Donativo 1.50€ Junio 2012 Número 30 Las imágenes perdidas de la Batalla de Almansa Crónica de la Guerra de Sucesión 1704 (VI) Soldades entre Alcáraz y Almansa Foto: Pilar Albelda Colección fotográfica de Juan Carlos Banovio García 2 EDITORIAL “Gaceta de Almansa Histórica”. Publicación de la A.C. 1707 www.almansa1707.es Redacción: Herminio Gómez, Norberto Cuenca, José Ramón Sánchez, José Antonio Blanco, Manolo Olaya. Maquetación: Leia Cuenca Corrección: Sara Gómez Colaboradores: Jesús Gómez Cortés, Mercedes Meya, Juan Carlos Banovio García y FotoClub Almansa. Imprime: Imprenta Municipal Patrocinio: Concejalía de Cultura. Ayuntamiento de Almansa. Deposito legal: Sumario Las imágenes perdidas. 4 305 Aniversario.5 1704 (IV).9 Soldados entre Alcáraz y Almansa. 11 Conocer, debatir, realizar. Hace unos días, durante un día de convivencia en Belén, que casi espontáneamente organizamos en la Asociación, surgió un tema de debate que motivó unas reflexiones que he creído podrían ser interesantes para aquellas personas que, o bien ya nos dedicamos a esta apasionante actividad que llamamos “Recreación Histórica” o bien podrían estar interesadas en conocerla. Todo surgía cuando hablamos de recrear actividades y labores del pasado. Desde hace algunos años incorporamos en nuestras actividades reconstructivas la fabricación de jabón a partir de aceite reciclado, de velas de cera fundida y algunas otras. Tras una leve investigación inicial, una vez conseguida una “fórmula” o manera más o menos tradicional de realizar esas actividades, han quedado incorporadas a nuestra actividad como elemento de atrezzo del campamento o “escenario histórico” que presentamos. Hasta aquí, todo correcto. Pero ahora debatíamos la posibilidad de, realizando el mismo proceso, incorporar nuevos talleres o actividades. Y es aquí donde viene la cuestión: ¿Qué es más importante, que aporta más a la labor de inmersión en la historia y su divulgación, el tener muchas actividades o el profundizar en el conocimiento de las que ya realizamos? Creo, sinceramente, que la calidad es mucho más importante que la cantidad para los objetivos que nos hemos planteado. Profundizar en la información disponible sobre cada tema, debatirla buscando su origen, desarrollo y técnica para, finalmente, organizar la forma de presentación de cada actividad en relación al resto de actividades que realizamos, es el camino a seguir si queremos que nuestro trabajo sirva para profundizar en la realidad de nuestra historia. Es lo que diferencia nuestra forma de entender la Recreación Histórica de otros acercamientos historicistas que solo pretender dar un ligero barniz histórico a sus presentaciones. Asociación Cultural 1707 Almansa Histórica La recreación vista por.18 3 Historia y Patrimonio Las imágenes perdidas de la Batalla de Almansa Portada del libro En el panorama informativo actual en el que se suceden tantas malas noticias, de vez en cuando, somos testigos de alguna esperanzadora, como la referida a la publicación del libro Las imágenes perdidas de la Batalla de Almansa. Con este nuevo libro se demuestra como la ilusión y el carácter emprendedor de Herminio Gómez y Carlos Arques, pueden generar y generan una publicación de gran calidad artística que enriquece notablemente el conocimiento de este importante acontecimiento histórico que, a partir de ahora, será mucho más accesible para todos. Muchos definen la sociedad actual como la del conocimiento, quizá sería más preciso, hablar de “sociedad de la imagen”. Piensen por un momento como el accidente del Rey en Botswana se agravó con la publicación de la fotografía del elefante abatido en el safari. Estas imágenes, que son una pesadilla para el actual titular de la corona española, también pueden originar un bello sueño al evocar una realidad histórica. Tal es el caso de la reciente publicación que nos ocupa, donde se aúna el esfuerzo de muchos años de investigación y la tenacidad de Herminio Gómez, con la calidad y la magia artística de las imágenes de Carlos Arques. Esta feliz conjunción muestra, una vez más, cómo el deseo y la voluntad de mantener encendido el faro del conocimiento sobre nuestra historia, puede más que las difíciles circunstancias por las que atravesamos. Un libro como este, en poco tiempo amortizará con sus ventas, el coste de la edición, pero, además, su huella en el panorama bibliográfico, enriquece notablemente el conocimiento y la divulgación de un hecho histórico del que podemos y debemos sacar rendimiento. Con este libro, nace una nueva ruta turística al alcance de todos, 4 pero que también debe ofrecer nuevas propuestas a los que nos visiten; además, debería servir para recuperar ese importante activo turístico-cultural como son las visitas guiadas al Campo de Batalla, tema del que, sorprendentemente, no se ha publicado una guía con los principales hitos erigidos en 2007 con motivo del Tricentenario, cuya presencia física es conocida por todos los almanseños, pero no así para nuestros visitantes. Deseamos que una mayor coordinación entre las Concejalías de Turismo y Cultura, se traduzca en la publicación de algunos nuevos folletos que alarguen el tiempo de permanencia en nuestra ciudad de los que nos visitan, lo que repercutiría en mayores ingresos para establecimientos de hostelería y del comercio local al que debería hacerse copartícipe de esta iniciativa. Jesús Gómez Cortés. Centro de Investigación y documentación Crónica del 305 Aniversario Dos jinetes almanesños Visita Tematizada al Campo de Batalla. El domingo 15 de abril abríamos lo actos conmemorativos del 305 aniversario de la Batalla de Almansa con una excursión tematizada a algunas zonas del Campo de Batalla Histórico. Una actividad que realizamos al menos una vez al año con la intención de recordar a la sociedad almanseña la importancia patrimonial de algunos lugares muy cercanos a la ciudad y para los que reclamamos desde la Asociación 1707 su declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Sitio Histórico por su relevancia durante los enfrentamientos entre los ejércitos de la Gran Alianza y de las Dos Coronas del 25 de abril de 1707. “De la danza y de la esgrima” 5 Presentación de la Ruta Histórica y la Exposición “Imágenes Perdidas de la Batalla de Almansa” El viernes 20 de abril, con la asistencia del Alcalde de Almansa, D. Francisco Núñez y la concejala de Cultura Dña, Antonia Millán, se presentó la Ruta Histórica denominada “Imágenes Perdidas de la Batalla de Almansa”. Se trata de un recorrido turístico y cultural por el casco urbano de la ciudad donde gracias a las ilustraciones realizadas por Carlos Arques, asesorado por un equipo técnico compuesto por Jesús Gómez Cortés, Joaquín Francisco García Sáez, José Luis Cutillas y Herminio Gómez, se ofrece la posibilidad tanto a los visitantes como al público local, de conocer diversos monumentos y lugares por los que habitualmente transitamos en nuestro quehacer diario, pero con la particularidad de poder visualizarlos tal cual estarían en abril de 1707 durante el desarrollo de la gran batalla, en una especie Llanos Sánchez Almendros y Carmen García Cerdán sorprendieron a los visitantes con una elegante interpretación de música barroca Las exposiciones fueron realizadas con la colaboración de la imprenta municipal Imágenes cortesía de TV Almansa Exposiciones en Casa de Cultura de “viaje en el tiempo” que nos permite asomarnos al pasado de nuestra ciudad. Un folleto gratuito ofrece una primera información, incluyendo un plano del recorrido sugerido, que podemos ampliar con un libro, profusamente ilustrado a todo color, donde se reproducen las acuarelas realizadas por Carlos Arques a gran tamaño, para aquellos que quieran profundizar en el conocimiento del patrimonio local y su historia. La publicación se halla a la venta en diversos puntos de la ciudad y en el Centro de Interpretación de la Batalla al precio de 20 euros. Al finalizar el recorrido se procedió a la inauguración de la exposición de las 11 acuarelas originales del artista almanseño en la Casa de Cultura, en la que destacamos la colaboración de dos jóvenes almanseñas, XXXXX que con su interpretación de música barroca dieron especial brillo al acto inaugural. Exposición “Almansa Histórica: Pensando en el futuro” A continuación se procedió a la apertura de la segunda de las exposiciones preparadas por nuestra Asociación Cultural para este 305 aniversario. En una primera parte se intentó plasmar un resumen del largo proceso que dio lugar a la formación de la Asociación 1707 Almansa Histórica en el verano de 2005, así como de sus principales actividades desde entonces. En una segunda parte se plasman las ideas fundamentales para el futuro de nuestras actividades, que principalmente se centran en la consecución de un Parque Histórico Cultural que permita aglutinar los diversos aspectos que conforman el estudio, la interpretación y el potencial tu- Francisco Nuñez, alcalde de Almansa, inauguró ambas exposiciones 6 El Sitio de Breda de Calderón de la Barca, fue representado con los mismos medios técnicos que hace cuatro siglos. Fotos: Pilar Albelda En los entreactos se realizaron interpretaciones de música y danza, tal como era habitual en el Siglo de Oro Representación teatral rístico del patrimonio histórico en torno a la Batalla de Almansa. El eje principal de ese Parque Histórico Cultural será el nuevo Museo/Centro de Interpretación de la Batalla ubicado en el edificio de equipamiento cultural que se está finalizando junto a las escaleras del Castillo, en la calle de La Estrella. El sábado 21 de abril se procedió a la apertura del pequeño campamento histórico que montaron el “Tercio de Morados Viejos” y la “Compagnie La Courbiere” nuestros amigos franceses que en esta ocasión recrearon un grupo de soldados borgoñones al servicio de Felipe IV, aquellos famosos tercios que intervinieron entre otras batallas y asedios en el famoso “Sitio de Bredá” recogido en el cuadro de Velazquez y que a través de la comedia que escribió Calderón de la Barca nos ha servido a la Asociación 1707 como tema “especial” de este 305 aniversario. Recreación de una tarde de teatro barroco: “El Sitio de Bredá” Nos atrevimos en este 305 aniversario a interpretar una versión, considerablemente acortada, de una comedia estrenada en 1628 en el Palacio del Buen Retiro de Madrid durante la visita de Ambrosio Spinola a la Corte de Felipe IV. Teatro barroco español de tema histórico-épico que nos ha permitido disfrutar de una parte de nuestro patrimonio literario y teatral que, prácticamente, era desconocido para todos nosotros y creo que también para la mayoría de los españoles de hoy. Varios meses de trabajo, entre el estudio y la selección de los pasajes principales que nos permitieran abordar la obra con ciertas posibilidades de éxito dado que la mayoría de nosotros no teníamos experiencia teatral, de investigación sobre la escenografía adecuada, el ambiente y significado de la obra y su época, etc. fueron necesarios para, por fin, poder comenzar los ensayos con los aterrados “actores improvisados” que, poco a poco, y con mucho trabajo y esfuerzo, empezaron a disfrutar de una experiencia que, finalmente, puedo decir en nombre de todos y todas los y las que hemos participado, (más de 30 personas entre actores, actrices, regidoras, atrezzo y efectos especiales), que ha resultado en una experiencia maravillosa de encuentro con la cultura y el patrimonio literario español que nos impulsa a continuar profundizando en el. Sin duda la reconstrucción de una tarde de teatro barroco español que realizamos este 305 aniversario va a quedar incluida entre nuestras actividades habituales. La Asociación 1707 quiere agradecer especialmente la colaboración de varias personas de fuera de nuestra localidad en este proyecto teatral: Inocencio Galindo, Fernando Boán, Pilar Albelda, Luis Miguel Sáez, 7 “Mojiganga” o fin de fiesta al finalizar la representacion Antonio Soriano, que colaboraron difundiendo el proyecto o participando activamente en el, asistiendo a los ensayos desde sus lugares de residencia, Villena, Valencia o Castellón, con la inversión de tiempo y dinero que ello supone. Izado de Banderas y Ceremonia “In Memoriam” El Izado de Banderas al mediodía del sábado y el domingo simboliza el carácter internacional de nuestras conmemoraciones de la batalla, el recuerdo de un día histórico europeo simbolizado en las diez banderas de los países actuales de donde provenían los soldados de ambos ejércitos. El domingo, tras el izado, procedimos al desfile hacia la “Paz Aupada”, realizando allí la ceremonia “In Memoriam”, un homenaje a las victimas de la guerra, de cualquiera de ellas a lo largo de la historia humana, simbolizado en los ramos de flores blancas y amarillas, colores distintivos de los ejércitos de Las Dos Coronas y La Gran Alianza, Izado de banderas Las fotos son cortesía de Pilar Albelda, excepto las del concierto Barroco y las exposiciones que pertenecen a TV Almansa. 8 El tercio de Saint Amour frente al castillo de Almansa - Foto Pilar Albelda respectivamente colocados a los pies de la “Paz Aupada”, la gran obra del insigne escultor almanseño José Luis Sanchez. Concierto Barroco de la Orquesta Gaspar Cassadó Finalmente, queremos agradecer a la Orquesta Gaspar Cassadó la realización del Concierto Barroco del 305 aniversario, celebrado el sábado 21 de abril en el salón de actos del conservatorio profesional de música de Almansa, que incluía en esta singular ocasión el estreno de una Suite Barroca compuesta por Román de Urrutia Coduras, miembro de esta agrupación musical. Merece sin duda destacarse que la Orquesta Gaspar Cassadó ha colaborado desinteresadamente desde 2007 en todos los actos conmemorativos anuales realizados desde entonces, convirtiéndose por derecho propio en uno de los protagonistas destacados de los actos organizados en los aniversarios de la Batalla de Almansa. Alicia Coduras dirigiendo a la Orquesta Gaspar Cassadó - Imagen TV Almansa 9 Crónica de la Guerra de Sucesión La Batalla de Blenheim 1704 (VI) El enfrentamiento entre las líneas de combatientes se extendería a lo largo de 7 kilómetros. El Danubio limitaba el flanco derecho del ejército franco-bávaro, y el izquierdo se topaba con los bosques coníferos de Suabia. El Nebel, cuyas cenagosas riberas sólo se podían vadear en algunas ocasiones, delimitaba la primera línea francesa. Entre Blindheim, situado en la confluencia del Nebel y el Danubio, y el pueblo de Oberglau los campos de trigo se acababan de segar y eran idóneos para el despliegue de las tropas. Sin embargo, el terreno entre Oberglau y la aldea de Lutzingen estaba lleno de matorrales y zarzas, haciendo muy difícil el avance de los contendientes. A las 2.00 del 13 de agosto, 40 escuadrones avanzaron hacia el enemigo, siendo seguidos a la 3:00 por el resto del ejército aliado, que se abría paso a través de los bosques de Kessel. A las 6:00, las fuerzas se concentraron en Schwenningen, donde Marlborough y Saboya remataron sus planes. Maniobras iniciales Los comandantes aliados decidieron que Marlborough estaría al mando de las 36.000 tropas que atacarían el flanco izquierdo, en el que se encontraba el ejército de Tallard defendiendo el puesto de Blindheim, que debía ser capturado. Mientras tanto, el Príncipe Eugenio, con 16.000 hombres, haría una ofensiva contra el ejército del Elector y del Conde de Marsin, en el flanco derecho. Al mismo tiempo que el ataque de Saboya, el Teniente General Cutts se dirigiría a Blindheim, permitiendo que Marlborough cruzase el Nebel y diese un golpe mortal al enemigo en su centro. Sin embargo, esta brillante maniobra requería un gran concierto en los movimientos de los aliados. Poco después de las 7:00, Marl10 Trás varios meses de marchas y maniobras por fin los ejércitos, Aliado y de las Dos Coronas se enfrentarán en una batalla decisiva, junto al Danubio el 13 de agosto de 1704 Hito conmemorativo de la Batalla de Blenheim,1704 Lutzingen (Alemania) borough se aproximó al Nebel para elegir un buen punto de cruce; se prepararon pontones y se cortaron ramas para facilitar el paso. A las 8:00, la artillería francesa abrió fuego y fue rápidamente contestada por las baterías del Coronel Blood. A las 9:00, los comandantes franco-bávaros subieron al campanario de la iglesia de Blindheim para ultimar su estrategia. No obstante, no se pusieron de acuerdo sobre cómo utilizar el Nebel, la táctica de Tallard – a la que se oponían fervientemente el Conde de Marsin y el Príncipe Elector– consistía en atraer a las tropas aliadas, descargando después su caballería sobre ellos. Esto causaría un gran pánico y confusión, por lo que los soldados enemigos, inmovilizados en las ciénagas, perecerían en el fuego cruzado de Blindheim y Oberglau. Esta estrategia requería un cronometraje perfecto: si la caballería llegaba demasiado tarde, no se podría desorganizar al enemigo y se desaprovecharía este obstáculo natural. El Marqués de Maffei desplegó cinco batallones y 16 cañones en torno a Lutzingen, y otros siete, capitaneados por el Marqués de Rozel, entraron en juego desde los bosques colindantes. Entre Lutzingen y Oberglau, el Elector colocó 27 escuadrones de caballería: El Conde d’Arco se puso al mando de 14 escuadrones bávaros y se le encomendaron otros 13 al Conde de Wolframsdorf, que debían servir como reserva. A su derecha se encontraban las tropas francesas del Conde de Marsin, que sumaban 40 escuadrones y 12 batallones. La defensa de Oberglau consistía en 14 batallones de infantería, a cargo del Marqués de Blainville (entre los que se encontraban los famosos mercenarios irlandeses Gansos salvajes) y seis baterías de cañones. 11 Posición de las tropas al mediodía del 13 de agosto. Marlborough tomó el control del ala izquierda del ejércoto, haciéndose cargo de los ataques a Blindheim y Oberglau, mientras Saboya se puso al frente del ala derecha que atacaría la villa de Lutzingen A su derecha se apostaban las fuerzas del Mariscal Tallard, 64 escuadrones de tropas francesas y valonas respaldados por nueve batallones. En los campos de trigo de Blindheim tenían su posición los tres batallones del Regimiento del Rey. El Marqués de Clérambault se encargó de las defensas del pueblo, que contaba con nueve batallones y con las reservas del Conde de Hautefille (11 batallones de infantería y 12 escuadrones de dragones), que esperaban en la retaguardia. Flanco derecho Se esperaba que Saboya estuviese en posición a las 11:00, pero Detalle del tapiz flamenco de la batalla que se conserva en el Palacio de Blenheim. Se pueden observar los molinos de agua que Rowe tuvo que conquistar para obtener una cabeza de puente sobre el Nebel. En primer término destaca un granadero británico capturando un estandarte francés. se retrasó debido al mal estado del terreno y al progresivo fuego enemigo. Poco después del mediodía, el Coronel Cadogan informó a Marlborough de que la infantería prusiana y danesa del Príncipe había ocupado sus puestos, por lo que se ordenó la carga. A las 13:00, Lord Cutts recibió la orden de atacar Blindheim al tiempo que Saboya asaltase la villa de Lutzingen en el flanco derecho aliado. Cutts se puso al frente de las brigadas del General Rowe, apoyado por las tropas británicas del Coronel Ferguson en su flanco izquierdo. Las defensas francesas de Blindheim, apoyadas por numerosos dragones, abrieron fuego cuando los aliados estaban a menos de 30 metros de sus barricadas. Estas continuas descargas forzaron la retirada de los británicos hacia el Nebel e infligieron serios daños en las tropas, entre cuyas bajas se contó al General Rowe. En este momento, ocho escuadrones de gens d’armes de élite, comandados por el Conde von Zurlauben, cargaron sobre los ingleses. No obstante, la segunda línea aliada, tropas de Hesse, se mantuvieron firmes y rechazaron a los gens d’armes, permitiendo organizar una nueva ofensiva. A pesar de que las defensas francesas rechazaron de nuevo el ataque aliado, estas permanentes ofensivas sobre Blindheim dieron finalmente sus frutos. Clérambault se dejó llevar por el pánico y cometió el mayor error de la batalla, ya que ordenó que los batallones de reserva que descendiesen al pueblo sin consultar a Tallard. Esto afectó directamente a las posiciones franco-bávaras, puesto que debilitó los otros frentes y anuló la superioridad numérica francesa (había un límite de espacio para cargar y disparar los mosquetones, por lo que un mayor número de soldados resultaba 12 inútil). En cuanto Marlborough se dio cuenta de este error, ordenó a Cutts que contuviese al enemigo en Blindheim; no más de 5.000 hombres aliados consiguieron neutralizar a más del doble de dragones y granaderos enemigos, encerrados en el pueblo. El Duque había asegurado el flanco izquierdo. Flanco izquierdo “...El Príncipe Eugenio con sus tropas imperiales fue rechazado tres veces, teniendo que retroceder hasta los bosques, y sufrió una verdadera carnicería.” – MérodeWesterloo. En el ala izquierda del ejército aliado, las tropas danesas y prusianas de Saboya luchaban desesperadamente contra las tropas del Elector y de Marsin, que gozaban de una abrumadora superioridad numérica. El Príncipe de AnhaltDessau dirigía los continuos ataques a Lutzingen, un puesto muy Marlborough en Blenheim, por Robert Alexander Hillingford (1825-1904) bien fortificado. Cada vez que la infantería cruzaba el arroyo, se enfrentaban cuerpo a cuerpo con las tropas de Maffei y recibían las salvas de los efectivos cañones bávaros. A pesar de las numerosas bajas, los prusianos intentaron asaltar las baterías enemigas, mientras que los soldados daneses del Conde de Scholten hacían tentativas de expulsar a la infantería francesa de las arboledas previas a Lutzingen. Como la infantería estaba ocupada haciendo frente a las primeras líneas bávaras, la caballería de Saboya avanzó más allá del Nebel bajo el mando del Príncipe de Hannover. A pesar del éxito inicial, el ataque fue rechazado por la sólida caballería de Marsin y tuvieron que retroceder de nuevo. Sin apoyo alguno, la infantería aliada tuvo que ceder posiciones y situarse de nuevo tras el Nebel (el liderazgo de Saboya y del Príncipe de Hannover impidió que se produjese una huida). Después de reorganizar las tropas, el Príncipe Eugenio preparó un nuevo ataque que obtuvo los mismos resultados que el anterior. Cada vez que las tropas imperiales avanzaban, volvían a ser rechazadas, por lo que Saboya comprendió que todo lo que podía hacer era contener al enemigo hasta que Marlborough consiguiese abrir una brecha en las líneas franco-bávaras. asegurar una posición más allá del arroyo y once en la retaguardia para proteger a los anteriores. Entre los dos bloques de infantería se colocaron 71 escuadrones de caballería. La primera línea de soldados a pie debía cruzar el Nebel y marchar hasta una posición conveniente, para facilitar el paso de la caballería, que ocuparía después la primera línea del ataque. Centro “...avanzaban sobre las ciénagas del Nebel tan presto como se lo permitía la precariedad del terreno.” – Josias Sanby, capellán personal de Marlborough. El Duque finalmente ordenó que la formación avanzase. De nuevo cargaron los gens d’armes de Zurlauben, con la intención de barrer la caballería británica del Vizconde de Lumley, que unía las tropas que atacaban Blindheim capitaneadas por Lord Cutts con la infantería de Churchill. Sin embargo, cinco escuadrones ingleses del Coronel Palms hicieron frente a la caballería de élite y rechazaron su ataque. Esta situación provocó una gran confusión en las tropas francesas, que se refleja en Mientras avanzaba la batalla, Marlborough realizaba los preparativos para cruzar el Nebel. El centro del ejército aliado, comandado por el General Charles Churchill, consistía de 28 batallones de infantería agrupados en dos líneas: siete al frente para 13 Recta final: posición de los beligerantes a las 17.30. La escasa infantería francesa en el frente central fue diezmada por las poderosas baterías aliadas, que utilizaban balas de metralla. Huida y persecución. El Mariscal Tallard fue uno de los prisioneros capturados. No obstante, el Duque de Marlborough le reconoció y le ofreció viajar en su propio carruaje. Durante la huida, más de 3.000 soldados franco-bávaros murieron ahogados en el Danubio. la reacción del Elector– “¿Cómo? ¿Es cierto lo que veo? ¡Los caballeros de Francia huyen!” Tallard se alarmó ante el estado de este frente y pidió al Conde de Marsin que le enviase refuerzos. Éste último se negó alegando que los necesitaba para hacer frente al duro avance de Saboya, dejando al Mariscal con tan sólo nueve batallones de infantería. El valiente Zurlauben realizó más ataques, con el fin de impedir que los aliados formasen en su rivera del Nebel, pero no surtieron efecto. Durante uno de estos intentos, el propio Zurlauben cayó herido y murió dos días más tarde. Era evidente que, antes de que Marlborough preparase su ataque, se debían reforzar las defensas de Oberglau (el pueblo se encontraba justo en frente del ala izquierda de las tropas del General Churchill, por lo que estaba altamente expuesta a ser asediada). El Príncipe de HolsteinBeck recibió el encargo de tomar el pueblo. Sin embargo, las dos brigadas holandesas que capitaneaba fueron barridas por tropas francesas e irlandesas, siendo herido de muerte durante el combate. Tallard escribió más tarde – “En ese momento, recuperé la esperanza de la victoria.” Si se aniquilaba por completo la columna holandesa, el ejército aliado se rompería en dos; el flanco de Saboya quedaría aislado del ala de Marlborough, otorgando una gran ventaja a las tropas franco-bávaras, unidas a lo largo de toda la llanura. El Duque, que ya había cruzado el Nebel, ordenó a los batallones alemanes del General Pulsen que respaldasen a las malogradas brigadas holandesas. El Conde de Fugger y su brigada de coraceros también fueron enviados como refuerzos para rechazar el ataque de la caballería de Marsin. La reforzada infantería holandesa, que contaba asimismo con el apoyo de las baterías del Coronel Blood, recibió 14 la orden de empujar a las tropas de Marsin de nuevo a Oberglau y sostenerlas dentro. Esta violenta lucha causó numerosas bajas, entre las que se encontraba el Marqués de Blainville, encargado de la defensa de la villa. El final “Los soldados [franceses] permanecían en la pose más marcial y el más estricto orden que jamás he visto, esperando a que les llegase su turno.” – Lord Orkney. Hacia las 16:00, el ejército aliado tenía Blindhiem y Oberglau sometidas a asedio, y en el frente central se enfrentaba con 81 escuadrones y 28 batallones a las debilitadas tropas franco-bávaras, que sólo contaban con 64 escuadrones y nueve batallones. A las 17:00, la caballería aliada, apoyada por la infantería, avanzó hacia las líneas franco-bávaros. La exausta caballería francesa se lanzó de nuevo al ataque con- Diorama de la Batalla en el museo de Blenheim (Alemania) tra las tropas anglo-escocesas de Lumley en el ala izquierda y las tropas germano-holandesas de Hompesch en el ala derecha. Los escuadrones de Tallard, que carecían de infantería de apoyo, resistieron el avance y consiguieron rechazar a la primera línea aliada. Con la batalla aún sin resolver, Marlborough tuvo que reprender a uno de sus oficiales que intentó abandonar el campo de batalla – “Caballero, ha sufrido un equívoco, el enemigo se encuentra al otro lado...” No obstante, la segunda línea aliada, al mando del Conde de Ost-Friese, inició su carga hacia el centro y aniquiló finalmente a la caballería de Tallard. Los nueve batallones restantes resistirán heroicamente, pereciendo en el intento de bloquear el avance aliado. MérodeWesterloo recopiló este instante – “[Ellos] iban muriendo hombre a hombre, sin ceder ni un paso de su posición, contando con sus sombras como únicos refuerzos.” La mayoría de las tropas de Tallard intentaban huir a Höchstädt, pero muchos de ellos no alcanzaron su destino, bien muriendo ahogados en el Danubio (como ocurrió con 3.000 jinetes franceses) o bien reducidos por la caballería aliada que les perseguía. Tras una serie de negociaciones en el campamento francés y a pesar de las súplicas de sus soldados por resistir, Tallard se decidió a entregarse al ejército aliado, pero fue alcanzado por su guardia personal y huyó hasta Sondersheim. No obstante, un escuadrón de tropas de Hesse interceptó su huida y le rodeó, por lo que el Mariscal se rindió al Coronel Boinenburg, aide-de-camp- del Príncipe de Hesse, y fue enviado bajo escolta al campamento de Marlborough. Regimiento de Granaderos de Su Majestad. Cuando el ejército de Tallard se retiró, los aliados prepararon un nuevo ataque al baluarte de Lutzingen. Esta vez, sin embargo, los prusianos fueron capaces de destruir las baterías bávaras y, a pesar de su fiera resistencia, mataron cruelmente a sus dotaciones. Además, las tropas danesas vencieron a la infantería francesa en un sangriento combate cuerpo a cuerpo con bayonetas. El Elector y el Conde de Marsin finalmente reconocieron que habían sido vencidos y se retiraron junto a los restos del ejército de Tallard (no fue una huida violenta, pues las tropas de Saboya estaban muy cansadas para perseguirles). Con esto, Blindheim quedaba sola ante los aliados, sin ningún apoyo Caída de Blenheim “...nuestros hombres lucharon en para su defensa. el fuego y a través de él... mien- La infantería francesa luchó tenaztras muchos otros se quemaban mente a lo largo del día para soshasta morir.” – Soldado Deane, tener su posición en Blindheim, 15 pero la decisión de Clérambault de confinar su gigantesca fuerza entre los muros de la villa fue su ruina. Cuando se dio cuenta de su grave error táctico, Clérambault desertó y abandonó a los 27 batallones que defendían la ciudad. Mientras el Marqués intentaba cruzar el Danubio, fue sorprendido por una corriente y murió ahogado. En un momento dado, Marlborough dejó de prestar atención al enemigo en retirada y se centró en preparar un ataque a Blindheim. Su hermano, el General Charles Churchill, y el Conde de Orkney recibieron la orden de dirigir a las tropas asaltantes. Las brigadas británicas de Orkney y los batallones hannoverianos del General St. Paul cargaron hacia el pueblo, desplazándose entre las casas. En un despiadado combate cuerpo a cuerpo, forzaron a los franceses a retroceder hacia la plaza de la Iglesia, en el centro del pueblo. Para aligerar la caída de Blindheim, el Duque envió también a los escuadrones de dragones del Capitán Ross, pero la mayoría perecieron en el contraataque de los regimientos de Artois y Provenza. El avance aliado era lento y duro, sufriendo tantas bajas como los defensores. Muchos de los edificios prendieron fuego, lo que hizo que el campo de batalla se cubriese de humo y las tropas perdiesen sus posiciones. No obstante, las ofensivas del Conde de Orkney fueron rechazadas tres veces, por lo que el oficial probó una nueva táctica. Ofreció un alto al fuego temporal para poder sacar a los heridos de las casas en llamas, que aprovechó para convencer al Marqués de Blanzac – que había quedado al mando en la ausencia de Clérambault – de que evitasen un sacrificio humano inútil. El comandante francés aceptó la inevitable derrota, y hacia las 21:00 entregaron sus armas los 10.000 últimos resistentes. Consecuencias Los restos del ejército del Elector, comandados por el Conde de Marsin, se dirigieron a Estrasburgo, aunque más de 7.000 hombres desertaron durante el camino. A pesar de que se le ofreció continuar siendo el gobernante de Baviera (a cambio de que se uniese al bando imperial), Maximiliano abandonó sus territorios para continuar guerreando contra los aliados desde los Países Bajos españoles. La mayoría de los prisioneros fueron intercambiados entre ambos bandos. No obstante, el Duque de Tallard fue encarcelado en Nottingham hasta 1711. Múnich, Augsburgo, Ingolstadt, Ulm y el resto de Baviera cayeron pronto bajo dominio aliado. El 25 de agosto, Marlborough se encontró con Saboya y Baden para planear sus próximos movimientos. El Duque propuso dirigir la campaña al valle del Mosela para trasladar el escenario de la guerra al interior de Francia. Para conseguir este objetivo, era necesario capturar la fortaleza de Landau, sobre el Rin, y asediar las ciudades de Tréveris y Trarbach. Tréveris fue el primer baluarte en caer, el 26 de octubre; el fuerte de Landau lo hizo el 23 de noviembre y la captura de Trarbach el 20 de diciembre puso fin a la campaña aliada de 1704. El 7 de noviembre se firmó el tratado de Ilbersheim, por el cual Baviera pasaba a ser administrada por Austria, permitiendo que los Habsburgo utilizasen todos sus recursos para financiar el resto del conflicto. Con Viena a salvo, el Imperio podía permitirse enviar tropas a Italia para reforzar la resistencia frente al Duque de Vendôme, y centrar su acción diplomática en solventar la revuelta húngara de Rácóczi. Además, los Príncipes alemanes mostraron un mayor entusiasmo por la campaña de Marlborough, y proliferaron revueltas en Gante y Amberes contra el dominio francés. El Duque regresó a Inglaterra el 14 de diciembre, siendo aclamado como un héroe nacional. En febrero de 1705, la Reina Ana le concedió el Parque de Woodstock (Oxfordshire) y le prometió una renta anual de 240.000 libras para que construyese una grandiosa residencia, como agradecimiento de la Corona a los servicios prestados. El resultado fue el magnífico Palacio de Blenheim, uno de los monumentos más representativos del barroco inglés. La Batalla de Höchstädt constituyó una de las grandes derrotas francesas del reinado de Luis XIV y una de las principales victorias inglesas en el continente desde la Batalla de Azincourt, 300 años atrás (no obstante, hay que subrayar que el grueso de las tropas aliadas no eran británicas). El prestigioso historiador Sir Edward Creasy afirmó que Höchstädt fue una de las principales batallas de la Historia: “Si no hubiese sido por Blenheim, toda Europa habría estado bajo los efectos de una conquista francesa similar a las de Alejandro en extensión y a las de los romanos en permanencia“. Winston Churchill, descendiente directo de Marlborough, también reflexionó sobre el alcance de la batalla: “La destrucción de la Armada [de Felipe II] preservó la existencia de Inglaterra, y la victoria de Blenheim le abrió las puertas del mundo moderno”. Texto y gráficos extraídos del artículo batalla de Blendheim en Wikipedia. 16 Historia y Patrimonio Aspectos de la Guerra de Sucesión: soldados entre Alcaráz y Almansa Por Mercedes Meya Hacia 1705, la Guerra de Sucesión por la corona española entre Felipe de Anjou y el archiduque Carlos de Austria se encaminaba a una fase más compleja, que culminaría en la batalla de Almansa (1707). A partir de ese momento, las condiciones bélicas se fueron inclinando hacia un predominio del bando franco-español frente al austríaco, facilitando con ello el asentamiento definitivo de la causa y dinastía borbónica. De ahí la importancia del enfrentamiento tenido lugar en Almansa, y que sin embargo ha sido poco trabajado y valorado en la historiografía contemporánea, aparentemente poco dada a profundizar en el siglo XVIII. Durante las fases precedentes, una vez concluidas las campañas que terminaron con la pérdida de Gibraltar frente al inglés Rooke (1704) y el enfrentamiento en Portugal, en el que los principales ejércitos contendientes se encon- traron muy igualados, el archiduque Carlos avanzó hasta llegar a Madrid (1706), y sus tropas se extendieron por Aragón, Valencia y Cataluña, creando una guerra civil encubierta entre los reinos peninsulares. Además, en 1705, los partidarios austríacos dirigieron una flota hacia Denia, adentrándose hasta Gandía y Alcira. Debido a ello, las zonas cercanas a Levante decidieron rearmarse en previsión de posibles enfrentamientos. Así, el obispo-virrey de Murcia, el Cardenal Belluga, consiguió hacerles frente en la capital murciana, rompiendo la presa de la Contraparada e inundando la huerta; con ello y con la acción de las juntas de defensa, derrotó al ejército austríaco junto a la Puerta de Castilla (Batalla del Huerto de las Bombas, 1706). Gracias a esta victoria, el ejército borbónico del duque de Berwick pudo recuperar posteriormente el Campo de Cartagena (Batalla del Albujón) y 17 Retrato de Sir George Rooke (1705) por Michael Dahl la propia ciudad costera, dando con ello un respiro al sureste español, y dificultando la entrada hacia Andalucía. Mientras, más al interior, ante la cercanía de las tropas del archiduque a Villena, Játiva, Ayora o Fuente la Higuera, los llanos cercanos a Albacete decidieron pertrecharse en espera de los acontecimientos. La principal resistencia a las tropas borbónicas en estas zonas limítrofes con el Reino de Valencia provenía entonces de la mano del general austracista Juan Bautista Basset, que lideró la defensa de Játiva en 1706, frente a las tropas de Felipe V, dirigidas por el Claude François Bidal, marqués D´Ásfeld. Ante esta situación, Almansa recibió voluntarios de zonas aledañas como Chinchilla, El Villar, La Roda, Munera, Alpera, El Bonillo, Tobarra, Montealegre, Carcelén, y la propia Albacete. Estos volun- Castillo de Játiva Foto: Otilia Val Retrato del Marqués D´Asfeld F. Schopin (1834) tarios, distribuidos en compañías, realizaron actuaciones en zonas cercanas. Sin embargo, existieron otras compañías que procedían de zonas más alejadas, y que contribuyeron igualmente a la defensa de Almansa, teniendo participación en la batalla definitiva que se desarrolló en dicho lugar en 1707. Nos referimos en este caso al cuartel general que asentó en 1705 el Príncipe de Tilly en Alcaraz, guarnecido por 300 caballos y 2.000 infantes, desde donde se planteó en los años siguientes la reconquista de los terrenos circundantes para la causa borbónica1. Albert Octave Tserclaes, Príncipe de Tilly (+1714), se destacó en la Guerra de Sucesión en la ya mencionada campaña de Portugal, después de la cual fue nombrado Virrey de Navarra, Capitán de la Guardia Real y Grande de España; esto último tras descubrir un complot contra el rey, tramado por el Marqués de Leganés. Sin embargo, a finales de 1705 marchó a las campañas de Aragón y Cataluña, tras las cuales fue nombrado Capitán General de ambas zonas, por lo que su estancia en Alcaraz sería breve. Aun así, según la documentación municipal, Alcaraz mantuvo su protección con 4 compañías de 25 a 30 hombres de infantería cada una, mas una compañía de caballos; incluso ya en 1704, antes de la llegada de Tilly, disponía una compañía de milicianos formada por hombres que eran reclutados mediante el sistema de sorteo por aldeas, dirigida por su Alférez Miguel Guerrero Munera, la cual envió ese mismo año de 1704 tropas a las milicias de Andalucía al mando del Marqués de Villadarias2. Estas compañías de milicias surgieron precisamente por decreto del 28 de septiembre de 1704, mediante el que Felipe V sustituyó los antiguos tercios españoles por los regimientos, compuestos a su vez por dichas compañías, y en los que debía de existir al menos 18 una de compañía de granaderos. Habría que señalar que el mantenimiento de estas tropas por parte de la población de Alcaraz no era tarea fácil, pues se efectuaba mediante el “repartimiento de utensilios” y el reclutamiento obligatorio por la ciudad y los caseríos circundantes, y aunque muchos vecinos atendían a los soldados en sus propias casas, el estado de dicho vecindario mostraba una situación de pobreza generalizada. A pesar de lo difícil de la coyuntura, Alcaraz, una plaza defensiva en la sierra perteneciente al corregimiento de Toledo, contribuyó al socorro de Almansa varias veces a lo largo del año 1706, cobrando cada vez más importancia la plaza conforme se avecinaba el enfrentamiento final en esta última 1. Historia General de España (1822). Juan de Mariana y José Sabau y Blanco. Volumen 20. Tablas Cronológicas, pág. 110. 2. Archivo Municipal de Alcaraz. Acta Capitular del día 29 de junio de 1704. Francisco de Goya. El Médico (1779) localidad. Siguiendo a Losa Serrano, los meses de febrero a abril de este año resultaron muy intensos en cuanto a movimientos de tropas y ayudas en dirección al frente de Levante. Así, ya el 16 y el 17 de febrero el ayuntamiento alcaraceño acordó enviar un socorro a la ciudad de Almansa, así como enviar a la milicia y otras tropas hacia las fronteras valencianas. El clima de lucha debería de mostrarse tan insoportable, que abundaban los desertores, como los mencionados por el ayuntamiento el 6 de marzo, una vez que el obispo Belluga pasara revista a la compañía alcaraceña en Villena cinco días antes. Parece ser que de 60 hombres sólo se presentaron 37, por lo que se procedió a su detención, cosa que tuvo lugar hacia el 20 de marzo. Por lo que vemos, la sangría de hombres se presentaba enorme, máxime cuando además de la persecución de los desertores, Belluga solicitó entonces el reclu- tamiento de los necesarios hasta llegar a otros 200 soldados más. El ayuntamiento de Alcaraz cumplió la orden, pero esta vez tomó medidas para evitar lo anterior y se preocupó de que no se produjeran deserciones enviando un vecino que acompañara a los soldados al campo de batalla, mas la dotación económica para el sostenimiento de las compañías, y el cuidado de que los soldados llevaran su propio armamento, generalmente escopetas. Sin embargo, tras la pérdida de Fuente la Higuera el 8 de marzo frente al ejército austríaco, Almansa solicitó un nuevo socorro, pero Alcaraz ya no pudo responder a esta nueva petición, pues había sometido al vecindario a una gran presión en los últimos meses. Aun así, Belluga decidió negociar con el concejo, planteando el regreso de los soldados restantes de la compañía -se contabilizaron 600 prisioneros en los cinco días de lucha en Fuente la Higuera- y que 19 fueran sustituidos por otros nuevos; el ayuntamiento alcaraceño accedió finalmente a la propuesta, y la nueva compañía fue enviada hacia Villena al mando de Juan Manuel de Ocaña, siendo dotada con 865 reales de vellón, que fueron sufragados en este caso por la Corona. La importancia de estas compañías de Alcaraz debió de ser alta, pues incluso fue requerida su presencia en Madrid en abril de 1706, por orden de la reina Mª Luisa3. Este gran papel continuó durante el verano, en el que tampoco dejaron desatendido el frente de Levante. A mediados de julio de 1706, nuevamente se participó en un nuevo socorro para Almansa; la referida compañía de milicias se encontraba dirigida por el Alférez Miguel Guerrero, y por su Capitán de Milicias, Jerónimo de Vandelvira. Estaba compuesta de 62 hombres, a los que posteriormente se les unieron otros 24 hombres más con armas y dinero, y se dirigieron por las localidades de Pozuelo y Bonete hacia Almansa4. La situación de esta ciudad debía de ser en aquellos momentos muy complicada, puesto que a finales de agosto, tan sólo un mes después, fue necesario enviar hacia Almansa otra compañía de caballos, que se incluyó al ejército volante de Don Jerónimo Miño y Valterra, Sargento Mayor de las milicias de la Ciudad y del Reino de Murcia (Don Jerónimo se había destacado en las defensas de Villena y Alicante, encomendadas por el Obispo Belluga), que supuestamente circulaba por la zona5. 3. Losa Serrano, F.J. (1989): “Intervención de una compañía de milicia alcaraceña en la batalla de Almansa de 1707”. Revista “Ensayos”, nº3, págs. 149-153. Facultad de Educación. UCLM. Albacete. 4. Archivo Municipal de Alcaraz. Acta Capitular del 16 de julio de 1706. Iglesia de la Trinidad. Alcaraz Foto: Francisco. M. Vivancos Alcaraz. Torres de Trinidad y del Tardón. Foto: Francisco M. Vivancos 5. Archivo Municipal de Alcaraz. Acta Capitular del 14 de agosto de 1706. 6. Guillamón Álvarez, F.J. Y Muñoz Rodríguez, J.D. (2007): “Las milicias de Felipe V. La militarización de la sociedad castellana durante la Guerra de Sucesión.” Revista de Historia Moderna, nº 25. Págs. 89-112. Universidad de Murcia. 7. Archivo Municipal de Alcaraz. Acta Capitular del 11 de noviembre de 1706 Vemos pues, el importantísimo papel desempeñado por las milicias locales en los ejércitos borbónicos, puesto que no sólo defendían o aprovisionaban los lugares en guerra, sino que gracias a estas labores permitían que los ejércitos profesionales se pudieran dedicar a otras ocupaciones más técnicas; su labor resultaba por lo tanto, fundamental6. En dichas escaramuzas podían sufrir muchas bajas, pero también hacer prisioneros del bando austríaco, como los 65 prisioneros de guerra que a finales de noviembre de 1706 llegaron a Alcaraz sin que se sepa el frente de su procedencia, de los cuales 61 se encontraban enfermos. Muchos fueron atendidos en el Hospital que regentaban en la ciudad los hermanos de San Juan de Dios en la calle Mayor, pero otros se distribuyeron por las casas de los vecinos. El Ayuntamiento solicitó que se les cuidara bien, ordenando que se les diera raciones de libra y media de pan, y que los médicos y cirujanos de la ciudad fueran a visitar a los que se alojaban en estas casas particulares7. Pero como la muerte no entiende de fronteras, también fallecían en la ciudad los soldados del bando borbónico. Así, a comienzos de 1707 era enterrado en la iglesia de la Trinidad de Alcaraz el flamenco Juan Bautista Banes, natural de Amberes, “en los estados de Flandes”. Recibió la Extrema Unción y los Santos Sacramentos del Licenciado Don Juan Martínez Galdón, cura Teniente de la Iglesia Parroquial de San Ignacio del mismo lugar, ante quien también otorgó testamento el día 18 de enero (falleció el día 28 del mismo mes). Sin embargo, fue su voluntad enterrarse en la Trinidad, por lo que su sacerdote, el Licenciado Don Juan Gabriel Ruiz de Alcalá, anotó que pagó 4 ducados de limosna por los derechos de construcción y rompimiento de sepultura en la fábrica del templo, y aunque pidió que con el valor de la hacienda que tenía en Alcaraz y lo sobrante de pagar las deudas de su enfermedad se le dijeran las misas que se pudieran con ello, al final el montante resultó mayor de lo previsto, y lo estipulado “no alcanzó mas que a la (misa) de cuerpo presente”. Nombró como administradoras de los bienes que poseía en Flandes y en el puerto de Cádiz a su madre Dª Isabel Arambara y a sus hermanas Isabel y Catalina, y como albacea al teniente Pedro López Pereyra, natural de Ceuta, que debían decirle otras 500 misas a partir de dichos bienes. Curiosamente, este soldado flamenco servía como Alférez de la Compañía de Don Nicolás Terán Monsaraz, que se encontraba dentro del Regimiento de Don José Carrillo de Albornoz, uno de los participantes ese mismo año en la gran batalla de Almansa. 20 Pozo de la Peña. Chinchilla. Antigua posada donde la tradición sitúa que se alojó el Duque de Berwick en las semanas previas a la batalla de Almansa (1707). Foto: Mª Nieves Tárraga Atienzar Este Regimiento de Carrillo provenía de la batalla y recuperación de Cartagena en 1706, y pasó el invierno en Alcaraz (momento en el que falleció nuestro amigo de Flandes), marchando en primavera de 1707 hacia Yecla y Villena. Desde aquí se trasladó y participó en la batalla de Almansa en abril, haciendo brigada con la del Marqués de Pozoblanco. Se situó en la primera línea a la derecha, junto a los regimientos de la Guardia de Corps, de Amezaga, Real de Asturias, y de Rosellón Nuevo, todos bajo el mando supremo del Duque de Pópoli. Su misión fue parar la primera carga de los dragones dirigidos por el conde de Galway, a los que persiguió consiguiendo en un principio que se replegaran hasta su propia línea; sin embargo, el fuego incesante de la infantería inglesa, entremezclada con su caballería, les hizo retroceder. Los supervivientes de este regimiento marcharían en los meses siguientes a las campañas del Reino de Valencia y Lérida. Mientras, en Alcaraz se mantenían los militares y las muertes, como la del soldado gallego Alonso Borques, enterrado como pobre en la iglesia de Santa María justo dos días antes de la batalla de Almansa. Anotó el sacerdote Don Manuel Thoribio Ruiz de Velasco, que falleció por muerte violenta en la heredad del Cerro, junto a la localidad vecina de El Cepillo, por lo que no pudieron oficiarle los Santos Sacramentos. Era un soldado de la Compañía de Don Manuel de Cárdenas Santa Ana, “del Regimiento de la Reyna Nuestra Señora”. Este regimiento de caballería fue fundado en 1703, y en la batalla de Almansa se encontraba en la segunda línea, a la derecha, junto a los de Caballería de Ordenes Viejo, de Ordenes Nuevo, de Armendáriz, de Rambla, y de Mahony, todos al mando del Marqués D´Asfeld8. Para entonces, durante los meses de febrero y abril de 1707 el duque de Berwick movió su campamento entre Yecla, Chinchilla, Pétrola y Montealegre, acosado por el conde de Galway y el Marqués Das Minas, que le hicieron evacuar ésta última localidad. Aún resuena en Chinchilla la presencia del ejército del duque de Berwick acampado en el Pozo de la Peña (Chinchilla), donde los lugareños han transmitido por generaciones el recuerdo de la pernoctación del duque en la modesta posada del pequeño caserío, utilizada actualmente como casas particulares. Siguiendo manobras intimidatorias, parece ser que hubo un conato de enfrentamiento el 16 de abril, pero sin mayores consecuencias, pues el ejército austríaco terminó por no presentarse en el Pozo de la Peña y retirarse a lugar seguro, después de que el ejército del duque lo estuviera esperando allí todo el día9. Desdé aquí el duque marchó hacia a Almansa, en las vísperas del enfrentamiento final. Pero nuestros soldados gallego y flamenco no pudieron llegar a Almansa desde Alcaraz, porque la muerte les sorprendió antes. Quizá debamos entender que hay cosas que superan a las tantas veces inexplicables rencillas y guerras humanas. 8. Una página de internet a consultar referente a la composición y disposición de los ejércitos en la batalla de Almansa: -http://www.ingenierosdelrey.com/guerras/1702_sucesion/1707_almansa.html 9. Historia General de España (1822). Juan de Mariana y José Sabau y Blanco. Tomo XX. Tablas Cronológicas, pág. 151 BIBLIOGRAFÍA -KAMEN, H. (1974): “La Guerra de Sucesión en España, 1700-1714.” Ed. Grijalbo. Barcelona. -GARCÍA GONZÁLEZ, F. (Coord.): “Guerra de Sucesión en España y la Batalla de Almansa. Europa en la Encrucijada”. Madrid, Sílex, 2009. -SANZ ABAD, R. (2007): “La Guerra de Sucesión Española (1702-1715).” Almena Ediciones. Madrid. -ALBAREDA I SALVADÓ, J. (2010): “La Guerra de Sucesión en España (1700-1704). Ed. Crítica. Barcelona. 21 Anexo Documental Escritura de defunción del soldado flamenco Juan Bautista Banes. Iglesia Parroquial de la Santísima Trinidad. Alcaraz. Día 28 de enero de 1707. Archivo Histórico Diocesano. Albacete. Escritura de defunción del soldado gallego Alonso Borques. Iglesia de Santa María. Alcaraz. Día 23 de abril de 1707. Archivo Histórico Diocesano. Albacete. 22 España y los españoles a través de la pintura Santa Margarita de Antioquía Zurbarán representa a Santa Margarita vestida como una elegante pastora. La santa permanece indiferente ante la presencia del enigmático dragón a su izquierda, que parece someterse ante su presencia, aunque muestra su boca abierta de forma amenazante. «Esta bella pastora, con una postura muy afectada, parece salida de una escena teatral. En efecto, en muchas de las procesiones o de los autos sacramentales llevados a cabo Santa Margarita de Antioquía, Francisco de Zurbarán. 1630 163 x 105 cm Óleo sobre lienzo National Gallery. Londres durante la semana del Corpus Christi, algunos historiadores hacen aparecer a esta santa, así como en las comedias de las santas representadas en las corralas (recinto en el que se representaban comedias) de Sevilla, y, tal vez, Zurbarán se inspirara en estas imágenes. Las heroínas son, siempre, muy jóvenes y hermosas, como la Santa Juana de Tirso de Molina, o la Santa Margarita de Enciso. Su belleza es descrita como un don del cielo, un reflejo del alma que resplandece misteriosamente y atrae, irresistiblemente, a todos los corazones.» (Catálogo de la exposición de Zurbarán por Odile Dependa de 1988, p. 275). El sombrero de paja y la alforja multicolor nos parecen elementos casi contemporáneos pero debemos pensar que esta obra está realizada en 1630. Algunos elementos de nuestra vestimenta tradicional tienen, como vemos en esta imagen, muchos siglos de antigüedad. Otros detalles interesantes de su indumentaria son el cuello de la camisa y los puños. También parece llevar una especie de chal de tela gruesa o piel abotonado por un botón de forma cilíndrica (Muletilla) Buzón Agenda Agenda-Junio Colabora con tus opiniones, artículos o sugerencias. e-mail: [email protected] teléfono: 675 12 30 64 Evento Lugar Fecha Compañía de cómicos manchegos Teatro Regio 16/06/2012 hora:22.30 Celtorics, música celta Teatro Regio 30/06/2012 hora: 22.30 Puedes leer “Histórica, gaceta de Almansa” en www.almansa1707.es Centro de Documentación e Interpretación Monjas Agustinas, 2 Almansa, Albacete (España) (Teléfono: 675 12 30 64) Horarios de visita: Martes a Viernes: 18h a 20.30h Sábado y Domingo: 12h a 14h Sábado tarde: 16.30h a 19h Publicación de la Asociación Cultural 1707, con el patrocinio de la Concejalía de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Almansa Foto: Pilar Albelda