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Ensayo filosófico ¿Existe la democracia en el Perú ?

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Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Alumna: Ruth Valeria Nazario Preciado
Curso: Introducción a la filosofía
Profesor: Martín Váldez
Fecha: 23 de abril del 2022
Ensayo filosófico: ¿Existe la democracia en el Perú?
Siempre que llega la época de elecciones no falta quien nos exhorta a votar
conscientemente y hacer respetar la democracia en el país, cuando en realidad en
nuestro país no vivimos en democracia. En el Perú los que gobiernan pertenecen a
una élite de poder quienes se ponen de acuerdo y crean leyes que los benefician
solo a ellos. Es una lamentable realidad, son conocidos los apellidos de los
empresarios “dueños del Perú” quienes se pudren en dinero viviendo una vida de
ensueño mientras que las familias que viven en zonas de alta pobreza tienen que
vivir día a día preocupándose por lo que van a comer sus hijos. En algunos AAHH
no se cuenta ni siquiera con los servicios básicos de agua, desagüe y luz para poder
vivir dignamente.
Cuántos niños dejan de estudiar a temprana edad para ponerse a trabajar o cuántos
peruanos no pueden acceder a un servicio de salud. ¿Por qué? ¿Es que acaso solo
algunas personas merecen tener una calidad de vida? El Estado es quien debe
velar porque todos los peruanos puedan tener acceso a servicios de calidad; el hijo
del agricultor merece tener una buena educación así como el hijo del presidente, el
Estado debe trabajar para que el sistema de salud pública sea de calidad, que la
educación pública sea de calidad y que todos tengamos las mismas oportunidades;
actualmente no se da, pues los que llegan al poder lo hacen para beneficiarse y
beneficiar a su círculo cercano haciendo que solo una minoría pueda gozar de
beneficios.
Lo que el Estado debe hacer es asegurar la correcta redistribución del dinero, debe
cobrar más impuestos al sector con mayor riqueza para poder invertirlo en los que
realmente lo necesitan y así reducir la desigualdad. Es una burla para el pueblo que
los congresistas aprueben exonerar del IGV alimentos como el faisán y la gallina de
Guinea cuando es solo esta minoría la que puede gozar de comer uno de estos
platillos por el alto costo que representan y actos como estos demuestran la pésima
calidad de los políticos que tenemos, elegimos mal y eso hay que aceptarlo.
Esto se debe a que a veces los candidatos se nos muestran como ejemplos de
superación y de lucha, identificados con el pueblo y con miles de promesas que se
supone cumplirán cuando lleguen al poder; sin embargo, esos candidatos no son
más que lobos disfrazados de ovejas que cuando alcanzan su objetivo se olvidan
del pueblo y ponen sus intereses por delante. Además de esto, suele suceder que
los medios de comunicación se encuentran dentro de este círculo cercano lo que
causa que en lugar de advertirnos sobre estos políticos para que podamos elegir
una mejor opción, hacen que tengan más publicidad y se vuelvan más conocidos
para que así la gente se memorice a estos candidatos y vote por ellos; pero ¿por
qué los empresarios y estos grupos de poder están metidos en la política?
Todo empezó cuando en el año 2000 el sector privado aumentó su poder económico
adquiriendo más empresas y teniendo una mayor participación en el PBI, entonces
al tener mayor participación que el sector estatal aprovecharon para inmiscuirse en
la política del país. Es aquí cuando el Estado debió ponerse las pilas para
establecer límites en esta nueva relación ya que no se puede permitir que se
desenvuelvan libremente en este campo porque ya hemos visto
que los
empresarios se sienten con el poder de hacer lo que quieran con el país con tal de
aumentar sus ganancias. Por ejemplo, en la mayoría de partidos políticos sus
campañas políticas son financiadas por estos grupos de poder y una vez que llegan
al poder estos candidatos les “tienen que devolver el favor” creando leyes que les
sean favorables quedando de esta manera atados a los empresarios.
En la realidad es peor puesto que vemos que como Odebrecht hay muchos grupos
de poder que no solo financian a un candidato sino que patrocinan a varios
candidatos a la vez, que suelen ser los que tienen mayor probabilidad de ganar,
para así asegurar que sí o sí van a tener una política subyugada a la economía que
sea favorable a sus intereses. Según Crabtree y Durand “La élite corporativa opera
sobre la base de una captura del Estado en un «triángulo sin base». Es así debido a
que «la base» no puede actuar a estar desarticulada, por estar poco o débilmente
organizada.” (Crabtree y Durand, p.15) y en verdad eso es lo que pasa en nuestro
país, cuántas protestan han habido, cuántos muertos incluso, que fueron en vano
porque los políticos ni nos toman en cuenta para “sus decisiones” porque en
realidad no obedecen a lo que el pueblo necesita. A los empresarios les llega
altamente los derechos de los trabajadores y se empeñan por deshacer cualquier
intento de organización como los sindicatos. Si hacen paro los despiden o llaman a
la policía para que los confronte; para ellos no existimos, solo existe su ambición por
el dinero.
El neoliberalismo ha hecho que no nos vean como trabajadores sino meramente
como engranajes que unidos hacen funcionar la fábrica. ¿No recordamos acaso a
los trabajadores de Nicolini? Varios años después me pregunto ¿sirvió de algo su
muerte? Al día de hoy sigue habiendo trabajadores encerrados con llave por su jefe
para que “no roben”, sigue habiendo trabajadores explotados por los empresarios
aprovechándose de su carencia económica. No ha cambiado nada y por eso me
causa enojo cuando se dice que vivimos en democracia. No vivimos en democracia,
y esto hay que entenderlo de una vez.
Laval y Dardot nos hablan sobre Walter Lippmann, uno de los fundadores del
neoliberalismo, quien dice lo siguiente: “La debilidad e inestabilidad de las
democracias se origina en el hecho de que los gobernantes se creen obligados a
seguir la voluntad de la mayoría. Para poner remedio a este problema, conviene
restringir el poder del pueblo para elegir gobernantes en vez de permitir que les
dicten su conducta.” (Laval y Dardot, p.4). Lo que hemos pensado que era vivir en
una democracia no lo es y no lo ha sido desde siempre. Nos han hecho llamar al
problema con el nombre de la solución. Prácticamente lo que hacemos es elegir a
un representante y listo, que él actúe por su cuenta. Es por eso que en realidad este
tipo de gobierno se llama gobierno representativo, No viviremos en democracia
hasta que el Estado ponga en primer plano para lo que nació, representar la
voluntad del pueblo y defender los derechos fundamentales de todos los peruanos.
Debemos comprender primero el concepto real de democracia para luego entender
por qué es importante que vivamos en una.
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