Subido por The Wolf

Ensayo sobre un mundo feliz

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Silvia Carvalho Oñate
Sociología de la cultura
Grado en Comunicación Audiovisual
Curso 2022/2023
Título: Un mundo feliz
Autor: Aldous Huxley
Fecha de publicación: 1932
Grupo editorial Tauro, 1978: Espartaco Ríos Hernández
Un mundo feliz, de la mano de Aldous Huxley es, junto a 1984 de George Orwell
y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, una de las mayores novelas de ciencia ficción
futurista creadas en el siglo XX donde se narra de forma irónica un mundo
utópico en el que impera la felicidad, las emociones catalogadas como negativas
no existen y todos los ciudadanos conviven en paz realizando sus labores sin
disconformidad alguna.
Resulta maravilloso e inspirador pensar en un mundo en el que ni el conflicto ni
la pobreza son una opción. Sin embargo, hay que tener en cuenta los medios
empleados para tal fin: la fabricación de seres humanos a través de un sistema
de condicionamiento conocido como Hipnopedia, el consumo masivo de drogas
como forma de evasión, provocando una fuerte dependencia, un sistema de
castas creando así la desigualdad entre los ciudadanos, la separación entre sexo
y reproducción trayendo como consecuencia el estigma del concepto “padre” o
“madre”, la capitalización de absolutamente todos los aspectos de la vida, etc.
En definitiva, un mundo creado minuciosamente para someter al ser humano en
una dictadura global sin que estos lo sepan, ya que, al fin y al cabo, “la ignorancia
hace la felicidad”.
Eso nos lleva a una profunda reflexión sobre el sistema socioeconómico actual.
¿La intención de Huxley es entretener al espectador con una obra que resulta
terrorífica o prevenirnos acerca del futuro que le espera al mundo?
En este ensayo realizaré una comparativa entre el mundo actual y el propuesto
por el autor de la novela junto un análisis sobre cuál puede ser el destino de la
raza humana.
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Empecemos desde el inicio de la vida, el nacimiento. En el libro se explica cómo
se utiliza un sistema de fecundación in vitro en tubos de ensayo para procrear
seres humanos de una forma selectiva, es decir, desde antes de nacer la vida
de la persona ya está totalmente programada: su complexión física, su
comportamiento derivado de la posición social, la cual también está previamente
programada, ya que la población se conforma por un sistema de castas el cual
pasaré a explicar posteriormente.
Eso nos lleva al método, no puesto en práctica al completo, pero sí planteado,
de bebés a la carta a través de la edición genética o también llamado CRISPR,
basado en la modificación de los genomas como forma de preselección para la
eliminación de enfermedades genéticas. A finales de 2018 el biofísico chino He
Jiankui alteró el ADN de las gemelas Lula y Nana para así hacerlas inmunes al
virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Tras este suceso fue encarcelado
durante 3 años.
No obstante, el hecho de que hoy en día esta práctica sea ilegal, ya que puede
causar mutaciones en las personas modificadas, no quita que en un futuro se
pueda estudiar de una forma más minuciosa aplicándose no solo a las posibles
enfermedades genéticas que puedan tener las personas, sino también a incluir
ciertos rasgos que conviertan la procreación de seres humanos en un
procedimiento eugenésico.
La Hipnopedia empleada en la novela a sus personajes consiste en un sistema
de aprendizaje a través del sueño. En él, se le expone al sujeto sometido al
condicionamiento una serie de afirmaciones para que las interiorice y actúe
inconscientemente en base a la afirmación. Eso se produce porque en la fase de
sueño el subconsciente de cada individuo está en su mayor estado receptivo.
Como he mencionado anteriormente, eso está perfectamente calculado y
programado para cada persona, que depende de la casta a la que esté
destinada.
Existen cinco castas diferentes, y cada una propicia al individuo un tipo distinto
de personalidad, gustos, actitudes y estatus social. Las personas más
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privilegiadas pertenecen a la casta Alfa, quienes controlan la sociedad, después
encontramos la casta Beta, Gamma, Deltas y por último y menos acomodados
los Épsilon. Cada persona está perfectamente condicionada para comportarse y
acomodarse en base a su casta social privándoles así del conocimiento de otro
tipo de vida posible. Si no se conoce otro tipo de vida no se puede estar
inconforme.
Tal y como dice Paulo Freire en su obra Pedagogía del oprimido, “La
manipulación, en la teoría de la acción antidialógica, como la conquista a que
sirve, tiene que anestesiar a las masas con el objeto de que éstas no piensen.”
Aquel que se oponga al sistema del mundo feliz es expulsado a una isla, en
forma de castigo indirecto, en la que no puede corromper a los demás
ciudadanos.
Al fin y al cabo, no se aleja mucho de la realidad que tenemos hoy en día.
Sí es cierto que mientras dormimos no somos sometidos a una serie de
oraciones que se introducen en nuestra perspectiva sobre la vida, pero no
podemos negar que estamos constantemente estimulados, de una forma
indirecta, por todo aquello que vemos a nuestro alrededor. O ya sea de una forma
directa, en el lugar de estudio, en el trabajo, pero sobre todo en las nuevas
tecnologías junto con todo lo que consumimos en Internet.
Todos nuestros movimientos están siendo totalmente controlados y calculados
por aquellos que nos quieren manejar hasta tal punto de que ellos saben
perfectamente cuál es la próxima acción que vamos a realizar incluso antes de
que nosotros pensemos en hacerlo.
¿Quiénes? Los Alfas de nuestro sistema socioeconómico actual, los pudientes,
las campañas que conforman la élite mundial: personas como John D.
Rockefeller, George Soros, familias como los Morgan, la familia Rotschild, el
grupo Bilderberg, en el que están las personas más influyentes del mundo.
Su forma de gobernar se basa en un sistema de refuerzo positivo y negativo en
el que se ofrece al ciudadano una serie de opciones en las que se puede elegir,
sin embargo, una opción tiene una recompensa y la otra tiene un castigo. El
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sometido, si es “inteligente”, optará por aquella opción que más le “beneficie” a
sí mismo sin importar que esté siendo conducido a gusto de los gobernantes.
La industria del entretenimiento cada vez está más politizada, las RRSS,
aquellas que supuestamente están encargadas de informarnos y mantenernos
actualizados en todos los aspectos son las que más manipulan la información
que recibimos cada día escondiendo ciertas situaciones como, por ejemplo, el
control que ejerce el gobierno chino en la aplicación de entretenimiento Tiktok
para que no se sepa el régimen autoritario impuesto y las consecuencias que
este conlleva. Vivir al margen de estos hechos hace que, al igual que en la
novela, estemos más felices.
Estamos siendo programados para que nos atraigan modas que nos hagan
funcionar en rebaño, trabajando para los intereses de una autoridad superior en
un sistema económico y sociopolítico.
No interesa que nos mostremos como seres individualistas, sino como una
estampida de máquinas de pensamientos predecibles, distraídas y obedientes a
través de una dictadura silenciosa que no emplea la violencia y nos hace creer
que somos los dueños del futuro.
Aquel que quiera pensar sobre esta situación para llegar a la conclusión de que
la libertad no es más que una bonita palabra, como el personaje de Bernard
Marx, acabará entrando en un bucle de tristeza, rabia e impotencia.
Para solucionar eso, Huxley introduce en su obra el consumo de una droga
llamada soma, un ansiolítico utilizado para permanecer constantemente felices y
despreocupados en todo momento. Una forma de evasión que, junto a la libertad
sexual imperante, donde todos son de todos, hace que exista menos riesgo de
inconformismo social, por lo tanto, menos probabilidad de sufrir un levantamiento
y seguir controlando a la población. A eso se le puede añadir la fuerte
dependencia que estas dos prácticas conllevan haciendo así que llegue a un
punto en el que es complicado plantearse en dejar a un lado el régimen, porque
eso significa tener que enfrentarse a la realidad sin ayuda alguna.
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En la actualidad sucede algo similar. Se dice que el consumo, venta, fabricación
o cultivo de ciertas drogas es ilegal. Sin embargo, es totalmente indiferente
porque eso no impide que las personas las manejen. Pensamos que el consumo
de droga ilegal nos dota de rebeldía por atentar contra la ley y que al fin y al cabo
podemos hacerlo con total libertad, pero es tan simple como darse cuenta de
que si hoy en día podemos consumir drogas es porque el sistema lo permite y lo
quiere.
En cuanto a la libertad sexual, en el mundo feliz no existe nada más allá del sexo
utilizado desde la promiscuidad. Las relaciones interpersonales son planas, son
un tabú, así como el concepto del amor o el de una familia. Según el creador del
mundo feliz, aquellos son conceptos que lo único que otorgan al ser humano es
sufrimiento y guerra, al igual que la historia, la religión o el arte.
En nuestra actualidad nos estamos acercando más a esa situación: los vínculos
afectivos cada vez son más vacíos y superficiales, las personas buscan cada vez
más relaciones esporádicas en las que satisfacerse sin compromiso alguno para
no tener que invertir esfuerzo en algo que no nos otorgue una victoria asegurada.
Al fin y al cabo, las personas le temen al sufrimiento.
Tras todas estas cuestiones podríamos decir que la obra de Aldous Huxley Un
mundo feliz no es una novela futurista de ficción como dicen ser.
A modo de conclusión me gustaría formular dos preguntas.
Por una parte, ¿es más feliz el ignorante o el sabio?
En la obra, desde un principio, podemos observar como Bernard vive
cuestionándose la gestión de su existencia, no consume soma, no practica sexo
casual con cientos de personas, es mal visto y juzgado por los demás
ciudadanos del mundo feliz teniendo como consecuencia que se sienta como un
extraño. Se codea con otros personajes que han indagado en la historia del
mundo de antes de Ford, lo que le convierte, en algunos aspectos en una
persona inteligente, pero desgraciada.
Por otra parte, el conocimiento le otorga la motivación de querer ser libre y de
cambiar el mundo.
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Y, por último, ¿es posible crear un verdadero mundo feliz?
Teniendo en cuenta la historia del ser humano, ha llegado un punto en el que la
evolución no da más de sí, ha llegado el momento en el que la avaricia y el
egoísmo forman parte de uno sin poder ser reprimidos creando así la mayoría
de todos los males. Un mundo no puede ser completamente perfecto o feliz, pues
en la perfección no habría lugar para la crítica, sin crítica no habría opinión, y sin
opinión no hay libertad. No olvidemos que la libertad es relativa.
En nuestra mano está exterminar la aceptación y la ordinariez en la que venimos
prefabricados para dejar de ser humanos en lata.
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