El sistema de complemento está constituido por

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Trapper
Asignatura: Patologia Sistemica
Seccion: 1801
Catedratica: Dra. Elizabeth Casco de Nuñez
Alumna: Karen Nicolly Lobo Milla
Cuenta: 1807199001180
Fecha: 15 de febrero 2011
CASCADA DE LA COAGULACION
Cuando una lesión afecta la integridad de las paredes de los
vasos
sanguíneos, se ponen en marcha una serie de mecanismos que tienden a
limitar la pérdida de sangre. Estos mecanismos llamados de "hemostasia"
comprenden la vasoconstricción local del vaso, el depósito y agregación de
plaquetas y la coagulación de la sangre.
Se denomina coagulación al proceso, por el cual, la sangre pierde su liquidez,
tornándose similar a un gel en primera instancia y luego sólida, sin
experimentar un verdadero cambio de estado.
Este proceso es debido, en última instancia, a que una proteína soluble que
normalmente se encuentra en la sangre, el fibrinógeno, experimenta un cambio
químico que la convierte en insoluble y con la capacidad de entrelazarse con
otras moléculas iguales, para formar enormes agregados macromoléculares en
forma de una red tridimensional.
El fibrinógeno, una vez transformado, recibe el nombre de fibrina.
Coagulación es por lo tanto, el proceso enzimático por el cual el fibrinógeno
soluble se convierte en fibrina insoluble, capaz de polimerizar y entrecruzarse.
Un coágulo es, por lo tanto, una red tridimensional de fibrina que
eventualmente ha atrapado entre sus fibras a otras proteínas, agua, sales y
hasta células sanguíneas.
Por una convención se denomina "trombo" a un coágulo formado en el interior
de un vaso sanguíneo.
SISTEMA DEL COMPLEMENTO
El sistema de complemento está constituido por moléculas implicadas
principalmente en la defensa frente a infecciones y células tumorales. Parte de
los factores del complemento potencian la inflamación y la fagocitosis y
actúan produciendo la lisis de células y microorganismos. El complemento es
especialmente importante frente a gérmenes gram negativos que pueden ser
directamente lisados por anticuerpos y complemento.
La mayor parte de los factores del complemento son proteínas plasmáticas y
una pequeña proporción de ellos son proteínas de membrana (Tabla 13.1).
Muchos de los componentes del complemento (C2, C3, C4, C6, C7, C8,
Factor B y Factor I) son polimórficos, es decir que existen diferentes formas
alélicas que se expresan con distintas frecuencias en poblaciones o razas.
El hepatocito es el principal productor de factores del complemento. No
obstante, por ejemplo los componentes de C1 son sintetizados por las células
epiteliales del intestino y del sistema genito-urinario y los adipocitos sintetizan
factor D. Se ha observado que los macrófagos activados producen algunos
factores del complemento; sin embargo, esto solo tiene importancia, en el foco
inflamatorio. Las citocinas inflamatorias (IL1, IL6 y TNF) e IFN-gamma
incrementan la síntesis de algunos factores del complemento en el hígado.
ACTIVACION DEL COMPLEMENTO
En la activación del complemento se pone en marcha una serie de reacciones
consecutivas en cascada, de tal forma que a partir de cada una de ellas se
genera un producto activo que además de determinar que la reacción
consecutiva prosiga, puede tener diferentes acciones biológicas importantes en
la defensa del organismo. Se puede ver este conjunto de reacciones en cascada
en la figura 13.1.
Algunos de los factores del complemento son enzimas con carácter
proteolítico, de tal forma que durante el proceso de activación, algunas
moléculas son rotas en fragmentos a los que para identificarlos se les añade
letras minúsculas (Ej. C3a, C3b). Estos fragmentos poseen importanes
funciones biológicas y son mediadores de la inflamación.
La activación del complemento puede iniciarse por dos vías: la vía clásica y la
vía alternativa. La vía clásica se activa por la unión antígeno-anticuerpo,
mientras que la vía alternativa se activa por productos bacterianos. En ambas
vías el factor C5 se transforma en C5b lo que permite, en uno y otro caso,
poder entrar en la vía terminal o lítica que conduce a la lisis celular o
bacteriana (Figura 13.1)
Una vez producida la activación del complemento, toda la serie de reacciones
subsiguientes se llevan a cabo por un proceso multiplicador, de tal forma que,
aunque la activación comienza por un número limitado de moléculas, son
muchos los factores con actividad biológica que aparecen en el curso de las
reacciones. La acción de las moléculas puede ser local, en el sitio de su
producción, pero también puede ejercerse a distancia por dispersión a otras
zonas. Un esquema general de las reacciones del complemento en su conjunto
es complejo (Figura 13.2).
VIA ALTERNATIVA
Esta vía es más antigua –desde el punto de vista evolutivo- que la clásica,
diferenciándose además de ésta en que la vía alternativa no necesita
anticuerpos para activarse, por lo que es un mecanismo de defensa importante
en los estadios iniciales de la infección cuando todavía no se han sintetizado
cantidades importantes de anticuerpos. Funciona de forma continua a un bajo
nivel y solo en presencia de determinados factores se amplifica. Por ello,
podemos distinguir dos situaciones para la vía alternativa: en estado de reposo
y en estado de activación.
VIA CLASICA
Se inicia tras la unión Ag-Ac y siempre que el anticuerpo que participe en
ello sea del tipo IgM o IgG de las clases IgG1, IgG2 o IgG3. Los anticuerpos
solubles o libres no activan el complemento, solo se activa este sistema
cuando se forman complejos antígeno-anticuerpo (Ag-Ac). En el caso de la
IgG, que es una Ig monomérica, se necesitan al menos dos complejos Ag-Ac
cercanos para que las fracciones Fc de la IgG unan y activen el factor C1. En
el caso de la IgM, al ser una molécula pentamérica, solo es necesario un
complejo Ag-Ac. La unión de la Ig al antígeno, induce un cambio
conformacional en los dominios de la región Fc que permite la unión del
factor C1.
VIA LITICA. FORMACION DEL COMPLEJO DE ATAQUE A LA
MEMBRANA
Las reacciones finales del complemento se encuentran esquematizadas en la
Las enzimas convertasas de C5 (C4b2a3b y C3bBb3b), formadas ya sea en la
vía clásica o en la alternativa, actúan fijando el factor C5 a C3b, que es
escindido por los factores con actividad esterasa (C2a o Bb) en 2 fragmentos,
la anafilotoxina C5a, que pasa al medio fluido y el fragmento C5b de mayor
peso molecular que se une no covalentemente a C3b. La fracción C5b capta
C6 y C7 de la fase fluida, formando un complejo estable C5b67 con actividad
quimiotáxica y capacidad de fijación a las membranas.
Si al complejo C5b67 se une la fracción C8, C5b678 es ya citolítico, pues el
factor C8 modifica su configuración espacial ofreciendo zonas hidrofóbicas
que determinan su inserción en la membrana. Este grupo de moléculas,
adquiere la capacidad de interaccionar con moléculas de C9 formando el
complejo C5b6789 (Figura 13.9). Las moléculas de C9 (en número de 1 a 18)
sufren cambios en su configuración, desplegándose y presentando más zonas
hidrofóbicas que potencian y aceleran la penetración de este complejo de
ataque a la membrana (MAC, Membrane Attack Complex), dando origen a la
formación de canales hidrofílicos (Figura 13.10), que permiten el libre
intercambio de sodio y agua con el exterior de la célula, provocando la
consiguiente lisis osmótica de la célula atacada.
C9 es estructuralmente homologo a la perforina, proteína liberada por los
linfocitos T citotóxicos y las células NK, y que es también responsable de la
formación de poros en la membrana de las células diana.
HEMATOPOYESIS
La hematopoyesis o hemopoyesis (del gr. αἷμα, -ατος-, 'sangre' y ποίησις,
'creación') es el proceso de formación, desarrollo y maduración de los
elementos formes de la sangre (eritrocitos, leucocitos y plaquetas) a partir de
un precursor celular común e indiferenciado conocido como célula madre
hematopoyética
pluripotencial,
Unidad
Formadora
de
Clones,
Hemocitoblasto o stem cell. Las células madre que en el adulto se encuentran
en la médula ósea son las responsables de formar todas las células y derivados
celulares que circulan por la sangre.
COMPONENTES DE ARTERIAS
Una arteria es cada uno de los vasos que llevan la sangre oxigenada desde el
corazón a las demás partes del cuerpo.Nace de un ventriculo; sus paredes son
muy resistentes y elásticas.
COMPONENTES DE UNA VENA
En anatomía una vena es un vaso sanguíneo que conduce la sangre desde los
capilares al corazón. Generalmente, las venas se caracterizan porque contienen
sangre desoxigenada (que se reoxigena a su paso por los pulmones), y porque
transportan dióxido de carbono y desechos metabólicos procedentes de los
tejidos, en dirección de los órganos encargados de su eliminación (los
pulmones, los riñones o el hígado). Sin embargo, hay venas que contienen
sangre rica en oxígeno: éste es el caso de las venas pulmonares (dos izquierdas
y dos derechas), que llevan sangre oxigenada desde los pulmones hasta las
cavidades del lado izquierdo del corazón, para que éste la bombee al resto del
cuerpo a través de la arteria aorta, y las venas umbilicales.
El cuerpo humano tiene más venas que arterias y su localización exacta es
mucho más variable de persona a persona que el de las arterias. La estructura
de las venas es muy diferente a la de las arterias: la cavidad de las venas (la
"luz") es por lo general más grande y de forma más irregular que las de las
arterias correspondientes, y las venas están desprovistas de láminas elásticas.
Las venas son vasos de alta capacidad, que contienen alrededor del 70% del
volumen sanguíneo total.
VASO LINFATICO
Tubo delgado que transporta la linfa (líquido linfático) y los glóbulos blancos
por el sistema linfático
ERITROCITO
Los eritrocitos, también llamados glóbulos rojos o hematíes, son los elementos
formes cuantitativamente más numerosos de la sangre. La hemoglobina es uno
de sus principales componentes, y su objetivo es transportar el oxígeno hacia
los diferentes tejidos del cuerpo. Los eritrocitos humanos carecen de núcleo y
de mitocondrias, por lo que deben obtener su energía metabólica a través de la
fermentación láctica. La cantidad considerada normal fluctúa entre 4.500.000
(en la mujer) y 5.000.000 (en el hombre) por milímetro cúbico (o microlitro)
de sangre, es decir, aproximadamente 1.000 veces más que los leucocitos
PLAQUETAS
Las plaquetas, o trombocitos (del griego θρόμβος — «coagulo» y κύτος —
«célula»), son fragmentos citoplasmáticos pequeños, irregulares y carentes de
núcleo, de 2-3 µm de diámetro,1 derivados de la fragmentación de sus células
precursoras, los megacariocitos; la vida media de una plaqueta oscila entre 8 y
12 días. Las plaquetas juegan un papel fundamental en la hemostasia y son
una fuente natural de factores de crecimiento. Estas circulan en la sangre de
todos los mamíferos y están involucradas en la hemostasia, iniciando la
formación de coágulos o trombos.
Si el número de plaquetas es demasiado bajo, puede devenir una hemorragia
excesiva. Por otra parte si el número de plaquetas es demasiado alto, pueden
formarse coágulos sanguíneos y ocasionar (trombosis), los cuales pueden
obstruir los vasos sanguíneos y ocasionar un accidente cerebro vascular,
infarto agudo de miocardio, embolismo pulmonar y el bloqueo de vasos
sanguíneos en cualquier otra parte del cuerpo, como en las extremidades
superiores e inferiores; cualquier anormalidad o enfermedad de las plaquetas
es denominada trombocitopatía,2 la cual puede ser, ya sea un número reducido
de plaquetas (trombocitopenia), un déficit en la función (tromboastenia), o un
incremento en el número (trombocitosis). Hay desórdenes que pueden reducir
el número de plaquetas, como la trombocitopenia inducida por heparina o la
púrpura trombocitopénica idiopática (PTI) que típicamente causan trombosis,
o coágulos, en lugar de hemorragia.
LEUCOCITOS
Los leucocitos (también llamados glóbulos blancos) son un conjunto
heterogéneo de células sanguíneas que son los efectores celulares de la
respuesta inmunitaria, así intervienen en la defensa del organismo contra
sustancias extrañas o agentes infecciosos (antígenos). Se originan en la
médula ósea y en el tejido linfático.
EOSINOFILO
Un eosinófilo es un leucocito de tipo granulocito pequeño derivado de la
médula ósea, que tiene una vida media en la circulación sanguínea de 3 a 4
días antes de migrar a los tejidos en donde permanecen durante varios días. Su
desarrollo en la médula ósea es estimulado por diversas interleucinas, como la
IL-5, la IL-3 y el factor estimulante de colonias granulocito-macrófago. Es
característico su núcleo bilobulado, al igual que sus distintivos gránulos
citoplásmicos. Estas proteínas granulares son responsables de muchas
funciones proinflamatorias, principalmente en la patogénesis de las
enfermedades alérgicas, como célula efectora de hipersensibilidad inmediata,
así como en la muerte de parásitos. Una de las enzimas más importantes que
contienen sus gránulos es la histaminasa, que se encarga de hidrolizar la
histamina, regulando así la respuesta alérgica.
BASOFILO
Se denomina basófilo a cualquier célula que se tiñe fácilmente con colorantes
basicos (Hematoxilina principalmente). Sin embargo, cuando se emplea este
término sin ninguna aclaración adicional, suele referirse a uno de los tipos de
leucocitos (glóbulos blancos de la sangre) de la familia de los granulocitos.
En las micrografias electrónicas se ven con claridad un pequeño aparato de
Golgi, algunas mitocondrias ,un extenso RER y pequeñas inclusiones de
glucógeno.
Los gránulos de los basófilos son gruesos pero escasos. Son células de unas 10
μm de diámetro y su núcleo tiene una forma que recuerda a una S. Se originan
en el mismo lugar que el resto de los granulocitos (médula ósea), y son los menos
numerosos, ya que constituyen sólo el 0,5% del total.1 Son muy parecidos a
los mastocitos o células cebadas, pero no son el mismo tipo celular, ni se
diferencian a ellos Tienen una activa participación en la respuesta inmunitaria, a
través de la liberación de histamina, serotonina en bajas concentraciones, y otras
sustancias químicas.
Tiene gránulos de dos clases:
Gránulos azurófilos: Contienen lisosomas, que a su vez estos contienen
hidrolasas ácidas.
Gránulos específicos o secundarios: Contienen histamina (vasodilatador),
heparán sulfato (vasodilatador), heparina (anticoagulante) y leucotrienos (hacen
contraer el músculo liso de las vías aéreas).
Los basofilos además de poseer gránulos en su interior, poseen receptores de
IgE (inmunoglobulina E), aquella inmunoglobulina relacionada con las
alergias. Es por eso que el basófilo participa en la respuesta inflamatoria.
MONOCITO
Los monocitos son un tipo de glóbulos blancos agranulocitos. Es el leucocito
de mayor tamaño, su tamaño varía entre 7 y 15 μm, y representa del 4 a 8% en
la sangre. Presenta un núcleo arriñonado (forma de riñón), que se tiñe de color
violeta-azulado con una proporción 2:1 con respecto al resto de la célula, y
tiene una depresión profunda. El citoplasma es abundante y de color gris
azulado pudiendo estar acompañado de vacuolas blanquecinas.
Los monocitos se generan en la médula ósea y después viajan por la sangre,
para luego emigrar a diferentes tejidos como hígado, bazo, pulmones, ganglios
linfáticos, huesos, cavidades serosas, etc. Después de alrededor de 24 horas de
permanecer en el torrente sanguíneo, los monocitos lo abandonan y atraviesan
el endotelio de los capilares o las vénulas poscapilares hacia el tejido
conectivo, donde se diferencian rápidamente a macrófagos.
Su principal función es la de fagocitar, es decir, comerse a diferentes
microorganismos o restos celulares.
LINFOCITOS
Los linfocitos son un tipo de leucocito (glóbulo blanco) comprendidos dentro
de los agranulocitos. Son los leucocitos de menor tamaño (entre 7 y 15 μm), y
representan del 24 a 32% del total en la sangre periférica. Presentan un gran
núcleo esférico que se tiñe de violeta-azul y en su citoplasma frecuentemente se
observa como un anillo periférico de color azul. Poseen un borde delgado de
citoplasma que contienen algunas mitocondrias, ribosomas libres y un pequeño
aparato de Golgi.
Los linfocitos son células de alta jerarquía en el sistema inmunitario,
principalmente encargadas de la inmunidad específica o adquirida.
Estas células se localizan fundamentalmente en los órganos linfoides. Tienen
receptores para antígenos específicos y, por tanto, pueden reconocer y
responder al que se les presente. Por último, los linfocitos se encargan de la
producción de anticuerpos y de la destrucción de células anormales. Estas
respuestas ocurren en el interior de los órganos linfoides, los cuales, para tal
propósito, deben suministrar un entorno que permita la interacción eficiente
entre linfocitos, macrófagos y antígeno extraño. La principal causa de su
aumento es el estrés.
NEUTROFILO
Los neutrófilos, denominados también micrófagos o polimorfonucleares
(PMN), son glóbulos blancos de tipo granulocito. Miden de 12 a 18 μm y es el
tipo de leucocito más abundante de la sangre en el ser humano. Se presenta del
60 al 75%. Su periodo de vida media es corto, durando horas o algunos días.
Su función principal es la fagocitosis de bacterias y hongos.
Se llaman neutrófilos porque no se tiñen con colorantes ácidos ni básicos, por
lo que su citoplasma se observa rosa suave. Se caracterizan por presentar un
núcleo con cromatina compacta segmentada en 2 a 5 lóbulos conectados por
delgados puentes. En neutrófilos inmaduros el núcleo se presenta sin
segmentar, como una banda fuertemente teñida. Su citoplasma contiene
abundantes gránulos finos color púrpura, (con el colorante Giemsa) que
contienen abundantes enzimas líticas, así como una sustancia antibacteriana
llamada fagocitina, todo esto necesario para la lucha contra los gérmenes
extraños.
SEGMENTOS PULMONARES
El pulmón es el órgano esencial del aparato respiratorio, ya que es el sitio
donde se verifica el intercambio gaseoso, función muy importante para la
vida.
En número de dos, está situado en la caja torácica, y separados entre sí por un
conjunto de estructuras y órganos que se llaman mediastino.
Segmentación Pulmonar
Los pulmones contienen muchos tipos diferentes de células. La mayoría de las
células pulmonares son epiteliales. Esta variedad de células recubre las vías
respiratorias y produce el moco que lubrica y protege los pulmones. Los
pulmones también contienen neuronas, células productoras de hormonas,
células sanguíneas (glóbulos), y células estructurales o de soporte.
INDICES HEMATRIMETRICOS
Los indices hematimétricos son los parámetros que relacionan el índice de
hematocrito, hemoglobina y número de eritrocitos o hematíes. Estos son el
volumen corpuscular medio, la hemoglobina corpuscular media y la
concentración de hemoglobina comparado con el hematocrito.
El volumen corpuscular medio
En el VCM se expresa el tamaño de los eritrocitos, es decir, el volumen que
tiene un eritrocito por termino medio.
Se determina por medio de los contadores electrónicos el valor directo de este
índice y del número de eritrocitos para así calcular, a través de ellos, el valor
de hematocrito. Sin embargo, por la técnica clásica, el cálculo es al revés, es
decir, se divide el volumen globular comprendido en 1 mm3 de sangre entre
el número de eritrocitos que hay en ese mismo volumen.
Para ello se utiliza la formula VCM (fl) = hematocrito (l/l) / num. eritrocitos.
El valor normal depende de la edad. Así será de 109.6 a 128.4 fl (femtolitros
por hematíe) para el recién nacido, alcanzándose los 80 fl al año, y de 83 a 97
fl para el adulto.
Las causas del aumento del VCM viene determinadas por el déficit de ácido
fólico o de vitamina B12; sin embargo, el origen de una disminución del VCM
son las anemias microcíticas (ferropenias y talasemia). Hay que destacar que
en la esferocitosis hereditaria o enfermedad de Minkowski-Chauffard,
encontramos al VCM normal, a pesar de que los hematíes o eritrocitos se nos
muestren microcíticos al microscopio.
La hemoglobina corpuscular media
La HCM hace referencia al contenido de la hemoglobina que, por término
medio, hay en cada eritrocito (Hemoglobina/número de hematíes). Su cálculo
se lleva a cabo dividiendo la cantidad de hemoglobina existente en un
volumen de sangre por el número de eritrocitos que corresponden a ese mismo
volumen,
fórmula HCM
= hemoglobina (g/dl) /núm. hematies/nl x 10
Sus valores normales cursan de 33 a 38 pg para el recién nacido, 27 pg en el
año de vida del niño, y de 27 a 31 pg para el adulto; no obstante su
interpretación clínica es de escaso valor práctico, puesto que depende del
contenido hemoglobínico por unidad de volumen y del volumen de cada
hematie. Se considera una medida indirecta que coteja el VCM.
Concentración de hemoglobina corpuscular media
Corresponde al contenido medio o concentración de hemoglobina por unidad
de volumen eritrocitario, es decir, comparado con el hematocrito. Esta
concentración se calcula como
CHCM (g/dl) = Hemoglobina (g/dl) / hematócrito (l/l).
Sus valores normales van de 29.7 a 33.5 gl /dl para el recien nacido, 34
g/dl para cuando alcanza el niño un año de vida, y de 32 a 36 g/dl para el
adulto.
En cuanto a las posibles causas de aumento, Salvo que exista un error técnico
del proceso u otro, no debería constar aumentos superiores a 38 g/dl.; sin
embargo, en cuanto a las causas de disminución vienen dadas por estados
propios de una hipocromía o anemia ferropénica. Asimismo, en las talasemias,
el VCM se describe pequeño, existiendo un defecto cuantitativo de
hemoglobina, por lo que la CHCM viene a ser normal. Causas de la
alteración en los valores hematimétricos Las posibles causas que alteran los
valores o parámetros normales hematimétricos son:
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·
La macrocitosis, originada por defectos de ácido fólico, de vitamina
B12,
·
enfermedades
hepáticas,
alcoholismo,
etc.
La microcitosis que tiene su origen en anemias por falta de hierro y por
talasemias.
·
La hipocromia coincidente con la microcitosis por carencia de hierro y
las
·
talasemias.
La hipercromia que surge junto a la microcitosis y por defectos de ácido
fólico, de vitamina B12, enfermedades hepáticas, alcoholismo, y demás
patologías.
Otras alteraciones eritrocíticas
Desde el punto de vista al microscopio, lo hematíes pueden mostrar diversas
alteraciones propias de padecimientos como:
Esquistocitosis. Los hematíes tienen formas desiguales, tales como de
bastones, media luna, en forma de casco, con espinas, y demás formas. El
origen se encuentra en enfermedades que afectan a los hematíes como la
anemia hemolítica, propia de enfermedades autoinmunes.
Poiquilocitosis. Hematíes con forma de lágrima, surgiendo en ciertas
anemias.
Eliptocitosis. Hematíes con forma elíptica a consecuencia de anemias o de una
Eliptocitosis congénita.
Drepanocitosis. Hematíes en forma de hoz debida a enfermedades congénitas
Esferocitosis. Hematíes que abandonan la forma bicóncava por la de una
esfera; Esto es debido a una alteración de la forma del hematíe por la lesión de
ciertas sustancias necesarias, siendo esta patología de carácter hereditaria.
Presencia de eritroblastos con hematíes con núcleo, a causa de la aparición de
nuevas formas recién salidas de la médula ósea. El origen se encuentra en
anemias, hemorragias o rotura de hematíes (hemólisis) por circunstancias
varias.
Leptocitos. Son células demacradas con unas grandes membranas celulares;
propias de enfermedades crónicas debilitantes que originan un proceso
anémico.
Estomatocitos. Son hematíes con forma oval hacia el centro, observantes en la
estomatocitosis hereditaria del Alaska malamut y en enfermedades hepáticas.
Cuerpos de Howell-Jolly. Manchas nucleares propias de un estado anémico de
procesos regenerativos o problemas en el bazo, en el caso de ser muchas
Cuerpos de Heinz. Estructuras que se encuentran en la membrana eritrocítica y
que son consecuencia de desnaturalización de la hemoglobina originada por
la acción oxidante de algunas sustancias químicas o drogas.
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