PRODUCCIÓN ORGÁNICA DE MANGO: CONCEPTOS BÁSICOS PARA LA CONVERSIÓN DE HUERTO CONVENCIONAL A ORGÁNICO. Víctor Manuel Medina Urrutia1 Marcelino Vázquez García1 Salvador Pérez González2 RESUMEN El presente trabajo consistió de una revisión documental sobre genotipos, características del suelo, diseños plantación y manejo de árboles, tipos de huertos, salud del suelo y manejo del huerto, con la finalidad de proporcionar información sobre componentes básicos que sean de utilidad para la conversión de mango convencional a mango orgánico. Para la producción mango orgánico de mango se requieren cultivares con mayor tolerancia a enfermedades como antracnosis y desordenes fisiológicos de fruto, ya que no se conocen cultivares resistentes. El mercado y características de calidad del fruto también son importantes. No existen cultivares en México con atributos deseables para la producción orgánica. Se dispone de información de portainjertos con vigor achaparrarte, pero se desconoce su tolerancia a enfermedades y condiciones adversas de suelos. Además el comportamiento de los portainjertos varía con el cultivar. Los reportes de portainjertos han incluido cultivares distintos a los utilizados en México. Para lograr una conversión de mango convencional al sistema orgánico menos dramática y segura se deben seleccionar plantaciones convencionales que reúnan las siguientes características: huertas preferentemente adultas, bien manejadas, con mínimos problemas de plagas enfermedades y malezas, y establecidas en suelos limosos y aisladas de otros huertos donde exista riesgo de contaminación de cualquier tipo. Aunque falta información sobre el uso de abonos verdes, acolchado natural y compostas, es necesario su uso para favorecer la actividad microbiana del suelo y la nutrición de los árboles y la salud del suelo. PALABRAS CLAVE: Mangifera indica, portainjertos, salud del suelo, abonos verdes, periodo de conversión. INTRODUCCIÓN La superficie de cultivo de mango en el país asciende a 176,781 has las cuales producen cerca de I.5 millones de ton de fruta (Gómez-Cruz et al., 2009). México está considerado como el principal exportador de mangos en el mundo con cerca de 160,000 ton anuales. La demanda de productos orgánicos ha venido aumentando principalmente en los países desarrollados, derivado del interés de los consumidores por alimentarse con productos que no afecten la salud. Una estrategia importante para aumentar la exportación y el consumo interno de mango en México, es la producción orgánica. En el mundo, la superficie de mango orgánico es mínima en relación con el área total. Australia es el país más importante productor de mango orgánico, cuyo producto se comercializa en Europa (McCoy, 2007). En América Latina, aunque lentamente, la producción de mango orgánico se ha venido expandiendo en países como México, Perú, Ecuador, Guatemala, Colombia y Brasil, (García,-G, 2003). En México para el 2008, la superficie en proceso de cambio de convencional a orgánica llego a 12, 465 ha (Gómez-Cruz et al., 2009), la cual representa solo el 8 % del total. En los próximos años las 1 CUCBA-Universidad de Guadalajara. Km 15.5 Carretera Guadalajara-Nogales. Las Agujas Municipio de Zapopan, CP 45110, Zapopan, Jal. México 2 Universidad Autónoma de Querétaro. Email: victor.medina @cucba.udg.mx cifras de producción orgánica podrían aumentar favorecidas por el interés en: una mejora de la salud del suelo y la sanidad de las plantaciones, reducir los riesgos de contaminación, y mayor precio por la fruta orgánica en los países desarrollados. En las plantaciones de mango convencional se hace uso de pesticidas para el control de plagas, enfermedades y malezas, así como de fertilizantes químicos para la nutrición de los árboles. En la producción orgánica no se permite el uso de agroquímicos (Codex Alimentarius, 2001). Los productores con interés en la certificación orgánica requieren información sobre: 1) normas y estándares de producción orgánica establecidos por IFOAM; 2) aspectos básicos requeridos para la conversión; y 3) la tecnología para la producción y manejo postcosecha de mango orgánico. Existe una serie de documentos publicados en relación con el primer punto; así como guías para producción orgánica (McCoy, 2007). Sin embargo, la información disponible de mango sobre los últimos dos puntos se encuentran dispersos e incompletos. El presente trabajo tiene como objetivo proporcionar información sobre genotipos, características del suelo, diseños plantación y manejo de árboles, tipos de huertos, manejo del suelo, en frutales con énfasis en mango, la cual es básica para facilitar la toma de decisiones al cambiar huertas convencionales por sistemas orgánicos. MATERIALES Y METODOS Lugar del trabajo El presente trabajo documental se llevo a efecto en el Departamento de Producción Agrícola del CUCBA, Universidad de Guadalajara durante el periodo de Mayo del 2008 a Agosto del 2009. Fuentes de consulta y material solicitado Se consultaron físicamente bibliotecas del CINVESTAV, Colegio de Postgraduados, Universidad de Colima y Universidad de Guadalajara. Así mismo, se obtuvo información de documentos por Internet. Por correo electrónico se solicitaron a distintos investigadores reportes, folletos técnicos, folletos informativos, los cuales se recibieron vía electrónica y por correo aéreo. En todos los caso se privilegiaron los documentos técnicos y de investigación. Información consultada El trabajo se enfoco a efectuar una revisión de aquellos documentos que proporcionaron información de utilidad sobre producción orgánica de frutales, con énfasis en mango, y relacionada a resultados sobre el uso de genotipos, portainjertos, características de suelo, diseños de plantación, salud y manejo del suelo, tipos de huertos deseables, experiencias en el proceso de conversión de huertos convencionales a orgánicos, características de los árboles, entre los más importantes. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Establecimiento de plantaciones de mango orgánico. En este apartado se presenta información de los aspectos a tomar en cuenta al establecer una nueva plantación con fines de producción orgánica. Características del sitio De acuerdo con Ames y Kuepper (2004), antes de de establecer una nueva plantación de frutales, es recomendable elaborar una lista de las características del predio, que incluya la pendiente del terreno, el aspecto y características del suelo, la capacidad de infiltración de agua y drenaje del suelo, las temperaturas máximas y mínimas, la distribución de la precipitación anual, disponibilidad de agua de riego, la profundidad del manto freático, y los patrones de movimiento del viento etc. La mayoría de estos factores no están bajo el control del productor y la plantación debe de adecuarse a las condiciones naturales del sitio. Aunque los productores pueden lograr una mejora del suelo a través del paso de los años, seguramente no podrán modificar las capas del suelo, influenciar la predominancia de los vientos, o modificar las temperaturas en ningún sentido. Los factores adecuados para las plantaciones de mango convencional, también son validos para los sistemas de producción orgánica. Sin embargo, mientras que los productores convencionales pueden recurrir al uso de pesticidas y fertilizantes químicos para corregir problemas por una mala decisión en la selección de un sitio, en las plantaciones orgánicas esto no es posible. Un buen drenaje del suelo y adecuada circulación del viento, previenen el desarrollo de enfermedades. Los suelos donde se favorece la presencia de ciertas especies de malezas y pastos, como las gramíneas Bermuda y Johnson, entre otras, son difíciles de controlar por los métodos orgánicos y por tanto son de particular preocupación sobre todo en huertas ya establecidas. Un análisis de los factores físicos del suelo y del ambiente, permite determinar si el cultivo tendrá un comportamiento marginal o económicamente aceptable. Los suelos seleccionados como de mejor calidad es muy probable que requieran menor inversión de insumos que los suelos pobres (McCoy, 2004). Los suelos limosos demandan menores cantidades de agua y fertilizantes, que los suelos arenosos. Adicionalmente el contenido de arcilla en los suelos limosos puede alojar a la materia orgánica y favorecer el adecuado desarrollo de la actividad biológica, y la formación de humus para la producción orgánica (McCoy, 2004). Cultivares Existe una lista numerosa de cultivares de mango disponibles para su cultivo (Ireta-Ojeda y Guzmán-Estrada, 2002; De Queiroz-Pinto et al., 2009; Iyer y Schnell, 2009, Knight et al., 2009; Human et al., 2009). Sin embargo apenas alrededor de unos 20 son los más utilizados. Aunque no existen cultivares resistentes a Antracnosis, “Tommy Atkins” ha sido preferido por su mayor tolerancia a Antracnosis, pero no lo suficiente como para eliminar el uso de fungicidas (Litz 1997; citado Ploetz 2004). La resistencia a la mancha negra de los frutos varía entre cultivares de mango, de manera que donde exista una alta presión del inoculo de Antracnosis, se deben emplear cultivares resistentes (Ploetz et al., 1994). El cultivar “Bhadauran” resulto resistente a las inoculaciones artificiales del hongo causante de la malformación en Brasil, en tanto que los cultivares de mango “Palmer”, “Parvin”, “Sensation”, “Van Dyke” y “Zill” mostraron una baja incidencia en condiciones protegidas del ambiente (Zaccaro et al., 2004). Entre 113 cultivares de mango, 20 no tuvieron formación de tumor en los brotes, causada por Apsylla cistellta, aunque la resistencia estuvo relacionada con el escape de la planta al ataque de la plaga y a la ovoposición de huevecillos (Singh, 2000). Las plantaciones nuevas se deben de establecer con árboles adquiridos en viveros reconocidos y libres de la malformación. Para ayudar al pronóstico de malformación, Zheng y Ploetz, 2002, reportaron un nuevo método basado en PCR para identificar Fusarium mangiferae y ayudar en la prevención de la dispersión de la malformación al movilizar cultivares de una región a otra. La selección de cultivares debe tomar en cuenta la época de producción. Los cultivares tempranos y tardíos son preferidos porque alcanzan mejores precios, pero cubren cortos lapsos de tiempo. Varios cultivares en una misma huerta, ayudan a ampliar la oferta (Ireta-Ojeda y Guzmán-Estrada, 2002). La preferencia por un cultivar, depende de características tales como el color, sabor, tamaño y valor nutricional del fruto, así como de sus condiciones de almacenamiento, uniformidad de maduración en postcosecha y estas características generalmente son definidas por el consumidor (Iyer, 2004, McCoy 2007). Portainjertos Las principales características que debe reunir un portainjerto de mango son: control del tamaño del árbol, buena adaptación a las condiciones del suelo y tolerancia a problemas enfermedades del suelo. Sin embargo pocos estudios se han realizado en esa dirección. En las especies Mangifera casturi, M. griffithii, M. odoroata y M. pentandra, existe tolerancia a enfermedades. Resultados preliminares indican que estas especies injertadas en M. indica mostraron un alto porcentaje de éxito, por lo que resultan promisorios para su evaluación a futuro como cultivares o portainjertos de Mangifera indica (Campbell, 2004). Al portainjerto denominado 13-1, se le reporta como tolerante a la salinidad en Israel (Lavi et al., 1993), pero faltan estudios para conocer su comportamiento hortícola con diversos cultivares de mango. El cultivar monoembrionico “Amrapali”, en comparación con otros ocho portainjertos redujo significativamente el tamaño de varios cultivares en Brasil, pero no modifico el tamaño de “Haden” y “Tommy Atkins”, además, el rendimiento y calidad de fruta fueron mas dependientes de la combinación cultivar/portainjerto. “Winter” con comportamiento enanizante al injertarse sobre un portainjerto enano redujo el tamaño del árbol (Vargas-Ramos et al., 2004). El portainjerto “Vellaikulamban” identificado como enanizante en la India (Reddy et al., 2003), también impartió un crecimiento reducido pero un pobre rendimiento en el cultivar “KP” de Australia (Smith et al., 2008). Estos mismos autores, al evaluar 64 portainjertos injertados con el cultivar “KP” en Australia, encontraron que los más promisorios fueron: “MYP”, “Watertank”, “Manzano” y “Pancho”. El vigor no necesariamente estuvo relacionado con la producción. Así el cultivar “KP” sobre “Orange” desarrolló los árboles más grandes y con una baja producción. Contrariamente, el “KP” sobre portainjerto “MYP” produjo rendimientos altos en árboles pequeños. En síntesis el uso de combinaciones portainjerto/ cultivar es el principal factor que influencia el tamaño de los árboles. Esto es de gran importancia ya que, el tamaño del árbol determina el espaciamiento, numero de árboles por ha, el sistema de conducción y manejo de los árboles, el intervalo de tiempo para la entrada en producción y para el retorno del capital invertido. Dado que el clima, tipo de suelo y cultivar ejercen influencia sobre el comportamiento de los portainjertos, no existen recomendaciones generalizadas para la diversidad de situaciones que se presentan en las zonas productoras de mango. De ahí la importancia de evaluar diversos portainjertos para cada región y cultivar. También se ha reportado que el cultivar poliembrionico “Esmeralda” seleccionado en Colima, al utilizarse como interinjerto entre un portainjerto poliembrionico nativo y los cultivares de mango “Ataulfo” y “Manila”, redujo dramáticamente el tamaño de los árboles de esos dos importantes cultivares en México (Ávila et al., 1993; Vázquez-Valdivia y Pérez-Barraza, 2006). En comparación con testigos sin interinjerto, los árboles formados por la combinación “Manila”/”Esmeralda”/portainjerto nativo, mostraron una reducción del tamaño del 49 % y 28 % a la edad de 3 y 9 años respectivamente (Mosqueda-Vázquez et al., 1996; García-Pérez et al., 1996); en tanto que la combinación “Ataulfo”/”Esmeralda”/portainjerto nativo, fue significativamente menos vigorosa que los árboles de “Ataulfo”/portainjerto nativo. La inoculación de plantas en vivero empleando los microorganismos Azospirillum y Phosphobacteria favorece el crecimiento de los árboles bajo condiciones de vivero y en campo (Iyer, 2004). Tamaño de arboles El diseño y densidad de plantación ejercen una influencia clara en la sanidad de los árboles y las operaciones de manejo del huerto. El tamaño del árbol influencia el numero de árboles por ha, el sistema de manejo de los árboles y la edad a la que estos comienzan a producir. Los árboles de tamaño estándar producen mayor cantidad de fruta en edad adulta y el costo inicial por la adquisición de las plantas es reducido. El uso de árboles achaparrados incrementa de manera critica el costo del establecimiento de la plantación, por empleo de un elevado número de árboles, pero la entrada en producción es más precoz y la cantidad de fruta producida en los primeros años es más elevada (Ames y Kuepper, 2004, McCoy, 2007). Las actividades de campo tales como la poda, aclareo de panículas, control de plagas y enfermedades y la cosecha, se simplifican con el empelo de árboles chaparros. La eficiencia y seguridad de los trabajadores aumentan cuando la mayoría de las actividades de campo pueden ser realizadas desde el suelo, sin necesidad de utilizar escaleras o de treparse a los árboles. La presencia de malezas es menor en las huertas sombreadas y densamente plantadas. Preparación del predio Al preparar el terreno para plantar se deben tomar en cuenta los siguientes puntos: aminorar la compactación del suelo, mejorar su fertilidad, ajustar el pH y manejar las malezas, plagas y enfermedades presentes. Algunos productores pasan el arado y la rastra para aflojar las capas del suelo, a la profundidad que se requiera, antes de realizar la plantación, ya que la labranza profunda en plantaciones establecidas, interrumpe la actividad radicular (Ames y Kuepper, 2004). El pH del suelo se ajusta mediante la adición de azufre para reducir su valor y aplicando cal si el pH es bajo. Los resultados del análisis de suelos ayudan a determinar el uso de las fuentes de fertilizantes a usar y que resulten más apropiados entre las cuales se incluyen: diversos tipos de composta, gipsita de cal, roca fosfórica etc., lo cual contribuye a proveer condiciones apropiadas en suelo para la adecuada nutrición de los árboles (Ames y Kuepper, 2004) Manejo de malezas previo al establecimiento del huerto Los cultivos de cobertera producen una capa gruesa de follaje que sombrea y asfixia las malezas. Una combinación bien planeada de labranza y el establecimiento de cultivos de cobertera se convierte es una estrategia efectiva para la supresión de malezas y que contribuye además a incrementar la fertilidad y mantener estable el humus del suelo. Esta estrategia comienza con la eliminación manual o mecánica de la vegetación existente, labrando y aflojando el terreno para reducir la compactación del suelo, luego se siembra el cultivo de cobertera para inhibir el crecimiento de las malezas y posteriormente se aplican podas al cultivo y la incorporación del abono verde antes de realizar la plantación de mango. Aunque se reportan varias especies que pueden ser de utilidad para cubrir el suelo e incorporar el cultivo como abono verde, hacen falta estudios detallados en mango para seleccionar las mejores opciones para controlar malezas, que sirvan de hábitat a la fauna benéfica, y mejoren la saludad del árbol y la nutrición del mango. En el Cuadro 1, se presenta información sobre las características que reúne algunos cultivos de cobertura. Cuadro 1.Cultivos de cobertera para inhibir el desarrollo de malezas y su relación con su aportación de N al suelo en frutales (adaptado de Ware 2009; Ames and Kuepper, 2004. SI: sin información). Especie Produccion de Biomasa Adicion de N Tiempo a descomposicion Eliminacion de maleza Chicharo + ++ +++ ++ Crotalaria ++ +++ ++ ++ Sesbania +++ ++ ++ +++ Pasto Sudan +++ SI SI ++++ Conversión de huerto convencional a orgánico Para las plantaciones establecidas con interés en convertir de lo convencional a orgánico, los aspectos a considerar se presentan enseguida. Periodo de conversión Los estándares establecen un periodo mínimo de tres años para convertir un huerto convencional en orgánico (IFOAM 2009; OCIA 2008). Se asume que durante este periodos de tiempo se deben comenzar a notar signos favorables de cambio en los huertos de lo convencional a lo orgánico. Durante este periodo se requiere un serio compromiso para entender que se trata de una diferente propuesta de manejo especialmente, con el modo en que los árboles serán abastecidos de nutrientes y la forma de manipular los procesos biológicos tanto en el suelo como en la planta. No es simple desarrollar un sistema de producción orgánica que se ajuste a la situación particular de cada productor. Durante el proceso de cambio no debe extrañar que se presenten desavenencias y se cometan errores, ya que los cultivos bajo sistema orgánico se comportan diferente que con manejo convencional. A menudo, el cultivo convencional con el cual se está bien familiarizado, puede comportarse muy diferente bajo un sistema orgánico. Por ejemplo se puede presentar un distinto patrón de crecimiento o producir un diferente impacto de las plagas o distinto nivel de presión de las enfermedades. Al iniciar la conversión a orgánico con un área pequeña de mango convencional, el riesgo por una falla en la producción se minimiza y se adquiere la experiencia y un panorama más realista de la comercialización. Esto permite una expansión futura de los sistemas de producción orgánica de mango a una escala más comercial. Una estrategia útil que los productores deben considerar, es moverse hacia una propuesta más biológica algunos años antes de cambiar a producción orgánica. Esto quiere decir que es posible involucrarse en una propuesta de manejo integrado de plagas, enfermedades y malezas con anticipación, para propiciar una reducción en la necesidad de aplicar fertilizantes químicos y pesticidas requeridos en plantaciones convencionales. Lo anterior, puede significar que el periodo de transición de lo convencional a lo orgánico, requiera cambios menos dramáticos para el manejo del cultivo, y que el rendimiento y la calidad de la fruta logren permanecer relativamente estables (McCoy, 2007). Si los productores trabajan en conjunto e intercambian experiencias, el periodo de aprendizaje se puede acelerar y este intercambio puede convertirse en un escenario para la prueba de nuevas ideas y encontrar soluciones a problemas específicos. En los primeros años el periodo de transición hacia el sistema orgánico puede conducir a algunos problemas. Por ejemplo al principio los árboles pueden lucir un poco débiles, pero a medida que el sistema se establece, los árboles recuperan su condición hasta alcanzar el nivel que mantenían con el manejo convencional previo, lo que repercute en buenos rendimientos. De manera similar, algunos de los problemas causados a los árboles por plagas y enfermedades parecen empeorar, mientras se aplica el manejo orgánico durante el periodo de transición, sin embargo estos problemas disminuyen con el tiempo en la medida que la dinámica biológica avanza hacia un equilibrio diferente. Condición actual de la plantación La condición de la huerta que prevalece al momento de cambiar, puede tener una importante repercusión en el logro del éxito de conversión a orgánico. Por ello es importante considerar los siguientes aspectos: • La sanidad del árbol. No arriesgar a la conversión orgánica si los árboles son débiles, mal nutridos o lucen enfermos. • Presencia de malezas. Si en los huertos de mango orgánico existen serios problemas de malezas perennes que invaden las huertas, su control resulta difícil y costoso. La estrategia de acción más común es minimizar estos problemas de malezas antes de establecer un sistema orgánico. Para ello es necesario mantener una continua vigilancia para asegurar un control oportuno de posibles brotes de malezas. • Cultivares. Ya que nos existen cultivares específicos para producción orgánica, es deseable utilizar los que son reportados como menos propensos a la diversidad de problemas fitosanitarios, y que no requieren ser tratadas con hormonas del crecimiento para ayudar a la floración (McCoy, 2007). También se debe considerar las preferencias del mercado y así como las características de calidad externa e interna del fruto. En Australia se prefiere el cultivar “Kensington Pride” que tiene mercado de exportación en Inglaterra. En la mayoría de países predominan las variedades de Florida que incluyen a “Haden”, “Tommy Atkins”, “Kent”, “Keitt”. Otras variedades importantes son Edward en Perú, Carabao en Filipinas, Ataulfo en México (Vázquez-Valdivia y Pérez-Barraza, 2006; Crane et al., 2009). • Diseño de la huerta y estructura del árbol. La selección de los marcos de plantación y sistemas manejo más apropiados, puede variar de acuerdo con las condiciones de la región. Dado que en las plantaciones con alta densidad el flujo del aire a través de la copa se reduce, los árboles deben someterse a un tratamiento de poda para favorecer la entrada del aire y la luz hacia el interior de la copa, para aminorar la incidencia de enfermedades y mejorar la coloración de los frutos (Ireta-Ojeda y Guzmán-Estrada, 2002; McCoy, 2007). Tipo de huerto Es conveniente elegir huertos donde se conserve una calle ancha entre hileras de los árboles. De esa manera es posible un manejo más apropiado del agua, cultivos intercalados y de la cosecha. Aunque no siempre es posible, es deseable seleccionar huertos que se encuentren en localidades aisladas de fuentes potenciales de introducción de plagas, enfermedades y malezas. Las plantaciones en localidades retiradas de los huertos convencionales, se mantienen en relativo aislamiento y quedan menos expuestas a los riesgos de contaminación de parcelas adyacentes. En localidades donde los vientos son fuertes se requiere usar cortinas rompevientos, no solo para contener la contaminación por las aspersiones efectuadas en los huertos vecinos, sino también para proteger los árboles del daño causado por los vientos. La selección de huertos entre sitios o aéreas dentro de un huerto con suelos de mayor calidad, contribuye a reducir el uso de insumos en comparación con los suelos pobres. Los suelos limosos requieren una menor adición de nutrientes y una más baja demanda de agua que los suelos arenosos. Además, el contenido de arcilla en los suelos limosos puede favorecer la actividad biológica del suelo y la formación de humus requerida para la producción orgánica. Se deben tomar en consideración las posibles fuentes de contaminación que no son aceptadas, y que son originadas por el excesivo uso de nutrientes el agua de riego. Mejoramiento de la salud y manejo del suelo Para mantener los niveles apropiados de producción en los sistemas de cultivo orgánico incluyendo el mango, donde los fertilizantes químicos deber ser totalmente excluidos en los huertos establecidos, es necesario un manejo adecuado del suelo mediante la incorporación de residuos de plantas, abonos verdes, aumento en la adición de biomasa, uso de material vegetal composteado, entre otras medidas, con el fin de mejorar la estructura y textura del suelo y favorecer la actividad biológica y la fertilidad del suelo (Iyer, 2004; McCoy 2007; Ware 2009) Las plantas perenes como el mango de manera casi continua y a través de su vida productiva, extraen nutrientes de un volumen limitado de la parte superficial del suelo (Iyer, 2004). Por eso es importante adicionar al suelo fuentes naturales que proporcionen con el del tiempo, un medio nutricionalmente rico para la zona radicular para obtener rendimientos adecuados. El suministro de nutrientes derivados de los estiércoles orgánicos es lento, pero frecuente y con una muy baja perdida de nutrientes. Además tienen la ventaja adicional de proporcionar micronutrientes disponibles y de mejorar las propiedades físicas del suelo. Los nutrientes contenidos en las combinaciones orgánicas, comienzan a estar disponibles para las plantas de manera lenta y a través de muchas estaciones de cultivo, como resultado del control natural que ejercen sobre la nitrificación los organismos heterotróficos que propician la inmovilización de nutrientes, lo cual es bastante benéfico en el caso de los cultivos perennes (Nampoothiri, 2001, citado por Iyer 2004). CONCLUSIONES El presente trabajo consistió de una revisión documental sobre genotipos, características del suelo, diseños plantación y manejo de árboles, tipos de huertos, salud del suelo y manejo del huerto, con la finalidad de proporcionar información sobre componentes básicos que sean de utilidad para la producción de mango orgánico. Para la producción mango orgánico de mango se requieren cultivares con mayor tolerancia a enfermedades como antracnosis y desordenes fisiológicos de fruto, ya que no se conocen cultivares resistentes. El mercado y características de calidad del fruto tales como el tamaño, color y calidad interna del fruto, también son importantes. Aplicando los parámetros anteriores, el número de cultivares con atributos deseables se reduce considerablemente. Ninguno de cultivares de mango importantes en México reúne las características de tolerancia a antracnosis, susceptibilidad a daños fisiológicos, y buena calidad de fruta para exportación, por lo que se requiere introducción nuevos cultivares con un perfil orgánico mas deseable e iniciar investigación en mejoramiento genético. Mientras tanto para el control de esos problemas será necesario intensificar los trabajos sobre el uso de compuestos biológicos. Se dispone de información de portainjertos con vigor achaparrarte, pero se desconoce su tolerancia a enfermedades y condiciones adversas de suelos. Además el comportamiento de los portainjertos varía con el cultivar. En los estudios de portainjertos se han incluido cultivares distintos a los de México, por lo que se requiere hacer trabajos con los cultivares actuales y los introducidos. Para lograr una conversión de mango convencional al sistema orgánico menos dramática y segura se deben seleccionar plantaciones convencionales que reúnan las siguientes características: huertas adultas mejor que las jóvenes, bien manejadas, con mínimos problemas de plagas enfermedades y malezas, y establecidas en suelos limosos y aislados de otros huertos donde exista riesgo de contaminación de cualquier tipo. Los huertos que previamente se sometan a un manejo integrado sufrirán un cambio menos notorio hacia el sistema orgánico. Aunque hace falta mayor investigación la información aquí presentada puede ser de utilidad lograr un cambio de convencional a orgánico menos dramático. LITERATURA CITADA Ávila-R, C., R. Mosqueda-V., E. García-P, L. Matheis-T. 1993. Production efficiency of compact “Manila” mangos grafted onto different interstock and rootstock combinations. Acta Hort. 341: 281-287. Ames, G.K. and G. Kuepper. 2004. Tree fruits: organic production overview. ATTRA. 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