Texto: El Estadio del Espejo como formador de la función del YO. El estadio del espejo describe la formación del yo a través del proceso de la identificación, en el sentido de la transformación producida en el sujeto cuando asume una imagen como propia. El yo es el resultado de identificarse con la propia imagen especular. El mismo se sitúa alrededor de los seis meses hasta aproximadamente los dieciochos meses de vida, cuando el infans reconoce jubilosamente su imagen en el espejo como tal. La función del estadio del espejo, se nos revela entonces como un caso particular de la función del imago, que es establecer una relación del organismo con su realidad. El hecho de que su imagen especular sea asumida jubilosamente manifiesta la matriz simbólica en la que el yo se precipita. Sostén simbólico que permite que el yo se identifique por primera vez con su imagen especular, el deseo de la madre aparece como un aspecto esencial de la matriz simbólica. “ …el estadio del espejo es un drama cuyo empuje interno se precipita de la insuficiencia a la anticipación” , es decir el bebé al nacer se halla en un estado de insuficiencia; un estado de prematuración, que le impide un dominio de su cuerpo, por el inacabado desarrollo de su sistema nervioso que lo sumerge en la impotencia motriz, lo que se supone que el bebé percibe son sensaciones siempre propioceptivas aisladas, pero no logra hacer un conjunto con todas esas sensaciones que le brinden la imagen de unidad. Esa imagen de unidad se la va a brindar el espejo y por eso a esa imagen Lacan le da el nombre de gestalt, una forma acabada. Es una imagen completa, con buena forma que se contradice con lo que siente de sí mismo. Esa forma con la cual se identifica es el yo ideal. El yo ideal, precisamente, Lacan lo ubica en el registro imaginario y por tanto, es soportado por el eje simbólico en el cual se ubica el Ideal del yo que es el lugar desde donde se es mirado y desde donde dice qué y cómo debe ser para alcanzar la perfección. Se produce una anticipación dado que se precipita en la imagen, y esa precipitación supone una anticipación, porque asume como propia una imagen que todavía no tiene de sí mismo en términos de las percepciones de su cuerpo. Hay anticipación porque logra una identidad imaginaria que, en realidad, todavía no posee, porque su cuerpo todavía no consigue la coordinación que la imagen le brinda. La imagen le permite una primera idea de sí mismo, de completud, pero al precio de alienarse en ella, de creerse que esa imagen es él. Con lo cual Lacan plantea que la estructura del yo es paranoica, es decir, que el yo está alienado, lo cual significa “fuera de sí”. De allí su insistencia en decir que “Yo es otro”. El estadio del espejo culmina con la identificación de la imagen del semejante y el drama de los celos primordiales, la dialéctica que desde entonces liga el yo con situaciones socialmente elaboradas. Puntos hablados en clase: El lactante antes de los 6 meses ante un espejo: él bebe vive una relación simbiótica con la madre. Por lo que no hay esbozos, ni principios del yo. Vive una ilusión que comenzara a desvanecerse a partir de los 6 meses. El estadio del espejo como identificación: Partimos de un cuerpo fragmentado y vía la imagen se llega al YO. Lo que es dado mediante la identificación, como acto psíquico. Es decir, es la transformación producida en el sujeto cuando asumen una imagen, cuya predestinación a este efecto de fase, está suficientemente indicada por el uso, en la teoría del termino IMAGO. Matriz simbólica: Lo que se designa como yo es formado a través de lo que es el otro —de la imagen en el espejo que le devuelve la dimensión del otro como semejante-. Es la forma primitiva de pensamiento o "matriz simbólica". El hecho de que su imagen especular sea asumida jubilosamente manifiesta la matriz simbólica en la que el yo se precipita. Sostén simbólico que permite que el yo se identifique por primera vez con su imagen especular, el deseo de la madre aparece como un aspecto esencial de la matriz simbólica La función del estadio del espejo se nos revela entonces como un caso particular de la función del imago, que es establecer una relación del organismo con su realidad. La crítica que hace Lacan a la filosofía, está dada por la concepción que tiene del sujeto “el ser y la nada”. Por lo tanto, desconoce la constitución del yo. Es una mirada existencialista. La imagen especular: parece ser el umbral del mundo visible, si hemos de dar crédito a la disposición en espejo que presenta en la alucinación y en el sueño el imago del cuerpo propio, ya se trate de sus rasgos individuales, incluso de sus mutilaciones, o de sus proyecciones objetales, o si nos fijamos en el papel del aparato del espejo en las apariciones del doble en que se manifiestan realidades psíquicas, por lo demás heterogéneas.
