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Manual para entender versículos difíciles de la Biblia .- Josh McDowell & Sean McDowell

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Manual
para entender
versículos
difíciles de la
Biblia
JOSH McDOWELL
SEAN McDOWELL
EDITORIAL MUNDO HISPANO
44051-00-ManualVersDif intro_Layout 1 10/21/14 1:03 PM Page 4
Editorial Mundo Hispano
7000 Alabama Street, El Paso, Texas 79904, EE. UU. de A.
www.editorialmundohispano.org
Nuestra pasión: Comunicar el mensaje de Jesucristo y facilitar
la formación de discípulos por medios impresos y electrónicos.
Manual para entender versículos difíciles de la Biblia. © Copyright 2014, Editorial
Mundo Hispano, 7000 Alabama Street, El Paso, Texas 79904, Estados Unidos
de América. Traducido y publicado con permiso. Todos los derechos reservados.
Prohibida su reproducción o transmisión total o parcial, por cualquier medio, sin
el permiso escrito de los publicadores.
Pubicado originalmente en inglés por Harvest House Publishers bajo el título
The Bible Handbook of Difficult Verses, © Copyright 2013 por Josh McDowell
Ministry y Sean McDowell. Todos los derechos reservados.
Published originally by Harvest House Publishers Eugene, Oregon 97402 as The
Bible Handbook of Difficult Verses, and translated into Spanish. © Copyright 2013
by Josh McDowell and Sean McDowell.
Todo el texto bíblico sin otra indicación ha sido tomado de la Santa Biblia, Nueva
Traducción Viviente, © 2008, 2009 Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., Carol Stream, IL 60188, Estados Unidos
de América. Todos los derechos reservados.
Traductor: José Antonio Septién
Primera edición: 2014
Clasificación Decimal Dewey: 220.6
Tema: Biblia
ISBN: 978-0-311-44051-1
EMH Núm. 44051
3 M 1
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Contenido
Cómo utilizar este Manual
El Pentateuco: Génesis—Deuteronomio
Pasajes difíciles de…
Génesis
Éxodo
Levítico
Números
Deuteronomio
Libros históricos: Josué—Ester
Pasajes difíciles de…
Josué
Jueces
Rut
1 Samuel
2 Samuel
1 Reyes
2 Reyes
1 Crónicas
2 Crónicas
Esdras
Nehemías
Ester
Poesía y literatura sapiencial: Job—Cantares
Pasajes difíciles de…
Job
Salmos
Proverbios
Eclesiastés
Cantares
Profetas: Isaías—Malaquías
Pasajes difíciles de…
Isaías
Jeremías
Lamentaciones
Ezequiel
Daniel
Oseas
Joel
Amós
Abdías
Jonás
Miqueas
Nahúm
Habacuc
Sofonías
Zacarías
Malaquías
Evangelios/Literatura narrativa: Mateo—Hechos
Pasajes difíciles de…
Mateo
Marcos
Lucas
Juan
Hechos de los Apóstoles
Epístolas de Pablo: Romanos—Filemón
Pasajes difíciles de…
Romanos
1 Corintios
2 Corintios
Gálatas
Efesios
Filipenses
Colosenses
1 Tesalonicenses
2 Tesalonicenses
1 Timoteo
2 Timoteo
Tito
Filemón
Epístolas generales: Hebreos—Apocalipsis
Pasajes difíciles de…
Hebreos
Santiago
1 Pedro
2 Pedro
1 Juan
2 Juan
3 Juan
Judas
Apocalipsis
Notas
Índice de pasajes bíblicos
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Abreviaturas de las versiones bíblicas
que se usan en este Manual
BA
Biblia de las Américas
BTX
Biblia Textual
DHH
Dios Habla Hoy
NBLH
Nueva Biblia Lationamericana de Hoy
NVI
Nueva Versión Internacional
RV Antigua
Reina-Valera Antigua
RVR-1960
Reina-Valera Revisada 1960
RVR-1977
Reina-Valera Revisada 1977
RVA-2015
Reina-Valera 2015
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Agradecimientos
Deseamos expresar nuestro reconocimiento a las siguientes
personas por su valiosa contribución a este manual:
A Dave Bellis, mi amigo (Josh) y colega por 36 años, por colaborar con nosotros en todos los pasajes que forman este manual, al
investigar las respuestas, escribir el borrador y adaptar todas las
ediciones y correcciones para crear el proyecto final. Reconocemos
su comprensión y conocimiento de las Escrituras, y estamos profundamente agradecidos por su contribución.
A Ken Turner por revisar el manuscrito y ofrecer valiosos
consejos en el área de su especialidad.
A Becky Bellis por su trabajo en la computadora para preparar
el manuscrito.
A Terry Glaspey de Harvest House por su visión y orientación
al darle el tono y el rumbo a esta obra.
A Paul Gossard de Harvest House por su experiencia como
editor y la visión que imprimió al manuscrito para su culminación.
Josh McDowell
Sean McDowell
Cómo utilizar este Manual
Alguna vez ha leído un pasaje de la Biblia y se ha preguntado:
¿Qué significa esto? O quizás entendió el pasaje pero se preguntó: ¿Es realmente importante
para nosotros hoy? Y luego están los críticos de hoy en día que se mofan de la idea de tomar
en serio la Biblia. Algunos sostienen que las Escrituras están llenas de inexactitudes,
errores y leyes anticuadas que rayan en lo ridículo para una sociedad moderna.
El apóstol Pablo dijo: “Vivan sabiamente entre los que no creen en Cristo y
aprovechen al máximo cada oportunidad. Que sus conversaciones sean cordiales y
agradables, a fin de que ustedes tengan la respuesta adecuada para cada persona” (Col.
4:5, 6). No es fácil tener una respuesta correcta para todos. A veces cuando nos atoramos
en el significado de un pasaje o no sabemos cómo debe aplicarse nos sentimos tentados a
decir: “Nosotros tomamos estas cosas por fe”.
Pero Pedro nos recuerda: “Si alguien les pregunta acerca de la experiencia cristiana que
tienen, estén siempre preparados para dar una explicación” (1 Ped. 3:15). Lo que nos
proponemos con este Manual para entender versículos difíciles de la Biblia es proveer la
respuesta correcta para ayudarles a que estén “siempre listos para responder”. No
daremos respuesta a todas las preguntas posibles sobre lo que enseña la Biblia pero
ofreceremos las respuestas de estudiosos de confianza que han estudiado a profundidad
muchos de los temas más difíciles de la Biblia. Ya que no todos ellos están de acuerdo
sobre la forma de explicar ciertos pasajes, algunas veces ofreceremos opiniones e
interpretaciones diferentes de diversos eruditos de ambos lados de la cuestión.
Tampoco evitaremos tratar algunos temas difíciles de la Escritura. Abordaremos
pasajes que son difíciles de entender y que por lo común han sido mal interpretados, así
como porciones de la Biblia que algunos creen que contienen errores o contradicciones.
Confiamos en que la explicación de más de 240 pasajes de este Manual, en primer lugar, le
dará un amor más profundo por Dios y su Palabra. Esperamos que dé respuestas a sus
preguntas y le equipe para que dé razón confiadamente de la esperanza que posee ante los
demás.
Utilice este Manual como si fuera un comentario bíblico o una Biblia de estudio.
Cuando estudie las Escrituras y se encuentre con un pasaje del que surjan preguntas,
compruebe si está incluido en este Manual. También puede consultar los índices para ver
los diferentes temas, aspectos o pasajes de la Biblia incluidos en el Manual.
No todos los pasajes considerados demandan la misma cantidad de explicación.
Algunos solo requieren respuestas concisas. Otros ocupan más espacio debido a su
complejidad. Hemos tratado de dar respuestas satisfactorias a las preguntas que gravitan en
torno a cada pasaje escritural que aparece en la lista.
Antes de comenzar, queremos establecer seis “reglas básicas” para abordar cualquier
pasaje bíblico complicado o difícil de entender. Estudiaremos estas seis “reglas básicas”
respondiendo a seis preguntas sobre la Biblia.
1. ¿Fue la Biblia inspirada por Dios?
Cuando el apóstol Pablo dijo que “toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Tim.
3:16) no quiso decir que la Biblia era solamente un libro de inspiración. Usó una palabra
griega específica: dseópneustos, que literalmente significa “inspirada por Dios” (dseós,
Dios; pnéo, soplar). Toda la Escritura es “inspirada por Dios”, lo que significa que las
palabras escritas en la Biblia son de Dios. Por eso nos referimos a las Escrituras como la
Palabra de Dios.
Jesús se refirió a las Escrituras de esta manera cuando les dijo a los fariseos que estaban
haciendo mal uso de la enseñanza bíblica: “Entonces anulan la palabra de Dios [la
Escritura] por el bien de su propia tradición” (Mat. 15:6). El apóstol Pablo explicaba cómo
“las palabras de Dios les han sido confiadas” al pueblo judío (Rom. 3:2, RVA-2015). Así
que cuando lee la Biblia no está leyendo simplemente un libro de inspiración sino las
palabras de Dios.
Al afirmar que la Biblia es la Palabra de Dios, no queremos decir que Dios escribió las
palabras con su propia mano, ni que puso en trance a algunas personas y empleó sus
manos y plumas para escribir sus pensamientos e ideas. Más bien, eligió a ciertas personas
que tenían una relación espiritual con él para que fueran sus portavoces. Habló a través de
ellas para que anotaran sus palabras y su mensaje mediante sus personalidades únicas.
Por eso, cuando se dice que la Escritura es inspirada por Dios significa que él supervisó
lo que quería decir a través de los hombres como sus instrumentos. El apóstol Pablo
afirmó: “De estas cosas estamos hablando, no con las palabras enseñadas por la sabiduría
humana sino con las enseñadas por el Espíritu, interpretando lo espiritual por medios
espirituales” (1 Cor. 2:13, RVA-2015). El apóstol Pedro dijo lo mismo al expresar que
“ninguna profecía de la Escritura jamás surgió de la comprensión personal de los pro- fetas
ni por iniciativa humana. Al contrario, fue el Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y
ellos hablaron de parte de Dios” (2 Ped. 1:20, 21).
La Palabra de Dios hablada y escrita por sus profetas y apóstoles es lo que se conoce
como revelación especial. La Biblia fue inspirada por él para revelar sus pensamientos,
palabras y promesas y para que, de esta forma, pudieran ser preservados de generación en
generación. La Biblia, pues, es una revelación especial de Dios, escrita por autores
humanos que fueron inspirados directamente por él. Por esto la Biblia tiene poder y peso o,
lo que podríamos llamar, autoridad. Detrás de la Biblia se encuentra el Dios soberano del
universo, y cuando habla, su Palabra define la esencia de la autoridad. Así que cuando
tratamos de explicar el significado de las Escrituras somos conscientes de que estamos
explicando las palabras inspiradas y autoritativas de Dios.
2. ¿Tiene errores la Biblia?
Los teólogos cristianos conservadores afirman que la Biblia no tiene errores (es
inerrante). Lo que quieren decir es que, cuando se conocen todos los hechos en torno a las
Escrituras (tal y como fueron escritas en los originales) y se interpretan correctamente, son
fieles y verdaderas en todo lo que afirman. Este es, naturalmente, el caso si Dios es en
verdad es el autor de la Biblia. Es lógico pensar que, si él inspiró a ciertos hombres para que
revelaran sus palabras, se aseguraría de no contradecirse a sí mismo de modo que su Palabra
estuviera libre de errores.
Los 66 libros de la Biblia fueron escritos por casi 40 autores. Mediante un proceso
complejo Dios comunicó su mensaje a través de un grupo muy diverso de hombres en el
lapso de unos 150 años. Sin embargo, de manera milagrosa Dios reunió su Palabra. Era
como si estuviera componiendo una obra maestra musical perfecta empleando una orquesta
de cuarenta ejecutantes. Piense en un gran maestro que compone una obra musical
maravillosa. Utiliza diferentes instrumentos para propósitos diversos: los instrumentos de
percusión establecen el ritmo, las trompetas nos llaman a la acción, los violines y los
violoncelos nos reconfortan, las flautas nos animan el espíritu, y así sucesivamente. En las
manos del maestro los diferentes instrumentos producen una sinfonía de sonidos que
mueven la mente, el corazón y las emociones del oyente con el mensaje de la música. De
manera similar, Dios usó a los diferentes autores para impartirnos claramente su mensaje,
sin importar quiénes somos ni cuán variadas puedan ser nuestras experiencias humanas.
Dios no solo habló mediante portavoces con experiencias humanas diversas, sino que
también expresó su Palabra en una serie de estilos y formas literarias. A veces la Biblia se
lee como una novela, y en otras ocasiones como un libro de leyes. La Palabra se mueve
desde los lamentos lastimeros de Jeremías hasta la poesía exaltada de Isaías y los Salmos.
La Biblia utiliza esta amplia gama de formas literarias para comunicarse claramente con su
audiencia humana. La Palabra de Dios está llena de relatos históricos, parábolas, cartas,
alegorías, metáforas, símiles, sátiras e hipérboles. Una de las claves para entender la Biblia
con precisión es conocer las reglas apropiadas para interpretar los diversos géneros.
Debido a que Dios pronunció sus palabras mediante seres humanos, la textura de la Biblia
no solo está formada por diferentes formas literarias y estilos, sino también por las diversas
perspectivas humanas, las emociones y las culturas de sus voceros. Al comunicarse así, Dios
asume el carácter pleno de aquellos por los que habla: la lógica bien integrada de un erudito
(Pablo, en sus epístolas), la perspectiva sacerdotal de un teólogo (el escritor de Hebreos), el
talento poético de un músico (David, en los Salmos), y la desesperación y agonía de un
pueblo (Jeremías, en Lamentaciones). De esta manera, cuando nos demos a la tarea de
desentrañar el significado de un pasaje, estaremos conscientes de que, si bien la verdad de
Dios está siendo presentada a través de los lentes de su portavoz humano, aún así transmite
el mensaje exacto y libre de errores que Dios quiere que recibamos.
3. ¿Contiene la Biblia algún error?
Aunque los escritos originales de la Biblia no contienen errores, ninguno de los
autógrafos existe hoy en día. Lo que tenemos son copias de lo que se escribió originalmente.
En realidad, tenemos miles de copias. (Cientos de millones, si contamos las modernas
versiones impresas de la Biblia).
Ya que no había máquinas impresoras en los días en que se escribió la Biblia (ni las hubo
durante más de mil años), fue necesario producir copias a mano para preservar los
documentos de una generación a otra. Y, mientras que los que hicieron las copias (escribas)
hicieron todo lo posible por copiar con exactitud, se cometieron algunos errores. Pero solo
porque hubo errores de copiado no significa que la Biblia esté llena de contradicciones y
errores porque cuando examinas los “errores” a menudo queda de mani fiesto cómo se
cometieron y que no alteran el significado del texto.
Por ejemplo, algunos manuscritos del Nuevo Testamento deletrean el nombre de Juan
con una “n”, y otras veces aparece con dos. Esto constituye técnicamente una variación. Y
cada vez que se encuentran con una “variante” como esta, los críticos la consideran un
error o contradicción. Pero, por supuesto, este tipo de “error” de ninguna manera cambia
el significado de la Palabra de Dios.
Debido a que se trata solo de las copias de los manuscritos originales y no de los
originales mismos, es inevitable que encontremos algunos errores de copiado. Por lo tanto,
cuando examinemos los pasajes señalaremos estos “errores” y trataremos de determinar cómo
ocurrieron.
Al considerar estos errores o contradicciones aparentes es lógico pensar en la
probabilidad de que las copias que están más cerca de los originales contengan menos
errores de copiado. Porque si se comete un error al copiar un manuscrito, las futuras
copias manuscritas reproducirán ese error. Los manuscritos más antiguos tienden a ser
más precisos porque están más cerca de los originales. Así se hace evidente cuándo y
cómo ocurrieron estos errores. Pero no sabíamos cuán increíblemente precisas eran las
copias del Antiguo Testamento hasta el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto en
1947.
Antes de 1947, el manuscrito hebreo más completo que poseíamos databa del 900 d.
de J.C. Pero con el descubrimiento de más de 800 manuscritos en las cuevas del lado oeste
del mar Muerto tuvimos acceso a manuscritos del Antiguo Testamento datados por los
paleógrafos alrededor del 125 a. de J.C. Estos rollos eran, por tanto, mil años más
antiguos que cualquier otro manuscrito previamente conocido.
Pero aquí está la parte interesante: una vez que los Rollos del Mar Muerto fueron
comparados con las copias manuscritas posteriores, la Biblia hebrea entonces vigente
resultó ser idéntica, palabra por palabra, en más del 95 por ciento del texto. El otro 5
por ciento consistía principalmente en variaciones ortográficas. Por ejemplo, de las 166
palabras de Isaías 53 solo 17 letras estaban en duda. De estas, 10 eran una cuestión de
ortografía y 4 eran cambios estilísticos; las 3 letras restantes comprendían la palabra luz,
la cual se añadió en el versículo 11.
En otras palabras, el mayor descubrimiento de manuscritos de todos los tiempos reveló
que después de mil años de copiar el Antiguo Testamento solo surgieron variantes
menores, ninguna de las cuales alteraba el claro significado del texto o ponía en duda la
integridad fundamental del texto1.
4. ¿Es lo que tenemos hoy en realidad la Palabra de Dios?
Hoy en día nuestra Biblia completa consta de 39 libros del Antiguo Testamento y 27
libros del Nuevo Testamento. Pero, ¿cómo sabemos que estos son los libros inspirados
por Dios que él preparó para nosotros? ¿Es posible que se hayan pasado por alto otros
libros inspirados divinamente? ¿Cómo sabemos que tenemos todos los escritos que Dios
inspiró?
Determinar cuáles escritos fueron inspirados por Dios no fue un evento específico sino
más bien un proceso en el tiempo. Los creyentes necesitaron tiempo para saber a ciencia
cierta cuáles escritos fueron inspirados divinamente y establecer un mecanismo para
determinarlo. Se llamó canon a la lista de 66 libros aceptados como palabra inspirada por
Dios. La palabra canon proviene de la palabra griega kanon, que significa “regla” o
“principio”. En otras palabras, hubo un estándar muy alto, una herramienta de medición
necesaria para aceptar un libro como “inspirado por Dios”.
Contrariamente a lo que dicen algunos críticos modernos, los antiguos líderes judíos y
eclesiásticos no crearon el canon. En otras palabras, no fue que un grupo de líderes
religiosos determinaron cuáles libros debían llamarse Biblia, la Palabra inspirada de Dios.
Más bien, simplemente reconocieron o descubrieron cuáles libros eran inspirados
divinamente desde el comienzo del proceso. Un determinado escrito no recibía autoridad
de ser Escritura solo porque los antiguos líderes judíos o cristianos así lo determinaban.
Más bien, era aceptado por los dirigentes y el pueblo porque les resultaba evidente que
Dios mismo había dotado a tal escrito de autoridad divina.
De lo que encontramos en la historia bíblica y eclesiástica podemos ver al menos
cuatro principios o reglas que determinaban si una carta o libro debía ser reconocido
como divinamente inspirado:
1. El escrito debía tener como autor a un profeta o apóstol de Dios o alguien
relacionado con ellos.
2. El mensaje del libro debía concordar con lo que ya había sido revelado por Dios.
3. El escrito claramente debía evidenciar la presencia confirmadora de Dios.
4. El libro debía ser ampliamente aceptado por la iglesia desde una fecha temprana 2.
Para el año 300 a. de J.C. y no más tarde del 150 a. de J.C., los 39 libros del Antiguo
Testamento ya habían sido escritos, reunidos y oficialmente reconocidos como libros
canónicos3. El texto hebreo de estos 39 libros se dividió originalmente en 24 libros: cinco
pertenecían a la Ley (de Moisés), ocho a los Profetas y once a los Escritos.
Entre el 200 y 300 d. de J.C. los líderes de la iglesia comenzaron a fijar los criterios
para el reconocimiento de los escritos de los apóstoles como inspirados por Dios. En el
año 367 d. de J.C. Atanasio de Alejandría proporcionó la primera lista oficial de los 27
libros del Nuevo Testamento que tenemos hoy. Y a finales del siglo IV ya había consenso.
Los 27 libros fueron canonizados por los concilios de Hipona (393 d. de J.C.) y de
Cartago (397 d. de J.C.). Debemos recordar que no se trataba de un grupo de ancianos de
la iglesia que autorizaba una colección de escritos religiosos; más bien, reconocieron que
esta colección de libros tenía la autorización de Dios como su Palabra. Al tratar con los
muchos pasajes de este Manual, aceptamos que los 66 libros de la Biblia son la palabra
final de Dios.
5. ¿Es la Biblia históricamente exacta y confiable?
Hay quienes piensan que se puede confiar en la Biblia en asuntos morales pero no en
cuestiones relacionadas con la historia. Esto propaga la idea de que la Biblia es un libro
espiritual que tiene poco que ver con los acontecimientos históricos.
Sin embargo, muchas de las verdades de la Biblia tienen sus raíces en la historia. Por
ejemplo, es fundamental que Jesús haya sido un personaje histórico y que la resurrección
corporal sea una realidad histórica. Porque como el apóstol Pablo afirma: “si Cristo no ha
resucitado, entonces la fe de ustedes es inútil, y todavía son culpables de sus pecados” (1
Cor. 15:17).
La Biblia es, en su mayor parte, un libro histórico que revela quién es Dios, quiénes
son los humanos, cómo estos se separaron de Dios, y de qué manera estableció su plan
redentor para restaurar a sus hijos perdidos a una relación con él. Y es de vital
importancia que sus palabras sean transmitidas con precisión de generación a generación.
Así que la pregunta es: ¿Podemos estar seguros de que lo que Dios ha inspirado y se
escribió realmente ha sido preservado como un registro exacto de la historia?
Ciertamente, lo que tenemos hoy en día como la Biblia son copias impresas traducidas
de copias manuscritas antiguas de otras copias de los originales. Esto es así porque, como
hemos dicho antes, la Biblia fue compuesta y transmitida en una era anterior a la
invención de la imprenta. Todos los manuscritos tenían que ser escritos a mano. Con el
paso del tiempo la tinta se desvanecería y el material del manuscrito se deterioraría. Así
que, si se quería preservar un documento y transmitirlo a la siguiente generación, había
que hacer nuevas copias de él; de lo contrario se perdería para siempre. Por supuesto,
estas copias se hicieron igual que los originales: a mano, con tinta que perdería su color,
sobre materiales que se dañarían.
Como ya se ha señalado, esto hace posible que se filtren algunos errores en el proceso
del copiado a mano. Un copista cansado, de visión borrosa por falta de sueño, pudo
haberse saltado unas cuantas palabras, pasado por alto una frase o copiado mal algunos
números. Los críticos alegan que la Biblia es una colección de escritos obsoletos que
están plagados de inexactitudes y distorsiones. Por consiguiente, ¿cómo podemos estar
seguros de que las Biblias que tenemos hoy son un reflejo exacto de los originales?
Dios no nos ha dejado con la pregunta. Ha dirigido milagrosamente la transmisión de
las Escrituras para asegurar que pasaran con exactitud de una generación a otra.
La transmisión del Antiguo Testamento
Una de las maneras que Dios empleó para garantizar que el Antiguo Testamento se
transmitiera con precisión fue escoger, llamar y desarrollar a una nación de hombres y
mujeres que tomaron muy en serio el Libro de la Ley. Dios ordenó e inculcó en el pueblo
judío una gran reverencia por las Escrituras. Esa actitud se convirtió en parte de su
identidad. Entre los siglos V y III a. de J.C. surgió una clase de eruditos judíos llamados
soferim, de la palabra hebrea “escribas”. Estos custodios de las Escrituras hebreas se
dedicaron a conservar cuidadosamente los antiguos manuscritos y hacer copias nuevas
cuando era necesario.
Los soferim fueron eclipsados por los escribas talmúdicos, los cuales protegieron,
interpretaron y comentaron los textos sagrados desde cerca del 100 a. de J.C. hasta el 500
d. de J.C. Los escribas talmúdicos fueron seguidos por los más conocidos escribas
masoréticos (alrededor del 500 al 900 d. de J.C).
Los escribas talmúdicos, por ejemplo, establecieron disciplinas estrictas y detalladas
para la copia de manuscritos. Sus reglas eran tan rigurosas que cuando se completaba una
nueva copia recibía la misma autoridad de la que procedía porque estaban completamente
convencidos de que tenían un duplicado exacto.
La transmisión del Nuevo Testamento
Si bien hubo expertos escribas hebreos que hicieron copias de los manuscritos del
Antiguo Testamento, no ocurrió lo mismo con el Nuevo Testamento. Hay varias razones
que lo explican: 1) El liderazgo oficial judío no respaldó el cristianismo; 2) las cartas y las
historias que hicieron circular los autores del Nuevo Testamento no eran consideradas
como Escritura oficial; y 3) los documentos no se escribieron en hebreo, sino en griego y
arameo. Por lo tanto, no se siguieron las mismas disciplinas formales en la transmisión de
estos escritos de una generación a otra. En el caso del Nuevo Testamento, Dios hizo algo
nuevo para asegurar que su Palabra fuera preservada con precisión para nosotros y nuestros
hijos.
Los historiadores evalúan la confiabilidad textual de la literatura antigua de acuerdo con
dos criterios: 1) el intervalo de tiempo transcurrido entre el original y la copia más
temprana, y 2) el número de copias disponibles del manuscrito.
Por ejemplo, casi todo lo que sabemos hoy de las hazañas de Julio César en las Guerras
de las Galias (del 58 al 51 a. de J.C.) proviene de diez copias manuscritas de la obra de
César Las Guerras de las Galias. La primera de estas copias data de un poco menos de mil
años después de que se escribió el original. Nuestro texto moderno de la Historia de Roma
de Tito Livio cuenta con un manuscrito parcial y 19 copias muy posteriores, datadas entre
400 y 1.000 años después del escrito original.
En comparación, el texto de la Ilíada de Homero es mucho más confiable. Se conservan
aproximadamente 1.757 copias manuscritas hoy en día, con una simple diferencia de
tiempo de 400 años entre la fecha de composición y la primera de estas copias.
Los historiadores consideran que la evidencia textual en los casos de Tito Livio y
Homero es más que adecuada para validar los originales, pero esta evidencia es nada en
comparación a lo que Dios hizo en el caso del texto del Nuevo Testamento.
Si empleamos esta norma aceptada para evaluar la confiabilidad textual de los escritos
antiguos, el Nuevo Testamento pertenece a una categoría especial. No tiene igual. Ningún
otro libro del mundo antiguo puede incluso acercarse a su confiabilidad textual.
Cerca de 25.000 manuscritos o fragmentos de manuscritos del Nuevo Testamento
reposan en las bibliotecas y universidades del mundo en idiomas tales como el copto, el
latín y el armenio. Entre estos hay casi 5.800 manuscritos griegos del Nuevo Testamento
(más de tres veces el número de copias de la Ilíada). El más antiguo de estos manuscritos
descubierto hasta ahora es un fragmento del Evangelio de Juan, ubicado en la Biblioteca
John Rylands de la Universidad de Manchester, Inglaterra; se lo data dentro de los 50 años
después de que el apóstol Juan escribiera el original 4. Mientras este libro se prepara para su
publicación5 existen pruebas convincentes de que una parte del Evangelio de Marcos,
recientemente descubierta, data del siglo I.
Podemos estar seguros de que los textos del Nuevo y del Antiguo Testamento han sido
transmitidos a lo largo de los siglos con precisión y exactitud. Así que, cuando comentamos
sobre los escritos de la Biblia en este Manual lo hacemos a partir de la premisa de que
estamos tratando con lo que fue escrito con precisión en el principio.
6. ¿Cómo debemos interpretar la Biblia para saber lo que significa para nosotros
hoy?
Seamos realistas, la Biblia fue escrita en tiempos y lugares inmensamente diferentes a
los del siglo XXI. Las costumbres, las tradiciones y la cultura en general estaban muy lejos
de las nuestras. A menudo, lo que enfrentaban y cómo trataban con los asuntos de la vida
no se relaciona con nosotros. Entonces, ¿cómo pueden las enseñanzas de la Biblia ser
relevantes para nosotros hoy en día?
Es verdad que el Antiguo Testamento se escribió entre el 1500 y el 100 a. de J.C. Las
culturas eran diferentes, no hay duda de eso. Lo que la gente hacía y cómo se expresaba no
se asemeja mucho al lenguaje y las actividades de nuestro mundo moderno.
También es cierto que el Nuevo Testamento, por ejemplo, mandaba que los hombres
saludaran a sus hermanos cristianos con un “beso santo”. Daba instrucciones a los
propietarios de esclavos sobre cómo tratar a sus esclavos, y cómo estos debían responder a
sus amos. Durante los tiempos bíblicos las hijas eran cedidas a los hombres en
matrimonios arreglados, y las mujeres no tenían derechos legales.
Pero, a pesar de todas estas diferencias culturales, la Biblia sigue siendo relevante en
sumo grado para nosotros hoy. Para interpretar y entender cuán importante es la Palabra
para nuestra vida es necesario seguir un proceso de dos pasos. El primero es determinar
qué significaron los pasajes a aquellos que primero los hablaron o escribieron, y qué
significaron a los que los oyeron o leyeron. Aquí es donde es importante el entorno
histórico o cultural de la Biblia. Dado que se escribió en diferentes períodos de tiempo,
debemos entender su contexto histórico. Para aplicar una verdad determinada a nuestra
vida debemos comprender las actitudes, los escenarios, el estilo de vida y la estructura
política de la época en que fue dada. Entendemos adecuadamente la Biblia cuando
captamos lo que se dijo, quién lo dijo, cómo se dijo, dónde se dijo, cuándo se dijo y por
qué se dijo.
En este primer paso tenemos que recordar que no hay nada hablado o escrito en las
Escrituras que se haya escrito o hablado directamente a nosotros que vivimos en el siglo
XXI. Moisés y los profetas hablaron a los hijos de Israel. Jesús habló a sus discípulos, a las
multitudes y a varios individuos. Cuando los apóstoles escribieron los Evangelios y Pablo,
Pedro, Santiago y los otros escribieron los demás libros del Nuevo Testamento, escribieron
para ciertos oyentes o lectores de su tiempo.
La verdad es que escribieron lo que escribieron en un contexto histórico, a una audiencia
considerablemente diferente de la nuestra. Pero aun cuando las palabras de las Escrituras
no hayan sido dirigidas específicamente a nosotros en el siglo XXI, eso no significa que no
fueron escritas para nosotros, así como para los destinatarios originales. Por lo tanto,
debido a que Dios reveló su persona y su verdad a una audiencia específica en un momento
específico de la historia, nuestra primera tarea consiste en interpretar lo que Él se propuso
comunicar en aquel tiempo.
Pero luego viene el segundo y muy importante paso: entender la universalidad y la
relevancia de la verdad que Dios nos ha revelado hoy. Esto es vital cuando se trata de
extraer el significado que Dios le da al texto. No debemos crear por nosotros mismos el
significado del texto ni insertar un significado que fluye del interés personal. Cuando los
lectores imponen su óptica personal a un pasaje o le inyectan sus propias ideas, es muy
fácil llegar a tener puntos de vista diferentes y contradictorios sobre una verdad particular.
Pero gran parte de esto puede evitarse si seguimos un proceso que nos lleve a descubrir el
significado de una verdad de Dios. Este proceso se llama exégesis.
Exégesis proviene de la palabra griega exegéomai, que significa “dar a conocer, explicar
respecto a la enseñanza y revelar”. Es la palabra que Juan utiliza cuando afirma que Jesús
nos “ha dado a conocer” a Dios (Juan 1:18, RVA-2015).
Para interpretar correctamente o para explicar el significado de un pasaje de la Biblia
debemos entrar en el proceso de la exégesis. Hacer exégesis es plantearnos varias
preguntas sobre el pasaje tales como qué, dónde, por qué, cómo y otras. En el proceso,
1. examinamos el texto para entender su construcción gramatical;
2. entendemos el significado de las palabras individuales ya sea literal, cultural, en sentido
figurado y así sucesivamente;
3. descubrimos el contexto histórico; es decir, el autor, el escenario cultural, el marco
temporal y otros detalles;
4. examinamos el mensaje en el contexto de párrafos, capí- tulos, libros individuales y todo
el panorama de la verdad bíblica; y
5. comprendemos cómo la verdad atemporal se aplica a los que se escribió primero y luego
cómo esa verdad eterna se aplica a nosotros hoy.
De esta manera, hacer la exégesis de un pasaje significa que debemos entender el
significado de las palabras y situarlas en su contexto (literario, histórico y teológico). Si
leemos un pasaje fuera de este contexto literario, histórico o teológico, estamos en peligro
de leer otro significado del texto que simplemente no está ahí. Los estudiosos llaman a esto
eiségesis o “leer información dentro de un texto que no se encuentra ahí”. De ahí surgen la
mayoría de los errores de interpretación. Y mucho de esto se puede evitar si leemos un
texto dentro de su contexto.
Como lo expresamos anteriormente, puede que la Palabra no se haya escrito
específicamente a nosotros en el siglo XXI, pero eso no quiere decir que no fue escrita
para nosotros porque, de hecho, así fue. Pero para entender lo que Dios nos dice hoy
tenemos que comprenderlo en su contexto, y luego aplicar adecuadamente su verdad a
nuestra cultura y vida personal.
Cuando leemos la Biblia hacemos un viaje al pasado. Las Escrituras se escribieron en un
período de 1.500 años. Dentro de ese marco de tiempo tuvieron lugar cambios culturales,
políticos y sociológicos muy significativos. Por consiguiente, a lo largo de este Manual
trataremos de entender el significado de las palabras y descubrir el contexto literario,
histórico y teológico de tal manera que estemos en condiciones de comprender mejor
incluso lo que los versículos difíciles de la Biblia nos quieren decir. Y a medida que
avancemos confiamos en que el significado de la Palabra de Dios será revelada y
aplicada a tu vida.
EL PENTATEUCO
Génesis – Deuteronomio
Versículos difíciles del
libro de
Génesis
Pasaje:
En el principio… (Gen. 1:1)
Dificultad: ¿Acaso no afirma la ciencia que el universo es eterno? Si es así, ¿cómo puede
tener un principio?
Explicación: La primera ley de la termodinámica afirma que la materia y la energía pueden
cambiar de forma pero no pueden ser creadas o destruidas. Durante siglos los científicos
creyeron que el universo era sin causa y eterno.
En la primera parte del siglo XX la comunidad científica se enfrentó a las ramificaciones
de la teoría general de la relatividad de Albert Einstein. Al igual que la mayoría de los
científicos de la época, Einstein asumió que el universo era estático y eterno. Sin embargo,
su ecuación matemática de la relatividad señalaba fuertemente hacia un universo que se
expandía o contraía. Si bien esto parecía inquietarlo, más tarde Einstein aceptó que el
universo tenía un pasado finito. ¿Por qué cambió de opinión?
En 1929 el cosmólogo Edwin Hubble utilizó su telescopio de 250 cm para demostrar que
la luz de las galaxias distantes se desplaza hacia el extremo rojo del espectro de luz. Esto
significa que el universo se expande en todas direcciones. Esta era una poderosa
confirmación de los hallazgos de Einstein de que el universo no es estático sino que en algún
punto en el tiempo tuvo un principio1. A este primer momento de existencia ahora se lo
conoce como singularidad, que es un borde o limite al espacio tiempo. Según el profesor
Paul Davies de la Universidad Estatal de Oregon: ―Por esta razón la mayoría de los
cosmólogos suponen que la singularidad inicial es el origen del universo‖2.
Esto no quiere decir que todos los científicos acepten necesariamente a Dios como la
mejor explicación del origen del universo pero la mayoría cree ahora que el universo
comenzó a existir en un punto finito del pasado. Parece que muchos de la comunidad
científica se han puesto al día con la declaración bíblica ―en el principio..." (Gen. 1:1).
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Pasaje:
En el principio. Dios creó los cielos y la tierra (Gén. 1:1).
Dificultad: ¿Hay alguna evidencia de que Dios realmente creó el universo?
Explicación: Hay evidencia sólida de que el universo tuvo un principio (ver la Explicación
anterior), pero eso no prueba que Dios dio origen al universo, ¿cierto?
Y mientras que muchos científicos admiten que el universo tuvo un principio, esto no nos
lleva a saber quién o que lo causó. Pero hay pruebas que confirman lo que los cristianos
creen: que Dios es el Creador del universo como declara la Biblia.
Una de las evidencias de que Dios creó el universo es la que se conoce como argumento
de la primera causa, o argumento cosmológico, a favor de la existencia de Dios.
La idea es que todo lo que comienza a existir debe tener una causa. Así que, si retrocedes
en el tiempo lo suficientemente lejos encontrarás la primera causa, y esa causa será un
Creador inteligente. Este argumento tiene tres premisas:
1. Todo lo que comienza a existir tiene una causa.
2. El universo comenzó a existir.
3. Por lo tanto, el universo tiene una causa.
La primera premisa es manifiestamente obvia. ¿Puedes pensar en algo que viene de la
nada? Algunos tratan de eludir este problema definiendo la ―nada‖ como un vacío cuántico.
Pero incluso los vacíos no son técnicamente nada. Tienen energía y partículas cuánticas, lo
cual es algo. No tenemos evidencia empírica de algo que emerge de la nada absoluta sin una
causa. Los antiguos griegos tenían razón cuando afirmaban: ―De la nada, nada proviene‖.
Ciertamente esto parece más razonable que no creer que las cosas que comienzan a existir
tienen una causa.
La segunda premisa se apoya en la segunda ley de la termodinámica (ver la pregunta en
Gen. 1:1 para una prueba científica adicional). Esta ley establece que la energía utilizable
dentro de un sistema cerrado finalmente se acabará. Puesto que el universo es un sistema
cerrado, su energía utilizable finalmente se agotará y el universo alcanzará un estado de
equilibrio conocido como ―muerte térmica‖. Pero esa energía aún no se agota. ¿Por qué no?
La respuesta es simple: El pasado es finito. Si el pasado fuera eterno, entonces el universo ya
se habría extinguido en algún momento en el pasado.
La última premisa se fundamenta en las dos anteriores: El universo tiene una causa. Esto
nos lleva a una conclusión basada en la pregunta: ―¿Quién causó la causa?‖. Podemos
obtener la respuesta en los orígenes del tiempo, el espacio y la materia. Es lógico concluir
que, dado que el tiempo, el espacio y la materia no existían antes del comienzo del universo,
entonces la ―causa‖ del universo era inmaterial y nada tenía que ver con el tiempo y el
espacio. Además, esta ―causa‖ no podía ser física ni estar sujeta a la ley natural ya que eso
presupondría su existencia, incluidos el tiempo, el espacio y la materia. Esto nos lleva a
concluir que la ―causa‖ inmaterial, sin tiempo ni espacio era realmente Dios. (Para más
detalles y otras evidencias a favor de la existencia de Dios, ver el libro Is God Just a Human
Invention? (¿Es Dios solo un invento humano?) por Sean McDowell y Jonathan Morrow.
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Pasaje:
Entonces dijo Dios: ―Que haya luz‖, y hubo luz (Gen. 1:3).
Dificultad: ¿No es contradictorio decir que la luz fue creada el primer día dado que el sol
fue creado hasta el cuarto día?
Explicación: Se ha sugerido que el primer día en que Dios creó la luz también formó otros
tipos de lo que se llama radiación electromagnética (REM). Quienes sostienen este punto de
vista creen que Dios creó la luz del sol y la luna el primer día, pero que esta solo se hizo
visible hasta el cuarto día cuando la atmósfera de la tierra se volvió transparente. La luz
visible es solo una pequeña parte de todo el espectro de REM. El rango de la luz visible o
longitud de onda de lo que podemos ver a simple vista es de alrededor de 380 nanómetros
(NM) hasta casi 740 NM. Pero el espectro electromagnético es mucho más amplio. Se
extiende desde las bajas frecuencias usadas para las emisiones de radio, las cuales no
podemos ver, hasta las frecuencias muy altas de la radiación gama, las cuales también están
más allá de nuestra visión. Esto significa que la radiación electromagnética abarca longitudes
de onda de miles de kilómetros hasta una fracción del tamaño de un átomo. Lo que podemos
ver con el ojo humano es solo una pequeña parte del espectro electromagnético.
Los científicos dicen que el espectro electromagnético en principio es infinito y continuo.
En efecto, mientras que la teoría de la relatividad de Einstein predice que el tiempo, el
espacio y la masa pueden cambiar debido a efectos relativistas, la velocidad del REM
siempre es constante en todos los marcos de referencia. Tal vez por eso Jesús se refirió a si
mismo tan acertadamente como la ―luz del mundo‖ (Juan 8:12). Dios, siendo constante,
infinito y continuo, lleva su luz a todas las dimensiones del universo, desde las distantes
estrellas hasta una fracción del diámetro de un protón.
El primer día de la creación Dios pudo muy bien haber originado el fenómeno milagroso
de la luz junto con todo el espectro de la radiación electromagnética, que va desde las
frecuencias más bajas de lo bajo hasta las más altas de lo alto. Luego, el cuarto día (Gen.
1:14-18), Dios formó el sol, la luna y las estrellas para calentar al planeta tierra e irradiar luz
por todo el universo visible.
La otra respuesta posible a esta cuestión entraña una pregunta sobre la naturaleza del libro
de Génesis: ―¿Trató Moisés de ofrecer una cronología científica del evento de la creación?‖.
En otras palabras, ¿pretende el relato de la creación de Génesis 1 ser un relato científico de la
secuencia y la forma de la creación? En caso afirmativo, entonces es necesaria una
explicación como la que ofrecimos anteriormente. De lo contrario, esta dificultad desaparece.
Ver la respuesta a Génesis 2:1-4 para otras maneras alternativas de entender el relato de la
creación.
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Pasaje:
Entonces dijo Dios: ―Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza‖
(Gen. 1:26, VMH).
Dificultad: ¿Por qué Dios se refiere a sí mismo en plural diciendo ―hagamos‖?
Explicación: Algunas personas sugieren que Dios, que es una Trinidad (Padre, Hijo y
Espíritu Santo), en realidad está hablando entre las tres personas de la Deidad por lo que se
refiere a sí mismo como ―nosotros‖. Sabemos, por ejemplo, que el Espíritu Santo, la tercera
persona de la Trinidad, estuvo presente en la creación porque en Génesis 1 se afirma que ―el
Espíritu de Dios se movía... sobre la superficie de las aguas‖ (v. 2). La Biblia también dice
que Jesús estuvo presente en la creación. ―Porque en él fueron creadas todas las cosas que
están en los cielos y en la tierra... Él antecede a todas las cosas, y en él todas las cosas
subsisten‖ (Col. 1:15-17, VMH).
Podemos concluir claramente a partir de otros pasajes de la Biblia que las tres personas de
la Deidad estuvieron presentes y participaron activamente en la creación de todas las cosas.
Así que, ya que Dios es Trinidad, ¿por eso dijo “Hagamos al hombre a nuestra imagen‖? La
respuesta corta es ―Puede ser‖.
Hay tres explicaciones posibles para el plural en este pasaje. La primera es, como hemos
visto, que los pasajes que implican ―nosotros‖ y mencionan ―nuestra‖ se refieren a la
Trinidad. Sin embargo, una dificultad con esta interpretación es que no hay un pronombre
sino una forma verbal. El ―nuestra‖ es un pronombre en primera persona plural. Por
consiguiente, algunos estudiosos creen que el plural es para señalar literalmente que la
creación de la humanidad es especial, en lugar de indicar la pluralidad numérica del Creador.
La segunda opción es que la palabra hebrea elohim ofrece un contexto más amplio,
imponente y majestuoso de la persona de Dios. El nombre plural elohim es un plural
mayestático (el “nosotros” real) y nos lleva a recordar que Dios no puede ser colocado en un
cuadro estrecho singular. Como escribió el profeta Isaías:
―Porque mis pensamientos no son sus pensamientos ni sus caminos son mis caminos,
dice el SEÑOR. Como son más altos los cielos que la tierra, así mis caminos son más
altos que sus caminos, y mis pensamientos más altos que sus pensamientos (Isa.
55:8.9, VMH).
La tercera opción es que el plural ―hagamos" se refiere a Dios y su corte celestial (es decir,
los ángeles). Aunque esta interpretación tiene algunas dificultades, es un punto de vista
posible que sostienen un número respetable de eruditos evangélicos.
Independientemente de la interpretación correcta de este pasaje, la verdad de que Dios es
uno y trino de ninguna manera disminuye. Él ha revelado progresivamente su carácter a lo
largo de la historia, y de una manera más plena en la persona de Jesucristo (Juan 14:7-9).
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Pasaje:
Entonces dijo Dios: ―Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y
tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, y en toda la tierra, y
sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra‖. Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a
imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó (Gén. 1:26,27, VMH).
Dificultad: ¿Cómo es que los seres humanos somos como Dios? Es evidente que carecemos
de las características infinitas de Aquel que todo lo sabe y todo lo puede. Por lo tanto, ¿qué
significa realmente ser creado a la imagen de Dios?
Explicación: La Biblia nos enseña que 1) Dios posee vida sin principio ni final (es eterno,
ver Isa. 40:28); 2) Dios es todopoderoso (es decir, omnipotente, ver Job 42:2); 3) Dios está
presente en todas partes (a saber, omnipresente, ver Jer. 23:23, 24); 4) Dios lo sabe todo (es
omnisciente, ver Isa. 46:9, 10) y 5) Dios es constante y no cambia (es inmutable, ver Sal.
102:26, 27). Ninguna de estas características divinas ha sido transmitida a su creación
humana. Ser creados a la imagen de Dios no significa que nos vemos como Él, porque ―Dios
es espíritu; y es necesario que los que le adoran, le adoren en espíritu y en verdad‖ (Juan
4:24, VHM). Nosotros somos seres físicos, pero Dios no lo es. Entonces, ¿qué parte de la
imagen de nuestro Creador heredamos?
Antes de que hubiera seres humanos, antes de que el universo material o el tiempo
existieran tal como los conocemos, Dios existía eternamente como un ser amoroso y
relacional. Es relacional por su propia naturaleza: tres personalidades mezcladas en perfecta
armonía (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Mientras que Él es infinito, y nosotros como seres
humanos somos finitos, llevamos su imagen relacional. Hemos heredado su habilidad para
establecer relaciones y así amar de una manera que las demás criaturas no pueden. La Biblia
dice: ―El amor es de Dios... porque Dios es amor‖ (1 Jn. 4:7, 8, VMH). Como parte de la
imagen relacional de Dios hemos heredado la capacidad de comunicar a los demás
pensamientos, intenciones y sentimientos a través de un lenguaje complejo. La Biblia a
menudo emplea la frase ―y Dios dijo‖ para mostrarnos que las relaciones significan
comunicación con los demás. La capacidad de expresar y mejorar las relaciones mediante la
comunicación es otra manera de reflejar la imagen de Dios.
Hemos heredado de Él el sentido del valor que tienen la vida misma y las relaciones
humanas. Dios dijo: ―Honra a tu padre y a tu madre... no cometerás homicidio, ni cometerás
adulterio, ni robarás, ni darás falso testimonio contra tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu
prójimo...‖ (Deut. 5:16-21, VMH). Desde que Dios dio la ley en el monte Sinaí hasta la
aparición de la iglesia y más allá, se entendió y enseñó que la vida es sagrada en cada etapa.
Promover la justicia social, el cuidado de los pobres y la defensa de los derechos humanos
tienen su base en cada uno de nosotros porque fuimos creados deliberadamente conforme a
la imagen relacional de Dios con valor, dignidad y valía.
Hemos heredado de Dios el sentido de satisfacción y alegría al realizar las cosas mediante
las relaciones. Después de cada acto creador en Génesis, este Dios relacional vio ―que esto
era bueno‖ (Gén. 1:10). El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo encontraron alegría en sus actos
creadores colectivos como Dueño del universo.
Heredamos del Dueño del universo el privilegio y la responsabilidad de ―tener dominio‖
sobre todas las criaturas de la tierra (ver Gen. 1:26). Dios les dijo a los primeros seres
humanos que debían relacionarse adecuadamente entre sí y con su casa, la tierra. Les encargó
que la administraran, que la cultivaran y la guardaran (ver Gen. 2:15). De esta manera Dios
instiló en su creación humana una responsabilidad ambiental para que se relacionaran
amorosamente con el planeta que heredaban.
Dios colocó a los seres humanos en alto sobre el resto de la creación cuando los formó a
su imagen y semejanza relacional. En resumen, esta semejanza con Dios confirió a la raza
humana ciertos dones y obligaciones:






amar a Dios y amarse entre sí como personas
comunicarse de manera eficaz mediante un lenguaje complejo
ser creativos
pensar lógicamente
tomar decisiones morales
defender la dignidad y el valor de toda vida humana, ser el protector de la paz y la
armonía entre todos los pueblos y preservar la unidad y la santidad del matrimonio
entre un hombre y una mujer y la familia
 gobernar y administrar la creación
Es esta dimensión relacional con todas sus ramificaciones la que nos distingue como
creados a imagen de Dios y nos da un significado especial.
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Pasaje:
Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó,
y los bendijo con estas palabras: ―Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y
sométanla‖ (Gén. 1:27, 28, NVI).
Dificultad: ¿Acaso la ciencia de la genética no refuta la idea de que toda la población del
mundo proviene de una sola pareja?
Explicación: Durante los últimos veinte años los investigadores han utilizado la ―genética de
población‖ para calcular el tamaño de la población inicial de la especie humana. Mediante el
estudio de la diversidad genética humana en nuestros días han tratado de extenderse hacia
atrás en el tiempo para determinar el tamaño mínimo de la población humana original
necesario para producir la diversidad que observamos hoy. Algunos han argumentado que es
imposible que la civilización haya venido de una sola pareja humana.
El doctor Francis S. Collins es un médico y genetista que en el año 2007 formó la
Fundación BioLogos, una organización que, promueve la evolución teísta entre los
evangélicos. El doctor Dennis R. Venema, investigador principal de BioLogos para la
ciencia es: presidente del departamento de biología de la Universidad Trinity. Western y
escribe para BioLogos. Él también es un evolucionista teísta que trata de promover la
armonía de la ciencia darwiniana y la fe dentro de la comunidad evangélica.
El doctor Venema afirma que la población humana ―definitivamente nunca fue tan
pequeña como dos‖. Asevera que ―nuestra especie se diversificó como población. Los datos
son absolutamente claros respecto a esto‖3. Asegura que para alcanzar el nivel de diversidad
genética que vemos hoy en día, la población inicial de seres humanos habría tenido que ser
de varios miles de individuos como mínimo, no una pareja.
Sin embargo, no todos los biólogos están de acuerdo con el doctor Venema. Por ejemplo,
la doctora Ann Gauger, investigadora científica principal del Biologic Institute, un
laboratorio de investigación de diseño pro inteligente asentado cerca de la Universidad de
Washington, quien más tarde hizo su trabajo posdoctoral en la Universidad Harvard. En el
capítulo ―La ciencia de Adán y Eva‖, en el libro Science and Human Origins (La ciencia y
los orígenes humanos) escrito en 2012, encuentra que los argumentos de Venema se basaron
en un estudio ya desfasado de los genes implicados en el sistema inmunológico humano que
fue publicado por el genetista Francisco Ayala en 1995.
De acuerdo con la doctora Gauger, estos estudios de genética de población suponen
muchas cosas incluyendo una tasa constante de mutación hereditaria, carencia de selección
natural, ausencia de migración y un tamaño de población constante. Si alguno de estos
supuestos estuviera equivocado, entonces las conclusiones podrían carecer de sentido.
Gauger analizó una vez más los datos de Ayala y encontró que él no pudo controlar dos de
los supuestos, y que analizó una porción del gene conocido por experimentar una tasa
inusualmente alta de mutación, lo que hizo que Ayala sobrestimara dramáticamente las
dimensiones iniciales requeridas de población.
Cuando el análisis se hizo adecuadamente, la doctora Gauger encontró que ―una primera
pareja pudo haber llevado una diversidad genética suficiente que explica‖ la diversidad
genética que observamos hoy en los seres humanos para este gen 4. Constató, además, que la
investigación más reciente revela que este gen muestra patrones conflictivos filogenéticos
que ―no se pueden explicar por la ascendencia común‖ de los seres humanos y los simios 5.
Asimismo, el doctor C. John Collins, profesor de Antiguo Testamentó en el Seminario
Teológico Covenant, cuestiona estas cifras. Cita una investigación llevada a cabo en el año
2006 en Canadá, Francia y Japón que ―indica ambigüedad en la tasa de cambios en la
diversidad genética que se ha utilizado hasta la fecha para calcular las dimensiones
primordiales de la población‖6.
Las teorías sobre la cantidad de personas que inicialmente fueron necesarias en el pasado
remoto para generar la diversidad genética que se observa hoy, según Collins y Gauger, están
lejos de ser una ciencia exacta.
Otro factor que los genetistas a menudo no toman en cuenta es el genoma original de la
primera pareja humana: Adán y Eva. Desde el punto de vista de un creacionista, el ADN
óptimo y la diversidad genética de la primera pareja formada por la mano de Dios es
imposible de cuantificar ya que se ha perdido en el tiempo y potencialmente cambió de
manera radical desde la caída. Pero es razonable pensar que Adán y Eva tuvieron una
fisiología y un genotipo distinto al que poseemos hoy. Después de todo, Adán vivió hasta los
93 años; sin lugar a dudas su biología era diferente de la nuestra. Por 1o tanto, su estructura
biológica pudo haber sido tal que su diversidad genética no se podría comparar con la de los
seres humanos en la actualidad. Si ese es el caso, es probable que no haya ninguna razón
genética que impida que un par inicial de seres humanos haya dado lugar a la diversidad
genética actual en un corto período de tiempo.
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Pasaje:
Dios los bendijo con estas palabras: ―Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y
sométanla‖ (Gén. 1:28, NVI).
Dificultad: ¿Acaso no ordenó Dios las relaciones sexuales entre marido y esposa con el
único propósito de la procreación?
Explicación: Hay quienes creen que las relaciones sexuales en el matrimonio son
exclusivamente para procrear. Sin embargo, la Biblia identifica al menos otras dos razones
por las que Dios dio a los seres humanos el don del sexo.
―Dijo además el SEÑOR Dios: ―No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda
idónea... Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban‖ (Gén. 2:18,
25, VMH). Dios también ideó el sexo dentro del matrimonio para unir a dos personas
emocionalmente, para quitar su soledad, y para crear un vínculo y una unidad.
Ciertamente, el sexo nos fue dado para reproducirnos y tener una familia, pero uno de sus
propósitos adicionales es unir plenamente a una pareja espiritual, relacional y biológicamente
para toda la vida. Cuando se expresa correctamente, el sexo puede satisfacer el deseo y la
necesidad de intimidad del esposo y la esposa. Por eso Jesús dijo: ―Así que ya no son más
dos (el matrimonio], sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el
hombre‖ (Mat. 19:6, VMH). La relación sexual se ha diseñado para expresar la unidad del
matrimonio y la intimidad de la relación entre marido y mujer.
Otro propósito del sexo dentro del matrimonio es el factor recreativo. Procreación e
intimidad son factores muy importantes en el sexo, pero el sexo marital fue hecho también
para nuestro placer. El rey Salomón lo expresó de esta manera:
¡Bendita sea tu fuente! ¡Goza con la esposa de tu juventud! Es una gacela amorosa, es
una cervatilla encantadora. ¡Que sus pechos te satisfagan siempre!
¡Que su amor te cautive todo el tiempo! (Prov. 5:18, 19, NVI).
La relación sexual en el contexto del compromiso entre un marido y su esposa fue ideada
para el placer, para que disfruten jugando entre sí, expresen y profundicen su intimidad, sean
fructíferos y se multipliquen.
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Pasaje:
Así fueron terminados los cielos y la tierra y todos sus ocupantes. El séptimo día Dios había
terminado la obra que hizo, y reposó en el séptimo día de toda la obra que había hecho. Por
eso Dios bendijo y santificó el séptimo día, porque en el reposó de toda su obra de creación
que Dios había hecho. Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra, cuando fueron
creados (Gen. 2:1-4, VMM).
Dificultad: ¿Creó Dios el mundo en seis días de 24 horas, o tiene miles de millones de años
de antigüedad como sugiere la datación científica?
Explicación: Hay una amplia variedad de teorías que los cristianos han presentado y
entendido respecto a la duración de la creación en el libro de Génesis. Estas son algunas de
las explicaciones más comunes:
La teoría de la brecha postula que pasaron varios eones (o edades) entre Génesis 1:1 y
Génesis 1:2, dejando posiblemente restos vegetales y animales en los fósiles que ahora
encontramos. Parte de esta teoría postula que Satanás fue lanzado a la tierra y la destruyó,
dejándola ―desordenada y vacía‖, como se describe en Génesis 1:2. Esto se basa, en parte, en
el supuesto de que Dios nunca crearía algo tan caótico como lo que se narra en el segundo
versículo del capítulo. El tiempo transcurrido entre los versículos 1 y 2 podría ser de
millones de años. Este punto de vista ha perdido el respaldo de los círculos académicos.
La teoría del día/edad sostiene que cada día de la creación abarcó extensos períodos de
tiempo. Esta teoría gira en torno a los datos científicos a favor de una edad mayor para la
tierra, así como en torno a la definición de la palabra hebrea yom o ―día‖ para los seis días de
la creación de Génesis 1. ¿Equivale un día a 24 horas o a un periodo de tiempo en general,
como ―el día de angustia‖ (Sal. 20:1, VMH)? Los que apoyan esta teoría dicen que el día no
está limitado a 24 horas. También se refieren al dicho de Pedro: ―un día es como mil años‖
(2 Ped. 3:8).
La teoría de la creación progresiva sugiere que Dios pudo haber dirigido un proceso
evolutivo general e intervenido en puntos estratégicos tales como impartir vida a la primera
célula o infundir un alma en los homínidos. Esta teoría utiliza algunos elementos de la teoría
del día/edad para explicar los seis días de la creación. Es importante reconocer la diferencia
entre esta posición y la teoría de Darwin. La creación progresiva sugiere que Dios participó
orientando el proceso hacia un fin deseado. Por lo tanto, los creacionistas progresivos creen
que existe un diseño inteligente. En contraste, la evolución darwinista carece de un diseño
inteligente y es completamente materialista.
La teoría del día solar de 24 horas consiste en que Dios creó todas las cosas en su plena
madurez en seis días solares de 24 horas (esta postura se asocia por lo general con el
creacionismo de la tierra joven). Esto significa que el universo y todo lo que contiene tiene
la apariencia de haber pasado por una etapa de desarrollo. Ejemplos de esto serían Adán y
Eva que fueron creados totalmente desarrollados, y el vino que Jesús creó en Caná
totalmente fermentado en un instante de tiempo. Esto explicaría el aspecto de la tierra de
millones de años de edad, mientras que en realidad fue creada recientemente en el espacio de
unos cuantos miles de años. Los creacionistas de la tierra joven creen que la evidencia fósil y
los datos geológicos también pueden explicarse si apelamos al diluvio universal de Noé.
Desde esta óptica, la tierra tiene entre 6.000 y 10.000 años de edad.
La teoría de la estructura estima que los siete días de la creación son una estructura
figurativa. Mientras que Génesis 1 registra eventos históricos reales, tales como la creación
de la luz y los animales, estos se presentan en una estructura literaria no secuencial de una
semana de siete días. Los proponentes de la teoría de la estructura señalan cómo los días de
la creación forman una estructura de dos triadas paralelas, la primera triada (días 1 – 3)
incluye la creación de los ―reinos de la luz‖ (día 1), el cielo y los mares (día 2), la tierra seca
y la vegetación (día 3). La segunda triada (días 4 – 6 comprende la creación de los ―reyes de
las criaturas‖ que ejercen dominio sobre esos reinos. Asimismo, Dios crea las luminarias (día
4), las criaturas marinas y los seres alados (día 5), los animales de la tierra y el hombre (día
6). Los partidarios de la teoría de la estructura hacen notar que los relatos de la tentación de
Jesús en los Evangelios están registrados en un orden cronológico diferente (Mat. 4:1-11;
Luc. 4:1-13), sin embargo, esto no disminuye la historicidad de la tentación7.
Hay otros, como el doctor John H. Walton, profesor de Antiguo Testamento en cl
Wheaton College, quien cree que erróneamente vemos en el relato del Génesis nuestras
preocupaciones modernas sobre los orígenes materiales de la vida. Walton sostiene que
Génesis no se escribió para darnos una explicación científica del origen del universo. Más
bien se centra en cuestiones metafísicas de cómo Dios ordenó el universo. Afirma que el
registro bíblico describe cómo el cosmos fue creado para que fuera un templo, un lugar
donde Dios deseaba residir con su creación. Según el doctor Walton, en los da 1 – 3 se
establecen las funciones del universo, mientras que en los días 4 – 6 se instituyen los
funcionarios (el vehículo a través del cual el mundo creado debía funcionar). En el día
séptimo Dios estableció su residencia en el mundo que creó. Walton sostiene que en la mente
hebrea Génesis 1 presenta al cosmos en su estado original como residencia de Dios en su
templo con su creación.
Pero hay otros, como el doctor John Sailhamer, un erudito del hebreo y el Antiguo
Testamento del Seminario Teológico Bautista Southeastern, que proponen una especie de
―teoría de la brecha modificada‖. Afirma que la palabra principio puede referirse a un
período de tiempo posiblemente largo e indefinido. Sailhamer cree que, mientras que el
universo en funcionamiento fue creado en algún momento ―en el principio‖, la declaración
de vida de Dios (Gén 1:3) señala el arribo de la salida del sol y las ciudades. Percibe en
Génesis 2 y el material que sigue una descripción de Dios que prepara la tierra prometida
para su pueblo escogido.
Reconocemos que hay cristianos que creen en la Biblia, que son maduros y de buena
voluntad que están en desacuerdo con la cuestión de la edad de la tierra y de cómo debe
interpretarse Génesis 1. Si bien estos temas son importantes, no son esenciales y no deben
dividir a los cristianos. La verdad más importante que Génesis 1-2 nos ofrece es que el Dios
personal es el Creador de todas las cosas y que los seres humanos son su creación especial
con los que desea tener una relación.
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Pasaje:
Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo
cultivara y lo guardara. Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del
huerto podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque
el día que de él comas, ciertamente morirás (Gen. 2:15-17, BA).
Dificultad: Está claro que Adán no murió el día que pecó; en realidad vivió 930 años.
Entonces, ¿es exacto este pasaje de la Biblia?
Explicación: Adán y Eva padecieron la ―muerte‖ el día que desobedecieron a Dios. Pero
para entender de qué muerte se trata tenemos que comprender un poco la naturaleza de Dios
y su relación con la primera pareja humana.
La Biblia nos dice que Dios es todopoderoso (ver Job 42:2) y vive para siempre; es decir,
es eterno (ver Isa. 40:28). Jesús dijo: ―Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así
también dio al Hijo el tener vida en sí mismo‖ (Juan 5:26, VMH). Y es Dios el Hijo,
conocido también como la Palabra, por medio de quien Dios creó todas las cosas, ―y sin ella
no fue hecho nada de lo que ha sido hecho. En ella estaba la vida‖ (Juan 1:3, 4, VMH). La
vida de Adán y Eva provenía de Dios, y ellos dependían continuamente de Él para sostener
esa vida.
En Dios no solo hay vida sino amor, gozo, paz, bondad y todo lo que trae felicidad,
sentido y propósito a nuestra existencia. Santiago decía: ―Todo lo que es bueno y perfecto
desciende... de Dios nuestro Padre‖ (Stg. 1:17). Así que si Adán y Eva dependían de Dios,
como todo lo demás, para el sostenimiento de la vida, el amor, el gozo, la bondad, etcétera,
¿qué pasaría si de alguna manera se desconectaran de esa fuente de vida y amor? Morirían.
Morir es separarse de la vida y el amor.
Dios no solo es el creador eterno y el sustentador de la vida; su naturaleza esencial es la
santidad y la pureza. ―Bueno y recto es el SEÑOR; por eso él enseñará a los pecadores el
camino" (Sal. 25:8, VMH). ―El SEÑOR, mi roca, es recto... en él no hay injusticia‖ (Sal.
92:15, VMH). Él es ―el Santo y Verdadero" (Apoc. 3:7, VMH).
Dios es perfectamente santo y sin pecado. No puede relacionare con el pecado sin violar
su naturaleza. La Biblia dice de Él, ―Eres demasiado limpio como para mirar el mal; tú no
puedes ver el agravio‖ (Hab. 1:13, VMH). Es tan santo que no puede permitir el pecado en
ninguna forma. Así que para preservar su santidad solo hay una cosa que podemos hacer
cuando nos enfrentamos al pecado separarnos de Él.
La razón por la que la Biblia afirma que la ―la paga del pecado es muerte‖ (Rom. 6:23,
VMH) está en que Dios, el sustentador de la vida, se ha separado de los pecadores. La Biblia
dice que cuando Adán pecó, ―el pecado entró en el mundo... y por medio del pecado entró la
muerte (separación de Dios); fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos
pecaron‖ (Rom. 5:12, NVI).
Es verdad que Adán y Eva no murieron el día en que desobedecieron a Dios, pero
murieron espiritualmente ese día porque se separaron relacionalmente de Dios; el proceso de
la muerte física comenzó de inmediato. Al romperse la relación con Dios se separaron de la
fuente de la vida eterna, y era solo cuestión de tiempo para que la muerte física los alcanzara.
Así que el mismo día en que Adán y Eva pecaron, murieron espiritualmente y su separación
de Dios a la postre dio lugar a la muerte física.
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Pasaje:
Dijo además el SEÑOR Dios: ―No es bueno que el hombre este solo; le haré una ayuda
idónea‖... y mientras dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. Y de la
costilla que el SEÑOR Dios tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre. Entonces
dijo el hombre: ―Ahora, esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada
‗mujer‘, porque fue tomada del hombre‖ (Gen. 2:18, 21-23, VMH).
Dificultad: Puesto que Dios creó a la mujer del hombre para que fuera su ―ayuda‖, ¿significa
eso que las mujeres no están en pie de igualdad con los hombres?
Explicación: Dios dijo: ―Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza... hombre y mujer los creó‖ (Gén. 1:26, 27, VMH). La mujer fue hecha en la
misma imagen y semejanza de Dios como el hombre. A los hombres no se les dio una
imagen superior de Dios, como si Dios hubiera creado a las mujeres con una imagen inferior.
La Biblia también dice que Dios hizo a la mujer para que fuera ―ayuda‖ del hombre.
Algunos creen que este papel de ―ayudadora‖ significa que Dios creó a las mujeres para que
fueran como siervas o asistentes de los hombres. Sin embargo, la palabra hebrea traducida
―ayuda‖ es ezer, la cual denota a uno que rodea, protege o ayuda. Esta es la palabra que
Jacob empleó para referirse a Dios cuando dijo: ―El Dios de tu padre... te ayudara‖ (Gen.
49:25, VMH, cursivas añadidas). También la utilizó Moisés cuando expresó: ―El Dios de mi
padre me ayudó‖ (Éxo. 18:4. VMM, cursivas añadidas).
El salmista David la usó en varias ocasiones en pasajes como este: ―Nuestra alma espera
en el SEÑOR; Él es nuestra ayuda y nuestro escudo‖ (Sal. 33:20, VMH, cursivas añadidas).
Los escritores del Antiguo Testamento representan principalmente a Dios como el ezer, el
que nos rodea y ayuda. Esto de ninguna manera señala un papel de siervo humilde sino la
noble función de brindar ayuda a quien la necesita. Y muchos hombres hoy en día admiten
que necesitan el auxilio y la ayuda no solo de Dios sino de la experimentada ayuda y auxilio
de una mujer en la persona de la esposa.
Cuando Dios creó a la mujer como un igual a semejanza de Dios para ayudar al varón, esta
función era altamente apreciada y no se la veía como inferior o de servidumbre. Dios
consideró que el hombre necesitaba una mujer y eso tampoco quería decir que él era inferior.
La mujer no es inferior por ser una contraparte o compañera del hombre, y el hombre no es
débil por necesitar de una mujer.
En realidad. Génesis otorga a la mujer un alto valor. Hay cientos de otros relatos de la
creación en el antiguo Cercano Oriente además de Génesis y, sin embargo, solo Génesis
culmina de forma excepcional con la creación de la mujer. Los relatos de la creación
babilónicos, sumerios y mesopotámicos no consideran a la mujer como digna de mención
pero el relato bíblico presenta a la mujer como el acto final de una creación progresiva. La
Biblia valora a la mujer.
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Pasaje:
Entonces dijo el hombre: ―Ahora, esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será
llamada ‗mujer‘... El hombre llamó el nombre de su mujer Eva, porque ella sería la madre de
todos los vivientes (Gen. 2:23; 3:20, VMH).
Dificultad: ¿Fueron Adán y Eva personajes reales o simplemente una alegoría bíblica para
enseñamos sobre el bien y el mal?
Explicación: Como vimos en respuesta a Génesis 1:27, 28, no hay buenas razones genéticas
por las que debamos rechazar la creencia en Adán y Eva. A pesar de lo que la Biblia enseña
claramente sobre este tema hay un número creciente de cristianos que se preguntan si Adán y
Eva fueron personajes históricos reales. Ven a Adán, Eva y la historia de la creación como
una metáfora, un relato en el que la primera pareja es una representación alegórica de cómo
la humanidad primitiva interactuó con la revelación divina. Muchos de los que adoptan este
punto de vista, como los asociados a la Fundación BioLogos, que promueve la evolución
teísta, tuercen las Escrituras para alinearse con la teoría evolucionista.
Por ejemplo, Peter Enns, un exinvestigador de la Fundación BioLogos, sostiene que un
Adán literal como creación especial sin antepasados evolutivos está ―en desacuerdo con todo
lo demás que sabemos sobre el pasado a partir de las ciencias naturales y los restos
culturales‖. Al leer los primeros capítulos de Génesis dice: ―La Biblia misma invita a una
lectura simbólica al usar imágenes de una batalla cósmica y trazar paralelos entre Adán e
Israel‖. Después de explorar varias interpretaciones de Génesis, Enns se une a los que ven en
los pasajes de Génesis sobre Adán ―una historia de los orígenes de Israel‖, no del origen de
toda la humanidad, en cuyo caso no hay conflicto fundamental con la teoría evolucionista 8.
Un artículo en la revista Christianity Today señaló que el comentario del evangelista
británico Derek Kidner sobre Génesis, proponía un concepto ―tentativo‖ que podría encajar
con la teoría de los genetistas sobre el origen humano con una población mayor. Kidner creía
que era concebible que los ―preadamitas‖ y los ―adamitas‖ de la misma población genética
existieran simultáneamente, pero sin un ―puente natural del animal al hombre‖. Después de
que Dios plasmó su imagen en Adán, hizo lo mismo con los demás que existían entonces,
―para introducirlos en el mismo reino del ser‖. En opinión de Kidner, ―la jefatura de Adán se
extendió, si tal fuera el caso, hacia el exterior de sus contemporáneos, así como en adelante a
su prole, y su desobediencia desheredó a ambos por igual‖9.
Hay otras explicaciones que tratan de la ―genómica de la población‖ que no niegan la
existencia de Adán y Eva ni que vivieron en el Jardín del Edén (ver la Explicación a Gén.
1:27, 28). Tratar de reinterpretar el relato de Génesis para adaptarlo a la idea de la evolución
darwiniana suscita muchos problemas de interpretación bíblica.
En Génesis 2 se afirma: ―Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra‖ (Gén. 2:4,
VMH). La frase ―estos son los orígenes‖ (literalmente ―estas son las generaciones‖) se repite
en Génesis. En el capítulo 5 se dice: ―Este es el libro de los descendientes de Adán. Cuando
Dios creó al hombre, lo hizo a semejanza de Dios...‖ (Gén. 5:1, VMH). Este ―libro‖ nos
proporciona un registro histórico de la genealogía de Adán por vía de Set que traza diez
generaciones hasta Noé. Luego, en el capítulo seis leemos: ―Esta es la historia de Noé…‖
(Gén. 6:9, VMH), y aparecen otras diez generaciones desde Noé hasta Abraham.
Si Adán y Eva realmente no existieron, eso significa que el ―libro‖ no es ningún registro
histórico. De hecho, si Adán no fue una persona real entonces el apóstol Pablo estaba
rotundamente equivocado, porque afirmaba: ―Así como el pecado entró al mundo por medio
de un solo hombre, y la muerte por medio del pecado, así también la muerte pasó a todos los
hombres, por cuanto todos pecaron‖ (Rom. 5:12, VMH). Es evidente que Pablo creía que
Adán era un personaje histórico real.
Tim Keller, pastor de la iglesia presbiteriana Redeemer en Manhattan, da su opinión sobre
este asunto:
Pablo definitivamente quiso enseñarnos que Adán y Eva eran personajes históricos
reales. Si usted se niega a tomar literalmente a un autor bíblico, cuando este
claramente desea que lo tome de esta manera, se aparta de la noción tradicional de la
autoridad bíblica... Si Adán no existe, todo el argumento de Pablo (que el pecado y la
gracia funcionan bajo los términos del pacto) se viene abajo. No se puede afirmar que
―Pablo fue un hombre de su tiempo‖ y a la vez rechazar su instrucción básica sobre
Adán. Si no creemos lo que él cree, negamos la esencia de su enseñanza10.
En Mateo 19:4-6 Jesús cita Génesis 1:27 sobre la creación de Adán y Eva, ¿También se
equivocó gravemente Jesús cuando afirmó la existencia de una primera pareja literal?
¿También erró Lucas al asentar en el relato de la genealogía de Jesús que ―Set‖ fue ―hijo de
Adán‖ y Adán ―hijo de Dios‖ (Luc. 3:38)?
El pastor Richard Phillips de Carolina del Sur, bloguero con la Alliance of Confessing
Evangelicals y presidente de la Philadelphia Conference on Reformed Theology, señala que
sería un grave peligro doctrinal si el Adán histórico desapareciera. Pregunta: ―¿Puede ser
cierta la teología bíblica si los acontecimientos históricos en los que se basa son falsos?‖11.
La Biblia no solo es un libro teológico; también narra la historia de cómo fuimos creados por
Dios, de qué manera el pecado entró a la raza humana y cómo el plan milagroso de Dios
consiste en redimir a sus hijos perdidos y restaurar todas las cosas a su diseño original.
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Pasaje:
Entonces la serpiente, que era el más astuto de todos los animales del campo que el SEÑOR
Dios había hecho, dijo a la mujer: ―¿De veras Dios les ha dicho: ‗No coman de ningún árbol
del jardín‘‖? (Gén. 3:1, VMH).
Dificultad: ¿De dónde salió la idea de que la serpiente del jardín del Edén era el diablo?
Explicación: Hay una serie de razones por las que a la serpiente del jardín del Edén se la
considera como la encarnación de Satanás. Apocalipsis describe un momento cuando Miguel
y sus ángeles guerrearon contra Satanás y sus ángeles. Esto ocurrió cuando el maligno fue
expulsado del cielo. La Biblia lo describe como ―el gran dragón, la serpiente antigua que se
llama diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo‖ (Apoc. 12:9, VMH). Más adelante
en este mismo libro se menciona un período de tiempo en el que Satanás fue encerrado en un
pozo sin fondo. ―Él prendió al dragón, aquella serpiente antigua quien es el diablo y Satanás,
y le ató por mil años‖ (Apoc. 20:2, VMH).
En ambos casos, se identifica a Satanás como la serpiente ―antigua‖. Los eruditos creen
que esta es una clara referencia a la serpiente del jardín del Edén.
Otra indicación de que la serpiente era Satanás se encuentra en Génesis. Dios dijo: ―Y
pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia: esta te
herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón‖ (Gén. 3:15, VMH). Este versículo es profético
porque la descendencia de la mujer es, por supuesto, Cristo. Las palabras ―ti y la mujer‖
(cursivas añadidas) se destacan como excepcionales y proféticas por una razón fundamental.
La referencia a Génesis 3:15 apunta específicamente a la descendencia de la mujer y no al
hombre, porque Jesús nació de manera sobrenatural de una virgen (ver Isa. 7:14). Fue Jesús,
el perfecto Hijo de Dios quien derrotó a la serpiente antigua. ―Él participó también de lo
mismo para destruir por medio de la muerte al que tenía el dominio sobre la muerte (este es
el diablo)‖ (Heb. 2:14, VMH). La serpiente antigua pudo haber sido un instrumento en la
muerte de Jesús pero, al final, fue la victoria de Jesús sobre la muerte la que rompió el poder
de la serpiente.
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Pasaje:
Luego [Dios] le dijo a la mujer: ―Haré más agudo el dolor de tu embarazo, y con dolor darás
a luz. Y desearás controlar a tu marido, pero él gobernará sobre ti‖ (Gén. 3:16).
Dificultad: ¿Consistió la maldición de Dios sobre la mujer en que siempre sería dominada
por el hombre?
Explicación: La desobediencia de Adán y Eva trajo consigo consecuencias negativas. Estas
consecuencias se extendieron a toda la humanidad y al planeta tierra. Entre estas se cuentan
la muerte física y espiritual, el aumento del dolor físico en la maternidad, el dominio del
esposo sobre la esposa, y la maldición de la tierra que afectó a la vida de las plantas y
dificultó la producción de cultivos (ver Gén. 3:14-19). Pero estos resultados negativos no
iban a ser la norma para siempre. Ya desde antes de crear al hombre Dios mismo puso en
marcha un plan para revertir estos mismos resultados. Planeó enviar a su Hijo no solo para
ofrecer vida eterna a los seres humanos que estaban muertos en sus pecados sino para
revertir a la larga los efectos del pecado sobre el planeta entero y la vida anima (ver Isa. 25:7,
8 y 65:17).
De modo que nosotros, como hijos de Dios ¿debemos quedarnos quietos y no ayudarle en
su plan redentor y restaurador? Por supuesto que no. Hemos descubierto nuevas y mejores
formas de explotación agrícola para incrementar la productividad de los cultivos de la tierra
con el fin de obtener cosechas mejores y más sanas. Nos hemos beneficiado de los modernos
descubrimientos médicos para aliviar el dolor del proceso del parto. No aceptamos estas
consecuencias negativas del pecado y no deseamos vivir con ellas; tomamos la iniciativa
para contrarrestarlas. Ni tampoco debemos aceptar los resultados negativos de los esposos
que dominan a sus esposas. Esta no fue la intención de Dios en el principio, y es evidente
que no quiere este tipo de relación distorsionada para hoy. Nadie debe enseñorearse del otro.
Mientras que el Nuevo Testamento enseña que las esposas deben someterse a sus esposos,
esto de ninguna manera significa un acto opresivo. En realidad, la Biblia ordena que todos
nos sometamos unos a otros (ver Efe. 5:21). Jesús hizo resonar claro y fuerte en Marcos
10:42-44 que hombres y mujeres deben servirse unos a otros y él mismo se incluyó: ―Porque
el Hijo del Hombre tampoco vino para ser servido sino para servir y para dar su vida en
rescate por muchos‖ (Mar. 10:45, VMH).
El hecho de que los esposos y las esposas compartan diferentes roles no quiere decir que
las mujeres deban ser dominadas. El pecado trajo consecuencias negativas a nuestras
relaciones pero Dios no quiere que esto continúe. Su deseo es que los esposos y las esposas
se respeten y amen mutuamente como nos lo demostró por medio de Cristo. (Para mayor
información sobre la relación esposo-esposa ver la Explicación de Efe. 5:22, 23 y 5:28).
Jesús afirmó los derechos de la mujer cuando le habló a la mujer samaritana (Juan 4:1-42).
Afirmó a María cuando se sentó a sus pies como lo hacían sus discípulos. Jesús elogió
grandemente a la mujer que lo ungió antes de su muerte (Mar. 14:3-9). Para Jesús las
mujeres son iguales a los ojos de Dios. En términos de las relaciones humanas, Dios no ve
ninguna diferencia significativa entre varón y hembra. Como ya lo expresamos, los esposos y
las esposas pueden tener funciones diferentes pero esto no hace a uno superior al otro para
que lo domine. El apóstol Pablo dejó muy en claro que en Dios no hay favoritismos:
Así que, todos son hijos de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús porque todos los
que fueron bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego,
no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos ustedes son uno en Cristo
Jesús. Y ya que son de Cristo, ciertamente son descendencia de Abraham, herederos
conforme a la promesa (Gal. 3:26-28, VMH).
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Pasaje:
Y el SEÑOR Dios dijo:
—He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el
mal. Ahora pues, que no extienda su mano, tome también del árbol de la vida, y coma y viva
para siempre. Y el SEÑOR Dios lo arrojó del jardín de Edén, para que labrara la tierra de la
que fue tomado. Expulsó, pues, al hombre y puso querubines al oriente del jardín de Edén, y
una espada incandescente que se movía en toda dirección, para guardar el camino al árbol de
la vida (Gén. 3:22-24, VMH).
Dificultad: ¿Por qué Dios les negaría a Adán y Eva el acceso al árbol de la vida que les
permitiría vivir para siempre?
Explicación: El plan original de Dios era que los seres humanos disfrutaran de una relación
ininterrumpida con él. Deseaba que Adán Eva y todos sus descendientes vivieran la vida de
gozo y felicidad que brota de Él. La fuente perpetua de toda bondad en la vida provenía de la
naturaleza santa y perfecta de Dios. Quería que los seres humanos experimentaran esa clase
de existencia por toda la eternidad. Pero les dio a elegir.
Dios le dio a la primera pareja el poder de escoger entre amarlo desinteresadamente y
creer que Él sabía qué era lo mejor, o amarse a sí mismos de una manera egoísta y creer que
ellos sabían lo que era mejor. Quería que los seres humanos confiaran en que Él (el Dios
infinito, sabía qué era lo mejor para ellos (humanos finitos). Anhelaba que ellos,
cumplidamente lo pusieran en primer lugar y aprendieran que esta manera de vivir era el
camino a la alegría, la paz y la bondad. Si la primera pareja hubiera seguido por esa senda sin
duda se les habría dado acceso perpetuo al árbol de la vida.
Pero, dado que Adán y Eva decidieron no confiar en Dios, el, pecado entró al mundo y con
él siguieron un dolor y sufrimiento inconmensurables. Esto quebrantó el corazón de Dios
(ver Gén. 6:6). Ciertamente quería que los humanos vivieran para siempre, pero no en un
estado de perpetuo dolor, angustia, enfrentamiento egoísta, celos, codicia y separación de Él.
Fue así que les impidió que comieran del árbol de la vida. Sin embargo, no estaba satisfecho
con dejar a los seres humanos en ese estado de pecado. Por eso puso en práctica un plan de
salvación en el que el Hijo se sacrificaría y llegaría a ser el medio para levantar de la muerte
a sus hijos perdidos y llevarlos a la vida eterna.
La próxima vez que leamos sobre el árbol de la vida será en el libro de Apocalipsis, en la
descripción del nuevo cielo, la nueva vida y la nueva Jerusalén. El agua de la vida fluye del
trono de Dios y ―a uno y otro lado del río, está el árbol de la vida... Las hojas del árbol son
para la sanidad de las naciones‖ (Apoc. 22:2, VMH). Una vez que Jesús finalmente destruya
el pecado y la muerte (ver 1 Cor. 15:24-28), los que confiaron en él tendrán acceso al árbol
de la vida para siempre.
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Pasaje:
Y el SEÑOR Dios lo arrojó del jardín de Edén, para que labrara la tierra de la que fue
tomado (Gén. 3:23, VMH).
Dificultad: Este es quizás el pasaje más triste de toda la Biblia. ¿Qué hace Dios para
restaurar el ―paraíso perdido‖?
Explicación: Los 66 libros de la Biblia cuentan la historia de quién es Dios y quiénes somos
como seres humanos (la creación), qué hizo en respuesta al pecado del hombre y cómo forma
nuestro propósito en la vida (la encarnación), en qué consiste su proyecto de restauración y
hacia dónde vamos (recreación).
El registro histórico de la creación, la encarnación (Dios quien toma forma humana) y la
recreación propuesta conforman la arrolladora historia que va desde el Génesis hasta el
Apocalipsis. La Biblia ofrece la respuesta de Dios a una raza humana caída en tres profundas
declaraciones.
Identificamos estas tres declaraciones en nuestro libro titulado The Unshakable Truth (La
verdad inconmovible). Las ofrecemos aquí para explicar lo que Dios hizo y está haciendo
para restaurar el paraíso perdido, escrito en primera persona, como si Dios estuviera
hablando:
Declaración de la creación de Dios
Yo soy Dios. Yo hablé y el mundo fue hecho. Les he entregado mis palabras con
precisión para que puedan conocerme y entiendan mi verdad. Los he creado a mi
semejanza con el propósito de tener una relación con ustedes. En esa relación
encontrarán alegría al saber quiénes son, por qué están aquí y hacia dónde van.
Sin embargo, ustedes no confiaron en lo que les he dicho. Han pecado al desobedecer
mi verdad y el pecado les trajo la muerte, la separación de mí. Este alejamiento ha
dado lugar a la deformación de mi imagen y semejanza en ustedes, y como resultado
ustedes sufrieron inmensamente. Porque soy un Dios de relaciones esto me ha roto el
corazón.
Declaración de la encarnación de Dios
Porque yo soy también un Dios que redime y quiero recuperar mi relación con
ustedes, he proporcionado la única solución a su problema de pecado y muerte. He
entrado al mundo en forma humana con la misión de redimirlos y transformarlos de
nuevo a mi imagen. Esto requiere que expíe su pecado entregando mi vida humana. Si
aceptan mi provisión para su salvación, la cual les ofrezco en amor y gracia, ustedes
y yo podemos restablecer nuestra relación.
Declaración de la recreación de Dios
No puedo cumplir mi misión de redimirlos eternamente a menos que conquiste la
muerte mediante la resurrección de Cristo, y establezca mi reino eterno en una nueva
tierra y un nuevo cielo. Ustedes deben unirse a nosotros (el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo quien les da poder), en nuestra misión para establecer primero nuestro
reino en el corazón y la mente de hombres y mujeres. Llevaremos a cabo esta misión
mediante el cuerpo de Cristo, la iglesia, y a su regreso todas las cosas serán
restauradas eternamente a mi diseño original.
Hago esto porque yo también soy un Dios que restaura.
Cuando Dios estableció un pacto con Abraham y, mediante él, con los hijos de Israel puso
en marcha su promesa de redención y restauración para toda la raza humana. Con el futuro
retorno de Cristo se cumplirá la promesa de restaurar el paraíso perdido.
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Pasaje:
Caín conoció a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc. Caín edificó una ciudad a la cual
llamó según el nombre de su hijo Enoc (Gén. 4:17, VMH).
Dificultad: ¿Dónde consiguió Caín a su mujer, y de donde vino la gente que construyó la
ciudad?
Explicación: La Biblia registra solo tres personas en la tierra cuando Caín se casó: Adán,
Eva y Caín (Abel había sido asesinado). Así que no sabemos con exactitud cuándo se casó
Caín ni con quién se casó. Tampoco sabemos con seguridad cuántos hijos tuvieron Adán y
Eva durante su vida. Pero sí sabemos que Adán ―engendró hijos e hijas‖ (Gén. 5:4) y que
vivió 930 años. También sabemos que la gente de esa época vivía un promedio de 800 años.
Así que una población considerablemente grande pudo haberse desarrollado muy
rápidamente.
Sin duda Caín se casó con una hermana, sobrina o sobrina nieta. Al parecer, en un
principio, los hijos y las hijas de la primera pareja tuvieron que casarse entre sí para poblar la
tierra.
La Biblia simplemente no nos dice en qué momento de su vida Caín asesinó a su hermano,
se casó o construyó su ciudad. Incluso pudieron haber pasado varios cientos de años antes de
que se llevaran a cabo todos estos eventos lo que permitió que la población creciera lo
suficiente para construir una ciudad.
Todo esto plantea la cuestión del incesto. Si la Biblia prohíbe el incesto, según la ley de
Moisés, ¿cómo explicamos todos estos matrimonios entre hermanos? Ya que Adán y Eva
fueron creados directamente por Dios y eran perfectos podemos suponer que su acervo
genético era perfecto. Por lo tanto, casarse con parientes y tener hijos probablemente no
habría producido una descendencia defectuosa.
Sin embargo, cuando el pecado entró en el mundo le siguieron la muerte, la enfermedad y
la destrucción; y este acervo genético gradualmente se corrompió. Si el pecado no hubiera
entrado al mundo es posible que nunca hubiera habido un problema genético con el
matrimonio entre parientes.
Pero después de cientos de años, las enfermedades causaron estragos en la genética
humana lo que resultó en nacimientos mutantes y defectuosos de las relaciones entre
parientes. Esa es, probablemente, la razón por la que el incesto se prohibió en la época de
Moisés. Desde el punto de vista biológico, es de suponer que era peligroso y podría resultar
en hijos deformes, retrasados mentales o defectuosos en otros sentidos.
Además del problema biológico que surge del incesto, también hay una cuestión ética.
Cuando Dios le dio la ley a Moisés el incesto fue declarado pernicioso por razones morales,
y esto es aun más importante que el aspecto biológico (ver Lev. 18:16-18).
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Pasaje:
Lamec tomó para sí dos mujeres. El nombre de la una fue Ada; y el nombre de la otra, Zila
(Gén. 4:19, VMH).
Dificultad: ¿Permite la Biblia la poligamia?
Explicación: La Biblia nos enseña lo que es correcto y lo incorrecto (2 Tim. 3:16). Pero la
Biblia es también la historia de un pueblo y una nación. Registra guerras, asesinatos,
violación, incesto y una serie de otros eventos trágicos pero no señala específicamente en
cada caso el error y el pecado. Sin embargo, en la mayoría de los casos explica las
consecuencias negativas de estas acciones.
Lamec, el séptimo desde Adán en la línea de Caín, es el primer polígamo registrado. Sin
embargo, su vida estuvo marcada por el asesinato, la rebelión y una actitud desafiante. Es
evidente que Lamec no honraba el propósito de Dios respecto el matrimonio como está
establecido en Génesis 2:24. Más tarde, Dios haría saber su dictamen sobre la importancia de
que los hombres se unan en matrimonio con una mujer (la esposa de tu juventud) en
Proverbios 5:18, 19; Malaquías 2:14, 15; Marcos 10:2-8 y 1 Corintios 7:2-10.
En la ley moral Dios prohibió la poligamia. ―No te casarás con la hermana de tu esposa,
[Lit. ―una mujer a su hermana‖] ni tendrás relaciones sexuales con ella mientras tu esposa
viva, para no crear rivalidades entre ellas‖ (Lev. 18:18, NVI). El texto hebreo utiliza la frase
―una mujer a su hermana‖ y ―un hombre a su hermano‖ en numerosas ocasiones. Esto no se
refiere a una hermana o un hermano literal. Más bien, en este pasaje es como si dijera ―no
tomarás una esposa además de la que ya tienes‖.
La palabra clave en este versículo es rival (del hebreo tsará). El resultado de casarse con
otra mujer es que crea una esposa rival. A lo largo de las Escrituras, cuando surgió la
poligamia la siguieron consecuencias desastrosas. Abraham tomó a Hagar además de su
esposa Sara y nació Ismael (Gén. 16:3-11). Y la rivalidad fue profetizada por el ángel del
Señor: ―Él [Ismael] será como un asno montés, un hombre cuya mano estará contra todos, y
las manos de todos estarán contra él‖ (Gén. 16:12, VMH). Jacob experimentó las funestas
consecuencias de tener a Raquel y a Lea como esposas (Gén. 30). Ana, la esposa de Elcana,
padeció la burla de Penina la esposa rival (1 Sam. 1:6). Mientras que la Biblia tiene muchos
ejemplos de poligamia, en ningún caso estuvo presente la bendición de Dios.
El rey Salomón fue quizás el más ―grande‖ de los polígamos. Tuvo 700 esposas y 300
concubinas (1 Rey. 11:3). Hizo esto en franca desobediencia a las instrucciones que Dios dio
a los reyes de Israel: ―‗No se unan a ellos ni ellos se unan a ustedes, no sea que hagan desviar
sus corazones tras sus dioses‘. A estas Salomón se apegó con amor...Y sus mujeres hicieron
que se desviara su corazón‖ (1 Rey. 11:2, 3, VMH). Salomón, al igual que muchos en el
Antiguo Testamento, violó el propósito original de Dios de un hombre y una mujer para que
fueran ―uno‖ en el matrimonio, y pagó las trágicas consecuencias.
Por el contrario, Set obedeció los mandamientos de Dios; su vida y su descendencia
pintan un cuadro de la bendición divina. Al igual que Lamec, Enoc fue también el séptimo
desde Adán, pero en la línea de Set. Y es en esta línea que ―se comenzó a invocar el nombre
del SEÑOR‖ (Gén. 4:26, VMH). Cuando Enoc tenía 65 años, engendró a Matusalén, la
persona más longeva que registra la Biblia. Y ―Enoc caminó con Dios trescientos años... y
desapareció, porque Dios lo llevó consigo‖ (Gén. 5:22, 24, VMH). Lamec refleja
desobediencia, violencia y destrucción mientras que Enoc irradia obediencia, intimidad con
Dios y la esperanza verdadera de que la muerte no es nuestro destino final.
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Pasaje:
Cuando Adán tenía ciento treinta años, engendró un hijo a su semejanza, conforme a su
imagen, y llamó su nombre Set. Los años que vivió Adán después de engendrar a Set fueron
ochocientos, y engendró hijos e hijas. Todos los años que vivió Adán fueron novecientos
treinta, y murió (Gén. 5:3-5, VMH).
Dificultad: Desde Adán hasta Noé la gente vivió un promedio de más de 800 años. ¿Cómo
pudieron vivir tanto tiempo?
Explicación: La esperanza de vida en los EE.UU. de A. es de menos de 80 años. Se han
hecho algunos progresos en los dos últimos siglos para aumentar el tiempo de vida de los
seres humanos, pero añadir 20 o 30 años más no nos acerca a la larga vida de los primeros
pobladores del planeta. Parece imposible vivir hasta los 800 o 900 años. Entonces, ¿cómo es
que la gente antes de Noé vivió tanto tiempo?
El proceso del envejecimiento es complejo e incluye una serie de efectos bioquímicos,
endocrinos, nutricionales, biológicos y atmosféricos que actúan en la vida humana. La
investigación en cada una de estas áreas ha demostrado que incluso cambios sutiles pueden
aumentar la esperanza de vida. En el paraíso perfecto donde Dios creó una pareja perfecta, se
esperaría que las condiciones fisiológicas, nutricionales y atmosféricas fueran perfectas.
Incluso después de haber sido separados de Dios por el pecado, los efectos negativos
naturales sobre Adán, Eva y su descendencia pudieron haber sido graduales, lo que les
permitió cosechar todavía los beneficios del paraíso original.
Es significativo el hecho de que hay una clara diferencia en la duración de la vida entre los
que vivieron antes y después del diluvio. Antes del diluvio era común que la medida de la
vida fuera de 900 años. Después del diluvio el tiempo de vida se redujo drásticamente a 100
o 200 años.
El bioquímico Fazale R. Rana y el astrofísico Hugh Ross nos dan una idea de cómo los
cambios atmosféricos pudieron haber afectado la esperanza de vida inmediatamente después
del diluvio.
Un acontecimiento astronómico importante nos explica parcialmente cómo pudo haber
actuado Dios para reducir los largos períodos de la vida humana antes del diluvio. La
radiación cósmica es uno de los factores principales que limitan la expectativa de vida
humana. La radiación cósmica que desciende a la tierra no ha sido uniforme a través
del tiempo, y la mayor parte de la radiación cósmica más destructora que experimenta
la tierra proviene de un evento bastante reciente y cercano (a unos 1.300 años luz de
distancia): la supernova Vela. Una supernova es un raro fenómeno celeste que consiste
en la explosión de la mayor parte del material de una estrella. Se estima que la
supernova Vela entró en erupción aproximadamente en el momento del diluvio.
Antes de la supernova Vela, solo una fracción del nivel actual de radiación cósmica
mortal bañaba la tierra.
Bajo aquellas condiciones de radiación más baja (junto con los ajustes bioquímicos
complementarios) la longitud de vida de hasta 900 años podría haber sido posible. Los
científicos reconocen que esta radiación de más alto nivel bombardeó silenciosamente
la tierra ya que Vela juega un papel importante en la limitación de la expectativa de
vida. Por otra parte, un acontecimiento importante de radiación semejante a Vela
explicaría la curva matemática: la gradual reducción exponencial del lapso de vida que
va de los 900 a los 120 años que el Génesis reporta12.
Estos dos científicos cristianos concluyen sus observaciones sobre los largos períodos de
vida registrados en el Génesis con estas palabras
El éxito de los científicos al alterar el tiempo de vida de algunos organismos
seleccionados (tales como gusanos, levaduras y moscas de la fruta) y sus capacidades
emergentes para aumentar la expectativa de vida humana a través de la manipulación
bioquímica dio verosimilitud científica a los largos periodos de vida registrados en
Génesis 5. Si los seres humanos con su conocimiento y poder limitados pueden alterar
el período de la vida, ¿cuánto más lo puede hacer Dios? Pudo haber utilizado
cualquiera de las cuatro (o más) alteraciones sutiles de la bioquímica humana para
permitir largos períodos de vida. Pudo haber usado la supernova Vela u otros eventos
astronómicos, en combinación con cambios bioquímicos complementarios, para
acortar la longevidad humana13.
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Pasaje:
Aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, les
nacieron hijas. Y viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran bellas, tomaron
para sí mujeres... Entonces el SEÑOR dijo: ―No contenderá para siempre mi espíritu con el
hombre, por cuanto él es carne, y su vida será de ciento veinte años‖. En aquellos días había
gigantes en la tierra, y aun después, cuando se unieron los hijos de Dios con las hijas de los
hombres y les nacieron hijos. Ellos eran los héroes que desde la antigüedad fueron hombres
de renombre (Gén. 6:1-4, VMH).
Dificultad: ¿Tuvieron los ángeles (caídos) relaciones sexuales con mujeres mortales para
crear criaturas mitad ángeles y mitad humanas llamadas Nefilim?
Explicación: Antes del 500 a. de J.C. los escritores de la antigua literatura judía y cristiana
creían por lo común que los ―hijos de Dios‖ eran ángeles caídos. En el primer libro de Enoc
7:1-7, una parte de la literatura judía que no forma parte de las Escrituras hebreas, explica
que 200 ángeles caídos vinieron a la tierra y tuvieron hijos con las ―hijas de los hombres‖.
Sus descendientes fueron llamados Nefilim y se cree que eran una raza híbrida entre estos
ángeles caídos y los seres humanos, los cuales se convirtieron en poderosos guerreros.
Para el siglo IV, el libro de Enoc ya había sido rechazado y la opinión general era que los
―hijos de Dios‖ se refería a los descendientes de Set, temerosos de Dios, que se casaron con
las hijas de la rama perversa y rebelde de Caín.
Algunos creen que, dado que los ángeles son seres espirituales, no son reproductivamente
compatibles con los seres humanos. Otros sostienen que no sabemos con certeza quiénes son
los ángeles caídos, ni qué son capaces de hacer. Si estos ángeles produjeron una
descendencia maligna quizás esa pudo ser otra razón por la que Dios envió el diluvio y libró
así al mundo de un mal tan profundo.
La verdad es que ambos puntos de vista tienen mucho a su favor. Sin embargo, parece que
quienesquiera que hayan sido estos guerreros gigantes Nefilim, fueron destruidos en el
diluvio.
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Pasaje:
La tierra estaba corrompida delante de Dios; estaba llena de violencia. Dios miró la tierra, y
he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la
tierra. Entonces Dios dijo a Noé: ―He decidido el final de toda carne, porque la tierra está
llena de violencia por culpa de ellos. He aquí que los destruiré junto con la tierra (Gén. 6:1113, VMH).
Dificultad: Es obvio que Dios castigó a un mundo malvado enviando un diluvio. ¿Significa
esto que Dios castiga a la gente de hoy provocando terremotos, erupciones volcánicas,
tornados, inundaciones y toda clase de desastres naturales?
Explicación: Dios pronunció un juicio condenatorio sobre la gente del tiempo de Noé y los
destruyó con el diluvio. Hay otros incidentes en la Biblia en que Dios retuvo la lluvia de
Israel (1 Rey. 17:1), envió plagas sobre Egipto (Éxo. 3:19, 20) y abrió la tierra para que se
tragara a las familias y los bienes de Coré porque se rebeló contra Moisés (Núm. 16:29-33).
Vemos el poder de Jesús sobre el clima cuando calmó la tormenta para proteger a sus
discípulos (Luc. 8:24). Dios tiene bajo su perfecto control cada átomo del universo, y emplea
los elementos naturales para hacer cuanto le place, incluyendo el juicio sobre las naciones,
las ciudades y los poblados pequeños.
La Biblia dice que ―está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el
juicio‖ (Heb. 9:27, VMH). Pero Dios es misericordioso y en gran medida reserva su juicio
hasta que nos encontremos con Él después de la muerte. Ciertamente tiene poder para juzgar
ahora, pero no debemos considerar los desastres naturales como un castigo de parte de Él.
Recuerda que la tierra fue maldecida a causa del pecado. El planeta parecía experimentar
una transición a la violencia. Ahora el aire frío y el caliente chocan para formar tumultuosos
patrones climáticos, tornados, remolinos, lluvias e inundaciones, la tierra cambia, el suelo
tiembla y los volcanes hacen erupción. Hoy en día la tierra experimenta 2.000 tormentas
eléctricas al mismo tiempo. Nuestro planeta recibe 100 descargas de rayos por segundo
(¡3.600 billones de impactos por año!)14. Vivimos en una tierra violenta.
Pero Dios no se agrada de los desastres naturales más que nosotros. Un día traerá la paz a
este mundo violento. La Biblia afirma que ―la creación aguarda con ardiente anhelo la
manifestación de los hijos de Dios‖ y ―la creación misma será librada de la esclavitud de la
corrupción para entrar a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la
creación gime a una, y a una sufre dolores de parto hasta ahora‖ (Rom. 8:19, 21, 22, VMH).
Los meteorólogos nos dicen que las inundaciones son el asesino número uno de los
desastres naturales. Tal vez el mensaje no es que Dios esté castigando a los que son
arrastrados por esos torrentes sino que tenemos que ser más cuidadosos de dónde
construimos nuestras empresas y casas. La construcción moderna ha permitido que los
diques que se han construido en los últimos años abran millones de hectáreas en todo el
mundo para que las comunidades se desarrollen. Pero cuando estos diques se desbordan o se
rompen, las comunidades que viven bajo el nivel del mar son devastadas. Esto no quiere
decir que Dios no puede hablar a través de los desastres naturales ni juzgar a la gente por
ellos. Pero este planeta sigue las leyes de la física y la naturaleza, por lo que es aconsejable
que, cuando azota la tragedia, no se culpe a las víctimas ni a Dios.
Cuando los desastres naturales golpean, en lugar de preguntarse si Dios nos está
castigando personalmente es mejor seguir el consejo de Pedro. ―Humíllense, pues, bajo la
poderosa mano de Dios para que él los exalte al debido tiempo. Echen sobre él toda su
ansiedad, porque él tiene cuidado de ustedes (1 Ped. 5:6, 7, VMH).
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Pasaje:
Porque he aquí, yo voy a traer un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en
la cual hay aliento de vida debajo del cielo. Todo lo que hay en la tierra morirá (Gén. 6:17,
VMH).
Dificultad: ¿Fue el diluvio un desastre limitado a una zona determinada o una destrucción
mundial de toda la vida humana y animal?
Explicación: Muchos geólogos y eruditos cristianos no creen que hubo un solo diluvio
universal en la historia; sin embargo, reconocen que hubo muchas inundaciones locales
devastadoras en la historia de la tierra. Por otra parte, hay geólogos y estudiosos cristianos
que sostienen que solo un diluvio mundial podría explicar las capas sedimentarias de la tierra
y los fósiles que se han formado.
La Biblia declara que ―fueron rotas todas las fuentes del gran océano y fueron abiertas las
ventanas de los cielos... Las aguas subieron tanto sobre la tierra que las montañas más altas
debajo de todos los cielos fueron cubiertas. Las montañas fueron cubiertas y las aguas
crecieron nueve metros por encima‖ (Gén. 7:11, 19, 20, VMH).
Este pasaje puede interpretarse por lo menos de dos maneras.
Una es que el diluvio cubrió las montañas más altas del planeta tierra. Esta interpretación
resulta de traducir la palabra hebrea érets como ―tierra‖ o ―mundo‖, con el sentido de
―mundial‖. Sin embargo, érets también puede traducirse como ―país‖ y ―territorio‖, en cuyo
caso se refiere a ―zonas limitadas‖. Es así que los eruditos han diferido sobre la extensión del
diluvio.
Algunos apuntan a los Salmos como otro indicio de que el diluvio no fue global. El
salmista describe el tercer día de la creación, cuando Dios separó la tierra del mar:
A tu reprensión huyeron; se apresuraron al sonido de tu trueno. Subieron las montañas;
descendieron los valles al lugar que tú estableciste para ellos. Les pusiste un límite, el
cual no traspasarán ni volverán a cubrir la tierra (Sal. 104:7-9, VMH).
Esto, según algunos estudiosos, nos dice que Dios envió el diluvio, pero no sobre toda la
tierra ya que la Biblia parece indicar que el mundo nunca volvería a estar cubierto en su
totalidad por agua como estuvo en el principio de la creación.
No obstante, si el diluvio fue global como afirman algunos geólogos, las masas de la tierra
habrían sufrido grandes cambios. Las rocas, al ir dando tumbos, se habrían resquebrajado en
la turbulencia desintegrándose hasta convertirse en grava y arena. Enormes mares de lodo y
rocas habrían circulado aguas arriba aguas abajo, dando alcance y arrastrando a su paso lo
que quedaba de plantas y animales.
Cuando las aguas se calmaron, estos sedimentos se habrían asentado lentamente una vez
más. De los químicos disueltos se habrían formado capas gruesas en diferentes tiempos y
lugares. Esto significa que se habrían generado estratos sedimentarios voluminosos en todo
el mundo. En virtud de las grandes fuerzas de una inundación catastrófica en todo el mundo,
se habrían convertido en rocas sedimentarias portadoras de fósiles.
Este escenario no tiene en cuenta de manera adecuada todo lo que encontramos en el
registro geológico. Pero fósiles dispersos y gigantescos yacimientos de fósiles de
invertebrados marinos y formaciones vegetales se encuentran en todo el mundo, en todos los
climas y altitudes. Hay fósiles en el Valle de la Muerte, California, la parte más baja de
América del Norte. Hay fósiles en las elevadas cadenas montañosas, en las selvas tropicales
y en las regiones polares. La presencia de fósiles, y a menudo de grandes depósitos, en casi
todas las áreas del mundo es evidencia que apunta a la universalidad del diluvio.
Aunque la evidencia de fósiles en diferentes áreas del mundo sugiere una inundación
global; sin embargo, todavía se plantean preguntas difíciles como estas:
• Si el diluvio fue global, ¿cómo se explica el retroceso del agua? ¿Cómo es que tanta
agua se escurre o evapora en un período tan corto de tiempo?
• ¿Cómo pudieron sobrevivir las plantas, los árboles y otra vegetación al agua salada
de los océanos?
• ¿Cómo pudieron sobrevivir la fauna de la vida marina a la mezcla de agua dulce y
salada?
Estas y otras preguntas llevan a algunos a creer que el diluvio fue muy extenso y destruyó
a los que Dios quiso que murieran, pero no fue global.
Si el diluvio fue restringido a un área local pero amplia de la tierra, u ocurrió a una escala
global, seguirá siendo objeto de debate. Pero está claro que hubo una inundación que logró el
propósito de Dios.
Además, en casi todas las culturas antiguas hay un registro escrito de un extenso diluvio.
 La epopeya babilónica de Gilgamesh (1900 a. de J.C.) cuenta de un personaje parecido
a Noé llamado Utanapistim a quien Ea, el dios de la sabiduría, le dijo que construyera
una arca porque se aproximaba un diluvio15.
 En Asia las historias de un diluvio se encuentran en el folclore de tribus remotas de la
península de la India, entre ellas las de Kamar, Cachemira y Assam. En una tradición
China, Fah-He escapó del diluvio con su esposa, tres hijos y tres hijas de quienes desciende toda la población del mundo moderno16.
 En Australia y el Pacífico los aborígenes australianos tienen relatos de un diluvio que
dicen que Dios envió como juicio sobre la maldad humana. Los hawaianos aseveran
que mucho tiempo después de que apareciera Kumu-Honua, el primer hombre, toda la
humanidad se volvió completamente perversa. El único hombre justo fue Nu-u, quien
fue salvado del diluvio que inundó la tierra. Dios dejó el arco iris como una muestra
del perdón otorgado a Un-u y su familia17.
 En las Américas, los habitantes de Alaska cuentan la historia de que el ―padre‖ de su
tribu fue advertido por una visión que un diluvio destruiría toda la vida en la tierra.
Construyó una balsa con la que pudo salvar a su familia y a todos los animales 18.
 En Europa, los antiguos druidas enseñaban que en una sentencia de juicio un gran
fuego dividió la tierra de modo que todos los mares barrieron la tierra y mataron toda
forma de vida a excepción de un hombre sabio, su familia y los animales que había
reunido en su barcaza19.
 En África, Platón registró la declaración de un sacerdote egipcio el cual afirmaba que
los dioses purificaron la tierra cubriéndola con un diluvio. En Sudán, algunos nativos
llaman al lago Chad Bahar el Nuh (el Lago de Noé)20.
Los paralelos entre los muchos relatos de prácticamente todas las culturas son increíbles.
Por lo general están de acuerdo en que 1) hubo provisión para un rescate (un arca, una
barcaza o un bote similar); 2) los seres vivientes fueron destruidos por el agua; 3) solo unos
pocos se salvaron por intervención divina; 4) el diluvio fue un juicio contra la maldad del
hombre; 5) a menudo los animales fueron salvados junto a los pocos seres humanos; 6) el
barco vino a descansar sobre la cima de una montaña, o la gente fue salvada en la cumbre de
una montaña21. El hecho de que el relato bíblico de una inundación, ya sea local o global, es
compartido por tantas culturas es evidencia adicional de que, sin duda, el diluvio fue un
suceso catastrófico como se describe en el Génesis.
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Pasaje:
Cuando el SEÑOR percibió el grato aroma, se dijo a sí mismo: ―Aunque las intenciones del
ser humano son perversas desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por
culpa suya. Tampoco volveré a destruir a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo‖
(Gén. 8:21, NVI).
Dificultad: ¿Acaso no hay contradicción entre la promesa de Dios de nunca más ―destruir a
todos los seres vivientes‖ con lo que dice el Nuevo Testamento que los cielos, la tierra y
todos los que viven en ella serán destruidos con fuego?
Explicación: El apóstol Pedro afirma que ―el día del Señor vendrá como ladrón. Entonces
los cielos pasarán con grande estruendo; los elementos, ardiendo, serán desechos, y la tierra
y las obras que están en ella serán consumidas‖ (2 Ped. 3:10, VMH). Pero esto no contradice
a Génesis 8:21.
En Génesis Dios dijo que no iba a destruir ―a todos los seres vivientes como acabo de
hacerlo‖ (Gén. 8:21, NVI). En otras palabras, Dios no destruiría toda la vida de la misma
manera; es decir, con una inundación. Este punto se afirma en el siguiente capítulo cuando
Dios hace esta promesa (un pacto) y afirma que el arco iris será un recordatorio de su
promesa: ―...las aguas no serán más un diluvio para destruir toda carne. Cuando el arco
aparezca en las nubes, yo lo veré para acordarme del pacto perpetuo entre Dios y todos ser
viviente de toda clase que está sobre la tierra‖ (Gén. 9:15, 16, VMH).
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Pasaje:
El temor y el miedo de ustedes estarán en todos los animales de la tierra, en todas las aves
del cielo, en todo lo que se desplaza en la tierra y en todos los peces del mar... En sus manos
son entregados. Todo lo que se desplaza y vive les servirá de alimento (Gen. 9:2, 3, VMH).
Dificultad: ¿Cambió Dios de opinión respecto a lo que los seres humanos podían comer?
Explicación: En Génesis 1 Dios les dio a Adán y Eva toda planta que da semilla que está
sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol cuyo fruto lleva semilla; ellos les servirán de
alimento (Gén. 1:29, VMH). Originalmente, parece que la primera pareja fue vegetariana.
Pero después de que Dios envió el diluvio les dijo a Noé, y a su familia que repoblaran la
tierra y les dio instrucciones para que utilizaran los animales como alimento. La forma más
sencilla de leer el mandato de Génesis 9:2, 3 parece ser que Dios les cambió el menú a los
seres humanos de uno estrictamente vegetariano a otro que incluía pescado y carne. Si es así,
entonces este es un ejemplo de revelación progresiva en el que los mandatos posteriores de
Dios reemplazan a los anteriores.
Pero esta no es la única manera de entender este pasaje. También es probable que
comieran carne antes del diluvio. El filósofo Paul Copan ofrece algunas razones que nos
llevan a pensar que el mandato de comer carne no era realmente nuevo22. Por una parte, Dios
les dio dominio a los seres humanos ―sobre los peces del mar‖. ¿Qué podría significar esto
sino un permiso para que comieran de ellos? Además, Abel pastoreaba ovejas, que eran
supuestamente para comer (Gén. 4:2-4). Noé distinguía entre animales ―puros‖ e ―impuros‖
(7:2), lo que significa que antes del diluvio comían animales. Henri Blocher sugiere que no
hay una progresión de la prohibición de comer carne (Gén. 1) al permiso para comerla (Gén.
9). Considera que el cambio es estilístico más que sustancial. En otras palabras, Génesis no
menciona que se puede comer carne (aunque lo permite) para sugerir la perfecta armonía de
la creación. Génesis 9 lo menciona como una indicación de que la armonía se había roto23.
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Pasaje:
El que derrame sangre de hombre, su sangre será derramada por el hombre; porque a imagen
de Dios él hizo al hombre (Gén. 9:6, VMH).
Dificultad: ¿Justifica la Biblia la práctica de la pena capital de la sociedad moderna?
Explicación: Los seres humanos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. En esto
radican la dignidad y el valor de la vida humana. Dios quiso desde el principio que nos
honráramos los unos a los otros y a la vida misma. Dios dijo, ―Honra a tu padre y a tu
madre... ni robarás... ni darás falso testimonio contra tu prójimo... ni codiciarás la mujer de tu
prójimo‖ (Deut. 5:16-21, VMH). De la interacción de Dios con Adán, Eva, Noé, Abraham,
Moisés y la iglesia primitiva, se entendió y enseñó que la vida humana era sagrada en cada
etapa. La promoción de la justicia social, el cuidado del pobre y la defensa de los derechos
humanos tiene su fundamento en cada uno de nosotros y en nuestros órganos de gobierno por
el hecho de que fuimos creados a imagen de Dios con valor y dignidad.
Las leyes levíticas dadas a los hijos de Israel establecieron directrices y un estado de
derecho para que la sociedad funcionara con una medida de orden y justicia. La ley del talión
requería una pena que se correspondiera con el crimen cometido.
La ley del talión, también conocida como ―ojo por ojo y diente por diente‖ se estableció
para limitar el castigo a la gravedad del delito en sí. En lugar de que la venganza determinara
o incrementara el nivel del castigo para el infractor, el castigo no debía ser más grave que el
daño original.
De manera similar, en el sistema de justicia de los Estados Unidos de América la autoridad
establecida ofrece remedios y sanciones para los crímenes cometidos contra las personas, la
propiedad y el estado. Hay casos del orden civil y penal que ostentan diferentes violaciones a
la ley; por ejemplo, infracciones tales como violaciones menores de tráfico, tirar basura,
cruzar la calle imprudentemente, y así sucesivamente; delitos menores como alteración del
orden público, robo menor y así por el estilo; y delitos mayores tales como robo agravado,
secuestro y homicidio. Y por quitarle la vida a alguien (homicidio) hay varios niveles tales
como homicidio involuntario, homicidio en primer grado y en segundo grado, etcétera. Y
todas las sanciones por estos diversos tipos de delitos están proyectadas para que, en cierto
sentido, se correspondan con la gravedad del Crimen.
La Biblia nos da directrices y principios para establecer un sistema de justicia imparcial y
equitativa para la sociedad moderna. El apóstol Pablo deja en claro que las autoridades
gobernantes están ahí para aplicar la justicia. ―Todos deben someterse a las autoridades
públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron
establecidas por él... pues están al servicio de Dios para impartir justicia y castigar al
malhechor‖ (Rom. 13:1,4, NVI).
Pero, ¿no significa eso que una sociedad está justificada para quitarle la vida a la persona
que comete un asesinato? Algunos dirían que la Biblia antes citada le da a las autoridades
gobernantes el poder y el derecho de juzgar, condenar y ejecutar con equidad a un asesino.
Otros señalarían que Jesús promovió una ―ley de misericordia y perdón‖ que supera a la ley
del sistema legal de justicia del ―ojo por ojo‖.
Ha habido ya por varios años un debate honesto en ambos lados del tema de la pena
capital. Muchos cristianos comprometidos sostienen diferentes puntos de vista sobre este
asunto.
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Pasaje:
Los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam, que fue el padre de Canaán, y Jafet.
Estos fueron los tres hijos de Noé que con su descendencia poblaron toda la tierra... Cam, el
padre de Canaán, vio a su padre [Noé] desnudo y fue a contárselo a sus hermanos, que
estaban afuera... Cuando Noé despertó de su borrachera y se enteró de lo que su hijo menor
le había hecho, declaró: ―¡Maldito sea Canaán! Será de sus dos hermanos el más bajo de sus
esclavos‖ (Gén. 9:18, 22, 24, 25, NVI).
Dificultad: Ya que los descendientes de Cam se establecieron en África, ¿no han afirmado
algunas personas que esta Biblia muestra que Dios condenó a los pueblos africanos a la
esclavitud?
Explicación: Es cierto que durante muchos años hubo quienes afirmaron que Dios maldijo a
los descendientes de Cam, el hijo de Noé, por contarles a sus hermanos que había encontrado
a su padre desnudo después de una noche en la que este había bebido en exceso. La
maldición consistió en que sería ―de sus dos hermanos el más bajo de sus esclavos‖ (Gén.
9:25, NVI). Y, puesto que se creía que los descendientes de Cam eran los africanos, era
lógico deducir que Dios había condenado a la esclavitud a todas las generaciones de
africanos. De hecho, muchas personas durante los siglos XVII y XVIII y más allá utilizaron
estos versículos para justificar la esclavitud de los africanos en América.
Sin embargo, esta es una grotesca interpretación y un mal entendido de la narrativa
bíblica. En primer lugar, Dios nunca maldijo a Cam por lo que hizo; fue Noé quien
pronunció la maldición. Y Noé no maldijo a su hijo Cam, sino a Canaán el hijo de Cam.
―¡Maldito sea Canaán!‖, dijo Noé. ―¡Bendito sea el Señor, Dios de Sem! ¡Que Canaán sea su
esclavo!‖ (Gén. 9:25, 26, NVI). Era más atroz maldecir al hijo de un hombre que maldecir al
padre, por lo que Noé maldijo a Canaán, el hijo de Cam.
Es cierto que, al menos dos hijos de Cam, Cus y Misraim, se establecieron en África (ver
Gén. 10:6-20). Pero los descendientes de Canaán se establecieron al este del mar
Mediterráneo, en una área que más tarde sería conocida como la tierra de Canaán, el actual
Israel (ver Gén. 10:15-19). Por lo tanto, es absurdo afirmar que Dios condenó a la esclavitud
a una raza sobre la base de una interpretación completamente equivocada de los pasajes del
Génesis. No obstante, por muchos años la gente justificó sus opiniones racistas hacia los
negros africanos y los afroamericanos sobre esta tergiversación de la Biblia.
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Pasaje:
En ese entonces se hablaba un solo idioma en toda la tierra... Luego dijeron: ―Construyamos
una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo nos haremos famosos y
evitaremos ser dispersados por toda la tierra‖... Pero el Señor bajó para observar la ciudad y
la torre que los hombres se estaban construyendo, y se dijo: ―...Será mejor que bajemos a
confundir su idioma‖... De esta manera el Señor los dispersó desde allí por toda la tierra, y
por lo tanto dejaron de construir la ciudad (Gén. 11:1, 4, 7, 8, NVI).
Dificultad: ¿Está confirmado el relato de la torre de Babel por alguna evidencia histórica
aparte de la Biblia?
Explicación: La literatura sumeria se refiere a un momento en la historia cuando había un
solo idioma. La arqueología también ha descubierto pruebas de que Ur-Nammu, rey de Ur,
entre el 2044 y el 2007 a. de J.C., construyó un gran zigurat (templo en forma de torre) como
un acto de adoración a Nanna, dios de la luna. Una estela (monumento) de aprox. 1,5 m de
ancho y 3 m de altura revela las actividades de Ur-Nammu. Un artefacto muestra al rey exhibiendo una cesta de mortero, dispuesto a comenzar la construcción de la gran torre,
mostrando así su lealtad a los dioses al tomar su puesto como un humilde obrero 24.
En otra tablilla de arcilla se lee que la construcción de la torre ofendió a los dioses, por lo
que derribaron lo que los hombres habían construido, los dispersaron e hicieron que su habla
fuera extraña. Estas descripciones son notablemente similares al registro del Génesis de la
torre de Babel.
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Pasaje:
El SEÑOR descendió para ver la ciudad y la torre que edificaban los hombres (Gén. 11:5,
VMH).
Dificultad: ¿Cómo pudo Dios ―descender‖ a la tierra antes de que tomara forma humana en
la persona de Jesús?
Explicación: Antes de la encarnación (Dios tomando carne humana en la persona de Jesús)
Él ya había hecho notar su presencia. Adán y Eva ―oyeron la voz del Señor Dios que se
paseaba por el jardín en la brisa del día‖ (Gén. 3:8). Dios apareció a Abraham (Gén. 17:1 y
18:1), Jacob (Gén. 32:1) y Moisés (Éxo. 3:2).
Estas apariciones o manifestaciones de Dios se llaman teofanías. Es cuando Dios se hace
tangible a los sentidos humanos, como cuando Job pudo escuchar a Dios en el viento (Job
38:1), o cuando se le apareció a Moisés en la zarza ardiente. Pero de una manera más directa,
Dios ―descendió‖ y se hizo visible en la forma de un hombre, como lo hizo con Abraham y
Jacob. Algunos eruditos creen que ciertas apariciones de Dios fueron el Cristo preencarnado.
Otras posibles apariciones preencarnadas incluyen el encuentro entre Josué y el ―Jefe del
ejército del SEÑOR‖ (Jos. 5:13-15) y el cuarto hombre ―semejante a un hijo de los dioses‖
que estaba con Sadrac, Mesac y Abed-nego en el horno de fuego (Dan. 3:23-25). Pero, en
cualquier caso, Dios se apareció en forma tangible antes de la manifestación de Jesús, el
Dios-hombre.
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Pasaje:
Aquella noche [las hijas de Lot] dieron de beber vino a su padre. Luego entró la mayor y se
acostó con su padre, pero él no se dio cuenta cuando ella se acostó ni cuando se levantó
(Gén. 19:33, VMH).
Dificultad: ¿Se excusa el incesto bajo ciertas circunstancias?
Explicación: Las hijas de Lot enfrentaron lo que percibían como un dilema. Aparte de su
padre, no quedaban hombres en la zona en que vivían. Así que decidieron embriagar a Lot y
tener relaciones sexuales con él mientras estaba bajo los efectos del alcohol. Ellas dijeron:
―De esa forma preservaremos nuestra descendencia por medio de nuestro padre‖ (Gén.
19:32).
En la cultura de la época, no tener hijos para conservar la línea familiar era una desgracia.
Pero esto no significa que la Biblia permite el incesto porque más tarde Dios dio mandatos
directos contra él (ver Deut. 27:22 y Lev. 18:6-18).
La Biblia es la verdad revelada de Dios, pero también es un registro de la historia. Cuenta
los hechos tal como son, incluyendo mentiras, odio, celos, asesinato, incesto, adulterio,
idolatría, etcétera. En muchos casos se describen estos pecados y estas atrocidades sin que en
ese momento se emita un juicio específico. Esto no quiere decir que Dios los excuse;
simplemente se registran como datos de la narración. Podemos concluir que estos actos son
malos a partir de otros pasajes de la Biblia.
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Pasaje:
Mientras vivía en Guerar, Abraham decía que Sara, su esposa, era su hermana (Gén. 20:1, 2,
NVI).
Dificultad: Es evidente que Abraham mintió, así que ¿excusa Dios la mentira algunas veces?
Explicación: Abraham mintió, pero ¿por qué lo hizo? Procedió así con toda intención
porque temía por la seguridad de su esposa.
Cuando nos enfrentamos al dilema ético de decir la verdad o mentir para proteger a quien
amamos, ¿no es que el bien mayor supera al bien menor? ¿Hace esto que la mentira de
Abraham fuera lo más amoroso que podía hacer? Otros ejemplos bíblicos de engaño para
proteger a una persona son los siguientes:
• Los espías de Israel habrían muerto si Rajab hubiera revelado su escondite cuando le
preguntaron los soldados. Así que ella mintió para protegerlos (ver Jos. 2). Más
adelante se presenta a Rajab como modelo de la fe en Hebreos 11.
• La reina ordena que todos los profetas de Dios sean asesinados, pero Abdías la
desafía y esconde a 100 de ellos. Abdías estaba haciendo el bien mayor aun cuando
engañó a la reina (ver 1 Reyes 18).
Los mandamientos de Dios no son como la ética situacional, si bien pareciera haber
circunstancias donde el amor a Dios y a los demás dictaría que uno podría elegir un bien
mayor sobre una obligación menor a la ley. En otras palabras, vivimos en un mundo caído en
el que los deberes morales a veces entran en conflicto. En tales situaciones debemos escoger
el deber más elevado.
El adulterio como tal siempre es malo. El asesinato nunca es correcto en sí mismo. Mentir
es objetivamente improcedente. Sin embargo, cuando nuestra obligación hacia la ley se
superpone con la obligación de proteger desinteresadamente las necesidades de otro, nuestro
deber hacia lo menor puede dar paso a la responsabilidad más elevada. Por ejemplo, imagina
que ves a una joven que corre angustiada seguida por un hombre que dice: ―¿A dónde se fue
esa mujer? La quiero violar‖. ¿Estás obligado a decirle al hombre la verdad? Por supuesto
que no. La acción amorosa es protegerla engañando al potencial violador.
Parece que la Biblia identifica bienes mayores y menores. Jesús habló de ―lo más
importante de la ley‖ (Mat. 23:23, VMH). La justicia y la misericordia parecen tener un
mayor peso en la escala de valores de Dios que diezmar, aunque la ley requería ambas cosas
(Mat. 23:23). Ayudar a alguien en necesidad, como dar de comer al hambriento o sanar al
enfermo, le parecían más importantes a Jesús que guardar estrictamente el sábado (Mat.
12:1-5).
Los dos grandes mandamientos de Jesús de amar a Dios y a los demás revelan la
existencia de bienes menores y mayores. El amor a Dios es un bien mayor que el amor a los
demás cuando ese ―amor‖ nos desvía de nuestra verdadera devoción a Dios (Mat. 10:37).
Nuestro amor a Dios nos podría llevar a desobedecer al gobierno si este nos manda pecar,
pero el amor por la patria no debe conducirnos a desobedecer a Dios. El amor a la familia
parece tener prioridad sobre el amor a los extraños (1 Tim. 5-6). Proveer para los creyentes
parece ser un bien mayor que abastecer a los no creyentes (Gál. 6:10).
Elegir entre bienes menores y mayores no es una tarea fácil y la Biblia no siempre tiene
mandamientos bien delimitados para llevarla a cabo. Sin embargo, la base para determinar
los bienes menores y mayores es el más grande de todos los bienes: Dios mismo. Y ya que Él
no ha hablado directamente respecto a cada situación en la que podríamos encontrarnos,
debemos identificar la bondad universal y objetiva en su ley, la cual está escrita en nuestra
conciencia (Rom. 2:14-16), y en su Hijo a quien la Biblia revela. La Palabra de Dios es el
mejor criterio que poseemos para medir los bienes menores y mayores, y siempre debemos
actuar en fe de acuerdo con nuestra conciencia.
El valor de un acto, entonces, debe establecerse por la forma en que se asemeja a Cristo o
a Dios, y si podemos realizarlo en buena fe. Las prioridades éticas deben, pues, determinarse
por cuán cerca o lejos están del amor de Dios revelado en su Palabra y en la vida de su Hijo,
Jesús.
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Pasaje:
Aconteció después de estas cosas que Dios probó a Abraham, diciéndole:
—Abraham.
El respondió:
—Heme aquí.
Y le dijo:
—Toma a tu hijo, a tu único, a Isaac a quien amas. Ve a la tierra de Moriah y ofrécelo allí en
holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. (Gén. 22:1,2, VMH).
Dificultad: ¿Permite Dios los sacrificios humanos?
Explicación: Cuando ocurrió este suceso los vecinos paganos de Abraham sacrificaban sus
hijos a sus dioses. A primera vista parecería que Dios, sobre la base de su autoridad, le
mandó a Abraham que hiciera algo que violaba la propia norma de moralidad divina. ¿Cómo
se explica esta aparente contradicción?
En primer lugar, a partir de otros pasajes de la Biblia es evidente que Dios se opone a los
sacrificios humanos. ―No darás ningún descendiente tuyo para hacerlo pasar por fuego a
Moloc. No profanarás el nombre de tu Dios. Yo, el SEÑOR‖ (Lev. 18:21, VMH). En
repetidas ocasiones aclaró que los sacrificios humanos estaban prohibidos (ver Lev. 20:23 y
Deut. 12:31; 18:10). El propósito del texto es evidente: Dios no quería el sacrificio del
muchacho. Por eso el pasaje comienza afirmando que ―Dios probó a Abraham‖ (Gén. 22:1,
VMH).
De modo que ¿por qué Dios le mandó a Abraham que sacrificara a su hijo Isaac? De
Génesis 22:1 se deduce que Dios quiso probar la fe de Abraham. Dios no tenía la intención
de permitir que Abraham matara a su hijo, y aparentemente Abraham no creía que Isaac iba a
ser sacrificado.
Les llevó tres días a Abraham, su hijo y dos sirvientes llegar a Moriah donde iba a ofrecer
el sacrificio. Cuando estaban cerca, ―Abraham dijo a sus siervos: Esperen aquí con el asno.
Yo y el muchacho iremos más allá, adoraremos y volveremos a ustedes‖ (Gén. 22:5, VMH,
cursivas añadidas). Abraham no dijo, ―Adoraremos y volveré‖. Incluyó a su hijo y aseveró,
―volveremos‖. Obviamente, Abraham creía que Dios de alguna manera iba a intervenir. Y si
no intervenía, Abraham creía que levantaría a Isaac de entre los muertos (Heb. 11:19).
Esto se corrobora cuando Isaac le peguntó sobre el cordero que, se suponía, iba a ser
sacrificado, el cual no llevaban. ―Abraham respondió: —Dios mismo proveerá el cordero
para el holocausto, hijo mío‖ (Gén. 22:8, VMH). Y así sucedió. Cuando Abraham estaba a
punto de sacrificar a Isaac en el altar, Dios lo detuvo y en su lugar proveyó ―un carnero
trabado por sus cuernos en un matorral‖ (Gén. 22:13, VMH). Dios no tolera los sacrificios
humanos; sin embargo, quería que Abraham demostrara que vivía el mandamiento de
―amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas‖
(Deut. 6:5, VMH).
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Pasaje:
Toma a tu hijo, a tu único, a Isaac a quien amas. Ve a la tierra de Moriah (Gén. 22:2, VMH).
Dificultad: ¿Cómo podía ser Isaac el ―único‖ hijo de Abraham si Ismael era también su hijo
antes de que Isaac naciera?
Explicación: Muchos años antes de que naciera Isaac por medio de Sara Abraham tuvo a
Ismael con Agar, la sierva egipcia de Sara. Aunque no era este el plan original de Dios, Sara,
por no creer que podía tener un hijo, se las arregló para que Abraham engendrara por medio
de la esclava (ver Génesis 16).
Dios vino a Abraham y le dijo que tendría un hijo especial quien sería el recipiente del
pacto de Dios con él. ―Llamarás su nombre Isaac‖ expresó Dios ―Yo confirmaré mi pacto
con él como pacto perpetuo para su descendencia después de él‖ (Gén 17:19, VMH). Desde
la perspectiva de Dios este era el único hijo de Abraham con quien confirmaría este pacto.
Más adelante, Dios le diría a Abraham, ―a través de Isaac será contada tu descendencia‖
(Gén. 21:12, VMH). Los otros hijos de Abraham fueron el resultado de acuerdos humanos,
primero con la sierva de Sara y más tarde con sus concubinas. Pero Isaac fue el único hijo
prometido de Abraham que sería bendecido por el pacto eterno de Dios.
Esto no quiere decir que Ismael no fue un hijo bendecido de Abraham. Dios mismo lo
bendijo y le dijo a Abraham, ―En cuanto a Ismael, también te he oído: He aquí que le
bendeciré‖ (Gén. 17:20, VMH), y ―también del hijo de la sierva haré una nación, porque es
un descendiente tuyo‖ (Gén. 21:13, VMH). Sin embargo, Isaac era el único hijo del pacto.
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Pasaje:
Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces el ángel de
SEÑOR llamó desde el cielo diciendo:
—¡Abraham! ¡Abraham!
Él respondió:
—
Heme aquí.
Y le dijo:
—
No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada, porque ahora conozco que
temes a Dios (Gén. 22:10-12, VMH).
Dificultad: Si Dios es omnisciente (que todo lo sabe), entonces ¿por qué no sabía de
antemano que Abraham lo obedecería?
Explicación: ¿Sabía Dios lo que Abraham haría? ¿Es exhaustivo su conocimiento del
futuro? ¿O llega a saber las cosas con e1 paso del tiempo? Hay quienes suponen que el
conocimiento de Dios crece a través del tiempo, lo que se conoce como omnisciencia
dinámica.
Durante el reinado del rey Josías el pueblo de Judá se apartó de Dios al igual que Israel, y
Dios le dijo a Israel, ―Y dije: ‗Después que ella [Israel] hizo todo esto, volverá a mí‘. Pero no
volvió‖ (Jer. 3:7, VMH). Parece como si a Biblia dijera que Dios pensó que si Israel se alejó
de Él, volvería. Pero no lo hizo. ¿Significa eso que en realidad no conocía el futuro?
Cuando Judas llevó consigo a los soldados romanos por la noche para arrestar a Jesús,
observemos lo que Jesús hizo y dijo: ―Se adelantó y les dijo: ¿A quién buscan?‖ (Juan 18:4,
VMH). ¿Así que Jesús, el Hijo de Dios, no tenía conocimiento previo de qué buscaban? Si
solo nos centramos en lo que Jesús les preguntó parece que Jesús carecía de presciencia. Pero
cuando leemos completo el versículo cuatro, obtenemos otra imagen. ―Pero Jesús, sabiendo
todas las cosas que le habían de acontecer, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscan?‖ (Juan
18:4, VMH). Resulta evidente que Jesús no preguntaba estas cosas para Él, sino para los que
lo rodeaban.
Dios no se sorprendió porque Israel no se volvió a Él en Jeremías 3. Conversaba con
Josías con el propósito de beneficiarlo. Y cuando Dios le dijo a Abraham, ―porque ahora
conozco que temes a Dios‖ (Gén. 22:12, VMH), no fue porque no sabía lo que Abraham iba
a hacer sino para afirmarlo al comunicarle que Dios sabía que realmente lo amaba.
A lo largo de la Biblia Dios se revela como Aquel que todo lo sabe. ―Yo soy Dios, y no
hay nadie semejante a mí. Yo anuncio lo porvenir desde el principio, y desde la antigüedad
lo que aún no ha sido hecho. Digo: Mi plan se realizará, y haré todo lo que quiero‖ (Isa.
46:9,10, VMH). El rey David señalaba, ―Señor, tú me examinas, tú me conoces... aun a la
distancia me lees el pensamiento... No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor,
ya la sabes toda... Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión; tan sublime es que
no puedo entenderlo‖ (Sal. 139:1-4, 6, NVT). Dios es omnisciente y no obstante se comunica
en términos que todos podemos entender.
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Pasaje:
Abraham tuvo otra esposa que se llamaba Cetura (Gen. 25:1, DHH).
Dificultad: ¿Por qué Cetura es llamada esposa de Abraham en Génesis 25 mientras que en 1
Crónicas 1:32 se la llama concubina?
Explicación: En 1 Crónicas 1:32 se enumera a los descendientes de Abraham y se identifica
a Cetura como concubina de Abraham en vez de referirse a ella como su esposa. Esto
realmente no es una contradicción.
La palabra hebrea empleada para esposa en Génesis es ishshá, que normalmente es el
término para ―mujer‖. Y mujer sería la traducción apropiada aquí ya que los versículos cinco
y seis dicen que ―Abraham dio a Isaac todo lo que tenía, pero a los hijos de sus concubinas
les dio obsequios...‖. Esto incluiría a Cetura. Así que la traducción apropiada sería ―Abraham
tomó a otra mujer como su concubina‖.
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Pasaje:
Jacob llamó el nombre de aquel lugar Peniel (que significa ―cara de Dios‖), diciendo:
―Porque vi a Dios cara a cara y salí con vida‖ (Gén. 32:30, VMH).
Dificultad: ¿Esto no contradice lo que se afirma en Éxodo 33:20 que nadie puede ver a Dios
y vivir?
Explicación: La Biblia revela que ―Dios es espíritu; y es necesario que los que los que le
adoran, le adoren en espíritu y en verdad‖ (Juan 4:24, VMH). Dios no es un ser físico ni
material como nosotros. No tiene una cara física. Ciertamente se reveló en forma humana en
la persona de Jesús; sin embargo, la esencia de Dios es espíritu.
Dios le dijo a Moisés: ―No podrás ver mi rostro, porque ningún hombre me verá y quedará
vivo‖ (Éxo. 33:20, VMH). Esto es porque nosotros como seres mortales no podríamos
soportar todo el peso del poder imponente, la santidad abrumadora y la intensa gloria de
Dios. La esencia de la majestuosa grandeza de Dios es de tal magnitud que nuestro ser físico
en su estado caído no podría soportarla. Sin embargo, Él es un ―Dios celoso de su relación
contigo‖ (Éxo. 34:14). Por eso cuando Moisés iba ante Dios para hablar con Él, le hablaba
―cara a cara, como habla un hombre con su amigo‖ (Éxo. 33:11, VMH).
Dios les dijo a los hijos de Israel que se revelaba a los profetas en sueños y visiones, pero
no así con Moisés. ―Cara a cara hablo con él, en persona, y no por enigmas‖ (Núm. 12:8,
VMH). En la cultura y el lenguaje hebreos de la época, la expresión ―cara a cara‖ significaba
en sentido figurado que Dios hablaba de una manera muy cercana y personal con Moisés. Lo
mismo puede afirmarse de Jacob quien experimentó a Dios íntimamente y describió su
encuentro con él como ―cara a cara‖. Eso es lo que Dios quiere, que lo conozcamos
personalmente y lo adoremos ―en espíritu y en verdad‖ (Juan 4:24).
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Pasaje:
Estos son los nombres de los descendientes de Israel que entraron en Egipto: Jacob y sus
hijos (Gén. 46:8, VMH).
Dificultad: En Génesis 46 se enumeran las 12 tribus de Israel, sin embargo, en otros pasajes
parece que son 14. ¿Por qué la discrepancia?
Explicación: Jacob solo tuvo 12 hijos y sus descendientes conformaban las 12 tribus de
Israel. Pero en Números 26, que registra los hijos de Israel, se omite a Leví y a José. Añade a
los dos una vez más en la lista y suman 14. ¿Cómo se concilia esto?
En primer lugar, Leví no recibió tierra como herencia porque los hijos de Leví eran los
sacerdotes. En segundo lugar, para balancear esta situación, Jacob le concedió a José una
porción extra. Así que Números 26 enumera a Efraín y Manasés, los dos hijos de José, como
tribus en lugar de José.
De esta manera la discrepancia se resuelve cuando quitamos de la lista a Leví y
sustituimos a Efraín y a Manasés por José.
Versículos difíciles del
libro de
Éxodo
Pasaje:
Entonces el faraón llamó a sus sabios y a sus hechiceros, y los magos egipcios hicieron lo
mismo con sus artes mágicas (Éxo. 7:11).
Dificultad: ¿Cómo pudieron los magos de Egipto usar prácticas ocultistas para duplicar los
milagros que Dios hizo mediante Moisés y Aarón?
Explicación: Mientras que estos magos podrían haber sido ayudados por poderes
demoníacos, la mayoría de los eruditos creen que emplearon prestidigitación y trucos
mágicos para tratar de duplicar los milagros de Dios. Con cada réplica realizada por sus
magos, el faraón pretendía desacreditar a Moisés y a su Dios. Pero en algún momento los
milagros que Dios realizó por medio de Moisés y Aarón fueron más allá de los ―poderes‖ de
los magos. Cuando el polvo de la tierra se convirtió en piojos, ya no pudieron duplicarlo
(Éxo. 8:18). A partir de entonces, los magos ya no pudieron remedar las plagas de las
moscas, la muerte del ganado, las úlceras, el granizo, las langostas y las demás.
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Pasaje y Dificultad: Éxodo 12:17. ¿Es esta la misma cena de Pascua o Ultima Cena que
Jesús celebró justo antes de su crucifixión? Si es así, ¿cuál es su significado hoy en día?
Explicación: Ver Lucas 22:7, 8.
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Pasaje:
Entonces el pueblo de Israel cruzó por en medio del mar, caminando sobre tierra seca, con
muros de agua a cada lado. (Éxo. 14:22).
Dificultad: ¿No es muy poco probable que casi dos millones de israelitas pudieran cruzar el
mar Rojo en menos de 24 horas? ¿No fue el mar de los Juncos el que cruzaron y no el gran
milagro que la gente cree que ocurrió?
Explicación: No hay consenso entre los eruditos en cuanto al lugar exacto donde los
israelitas cruzaron el mar Rojo. Algunos señalan que la referencia al mar Rojo en Éxodo
13:18 es la palabra hebrea alyamsuf que se traduce ―mar de los Juncos‖. Por eso algunos
escépticos dicen que los israelitas se abrieron paso a través de un pantano y no de una masa
de agua literal.
Por supuesto, esto plantea una serie de preguntas. La Biblia afirma que ―el Señor abrió un
camino a través de las aguas‖ (Éxo. 14:21), no a través de juncos. Enseguida el pueblo
―cruzó por en medio del mar, caminando sobre tierra seca, con muros de agua a cada lado‖
(Éxo. 14:22), no muros de juncos. Después, Dios le dijo a Moisés ―extiende tu brazo sobre el
mar para que las aguas se vuelvan contra los egipcios‖ (Éxo. 14:26). Cuando eso ocurrió
ninguno de los egipcios sobrevivió. La Biblia declara que ellos se ahogaron en el agua, no
que los juncos hicieron que se extraviaran.
Dicho esto, la ubicación geográfica del ―mar de los Juncos‖ aún está en entredicho. Los
hijos de Israel acamparon ―cerca de Pihajirot, entre Migdol y el mar‖ (Éxo. 14:1, 2). El golfo
de Suez está mucho más al sur de este punto. Algunos eruditos creen que el paso por el agua
pudo haberse efectuado al norte de Suez a través del lago El-Balah, el lago Timshah o el
Gran Lago Amargo. En todo caso, se trata de grandes masas de agua. Pero, ¿podrían dos
millones de personas cruzar algunos de estos lagos en 24 horas? Estos grandes lagos medían
casi 24 km de ancho. Incluso si los israelitas hubieran cruzado por la parte norte del golfo de
Suez, la distancia habría sido entre 48 y56 km de ancho. Esto no habría planteado ningún
problema para que un grupo de gente tan numeroso cruzara en un período de 24 horas.
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Pasaje y Dificultad: Éxodo 20:5. Si no está bien sentir celos, entonces, ¿por qué Dios se
mostró celoso?
Explicación: Ver Éxodo 34:14.
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Pasaje:
En seis días el SEÑOR hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó
en el séptimo día. Por eso el SEÑOR bendijo el día sábado y lo santificó (Éxo. 20:11, VMH).
Dificultad: Puesto que Dios mandó que el séptimo día se destinara a observar el sábado,
¿por qué la mayoría de los cristianos guardan el primer día de la semana?
Explicación: Guardar el sábado como día santo y descansar en él fue un mandamiento
especial que Dios le dio a Israel: ―Será señal para siempre entre los hijos de Israel y yo‖
(Éxo. 31:17, VMH). Para todo judío el sábado era un festival sagrado y debía recordar que
―fuiste esclavo en la tierra de Egipto y que el SEÑOR tu Dios te sacó de allí con mano
poderosa y brazo extendido. Por eso el SEÑOR tu Dios te ha mandado que guardes el día del
sábado‘‖ (Deut. 5:15, VMH).
Cada uno de los Diez Mandamientos se repite en el Nuevo Testamento a excepción de la
observancia del sábado. Jesús sacudió a los líderes judíos con su concepto del sábado.
Cuando Jesús caminó a través de algunos sembradíos un día sábado y sus discípulos
arrancaron algunas espigas de trigo para comer sus granos, los fariseos los criticaron por
quebrantar el sábado. Jesús les dijo: ―El sábado fue hecho para el hombre, y no el hombre
para el sábado. Así que el Hijo del Hombre es Señor aun del sábado (Mar 2:27, VMH).
El sábado era un día especial, apartado como santo; un tiempo para descansar y adorar a
Dios. Sin embargo, durante el siglo I, los líderes judíos habían hecho de las leyes de Moisés
un conjunto de reglas estrecho y obligatorio, y en él estaba la ley del sábado. Jesús corrigió
esa perspectiva y anunció que Él era Señor del sábado y que había sido establecido para
nuestro beneficio.
Los cristianos primitivos sentían los efectos persistentes de la estricta observancia de las
festividades judías, entre las que se contaba el sábado. Pablo abordó este tema cuando
escribió a la iglesia de Colosas, ―Por lo tanto, no permitan que nadie los condene por lo que
comen o beben, o porque no celebran ciertos días santos ni ceremonias por luna nueva ni los
días de descanso. Pues esas reglas son solo sombras de la realidad que vendrá. Y Cristo
mismo es esa realidad‖ (Col. 2:16, 17).
Estos creyentes sentían la presión de seguir guardando el sábado judío como sus
antepasados habían hecho. Sin embargo, los seguidores de Jesús se reunían para adorar en el
―día del Señor‖ (Apoc. 1:10), que era el primer día de la semana, en lugar del último día de
la semana. En realidad, durante años la iglesia del siglo I observó tanto el sábado judío como
el ―día del Señor‖. Comenzaron a reunirse para adorar el domingo porque Jesús resucitó el
primer día de la semana (Mat. 28:1) y apareció a sus seguidores más de una vez el primer día
de la semana (Juan 20:26). Esto se convirtió en un patrón (ver Hech. 20:7 y 1 Cor. 16:2).
Desde entonces los cristianos observaron el domingo.
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Pasaje:
Cuando algunos hombres peleen y hieran a una mujer encinta y esta aborte sin mayor daño...
si ocurre un daño mayor, entonces pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente (Éxo.
21:22, 23, 24, VMH).
Dificultad: ¿Considera la Biblia que un feto es un ser humano y, por lo tanto, cualquiera que
le haga daño deberá ser castigado?
Explicación: Cuando Dios le dio a Moisés los Diez Mandamientos, incluyó la prohibición
de asesinar a otra persona (ver Éxo. 20:13). Dios le asigna a la vida un valor muy alto.
Este pasaje parece indicar que si una mujer da a luz antes de tiempo y el bebé resulta ileso,
entonces lo apropiado es solo una multa. Por otra parte, si el niño (o la madre) muere, el
delincuente pagará con su vida. Matar a un bebé nonato acarreaba la misma pena que matar a
uno ya nacido, incluso si la lesión fue accidental. Este pasaje plantea un punto de gran
alcance: Si Dios requiere un castigo tan severo por la muerte accidental de un niño no
nacido, ¡con cuánta mayor dureza juzgará un aborto intencional!
Algunos defensores del aborto han luchado en contra de la interpretación anterior, ya que
la muerte del bebé resulta en una multa, mientras que la muerte de la madre requiere la vida
del delincuente. Por lo tanto, a menudo se argumenta, el feto es meramente una vida humana
potencial y no alcanza el mismo nivel de derechos legales de una persona adulta.
Sin embargo, esta interpretación tiene dos problemas fundamentales. En primer lugar, la
palabra hebrea normal para ―aborto involuntario‖ no se emplea aquí. Más bien, la palabra
para ―nacimiento prematuro‖ tiene la connotación de un nacimiento con vida. En este pasaje
el bebé no es asesinado, solo nace prematuramente. Por lo tanto, no hay ningún precedente
para considerar al bebé no nacido de menor valía que la madre. En segundo lugar, incluso si
este pasaje se refiriera a un aborto involuntario, aun no es una defensa suficiente para el
aborto porque la lesión en cuestión fue accidental, no intencional (y el aborto es intencional).
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Pasaje y Dificultad: Éxodo 23:16. ¿Es esta la misma fiesta de Pentecostés donde el Espíritu
Santo fue derramado sobre la iglesia en el siglo I? Si es así, ¿cuál es su significado para hoy?
Explicación: Ver Lucas 24:49.
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Pasaje:
Cuando el Señor terminó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le dio las dos tablas de
piedra grabadas con las condiciones del pacto, escritas por el dedo de Dios (Éxo. 31:18).
Dificultad: ¿Tiene Dios manos y dedos literales con los que escribe?
Explicación: Parece claro en este pasaje que Dios tiene dedos. En otros pasajes hay
referencias a la ―mano derecha‖ (Éxo. 15:4 VMH), los ―brazos eternos‖ (Deut. 33:27, VMH)
y los ―ojos del SEÑOR‖ (Sal. 33:18, NBLH). Así que, ¿prueba esto que Dios tiene un cuerpo
físico como el nuestro? En realidad no. La Biblia enseña que Dios es espíritu y no tiene
forma física ni material.
Jesús dejó bien sentado que ―Dios es espíritu; y es necesario que los que le adoran, le
adoren en espíritu y en verdad‖ (Juan 4:24, VMH). Cuando Jesús se apareció a sus discípulos
después de haber resucitado, se asustaron porque pensaban que estaban viendo un espíritu.
Entonces les dijo: ―Un espíritu no tiene carne ni huesos como ven que yo tengo‖ (Luc. 24:39,
VMH). De modo que si Dios es espíritu sin miembros físicos, ¿por qué la Biblia se refiere a
sus dedos, brazos, ojos, etc.?
Cuando la Biblia afirma que Dios tiene miembros físicos está empleando una figura de
lenguaje. Se refiere a sí mismo de esa manera porque es ―celoso de su relación contigo‖
(Éxo. 34:14) y se revela a nosotros en formas que nos permiten relacionarnos con Él. En
Éxodo 15 aprendemos que su ―diestra‖ es gloriosa en poder, y en Deuteronomio 33
descubrimos que sus ―brazos‖ siempre están ahí como nuestro refugio. Estas figuras de
lenguaje reflejan su participación directa en nuestra vida.
En Éxodo 31, cuando señala que los Diez Mandamientos fueron escritos ―con el dedo de
Dios‖ tenemos un claro indicador de su participación directa cuando nos dio su Palabra. La
Biblia también dice que Dios ―con sus plumas te cubrirá‖ (Sal. 91:4, VMH), pero no creemos
que se parezca a un ave. Una vez más, no debemos tomar esto literalmente; el propósito es
mostrarnos que Él es nuestro protector. No, Dios no tiene miembros animales o humanos
pero desea relacionarse íntimamente con nosotros por lo que su Palabra lo describe en
términos que nos permiten relacionarnos mejor con Él.
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Pasaje:
[Moisés le dijo a Dios] ―Desiste del ardor de tu ira y cambia de parecer en cuanto a hacer
mal a tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos‖... Entonces el
SEÑOR cambió de parecer en cuanto al mal que dijo que haría a su pueblo (Éxo. 32:12-14,
VMH).
Dificultad: Se supone que Dios es inmutable, pero ¿acaso este pasaje no deja en claro que
Dios cambió de opinión?
Explicación: Una de las características de Dios es que es inmutable. Por naturaleza es
constante, firme, seguro y siempre se puede contar con que es recto y hace lo justo. Samuel
le dijo a Saúl que ―la Gloria de Israel no mentirá ni se arrepentirá, porque él no es hombre
para que se arrepienta‖ (1 Sam. 15:29, VMH).
Sin embargo, parece que las súplicas de Moisés hicieron que Dios cambiara de parecer.
Dios no cambia; no obstante, parece que cambió su posición. ¿No es esto un tanto
contradictorio?
La esencia y el carácter de Dios es que es perfectamente santo (Isa. 54:5), justo (Apoc.
16:5) y recto (Sal. 119:137). Lo que Dios no puede hacer es ir en contra de lo que Él es.
Recompensará la virtud y no tolerará el mal (ver Hab. 1:13). Sin embargo, esto no significa
que todas las respuestas de Dios a su creación son sin condiciones. Muchas de sus promesas
y juicios tienen una condición explícita o implícita.
Cuando Dios estaba a punto de destruir a Sodoma y Gomorra, Abraham intercedió a favor
de su sobrino Lot que vivía en Sodoma (ver Gén. 18:16-33). Y debido a Abraham, Dios
podría cambiar de opinión si encontrara 10 justos en la ciudad. Parece claro que el juicio de
Dios fue condicional.
Dios habló por medio de Jeremías su profeta y explicó cómo su juicio y sus bendiciones
estaban condicionados a la respuesta de Israel. Dios dijo:
Si anuncio que voy a desarraigar, a derribar y a destruir a cierta nación o a cierto reino,
pero luego esa nación renuncia a sus malos caminos, no la destruiré como lo había
planeado. Y si anuncio que plantaré y edificaré a cierta nación o a cierto reino, pero
después esa nación hace lo malo y se niega a obedecerme, no la bendeciré como dije
que lo haría (Jer. 18:7-10).
Dios cambia su repuesta a las personas y naciones a condición de que le respondan. Ha
creado un mundo hermoso junto con los seres humanos y dijo que ―era bueno‖. Sostuvo una
relación con la primera pareja humana pero cuando lo desobedecieron dio marcha atrás y se
separó de ellos. Este cambio en la forma en que responde a los individuos y a las naciones no
se contradice con su inmutabilidad; más bien la afirma. Si hubiera aceptado la maldad
humana y hubiera dicho: ―Bueno, los seres humanos no son otra cosa que eso así que lo
pasaré por alto‖, entonces se negaría a sí mismo. Él es un Dios de rectitud, santidad y
justicia. Su respuesta al pecado es coherente con su naturaleza justa e inmutable.
Que Dios cambie de posición no es un signo de indecisión, como sucede con nosotros. Ni
siquiera es una indicación de que no sabe de antemano que va a cambiar (ver la Explicación
a Gén. 22:12). Más bien, Dios a menudo cambia la forma en que nos responde de acuerdo
con la manera en que actuamos hacia Él. Como pecadores nacidos en pecado, estamos bajo
su juicio. Él es invariable en su posición en cuanto a que es ―demasiado limpio como para
mirar el mal‖ (Hab. 1:13, VMH). Así que nos encontramos condenados y separados de Él.
Sin embargo, Él invierte el curso y cambia de opinión hacia nosotros cuando ponemos
nuestra confianza en la muerte expiatoria y la resurrección de su Hijo Jesucristo. La
respuesta de Dios puede cambiar en función de la forma en que los individuos le responden
mientras que, a la vez, seguirá siendo siempre fiel a su santidad, justicia y misericordia. No
hay nada incoherente o contradictorio en Él cuando cambia de parecer hacia nosotros.
Debemos esperar eso de un Dios relacional y perfectamente santo.
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Pasaje:
No adores a ningún otro dios, porque el Señor, cuyo nombre es Celoso, es Dios celoso de su
relación contigo (Éxo. 34:14).
Dificultad: Si no es correcto sentir celos, entonces ¿por qué Dios es celoso?
Explicación: Hay una clase de celos que es buena y otra que no lo es. Si bien esto puede
parecer contradictorio, tiene sentido cuando entendemos los dos significados diferentes de
celos.
En 1 Corintios leemos: ―todavía están bajo el control de su naturaleza pecaminosa. Tienen
celos unos de otros y se pelean entre sí‖ (1 Cor. 3:3). El apóstol Pablo señala que es malo ser
egoísta, posesivo y contencioso contra aquellos que tienen algo que deseas. Sin embargo, en
la siguiente carta que Pablo les escribió a los corintios les dijo: ―los celo, con el celo de Dios
mismo‖ (2 Cor. 11:2). Pablo estaba preocupado de que ―de alguna manera, su pura y
completa devoción a Cristo se corrompa‖ (v. 3), de manera que estaba celoso como Dios es
celoso. Obviamente, Pablo no condena los celos de Dios. Por lo tanto, ¿qué clase de celos
tiene Dios que no son malos?
La Biblia afirma en varias ocasiones que Dios es celoso. En el segundo de los Diez
Mandamientos que Dios le dio a Moisés expresó: ―Yo soy el SEÑOR tu Dios, un Dios
celoso‖ (Éxo. 20:5, VMH). Josué también les dijo a los hijos de Israel que su Dios era ―un
Dios santo y un Dios celoso‖ (Jos. 24:19, VMH). Estas dos palabras ―Dios celoso‖ en el
hebreo son el cana, las cuales denotan pasión y fervor. El sustantivo español celos se utiliza
por lo general en un sentido negativo. Pero aquí en el hebreo se emplea de una manera
apasionada y cariñosa, a menudo en cuanto a la relación matrimonial. Dios consideraba a los
hijos de Israel como su cónyuge y quería que lo amaran como una esposa se dedica
exclusivamente a su esposo. Por eso les dijo que no debían adorar a nadie excepto Él. Dios
quiere que lo amen con un amor puro y apasionado reservado solo para Él.
Como seres hechos para las relaciones deseamos ser amados exclusivamente. ¿Cómo te
sentirías si alguien te dijera que te ama y luego te engañara? No es malo que te sientas mal si
alguien te engaña, ¿verdad? ¿No es natural querer ser la persona más importante en la vida
de alguien? Fuimos creados relacionalmente para tener a alguien que centre su amor y
atención solamente en nosotros. Fuimos diseñados para desear celosamente que otra persona
nos ame exclusivamente.
Por supuesto que este tipo de celos puede tornarse desagradable. Una persona puede
reaccionar de manera equivocada ante un marido o una esposa infiel. Los sentimientos de
traición (que no son malos en sí mismos) pueden incitar resentimiento y odio, y manifestarse
en muchas acciones egoístas.
Pero en el caso de Dios, el cual es perfectamente santo y bueno, sus celos no son
inapropiadamente egoístas. Él sabe que cuando lo amamos exclusivamente, con todo nuestro
corazón, toda nuestra alma y todas nuestras fuerzas, se nos permite experimentar la alegría y
el significado que buscamos en la vida. Y cuando nos permite sentir las consecuencias
negativas por no amarlo exclusivamente es que nos está disciplinando con amor. Él quiere
que experimentemos toda la alegría que surge cuando lo ponemos en el primer lugar de
nuestra vida. Por lo tanto, de ninguna manera es algo malo que Dios desee celosamente
nuestro amor y devoción exclusivos. En realidad, su amor celoso es un modelo a seguir para
nosotros.
Versículos difíciles del
libro de
Levítico
Pasaje:
Coloca la mano sobre la cabeza del animal, y el SEÑOR aceptará la muerte del animal en tu
lugar a fin de purificarte y hacerte justo ante él (Lev. 1:4).
Dificultad: ¿Cómo purificaba a la gente en el Antiguo Testamento y les concedía el perdón
de los pecados el sacrificio de animales en lugar del sacrificio de Cristo?
Explicación: Los que vivieron en los días del Antiguo Testamento sacrificaban animales,
pero esto fue un sustituto temporal que señalaba al Mesías quien se sacrificaría por ellos. La
Biblia declara que ―Jesús lo hizo una vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo como
sacrificio por los pecados del pueblo‖ (Heb. 7:27).
Así como la muerte y la resurrección de Cristo ven hacia adelante en el tiempo para
resucitarnos de la muerte espiritual y ponernos en una correcta relación con Dios, así
también se extienden hacia atrás en el tiempo para librar a los que nacieron antes de Jesús. El
apóstol Pablo afirmó que el sacrificio de Jesús, ―muestra que Dios actuó con justicia cuando
se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado, porque miraba hacia el futuro y de
ese modo los incluiría en lo que llevaría a cabo en el tiempo presente (Rom. 3:25, 26).
En otras palabras, a las personas que vivieron antes de Jesús se les acreditó su sacrificio
incluso antes de que muriera por ellas. Es como en nuestros días cuando compramos algo a
crédito: utilizamos la mercancía o el servicio a pesar de que, técnicamente, todavía no hemos
pagado por ello. Esto es lo que las Escrituras quieren decir cuando señalan que Abraham
―creyó al SEÑOR, y le fue contado por justicia‖ (Gén. 15:6, VMH). Se le aplicó la salvación
aunque la transacción final realizada por Jesús aún no se había completado.
El sacrificio perfecto de Jesús resuelve el problema del pecado y la muerte para todos los
que creen en la provisión de Dios (pasada, presente y futura). El sistema sacrificial del
Antiguo Testamento simplemente señalaba a Cristo como la provisión de Dios. Todos los
que murieron, los que aún vivimos y todos los que vendrán después de nosotros somos
salvos por la fe mediante la muerte y la resurrección de Jesucristo.
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Pasaje:
Nadab y Abiú, hijos de Aarón, pusieron carbones encendidos en sus incensarios y encima
esparcieron incienso. De esta manera, desobedecieron al SEÑOR al quemar ante él un fuego
equivocado, diferente al que él había ordenado. Como consecuencia, un fuego ardiente salió
de la presencia del Señor y los consumió por completo, y murieron ahí ante el Señor (Lev.
10:1, 2).
Dificultad: ¿No son estas muertes un castigo muy severo de Dios por una desviación
aparentemente leve de su mandato?
Explicación: No sabemos con precisión cuál fue la violación de Nadab y Abiú. El ―fuego
equivocado‖ pudo haber consistido en carbones que provenían de algún culto pagano o
quizás simplemente no prepararon el incienso exactamente como Dios lo había ordenado.
Los dos hermanos habían recibido instrucciones muy específicas de cómo preparar el
incienso (ver Éxo. 30:34-38). Independientemente de lo que hayan hecho, tres cosas eran
evidentes: 1) Sabían cómo Dios quería que fuera el incienso y el fuego; 2) deliberadamente
desobedecieron su mandato; 3) Dios no permitió que profanaran su santidad.
Estos hombres no eran ignorantes de qué era lo que se requería de ellos. Como sacerdotes
que representaban al pueblo ante Dios, eran conscientes de que Dios los había elevado a un
nivel excepcionalmente alto. Sabían que estaban violando directamente sus mandamientos.
Su pecado fue la arrogancia de creerse soberanos. Fue como si se burlaran de Dios y le
dijeran: ―Conocemos estas reglas ridículas acerca de quién eres y cómo se supone que
debemos acercarnos a ti, pero no haremos las cosas a tu modo sino al nuestro, y debes
aceptar nuestras condiciones‖.
Cuando murieron los dos hijos de Aarón, Moisés le dijo a su hermano qué es lo que Dios
quiso decir cuando señaló: Demostraré mi santidad por medio de los que se acercan a mí.
Demostraré mi gloria ante todo el pueblo‖ (Lev. 10:3).
En 2 Samuel se registra otro incidente en el que Dios no fue honrado. Sucedió cuando
David transportaba el arca de Dios a Jerusalén. Un hombre llamado Uza extendió su mano
para sostener el arca del pacto que estaba a punto de caer de la carreta que la llevaba.
―Entonces el furor del SEÑOR se encendió contra Uza, y Dios lo hirió allí por el
atrevimiento‖ (2 Sam. 6:7, VMH).
Una vez más, a primera vista parece como si Dios hubiera exagerado. Pero no es así. A los
israelitas se les había dicho repetidamente cómo llevar el arca de Dios (Éxo. 25:10-15; Núm.
4:13; 7:7-9; Deut. 10:8). El arca representaba la presencia de Dios, y nadie debía tocarla ni
experimentar la presencia de Dios sin pasar por rituales de purificación, presentar sacrificios
y aproximarse de la manera más reverente. Esta era la responsabilidad de los sacerdotes.
Uza tuvo en poco todo esto e insultó a Dios. Mostró, al igual que los hijos de Aarón,
arrogancia y falta de respeto hacia Él. No somos nosotros los que entramos en relación con
Dios. Por el contrario, Él es quien la establece y dicta sus condiciones. La cuestión es si las
vamos a seguir o no.
Uno de los atributos más importantes de Dios es su santidad y es el que más se menciona
en las Escrituras. Su santidad, justicia y absoluta pureza hacen que la vida sea hermosa,
perfecta y buena. Dios no quería dejar la más mínima duda de que no es posible tener una
relación con Él si no se tiene como base la santidad. Y cuando los dos sacerdotes profanaron
el lugar santo en su augusta presencia y el rey David insultó el honor de Dios en la forma en
que el arca fue transportada, la justa ira de Dios se manifestó con un propósito correcto: que
al Dios santo le apasiona tener una relación correcta con su pueblo santo.
Dios no quiere que ninguno de nosotros pase por alto que la alegría y el gozo, el amor
verdadero y la amistad, la paz y la satisfacción, la bondad y el sentido de plenitud solo tienen
una única causa: vivir en una recta relación con Él. La santidad es la condición de esa
relación. Por eso fue tan lejos para hacer frente al problema del pecado.
La santidad no es natural para ninguno de nosotros porque todos tenemos un problema con
el pecado. Tampoco fue natural para los hijos de Israel. Pero Dios consideró necesario que
ellos entendieran que solo los que están santificados pueden disfrutar de todos los beneficios
de una relación con Él. Por eso le dio tanta importancia a los rituales puros e impuros, y a
que los sacrificios se llevaran a cabo precisamente como lo había dispuesto. Y esa es la razón
por qué la venida del perfecto y santo ―Cordero de Dios que quita el pecado [al impío] del
mundo‖ (Juan 1:29, VMH) fue algo tan importante. Dios requirió santidad entonces y aún la
requiere ahora. Con gran misericordia Dios ha abierto un camino para que cada uno de
nosotros se santifique delante de Él al confiar en la muerte sacrificial y la resurrección de su
Hijo.
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Pasaje:
El tejón, porque es rumiante pero no tiene pezuñas partidas. Deben considerarlo un animal
impuro. La liebre, porque es rumiante pero no tiene pezuñas partidas. Deben considerarlo un
animal impuro. (Lev. 11:5, 6, DHH).
Dificultad: ¿No se equivoca la Biblia cuando afirma que el tejón y la liebre rumian, cuando
hoy sabemos que no es así?
Explicación: En primer lugar, es importante observar que Dios le dio a Israel ciertas normas
de pureza las que incluían restricciones alimentarias que distinguían a su pueblo de las demás
naciones El cumplimiento de estas normas de pureza establecía una posición espiritual de
dignidad que les permitía a los hijos de Israel acercarse al Dios santo. Por lo tanto, era
necesario que discernieran con facilidad entre lo limpio y lo inmundo, y qué debían hacer si
se violaban estas normas.
Es cierto que el tejón y la liebre no rumian como lo hacen las vacas. Rumiar simplemente
significa que el animal regurgita la comida que ha tragado previamente regresándola a la
boca para masticarla. Sin embargo, tanto el tejón como la liebre mastican su comida rotando
las mandíbulas de tal manera que parece que rumiaran. Llamar a estos animales rumiantes es
una descripción funcional más que una designación técnica.
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Pasaje:
Estas son las instrucciones con respecto a los animales terrestres, las aves, los seres marinos
y los animales que corren por el suelo. Mediante estas instrucciones sabrás lo que es impuro
y lo que es puro, y también los animales que puedes comer y los que no puedes comer (Lev.
11:46,47).
Dificultad: Levítico, y buena parte del Antiguo Testamento, están llenos de instrucciones y
leyes sobre la comida, las purificaciones y los sacrificios que son extrañas y anticuadas hoy
en día. ¿Cómo podemos saber cuáles están vigentes para nosotros hoy?
Explicación: En primer lugar, es importante darse cuenta de que ni el Antiguo ni el Nuevo
Testamento fueron escritos para los que viven en el siglo XXI. La audiencia del Antiguo
Testamento eran los hijos de Israel que vivieron bajo el pacto mosaico, y el Nuevo
Testamento se escribió para judíos y gentiles del siglo I. Pero eso no significa que la verdad
de la Biblia no sea relevante o vigente para nosotros hoy. (Ver ―Cómo utilizar este Manual‖
en la página 11 y lo que sigue).
La Biblia fue escrita dentro de ciertos contextos históricos, todos bastante diferentes a los
nuestros hoy. Pero, a pesar de que las palabras de la Biblia pueden no haberse dirigido
específicamente a nosotros, eso no significa que no fueron escritas para nosotros. La Biblia
es la verdad universal y relevante de Dios, aplicable a todas las personas, en todas partes y
para todos los tiempos. Los mensajes del Antiguo Testamento trascienden la historia, las
culturas, las costumbres, los idiomas y las líneas cronológicas. Así que, para interpretar lo
que Dios nos dice en el siglo XXI debemos identificar primero las verdades universales de la
Biblia que fueron aplicables en la antigüedad con el fin de entender cómo se aplica la verdad
a nosotros hoy.
El Antiguo Testamento es rico en verdades relevantes para nosotros hoy. Dios le hizo una
promesa a Abraham (un pacto) que incluía el surgimiento de una nación, y mediante los
descendientes de Abraham enviaría a un Salvador, el Redentor del mundo, y el Antiguo
Testamento es la historia de la relación amorosa y fiel de Dios con su pueblo: los hijos de
Israel. Es comprensible que ciertas promesas, condiciones e instrucciones dadas a Israel no
se apliquen a todos.
Pero para entender cómo la verdad del Antiguo Testamento se aplica universalmente y a
los cristianos de hoy también tenemos que interpretarla en el contexto del Nuevo
Testamento. El apóstol Pablo afirmó:
Entonces, ¿para qué se entregó la ley? Fue añadida a la promesa para mostrarle a la
gente sus pecados, pero la intención era que la ley durara solo hasta la llegada del Hijo
prometido ¡Jesús]... la ley fue nuestra tutora hasta que vino Cristo; nos protegió hasta
que se nos declarara justos ante Dios por medio de la fe. Y ahora que ha llegado el
camino de la fe, ya no necesitamos que la ley sea nuestra tutora (Gál. 3:19, 24, 25).
Jesús dejó en claro que Él era el contexto para interpretar el Antiguo Testamento: ―No
malinterpreten la razón por la cual he venido. No vine para abolir la ley de Moisés o los
escritos de los profetas. Al contrario, vine para cumplir sus propósitos‖ (Mat. 5:17). En
realidad Jesús cumplió muchas de las leyes ceremoniales de Moisés y satisfizo la justicia de
Dios al tratar con nuestros pecados.
Por ejemplo, la ley requería que Israel se limpiara antes de ofrecer sacrificios ante Dios.
Las instrucciones en cuanto a lo que se debía comer, cómo limpiarse cuando se tenía
contacto con algo impuro, cómo ofrecer los sacrificios y así sucesivamente, eran imágenes
de lo que Cristo finalmente haría para limpiarnos y ponernos en relación correcta ante Dios.
Vino a ser el cordero sacrificial que murió por nosotros para hacer frente a nuestro pecado y
satisfacer la naturaleza santa y justa de Dios.
Lo mismo se puede decir de lo que se conoce como las leyes civiles de Israel. A lo largo
de los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, los hijos de Israel no solo recibieron
los Diez Mandamientos (la ley moral) sino también detalles de cómo debía hacerse cumplir
la ley de Dios dentro de su nación. En Levítico y en todo el Antiguo Testamento
encontramos cosas muy específicas que Dios mandó hacer a su pueblo, así como la forma de
hacerlas, cuándo hacerlas, las consecuencias de la desobediencia y los remedios a seguir.
Estas leyes fueron dadas específicamente al pueblo judío mientras estuvo bajo el pacto
mosaico. Una pregunta que debemos hacernos para determinar si un mandamiento del
Antiguo Testamento se aplica a nosotros hoy es ¿por qué fue dado tal mandamiento? Al
responder a esta pregunta podemos determinar si hubo una razón moral para el
mandamiento, una razón ceremonial o una razón judía de orden civil, etc.
Por ejemplo, al pueblo hebreo se le mandó que no tejiera con dos clases diferentes de hilo.
No hay nada inherentemente inmoral en mezclar dos clases de materiales pero Dios dio el
mandamiento a su pueblo para que tuvieran un recordatorio diario, incluso en la ropa que
llevaban, de que Dios quería que fueran una nación santa apartada de los paganos.
Cuando los mandamientos del Antiguo Testamento tienen su origen en el carácter de Dios
también podemos saber por qué razón se aplican a nosotros hoy. Su mandato contra el
asesinato se deriva de su naturaleza como el autor de la vida. Los mandamientos contra el
engaño y el robo brotan de su esencia, la cual es la verdad. Las leyes sobre la fidelidad y en
contra de la infidelidad están arraigadas en el Dios que es puro. Estas verdades surgen de la
maravilla de su ser y son dadas para toda la gente de todos los tiempos.
También, cuando los mandamientos de Dios se basan en la creación de Dios son
universales en su aplicación. Tenemos que proteger a los inocentes y tratar a todos con
dignidad porque los seres humanos fueron hechos a la imagen de Dios. Dios creó al hombre
y a la mujer, y los diseñó para que vivieran en matrimonio. Los derechos civiles, el trato que
debemos dar a las diferentes razas y la definición del matrimonio tienen sus raíces en la
creación de Dios.
Ciertamente, la ley moral del Antiguo Testamento, a menudo conocida como los Diez
Mandamientos, refleja el carácter y la verdad universal de Dios. Cada uno de los Diez
Mandamientos se repite en el Nuevo Testamento, salvo la observancia del sábado. Y este se
repite, en efecto, en la verdad de que los que componen la iglesia, el cuerpo de Cristo, deben
amarse unos a otros y adorar juntos. El escritor de la carta a los Hebreos señaló: ―Y no
dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros‖ (Heb.
10:25). Así que, sin duda, la ley moral del Antiguo Testamento es vigente y aplicable a
nosotros hoy.
Cuando leemos el Antiguo Testamento debemos entender la verdad de Dios en el contexto
histórico de los hijos de Israel. Y cuando lo hacemos, se pone de manifiesto cómo la verdad
relevante de Dios se debe aplicar a nuestra vida y a la del mundo del siglo XXI.
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Pasaje:
Mediante estas instrucciones sabrás lo que es impuro y lo que es puro... (Lev. 11:47). [Y
Lev. 11—15].
Dificultad: ¿Por qué parece que Dios está obsesionado con la limpieza?
Explicación: Dios no está obsesionado tanto con lo puro y lo impuro sino con lo que es
santo y lo profano (ver la Explicación a Lev 10:1, 2). Para preparar a los hijos de Israel a fin
de que fueran un pueblo santo tuvo que darles instrucciones estrictas de lo que es puro e
impuro. Por ejemplo, las cosas que se podían comer y las que no se podían comer, las reglas
relativas a los períodos menstruales, la circuncisión, las erupciones y las enfermedades de la
piel, la ropa contaminada, los fluidos corporales, etc.
Las cosas que fueron señaladas como impuras no eran pecaminosas en sí mismas sino más
bien representan un estado de indignidad al entrar en contacto con lo santo. Cuando el pueblo
de Dios seguía las instrucciones de lo que era limpio, ellos y las cosas limpias adquirían el
potencial de llegar a ser santos. Todas las regulaciones con respecto a la pureza o la limpieza
eran un recordatorio constante para Israel, que había sido llamado a ser un pueblo dedicado
(separado) en relación con un Dios santo.
Más tarde, el apóstol Pedro llegaría a entender cómo Dios alteró las leyes de la
purificación para la iglesia primitiva (ver Hech. 10:9-33). Pablo emitiría un llamado a todos
los creyentes en Cristo, comparable al llamado que hizo Dios a los hijos de Israel, para que
fueran su pueblo santo:
Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su
Hijo... Después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él; y una
vez que los llamó, los puso en la relación correcta con él; y luego de ponerlos en la
relación correcta con él, les dio su gloria (Rom. 8:29, 30).
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Pasaje:
―Cuando una mancha de lepra esté en un vestido, sea vestido de lana o vestido de lino... es
mancha de lepra. Ha de ser mostrada al sacerdote (Lev. 13:47, 49, VMH).
Dificultad: ¿No está la Biblia en un error al señalar que la lepra infecta la ropa cuando la
ciencia médica ha demostrado que es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria y
no infecta la ropa?
Explicación: Este pasaje no se refiere a lo que hoy conocemos como lepra, o la enfermedad
de Hansen, la cual es causada por una bacteria. La palabra hebrea zarákj, traducida en
algunas versiones como lepra, es un término amplio que incluye erupciones de la piel,
quemaduras, calvicie anormal, hongos y mohos.
Durante la temporada de lluvias el moho y los hongos eran comunes en Israel y podían
provocar reacciones alérgicas que ponían en riesgo la salud. Estos reglamentos sanitarios se
dieron para proteger a los israelitas. Este pasaje simplemente señala que, si se encontraban
hongos o moho en la lana, el lino o el cuero, había que informar al sacerdote. La Nueva
Traducción Viviente traduce en una manera idiomática el versículo 47: ―Ahora, supongamos
que el moho contamina alguna prenda de vestir de lana o de lino...‖ (Lev. 13:47).
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Pasaje y Dificultad: Levítico 19:17, 18. ¿Manda Dios manda amarse a uno mismo con amor
egoísta?
Explicación: Ver Mateo 22:37-39.
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Pasaje:
Cualquiera que deshonra a su padre o a su madre será ejecutado. Esa persona es culpable de
un delito de muerte (Lev. 20:9).
Dificultad: ¿No es un castigo extremo matar a un hijo desobediente?
Explicación: Los hijos eran apedreados por desobedecer a sus padres durante el tiempo en
que Moisés condujo a Israel. También se condenaba a muerte por delitos como el adulterio,
el incesto y la homosexualidad.
Algunas personas clasifican las leyes del Antiguo Testamento en ley moral, civil y
ceremonial. Dentro de estas distinciones se reconoce que la ley moral sería vinculante para
nosotros hoy. La estructura social de Israel estaba gobernada por la ley civil y las leyes
relativas a los sacrificios y la purificación ritual, que se consideran como no vinculantes para
los cristianos. Pero esta clasificación puede ser engañosa.
―Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza...‖ (2 Tim. 3:16,
VMH). Las leyes civiles y ceremoniales en Levítico y Deuteronomio pueden darnos visión y
comprensión de Dios y de la forma en que quiere que su pueblo lo honre y le tema (respete)
por quien es. Así, si bien el mandato de apedrear a los hijos tercos y rebeldes no se aplica
hoy en día, podemos aprender algo de por qué Dios le dio a Israel tales mandamientos.
Deuteronomio 21 nos ofrece varios detalles de por qué un hijo sería apedreado por
desobedecer a sus padres. ―Supongamos que un hombre tiene un hijo terco y rebelde, que no
quiere obedecer ni a su padre ni a su madre, a pesar de que ellos lo disciplinan‖ (Deut.
21:18). Esto no se refiere a un niño que le jala el pelo a su hermana o ha dejado tras de sí un
rastro de lodo después de que su madre le dijo varias veces que se limpiara los pies. Se trata
de un muchacho delincuente que ha sido rebelde e insubordinado y que en repetidas
ocasiones se ha negado a honrar a sus padres a pesar de que han tratado de corregirlo una y
otra vez. En el versículo 20 se lo llama ―glotón y borracho‖.
Una vez que los padres hubieran hecho cuanto podían sin resultado para ―domar‖ al hijo
indómito y desafiante, entonces lo llevarían a los ―ancianos‖ que juzgaban ―en las puertas de
la ciudad‖ (v. 19). A partir de ese momento el asunto ya no estaba en las manos de los
padres. Les correspondía a los hombres de la ciudad administrar el castigo al muchacho. ―De
ese modo limpiarás esa maldad que hay en medio de ti, y todo Israel se enterará y tendrá
miedo‖ (v. 21). Cualquiera que continuara deshonrando a su padre y a su madre lo haría con
pleno conocimiento de cuáles serían las consecuencias.
Dios había hecho un pacto con Israel. Este era su pueblo y le dio la ley para su bien. Cada
familia debía transmitir las leyes de Dios a la siguiente generación. Este hijo rebelde sin duda
dilapidaría la herencia de sus padres y no transmitiría una buena herencia a los hijos que
tuviera. Este severo castigo era la manera de inculcar un santo temor en Israel que los
ayudaría a permanecer fieles a las enseñanzas y costumbres de sus antepasados. Si Israel
hubiera tomado a pecho estos mandamientos, podría haber evitado las duras consecuencias
que vinieron después de que abandonó por completo a Dios (2 Rey. 17 y 25).
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Pasaje:
Podrás comprar esclavos y esclavas de entre las naciones vecinas. También podrás comprar a
los hijos de los residentes temporales que vivan entre ustedes, incluidos los que hayan nacido
en tu tierra. Podrás considerarlos como tu propiedad (Lev. 25:44,45).
Dificultad: ¿Aprueba la Biblia, o al menos permite, la propiedad de esclavos?
Explicación: Este pasaje del Antiguo Testamento sin duda plantea la cuestión de la
legitimidad de la posesión de esclavos. La posición del Nuevo Testamento sobre la
esclavitud también está en tela de juicio con el dicho del apóstol Pablo: ―Esclavos,
obedezcan a sus amos terrenales con profundo respeto y temor. Sírvanlos con sinceridad, tal
como servirían a Cristo‖ (Efe. 6:5). La esclavitud era común en la época de Jesús y durante el
primer siglo de existencia de la iglesia. Se estima que durante el siglo I d. de J.C., del 85 al
90 por ciento de la población de Roma consistía en esclavos 25. ¿De modo que acepta la
Biblia la esclavitud como una norma y tolera la posesión de esclavos?
En el Antiguo Testamento
Las leyes que Dios le dio a Israel pusieron en perspectiva el concepto de esclavitud o
servidumbre. Estas permitían a quien tuviera en una gran deuda ―venderse‖ a sí mismo y
trabajar para alguien más. Este era esencialmente un acuerdo contractual para saldar una
deuda.
Si uno de tus hermanos israelitas se empobrece y se ve obligado a venderse a ti, no lo
trates como a un esclavo. En cambio trátalo como a obrero contratado o como a un
residente temporal que vive contigo, y trabajará para ti únicamente hasta el año de
jubileo (Lev. 25:39, 40).
Esta disposición es similar a la que tuvo lugar al comienzo de la época colonial en los
Estados Unidos de América. Todos aquellos que no podían pagar las costosas tarifas para
viajar a ese país se contrataban a sí mismos con alguna persona hasta que devolvían el costo
de la tarifa. Estos eran sirvientes contratados. Solo que en Israel cada siete años se
cancelaban las deudas (Deut. 15:1-3). Esta disposición era una garantía de que la
servidumbre contratada no se institucionalizaría ni se abusaría de ella.
La esclavitud era común en el antiguo cercano Oriente, y los esclavos extranjeros huían de
sus amos. Acerca de esto, Dios le ordenó a Israel: ―Si un esclavo huye de su amo y se refugia
contigo, no lo devuelvas a su amo. Déjalo vivir en medio de ti en cualquier ciudad que elija y
no lo oprimas‖ (Deut. 23:15, 16).
A Israel se le permitió ―comprar esclavos y esclavas de entre las naciones vecinas‖ (Lev.
25:44). Sin embargo, recibieron directrices estrictas en cuanto a cómo se les debía tratar.
No te aproveches de los extranjeros que viven entre ustedes en la tierra. Trátalos como
a israelitas de nacimiento, y ámalos como a ti mismo. Recuerda que una vez fuiste
extranjero cuando vivías en Egipto. Yo soy el Señor tu Dios (Lev. 19:33, 34).
Israel trató a estos ―esclavos‖ más como empleados que como mercancía a la que se podía
maltratar. ―No maltratarás ni oprimirás al extranjero, porque también ustedes fueron
extranjeros en la tierra de Egipto‖ (Éxo. 22:21, VMH). Este constante recordatorio de parte
de Dios de lo que sintieron al ser oprimidos en la esclavitud de Egipto fue para recordarles
que era necesario tratar a todos con dignidad humana.
Los esclavos en Israel tenían un estatus alto, derechos y una protección sin precedentes en
el antiguo Cercano Oriente. Los eruditos de todo el mundo reconocen esta realidad. Los
esclavos eran incluidos en la vida religiosa, se les concedía el reposo del sábado (es decir, un
día libre), se les concedía la libertad si se les causaba daño físico y tenían la oportunidad de
ser libres cada siete años26.
En el Nuevo Testamento
Algunos han sugerido que Jesús y los apóstoles toleraban la esclavitud romana pero no es
así. Aunque habría sido un delito grave desafiar activamente a Roma sobre el tema de la
esclavitud, no obstante, los apóstoles dieron a conocer que la esclavitud era inaceptable.
El apóstol Pablo se dirigió a los esclavos.
¿Eres un esclavo? No dejes que eso te preocupe; sin embargo, si tienes la oportunidad
de ser libre, aprovéchala. Y recuerda: si eras un esclavo cuando el Señor te llamó,
ahora eres libre en el Señor; y si eras libre cuando el Señor te llamó, ahora eres un
esclavo de Cristo‖ (1 Cor. 7:21, 22).
Pablo animó a los esclavos para que se liberaran de la esclavitud, y ciertamente les dio el
alto estatus de la dignidad humana como ―libres en el Señor‖. Afirmó que ―ya no hay judío
ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos ustedes son uno en
Cristo Jesús‖ (Gál. 3:28, VMH).
Cuando Pablo hizo una lista de pecados terribles, incluyó en ella a los ―traficantes de
esclavos‖. Dijo que la ley era para los rebeldes, para los que profanaban lo santo y los
asesinos. Los identifica como ―los que cometen inmoralidades sexuales o los que practican la
homosexualidad o los traficantes de esclavos los mentirosos, los que no cumplen sus
promesas...‖ (1 Tim. 1:10). No dudó en condenar a los que traficaban con la esclavitud.
Y por último, Jesús hizo conocer su posición cuando leyó una parte de Isaías 61 en una
sinagoga al comienzo de su ministerio terrenal. Declaró que era Él de quien Isaías había
profetizado: ―Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos
verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el tiempo del favor del
Señor‖ (Luc. 4:18, 19). La misión misma de Jesús consistía en libertar a todos los que
estaban esclavizados física y espiritualmente. En el reino de Dios no hay esclavitud ni
opresión.
(Para mayor información sobre la esclavitud en la Biblia, ver el capítulo 11 del libro Is
God Just a Human Invention? (¿Es Dios solo una invención humana? por Sean McDowell y
Jonathan Morrow).
Versículos difíciles del
libro de
Números
Pasaje:
Un año después de la salida de Israel de Egipto, el SEÑOR le habló a Moisés en el
tabernáculo en el desierto de Sinaí (Núm. 1:1).
Dificultad: Los críticos dicen que el libro de Números se escribió siglos después de la
muerte de Moisés. Entonces, ¿cómo pudo Moisés haber escrito este libro?
Explicación: Las tradiciones judía y cristiana reconocen que Moisés escribió el libro de
Números así como el resto de los primeros cinco libros del Antiguo Testamento (el
Pentateuco). Se cree que se escribieron durante la edad de Bronce (1500-1200 a. de J.C.).
Sin embargo, desde mediados del siglo XVIII los eruditos críticos han sostenido que el
Pentateuco fue una colección de escritos provenientes de numerosas fuentes y grupos de
personas que se reunieron entre el 850 y el 450 a. de J.C. A esta idea se la conoce como
hipótesis documentaría. Según esta noción, los libros previamente atribuidos a Moisés se
compilaron al paso del tiempo y no fueron editados sino hasta el 400 a. de J.C. Por supuesto,
se excluye a Moisés de ser el autor, ya que esto habría ocurrido cientos de años después de
su muerte.
Hay muchas razones por las que la hipótesis documentaria no logra ser creíble. (Amplia
documentación de la evidencia a favor de la autoría mosaica del Pentateuco se brinda en el
libro de Josh McDowell, Nueva evidencia que demanda un veredicto, caps. 13 y 17-21).
Aquí nos limitaremos a citar dos de las docenas de razones que hacen cuestionable la
hipótesis documentaría.
En primer lugar, la hipótesis no responde satisfactoriamente a la cuestión de por qué Israel
fue monoteísta (que adora a un solo Dios) en medio de un contexto totalmente politeísta. Los
críticos asumen que los escritores del texto bíblico tomaron prestadas sus ideas religiosas de
sus predecesores paganos. Pero, dado que el resto del mundo conocido era politeísta y
adoraba ídolos, ¿de dónde vino el monoteísmo de Israel? Sin duda no surgió de los paganos.
En segundo lugar, los continuos hallazgos arqueológicos dan credibilidad al texto hebreo y
su autoría mosaica. Estos hallazgos contradicen la suposición de que el Pentateuco fue
escrito cientos de años después de Moisés. Por ejemplo, en 1986 los arqueólogos
descubrieron en Jerusalén un texto bíblico más antiguo que los rollos del Mar Muerto. Parte
del texto de Números 6:24-26 fue grabado en dos pequeños amuletos de plata. Gabriel
Barklay de la Universidad de Tel Aviv data ambas piezas entre el 960 y 586 a. de J.C.,
durante el período del primer templo.
Los críticos también alegan que el nombre de Yahvé no se utilizaba antes del 500 al 400 a.
de J.C. De ser cierto esto, Moisés no podría ser el autor del Pentateuco. Pero los amuletos de
plata contenían el nombre de Yahvé y fueron datados antes del 586 a. de J. C, lo que pone en
duda la suposición de que el Pentateuco no fue escrito por Moisés, ni siquiera en sus días27.
Los críticos afirman, además, que el código moral hebreo era demasiado avanzado para
haber sido desarrollado por el año 1200 a. de J.C. Señalan que una estructura social tan
avanzada tendría que haber estado más cerca de los años 800 a. de J.C. Sin embargo, la
arqueología ha descubierto el Código de Hammurabi que data antes del 1200 a. de J.C. Estas
leyes acadias se equiparan con las leyes de Moisés, lo que deja fuera de duda que estos
códigos morales ya existían en la época de Moisés28.
La hipótesis documentaría también asume que ciertas expresión y ciertos pasajes difíciles
de Levítico no se habrían podido utilizar antes del 1200 a. de J.C.; por consiguiente, el
Pentateuco tuvo que haberse escrito mucho después. Las referencias antiguas son como estas:
―ofrenda del todo quemada‖ (kalíl), ―ofrenda de paz‖ (shélem) ―ofrenda por el pecado‖
(ashám). Sin embargo, los arqueólogos descubrieron las tablillas de Ras Shamra (1400 a. de
J.C.), la cuales contenían una gran cantidad de literatura ugarítica. Y
muchos de los términos técnicos de Levítico relacionados con los sacrificios fueron
descubiertos en el muy alejado Ugarit de lengua cananea y datados en el 1400 a. de
J.C Estos términos ya estaban en uso en Palestina en los tiempos de Moisés y la
conquista, y toda esa línea de pensamiento que supone que la terminología de las
culturas levíticas es tardía, carece de fundamento29.
Estos hallazgos y muchos otros son evidencia que respáldala noción de que Moisés
efectivamente escribió el libro de Números y todo el Pentateuco.
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Pasaje y Dificultad: Números 2:2. ¿No es una contradicción ubicar el tabernáculo dentro del
campamento (Números 2) y a la vez fuera del campamento (Números 12)?
Explicación: Ver Números 12:4.
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Pasaje:
Anoten en una lista a todos los hombres de entre treinta y cincuenta años que cumplan los
requisitos necesarios para servir en el tabernáculo (Núm. 4:3).
Dificultad: ¿Cómo podemos explicar la discrepancia en cuanto al límite mínimo de edad
para los hombres que servían en el tabernáculo en Números 4 (30 años) y Números 8 (25
años)?
Explicación. A primera vista parece que estos dos pasajes se contradicen sobre la edad de
los que servían en el tabernáculo. Pero si revisamos más de cerca vemos que se refieren a dos
tipos diferentes de servicio.
En Números 4 se considera el servicio o las obligaciones que ―tendrán que ver con los
objetos más sagrados‖ (Núm. 4:4). El término hebreo que describe este servicio es melaká,
el cual se refiere al ―negocio u ocupación‖ del tabernáculo. Este era para los que tenían
arriba de 30 años hasta 50 años de edad.
En Números 8 el servicio realizado en el tabernáculo se indica con una palabra hebrea
diferente, abodá, que tiene el sentido de ―trabajo‖ o ―labor‖. A estos hombres jóvenes de
entre 25 y 29 años muy probablemente se los consideraba como ―trabajadores‖ o aprendices
no oficiales. Y esto, por tanto, explicaría la diferencia de edades que se señala.
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Pasaje y Dificultad: Números 8:24. ¿Cómo se explica la aparente discrepancia de edad de
los hombres que servían en el tabernáculo en Números 8 (25 años) y en Números 4 (30
años)?
Explicación: Ver Números 4:3.
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Pasaje:
Así que, el Señor llamó de inmediato a Moisés, a Aarón y a Miriam y les dijo: ―¡Vayan los
tres al tabernáculo!‖; y los tres fueron allí (Núm. 12:4).
Dificultad: ¿No es una contradicción ubicar el tabernáculo fuera del campamento (Números
12) y a la vez dentro del campamento (Números 2)?
Explicación: Algunas personas citan pasajes como este para desacreditar la Biblia, y afirman
que está llena de contradicciones y discrepancias. En relación con el tabernáculo, en realidad
la respuesta es un ―ambos‖.
En Números 2 se establece que ―los israelitas acamparán alrededor de la Tienda de
reunión [tabernáculo]‖ (Núm. 2:2, NVI), En otras palabras, el tabernáculo estaba colocado en
el centro del campamento y los israelitas acampaban alrededor. Así que el tabernáculo estaba
dentro del campamento. Pero si estuvieras en tu tienda en realidad tendrías que salir de ella e
―ir al tabernáculo...‖ (Núm. 12:4). Así que el tabernáculo estaba tanto dentro del campamento como fuera de la zona de acampar de cada uno.
Versículos difíciles del
libro de
Deuteronomio
Pasaje:
Y no habrá menesteroso entre vosotros, ya que el SEÑOR de cierto te bendecirá en la tierra
que el Señor tu Dios te da por heredad para poseerla (Deut. 15:4, BA).
Dificultad: ¿No es contradictorio decir, ―no habrá menesteroso entre vosotros‖ en el
versículo 4 y al mismo tiempo decir, ―Porque nunca faltarán pobres en tu tierra‖ en el
versículo 11?
Explicación: Tras un examen más detenido de este pasaje vemos que no hay contradicción.
El siguiente versículo dice:
Recibirás esa bendición si te aseguras de obedecer los mandatos del SEÑOR... Pero si
hubiera israelitas pobres en tus ciudades cuando llegues a la tierra... no seas insensible
ni tacaño con ellos. En cambio, sé generoso y préstales lo que necesiten (Deut. 15:5,
7,8).
En primer lugar, había una condición a la noción de que no habría pobres entre ellos. Y
por supuesto que no los habría siempre y cuando no fueran tacaños y dieran a los
necesitados. En segundo lugar, el versículo 11 simplemente establece que siempre habrá
pobres. Sin embargo, si los israelitas respondieran a esas personas como Dios lo mandó, se
satisfarían sus necesidades. La lectura de todo el versículo 11 clarifica el punto: ―Siempre
habrá algunos que serán pobres en tu tierra, por eso te ordeno que compartas tus bienes
generosamente con ellos y también con otros israelitas que pasen necesidad‖ (Deut. 15:11).
Con el contexto apropiado de este pasaje podemos interpretarlo así: ―No habrá pobres
entre ustedes, siempre y cuando continúen dando generosamente a los necesitados, y en
tiempos difíciles siempre habrá los que se acerquen, pero tú estás allí para ayudarlos‖.
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Pasaje:
Les levantaré un profeta como tú, de entre sus hermanos. Yo pondré mis palabras en su boca,
y él les hablará todo lo que yo le mande (Deut. 18:18, VMH).
Dificultad: ¿Es este pasaje una profecía de la venida de Mahoma?
Explicación: Los musulmanes creen que este pasaje se cumplió en Mahoma, el profeta que
Dios levantó (ver Sura 7:157 del Corán). Pero la promesa de Dios a Moisés era que
levantaría un profeta de entre ―sus hermanos‖, es decir, un israelita; no Ismael, de quien
descienden las naciones árabes. Otras versiones como la DHH, traducen así: ―Yo haré que
salga de entre ellos un profeta como tú, uno que sea compatriota de ellos‖ (Deut. 18:18).
Este pasaje se refiere a Jesús, quien lo cumplió perfectamente: ―Nada hago de mí mismo
sino que estas cosas hablo así como el Padre me enseñó‖ (Juan 8:28). ―El Padre que me
envió, él me ha dado mandamiento de qué he de decir y de qué he de hablar‖ (Juan 12:49).
Deuteronomio 18 profetiza que Dios levantaría un profeta de entre los israelitas. Jesús fue
uno de ellos (ver Mat. 1:1-17), y fue el portavoz de Dios su Padre, como se indica en Juan 8
y 12.
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Pasaje:
Los destruirás completamente, como el SEÑOR tu Dios te ha mandado: heteos, amorreos,
cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos (Deut. 20:17, VMH).
Dificultad: ¿Cómo puede un Dios amoroso ordenar el asesinato en masa de todo un grupo
de personas?
Explicación: Dios ordenó que los habitantes de la tierra de Canaán fueran exterminados. La
Biblia registra que ―conquistó, pues, Josué toda la tierra: la región montañosa, el Néguev, la
Sefela y las laderas, y a todos sus reyes, sin dejar sobrevivientes. Mató todo lo que tenía
vida, como el SEÑOR Dios de Israel había mandado‖. Jos. 10:40, VMH). Pero ¿hace esto a
Dios un asesino genocida que en su ira arrasa con razas enteras de personas?
Debe tenerse en cuenta que cualquier asesinato ordenado por Dios en el Antiguo
Testamento no fue arbitrario. Dios fue movido por consideraciones de orden moral, no por la
raza. Así que en realidad, esto no fue un genocidio. El asesinato en masa no está en la
naturaleza de Dios. En la Biblia descubrimos que Dios es compasivo y clemente (Sal. 103:8),
justo y santo (Sal. 145:17 y Apoc. 3:7), recto y fiel (Sal. 119:137, 138). No se apresura a
juzgar porque es ―lento para la ira y grande en misericordia‖ (Sal. 103:8, VMH). Pero
―juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad‖ (Sal. 96:13, VMH). No está
en su naturaleza ser injusto.
Dios no puede ser perfecto y amoroso sin que, a la vez, sea un Dios justo, irreprochable en
su juicio. Si actuara de manera diferente sería menos de lo que es.
Hay una razón por la que Dios ordenó que un pueblo entero fuera destruido. Moisés les
dijo a los hijos de Israel: ―El Señor tu Dios expulsará a esas naciones de tu paso solo por la
perversidad de ellas y para cumplir el juramento que les hizo a tus antepasados Abraham,
Isaac y Jacob‖ (Deut. 9:5). El quitar a los cananeos de la tierra que Dios le había prometido a
Abraham no se debió a algo que los hijos de Israel hicieran o porque eran fieles a Dios, pues
no lo fueron. La tierra les fue entregada porque Dios se la prometió a Abraham. Además, los
cananeos fueron destruidos a causa de su maldad.
Los cananeos eran un pueblo idólatra. Practicaban el incesto, la prostitución sagrada, el
adulterio, la homosexualidad y la bestialidad. Eran pederastas y sacrificaban vivos a los
niños de hasta cuatro años de edad. Eran un pueblo pervertido. Sin embargo, Dios fue
paciente y les extendió su misericordia, incluso a la vista de sus pecados despreciables. Dios
les dio 400 años a los habitantes de Canaán para que se arrepintieran de sus malos caminos
(Gén. 15:16). Dios no tenía nada en contra de ellos como pueblo. No obstante, se opuso a su
conducta maligna y depravada.
Sin embargo, Dios estuvo dispuesto a salvar a aquellos cananeos que fueran justos. En
realidad, salvó a Rajab en Jericó porque era justa. Con el tiempo, Dios castigó a todos los
que no se arrepintieron de sus pecados. Y el pueblo de Canaán no era diferente. Esto no
convierte a Dios en un genocida; simplemente refleja su santa justicia y justo castigo. Hay
que tener presente que él castigó de la misma manera a su pueblo escogido cuando cometió
los mismos pecados (ver 2 Rey. 17 y 25). (Para un tratamiento más exhaustivo de este tema,
ver capítulo 13, ―¿Es Dios un genocida intimidante?‖ en el libro Is God Just a Human
Invention? (¿Es Dios solo una invención humana?) por Sean McDowell y Jonathan Morrow.
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Pasaje y Dificultad: Deuteronomio 21:18-31. ¿No es un castigo extremo matar a un hijo
desobediente?
Explicación: Ver Levítico 20:9.
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Pasaje:
Si un hombre se encuentra casualmente con una joven virgen que no esté comprometida para
casarse, y la obliga a acostarse con él, y son sorprendidos, el hombre le pagará al padre de la
joven cincuenta monedas de plata, y además se casará con la joven por haberla deshonrado.
En toda su vida no podrá divorciarse de ella (Deut. 22:28,29).
Dificultad: Parece que la Biblia no considera la violación como un delito grave. ¿Por qué un
hombre que viola a una virgen solamente tiene que pagar a su padre algo de dinero y luego
casarse con ella en vez de ser castigado severamente?
Explicación: Estos versículos no solo parecen decir al hombre que violó a la joven que debe
pagar al padre sino que ella debe convertirse en la esposa del violador. Es natural que las
víctimas de violación no quieran tener nada que ver con su atacante. ¡Sería una tortura
terminar teniendo que vivir con el violador! Pero al examinar más de cerca este pasaje en su
contexto vemos que esta no es la interpretación correcta.
Dios se opone por completo a la violación. Es un atentado atroz contra toda persona. En
Deut. 22:25 se describe a un hombre que se encuentra en el campo a una mujer
comprometida para casarse y la viola. La Biblia dice: ―morirá solo el hombre que se acostó
con ella. A la joven no le harás nada‖ (VMH).
La palabra hebrea usada en el versículo 25 es shakáb que significa ―tomar por la fuerza o
forzar‖. Cuando un hombre forzaba sexualmente a una mujer la ley civil de Israel lo
sentenciaba a pagar el delito con su vida.
Pero en Deuteronomio 25:28, 29 se describe otra situación. Aquí, un hombre se encuentra
con una mujer que no está comprometida en matrimonio y él no la viola sino más bien la
seduce. El término hebreo que la NVI traduce ―viola‖ es tafás que significa ―obligar
mediante manipulación‖. Esa es la razón por la que otras traducciones presentan el versículo
como: ―Supongamos que un hombre tiene relaciones sexuales con una joven que es virgen
pero que aún no está comprometida para casarse‖ (Deut. 22:28).
Este pasaje explica una situación entre un joven judío con una mujer judía no
comprometida. En el juego amoroso él le pide a su novia tener relaciones sexuales. Ella
quizás le dice a su excitado novio: ―¿Qué pasa si mi padre se entera de lo que estamos
haciendo?‖. Él no presta atención a sus advertencias, insiste y ella se entrega. Observe que el
versículo dice: ―y son sorprendidos‖ no ―y él es sorprendido‖. Ambos solteros son
descubiertos en medio de una relación sexual consensual. Los dos son responsables de su
aventura.
Esta misma situación se aborda en Éxodo cuando dice: ―Si un hombre seduce a una mujer
virgen que no está comprometida y tiene sexo con ella, tendrá que pagar a la familia de la
mujer la cantidad acostumbrada por una virgen y casarse con ella‖ (Éxo. 22:16). La
estipulación que obligaba al hombre a casarse con la joven era en muchos aspectos una
protección para ella. La comunidad rechazaría de inmediato a una joven soltera que hubiera
estado involucrada sexualmente. Sería muy difícil encontrar a un hombre que se casara con
una mujer que no era virgen. Así que, exigir al ―amante apasionado‖ que la tomara como su
esposa le daba a ella seguridad económica para el futuro.
LOS LIBROS HISTÓRICOS
Josué – Ester
Versículos difíciles del
libro de
Josué
Pasaje y Dificultad: Josué 2:4, 5. Es evidente que Rahab mintió, ¿acaso Dios excusa la
mentira?
Explicación: Ver Génesis 20:1, 2.
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Pasaje:
Entonces el pueblo gritó, y tocaron las cornetas. Y sucedió que cuando el pueblo oyó el
sonido de la corneta, gritó con gran estruendo. ¡Y el muro se derrumbó! Entonces el pueblo
subió a la ciudad, cada uno directamente delante de él; y la tomaron (Jos. 6:20, VMH).
Dificultad: ¿Han podido verificar los arqueólogos el relato bíblico de la destrucción de
Jericó?
Explicación: Entre finales del siglo XIX y mediados del XX, los arqueólogos excavaron el
área donde estaba ubicada la ciudad de Jericó y los alrededores. Pero no pudieron corroborar
los datos registrados en el libro de Josué respecto a su destrucción.
Sin embargo, en 1990 el profesor Bryant G. Wood presentó evidencia en el Biblical
Archeology Review que confirmó el relato bíblico de la caída de Jericó. Su investigación
detallada mostró que después de que las murallas cayeron, la ciudad fue quemada (Jos. 6:24);
los muros derrumbados permitieron a los ejércitos invadir la ciudad (Jos. 6:20); el ataque
tuvo lugar en la primavera (Jos. 2:6; 3:15; 5:10); los que estaban en la ciudad no tuvieron
tiempo de escapar con grano y comida (Jos. 6:1); y los que se quedaron en ella no
consumieron sus alimentos almacenados porque la invasión fue muy breve (Jos. 6:15). En
general, las pruebas arqueológicas confirman el relato histórico del libro de Josué. El
arqueólogo Joel Kramer ha ratificado estos mismos descubrimientos, y más, en su reciente
serie Bible Expedition: Jericho Unearthed.1
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Pasaje y Dificultad: Josué 6:21. ¿Cómo pudo Dios ordenar el asesinato en masa de todos
los habitantes de una ciudad?
Explicación: Ver Deuteronomio 20:17.
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Pasaje:
El día que el SEÑOR les dio a los israelitas la victoria sobre los amorreos, Josué oró al Señor
delante de todo el pueblo de Israel y dijo: ―Que el sol se detenga sobre Gabaón, y la luna,
sobre el valle de Ajalón‖. Entonces el sol se detuvo y la luna se quedó en su sitio hasta que la
nación de Israel terminó de derrotar a sus enemigos (Jos. 10:12, 13).
Dificultad: ¿No está la Biblia en un error al decir ―que el sol se detenga‖ cuando sabemos
que, ya que el sol permanece en su sitio, en vez de mandar a que este se detuviera hubiera
sido necesario ordenarle a la tierra que dejara de girar?
Explicación: Algunos señalan que la Biblia parece reflejar una falta de conocimiento
científico; sus autores no se dieron cuenta de que la tierra gira para crear el día y la noche.
Pero en el siglo XXI, mientras que todos sabemos cómo se producen los días y las noches,
todavía hablamos de la ―salida del sol‖ y la ―puesta del sol‖. Esta es solo una manera de
hablar basada en la observación. Decimos que ―el sol se pone en el oeste‖ porque, sin duda,
eso es lo que parece desde nuestro punto de vista. Sin embargo, sabemos que no es un
lenguaje técnico ni científicamente exacto.
¿Sabía el autor del libro de Josué que la tierra giraba una vez cada 24 horas, y que eso
daba lugar a los días y las noches? En realidad eso es irrelevante dado que el lenguaje
observacional que se utilizó no es menos exacto que el que usamos hoy en día.
Versículos difíciles del
libro de
Jueces
Pasaje:
En aquel tiempo gobernaba a Israel Débora, profetisa, esposa de Lapidot. Ella solía sentarse
debajo de la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la región montañosa de Efraín. Y los
hijos de Israel acudían a ella para juicio (Jue. 4:4, 5, VMH).
Dificultad: ¿Permitía Dios que las mujeres fueran profetas y jueces?
Explicación: Algunos creen que, dado que las mujeres fueron creadas a partir del hombre
para que fueran su ayuda, no están habilitadas como portavoces de Dios (ver la Explicación a
Gén. 2:18, 21, 23). Además, hay otros que hacen hincapié en que Dios les prohibió a las
mujeres que enseñaran a los hombres o que tuvieran autoridad sobre los hombres en la
iglesia primitiva (ver la Explicación a l Tim. 2:11, 12).
Sin embargo, como se explica en Génesis 2 y 1 Timoteo 2, está claro que Dios no
descalifica a las mujeres para que sean sus portavoces. Si bien los eruditos y algunos líderes
cristianos tienen opiniones divergentes sobre este tema, es evidente que Débora era a la vez
profetisa y juez.
Débora desempeñaba una función judicial y militar implícita en el título de ―juez‖, y
hablaba en el nombre de Dios (Jue. 4:6). Además, la Biblia registra que Dios designó a
Miriam, la hermana de Moisés, como profetisa (Éxo. 15:20, 21). Hulda fue una profetisa que
igualmente hablaba en el nombre de Dios (2 Rey. 22:14-20). Es evidente desde todo punto
que Dios considera a las mujeres como líderes aptas, y capaces para juzgar y hablar en su
nombre.
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Pasaje:
Pero cuando Sisara se durmió por tanto agotamiento, Jael se le acercó en silencio con un
martillo y una estaca en la mano. Entonces le clavó la estaca en la sien hasta que quedó
clavada en el suelo, y así murió. (Jue. 4:21).
Dificultad: ¿Acaso Dios aprueba el asesinato?
Explicación: En la Biblia se registra violencia, asesinato, violación, incesto y todo tipo de
brutalidad. Pero esto no significa que Dios apruebe tal comportamiento.
Debemos reconocer que vivimos en un mundo violento cuya causa no está en Dios sino en
los seres humanos. Todos los periódicos y las fuentes de noticias en línea en todo el mundo
hoy en día están llenos de titulares e historias de avaricia, desconfianza, robos, conflictos,
asesinatos, guerra, destrucción y muerte. Estas cosas han existido desde que Adán y Eva
fueron expulsados del huerto del Edén. Jesús explica que no son las circunstancias externas
las que causan esta violencia maligna en el mundo, sino que ―del corazón salen los malos
pensamientos, los homicidios, los adulterios, las inmoralidades sexuales, los robos, los falsos
testimonios y las blasfemias‖ (Mat. 15:19, VMH). La violencia en este mundo no es un
problema sociológico, económico o incluso patológico; más bien es un problema espiritual o
del corazón. El pecado y la propensión de los seres humanos a ser egocéntricos está en el
corazón de los actos violentos y egoístas.
Sin embargo, Dios, quien es la antítesis del pecado y el egoísmo, a veces permite que haya
actos de violencia porque es el protector por excelencia de los inocentes y el juez de los
injustos. Y es verdad que la muerte de Sisara a manos de Jael es alabada en el canto de
Débora (Jue. 5:25-27). Los malvados son finalmente castigados, y Sisara era un enemigo de
Israel. Si él no hubiera muerto, ciertamente habría tratado con brutalidad a los israelitas
como había hecho en el pasado. Así que Dios a veces da paso a la violencia para cumplir su
voluntad.
Es importante captar que el libro de los Jueces es más gráfico que otros libros bíblicos por
el tema que trata: cada uno hacía lo que le parecía correcto según su propio criterio (Jue.
21:25). El pueblo rechazaba a Dios y cada uno experimentó en lo personal la miseria de vivir
en el pecado. La violencia gráfica deja al descubierto su corazón rebelde y los resultados de
continuar en el mal. Para un tratamiento más completo de por qué Dios utiliza la violencia,
ver la Explicación a 2 Reyes 19:35 y Deuteronomio 20:17.
Versículos difíciles del
libro de
Rut
Pasaje:
Un hombre de Belén de Judá dejó su casa y se fue a vivir a la tierra de Moab, junto con su
esposa y sus dos hijos. El hombre se llamaba Elimelec, y el nombre de su esposa era
Noemí... Tiempo después murió Elimelec, y Noemí quedó sola con sus dos hijos. Ellos se
casaron con mujeres moabitas (Rut 1:1-4).
Dificultad: ¿No violaron las leyes de Moisés los hijos de Noemí al casarse con mujeres
moabitas?
Explicación: La ley de Moisés estableció que ―no se admitirá en la asamblea del SEÑOR a
ningún amonita ni moabita ni tampoco a sus descendientes hasta la décima generación‖
(Deut. 23:3). Casarse con alguien amonita o moabita técnicamente no constituía una
violación; sin embargo se les prohibió asistir a las reuniones de adoración.
La Biblia no hace comentarios sobre lo acertado de la decisión de los hijos de Noemí de
casarse fuera de la familia israelita. Obviamente, no era lo ideal o la mejor elección posible
casarse con una mujer que estaría excluida de la adoración con los demás. Pero en términos
técnicos los dos hijos no violaron las leyes de Moisés al casarse con mujeres moabitas.
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Pasaje:
Después de que Booz terminó de comer y de beber y estuvo de buen ánimo, se acostó al otro
extremo del montón de grano y se durmió. Entonces Rut se acercó sin hacer ruido, le destapó
los pies y se acostó (Rut 3:7).
Dificultad: ¿No hizo mal Rut al dormir (tener relaciones sexuales) con Booz para obligarlo a
casarse con ella?
Explicación: El relato bíblico explica que Noemí aconsejó a Rut en estos términos: ―Báñate,
perfúmate y vístete con tu ropa más linda...‖ (Rut 3:3) y luego ve y acuéstate con Booz.
Cuando Booz despertó Rut le dijo: ―Extienda sobre mí el borde de su manto ya que usted es
el redentor de mi familia‖ (v. 9).
Algunos sugieren que cuando Rut se acostó con Booz y le descubrió los pies le estaba
pidiendo que él tuviera relaciones sexuales con ella. De esta manera él se sentiría obligado a
acceder. Pero el acto de descubrir los pies no era de naturaleza sexual. Más bien se trataba de
una práctica habitual que denotaba sumisión. Rut hizo esto como un símbolo de sujeción a
Booz para mostrar la voluntad cultural de ser su esposa.
Cuando Rut le pidió a Booz que extendiera el borde de su manto, literalmente ―ala‖, lo que
buscaba era su protección y refugio. Nada en la conducta de Rut o Booz indicaba que hubo
contacto sexual entre los dos.
Versículos difíciles de los
libros de
1 y 2 Samuel
Pasaje:
―Danos un rey para que nos juzgue así como lo tienen las demás naciones‖. Samuel se
disgustó con esta petición y fue al SEÑOR en busca de orientación. ―Haz todo lo que te
digan —le respondió el SEÑOR—, porque es a mí a quien rechazan y no a ti; ya no quieren
que yo siga siendo su rey‖ (1 Sam. 8:5-7).
Dificultad: ¿Por qué Dios estableció directrices para un rey en este pasaje, cuando condenó
la idea de tener un rey?
Explicación: Dios le dio a Israel preceptos para que lo gobernara un rey (ver Deut. 17:1420). Un rey debía ser la representación visible de Dios gobernando a su pueblo. Dios quería
que el pueblo lo viera como su líder y guía, confiara en Él y lo adorara solamente a Él. Pero
Israel ya no veía a Dios como su líder. Envidiaban a las demás naciones y querían ―un rey
para que nos juzgue así como lo tienen las demás naciones‖ (1 Sam. 8:5).
Lo que Dios objetaba no era que un rey gobernara al pueblo sino el hecho de que querían
un rey por las razones equivocadas. Habían rechazado a Dios y querían ser una nación
poderosa en sus propias fuerzas. Por eso Dios y Samuel se disgustaron.
Dios sabía que habría consecuencias desastrosas si ellos lo rechazaban y optaban por un
rey terrenal. Samuel les advirtió que un rey esclavizaría a algunos de los jóvenes, instituiría
impuestos pesados a los granos y al ganado, y haría que mucha gente trabajara para él (ver 1
Sam. 8:11-17). Y esto fue exactamente lo que pasó (ver 1 Sam. 14:52; 15:1; 1 Rey. 21:5-16;
y 2 Crón. 2:17,18).
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Pasaje:
Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil
hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y
subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén (1 Sam. 13:5, RVR-1960).
Dificultad: ¿Podría la Biblia estar equivocada al reportar 30.000 carros y solo 6.000 jinetes?
Explicación: Los teólogos cristianos conservadores afirman que la Biblia no contiene
errores (que es inerrante). Con esto quieren decir que cuando se conocen todos los hechos
que se exponen en la Biblia y se interpretan correctamente se hará evidente su veracidad en
todo lo que afirman. Sin embargo, los escribas que copiaron el texto hebreo no estuvieron
exentos de cometer errores en el proceso de la reproducción.
Algunas traducciones, como la Reina Valera Revisada 1960, basaron su traducción de 1
Samuel en los textos Masorético hebreo y la Septuaginta (griega). Estos fijan el número de
carros en 30.000 y 6.000 los conductores. Es razonable preguntar por qué los filisteos
tendrían ese gran número de carros de guerra y tan pocos jinetes.
La versión siríaca (aramea), algunas versiones de la Septuaginta, y una traducción griega
señalan que eran 3.000 el número de carros de guerra. Esa cifra parece más creíble. Es por
esto que en las traducciones recientes de la Biblia, como la Versión Mundo Hispano, la
Nueva Versión Internacional y la Nueva Traducción Viviente, el número de carros es de
3.000. Es muy probable que el escriba que copió este versículo escribiera mal el número y,
una vez que esto ocurrió, todos los manuscritos posteriores que se basaron en esa copia
alterada reprodujeron el error.
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Pasaje y Dificultad: 1 Samuel 15:2, 3. ¿Cómo es posible que un Dios amoroso ordene el
asesinato en masa de todo un grupo de personas?
Explicación: Ver Deuteronomio 20:17.
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Pasaje:
Así David triunfó sobre el filisteo con solo una honda y una piedra, porque no tenía espada.
Después David corrió y sacó de su vaina la espada de Goliat y la usó para matarlo y cortarle
la cabeza (1 Sam. 17:50, 51).
Dificultad: ¿Fue realmente David quien mató a Goliat, o fue Elhanán como se registra en 2
Samuel 21:19?
Explicación: En 1 Samuel 17 se presenta a David como la persona que mató a Goliat el
filisteo. Pero 2 Samuel 21:19 señala que Elhanán mató a Goliat. Esta es una contradicción
aparente, debido a que en 1 Crónicas 20:5 claramente se dice que Elhanán ―mató a Lajmi,
hermano de Goliat el geteo‖. Esto apunta a un probable error de copiado en 2 Samuel 21:19
cometido por algún escriba, quien omitió las palabras ―el hermano de‖ en el texto
Masorético. Algunas versiones, como la Nueva Traducción Viviente, añaden las palabras ―al
hermano de‖.
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Pasaje y Dificultad: 2 Samuel 6:6, 7 – ¿No es este un castigo muy severo por una ligera
desviación de la orden de Dios de no tocar el arca?
Explicación: Ver Levítico 10:1, 2.
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Pasaje:
Te hiciste un gran nombre cuando redimiste a tu pueblo de Egipto. Realizaste imponentes
milagros y expulsaste a las naciones y a los dioses que le impidieron el paso (2 Sam. 7:23).
Dificultad: ¿Busca Dios hacerse un gran nombre para sí mismo? Esto no parece estar en
armonía con ser humilde y no enfocarse en sí mismo.
Explicación: El rey David habló de cómo Dios libertó a Israel de Egipto ―por amor de su
nombre para dar a conocer su poder‖ (Sal. 106:8). ¿Está Dios obsesionado con alabarse a sí
mismo y hacer alarde de su poder y sus logros como algunos críticos afirman? Hay quien
señala que la Biblia presenta un cuadro de un Dios orgulloso, nada humilde.
El orgullo es esencialmente un concepto exagerado de uno mismo. La humildad es el
reflejo de una evaluación realista de lo que somos, incluyendo nuestras debilidades y
fortalezas. Al contrario de la persona orgullosa, el humilde no se atribuye el mérito de algo
que no merece.
Dios está lejos de ser orgulloso. La Biblia describe a Dios como todopoderoso (Sal.
147:5), omnisciente (Isa. 46:9, 10), eterno (Isa. 40:28) omnipresente (Jer. 23:23, 24),
perfecto y santo (Isa. 54:5) y que no puede tolerar el pecado (Hab. 1:13). Sin embargo, es
compasivo, misericordioso y justo (Sal. 103:8). Los seres humanos desobedientes lo
rechazaron. Sin embargo, tomó la forma humilde de la humanidad y murió para que ella
pudiera vivir. Nosotros somos los orgullosos, los que queremos hacernos un nombre para
nosotros mismos. Él es quien se humilló a sí mismo para salvarnos.
Dios no tiene un concepto exagerado de sí mismo; Él es el Todopoderoso. Como decían a
menudo los antiguos teólogos, Dios es el summum bonum, el bien más elevado. No se
adjudica alabanza que no merece, y Él la merece toda. Se humilló para restaurar una relación
con los seres humanos porque no se enfoca en sí mismo.
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Pasaje:
David le capturó mil setecientos jinetes y veinte mil hombres de infantería (2 Sam. 8:4,
VMH).
Dificultad: ¿Por qué el número de carros y hombres de infantería que David capturó difiere
de la cifra registrada en 1 Crónicas 18:4?
Explicación: En 1 Crónicas 18:4 se relata la misma historia pero dice que David capturó
mil carros, siete mil hombres de a caballo y veinte mil hombres de infantería. La Septuaginta
y los Rollos del Mar Muerto están de acuerdo con 1 Crónicas 18:4 como la cantidad correcta.
Lo más probable es que la cifra registrada en 2 Samuel fue un error de copiado.
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Pasaje:
Entonces David confesó a Natán:
—He pecado contra el SEÑOR (2 Sam. 12:13).
Dificultad: ¿Por qué David dice que había pecado contra el Señor cuando parece que fue
principalmente contra Betsabé y Urías?
Explicación: A primera vista, parece extraño que David diga esto. Subraya que pecó
exclusivamente contra Dios, y lo afirma con mayor fuerza: ―Contra ti, contra ti solo he
pecado y he hecho lo malo ante tus ojos‖ (Sal. 51:4, VMH). Entonces, ¿cómo podía decir eso
cuando acababa de adulterar con Betsabé y había mandado poner a su esposo Urías a la línea
del frente de la batalla pata matarlo?
Por supuesto que esos eran pecados, pero no los primeros ni los principales que David
cometió en esta situación. Su primer pecado fue contra Dios. Y esto es lo que sucede con
todos nuestros pecados: son ante todo contra el Creador y el Juez del universo, y sin duda
también lo son contra la gente.
La Biblia nos dice que Dios ungió a David y lo salvó de manos de Saúl. Había estado con
él y le había dado poder cuando era joven para matar a Goliat. Había sido su proveedor y
protector desde el principio. David había creído y confiado invariablemente en Él, y eso lo
había convertido en un poderoso hombre de Dios.
Pero en esta situación la fe y la confianza de David vacilaron. Ya no dependió de Dios
para recibir de su mano lo que pensaba que necesitaba. Más bien, de manera egoísta, David
tomó lo que no era suyo. Escucha lo que Dios le dijo:
Te di la casa de tu amo, sus esposas y los reinos de Israel y Judá. Y si eso no hubiera
sido suficiente, te habría dado más, mucho más. ¿Por qué, entonces, despreciaste la
palabra del SEÑOR e hiciste este acto tan horrible? Pues mataste a Urías el hitita con
la espada de los amonitas y le robaste a su esposa (2 Sam. 12:8, 9).
Dios le había dado a David todo lo que necesitaba física, emocional y relacionalmente en
su oportunidad. Y si hubiera necesitado más, le habría dado más, mucho más. Pero, ¿qué fue
lo que hizo David? No confió en el tiempo de Dios sino que tomó el asunto en sus propias
manos. Dudó que Dios le fuera a dar todo lo que necesitaba cuando pensó que lo necesitaba.
Ese fue su principal pecado: falta de confianza en que Dios satisfaría sus necesidades. Todos
los demás delitos se precipitaron en cascada a partir de esa primera falta de confianza en el
tiempo de Dios como su proveedor y protector.
David aprendió una valiosa lección. Vio su pecado por lo que era: no confiar toda su vida
en las manos de Dios. El Salmo 145 es un testimonio de la transformación de David, el cual
rebosa de alusiones a Dios como su proveedor y protector. Descubrió que: ―Los ojos de
todos tienen su esperanza puesta en ti y tú les das su comida a su debido tiempo. Abres tu
mano y satisfaces el deseo de todo ser viviente‖. (Sal. 145:15,16, VMH). Si David hubiera
experimentado eso antes, hubiera podido resistir la tentación sexual y habría confiado en las
provisiones de Dios.
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Pasaje y Dificultad: 2 Samuel 21:19. ¿Por qué este pasaje dice que Elhanán mató a Goliat
cuando 1 Samuel 17:50, 51 afirma que fue David quien lo mató?
Explicación: Ver 1 Samuel 17:50, 51.
Versículos difíciles de los
libros de
1 y 2 Reyes
Pasaje:
Salomón tenía cuarenta mil establos de caballos para sus carros y doce mil jinetes (1 Rey.
4:26, BA).
Dificultad: ¿Por qué 1 Reyes 4 afirma que Salomón tenía 40.000 establos de caballos,
cuando 2 Crónicas 9 señala que solo eran 4.000?
Explicación: Sí, en 2 Crónicas 9:25 algunos manuscritos indican que Salomón tenía 4.000
establos de caballos para los 1.400 carros de guerra de su propiedad, tal como se describe en
1 Reyes 10:26 y 2 Crónicas 1:14. Pero en 1 Reyes 4 otras copias manuscritas señalan
―40.000 establos de caballos‖. Es evidente que Salomón no necesitaba 40.000 establos de
caballos para dar cabida a sus carros de guerra. Esto, obviamente, fue el error de un escriba
con exceso de trabajo y tal vez con sueño que copió 40.000 en vez de 4.000. Este es un desliz
humano comprensible y fácil de corregir.
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Pasaje:
El rey Salomón impuso trabajo forzado y reclutó a treinta mil obreros de todo Israel (1 Rey.
5:13, NVI).
Dificultad: ¿No dice este versículo que Salomón impuso trabajo forzado a los israelitas?
¿Por qué, entonces, 1 Reyes 9:22 dice que él no los forzó a trabajar?
Explicación: Esta aparente contradicción se aclara al examinar las palabras que se utilizan
aquí. Los vocablos ―trabajo forzado‖ no están traducidos con precisión en 1 Reyes 5:13. El
término hebreo mas es ―fuerza de trabajo‖, no ―trabajo forzado‖ ni mano de obra esclava. La
BTX traduce el versículo con más exactitud: ―Y el rey Salomón decretó la recluta en todo
Israel, y fueron reclutados treinta mil hombres‖ (1 Rey. 5:13).
En 1 Reyes 9:21 se emplea la palabra hebrea mas-ébed y se traduce ―esclavo, o trabajo
forzado‖ (1 Rey. 9:22). Los reclutó para formar una fuerza de trabajo, pero no mano de obra
esclava o trabajo forzado. Una vez que comprendemos cómo se emplean aquí las palabras no
hay contradicción en estos pasajes.
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Pasaje y dificultad: 1 Reyes 11:1. Si la poligamia está mal, ¿por qué la Biblia no habla más
en contra de ella?
Explicación: Ver Génesis 4:19.
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Pasaje y dificultad: 1 Reyes 18:4. Abdías se opuso a la reina y engañosamente escondió a
los profetas. Por lo tanto, ¿tolera Dios a veces el engaño?
Explicación: Ver Génesis 20:1, 2.
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Pasaje:
Después Elíseo salió de Jericó y subió a Betel. Mientras iba por el camino, unos muchachos
de la ciudad comenzaron a burlarse y a reírse de él. ―¡Vete de aquí, viejo calvo! —gritaban—
. ¡Vete de aquí, viejo calvo!‖. Elíseo se dio la vuelta, los miró y los maldijo en el nombre del
Señor. Entonces dos osos salieron del bosque y atacaron a cuarenta y dos de ellos (2 Rey.
2:23, 24).
Dificultad: ¿No debería un hombre como Eliseo controlar su temperamento? ¿Por qué
maldijo a algunos muchachos solo por ser jóvenes? y ¿por qué Dios honró la maldición y
permitió que los osos los atacaran?
Explicación: Visto de manera superficial, parece como si el profeta hubiera reaccionado en
forma exagerada a las bromas inofensivas de algunos colegiales. Pero un análisis más
detallado nos mostrará que esto no fue así.
Los chicos en cuestión no son pequeños en edad escolar, como algunas versiones sugieren.
Las palabras hebreas pueden traducirse ―adolescentes mayores‖ o ―muchachos‖. La
ubicación es extraña para que niños en edad escolar estuvieran jugando. Estos ―chicos‖
aparecieron de pronto en las colinas afuera de la ciudad, vagando por las laderas en una
banda de 42. Esto parecía más una pandilla peligrosa que un grupo inocente de niños.
No es irrazonable suponer que la vida de Eliseo estaba en peligro. Esa banda
probablemente iba a burlarse de él, robarlo y hasta golpearlo.
En los días del Antiguo Testamento los insultos se tomaban muy en serio. Esto es así hasta
la fecha en el Medio Oriente. Insultar a un rey, gobernante o líder enfrentaba un severo
castigo. El liderazgo y la autoridad merecen respeto, y tanto los padres como las comunidades locales enseñaban a sus hijos a honrar a las autoridades.
Si los padres de estos jóvenes o los líderes de la comunidad hubieran presenciado tan solo
los insultos verbales contra Eliseo les hubieran echado mano y les habrían aplicado un fuerte
castigo. Pero no había nadie cerca para proteger a Eliseo de cualquier daño o para enseñarle
a esta banda una lección de respeto, a excepción de Dios.
Cuando Eliseo maldijo o reprendió a la pandilla, dos osos salieron del bosque para
enseñarles una lección de respeto. Si estos jóvenes tenían problemas para portarse
respetuosamente ante la autoridad del profeta de Dios, tuvieron que aprender a respetar la
autoridad de los osos. Los osos no los mataron, pero los muchachos no iban a olvidar pronto
lo que sucede cuando se insulta a un líder ungido de Dios.
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Pasaje y Dificultad: 2 Reyes 8:26. ¿Por qué dice este pasaje que Ocozías tenía 22 años pero
en 2 Crónicas 22:2 (RVR-1960) se indica que tenía 42 años?
Explicación: Ver 2 Crónicas 22:2.
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Pasaje:
Esa noche el ángel del SEÑOR fue al campamento asirio y mató a ciento ochenta y cinco mil
soldados. Cuando los asirios que sobrevivieron se despertaron a la mañana siguiente,
encontraron cadáveres por todas partes (2 Rey. 19:35).
Dificultad: Si Dios es misericordioso y amoroso, ¿por qué perpetró un asesinato en masa?
Explicación: Es verdad que Dios es misericordioso y amoroso (Sal. 103:8). Pero Dios
también es justo y equitativo. ―Oh Señor, tú eres recto y tus ordenanzas son justas. Tus leyes
son perfectas y absolutamente confiables‖ (Sal. 119:137, 138). La Biblia afirma: ―Él es la
Roca, sus obras son perfectas. Todo lo que hace es justo e imparcial. Él es Dios fiel, nunca
actúa mal. ¡Qué justo y recto es él!‖ (Deut. 32:4).
Así que cada vez que Dios comete actos de violencia, lo hace con un sentido perfecto de
justicia. No castiga por venganza maliciosa. Dios es la antítesis del pecado y el egoísmo.
Cuando a veces incurre en actos de violencia lo hace como protector de los inocentes y juez
de los injustos. Sí, Dios mató a 185.000 asirios pero estos soldados trataban de capturar a
Israel y destruir a Judá. El ejército asirio, bajo el mando del rey Senaquerib, ya había
destruido a Israel y estaba listo para aniquilar al pueblo de Dios.
Asiria era una nación cruel y agresiva que había torturado y matado brutalmente a
hombres, mujeres y niños inocentes. El malvado rey asirio, Senaquerib, se había burlado de
Dios cuando respondió a Judá: ―¿Cuál de los dioses de alguna nación ha podido salvar
alguna vez a su pueblo de mi poder? ¿Qué les hace pensar entonces que el SEÑOR puede
librar a Jerusalén de mis manos?... No dejes que tu Dios, en quien confías, te engañe con
promesas de que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria‖ (2 Rey. 18:35; 19:10).
Un imperio pagano que asesinaba a los inocentes y se burlaba del Dios verdadero merecía
ser castigado. El Justo Juez del universo salió en defensa de su pueblo maltratado
injustamente. Dios emplea la violencia para defender, proteger y castigar debidamente a los
malhechores. Él dijo del rey de Asiria: ―Por mi propia honra y por amor a mi siervo David,
defenderé esta ciudad y la protegeré‖ (2 Rey. 19:34).
No debemos valorar menos a Dios por defender al justo y castigar al injusto. Él es nuestro
héroe al acudir en ayuda de los oprimidos. ¿Qué iba a hacer cuando su santidad, justicia y
poder eran desafiados por Satanás? ¿Tendría que haberse mantenido al margen y no haber
luchado contra la rebelión y el mal? No, era correcto y justo que Dios recurriera a la
violencia para echar a Satanás del cielo. Y sigue siendo correcto y justo que combata hasta
que conquiste a Satanás, a todo mal y a la muerte para que un día haya paz eterna (ver Apoc.
12 - 21).
Dios es misericordioso y amoroso, ―lento para la ira y grande en misericordia‖ (Sal. 103:8,
VMH), no se cruzará de brazos y dejará sin castigo al mal. La Biblia afirma que ―él viene
para juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con su verdad‖ (Sal.
96:13, VMH). Él es justo, y a veces utiliza la violencia para hacer justicia perfecta. El profeta
Isaías se refería a Él como el ―Príncipe de Paz‖ y afirmaba que su gobierno de paz nunca
terminaría. Predijo, además, que la paz se lograría mediante una guerra que terminaría todas
las guerras. ―Reinará con imparcialidad y justicia desde el trono de su antepasado David por
toda la eternidad. ¡El ferviente compromiso del Señor de los Ejércitos Celestiales hará que
esto suceda!‖ (Isa. 9:7).
Versículos difíciles de los
libros de
1 y 2 Crónicas
Pasaje y Dificultad: 1 Crónicas 1:32. ¿Por qué en 1 Crónicas se llama ―concubina‖ a la
concubina de Abraham, pero en Génesis 25 se la llama ―esposa‖?
Explicación: Ver Génesis 25:1.
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Pasaje:
Entonces todo Israel quedó anotado en los registros genealógicos en El libro de los reyes de
Israel (1 Crón. 9:1)
Dificultad: ¿Se perdieron algunos libros del Antiguo Testamento?
Explicación: Los escritores del Antiguo y el Nuevo Testamento hicieron referencia a varios
documentos fuente. El apóstol Pablo citó a los filósofos y poetas de su tiempo (Hech. 17:28
y Tito 1:12). El libro de los reyes de Israel es uno de esos documentos que utilizaron los
escritores de Reyes y Crónicas. De hecho, hay 17 referencias a este libro en 1 y 2 Reyes. Sin
embargo, en algún momento El libro de los reyes de Israel se perdió. Esto no quiere decir
que nos falta un libro inspirado de la Biblia. Significa simplemente que los escritores
inspirados de la Biblia usaron documentos fuente que en algún momento en el tiempo se
extraviaron. Para mayor información de por qué ciertos libros se excluyeron de las Escrituras
oficiales, ver la Explicación a Judas 14.
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Pasaje y Dificultad: 1 Crónicas 18:4. ¿Por qué el número de carros de guerra y de jinetes
que David capturó registrado en 1 Crónicas 18 no coincide con el que se menciona en 2
Samuel 8?
Explicación: Ver 2 Samuel 8:4
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Pasaje y Dificultad: 2 Crónicas 9:25. ¿Por qué este pasaje afirma que Salomón tenía 4.000
establos de caballos, mientras que en 1 Reyes 4 (BA) se declara que eran 40.000?
Explicación: Ver 1 Reyes 4:26.
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Pasaje:
Cuando Ocozías comenzó a reinar era de cuarenta y dos años, y reinó un año en Jerusalén. El
nombre de su madre fue Atalía, hija de Omri (2 Crón. 22:2, RVR-1960).
Dificultad: ¿Por qué 2 Crónicas 22 dice que Ocozías tenía 42 años cuando comenzó a reinar
y, sin embargo, en 2 Reyes 8 se declara que tenía 22?
Explicación: Sí, 2 Reyes 8:26 dice que Ocozías tenía 22 años, lo cual contradice el dato de 2
Crónicas sobre su edad. Si Ocozías tenía 42 años cuando comenzó a reinar habría sido más
viejo que su padre. De acuerdo con 2 Reyes 8:17, Joram, el padre de Ocozías, tenía 32 años
cuando fue ungido rey, y murió ocho años más tarde a la edad de 40. Por lo tanto, Ocozías no
pudo haber sido rey cuando tenía 42. Este es un caso típico de error de copiado. Ocozías
tenía 22 años, tal como lo informa 2 Reyes 8:26.
Versículos difíciles del
libro de
Esdras
Pasaje:
Hagamos ahora un pacto con nuestro Dios mediante el cual nos divorciaremos de nuestras
esposas paganas y las echaremos de aquí junto con sus hijos (Esd. 10:3).
Dificultad: ¿Por qué mandó Dios a los varones judíos que se divorciaran de sus mujeres no
creyentes, y el apóstol Pablo en 1 Corintios 7:12 enseñó que un hombre no debe divorciarse
de su esposa por el hecho de que ella no es creyente?
Explicación: Debe notarse que pocas veces las personas consideran que el divorcio es la
mejor opción. Una mejor expectativa es que dos personas se amen y se disfruten mutuamente
toda la vida. El profeta Malaquías habló en nombre de Dios en estos términos:
¿No te hizo uno el Señor con tu esposa? En cuerpo y espíritu ustedes son de él. ¿Y qué
es lo que él quiere? De esa unión quiere hijos que vivan para Dios. Por eso, guarda tu
corazón y permanece fiel a la esposa de tu juventud. ―¡Pues yo odio el divorcio!‖
—dice el SEÑOR, Dios de Israel—. Divorciarte de tu esposa es abrumarla de crueldad
—dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales—. Por eso guarda tu corazón; y no le
seas infiel a tu esposa (Mal. 2:15,16).
No obstante, se les dijo a los hombres de Israel que se divorciaran de sus esposas paganas
no creyentes y por una buena razón. El sacerdote Esdras señaló: ―al casarse con mujeres
paganas, han aumentado la culpa de Israel‖ (Esd. 10:10). Lo llamó pecado. Dios ya había
advertido en el pasado a Israel, y específicamente a Salomón, que no se casaran con mujeres
paganas ―porque les desviarán el corazón hacia sus dioses‖ (1 Rey. 11:2). Pero de ningún
modo esto es una aprobación general del divorcio.
Cuando le preguntaron a Jesús sobre el divorcio, les contestó: ―Moisés permitió el
divorcio solo como una concesión ante la dureza del corazón de ustedes, pero no fue la
intención original de Dios‖ (Mat. 19:8). El divorcio no formaba parte del diseño original
pero cuando, en el caso de Israel, las esposas paganas estaban apartando a los hombres de
Dios se les pidió que se divorciaran de ellas. Esto, ciertamente, no era lo ideal pero Esdras lo
vio como la manera de obtener lo mejor posible de una mala situación.
Por otra parte, Pablo afirma que si la esposa no creyente está dispuesta a permanecer
casada, quizás pueda ser atraída a Dios por el esposo creyente o viceversa. ―¿Acaso ustedes,
esposas, no se dan cuenta de que sus maridos podrían ser salvos a causa de ustedes? Y
ustedes, esposos, ¿no se dan cuenta de que sus esposas podrían ser salvas a causa de
ustedes?‖ (1 Cor. 7:16).
En los días de Esdras las mujeres paganas provocaban que los hombres de Israel se
alejaran de Dios. Pablo aborda una situación diferente. Amonestaba al esposo o a la esposa
creyente para que fueran una influencia benéfica para el cónyuge no creyente. ―En cambio‖,
Pablo expresó, ―si el esposo o la esposa que no es creyente insiste en irse, dejen que se vaya‖
(1 Cor. 7:15). Esdras 10 y 1 Corintios 7 tratan dos situaciones completamente diferentes que
requieren instrucciones diferentes.
Versículos difíciles del
libro de
Nehemías
Pasaje:
Cuando Sanbalat, Tobías y Gesem el árabe se enteraron de nuestro plan, se burlaron con
desprecio (Neh. 2:19).
Dificultad: ¿Por qué el nombre de Gesem el árabe en 2:19 se escribe diferente en 6:6
(Gasmú, RVR- 1960)?
Explicación: Algunos críticos podrían citar Gasmú, que es la variante de Gesem (Neh. 6:6)
como un error y una contradicción de la Biblia. Esto es simplemente una diferencia en la
forma de los nombres propios en las lenguas arábiga y hebrea. La versión hebrea del nombre
está en Nehemías 2:9 y la árabe en 6:6.
Versículos difíciles del
libro de
Ester
Pasaje:
Estos hechos sucedieron en los días del rey Jerjes, quien reinó sobre ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía (Est. 1:1).
Dificultad: ¿Por qué algunos críticos consideran que el libro de Ester es ficción en lugar de
un relato histórico verdadero?
Explicación: Los críticos sugieren que el libro de Ester es ficción principalmente por tres
razones: 1) Ester nunca podía haber sido elegida como reina ya que no era persa; 2) es
inverosímil que los judíos hubieran matado a 75.000 de sus enemigos en un día; y 3) no
existe registro histórico de los eventos narrados en Ester fuera del libro mismo.
En primer lugar, fuentes externas tales como los historiadores griegos Heródoto y Ctesias,
así como los registros persas, confirman la exactitud bíblica de Ester. En segundo lugar, ya
que los monarcas por lo general no se oponían a la matanza de sus enemigos, los judíos muy
bien podrían haber matado a miles. Se admite que pudieron no haber sido 75.000. La palabra
hebrea traducida ―miles‖ también se puede referir a una familia o linaje. Así que es posible
que Ester 9:16 se traduzca así: ―Quedaron aliviados de todos sus enemigos, al matar a setenta
y cinco familias de los que los odiaban‖. Esto es quizás más verosímil.
Por último, Ester mantuvo escondida su identidad como judía mucho después de que se
convirtiera en reina. No hay razón por la que no habría sido considerada como persa.
Además, el libro refleja nombres y costumbres persas auténticas, lo cual refuerza aún más
que Ester es una narración histórica precisa y fidedigna.
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Pasaje:
El rey amó a Ester más que a todas las demás jóvenes. Estaba tan encantado con ella que le
puso la corona real sobre la cabeza y la declaró reina en lugar de Vasti (Est. 2:17).
Dificultad:
Si bien el libro de Ester presenta un relato interesante, nunca menciona el nombre de Dios.
Entonces, ¿por qué se lo considera Escritura?
Explicación: Es verdad que el nombre de Dios no se menciona en el libro de Ester pero se
ve claramente el control soberano de Dios protegiendo a su pueblo. El libro demuestra que
Dios utiliza a creyentes y no creyentes para realizar su voluntad. El profeta Isaías cita las
siguientes palabras de Dios: ―Todos mis planes se cumplirán porque yo hago todo lo que
deseo. Llamaré a una veloz ave de rapiña desde el oriente, a un líder de tierras lejanas, para
que venga y haga lo que le ordeno. He dicho lo que haría, y lo cumpliré‖ (Isaías 46:10, 11).
El libro de Ester ilustra cómo Dios se mueve en los asuntos de los hombres y las naciones
para que se cumpla su voluntad.
LOS LIBROS POÉTICOS
Job – Cantar de los cantares
Versículos difíciles del
libro de
Job
Pasaje:
¿Todavía quieres discutir con el Todopoderoso? Tú críticas a Dios, pero ¿tienes las
respuestas? (Job 40:2).
Dificultad: ¿Por qué Dios no quiere que le hagamos preguntas difíciles sobre lo que hace o
deja de hacer?
Explicación: No es que Dios no quiera que le hagamos preguntas. Jesús no se desalentó
cuando sus discípulos y seguidores le preguntaron si Él era el Mesías, y cuándo restauraría el
reino de Dios (ver Mat. 11:3 y Hech. 1:6).
Buscar información para obtener una comprensión de lo que Dios hace no es ningún
problema, pero poner en duda su juicio o sus motivos es otro asunto. Por ejemplo, hay
algunas cosas que suceden en la vida que parecen no tener sentido, como las tragedias y el
gran sufrimiento humano. Y Dios permanece en silencio respecto a algunos asuntos. Esto no
se debe a que no nos los puede explicar, porque Él puede, sino porque algunas veces opta por
no hacerlo. Aquí en el libro de Job se trata de poner en entredicho las razones de Dios sobre
cosas de las que los seres humanos sabemos tan poco, y luego discutir con Dios sobre ello.
Parece que Job no solo le hacía a Dios algunas preguntas difíciles, sino que cuestionaba la
integridad y la justicia perfecta del Altísimo. Dios le preguntó: “¿Pondrás en duda mi justicia
y me condenarás solo para probar que tienes razón?” (Job 40:8). Él se opone a que dudemos
de su amor, misericordia y justicia perfecta. Quiere que confiemos en que sabe lo que hace
aun cuando no entendamos por qué permite que nos ocurran cosas malas.
El profeta Habacuc también tenía preguntas cuando la gente sufría y la injusticia estaba en
todas partes. Le preguntó a Dios; “¿Hasta cuándo debo pedir ayuda, oh Señor? ¡Pero tú no escuchas!... Los perversos suman más que los justos, de manera que la justicia se ha
corrompido” (Hab. 1:2, 4).
Pero Dios le contestó: “estoy haciendo algo en sus propios días, algo que no creerían aun
si alguien les dijera” (Hab. 1:5). Y, si bien Dios realmente no le dio una respuesta en la que
le explicaba cómo planeaba resolver las cosas, le respondió. En efecto, dice algo como: “no
se centren en los detalles de mi plan, véanme a mí como persona y confíen en que yo sé qué
es lo que hago”. Dios también le dijo a Habacuc lo siguiente:
La visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no
dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá. El
insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe (Hab. 2:3, 4).
Job recibió finalmente el mismo mensaje. Le respondió a Dios de esta manera: „Tú
preguntaste: „¿Quién es este que pone en duda mi sabiduría con tanta ignorancia?‟ Soy yo y
hablaba de cosas sobre las que no sabía nada, cosas demasiado maravillosas para mí... Hasta
ahora solo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos” (Job 42:3, 5).
Al final, Job tuvo fe en el Dios a quien llegó a conocer personalmente. Y nosotros
podemos hacer lo mismo. En lo que respecta a las preguntas que Dios no nos contesta,
debemos “vivir por fe” y confiar en que Él es amoroso y misericordioso, y que a su tiempo
traerá justicia a un mundo injusto.
Versículos difíciles del
libro de
Salmos
Pasaje:
¡Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia! (Sal. 4:1, VMH).
Dificultad: ¿Escribió el rey David todos los salmos?
Explicación: En realidad, muchos compositores contribuyeron a la colección de poemas y
cantos a los que llamamos salmos. El rey David influyó de manera determinante en su
contenido. Se han identificado 73 salmos como salidos de su pluma, otros se escribieron para
él o fueron compuestos en su honor. Los demás salmos fueron escritos por los hijos de Coré
(Sal. 42-49, 84—85, 87), Asaf (Sal. 50, 73-83), Salomón (Sal. 72, 127), Hernán (Sal. 88),
Eitán (Sal. 89) y Moisés (Sal. 90).
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Pasaje y Dificultad: Salmo 13:1,2. ¿Por qué parece que Dios nos abandona cuando tenemos
problemas?
Explicación: Ver Mateo 27:46.
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Pasaje y Dificultad: Salmo 51:4. ¿Por qué dijo David que había pecado solo contra Dios
cuando también fue contra Betsabé y Urías?
Explicación: Ver 2 Samuel 12:13.
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Pasaje:
Porque no quieres sacrificio; y si doy holocausto no lo aceptas (Sal. 51:16, VMH).
Dificultad: ¿Por qué David dice que Dios no se agrada de los sacrificios, dado que fueron
provistos para perdonarlo a él y perdonarnos a nosotros?
Explicación: Los sacrificios que figuran en el Antiguo Testamento y el sacrificio perfecto y
definitivo de Jesús fueron necesarios para lograr el perdón de los pecados y una buena
relación con Dios. Él no quiere que tratemos de ganarnos el perdón mediante actos de
sacrificio, ni que nos autocondenemos o flagelemos para tratar de apaciguarlo. David señala
en el versículo que sigue: “El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no
rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios” (Sal. 51:17).
Dios desea que nos quebrantemos y lamentemos nuestros pecados pero también que nos
percatemos de que, no importa cuánta penitencia o sacrificios hagamos, eso no nos obtendrá
el perdón. Ninguna cantidad de actos de contrición ni la obediencia a un conjunto de leyes
nos otorgará su perdón. “¿Podemos, entonces, jactarnos de haber hecho algo para que Dios
nos acepte? No, porque nuestra libertad de culpa y cargo no se basa en la obediencia a la ley.
Está basada en la fe” (Rom. 3:27). Creer en Jesús como nuestro sacrificio perfecto es lo que
nos procura perdón y nos lleva a una relación correcta con Dios.
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Pasaje:
Llevó nuestros pecados tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente (Sal. 103:12).
Dificultad: ¿Qué significa alejar nuestros pecados tanto como está el oriente del occidente?
Explicación: En este versículo el rey David describe la naturaleza completa, total y absoluta
del perdón de los pecados. Todos merecemos ser castigados por nuestros pecados, pero
David declara que “[Dios] No nos castiga por todos nuestros pecados; no nos trata con la
severidad que merecemos. Pues su amor inagotable hacia los que le temen es tan inmenso
como la altura de los cielos sobre la tierra” (Sal. 103:10,11).
Pero, ¿por qué dice “tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente” en lugar de
“tan lejos de nosotros como está el norte del sur”? Porque “el oriente del occidente” es una
expresión hebrea que da a entender “infinito”. Si bien es posible medir el norte del sur (hay
un Polo Norte y un Polo Sur), no se puede medir la distancia del oriente al occidente. Si vas
al oriente o si viajas al occidente, puedes seguir por toda la eternidad. Es como decir que tus
pecados han sido borrados. Puedes viajar por toda eternidad y nunca encontrarás rastro de
ellos para que te condenen ante Dios. Dado que “el SEÑOR es compasivo y misericordioso,
lento para enojarse y está lleno de amor inagotable” (Sal. 103:8), tus pecados han
desaparecido para siempre. Su perdón es infinitamente absoluto.
Versículos difíciles del
libro de
Proverbios
Pasaje:
El SEÑOR me formó desde el comienzo, antes de crear cualquier otra cosa (Prov. 8:22).
Dificultad: Algunos, a saber, los testigos de Jehová, alegan que este pasaje se refiere a Jesús.
¿Significa esto que Él fue un ser creado en vez del Hijo que existe eternamente con Dios?
Explicación: Los testigos de Jehová (TJ) usan este pasaje para afirmar que Jesús es un ser
creado y no forma parte de la Deidad. También utilizan un pasaje en Colosenses para el
mismo fin (ver Explicación de Col. 1:15).
Puesto que Pablo enseñó que “Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios” (1 Cor.
1:24), los TJ aseveran que este pasaje de Proverbios se refiere a Jesús. La base de su idea de
que la “sabiduría” o “Jesús” fue creado se deduce de la palabra “formar”, es decir: “El
SEÑOR me formó” (Prov. 8:22).
La palabra hebrea traducida “formó” aquí es caná, que realmente significa “poseer”, no
“crear” o “hacer”. Aun si este pasaje se refiriera a Jesús, el versículo diría: “El SEÑOR me
poseía”, o “Yo era parte de Dios al principio de su creación”.
Sin embargo, es mucho más probable, a juzgar por el contexto, que Salomón no estaba
describiendo al Hijo de Dios sino que, más bien, se trata de una personificación de la
sabiduría. En esta técnica poética común, se describe una idea abstracta como si fuera una
persona. Así que Salomón personifica la virtud de la sabiduría para ilustrar su idea. Esto no
le resta importancia a la verdad de que Jesús es la sabiduría de Dios, ya que es la encarnación
perfecta de la sabiduría. El apóstol Pablo dijo que “en él están escondidos todos tesoros de la
sabiduría y del conocimiento” (Col. 2:3).
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Pasaje:
Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán (Prov.
22:6).
Dificultad: ¿Hay alguna garantía de que, si instruyes correctamente tus hijos o hijas, siempre
serán fieles a tus enseñanzas?
Explicación: No importa cuántas instrucciones reciba un niño o una niña, o cuán excelente
sea esa instrucción, ellos y ellas tomarán una serie de decisiones individuales. Así que, no
hay garantía acerca de lo que harán una vez que alcancen la edad adulta. Sin embargo, a
menudo se malentiende este proverbio en particular como si enseñara que si saturamos a
nuestros hijos con iglesia, Biblia, comunión cristiana y enseñanza religiosa, crecerán como
cristianos y nunca se apartarán de la verdadera fe.
Aunque esta clase de esfuerzo hecho por los padres es bueno, este no es el punto central de
este versículo. La frase “el camino correcto” no se refiere a una senda religiosa sino a la
propia inclinación o tendencia natural del hijo o la hija. La palabra clave de la frase se
traduce “curvar”; en dos de los salmos se refiere a la curvatura del arco de un arquero. En los
días bíblicos, los arqueros hacían sus propios arcos para que se adaptaran a su fuerza y sus
características especiales. Una persona no podía disparar bien si no lo hacía con su propio
arco personal.
Una nota sobre Proverbios 22:6 en la Ryrie Study Bible (Biblia de Estudio Ryrie) explica
que “el camino correcto” significa “de acuerdo con los hábitos y los intereses de un niño o
niña. La instrucción debe tomar en cuenta su individualidad, sus inclinaciones, su
personalidad la forma única en que Dios los creó, y debe estar en consonancia con su
desarrollo físico y mental”1. Todos hemos conocido a padres exitosos que indujeron a sus
hijos o hijas a que siguieran sus pasos aun cuando esos hijos e hijas tenían una inclinación
natural en otra dirección. Esta estrategia rara vez funciona. Pero cuando tratamos de entender
su “curvatura” (sus talentos naturales y su individualidad única) y los animamos a que vayan
por esa dirección podemos ver resultados que perduran toda la vida.
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Pasaje:
También estos son los proverbios de Salomón, los cuales copiaron los hombres de Ezequías,
rey de Judá (Prov. 25:1, VMH).
Dificultad: ¿Significa esto que Salomón no escribió todo el libro de Proverbios?
Explicación: Durante el reinado de Ezequías, sus consejeros recogieron los escritos de
Salomón para formar el libro de Proverbios. Salomón “compuso unos tres mil proverbios y
escribió mil cinco canciones” (1 Rey. 4:32), que es más de lo que contiene este libro. Así que
los hombres que trabajaron bajo la dirección de Ezequías simplemente reunieron partes de
ellos y quizás los transcribieron palabra por palabra para crear el libro de Proverbios.
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Pasaje:
Den licor al que va a perecer, y vino a los de ánimo amargado. Beban y olvídense de su
necesidad y no se acuerden más de su miseria (Prov 31:6, 7, VMH).
Dificultad: ¿Anima este pasaje a que los que sufren tomen bebidas alcohólicas para olvidar
sus problemas?
Explicación: Salomón denuncia el abuso de alcohol cuando dice: “El vino produce burlones;
la bebida alcohólica lleva a la pelea. Los que se dejan llevar por la bebida, no pueden ser
sabios” (Prov. 20:1). En los versículos precedentes, antes de avalar el uso del alcohol en
Proverbios 31, se afirma: “No es para los reyes, oh Lemuel, beber mucho vino. Los
gobernantes no deberían ansiar bebidas alcohólicas. Pues si beben, podrían olvidarse de la
ley y no harían justicia a los oprimidos” (Prov. 31:4, 5).
Con eso como contexto, Salomón señala cómo se puede utilizar el alcohol. A menudo el
vino se empleaba con fines medicinales antes de la medicina moderna. Pablo animaba a
Timoteo a que lo usara de esa manera (ver 1 Tim. 5:23).
El alcohol que contiene el vino también adormece los sentidos. Salomón expresaba que los
gobernantes necesitan una mente clara para gobernar con justicia. Esto ciertamente se aplica
hoy en día a la gente que trabaja, opera maquinaria o conduce un automóvil. Pero para los
moribundos, los que sufren una pérdida o están pasando por una tragedia, Salomón lo
recomendaba como sedante.
En numerosas ocasiones la Biblia se opone al abuso de las bebidas alcohólicas (ver Prov.
23:29-35; 1 Cor. 5:11; Efe. 5:18). La embriaguez provoca que una persona pierda el control
y se perjudique su capacidad de discernimiento. Para mayor información sobre la posición de
las Escrituras sobre el uso del alcohol, vea la Explicación a Juan 2:9, 10).
Versículos difíciles del
libro de
Eclesiastés
Pasaje:
Estas son las palabras del Maestro, hijo del rey David y gobernante de Jerusalén. “Nada tiene
sentido —dice el Maestro—, ¡ningún sentido en absoluto!” (Ecl. 1:1,2).
Dificultad: ¿Por qué este pasaje dice que “nada tiene sentido” cuando sabemos que esto no
es verdad?
Explicación: La frase “nada tiene sentido” es el tema del libro de Eclesiastés. Salomón
dice constantemente que la vida y toda la realidad es jabél, palabra hebrea que significa
“neblina, vapor, viento”. Se la utiliza figuradamente para indicar que algo es transitorio,
inútil o sin sentido.
A lo largo de todo el libro, Salomón nos embarca en un viaje en busca de significado y
propósito. Nos muestra la brevedad de la vida y la futilidad de la sabiduría (mucho
conocimiento), el placer, el trabajo, el poder político y la riqueza. Al final del viaje afirma
que todo lo que encontraremos no será más que una existencia sin sentido y, en seguida, la
muerte.
“Aquí culmina el relato”, dice Salomón. “Mi conclusión final es la siguiente: teme a Dios
y obedece sus mandatos, porque ese es el deber que tenemos todos. Dios nos juzgará por
cada cosa que hagamos, incluso lo que hayamos hecho en secreto, sea bueno o sea malo”
(Ecl. 12:13, 14). En otras palabras, al final, toda la vida carece de valor y no tiene sentido sin
Dios. El sabio consejo de Salomón es: "El temor del Señor es la base del verdadero
conocimiento, pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina... ¡Pues el Señor
concede sabiduría! De su boca provienen el saber y el entendimiento... Entonces
comprenderás lo que es correcto, justo e imparcial y encontrarás el buen camino que debes
seguir. Pues la sabiduría entrará en tu corazón, y el conocimiento te llenará de alegría” (Prov.
1:7; 2:6, 9, 10).
Salomón concluye que “nada tiene sentido” en la vida sin el temor de Dios (no miedo de
Él, sino reconocimiento), sin conocerlo y vivir para amarlo y agradarlo. Porque al final de
esta vida breve vamos a dar cuentas ante Él. Y todos los que lo han temido y vivido
sabiamente serán recompensados en consecuencia.
Versículos difíciles del
libro de
Cantar de los Cantares
Pasaje:
Como un lirio entre los cardos es mi amada entre las jóvenes. Como el manzano más selecto
del huerto es mi amante entre los jóvenes. Me siento bajo su sombra placentera y saboreo sus
deliciosos frutos (Cant. 2:2, 3).
Dificultad: ¿Acaso este libro no viola la moral sexual al presentar a dos amantes no casados
que tienen relaciones sexuales?
Explicación: No hay duda de que el Cantar de los Cantares describe anhelos sexuales e
incluye relaciones sexuales. Y, puesto que los interludios románticos no describen
explícitamente a una pareja de casados, algunos concluyen que es la imagen de dos amantes
solteros.
Sin embargo, varios pasajes sugieren que se trata de una relación matrimonial entre un
hombre y una mujer. “Has cautivado mi corazón”, dice el amante, “tesoro mío, esposa mía”
(Cant. 4:9). A lo largo del capítulo 4 y el inicio del 5, él se refiere a ella en repetidas
ocasiones como “mi esposa [o prometida]”. Además, cuando se sitúa este libro en el contexto
de las Escrituras hebreas, es evidente que se refiere a una pareja que vive una relación
matrimonial. La ley de Moisés dejó muy en claro que cualquier relación sexual fuera de los
límites del matrimonio era adulterio (Éxo. 20:14).
LOS PROFETAS
Isaías – Malaquías
Versículos difíciles del
libro de
Isaías
Pasaje:
Por tanto, el mismo Señor les dará la señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un
hijo, y llamará su nombre Emanuel (Isa. 7:14, VMH).
Dificultad: Este versículo se utiliza comúnmente para referirse al nacimiento virginal de
Jesús, pero, ¿no alude simplemente al nacimiento natural del rey Ezequías?
Explicación: Los eruditos conservadores afirman que el profeta Isaías predijo que Jesús
nacería de una virgen siete siglos antes de que ocurriera el evento. Sin embargo, los críticos
señalan que el escritor del Nuevo Testamento “cita incorrectamente” la palabra virgen de
Isaías 7. El término hebreo utilizado en Isaías 7 es almá, que significa “jovencita”. Sin
embargo, en Mateo 1:23 se cita la traducción griega del Antiguo Testamento, la cual emplea
el vocablo pardsénos, que significa “virgen”. Los críticos alegan que Mateo tergiversa lo que
Isaías trata de decir.
La verdad es que la palabra hebrea almá puede denotar “jovencita” o “virgen”, aun
cuando hay una palabra específica para virgen en el hebreo. Sin embargo, debido al uso
tradicional de este término, los lectores de la época de Isaías entendieron que el profeta quiso
decir que una virgen concebiría. Y por eso los eruditos judíos, más de 200 años antes del
nacimiento de Jesús, tradujeron el vocablo hebreo almá con la palabra griega virgen que es
la que aparece en la Septuaginta. Mateo no tergiversó las cosas en absoluto porque citó la
traducción griega la cual se consideraba, entonces y hasta la fecha, una traducción exacta de
Isaías. Jesús aceptó la Septuaginta y la citaba con frecuencia. Para aclaraciones adicionales
sobre la cita de Isaías 7 en Mateo, ver la Explicación a Mateo 1:23.
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Pasaje:
Que formo la luz y crío las tinieblas, que hago la paz y crío el mal. Yo Jehová que hago todo
esto (Isa. 45:7, RV Antigua).
Dificultad: ¿Creó Dios el mal?
Explicación: La Biblia revela a un Dios que es perfectamente santo (Isa. 54:5; Apoc.
16:5), justo (Apoc. 16:5) y recto (Sal. 119:137). “¡El Señor es justo! ¡Es mi roca! ¡No existe
maldad en él!” (Sal. 92:15). Por naturaleza Dios es santo y recto, y por lo tanto, nada de lo
que ha creado podría ser moralmente malo. Así que ¿por qué Isaías dice que crea el mal?
La palabra hebrea para mal es rah y no denota necesariamente un mal moral. También
puede traducirse “calamidad, malo o desastre”. La Nueva Versión Internacional traduce el
versículo así: “traigo bienestar y creo calamidad” (Isa. 45:7). Dios puede crear desastres
pero, dado que es perfectamente santo, no puede crear el mal.
Pero la Biblia declara con claridad que Dios creó todas las cosas (ver Juan 1:1-3; Col.
1:15-17). Y si aceptamos que el mal es una realidad, ¿cómo podemos decir que él no lo creó?
La respuesta está en que el mal no es una cosa, ni una sustancia ni una entidad creada. Más
bien, el mal es la corrupción de una cosa buena que Dios hizo.
Dios hizo a los seres humanos y vio que era bueno. Esto se repite varias veces en Génesis
1. Les dio el poder del libre albedrío, y eso también fue bueno. Esto significa que les dio la
opción de creer que Él era el árbitro del bien y el mal, y que sabía lo que era mejor para ellos
cuando les mandó que no comieran de cierto fruto; y eso era bueno. Cuando los primeros
seres humanos creyeron que Él no sabía qué era lo mejor para ellos, lo cual fue la corrupción
de una cosa buena, el mal vino a la existencia.
Entonces, el mal no es una sustancia ni una entidad, sino la corrupción de lo que es bueno.
Esto significa que el mal es un parásito del bien. El mal depende de la existencia del bien,
pero el bien no depende del mal. De modo que, mientras que puede haber bien sin mal, no
puede haber mal sin la existencia de lo bueno. Así como el concepto de “torcimiento”
requiere el de “derechura”, la existencia del mal necesita que el bien haya existido primero.
El mal se convirtió en una realidad cuando se produjo 1) el rechazo de lo que Dios dijo
que era cierto y digno de obediencia, y 2) un acto de oposición a su mandato. Él quería que
los seres humanos confiaran en Él y lo obedecieran. En realidad, nos diseñó para una vida
plena y con sentido al adorarlo y vivir en una buena relación con Él. Pero cuando decidimos
dejar de confiar en Él y seguir sus caminos, el mal se hizo presente.
Versículos difíciles del
libro de
Jeremías
Pasaje:
Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te
aparté y te nombré mi profeta a las naciones (Jer. 1:5).
Dificultad: ¿Apoya este versículo la idea de la reencarnación?
Explicación: Hay quienes creen que el alma de una persona existe antes de que sea
colocada en un cuerpo. Echan mano de este versículo para tratar de demostrar que Dios
conocía a Jeremías como alma antes de que fuera instalado en un cuerpo físico. Sin embargo,
las palabras “te conocí” en el hebreo no respaldan la idea de un alma preexistente.
El término conocer en el hebreo es yadá, el cual denota un conocimiento íntimo o una
relación de compromiso. Si colocamos esto en el contexto de “te consagré y te di...” antes de
que salieras de la matriz, entonces podremos ver que se refiere más exactamente a una
intimidad prenatal y al compromiso que Dios hizo. En otras palabras, Dios predestinó a
Jeremías para un ministerio especial.
El rey David dice: “Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto, mientras se
entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz. Me viste antes de que naciera. Cada día de
mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día
pasara” (Sal. 139:15, 16). Esto demuestra la presciencia de Dios: Él sabía todo acerca de
nosotros desde que éramos un feto en desarrollo en el vientre de nuestra madre. Dios estaba
consciente de nuestra existencia antes del nacimiento y de lo que haríamos una vez que
hubiéramos nacido, pero esto no quiere decir que éramos almas preexistentes en espera de
ser encarnadas en un cuerpo. Esto tiene que ver con la asombrosa presciencia de Dios: “Sólo
yo puedo predecir el futuro antes que suceda” (Isa. 46:10), y la manera en que predetermina
o separa a los individuos para el servicio incluso antes de que nazcan.
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Pasaje y Dificultad: Jeremías 3:7. Si Dios es omnisciente (“todo lo sabe”), ¿por qué no supo
de antemano que Judá no volvería a Él?
Explicación: Ver Génesis 22:10-12.
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Pasaje y Dificultad: Jeremías 18:5-10. Se supone que Dios es inmutable, pero ¿acaso este
pasaje no afirma que Él cambia de opinión?
Explicación: Ver Éxodo 32:12-14.
Versículos difíciles del
libro de
Lamentaciones
Pasaje:
Mujeres de buen corazón han cocinado a sus propios hijos; los comieron para sobrevivir el
sitio (Lam. 4:10).
Dificultad: ¿Por qué un Dios amoroso permitió que su creación sufriera de esa manera?
Explicación: El libro de las Lamentaciones describe la horrenda y trágica destrucción de
Jerusalén a manos del ejército babilónico. Su descripción del sufrimiento humano es
emocionalmente desgarradora con las madres que, muriendo de hambre, se comen a sus
propios bebés en un intento por sobrevivir. Esto plantea la pregunta: “Si Dios es bueno, y
ciertamente lo es, ¿por qué permitió que su creación pasara por semejante devastación
emocional y física, sobre todo tratándose de su pueblo escogido?”. En numerosos casos a lo
largo de las Escrituras, Dios se aíra y provoca sufrimiento como el que se registra en este
libro. Para mayor información sobre la ira de Dios que ocasiona dolor en su creación, ver la
Explicación a Sofonías 2:2.
En esta explicación nos enfocaremos más en por qué Dios permite que los seres humanos
sufran. Varios estudiosos han ofrecido diferentes respuestas: Es un castigo de Dios por el
pecado; una prueba de fe; un medio de redención de Dios; un gran misterio y no debemos
cuestionar las acciones de Dios. Sin embargo, la pregunta sobre el sufrimiento y el papel de
Dios en él parece ser válida y merece una respuesta. Se han escrito numerosos volúmenes
sobre el tema, pero quizás la siguiente breve discusión al menos proporcionará alguna
perspectiva.
En primer lugar, es dudoso que haya alguna explicación lógica que satisfaga de alguna
manera el profundo clamor emocional, y solucione el horrible problema del dolor y el
sufrimiento. Por lo tanto es muy poco probable que la razón y el discurso filosófico
respondan plenamente al lamento del corazón. Pero esto no significa que no debamos pensar
profundamente en ello. Con todo, los eruditos cristianos creen que una cosmovisión bíblica
ofrece una respuesta intelectualmente más satisfactoria y emocionalmente gratificante al
problema del sufrimiento y de por qué Dios lo permite.
En el principio, Dios les dio a los seres humanos creados a su imagen el poder de tomar
decisiones. Desde una perspectiva humana esto implicaba un gran riesgo: los seres humanos
podían escoger su propio camino y no el de Dios. Y, por supuesto, esto fue lo que ocurrió.
Esto que en sí parecería que no es trascendental, resultó que sí.
Si se acepta la premisa de que “toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto”
(Stg. 1:16, VMH), entonces es probable que también se admita la noción de que para
experimentar una vida de alegría, paz, apacibilidad, belleza, bondad, amor y todo lo que se
llama bueno, todo depende de y es el resultado de estar en relación con Dios y vivir de
acuerdo con sus caminos. Así pues, si un ser humano finito, creado para estar en relación con
Dios decide rechazar esa relación, ¿cuál es la alternativa? Una vida carente de todas las
bendiciones enumeradas, acompañada de dolor y sufrimiento.
Lo que sigue es una débil ilustración de cómo una decisión equivocada puede causar
sufrimiento. Imagina que la primera pareja de peces eran seres inteligentes con alma eterna.
Por supuesto, como peces, estaban diseñados para vivir en el agua con agallas para respirar
el “buen oxígeno” del Lago Paraíso. Pero, ¿qué pasaría si esta primera pareja de peces
decidiera “vivir” fuera de su perfecto hogar? Como sabemos, este sería un trágico error. Los
peces no fueron diseñados para respirar en el aire libre porque este sería “oxígeno malo” para
ellos. Y si lo hacen experimentarán dolor y sufrimiento.
Pero debido a que estos peces especiales tenían alma eterna experimentarían el sufrimiento
de una “muerte en vida”. Y ¿qué le pasaría a toda la descendencia de estos peces? La
experiencia de la “muerte en vida” se transmitiría a cada nuevo pez nacido fuera del Lago
Paraíso. ¿Es el creador de los peces el culpable de esta tragedia? ¿O es el sufrimiento la
consecuencia de la decisión del primer pez de vivir en contra de su diseño y fuera del Paraíso
en relación con su Hacedor?
Sin duda, esta ilustración no responde a todos los detalles difíciles de por qué existe el
sufrimiento. Pero quizás ayude a recordar que un Creador infinito que es perfecto, santo y
bueno creó a los seres humanos para que disfrutaran la vida en relación con Él. Dios le dio a
la primera pareja una cosa excelente: el poder de escoger entre amarlo desinteresadamente y
creer que Él sabía qué era lo mejor (algo muy bueno)... o amarse a sí mismos egoístamente y
creer que ellos sabían qué era lo mejor (algo muy malo). Él quería que los seres humanos
finitos confiaran en que el Dios infinito sabía qué era lo mejor para ellos. Él deseaba que lo
pusieran desinteresadamente en primer lugar y aprendieran que esta manera de vivir era el
camino a la alegría, la paz y la bondad. Si la primera pareja hubiera seguido ese sendero se
habría evitado dolor y sufrimiento.
Hasta cierto punto, es posible elaborar una respuesta teológica o filosófica que explique
por qué existe el sufrimiento y por qué la libre elección lo permitió. Sin embargo, en muchos
aspectos la intensidad del sufrimiento humano es demasiado abrumadora emocionalmente
para que la razón o la lógica den una respuesta a fondo y satisfactoria. En realidad, la Biblia
en términos generales no aborda directamente la cuestión de por qué existe el sufrimiento.
Sin embargo, desde Génesis hasta Apocalipsis nos dice qué hace Dios al respecto. No ha
ignorado el sufrimiento; trabaja para ponerle fin.
Cuando los seres humanos decidieron rechazar a Dios y sus caminos, esto les trajo dolor y
sufrimiento ilimitado. Pero no fue solamente la humanidad la que sufrió. Dios no respondió
de manera impersonal al sufrimiento. El sufrió también, como lo dice la Biblia, “le dolió en
su corazón” (Gén. 6:6, VMH). Si bien es verdad que es “lento para la ira y grande en
misericordia” (Sal. 103:8, VMH), también se enoja. Está enfadado porque la muerte lo ha
separado de los hijos que creó. Está enojado porque su archienemigo, el diablo, tiene el
poder de la muerte. Y está airado porque el pecado y la muerte han angustiado tanto a su
creación.
Pero en su santa ira y misericordia ha emprendido acciones. Hace tiempo que le prometió
a Abraham que daría una solución definitiva al pecado, el sufrimiento, el dolor y la muerte a
través de sus descendientes. Les prometió a los hijos de Abraham que “quitará la nube de
tristeza, la sombra de muerte que cubre la tierra. ¡Él devorará a la muerte para siempre! El
Señor Soberano secará todas las lágrimas y quitará para siempre los insultos y las burlas
contra su tierra y su pueblo” (Isa. 25:7, 8).
La solución de Dios al sufrimiento significaba que iba a tomar la forma de un ser humano
y también iba a padecer. Jesús experimentaría todo el peso del sufrimiento humano; es decir,
el hambre, la traición, el rechazo, la soledad y la muerte tortuosa de la crucifixión. Así que,
en un sentido real, Dios sabe lo que es sufrir y se compadece de nosotros (ver Heb. 2:18;
4:15).
Pero no lo dejó allí. La muerte de Jesús sería un sacrificio expiatorio por el pecado, y Él
iba a resucitar para reclamar a los seres humanos caídos del poder de la muerte y de la
potestad del diablo, su antiguo enemigo. Los siguientes pasajes hacen la crónica de su plan
para abolir el pecado y el sufrimiento:
Todos los que pertenecen a Cristo serán resucitados cuando él regrese. Después de eso,
vendrá el fin, cuando él le entregará el reino a Dios el Padre, luego de destruir a todo
gobernante y poder y toda autoridad. Pues Cristo tiene que reinar hasta que humille a
todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el último enemigo que será destruido es la
muerte (1 Cor. 15:23-26).
El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo (1
Jn. 3:8, BA).
Entonces, cuando todas las cosas estén bajo su autoridad, el Hijo se pondrá a sí mismo
bajo la autoridad de Dios, para que Dios, quien le dio a su Hijo la autoridad sobre
todas las cosas, sea completamente supremo sobre todas las cosas en todas partes (1
Cor. 15:28).
¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán
su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima de los ojos, y no
habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más
(Apoc. 21:3, 4).
Por supuesto, Dios sabía que nosotros no confiaríamos en que Él sabe qué es lo mejor para
nosotros, y elegiríamos nuestro propio camino. Pero si el amor iba a ser genuino, tenía que
ser de nuestra propia elección. Estuvo dispuesto a permitir que escogiéramos, incluso si esto
le causara a Él y a su creación un gran dolor para redimirnos y traernos de regreso a Él.
Versículos difíciles del
libro de
Ezequiel
Pasaje:
Del norte haré que se levante el rey Nabucodonosor de Babilonia contra Tiro... Saquearán tus
riquezas y mercancías, y demolerán tus murallas (Eze. 26:7,12).
Dificultad: ¿No hay una contradicción entre este pasaje que dice que Nabuconodosor saqueó
las riquezas de Tiro, y Ezequiel 29:18 que afirma que no fue así?
Explicación: Parece que Ezequiel 29 contradice a Ezequiel 26 cuando señala: “pero ni
Nabucodonosor ni su ejército recibieron botín en recompensa por todo su esfuerzo” (Eze.
29:18). Esta aparente contradicción se aclara cuando nos enteramos de que Ezequiel
profetizó que Dios hará “que muchas naciones se levanten contra ti como las olas del mar
que rompen contra tu costa. Ellas destruirán las murallas de Tiro y derribarán sus torres”
(Eze. 26:3-4). Nabuconodosor fue solo uno entre los muchos que vendrían contra Israel para
destruirlo. Él saqueó parte de Israel, pero otros lo saquearían en su totalidad.
En Ezequiel 26:15-21 se profetiza la caída de la ciudad-isla de Tiro. Nabuconodosor
derrotó y saqueó las ciudades de la costa (Eze. 26:12). Pero no pudo capturar y saquear la
ciudad-isla, por lo que fue recompensado con la tierra de Egipto (Eze. 29:18,19).
En el año 587 a. de J.C. Ezequiel profetizó la destrucción total de Tiro, pero tendrían que
pasar 250 años antes de que se cumpliera plenamente. Alrededor del año 332 a. de J.C.,
Alejandro Magno finalmente hizo desaparecer a Tiro. La total desolación de la que habló
Ezequiel finalmente llegó, y la ciudad nunca fue reconstruida.
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Pasaje:
En una visión que provenía de Dios, él me llevó a la tierra de Israel y me puso sobre una
montaña muy alta. Desde allí pude ver hacia el sur lo que parecía ser una ciudad (Eze. 40:2)
Dificultad: En la visión de los capítulos 40-48 ¿profetiza Ezequiel un reino milenario literal,
o se refiere a Cristo quien llega a ser el sacrificio expiatorio todo suficiente por el pecado?
Explicación: El libro de Ezequiel está lleno de visiones que antecedieron y siguieron a la
caída de Jerusalén en el 586 a. de J.C. La visión final que abarca los capítulos 40 al 48 refleja
el mismo mensaje del libro entero: Dios traerá a su pueblo de nuevo hacia Él y lo redimirá
para que sea santo y Él pueda vivir una vez más en medio de ellos. En aquellos días su gloria
transformará la tierra, y su pueblo y el templo jamás volverán a ser profanados.
Ezequiel ve este templo en detalle. Describe un tiempo en el que en su interior se volverán
a ofrecer sacrificios, y un río de agua viva fluirá a través de él que sanará a las naciones.
Los eruditos generalmente se dividen en dos bandos sobre la interpretación de estos
capítulos. Están los que se inclinan por una traducción más literal. Creen que Ezequiel
predice el cumplimiento de Apocalipsis 20, en el que Jesús regresa a la tierra para un reino
milenario. Este es un momento en el que Israel reconoce a Jesús como el Mesías y restablece
el sistema de sacrificios como un memorial o pacto que recuerda su propia ofrenda de
sacrificio redentor. Se dice que esta noción está respaldada por pasajes del Antiguo
Testamento, tales como Génesis 12:1-3 e Isaías 59:20, 21, en los que Dios estableció un
pacto eterno con Abraham y se profetiza la llegada de un Redentor a Jerusalén para comprar
a su pueblo. Los que sostienen este punto de vista señalan Romanos 9 y 12, así como
Apocalipsis 20, como pasajes del Nuevo Testamento que se refieren a un reino literal de
Cristo sobre Israel. Por último, las dimensiones y las medidas del templo que Ezequiel vio, al
parecer son muy precisas y detalladas como para que no se las interprete literalmente.
Otros eruditos interpretan la visión que Ezequiel tuvo del templo como una declaración
teológica descrita a través de los lentes de un plan arquitectónico. Señalan que los planos
para la construcción carecen de características específicas de los materiales y no se considera
físicamente construible. Más bien, afirman que este nuevo templo encuentra su
cumplimiento en Jesús, quien es el sacrificio expiatorio todo suficiente por el pecado. Por
consiguiente, el sistema sacrificial del Antiguo Testamento y su sacerdocio quedan abolidos.
En su lugar, Cristo se convierte en nuestro Sumo Sacerdote, como se describe en Hebreos
8—10. Según este punto de vista, el llamado a Israel para ser un reino de sacerdotes se
cumple en el cuerpo de Cristo, la iglesia, y en el envío del Espíritu Santo, como se especifica
en Efesios 1:5; Gálatas 5:16; y 2 Pedro 2:9. Para mayor información sobre el reinado
milenario de Cristo, ver la Explicación a Apocalipsis 1:1.
Versículos difíciles del
libro de
Daniel
Pasaje:
Todas estas cosas le ocurrieron al rey Nabucodonosor. Doce meses más tarde, el rey
caminaba sobre la terraza del palacio real en Babilonia y mientras contemplaba la ciudad,
dijo: “¡Miren esta grandiosa ciudad de Babilonia! Edifiqué esta hermosa ciudad con mi gran
poder para que fuera mi residencia real a fin de desplegar mi esplendor majestuoso” (Dan.
4:28-30).
Dificultad: ¿Existen pruebas fuera de la Biblia que den respuesta a los críticos que afirman
que el rey Nabuconodosor nunca existió?
Explicación: La ciudad de Babilonia tenía murallas cubiertas de magníficas baldosas de
cerámica azul, ilustraciones en oro de dragones y leones, los famosos jardines colgantes y la
exótica puerta de Istar que el rey mandó construir. Pero, ¿hubo en realidad un rey
Nabuconodosor que edificó todo eso?
Se ha dicho que el rey Nabuconodosor vivió y reinó en Babilonia del 605 al 565 a. de J.C.
Los arqueólogos han confirmado su existencia al descubrir pruebas cerca de la actual Hilla,
provincia de Babilonia, Iraq, a casi 90 km al sur de Bagdad.
Se han encontrado numerosos fragmentos de ladrillos blancos vidriados con restos de
caracteres cuneiformes que pertenecen a la inscripción de una construcción de
Nabuconodosor II en la puerta de Istar. Los arqueólogos afirman que no hay duda de que el
texto se refiere a la construcción de la puerta. El texto se restauró al compararlo con otra
inscripción completa hallada en un bloque de piedra caliza, lo que suma tres extractos de la
inscripción principal del rey: “Yo Nabuconodosor, he puesto el cimiento de las puertas... Las
he adornado regiamente con gran esplendor para que toda la humanidad las contemple con
asombro”1.
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Pasaje:
El rey Belsasar ofreció un gran banquete a mil de sus nobles y bebió vino con ellos (Dan.
5:1).
Dificultad: ¿Están los críticos en lo cierto cuando afirman que el rey Belsasar era solo una
figura legendaria que nunca existió?
Explicación: Es verdad que Belsasar no figuraba en ninguna lista extrabíblica de los reyes
de Babilonia. Los historiadores griegos tampoco registran su existencia. Sin embargo, los
arqueólogos descubrieron el Cilindro de Nabónido mientras excavaban en el sur de Irak en el
templo de Shamash.
La inscripción del rey Nabónido narra su estancia en Tema y la caída de Babilonia (539 a.
de J.C.). Más importante aún, este descubrimiento enumera los antiguos reyes de Babilonia y
Belsasar figura como rey y primogénito del rey Nabónido.
Versículos difíciles del
libro de
Oseas
Pasaje:
Cuando el Señor le habló por primera vez a Israel por medio de Oseas, le dijo al profeta: “Ve
y cásate con una prostituta, de modo que algunos de los hijos de ella sean concebidos en
prostitución” (Ose. 1:2).
Dificultad: ¿Realmente Dios mandaría a alguien que se casara con una prostituta?
Explicación: Muchas personas, incluidas algunas en los primeros siglos de la iglesia, no
podían creer que Dios quería que alguien se casara con una prostituta. De manera que hay
quienes consideran que el libro de Oseas es una alegoría en la que Gomer representaba a
Israel y Oseas a Dios. Pero el resto del versículo 2 explica por qué Dios dio tal mandato:
“Esto ilustrará cómo Israel se ha comportado como una prostituta, al volverse en contra del
Señor y al rendir culto a otros dioses” (Ose. 2:2).
Muchos hoy en día creen que el matrimonio de Oseas con Gomer fue real. Algunos
sugieren que Gomer pudo no haber sido promiscua cuando la tomó por esposa, aunque
estaba predispuesta a ser infiel. Por lo tanto, dicen, Oseas no se casó con una prostituta sino
que su esposa se convirtió en una después de casarse. Otros no están de acuerdo y suponen
que Oseas en realidad se casó con una prostituta. Si bien casarse con una prostituta puede
parecer extremo, ciertamente ofrece una ilustración vivida y poderosa de hasta qué punto
Dios estuvo dispuesto a ir para redimirnos. Para mayor información sobre el significado del
libro de Oseas, ver la Explicación a Sofonías 2:2 y Mateo 9:12, 13.
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Pasaje y Dificultad: Oseas 6:6. ¿Qué significa que Dios quiere que “demostremos amor y
no que ofrezcamos sacrificios”? Jesús citó este versículo para revelar una verdad importante.
Explicación: Ver Mateo 9:12,13.
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Pasaje y Dificultad: Oseas 11:1. ¿No es verdad que Mateo cita equivocadamente este
versículo para aplicárselo a Jesús?
Explicación: Ver Mateo 1:23.
Versículos difíciles del
libro de
Joel
Pasaje:
¡Toquen alarma en Jerusalén! ¡Den el grito de guerra en mi monte santo! Que todos tiemblen
de miedo porque está cerca el día del SEÑOR (Joel 2:1).
Dificultad: ¿Por qué profetiza Joel que estaba “cerca el día del SEÑOR”, cuando ha tomado
cientos y miles de años para que se cumpla, quedando pendientes algunas profecías que aún
no se han cumplido?
Explicación: La frase “el día del SEÑOR” es un tema central del libro de Joel. Puede
referirse al juicio de Israel debido a su rebelión contra Dios, o a un día de regocijo y
liberación al volverse Israel a Dios y restablecerse el gobierno de su pueblo. Sin embargo, el
juicio de Dios continuó por años después de las profecías de Joel. La profecía de la venida
del Espíritu de Dios no sucedió hasta la ascensión de Jesús cientos de años después del
anuncio de Joel (Joel 2:28, 29). Y hay quien cree que quedan profecías que aún deben
cumplirse (Joel 2:30-32; 3:1-21). Entonces, ¿cómo pudo Joel proclamar que “el día del
SEÑOR” estaba “cerca”?
La frase no se refería al momento del “día”, sino a su certeza. En otras palabras, el tiempo
no era relevante. Lo importante eran las promesas del juicio, la redención y la restauración.
Pedro hizo la misma observación. Escribió sobre aquellos que se mofaban de la demora del
regreso de Cristo para que se cumplieran las promesas del “día del SEÑOR”. El Apóstol
afirma:
Queridos amigos, hay algo que no deben olvidar: para el Señor, un día es como mil
años y mil años son como un día. En realidad, no es que el Señor sea lento para
cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a
ustedes. No quiere que nadie sea destruido, quiere que todos se arrepientan. Pero el día
del Señor llegará tan inesperadamente como un ladrón (2 Ped. 3:8-10).
Y puesto que el “día del SEÑOR” todavía está cerca, sigue siendo cierto que ha de venir.
El momento de su cumplimiento no es tan importante como su inevitabilidad.
Versículos difíciles del
libro de
Amós
Pasaje:
¡Los habitantes de Israel han pecado una y otra vez y no permitiré que queden sin castigo!
Venden por dinero a la gente honrada y a los pobres por un par de sandalias. Pisotean en el
polvo a los indefensos y quitan a los oprimidos del camino (Amos 2:6,7).
Dificultad: ¿Están Dios y sus seguidores realmente preocupados por la justicia social?
Explicación: Para algunos, el Dios del Antiguo Testamento y el cristianismo en general
no están interesados por la justicia social en el mundo. Ven al cristianismo como un imperio
malvado que impone su voluntad sobre las masas y amenaza con reprimir la libre expresión
de la humanidad.
Aunque no han faltado quienes en el pasado y en el presente, bajo el estandarte del
cristianismo, han hecho la guerra, esclavizado a la gente y causado desgracia en el nombre
de Cristo, esto es solo un pequeño y triste ángulo de la imagen completa. En el libro de
Amós, Dios está indignado por la injusticia social perpetrada por Israel. Y se puede
demostrar que es la compasión de Jesús y de sus seguidores lo que ha fomentado la justicia
social y contribuido de manera más positiva a la sociedad en general que cualquier otra
fuerza en la historia.
Los ateos y otros detractores del cristianismo no pueden pasar por alto que es la
propensión humana al egocentrismo lo que ha traído tanta miseria y sufrimiento a las masas.
El cristianismo es realmente el antídoto a esta propensión porque es el mensaje y el poder de
Cristo el que aborda de fondo el problema de este amor inmoderado al propio interés sin
consideración por los demás.
La codicia, la corrupción, el abuso del poder y el desprecio básico hacia los demás surgen
del egocentrismo. Si no se controla, la naturaleza humana siempre volverá a formas egoístas
que buscan ganar a expensas del otro. En el lado opuesto de la ecuación, hacer del interés y
el cuidado de los demás algo tan importante como los propios intereses crean buena voluntad
y armonía, y satisface las necesidades humanas. Esto está en el centro de las enseñanzas de
Jesús y representa el corazón de Dios. Jesús dijo: “Haz a los demás todo lo que quieras que
te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas” (Mat.
7:12).
Ver por los intereses de los demás, especialmente los de los más necesitados, es el valor
fundamental de la enseñanza de Jesús y de la Biblia en general. La expresión que se usa más
a menudo para describir el corazón amoroso de Jesús es “sintió compasión”. Cuando vio a
los dos ciegos, “se compadeció”. Cuando vio al leproso “fue movido a compasión”. Cuando
vio al enfermo y al hambriento, “tuvo compasión” (ver Mat. 9:36; 15:32; 20:34; Mar. 1:41;
6:34; 8:2). Jesús terna un corazón amoroso que lo llevaba a poner primero a los demás, y
Dios les ha dado a sus seguidores un corazón como el de Cristo para cambiar al mundo para
bien.
En esencia, el cristianismo compasivo supone un paso más a favor de los intereses de los
demás. Pablo afirmó: “con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes
mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses sino también por los intereses
de los demás” (Fil. 2:3, 4). Esta compasión es un mensaje radical ahora, y sin duda lo fue en
los días de Cristo. En el Imperio romano del siglo I, era algo común esclavizar a otros. El
aborto estaba fuera de control. Los padres abandonaban a todos los bebés deformes o no
deseados. Las mujeres tenían pocos derechos y se las consideraba como propiedad de sus
maridos.
Sin embargo, durante este tiempo Santiago, un discípulo de Jesús, hizo una declaración
radical: “La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los
huérfanos y de las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa” (Stg.
1:27). Los primeros cristianos rechazaron la práctica cultural de dejar que los bebés
abandonados y los huérfanos murieran en las calles. En vez de eso, los recogían y los
adoptaban en sus propios hogares. ¿Qué fue lo que los llevó a hacer eso? Fue la “compasión”
de su Señor que vivía en ellos. Los cristianos primitivos creían que todo el mundo,
incluyendo a los pobres, los que no tenían techo, los discapacitados y los enfermos, estaban
hechos a imagen de Dios y tenían por ello un valor, una dignidad y una valía infinitos.
Más allá de cualquier sombra de duda, el cristianismo ha sido una fuerza poderosa a favor
de la justicia social en nuestro mundo. Es la preocupación de Jesús por un mundo herido lo
que ha llevado a sus seguidores a proteger a los niños pequeños y los que aún no nacen,
establecer leyes que tutelan el trabajo infantil, la separación de la iglesia y el estado, la
libertad y la justicia, el cuidado de los necesitados, la abolición de la esclavitud en el mundo
occidental y los avances de la ciencia moderna. Los cristianos han construido universidades
y hospitales, han traído innovación en la música y el avance de la palabra escrita. Y todos
estos esfuerzos continúan hoy
Versículos difíciles del
libro de
Abdías
Pasaje:
Todas las naciones beberán, se tambalearán y desaparecerán de la historia. Sin embargo,
Jerusalén será un refugio para los que escapen; será un lugar santo. Y el pueblo de Israel
regresará para reclamar su herencia (Abd. 1:16, 17).
Dificultad: ¿Por qué se muestra Dios tan parcial hacia Israel a pesar de que una y otra vez
ellos lo rechazaron? ¿No es esto una forma de discriminación racial de parte de Dios?
Explicación: Todo el libro de Abdías predice cómo Dios va a juzgar a los que atacan a
Israel, y de qué forma triunfará sobre sus enemigos. Esto sin duda hace que Dios aparezca
como si discriminara racialmente. A lo largo de la historia, según consta en la Biblia, Dios ha
tenido una raza elegida: Israel.
Es verdad que en el libro de Génesis se nos dice que Dios señaló a un hombre llamado
Abraham y le dijo:
Deja tu patria y a tus parientes y a la familia de tu padre, y vete a la tierra que yo te
mostraré. Haré de ti una gran nación; te bendeciré y te haré famoso, y serás una
bendición para otros. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten
con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti (Gén.
12:1-3).
Pero la acusación de que Dios es racista se debe a una mala interpretación y una
comprensión equivocada del relato bíblico.
Dios hizo un pacto especial con Abraham y sus descendientes, y con buena razón. Antes
de la creación Dios planeó redimir a los seres humanos pecadores, y lo haría tomando la
forma de ellos mediante el nacimiento de Jesús. Es así que se identificó con la gente. Les dio
su santa Palabra, la Biblia. Estableció un sistema de sacrificios con ellos que daría lugar a un
remedio definitivo al pecado y la muerte. Profetizó en su Palabra que el sacrificio perfecto, el
Cordero de Dios, nacería de los descendientes de Abraham (ver Mat. 1:1-17). Jesús, el Dioshombre, vino a redimir a todos los que lo recibieran tanto judíos como gentiles.
Cuando Dios eligió a Israel no se trató solamente de Israel sino de hacer que su nombre se
conociera y ofrecer la salvación al resto del mundo. También juzgó a Israel como lo hizo con
otras naciones (ver 2 Rey. 17). No tenía favoritos. Dios no es racista. Ya sean judíos o
gentiles, todos tendrán que dar cuenta por igual ante Él.
Versículos difíciles del
libro de
Jonás
Pasaje:
Pero el SEÑOR dispuso un gran pez que se tragase a Jonás. Y este estuvo en el vientre del
pez tres días y tres noches (Jon. 1:17, VMH).
Dificultad: ¿Es la historia de Jonás, quien fue tragado por un gran pez, un evento histórico o
simplemente una parábola ficticia que nos enseña alguna verdad?
Explicación: Algunos dirían que hay una “moraleja en el relato” de Jonás pero que es
difícil de creer que se trate de un hecho real. Parece increíble que una persona sobreviva al
ser tragado por un pez y viva para contarlo. Pero la Biblia está llena de sucesos milagrosos.
La experiencia de Jonás no es más milagrosa que la creación, la apertura del mar Rojo, la
zarza ardiente, el nacimiento virginal de Cristo o los muchos milagros que realizó Cristo.
Jonás fue un personaje histórico identificado en el libro histórico de 2 Reyes 14:25. Jesús
se refirió a él como una persona real en Lucas 11:29,30 y señala específicamente que “Jonás
estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez” (Mat. 12:40). La Biblia presenta el
relato de Jonás y el gran pez como un evento histórico, y Jesús, el Hijo de Dios, nos lo
refiere como una historia real.
Versículos difíciles del
libro de
Miqueas
Pasaje:
En los últimos días, el monte de la casa del Señor será el más alto de todos, el lugar más
importante de la tierra. Se levantará por encima de las demás colinas y gente del mundo
entero acudirá allí para adorar (Miq. 4:1).
Dificultad: ¿Plagió Miqueas este pasaje de Isaías, o viceversa?
Explicación: Miqueas 4:1-5 e Isaías 2:14 son prácticamente lo mismo, casi palabra por
palabra. Los dos profetas fueron contemporáneos; comenzaron y terminaron sus ministerios
al mismo tiempo. Probablemente cada uno estaba familiarizado con los escritos del otro. Así
que, ¿plagió uno al otro?
A menudo los profetas citaban o interactuaban con las profecías de los otros sin identificar
al otro profeta. Nahúm, Habacuc, Sofonías, Zacarías y Oseas utilizan las palabras de Isaías
en una u otra forma sin mencionarlo por su nombre.
El uso de la frase “forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en herramientas para
podar” escrita por Miqueas e Isaías (Isa. 2:4; Miq. 4:3) es lo opuesto a lo que Joel escribió
años antes: “Forjen las rejas de arado y conviértanlas en espadas y sus herramientas para
podar, en lanzas” (Joel 3:10). La variación de este uso específico de palabras probablemente
no es una coincidencia. Estos profetas estaban bien versados en el texto hebreo y pudieron
fácilmente haber vertido sus pasajes con un uso similar del idioma.
Si tenemos en cuenta que estos hombres inspirados por Dios escribieron lo que Dios
quería que quedara registrado, no es extraño que su lenguaje fuera similar. Recordemos que
Dios no hacía entrar en trance a sus profetas, y empleaba sus manos y plumas para que
escribieran los pensamientos e ideas que les daba. Usaba su mente y sus conocimientos para
expresar su mensaje a través de ellos. De modo que sería natural, ya que habían leído a
Isaías, que tuvieran ese conocimiento guardado en su corazón y su mente. Dios luego
utilizaría ese conocimiento para comunicar un mensaje similar.
Acusar a Miqueas o a Isaías de plagio son palabras duras. Uno pudo haber copiado al otro
e indicarlo al margen del manuscrito. Esta nota pudo haberse dejado de lado en el proceso
del copiado al paso de los siglos. O tal vez, al ser contemporáneos, no sintieron la necesidad
de indicar que uno tomó del otro. De cualquier manera parece que Dios quería asegurar,
doblemente, que nos llegara su mensaje.
Versículos difíciles del
libro de
Nahúm
Pasaje:
¡Dios celoso y vengador es el SEÑOR! Vengador es el SEÑOR y está indignado (Nah. 1:2,
VMH).
Dificultad: ¿Por qué razón Dios es tan celoso?
Explicación: En el libro de Éxodo se afirma que el nombre de Dios es “celoso” y que “es
celoso de su relación contigo” (Éxo. 34:14). (Ver la Explicación a Éxo. 34:14 para mayores
detalles de por qué no está mal que Dios sea celoso). Pero en su esencia el celo de Dios no es
algo malo porque, por naturaleza, no es egoísta. Quiere que lo amemos exclusivamente a Él,
al igual que queremos que alguien nos ame de la misma manera.
Pero parece que Dios realmente se aíra cuando no lo ponemos en primer lugar y lo
amamos exclusivamente. ¿Por qué? ¿Cuál es la razón que enciende unos celos tan
apasionados de parte de Dios, incluso cuando no hacemos de Él lo más importante de nuestra
vida?
Como lo hemos señalado, los celos y la ira de Dios no son egoístas como los nuestros. Los
seres humanos son celosos de los demás, y a veces arremeten con ira. Está en la naturaleza
humana ser egoísta y pensar solo en uno mismo. Sin embargo, los celos y la ira de Dios son
santos y sirven a un propósito sagrado. Él siente celos por nosotros y su santa ira se expresa,
en parte, para que volvamos a amarlo exclusivamente. (Ver la Explicación a Sof. 2:2 sobre el
tema de la ira de Dios).
Todo el propósito de Dios de redimirnos de una vida de egocentrismo pecaminoso es para
que podamos disfrutar de todo lo que lo alegra. Nos creó a su imagen para vivir en relación
con los demás y experimentemos una alegría semejante a la suya. Y desea celosamente que
lo experimentemos así.
Jesús dijo que vino a dar su vida “para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa”
(Juan 15:11, NVI). Desea celosamente que conozcamos qué es experimentar el amor de
Dios, y estar en unidad con Él y con los demás. La Deidad ha experimentado el amor infinito
más allá de lo imaginable. Han experimentado siempre un círculo de relación que mira por lo
mejor para ellos. Tienen entre sí un amor infinitamente profundo y constante que solo busca
complacer al otro. Y este cuidado de los unos a los otros de una manera tan apasionada y
desinteresada genera una alegría infinita.
Dios nos ha creado para que vivamos eternamente en su alegría. Celosamente quiere eso
para nosotros. Es comprensible que esté airado porque el pecado nos lo ha robado. Está
haciendo todo esto dentro de las limitaciones de nuestro libre albedrío para finalmente
hacernos volver a una perfecta relación con Él. En realidad, una vez que haya redimido a su
creación perdida, tiene la intención de que viva en un mundo perfecto con Él donde no hay
nada más que alegría eterna. Porque una vez que estemos listos para entrar a nuestro hogar
eterno en su compañía, Él dirá: “Bien, siervo bueno y fiel... entra en el gozo de tu señor”
(Mat. 25:23, BA).
La simplicidad y la pureza de disfrutar de una creciente relación de amor con Dios por
toda la eternidad es incomprensible para nuestra mente mortal. Nuestra capacidad de amar es
tan limitada en esta vida como lo es la habilidad de saborear la alegría pura. Pero cuando
estas ataduras terrenales sean rotas, tengamos nuevos cuerpos y vivamos en una tierra nueva,
¿qué diremos entonces? Solo podemos tratar de imaginar, pero sospechamos que nuestra
experiencia de conocer a Dios cara a cara crecerá a lo largo de la eternidad, y el amor y la
alegría se expandirán para contenerla.
Cuando conozcamos cada vez más la naturaleza de la aceptación incondicional de Dios
experimentaremos la seguridad del amor sin medida. Cuando aprendamos para siempre su
infinita gracia captaremos la fuerza y la unidad de su amor. Cuando exploremos
constantemente la humildad y la capacidad de servir del corazón de Dios llegaremos a
entender su verdadera grandeza. Cuando continuamente sigamos entendiendo la verdadera
esencia del Dios Trino con toda su infinita devoción, fidelidad, bondad y santidad, nuestra
capacidad de amar y crecer para llegar a ser como Él se ensanchará de modo que podamos
contenerlo cada vez más.
Todo esto nos permitirá experimentar una alegría cada vez mayor por todas las edades de
la eternidad. Será como si Dios nos dijera a cada uno de nosotros: “Muy celosamente deseo
que experimentes esta mi alegría. Quiero que mi gozo infinito como Padre, Hijo y Espíritu
Santo esté en ti en toda su gloria para que tu gozo sea completo a través del tiempo sin fin”.
Dios te ama apasionadamente y quiere que experimentes su círculo eterno de relación
perfecta. Pero eso no sucederá a menos que lo pongas en el primer lugar de tu vida. Esa es la
razón por la que siente celos por ti.
Versículos difíciles del
libro de
Habacuc
Pasaje y Dificultad: Habacuc 1:1-2. ¿Por qué Dios permite que suframos?
Explicación: Ver Lamentaciones 4:10 y Mateo 27:46.
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Pasaje:
Eres demasiado limpio como para mirar el mal (Hab. 1:13, VMH).
Dificultad: Si Dios no puede ver el mal, ¿por qué tolera a los pecadores?
Explicación: Es verdad que Dios es santo y que, por su misma naturaleza santa, es
incapaz de tener ningún tipo de relación con las personas infectadas por el pecado. Por esto
no tolera a los pecadores; no puede. Por tanto, para preservar su santidad y pureza tenía que
separarse de ellos. Y esa separación entre el Dios vivo y amoroso y la humanidad ha causado
la muerte de los seres humanos. Así que, en realidad, Dios no tiene que tolerar el pecado
porque la muerte (separación de Él) resuelve ese problema. Pero, por supuesto, esto les
plantea un grave problema a los seres humanos.
Puesto que Dios es vida y nosotros estamos apartados de Él, significa que una vez que
morimos físicamente estamos separados eternamente de Él. Y a pesar de que es “rico en
misericordia” (Efe. 2:4), no puede pasar por alto el problema del pecado. El apóstol Pablo
subrayó nuestro dilema cuando señaló que estábamos “muertos” debido a nuestra
“desobediencia y... muchos pecados” (Ef. 2:1). Incluso si Dios pudiera ofrecernos de alguna
manera el perdón, ni siquiera podríamos aceptarlo porque los muertos no pueden aceptar
nada, dado que ¡están muertos!
Pero Dios concibió un plan misericordioso y milagroso. Por supuesto, Él reconoció que
todos nacemos muertos espiritualmente y que el pecado nos ha esclavizado. El apóstol Pablo
dijo: “Yo soy meramente humano, y estoy vendido como esclavo al pecado” (Rom. 7:14,
NVI). Pablo afirmó que era prisionero del pecado y declaró: “¡Miserable de mí! ¿Quién me
libertará de este cuerpo de muerte?” (Rom. 7:24, NVI). En seguida responde a su propia
pregunta con la solución de Dios al pecado y la muerte: “¡Gracias a Dios por medio de
Jesucristo nuestro Señor!” (Rom. 7:25, NVI).
“De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito” (Juan 3:16, VMH) y,
al ofrecer un regalo semejante, “hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por
nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por
medio de Cristo” (2 Cor. 5:21). Era Jesús, el Dios-hombre quien debía ser sacrificado, “pues
solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del
diablo, quien tenía el poder sobre la muerte” (Heb. 2:14).
Nuestra libertad de la esclavitud del pecado y de la muerte, y el don de una relación sin
obstáculos con Dios vinieron mediante el acto redentor de Cristo como nuestro sacrificio.
Fue “la redención que Cristo Jesús efectuó. Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación”
(Rom. 3:24,25, NVI) y gracias a Él podemos estar vivos para Dios.
Este es un milagro maravilloso. A pesar de que “la paga del pecado es muerte” (Rom.
6:23), “Dios pagó un rescate... Y el rescate que Él pagó no consistió simplemente en oro o
plata sino que fue la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni
mancha” (1 Ped. 1:18, 19). Es la muerte de Jesús en la cruz la que expía tus pecados y así
llega a ser el sacrificio por tu pecado. Su muerte sustituye tu muerte, y después, su
resurrección es tu resurrección a una nueva vida en Él. Por consiguiente, gracias a su
sacrificio expiatorio puedes ser liberado, recibir el perdón de tus pecados y escapar del
destierro eterno de la presencia de Dios. “Cristo murió por los pecados una vez por todas, el
justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios” (1 Ped. 3:18, NV1).
Cuando aceptamos la muerte expiatoria de Cristo como nuestro sacrificio por el pecado, y
su resurrección como la nuestra, Dios a su vez “echó nuestras transgresiones como lejos del
oriente está el occidente” (Sal. 103:12). Dios ya no ve nuestra pecaminosidad puesto que nos
ve a través de Cristo. Y a partir de ese momento no solo nos tolera sino que también nos
adopta como sus propios hijos. “Ahora lo llamamos „Abba, Padre‟. Pues su Espíritu se une a
nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios” (Rom. 8:15, 16).
Versículos difíciles del
libro de
Sofonías
Pasaje:
Actúen ahora, antes de que caiga la intensa furia del SEÑOR y comience el terrible día de la
ira del Señor (Sof. 2:2).
Dificultad: ¿Por qué Dios parece estar tan enojado?
Explicación: El término “día del SEÑOR” o “de la ira del SEÑOR” se repite en los
escritos de los profetas para significar el juicio venidero de Dios. Él juzga y se aíra. Puede
sonar extraño, pero una de sus cualidades es su capacidad de airarse.
Cuando los seres humanos se aíran por lo general se trata de una ira egocéntrica. Nos
enfadamos cuando las cosas no salen como queremos, cuando alguien hiere nuestros
sentimientos o hace mal contra nosotros. Entonces arremetemos en ira para desquitamos,
dañar o “arreglar cuentas”. Pero la ira de Dios no es así.
La ira de Dios es santa y tiene un propósito sagrado. A veces su ira tiene como objetivo
proteger al inocente y establecer justicia. La Biblia afirma que Dios “juzgará al mundo con
justicia y a los pueblos con su verdad” (Sal. 96:13, VMH). En su ira puede emplear la
violencia y el sufrimiento para hacer justicia perfecta. Para una discusión más detallada sobre
la ira, ver la Explicación a 2 Reyes 19:35 y Deuteronomio 20:17.
Otro propósito de la ira de Dios es hacer que el culpable y el desobediente se vuelvan a Él.
Observe el contexto de su ira en el libro de Sofonías. “Reúnanse antes de que comience el
juicio, antes de que su oportunidad de arrepentirse vuele como la paja” (Sof. 2:2). Cuando
Israel violó el pacto que Dios hizo con él y le volvió las espaldas, Él se airó. Su ira y castigo
fueron temporales, y estaban destinados a hacer que buscaran perdón y encontraran
restauración para que pudieran volver a disfrutar de su bendición. El dolor que algunos
experimentan a causa de la ira de Dios es para que se vuelvan a Él y sean salvos.
Dios es “lento para la ira y grande en misericordia” (Sal. 103:8, VMH). Es su amor
perfecto e ilimitado el que impulsa su santa ira para provocar el arrepentimiento. Él tiene
todo el derecho de cortarnos el paso como lo hizo con los hijos de Israel quienes a menudo lo
desobedecían. El profeta Miqueas declaró: “¿Dónde hay otro Dios como tú, que perdona la
culpa del remanente y pasa por alto los pecados de su preciado pueblo? No seguirás enojado
con tu pueblo para siempre, porque tú te deleitas en mostrar tu amor inagotable” (Miq. 7:18).
La justa motivación detrás de la ira de Dios es evidente en el libro de Oseas. Dios tomó
medidas cuando Israel lo traicionó. Oseas le dijo lo siguiente al pueblo: “Has sido infiel a tu
Dios, alquilándote como una prostituta... Ahora tus cosechas serán insuficientes para
alimentarte; no habrá uvas para hacer vino nuevo. Ya no podrás quedarte aquí en la tierra del
SEÑOR” (Ose. 9:1-3).
¿Por qué Dios no bendijo las cosechas de Israel? Señaló el interés propio de los que lo
amaban. Era como si les dijera: “Te dejaré que cumplas tus deseos egoístas hasta que te
vuelvas a mí por pura preservación”.
Observa lo que Dios dijo: “Comerán pero seguirán con hambre. Se prostituirán pero no
lograrán nada, porque han abandonado al Señor” (Ose. 4:10). Su vida vacía tenía un
propósito, el hambre los haría volver a Él. El profeta continúa: “Regresaré a mi lugar, hasta
que reconozcan su culpa y se vuelvan a mí. Pues tan pronto lleguen las dificultades, me
buscarán de todo corazón (Ose. 5:15). El designio de Dios al castigar a Israel era traerlos de
regreso a casa.
“Te haré mi esposa para siempre” dijo Dios, “mostrándote rectitud y justicia, amor
inagotable y compasión. Te seré fiel y te haré mía y por fin me conocerás como el Señor”
(Ose. 2:19, 20). A lo largo de su relación con Israel y con la raza humana perdida y
disfuncional ha mostrado su amor a través de la ira y la misericordia. Lo que busca para su
creación extraviada es ser su amante compañero, y les infligirá dolor hasta que ellos clamen
y digan…
Vengan, volvámonos al Señor. Él nos despedazó, pero ahora nos sanará. Nos hirió,
pero ahora vendará nuestras heridas. Dentro de poco tiempo él nos restaurará, para que
podamos vivir en su presencia. ¡Oh, si conociéramos al Señor! Esforcémonos por
conocerlo (Ose. 6:1-3).
Versículos difíciles del
libro de
Zacarías
Pasaje y Dificultad: Zacarías 11:12-13. ¿Por qué Mateo cita este pasaje y afirma que es una
profecía de Jeremías?
Explicación: Ver Mateo 27:9,10.
Versículos difíciles del
libro de
Malaquías
Pasaje:
¿Debería el pueblo estafar a Dios? ¡Sin embargo, ustedes me han estafado! Pero ustedes
preguntan: “¿Qué quieres decir? ¿Cuándo te hemos estafado?”. Me han robado los diezmos y
ofrendas que me corresponden. (Mal. 3:8).
Dificultad: ¿Requiere Dios que demos (a la iglesia que asistimos) un diezmo o el 10 por
ciento de todos nuestros ingresos?
Explicación: La orden para Israel fue que le diera a Dios una décima parte o diezmo.
“Todos los diezmos de la tierra, tanto de la semilla de la tierra como del fruto de los árboles,
pertenecen al SEÑOR” (Lev. 27:30, VMH). Cada año se debía llevar el diezmo al santuario,
el lugar destinado a la adoración (ver Deut. 14:22).
Cuando se repartió la tierra por tribus, los levitas (incluidos los sacerdotes) no recibieron
porción. Por eso se ordenó el diezmo para su sustento. Cada tercer año se daba un segundo
diezmo de la cosecha para ayudar a los levitas, así como a los huérfanos, las viudas y los
extranjeros. Había que llevar este diezmo adicional a la ciudad más cercana (ver Deut. 14:28;
26:12). También se les mandó a los hijos de Israel que dieran ofrendas adicionales.
Algunos suponen que esto establece una contribución mínima del 10 por ciento que los
cristianos deben pagar a la iglesia local. Otros sostienen que se trataba de un requisito
financiero para Israel, y señalan que no equivalía al 10 por ciento, sino al 13 1/3 por ciento
en promedio anual (10 por ciento cada año como diezmo nacional más el 10 por ciento cada
tres años adicional como diezmo tribal resultaba en el 13 1/3 por ciento promedio anual).
Otros señalan que la norma para dar que Jesús estableció era gerente: “Cualquiera de
ustedes que no renuncie a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo (Luc. 14:33,
VMH). El libro de 1 Crónicas dice: “tuyas son todas las cosas que están en los cielos y en la
tierra. Tuyo es el reino, oh SEÑOR” (1 Crón. 29:11, VMH). Esta declaración considera que
Dios es el dueño de todo y que para ser un seguidor de Jesús debemos renunciar a nuestro
derecho de propiedad egoísta y ser un mayordomo fiel. Esto hace de los cristianos
administradores de lo que Dios les permite “poseer”. Y la cantidad que un cristiano da a la
iglesia local o a organizaciones caritativas depende de cómo el Señor lo dirige para dar de su
100 por ciento que administra.
Si bien puede que no haya consenso en cuanto a cómo se debe aplicar hoy en día el
concepto del diezmo del Antiguo Testamento, la mayoría ve la necesidad de apoyar
financieramente la labor de la iglesia local y los grupos de beneficencia. Y muchos
consideran que dar a la iglesia un 10 por ciento del ingreso personal es una mínima cantidad
inicial.
LOS EVANGELIOS / NARRACIONES
Mateo – Hechos de los Apóstoles
Versículos difíciles del
libro de
Mateo
Pasaje:
Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham... Todas las
generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones, y desde David hasta la
deportación a Babilonia son catorce generaciones, y desde la deportación a Babilonia hasta el
Cristo son catorce generaciones (Mat. 1:1-17, VMH).
Dificultad: ¿Por qué la detallada línea familiar de Mateo, que va desde Abraham y pasa por
el rey David hasta Jesús, difiere tan radicalmente de la genealogía de Lucas 3:23-38?
Explicación: A primera vista puede parecer que ambos relatos están rastreando la línea
familiar de Jesús a través de su padre legal, José, en cuyo caso hay una evidente
contradicción. Resulta confuso que en Mateo 1:16 se indique que Jacob es el padre de José,
mientras que en Lucas 3:23 se señale que es Elí.
Una solución plausible es que Mateo presenta la línea familiar de José pero Lucas traza la
genealogía de María. La razón por la que María no se menciona en Lucas 3 es que ya ha sido
designada madre de Jesús en varias ocasiones.
La práctica habitual de las genealogías judías es dar el nombre del padre, el abuelo, y así
sucesivamente. Lucas sigue este patrón y no menciona el nombre de María sino el del padre
legal. Sin embargo, Lucas deja en claro que José no es, en realidad, el padre de Jesús ya que
Jesús había nacido de una virgen (ver Luc. 1:26 – 35).
Lucas rastrea, sin duda, las raíces de Jesús a través de su madre, María quien era
descendiente de Elí, Matat y así sucesivamente. El nombre de José se menciona de acuerdo
con la práctica común pero se lo describe como el supuesto padre de Jesús, y Dios como el
verdadero padre.
Además, la razón por la que se dan dos genealogías puede ser que una (la de Lucas)
demuestra la conexión de Jesús con toda la humanidad ya que traza sus raíces hasta Adán. Y
la otra (la de Mateo) muestra que Él es el heredero legítimo al trono de David y el
ininterrumpido cumplimiento de las promesas que Dios le dio a Abraham. En conjunto, se
enfatiza la persona de Jesús como el Mesías de los judíos y el Salvador de todo el género
humano.
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Pasaje:
He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emanuel (Mat. 1:23,
VMH).
Dificultad: ¿No cita Mateo equivocadamente Isaías 7:14, puesto que el hijo que nació en
realidad era Ezequías, rey de Israel?
Explicación: Sí, Mateo cita Isaías 7 y afirma que allí se profetizó que Jesús nacería de una
virgen y sería llamado Emanuel. Los críticos, por su parte, señalan que una lectura completa
del capítulo 7 de Isaías parece referirse con mayor probabilidad al nacimiento del rey
Ezequías, el piadoso rey de Israel. Para saber por qué Isaías emplea el término virgen, ver la
Explicación a Isaías 7:14.
Hay quienes acusan a los escritores del Nuevo Testamento de torcer y tomar fuera de
contexto pasajes del Antiguo Testamento para enseñar una clase especial de cristianismo.
Además, afirman que da la impresión de que los escritores de los Evangelios y las epístolas
se tomaron libertades con el texto sagrado para establecer una clase de religión enteramente
nueva.
Tenemos otro ejemplo en Mateo 2. María y José huyeron a Egipto con el niño Jesús para
escapar del decreto de Herodes de que los niños en la zona de Belén menores de dos años
fueran asesinados. Mateo escribió entonces:
Así se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: ―De Egipto llamé a
mi Hijo‖… Esta acción brutal [de Herodes] cumplió lo que Dios había anunciado por
medio del profeta Jeremías: ―En Ramá se oyó una voz, llanto y gran lamento. Raquel
llora por sus hijos, se niega a que la consuelen, porque están muertos‖ (Mat. 2:15,
17,18).
Mateo cita primero al profeta Oseas quien dijo que cuando Israel era niño, Dios lo amaba
y ―de Egipto llamé a mi hijo‖ (Ose. 11:1). Todos sabemos que Dios, en realidad, llamó a su
pueblo de Egipto. Sin embargo, Mateo afirma que esto era una profecía sobre José y María
quienes se llevaron a Jesús a Egipto para regresarlo después. Mateo cita a Jeremías acerca de
Raquel que llora por sus hijos muertos, y afirma que se refería a las madres del siglo I en
Belén que lloraban a sus infantes varones después de que Herodes los había mandado matar.
Los críticos afirman, una vez más, que Mateo tergiversó y malinterpretó por completo a
Oseas y Jeremías.
Lo que los críticos pasan por alto es que Jesús vino para cumplir las promesas que Dios le
hizo a Israel y proveer un medio para que todos los hijos perdidos de Dios fueran redimidos.
Esto significa que muchas de las profecías que Dios le dio a Israel eran sombras y figuras del
plan de Jesús para llevar a Israel y a su iglesia a su reino eterno.
Jesús vino a establecer su reino, y fue Él quien dijo: ―No malinterpretar la razón por la
cual he venido. No vine para abolir la ley de Moisés o los escritos de los profetas. Al
contrario, vine para cumplir sus propósitos‖ (Mat. 5:17). Él era la realización de todo lo que
los profetas y la ley enseñaron, el cumplimiento del mensaje que Dios le dio a Israel, y por
eso debemos entender el Antiguo Testamento a la luz de Él.
Así que Mateo y otros escritores del Nuevo Testamento no falsearon los versículos del
Antiguo Testamento ni los descontextualizaron. Más bien, los entendieron como Dios, que
inspiró a sus escritores, quiso que los entendieran: Israel era un medio de Dios para llevar la
salvación al mundo, y Jesús fue el cumplimiento literal de su plan magistral y
misericordioso. Jesús fue el verdadero hijo de Dios llamado de Egipto como el hijo Israel no
pudo ser. Esta no fue una mala interpretación de Oseas 11:1. Isaías predijo que un hijo iba a
nacer para salvar a Israel. Ezequías fue solo una salvación temporal para el pueblo de Dios.
Dios reveló mediante Mateo que Jesús era la salvación permanente no solo de Israel sino
también de todo el mundo. Los escritores del Nuevo Testamento como Mateo no citaron
equivocadamente los pasajes del Antiguo Testamento; simplemente les dieron el contexto
cristocéntrico que Dios concibió.
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Pasaje y Dificultad: Mateo 2:15 – 18. ¿No cita Mateo equivocadamente a Oseas y a
Jeremías cuando afirma que ambos profetizaban acerca de Jesús?
Explicación: Ver Mateo 1:23.
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Pasaje y Dificultad: Mateo 5:3. ¿Por qué el relato de Mateo de esta parte del sermón de
Jesús (Mat. 5:3 – 12) es diferente del de Lucas (Luc. 6:20 – 23)?
Explicación: Ver Lucas 6:20.
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Pasaje y Dificultad: Mateo 5:22. ¿Por qué es tan malo llamar a alguien ―necio‖?
Explicación: Ver Mateo 23:17.
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Pasaje:
No juzguen a los demás, y no serán juzgados (Mat. 7:1).
Dificultad: ¿Es verdad que Jesús enseñó que nadie tiene derecho a juzgar a otra persona?
Explicación: Este versículo es uno de los que con mayor frecuencia se usan mal. Son
muchos los que creen que prohíbe juzgar a los demás. Sin embargo, cuando lo vemos en su
contexto descubrimos lo que realmente quiere decir.
El pasaje forma parte del Sermón del monte, el cual comienza en Mateo 5:1.
Esta enseñanza de Jesús empieza con una declaración acerca de los que entran al reino de
Dios (Mat. 5:3). A lo largo de este sermón llama continuamente a oyentes y lectores a que
entren al reino. Toda interpretación de su contenido necesita ceñirse al contexto del mensaje
del reino. En este escenario, Jesús presenta a sus discípulos una ética para que la sigan. Les
comparte el ideal del reino de cómo pensar, ser y vivir en este mundo; es decir, su
cosmovisión. Y en este pasaje nos dice que no debemos juzgar por una razón.
El contexto es Jesús anunciando su reino, con Él como el Rey Justo, La Norma Perfecta, el
Juez de todos. Dios dijo: ―Mía es la venganza; yo pagaré‖ (Deut. 32:35, NVI). Instruyó a
Israel: ―No busques vengarte, ni guardes rencor‖ (Lev. 19:18). ¿Por qué? Porque el juicio
pertenece al Juez Justo. Cuando una persona condena a otras, él o ella supone que puede
determinar quién puede y quién no puede ser perdonado por Dios. Y al hacerlo, usurpa la
legítima posición de Dios como Juez.
Pero esto no significa que debemos abandonar nuestra sensibilidad moral como seguidores
de Cristo y no tomar ninguna posición moral. Observe lo que Jesús dice en seguida: ―El
criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgar; a ustedes‖ (Mat.
7:2). Así que ahora es cada vez más evidente que debemos juzgar, pero debemos ser
cuidadosos de qué criterio utilizamos. No es nuestro criterio de juicio sino el de Jesús el que
debemos emplear. En otras palabras, debemos juzgar con misericordia.
Jesús pasa a explicar acerca de los que se preocupan por una mota en el ojo de otra
persona, cuando tienen un enorme tronco en el suyo. Les pregunta:
¿Cómo puedes pensar en decirle a tu amigo:
―Déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo‖, cuando tú no puedes ver más allá del
tronco que está en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Primero quita el tronco de tu ojo; después
verás lo suficientemente bien para ocuparte de la astilla en el ojo de tu amigo (Mat.
7:4, 5).
Jesús no conmina a sus discípulos a que nunca juzguen a nadie; más bien, hace hincapié en
que su responsabilidad primordial es purificarse. Cuando Dios le dio a Israel sus primeras
instrucciones, le dijo: ―Aclara los asuntos con la gente en forma directa, a fin de que no seas
culpable de su pecado‖ (Lev. 19:17). Esto sugiere que no es un error juzgar y confrontar el
mal; más bien es un error juzgar cuando albergamos hipócritamente mala voluntad hacia los
demás pero pasamos por alto el pecado en nuestra propia vida.
Dios es el Juez Justo. Él establece el criterio para juzgar, no nosotros. Sin embargo, espera
que sus seguidores juzguen con justicia. Lo que se prohíbe aquí es juzgar de la manera
equivocada. No debemos juzgar según nuestras preferencias, porque Dios es quien, a fin de
cuentas, nos juzga a todos. Es vital que respetemos sus normas. No debemos juzgar si
hipócritamente dejamos pasar nuestros propios pecados. Debemos evaluar a los demás y
evaluarnos, nosotros mismos con honestidad. Debemos ver las cosas como Él las ve. No
debemos ser flácidos en nuestro discernimiento moral porque no todos valoran la norma de
la verdad de Dios. Cuando entendemos estas cosas nos damos cuenta que no solo nos está
permitido juzgar adecuadamente sino que es nuestra obligación como seguidores de Cristo.
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Pasaje:
[Jesús] les dijo: ―La gente sana no necesita médico, los enfermos sí‖. Luego añadió: ―Ahora
vayan y aprendan el significado de la siguiente Biblia: ‗Quiero que tengan compasión, no
que ofrezcan sacrificios‘. Pues no he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que
saben que son pecadores‖ (Mat. 9:12, 13).
Dificultad: ¿A dónde quería llegar Jesús con estas palabras que los fariseos no entendieron?
Explicación: Jesús acababa de llamar a un recaudador de impuestos llamado Mateo para que
lo siguiera. Más tarde ese mismo día estaba comiendo con el nuevo discípulo en compañía de
algunos de sus colegas publícanos y otros ―pecadores de mala fama. Cuando los fariseos
vieron esto, les preguntaron a los discípulos: ―¿Por qué su maestro come con semejante
escoria?‖ (Mat. 9:11).
Jesús tomó la iniciativa y les respondió. En Mateo 9:12, 13 está su respuesta. Les dijo a
los ―sabios‖ eruditos de aquellos días (los ―expertos‖ del texto hebreo): ―Vayan y aprendan
el significado de lo que dicen las Escrituras‖ (Ose. 6:6). Jesús, por supuesto, citó un libro que
los fariseos conocían bastante bien. Pero era obvio que no entendían su significado. Visto de
manera superficial, esta parecía ser una respuesta bastante extraña a los fariseos que
criticaban a Jesús por comer con los pecadores. ¿De qué manera Oseas 6:6 esclarece la idea
de Jesús de que ―la gente sana no necesita médico‖, pero ―los enfermos sí‖?
La palabra clave de Oseas 6:6 es el término hebreo kjésed que se traduce ―lealtad‖
(NBLH), ―misericordia‖ (VMH) y ―amor‖ (NTV) Parece extraño que tres traducciones
importantes hayan vertido el vocablo hebreo de manera diferente. Pero las tres son correctas
porque kjésed significa ―amor leal, bondad inagotable, misericordia y una devoción que se
mantiene firme sobre la base de una relación previa‖. De entrada, puede sorprendernos que
Jesús citara las palabras de Oseas sobre el amor comprometido para referirse a; comer con
los pecadores. Pero el centro de atención del libro de Oseas clarifica eso.
Dios le dijo a Oseas que se casara con una prostituta para que ilustrara ―cómo Israel se ha
comportado como una prostituta, al volverse en contra del SEÑOR y al rendir culto a otros
dioses‖ (Ose. 1:2). Así que Oseas se casó con la prostituta Gomer.
Israel, como Gomer y todos nosotros, le fue infiel a Dios. Todos hemos sido como
prostitutas que van tras las cosas de este mundo. Pero Oseas, así como Dios, fue a buscar a la
prostituta y volvió a comprar a la mujer caprichosa. ―Te haré mi esposa para siempre,
mostrándote rectitud y justicia, amor inagotable y compasión. Te seré fiel y te haré mía y por
fin me conocerás como el SEÑOR‖ (Ose 2:19, 20). Está claro que a lo largo de la relación
que Dios estableció con la raza humana perdida y disfuncional, ha mostrado kjésed hacia
nosotros. También es indudable que Él desea más que nuestra obediencia estricta. Desea que
seamos su compañero amoroso e Incluso nos infligirá dolor hasta que lo invoquemos y le
digamos como Israel…
Vengan, volvámonos al Señor. Él nos despedazó, pero ahora nos sanará. Nos hirió,
pero ahora vendará nuestras heridas. Dentro de poco tiempo él nos restaurará para que
podamos vivir en su presencia. ¡Oh, si conociéramos al Señor! Esforcémonos por
conocerlo... [Ahora viene el versículo que Jesús citó] Quiero que demuestren amor
[kjésed] no que ofrezcan sacrificios. Más que ofrendas quemadas, quiero que me
conozcan‖ (Ose. 6:1 – 3, 6).
Dios quiere que, tanto Israel como nosotros, lo conozcamos por lo que es: el Señor de
kjésed, quien por naturaleza es fiel, misericordioso y lleno de compasión. Y mediante una
relación íntima y amorosa como de esposo-esposa canalicemos esta clase de amor hacia los
demás. Es su deseo que mostremos kjésed a los enfermos y los necesitados. Esto es lo que
significa Oseas 6:6.
En realidad Jesús les estaba diciendo a los fariseos algo como esto:
Claro que como con publícanos y pecadores. ¿Qué más se podía esperar que hiciera?
Yo soy el Dios de kjésed. He hecho un pacto con ustedes para ser el Dios de ustedes
para siempre, y soy fiel a mi promesa de ser el Cordero de Dios para expiarles los
pecados y restaurarlos para que sean mis compañeros. Y ustedes, a quienes les han
sido dadas las Sagradas Escrituras, deben unirse a mí para demostrar kjésed a todos los
perdidos que están esclavizados en sus vidas adulteras. Así que no juzguen a los
recaudadores de impuestos y a los pecadores que se unen a mí en mi misión de mostrar
kjésed para redimirlos y restaurarlos a una íntima relación conmigo.
Dios envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados por una razón: Quiere que
seamos sus compañeros amorosos en esta vida y para siempre. Éramos esclavos del pecado
(una prostituta) pero él nos compró. Ahora desea que nos unamos a él para mostrar la clase
de amor con la que ama (kjésed) a los que nos rodean
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Pasaje:
Vayan y anúncienles que el reino del cielo está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los
muertos, curen a los leprosos y expulsen a los demonios. ¡Den tan gratuitamente como han
recibido! (Mat. 10:7, 8).
Dificultad: Ya que es evidente que Jesús les dijo a sus discípulos que hicieran milagros, ¿por
qué la mayoría de los cristianos no los hacen hoy en día?
Explicación: Es claro en toda la Biblia que Dios se dio a conocer en el Antiguo Testamento
mediante señales milagrosas y después por Jesús mismo, como lo registra el Nuevo
Testamento. Algunos eruditos ven los milagros como un medio por el que Dios se autenticó
a la humanidad. Jesús hizo milagros, en partes, para probar quién era Él. Una vez dijo: ―Solo
crean que yo estoy en él Padre y el Padre está en mí; o al menos crean por las obras que me
han visto hacer‖ (Juan 14:11).
Cuando los discípulos fueron llenos del Espíritu Santo el día de Pentecostés, Pedro
proclamó: ―Pueblo de Israel, ¡escucha! Dios públicamente aprobó a Jesús de Nazaret al hacer
milagros poderosos, maravillas y señales por medio de él, como ustedes bien saben‖ (Hech.
2:22). Algunos piensan que Dios utilizó milagros en la historia de Israel, durante la vida de
Jesús en la tierra y en los años que siguieron después de su resurrección como una manera
dramática de revelarse al mundo. Pero una vez que se estableció la iglesia primitiva y los
seguidores de Cristo hicieron suya la misión evangelizadora, algunos afirman que el tiempo
de las señales milagrosas y las maravillas llegó a su fin. Así como la revelación de la verdad
de Dios mediante la inspiración de las Escrituras finalizó unas décadas después de la
ascensión de Jesús, otros señalan que el tiempo de las grandes obras milagrosas terminó. Si
bien hay quien reconocer que Dios puede hacer milagros y aún los hace en nuestros días,
sienten que Él ya no se muestra al mundo de esa manera.
Sin embargo, otros sostienen que la consigna de Jesús a sus discípulos de curar a los
enfermos, resucitar a los muertos, echar fuera demonios etc., es una instrucción para nosotros
hoy. Ven los poderes que Cristo concedió a sus discípulos el día de Pentecostés como
poderes que Dios quiere que ejerzamos en el mundo actual. Como prueba adicional de que
Dios desea que los milagros continúen, algunos apuntan a la enseñanza de la Biblia sobre el
poder de la oración: ―¿Alguno está enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia, para que
vengan y que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. Una oración ofrecida
con fe, sanará al enfermo, y el Señor hará que se recupere; y si ha cometido pecados, será
perdonado‖ (Stg. 5:14, 15). Por lo tanto, algunos afirman que si no vemos milagros hoy en
día es porque los cristianos no tienen fe.
Los cristianos siguen divididos en cuanto a cómo Dios usa los milagros en la actualidad.
Hay un acuerdo general entre los cristianos evangélicos en el sentido de que Dios está
transformando milagrosamente a la gente hoy llevándoles a una relación con él. Pero no
todos están totalmente de acuerdo en que Dios tiene la intención de ejercer sus poderes de
curación como ocurrió en el pasado.
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Pasaje y Dificultad: Mateo 12:31, 32. ¿Cuál es la blasfemia contra el Espíritu Santo que no
se puede perdonar?
Explicación: Ver 1 Juan 5:16, 17.
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Pasaje:
Así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez durante tres días y tres noches, el Hijo del
Hombre estará en el corazón de la tierra durante tres días y tres noches (Mat. 12:40).
Dificultad: Si Jesús fue crucificado el viernes y resucitó el domingo por la mañana, ¿cómo
se considera esto tres días y tres noches?
Explicación: Para explicar esta aparente contradicción algunas personas sostienen que Jesús
fue crucificado el miércoles. De esa manera afirman que se cumple literalmente la
declaración de Jesús de ―tres días y tres noches‖.
Sin embargo, Jesús señaló: ―...como ya saben, la Pascua comienza en dos días, y el Hijo
del Hombre será entregado para que lo crucifiquen‖ (Mat. 26:2). Jesús y sus discípulos
celebraron la Pascua, y esa tarde fue arrestado y llevado ante Caifás, el sumo sacerdote (ver
Mat. 26:57).
Al día siguiente Pilato llevó a Jesús ante el pueblo. ―Ya era el día de preparación para la
Pascua, cerca del mediodía. Y Pilato dijo al pueblo: ‗¡Miren, aquí tienen a su rey!‘‖ (Juan
19:14). Esto no se refiere a la comida de la Pascua que había ocurrido la noche anterior. El
―día de la preparación‖ era el tiempo para los preparativos de la fiesta de los Panes sin
Levadura del sábado, el cual comenzaría al caer el sol esa noche.
Así que Jesús fue crucificado ese día (viernes). Los líderes judíos le pidieron a Pilato que
le rompieran las piernas a Jesús para apresurar su muerte porque no querían que hubiera
cuerpos colgados de una cruz el día de reposo (ver Juan 19:31, 32). Pero, dado que Jesús ya
había muerto para cuando se hizo la solicitud, esta no se ejecutó, y Él fue bajado de la cruz y
sepultado.
Entonces: ―El domingo por la mañana temprano, cuando amanecía el nuevo día, María
Magdalena y la otra María fueron a visitar la tumba‖ (Mat. 28:1). Para entonces Jesús ya
había resucitado de los muertos. Así que el cálculo de los días es el siguiente: Jesús fue
crucificado el viernes y murió antes de la puesta del sol, pasó el viernes por la noche, todo el
sábado (mañana y noche) en la tumba, y se levantó en algún momento antes de que
amaneciera el domingo por la mañana. Eso solo representa dos noches completas, dos medio
días y un día completo. ¿Cómo puede ser exacta la declaración de Jesús?
Según los cálculos judíos, un período de luz y oscuridad constituía un ―día‖, y alguna
parte de un ―día‖ se consideraba un día completo. Por consiguiente, Jesús no quiso decir que
estaría 72 horas en la tumba. El hecho de que estuvo muerto y sepultado parte del viernes,
todo el sábado y parte del domingo, se consideró como tres días.
Esta manera de calcular los días se confirma en Génesis 42:17; 1 Samuel 30:12, 13; Ester
4:16 y 5:1.
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Pasaje:
El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate
por muchos (Mat. 20:28).
Dificultad: ¿Es verdad lo que algunos críticos señalan que Jesús nunca afirmó que era Dios
porque se refería a sí mismo como el Hijo del Hombre no como el Hijo de Dios?
Explicación: Los testigos de Jehová y otros críticos señalan el hecho de que Jesús se refirió
a sí mismo como ―Hijo del Hombre‖ y no como ―Hijo de Dios‖. Todos ellos alegan que esto
es una indicación de que solo afirmó ser humano, no deidad.
Si bien es cierto que Jesús muy a menudo se refirió a sí mismo como el ―Hijo del
Hombre‖, esto de ninguna manera era un reconocimiento de que Él era simplemente otro ser
humano. El empleo de las palabras ―Hijo del Hombre‖ se remonta al libro de Daniel. Y
cuando el profeta describió al ―hijo del hombre‖ en una visión, está lejos de ser una alusión a
un mero hombre. Daniel profetizó que vio ―a alguien parecido a un hijo de hombre descender
con las nubes del cielo... Se le dio autoridad, honra y soberanía sobre todas las naciones del
mundo... Su gobierno es eterno, no tendrá fin. Su reino jamás será destruido‖ (Dan. 7:13,
14). Esta no es la descripción de un simple mortal.
El ―hijo del hombre‖ de Daniel es una clara referencia a un personaje divino: el Señor
soberano cuyo reino es eterno. Si alguien afirmara que es el Hijo del Hombre en realidad
estaría diciendo que es divino, y eso es precisamente lo que Jesús hizo.
Para reforzar su deidad, Jesús también se refirió a sí mismo como el Hijo de Dios, y esa
afirmación no pasó desapercibida para los líderes religiosos de la época. En realidad, esa fue
la razón por la que intentaron desacreditarlo y la que finalmente exhibieron pan matarlo:
―Los líderes judíos se esforzaron aún más por encontrar una forma de matarlo. Pues no solo
violaba el día de descanso sino que, además, decía que Dios era su Padre, con lo cual se
hacía igual a Dios‖ (Juan 5:18). Jesús continuó diciendo: ―Y les aseguro que se acerca el
tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando los muertos oirán mi voz, la voz del Hijo de
Dios, y los que escuchen, vivirán (Juan 5:25). Jesús dejó muy en claro quién era.
En más de una ocasión, la clara afirmación de su deidad hizo que sus compatriotas judíos
trataran de apedrearlo. Una vez les dijo a los líderes judíos:
Abraham, el padre de ustedes, se regocijó al pensar que vería mi día; y lo vio y se
alegró. ―Ni a los cincuenta años llegas‖ le dijeron los judíos, ―¿y has visto a
Abraham?‖. ―Ciertamente les aseguro que, antes de que Abraham naciera, ¡yo soy!‖.
Entonces los judíos tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús se escondió y salió
inadvertido del templo (Juan 8:56, 59, NVI).
En otra ocasión, cuando Jesús dijo que era uno con el Padre, los líderes judíos una vez más
tomaron piedras para matarlo (Juan 10:30, 31). Cuando les preguntó por qué lo querían
matar, replicaron: ―por blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces pasar por Dios‖ (Juan
10:33).
Todo lo que Jesús dijo e hizo confirmó su afirmación de que era Dios en la carne. Por eso
sus seguidores declararon: ―¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!‖ (Mat. 16:16).
(Para un tratamiento más extenso de la afirmación de deidad de Jesús y las evidencias
históricas que sustentan su afirmación, vea el capítulo 18 del libro Is God Just a Human
Invention? (¿Es Dios solo una invención humana?) Por Sean McDowell y Jonathan Morrow.
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Pasaje:
―Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este
es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo‖ (Mat. 22:37, 39).
Dificultad: ¿Defiende Jesús la idea de que debemos amarnos egoístamente a nosotros
mismos antes de amar a los demás?
Explicación: Jesús cita aquí Levítico 19:18, que es la piedra angular de la ética bíblica.
Muchas personas reconocen el valor de amar a Dios pero pocas entienden el argumento de
Jesús de amar a los demás como se aman a sí mismas, sobre todo porque parece egoísta. Pero
Jesús no abogaba a favor del egoísmo. Ser egoísta es tratar de ser el número uno sin importar
cómo esto puede afectar a alguien más. La enseñanza de Jesús es que debemos amar a los
demás de la misma manera en que queremos que nos amen, de la misma forma en que
deseamos que nos consideren y atiendan. Un poco antes Jesús había dicho: ―Haz a los demás
todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en
los profetas‖ (Mat. 7:12).
Amar al prójimo como nos amamos a nosotros mismos en realidad define un amor
semejante al de Dios. Muchos de nosotros podemos explicar lo que hace o no hace el amor.
El amor es sufrido y benigno, no es envidioso, ni orgulloso, ni hiere. El amor, como dijo
Pablo, ―no hace mal al prójimo‖ (Rom. 13:10). Pero otra cosa es tratar de definir en realidad
qué es el amor, y lo que Jesús hace en Mateo 22 es ofrecernos una definición fundamental
del amor de Dios.
Cuando Jesús enseñó que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos afirmaba que
lo viéramos a través del cristal de cómo quieres que te traten.
Pablo lo dice de esta forma: ―Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses sino
también por los intereses de los demás‖ (Fil. 2:4, NVI). El apóstol aplica específicamente
esto al matrimonio cuando les dice a los esposos: ―deben amar a sus esposas como a sus
mismos cuerpos... nadie aborreció jamás a su propio cuerpo; más bien, lo sustenta y lo
cuida‖ (Efe. 5:28, 29, VMH).
A partir de estos versículos y otros similares podemos derivar una definición concisa de lo
que es el amor verdadero: Amar es hacer de la seguridad, la felicidad y el bienestar de otra
persona algo tan importante como lo es para ti. Este amor al estilo de Dios (amar a los
demás como te amas a ti mismo) tiene por objeto proteger a otros de daños y proveer para su
bien. Amar como Dios ama es dar y confiar, ser generoso y sacrificado, siempre estable y
seguro, con lealtad y para siempre. Y, dado que su prioridad es proteger y proveer para la
persona amada, no hará cosas que perjudiquen su seguridad, felicidad y bienestar. Cuando
amas así, cumplirás, como dijo Jesús: ―la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los
profetas‖ (Mat. 7:12). Para mayor información sobre cómo se puede experimentar el amor
divino en la relación matrimonial, ver la Explicación a Efe. 5:28).
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Pasaje:
¡Necios y ciegos! ¿Cuál es más importante: el oro o el santuario que santifica al oro? (Mat.
23:17, VMH).
Dificultad: ¿Por qué Jesús llama a los fariseos ―necios‖, cuando nos prohíbe llamar a los
demás de esa manera?
Explicación: En Mateo, Jesús señala: ―Cualquiera que le llama a su hermano ‗necio‘ será
culpable ante el Sanedrín‖ (Mat. 5:22, VMH).
Hay aquí una clara distinción en el uso de la palabra necio. Es similar a la palabra cerdo.
Podemos llamar cerdo al animal que va con el hocico en el suelo y se revuelca en el lodo, y
eso no es un problema. Un cerdo es un cerdo y llamarlo así no demuestra mezquindad. Pero
llamar cerdo a una persona es un insulto que lleva consigo una actitud sórdida.
En Mateo 5 Jesús se refiere a la actitud del corazón que se refleja cuando alguien maldice
con odio. La palabra necio no es tanto el asunto sino la actitud mezquina, y Jesús la condenó.
Sin embargo en Mateo 23 Jesús juzga con rectitud a los fariseos al llamarlos líderes necios
y ciegos. Jesús no arremetió contra ellos con odio o mezquindad. Simplemente llama necios
a los que son hipócritas e incrédulos, y ellos lo son.
El apóstol Pablo hizo lo mismo cuando exclamó: ―¡Ay gálatas tontos!‖ (Gál. 3:1). Pablo
señalaba la futilidad de los gálatas tratando de ser perfectos ―mediante sus propios esfuerzos‖
(Gál. 3:3). No los agredió con odio; los amonestó porque los amaba. Ni Jesús ni Pablo
hicieron mal al emplear la palabra necio. La usaron con propiedad porque la actitud, la
preocupación y el juicio lo ameritaban.
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Pasaje y Dificultad: Mateo 25:23. ¿De qué se les pondrá a cargo en el cielo a los cristianos
(los redimidos)?
Explicación: Ver Apocalipsis 21:6, 7.
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Pasaje:
Pedro declaró: ―Aunque todos te abandonen, yo jamás te abandonaré‖. Jesús respondió: ―Te
digo la verdad, Pedro: esta misma noche, antes de que cante el gallo, negarás tres veces que
me conoces‖ (Mat. 26:33, 34).
Dificultad: ¿No contradice el relato de Mateo 26 el de Marcos 14 donde Jesús le dijo a
Pedro que lo negaría antes de que el gallo cantara dos veces, y no solo una?
Explicación: El relato de Marcos dice: ―antes de que cante el gallo dos veces, negarás tres
veces que me conoces‖ (Mar. 14:30). El versículo 68 registra la primera negación de Pedro:
―En ese instante, cantó un gallo‖ (Mar. 14:68). Después, cuando Pedro negó a Cristo por
segunda y tercera vez, Marcos indica: ―Inmediatamente, el gallo cantó por segunda vez‖
(Mar. 14:72).
Los Evangelios de Lucas y Juan ofrecen un relato básicamente igual al de Mateo, de
manera que el dicho de Marcos parece contradecir al resto. Esta dificultad no es tan
problemática como puede parecer. Es bastante razonable que Jesús haya hecho ambas
declaraciones. Le dijo a Pedro que lo negaría antes de que cantara el gallo, y que lo negaría
antes de que cantara dos veces.
Lo que probablemente sucedió es que Marcos registró el relato con más detalles. Este
parece ser el caso dado que, muy probablemente, Marcos escribió su Evangelio bajo la
influencia de Pedro, por lo que sería natural que Pedro añadiera más detalles a la narración
dado que él fue uno de los personajes principales.
En los cuatro relatos vemos a Jesús prediciendo la negación de Pedro; con Marcos que
añade más datos. Una posible reconstrucción completa sería la siguiente: Jesús le revela a
Pedro que, antes de que cante el gallo, lo negará tres veces. Pedro, según su talante, se opone
a la idea de que negaría a su Señor. Probablemente Jesús, a su vez, repite la predicción
anterior junto con una nota: que antes de que el gallo cante dos veces Pedro lo negará tres
veces. (Esta armonización encaja muy bien con el relato del Evangelio de Marcos).
Marcos no contradice la cláusula ―antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me
conoces‖ (Mat. 26:34) al relatar que, después de que Pedro había negado a Jesús la primera
vez, el gallo cantó. Cuando consideramos todos los hechos, Mateo, Lucas y Juan no
desmienten el informe de Marcos.
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Pasaje:
Entonces Judas tiró las monedas de plata en el templo, salió y se ahorcó (Mat. 27:5).
Dificultad: ¿Contradice el relato de Mateo sobre la muerte de Judas lo que afirma Hechos 1?
Explicación: En Hechos 1 Pedro explicó que ―Judas había comprado un campo con el dinero
que recibió por su traición. Allí cayó de cabeza, se le reventó el cuerpo y se le derramaron
los intestinos‖ (Hech. 1:18). El relato de Mateo y el de Pedro son diferentes pero ¿se
contradicen necesariamente?
Mateo no dice que Judas no se cayó, ni Pedro dice que Judas no se ahorcó. Este no es un
asunto de alguien que llama a algo negro y otro que lo llama blanco. Ambos relatos son
ciertos y se complementan entre sí.
Una posible reconstrucción sería esta: Judas se ahorcó en un árbol al borde de un
precipicio que daba al valle de Hinom. Después de permanecer colgado ahí por un tiempo, la
rama del árbol se rompió o la cuerda cedió y él cayó sobre una saliente y su cuerpo quedó
destrozado en el proceso.
La caída, antes o después de la muerte, se ajusta a esta explicación. La situación descrita
es completamente natural cuando se examina el terreno del valle de Hinom. Desde el fondo
del valle, las terrazas de roca tienen de 7 a 12 metros de altura, y los acantilados por debajo
de ellas son casi perpendiculares.
Todavía hay árboles que crecen alrededor de las salientes y una superficie rocosa en la
parte inferior. Por lo tanto, es fácil concluir que en la caída Judas se golpeó en una de las
rocas dentadas y se le desgarró el cuerpo. Mateo y Pedro ofrecen perspectivas diferentes de
la muerte de Judas pero no son contradictorias.
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Pasaje:
Así se cumplió la profecía de Jeremías que dice: ―Tomaron las treinta piezas de plata —el
precio que el pueblo de Israel le puso a él— y compraron el campo del alfarero, como indicó
el Señor (Mat. 27:9, 10).
Dificultad: ¿Por qué Mateo cita la profecía de Zacarías 11:12, 13 pero afirma que es de
Jeremías?
Explicación: Mateo se refiere al incidente de los sacerdotes que compraron el campo del
alfarero después de que Judas arrojó las 30 monedas de plata en el piso del templo. Este
campo se convirtió en un cementerio para los extranjeros (ver Mat. 27:6, 7). Mateo pasa a
citar al profeta Zacarías, pero afirma que la profecía es de Jeremías. ¿Acaso confundió los
nombres de los profetas?
Una posible respuesta es que Mateo siguió la costumbre judía de citar libros con referencia
al primer libro de un rollo particular. El primer libro en el rollo que contenía Zacarías era el
de Jeremías. Por lo tanto, se refirió a Jeremías puesto que citó de ese rollo.
Otra posible respuesta es que Mateo combina dos profecías, una de Jeremías y la otra de
Zacarías, pero solo menciona a un autor en la referencia compuesta; es decir, a Jeremías, el
profeta mayor.
Zacarías no señala nada en relación con la compra de un terreno, pero Jeremías indica que
Dios lo llevó a comprar un campo como solemne garantía de parte de Dios de que en el
futuro se comprarían y venderían los campos y los viñedos (ver Jer. 32:6-8, 15, 43).
Uno de los campos que Dios tenía en mente era el del alfarero. Zacarías añade los detalles
de las 30 piezas de plata y el dinero arrojado en el suelo del templo. Mateo toma los detalles
de ambos profetas pero acentúa a Jeremías, el profeta mayor, como el que predijo la compra
del campo del alfarero.
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Pasaje:
A eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte: “Eli, Eli, ¿lama sabactani?” que significa: ―Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?‖ (Mat. 27:46).
Dificultad: ¿Por qué Jesús, el Hijo de Dios, sintió que Dios, su Padre, lo había abandonado?
Explicación: Algunos eruditos afirman que, debido a que Dios hizo que Jesús ―que no
conoció pecado‖ llegara a ser ―pecado por nosotros‖ (2 Cor. 5:21, NVI), se apartó de él en la
cruz. En otras palabras, dado que lo ojos de Dios ―son tan puros‖ que no pueden ―ver el mal‖
(Hab. 1:13) y en ese momento en el tiempo Jesús se había hecho pecado por nosotros, Dios
tuvo que abandonar momentáneamente a su Hijo único.
Otros estudiosos creen que simplemente se estaba expresando la humanidad de Jesús. En
una ocasión Jesús dijo: ―Porque el que me envió, conmigo está. El Padre no me ha dejado
solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él‖ (Juan 8:29, VMH). Aquí Jesús está
confiado en la unidad que tiene con su Padre. Más adelante, a medida que se acerca a la
crucifixión, ora a su Padre: ―‗Abba, Padre‘, clamó, ‗todo es posible para ti. Te pido que
quites esta copa de sufrimiento de mí. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, y no la
mía‖‘ (Mar. 14:36).
Es evidente que, desde una perspectiva humana, Jesús no quería pasar por la muerte
tortuosa y brutal de la crucifixión. Y si hubiera habido otra manera de resolver el problema
humano del pecado y la muerte sin que tuviera que morir por la humanidad, parece que Jesús
podría haber estado abierto a ella. Jesús oró: ―Todo es posible para ti‖. Y es natural
preguntarse en términos humanos por qué Dios no pudo haber ideado otra forma de tratar
con el pecado del mundo. ¿Por qué el inocente Hijo de Dios, quien no había hecho nada
malo, tenía que sufrir una muerte tan atroz? La pregunta de Jesús: ―¿Por qué me has
abandonado?‖ es pertinente en medio de un sufrimiento tan severo.
Más de 500 años antes de que Jesús padeciera en la cruz, Habacuc, el profeta de Judá,
planteó una pregunta similar sobre el sufrimiento. Él vivió en una época en la que sufrían los
inocentes, y le preguntó a Dios: ―¿Hasta cuándo debo pedir ayuda, oh Señor? ¡Pero tú no
escuchas! ‗¡Hay violencia por todas partes!‘, clamo, pero tú no vienes a salvar‖ (Hab. 1:1, 2,
NTV). A Habacuc le parecía que Dios ignoraba el problema del dolor y el sufrimiento.
El rey David también tenía algunas preguntas que hacerle a Dios. Fue incomprendido,
maltratado y traicionado; sufrió a manos de sus enemigos y clamó: ―Oh SEÑOR, ¿hasta
cuándo te olvidarás de mí? ¿Será para siempre? ¿Hasta cuándo mirarás hacia otro lado?
¿Hasta cuándo tendré que luchar con angustia en mi alma, con tristeza en mi corazón día tras
día?... Vuélvete hacia mí y contéstame, ¡oh Señor, mi Dios!‖ (Sal. 13:1-3).
¿Cuál fue la respuesta que Dios le dio a David? ¿Cuál fue la respuesta que Dios le dio a
Jesús mientras colgaba de la cruz y padecía una muerte espantosa? Cuando Jesús pronunció:
―¿Por qué me has abandonado?‖ (Mat. 27:46), en realidad estaba citando el Salmo 22:1 en el
que David hizo esa pregunta seguida de estas palabras: ―¿Por qué estás tan lejos cuando
gimo por ayuda? Cada día clamo a ti, mi Dios, pero no respondes; cada noche oyes mi voz,
pero no encuentro alivio‖ (Sal. 22:1, 2).
Es como si Jesús hablara en nombre de todo el género humano al preguntar: ―¿Por qué me
has abandonado?‖. Es como si su clamor fuera amplificado como un eco que regresa a la
expulsión de la primera pareja en el huerto del Edén, y de ahí en adelante hasta el fin de los
tiempos, y que pregunta: ¿Por qué no haces algo ahora sobre el terrible pecado y el
sufrimiento en el mundo?
No sabemos si Dios le respondió o cómo le respondió a su Hijo en la cruz. Las preguntas
de Habacuc y David se quedaron sin explicación. Busque en toda la Biblia y encontrará muy
pocas respuestas a por qué Dios permite tanto sufrimiento en el mundo. Pero la Biblia no nos
deja sin dirección en cuanto a cómo responder a la aparente falta de respuesta de Dios.
A lo largo de toda la Biblia Dios nos llama a que confiemos Él, incluso si no entendemos
su plan. El rey David entendió este mensaje. Justo después de que le preguntara a Dios ―¿Por
qué me has abandonado?‖, declaró: ―Sin embargo, tú eres santo, estás entronizado en las
alabanzas de Israel. Nuestros antepasados confiaron en ti, y los rescataste... confiaron en ti y
nunca fueron avergonzados‖ (Sal. 22:3, 5).
El Salmo 22 fue el pasaje de fe de Jesús en aquel momento. Se dio cuenta de la naturaleza
profética de lo que escribió el rey David:
Mis enemigos me rodean como una jauría de perros; una pandilla de malvados me
acorrala; han atravesado mis manos y mis pies. Puedo contar cada uno de mis huesos;
mis enemigos me miran fijamente y se regodean. Se reparten mi vestimenta entre ellos
y tiran los dados por mi ropa. ¡Oh SEÑOR, no te quedes lejos! Tú eres mi fuerza, ¡ven
pronto en mi auxilio! (Sal. 22:16-19).
Si bien Jesús siendo Dios sabía que su sufrimiento en la cruz era la única solución para el
pecado, el dolor y la muerte, se presentó como modelo en lo humano de lo que debemos
hacer: esperar, creer y confiar en Dios quien hace bien todas las cosas y en su tiempo. Pedro
dijo:
Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal
como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos. Él nunca
pecó y jamás engañó a nadie. No respondía cuando lo insultaban ni amenazaba con
vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con
justicia (1 Ped. 2:21-23).
En su humanidad Jesús pudo haberse sentido solo y olvidado por un momento. Es natural
que nos preguntemos por qué hay sufrimiento y dónde está Dios en medio de todo esto. Pero
al final, Jesús clamó: ―¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y habiendo dicho esto,
expiró‖ (Luc. 23:46, VMH). En su humanidad Jesús también vivió por fe y hasta el final
creyó que su Padre sabía lo que hacía. Jesús conocía la conclusión del Salmo 22:
Pues el poder de la realeza pertenece al SEÑOR; él gobierna a todas las naciones. Que
los ricos de la tierra hagan fiesta y adoren; inclínense ante él todos los mortales,
aquellos cuya vida terminará como polvo. Nuestros hijos también lo servirán; las
generaciones futuras oirán de las maravillas del Señor. A los que aún no han nacido les
contarán de sus actos de justicia; ellos oirán de todo lo que él ha hecho (Sal. 22:28-31).
Este pasaje de Mateo 27:46 nos enseña a dejar todas nuestras preguntas sin respuesta ―en
manos de Dios, quien siempre juzga con justicia‖ (1 Ped. 2:23). Al final, Él gobernará las
naciones y enderezará todas las cosas, lo que incluye la abolición de todo pecado, dolor y
sufrimiento. Pero hasta que llegue ese momento debemos ―vivir por fe‖. Sin embargo, no se
nos deja solos o abandonados. Después de su resurrección Jesús hizo una solemne promesa a
sus discípulos y a todos nosotros: ―Tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre,
hasta el fin de los tiempos‖ (Mat. 28:20).
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Pasaje:
―Y he aquí, hubo un gran terremoto; porque el ángel del Señor descendió del cielo, y al
llegar removió la piedra y se sentó sobre ella‖ (Mat. 28:2).
Dificultad: ¿No contradice el reporte de Mateo de que había un ángel en la tumba de
Jesús al de Lucas 24:4 que afirma que eran dos ángeles?
Explicación: Lucas no reporta que había dos ángeles en la tumba. Pero es importante
tener en cuenta que Mateo no dice que solo había un ángel. Simplemente identifica a uno,
quizás aquel que habló.
No hay más contradicción que si dijeras que fuiste al banco ayer y luego dijeras que tu
mejor amigo te acompañó. Tu primera declaración puede dar la impresión de que fuiste al
banco solo, mientras que la segunda explica que alguien iba contigo. Pero estas no son
contradicciones, como los reportes de Lucas y Mateo de que había uno o dos ángeles no son
contradictorios.
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Pasaje:
Se convocó a una reunión con los ancianos, y decidieron dar a los soldados [que custodiaban
la tumba de Jesús] un gran soborno. Les dijeron: ―Ustedes deben decir: Los discípulos de
Jesús vinieron durante la noche, mientras dormíamos, y robaron el cuerpo‖... Entonces los
guardias aceptaron el soborno y dijeron lo que les habían ordenado. Su historia corrió por
todas partes entre los judíos y la siguen contando hasta el día de hoy (Mat. 28:12, 13, 15).
Dificultad: ¿Cuán verosímil es la hipótesis de que los apóstoles pudieron robarse el
cuerpo de Jesús?
Explicación: Para rebatir la resurrección de Cristo, los líderes judíos de la época afirmaron
que los discípulos robaron el cuerpo de Jesús. Esta hipótesis fue sostenida por muchos
escépticos de entonces y aún está vigente. Pero, ¿cuán creíble es la teoría del cuerpo robado?
En realidad, esta teoría crea más problemas que los que resuelve. Por ejemplo:
 Los guardias romanos fueron sobornados para que acusaran a los discípulos de
haberse robado el cuerpo de Jesús. Si los guardias estaban dormidos, ¿cómo pudieron
saber que fueron los discípulos (o cualquiera) los que se robaron el cuerpo? No podían
reportar de manera fiable lo que pasó mientras dormían.
 A los soldados romanos los ejecutaban por dormir mientras estaban en guardia. Esto
explica el reporte de Mateo de que los líderes religiosos prometieron proteger a los
guardias diciéndoles: ―Si llega a oídos del gobernador, nosotros los respaldaremos, así
no se meterán en problemas‖ (Mat. 28:14). Entonces, ¿cuán creíble es que todos los
guardias de la tumba habían decidido dormir una siesta, a sabiendas de que quizás les
costaría la vida?
 Incluso si los guardias romanos se hubieran dormido, considere todo el trabajo que les
hubiera costado a los ladrones retirar el cuerpo de la tumba. La piedra circular
empleada para sellar la tumba ¡habría pesado entre una y dos toneladas! Los ladrones
habrían tenido que colarse entre los soldados, rodar la enorme piedra por una
pendiente acanalada, entrar en la tumba oscura y salir con el cuerpo... ¡y todo sin
despertar a un solo miembro del destacamento romano!
La noción de que los discípulos se robaron el cuerpo de Jesús mientras los guardias
romanos dormían excede los límites de la credibilidad. Pero la tropa romana no es el único
problema con esta teoría. También es difícil imaginar a los seguidores de Jesús capaces de
lograr semejante hazaña. Considere esto:
 Habría exigido considerable audacia, incluso absoluta temeridad, ir en contra de un
destacamento de soldados romanos, ya estuvieran despiertos o dormidos. Sin embargo,
el registro histórico muestra que en los días que siguieron a la muerte de Jesús, los
discípulos eran un grupo intimidado y desanimado. Huían ante la primera señal de
problemas, negaban cualquier asociación con Jesús y se agazapaban detrás de puertas
cerradas. A duras penas un grupo así se arriesgaría a robar el cuerpo de su maestro
muerto (ver Mar. 14:50; Luc. 22:54-62; Juan 20:19).
 Uno de los primeros testigos de la escena de la tumba vacía reportó que los lienzos
que envolvieron el cuerpo de Jesús estaban ahí, y que el sudario que cubría su cabeza
estaba cuidadosamente doblado y dispuesto sobre la losa sepulcral (ver Juan 20:5-8).
¿Puede imaginar a los ladrones de la tumba tomándose el tiempo para desvestir
meticulosamente el cuerpo y, con toda diligencia, arreglar el lienzo sobre la losa de
piedra? Por el contrario, si el cuerpo hubiera sido robado, se habrían llevado los
ropajes del entierro junto con el cuerpo.
 De acuerdo con los relatos históricos, los discípulos se mostraron escépticos cuando
escucharon la noticia de la tumba vacía. Desde todo punto de vista, no esperaban un
sepulcro vacío, y mucho menos conspirar para robarse el cuerpo de Jesús.
 ¿Por qué un grupo de hombres que habían huido y se escondieron cuando Jesús estaba
vivo, de repente y con todo valor deciden robarse su cuerpo y comenzar a propagar
una historia que, sin duda, traería sobre ellos el mismo trato (arresto, golpes e incluso
la muerte) del que habían huido escasamente tres días antes?
Sin embargo, difundir la historia de la resurrección fue exactamente lo que estos
discípulos hicieron. El registro histórico señala que apenas unas semanas después de la
muerte de Jesús, sus seguidores estaban proclamando públicamente la noticia de su
resurrección. De hecho, durante la semana de Pentecostés miles fueron ―bautizados y
sumados a la iglesia‖ como resultado (Hech. 2:41).
Tal proclamación debió haber llevado a los líderes judíos al punto de una absoluta
consternación. El hecho de que no pudieron hacer nada para refutar la resurrección añade
mayor peso a su verdad. Puede estar seguro de que, si el cuerpo de Jesús no hubiera
resucitado, los líderes políticos y religiosos de la época podrían haber aplastado rápida y
eficazmente el surgimiento de la secta de los cristianos al localizar el cadáver de Cristo, y
haberlo exhibido por las calles de Jerusalén. Esta habría sido una evidencia innegable de que
la resurrección era un engaño. Habría destruido al cristianismo prácticamente antes de que
comenzara. Pero eso nunca sucedió, lo que refuerza aún más el caso de la resurrección de
Jesús.
Los enemigos de Jesús tenían todas las razones para inventar el robo del cuerpo. Por otra
parte, no es creíble que los seguidores de Jesús pudieron robar su cuerpo. Parece claro que
suscribir la teoría del cuerpo robado significa escalar una montaña de improbabilidades.
(Para un análisis exhaustivo de la evidencia de la resurrección de Cristo, ver Evidence for the
Resurrection (Evidencia a favor de la resurrección) por Josh y Sean McDowell).
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Pasaje y Dificultad: Mateo 28:19. ¿Es este el único pasaje que establece la doctrina de la
Trinidad?
Explicación: Ver 1 Juan 5:7.
Versículos difíciles del
libro de
Marcos
Pasaje:
¿Acaso no han leído en las Escrituras lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron
hambre? Entró en la casa de Dios (en el tiempo que Abiatar era sumo sacerdote) y violó la
ley al comer los panes sagrados que solo a los sacerdotes se les permite comer, y también les
dio una porción a sus compañeros (Mar. 2:25, 26).
Dificultad: ¿Se equivocó Jesús cuando se refirió al sumo sacerdote como Abiatar, cuando
en realidad el sumo sacerdote en aquel momento era Ajimelec?
Explicación: Jesús hizo referencia al incidente de 1 Samuel 21:1-6. Es verdad que
Ajimelec era el sumo sacerdote cuando David comió el pan sagrado que estaba restringido a
los sacerdotes. Inmediatamente después de eso Saúl asesinó a Ajimelec y a los otros
sacerdotes por haberse aliado con David. Abiatar, un hijo de Ajimelec, quien fue el único
sobreviviente, buscó a David para informarlo de los asesinatos de Saúl. David protegió a
Abiatar, quien luego se convirtió en sumo sacerdote.
Con esto como telón de fondo, Jesús no se equivocó al decir ―cuando Abiatar era el sumo
sacerdote‖ (versículo 26). El incidente ocurrió durante el tiempo de Abiatar (aunque no era
sumo sacerdote cuando esto sucedió). La expresión idiomática griega empleada aquí también
puede significar ―en el pasaje acerca de Abiatar‖, y en ese caso Jesús simplemente se habría
referido al pasaje de las escrituras hebreas que registraron el suceso de David cuando comió
el pan sagrado. En ambos casos Jesús no citó equivocadamente el relato fue impreciso sobre
quién era el sumo sacerdote.
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Pasaje y Dificultad: Marcos 14:30. ¿No contradice el relato de Marcos la afirmación de
Mateo 26 acerca de cuántas veces cantó el gallo cuando Pedro negó a Jesús?
Explicación: Ver Mateo 26:33, 34.
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Pasaje:
Era la hora tercera cuando le crucificaron (Mar. 15:25).
Dificultad: ¿No es contradictorio que Marcos registre la crucifixión de Jesús en la hora
tercera mientras que Juan 19:14 fija el tiempo en que Pilato entregó a Jesús para que lo
crucificaran ―como la hora sexta‖?
Explicación: Durante el siglo I había dos maneras de calcular el tiempo. Algunos eruditos
creen que Marcos siguió el cálculo judío mientras que Juan se valió del cómputo romano.
Marcos indica que Jesús fue crucificado en la hora tercera, o nueve de la mañana según el
recuento judío, mientras que Juan ubica a Jesús ante Poncio Pilato como a la hora sexta, o
medio día de acuerdo con el cálculo romano.
El tiempo de Juan comenzó a la media noche. Así que, si calculamos a Juan y a Marcos
sobre la base del tiempo judío, eso sitúa a Jesús ante Pilato alrededor de las 6 de la mañana o
en al algún lugar entre las 6 y las 7 de la mañana, y en la cruz a las 9 de la mañana. Esto
significa que habrían transcurrido de dos a tres horas entre el instante en que Pilato entregó a
Jesús a la guarnición romana y el momento en que fue clavado en la cruz. Esta no es una
línea de tiempo irrazonable en absoluto.
Marcos 15 hace referencia a Jesús cuando fue azotado. Posiblemente esta es una segunda
golpiza, y más severa, después del veredicto de la crucifixión. Era la costumbre azotar
severamente a los criminales una vez que habían sido condenados a la muerte lenta de la
crucifixión. Luego estaba el largo camino en el que el convicto llevaba la cruz hasta el
Gólgota. Obviamente, Jesús luchó para llevar su cruz, y esto hacía lento el proceso.
Eventualmente los soldados romanos forzaron a Simón de Cirene a que cargara la cruz de
Jesús (ver Mar. 15:21).
Así que no es inverosímil que tomara de dos a tres horas azotar a Jesús por segunda vez,
trasladar a tres víctimas de crucifixión a través de las calles de Jerusalén con Jesús que
apenas podía caminar, conseguir un sustituto que llevara la cruz y, por último, llegar al sitio
fuera de la ciudad donde se llevaría a cabo la crucifixión. Así que, armonizando el cálculo de
tiempo judío y romano con el lapso desde que Jesús fue soltado por Pilato hasta que fue
crucificado, Marcos y Juan coinciden.
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Pasaje:
Las mujeres, desconcertadas, huyeron temblando de la tumba y no dijeron nada a nadie
porque estaban muy asustadas... Y los discípulos fueron por todas partes y predicaron, y el
Señor actuaba por medio de ellos confirmando con muchas señales milagrosas lo que decían
(Mar. 16:8 – 20).
Dificultad: ¿Por qué algunas versiones de la Biblia omiten estos versículos?
Explicación: Algunas Biblias terminan el Evangelio de Marcos en la primera frase del
versículo 8, otras versiones le añaden dos frases más al versículo 8, y otras le agregan 12
versículos. ¿Por qué?
Casi todos los eruditos bíblicos están de acuerdo en que Marcos no escribió el final corto
(las dos últimas oraciones del versículo 8), ni el final largo (la última parte del versículo 8
hasta el versículo 20). Hay una clara diferencia en estilo y vocabulario, y los manuscritos
más antiguos y confiables, especialmente los Códices Sinaítico y Vaticano, no tienen estos
finales.
Sin embargo, la mayoría de los estudiosos dudan que Marcos hubiera terminado su
Evangelio con la única oración de Marcos 16:8. De ser así, el relato de la resurrección
terminaría entonces con las mujeres que huyeron del sepulcro después de que el ángel les
dijo que Jesús había resucitado ―y no dijeron nada a nadie porque estaban muy asustadas‖
(Mar. 16:8). Los otros tres Evangelios cuentan que muchas personas vieron a Jesús después
de su resurrección.
Muchos eruditos creen que el final original de Marcos fue arrancado accidentalmente o se
perdió. Otros suponen que Marcos simplemente no lo terminó. En cualquier caso, los otros
Evangelios suplen el final y nada en este final añadido contradice las demás narrativas.
Versículos difíciles del
libro de
Lucas
Pasaje y Dificultad: Lucas 3:23 – 28. ¿Por qué la detallada línea familiar que elabora Lucas,
que va de Jesús a Adán, difiere de manera tan radical de la de Mateo 1?
Explicación: Ver Mateo 1:1 – 17.
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Pasaje:
El entonces dirigió la mirada a sus discípulos y dijo: ―Dichosos ustedes los pobres, porque el
reino de Dios les pertenece‖ (Luc. 6:20, NVI).
Dificultad: ¿Por qué el relato que ofrece Lucas del sermón de Jesús (Luc. 6:20 – 23) difiere
del de Mateo (Mat. 5:3 – 12)?
Explicación: Estos dos autores parecen estar viendo y escuchando las cosas de manera
diferente. Lucas entiende que Jesús se refiere al pobre que es bendecido en un sentido
financiero, mientras que Mateo presenta la pobreza en un sentido espiritual: ―Bienaventurados los pobres en espíritu‖ (Mat. 5:3, VMH). Lucas ve que Jesús se dirige solamente
a los discípulos, y Mateo lo mira hablando a una enorme multitud y a los discípulos. El relato
del sermón que escribió Lucas es más bien breve; Mateo es más extenso. Si los dos fueron
inspirados por Dios, ¿por qué no registran el sermón en la misma forma?
Cuando Dios inspiró a los que escribieron su Palabra no les trató como si fueran máquinas
de dictado insensibles. Dios seleccionó seres humanos específicos, cada uno proveniente de
un trasfondo diferente, con distintos talentos, cierta formación educativa y experiencia
variada de la vida, por una muy buena razón Dios, al ser infinito, quiso comunicar su Palabra
al ser humano finito. Así que transmitió sus pensamientos y palabras a través de los seres
humanos dotados de diversas personalidades, estilos y voces.
Mateo, quien escribió el Evangelio que lleva su nombre, era un recaudador de impuestos.
Lucas, el reconocido autor del Evangelio de Lucas era médico (Col. 4:14). Mateo era un
discípulo de Jesús que vio y oyó de primera mano lo que sucedió. Lucas muy probablemente
llegó a la fe mediante el apóstol Pablo y no estuvo presente, durante el ministerio terrenal de
Jesús. Más bien se basó en relatos de testigos y el testimonio escrito y oral de lo que Jesús
hizo y dijo. Mateo era judío; Lucas era gentil. Mateo era maestro y un consumado escritor,
Lucas era historiador dotado de excepcional habilidades literarias, considerado uno de los
más grandes escritores de su tiempo. Mateo resaltó los sermones de Jesús mientras que
Lucas acentuó las parábolas de Jesús.
El punto es que Dios habló por medio de diferentes hombre provistos de variados talentos,
conocimientos y experiencias para darnos una comprensión más completa y amplia de su
verdad. Las distintas perspectivas de Lucas y Mateo no contradicen la verdad de Dios;
simplemente nos la entregan a través de su experiencia humana singular formando así un
tapiz rico en significado para que pudiéramos entenderla mejor.
Dios utilizó a más de 40 autores para entregarnos su Palabra. Y, como dijimos en ―Cómo
utilizar este Manual‖, es como si Dios compusiera una obra maestra musical con una
orquesta de 40 músicos. Piense en un maestro compositor. Dispone los diferentes
instrumentos para propósitos variados: los tambores marcan el ritmo, las trompetas nos
llaman a la acción, los violines y los violoncelos nos tranquilizan, las flautas nos levantan el
espíritu, etc. En las manos del maestro, los variados y distintos instrumentos producen una
sinfonía de sonidos que activan la mente, el corazón y las emociones del oyente con el
mensaje de la música. De manera similar, Dios usó a los diferentes autores para
comunicarnos con claridad su mensaje, no importa quiénes seamos o cuál sea nuestra
experiencia humana.
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Pasaje:
Queridos amigos, no teman a los que quieren matarles el cuerpo, después de eso, no pueden
hacerles nada más. Les diré a quién temer: teman a Dios, quien tiene el poder de quitarles la
vida y luego arrojarlos al infierno. Claro, él es a quien deben temer (Luc. 12:4, 5).
Dificultad: Si Jesús como Hijo de Dios es tan amoroso, ¿por qué arroja gente al infierno?
Explicación: Grupos como los testigos de Jehová afirman que es contra la naturaleza
amorosa de Dios condenar a la gente al infierno. Otros críticos sostienen que el castigo del
infierno muestra que Dios es un bravucón intolerante. Sin embargo, Jesús confirma
claramente que hay un infierno.
Pero, ¿es el infierno un lugar de castigo eterno, como dicen algunos? ¿Es el infierno una
cámara de tortura de fuego y azufre donde las personas sufren para siempre?
Para captar qué es el infierno primero debemos aclarar si las palabras que Jesús utilizó
deben entenderse literal o figuradamente. Jesús se refirió al infierno como un lugar donde
hay fuego, que normalmente produce luz (Mat. 5:22), mientras que a la vez se lo llama ―las
tinieblas de afuera‖ (Mat. 22:13). Obviamente, estas paladas son figurativas. Si les diéramos
un sentido literal, la oscuridad y la luz del fuego se anulan entre sí. Jesús a menudo empleaba
metáforas en sus enseñanzas y aquí probablemente hablaba de la naturaleza indescriptible del
infierno.
El infierno se entiende mejor por lo que no hay allí. Pablo lo describe como un lugar
donde se está ―lejos de la presencia del Señor y de la majestad de su poder‖ (2 Tes. 1:9).
Trate de imaginar un lugar alejado del Dios de las relaciones. Un lugar sin Él es un lugar, sin
relaciones, sin amor, sin alegría, paz, belleza, satisfacción, contentamiento, aceptación,
afecto, sentido de realización, risa y todo lo que se llama bueno. Eso sería el infierno,
literalmente. Un lugar vacío de todo lo que Dios es sería un lugar de eterna soledad, un lugar
llamado infierno. Creemos que las ―tinieblas de afuera‖ a las que Jesús se refirió describen
esta ausencia completa de relaciones. Y esta soledad eterna sería la fuente de una angustia
indescriptible.
De la misma manera creemos que la metáfora del fuego eterno sugiere la descomposición
del alma. Describe una desintegración interminable de todo lo que pudo haber de bueno en
una persona. La verdad es que somos almas vivientes que se están convirtiendo en algo. Nos
estamos convirtiendo en personas que aman desinteresadamente a Dios y a los demás, que es
la vida verdadera, o que nos amamos egoístamente, que es la muerte verdadera. El pastor,
apologista y escritor Tim Keller nos ofrece una penetrante idea de este concepto:
Incluso en esta vida podemos ver la clase de desintegración que crea el egocentrismo.
Sabemos cómo el egoísmo y el ensimismamiento conducen a la amargura, la envidia
nauseabunda, la ansiedad paralizante, los pensamientos paranoicos y las negaciones y
distorsiones mentales que los acompañan. Preguntamos: ¿Qué pasa si cuando morimos no
termina todo esto sino que espiritualmente nuestra vida se extiende por la eternidad? El
infierno es, entonces, la trayectoria de un alma ensimismada y egocéntrica que sigue así para
siempre1.
En resumen, creemos que el infierno es un lugar ausente de toda relación, que es la
soledad absoluta. El infierno es un lugar de perpetua desintegración del alma en un
egocentrismo que crece sin límite. Es difícil imaginar la angustia de tal lugar, la soledad
absoluta de los muertos vivientes. Sin embargo, ¿va a enviar gente a ese lugar el Dios de
amor?
La Biblia no deja duda en cuanto a que Dios ―no quiere que nadie sea destruido, quiere
que todos se arrepientan‖ (2 Ped. 3:9). Él ama a todo el mundo y murió para que pudiéramos
experimentar su presencia, y toda la alegría y la bondad que emanan de ella. Pero no nos
obligará a amarlo y disfrutar una relación con Él. Así que en realidad Dios no envía a nadie
al infierno; las personas eligen libremente rechazarlo. No fuerza a nadie a relacionarse con
Él. Y el que haya dado a los hombres libre elección ha abierto consecuencias que pueden ser
extremadamente negativas. Cuando las personas eligen servirse a sí mismas en vez de servir
a Dios, a fin de cuentas escogen un lugar vacío de relaciones y lleno del yo egoísta, un lugar
llamado infierno.
C. S. Lewis señaló: ―Todos los que están en el infierno lo escogieron... la puerta del
infierno está cerrada por dentro‖2. A los que toman la decisión de servirse a sí mismos les es
incómodo servir a Dios y a los demás. El cielo (donde Dios reside) es un lugar de adoración
perpetua y servicio a Él (ver Apocalipsis 4). Una persona que ha elegido una vida centrada
en sí misma no toleraría el cielo.
Dios no quiere que ninguna persona termine en el infierno. No obligará a nadie a que lo
escoja para que viva una eternidad de alegría con Él. Simplemente se ofrece a sí mismo
como su salvación para que se libren de vivir una eternidad sin Él. (Para una visión bíblica
más completa del infierno, consulte el capítulo 12, ¿Es el infierno una cámara divina de
tortura?, del libro Is God Just a Human Invention? [¿Es Dios solo una invención humana?]
por Sean McDowell y Jonathan Morrow).
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Pasaje:
Llegó el Festival de los Panes sin levadura, cuando se sacrifica el cordero de la Pascua. Jesús
mandó que Pedro y Juan se adelantaran y les dijo: ―Vayan y preparen la cena de Pascua, para
que podamos comerla juntos‖ (Luc. 22:7, 8).
Dificultad: Puesto que Jesús celebró la cena pascual judía, ¿no deberían los cristianos hoy en
día participar en algún tipo de celebración de la Pascua?
Explicación: Dios mandó a los hijos de Israel que celebraran el Festival de los Panes sin
Levadura por una razón. ―Celebren él Festival de los Panes sin Levadura, porque les
recordará que este mismo día yo saqué a sus grandes multitudes de la tierra de Egipto. Ese
festival será para ustedes una ley perpetua; celebren este día de generación en generación‖
(Éxo. 12:17). Pero esta era una celebración judía. ¿Cómo se relaciona con los cristianos de
hoy, de ser posible?
La mayoría de los cristianos no celebran la Pascua que se describe en Éxodo 12 porque fue
dirigida a los hijos de Israel como parte de la ley levítica. Pero es importante que los
cristianos entendamos el significado de la Pascua judía, porque esta no era simplemente una
celebración de la liberación política de los egipcios. Era una liberación de la muerte, y eso es
importante para toda la humanidad. De hecho, como cristianos celebramos una forma de la
Pascua judía.
Por cientos de años las familias judías han celebrado la fiesta de la Pascua (Pésakj).
Durante la cena de la Pascua el padre de familia con la asistencia de sus hijos, vuelve a
contar la historia de cómo Dios redimió a Israel de la esclavitud en Egipto. Les explica cómo
el ángel de la muerte vino sobre la tierra para matar a los primogénitos de cada familia. Pero
Dios le había dicho a su pueblo que serían preservados si observaban la Pascua como les
había ordenado. Cada familia israelita debía escoger un cordero o un cabrito, matarlo y untar
su sangre en la parte superior y los lados del marco de la puerta de su casa. Por la noche
debían reunirse a comer el cordero asado con hierbas amargas y pan sin levadura. A la media
noche el ángel de la muerte enviado por Dios mató a todos los primogénitos en Egipto. Pero
aquellos que tenían la sangre del sacrificio puesta en sus casas fueron pasados por alto (ver
Éxodo 12).
El verdadero significado de la Pascua no sería revelado plenamente sino casi 1.400 años
después cuando Jesús se reunió con sus discípulos, como se registra en Lucas 22. ―Tomó un
poco de pan y dio gracias a Dios por él, luego lo partió en trozos, lo dio a sus discípulos‖
(Luc. 22:19). Eso, por supuesto, no era inusual. Jesús hizo lo que se venía haciendo durante
cientos de años en la cena de la Pascua. Pero lo que dijo en aquella ocasión era muy extraño:
―Esto es mi cuerpo, el cual es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria de mí‖ (Luc.
22:19). A continuación, tomó la copa de vino, la pasó a todos los presentes según la práctica
habitual y una vez más dijo algo insólito: ―Esta copa es el nuevo pacto entre Dios y su
pueblo, un acuerdo confirmado con mi sangre, la cual es derramada como sacrificio por
ustedes‖ (Luc. 22:20).
En ese momento Jesús reinterpretó por completo toda la celebración de la Pascua. Afirmó
de manera metafórica que Él era el pan y que el vino era su sangre. Esto debe haber
desconcertado a los asistentes.
Anteriormente Jesús les había dicho a sus seguidores que Él era ―el pan de vida‖ (Juan
6:35). Este era el mismo hombre de quien el profeta Juan el Bautista había hecho una audaz
declaración cuando lo vio venir hacia él: ―¡He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado
del mundo!‖ (Juan 1:29, VMH). Pocas horas después de esta celebración pascual, el hombre
llamado Jesús sería apresado, brutalmente golpeado y cruelmente clavado a una cruz para
desangrarse y morir. Habían pasado casi 1.400 años desde que el pueblo celebró por primera
vez la redención, y ahora este Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios por excelencia, se celebraba
a sí mismo como el Cordero Pascual que se ofrecía como redención en beneficio de una raza
humana esclavizada al pecado. ¡Qué fiesta estupenda es la que celebran los cristianos!
La Pascua dejó de ser una celebración exclusivamente judía. Es una fiesta para todos los
que han sido redimidos por el sacrificio expiatorio de Jesucristo. ―Dios pagó un rescate para
salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. Y el rescate que Él pagó no
consistió simplemente en oro o plata, sino que fue la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de
Dios, que no tiene pecado ni mancha‖ (1 Ped. 1:18, 19). Por eso ya no es necesario sacrificar
corderos, becerros y cabritos, porque ―ahora, en el fin de los tiempos, Cristo se presentó una
sola vez y para siempre para quitar el pecado mediante su propia muerte en sacrificio‖ (Heb.
9:26). En efecto, la Pascua es una fiesta que los cristianos podemos celebrar cada primavera
el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección. También celebramos el sacrificio expiatorio
de Jesús cuando participamos de la Cena del Señor.
Algunos cristianos están comenzando a seguir muchas de las tradiciones de la Pascua
judía a la hora de cenar, debido a la riqueza de su simbolismo entre la liberación de Israel de
la esclavitud en Egipto y el propósito de Dios para libertar a la raza humana de la esclavitud
al pecado mediante la muerte sacrificial y la resurrección de Jesús.
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Pasaje:
Entonces tomó pan, y habiendo dado gracias, lo partió y les dio diciendo: ―Esto es mi cuerpo
que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de mí‖ (Luc. 22:19).
Dificultad: ¿En realidad se convierte el pan que comemos en la comunión en el cuerpo de
Cristo que fue dado para nuestro perdón?
Explicación: Algunas personas creen que cuando se consagra el pan de la comunión se
convierte en el verdadero cuerpo de Cristo. Esto se conoce como la doctrina de la
transubstanciación. Pero, ¿dio a entender literalmente Jesús que el pan que les dio a los
discípulos era realmente su cuerpo?
La manera como interpretamos las palabras de la Biblia es muy importante. Algunos las
tomamos literalmente y otros en sentido figurado. Y es aquí donde entran en juego el uso de
las metáforas, la gramática y el contexto histórico.
Antes de este escenario de la cena pascual en el que Jesús dijo ―esto es mi cuerpo‖, ya
había dicho, ―Yo soy el pan de vida‖ (Juan 6:35). Entonces, ¿qué quiso decir? ¿Cómo
interpretar su declaración?
Parte de la interpretación consiste en aplicar el sentido común en lugar de tomar las
palabras literalmente. Podemos entender mejor los pasajes si permitimos que el lenguaje
hable de manera ordinaria, en lugar de imponer alguna clase de norma especial y artificial
para el lenguaje empleado en las Escrituras. La Biblia es literatura y los mismos principios
lingüísticos se aplican a ella como a otros escritos. Esto significa que no podemos tomar de
manera literal cada palabra de la Biblia. Nos asiste la razón al creer que la Biblia es
verdadera, pero debemos permitir que las metáforas, los símiles y las analogías sean lo que
son y no forzarlos a que sean literales. (Ver ―Cómo usar este Manual‖ en la pag. 11).
Así que cuando Jesús dice ―Yo soy el pan de vida‖, ¿quiere decir que Él se convierte en
una pieza de pan de grano molido que ha sido horneado? Si no es así, entonces, ¿qué nos da
a entender? Podemos asumir que afirma metafóricamente que Él proporciona el sustento para
nuestra vida espiritual, al igual que una pieza de pan provee el sustento para nuestra vida
física.
Ahora pongamos la declaración de Jesús en su contexto cultural. El escenario histórico era
el siglo I durante la ocupación romana de Israel. En ese momento, el pan era la fuente
principal de alimentación. No era un complemento de la comida principal como lo es hoy;
algo para acompañar la carne, la sopa o la ensalada. El pan era el alimento principal. Por lo
tanto, el uso metafórico que Jesús hace del pan subraya su importancia vital para la vida
espiritual de los oyentes. Así como sin pan morirían físicamente, sin Jesús morirían
espiritualmente.
Con esto dicho como telón de fondo, ¿cómo debemos tomar la aserción de Jesús de que el
pan era su cuerpo que fue dado por nosotros como sacrificio? Es evidente que Jesús usó una
metáfora y quería que recordáramos que Él murió para que pudiéramos vivir ―Cada vez que
coman este pan y beban de esta copa, anuncian la muerte del Señor hasta que él vuelva‖ (1
Cor. 11:26).
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Pasaje:
Ahora enviaré al Espíritu Santo, tal como prometió mi Padre; pero quédense aquí en la
ciudad hasta que el Espíritu Santo venga y los llene con poder del cielo (Luc. 24:49).
Dificultad: ¿Por qué era tan importante que los seguidores de Jesús permanecieran en la
ciudad para recibir el Espíritu Santo?
Explicación: Antes de la muerte de Jesús sus fieles seguidores pensaban que Él era el
Mesías que iba a derrocar a los romanos y establecer su reino terrenal. Por supuesto, Jesús
les fue quitado y lo crucificaron. Sus esperanzas y sueños se desvanecieron. ¡Pero Jesús
resucitó de entre los muertos!
Su Mesías estaba de vuelta, por lo que le preguntaron: ―Señor ¿restituirás el reino a Israel
en este tiempo? (Hech. 1:6, VMH). Solo faltaban 10 días para la festividad del Shavuot
(Pentecostés en griego); ¡era un momento perfecto para que el Hijo de Dios se revelara como
el poderoso Dios del reino celestial! Pentecostés celebraba los primeros frutos de la cosecha
y la revelación de Dios en el Sinaí, ¿por qué no celebrar también la revelación del Hijo de
Dios en Jerusalén y los primeros frutos de su reino?
Pero, para sorpresa de los discípulos, Jesús los deja y asciende al cielo. Sin embargo, justo
antes de eso Él les había dicho que regresaran a la ciudad y esperaran la promesa del Padre
como se describe en Lucas 24:49. Sin duda, los discípulos se sintieron confundidos y quizás
hasta frustrados por el hecho de que Jesús los dejara antes de establecer su reino terrenal. Se
habrían desbandado e ido a quién sabe dónde si Jesús no les hubiera dicho que regresaran a
la ciudad y esperaran la promesa del Espíritu Santo que Dios les había hecho. Porque sin el
Espíritu Santo, el revelador de la verdad, no se habrían dado cuenta de la verdad asombrosa e
importante del plan redentor de Dios por medio de Jesús.
Entonces, ¿qué hicieron los discípulos? Volvieron a hacer lo que normalmente hacían:
celebrar el Shavuot/Pentecostés. Y en un sentido real eso era lo que Jesús quería que
hicieran. Normalmente consistía en lecturas, oraciones y acciones de gracias a Dios por su
poderosa revelación en el monte Sinaí. Sin embargo, en este Pentecostés en particular tuvo
lugar algo extraordinario.
Cuando los discípulos se hubieron reunido vino el Espíritu Santo como el fragor de una
fuerte tormenta de viento y ―aparecieron repartidas entre ellos, lenguas como de fuego y se
asentaron sobre cada uno de ellos‖ (Hech. 2:3, VMH). Esta fiesta cambió de ser una
celebración del Dios que se revela mediante su santa Palabra al Dios que se da a conocer a
través del Espíritu Santo. Y, en lugar de que los discípulos ofrecieran los primeros frutos de
sus cosechas, ellos mismos fueron los primeros frutos, el comienzo de la iglesia la cual
establecería el reino de Dios en el corazón de la gente.
El sonido de la venida del Espíritu Santo atrajo a una gran multitud de los que habían
venido a la ciudad a celebrar Pentecostés. Y este grupo de seguidores de Jesús llenos del
Espíritu Santo comenzaron a hablarles en sus lenguas nativas. La gente preguntaba cómo
podría ser y qué significaba. Pedro les dio la respuesta:
Lo que ustedes ven es lo que el profeta Joel predijo hace mucho tiempo: ―En los últimos
días —dice Dios—, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas profetizarán.
Sus jóvenes tendrán visiones, y sus ancianos tendrán sueños (Hech. 2:16, 17).
En la fiesta de Pentecostés (Shavuot) Dios cumplió la promesa que le hizo a Israel
primero por medio de Isaías, alrededor de 720 a. de J.C. (Isa. 32:15), después por Jeremías
(Jer. 31:33), luego por Ezequiel (Eze. 36:26, 27) y por último a través de Joel (Joel 2:28-32).
La venida del Espíritu Santo en Pentecostés, 10 días después de la ascensión de Cristo al
cielo, no fue una coincidencia. Pentecostés o Shavuot había sido una fiesta requerida para
todos los hijos de Israel desde los días de su salida de Egipto (ver Éxo. 23:10-19). Y este fue
el momento exacto que Dios designó para enviar al Espíritu Santo y que se convirtiera en la
fuente de poder de su nueva iglesia para llevar el evangelio (la buena noticia) a todo el
mundo.
Versículos difíciles del
libro de
Juan
Pasaje:
En el principio la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios (Juan
1:1).
Dificultad: ¿Prueba este versículo que Jesús no es Dios, como afirman los testigos de
Jehová?
Explicación: En el idioma griego el artículo determinado ―el‖ acompaña a la palabra Dios
la primera vez que esta se usa en el versículo 1, pero no la segunda vez. Por lo tanto, ¿no
debe leerse el versículo ―y la Palabra era un dios‖ como afirman los testigos de Jehová?
Los testigos de Jehová señalan que un sustantivo con un artículo determinado señala su
identidad o personalidad, y cuando no se emplea el artículo determinado se refiere a la
cualidad de alguien. La traducción correcta, alegan, es ―la Palabra [Jesús] era un dios‖. Por
lo tanto, la Biblia nos dice que Jesús estaba con Dios, pero que él no comparte la sustancia y
la esencia de Dios.
El problema con la traducción de los testigos de Jehová de ―un dios‖ es que no están
aplicando correctamente el uso de los artículos con los sustantivos. En el idioma griego,
cuando se utiliza un artículo definido a menudo indica al individuo o la personalidad, como
afirman. Pero cuando el artículo no está presente el sustantivo a veces se refiere a la cualidad
o la naturaleza de la persona. Así que no se debería traducir la última parte del versículo
como ―la Palabra era un dios‖ sino ―la Palabra era por naturaleza como Dios‖. Esta
traducción, desde luego, refuerza la idea de que Jesús era de la misma naturaleza de Dios,
aunque contradice su opinión prejuiciada de que Jesús no era parte de la Deidad.
No se necesita ir más allá de los primeros 18 versículos de Juan para ver que la palabra
Dios aparece seis veces sin el artículo determinado. Observe el versículo 6: ―Hubo un
hombre enviado por Dios [dseós (Dios) sin artículo determinado]‖ (Juan 1:6, VMH). Y aun
la propia biblia de los testigos de Jehová conocida como Traducción del Nuevo Mundo vierte
esto correctamente como ―Dios‖, no ―un dios‖. Tampoco el artículo determinado ―el‖
acompaña a Dios en los versículos 12, 13 y 18 (dos veces). Pero en cada caso, la Traducción
del Nuevo Mundo es correcta: ―Dios‖, y no ―un dios‖.
¿Por qué los testigos de Jehová son tan inconsistentes en su interpretación del uso
gramatical griego? Es evidente que traducir el versículo 1 como ―la Palabra era Dios‖ sería
reconocer que Jesús era Dios y eso iría en contra de su posición doctrinal. Si tradujeran
consistentemente Dseós sin el artículo determinado como ―un dios‖ en los versículos 6, 12,
13 y dos veces en el 18, equivaldría a decir que Jehová es ―un dios‖; y eso también sería
contrario a su doctrina. Esto deja a los testigos de Jehová con la opción de traducir
incorrectamente el versículo 1 como ―un dios‖ debido a su prejuicio doctrinal. Cuando no se
usa el artículo determinado, hay que traducir el sustantivo dentro de su contexto. Por lo tanto,
cuando la palabra dios se refiere al Señor Dios o al Hijo de Dios es correcto traducir dios
como Dios.
No obstante, a modo de argumento, ¿acaso la Biblia se refiere a Jesús como ―el Dios‖,
usando el artículo determinado? Sí. En la carta a los Hebreos, Dios el Padre declara lo
siguiente, ―Del Hijo dice, Tu trono, oh Dios [Dseós con el artículo determinado], es por los
siglos de los siglos‘‖ (Heb.1:8, VMH). Jesús fue y siempre será Dios.
Cuando interpretamos la Biblia es importante permitir que el contexto de un pasaje forme
nuestra posición doctrinal en lugar de malinterpretar las Escrituras para que se adapten a
nuestros prejuicios. Esto, por supuesto, abre una puerta al error y, en algunos casos, da lugar
a la herejía.
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Pasaje:
Cuando el maestro de ceremonias probó el agua que ahora era vino, sin saber de dónde
provenía (aunque, por supuesto, los sirvientes sí lo sabían), mandó a llamar al novio. ―Un
anfitrión siempre sirve el mejor vino primero —le dijo—, y una vez que todos han bebido
bastante, comienza a ofrecer el vino más barato. ¡Pero tú has guardado el mejor vino hasta
ahora!‖ (Juan 2:9, 10).
Dificultad: ¿Convirtió Jesús el agua en vino con contenido alcohólico?
Explicación: Jesús mandó llenar seis tinajas con agua. Cada una de ellas contenía entre 75 y
113 litros. Esto significa que transformó aprox. 565 litros de agua en vino. Pero, ¿era este
vino una bebida alcohólica?
En el ambiente cultural del siglo I la frase ―el mejor vino‖ era una referencia al vino
añejado, el cual tenía contenido alcohólico. El vino ―más barato‖ habría sido vino joven, con
un sabor menos desarrollado y menor contenido alcohólico. Normalmente, el anfitrión de
una boda servía el mejor vino al principio de la fiesta de bodas porque este adormecería los
sentidos un poco, para que el vino más barato, servido más tarde, pasara desapercibido.
Jesús produjo un vino excelente y caro que impresionó al maestro de ceremonias de esta
boda. Sin duda se trataba de un vino añejo que tenía contenido alcohólico.
Algunos pueden argumentar que Jesús no habría creado una bebida alcohólica porque la
Biblia está en contra del consumo de alcohol en cualquier forma. Sin embargo, la Biblia
habla en contra de la embriaguez (ver Prov. 20:1; 23:29-35). En el Nuevo Testamento el
apóstol Pablo nos advierte: ―No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida‖
(Efe. 5:18). Mientras que el vino formaba parte de la vida social de los tiempos bíblicos y se
emborrachaban prácticamente en cada comida, a lo que la Biblia se oponía era al uso
excesivo.
En muchas partes del mundo el abuso del alcohol está muy extendido, especialmente entre
los jóvenes. Algunos cristianos son de la opinión que permitir el uso de bebidas alcohólicas
de una u otra manera abre la puerta para que se abuse de ellas, en especial los jóvenes. Dado
el efecto adictivo que la bebida tiene en la gente, muchos cristianos se abstienen de consumir
cualquier bebida alcohólica en un esfuerzo por desalentar la práctica para que nadie siquiera
comience a beber. Creen que esta política es tal vez la mejor manera de reducir el abuso del
alcohol. Para mayor información sobre la posición bíblica acerca de las bebidas alcohólicas,
consulte la Explicación a Proverbios 31:6, 7.
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Pasaje:
Pero se acercaba el tiempo judío del Festival de las Enramadas, y sus hermanos le dijeron:
―¡Sal de aquí y vete a Judea, donde tus seguidores puedan ver tus milagros!‖. ...respondió
Jesús... ―Vayan ustedes; no iré al festival, porque todavía no ha llegado mi momento‖... Pero
después de que sus hermanos se fueron al festival, Jesús también fue, aunque en secreto, y se
quedó fuera de la vista del público (Juan 7:2, 3, 6, 8, 10).
Dificultad: ¿Fue Jesús poco honesto con sus hermanos al decirles que no iba a ir a la
fiesta cuando en realidad sí tenía la intención de ir?
Explicación: Los hermanos de Jesús querían que fuera a la fiesta con bombos y platillos,
haciendo milagros. Ellos le dijeron: ―¡No puedes hacerte famoso si te escondes así!‖ (Juan
7:4). Pero Él les respondió: ―Este no es el mejor momento para que yo vaya... pero ustedes
pueden ir cuando quieran... todavía no ha llegado mi momento‖ (Juan 7:6-8).
Al parecer, Jesús dejó en claro que no iba ir a la fiesta para demostrar que era el Mesías
milagroso; su momento aún no había llegado. Así que no fue a la fiesta abiertamente sino en
secreto. Jesús pudo haber dejado a sus hermanos en la incertidumbre de si iba a ir o no a la
fiesta, pero no fue deshonesto con ellos. Se presentó ―en la mitad del festival‖ (Juan 7:14) y
no hizo milagros como sus hermanos le habían sugerido.
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Pasaje:
―Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra‖... ―Tampoco yo te
condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar‖ (Juan 8:7, 11, NVI).
Dificultad: ¿Por qué hay personas que cuestionan si sucedió alguna vez el relato de Jesús y
la mujer sorprendida en adulterio?
Explicación: El relato del encuentro de Jesús con la mujer adúltera que se encuentra en Juan
8:1 – 11 es un reflejo de la misericordia y la compasión de Jesús. El problema es que el
pasaje no aparece en los manuscritos griegos más antiguos y confiables, ni tampoco se
incluyó en las antiguas traducciones que se hicieron al copto, gótico y latín antiguo. Cuando
el pasaje hizo su aparición en los antiguos manuscritos, se encontraba después de Juan 21:24,
luego de Lucas 21:38 o delante de Juan 7:52.
Por las razones expuestas algunos estudiosos creen que el relato es cuestionable. Otros
reconocen que, si bien fue una adición tardía, es una narración auténtica sobre Jesús.
Algunas traducciones actuales destacan el hecho de que el pasaje no aparece en muchos de
los manuscritos antiguos. Sin embargo, lo incluyen porque 1) no contiene errores doctrinales;
y 2) es consistente con el corazón misericordioso y perdonador de Jesús.
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Pasaje:
No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre hay
muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar.
Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo
esté (Juan 14:1-3).
Dificultad: ¿Es en la casa celestial de Dios (el cielo) donde los cristianos pasarán la
eternidad?
Explicación: Muchas personas piensan que su hogar eterno en el cielo es una ciudad con
calles de oro y puertas de perla. Esto es en realidad una referencia a la santa ciudad que Juan
vio en su visión que descendía de Dios (ver Apoc. 21). Pero la mayoría de los estudiosos
opinan que esta es, por así decirlo, la capital de un nuevo cielo y una nueva tierra.
El salmista David declara: ―Del SEÑOR es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y
cuantos lo habitan‖ (Sal. 24:1). Dios hizo los cielos y la tierra y los llamó ―muy buenos‖, y
no ha renunciado a su título y derecho a ellos. Pueden estar en ruinas ahora, pero la Biblia
afirma que Dios tiene planes concretos para restaurarlos hasta convertirlos en un mundo
perfecto para que vivamos en él.
Pedro escribió: ―Según su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en los
que habite la justicia‖ (2 Ped. 3:13, NVI). Jesús también nos dijo: ―Cuando el Hijo del
Hombre venga en su gloria… entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: ‗Vengan
ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para
ustedes desde la creación del mundo‘‖ (Mat. 25:31, 34, NVI).
Dios no ha renunciado a su designio original. Tampoco ha abandonado la idea de una
tierra perfecta ni ha dejado de lado su plan para que sus hijos vivan en un lugar excelente
para siempre. Es una idea cuestionable que Dios nos llevará a un cielo distante y luego
destruirá esta tierra que diseñó para que fuera nuestra casa. Después de su resurrección, Jesús
ascendió al cielo con la promesa de volver. Él regresará y restaurará esta tierra a su diseño
original. El plan perfecto de Dios es ―reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las
de la tierra‖ (Efe. 1:10, NVI).
Nótese que en el versículo anterior Pablo nos dice que la tierra, así como el cielo, estarán
bajo el señorío de Cristo. Si nosotros que ahora vivimos en la tierra fuéramos llevados al
cielo, ¿quiénes quedarían en la tierra para ser reunidos bajo el dominio de Cristo? La Biblia
señala que el cielo (la santa ciudad) es el hogar de Dios. La tierra es nuestra morada no solo
ahora sino para siempre, tal como Dios se lo propuso originalmente. Y es Jesús el que nos
une eternamente con Dios y conecta su casa con la nuestra. En su revelación Juan vio la
santa ciudad, la Nueva Jerusalén que descendía del cielo de Dios y escuchó una voz que le
decía: ―¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán
su pueblo. Dios mismo estará con ellos‖ (Apoc. 21:3).
El teólogo Randy Alcorn en su libro Heaven (El Cielo,) lo dice de esta manera:
Habrá un cosmos, un universo unido bajo un solo Señor para siempre. Este es el plan
incontenible de Dios. Aquí es adonde la historia se dirige. Cuando Dios caminaba con
Adán y Eva en el huerto, la Tierra era el patio trasero de los Cielos. La Nueva Tierra
será incluso más que eso, será el Cielo mismo. Y los que conocen a Jesús tendrán el
privilegio de vivir allí.3
La Biblia nos dice que cuando el proyecto de restauración de Dios se complete
experimentaremos una tierra renovada en la perfección del huerto del Edén. ―Ya no habrá
más maldición sobre ninguna cosa‖ (Apoc. 22:3). No más espinas ni cardos que lastimen
nuestro cuerpo. No más dificultades para conseguir que las cosas crezcan. Nunca más la
―supervivencia del más fuerte‖ entre los animales porque todos estarán en paz unos con
otros. En realidad, no habrá discordia, lucha ni mal en ningún lugar, puesto que: ―No se
permitirá la entrada a ninguna cosa mala ni tampoco a nadie que practique la idolatría y el
engaño. Solo podrán entrar los que tengan su nombre escrito en el libro de la vida del
Cordero‖ (Apoc. 21:21).
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Pasaje y Dificultad: Juan 19:14. ¿Por qué Juan y Marcos registran tiempos diferentes
respecto al juicio y la crucifixión de Jesús?
Explicación: Ver Marcos 15:25.
Versículos difíciles del
libro de
Hechos
Pasaje y Dificultad: Hechos 1:18. ¿No contradice este relato de la muerte de Judas la
narrativa de Mateo 27:5?
Explicación: Ver Mateo 27:5
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Pasaje:
Todos los creyentes se reunían en un mismo lugar y compartían todo lo que tenían. Vendían
sus propiedades y posesiones y compartían el dinero con aquellos en necesidad (Hech. 2:44,
45, NTV).
Dificultad: Ya que, al parecer, los cristianos del siglo I practicaban una forma de
comunismo, ¿están obligados a practicarlo los cristianos de hoy?
Explicación: Una de las características de la iglesia es que es una familia. ―Son ciudadanos
junto con todo el pueblo santo de Dios‖, dijo Pablo. ―Son miembros de la familia de Dios‖
(Efe. 2:19). La Iglesia es también el cuerpo de Cristo ―todos formamos un solo cuerpo en
nuestra relación con Cristo. Como parte de ese cuerpo, cada uno pertenece a los demás‖
(Rom. 12:5). De manera que ―si un miembro del cuerpo sufre, todos los demás sufren
también; y si un miembro recibe atención especial, todos los demás comparten su alegría‖ (1
Cor. 12:26, DHH).
Cuando la iglesia del siglo I nació con el derramamiento del Espíritu Santo el día de
Pentecostés, se entendió a sí misma como una gran familia y un cuerpo que sentía las
necesidades de los otros miembros del cuerpo. La verdad de la cercanía familiar de la iglesia
y de la necesidad de los unos a los otros jugó un papel importante en Hechos 2. Y esa verdad
se aplica a nosotros como lo enseñan Efesios, Romanos y 1 Corintios. Pero, ¿significa esto
que la iglesia de hoy debe imitar exactamente lo que la iglesia hizo en el siglo I?
En Hechos 2 se describe lo que hizo la iglesia recién nacida. Es un relato descriptivo, no
necesariamente una directriz bíblica que debemos seguir. Vemos que estaban unidos,
proveían desinteresadamente para las necesidades de los demás y se sacrificaban para ver
que las necesidades fueran satisfechas. Esto debería reflejarse en la iglesia hoy. Sin embargo,
no significa que todos los nuevos seguidores que forman parte del cuerpo de Cristo deban
vender sus posesiones y permitir que la iglesia distribuya el producto según sea necesario.
No hay nada en el Nuevo Testamento que indique que los que formaban parte de la iglesia
primitiva estaban obligados a vender sus propiedades; todo era voluntario. Este enfoque
difiere claramente del comunismo. Algunos han sugerido que esta propiedad mantenida en
común podría ser llamada ―comunalismo‖, pero definitivamente no es comunismo. En el
―comunalismo‖ uno voluntariamente diría: ―Lo que es mío es tuyo‖. Pero en el comunismo
el estado dice: ―lo que es tuyo es mío‖.
Este enfoque socialista dentro de la iglesia primitiva llegó a tener sus dificultades. La tarea
de distribuir equitativamente el dinero y la comida para los necesitados se convirtió en un
problema. ―Se quejaron los judíos de habla griega contra los de habla aramea de que sus
viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos‖ (Hech. 6:1). Con esto se
creó un comité de distribución para resolver el problema.
No sabemos por cuánto tiempo la iglesia primitiva continuó con esta práctica, pero la
dificultad de satisfacer las necesidades materiales de la gente sin que ellos produjeran nada
planteó un problema creciente. En la primera carta a los Tesalonicenses Pablo hizo una
advertencia a los perezosos (1 Tes. 5:14). Más adelante, en una segunda carta, le dijo a la
iglesia: ―Les ordenamos que se aparten de todo hermano que esté viviendo como un vago y
no según las enseñanzas recibidas de nosotros‖ (2 Tes. 3:6). Luego el Apóstol continúa
diciendo que nunca había aceptado comida de nadie sin pagarla y añadió: ―Cuando
estábamos con ustedes, les ordenamos: ‗¡El que no quiera trabajar, que tampoco coma‘‖ (2
Tes. 3:10).
Dado que la iglesia es una familia y un cuerpo, tiene la tarea de ministrar a las necesidades
de los demás. Ayudar a dar para los que no pueden valerse por sí mismos responde a una
necesidad especial en la vida de las personas. Pero ayudar a los que están físicamente
capacitados y pueden ganar su sustento da lugar a la pereza. Y Pablo afronta este problema.
La propiedad privada de los bienes está contemplada en los Diez Mandamientos. Se nos
manda no ―robar‖ o incluso ―codiciar‖ lo que en justicia le pertenece a otro (ver Deut. 5:19,
21). Y si bien todo cuanto tenemos le pertenece a Dios, Él nos llama para que seamos sabios
administradores de lo que nos ha confiado. (Para mayor información sobre dar de lo que
Dios nos concede, ver la Explicación a Mal. 3:8).
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Pasaje:
Él es la piedra rechazada por ustedes los edificadores, la cual ha llegado a ser cabeza del
ángulo. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a
los hombres, en que podamos ser salvos (Hech. 4:11, 12, VMH, cursivas añadidas).
Dificultad: ¿No enseña este pasaje un concepto demasiado estrecho al afirmar que Jesús es
el único camino a Dios?
Explicación: Una de las principales críticas dirigidas contra los cristianos es que son
arrogantes cuando afirman, como lo hace Lucas en Hechos 4, que Jesús es la única religión
verdadera y la única manera de obtener la vida eterna. Este pensamiento les parece a muchas
personas irritante, exclusivo e intolerante. En consecuencia, la mayoría de los cristianos
profesantes en los Estados Unidos de América ya no afirman que el cristianismo es único en
su clase.
De modo que ¿tiene una mente muy cerrada el cristiano que afirme hoy en día que Jesús
es el único camino a Dios? Por el contrario, sería estrecho de mente y arrogante cualquiera
que hiciera una afirmación tan exclusiva a menos que esa persona fuera Dios. Pero la
realidad de las cosas es que Jesús, como Hijo de Dios, afirmó solemnemente que Él era el
único camino para obtener la vida eterna.
La mayoría de los líderes religiosos en los días de Jesús pensaban que él era estrecho de
mente y arrogante por todo lo que decía de sí mismo. Afirmaba que era el Hijo de Dios, que
había existido eternamente, que podía perdonar los pecados y dar vida eterna. Y Jesús habría
sido no solo estrecho de mente sino un impostor por hacer declaraciones tan descabelladas de
exclusividad si en realidad no fuera Dios, pero lo era y dio numerosas pruebas para
fundamentar su reclamo. Jesús cumplió las profecías acerca del Escogido de Dios (el Mesías)
al nacer de una virgen y realizar muchos milagros antes de que afirmara: ―Yo soy la
resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo aquel que vive y cree
en mí no morirá para siempre‖ (Juan 11:25, 26, VMH). Pudo hacer esta declaración en
apariencia arrogante porque era el Hijo unigénito de Dios quien podía respaldarlo. Lee estas
palabras que salieron de su boca: ―A menos que crean que Yo Soy quien afirmo ser, morirán
en sus pecados‖ (Juan 8:24). ―Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre
si no es por medio de mí‖ (Juan 14:6).
Fue Jesús quien hizo la afirmación exclusiva de ser el único camino a Dios, y por buenas
razones. Nadia más tenía las cualidades que un Dios santo y justo podía aceptar para redimir
a la raza humana pecaminosa. Sin embargo, los seguidores de Cristo deben tener cuidado de
no afirmar que tienen el monopolio de la verdad o que son dueños de la única religión
verdadera. Más bien, es Jesús quien es ―el camino la verdad y la vida‖; sus seguidores
simplemente anuncian su mensaje. De modo que, como cristianos, en la cuestión de cómo
obtener vida eterna debemos señalar a su augusta persona. Nuestra tarea es difundir la buena
noticia que habla de Él, y seremos sabios si lo hacemos con entusiasmo y con humildad.
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Pasaje:
Deben abstenerse de comer alimentos ofrecidos a ídolos, de consumir sangre o la carne de
animales estrangulados y de inmoralidad sexual. Si hacen esto, harán bien (Hech. 15:29).
Dificultad: ¿Prohíbe este pasaje las transfusiones de sangre, como afirman los testigos de
Jehová?
Explicación: Dios fue muy específico con los hijos de Israel acerca de la forma de tratar a
los animales destinados a ser sacrificados como expiación por el pecado; un mandato que se
cumplió finalmente en la muerte expiatoria de Cristo en la cruz. Había leyes con respecto a
qué cosas se podían comer y cuáles no, lo puro y lo impuro. Era importante que Israel
siguiera estas leyes ceremoniales las cuales permitían ver cómo un Dios santo haría posible
que su pueblo fuera transformado de la muerte a la vida en relación con Él. La sangre era el
símbolo de la vida dada por Dios. En el Antiguo Testamento, la sangre del animal
sacrificado representaba la vida del pecador que venía ante Dios. Cuando el sacerdote
rociaba la sangre del sacrificio sobre el altar ante Dios, esto se consideraba una expiación, el
intercambio de una vida por otra vida. Dios le dijo a Israel: ―Les he dado la sangre sobre el
altar con el fin de purificarlos, para hacerlos justos ante el Señor. Es la sangre, dada a cambio
de una vida, la que hace posible la purificación... Por eso he dicho al pueblo de Israel:
‗Nunca coman ni beban sangre, porque la vida de toda criatura está en su sangre‘. Así que
cualquiera que consuma sangre será excluido de la comunidad‖ (Lev. 17:11, 14).
Esta ley de Moisés con respecto a la ingesta de sangre, junto con muchas otras leyes
levíticas, fue objeto de debate en la iglesia primitiva. Dado que los gentiles, los cuales no
observaban la ley de Moisés, estaban entrando a la iglesia, ciertos judíos seguidores de Cristo
discutían para que se cumplieran sus tradiciones. Ellos insistían en que ―los convertidos
gentiles deben ser circuncidados y hay que exigirles que sigan la ley de Moisés‖ (Hech.
15:5). Así que Pablo y Bernabé fueron a Jerusalén para reunirse con toda la iglesia, incluidos
los apóstoles y los ancianos, para tratar esta cuestión.
Después de una larga discusión, los ancianos llegaron a un acuerdo. Santiago se puso de
pie en medio de la reunión y dijo:
Mi opinión entonces es que no debemos ponerles obstáculos a los gentiles que se
convierten a Dios. Al contrario, deberíamos escribirles y decirles que se abstengan de
comer alimentos ofrecidos a ídolos, de inmoralidad sexual, de comer carne de
animales estrangulados y de consumir sangre. Pues esas leyes de Moisés se han
predicado todos los días de descanso en las sinagogas judías de cada ciudad durante
muchas generaciones (Hech. 15:19-21).
Así que los apóstoles y los ancianos escribieron la carta para confirmar su posición con la
intención de ―no imponer sobre ustedes una carga mayor que estos pocos requisitos‖ (Hech.
15:28). Los requisitos quedaron establecidos en el versículo 29. Surge una pregunta, ¿son
aplicables hoy en día los requisitos que fueron dados en aquel contexto?
Ciertamente el requisito de abstenerse de inmoralidad sexual es válido hoy en día, dado
que el tema se repite en todo el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento. Sin
embargo, los requisitos que los ancianos formularon acerca de la comida provenían de las
leyes levíticas o leyes de Moisés con el propósito de mantener la unidad entre los seguidores
judíos y gentiles de Jesús. Más tarde, las epístolas de Pablo y el escritor de Hebreos dejaron
en claro que el sistema sacrificial de Moisés se cumplió en la muerte y la resurrección de
Cristo, por lo que tales leyes ya no son obligatorias. Pablo le dijo a la iglesia de Colosas:
―Por lo tanto, no permitan que nadie los condene por lo que comen o beben,... pues esas
reglas son solo sombras de la realidad que vendrá. Y Cristo mismo es esa realidad‖ (Col.
2:16, 17). (Para una mayor aclaración sobre si las leyes de Moisés son vinculantes para
nosotros hoy en día, ver la Explicación a Lev. 11:46, 47).
La regulación del Antiguo Testamento de no comer o beber la sangre de los animales se
hizo por una razón: ―Porque la vida de toda criatura está en su sangre‖ (Lev. 17.14). Y,
puesto que la sangre era el símbolo de un sacrificio sagrado por el pecado, una vida dada a
cambio de otra vida, usarla como alimento no permitía que fuera ofrecida a Dios como
sustituto por el pecado de una persona. Pero, por supuesto, ese sacrificio perfecto ofrecido
como sustituto por nuestros pecados fue hecho una vez para siempre. ―Cristo ahora ha
llegado a ser el Sumo Sacerdote por sobre todas las cosas buenas que han venido... Con su
propia sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros— entró en el Lugar Santísimo una
sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna‖ (Heb. 9:11, 12). Así que parece
que la prohibición de no comer sangre ya no es obligatoria para hoy. Y sin duda, eso
significa que no hay regulación escritural en contra de las transfusiones de sangre.
Con esto dicho, ¿equivale el recibir una transfusión de sangre a ―consumir sangre‖?
Algunos eruditos señalan que, incluso si comer o beber la sangre de los animales se
consideraba moralmente incorrecto de acuerdo con la Biblia, una transfusión de sangre no se
puede considerar como comer sangre. La sangre dada por transfusión, como sabemos, no se
absorbe por el sistema digestivo, sino que se inyecta directamente al torrente sanguíneo sin
pasar por el sistema digestivo. Además, las transfusiones no se hacen con sangre de animales
sino con la de otros seres humanos. Por consiguiente, recibir una transfusión de sangre es
aceptable, incluso si comer o beber sangre estuviera prohibido por la Biblia.
LAS EPÍSTOLAS DE PABLO
Romanos – Filemón
Versículos difíciles del
libro de
Romanos
Pasaje:
Moisés escribe que la ley exige obediencia a todos sus mandatos para que una persona llegue
a ser justa ante Dios (Rom. 10:5).
Dificultad: ¿Puede la obediencia a las leyes de Dios hacer que una persona llegue a ser justa
ante Dios?
Explicación: Algunos han sugerido que en la época del Antiguo testamento la gente podía
llegar a ser justa ante Dios por la obediencia a la ley; es decir, por seguir los mandamientos
de Dios. Pero la tesis de Pablo en Romanos 10 es que la única manera en que la ley puede
hacer que una persona llegue a ser justa ante Dios es si nunca la ha violado, ni siquiera una
sola vez. En otras palabras, si uno nunca ha pecado, si ha guardado todas las leyes y ha
obedecido perfectamente a Dios, no necesitaría un Salvador. Pero como Pablo sabía que eso
es imposible, añadió que su ―mensaje es el mismo mensaje que nosotros predicamos acerca
de la fe: Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo
levantó de los muertos, serás salvo‖ (Rom. 10:8, 9).
Unos capítulos antes del capítulo 10 Pablo explicó:
Pues nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda. La ley
sencillamente nos muestra lo pecadores que somos. Pero ahora, tal como se prometió
tiempo atrás en los escritos de Moisés y de los profetas, Dios nos ha mostrado cómo
podemos ser justos ante él sin cumplir con las exigencias de la ley. Dios nos hace
justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el
que cree, sea quien fuere (Rom. 3:20-22).
Visto superficialmente podría parecer que Pablo se contradice. Afirma que la ley no puede
salvarnos. Sin embargo, parece dar a entender que Moisés y los profetas anunciaron que
antes de Cristo la gente podía llegar a ser justa ante Dios por la obediencia a la ley. Lo que
Pablo realmente dice es que en los días de Moisés la manera en que una persona llegaba a ser
justa ante Dios consistía en obedecer las instrucciones que dio, entre las que estaban los
sacrificios de animales. Cuando la gente ofrecía un animal por su pecado llegaba a ser
provisionalmente justa ante Dios. Este estatus provisional se basó en la futura muerte de
Cristo como el sacrificio perfecto por todos los pecados.
La gente de los tiempos pasados no era libertada de sus pecados llegando a ser justa ante
Dios porque sacrificaba animales sino por lo que Cristo iba a lograr en el futuro. El poder de
su muerte y resurrección no solo se extiende en el tiempo hacia delante para liberarnos del
pecado en el siglo XXI sino que también se extiende temporalmente hacia atrás para cubrir a
todos los nacidos antes de la muerte sacrificial de Jesús. Así que Dios ―no castigó a los que
pecaron en el pasado, porque miraba hacia el futuro y de ese modo los incluiría en lo que
llevaría a cabo en el tiempo presente‖ (Rom. 3:25, 26). Es la confianza en el sacrificio
perfecto (Jesús) de Dios lo que responde al dilema humano del pecado pasado presente y
futura
Por consiguiente, ¿no hay nada que podamos decir o hacer para Dios que merezca nuestra
redención? ¿Hay algo que podamos hacer para ganar nuestra justificación? Pablo hizo estas
preguntas y las respondió cuando escribió:
¿Podemos, entonces, jactarnos de haber hecho algo para que Dios nos acepte? No,
porque nuestra libertad de culpa y cargo no se basa en la obediencia a la ley. Está
basada en la fe. Así que somos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe
y no por obedecer la ley (Rom. 3:27, 28).
Puede que la gente que se enfoca en el desempeño y en obtener por esfuerzo propio lo que
tiene encuentre difícil de entender o aceptar la salvación por gracia mediante la fe. Pero no
hay requisito humano necesario para obtener la oferta de una relación con Dios excepto
aceptarla gratuitamente. Es un regalo basado en los requerimientos cumplidos por Jesús. Por
eso Pablo, al referirse a la salvación, dijo que ―no depende del que quiere ni del que corre,
sino de Dios quien tiene misericordia‖ (Rom. 9:16).
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Pasaje:
Así como nuestro cuerpo tiene muchas partes y cada parte tiene una función específica, el
cuerpo de Cristo también... Dios, en su gracia, nos ha dado dones diferentes para hacer bien
determinadas cosas (Rom. 12:4-6).
Dificultad: ¿Significa esto que cada cristiano tiene al menos un don espiritual que debe
manifestar?
Explicación: La Biblia es muy clara cuando afirma que Dios ha dado dones espirituales a
sus hijos e hijas. ―A cada uno de nosotros se nos da un don espiritual para que nos ayudemos
mutuamente‖ (1 Co. 12:7). ―Dios, de su gran variedad de dones espirituales, les ha dado un
don a cada uno de ustedes. Úsenlos bien para servirse los unos a los otros‖ (1 Ped. 4:10).
Los dones que Dios otorga a sus seguidores se describen en Romanos 12:3-13; 1 Corintios
12:1-33; 14:1-30; y Efesios 4:11-13. Algunos cristianos están confundidos acerca de qué son
estos dones, cuáles tienen y cómo deben ejercitarlos. Varios grupos cristianos toman
posiciones diferentes sobre quién recibe estos dones y cuándo, y si algunos deben utilizarse
en la actualidad. Hay también quienes distinguen entre dones espirituales y posiciones u
oficios en la iglesia. Pero en términos generales, los dones a que alude la Biblia se pueden
clasificar de la siguiente manera:
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administración (1 Cor. 12:28)
apostolado (Efe. 4:7, 11)
discernimiento (1 Cor. 12:7, 10)
estímulo/consejería (Rom. 12:6, 8)
fe (1 Cor. 12:7, 9)
dar (Rom. 12:6, 8)
sanidad (1 Cor. 12:7, 9)
ayuda (1 Cor. 12:28)
hospitalidad (1 Ped. 4:9, 10)
interpretación de lenguas (1 Cor. 12:7, 10)
conocimiento (1 Cor. 12:7, 8)
dirección (Rom. 12:6, 8)
misericordia (Rom. 12:6, 8)
milagros (1 Cor. 12:7, 8, 10)
pastoreo (Efe. 4:7, 11)
profecía (Efe. 4:7, 11)
enseñanza (Rom. 12:6, 7)
lenguas (1 Cor. 12:7, 10)
sabiduría (1 Cor. 12:7, 8)
Un excelente recurso que puede ayudarle a descubrir sus dones es el libro Descubra y use
sus dones, por Darrell W. Robinson, publicado por Editorial Mundo Hispano.
Versículos difíciles de los
libros de
1 y 2 Corintios
Pasaje:
El fuego revelará la clase de obra que cada constructor ha hecho. El fuego mostrará si la obra
de alguien tiene algún valor. Si la obra permanece, ese constructor recibirá una recompensa,
pero si la obra se consume, el constructor sufrirá una gran pérdida. El constructor se salvará,
pero como quien apenas se escapa atravesando un muro de llamas (1 Cor. 3:13-15).
Dificultad: ¿Enseña este pasaje que hay un purgatorio?
Explicación: Algunas personas creen que este pasaje se refiere a un lugar temporal adonde
una persona va después de la muerte a purgar por sus pecados pasados: el purgatorio. El
Papa católico-romano Gregorio I enseñó que el bautismo se encarga del pecado original,
pero nosotros debemos pagar por los pecados cometidos. Pero si en esta vida no se pagó lo
suficiente entonces hay que ir al purgatorio a pagar lo que faltó. Una vez que la persona haya
cubierto lo que debía puede entrar al cielo.
Los que sostienen esta doctrina citan un pasaje de 2 Macabeos 12, el cual es un libro
apócrifo, que los protestantes no aceptan como Biblia inspirada.
En Romanos 3 Pablo enseña que la muerte de Cristo en la cruz expió todos nuestros
pecados, no solo el pecado original. El Apóstol señala que ―Dios nos declara justos por
medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados‖ (Rom. 3:24).
En ninguna parte de las Escrituras se menciona que hay un lugar donde se paga por los
pecados. En cambio, afirman que debemos dar cuenta a Dios por nuestras acciones (ver 2
Cor. 5:10 y Rom. 14:10 – 12) y que Jesús ofreció ―un solo sacrificio por los pecados, válido
para siempre‖ (Heb. 10:12). Para mayor información sobre la idea del purgatorio, ver la
Explicación a 1 Pedro 4:6.
Algunos creen que 1 Corintios 3 se refiere a las recompensas que las personas recibirán
sobre la base de sus enseñanzas precisas y obras de fe. Santiago hace notar que, ―los que
enseñamos seremos juzgados de una manera más estricta‖ (Stg. 3:1). Por lo tanto, la mayoría
de los eruditos cree que este pasaje significa que aquellos que enseñan errores y sus obras
son malas verán disminuida su recompensa pero no perderán la salvación eterna.
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Pasaje y Dificultad: 1 Corintios 6:18. ¿Por qué la Biblia es tan negativa respecto al sexo?
Explicación: Ver 1 Tesalonicenses 4:3.
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Pasaje y Dificultad: 1 Corintios 7:12, 13. ¿Por qué Pablo dice que en el matrimonio el
esposo o la esposa no deben divorciarse del cónyuge no creyente, mientras que en el libro de
Esdras Dios exigió a los esposos judíos que en ese caso sí lo hicieran?
Explicación: Ver Esdras 10:3.
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Pasaje:
La cabeza de todo hombre es Cristo, la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de
Cristo es Dios (1 Cor. 11:3).
Dificultad: ¿Significa esto que las mujeres son inferiores a los hombres porque ellos son su
cabeza o autoridad?
Explicación: Así como Cristo no es inferior a Dios, tampoco las mujeres son inferiores a los
hombres. Cristo considera que Dios es su padre; es decir, su cabeza o autoridad, pero esto no
hace que sea menos que Dios ya que comparte la sustancia y la esencia del ser de Dios. De la
misma manera, una mujer puede considerar a su esposo como su cabeza, pero esto no quiere
decir que ella es inferior, porque todas las mujeres comparten la misma sustancia y esencia
de un ser humano de gran valor y dignidad.
Algunos han sugerido que la maldición que vino sobre Eva,
―desearas controlar a tu marido, pero él gobernará sobre ti‖ (Gén. 3:16), es de alguna manera
una maldición permanente que Dios impuso a todas las mujeres, y esa maldición las destinó
a ser inferiores. Esta es una interpretación distorsionada de este versículo (ver la Explicación
a Gén. 3:16). El hombre, la mujer y la tierra fueron malditos a causa del pecado. Sin
embargo, Dios nunca quiso que estas maldiciones fueran una parte permanente de nuestra
vida. En parte, Él ha estado trabajando desde el principio para que todo vuelva a su diseño
original, y ciertamente no desea que el esposo y la esposa luchen por el control del uno sobre
el otro.
Hay quienes sostienen desde un punto de vista práctico que la esposa debe reconocer que
al esposo le corresponde la decisión final en el hogar, de lo contrario se desatará el caos. A
menudo se cita Corintios 11:3 para apoyar la idea de que hay una cadena de mando que debe
ser respetada. Sin embargo, lo que se pierde de vista aquí es que la relación que existe entre
Cristo y Dios no tiene que ver con la autoridad, el control ni quién tiene la última palabra.
Aquí se trata de la unidad y la disposición para el servicio mutuo.
La armonía perfecta que hay entre Dios, su Hijo y el Espíritu Santo es un modelo de
unidad para los matrimonios y la iglesia (ver la Explicación a Efe. 5:21 – 23). Jesús oró para
que ―todos [los seguidores de Jesús] sean uno, así como tú, oh Padre, en mí y yo en ti‖ (Juan
17:21, VMH). Esa unidad no se produce porque el Padre ordena y reclama imperiosamente:
―la responsabilidad es mía‖. Ni una sola vez vemos que el Padre le exija a su Hijo que
reconozca la ―obligación‖ de someterse a su autoridad y jefatura. La unidad íntima que existe
entre el Padre y el Hijo es el resultado del amor y el servicio que ambos se prodigan entre sí.
Esta es una relación incomparable. Jesús dice: ―el Hijo no puede hacer nada por su propia
cuenta, solo hace lo que ve que el Padre hace. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el
Hijo‖ (Juan 5:19). A primera vista esto podría parecer como si el Hijo se sometiera a la
autoridad del Padre, como una esposa debe someterse a la autoridad del marido. ¡Pero siga
leyendo!
―Pues, así como el Padre da vida a los que resucita de los muertos, también el Hijo da vida
a quien él quiere‖ (Juan 5:21). Aquí parece que el Padre tiene autoridad para resucitar a los
muertos independientemente del Hijo, y el Hijo igualmente puede dar vida a quien quiere. En
seguida Jesús dice: ―El Padre no juzga a nadie, sino que le ha dado al Hijo autoridad absoluta
para juzgar, a fin de que todos honren al Hijo así como honran al Padre‖ (Juan 5:22, 23).
Entonces, ¿qué es esto? ¿Quién tiene la autoridad, el Padre o el Hijo? ¿Quién tiene el poder
para resucitar a los muertos, el Padre o el Hijo? La cadena de mando y el sistema jerárquico
se nublan, y así debe ser. Porque una relación de amor no consiste en saber quién está al
mando o quién tiene la última palabra sino en complacer al otro.
Este concepto de jefatura o liderazgo se hace aún más confuso cuando le añadimos la idea
de una cadena de mando. ¿Quién tomó la decisión para que Jesús fuera a la cruz? Está claro
que ―de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito‖ (Juan 3:16, VMH).
El Padre estaba en autoridad, ¿no es así? Esto parece correcto porque en su humanidad Jesús
en realidad no quería sufrir en la cruz, pero le dijo a su Padre, ―quiero que se haga tu
voluntad, no la mía‖ (Mat. 26:39). Sin embargo, Jesús dijo, ―Yo pongo mi vida, para
volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para
ponerla, y tengo poder para volverla a tomar‖ (Juan. 10:18, VMH). Jesús claramente parece
estar al mando. Si no hubiera estado dispuesto a ir a la cruz, pudo haber llamado a más de
10000 ángeles para que lo rescataran (ver Mat. 26:53).
Al estudiar la relación entre el Padre y el Hijo, vemos que el Padre se complace en darle
todo al Hijo porque ama a su Hijo. El Hijo, a su vez se agrada en darle todo al Padre, porque
ama a su Padre. Evidentemente esta no es una relación en la que el poder y la autoridad se
dejen sentir sobre el otro. No es una cadena de mando jerárquica. Es el circulo que traza una
relación que busca lo mejor para el amado porque entre ambos existe un amor profundo y
perdurable que los une. Esta es la imagen de la relación que Dios desea que se refleje en el
matrimonio. Todo lo que Cristo significa para Dios, así debe ser el esposo para la esposa.
Cada uno sirviendo al otro con Cristo como cabeza de su matrimonio, lo que da como
resultado una íntima unidad.
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Pasaje:
El hombre deshonra a su cabeza si se cubre la cabeza mientras ora o profetiza. En cambio, la
mujer deshonra a su cabeza si ora o profetiza sin cubrirse la cabeza, porque es como si se la
rapara. Efectivamente, si ella se niega a ponerse algo para cubrirse la cabeza, ¡debería
cortarse todo el cabello! Ya que es vergonzoso que la mujer se corte el cabello o se rape la
cabeza, debería cubrírsela con algo (1 Cor. 11:4 – 6).
Dificultad: ¿Deberían las cristianas hoy en día cubrirse la cabeza cuando oran o se reúnen en
un servicio religioso?
Explicación: Al paso de los años, muchos eruditos han ofrecido, diferentes opiniones e
interpretaciones de este pasaje. Algunos citan que Pablo mandó que las mujeres se taparan la
cabeza con algún tipo de cubierta material. Numerosas iglesias hoy en día siguen esta
interpretación y las mujeres se cubren en público con un velo en todo momento. Otros
sostienen que lo que le preocupaba Pablo eran los peinados. Afirman específicamente que el
Apóstol se oponía a que las mujeres llevaran el cabello suelto cayendo por la espalda En
cambio, quería que las mujeres siguieran la costumbre de recogerse el cabello. Para otros,
esta interpretación significa que la cubierta de la mujer es el cabello largo arreglado
cuidadosamente sobre la cabeza.
La mayoría de los estudiosos de hoy ven en este pasaje un requerimiento cultural más que
un mandato universal. Lo perciben como una cuestión del siglo I, de cómo Pablo trataba con
los asuntos referidos a la autoridad, y ven en la cabeza cubierta de la mujer un símbolo de
respeto a la autoridad. Pablo expresa sus razones en los versículos 10 y 12: ―La mujer
debería cubrirse la cabeza para mostrar que está bajo autoridad. Sin embargo, entre el pueblo
del Señor, las mujeres no son independientes de los hombres, y los hombres no son
independientes de las mujeres. Pues, aunque la primera mujer provino de un hombre, todos
los demás hombres nacieron de una mujer, y todo proviene de Dios‖ (1 Cor. 11:10 – 12).
Así que muchos creen que la cuestión para nosotros hoy en día no es tanto un objeto que
cubra la cabeza de la mujer sino una actitud del corazón humilde, sumisa y dispuesta al
servicio mutuo. Algunos sostienen que la cabeza cubierta de la mujer es un símbolo
necesario que refleja un corazón de siervo. Otros opinan que la cobertura es simbólica y aún
hay quien afirma que la actitud del corazón es todo lo que se necesita. Al parecer, el objetivo
central del mensaje de Pablo es que cuando se reúnen hombres y mujeres para orar, enseñar
o adorar, necesitan ser conscientes de que todos deben servir con humildad a Dios y a los
demás.
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Pasaje:
¿No les enseña el mismo orden natural de las cosas que es una vergüenza para el hombre
dejarse crecer el cabello, mientras que es una gloria para la mujer llevar cabello largo? Es
que a ella se le ha dado su cabellera como velo (1 Cor. 11:14, 15, NVI).
Dificultad: ¿Estipula la Biblia el largo de nuestra cabellera?
Explicación: Este pasaje continúa el discurso de Pablo sobre la cabeza cubierta de las
mujeres cuando oran o profetizan. Declara que el cabello largo de una mujer es su cobertura
(ver Explicación a 11:4 – 6).
En la epístola a los Romanos, Pablo señala que ―por naturaleza‖ sabemos si ciertas cosas
son buenas o malas (ver Rom. 2:12 – 15). Dios hace que conozcamos ciertas cosas mediante
el instinto. Pablo parece decir aquí que el cabello más corto para los hombres y más largo
para las mujeres es algo que conocemos instintivamente o por naturaleza de las cosas.
En las leyes levíticas dadas a Israel se indica: ―Una mujer no debe vestirse con ropa de
hombre, y un hombre no debe vestirse con ropa mujer. Cualquiera que hace algo así es
detestable a los ojos del SEÑOR tu Dios‖ (Deut. 2:12 – 15). Esta restricción impuesta a
Israel, al igual que la restricción de Pablo con respecto a la longitud del cabello en hombres y
mujeres, manifiesta el deseo de Dios de que se mantenga una distinción entre los sexos. En
otras palabras, el hombre debe ser masculino y la mujer femenina. Esto desempeña el papel
importante en la cultura. El punto del Apóstol aquí parece ser la distinción de los sexos.
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Pasaje y Dificultad: 1 Corintios 12:7. ¿Significa esto que cada cristiano tiene por lo menos
un don espiritual que debe manifestar?
Explicación: Ver Romanos 12:4 – 6.
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Pasaje:
Yo desearía que todos pudieran hablar en lenguas, pero más aún me gustaría que todos
pudieran profetizar (1 Cor. 14:5).
Dificultad: ¿Deben todos los cristianos hablar en lenguas (idiomas desconocidos)?
Explicación: No hay consenso entre los evangélicos sobre el don de hablar en lenguas.
El libro de los Hechos reporta que cuando el Espíritu Santo vino sobre los seguidores de
Cristo el día de Pentecostés ―comenzaron a hablar en otros idiomas, conforme el Espíritu
Santo les daba esa capacidad‖. Los que vieron aquello reaccionaron. ―‗Cómo puede ser?‘
exclamaban. Todas estas personas son de Galilea, ¡y aun así las oímos hablar en nuestra
lengua materna!‘‖(Hech. 2:4, 7, 8).
Pentecostés era una fiesta que atraía a judíos de todas las naciones. Obviamente, hablaban
otras lenguas aparte del griego o el arameo. El Espíritu Santo capacitó a estos cristianos
galileos para que hablaran en idiomas que les eran extraños. Muchos cristianos hoy en día
creen que el hablar en lenguas (un idioma desconocido para la persona que lo habla) es una
prueba de que han recibido el Espíritu Santo. Citan la instrucción de Jesús como un respaldo
importante: ―Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos... Estas señales
milagrosas acompañarán a los que creen: expulsarán demonios en mi nombre y hablarán
nuevos idiomas‖ (Mar. 16:15, 17).
Otros señalan que la capacidad que el Espíritu Santo dio a los cristianos del siglo I para
que hablaran en idiomas que desconocían fue necesaria para que realizaran su tarea
evangelizadora. Pero sostienen que este período o esta dispensación de dones milagrosos
como el de hablar en un idioma (lengua) desconocido ha terminado.
En 1 Corintios 14 Pablo enseña que cuando alguien habla en lenguas en una reunión, debe
estar presente alguien que las interprete (versículo 13). Destaca la importancia de que todos
entiendan el mensaje de Dios. ―En una reunión de la iglesia, para ayudar a otros preferiría
hablar cinco palabras comprensibles que diez mil palabras en un idioma desconocido‖ (1
Cor. 14:19).
El principal objetivo de Pablo en 1 Corintios 14 es que en la adoración pública ―uno de
ustedes cantará, otro enseñará, otro contará alguna revelación especial que Dios le haya
dado, otro hablará en lenguas y otro interpretará lo que se dice; pero cada cosa que se haga
debe fortalecer a cada uno de ustedes‖ (1 Cor. 14:26). La mayoría de los cristianos está de
acuerdo en que un servicio de adoración pública en el siglo XXI debe centrarse también en
que todos los presentes sean ministrados.
Sin embargo, todavía hay desacuerdo en cuanto a la idea del don de lenguas. Hay muchos
que interpretan la amonestación de Pablo en 1 Corintios 14 sobre las lenguas como una
referencia a alguien que cuando habla en una lengua desconocida no se dirige a nadie sino
solo a Dios. Y que de manera sobrenatural le da a otro el don de interpretar el significado de
la lengua desconocida. Es así que Pablo hace hincapié en que un intérprete esté presente para
―fortalecer a cada uno de ustedes‖. Numerosos grupos cristianos enseñan que el don de
lenguas es un ―lenguaje celestial‖ especial que Dios entiende y que a esto se refería Pablo
cuando dijo: ―Si oro en lengua, mi espíritu ora, pero yo no entiendo lo que digo‖ (1 Cor.
14:14) y ―sí no hay nadie presente que pueda interpretar, ellos deberían guardar silencio en la
reunión de la iglesia y hablar en lenguas a Dios en forma privada‖ (1 Cor. 14:28).
Se ha escrito mucho sobre el tema de ―hablar en lenguas‖ en las últimas décadas y es
evidente que no hay consenso. Sería conveniente que los cristianos leyeran sobre el tema y
estudiaran las Escrituras siguiendo un sólido proceso interpretativo. (Vea ―Cómo utilizar este
Manual‖ en la sección de cómo interpretar eficazmente las Escrituras).
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Pasaje:
Las mujeres deben guardar silencio durante las reuniones de la iglesia. No es apropiado que
hablen. Deben ser sumisas, tal como dice la ley. Si tienen preguntas, que le pregunten a su
marido en casa, porque no es apropiado que las mujeres hablen en las reuniones de la iglesia
(1 Cor. 14:34, 35).
Dificultad: ¿Se les prohíbe a las mujeres de hoy que hagan preguntas verbalmente y reciban
respuestas en las reuniones de la iglesia?
Explicación: Hay quienes sostienen que la prohibición que Pablo impuso a las mujeres de
hablar en la iglesia es universal y se aplica en la actualidad. Su argumento es que las mujeres
tienen que respetar la autoridad de los hombres como portavoces de la verdad de parte de
Dios y deben permanecer calladas en la iglesia.
Sin embargo, parece que Pablo afronta un problema específico en la iglesia de Corinto,
que era exclusivamente suyo, con aplicación para todos nosotros. El pasaje, entonces, debe
interpretarse a la luz de su contexto cultural (vea ―Cómo usar este Manual‖ con respecto a la
interpretación de las Escrituras).
Algunos cuentan que históricamente las mujeres recién convertidas en la iglesia primitiva
tenían hambre de saber más sobre su fe y hacían preguntas en las reuniones formales. Otros
señalan que se trataba de mujeres con poca educación que hacían preguntas irrelevantes.
Aparte de qué era lo que movía a aquellas mujeres corintias a hablar, el resultado eran
interrupciones y caos. En respuesta, Pablo las amonestó para que se mantuvieran tranquilas y
preguntaran a sus esposos en casa. Pablo precede su amonestación con estas palabras: ―Dios
no es Dios de desorden sino de paz, como en todas las reuniones del pueblo santo de Dios‖
(1 Cor. 14:33).
La admonición para que las mujeres se mantuvieran en silencio en la congregación
corintia no es para todas las mujeres de todas las edades y en todas las iglesias. Sino más
bien se trataba de un problema particular de la iglesia de Corinto del primer siglo que había
que atender.
Por consiguiente, ¿cuál es la verdad universal de este pasaje que es relevante para nosotros
hoy? Dios quiere que el mensaje de la verdad sea escuchado y comprendido en la asamblea
de los creyentes. Pablo resume este principio universal en los últimos dos versículos del
capítulo 14:
Mis amados hermanos, con todo corazón deseen profetizar y no prohíban que se hable
en lenguas; pero asegúrense de que todo se haga de forma apropiada y con orden (1
Cor. 14:39, 40).
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Pasaje:
Si Cristo no ha resucitado, entonces la fe de ustedes es inútil, y todavía son culpables de sus
pecados. En ese caso, ¡todos los que murieron creyendo en Cristo están perdidos! (1 Cor.
15:17, 18).
Dificultad: ¿Por qué indica este pasaje que nuestra fe es inútil sin el elemento adicional de la
resurrección de Cristo?
Explicación: Algunas personas dicen que la muerte de Jesús provee salvación para cada uno
de nosotros que creemos en Él, por lo que su muerte es fundamental para la fe cristiana. Pero
la Biblia enseña que la resurrección es igualmente esencial para el cristianismo.
La resurrección de Jesucristo y el cristianismo permanecen o caen juntos. Uno no puede
ser verdad sin el otro. Creer en la verdad del cristianismo no es fe en la fe —la nuestra o la
de alguien más— sino fe en el Cristo resucitado de la historia. Sin la resurrección histórica
de Jesús el cristianismo es un mero placebo. Por esto el apóstol Pablo dijo: ―Si Cristo no ha
resucitado, entonces la fe de ustedes es inútil‖ (1 Cor. 15:17). La adoración, la comunión, el
estudio bíblico, la vida cristiana y la iglesia misma son ejercicios inútiles y vacíos si Jesús no
resucitó literal y físicamente de entre los muertos. Sin la resurrección bien podríamos
olvidarnos de Dios, de la iglesia y de seguir reglas morales; ―¡comamos y bebamos, que
mañana moriremos!‖ (1 Cor. 15:32).
Por otra parte, si Cristo ha resucitado entonces está vivo en este mismo momento y
podemos conocerlo personalmente. Todo el capítulo 15 de 1 Corintios nos da la seguridad de
que nuestros pecados fueron perdonados (v. 3) y que Cristo ha destruido el poder de la
muerte (v. 54). Además, nos prometió que también resucitaremos algún día (v. 22). Podemos
confiar en que Él es el soberano del mundo (v. 27), y nos dará la victoria final (v. 57), así
como un proyecto de vida (v. 58).
La resurrección de Cristo es, por consiguiente, fundamental para el cristianismo. El
teólogo contemporáneo J. I. Packer lo dice de esta manera:
El evento de la Pascua... demostró la Deidad de Jesús; validó su enseñanza, atestiguó
la perfección de su obra expiatoria por el pecado; confirma su dominio cósmico
presente y su próxima reaparición como Juez, nos asegura que su perdón personal,
presencia y poder en la vida de las personas hoy en día es una realidad; y garantiza la
posesión de un nuevo cuerpo en la resurrección en el mundo venidero1.
Dios es capaz de resucitarnos a la vida en Él gracias a la resurrección de Jesús. El poder de
su resurrección no solo superó su propia muerte sino que un día derrotará a Satanás
arrebatándole el dominio que tiene de la muerte de todos nosotros.
Cristo tiene que reinar hasta que humille a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el
último enemigo que será destruido es la muerte... Entonces, cuando todas las cosas
estén bajo su autoridad, el Hijo se pondrá a sí mismo bajo la autoridad de Dios, para
que Dios, quien le dio a su Hijo la autoridad sobre todas las cosas, sea completamente
supremo sobre todas las cosas en todas partes (1 Cor. 15:25, 26, 28).
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Pasaje:
Si los muertos no serán resucitados, ¿para qué se bautiza la gente por los que están muertos?
¿Para qué hacerlo a menos que los muertos resuciten algún día? (1 Cor. 15:29).
Dificultad: ¿Acaso este pasaje enseña, como afirman los Santos de los Últimos Días
(Mormones), que el bautismo es necesario para la salvación, y que si alguien muere antes de
ser bautizado se puede bautizar a un pariente en representación de él?
Explicación: Al parecer, algunos cristianos del siglo I se bautizaban ya fuera por los
creyentes que habían muerto antes de ser bautizados o bien por los no creyentes muertos que
estos cristianos querían que se salvaran. La idea era que un creyente vivo podía ser bautizado
en el lugar de otra persona que ya había muerto, como su sustituto.
Este es el único lugar en la Biblia que se refiere a esta práctica. Y Pablo ni lo condona ni
lo condena. Lo utiliza pata plantear su posición: Si Cristo no resucitó, ¡ninguno de nosotros
resucitará para vida eterna!
Es un error basar una posición doctrinal en un pasaje solo y aislado de la Biblia. Sin otros
pasajes que ayuden a aclarar a este en particular es arriesgado interpretarlo en el sentido de
que una persona puede ser bautizada en el lugar de otra. De hecho, otros pasajes dejan en
claro que somos salvos por gracia mediante la fe en Cristo (ver Rom. 4:4, 5; Efe. 2:8, 9; Tito
3:4-7). Interpretar 1 Corintios 15:29 de tal manera que alguien haga una obra (bautizarse) por
una persona fallecida estaría en contradicción con la norma de la Biblia que nos enseña cómo
somos justificados ante Dios.
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Pasaje:
Al que no conoció pecado, por nosotros Dios le hizo pecado, para que nosotros fuéramos
hechos justicia de Dios en él (2 Cor. 5:21, VMH).
Dificultad: ¿Cómo pudo Jesús ser hecho pecado cuando se afirma que fue sin pecado?
Explicación: Es cierto que la Biblia declara que Jesús ―fue tentado en todo igual que
nosotros, pero sin pecado‖ (Heb. 4:15, VMH). De manera que ¿cómo es que Dios lo hizo
pecado?
Jesús realmente fue sin pecado y, no obstante, Dios lo hizo pecado por nosotros de una
manera judicial o sustitutiva. En otras palabras, la muerte de Jesús sustituyó nuestra muerte.
La Biblia asevera que a pesar de que ―la paga del pecado es muerte‖ (Rom. 6:23), ―Dios
pagó un rescate [tu pago]... Y el rescate que Él pagó no consistió simplemente en oro o plata
sino que fue la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni
mancha‖ (1 Ped. 1:18, 19). La muerte de Jesús en la cruz expió nuestros pecados; Él fue
nuestro sacrificio por el pecado. Una traducción más clara de 2 Corintios 5:21 es esta: ―Dios
hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado para que nosotros
pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo‖.
Algunos estudiosos afirman que la muerte de Jesús como ―el Cordero de Dios sin mancha‖
satisface las demandas de la santidad y la justicia de Dios. Su santidad es satisfecha porque
Jesús fue sin pecado, un sacrificio perfecto sin pecado. Su justicia es satisfecha porque la
muerte de Cristo pagó nuestra ―paga del pecado‖, que es la muerte. Hay varios puntos de
vista sobre la doctrina de la expiación; entre los protestantes y las iglesias evangélicas la más
aceptada es la expiación vicaria. Es decir, la justicia perfecta de Dios exige que la penalidad
por el pecado se pague, y Cristo intervino y la pagó. Otros ven su sacrificio más como un
rescate. Es decir, cuando pecamos nos convertimos en esclavos del diablo. Cristo nos rescató
diciendo: ―Tómame en su lugar‖, y Satanás aprovechó la oferta. Desde una perspectiva
bíblica, ambos conceptos son ciertos.
Si bien hay un cierto desacuerdo sobre la distinción de si Cristo ―sufrió por nosotros‖ o si
fue ―castigado en nuestro lugar‖, hay un acuerdo común en que fuimos redimidos mediante
la muerte de Jesús: nuestros pecados fueron perdonados, hemos resucitado a una nueva vida
y fuimos reconciliados con Dios.
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Pasaje y Dificultad: 2 Corintios 11:2. Si no es correcto tener celos, ¿por qué Pablo afirma
que está celoso?
Explicación: Ver Éxodo 34:14.
Versículos difíciles del
libro de
Gálatas
Pasaje y Dificultad: Gálatas 1:15, 16. ¿Enseña Pablo en este pasaje la reencarnación?
Explicación: Ver Jeremías 1:5.
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Pasaje:
Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo (Gál. 6:2).
Dificultad: ¿Hasta qué punto los cristianos deben asumir las cargas y los problemas de los
demás?
Explicación: Un amigo cristiano viene a usted y le explica que sus cinco tarjetas de crédito
están al tope. Le cuenta que gastó de más en unas vacaciones y en regalos de Navidad para
su familia. Quiere saber si lo podría ayudar a llevar su carga financiera. Le explica que $300
dólares al mes durante un año sería de gran ayuda. Según Gálatas 6:2, ¿no piensa usted que
debería ayudarlo? Es cierto que es la responsabilidad financiera de su amigo pero, ¿hace la
―ley de Cristo‖ que la responsabilidad financiera de su amigo sea también de usted?
La Biblia no enseña que llevar la carga de otra persona significa asumir la plena
responsabilidad de su daño o problema. Más bien, significa venir a su lado y ayudarla con
gentileza a levantar el peso. Llevar las cargas de los demás no significa asumir la
responsabilidad de sus problemas sino ser responsable para con los demás: consolarlos,
animarlos y apoyarlos en su dolor o sus dificultades.
Gálatas 6:2 nos señala que debemos llevar las cargas de los otros, pero el contexto nos da
una idea de la interpretación correcta del versículo 2. Un poco más adelante, Pablo indica:
―Que cada uno cargue con su propia responsabilidad‖ (Gál. 6:5, NVI). El significado de
estos versículos se conjunta cuando consideramos que hay una importante distinción entre
una ―carga‖ y una ―responsabilidad‖. La palabra griega para carga es baros, la cual denota
un gran peso. Jesús utilizó este término para describir el trabajo arduo de los obreros en la
viña que han ―soportado el peso [baros] y el calor del día‖ (Mat. 20:12, VMH). Esta era una
carga pesada y difícil de llevar.
Todos experimentamos situaciones que pesan demasiado sobre nosotros, y Dios se agrada
de que otros experimenten Gálatas 6:2 con nosotros al venir en nuestra ayuda y nos apoyen
en nuestra dificultad. Considere la imagen de un hombre que lleva una pesada viga sobre sus
hombros. Ahora, visualice a dos amigos que se le acercan, ponen sus hombros a cada lado de
la viga y lo ayudan a llevarla. Este es el cuadro aquí. Cuando estamos agobiados por una
lesión, una enfermedad, la pérdida de un trabajo o de un ser querido, necesitamos consuelo y
apoyo; nos hace falta quien nos ayude a levantar nuestra pesada carga.
En el versículo 5 Pablo utiliza una palabra diferente para carga o peso. El Apóstol dice:
―Que cada uno cargue con su propia responsabilidad‖ (Gál. 6:5, NVI). Esta palabra es
fortíon, la cual se refiere a algo de poco peso, como la mochila en que un soldado romano
llevaba sus artículos de viaje. Una traducción más idiomática de este versículo nos la ofrece
la Traducción en Lenguaje Actual: ―Cada uno es responsable ante Dios de su propia conducta‖ (Gál. 6:5). En otras palabras, esta carga es tu tarea y llevarla es tu sola
responsabilidad. Esta es la idea que Pablo transmite cuando señala que, ―cada uno de
nosotros tendrá que responder por sí mismo ante Dios‖ (Rom. 14:12).
Todos tenemos responsabilidades personales y, cuando fallamos en cumplirlas por falta de
juicio, decisiones equivocadas o una mala actitud, debemos afrontar las consecuencias.
Intervenir y eliminar las consecuencias naturales y correctivas de la conducta irresponsable
de la gente puede robarles lecciones valiosas que pueden ser cruciales para su continuo
crecimiento y madurez.
Experimentar Gálatas 6:2 con los demás no significa ser responsable de sus compromisos;
por ejemplo, cuando las facturas se acumulan de manera irresponsable. Significa ser
responsable para con sus personas; es decir, estar con ellos para animarlos y apoyarlos. Eso
puede incluir ayuda financiera, pero todo cuanto hagamos para ayudarlos a levantar sus
cargas no debe interferir con el que una persona enfrente sus propias responsabilidades.
Versículos difíciles del
libro de
Efesios
Pasaje:
El plan de Dios consiste en lo siguiente: tanto los judíos como los gentiles que creen la
Buena Noticia gozan por igual de las riquezas heredadas por los hijos de Dios. Ambos
pueblos forman parte del mismo cuerpo y ambos disfrutan de la promesa de las bendiciones
porque pertenecen a Cristo Jesús (Efe. 3:6).
Dificultad: Ya que los gentiles reciben la herencia de Dios, ¿significa esto que los cristianos
pueden reclamar todas las promesas hechas a los hijos de Israel?
Explicación: Las ―riquezas heredadas por los hijos de Dios‖ incluyen un nuevo cuerpo
resucitado que vivirá para siempre, un nuevo cielo y una nueva tierra, un lugar de eterna paz
donde no hay más pecado, dolor o sufrimiento, un hogar donde Dios habita, y otras cosas
maravillosas (ver Mat. 25:31-34; Rom. 8; 1 Cor. 15; Apoc. 21). Todos los que han sido
redimidos por Dios y transformados en virtud de su relación con el tienen parte en esta rica
herencia. Sin embargo, hay promesas dadas a los hijos de Israel que son específicas para esa
familia.
Dios le hizo una promesa a Abraham (un pacto) que incluye el surgimiento de una nación.
Por medio de los descendientes de Abraham Dios enviaría al Salvador, el Redentor del
mundo. El Antiguo Testamento es la historia de la relación fiel y amorosa de Dios con su
pueblo, los hijos de Israel. Es comprensible que ciertas promesas, condiciones e
instrucciones dadas a Israel no se aplican a todos. Dios hizo un ―pacto eterno‖ con Abraham
y le prometió a él y a sus descendientes una tierra (ver Gen. 17:2-8), que conquistaría a sus
enemigos y que mediante su familia ―serán benditas todas las naciones de la tierra‖ (ver Gén.
22:16-18); y predijo que serían esparcidos pero que regresarían a su tierra (ver Eze. 47:1323; Ose. 14:4-7; Amós 8:11-15; Abd. 19-21 y Sof. 3:18-20). Así pues, estas promesas
tangibles parece que le pertenecen específicamente a Israel y pueden considerarse una
herencia.
Sin embargo, algunos creen que, una vez que Jesús cumplió la promesa del Mesías, su
cuerpo (la iglesia) heredaría igualmente las promesas hechas a Israel. En otras palabras,
todos los cristianos ahora pueden reclamar espiritualmente las promesas que fueron hechas a
Abraham. Si bien existen diferencias de opinión en cuanto a hasta qué punto los cristianos
pueden reclamar esas promesas, las Escrituras dejan en claro que todo hijo de Dios ha nacido
espiritualmente en su familia y tiene parte en la herencia de la vida eterna, y en el nuevo
cielo y la nueva tierra.
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Pasaje y Dificultad: Efesios 5:3. ¿Por qué la Biblia es tan negativa respecto al sexo?
Explicación: Ver 1 Tesalonicenses 4:3.
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Pasaje:
Sométanse unos a otros por reverencia a Cristo. Para las esposas, eso significa: sométase
cada una a su marido como al Señor, porque el marido es la cabeza de su esposa como Cristo
es cabeza de la iglesia. Él es el Salvador de su cuerpo, que es la iglesia (Efe. 5:21-23).
Dificultad: ¿Que significa que el esposo es la cabeza o la autoridad de su esposa?
Explicación: Algunas personas han utilizado este versículo para aseverar que la Biblia
enseña que el esposo debe ser el ―gerente general de su casa‖, ―el gobernador de la casa‖ y
―el rey de su castillo‖. Sugieren que el hombre es el líder y la mujer la seguidora, el esposo
es el jefe y la esposa es la empleada o, tal vez, la secretaria ejecutiva.
Una mala interpretación de la idea bíblica de ―cabeza‖ o ―autoridad‖ ha creado un
concepto distorsionado en muchos hombres en cuanto a cómo deben relacionarse con sus
esposas. ¿Ha establecido Dios que el marido enseñe, dirija y guíe a su esposa? ¿Tiene la
mujer voz y voto en el funcionamiento de su hogar? Según Efesios 5, ¿a qué se debe parecer
la estructura jerárquica de un matrimonio?
El error que muchas personas cometen al interpretar Efesios 5 o cualquier otro pasaje es
ignorar el contexto del que forman parte. En el contexto de este pasaje Pablo nos explica
cómo el pueblo de Dios debe alabar a su Señor por su gracia admirable (Efe. 2:8, 9), la forma
en que nos ha unido como uno en su cuerpo, la iglesia (Efe. 2 y 3), cómo vestirnos del
―nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Dios en justicia y santidad de verdad‖
(Efe. 4:24) y cómo debemos ser ―imitadores de Dios‖ en todo lo que hagamos (Efe. 5:1)
viviendo en el poder de su Espíritu (Efe. 5:15-20). Pablo no está tratando de darnos ideas de
una estructura jerárquica de autoridad sino más bien sobre nuestras relaciones con los demás.
Nos dice que debemos empezar a actuar a semejanza de Dios, ser uno en nuestra relación e
imitar a Dios en todas nuestras acciones. Luego añade: ―sométanse unos a otros por
reverencia a Cristo‖ (Efe. 5:21). Esta admonición es para que todos nosotros nos sometamos
unos a otros, no solo que un cierto grupo de gente se someta a los que están en autoridad.
Pablo da a entender que someterse es, por alguna razón, la clave para desarrollar una relación
sana.
A continuación el Apóstol señala que las esposas deben someterse a sus esposos, ―porque
el esposo es cabeza [autoridad] de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia‖ (Efe.
5:23). Al principio esto puede no parecer muy relacional. Este pasaje parece decir que las
esposas deben someterse a la figura de autoridad de su esposo, y eso no proyecta la imagen
de una cálida e íntima relación entre esposo y esposa. Para la mayoría de nosotros la
sumisión no es vista como parte de nuestro ―lenguaje de amor‖. Y los esposos erigiéndose a
sí mismos como la autoridad probablemente no son atractivos a sus esposas. Entonces,
¿cómo debe interpretarse este pasaje a la luz de una relación de unidad que tiene a Dios
como su modelo?
Podemos tener una idea de la dimensión relacional de la autoridad cuando vemos cómo
Cristo se conduce como cabeza de la iglesia. Pero la idea de Jesús de estar en autoridad y el
empleo de esa posición de liderazgo es muy diferente de lo que por lo común la mayoría ha
pensado y enseñado. Leamos el resumen que hace Jesús de lo que es el verdadero liderazgo:
En este mundo, los reyes y los grandes hombres tratan a su pueblo con prepotencia; sin
embargo, son llamados ―amigos del pueblo‖. Pero entre ustedes será diferente. El más
importante de ustedes deberá tomar el puesto más bajo, y el líder debe ser como un
sirviente. ¿Quién es más importante: el que se sienta a la mesa o el que la sirve? El que
se sienta a la mesa, por supuesto. ¡Pero en este caso no!, pues yo estoy entre ustedes
como uno que sirve (Luc. 22:24-27).
Jesús adoptó un concepto de autoridad y liderazgo totalmente nuevo. El concepto del
mundo en general es que la gente está al servicio de los líderes y las autoridades. Pero la
cosmovisión de Jesús es que los líderes deben servir. Jesús comunicó este concepto
revolucionario de cómo liderar durante la cena de la Pascua, justo antes de que diera su vida
por la iglesia. Juan relata cómo Jesús se levantó de la mesa y comenzó a lavar los pies de los
discípulos, al igual que lo haría un sirviente. Cuando terminó, les dijo: ―¿Entienden lo que
acabo de hacer? Ustedes me llaman ―Maestro‖ y ―Señor‖ y tienen razón, porque es lo que
soy. Y, dado que yo, su Señor y Maestro, les he lavado los pies, ustedes deben lavarse los
pies unos a otros. Les di mi ejemplo para que lo sigan. Hagan lo mismo que yo he hecho con
ustedes‖ (Juan 13:12-15).
Entonces, ¿cómo debe ejercer un esposo su autoridad o dirección? Poniendo en práctica la
cosmovisión de Jesús sobre el liderazgo: sirviendo a las necesidades de su esposa. Este
concepto de liderazgo como lo describe Jesús es quizás difícil de comprender para muchos
esposos. Pone de cabeza la idea común del liderazgo, por así decirlo. ¿Cómo es posible
dirigir de manera eficaz cuando uno sirve? ¿Cómo se puede estar al mando cuando se asume
el ―rango más bajo‖? Este concepto es confuso si intentas implementarlo como una
estructura jerárquica para el matrimonio. Pero realmente tiene sentido cuando lo ves a la luz
del desarrollo de una relación íntima con tu esposa.
Pablo continúa y afirma en Efesios 5: ―Como dicen las Escrituras: ‗El hombre deja a su
padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo‘‖ (Efe. 5:31). El
apóstol cita Génesis 2:24 que define uno de los propósitos principales del matrimonio: la
unidad o un factor de intimidad. Pablo concluye señalando: ―Eso es un gran misterio, pero
ilustra la manera en que Cristo y la iglesia son uno. Por eso les repito: cada hombre debe
amar a su esposa como se ama a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido‖ (Efe. 5:32,
33).
Jesús quiere que el esposo y la esposa experimenten la unidad y la intimidad de la manera
en que Cristo y su pueblo (la iglesia) las experimentan. Jesús logra su objetivo al servir a las
necesidades de su iglesia. Un esposo puede logarlo también al ser un siervo líder y satisfacer
las necesidades de su esposa.
Cuando las parejas llegan a entender bien cómo Jesús ejerce su liderazgo de servicio con
el propósito de expresar su amor y experimentar la unidad, son más aptas para experimentar
la unidad que Dios se propuso para el matrimonio. Esto, entonces ―ilustra la manera en que
Cristo y la iglesia son uno‖ (Efe. 5:32).
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Pasaje:
De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que
ama a su esposa, a sí mismo se ama (Efe. 5:28, VMH).
Dificultad: ¿Cómo es esta clase de amor que no busca el interés propio ni es egoísta?
Explicación: Pablo amonesta a los esposos: ―Ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó
a la iglesia. Él entregó su vida por ella‖ (Efe. 5:25). Por eso el versículo 28 comienza con:
―De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas‖ (Efe. 5:28, VMH). Los esposos
deben duplicar ese amor sacrificado que no es egoísta.
Pero a primera vista parece extraño decir que cuando amas a Cristo en realidad es como si
te amaras a ti mismo. Jesús abogó por este tipo de amor cuando dijo: ―Amarás a tu prójimo
como a ti mismo‖ (Mat. 22:39). (Ver la Explicación completa a Mat. 27:37 – 39).
Pero esto está lejos de ser un amor egoísta. Es un amor que vela por los intereses del otro,
así como se vela por el interés de nuestro propio cuerpo. Pablo lo expresó así: ―Nadie odia su
propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida‖ (Efe. 5:29). En otras palabras, esta clase de
amor hace de la seguridad, la felicidad y el bienestar de la otra persona algo tan importante
como si se tratara de ti mismo.
Sustentar y cuidar son términos clave para entender cómo el esposo hace de la seguridad,
la felicidad y el bienestar de su esposa algo tan importante como si se tratara de él. Así como
todos estamos interesados y activos para que se satisfagan nuestras necesidades físicas,
emocionales y espirituales, asimismo debemos estar interesados y activos para que se
satisfagan las necesidades, no solo de nuestra esposa como señala Pablo, sino de todos como
Jesús ordena en otros pasajes (ver Mat. 27:37 – 39).
La versión de la Biblia en ingles del rey Jaime (The King James Versión) emplea dos
palabras hermosas y descriptivas en este versículo: nourish (nutrir) y cherish (tratar con
ternura). Así como tenemos cuidado de nutrir y tratar con ternura nuestro cuerpo, así
debemos hacer con los demás en el amor.
Nutrir significa llevar a la madurez. Describe el crecimiento del joven Jesús en Nazaret.
Como lo describe Lucas: ―Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y
los hombres‖ (Luc. 2:52, VMH). Nutrir quiere decir cuidar y contribuir para el desarrollo
integral de la persona: relacional, física, espiritual y socialmente. El amor es un proveedor.
Requiere que contribuyamos para la seguridad, la felicidad y el bienestar de los demás con el
fin de llevarlos a la madurez, al igual que contribuimos para nuestra propia seguridad,
felicidad y nuestro bienestar.
Tratar con ternura significa proteger de los elementos. Imagina un nido de aguiluchos
nacidos sobre un alto peñasco de la montaña, expuestos al cielo. Una rugiente tormenta se
aproxima en el horizonte, la madre águila se abalanza sobre el nido y extiende sus alas sobre
sus pequeños para protegerlos de la lluvia y el viento que se arremolina. Esta es una imagen
de lo que significa tratar con ternura.
En Efesios 5:29 se nos dice que es natural que nos tratemos con ternura; es decir, que nos
protejamos de cualquier cosa que ponga en peligro nuestro bienestar físico, mental, espiritual
y social. Nos ponemos el cinturón de seguridad y conducimos con cuidado en la carretera
para evitar lesiones físicas o la muerte. Controlamos el consumo de grasas y calorías para
mantener sano nuestro cuerpo. Aprendemos a alejarnos de toda tentación que comprometa
nuestra obediencia a Cristo. Nos alejamos de las personas que son una mala influencia para
nuestra creencia o conducta. En resumen, por lo general nos protegemos de todo lo que
afecta negativamente nuestra vida. El amor es un protector, así como un proveedor.
Que un esposo ame a su esposa como se ama a sí mismo significa que él hace todo cuanto
puede para contribuir (nutrir) a la seguridad, la felicidad y el bienestar de su esposa
relacional, física, espiritual y socialmente, así como el proveería para sí mismo. Y debe
proteger (tratar con ternura) a su esposa de cualquier cosa que pudiera desviarla y
obstaculizar su madurez, así como él se protegería a sí mismo.
Como señalamos anteriormente, esta es la misma dase de amor que Jesús describe en el
gran mandamiento de Mateo 27. Todos deben amar a su prójimo como a sí mismo. Es
interesante señalar que una esposa debe amar a su prójimo más cercano, que es su esposo,
con un amor que también provee y protege. Cuando dos personas casadas comprometidas se
aman de esta manera, se crea el vínculo de intimidad y unidad que Dios se propuso. Jesús
señaló: ‗―Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa,
y los dos se convierten en uno solo‘. Como ya no son dos sino uno, que nadie separe lo que
Dios ha unido‖ (Mat. 19:5,6).
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Pasaje y Dificultad: Efesios 6:5. ¿Excusa la Biblia, o al menos permite, la propiedad de
esclavos?
Explicación: Ver Levítico 25:44, 45 y Filemón 15, 16.
Versículos difíciles del
libro de
Filipenses
Pasaje:
Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto
también os lo revelará Dios (Fil. 3:15, RVR-1960).
Dificultad: ¿Se supone que todos los cristianos deben ser perfectos?
Explicación: Algunos cristianos están orientados hacia el desempeño y los resultados, y son
perfeccionistas en sus esfuerzos por agradar a Dios. Por ello, son tentados a interpretar
Filipenses 3:15 teniendo en mente la perfección como la norma, pero eso solo hace más
profundo su sentimiento de frustración porque nadie puede vivir perfectamente.
Leer el versículo 15 en su contexto aclara la noción de que cualquiera de nosotros puede
alcanzar la perfección en esta vida. Al comienzo del capítulo, Pablo dice: ―Quiero conocer a
Cristo y experimentar el gran poder que lo levantó de los muertos‖ (Fil. 3:10). Luego pasa a
decir: ―No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la
perfección‖ (Fil. 3:12). Así que Pablo admite que no ha alcanzado la perfección en la vida
cristiana.
Con esto como contexto leamos el versículo 15 de una traducción diferente que traduce
más claramente el pasaje. ―Que todos los que son espiritualmente maduros estén de acuerdo
en estas cosas. Si ustedes difieren en algún punto, estoy seguro que Dios se lo hará entender‖
(Fil. 3:15).
Cuando confiamos en Cristo como nuestro Salvador somos transformados de la muerte a
la vida y llegamos a ser hijos de Dios (Rom. 8:15 – 17). Pablo se refería a ser edificados para
que ―seamos maduros en el Señor, es decir, hasta que lleguemos a la plena y completa
medida de Cristo‖; entonces ―creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a
Cristo‖ (Efe. 4:13,15). Hay un instante en el tiempo en que una persona ―nace‖ en la familia
de Dios y se transforma en su Hijo. Pero esa transformación continúa en un proceso de
crecimiento espiritual.
Pablo escribió en la epístola a los Filipenses: ―Estoy seguro de que Dios, quien comenzó la
buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que
Cristo Jesús vuelva‖ (Fil. 1:6).
La obra ha comenzado en nosotros pero debe continuar día tras día a medida que la
naturaleza de Dios se abre camino en nuestras actitudes y acciones. Pedro dijo: ―Que Dios
les dé cada vez más gracia y paz a medida que crecen en el conocimiento de Dios y de Jesús
nuestro Señor. Mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para
llevar una vida de rectitud‖ (2 Ped. 1:2, 3).
Hay un principio muy importante aquí sobre el proceso de transformación que nos lleva a
ser más y más como Cristo. Desde que comenzamos a seguir a Cristo vivimos de manera
diferente a como vivíamos antes. Pero no es hacer lo que nos transforma continuamente, sino
vivir en relación con Cristo y su naturaleza, la cual es impartida en el poder del Espíritu
Santo, lo que nos transforma continuamente. Así que el proceso no consiste tanto te aprender
a hacer todas las cosas correctas a la perfección, como en aprender quién es Cristo y actuar
de acuerdo con nuestra nueva naturaleza.
Versículos difíciles del
libro de
Colosenses
Pasaje:
Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación (Col. 1:15, VMH).
Dificultad: Si Jesús fue un ser creado, ¿cómo puede ser el eterno Hijo de Dios?
Explicación: Algunas personas, a saber, los testigos de Jehová, usan este versículo para
enseñar que Jesús fue el primer ser que Dios creó y que, por lo tanto, no puede ser el Dios
eterno. También analizan Proverbios 8:22, 23 para decir que Jesús fue creado (ver la
Explicación a Prov. 8:22, 23). Por eso enseñan que solo Dios, y no Jesús, debe ser adorado.
Como prueba adicional de que Jesús no es Dios, señalan que Jesús se refirió a sí mismo
como el Hijo del Hombre y no el Hijo de Dios (ver la Explicación a Mat. 20:28).
Los que afirman que Jesús fue un ser creado interpretan burdamente Colosenses 1:15. Su
desatino se basa en el mal uso que hacen del vocablo primogénito. Asumen que el término
significa ―el primero de una serie‖. En otras palabras, que Jesús fue la primera coca que Dios
creó. Pero la palabra griega utilizada aquí no conlleva un significado tan estrecho.
La palabra primogénito en griego es prototókos y puede significar 1) el primero en un
orden o 2) primero en prioridad o superioridad de posición. El apóstol Pablo nunca quiso
decir que Jesús fue el primero en ser creado sino que era excelso o supremo sobre toda la
creación.
Observemos que en el versículo 18 Pablo usa el mismo término para expresar que Jesús
era ―el primogénito de entre los muertos‖ (Col. 1:18). ¿Fue Jesús el primero en ser levantado
de entre los muertos? Por supuesto que no. Jesús mismo resucitó a Lázaro (ver Juan 11). La
interpretación correcta dentro del contexto es que Jesús fue el más importante o supremo de
los resucitados. Una traducción más clara e idiomática de estos versículos es la siguiente: ―El
ya existía antes de que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación... Él es el
principio, es supremo sobre todos los que se levantan de los muertos‖ (Col. 1:15, 18).
Además, cuando se lee el versículo 15 en su contexto, es evidente que Jesús no podía ser
un ser creado porque el versículo 17 señala: ―Él ya existía antes de todas las cosas y
mantiene unida toda la creación‖ (Col. 1:17). Jesús no pudo haber sido una cosa creada,
como alegan los testigos de Jehová, dado que, como lo establece este versículo, Él existía
antes de todas las cosas creadas entre las que estaría Él mismo. Otros versículos que
respaldan la interpretación correcta de la palabra primogénito son Romanos 8:29 y Apoc.
1:5. (Para mayor información sobre un pasaje que los testigos de Jehová utilizan para aducir
que Jesús fue creado, ver la Explicación a Prov. 8:22).
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Pasaje:
No permitan que nadie los atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes, que nacen del
pensamiento humano y de los poderes espirituales de este mundo y no de Cristo (Col. 2:8).
Dificultad: ¿Es un error estudiar o dedicarse a la filosofía?
Explicación: El apóstol Pablo escribió su carta a la iglesia de Colosas principalmente a causa
de las falsas enseñanzas que circulaban allí. Colosas era un centro comercial clave en la
región. Así que los cristianos Colosenses estaban expuestos a muchas filosofías de aquellos
días.
El gnosticismo era una filosofía y enseñanza particular que comenzaba a desarrollarse en
la época en que Pablo escribió sus epístolas, y estaba influyendo en la iglesia. Los gnósticos
adoptaron el dualismo: Lo espiritual era bueno, mientras que la materia era malo. Para un
gnóstico, la salvación venía a través de una serie de intermediarios espirituales a los que solo
podían acceder los que tenían un ―conocimiento revelado‖. Es probable que Pablo se refiera
a esta filosofía, no al estudio de la filosofía en general.
Pablo mismo estaba bien versado en las filosofías de su tiempo. ―Iba a la sinagoga para
razonar con los judíos y con los gentiles temerosos de Dios y hablaba a diario en la plaza
pública... También debatió con algunos filósofos epicúreos y estoicos‖ (Hech. 17:17, 18).
Fue el estudio y la comprensión de las filosofías y las religiones de sus días que le
permitieron a Pablo explicar por qué y cómo las diversas enseñanzas eran falsas. Y sería
conveniente que los cristianos también estudiaran las filosofías y otras religiones de nuestro
tiempo y siguieran el consejo del Apóstol: ―Estén siempre preparados para responder a todo
el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes‖ (1 Ped. 3:15, NVI).
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Pasaje:
Por lo tanto, no permitan que nadie los condene por lo que comen o beben, o porque no
celebran ciertos días santos ni ceremonias por luna nueva ni los días de descanso (Col. 2:16).
Dificultad: ¿Es opcional reunirse con otros cristianos cada semana para adorar a Dios?
Explicación: El apóstol Pablo se dirige a los cristianos, especialmente a los seguidores
judíos de Cristo que sentían la presión de seguir observando todas las costumbres judías y las
tradiciones de Moisés. Algunos de ellos llevaban a cabo servicios de adoración el día sábado.
Otros se reunían el primer día de la semana (el Día del Señor) porque este fue el día en que
Jesús resucitó (Mat. 28:1). Muchos, guardaban ambos días más otras fiestas y tradiciones
judías, y Pablo los libra de estas regulaciones. ―Esas reglas‖, les decía, ―son solo sombras de
la realidad que vendrá. Y Cristo mismo es esa realidad‖ (Col. 2:17). (Para mayor
información sobre la adoración el día sábado en lugar del domingo, vea la Explicación a
Éxo. 20:11).
Pero Pablo de ninguna manera les sugirió a los creyentes que no se reunieran como cuerpo
de Cristo, la iglesia. Pablo, los otros apóstoles y los maestros itinerantes se congregaban
continuamente con los creyentes. Era en estas reuniones de la iglesia que los creyentes eran
enseñados, oraban unos por otros, cantaban y adoraban, eran animados y se enteraban de las
necesidades de los demás, etc. No asistir a estas reuniones en gran medida significaba que
una persona no podía recibir el apoyo espiritual y relacional necesario para crecer y madurar
en Cristo. Por eso el escritor de Hebreos señala: ―No dejemos de congregarnos, como
algunos tienen por costumbre; más bien, exhortémonos, y con mayor razón cuando vemos
que el día se acerca‖ (Heb. 10:25, VMH).
Los cristianos de hoy también necesitan el apoyo, el aliento y a enseñanza de la Palabra de
Dios que recibimos cuando asistimos a una reunión de la iglesia. Ciertamente, tenemos
acceso a más herramientas que las que tenía la iglesia primitiva. Hay muchos libros, abundan
los programas cristianos en la radio y la TV, y muchos estudios y recursos en línea que
pueden ayudar al crecimiento espiritual de una persona. Pero ninguna de estas herramientas
puede tomar el lugar de la interacción personal y comunitaria que se da entre los creyentes.
Por esta razón, Pablo expresaba: ―Nosotros somos las diversas partes de un solo cuerpo y nos
pertenecemos unos a otros‖ (Rom. 12:5). No estar conectados a otros creyentes realmente no
es una opción porque todos nos necesitamos unos a otros para crecer en nuestra vida
espiritual.
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Pasaje y Dificultad: Colosenses 3:21. ¿Cómo puede un padre no irritar a su hijo?
Explicación: Ver Proverbios 22:6.
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Pasaje:
Una vez que hayan leído esta carta, pásenla a la iglesia en Laodicea para que ellos también
puedan leerla. Y ustedes deberían leer la carta que les escribí a ellos (Col. 4:16).
Dificultad: ¿Hay una carta perdida del apóstol Pablo que no está en el Nuevo Testamento?
Explicación: Laodicea era una ciudad muy importante situada en el valle del río Lico, que
era parte de Asia Menor. No estaba lejos de Éfeso y Colosas, y muchos creyentes vivían allí.
Pablo les escribió a estos creyentes, como lo afirma el versículo 16, pero de alguna manera la
carta se perdió con el paso del tiempo. Al no ser preservada, no fue considerada como parte
del canon del Nuevo Testamento.
Pero la carta a la que el Apóstol se refiere muy probablemente es la que conocemos como
Efesios. Hoy en día la mayoría de las traducciones vierten Efesios 1:1 así: ―a los santos y
fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso…‖ Pero la mayoría de los documentos antiguos no
incluyen las palabras ―en Éfeso‖. Por lo tanto, muchos eruditos creen que originalmente el
apóstol dispuso que esta epístola circulara entre algunas iglesias de Asia Menor, incluyendo
a Laodicea. Y esa es la carta a la que Pablo alude, la que ahora conocemos como Efesios.
Es posible que Pablo u otro de los apóstoles escribieran algunas cartas que se perdieron.
Pero si crees que Dios inspiró a los hombres para que escribieran todo lo que quiso que
tuviéramos, entonces toda la Palabra de Dios está contenida en los 66 libros de la Biblia.
(Para mayor información sobre lo que se incluyó y excluyó de la Biblia y por qué, ver la
Explicación a Judas 14).
Versículos difíciles de los
libros de
1 y 2 Tesalonicenses
Pasaje:
Esta es la voluntad de Dios, su santificación: que se aparten de inmoralidad sexual (1 Tes.
4:3, VMH).
Dificultad: ¿Por qué la Biblia es tan negativa respecto al sexo?
Explicación: Algunas personas ven los mandamientos negativos de la Biblia, especialmente
los relacionados con las relaciones sexuales, como si les quitaran la diversión de la vida. En
realidad, la razón por la que Dios dice ―no‖ (―no hagas esto‖ o ―no hagas eso‖) es para
nuestro bien. El móvil del mandato negativo es establecer límites, proveer para nosotros y
protegernos. Considere el Salmo 145. Describe a Dios como un generoso Proveedor y
Protector, y lo es también cuando trata del tema del sexo. Pero para disfrutar de su provisión
y protección debemos honrar los límites y las prohibiciones que ha establecido para la
conducta sexual. En otras palabras, debemos evitar la inmoralidad sexual.
En términos bíblicos, la inmoralidad sexual es toda actividad sexual efectuada fuera del
matrimonio entre un hombre y una mujer (sexo prematrimonial y extramarital).
Respetar los límites de la moralidad sexual trae consigo protección y provisión. Por
ejemplo:
Protege de
 culpa
 embarazos no planeados
 enfermedades de transmisión sexual
 inseguridad sexual
 angustia emocional
Provee para
 recompensas espirituales
 un ambiente óptimo para la crianza de los hijos
 paz mental
 confianza
 verdadera intimidad
Dios dispuso que la actividad sexual se viviera en el contexto de límites saludables
(prohibiciones antes del matrimonio y fidelidad durante el matrimonio). Si seguimos el
diseño de Dios, experimentaremos la belleza de las relaciones sexuales, ya que fueron
ideadas para que las disfrutáramos. Y son estos límites y estas fronteras los que hacen de los
―negativos‖ una respuesta tan positiva.
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Pasaje:
Pues el Señor mismo descenderá del cielo con un grito de mando... Primero, los cristianos
que hayan muerto se levantarán de sus tumbas, Luego, junto con ellos, nosotros los que aún
sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el
Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre (1 Tes. 4:16, 17).
Dificultad: Si los cristianos que han muerto no tendrán cuerpos resucitados hasta que Cristo
venga, ¿están en alguna parte, conscientes de sí mismos y sin cuerpo?
Explicación: Hay quien dice que los cristianos que han muerto están simplemente
―dormidos‖ y permanecerán en estado inconsciente hasta el regreso de Cristo. Puesto que
Pablo alude a los ―que han muerto en unión con él‖ (1 Tes. 4:14, NVI), y otros pasajes
utilizan un lenguaje similar (ver Mat. 9:24; Juan 11:11; 1 Tes. 5:10), algunos creen que
iremos a lo que llaman ―el sueño del alma‖. Afirman que los que están en Cristo y
―duermen‖ serán despertados en la resurrección y recibirán nuevos cuerpos.
Sin embargo, la mayoría de los evangélicos consideran que las frases que se refieren a
―dormir‖ en la Biblia son eufemismos que aluden a la muerte y describen la apariencia
externa del cuerpo. El cuerpo físico ―duerme‖ hasta la resurrección mientras que nuestra
alma inmaterial goza con el Señor en una existencia consciente. El Antiguo Testamento
declara: ―porque polvo eres y al polvo volverás‖ (Gen. 3:19, VMH) y ―el polvo vuelve a la
tierra, como era; y el espíritu vuelve a Dios, quien lo dio‖ (Ecl. 12:7, VMH). Pero, ¿es esta
realmente una existencia espiritual consciente con Dios, incluso antes de que hayamos
resucitado corporalmente? Eso es lo que parece. Jesús le dijo al ladrón moribundo en la cruz:
―Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso‖ (Luc. 23:43). Obviamente, el ladrón no
tendría su cuerpo espiritual hasta el regreso de Cristo y, no obstante, le dijo al hombre que
estaría con Él. Pablo expresó que era mejor ―estar ausentes del cuerpo y habitar con el
Señor‖ (2 Cor. 5:8, BA). Todas las referencias en Apocalipsis a los seres humanos antes de
la resurrección los describen como almas conscientes.
Como lo señalan estos pasajes, cuando los cristianos mueren entran en lo que los teólogos
llaman un ―estado intermedio‖. Esto se considera una existencia transitoria que abarca el
período comprendido entre la muerte de un creyente y el regreso de Cristo, cuando todos los
que murieron serán resucitados corporalmente. A este momento de la resurrección, cuando el
espíritu se une al cuerpo transformado, a veces se lo llama ―ir al cielo‖. Pero hay una
diferencia entre un cielo intermedio y el cielo eterno (ver la Explicación a Juan 14:1-3).
Si nuestra alma está con el Señor en un cielo intermedio antes de la resurrección de los
muertos, ¿funcionamos como seres humanos físicos durante ese tiempo? Estos son temas que
la Biblia simplemente no aborda. Sin embargo, teólogos como Randy Alcorn se aventuran a
decir:
Dada la descripción física consistente del Cielo intermedio y los que habitan allí,
parece posible, aunque ciertamente es debatible, que entre el fin de nuestra vida
terrenal y la resurrección corporal, Dios puede concedernos alguna forma física que
nos permita funcionar como seres humanos mientras nos encontremos en ese estado
anormal ―entre los cuerpos‖, mientras esperamos la resurrección2.
Versículos difíciles del
libro de
1 y 2 Timoteo
Pasaje:
Las mujeres deben aprender en silencio y sumisión. Yo no les permito a las mujeres que les
enseñen a los hombres ni que tengan autoridad sobre ellos, sino que escuchen en silencio (1
Tim. 2:11, 12).
Dificultad: ¿Enseña este pasaje que las mujeres hoy en día no pueden ocupar posiciones en
el ministerio que les permitan enseñar a los hombres?
Explicación: Algunos en nuestros días consideran que los versículos precedentes restringen
a las mujeres para que no enseñen a los hombres las verdades de la Biblia en el entorno de la
iglesia. Esto significaría que les estaría prohibido llegar a ser ancianas o pastoras de una
congregación en general. Muchos de los que sostienen este punto de vista afirman, sin
embargo, que las mujeres pueden ministrar a los niños y a otras mujeres. Simplemente no
pueden enseñar a los hombres y, en general, no deberían hablar en un servicio público (ver la
Explicación a 1 Cor. 14:34, 35).
Para interpretar correctamente este versículo, así como cualquier otro pasaje de la Biblia,
es vital entenderlo en el contexto cultural de ese día. (Ver ―Cómo usar este Manual" en la
pág. 11). Así que, antes de aplicar la verdad de Dios al papel de la mujer en la iglesia de hoy,
es conveniente entender el punto a donde Pablo quería llevar a sus lectores originales.
Pablo había estado en Éfeso varias veces para hablar y enseñar a la iglesia de aquel lugar.
Timoteo lo había acompañado durante buena parte de su ministerio en Éfeso. A Timoteo se
le encomendó la tarca de hacer frente a nuevos y preocupantes acontecimientos dentro de la
iglesia. Estaban surgiendo falsas enseñanzas, y Pablo le instruye a Timoteo en sus cartas
sobre la manera de tratar con ellas.
Éfeso tenía el templo más grande en Asia Menor dedicado a Artemisa, la diosa de la
fertilidad. Las mujeres servían como sacerdotisas ―sagradas‖ y, según se dice, desempeñaban
el papel de prostitutas ―sagradas‖.
Alvera Mickelsen, una respetada autora sobre el papel de la mujer en la iglesia antigua,
señala que, además de la influencia del templo de Artemisa en Éfeso,
...había también cientos de heteras, las más educadas de las mujeres griegas, que eran
acompañantes regulares y a menudo parejas sexuales extramaritales de los hombres de
la clase alta. Posiblemente algunas de estas mujeres se habían convertido y llevaban a
la iglesia su atuendo caro y sugerente. Ya que las heteras eran respetadas maestras de
hombres en Grecia (a muchas se las nombra en la literatura griega), era muy probable
que llegaran a ser maestras en la iglesia, una vez que formaban parte de ella3.
Las falsas enseñanzas que predominaban en Éfeso, propagadas tal vez por algunas
mujeres, eran aparentemente exitosas al influir en otras mujeres. Pablo advirtió a Timoteo
sobre estos falsos maestros y le dijo: ―son de los que se las ingenian para meterse en las casas
de otros y ganarse la confianza de mujeres vulnerables‖ (2 Tim. 3:6). Pablo se refirió
también a las viudas más jóvenes con problemas sexuales (1 Tim. 5:6, 11-16), a las mujeres
de fe débil (2 Tim. 3:7), y a las que tenían problemas con la modestia (1 Tim. 2:9, 10). Estas
mujeres estaban aprendiendo de los falsos maestros y Pablo instruye a Timoteo para que
corrigiera la situación.
Con este contexto, era necesario que las mujeres aprendieran ―con tranquilidad y
sumisión‖ la enseñanza ortodoxa de los hombres en la iglesia. Las mujeres habían
―aprendido sumisamente‖ la falsa enseñanza, ahora Pablo instruía que ―aprendieran
sumisamente‖ para corregir la enseñanza. Esta fue la solución de Pablo a las falsas
enseñanzas y la vida errante que se iban imponiendo.
Sobre la base de la interpretación anterior, esta no parece ser una prohibición sin límite de
tiempo para todas las mujeres en todas las iglesias de todas las edades. Más bien, se trataba
de una directiva aplicable a la iglesia de Éfeso en aquel momento. La verdad universal
aplicable a nosotros hoy es que si una persona va a ensenar a los demás debe saber lo que
dice. Este es el contexto de toda la carta de Pablo a Timoteo. Observemos cómo el Apóstol
plantea sus instrucciones:
El propósito de mi instrucción es que todos los creyentes sean llenos del amor que
brota de un corazón puro, de una conciencia limpia y de una fe sincera; pero algunos
no lo entendieron... Quieren ser reconocidos como maestros de la ley de Moisés, pero
no tienen ni idea de lo que están diciendo a pesar de que hablan con mucha seguridad
(1 Tim. 1:5-7).
Además, la participación de las mujeres en la obra de Pablo como colaboradoras en el
evangelio le habría impedido prohibir a todas las mujeres que hablaran o sirvieran
oficialmente en la iglesia. En la iglesia de Filipos, Pablo menciona a dos mujeres, Evodia y
Síntique, como sus colaboradoras y explica que ellas ―trabajaron junto con Clemente y mis
demás colaboradores, cuyos nombre están escritos en el libro de la vida‖ (Fil. 4:3).
Pablo identifica de manera particular a otra mujer colaboradora suya en su carta a los
creyentes de Roma. En este caso se refiere a ella como diaconisa de una iglesia específica,
―Les encomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia que está en Cencrea‖
(Rom. 16:1, VMH).
La palabra diácono proviene del vocablo griego diákonos, y significa en un sentido
general ―ministrar o servir‖. Se emplea aquí, como en 1 Timoteo 3:8-13, para referirse a los
que sirven en un papel de liderazgo u oficio en la iglesia. Específicamente, presenta a Febe
como sirviendo en una importante función oficial en la iglesia de Cencrea. Si Pablo estuviera
en contra de que las mujeres hablaran, enseñaran y sirvieran en papeles de liderazgo,
ciertamente no habría enaltecido a Febe ante los creyentes de Roma como diaconisa.
Pablo también dice: ―Saluden a Andrónico y a Junia, judíos como yo, quienes estuvieron
en la cárcel conmigo. Ellos son muy respetados entre los apóstoles y se hicieron seguidores
de Cristo antes que yo‖ (Rom. 16:7). Junia, una mujer, fue reconocida por Pablo a la vez
como apóstol y autoridad de gobierno en las iglesias, o al menos ejerciendo cierta autoridad
dentro de la iglesia.
Además, a lo largo de la historia. Dios ha elevado a las mujeres a posiciones de autoridad
y santo liderazgo. Así que, interpretar el mandamiento de Pablo a las mujeres como temporal
es consistente con el contexto de la Biblia. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento las
mujeres debían estar presentes en la lectura de la Biblia (Deut. 31:9-13), lo que significaba
un gran honor. Las mujeres servían a la entrada del tabernáculo (Éxo. 38:8), lo cual era una
tarea honorable, y ofrecían sacrificios (Lev. 12:1-8), lo cual demostraba el reconocimiento de
parte de Dios de los derechos de culto de las mujeres. Dios designó a Miriam, la hermana de
Moisés, como profetisa (Éxo. 15:20, 21). Débora era a la vez profetisa y juez. Hablaba y
juzgaba públicamente en el nombre de Dios (Jue. 4:4-7). Hulda, asimismo, era profetisa de
Dios y hablaba en nombre de Dios (2 Rey. 22:14-20). Está claro que Dios no consideraba a
las mujeres como inferiores o incapaces de presidir y hablar en su nombre tanto a hombres
como a mujeres.
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Pasaje y Dificultad: 1 Timoteo 5:23. ¿Condena la Biblia las bebidas alcohólicas?
Explicación: Ver Proverbios 31:6, 7 y Juan 2:9, 10.
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Pasaje:
Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena
obra (2 Tim. 3:16, 17, BA).
Dificultad: ¿Cuál es el verdadero propósito de la Biblia?
Explicación: La frase ―inspirada por Dios‖ es una traducción del vocablo griego
dseópneustos, que significa ―divinamente soplada" Dios personalmente ―sopló‖ sus palabras
con un propósito, y este pasaje nos da tres razones claras por las que nos otorgó la Biblia.
Tenga en cuenta que Pablo se refería al Antiguo Testamento en este pasaje, dado que los
documentos del Nuevo Testamento aún no se completaban cuando se escribió 2 Timoteo. Sin
embargo, estas verdades son de aplicación actual dado que el Apóstol está haciendo una
declaración general sobre la eficacia de toda la Biblia.
En primer lugar, la Biblia fue dada para ―enseñar‖. La palabra griega que se traduce
enseñanza en este pasaje es didaskalia, que significa ―doctrina‖, o ―enseñanza correcta‖.
Pablo afirma que Dios nos dio su Palabra para que podamos creer rectamente. Hay un
propósito doctrinal en la Palabra de Dios. De hecho, sus verdades forman nuestra teología.
Muchas personas rehúyen a la idea de la teología. Sin embargo, la teología en realidad es
el estudio de Dios. De manera que, en cierto sentido, todos somos ―teólogos‖. Todos
tenemos ideas acerca de quién es Dios y cómo es Él, aunque rara vez pensamos que eso es
como saber ―teología‖. Pero uno de los propósitos claros de la Biblia es decididamente
teológico: revelar a Dios tal como es. Él quiere que sepamos cómo es, cómo sus caminos
difieren de los nuestros, y cómo ve la vida en contraste a la forma en que la vemos.
En segundo lugar, Pablo dice aquí que Dios nos dio su Palabra ―para reprender‖ y
―corregir‖. Así que podemos decir que la Biblia es su manera de corregirnos cuando nos
equivocamos y restaurarnos para que vivamos rectamente. La Biblia está llena de enseñanzas
en forma de leyes, mandatos e instrucciones para la vida. Por eso podemos decir que hay un
propósito conductual en la Palabra de Dios. Cuando la Biblia señala ―Ve por este camino‖,
―Evita estos lugares‖, ―Abstente de estas acciones‖ o ―Acepta estas ideas‖, son instrucciones
que nos ayudan a vivir de manera correcta.
Las leyes y las instrucciones de Dios actúan como un límite que nos dice lo que está bien y
lo que está mal, y que vivir en los caminos de Dios es para nuestro bien. Moisés le dijo a la
nación de Israel: ―Debes obedecer siempre los mandatos y los decretos del Señor que te
entrego hoy para tu propio bien‖ (Deut. 10:13). Obedecer la Palabra de Dios es para nuestro
bien a largo plazo. Nos dirige por el camino recto en la vida. El rey Salomón expresó que es
Dios quien ―cuida las sendas de los justos y protege a los que le son fieles. Entonces
comprenderás lo que es correcto, justo e imparcial, encontrarás el buen camino que debes
seguir‖ (Prov. 2:8, 9). De manera que la Biblia nos enseña cómo debemos vivir.
Pero hay un tercer propósito en la Biblia del que muchas personas se pierden. Se les
escapó también a los líderes religiosos del tiempo de Jesús. Los fariseos y otros líderes
religiosos aparentemente habían captado el propósito doctrinal y conductual de la Biblia pero
no pudieron conectar las creencias correctas y la conducta adecuada con las relaciones
correctas.
La Biblia hebrea está llena de conexiones entre verdad y relaciones. El rey David dijo en
uno de sus salmos: ―Pues siempre estoy consciente de tu amor inagotable, y he vivido de
acuerdo con tu verdad‖ (Sal. 26:3) y oraba así: ―Enséñame tus caminos, oh SEÑOR, para que
viva de acuerdo con tu verdad. Concédeme pureza de corazón, para que te honre‖ (Sal.
86:11). Los escritores del Antiguo Testamento entendieron la verdad en el contexto de las
relaciones. Cuando Jesús citó el mandamiento más grande de todos de amar a Dios y a los
demás en Mateo 22, enmarcaba las creencias doctrínales y la obediencia en el contexto de las
relaciones. Proclamó que había un propósito relacional en la Palabra de Dios.
Segunda Timoteo señala que el tercer propósito de la Biblia es ―instruir en justicia‖ (2
Tim. 3:16, BA). La palabra instruir es una traducción de la palabra griega paideía, ―educar‖,
en el sentido de ―criar‖ a un hijo. El pasaje sugiere que Dios dispuso su palabra para que nos
―hiciera crecer‖.
Pero, ¿cómo? ¿Cómo puede un conjunto de palabras de un libro ―hacernos crecer‖? Criar
es un proceso de persona a persona. Jesús explica cómo la Palabra de Dios realmente hace
eso. Él señaló: ―Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor, quien estará
con ustedes para siempre. Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a toda la verdad‖ (Juan
14:16, 17). Es Dios Padre quien ha enviado a su Espíritu Santo para que nos ―crie‖ y nos
muestre a Dios mismo y su verdad en las palabras que ha escrito. Además, nos ayuda a
entender lo que Dios quiere que seamos y cómo desea que vivamos y lo amemos.
La Biblia fue dada para que fuéramos ―criados‖ por el Espíritu Santo, pero no solo
mediante orientaciones, instrucciones y ―pautas de comportamiento‖. Estas cosas no nos
hacen crecer más de lo que dan crecimiento a los niños. Los padres, seres humanos
relacionales, son los que crían a los niños. Es así como Dios lo dispuso. Él quiere que los
niños sean criados mediante una relación amorosa. Sin esa relación, todos los intentos para
inculcar valores, creencias y comportamientos correctos serán ineficaces porque están
separados de los elementos necesarios del amor y el cuidado personal. La verdad sin relación
conduce al rechazo, y la disciplina o corrección sin relación lleva a la ira y el resentimiento.
Pero cuando usted pone la verdad en el contexto de una relación amorosa, siempre tendrá
una respuesta positiva.
El Espíritu Santo nos administra la Biblia como un padre amoroso con el fin de darnos
sabiduría a través de sus lecciones (Prov. 3:5), seguridad mediante sus límites (Éxo. 20),
cautela por sus advertencias (Efe. 4:17-22), y corrección gracias a la disciplina (Fil. 2:3, 4).
Podemos estudiar la Palabra de Dios de tal manera que tengamos la doctrina correcta.
Incluso podemos obedecerla para lograr la conducta apropiada, pero no debemos olvidar por
qué. El Dios de la Biblia que establece relaciones quiere que a través de ellas
experimentemos su amor y el amor de los que nos rodean. Podemos decir, entonces, que
Dios nos dio la Biblia para que, en el contexto de una relación, podamos amarlo, conocer
sus caminos, ser como Él, vivir y amar como Él, y disfrutar de todos los beneficios que
ofrece esa relación. (Para mayor información sobre cómo experimentar y estudiar la Biblia,
dele un vistazo al libro Experience Your Bible [Experimenta tu Biblia] por Josh McDowell y
Sean McDowell).
Versículos difíciles del
libro de
Tito
Pasaje:
Te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada
ciudad como te mandé, esto es, si alguno es irreprensible, marido de una sola mujer, que
tenga hijos creyentes, no acusados de disolución ni de rebeldía (Tito 1:5, 6, BA).
Dificultad: ¿No pueden las personas divorciadas ser líderes en la iglesia de hoy?
Explicación: En su primer viaje misionero Pablo visitó la isla de Creta. Allí plantó una
iglesia pero no designó líderes. Estaba claro que la comunidad de creyentes estaba siendo
influenciada negativamente por falsas enseñanzas. Por esta razón Pablo envió a Tito para que
estableciera un liderazgo firme y maduro en la naciente iglesia de Creta. Esta epístola fue
dirigida a Tito.
En ese contexto, Pablo quería estar seguro de que los maestros más maduros y capaces de
la verdadera fe dirigieran a las iglesias allí. Por eso estableció un estándar muy alto para los
que iban a dedicarse a esta tarea; quería contrarrestar a los que iban a la iglesia y estaban
inclinados a las falsas enseñanzas. La lista de aptitudes era muy rigurosa: intachables en su
manera de vivir, fieles a sus esposas (literalmente, esposos de una sola mujer), con hijos que
no fueran rebeldes, no arrogantes ni iracundos, no grandes bebedores, no violentos ni
deshonestos con el dinero, hospitalarios; debían conducirse con sabiduría y justicia, ser
consagrados y disciplinados, tener una sólida comprensión de la verdadera fe en la que
fueron enseñados, ser capaces de comunicar el mensaje con confianza, y no dejarse intimidar
por los que se les oponían.
Estos sabios consejos siguen siendo pertinentes para cualquiera que va a guiar a una
iglesia que todavía no está establecida, en la que los que asisten han sido influenciados por la
falsa doctrina. Es lógico que en ese tipo de situaciones el que dirige tenga que vivir de
acuerdo con un estándar más alto que otros. Pero, ¿es necesario mantener este alto nivel en
todos los líderes de la iglesia hoy en día? Hay niveles de liderazgo que, sin duda, requieren
diferentes niveles de aptitudes, la persona que dirige un coro o un grupo musical en la iglesia
naturalmente necesita un nivel diferente de madurez y liderazgo que la que dirige una clase
para matrimonios, una enseñanza doctrinal sobre la expiación o un curso de discipulado
sobre cómo estudiar e interpretar la Biblia. Es conveniente elegir líderes que responden a la
madurez y comprensión espiritual que la tarca requiere.
Versículos difíciles del
libro de
Filemón
Pasaje:
Te Parece que perdiste a Onésimo por un corto tiempo para que ahora pudieras tenerlo de
regreso para siempre. Él ya no es como un esclavo para ti. Es más que un esclavo, es un
hermano amado, especialmente para mí. Ahora será de más valor para ti, como persona y
como hermano en el Señor (Film. 15, 16).
Dificultad: ¿Excusa la Biblia, o al menos permite, que alguien sea dueño de esclavos?
Explicación: Toda esta epístola de Pablo se centra en Onésimo, el esclavo fugitivo de
Filemón. Onésimo había estado en contacto con Pablo y llegó a ser creyente.
Pablo escribió esta carta desde la prisión y le pidió a Onésimo que se la entregara
personalmente a Filemón. En gran parte, esta carta es una recomendación de Onésimo a
Filemón junto con instrucciones de cómo todos nosotros debemos perdonar, aceptar y tratar a
los demás, cualquiera que sea su posición económica, étnica, de género o social.
Pablo sabía que Onésimo era un esclavo y, sin embargo, no pidió su libertad. ¿Significa
esto que Pablo y toda la Biblia toleran la esclavitud?
Durante el siglo I la esclavitud era un fenómeno generalizado. El mundo romano
dependía, en buena medida, de la mano de obra esclava. Parece que Pablo, junto con la
mayoría de los primeros cristianos, aceptó la estructura tradicional de la sociedad de sus días,
lo que distinguía de manera radical al cristianismo y a los seguidores de Cristo era su
cosmovisión.
Pablo y los demás apóstoles reflejaban un concepto de la vida propagado por Jesús que
era, asimismo, parte de la cosmovisión del Antiguo Testamento: que los seres humanos
habían sido creados a imagen de Dios, por lo que cada individuo estaba dotado de dignidad y
valor.
Jesús declaró: ―Todo lo que quieran que hagan los hombres por ustedes, así también hagan
por ellos, porque esto es la Ley y los profetas‖ (Mat. 7:12, VMH). Esta manera de tratar a los
demás sobre la base de cómo queremos que nos traten era la esencia de toda la ley del
Antiguo Testamento. La palabra ley que Jesús utilizó es la traducción del término griego
nómos, un sustantivo que denota un principio de gobierno o conjunto de leyes que crean un
sistema o una manera de tratar con la vida. Jesús señalaba que toda su cosmovisión y la de la
Biblia entera se centraban en amar a Dios y a los demás como a uno mismo. Insistió en esta
cosmovisión más adelante cuando indicó específicamente: 1) ama a Dios con todo tu ser y 2)
ama a tu prójimo como a ti mismo. En otra ocasión lo apresó así: ―De estos dos
mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas‖ (Mat. 22:40).
Mientras que la esclavitud era una norma aceptada en la cultura del Antiguo Testamento y
durante el siglo I, la ley del amor planteaba cómo tratar a los demás. En el Antiguo
Testamento, el mandato que Dios les dio a los hijos de Israel fue específico: ―No te
aproveches de los extranjeros que viven entre ustedes en la tierra. Trátalos como a israelitas
de nacimiento, y ámalos como a ti mismo. Recuerda que una vez fuiste extranjero cuando
vivías en Egipto. Yo soy el SEÑOR tu Dios‖ (Lev. 19:33, 34). Estos esclavos debían ser
considerados más como empleados de Israel que como propiedad a la cual se podía
maltratar. ―No maltrates ni oprimas a los extranjeros en ninguna forma. Recuerda que tú
también fuiste extranjero en la tierra de Egipto‖ (Éxo. 22:21). (Para mayor información sobre
el concepto del Antiguo Testamento sobre la esclavitud, ver la Explicación a Lev. 25:44, 45).
Como judío, Pablo estaba bien versado en la ley, y cuando se convirtió en un seguidor
transformado de Cristo enfatizó una y otra vez que deberíamos tratarnos los unos a los otros
como personas de dignidad y valor. El Apóstol escribió: ―¿Eres un esclavo? No dejes que eso
te preocupe; sin embargo, si tienes la oportunidad de ser libre, aprovéchala. Y recuerda: si
eras un esclavo cuando el Señor te llamó, ahora eres libre en el Señor, y si eras libre cuando
el Señor te llamó, ahora eres un esclavo de Cristo‖ (1 Cor. 7:21, 22). Luego Pablo subrayó lo
que los nuevos cristianos, esclavos o libres, deberían hacer con esa libertad:
Ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad; pero no usen esa libertad
para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad
para servirse unos a otros por amor. Pues toda la ley puede resumirse en un solo
mandato: ―Ama a tu prójimo como a ti mismo‖
(Gal. 5:13, 14).
En cuanto a la cosmovisión de Pablo: ―Ya no hay judío ni gentil, esclavo ni libre, hombre
ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús‖ (Gál. 3:28). En otras palabras, con
una cosmovisión bíblica no debía haber ningún tipo de discriminación respecto a género,
posición económica o social, libres o esclavos; todos debían ser tratados como quisieran que
se los trate a ellos.
Aunque Pablo no le pidió explícitamente a Filemón que libertara a Onésimo, hizo alusión
a ello cuando le expresó, ―Así que, si me consideras tu compañero, recíbelo a él como me
recibirías a mí. Si te perjudicó de alguna manera o te debe algo, cóbramelo a mí‖ (Film. 17,
18).
Nadie sabe exactamente que le sucedió a Onésimo, el esclavo. El nombre Onésimo
aparece en una carta que escribió Ignacio, un mártir cristiano, 50 ó 60 años más tarde. Se
refería a un obispo muy respetado en toda la provincia de Asia. Es probable que se trate de la
misma persona. Si lo fue, se refuerza el argumento de que Dios es un campeón de la justicia
social. (Para mayor información sobre el concepto bíblico de justicia social, consulte la
Explicación a Amos 2:6, 7).
Sabemos que cuando apareció la cruel práctica del tráfico de seres humanos, Pablo fue
claro y directo. Cuando hizo una lista de malhechores viles, identificó a ―los que cometen
inmoralidades sexuales o los que practican la homosexualidad o los traficantes de esclavos,
los mentirosos, los que no cumplen sus promesas…‖ (1 Tim. 1:10). Por consiguiente, desde
la perspectiva de la cosmovisión bíblica el maltrato a los demás es malo en cualquier
circunstancia, lo que incluye esclavizar a los demás o denigrarlos en cuanto a su valor o
dignidad como individuos creados a imagen de Dios.
LAS EPÍSTOLAS GENERALES
Hebreos – Apocalipsis
Versículos difíciles del
libro de
Hebreos
Pasaje:
Debido a que los hijos de Dios son seres humanos hechos de carne y sangre el Hijo también
se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte
podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte. Únicamente de esa
manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte (Heb.
2:14, 15).
Dificultad: ¿Hay pruebas científicas de que hay vida después de la muerte?
Explicación: Este pasaje explica que, como seres humanos, somos esclavos de la muerte y
que todos moriremos. Pero Jesús tomó forma humana para romper el poder de la muerte y
para que pudiéramos tener vida eterna después de la muerte. Como cristianos aceptamos el
testimonio bíblico de la vida después de la muerte. Sin embargo, llama la atención que todas
las culturas desde los albores de la civilización han creído que hay vida después de la muerte;
una vida en la que algún tipo de alma sobrevive a la muerte del cuerpo. ¿Por qué es que
prácticamente todas las culturas de la historia han afirmado universalmente la creencia de
que hay vida después de la muerte?
Parece claro que los seres humanos sienten instintivamente que hay vida de la muerte
porque ha sido implantado profundamente en nuestro corazón. El sabio rey Salomón
afirmaba: ―El sembró la eternidad en el corazón humano, pero aun así el ser humano no
puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin‖
(Ecl. 3:11). Aunque no podemos penetrar en la otra vida, la vasta mayoría cree que está ahí,
y lo ha creído desde tiempos inmemoriales.
Además, hay relatos de personas que parece que han visto algo de la otra vida y han vuelto
para contarlo. Estas historias se refieren a personas que han tenido ―experiencias cercanas a
la muerte‖.
A Pam Reynolds le quedaban muy pocas opciones. Tenía un aneurisma en el tronco
cerebral que no podía ser eliminado mediante los procedimientos médicos convencionales.
Así que eligió un método experimental llamado ―paro cardiaco‖. Los cirujanos la pusieron
bajo anestesia general para lograr que su cerebro entrara en un estado de cero respuesta.
Luego le bajaron la temperatura hasta los 15°C, le detuvieron el corazón para impedir el
flujo de sangre al cerebro y la pusieron en un estado de ―clínicamente muerta‖.
Con la sangre drenada del cerebro de Pam, los cirujanos quitaron rápidamente el
aneurisma y la trajeron de regreso del borde de la muerte. La revista USA Today contó la
historia en un artículo publicado el 22 de junio del 2009, titulado ―The God Choice‖ 1 (―La
elección de Dios‖). El artículo citaba a Pam quien contaba cómo conscientemente dejó su
cuerpo y fue testigo de toda la operación desde arriba de los cirujanos. Pudo describir
detalles íntimos del procedimiento en la sala de operaciones, incluyendo cuántos cirujanos y
asistentes participaron. Describió el taladro quirúrgico Midas Rex utilizado para abrir el
cráneo, las brocas, los contenedores de las cuchillas y otros detalles. También pudo referir
algunos detalles específicos que alcanzó a oír de la conversación entre los cirujanos. Todos
los detalles fueron confirmados a partir de los registros oficiales del hospital. Los médicos no
tenían una explicación científica para la experiencia de Pam ―fuera del cuerpo‖.
En su libro Life After Death: The Evidence (Vida después de la muerte. La Evidencia),
Dinesh D‘Souza hace referencia a miles de experiencias documentadas cercanas a la muerte
que llegan hasta los escritos de Platón, 300 años antes de Cristo. En años recientes, se fundó
la International Association for near Death Studies (Asociación Internacional de Estudios
sobre la Muerte Cercana) para estudiar el fenómeno, y ha reunido una gran cantidad de datos
de todo el mundo. D‘Souza señala que ―la investigación de la muerte cercana incluye ahora
rutas separadas de exploración sobre las distintas categorías de la experiencia de la muerte
cercana, tales como el fenómeno fuera del cuerpo, el túnel de oscuridad, la luz brillante, la
sensación de amor y calidez, la revisión de la vida y la transformación posterior de la manera
de vivir. Lo que surge de este trabajo es cuán vívidas y reales son estas experiencias para las
personas que las tienen‖2.
Estamos de acuerdo en que, si bien las experiencias cercanas a la muerte pueden refutar la
posición de algunos que dicen: ―No existe nada después de la muerte‖, aun no proporcionan
evidencia empírica de que el alma es inmortal ni revelan cómo es en realidad la vida después
de la muerte. Algunos mantendrían la misma posición del apóstol Tomás quien después de la
resurrección dijo que no creería hasta que viera una prueba mejor. Y, por supuesto, Jesús le
dio tal prueba.
El apóstol Pablo se refirió al hecho de que, como cristianos, estamos enfrentados a los
―gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible‖ (Efe. 6:12). El Apóstol habla
aquí de un mundo que pertenece a una dimensión que, si bien es real, es invisible para
nosotros los seres humanos. Y después de que Jesús murió y resucitó de la tumba, el
demostró su capacidad de pasar, si lo deseaba, del ―mundo visible‖ al ―mundo invisible‖ (ver
Luc. 24:13 – 16).
Jesús tenía un cuerpo real que podía pasar de la dimensión física en la que existimos a una
dimensión física invisible, el ―mundo invisible‖ al que se refiere Efesios 6. La Biblia
documenta de forma confiable lo que vieron los discípulos, y lo que Jesús dijo e hizo
después de su resurrección. Eso por sí solo nos permite creer con confianza que hay vida
después de la muerte como Jesús lo prometió.
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Pasaje:
Entró una vez para siempre en el lugar santísimo logrando así eterna redención, ya no
mediante sangre de machos cabríos ni de becerros sino mediante su propia sangre (Heb.
9:12, VMH).
Dificultad: ¿Realmente se ofreció Jesús a sí mismo en el cielo como sacrificio por nuestros
pecados?
Explicación: Dios le dio a Moisés instrucciones muy específicas sobre la construcción del
tabernáculo, la hechura del arca del pacto, el altar de los holocaustos, el lugar santísimo
donde Dios residía y otras cosas (ver Éxo. capítulos 25 al 30). El sumo sacerdote entraba en
el lugar santísimo una vez al año, el día de la expiación, para ofrecer la sangre de un animal.
Pero lo que hacía el sumo sacerdote era simplemente una ilustración de lo que un día
sucedería literalmente.
Los sacerdotes terrenales, así como el tabernáculo terrenal servían ―dentro de un sistema
de adoración que es solo una copia, una sombra del verdadero, que está en el cielo. Pues
cuando Moisés estaba por construir el tabernáculo, Dios le advirtió lo siguiente ‗Asegúrate
de hacer todo según el modelo que te mostré aquí en la montaña‘‖ (Heb. 8:5).
Lo que Moisés construyó era una réplica de lo que existe en el lugar donde Dios mora.
Hebreos nos dice que hay un tabernáculo literal, con un altar literal que alberga el arca real
del pacto con ―los querubines de la gloria divina, cuyas alas se extendían sobre la tapa del
arca, es decir, el lugar de la expiación‖ (Heb. 9:5).
Así como los sacerdotes de la antigüedad llevaban la ofrenda por el pecado al santo
tabernáculo y ofrecían a Dios un sacrificio para redimir al pueblo.
Cristo ahora ha llegado a ser el Sumo Sacerdote por sobre todas las cosas buenas que
han venido. Él entró en ese tabernáculo superior y más perfecto que está en el ciclo, el
cual no fue hecho por manos humanas ni forma parte del mundo creado. Con su propia
sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros— entró en el Lugar Santísimo una
sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna (Heb. 9:11, 12).
La epístola a los Hebreos nos ofrece esta imagen de Jesús, nuestro gran Sumo Sacerdote,
cuando entra en el templo ante su Padre Dios ‗‗una sola vez y para siempre para quitar el
pecado mediante su propia muerte en sacrificio‖ (Heb. 9:26). Lo que los sacerdotes del
Antiguo Testamento hacían cuando sacrificaban animales año tras año con el fin de expiar el
pecado era una continua imagen ritualista que prefiguraba el verdadero sacrificio que estaba
por venir. Este verdadero sacrificio se completó en el acto final de Jesús como Sumo
Sacerdote cuando ―se ofreció a sí mismo a Dios como un solo sacrificio por los pecados,
válido para siempre. Luego se sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios‖ (Heb. 10:12).
Esto pone de relieve la absoluta necesidad de la resurrección corporal de Jesús, porque era
necesario que un Sumo Sacerdote santo y sin mancha ofreciera el santo Cordero en el altar
delante de Dios, Porque si Jesús no hubiera roto el poder de la muerte sobre su propio cuerpo
al resucitar a la vida, no podría entrar al lugar santísimo, ofrecerse a sí mismo por nosotros y
cancelar nuestra sentencia de muerte. La resurrección corporal de Jesús era una necesidad
literal e histórica.
―Debido a que los hijos de Dios son seres humanos —hechos de carne y sangre— El Hijo
también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante
la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía poder sobre la muerte" (Heb.
2:14). Jesús tenía que resucitar física y corporalmente de entre los muertos ―para que fuera
nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un
sacrificio que quitaría los pecados del pueblo‖ (Heb. 2:17).
Esta es una de las razones por las que el apóstol Pablo fue tan enfático cuando se refería a
la resurrección corporal de Jesús como el fundamento de nuestra fe. Lo expresó con estas
palabras: ―Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación; vana también es la fe de
ustedes‖ (1 Cor. 15:14, VMH). La promesa de Jesús de perdonarnos los pecados y ser el
sacrificio expiatorio que nos permite tener una relación con Dios se basa, no solo en su
muerte, sino también en su resurrección porque, como Sumo Sacerdote resucitado, ―con su
propia sangre... entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra
redención eterna‖ (Heb. 9:12).
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Pasaje:
Que todos respeten el matrimonio y mantengan la pureza de sus relaciones matrimoniales
(Heb. 13:4, DHH).
Dificultad: ¿Qué significa que los esposos deben mantener la pureza de sus relaciones
matrimoniales?
Explicación: Mantener la pureza de las relaciones matrimoniales no tiene nada que ver con
procedimientos sanitarios ni atenerse a ciertos límites y pautas sobre técnicas en la relación
sexual. El pasaje se refiere a la pureza sexual antes y después del matrimonio Pero, ¿qué es
lo que realmente significa ser sexualmente puro?
¿Ha tenido alguna vez una pieza de chocolate en cuyo envoltorio se puede leer: ―fabricado
con leche pura‖? ¿O un tarro de miel cuya etiqueta dice: ―miel pura, sin edulcorantes
artificiales‖? La pureza de una sustancia como el chocolate o la miel consiste en que no
contienen alguna sustancia extraña que los contamina o que hace que no sepan al auténtico
chocolate o a la miel pura.
Ser puro sexualmente es ―vivir de acuerdo con el diseño original de Dios‖ sin que nada se
introduzca que arruine su plan perfecto y auténtico para el sexo. El sexo fue planeado para
que se expresara entre un esposo y una esposa. Tener más de una pareja sexual, ya sea
físicamente o mediante el uso de la pornografía, es introducir una sustancia extraña en la
relación y hacer que deje de ser pura. Si dejas caer una piedra sucia en un vaso de agua pura,
adulteras o contaminas su contenido. Un vaso de agua sin impurezas es un vaso de agua no
adulterado. Dios quiere que nuestra vida sexual no esté adulterada.
El diseño de Dios es que el sexo se experimente en un círculo intacto, una unión pura entre
un hombre y una mujer que generan una relación exclusiva. La unión pura se puede romper
incluso antes del matrimonio si uno o ambos miembros de la pareja no han guardado puro el
lecho matrimonial al no esperar a tener relaciones sexuales hasta el tiempo en que pudieran
realizarse en la pureza de la relación esposo-esposa. Cuando permanecemos puros
sexualmente antes y después del matrimonio, podemos disfrutar la protección y provisión del
sexo, y probarlo como estaba destinado a ser experimentado.
Versículos difíciles del
libro de
Santiago
Pasaje:
Presten atención, ustedes los ricos: lloren y giman con angustia por todas las calamidades
que les esperan (Stg. 5:1).
Dificultad: ¿Es malo ser rico?
Explicación: Jesús señaló: ―Les digo la verdad, es muy difícil que una persona rica entre en
el reino del cielo‖ (Mat. 19:23). ¿Por qué? Es difícil que un rico entre en el reino de los
cielos porque la riqueza tiende a consumir el corazón de los ricos. El problema no está en las
cosas que poseemos materialmente, sino en que ellas nos poseen. Cuando los bienes se
apoderan de nosotros y se convienen en el amo, las riquezas llegan a ser un problema.
Jesús dijo: ―No almacenes tesoros aquí en la tierra... Almacena tus tesoros en el cielo...
Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y
despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero‖ (Mat. 6:19, 20, 24). Vemos, por
tanto, que si un rico no hizo que las riquezas sean su amo, no está mal que las posea. Jesús
expresó: ―Usen sus recursos mundanos para beneficiar a otros y para hacer amigos.
Entonces, cuando esas posesiones terrenales se acaben, ellos les darán la bienvenida a un
hogar eterno‖ (Luc. 16:9).
Lo que Santiago condena es el mal uso de las riquezas. Escribió: ―Sus años sobre la tierra
los han pasado con lujos, satisfaciendo todos y cada uno de sus deseos‖ (Stg. 5:5). Jesús
enseñó que era mejor dar que recibir, y que lo que tratamos de conservar para nosotros lo
perdemos. ―Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa,
la salvarás. ¿Y qué beneficio tienes si ganas el mundo entero, pero te pierdes o destruyes a ti
mismo?‖ (Luc. 9:24, 25).
Así que, si alguien acumula riqueza material, reconoce que le pertenece a Dios, la usa de
conformidad con la cosmovisión de Dios de buscar ―el reino de Dios por encima de todo lo
demás‖ y lleva una vida justa, ―él les dará todo lo que necesiten‖ (Mat. 6:33).
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Pasaje:
Pero sobre todo, hermanos míos, no juren ni por el cielo ni por la tierra ni por ningún otro
juramento. Más bien, sea su sí, sí; y su no, no, para que no caigan bajo condenación (Stg,
5:12, VMH).
Dificultad: ¿Está mal hacer un juramento, incluso cuando hay que decir ―juro decir la
verdad‖ en una corte?
Explicación: Santiago repite esencialmente lo que Jesús enseñó en Mateo 5:33 – 37 de no
hacer juramentos. Esto no era una prohibición de comprometerse a decir la verdad sino se
trata de acabar o una práctica inadecuada de jurar que algo es cierto cuando realidad se usaba
el juramento para engañar a otro. Esa es una práctica muy común hoy en día. Cuando alguien
es confrontado con algo malo que hizo, puede que diga; ―Te juro por la tumba de mi madre
que no lo hice‖. La persona a menudo espera que el juramento convenza de que él o ella está
diciendo la verdad cuando, en realidad, solo trata de engañar.
Lo que Jesús y Santiago afirman es que basta con ser honesto y que tu ―sí‖ sea un sí
honesto o tu ―no‖ sea un honesto no. En los días del Antiguo Testamento se juraba
honradamente con la bendición de Dios, por ejemplo en Deuteronomio 6:13. En Apocalipsis
10:6 juró un ángel, y Dios mismo juró en Génesis 22:16, 17. Pablo hizo un leve juramento en
2 Corintios con estas palabras: ―Pongo a Dios por testigo de que les digo la verdad‖ (2 Co.
1:23). Esto es lo que, en esencia, hacemos al prometer en una corte que diremos ―la verdad,
toda la verdad y nada más que la verdad, y que Dios me ayude‖. Nos comprometemos a ser
veraces y a no usar el juramento para engañar.
Versículos difíciles de los
libros de
1 y 2 Pedro
Pasaje:
Cristo sufrió por nuestros pecados una sola vez y para siempre. Él nunca pecó, en cambio,
murió por los pecadores para llevarlos a salvo con Dios. Sufrió la muerte física, pero volvió a
la vida en el Espíritu (1 Ped. 3:18).
Dificultad: ¿Jesús simplemente ―volvió a la vida en el Espíritu‖ (resucitó espiritualmente)
como alegan los testigos de Jehová, o resucitó corporalmente?
Explicación: Hay quienes afirman hoy que el cuerpo de Jesús se descompuso en la tumba y
que su verdadera resurrección fue espiritual. Los testigos de Jehová defienden una forma de
esta teoría. No aceptan que el cuerpo de Jesús se corrompió en el sepulcro sino que Dios
destruyó el cuerpo y que Jesús resucitó con un cuerpo inmaterial. Ambas teorías de una
―resurrección espiritual‖ plantean problemas insuperables.
Jesús mismo desmintió la teoría de una resurrección espiritual. Cuando sus asustados
discípulos pensaban que veían un espíritu, los reconvino: ―Miren mis manos. Miren mis pies.
Pueden ver que de veras soy yo. Tóquenme y asegúrense de que no soy un fantasma, pues
los fantasmas no tienen cuerpo, como ven que yo tengo‖ (Luc. 24:39). Más tarde, Cristo
comió pescado con sus seguidores, lo que demuestra aún más su modo de existencia de carne
y hueso. Mateo relata que cuando los discípulos lo reconocieron le abrazaron los pies y lo
adoraron (Mat. 28:9). ¡No es posible asir a un espíritu por las manos o los pies! Algunos han
argumentado que Jesús se manifestó temporalmente en un cuerpo físico para que los
discípulos lo reconocieran. Si bien esta es una respuesta imaginativa, es arbitraria y, lo que es
peor, hace que Jesús parezca un engañador lo cual es incompatible con su carácter y
naturaleza.
Pablo también refutó la teoría de una resurrección espiritual en su discurso sobre el cuerpo
de resurrección en 1 Corintios 15:29-58. Como antiguo fariseo creía firmemente en una
resurrección física. Al basar su teología en la resurrección de Cristo, el Apóstol argumenta
que nosotros también resucitaremos físicamente algún día. Si bien nuestro cuerpo resucitado
será físicamente diferente de nuestro cuerpo actual, la diferencia incluye una mejora;
continuará siendo completamente físico.
Algunos no están de acuerdo con esta interpretación del pasaje, basando su argumento en
la afirmación de Pablo en 1 Corintios 15:44: ―se siembra cuerpo natural; se resucita cuerpo
espiritual.‖ Alegan que Pablo creía en una resurrección inmaterial. Lo que esta objeción no
tiene en cuenta es que la palabra espiritual, en este contexto, no connota inmaterial. A
menudo nos referimos a la Biblia como un libro ―espiritual‖; sin embargo, ¡es evidente que
no queremos decir que es inmaterial!
El autor e investigador Michael Licona realizó una investigación histórica exhaustiva de
los términos griegos traducidos natural y espiritual en 1 Corintios 15:44. Después de una
extensa búsqueda en textos antiguos del siglo XVIII a. de J. C. hasta el siglo III d. de J. C,
concluyó: ―Aunque no consideré todas las 846 ocurrencias, vi la mayoría de ellas. No pude
encontrar una sola referencia en la que psujikós [que se traduce natural en 15:44] significara
‗física‘ o ‗material‘‖3. Es simplemente incorrecto suponer que Pablo contrasta un cuerpo
físico con un cuerpo no físico.
Otros se oponen a una resurrección física porque en 1 Corintios 15:50, Pablo señala que
―la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios‖ (VMH). Creen que el cuerpo de
Jesús tenía que ser inmaterial para que pudiera estar en el cielo. Pero la frase ―carne y
sangre‖ en este contexto se refiere a carne y sangre mortal, o un simple ser humano. Esta
interpretación se apoya en toda la Biblia. Por ejemplo, en Mateo 16:17 Jesús dice:
―Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi
Padre que está en los cielos‖ (VMH).
Para que la resurrección de Jesús fuera conducente a su promesa de que sería levantado de
entre los muertos, tenía que resucitar corporalmente. Porque cuando Cristo regrese, no solo
va a resucitarnos con cuerpos reales; restaurará esta tierra material a su diseño original,
porque el plan de Dios es ―reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la
tierra‖ (Efe. 1:10, NVI). Luego reinaremos con Él, no espiritualmente, sino literalmente.
(Ver la Explicación a Apoc. 21:5-7 respecto a lo que los cristianos heredaremos eternamente
de Dios).
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Pasaje:
Porque con este fin fue predicado el evangelio aun a los que están muertos, para que,
juzgados en carne según los hombres, vivan en espíritu según Dios. (1 Ped. 4:6, RVR-1977).
Dificultad: ¿Pueden los que no son cristianos ser salvos después de la muerte?
Explicación: ¿Sugiere este pasaje que hay algún tipo de purgatorio? ¿Quiere decir Pedro que
cuando una persona muere podría tener otra oportunidad?
El escritor de la epístola a los Hebreos dejó en claro que ―está establecido que los hombres
mueran una sola vez, y después el juicio‖ (Heb. 9:27, VHM). Por lo que es poco probable
que Pedro afirme que los muertos tienen una segunda oportunidad para arrepentirse. El
apóstol señala que el evangelio ―fue predicado‖ (tiempo pasado) a los que ―están muertos‖
(tiempo presente). Una traducción más clara diría así: ―Por eso, la Buena Nueva fue predicada a los que ahora están muertos; para que, a pesar de que estaban destinados a morir
como toda la gente, ahora vivan para siempre con Dios en el Espíritu‖ (1 Ped. 4:6). El pasaje,
pues, significa que a los que han muerto se les predicó el evangelio para que pudieran ser
salvos.
Sin embargo, algunos estudiosos creen que este pasaje podría referirse a Cristo quien,
después de su muerte, ofreció la salvación a los que murieron habiendo aceptado los
sacrificios de sangre del Antiguo Testamento. Esta interpretación muestra a Cristo
predicando a los muertos que observaron el sistema sacrificial levítico y explicándoles que
tales sacrificios se basaron en Él, el Cordero perfecto de Dios. Otros vinculan este pasaje con
1 Pedro 3:19, 20 que indica que Jesús ―fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en
otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de
Noé, mientras se preparaba el arca‖ (1 Ped. 3:19, 20). Pero los eruditos señalan que estos
versículos no afirman que Jesús ofreció la salvación o ―evangelizó‖ a los muertos no
arrepentidos. Algunos sostienen que el predicó o anunció la victoria de su resurrección, pero
no les dio la oportunidad para el arrepentimiento.
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Pasaje:
Yo, Simón Pedro, esclavo y apóstol de Jesucristo, les escribo esta carta a ustedes (2 Ped.
1:1).
Dificultad: ¿Realmente escribió 2 Pedro el apóstol Pedro?
Explicación: Debido a que 2 Pedro es diferente en estilo y tono a 1 Pedro, algunos
intérpretes suponen que el apóstol Pedro no la escribió. Aseveran que quizás otra persona la
escribió en su nombre.
En primer lugar, Pedro trata aquí un tema diferente del de su primera carta y eso explicaría
el cambio en el uso del lenguaje. Además, en su primera carta el Apóstol dice: ―Les he
escrito brevemente por medio de Silas‖ (1 Ped. 5:12, VMH). Según parece, Silas ayudó a
escribir la carta y su estilo de escribir explica las diferencias entre ambas cartas. Pedro
mismo escribió la segunda carta o utilizó un amanuense diferente. Cualquiera que sea el
caso, 2 Pedro se atribuye a Pedro y muchos eruditos opinan que él es su autor.
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Pasaje:
Dios no dejó sin castigo a los ángeles que pecaron, sino que, habiéndolos arrojado al infierno
en prisiones de oscuridad, los entregó a ser reservados para el juicio (2 Ped. 2:4, VMH).
Dificultad: Si los ángeles caídos (los demonios) están en el infierno, ¿cómo pueden tentar a
la gente hoy en día?
Explicación: La referencia de Pedro a ―los ángeles que pecaron" podría ser solo a un
pequeño grupo de ángeles. Ya en el año 500 d. de J.C. los escritores judíos de aquella
antigua literatura sostenían que los ―hijos de Dios‖ descritos en Génesis 6:2-4 en realidad
eran ángeles caídos. Estos ―hijos de Dios‖ tomaron para sí mujeres de entre las hijas de los
hombres de quienes nacieron los Nefilitas, una raza de gigantes. Algunos expertos creen que
estos ―hijos de Dios‖ son los ―ángeles que pecaron‖ a los que Pedro se refiere.
Judas expone esta idea: ―Les recuerdo de los ángeles que no se mantuvieron dentro de los
límites de autoridad que Dios les puso, sino que abandonaron el lugar al que pertenecían.
Dios los ha tenido firmemente encadenados en prisiones de oscuridad, en espera del gran día
del juicio‖ (Jud. 6). El primer libro de Enoc, en los capítulos 7 al 10, ofrece una explicación
detallada de este tema. Según este escrito, hubo 200 de estos ángeles que vinieron a la tierra
y tuvieron relaciones sexuales con las ―hijas de los hombres‖ (ver 1 Enoc 7:1-7). (Para
mayor información sobre el libro de Enoc y otros escritos que no forman parte del canon de
la Biblia, ver la Explicación a Judas 14).
Judas cita a Enoc Es probable que Pedro y Judas se refieran a estos ―hijos de Dios‖
mencionados en Génesis 6 como los ángeles que Dios arrojó ―en prisiones de oscuridad‖. De
acuerdo con esta opinión todavía hay muchos ángeles caídos o demonios que aún no han
sido encadenados y que, al presente, luchan contra los cristianos. Pablo afirma que no
combatimos contra un enemigo humano ―sino contra gobernadores malignos y autoridades
del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus
malignos de los lugares celestiales‖ (Efe 6:12).
Otros eruditos creen que Pedro posiblemente alude al juicio final de los ángeles caídos que
aún no ha llegado. En otras palabras, ellos pueden operar junto con Satanás, quien tiene el
control de este mundo (1 Jn. 5:19), pero están a la espera de un juicio final en el que el diablo
y sus demonios serán atados para siempre (Apoc. 20:10).
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Pasaje:
En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al
contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido, quiere que
todos se arrepientan... Y recuerden que la paciencia de nuestro Señor da tiempo para que la
gente sea salva (2 Ped. 3:9, 15).
Dificultad: ¿Está Cristo retrasando deliberadamente su regreso para que más personas se
salven?
Explicación: Jesús les dijo a sus discípulos que iba a prepararles un lugar para ellos y
―volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy‖ (Juan 14:3). Y
después de que Jesús fue crucificado y resucitó, sus discípulos le preguntaron: ―Señor,
¿restituirás el reino a Israel en este tiempo?‖ (Hech. 1:6, VMH).
Los discípulos, por supuesto, pensaban que el reino de Dios se establecería entonces, en el
siglo I, pero Jesús ascendió al cielo, y los ángeles les dijeron: ―Este Jesús… vendrá de la
misma forma que le han visto ir al cielo‖ (Hech. 1:11, VMH). Jesús nunca les explicó
cuándo volvería o qué condiciones específicas tendrían que cumplirse antes de su regreso
para establecer su reino eterno.
Sin embargo, Pedro sugiere una condición para el retomo de Cristo. Presentó esta
condición por primera vez cuando predicó inmediatamente después de Pentecostés. Instó a
los oyentes: ―Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean
borrados. Entonces de la presencia del Señor vendrán tiempos de refrigerio y él les enviará
nuevamente a Jesús, el Mesías designado para ustedes‖ (Hech. 3:19, 20). Aquí Pedro parece
que vincula el regreso de Jesús con el arrepentimiento de los presentes.
En 2 Pedro se establece un vínculo similar entre el regreso de Cristo y una vida piadosa.
―Dado que todo lo que nos rodea será destruido de esta manera, ¡cómo no llevar una vida
santa y vivir en obediencia a Dios, esperar con ansias el día de Dios y apresurar que este
llegue!‖ (2 Ped. 3:11, 12). El escritor parece sugerir que podemos apresurar la venida de
Cristo al ser testigos vivos de santidad y piedad. Y como Pedro sugiere, Dios espera y ―da
tiempo para que la gente sea salva‖ (2 Ped. 3:15).
Los estudios confirman que mientras más espera Cristo en volver más personas vienen a
Él. Una investigación conducida por Operation World, reportó en el libro Perspectives
(Perspectivas) que en 1887, después de 100 años de obra misionera cristiana alrededor del
mundo, se convirtieron tres millones de protestantes de una población de un 1.500 millones
de habitantes. Hoy en día, más de 100 años después, las cifras han cambiado
dramáticamente.
Puede que el cristianismo haya disminuido en proporción a la población de Occidente,
pero esto no es así en otras áreas importantes de la población del mundo. Por ejemplo, en
1990 había 8 millones de cristianos en África; para el año 2000 el número aumentó a 351
millones. El cristianismo se ha convertido en la religión principal en toda el África
subsahariana. En 1900 había 22 millones de cristianos en Asia; en el 2005 había alrededor de
370 millones. De 1900 al 2000 los evangélicos en América latina crecieron de 700.000 a más
de 55 millones. Y más musulmanes se están convirtiendo a Cristo en el Medio Oriente que
en cualquier otra época de la historia. El reporte del año 2006 de Operation World lo resume
de esta manera:
El cristianismo evangélico es el movimiento religioso de más rápido crecimiento en el
mundo actual. Representa más del doble de la tasa de crecimiento de la religión más
próxima (el Islam) y más del triple de la tasa de crecimiento de la población mundial4.
¿Significa esto que mientras la tierra se siga poblando y la gente venga a Cristo, Dios
esperará para poner fin a todo esto? No lo sabemos, pero Dios sí lo sabe y tal parece que ha
decidido no explicar plenamente cuándo regresará. Jesús dijo: ―Solo el Padre tiene la
autoridad para fijar esas fechas y tiempos, y a ustedes no les corresponde saberlo‖ (Hech.
1:7). Pero nosotros sabemos que debemos seguir siendo fieles y, como declaró Jesús: ―serán
mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes‖ (Hech. 1:8).
Versículos difíciles de los
libros de
1, 2 y 3 Juan
Pasaje:
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y
estos tres son uno (1 Jn. 5:7, RVR-1960).
Dificultad: Ya que esta referencia a la Trinidad no se encuentra en ninguno de los
documentos griegos más antiguos, ¿significa que la doctrina de la Trinidad no es bíblica?
Explicación: Es cierto que los documentos griegos más antiguos no incluyen esta versión
más larga del versículo 7, la cual aparece en algunas ediciones latinas y copias tardías de la
Vulgata latina. Con el tiempo, Erasmo de Rotterdam la incorporó al Textus Receptus griego,
razón por la cual aparece en las versiones Reina Valera y la Biblia de las Américas.
Por consiguiente, los eruditos no reconocen esta versión más larga de 1 Juan 5:7 como
parte del texto auténtico. Pero esto no significa que la Trinidad no se enseñe en otras partes
de la Biblia. Sin embargo, grupos como los testigos de Jehová, la United Church of God
(Iglesia Unida de Dios) y otras organizaciones utilizan esta inclusión indebida como
evidencia de que la Trinidad fue una doctrina añadida, introducida por ciertos líderes
eclesiásticos con la idea de impulsar la ideología de un Dios Trino.
Varios grupos en nuestros días aseveran que la Biblia enseña que ―El SEÑOR nuestro
Dios, el SEÑOR uno es‖ (Deut. 6:4, VMH) y no tres personas que existen como un solo ser.
Los testigos de Jehová sostienen que Dios el Padre es eterno, pero que Jesús fue el primer
ser que Dios creó (ver la Explicación a Col. 1:15). Otros que tampoco creen en la Trinidad,
como la Iglesia Apostólica, alegan que la Biblia no enseña que el único Dios existe en tres
personas. Sostienen que hay tres manifestaciones de un solo Dios. En otras palabras, el
Padre, Jesús el Hijo y el Espíritu Santo son la misma persona que simplemente se manifiesta
en diferentes formas.
La doctrina de la Trinidad no es una doctrina ―añadida‖. Desde el siglo I en adelante los
cristianos han enseñado que la Deidad es un Dios trino, un Dios en tres personas. La Biblia
enseña que Dios ha existido siempre como tres personas divinas.
Jesús es el divino Hijo de Dios. Esto no quiere decir que Jesús fue creado por Dios. En
realidad, la Biblia afirma claramente que Él siempre ha coexistido con Dios (ver Juan 1:1-3).
Jesús mismo declaró que él coexistía eternamente con su Padre Dios. Y sobre la base de esa
declaración los líderes judíos conspiraron para matarlo. Ellos decían que ―decía que Dios era
su Padre, con lo cual se hacía igual a Dios‖ (Juan 5:18). El apóstol Pablo declaró la Deidad
de Jesús. ―Cristo mismo era israelita en cuanto a su naturaleza humana. Y él es Dios, el que
reina sobre todas las cosas, ¡y es digno de eterna alabanza!‖ (Rom. 9:5). El escritor de
Hebreos señala: ―El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios‖
(Heb. 1:3).
Por lo tanto, Dios el Padre coexiste con Dios el Hijo y fue el Hijo quien creó todo lo que
existe.
Cristo es la imagen visible del Dios invisible. Él ya existía antes de que las cosas
fueran creadas y es supremo sobre toda la creación porque, por medio de él, Dios creó
todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra... Él ya existía antes de todas
las cosas y mantiene unida toda la creación (Col. 1:15-17).
El apóstol Pablo se refiere a ambos, al Padre y a Jesús como Dios. ―Es por mandato de
Dios nuestro Salvador que se me ha confiado esta tarea para él… Que Dios Padre y Cristo
Jesús nuestro Salvador te den gracia y paz‖ (Tito 1:3, 4). Dios el Padre es Deidad. Dios el
Hijo es Deidad.
Dios el Espíritu Santo también es Deidad. El apóstol Pedro reconoció esto cuando
descubrió la mala conducta de un hombre en la iglesia de Jerusalén. Estas son sus palabras:
―Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para mentir al Espíritu Santo?... No has mentido
a los hombres, sino a Dios‖ (Hech. 5:3, 4 VMH). El Espíritu ha coexistido eternamente con
el Padre y el Hijo y estuvo presente en la creación (ver Gen. 1:2). Jesús dijo: ―Y yo le pediré
al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor... Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a
toda la verdad... Cuando el Padre envíe al Ahogado Defensor como mi representante —es
decir, al Espíritu Santo—, Él les enseñará todo y les recordará cada cosa que les he dicho‖
(Juan 14:16, 17, 26). Pablo expresó, ―cuando creyeron en Cristo, Dios los identificó como
suyos al darles el Espíritu Santo, el cual había prometido tiempo atrás‖ (Efe. 1:13). Jesús
llamó Santo a su Espíritu coexistente porque es el Espíritu del Dios Santo. El Espíritu Santo
es la tercera persona de la divina Trinidad.
Las Escrituras citadas anteriormente nos dicen claramente que Dios no es meramente un
Dios con tres diferentes funciones o relaciones. Él es un Dios en tres personas que
interactúan entre sí y con nosotros. Dios el Padre es una persona distinta. Dios el Hijo es una
Persona distinta, y Dios el Espíritu Santo es una Persona distinta.
Tenemos clara evidencia de que Jesús, el Hijo de Dios, es una persona distinta porque
tomó forma humana mientras que Dios el Padre no lo hizo. Jesús se refirió varias veces a su
Padre Dios como una persona. Afirmó que estaba con una persona, su Padre, antes de que
naciera como hombre (Juan 8:38). Señaló que esta persona, su Padre, lo envió al mundo
(Juan 17:18). Indicó que había muchas moradas en la casa de su Padre (Juan 14:2) y
constantemente oraba a su Padre (p. ej., Juan 17:1).
Jesús se refirió a menudo al Espíritu Santo como una persona. Utilizaba el pronombre ―él‖
para referirse a Él. Jesús dijo:
Cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por su
propia cuenta, sino que les dirá lo que ha oído y les contará lo que sucederá en el
futuro. Me glorificará porque les contará todo lo que reciba de mí. Todo lo que
pertenece al Padre es mío; por eso dije: ―El Espíritu les dirá todo lo que reciba de mí‖
(Juan 16:13-15).
Jesús también se refirió a las tres personas de la Trinidad cuando les dijo a sus seguidores
que hicieran discípulos, ―bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo‖ (Mat. 28:19).
Además, cuando alguien alega que el Espíritu Santo no es una persona sino solo una
influencia, fuerza o energía, desafía a Jesús quien se refería a Él como una persona. Otras
Escrituras también se refieren al Espíritu Santo como una persona distinta. El apóstol Pablo
le atribuye características de una persona. Argumenta que el Espíritu Santo tiene una mente:
―Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu‖ (Rom. 8:27, NVI).
La Biblia también testifica que puede sentir. ―No entristezcan al Espíritu Santo de Dios‖
(Efe. 4:30). El Espíritu Santo toma decisiones en cuanto a quién va a recibir dones
espirituales. ―Es el mismo y único Espíritu quien distribuye todos esos dones. Sólo Él decide
qué don cada uno debe tener‖ (1 Cor. 12:11). Como se señaló anteriormente, Pedro le dijo a
Ananías: ―Le mentiste al Espíritu Santo‖ (Hech. 5:3). Ananías no le mintió a una influencia,
sino a una persona. Pedro le dijo: ―¡No nos mentiste a nosotros sino a Dios!‖ (Hech. 5:4).
La Trinidad es un solo Dios que coexiste eternamente como tres personas. El Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo, como tres personas distintas, comparten la misma sustancia y
esencia del ser de Dios.
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Pasaje:
Hay pecado de muerte, acerca del cual no digo que se pida. Toda maldad es pecado, pero hay
pecado que no es de muerte (1 Jn. 5:16, 17, VMH).
Dificultad: ¿Cuál es el ―pecado de muerte‖ o el pecado imperdonable?
Explicación: Los eruditos bíblicos tienen diferentes opiniones en cuanto al ―pecado de
muerte‖ del que habla Juan. Algunos creen que se refiere a la apostasía, la cual implica
abandonar la fe apostólica y formar parte de un grupo herético y anticristiano. Algunos
afirman que los apóstatas son personas que aprenden todo acerca de Cristo y lo que Él ofrece
y, no obstante, le dan la espalda y se unen a un movimiento contrario a Cristo. Esto sería un
pecado que, sin duda, conduciría a la muerte. Otros opinan que un apóstata es alguien que
una vez experimentó una relación con Dios pero rechazó a Cristo y a la iglesia. Y hay
quienes suponen que podría tratarse de personas que alguna vez fueron cristianas pero se
apartaron de Cristo; sus pecados los llevaron a una muerte prematura pero su alma será salva.
Jesús mismo hizo una referencia a un pecado que no podía ser perdonado ―Cualquiera que
hable contra el Espíritu Santo no le será perdonado, ni en este mundo, ni en el venidero‖
(Mat. 12:32, VMH). Jesús declaró: ―Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres,
pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada‖ (Mt. 12:31, VMH). Blasfemar es
hablar con desprecio o en abierto desafío contra alguien.
¿Por qué la blasfemia contra el Espíritu Santo es imperdonable? Jesús dijo que su Padre
enviaría el Espíritu Santo para convencer al mundo ―de pecado, de justicia y de juicio‖ (Juan
16:8, VMH). Y si alguien resiste la obra de convicción del Espíritu Santo y se niega a
aceptar el sacrificio de Jesús como la justicia de Dios, ¿cómo puede ser perdonado? Sin estar
de acuerdo con el Espíritu Santo en relación al pecado y la ofrenda de Jesús por el pecado,
jamás podrá haber perdón. Por consiguiente, este es el pecado imperdonable.
El escritor de Hebreos dice lo mismo: ―Si seguimos pecando a propósito después de haber
recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda ningún sacrificio que cubra esos
pecados‖ (Heb. 10:26). Si rechazamos la obra de convicción del Espíritu Santo y seguimos
pecando deliberadamente, simplemente no podremos obtener perdón.
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Pasaje:
Yo, Juan, el anciano, les escribo esta carta a la señora elegida y a sus hijos, a quienes amo en
la verdad —y no sólo yo sino también todos los que conocen la verdad (2 Jn. 1:1).
Dificultad: ¿Quién es la señora elegida a quien Juan escribe?
Explicación: Hay varias cartas de los apóstoles que fueron escritas a ciertos individuos. ¿De
modo que esta carta está dirigida a una mujer en particular a quien Juan conocía?
La palabra griega para señora en el versículo uno es kuría, y puede ser un nombre propio.
Algunos opinan que esta carta se escribió a una mujer en particular llamada Kuría y a sus
hijos biológicos. Juan más tarde le dice: ―Recibe saludos de los hijos de tu hermana, la
elegida por Dios‖ (2 Jn. 13).
Sin embargo, otros creen que Juan se refiere a una iglesia local en particular como ―la
señora elegida‖. Estaría diciendo que los que han conocido la verdad la aman. Estas palabras
no parecen estar dirigidas a una mujer en particular porque es dudoso que todos los que
conocen la verdad la amen dado que no todos estarían familiarizados con ella como persona.
Pero si Juan se refiere al cuerpo de Cristo, su iglesia, entonces todos los creyentes que aman
la verdad amarían al cuerpo de Cristo.
En conclusión, no está claro quién es la ―señora elegida" a la que Juan escribe; puede ser
una persona en particular o la iglesia en general.
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Pasaje:
Querido amigo, le eres fiel a Dios cada vez que te pones al servicio de los maestros
itinerantes que pasan por ahí… pues viajan en servicio al Señor y no aceptan nada de los que
no son creyentes. Por lo tanto somos nosotros los que debemos apoyarlos y así ser sus
colaboradores cuando enseñan la verdad (3 Jn. 5, 7, 8).
Dificultad: ¿Deben los evangelistas itinerantes rechazar donativos de los que no son
cristianos?
Explicación: Juan escribe esta carta para reforzar las verdaderas enseñanzas del evangelio y
la autoridad de los apóstoles. Las falsas enseñanzas estaban diseminadas dentro de la iglesia
primitiva. Diótrefes era un maestro que se separó de la comunión de los apóstoles.
Rechazaba a los maestros itinerantes enviados por los apóstoles y les decía a los demás que
no los recibieran ni los apoyaran de ninguna manera (ver 3 Jn. 9, 10).
Así que Juan se opone a tal proceder al escribirle a su amigo Gayo. Le agradece que reciba
a los maestros itinerantes y lo anima a que los apoye en todo cuanto pueda. Juan
simplemente le informa que estos maestros no aceptaban nada de los no creyentes. No hay
nada en el texto que indique si hacían bien o mal al no recibir ayuda de los no cristianos.
Parecería que el albergue o cualquier otro material de apoyo serían bienvenidos sin importar
de quien vinieran siempre y cuando no hubiera ataduras ni condiciones. Si el recibir apoyo
no influyera en el verdadero mensaje que estos maestros proclamaban, es dudoso que los
apóstoles se hubieran opuesto.
Versículos difíciles del
libro de
Judas
Pasaje y Dificultad: Judas 6. Si los ángeles caídos (los demonios) están en el infierno,
¿cómo pueden tentar a la gente hoy en día?
Explicación: Ver 2 Pedro 2:4.
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Pasaje:
Enoc, quien vivió en la séptima generación después de Adán, profetizó acerca de estas
personas. Dijo: ―¡Escuchen! El Señor viene con incontables millares de sus santos para
ejecutar juicio sobre la gente de este mundo. Declarará culpables a los seres humanos por
todos los actos perversos que cada uno haya hecho y a los pecadores rebeldes por todos los
insultos que hayan dicho contra él‖ (Jud. 14, 15).
Dificultad: Puesto que Judas está citando el libro de Enoc, ¿por qué este libro no forma parte
de la Biblia? ¿Hay otros libros que no se admitieron en la Biblia ―oficial‖?
Explicación: Judas cita 1 Enoc 1:9, que formaba parte de la literatura judía de la época. Sin
duda, la mayor parte de la iglesia primitiva estaba familiarizada con el libro de Enoc.
No era raro que los apóstoles citaran de fuentes distintas al texto hebreo, que era la Biblia
aceptada. No todo el contenido del libro de Enoc fue aceptado plenamente por los eruditos
judíos, pero eso no quiere decir que escritores como Judas no pudieran citar de él.
Obviamente, consideró que ciertas porciones eran válidas. Incluso Pablo citó a los poetas
seculares en Hechos 17:28 y 1 Corintios 15:33, y a un filósofo secular en Tito 1:12. De modo
que citar la literatura judía de ninguna manera distorsiona o disminuye la verdad de la Biblia.
La pregunta más importante es, ¿por qué un libro como Enoc no fue aceptado como parte de
la Biblia? Y ¿hay otros libros que debieron considerarse parte de la Biblia oficial? Y ¿por
qué Dios no continúa inspirando a otros para que escriban su Palabra hoy?
Hay muchas personas a lo largo de la historia que han escrito libros y cartas espirituales e
inspiradores. Pero hay una buena razón por la que no se los considera iguales a la Biblia. Es
verdad que el Espíritu Santo está vivo hoy y guía a su pueblo a escribir literatura inspirada.
Sin embargo, los líderes judíos y cristianos hace mucho tiempo llegaron a la conclusión de
que el período conocido como la ―revelación especial de Dios‖ ha terminado.
Más de 100 años antes del nacimiento de Cristo los 39 libros del Antiguo Testamento ya
habían sido escritos, reunidos y oficialmente reconocidos (canónicos) como Biblia inspirada
de Dios por los líderes judíos. A finales del año 300 d. de J.C. los 27 libros del Nuevo
Testamento fueron reconocidos como inspirados por Dios. El autor de la epístola a los
Hebreos expresó: ―Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diversas maneras a
nuestros antepasados por medio de los profetas. Y ahora, en estos últimos días, nos ha
hablado por medio de su Hijo‖ (Heb. 1:1, 2). Y una vez que Dios entregó su mensaje
completo por medio de los profetas, ―cerró el libro‖ del Antiguo Testamento.
Jesús confirmó la compleción y la autoridad de todas las Biblias hebreas (los 39 libros que
hoy componen nuestro Antiguo Testamento) cuando señaló que ―era necesario que se
cumpliesen todas estas cosas que están escritas de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y
en los Salmos‖ (Luc. 24:44, VMH). Jesús se refería a la totalidad del Antiguo Testamento
hebreo. Además, Jesús no citó ningún otro escrito aparte de los 39 libros del Antiguo
Testamento para indicar que Dios no había inspirado ninguna otra obra literaria. Cuando
utilizó la frase ―todas las Escrituras‖ (Luc. 24:27, VMH) para referirse al Antiguo
Testamento mostró que aceptaba íntegro el mismo canon que los judíos de la época también
admitieron.
El Nuevo Testamento se centra en la revelación de Dios mediante su Hijo Jesucristo, tal
como la escribieron sus apóstoles. Obviamente, los escritos mejores y más precisos acerca de
Jesús y de todo lo que reveló fueron hechos por los que estuvieron en estrecho contacto con
Él. Así, los hombres inspirados por Dios para revelar la verdad de su Hijo y su mensaje
fueron testigos oculares o que conocían a quienes lo oyeron directamente proclamar el
mensaje del evangelio. A finales del siglo I se hizo evidente para la iglesia primitiva que la
revelación e inspiración de las Biblias estaba completa y había terminado.
Sin embargo, pronto surgieron algunos escritos de los que se pensó que también debían ser
considerados Biblia. Después de que el canon del Antiguo Testamento fue reconocido por
los líderes judíos y se cerró oficialmente, permaneció o apareció cierta literatura de
naturaleza espiritual. Hoy en día esos escritos se conocen como apócrifos, una palabra que
significa ―lo que está oculto‖.
Hubo 14 libros que se agregaron a los 39 libros canónicos en la Septuaginta (la traducción
griega del Antiguo Testamento hebreo). Estos 14 libros (los apócrifos), no fueron aceptados
por la iglesia primitiva pero con el tiempo la Iglesia Católica Romana los incluyó en el
Antiguo Testamento en el año 1546 d. de J.C.
Estos libros añadidos surgieron entre el 200 a. de J.C. y un poco después del año 100 d. de
J.C. Ellos son:
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
Primer libro de Esdras
Segundo libro de Esdras
Tobías
Judit
Adiciones a Ester
La Sabiduría de Salomón
Eclesiástico
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Baruc
Susana
Bel y el Dragón (adiciones a Daniel)
El Canto de los Tres Jóvenes Hebreos (adiciones a Daniel)
La Oración de Manasés
Primer libro de los Macabeos
Segundo libro de los Macabeos
Los libros apócrifos no forman parte de la Biblia protestante hoy. La razón aducida por los
eruditos protestantes para rechazar estos libros es que ninguno de los 14 libros apócrifos del
Antiguo Testamento reclama inspiración divina. De hecho, algunos de ellos rehúsan
aceptarla. También los rechazaron varios historiadores dignos de crédito, filósofos y
traductores como Flavio Josefo, Filón y Jerónimo. Los más antiguos Padres de la Iglesia los
excluyeron en su totalidad.
Hubo también ciertas cartas o libros de los que se pensó que debían incluirse en el Nuevo
Testamento. A finales del siglo I las epístolas de Pablo y los cuatro Evangelios fueron
ampliamente aceptados por la nueva iglesia cristiana como inspirados divinamente. Pedro,
incluso, escribió por el año 65 d. de J.C. que todos los escritos conocidos de Pablo
pertenecían a la categoría de Biblia (ver 3:15, 16). Pero a mediados del siglo II hubo un
número creciente de otros escritos que llamaron la atención de algunos que se preguntaban si
también eran inspirados por Dios. A estos se les conoció como apócrifos del Nuevo
Testamento y escritos gnósticos (gnóstico quiere decir que tiene que ver con el
conocimiento).
Sin embargo, la iglesia primitiva rechazó los escritos gnósticos porque en gran medida
contradecían los Evangelios y las epístolas de Pablo. Entre estos se cuentan El Evangelio de
la Infancia de Tomás, El Evangelio de Judas, el Evangelio de Pedro y El Evangelio de
Tomás. Estos escritos enseñaban que había múltiples creadores; que la ignorancia era el
problema principal y no el pecado, y que la salvación era por ―conocimiento espiritual" para
unos cuantos nada más. Uno de esos escritos gnósticos presenta al joven Jesús golpeando a
otros niños que habían chocado con Él.
A finales de los años 300, cuando los Padres de la Iglesia habían establecido un medio
para reconocer la Palabra autoritativa de Dios, estas obras ya habían sido rechazadas. En el
año 367 Atanasio de Alejandría ofreció la primera lista oficial de los 27 libros del Nuevo
Testamento que tenemos hoy. Por el año 397 d. de J.C. los concilios eclesiásticos de Hipona
y Cartago también los aceptaron.
Versículos difíciles del
libro de
Apocalipsis
Pasaje:
La revelación de Jesucristo, la cual Dios le dio para mostrar a sus siervos los acontecimientos
que deben suceder pronto (Apoc. 1:1).
Dificultad: Ya que hay diversas interpretaciones de Apocalipsis, ¿cuál es el mensaje de este
libro para los cristianos de hoy?
Explicación: El libro de Apocalipsis es confuso para muchos cristianos. Está escrito en un
estilo llamado apocalíptico que nos transporta a un reino espiritual de bestias extrañas,
nombres y números simbólicos, y eventos catastróficos. Revela una visión diferente de
nuestra realidad presente y todo esto plantea preguntas en cuanto a cómo debemos
interpretarlo.
En términos generales, los eruditos se han alineado en tres perspectivas con respecto a
cómo el milenio (un período de mil años) se relaciona con el regreso de Cristo como se
describe en Apocalipsis 20. Tiene que ver con lo que sigue inmediatamente después de la
venida de Cristo a la tierra con poder, acompañado de un ejército celestial para derrotar a la
bestia y al falso profeta en la batalla de Armagedón. La Biblia dice que luego un ángel
―prendió aquella serpiente antigua quien es el diablo y Satanás, y le ató por mil años‖ (Apoc.
20:2, VMH). Es entonces que Cristo va a gobernar al mundo durante un milenio. Las tres
perspectivas que la gente toma sobre el reino milenario de Cristo en gran medida
condicionan la manera en que interpretan el mensaje íntegro de la visión de Juan en el
Apocalipsis.
Amilenarismo. Este punto de vista rechaza la noción de que Cristo va a reinar físicamente
por un período literal de mil años sobre la tierra. Interpretan los mil años de Apocalipsis 20
como un número simbólico o metafórico. Los amilenaristas creen en un milenio espiritual
que va desde la primera hasta la segunda venida de Cristo. Incluso algunos creen que este
período de tiempo terminó con la destrucción de Jerusalén en el año 70 d. de J.C.
El enfoque general de este punto de vista es que Cristo reinará espiritualmente con su
pueblo al final de esta era cuando regrese para el juicio final, y establecerá un reino perfecto
y sin pecado por la eternidad con aquellos ―cuyos nombres están inscritos en el libro de la
vida del Cordero‖.
Premilenarismo. Este punto de vista contempla a Cristo quien rapta a su iglesia de la tierra,
envía juicio sobre los que quedan por un período de tres años y medio a siete años, y después
regresa a reinar literalmente en la tierra por mil años. Luego de ese período de tiempo viene
el juicio final, después del cual Cristo establecerá su reino eterno con todos los que confiaron
en él.
La idea premilenarista generalmente está incorporada a un sistema teológico conocido
como dispensacionalismo. Un principio común de este sistema es que la nación de Israel
verá el cumplimiento literal de la promesa que Dios le hizo a Abraham. Según este concepto,
la iglesia es distinta de Israel, y mientras que la iglesia juega un papel evangelizador en el
tiempo del fin. Dios cumple literalmente las promesas del Antiguo Testamento que le fueron
hechas a Israel.
Posmilenarismo. Este punto de vista sostiene que el milenio es una era; no significa
necesariamente que Cristo venga a reinar literalmente mil años. Mediante un aumento
gradual de la influencia del evangelio en el mundo, los posmilenaristas creen que Cristo
eventualmente regresará para juzgar a los impíos y establecerá su reino para siempre. Este
concepto, parecido al de los amilenaristas, considera que gran parte de la visión de Juan es
una metáfora del triunfo de Cristo sobre Satanás.
Como se ha indicado, ha habido un considerable debate sobre la manera en que los
cristianos deben interpretar el libro del Apocalipsis. Aunque los cristianos están
profundamente divididos sobre este asunto, están de acuerdo en el tema y el mensaje básico
del libro.
El mensaje del Apocalipsis es que, a pesar de todo el mal del mundo y el ataque de
Satanás contra el pueblo de Dios, finalmente Cristo triunfa sobre el pecado y la muerte. Dios,
por medio de su Hijo, restaura su plan original de un mundo perfecto en el que tiene una
relación sin obstáculos con los seres humanos que ha creado y con el planeta tierra.
Ciertamente, el dolor, el pecado y el sufrimiento dominan a este mundo caído pero la gran
victoria sobre el mal ya se ha ganado mediante la muerte y la resurrección de Cristo. Por
tanto, debemos ser pacientes y vivir por fe en Dios quien recompensará a los que son fieles.
El apóstol Pablo escribe en términos paralelos a los de Apocalipsis:
Cristo fue resucitado como el primero de la cosecha, luego todos los que pertenecen a
Cristo serán resucitados cuando él regrese. Después de eso, vendrá el fin, cuando él le
entregará el reino a Dios el Padre, luego de destruir a todo gobernante y poder y toda
autoridad. Pues Cristo tiene que reinar hasta que humille a todos sus enemigos debajo
de sus pies. Y el último enemigo que será destruido es la muerte... Entonces, cuando
todas las cosas estén bajo su autoridad, el Hijo se pondrá a sí mismo bajo la autoridad
de Dios, para que Dios, quien le dio a su Hijo la autoridad sobre todas las cosas, sea
completamente supremo sobre todas las cosas en todas partes (1 Cor. 15:23-26, 28).
El mensaje de Apocalipsis debe impulsarnos a responder como Salomón cuando habla de
la totalidad de la vida: ―Mi conclusión final es la siguiente: teme a Dios y obedece sus
mandatos, porque ese es el deber que tenemos todos. Dios nos juzgará por cada cosa que
hagamos, incluso lo que hayamos hecho en secreto, sea bueno o sea malo (Ecl. 12:13, 14).
__________________________________________________________________________
Pasaje y Dificultad: Apocalipsis 21:1, 2. ¿Es el hogar celestial de Dios (el cielo) donde los
cristianos pasarán la eternidad?
Explicación: Ver Juan 14:1-3.
__________________________________________________________________________
Pasaje:
Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. A todo el que tenga sed, yo le daré a beber
gratuitamente de los manantiales del agua de la vida. Los que salgan vencedores heredarán
todas esas bendiciones, y yo seré su Dios, y ellos serán mis hijos (Apoc. 21:6, 7).
Dificultad: ¿Qué herencia les dará realmente Dios a los cristianos en la eternidad?
Explicación: Dios nos dará ―todos nuestros derechos como sus hijos adoptivos, incluido el
nuevo cuerpo que nos prometió‖ (Rom. 8:23). Eso significa que heredaremos un cuerpo que
vivirá para siempre y que disfrutaremos un nuevo cielo y una nueva tierra (2 Ped. 3:13) que
nunca más será maldecida. En realidad, ―ya no habrá más maldición‖ (Apoc. 22:3) sobre
nada. ―No se permitirá la entrada a ninguna cosa mala‖ (Apoc. 21:27) a este nuevo mundo y
―no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más‖
(Apoc. 21:4).
La herencia que Dios les concederá a sus hijos por toda la eternidad será un nuevo hogar
prístino y glorioso que retendrá la confortable familiaridad que amamos. Dios no va a crear
un lugar extraño que nos obligue a reajustarnos por completo y cambiar quienes somos. Más
bien, restaurará lo antiguo, quitando cicatrices, daños y anomalías infligidos por la caída.
Disfrutaremos la belleza restaurada de la tierra con sus frondosos bosques, montañas
majestuosas, aguas centelleantes y un reino animal en el que la multitud de especies ya no
estén enfrentadas entre sí.
Pero más que eso: nuestro futuro hogar será un lugar donde estarán los seres que amamos,
en el que la palabra familia tendrá un nuevo significado. Nuestras familias y amigos
terrenales pueden ser estupendos, pero a veces nos cansamos de estar con ellos. Sin embargo,
en nuestro nuevo hogar estos defectos relaciónales serán eliminados junto con las
imperfecciones del medio ambiente. Todos podrán relacionarse entre sí exactamente como
debieron hacerlo desde el principio. En realidad, no habrá nada más que felicidad en cada
aspecto de la vida porque entraremos en el gozo puro de Dios.
Jesús mismo nos dio una ilustración de lo que será heredar el reino de los cielos cuando
afirmó que el Señor nos daría el mayor de los elogios: ―Bien, siervo bueno y fiel‖. Pero
habrá mucho más cuando añada: ―Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en
el gozo de tu señor‖ (Mat. 25:23, VMH). Nuestra herencia eterna es mucho más que una
recompensa; es nuestra iniciación en un nuevo mundo pleno de sentido y significado para
nuestra vida.
Una de las cosas que incluye nuestra herencia es aquello sobre lo que el Señor nos pondrá.
Algunas personas piensan que el cielo es una vacación interminable. Obviamente, Mateo
25:23 indica que no seremos meros espectadores sino activos participantes de nuestra
herencia. Habrá cosas que hacer y proyectos de los que estaremos a cargo.
Randy Alcorn cita al teólogo Dallas Willard, quien comenta sobre Mateo 25:23:
Se ha reservado un lugar para cada uno de nosotros en el orden de la creación de Dios
desde antes del principio de la existencia cósmica. Su plan es que nos desarrollemos,
como aprendices de Jesús, hasta que podamos tomar nuestro lugar en el curso creativo
del universo.
Alcorn añade:
Dios nos está ataviando para el liderazgo. Observa cómo le demostramos fidelidad. Lo
hace a través de su programa de aprendizaje que nos dispone para el cielo. Cristo no
solo está preparando un lugar para nosotros sino que nos está preparando para ese
lugar5.
Después de que Dios creó la tierra original les dijo a Adán y a Eva: ―Sean fructíferos y
multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del
cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo‖ (Gen. 1:28, NVI). Dios tenía en
mente una responsabilidad para la familia original de seres humanos que había creado, y
parece que tiene otra responsabilidad en mente para sus futuros hijos redimidos. En su visión
Juan vio a los que fueron lavados en la sangre del Cordero recibiendo un lugar ―delante del
trono de Dios‖ donde ―día y noche le sirven‖ (Apoc. 7:15, NVI). Así que nuestra presente
fidelidad a Dios es recompensada con responsabilidades futuras en nuestro nuevo hogar. A
primera vista, esta promesa puede que no atraiga ahora mismo a algunos. Podrías pensar:
Estoy estresado con todas las responsabilidades que se apilan sobre mí aquí. Tenía la
esperanza de que en el cielo me iba a librar de todo eso.
Randy Alcorn responde a ese temor con una perspectiva única:
E1 servicio es una recompensa, no un castigo. Esta idea es extraña a los que no les
gusta su trabajo y solo lo soportan en espera de la jubilación. Creemos que el trabajo
fiel debe ser recompensado con unas largas vacaciones por el resto de la vida. Pero
Dios nos ofrece algo muy diferente: más trabajo, más responsabilidades, mayores
oportunidades, junto con mayores capacidades, recursos, sabiduría y poder.
Tendremos mentes agudas, cuerpos fuertes, un propósito claro y alegría inextinguible.
Cuanto más servimos a Cristo ahora, más grande será nuestra capacidad de servirle en
el cielo6.
Hay muchas cosas que ahora no podemos saber sobre nuestra vida futura. Qué es
exactamente lo que podemos esperar que haremos por toda la eternidad todavía está velado
por el misterio. Es un gran secreto que aguarda ser revelado. Pero sabemos esto: Cualquier
tarea que Él haya planeado para usted, le quedará como traje a la medida. Cuando le sea
asignada, repentinamente entenderá la razón de haber recibido sus talentos particulares. Será
el trabajo de sus sueños, la senda a la realización de sus más profundas ambiciones. Un
lugar perfecto en el que encajará a la perfección por toda la eternidad.
NOTAS
Como utilizar este manual
1. Josh McDowell y Sean McDowell, The Unshakable Truth (Eugene, OR: Harvest House
Publishers, 2010), p. 96.
2. Josh McDowell, More Evidence That Demands a Verdict (Nashville, TN: Thomas
Nelson Publishers, 1999), pp. 21, 22.
3. McDowell, More Evidence, p. 26.
4. Josh McDowell, The New Evidence that Demands a Verdict (Nashville, TN: Thomas
Nelson Publishers, 1999), pp. 38, 39. Existe la versión en español: Nueva evidencia que
demanda un veredicto (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 2007).
5. El autor se refiere al año de la publicación de esta obra en inglés, es decir, 2013 [N. del
Trad.].
Pentateuco: Génesis-Deuteronomio
1. Simon Singh, Big Bang: The Origin of the Universe (New York: Harper-Collins, 2004),
pp. 144-61, 249-61.
2. P.C.W. Davies, “Spacetime Singularities in Cosmology”, Study of Time 11, ed. J. T.
Fraser (Berlin: Springer Vcrlag, 1978), pp. 78, 79.
3. Richard N. Ostling, “The Search for the Historical Adam”, Revista Christianity Today, 11
de junio, 2011, p. 25.
4. Ann Gauger, “The Science of Adam and Eve”, en Ann Gauger, Douglas Axe, y Casey
Luskin, Science and Human Origins (Seattle,
WA: Discovery Institute Press, 2012), p. 117.
5. Gauger, p. 115.
6. Ostling, op. cit. p. 25.
7. Lee Irons y Meredith G. Kline, “The Framework View”, The Genesis Debate, ed. David
G. Hagopian (Mission Viejo, CA: Crux Press, 2001), pp. 217-53.
8. Como se cita con Ostling, p. 26.
9. Ibid, p. 27.
10. Ibid, p. 27.
11. Ibid, p. 27.
12. Fazale R. Rana y Hugh Ross, “New Discoveries in Biochemistry of Aging Support the
Biblical Record”, 2001, consultado en:
www.godandsciencie.org/apologetics/longlife.html#senescense.
13. Rana y Ross.
14. Como se informó en www.thecomputerwizard.biz/lightning.htm.
15. Josh McDowell, Answers to Tough Questions (Wheaton, II - Tyndalc House Publishers,
1991), p, 211.
16. Ibid. p. 212.
17. Ibid. p. 212.
18. Ibid, p. 212.
19. Ibid. p. 213.
20. Ibid, p. 213.
21. Ibid. p. 213.
22. Paul Copan, How Do You Know You're Not Wrongf (Grand Rapids, MI: Baker Books,
2005), p. 126.
23. Henri Blochcr, In the Beginning: The Opening Chapters of Genesis (Downers Grove, II:
InterVarsity Press, 1984), p. 209.
24. Josh McDowell. The New Evidence that Demands a Verdict (Nashville, TN: Thomas
Nelson Publishers, 1999), p. 378. Existe la versión en español: Nueva evidencia que
demanda un veredicto (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 2007).
25. Gerald E Hawthorne, Ralph P. Martin y Daniel G. Reid, Dictionary of Paul and His
Letters (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1993), p. 881.
26. Sean McDowell y Jonathan Morrow, Is God Just a Human Invention? (Grand Rapids,
MI: Kregel Publications, 2010), pp. 151, 152.
27. Harold L. Willmington, Willmington's Bible Handbook (Wheaton, II: Tyndalc House
Publishers, 1997), p. 889.
28. “Archaeology and Sources for Old Testament Background”, New Living Translation
Study Bible (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 2008), p. 8.
29. McDowell, The New Evidence, pp. 476,477.
Los libros históricos: Josué-Ester
1. Joel Kramer, “Bible Expedition: Jericho Unearthed", DVD, Exploration Mims, Sourceflix,
Inc.
Los libros poéticos y sapienciales: Job-Cantares
1. Ryrie Study Bible, Charles Caldwell Ryrie, cd. (Chicago: Moody Press, 1976), p. 25.
Existe la versión en español: Biblia de Estudio Ryrie (Editorial Portavoz, 1991).
Los profetas: Isaías-Malaquías
1. Museo de Perianto en Berlín. Consultado en
http//en.wikipedia.org/wiki/file: Pergamos_Museum_ Berlin_2007085.jpg.
Los Evangelios/Narraciones: Mateo-Hechos
1. Timothy Keller. The Reason for God: Beliefs an Age of Skepticism (New York: Hutton,
2008). pp. 76, 77.
2. C.S. lewis, The Abolition of Man (New York: Macmillan. 1947), p. 69
3. Randy Alcorn, Heaven (Wheaton. II: Tyndalc Home Publishers, 2004). p. 101.
Las Epístolas dc Pablo: Romanos-Filemón
1. Como se cita en Ravi Zacharias y Norman Geisler. Who Made God? (Grand Rapids MI:
Zondcrvan. 2003), p. 97.
2. Randy Alcorn. Heaven (Wheaton, II: Tyndale House Publishers
2004). p. 57. Existe la versión en español: El cielo (Tyndale Español, 2006).
3. Como se cita en Stanley J. Grenz y Denise Muir Kjesbo, Women in the Church (Downers
Grove, IL: InterVarsity Press 1995, p. 126.
Las Epístolas generales: Hebreos-Apocalipsis
1. Barbara Bradley Hagerty, “The God Choice”. USA Today., 22 dc junio, 2009, 9a.
2. Dinesh D’Souza, Life After Death: The Evidence (Washington, DC: Regnery Publishing.
2009), p 63.
3. Michael Licona, “Paul on the Nature of the Resurrection Body", en Baried Hope or Riten
Savior: The Search for the Jesus Tomb, ed. Charles L. Quarles (Nashville, TN: B&H
Academic, 2008), pp. 177-198.
4. Institute of International Studies, Perspectives on the World Christian Movement
(Pasadena, CA: William Carey Library. 2009), pp 362-364.
5. Randy Alcorn, Heaven (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 2004), p. 215. Existe la
versión en español: El cielo (Tyndale Español, 2006)
6. Alcorn, p. 226.
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