Subido por JOSÉ LUIS TRUQUE HERNÁNDEZ

Gaceta-Histórica-de-Almansa-numero-30

Donativo 1.50€
Junio 2012
Número 30
Las imágenes perdidas de la Batalla de Almansa
Crónica de la Guerra de Sucesión 1704 (VI)
Soldades entre Alcáraz y Almansa
Foto: Pilar Albelda
Colección fotográfica de Juan Carlos Banovio García
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EDITORIAL
“Gaceta de Almansa Histórica”. Publicación de la A.C.
1707
www.almansa1707.es
Redacción: Herminio Gómez,
Norberto Cuenca, José Ramón
Sánchez, José Antonio Blanco,
Manolo Olaya.
Maquetación: Leia Cuenca
Corrección: Sara Gómez
Colaboradores: Jesús Gómez
Cortés, Mercedes Meya, Juan
Carlos Banovio García y FotoClub Almansa.
Imprime: Imprenta Municipal
Patrocinio: Concejalía de Cultura. Ayuntamiento de Almansa.
Deposito legal:
Sumario
Las imágenes perdidas. 4
305 Aniversario.5
1704 (IV).9
Soldados entre Alcáraz y
Almansa. 11
Conocer, debatir, realizar.
Hace unos días, durante un día de convivencia en Belén, que casi espontáneamente organizamos en la Asociación, surgió un tema de debate que
motivó unas reflexiones que he creído podrían ser interesantes para aquellas personas que, o bien ya nos dedicamos a esta apasionante actividad
que llamamos “Recreación Histórica” o bien podrían estar interesadas en
conocerla.
Todo surgía cuando hablamos de recrear actividades y labores del pasado.
Desde hace algunos años incorporamos en nuestras actividades reconstructivas la fabricación de jabón a partir de aceite reciclado, de velas de cera
fundida y algunas otras. Tras una leve investigación inicial, una vez conseguida una “fórmula” o manera más o menos tradicional de realizar esas
actividades, han quedado incorporadas a nuestra actividad como elemento
de atrezzo del campamento o “escenario histórico” que presentamos.
Hasta aquí, todo correcto. Pero ahora debatíamos la posibilidad de, realizando el mismo proceso, incorporar nuevos talleres o actividades. Y es aquí
donde viene la cuestión:
¿Qué es más importante, que aporta más a la labor de inmersión en la
historia y su divulgación, el tener muchas actividades o el profundizar en el
conocimiento de las que ya realizamos?
Creo, sinceramente, que la calidad es mucho más importante que la cantidad para los objetivos que nos hemos planteado. Profundizar en la información disponible sobre cada tema, debatirla buscando su origen, desarrollo y técnica para, finalmente, organizar la forma de presentación de
cada actividad en relación al resto de actividades que realizamos, es el
camino a seguir si queremos que nuestro trabajo sirva para profundizar en
la realidad de nuestra historia. Es lo que diferencia nuestra forma de entender la Recreación Histórica de otros acercamientos historicistas que solo
pretender dar un ligero barniz histórico a sus presentaciones.
Asociación Cultural 1707 Almansa Histórica
La recreación vista por.18
3
Historia y Patrimonio
Las imágenes perdidas
de la
Batalla de Almansa
Portada del libro
En el panorama informativo actual en el que se suceden tantas
malas noticias, de vez en cuando,
somos testigos de alguna esperanzadora, como la referida a la
publicación del libro Las imágenes perdidas de la Batalla de Almansa.
Con este nuevo libro se demuestra como la ilusión y el carácter
emprendedor de Herminio Gómez y Carlos Arques, pueden generar y generan una publicación
de gran calidad artística que enriquece notablemente el conocimiento de este importante acontecimiento histórico que, a partir de
ahora, será mucho más accesible
para todos.
Muchos definen la sociedad actual como la del conocimiento,
quizá sería más preciso, hablar
de “sociedad de la imagen”. Piensen por un momento como el accidente del Rey en Botswana se
agravó con la publicación de la
fotografía del elefante abatido en
el safari. Estas imágenes, que son
una pesadilla para el actual titular
de la corona española, también
pueden originar un bello sueño
al evocar una realidad histórica.
Tal es el caso de la reciente publicación que nos ocupa, donde se
aúna el esfuerzo de muchos años
de investigación y la tenacidad de
Herminio Gómez, con la calidad y
la magia artística de las imágenes
de Carlos Arques.
Esta feliz conjunción muestra, una
vez más, cómo el deseo y la voluntad de mantener encendido el
faro del conocimiento sobre nuestra historia, puede más que las
difíciles circunstancias por las que
atravesamos. Un libro como este,
en poco tiempo amortizará con
sus ventas, el coste de la edición,
pero, además, su huella en el panorama bibliográfico, enriquece
notablemente el conocimiento y
la divulgación de un hecho histórico del que podemos y debemos
sacar rendimiento.
Con este libro, nace una nueva
ruta turística al alcance de todos,
4
pero que también debe ofrecer
nuevas propuestas a los que nos
visiten; además, debería servir
para recuperar ese importante
activo turístico-cultural como son
las visitas guiadas al Campo de
Batalla, tema del que, sorprendentemente, no se ha publicado
una guía con los principales hitos erigidos en 2007 con motivo
del Tricentenario, cuya presencia
física es conocida por todos los
almanseños, pero no así para
nuestros visitantes. Deseamos que
una mayor coordinación entre las
Concejalías de Turismo y Cultura, se traduzca en la publicación
de algunos nuevos folletos que
alarguen el tiempo de permanencia en nuestra ciudad de los que
nos visitan, lo que repercutiría en
mayores ingresos para establecimientos de hostelería y del comercio local al que debería hacerse
copartícipe de esta iniciativa.
Jesús Gómez Cortés.
Centro de Investigación y documentación
Crónica del 305
Aniversario
Dos jinetes almanesños
Visita Tematizada al Campo de
Batalla.
El domingo 15 de abril abríamos
lo actos conmemorativos del 305
aniversario de la Batalla de Almansa con una excursión tematizada a algunas zonas del Campo
de Batalla Histórico. Una actividad que realizamos al menos una
vez al año con la intención de recordar a la sociedad almanseña
la importancia patrimonial de
algunos lugares muy cercanos a
la ciudad y para los que reclamamos desde la Asociación 1707
su declaración de Bien de Interés
Cultural (BIC) con la categoría de
Sitio Histórico por su relevancia
durante los enfrentamientos entre
los ejércitos de la Gran Alianza
y de las Dos Coronas del 25 de
abril de 1707.
“De la danza y de la esgrima”
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Presentación de la Ruta Histórica
y la Exposición “Imágenes Perdidas de la Batalla de Almansa”
El viernes 20 de abril, con la asistencia del Alcalde de Almansa, D.
Francisco Núñez y la concejala
de Cultura Dña, Antonia Millán,
se presentó la Ruta Histórica denominada “Imágenes Perdidas de
la Batalla de Almansa”. Se trata
de un recorrido turístico y cultural
por el casco urbano de la ciudad
donde gracias a las ilustraciones
realizadas por Carlos Arques,
asesorado por un equipo técnico compuesto por Jesús Gómez
Cortés, Joaquín Francisco García
Sáez, José Luis Cutillas y Herminio Gómez, se ofrece la posibilidad tanto a los visitantes como al
público local, de conocer diversos monumentos y lugares por los
que habitualmente transitamos en
nuestro quehacer diario, pero con
la particularidad de poder visualizarlos tal cual estarían en abril
de 1707 durante el desarrollo de
la gran batalla, en una especie
Llanos Sánchez Almendros y Carmen García
Cerdán sorprendieron a los visitantes con una
elegante interpretación de música barroca
Las exposiciones fueron realizadas con la colaboración de la imprenta municipal
Imágenes cortesía de TV Almansa
Exposiciones en Casa de Cultura
de “viaje en el tiempo” que nos
permite asomarnos al pasado de
nuestra ciudad.
Un folleto gratuito ofrece una
primera información, incluyendo un plano del recorrido sugerido, que podemos ampliar con
un libro, profusamente ilustrado
a todo color, donde se reproducen las acuarelas realizadas por
Carlos Arques a gran tamaño,
para aquellos que quieran profundizar en el conocimiento del
patrimonio local y su historia. La
publicación se halla a la venta en
diversos puntos de la ciudad y en
el Centro de Interpretación de la
Batalla al precio de 20 euros. Al
finalizar el recorrido se procedió
a la inauguración de la exposición de las 11 acuarelas originales del artista almanseño en la
Casa de Cultura, en la que destacamos la colaboración de dos
jóvenes almanseñas, XXXXX que
con su interpretación de música
barroca dieron especial brillo al
acto inaugural.
Exposición “Almansa Histórica:
Pensando en el futuro”
A continuación se procedió a la
apertura de la segunda de las exposiciones preparadas por nuestra Asociación Cultural para este
305 aniversario. En una primera
parte se intentó plasmar un resumen del largo proceso que dio lugar a la formación de la Asociación 1707 Almansa Histórica en
el verano de 2005, así como de
sus principales actividades desde
entonces. En una segunda parte
se plasman las ideas fundamentales para el futuro de nuestras
actividades, que principalmente
se centran en la consecución de
un Parque Histórico Cultural que
permita aglutinar los diversos aspectos que conforman el estudio,
la interpretación y el potencial tu-
Francisco Nuñez, alcalde de Almansa, inauguró ambas exposiciones
6
El Sitio de Breda de Calderón de la Barca, fue
representado con los mismos medios técnicos
que hace cuatro siglos.
Fotos: Pilar Albelda
En los entreactos se realizaron interpretaciones
de música y danza, tal como era habitual en el
Siglo de Oro
Representación teatral
rístico del patrimonio histórico en torno a la Batalla de Almansa. El eje principal de ese Parque Histórico
Cultural será el nuevo Museo/Centro de Interpretación de la Batalla ubicado en el edificio de equipamiento cultural que se está finalizando junto a las escaleras del Castillo, en la calle de La Estrella.
El sábado 21 de abril se procedió a la apertura del pequeño campamento histórico que montaron el “Tercio de Morados Viejos” y la “Compagnie La Courbiere” nuestros amigos franceses que en esta ocasión
recrearon un grupo de soldados borgoñones al servicio de Felipe IV, aquellos famosos tercios que intervinieron entre otras batallas y asedios en el famoso “Sitio de Bredá” recogido en el cuadro de Velazquez y
que a través de la comedia que escribió Calderón de la Barca nos ha servido a la Asociación 1707 como
tema “especial” de este 305 aniversario.
Recreación de una tarde de teatro barroco: “El Sitio de Bredá”
Nos atrevimos en este 305 aniversario a interpretar una versión, considerablemente acortada, de una comedia estrenada en 1628 en el Palacio del Buen Retiro de Madrid durante la visita de Ambrosio Spinola a
la Corte de Felipe IV. Teatro barroco español de tema histórico-épico que nos ha permitido disfrutar de una
parte de nuestro patrimonio literario y teatral que, prácticamente, era desconocido para todos nosotros y
creo que también para la mayoría de los españoles de hoy.
Varios meses de trabajo, entre el estudio y la selección de los pasajes principales que nos permitieran abordar la obra con ciertas posibilidades de éxito dado que la mayoría de nosotros no teníamos experiencia
teatral, de investigación sobre la escenografía adecuada, el ambiente y significado de la obra y su época,
etc. fueron necesarios para, por fin, poder comenzar los ensayos con los aterrados “actores improvisados”
que, poco a poco, y con mucho trabajo y esfuerzo, empezaron a disfrutar de una experiencia que, finalmente, puedo decir en nombre de todos y todas los y las que hemos participado, (más de 30 personas
entre actores, actrices, regidoras, atrezzo y efectos especiales), que ha resultado en una experiencia maravillosa de encuentro con la cultura y el patrimonio literario español que nos impulsa a continuar profundizando en el. Sin duda la reconstrucción de una tarde de teatro barroco español que realizamos este 305
aniversario va a quedar incluida entre nuestras actividades habituales.
La Asociación 1707 quiere agradecer especialmente la colaboración de varias personas de fuera de nuestra localidad en este proyecto teatral: Inocencio Galindo, Fernando Boán, Pilar Albelda, Luis Miguel Sáez,
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“Mojiganga” o fin de fiesta al finalizar la representacion
Antonio Soriano, que colaboraron difundiendo el proyecto o participando activamente en el, asistiendo
a los ensayos desde sus lugares de residencia, Villena, Valencia o Castellón, con la inversión de tiempo y
dinero que ello supone.
Izado de Banderas y Ceremonia “In Memoriam”
El Izado de Banderas al mediodía del sábado y el domingo simboliza el carácter internacional de nuestras
conmemoraciones de la batalla, el recuerdo de un día histórico europeo simbolizado en las diez banderas
de los países actuales de donde provenían los soldados de ambos ejércitos. El domingo, tras el izado,
procedimos al desfile hacia la “Paz Aupada”, realizando allí la ceremonia “In Memoriam”, un homenaje a
las victimas de la guerra, de cualquiera de ellas a lo largo de la historia humana, simbolizado en los ramos
de flores blancas y amarillas, colores distintivos de los ejércitos de Las Dos Coronas y La Gran Alianza,
Izado de banderas
Las fotos son cortesía de Pilar Albelda, excepto las del concierto Barroco y las exposiciones que pertenecen a TV Almansa.
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El tercio de Saint Amour frente al castillo de Almansa - Foto Pilar Albelda
respectivamente colocados a los pies de la “Paz Aupada”, la gran obra del insigne escultor almanseño
José Luis Sanchez.
Concierto Barroco de la Orquesta Gaspar Cassadó
Finalmente, queremos agradecer a la Orquesta Gaspar Cassadó la realización del Concierto Barroco
del 305 aniversario, celebrado el sábado 21 de abril en el salón de actos del conservatorio profesional
de música de Almansa, que incluía en esta singular ocasión el estreno de una Suite Barroca compuesta
por Román de Urrutia Coduras, miembro de esta agrupación musical. Merece sin duda destacarse que la
Orquesta Gaspar Cassadó ha colaborado desinteresadamente desde 2007 en todos los actos conmemorativos anuales realizados desde entonces, convirtiéndose por derecho propio en uno de los protagonistas
destacados de los actos organizados en los aniversarios de la Batalla de Almansa.
Alicia Coduras dirigiendo a la Orquesta Gaspar Cassadó - Imagen TV Almansa
9
Crónica de la Guerra de Sucesión
La Batalla de
Blenheim 1704 (VI)
El enfrentamiento entre las líneas
de combatientes se extendería a
lo largo de 7 kilómetros. El Danubio limitaba el flanco derecho del ejército franco-bávaro,
y el izquierdo se topaba con los
bosques coníferos de Suabia. El
Nebel, cuyas cenagosas riberas
sólo se podían vadear en algunas
ocasiones, delimitaba la primera
línea francesa.
Entre Blindheim, situado en la
confluencia del Nebel y el Danubio, y el pueblo de Oberglau los
campos de trigo se acababan de
segar y eran idóneos para el despliegue de las tropas. Sin embargo, el terreno entre Oberglau y la
aldea de Lutzingen estaba lleno
de matorrales y zarzas, haciendo
muy difícil el avance de los contendientes.
A las 2.00 del 13 de agosto, 40
escuadrones avanzaron hacia
el enemigo, siendo seguidos a
la 3:00 por el resto del ejército
aliado, que se abría paso a través
de los bosques de Kessel. A las
6:00, las fuerzas se concentraron
en Schwenningen, donde Marlborough y Saboya remataron sus
planes.
Maniobras iniciales
Los comandantes aliados decidieron que Marlborough estaría al
mando de las 36.000 tropas que
atacarían el flanco izquierdo, en
el que se encontraba el ejército
de Tallard defendiendo el puesto
de Blindheim, que debía ser capturado. Mientras tanto, el Príncipe
Eugenio, con 16.000 hombres,
haría una ofensiva contra el ejército del Elector y del Conde de
Marsin, en el flanco derecho. Al
mismo tiempo que el ataque de
Saboya, el Teniente General Cutts
se dirigiría a Blindheim, permitiendo que Marlborough cruzase
el Nebel y diese un golpe mortal al enemigo en su centro. Sin
embargo, esta brillante maniobra
requería un gran concierto en los
movimientos de los aliados.
Poco después de las 7:00, Marl10
Trás varios meses
de marchas y maniobras por fin los
ejércitos, Aliado y
de las Dos Coronas se enfrentarán en una batalla
decisiva, junto al
Danubio el 13 de
agosto de 1704
Hito conmemorativo de la
Batalla de Blenheim,1704
Lutzingen (Alemania)
borough se aproximó al Nebel
para elegir un buen punto de
cruce; se prepararon pontones y
se cortaron ramas para facilitar
el paso. A las 8:00, la artillería
francesa abrió fuego y fue rápidamente contestada por las baterías
del Coronel Blood.
A las 9:00, los comandantes
franco-bávaros subieron al campanario de la iglesia de Blindheim para ultimar su estrategia.
No obstante, no se pusieron de
acuerdo sobre cómo utilizar el
Nebel, la táctica de Tallard – a
la que se oponían fervientemente
el Conde de Marsin y el Príncipe
Elector– consistía en atraer a las
tropas aliadas, descargando después su caballería sobre ellos.
Esto causaría un gran pánico y
confusión, por lo que los soldados enemigos, inmovilizados en
las ciénagas, perecerían en el
fuego cruzado de Blindheim y
Oberglau. Esta estrategia requería un cronometraje perfecto: si
la caballería llegaba demasiado
tarde, no se podría desorganizar
al enemigo y se desaprovecharía
este obstáculo natural.
El Marqués de Maffei desplegó
cinco batallones y 16 cañones
en torno a Lutzingen, y otros siete, capitaneados por el Marqués
de Rozel, entraron en juego desde los bosques colindantes. Entre
Lutzingen y Oberglau, el Elector
colocó 27 escuadrones de caballería: El Conde d’Arco se puso
al mando de 14 escuadrones
bávaros y se le encomendaron
otros 13 al Conde de Wolframsdorf, que debían servir como
reserva. A su derecha se encontraban las tropas francesas del
Conde de Marsin, que sumaban
40 escuadrones y 12 batallones.
La defensa de Oberglau consistía
en 14 batallones de infantería, a
cargo del Marqués de Blainville
(entre los que se encontraban los
famosos mercenarios irlandeses
Gansos salvajes) y seis baterías
de cañones.
11
Posición de las tropas al mediodía del
13 de agosto. Marlborough tomó el
control del ala izquierda del ejércoto,
haciéndose cargo de los ataques a
Blindheim y Oberglau, mientras Saboya se puso al frente del ala derecha que atacaría la villa de Lutzingen
A su derecha se apostaban las
fuerzas del Mariscal Tallard, 64
escuadrones de tropas francesas
y valonas respaldados por nueve batallones. En los campos de
trigo de Blindheim tenían su posición los tres batallones del Regimiento del Rey. El Marqués de
Clérambault se encargó de las
defensas del pueblo, que contaba con nueve batallones y con las
reservas del Conde de Hautefille
(11 batallones de infantería y 12
escuadrones de dragones), que
esperaban en la retaguardia.
Flanco derecho
Se esperaba que Saboya estuviese en posición a las 11:00, pero
Detalle del tapiz flamenco de la batalla que se conserva en el Palacio
de Blenheim. Se pueden observar los
molinos de agua que Rowe tuvo que
conquistar para obtener una cabeza
de puente sobre el Nebel. En primer
término destaca un granadero británico capturando un estandarte francés.
se retrasó debido al mal estado
del terreno y al progresivo fuego
enemigo. Poco después del mediodía, el Coronel Cadogan informó a Marlborough de que la
infantería prusiana y danesa del
Príncipe había ocupado sus puestos, por lo que se ordenó la carga. A las 13:00, Lord Cutts recibió la orden de atacar Blindheim
al tiempo que Saboya asaltase la
villa de Lutzingen en el flanco derecho aliado.
Cutts se puso al frente de las brigadas del General Rowe, apoyado por las tropas británicas del
Coronel Ferguson en su flanco
izquierdo. Las defensas francesas
de Blindheim, apoyadas por numerosos dragones, abrieron fuego cuando los aliados estaban a
menos de 30 metros de sus barricadas. Estas continuas descargas
forzaron la retirada de los británicos hacia el Nebel e infligieron
serios daños en las tropas, entre
cuyas bajas se contó al General
Rowe. En este momento, ocho escuadrones de gens d’armes de élite, comandados por el Conde von
Zurlauben, cargaron sobre los ingleses. No obstante, la segunda
línea aliada, tropas de Hesse, se
mantuvieron firmes y rechazaron
a los gens d’armes, permitiendo
organizar una nueva ofensiva.
A pesar de que las defensas francesas rechazaron de nuevo el
ataque aliado, estas permanentes
ofensivas sobre Blindheim dieron
finalmente sus frutos. Clérambault
se dejó llevar por el pánico y cometió el mayor error de la batalla,
ya que ordenó que los batallones de reserva que descendiesen
al pueblo sin consultar a Tallard.
Esto afectó directamente a las
posiciones franco-bávaras, puesto que debilitó los otros frentes y
anuló la superioridad numérica
francesa (había un límite de espacio para cargar y disparar los
mosquetones, por lo que un mayor número de soldados resultaba
12
inútil). En cuanto Marlborough se
dio cuenta de este error, ordenó a
Cutts que contuviese al enemigo
en Blindheim; no más de 5.000
hombres aliados consiguieron
neutralizar a más del doble de
dragones y granaderos enemigos, encerrados en el pueblo. El
Duque había asegurado el flanco
izquierdo.
Flanco izquierdo
“...El Príncipe Eugenio con sus
tropas imperiales fue rechazado
tres veces, teniendo que retroceder hasta los bosques, y sufrió una
verdadera carnicería.” – MérodeWesterloo.
En el ala izquierda del ejército
aliado, las tropas danesas y prusianas de Saboya luchaban desesperadamente contra las tropas del
Elector y de Marsin, que gozaban
de una abrumadora superioridad
numérica. El Príncipe de AnhaltDessau dirigía los continuos ataques a Lutzingen, un puesto muy
Marlborough en Blenheim, por Robert Alexander Hillingford (1825-1904)
bien fortificado. Cada vez que la
infantería cruzaba el arroyo, se
enfrentaban cuerpo a cuerpo con
las tropas de Maffei y recibían las
salvas de los efectivos cañones
bávaros. A pesar de las numerosas bajas, los prusianos intentaron asaltar las baterías enemigas,
mientras que los soldados daneses del Conde de Scholten hacían
tentativas de expulsar a la infantería francesa de las arboledas previas a Lutzingen.
Como la infantería estaba ocupada haciendo frente a las primeras
líneas bávaras, la caballería de
Saboya avanzó más allá del Nebel bajo el mando del Príncipe de
Hannover. A pesar del éxito inicial, el ataque fue rechazado por
la sólida caballería de Marsin y
tuvieron que retroceder de nuevo.
Sin apoyo alguno, la infantería
aliada tuvo que ceder posiciones
y situarse de nuevo tras el Nebel
(el liderazgo de Saboya y del Príncipe de Hannover impidió que se
produjese una huida). Después de
reorganizar las tropas, el Príncipe
Eugenio preparó un nuevo ataque
que obtuvo los mismos resultados
que el anterior. Cada vez que las
tropas imperiales avanzaban, volvían a ser rechazadas, por lo que
Saboya comprendió que todo lo
que podía hacer era contener al
enemigo hasta que Marlborough
consiguiese abrir una brecha en
las líneas franco-bávaras.
asegurar una posición más allá
del arroyo y once en la retaguardia para proteger a los anteriores.
Entre los dos bloques de infantería se colocaron 71 escuadrones
de caballería. La primera línea
de soldados a pie debía cruzar el
Nebel y marchar hasta una posición conveniente, para facilitar el
paso de la caballería, que ocuparía después la primera línea del
ataque.
Centro
“...avanzaban sobre las ciénagas
del Nebel tan presto como se lo
permitía la precariedad del terreno.” – Josias Sanby, capellán personal de Marlborough.
El Duque finalmente ordenó que
la formación avanzase. De nuevo cargaron los gens d’armes de
Zurlauben, con la intención de
barrer la caballería británica del
Vizconde de Lumley, que unía las
tropas que atacaban Blindheim
capitaneadas por Lord Cutts con
la infantería de Churchill. Sin embargo, cinco escuadrones ingleses
del Coronel Palms hicieron frente
a la caballería de élite y rechazaron su ataque. Esta situación provocó una gran confusión en las
tropas francesas, que se refleja en
Mientras avanzaba la batalla,
Marlborough realizaba los preparativos para cruzar el Nebel.
El centro del ejército aliado, comandado por el General Charles
Churchill, consistía de 28 batallones de infantería agrupados
en dos líneas: siete al frente para
13
Recta final: posición de los beligerantes a las 17.30. La
escasa infantería francesa en el frente central fue diezmada
por las poderosas baterías aliadas, que utilizaban balas de
metralla.
Huida y persecución. El Mariscal Tallard fue uno de los prisioneros capturados. No obstante, el Duque de Marlborough le reconoció y le ofreció viajar en su propio carruaje.
Durante la huida, más de 3.000 soldados franco-bávaros
murieron ahogados en el Danubio.
la reacción del Elector– “¿Cómo?
¿Es cierto lo que veo? ¡Los caballeros de Francia huyen!”
Tallard se alarmó ante el estado
de este frente y pidió al Conde
de Marsin que le enviase refuerzos. Éste último se negó alegando que los necesitaba para hacer
frente al duro avance de Saboya,
dejando al Mariscal con tan sólo
nueve batallones de infantería. El
valiente Zurlauben realizó más
ataques, con el fin de impedir que
los aliados formasen en su rivera
del Nebel, pero no surtieron efecto. Durante uno de estos intentos,
el propio Zurlauben cayó herido y
murió dos días más tarde.
Era evidente que, antes de que
Marlborough preparase su ataque, se debían reforzar las defensas de Oberglau (el pueblo
se encontraba justo en frente del
ala izquierda de las tropas del
General Churchill, por lo que
estaba altamente expuesta a ser
asediada). El Príncipe de HolsteinBeck recibió el encargo de tomar
el pueblo. Sin embargo, las dos
brigadas holandesas que capitaneaba fueron barridas por tropas
francesas e irlandesas, siendo herido de muerte durante el combate. Tallard escribió más tarde
– “En ese momento, recuperé la
esperanza de la victoria.” Si se
aniquilaba por completo la columna holandesa, el ejército aliado se rompería en dos; el flanco
de Saboya quedaría aislado del
ala de Marlborough, otorgando una gran ventaja a las tropas
franco-bávaras, unidas a lo largo
de toda la llanura. El Duque, que
ya había cruzado el Nebel, ordenó a los batallones alemanes del
General Pulsen que respaldasen
a las malogradas brigadas holandesas. El Conde de Fugger y
su brigada de coraceros también
fueron enviados como refuerzos
para rechazar el ataque de la caballería de Marsin. La reforzada
infantería holandesa, que contaba
asimismo con el apoyo de las baterías del Coronel Blood, recibió
14
la orden de empujar a las tropas
de Marsin de nuevo a Oberglau
y sostenerlas dentro. Esta violenta
lucha causó numerosas bajas, entre las que se encontraba el Marqués de Blainville, encargado de
la defensa de la villa.
El final
“Los soldados [franceses] permanecían en la pose más marcial y el
más estricto orden que jamás he
visto, esperando a que les llegase
su turno.” – Lord Orkney.
Hacia las 16:00, el ejército aliado tenía Blindhiem y Oberglau
sometidas a asedio, y en el frente
central se enfrentaba con 81 escuadrones y 28 batallones a las
debilitadas tropas franco-bávaras, que sólo contaban con 64
escuadrones y nueve batallones.
A las 17:00, la caballería aliada,
apoyada por la infantería, avanzó
hacia las líneas franco-bávaros.
La exausta caballería francesa se
lanzó de nuevo al ataque con-
Diorama de la Batalla en el museo de Blenheim (Alemania)
tra las tropas anglo-escocesas
de Lumley en el ala izquierda y
las tropas germano-holandesas
de Hompesch en el ala derecha.
Los escuadrones de Tallard, que
carecían de infantería de apoyo,
resistieron el avance y consiguieron rechazar a la primera línea
aliada. Con la batalla aún sin
resolver, Marlborough tuvo que
reprender a uno de sus oficiales
que intentó abandonar el campo
de batalla – “Caballero, ha sufrido un equívoco, el enemigo se
encuentra al otro lado...” No obstante, la segunda línea aliada, al
mando del Conde de Ost-Friese,
inició su carga hacia el centro y
aniquiló finalmente a la caballería
de Tallard. Los nueve batallones
restantes resistirán heroicamente,
pereciendo en el intento de bloquear el avance aliado. MérodeWesterloo recopiló este instante
– “[Ellos] iban muriendo hombre
a hombre, sin ceder ni un paso
de su posición, contando con sus
sombras como únicos refuerzos.”
La mayoría de las tropas de Tallard
intentaban huir a Höchstädt, pero
muchos de ellos no alcanzaron su
destino, bien muriendo ahogados
en el Danubio (como ocurrió con
3.000 jinetes franceses) o bien reducidos por la caballería aliada
que les perseguía.
Tras una serie de negociaciones
en el campamento francés y a pesar de las súplicas de sus soldados
por resistir, Tallard se decidió a
entregarse al ejército aliado, pero
fue alcanzado por su guardia personal y huyó hasta Sondersheim.
No obstante, un escuadrón de tropas de Hesse interceptó su huida
y le rodeó, por lo que el Mariscal
se rindió al Coronel Boinenburg,
aide-de-camp- del Príncipe de
Hesse, y fue enviado bajo escolta
al campamento de Marlborough.
Regimiento de Granaderos de Su
Majestad.
Cuando el ejército de Tallard se
retiró, los aliados prepararon un
nuevo ataque al baluarte de Lutzingen. Esta vez, sin embargo,
los prusianos fueron capaces de
destruir las baterías bávaras y, a
pesar de su fiera resistencia, mataron cruelmente a sus dotaciones. Además, las tropas danesas
vencieron a la infantería francesa
en un sangriento combate cuerpo
a cuerpo con bayonetas. El Elector y el Conde de Marsin finalmente reconocieron que habían
sido vencidos y se retiraron junto
a los restos del ejército de Tallard
(no fue una huida violenta, pues
las tropas de Saboya estaban muy
cansadas para perseguirles). Con
esto, Blindheim quedaba sola
ante los aliados, sin ningún apoyo
Caída de Blenheim
“...nuestros hombres lucharon en para su defensa.
el fuego y a través de él... mien- La infantería francesa luchó tenaztras muchos otros se quemaban mente a lo largo del día para soshasta morir.” – Soldado Deane, tener su posición en Blindheim,
15
pero la decisión de Clérambault de confinar su gigantesca fuerza entre los muros de la villa fue su ruina.
Cuando se dio cuenta de su grave error táctico, Clérambault desertó y abandonó a los 27 batallones que
defendían la ciudad. Mientras el Marqués intentaba cruzar el Danubio, fue sorprendido por una corriente
y murió ahogado.
En un momento dado, Marlborough dejó de prestar atención al enemigo en retirada y se centró en preparar un ataque a Blindheim. Su hermano, el General Charles Churchill, y el Conde de Orkney recibieron la
orden de dirigir a las tropas asaltantes. Las brigadas británicas de Orkney y los batallones hannoverianos
del General St. Paul cargaron hacia el pueblo, desplazándose entre las casas. En un despiadado combate
cuerpo a cuerpo, forzaron a los franceses a retroceder hacia la plaza de la Iglesia, en el centro del pueblo.
Para aligerar la caída de Blindheim, el Duque envió también a los escuadrones de dragones del Capitán
Ross, pero la mayoría perecieron en el contraataque de los regimientos de Artois y Provenza. El avance
aliado era lento y duro, sufriendo tantas bajas como los defensores.
Muchos de los edificios prendieron fuego, lo que hizo que el campo de batalla se cubriese de humo y las
tropas perdiesen sus posiciones. No obstante, las ofensivas del Conde de Orkney fueron rechazadas tres
veces, por lo que el oficial probó una nueva táctica. Ofreció un alto al fuego temporal para poder sacar a
los heridos de las casas en llamas, que aprovechó para convencer al Marqués de Blanzac – que había quedado al mando en la ausencia de Clérambault – de que evitasen un sacrificio humano inútil. El comandante
francés aceptó la inevitable derrota, y hacia las 21:00 entregaron sus armas los 10.000 últimos resistentes.
Consecuencias
Los restos del ejército del Elector, comandados por el Conde de Marsin, se dirigieron a Estrasburgo, aunque más de 7.000 hombres desertaron durante el camino. A pesar de que se le ofreció continuar siendo
el gobernante de Baviera (a cambio de que se uniese al bando imperial), Maximiliano abandonó sus territorios para continuar guerreando contra los aliados desde los Países Bajos españoles. La mayoría de los
prisioneros fueron intercambiados entre ambos bandos. No obstante, el Duque de Tallard fue encarcelado
en Nottingham hasta 1711.
Múnich, Augsburgo, Ingolstadt, Ulm y el resto de Baviera cayeron pronto bajo dominio aliado. El 25 de
agosto, Marlborough se encontró con Saboya y Baden para planear sus próximos movimientos. El Duque
propuso dirigir la campaña al valle del Mosela para trasladar el escenario de la guerra al interior de Francia. Para conseguir este objetivo, era necesario capturar la fortaleza de Landau, sobre el Rin, y asediar las
ciudades de Tréveris y Trarbach. Tréveris fue el primer baluarte en caer, el 26 de octubre; el fuerte de Landau
lo hizo el 23 de noviembre y la captura de Trarbach el 20 de diciembre puso fin a la campaña aliada de
1704.
El 7 de noviembre se firmó el tratado de Ilbersheim, por el cual Baviera pasaba a ser administrada por
Austria, permitiendo que los Habsburgo utilizasen todos sus recursos para financiar el resto del conflicto.
Con Viena a salvo, el Imperio podía permitirse enviar tropas a Italia para reforzar la resistencia frente al
Duque de Vendôme, y centrar su acción diplomática en solventar la revuelta húngara de Rácóczi. Además,
los Príncipes alemanes mostraron un mayor entusiasmo por la campaña de Marlborough, y proliferaron
revueltas en Gante y Amberes contra el dominio francés.
El Duque regresó a Inglaterra el 14 de diciembre, siendo aclamado como un héroe nacional. En febrero
de 1705, la Reina Ana le concedió el Parque de Woodstock (Oxfordshire) y le prometió una renta anual
de 240.000 libras para que construyese una grandiosa residencia, como agradecimiento de la Corona
a los servicios prestados. El resultado fue el magnífico Palacio de Blenheim, uno de los monumentos más
representativos del barroco inglés.
La Batalla de Höchstädt constituyó una de las grandes derrotas francesas del reinado de Luis XIV y una de
las principales victorias inglesas en el continente desde la Batalla de Azincourt, 300 años atrás (no obstante, hay que subrayar que el grueso de las tropas aliadas no eran británicas). El prestigioso historiador
Sir Edward Creasy afirmó que Höchstädt fue una de las principales batallas de la Historia: “Si no hubiese
sido por Blenheim, toda Europa habría estado bajo los efectos de una conquista francesa similar a las de
Alejandro en extensión y a las de los romanos en permanencia“. Winston Churchill, descendiente directo de
Marlborough, también reflexionó sobre el alcance de la batalla: “La destrucción de la Armada [de Felipe
II] preservó la existencia de Inglaterra, y la victoria de Blenheim le abrió las puertas del mundo moderno”.
Texto y gráficos extraídos del artículo batalla de Blendheim en Wikipedia.
16
Historia y Patrimonio
Aspectos de la Guerra
de Sucesión: soldados
entre
Alcaráz y Almansa
Por Mercedes Meya
Hacia 1705, la Guerra de Sucesión por la corona española entre
Felipe de Anjou y el archiduque
Carlos de Austria se encaminaba
a una fase más compleja, que culminaría en la batalla de Almansa
(1707). A partir de ese momento,
las condiciones bélicas se fueron
inclinando hacia un predominio
del bando franco-español frente
al austríaco, facilitando con ello el
asentamiento definitivo de la causa y dinastía borbónica. De ahí la
importancia del enfrentamiento tenido lugar en Almansa, y que sin
embargo ha sido poco trabajado
y valorado en la historiografía
contemporánea, aparentemente
poco dada a profundizar en el siglo XVIII.
Durante las fases precedentes,
una vez concluidas las campañas
que terminaron con la pérdida de
Gibraltar frente al inglés Rooke
(1704) y el enfrentamiento en
Portugal, en el que los principales
ejércitos contendientes se encon-
traron muy igualados, el archiduque Carlos avanzó hasta llegar
a Madrid (1706), y sus tropas se
extendieron por Aragón, Valencia
y Cataluña, creando una guerra
civil encubierta entre los reinos peninsulares. Además, en 1705, los
partidarios austríacos dirigieron
una flota hacia Denia, adentrándose hasta Gandía y Alcira.
Debido a ello, las zonas cercanas
a Levante decidieron rearmarse
en previsión de posibles enfrentamientos. Así, el obispo-virrey de
Murcia, el Cardenal Belluga, consiguió hacerles frente en la capital
murciana, rompiendo la presa de
la Contraparada e inundando la
huerta; con ello y con la acción de
las juntas de defensa, derrotó al
ejército austríaco junto a la Puerta de Castilla (Batalla del Huerto
de las Bombas, 1706). Gracias a
esta victoria, el ejército borbónico
del duque de Berwick pudo recuperar posteriormente el Campo de
Cartagena (Batalla del Albujón) y
17
Retrato de Sir George Rooke (1705) por
Michael Dahl
la propia ciudad costera, dando
con ello un respiro al sureste español, y dificultando la entrada
hacia Andalucía.
Mientras, más al interior, ante la
cercanía de las tropas del archiduque a Villena, Játiva, Ayora o
Fuente la Higuera, los llanos cercanos a Albacete decidieron pertrecharse en espera de los acontecimientos. La principal resistencia
a las tropas borbónicas en estas
zonas limítrofes con el Reino de
Valencia provenía entonces de la
mano del general austracista Juan
Bautista Basset, que lideró la defensa de Játiva en 1706, frente a
las tropas de Felipe V, dirigidas por
el Claude François Bidal, marqués
D´Ásfeld.
Ante esta situación, Almansa recibió voluntarios de zonas aledañas como Chinchilla, El Villar, La
Roda, Munera, Alpera, El Bonillo,
Tobarra, Montealegre, Carcelén,
y la propia Albacete. Estos volun-
Castillo de Játiva
Foto: Otilia Val
Retrato del Marqués D´Asfeld
F. Schopin (1834)
tarios, distribuidos en compañías,
realizaron actuaciones en zonas
cercanas. Sin embargo, existieron
otras compañías que procedían
de zonas más alejadas, y que contribuyeron igualmente a la defensa
de Almansa, teniendo participación en la batalla definitiva que
se desarrolló en dicho lugar en
1707. Nos referimos en este caso
al cuartel general que asentó en
1705 el Príncipe de Tilly en Alcaraz, guarnecido por 300 caballos
y 2.000 infantes, desde donde se
planteó en los años siguientes la
reconquista de los terrenos circundantes para la causa borbónica1.
Albert Octave Tserclaes, Príncipe
de Tilly (+1714), se destacó en la
Guerra de Sucesión en la ya mencionada campaña de Portugal,
después de la cual fue nombrado
Virrey de Navarra, Capitán de la
Guardia Real y Grande de España; esto último tras descubrir un
complot contra el rey, tramado por
el Marqués de Leganés. Sin embargo, a finales de 1705 marchó
a las campañas de Aragón y Cataluña, tras las cuales fue nombrado
Capitán General de ambas zonas,
por lo que su estancia en Alcaraz
sería breve. Aun así, según la
documentación municipal, Alcaraz mantuvo su protección con 4
compañías de 25 a 30 hombres
de infantería cada una, mas una
compañía de caballos; incluso ya
en 1704, antes de la llegada de
Tilly, disponía una compañía de
milicianos formada por hombres
que eran reclutados mediante el
sistema de sorteo por aldeas, dirigida por su Alférez Miguel Guerrero Munera, la cual envió ese
mismo año de 1704 tropas a las
milicias de Andalucía al mando
del Marqués de Villadarias2.
Estas compañías de milicias surgieron precisamente por decreto
del 28 de septiembre de 1704,
mediante el que Felipe V sustituyó los antiguos tercios españoles
por los regimientos, compuestos a
su vez por dichas compañías, y en
los que debía de existir al menos
18
una de compañía de granaderos.
Habría que señalar que el mantenimiento de estas tropas por parte
de la población de Alcaraz no era
tarea fácil, pues se efectuaba mediante el “repartimiento de utensilios” y el reclutamiento obligatorio
por la ciudad y los caseríos circundantes, y aunque muchos vecinos
atendían a los soldados en sus
propias casas, el estado de dicho
vecindario mostraba una situación
de pobreza generalizada.
A pesar de lo difícil de la coyuntura, Alcaraz, una plaza defensiva
en la sierra perteneciente al corregimiento de Toledo, contribuyó al
socorro de Almansa varias veces
a lo largo del año 1706, cobrando cada vez más importancia la
plaza conforme se avecinaba el
enfrentamiento final en esta última
1. Historia General de España (1822). Juan de Mariana y José Sabau y Blanco. Volumen 20. Tablas Cronológicas, pág. 110.
2. Archivo Municipal de Alcaraz. Acta Capitular del día
29 de junio de 1704.
Francisco de Goya. El Médico (1779)
localidad. Siguiendo a Losa Serrano, los meses de febrero a abril de
este año resultaron muy intensos
en cuanto a movimientos de tropas y ayudas en dirección al frente
de Levante.
Así, ya el 16 y el 17 de febrero el
ayuntamiento alcaraceño acordó
enviar un socorro a la ciudad de
Almansa, así como enviar a la milicia y otras tropas hacia las fronteras valencianas. El clima de lucha
debería de mostrarse tan insoportable, que abundaban los desertores, como los mencionados por el
ayuntamiento el 6 de marzo, una
vez que el obispo Belluga pasara
revista a la compañía alcaraceña
en Villena cinco días antes. Parece ser que de 60 hombres sólo
se presentaron 37, por lo que se
procedió a su detención, cosa que
tuvo lugar hacia el 20 de marzo. Por lo que vemos, la sangría
de hombres se presentaba enorme, máxime cuando además de
la persecución de los desertores,
Belluga solicitó entonces el reclu-
tamiento de los necesarios hasta
llegar a otros 200 soldados más.
El ayuntamiento de Alcaraz cumplió la orden, pero esta vez tomó
medidas para evitar lo anterior y
se preocupó de que no se produjeran deserciones enviando un
vecino que acompañara a los soldados al campo de batalla, mas
la dotación económica para el
sostenimiento de las compañías,
y el cuidado de que los soldados
llevaran su propio armamento,
generalmente escopetas.
Sin embargo, tras la pérdida de
Fuente la Higuera el 8 de marzo
frente al ejército austríaco, Almansa solicitó un nuevo socorro, pero
Alcaraz ya no pudo responder a
esta nueva petición, pues había
sometido al vecindario a una gran
presión en los últimos meses. Aun
así, Belluga decidió negociar con
el concejo, planteando el regreso de los soldados restantes de la
compañía -se contabilizaron 600
prisioneros en los cinco días de lucha en Fuente la Higuera- y que
19
fueran sustituidos por otros nuevos; el ayuntamiento alcaraceño
accedió finalmente a la propuesta, y la nueva compañía fue enviada hacia Villena al mando de
Juan Manuel de Ocaña, siendo
dotada con 865 reales de vellón,
que fueron sufragados en este
caso por la Corona. La importancia de estas compañías de Alcaraz
debió de ser alta, pues incluso fue
requerida su presencia en Madrid
en abril de 1706, por orden de la
reina Mª Luisa3.
Este gran papel continuó durante el verano, en el que tampoco
dejaron desatendido el frente de
Levante. A mediados de julio de
1706, nuevamente se participó en
un nuevo socorro para
Almansa; la referida compañía de
milicias se encontraba dirigida por
el Alférez Miguel Guerrero, y por
su Capitán de Milicias, Jerónimo
de Vandelvira. Estaba compuesta
de 62 hombres, a los que posteriormente se les unieron otros 24
hombres más con armas y dinero,
y se dirigieron por las localidades
de Pozuelo y Bonete hacia Almansa4.
La situación de esta ciudad debía
de ser en aquellos momentos muy
complicada, puesto que a finales
de agosto, tan sólo un mes después, fue necesario enviar hacia
Almansa otra compañía de caballos, que se incluyó al ejército
volante de Don Jerónimo Miño y
Valterra, Sargento Mayor de las
milicias de la Ciudad y del Reino
de Murcia (Don Jerónimo se había
destacado en las defensas de Villena y Alicante, encomendadas por
el Obispo Belluga), que supuestamente circulaba por la zona5.
3. Losa Serrano, F.J. (1989): “Intervención de una compañía de milicia alcaraceña en la batalla de Almansa
de 1707”. Revista “Ensayos”, nº3, págs. 149-153. Facultad de Educación. UCLM. Albacete.
4. Archivo Municipal de Alcaraz. Acta Capitular del 16
de julio de 1706.
Iglesia de la Trinidad. Alcaraz
Foto: Francisco. M. Vivancos
Alcaraz. Torres de Trinidad y del Tardón.
Foto: Francisco M. Vivancos
5. Archivo Municipal de Alcaraz. Acta Capitular del 14 de agosto de 1706.
6. Guillamón Álvarez, F.J. Y Muñoz Rodríguez, J.D. (2007): “Las milicias de Felipe V. La militarización de la sociedad castellana durante la Guerra de Sucesión.”
Revista de Historia Moderna, nº 25. Págs. 89-112. Universidad de Murcia.
7. Archivo Municipal de Alcaraz. Acta Capitular del 11 de noviembre de 1706
Vemos pues, el importantísimo papel desempeñado por las milicias locales en los ejércitos borbónicos, puesto que no sólo defendían o aprovisionaban los lugares en guerra, sino que gracias a estas labores permitían
que los ejércitos profesionales se pudieran dedicar a otras ocupaciones más técnicas; su labor resultaba por
lo tanto, fundamental6.
En dichas escaramuzas podían sufrir muchas bajas, pero también hacer prisioneros del bando austríaco,
como los 65 prisioneros de guerra que a finales de noviembre de 1706 llegaron a Alcaraz sin que se sepa
el frente de su procedencia, de los cuales 61 se encontraban enfermos. Muchos fueron atendidos en el
Hospital que regentaban en la ciudad los hermanos de San Juan de Dios en la calle Mayor, pero otros se
distribuyeron por las casas de los vecinos.
El Ayuntamiento solicitó que se les cuidara bien, ordenando que se les diera raciones de libra y media de
pan, y que los médicos y cirujanos de la ciudad fueran a visitar a los que se alojaban en estas casas particulares7. Pero como la muerte no entiende de fronteras, también fallecían en la ciudad los soldados del
bando borbónico. Así, a comienzos de 1707 era enterrado en la iglesia de la Trinidad de Alcaraz el flamenco Juan Bautista Banes, natural de Amberes, “en los estados de Flandes”. Recibió la Extrema Unción y los
Santos Sacramentos del Licenciado Don Juan Martínez Galdón, cura Teniente de la Iglesia Parroquial de San
Ignacio del mismo lugar, ante quien también otorgó testamento el día 18 de enero (falleció el día 28 del
mismo mes). Sin embargo, fue su voluntad enterrarse en la Trinidad, por lo que su sacerdote, el Licenciado
Don Juan Gabriel Ruiz de Alcalá, anotó que pagó 4 ducados de limosna por los derechos de construcción
y rompimiento de sepultura en la fábrica del templo, y aunque pidió que con el valor de la hacienda que
tenía en Alcaraz y lo sobrante de pagar las deudas de su enfermedad se le dijeran las misas que se pudieran
con ello, al final el montante resultó mayor de lo previsto, y lo estipulado “no alcanzó mas que a la (misa)
de cuerpo presente”.
Nombró como administradoras de los bienes que poseía en Flandes y en el puerto de Cádiz a su madre
Dª Isabel Arambara y a sus hermanas Isabel y Catalina, y como albacea al teniente Pedro López Pereyra,
natural de Ceuta, que debían decirle otras 500 misas a partir de dichos bienes. Curiosamente, este soldado
flamenco servía como Alférez de la Compañía de Don Nicolás Terán Monsaraz, que se encontraba dentro
del Regimiento de Don José Carrillo de Albornoz, uno de los participantes ese mismo año en la gran batalla
de Almansa.
20
Pozo de la Peña. Chinchilla. Antigua posada donde la tradición sitúa que se alojó el Duque de Berwick en las semanas previas a la batalla
de Almansa (1707). Foto: Mª Nieves Tárraga Atienzar
Este Regimiento de Carrillo provenía de la batalla y recuperación de Cartagena en 1706, y pasó el invierno
en Alcaraz (momento en el que falleció nuestro amigo de Flandes), marchando en primavera de 1707 hacia
Yecla y Villena. Desde aquí se trasladó y participó en la batalla de Almansa en abril, haciendo brigada con la
del Marqués de Pozoblanco. Se situó en la primera línea a la derecha, junto a los regimientos de la Guardia
de Corps, de Amezaga, Real de Asturias, y de Rosellón Nuevo, todos bajo el mando supremo del Duque
de Pópoli. Su misión fue parar la primera carga de los dragones dirigidos por el conde de Galway, a los
que persiguió consiguiendo en un principio que se replegaran hasta su propia línea; sin embargo, el fuego
incesante de la infantería inglesa, entremezclada con su caballería, les hizo retroceder. Los supervivientes de
este regimiento marcharían en los meses siguientes a las campañas del Reino de Valencia y Lérida.
Mientras, en Alcaraz se mantenían los militares y las muertes, como la del soldado gallego Alonso Borques,
enterrado como pobre en la iglesia de Santa María justo dos días antes de la batalla de Almansa. Anotó el
sacerdote Don Manuel Thoribio Ruiz de Velasco, que falleció por muerte violenta en la heredad del Cerro,
junto a la localidad vecina de El Cepillo, por lo que no pudieron oficiarle los Santos Sacramentos. Era un
soldado de la Compañía de Don Manuel de Cárdenas Santa Ana, “del Regimiento de la Reyna Nuestra Señora”. Este regimiento de caballería fue fundado en 1703, y en la batalla de Almansa se encontraba en la
segunda línea, a la derecha, junto a los de Caballería de Ordenes Viejo, de Ordenes Nuevo, de Armendáriz,
de Rambla, y de Mahony, todos al mando del Marqués D´Asfeld8.
Para entonces, durante los meses de febrero y abril de 1707 el duque de Berwick movió su campamento
entre Yecla, Chinchilla, Pétrola y Montealegre, acosado por el conde de Galway y el Marqués Das Minas,
que le hicieron evacuar ésta última localidad. Aún resuena en Chinchilla la presencia del ejército del duque
de Berwick acampado en el Pozo de la Peña (Chinchilla), donde los lugareños han transmitido por generaciones el recuerdo de la pernoctación del duque en la modesta posada del pequeño caserío, utilizada
actualmente como casas particulares. Siguiendo manobras intimidatorias, parece ser que hubo un conato
de enfrentamiento el 16 de abril, pero sin mayores consecuencias, pues el ejército austríaco terminó por no
presentarse en el Pozo de la Peña y retirarse a lugar seguro, después de que el ejército del duque lo estuviera
esperando allí todo el día9.
Desdé aquí el duque marchó hacia a Almansa, en las vísperas del enfrentamiento final. Pero nuestros soldados gallego y flamenco no pudieron llegar a Almansa desde Alcaraz, porque la muerte les sorprendió antes.
Quizá debamos entender que hay cosas que superan a las tantas veces inexplicables rencillas y guerras
humanas.
8. Una página de internet a consultar referente a la composición y disposición de los ejércitos en la batalla de Almansa:
-http://www.ingenierosdelrey.com/guerras/1702_sucesion/1707_almansa.html
9. Historia General de España (1822). Juan de Mariana y José Sabau y Blanco. Tomo XX. Tablas Cronológicas, pág. 151
BIBLIOGRAFÍA
-KAMEN, H. (1974): “La Guerra de Sucesión en España, 1700-1714.” Ed. Grijalbo. Barcelona.
-GARCÍA GONZÁLEZ, F. (Coord.): “Guerra de Sucesión en España y la Batalla de Almansa. Europa en la Encrucijada”. Madrid, Sílex, 2009.
-SANZ ABAD, R. (2007): “La Guerra de Sucesión Española (1702-1715).” Almena Ediciones. Madrid.
-ALBAREDA I SALVADÓ, J. (2010): “La Guerra de Sucesión en España (1700-1704). Ed. Crítica. Barcelona.
21
Anexo Documental
Escritura de defunción del soldado flamenco Juan Bautista Banes. Iglesia Parroquial de la Santísima Trinidad. Alcaraz. Día 28
de enero de 1707. Archivo Histórico Diocesano. Albacete.
Escritura de defunción del soldado gallego Alonso Borques. Iglesia de Santa María. Alcaraz. Día 23 de abril de 1707. Archivo
Histórico Diocesano. Albacete.
22
España y los españoles a través de la pintura
Santa Margarita de Antioquía
Zurbarán representa a Santa
Margarita vestida como una
elegante pastora. La santa
permanece indiferente ante la
presencia del enigmático dragón a su izquierda, que parece
someterse ante su presencia,
aunque muestra su boca abierta de forma amenazante.
«Esta bella pastora, con una
postura muy afectada, parece salida de una escena teatral. En efecto, en muchas de
las procesiones o de los autos
sacramentales llevados a cabo
Santa Margarita de Antioquía,
Francisco de Zurbarán. 1630
163 x 105 cm
Óleo sobre lienzo
National Gallery. Londres
durante la semana del Corpus Christi, algunos historiadores hacen aparecer a esta santa, así como en
las comedias de las santas representadas en las corralas (recinto en el que se representaban comedias)
de Sevilla, y, tal vez, Zurbarán se inspirara en estas imágenes. Las heroínas son, siempre, muy jóvenes
y hermosas, como la Santa Juana de Tirso de Molina, o la Santa Margarita de Enciso. Su belleza es
descrita como un don del cielo, un reflejo del alma que resplandece misteriosamente y atrae, irresistiblemente, a todos los corazones.» (Catálogo de la exposición de Zurbarán por Odile Dependa de 1988,
p. 275).
El sombrero de paja y la alforja multicolor nos parecen elementos casi contemporáneos pero debemos
pensar que esta obra está realizada en 1630. Algunos elementos de nuestra vestimenta tradicional
tienen, como vemos en esta imagen, muchos siglos de antigüedad. Otros detalles interesantes de su
indumentaria son el cuello de la camisa y los puños. También parece llevar una especie de chal de tela
gruesa o piel abotonado por un botón de forma cilíndrica (Muletilla)
Buzón
Agenda
Agenda-Junio
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e-mail: [email protected] teléfono: 675 12 30 64
Evento Lugar Fecha
Compañía de cómicos manchegos
Teatro
Regio
16/06/2012
hora:22.30
Celtorics, música celta
Teatro
Regio
30/06/2012
hora: 22.30
Puedes leer “Histórica, gaceta de Almansa” en
www.almansa1707.es
Centro de Documentación e Interpretación
Monjas Agustinas, 2 Almansa, Albacete (España)
(Teléfono: 675 12 30 64)
Horarios de visita:
Martes a Viernes: 18h a 20.30h
Sábado y Domingo: 12h a 14h
Sábado tarde: 16.30h a 19h
Publicación de la Asociación Cultural 1707, con el patrocinio de la Concejalía de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Almansa
Foto: Pilar Albelda