¿Cuál es el futuro de los eventos deportivos profesionales? La pandemia que estamos viviendo los últimos meses ha acelerado lo que la industria deportiva viene pensando ya hace años: Cómo cambiar el modelo de negocio deportivo, hacia un modelo sostenible, presencial y virtual, amistoso con las nuevas generaciones, asíncrono, multidisciplinar y completamente global. Hasta la fecha, el grueso de los eventos deportivos profesionales seguía un esquema de probada eficiencia hasta ahora. Un evento era programado en un momento de la semana, en un horario y el efecto de su resultado era proporcional a la presencialidad del espectador. Si lo ves en vivo, te emocionas más que si lo ves en diferido. Así también se calculaban los derechos televisivos, las cuotas de abono, los precios en las tiendas del estadio y un largo etc. Este modelo traía una complicación. Si mi modelo está relacionado con el evento en vivo, quien más interés tiene en pagar ese momento es la televisión, para poder retransmitirlo en vivo. Así, los presupuestos de muchas instituciones casi dependían de esos famosos derechos televisivos. Existen excepciones, donde la taquilla, los sponsors, y en alguna o mayor medida subvenciones podían paliar la dependencia de dicho modelo. Si el mayor dinero va a los Clubes grandes, los más pequeños debían esperar a que el primero gastase el dinero de alguna forma para que la liquidez comenzara a circular. Con este nuevo panorama que vivimos, la reflexión se ha hecho obligatoria. Debemos empezar a repensar el modelo dividiendo los actores en cada caso. Los deportistas de élite que juegan. Los empleados de las instituciones (desde el presidente, hasta los responsables del mantenimiento, pasando por los entrenadores, fisios, médicos, secretarios, etc., etc.). Los externos que deben asistir al evento para la organización (árbitros, personal federativo, empresas tercerizadas de alimentación, hospitality, seguridad, productora de televisión, etc.). Los asistentes, físicos o virtuales (el abonado al club, el abonado en ese partido, el turista que quiere ver el ambiente, y la familia que lo ve en casa por la televisión o por la radio, etc.). Y una vez partido el rompecabezas, debemos comenzar a pensar en situaciones. ¿Qué pasa si no podemos asistir mas a eventos en vivo por un tiempo como espectadores? ¿Cabe pensar en una retransmisión de evento virtual, donde el espectador está en casa con unas gafas de realidad virtual, viendo el partido como si estuviera en su asiento, con una cámara de 360º instalada en “su” asiento? ¿Podemos pensar que dicho asiento en el estadio esté dotado con un altavoz y una pantalla, para que los jugadores “sientan” el apoyo o la presión de su hinchada? ¿Podemos pensar en ver ese evento, con nuestros amigos o familiares con los que íbamos presencialmente, y hablar como si se tratara de un juego online? ¿Podrán las empresas de catering, vendernos la hamburguesa o la cerveza online y que una plataforma de delivery nos la envíe a casa en el momento que queramos ver el partido? Y digo, “en el momento que queramos ver el partido”, porque si esto fuera posible, no sería tan irreal tener eventos donde se juegue todo en 2-3 meses y pudiéramos ir viéndolo en un fin de semana como si fuera una serie en una plataforma online, o en una versión “reality” donde los eventos se nos dan de a poco, pero está ya todo pregrabado, con una nueva forma de llegar al espectador. (Un espectador, que en pleno 2020, los que comienzan a tener 25-30 años, y que quizás pueden gastarse 10-15 euros al mes en una suscripción, nacieron entre 1990 y 1995). Y de esta forma, no sólo “vendrán” física o virtualmente a ver dicho partido, sino que podremos vender ese abono, esa silla, la cantidad de veces que queramos, y no estaremos limitados a estadios de, como máximo, 100.000 personas. Estaremos preparados para que ese evento sea visto por millones de personas, a la vez, sincrónicamente, o no, asincrónicamente, cuando les apetezca a ellos, a los que pagan, no a los que cobran. Y si fuera pregrabado en 2-3 meses, entonces tenemos disponibilidad de dicho estadio deportivo para mucho más tiempo, ¿por qué no hacerlo multidisciplinar? Más deportes, profesionales, amateur o de ocio, más orientado a ser “HUB’s” sociales, tecnológicos, empresariales, educativos (o un huerto urbano, hasta la próxima temporada, por qué no.). El título, en vez de ser condicional o futuro perfecto, es en presente, cuál ES, el futuro de los eventos deportivos. Ese futuro ya está aquí, y no lo veíamos. Quizás la pandemia nos permita repensar con más responsabilidad en un modelo que aguante los envites de la convivencia con distintas generaciones (Generación X, Generación Y, baby boomers, etc), futuras pandemias, o la simple transnacionalidad de trabajos, husos horarios, y ver algo que pagamos, cuando nosotros queramos, por donde queramos, y que la experiencia sea igual de significativa, inclusiva y completa posible. Joaquín Rodríguez Redondo CAF Sports Consulting