Al igual que nosotros, los perros pueden experimentar miedo, especialmente cuando se encuentran ante una situación negativa o estresante que ellos consideran que pone en riesgo su bienestar físico. Los canes pueden tener miedo a las personas, a los animales, a los ruidos fuertes, a los objetos extraños y hasta a la propia calle. Debemos comprender que el miedo es un mecanismo adaptativo, ya que les permite estar alerta ante los posibles peligros del entorno y evita que se expongan ante riesgos innecesarios, favoreciendo así su supervivencia, mediante las respuestas fisiológicas, que pueden ser huir o luchar. Si observas que tu perro se muestra más asustadizo que habitualmente, será fundamental acudir al veterinario para descartar cualquier causa orgánica. ¿Por qué los perros tienen miedo? El miedo es una emoción adaptativa que aparece cuando el perro percibe un peligro inminente, no obstante, es fundamental diferenciarlo de la ansiedad, que es un estado crónico de alerta, o de las fobias, que no son adaptativas y suelen provocar una reacción totalmente descontrolada en el can, incluso ante situaciones que no representan un peligro real. Cuando un perro experimenta un episodio de miedo puede ocurrir que se quede paralizado, que intente huir, que se desplace o que intente atacar. Causas de miedo en los perros El miedo puede estar causado por un período de socialización deficiente, en el que no se ha presentado adecuadamente al perro todos los estímulos con los que va a convivir en su etapa adulta (personas, animales, entornos, ruidos...), la herencia genética y las experiencias vividas. Además, el miedo afecta directamente a la salud del can, pues un estudio demuestra que los perros con miedo y ansiedad crónica son susceptibles a padecer más enfermedades y tener una esperanza de vida menor. Cuando hablamos de experiencias vividas podemos hacer referencia a una vivencia traumática, una enfermedad que haya provocado mucho dolor y una asociación negativa ante determinados estímulos (como puede ser hacia el veterinario), al castigo físico e incluso debido a un historial de maltrato animal. En cualquier caso, para obtener un diagnóstico será fundamental acudir a un etólogo quien nos ayudará a establecer unas pautas de manejo y un tratamiento concreto, para ayudar al perro a superar o controlar los episodios de miedo. Síndrome de privación sensorial Esta patología suele aparecer en cachorros que han sido completamente aislados del entorno durante su período de socialización, sin su madre y hermanos, y que además han sido criados en ambientes empobrecidos y sin estímulos. Todo ello provoca que en su etapa adulta estos perros presenten pánico generalizado, ante prácticamente cualquier estímulo. Los principales síntomas de miedo en perros Para reconocer los síntomas de miedo en los perros, necesitarás aprender más sobre el lenguaje corporal de los perros para ser capaz de identificar y diferenciar las señales que su cuerpo nos comunica cuando él experimenta momentos de relajación, felicidad, miedo, enfado o estrés, por ejemplo. Antes de nada, debemos comprender que cada, perro es único y muestra una personalidad propia. Por ello, resulta imposible confeccionar una guía o un manual exacto sobre cómo comprender a los perros y todas sus variaciones emocionales. Para conocer a tu mejor amigo, deberás dedicar tiempo para conocerle, disfrutar junto a él, observar su comportamiento e identificar sus posturas, gestos y expresiones faciales para expresar sus diferentes estados de ánimo. No obstante, podemos identificar algunas señales muy evidentes que nos demuestran que nuestro peludo está asustado. A continuación, te enseñamos los principales síntomas de miedo en los perros: 1. Cola hacia abajo o entre las piernas Sin lugar a dudas, uno de los síntomas más evidentes del miedo en los perros es la cola entre las piernas o hacia abajo. Además, los movimientos excesivos o exagerados también pueden ser considerados como una señal de ansiedad y estrés en el can. 2. Orejas hacia atrás o pegadas a la cabeza Las orejas hacia atrás o pegadas a la cabeza también son síntomas de miedo en los perros muy reconocidos y fáciles de identificar. Pueden aparecer tanto en perros que adoptan posiciones de miedo y sumisión como aquellos que reaccionan de forma agresiva por miedo. 3. Cuerpo agachado o postura encorvada Un perro asustado mostrará el cuerpo encorvado y también podrá caminar agachado. Esta postura nos indica que nuestro peludo ya no se comporta y actúa con la seguridad que debería tener en un entorno tranquilo y positivo. 4. Buscar un refugio para esconderse Este es un comportamiento muy común en los perros asustados y miedosos. Al identificar algún estímulo desconocido o al sentirse amenazado, el animal buscará un refugio seguro, donde pueda esconderse y esperar el peligro se vaya y la tranquilidad vuelva a reinar en el ambiente. 5. Intentar escapar Ante una situación que considere de peligro inminente, lógicamente el perro intentará escapar a un sitio donde se sienta seguro. Huir es una forma de escapar de cualquier peligro y de evitar peleas desfavorables con otros individuos. 6. Señales de calma Los perros asustados también pueden mostrar diferentes señales de calma, como relamerse, bostezar continuamente, girar la cabeza, entrecerrar sus ojos, encogerse, desviar la mirada o mirar de reojo entre muchas otras señales comunes de su lenguaje corporal. 7. Posturas de sumisión La sumisión en los perros es una respuesta adaptativa que les ha permitido establecer una jerarquía y sobrevivir en manada. Es importante resaltar que dentro de un mismo grupo de perros que conviven juntos se pueden generar jerarquías variables, que no siempre siguen un patrón lineal. Las posturas de sumisión aparecen de forma regular en las relaciones entre individuos de la misma especie (la sumisión es intraespecífica, es decir, solo se da entre miembros de una misma especie). Un perro adopta dichas posturas voluntariamente cuando reconoce un individuo dominante, expresando que somete su propia voluntad a la del perro dominante. No obstante, en algunas ocasiones extremas, un perro también puede llevar a cabo posturas de sumisión al reconocerse en una situación de elevado estrés y miedo. En estos casos, estas posturas suelen ser acompañadas de señales de calma y de los demás síntomas de miedo mencionados en este listado. 8. Rigidez muscular y temblores Las situaciones de elevado estrés o que provocan miedo intenso en los perros, suelen provocar rigidez muscular. Un perro asustado muestra los músculos tensionados y puede incluso padecer temblores. En situaciones más extremas, el perro también puede inmovilizarse por miedo. 9. Micción involuntaria La micción por miedo es distinta a la micción por sumisión. Un perro que orina por miedo intenso lo hace de forma involuntaria, frente a una situación que lo supera. Si tu perro se orina cuando lo regañas, por ejemplo, este es un síntoma muy evidente de que esta situación le provoca un miedo tan grande que lo lleva a perder el control de sus vías urinarias. En casos más graves, el perro también puede defecar y vaciar sus sacos anales en un contexto de elevado estrés y miedo. Por ello, es esencial eliminar el castigo físico, y apostar por el refuerzo positivo para educar correctamente a tu perro y estimular sus capacidades cognitivas, emocionales y sociales. 10. Estereotipias En situaciones más extremas, cuando los perros son expuestos frecuentemente a un entorno negativo y viven constantemente con miedo, estrés y ansiedad crónica, pueden desarrollar estereotipias, un comportamiento muy dañino para su salud. Las estereotipias son comportamientos ejecutados de forma repetitiva e incesante, es decir, obsesivamente. Las estereotipias más comúnmente observadas en los perros son: perseguirse y mordisquear la cola, morderse o lamerse excesivamente, ladrar incesantemente, cazar moscas o insectos imaginarios, etc. La agresividad por miedo en los perros En ciertas ocasiones, el miedo también puede provocar que los canes lleven a cabo conductas agresivas (agresividad defensiva). Cuando el perro se encuentra ante una situación difícil y desfavorable, en la cual siente que su integridad física está amenazada, la agresividad puede "aparecer" como un mecanismo de defensa, para preservar el bienestar frente a los peligros de su entorno. En la agresividad defensiva observamos un can que ha sido "superado" por una situación de intenso miedo y no sabe exactamente cómo reaccionar y qué hacer en este contexto. Entonces, frente al peligro eminente, es instigado por su instinto de supervivencia (el cual está presente en todos los animales, inclusive en el ser humano) que le fuerza a reaccionar de forma agresiva o reactiva. La agresividad por miedo en los perros puede identificarse a través de las algunas señales corporales y comportamentales, tales como: Enseñar los dientes Pelos erizados Rigidez muscular Ladridos fuertes, rápidos y constantes Gruñir Jadear excesivamente Llorar y/o gimotear La agresividad en los perros es un problema de comportamiento grave que necesita ser tratado rápida y adecuadamente para preservar el bienestar del can y de todos a su alrededor. Un perro con agresividad por miedo puede reaccionar de forma desmedida, llevando a ocasionar daños hasta a sus seres queridos. En estos casos hablamos de agresividad redirigida, en la que el perro no es capaz de atacar el estímulo que le provoca miedo y termina mordiendo cualquier cosa a su alrededor, como puede ser su tutor o cuidador. Este comportamiento no aparece por maldad o crueldad (ya que no hay un animal malo o cruel por naturaleza), sino porque el miedo intenso lo "vence" y el animal ya no es capaz de mantener un comportamiento equilibrado y seguro de sí mismo. Si observas que tu peludo se muestra muy miedoso, se asusta con facilidad y/o presenta alguno de los síntomas mencionados en este artículo, no dudes en llevarlo al veterinario para verificar su estado de salud y descubrir si alguna enfermedad podría estar ocasionando este comportamiento. Tras descartar cualquier causa patológica, te recomendamos buscar la orientación de un etólogo canino para verificar las causas del miedo y de los problemas de comportamiento de tu peludo, y establecer algunas pautas específicas para un tratamiento según sus propias necesidades.
