para aminorar la incidencia de enfermedades y mejorar la
coloración de los frutos (Ireta-Ojeda y Guzmán-Estrada, 2002; McCoy, 2007).
Tipo de huerto
Es conveniente elegir huertos donde se conserve una calle ancha entre hileras de los árboles.
De esa manera es posible un manejo más apropiado del agua, cultivos intercalados y de la
cosecha. Aunque no siempre es posible, es deseable seleccionar huertos que se encuentren
en localidades aisladas de fuentes potenciales de introducción de plagas, enfermedades y
malezas. Las plantaciones en localidades retiradas de los huertos convencionales, se
mantienen en relativo aislamiento y quedan menos expuestas a los riesgos de contaminación
de parcelas adyacentes. En localidades donde los vientos son fuertes se requiere usar cortinas
rompevientos, no solo para contener la contaminación por las aspersiones efectuadas en los
huertos vecinos, sino también para proteger los árboles del daño causado por los vientos.
La selección de huertos entre sitios o aéreas dentro de un huerto con suelos de mayor calidad,
contribuye a reducir el uso de insumos en comparación con los suelos pobres. Los suelos
limosos requieren una menor adición de nutrientes y una más baja demanda de agua que los
suelos arenosos. Además, el contenido de arcilla en los suelos limosos puede favorecer la
actividad biológica del suelo y la formación de humus requerida para la producción orgánica. Se
deben tomar en consideración las posibles fuentes de contaminación que no son aceptadas, y
que son originadas por el excesivo uso de nutrientes el agua de riego.
Mejoramiento de la salud y manejo del suelo
Para mantener los niveles apropiados de producción en los sistemas de cultivo orgánico
incluyendo el mango, donde los fertilizantes químicos deber ser totalmente excluidos en los
huertos establecidos, es necesario un manejo adecuado del suelo mediante la incorporación de
residuos de plantas, abonos verdes, aumento en la adición de biomasa, uso de material
vegetal composteado, entre otras medidas, con el fin de mejorar la estructura y textura del
suelo y favorecer la actividad biológica y la fertilidad del suelo (Iyer, 2004; McCoy 2007; Ware
2009)
Las plantas perenes como el mango de manera casi continua y a través de su vida productiva,
extraen nutrientes de un volumen limitado de la parte superficial del suelo (Iyer, 2004). Por eso
es importante adicionar al suelo fuentes naturales que proporcionen con el del tiempo, un
medio nutricionalmente rico para la zona radicular para obtener rendimientos adecuados. El
suministro de nutrientes derivados de los estiércoles orgánicos es lento, pero frecuente y con
una muy baja perdida de nutrientes. Además tienen la ventaja adicional de proporcionar
micronutrientes disponibles y de mejorar las propiedades físicas del suelo. Los nutrientes
contenidos en las combinaciones orgánicas, comienzan a estar disponibles para las plantas de
manera lenta y a través de muchas estaciones de cultivo, como resultado del control natural
que ejercen sobre la nitrificación los organismos heterotróficos que propician la inmovilización
de nutrientes, lo cual es bastante benéfico en el caso de los cultivos perennes (Nampoothiri,
2001, citado por Iyer 2004).
CONCLUSIONES
El presente trabajo consistió de una revisión documental sobre genotipos, características del
suelo, diseños plantación y manejo de árboles, tipos de huertos, salud del suelo y manejo del
huerto, con la finalidad de proporcionar información sobre componentes básicos que sean de
utilidad para la producción de mango orgánico. Para la producción mango orgánico de mango
se requieren cultivares con mayor tolerancia a enfermedades como antracnosis y desordenes
fisiológicos de fruto, ya que no se conocen cultivares resistentes. El mercado y características
de calidad del fruto tales como el tamaño, color y calidad interna del fruto, también son
importantes. Aplicando los parámetros anteriores, el número de cultivares con atributos
deseables se reduce considerablemente. Ninguno de cultivares de mango importantes en
México reúne las características de tolerancia a antracnosis, susceptibilidad a daños
fisiológicos, y buena calidad de fruta para exportación, por lo que se requiere introducción
nuevos cultivares con un perfil orgánico mas deseable e iniciar investigación en mejoramiento
genético. Mientras tanto para el control de esos problemas será necesario intensificar los
trabajos sobre el uso de compuestos biológicos. Se dispone de información de portainjertos
con vigor achaparrarte, pero se desconoce su tolerancia a enfermedades y condiciones
adversas de suelos. Además el comportamiento de los portainjertos varía con el cultivar. En los
estudios de portainjertos se han incluido cultivares distintos a los de México, por lo que se
requiere hacer trabajos con los cultivares actuales y los introducidos. Para lograr una
conversión de mango convencional al sistema orgánico menos dramática y segura se deben
seleccionar plantaciones convencionales que reúnan las siguientes características: huertas
adultas mejor que las jóvenes, bien manejadas, con mínimos problemas de plagas
enfermedades y malezas, y establecidas en suelos limosos y aislados de otros huertos donde
exista riesgo de contaminación de cualquier tipo. Los huertos que previamente se sometan a
un manejo integrado sufrirán un cambio menos notorio hacia el sistema orgánico. Aunque hace
falta mayor investigación la información aquí presentada puede ser de utilidad lograr un cambio
de convencional a orgánico menos dramático.
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