Subido por Alex Fernando Mallqui Chinchay

Presupuestos Procesales

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PRESUPUESTO
PROCESALES
DENOMINACIÓN
Dos
voces
forman
esta
figura,
una:
“Presupuestos”, cuya connotación es la de motivo,
causa o supuesto, lo que necesariamente advierte
que los mismos han de estar referidos a algún
acto o situación; la otra: “Procesales”, alude al
proceso.
 Por consiguiente, los mencionados vocablos, en su
sentido técnico-jurídico significan los requisitos o
circunstancias relativas al proceso, es decir, que
constituyen
los
supuestos
previos
que
necesariamente han de darse para constituir una
relación jurídica procesal regular o válida.
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ORIGEN Y CRITICA DOCTRINARIA
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La denominación de Presupuestos Procesales se debe originariamente
al jurista alemán Oskar Von Bulow, creador de la Teoría de la
Relación Jurídica, expuesta para explicar la naturaleza jurídica del
proceso.
Al respecto, Bulow expresa que la exposición sobre una relación
jurídica debe dar, ante todo, una respuesta a la cuestión relacionada a
los requisitos a que se sujeta el nacimiento de aquella. Agrega que se
precisa saber entre qué personas puede tener lugar, a qué objeto se
refiere, qué hecho o acto es necesario para realizar tal acto.
En cuanto a su denominación, Bulow la propuso para referirse a las
prescripciones que deben fijar los requisitos de admisibilidad y las
condiciones previas para la tramitación de toda la relación procesal,
es decir, las que precisan entre qué personas, sobre qué materia, por
medio de qué actos y en qué momento se puede dar un proceso.
Además, este autor agrega que un defecto en cualquiera de las
relaciones indicadas impediría el surgimiento del proceso. En suma,
en estos principios están contenidos los elementos constitutivos de la
relación jurídica procesal.
CONCEPTO
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Alzamora Valdez manifiesta que para que pueda
nacer la obligación del juez de proceder sobre las
demandas, se requieren alguna condiciones que se
llaman Presupuestos Procesales.
Chiovenda, citado por Carlos Matheus, define a los
Presupuestos Procesales como las condiciones
necesarias para conseguir una sentencia cualquiera,
sea favorable o desfavorable a una parte, o como
condiciones necesarias para que la relación jurídica
procesal o el proceso civil se desarrolle o constituya
normalmente, es decir, con eficacia.
Para Monroy Gálvez, los Presupuestos Procesales son
los requisitos esenciales para la existencia de una
relación jurídica procesal válida.
DETERMINACIÓN DE LOS PRESUPUESTOS
PROCESALES
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No es suficiente que el actor presente su demanda ante un organismo
jurisdiccional para que el proceso se constituya y desarrolle válidamente, sino
que es imprescindible que se cumpla con determinados requisitos mínimos
para que una relación jurídica procesal nazca válidamente. Ya hemos dicho que
ha dichos requisitos Bulow los denominó Presupuestos Procesales,
denominación que prácticamente ha sido acogida en forma unánime por la
doctrina.
En efecto –indica Guasp, citado por Carlos Matheus-, dichos requisitos o
condiciones que ha de reunir el proceso para considerarlos válido, ¿se ha
referido a este objeto de conocimiento (proceso) en su totalidad, o por el
contrario, su estudio comprende también el de los actos procesales singulares
que lo integran? Se habla sí de Presupuestos Procesales singulares o especiales
y generales, según se tenga en consideración uno u otro supuesto; sin embargo,
la orientación de doctrina predominante se inclina por la consideración general.
Siguiendo los lineamientos esbozados por el Dr. Eduardo B. Carlos,
corresponde ahora señalar, para una mejor comprensión, cuáles son o qué
situaciones alcanzan los referidos presupuestos procesales. En primer lugar –
dice el autor-, no puede darse proceso válido si no existe un órgano con poder
jurisdiccional (Juez o Tribunal) con aptitudes subjetiva y objetiva para resolver
una litis (competencia). En segundo término se ha de dar una demanda formal
y regularmente presentada, es decir, conforme con los requisitos preordenados
por la ley procesal, por la que se ejercita el derecho de acción. Por último, es
menester que esa demanda se ejercite se dirija por o contra una parte que
tenga capacidad de tal, para realizar actos procesales válidos, o sea que se dé
una capacidad de obrar o de ejercicio (legitimidad ad procesum).
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Para otros autores, la demanda solamente tendría aquel
carácter, pues por ella se ejercita la acción que es la que da
nacimiento y vida al proceso. Sin embargo, la mayoría de los
autores reconocen en los apuntados, los únicos requisitos para
que se dé un proceso válido, por ello si falta alguno de los
mismos, se ha de declarar su invalidez. La circunstancia de
que no pueda entrarse al examen del mérito o fondo de la
causa, cuando el Juez va a dictar sentencia, sin que
previamente se expida sobre los denominados presupuestos
procesales, toda vez que ya sea de oficio o a petición de parte,
él mismo ha de decidir acerca de su concurrencia, constituye el
motivo por el cual algunos tratadistas, preferentemente
germanos, sostengan que tales presupuestos lo son de la
sentencia de fondo porque no se llega a ésta sin la previa
solución de aquellos. Empero, no obstante tales criterios, se ha
de concluir que la competencia del órgano jurisdiccional, la
capacidad procesal de las partes y la promoción de una
demanda regularmente presentada, constituyen los referidos
presupuestos procesales, los que si no se han cumplido obstan
a que se dicte una sentencia sobre el fondo.
Pacíficamente –dice Monroy Gálvez- se admite como
Presupuestos Procesales la Competencia, la Capacidad
Procesal y los Requisitos de la Demanda.
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A continuación realizaremos un breve estudio de
cada uno de los presupuestos procesales
mencionados, en cuanto a su contenido y
delimitación.
CONCEPTO
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Es necesario indicar que la jurisdicción es la facultad que concede el
Estado a todos los jueces. En tal sentido, todo juez ejerce jurisdicción,
pero no todo juez es competente para el conocimiento de cualquier
caso; el juez ejerce jurisdicción dentro de los límites de la
competencia.
Ticona Postigo considera que la competencia es el deber y el derecho
que tiene cada juez (órgano jurisdiccional), según criterios legales,
para administrar justicia en un caso determinado, con exclusión de
otros.
Para Monroy Gálvez la competencia es el ejercicio válido de la
jurisdicción, es decir, es la expresión regular, concreta y autorizada de
un órgano jurisdiccional respecto de un caso concreto. La competencia
es una institución procesal cuyo objetivo es hacer más efectiva y
funcional la administración de justicia.
Afirma Pedro Sagástegui que la jurisdicción es el género, mientras
que la competencia viene a ser la especie; todos los jueces tiene
jurisdicción, pues tiene el poder de administrar justicia, pero cada
juez tiene competencia sólo para resolver determinados asuntos.
CLASIFICACIÓN
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No nos corresponde ampliarnos en este tema, sin embargo es
necesario indicar que la distribución del trabajo entre los distintos
órganos judiciales obedece a determinados criterios, siendo tres los
fundamentales: criterio territorial, criterio objetivo (materia, cuantía),
y criterio funcional.
Todas las disposiciones generales sobre competencia, contenidos en el
capitulo I del Titulo II del C.P.C., de una u otra forma están
relacionados con los tres criterios descritos. En efecto, el criterio
territorial se expresa a través de los artículos 14 al 27; el criterio
objetivo se expresa en los artículos 5 al 9 y 34 (materia) y del 10 al 13
(cuantía); criterio funcional se plasma a través de los artículos 28 al
33, respectivamente.
De los criterios que determinan la competencia, los relacionados con
la materia, la cuantía y el grado son impuestos por la norma con
carácter definitivo e inmodificable, ni siquiera por las partes, por lo
que suele decirse que conforman la llamada competencia absoluta.
Sin embargo, por razón de territorio conforma la competencia
relativa, esto es así porque ha sido prevista en favor de la economía
de las partes, por esa razón puede ser convenida en sentido distinto
por las partes o incluso admitida en contrario por una de ellas, con lo
que después ya no se puede discutir su incumplimiento. Esto último
se conoce con el nombre de prórroga de la competencia.
EXCEPCIÓN DE INCOMPETENCIA
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Siguiendo a Elvito Rodríguez, el Juez debe ser competente
en atención a los distintos elementos que determina la
competencia. En caso de no serlo, y el Juez no lo declara de
oficio, se puede interponer la excepción de incompetencias,
la misma que se encuentra contemplada ene el inciso 1 del
artículo 446 del C.P.C.
La excepción de incompetencia es el instituto procesal que
denuncia vicios en la competencias del juez, siendo
procedente cuando se interpone una demanda ante un
órgano jurisdiccional incompetente, es decir que no está
facultado para conocer el asunto litigioso presentado, sea
por razón de materia, la cuantía y el territorio (en este
último caso cuando es improrrogable). Puntualizamos que,
pese a no ser invocada como excepción, puede ser declarada
de oficio la incompetencia en cualquier estado y grado del
proceso (así lo ordena el artículo 35 del C.P.C.). Tal
declaración oficiosa es dable tratándose de irregularidades
que afecten la competencia absoluta, atendiendo a su
importancia y al hecho de que sus reglas son de orden
publico.
NATURALEZA JURÍDICA
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Siendo la competencia una figura estrictamente
procesal, el medio para evidenciar la falta de ella –la
excepción que analizamos- constituye, a su vez, una
institución de idéntico carácter.
La excepción de incompatibilidad es de naturaleza
dilatoria, pues nada impide al demandante, cuando se
haya declarado fundada y, por ende, dispuesto la
conclusión del proceso, interponer nuevamente su
demanda ante el órgano jurisdiccional competente. En
consecuencia, dicha excepción no anula el ejercicio del
derecho de acción.
De acuerdo con Ferrero, esta excepción está dirigida a
advertir la falta de un presupuesto procesal, en el
caso de la incompetencia absoluta, y a hacer cumplir
las reglas de la competencia, en el caso de
incompetencia relativa.
CONSECUENCIA JURÍDICA
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En principio, el juez calificará improcedente la demanda si
carece de competencia, atendiendo a lo preceptuado en el
artículo 427, inciso 4 del CPC. si pese a ello la admite,
entonces cabe proponer la excepción correspondiente.
Si la excepción de incompetencia es declarada infundada,
se declarará, además saneado el proceso (tercer párrafo del
Art. 449 del CPC.).
Cuando es declarada fundada esta excepción, una vez
contenido y ejecutoriado el auto respectivo, el cuaderno en
que se tramitó es agregado al principal, produciéndose
como efecto la anulación de lo actuado y la conclusión del
proceso, en estricta observancia del Art. 451, inciso 5 del
CPC., concordante con el segundo párrafo del numeral 35
del mismo código.
De haber concurso de excepciones, si entre las propuestas
figura la de incompetencia y la declara fundada, el juez se
abstendrá de absolver las demás (Art. 450 del CPC.)
CAPACIDAD
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Messineo –citado por Carlos Matheus- escribe que el
principal atributo de la personalidad del sujeto y de
su existencia para el derecho, está constituido por su
capacidad jurídica o capacidad de derecho, que es la
aptitud o idoneidad para ser sujeto de derechos
subjetivos en general.
En este sentido, la capacidad jurídica la tiene toda
persona, sin necesidad de que esté dotada de una
voluntad reflexiva.
La capacidad es la aptitud o posibilidad de ser
partícipe de todas las situaciones jurídicas
contempladas en el derecho positivo, y se adquiere con
el nacimiento e inclusive con la concepción, pues el
concebido es sujeto de derechos para todo cuanto le
favorece, aunque la atribución de derechos
patrimoniales está condicionada a que nazca vivo
(Art. 1 del C.C.).
CLASES DE CAPACIDAD
a. Capacidad de Goce. Esta clase de capacidad
viene a ser la posibilidad o habilitación para ser
titular de relaciones jurídicas y es inherente a
toda persona humana, sin distinción.
 b. Capacidad de Ejercicio. Constituye la aptitud
para ejercer derechos y ser sujeto de obligaciones
por uno mismo, es decir, sin ser asistido por otro
individuo.
Fernández Sessarego la entiende como la
posibilidad o aptitud del sujeto de derecho de
ejercer por sí mismo los derechos de que goza en
cuanto persona.
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DEFINICIÓN DE PARTE
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Carnelutti afirma que la palabra parte tiene un doble significado: para evitar
confusión, al sujeto de la litis se le denomina parte en sentido material, y al
sujeto del proceso se le llama parte en sentido procesal.
La noción de parte, dentro de la moderna ciencia procesal, posee básicamente
dos enfoques que buscan definirla a plenitud. Uno primer, para el cual la parte
puede coincidir o no con el sujeto de la relación jurídica sustantiva, objeto del
proceso, siendo para esta postura un concepto puramente procesal. Y uno
segundo, que considera que parte no es sólo el sujeto del proceso, sino también
el sujeto de la relación jurídica sustancial objeto de este último, constituyendo
para este criterio un concepto no sólo procesal, sino también material.
El concepto de parte – dice Marco Tulio Zanzucci- es un concepto
exclusivamente procesal: deriva del concepto de relación jurídica procesal.
Parte es quien precisamente, en nombre propio, actúa o contradice en el
proceso, o en cuyo nombre se actúa o se contradice.
Agrega este autor que parte son los sujetos activos y pasivos de la demanda
judicial, o sea los sujetos que provocan a aquellos frente a los cuales es
provocada la constitución de la relación jurídica procesal.
Sin embargo, siguiendo la doctrina, son plenamente diferenciables la capacidad
para ser parte y la capacidad para estar en juicio, es decir la capacidad
procesal, resultando distintos ambos conceptos, tal como veremos a
continuación.
CAPACIDAD PARA SER PARTE
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La capacidad paras ser parte se refiere a la aptitud para ser titular de
los derechos, cargas y obligaciones que se derivan de la realidad
jurídica que es el proceso. Estamos aquí ante el correlativo de la
capacidad jurídica, la cual corresponde a todo aquel a quien el
ordenamiento le reconoce o le otorga personalidad jurídica, capacidad
para ser titular de derechos y obligaciones.
Podría quedar fijado el concepto de capacidad para ser parte como
aquella capacidad que se le reconoce a todo el que posee capacidad
jurídica o lo que es lo mismo la capacidad de goce, pudiendo ser por
ello sujeto de una relación jurídica procesal y con ello titular de los
derechos, cargas y obligaciones que se derivan del proceso ,
correspondiéndole tal aptitud a las personas naturales y jurídicas, así
como a ciertos grupos organizados y patrimonios autónomos.
Nuestro CPC., en su artículo 57, más que definir la capacidad para
ser parte, detalla los sujetos a los cuales les pertenece tal aptitud.
Alberto Hinostroza Mínguez afirma que el hecho de que toda persona
tenga capacidad paras ser parte material en un proceso tiene su
fuerte en el artículo 3 del Código Civil, referido a la capacidad de goce
de los derechos civiles.
CAPACIDAD PROCESAL
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Podemos iniciar este punto afirmando que si la capacidad para ser
parte es el correlativo de la capacidad jurídica, la denominada
capacidad procesal (o capacidad para comparecer en juicio, capacidad
para obrar procesal, capacidad de actuación procesal) es el correlativo
de la capacidad de ejercicio. En este orden de equivalencia –no de
identidad-, esta segunda capacidad alude a la aptitud para realizar
válidamente actos procesales, pues la sola capacidad para ser parte
no basta para tener plena aptitud como parte en un proceso.
Como no todos los que poseen capacidad jurídica tienen también
capacidad de obrar, vale decir, de ejercer sus propios derechos, así
también no todos los que poseen la capacidad para ser parte tienen
también la capacidad de estar en juicio, es decir de promover el
proceso o de defenderse en este, de cumplir actos procesales validos.
Goldschmidt –citado por Carlos Matheus- indica que capacidad
procesal es la capacidad para realizar actos procesales , es decir la
capacidad para llevar un proceso como parte, por sí mismo o por
medio del apoderado procesal a quien se le haya encomendado.
Para Monroy Gálvez la capacidad procesal es la aptitud para ejecutar
actos procesales válidos por parte de los elementos activos de la
relación jurídica procesal (el Juez, las partes, los terceros legitimados
y los órganos de auxilio judicial).
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Este reconocido procesalista agrega que se le identifica con
la capacidad civil de ejercicio. La capacidad procesal es
decidida y delimitada por la propia norma procesal en
atención a la existencia y necesidad de una determinada
vía procedimental, así una madre menor de catorce años
puede demandar alimentos para su hijo, aun cuando sea
incapaz absoluta, desde una perspectiva civil.
En conclusión, podemos decir que la capacidad procesal es
la aptitud de realizar activa o pasivamente actos jurídicos
procesales con eficacia, en nombre propio o por cuenta
ajena, que poseen las personas que tienen el libre ejercicio
de los derechos que en el proceso se hacen valer, siendo este
concepto el reflejo procesal de la capacidad de obrar en el
derecho civil y, por ende, necesaria la remisión a este
último para conocer en el caso concreto sus alcances. Sin
embargo esta correspondencia no es absoluta, puesto que se
admiten algunas excepciones.
La capacidad procesal implica el ejercicio de tres derechos:
comparecer ante el Juez por su propio derecho, comparecer
ante el Juez en nombre de otro y hacerse representar
voluntariamente.
Esta figura está regulada en el Art. 58 del CPC., el cual la
denomina “capacidad para comparecer en un proceso”.
EXCEPCIÓN
DE
INCAPACIDAD
DEL
DEMANDANTE O DE SU REPRESENTANTE
NATURALEZA JURIDICA:
Esta excepción constituye un instrumento procesal de
defensa que tiende a evitar una relación jurídica
procesal inválida y carente de eficacia y que se opone a
la pretensión del actor cuando éste o quien ejerce su
representación carecen de la capacidad para comparecer
en un proceso, afirma Hinostroza Mínguez. Hay que
indicar que la capacidad de la que trata esta excepción
es la procesal, llamada también legitimatio ad
processum.
Según Monroy Gálvez, esta excepción es de naturaleza
dilatoria. Asimismo agrega que es deducida por el
demandado cuando considera que el actor carece de
capacidad para realizar directamente actos jurídicos
procesales y también cuando el representante del actor
carezca de la misma capacidad.
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CONSECUENCIA JURÍDICA:
De declararse infundada esta excepción, se declarara,
además, saneado el proceso, esto es la existencia de una
relación jurídica procesal valida (Art. 449, tercer
párrafo, del CPC.).
Si se declara fundada, el cuaderno incidental
correspondiente se agregara al principal y traerá como
consecuencia jurídica la suspensión del proceso hasta
que el demandante incapaz comparezca, legalmente
asistido o representado, dentro del plazo que fijara el
auto resolutorio (Art. 451, inciso 1 del CPC.).
Por tratarse de una excepción dilatoria, aun en el
supuesto de resolverse la conclusión del proceso, podrá
el actor, una vez subsanado el vicio sobre la capacidad
procesal de él o de quien lo representa, ejercitar su
derecho de acción, interponiendo nuevamente la
respectiva demanda, siempre que no haya prescrito su
derecho. Esto quiere decir que tiene la posibilidad de
volver a solicitar tutela jurisdiccional cuando cese su
estado de incapacidad.
REQUISITOS DE LA DEMANDA
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La demanda es el acto procesal que da inicio al
proceso. Para Ticona Postigo, es la forma o modo cómo
se ejercita el derecho de acción, por lo tanto, entre
acción y demanda existe una relación de derecho a
ejercicio de derecho. Agrega este autor que, con la sola
presentación de la demanda tiene lugar el inicio de la
relación jurídica procesal, pues la presentación
importa el ejercicio de un derecho procesal por parte
del demandante.
La demanda es de naturaleza compleja, pues es a la
vez: acto iniciador del proceso, ejercicio inicial del
derecho de acción, apertura la instancia, es el acto
principal del actor, es un acto de petición y
postulación; sin embargo, como todo acto procesal, la
demanda no puede ser una manifestación del “estilo
personal” – indica Nelson Ramírez-, sino que debe
cumplir con los requisitos que señala la ley.

Monroy Gálvez explica que, quien ejercita su Derecho
de acción y lo viabiliza a través de su demanda, debe
cumplir con un conjunto de requisitos al momento de
su interposición. Algunos de estos requisitos son de
forma y regularmente consisten en la obligación de
acompañar anexos a la demanda o acompañar a ésta
de algunas formalidades que la hagan viable (la firma
del abogado, las tasas correspondientes son un
ejemplo de ello). Por otro lado, hay algunos requisitos
llamados de fondo, porque son intrínsicos, es decir,
están ligados a la esencia de la demanda como acto
jurídico procesal (así, identificar con precisión la
pretensión, precisar la calidad con la que se demanda,
plantear debidamente una acumulación, etc.)
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El incumplimiento de los requisitos legales origina el
rechazo de la demanda. Sin embargo, es lógico
considerar que tal incumplimiento, en todos los casos,
no genera el mismo efecto. Es así que nuestro CPC.
permite la subsanación de los requisitos de forma
(Art. 426); en cambio, cuando hay omisión o defecto de
un requisito de fondo, autoriza la declaración
motivada de improcedencia y consiguiente conclusión
del proceso.
Ticona Postigo manifiesta que, normalmente –aunque
esto no es absoluto- los requisitos de forma se refieren
a la demanda en general, y los requisitos de fondo a la
pretensión en particular. Agrega que los artículos 424
y 425 del CPC. regulan los requisitos generales de la
demanda para todo tipo de procesos contenciosos y
también el Código señala los requisitos para iniciar
determinados procesos.
INADMISIBILIDAD DE LA DEMANDA
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Siguiendo a Nelson Ramírez Jiménez, una demanda
será declarada inadmisible cuando no tenga los
requisitos legales (por ejemplo, no se enumeran los
hechos o se indica el domicilio personal del actor), o
cuando no se acompañan los anexos exigidos por la
ley, o si el petitorio es incompleto o impreciso, o
cuando la vía procedimental propuesta no
corresponde a la naturaleza del petitorio.
Devis Echandía indica que se inadmite la demanda
cuando le falta algún requisito o un anexo o tenga
algún defecto subsanable y con el fin de que sea
subsanado en el término que la ley procesal señale.
Si la omisión o defecto en que se incurre es superable,
el juez ordenará la subsanación en un plazo no mayor
de diez días, y si así no se hiciere, se rechaza la
demanda y se ordena el archivo del expediente.
IMPROCEDENCIA DE LA DEMANDA
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El juez, en este juicio, analiza y verifica si la
pretensión tiene todos los requisitos intrínsicos o de
fondo, si constata que no los tiene, declarará
improcedente la demanda, pero si verifica que ésta
contiene dichos requisitos, llegara a la convicción que
la demanda es procedente.
En el juicio de procedibilidad, lo que el Juez
principalmente analiza y verifica es que la pretensión
propuesta por el actor, se hace valer en un proceso en
donde concurren los tres presupuestos procesales,
además que la acción tenga las dos condiciones, indica
Ticona Postigo. Asimismo, agrega este autor que, el
juicio negativo de procedibillidad impide pasar,
ulteriormente al juicio de fundabilidad.
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Dada la naturaleza de las causas de improcedencia
todas ellas referidas a requisitos de fondo, según lo
dispone el artículo 128 del CPC., es evidente que no
son subsanables, por lo que el rechazo de plano, sin
conceder plazo alguno. Pero es necesario aclarar que
cuando el juez emite juicio de procedibilidad no juzga
la justicia de la pretensión, es decir que no declara si
el actor es o no titular del derecho que alega en su
demanda, sino que simplemente examina si a la
pretensión propuesta le falta uno de sus requisitos
intrínsicos, carencia o defecto que precisamente va a
impedir un pronunciamiento de mérito.
En definitiva, se declarará improcedente una
demanda cuando no cumpla con los requisitos que
exige el artículo 427 del CPC. No obstante el orden
estipulado en el artículo, consideramos que lo primero
que debe examinar el juez es si resulta o no
competente para conocer la demanda que se le
presenta y en el caso de que llegue a la conclusión de
que sí lo es, pasará luego a examinar si concurren o
no los demás causales de improcedencia.

Advierte Ticona Postigo que si se da trámite a una
demanda que no reúne los requisitos que la ley exige, el
proceso estará condenado al fracaso –a menos que
posteriormente se produzca una oportuna correcciónporque se trata de un presupuesto procesal de estricto
cumplimiento. Sin embargo, este autor concluye de que no
cualquier requisito previsto en los artículos 424 y 425 del
CPC. es presupuesto procesal, sino aquellos requisitos cuya
carencia o defecto llevaría inexorablemente al juzgador a
una sentencia inhibitoria, o afecte gravemente el derecho
de defensa de la otra parte. En otras palabras, sólo
configurará presupuesto procesal el requisito que, omitido,
imposibilite al juez en la sentencia, pronunciándose sobre
el fondo del litigio. Así, serían presupuestos procesales que
el petitorio sea completo y preciso, que exista conexión
lógica entre los hechos y el petitorio, que el petitorio fuese
física y jurídicamente posible.
EXCEPCIÓN DE OSCURIDAD O AMBIGÜEDAD
EN EL MODO DE PROPONER LA DEMANDA
Esta excepción se encuentra regulada en el inciso 4 del
artículo 446 del CPC. No se dirige a la comprobación de los
hechos afirmados en ella –dice Alberto Hinostroza Minguez-,
sino a exigir que éstos, su fundamentación y el petitorio sean
expuestos con claridad, en términos que no sean oscuros,
imprecisos o contradictorios. No versa sobre el fondo del
asunto. Únicamente cuestiona los aspectos relativos a una
mejor comprensión por parte del juez y del sujeto pasivo del
proceso.
Estimamos que no se trata de una sola excepción (oscuridad o
ambigüedad) –manifiesta Ticona Postigo- sino de dos
excepciones: la de oscuridad y la de ambigüedad en el modo
de proponer la demanda. Agrega que en materia procesal
civil, oscuridad y ambigüedad no son vocablos ni conceptos
idénticos. En la oscuridad no es comprensible o es
ininteligible lo que se pide o demanda, o los hechos que la
sustentan, mientras que en la ambigüedad se puede
interpretar de varias formas el petitorio, los hechos que lo
sustentan, o hay contradicción
FINALIDAD:
Según Ticona Postigo, la finalidad de estas
excepciones no solamente es tutelar el derecho de
defensa y el derecho de prueba del demandado, sino
que además tiene otra finalidad primordial:
Facilitar el pronunciamiento jurisdiccional en la
sentencia e impedir que se infrinja el principio de
congruencia procesal, para que el juez, en la
sentencia pueda pronunciarse válida y eficazmente,
precisa y concretamente sobre todos y cada uno de
los puntos, hechos, petitorios controvertidos en
proceso.
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
Agrega el autor citado que es necesario tener en
cuenta que las dos excepciones bajo examen, están
dirigidas a denunciar a la ausencia o insuficiencia de
un presupuesto procesal: los requisitos esenciales de
la demanda. Que ésta no sea oscura ni ambigua, sino
que el petitorio sea expresado en forma clara y
precisa(Art. 424, inciso 5); que los hechos en que se
funde el petitorio estén expuestos en forma precisa,
con orden y claridad (Art. 424, inciso 6); que si la
pretensión tiene contenido patrimonial, se indique con
precisión el monto, salvo que no pudiera establecerse
(Art. 424, inciso 8). Si no se cumple con estos
requisitos esenciales de la demanda, el demandado
puede ser colocado en indefención y el juez se
encontrará en la imposibilidad o por lo menos en la
dificultad grave de pronunciarse sobre la pretensión o
pretensiones formuladas en la demanda.
NATURALEZA JURIDICA
Estas excepciones tienen naturaleza dilatoria, pero
en el caso de no subsanarse dentro del plazo fijado,
se declarara la nulidad de lo actuado.
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FORMA Y OPORTUNIDAD DE SU
DECLARACIÓN
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

Si atendemos a las excepciones enumeradas en el Art. 446 del CPC.,
dentro de las cuales encontramos, por ejemplo la de Incompetencia, la
de Incapacidad del Demandante o de su representante, entonces se
impone lógicamente considerar ahora si nuestra legislación procesal
admite o no la existencia de los denominados Presupuestos Procesales
y si el juez está legalmente autorizado para declararlos de oficio; o si
por el contrario, ellos constituyen excepciones dilatorias y, como tales,
sólo pueden ser alegados por las partes.
Doctrinariamente, el examen de los Presupuestos Procesales, como
que se ligan íntimamente a la constitución regular de la relación
jurídica procesal, debe verificarse en una etapa preliminar. Según lo
enseña Calamandrei, en todo proceso se contiene una fase preliminar
(que en ciertas legislaciones está también formalmente separada del
conocimiento sobre el mérito) en la que el objeto de la indagación del
juez no es la acción, sino que es el proceso: un verdadero y propio
proceso.
Fairén Guillén, citado por Carlos B., postula también para la
legislación española, la fijación de una audiencia preliminar, en la
que el juez, de oficio, resolverá –entre otras cuestiones- respecto de la
concurrencia de los Presupuestos Procesales.
Ticona Postigo dice que para una debida
calificación de la demanda, es necesario conocer
previamente algunas categorías procesales como:
a. Los tres filtros o diques principales para
verificar la existencia, constitución y desarrollo
válido de la relación procesal: la calificación de la
demanda, la resolución de las excepciones y el
saneamiento del proceso;
b. Los exámenes y juicios que deben emitirse sobre
la demanda y sobre la pretensión: admisibilidad,
procedencia y fundabilidad;
c. Los tres presupuestos procesales; y,
d. Las dos condiciones de la acción.

El autor citado agrega que los tres filtros
mencionados tienen tres finalidades la primera es
procurar que el proceso se constituya y desarrolle
válidamente, así como verificar que no haya falta
manifiesta de las dos condiciones de la acción, para
que el juez al expedir sentencia. La segunda finalidad
para el caso en que el juez constate un defecto u
omisión subsanable, ordene inmediatamente que sea
subsanado por el litigante a quien corresponda tal
actividad. La tercera finalidad consiste en que si el
juez verifica en cualquiera de estos tres filtros
principales la existencia de un defecto u omisión de
carácter insubsanable, procederá a declarar la
nulidad de todo lo actuado y dar por concluido el
proceso o, en su caso, a declara improcedente la
demanda.
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Asimismo, Ticona Postigo manifiesta que los aspectos y
materia que el juez debe examinar y constatar en estos
filtros no son idénticos; así: en el filtro de la calificación de
la demanda sólo verifica la concurrencia de algunos
presupuestos procesales y las dos condiciones de la acción;
en el segundo filtro; resolución de excepciones, constata –a
petición de parte- la concurrencia de los tres presupuestos
procesales y de las dos condiciones de la acción; mientras
que en el tercer filtro, que es el saneamiento del proceso, el
juez debe constatar:
a. Que tenga en manos un proceso existente,
b. La concurrencia de los tres presupuestos procesales, para
tener un proceso (o relación jurídica procesal) válidamente
constituido,
c. Que se haya observado, hasta ese momento, las normas
imperativas que garantizan un debido proceso,
d. Que no existan otras causales de nulidad absoluta
(insubsanable) y, para el caso de verificar la existencia de
causales de nulidad relativas, disponer lo pertinente para
la subsanación de los defectos u omisiones,
e. Constatar la concurrencia de las condiciones de la acción.
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Recordemos que la Etapa Postulatoria tiene siete objetivos
fundamentales, entre los que figuran: A) Exigir
preliminarmente el cumplimiento de los requisitos para
una relación jurídica procesal válida, y B) Sanear la
relación jurídica procesal por acto del juez o por exigencia
de las partes. Concretamente, del artículo 465 del CPC. se
deduce que el juez, de oficio, y aun cuando el emplazado
haya sido declarado rebelde, expedirá resolución
declarando: 1) La existencia de una relación jurídica
procesal válida; 2) La nulidad y consiguiente conclusión del
proceso por invalidez insubsanable de la relación,
precisando sus defectos; o, 3) La concesión de un plazo, si
los defectos de la relación fueren subsanables, según lo
establecido para cada vía procedimental.
De todo lo expresado anteriormente concluimos diciendo
que el juez podrá declarar de oficio la inexistencia de los
presupuestos procesales, de acuerdo con la doctrina más
autorizada –que es la que tiene en cuenta nuestro Código
Procesal Civil-, pero si así no lo hiciera, es decir, si es
indispensable la oposición del demandado, nos encontramos
ante las denominadas excepciones dilatorias.
PRESUPUESTO E IMPEDIMENTOS
PROCESALES
La doctrina germana designa con el nombre de impedimentos procesales a
aquellas circunstancias que obstan a la marcha del proceso, diferenciándolos de
los presupuestos procesales en cuanto a la forma o modo de su declaración: si se
efectúa de oficio, nos encontramos en presencia de los denominados presupuestos
procesales; si es a petición de parte, estamos frente a las excepciones.
Al respecto, Ticona Postigo indica que los impedimentos procesales solamente son
examinados a instancia de parte, por el juzgador. Para este autor, en nuestro
Código, tienen la calidad de tales: el convenio arbitral (es renunciable expresa o
tácitamente: Ley General de Arbitraje, Art. 12), la prescripción extintiva (el Juez
no puede fundar sus fallo en la prescripción si ésta no ha sido invocada por la
parte: Art. 1992 del C.C.). Agrega que la competencia, según sea el caso concreto,
debe ser considerada en dos niveles: como presupuesto procesal y como
impedimento procesal. Explica que los presupuestos procesales –tal como lo hemos
visto anteriormente- son los requisitos mínimos que deben concurrir para que la
relación procesal se halle instaurada válidamente y, por tal razón deben ser
verificados o verificables de oficio y con mayor razón, a instancia de parte),
mientras que el impedimento procesal es oponible a instancia de la parte
interesada o del tercer legitimado (parte demandada o reconvenida) y, si la parte
no la propone, el proceso debe continuar su íter natural. En este sentido, será
impedimento procesal la incompetencia relativa.
PRESUPUESTOS PROCESALES Y
CONDICIÓN DE LA ACCIÓN
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Así como los presupuestos procesales son los elementos básicos para la
existencia de una relación jurídica procesal válida, hay otros elementos
trascendentes para el decurso normal del proceso, que son las denominadas
condiciones de acción.
Es necesario precisar que, mientras que la existencia de los presupuestos
procesales permite que la relación jurídica nazca y se desarrolle válidamente;
las condiciones de la acción son los requisitos procesales mínimos o
imprescindibles que permiten al juez expedir un pronunciamiento válido sobre
el fondo del litigio. Si una condición de la acción fuera omitida o se encontrara,
pero de manera imperfecta, el juez no podrá expedir sentencia refiriéndose a la
pretensión discutida, por lo menos válidamente, debido a que hay un defecto
procesal que se lo impide.
Taramona Hernández explica que no hay que confundir estas condiciones
procesales –se refiere a los presupuestos procesales- necesarias para la
existencia del proceso con las condiciones procesales para obtener una
sentencia la que puede ser favorable o desfavorable.
Ticona Postigo dice que, como norma general, el juez primero examina la
concurrencia de los presupuestos procesales y después las condiciones de la
acción. Esto significa que el juzgador no puede examinar las condiciones de la
acción si previamente no ha constatado que el proceso que está examinado es
válido.
CONCLUSIONES
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1. Bulow propuso la denominación de presupuestos procesales para referirse a
los requisitos que deberían presentarse para el nacimiento de una relación
jurídica procesal válida; es decir, para fijar las condiciones de admisibilidad y
las cuestiones previas para la tramitación de todo proceso.
2. Los Presupuestos Procesales son los requisitos indispensables para que la
relación jurídica procesal nazca y se desarrolle válida o eficazmente; sin
embargo, la falto o defecto de alguno de ellos no obsta para que se desarrollo la
actividad procesal; pero ésta se hallará viciada, pues la falta o defecto de un
presupuesto procesal se detecta, incluso, durante el desarrollo del proceso.
3. Existen distintas denominaciones doctrinarias para referirse a los requisitos
que dan nacimiento al proceso, pero los aceptados por la gran mayoría son tres:
la competencia, la capacidad procesal de las partes y los requisitos de la
demanda.
4. Los requisitos que ha de reunir la relación jurídica procesal para
considerársela válida han de referirse a todo el proceso en su totalidad y no sólo
a los actos procesales singulares que lo integran.
5. El juez no puede entrar al examen de mérito o fondo de la causa sin que
previamente se verifique la existencia y validez de los presupuestos procesales.
6. La noción de parte tiene dos concepciones doctrinales: para una –puramente
procesal-, la parte puede coincidir o no con el sujeto de la relación jurídica
sustantiva, objeto del proceso; mientras que la otra parte no sólo es procesal,
sino también material, porque parte no solamente es el sujeto del proceso, sino
también el sujeto de la relación jurídica sustancial.
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7. Capacidad para ser parte es la aptitud que se le reconoce a todo aquel
que posee capacidad jurídica o de goce.
8. La capacidad procesal, que es el correlativo e la capacidad de ejercicio,
es l aptitud para realizar válidamente actos procesales, por cuenta propia
o ajena; es decir, la capacidad para ejecutar y recibir, con eficacia, todos
los actos procesales.
9. quien ejercita su derecho de acción y lo viabiliza a través de su
demanda, debe cumplir con una serie de requisitos al momento de su
interposición, tanto de forma como de fondo, de acuerdo con la norma
procesal.
10. el examen de los presupuestos procesales se verifica en la Etapa
Postulatoria, en la que el objeto de la indagación del juez no es la acción,
sino el proceso; en ella, el juez, de oficio, puede declarar su inexistencia,
caso contrario se puede hacer valer las excepciones dilatorias
correspondientes.
11. los impedimentos procesales se diferencian de los presupuestos
procesales en que sólo son examinados por el jugador a instancia de parte
y constituyen: el convenio arbitral, la prescripción extintiva y la
competencia por razón de territorio (prorrogable).
12. mientras que los presupuestos procesales son requisitos
indispensables para el nacimiento y desarrollo de la relación procesal
válida, las condiciones de la acción son requisitos para que el Juez expida
sentencia sobre el fondo.
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