Subido por Remi Solis

LA cultura olmeca

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LA CULTURA OLMECA
Fue una civilización que se desarrolló durante el periodo preclásico de Mesoamérica.
Aunque se han encontrado vestigios de su presencia en amplias zonas de Mesoamérica, se
considera que el área cultural olmeca —zona metropolitana— abarca la parte sureste del
estado de Veracruz y el oeste de Tabasco. En ese sentido, es necesario hacer la aclaración de
que el etnónimo olmeca les fue impuesto por los arqueólogos del siglo XX, y no debe ser
confundido con el de los olmeca-xicalancas, que fueron un grupo que floreció en
el epiclásico en sitios del centro de México, como Cacaxtla.
Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura madre de todas de la
civilización mesoamericana.1 Sin embargo, no está claro el proceso que dio origen al estilo
artístico identificado con esta sociedad, ni hasta qué punto los rasgos culturales que se
revelan en la evidencia arqueológica son creación de los olmecas del área nuclear. Se sabe,
por ejemplo, que algunos de los atributos propiamente olmecas pudiesen haber aparecido,
primero en Chiapas o en los Valles Centrales de Oaxaca. Entre otras dudas que están
pendientes de respuesta definitiva, está la cuestión de los numerosos sitios asociados a esta
cultura en la Depresión del Balsas (centro de Guerrero).
Sea cual haya sido el origen de la cultura olmeca, la red de intercambios comerciales entre
distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la difusión de muchos elementos culturales
que son identificados con la cultura olmeca, incluidos el culto a las montañas y a las cuevas;
el culto a la Serpiente Emplumada, como deidad asociada a la agricultura, el simbolismo
religioso del jade, e incluso, el propio estilo artístico, que fue reelaborado intensamente en
los siglos posteriores a la declinación de los principales centros de estos tiempos.
Organización política y social
Los olmecas crearon sistemas políticos centralizados y respaldados por la religión y el poder
hereditario que no tenían paralelo en otros pueblos. La sociedad olmeca llegó a desarrollar
una organización social estratificada compuesta por: los gobernantes divinos, la aristocracia
y la gente común. La existencia de una genealogía aportó los principios de exclusión social y
jerarquización de linajes con el fin de legitimar a los gobernantes y distinguir a la elite de los
demás. El poder de los gobernantes se fortaleció mediante los conceptos, las creencias y las
prácticas religiosas y se afianzó por conducto de su acceso privilegiado a bienes de primera
necesidad, santuarios y de importación. Se trata de una de las sociedades más destacadas y
antiguas de Mesoamérica, se especula que establecieron una política que se caracterizó por
su acoplamiento con lo religioso, por tal motivo se le considera como una civilización
teocrática. De hecho, debido a su gran antigüedad, se desconoce la identidad étnica de sus
integrantes.
Área de asentamiento olmeca
A pesar del hecho de que la cultura olmeca tuvo una difusión que alcanzó la mayor parte de
Mesoamérica —excepto en la región de Occidente, que siguió un desarrollo cultural más o
menos autónomo hasta finales del Preclásico—, una de las regiones donde se han
encontrado las evidencias más claras de la presencia de esta cultura es la parte sur de la
Llanura Costera del Golfo de México, comprendida entre los ríos Papaloapan y Grijalva, que
corresponde a la mitad norte del Istmo de Tehuantepec. Actualmente, esta zona
corresponde al sureste del estado de Veracruz y el poniente de Tabasco. Se trata de una zona
de un clima cálido y muy húmedo, condiciones climatológicas que seguramente poseyó
también en la antigüedad precolombina ese lugar.
El área nuclear olmeca es irrigada por caudalosos ríos que bajan de las estribaciones de
la Sierra Madre de Oaxaca y la Sierra Madre Oriental, como el Coatzacoalcos, San Juan
y Tonalá. Debido a la humedad de la zona y de las fuentes de estos ríos, en temporada de
lluvias los desbordamientos de las corrientes son una constante. Aunque en la actualidad la
vegetación de esta región de la República Mexicana ha sido ampliamente modificada por la
acción del hombre, antiguamente estuvo recubierta por una espesa selva tropical, que era
el hábitat de numerosas especies que en la actualidad se encuentran a punto de desaparecer
en el territorio mexicano, entre ellas el jaguar, las aves de plumajes preciosos
como guacamayas y quetzales; reptiles de diversas especies, y mamíferos como el tapir. Este
último considerado por los olmecas como un animal difícil de cazar que solo los más valientes
lo atacaban porque era necesario estar muy cerca de él ya que era una tarea complicada
penetrar su gruesa piel.
La región posee suelos ricos en humus y de espesores considerables. El petróleo crudo brota
a flor de suelo entre la vegetación. Sin embargo, carece de muchos de los materiales que son
característicos de los objetos de estilo olmeca encontrados en esta zona y en otras partes de
Mesoamérica. Entre ellos se incluye la obsidiana, el jade, la serpentina y el cinabrio. Para
obtener piedra sólida para sus materiales, los habitantes de esta región recurrieron a las
canteras de la Sierra de los Tuxtlas —conocida también como sierra de Santa Martha o de
San Andrés—, que les proveyeron de basalto y otras rocas volcánicas que emplearon en la
construcción de templos y en la escultura. Sin embargo, estas fuentes de materiales pétreos
se encuentran a más de cien kilómetros de distancia respecto a sitios como San Lorenzo y La
Venta, lo que puede dar una idea del nivel de organización que se requirió para trasladar —
sin animales de carga y sobre un suelo cenagoso— esos monolitos que se pesan en decenas
de toneladas, hasta los centros políticos de la cultura olmeca.
La palabra "olmeca" significa "habitantes de la región del hule" y fue utilizada por los aztecas
para nombrar a varios pueblos, étnica y lingüísticamente diversos, que ocuparon la región
de Veracruz y Tabasco a través de los siglos. Se desconoce el nombre que se daban a sí
mismos aquellos a quienes llamamos olmecas.
Bajo el término "olmeca" han sido agrupadas dos realidades: un pueblo de la región del Golfo
y un estilo artístico. El estilo olmeca puede verse plasmado en peñas, cuevas, esculturas
grandes y chicas y objetos de barro que se encuentran diseminados por todo Mesoamérica.
De Jalisco a Costa Rica, pasando por Guerrero, Chiapas, Oaxaca, el Altiplano Central y la costa
del Golfo, se han encontrado imágenes de niños-jaguares y otros rasgos propios del arte
olmeca. Se cree que la dispersión de este estilo artístico se debe a que los pueblos del Golfo
crearon una amplia red de intercambios con otras poblaciones lejanas. De este modo, los
símbolos y formas olmecas se integraron a las expresiones artísticas de otras zonas
mesoamericanas.
Asimismo, se le considera olmeca a la "cultura madre" de Mesoamérica debido a que en
estas primeras sociedades se dio inicio a algunas prácticas culturales que se integraron
plenamente a la cultura mesoamericana, como el uso de un patrón urbano de asentamiento,
el establecimiento de una sociedad teocrática, el juego de pelota, entre otras.
Historia
Se estima que los indicios más antiguos de la cultura olmeca son de alrededor de 3000 a. C.,
y los más recientes son aproximadamente del año 400 a. C. La civilización olmeca se
constituyó principalmente alrededor de 3 centros ceremoniales: San Lorenzo, La
Venta y Tres Zapotes, además de manifestarse en otros sitios como Laguna de los Cerros.
El centro olmeca más antiguo es el de San Lorenzo (1150 a. C. aproximadamente.), municipio
de Texistepec, situado en la cuenca del río Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz. El inicio
del florecimiento de la cultura olmeca en este sitio comenzó alrededor del año 1150 a. C.,
época de la que datan la mayor parte de las esculturas y elementos arquitectónicos que
caracterizan a la cultura olmeca, muchos de los cuales se conservan en el sitio. San Lorenzo
fue saqueado en el año 900 a. C. y las esculturas monumentales sufrieron un intento de
destrucción; algunas se enterraron, y otras fueron trasladadas al centro ceremonial.
La Venta
Fue el centro ceremonial más importante de los olmecas. Esta antigua ciudad se distingue
por representar el primer trazo arquitectónico planificado en el México antiguo, su
arquitectura monumental de tierra, su gran acervo escultórico y sus ofrendas de jade, al igual
que por sus ofrendas masivas, únicas en el mundo prehispánico. En los alrededores de La
Venta se han encontrado vestigios culturales que datan de 1750 antes de Cristo, aunque la
ocupación principal se concentra entre el 1200 y el 400 antes de Cristo.2 Cuenta con la
pirámide más antigua de Mesoamérica y también se han encontrado cabezas colosales y
tronos, que merecen especial reconocimiento por el hecho de que para construirlas,
tuvieron que ser transportados los enormes bloques de basalto desde la Sierra de los Tuxtlas,
a decenas de kilómetros de ahí, ya que por ser una zona pantanosa y arenosa, no había
piedras. Se cree que pudo llegar a albergar hasta 20 000 habitantes en ese lugar.
Los Tres Zapotes
El centro ceremonial de Tres Zapotes fue el último en desarrollarse. Es el más conocido
porque fue el que sobrevivió hasta una época más cercana, pero la civilización olmeca que
se desarrolló aquí fue una cultura ya en decadencia, no el esplendor que vivió en los centros
ceremoniales anteriores.
Estos centros ceremoniales tenían función de ciudades, y en ellos se construyeron
edificaciones de tierra y adobe, por lo cual han perdurado pocos restos. Se construyeron
montículos con templos en la parte superior, lo que se podía considerar como un precursor
de las pirámides mesoamericanas. También construyeron edificaciones en torno a patios
centrales, característicos de las civilizaciones posteriores en la zona. Desde el 900 a.
C. existen pruebas de bruscos cambios políticos; como muestra el intento de destrucción de
algunas de las cabezas olmecas.
Si para la mayoría de los especialistas como Michael D. Coe o Richard Diehl, la cultura olmeca
es originaria de la costa del Golfo (ZMO: Zona Metropolitana Olmeca), para la escuela
francesa promovida por Christine Niederberger3 y desarrollada en particular por Caterina
Magni,4 la cultura olmeca aparece como un conjunto multiétnico y plurilingüístico que se
extiende sobre la mayor parte de Mesoamérica desde 1200 hasta 500 a. C.
La presencia olmeca se certifica en México (costa del Golfo, costa del Pacífico y altiplano
central), principalmente en la zona costera del Golfo de México entre los ríos Papaloapan y
Grijalva,
pero
también
en
lugares
como
Chalcatzingo
(Morelos), Teopantecuanitlán (Guerrero).
Más allá de las fronteras mexicanas, vestigios de una presencia olmeca se encuentran
en Guatemala (Takalik Abaj), Belice, El Salvador, Honduras, y Nicaragua.
Economía
Su religión desarrolló todos los temas importantes encontrados en los cultos posteriores.
Tenían una religión politeísta, gran número de sus dioses eran relacionados con
la agricultura y otros elementos como el sol, el agua, los volcanes, animales, etc.
El centro de su religión y culto es el jaguar, y aparece representado en la iconografía olmeca.
Se le representaba con la característica boca olmeca, de forma trapezoidal, con las comisuras
hacia abajo y el labio superior muy engrosado. En muchos casos con colmillos muy
pronunciados, adornos supraciliares y el cráneo hendido. Siempre aparece representado de
la misma manera. No se sabe qué tipo de dios pudo ser. Se cree que pudo ser el origen del
dios de la lluvia, que se desarrollará posteriormente en muchos puntos de Mesoamérica.
Hay muchos animales considerados dioses, como el caimán, sapos, reptiles, todos los
animales de la zona. Normalmente, aparecen mezclados entre ellos, cabezas de unos y
cuerpos de otros, creando seres mitológicos. En ocasiones para sus representaciones
religiosas tienden a la abstracción, con lo cual no se sabe exactamente qué pudo significar la
muerte.
Se cree que pudo ser una religión dinástica, sus dioses estarían relacionados directamente
con los gobernantes, con los señores de los centros ceremoniales, gobernantes con poderes
sobrenaturales, descendientes directos de las divinidades.
Es una religión compleja, que no se ha conseguido descifrar aún. Pero se cree que pudo tener
toda una doctrina aceptada por el pueblo, para justificar, explicar y legitimar a los linajes
gobernantes, las desigualdades sociales, las fuerzas sobrenaturales y establecer vínculos
entre éstas y los gobernantes. La religión estaría institucionalizada, con un cuerpo doctrinal
y su panteón. De esta forma también los líderes gubernamentales utilizaban un símbolo de
una figura de animal para identificarse.
Lengua y escritura
Ya que la cultura olmeca fue la primera civilización en Mesoamérica, se especula que muchos
logros mesoamericanos tuvieron lugar por primera vez en el seno de su cultura. Entre otras
cosas, se acredita a los olmecas el desarrollo del calendario, la escritura y la epigrafía.
Antes de los descubrimientos de 2002, el corpus principal de inscripciones largas constaba
de una docena de inscripciones epigráficas, todas ellas datadas entre 300 a. C. y el 530 d. C.5
En 2002 se descubrió una inscripción que data de 650 a. C.,6 y en 2007 otra de 900 a. C.,7 la
cual supera en antigüedad a la escritura zapoteca y convierte a la escritura olmeca en la más
antigua de América.
Se han encontrado ciertas inscripciones en algunas estelas que contienen glifos. Según
algunos historiadores, una de estas estelas cuenta la vida de un gobernante, pero todavía no
obtiene la unanimidad de la comunidad internacional. Entre 1991 y 1994 los
lingüistas Terrence Kaufman y John Justeson llevaron a cabo un trabajo de desciframiento
que les llevó a identificar la lengua de las inscripciones olmecas como una lengua mixezoque, en particular una lengua antecesora del proto-zoque y por tanto emparentada algo
más distantemente con el proto-mixe. Este desciframiento muestra que los glifos son de
hecho parte de un silabario.
Arte
arte olmeca se refiere a las manifestaciones artísticas que se conservan de la cultura olmeca
que se desarrolló durante el Preclásico Medio de Mesoamérica (floreció
entre 1200 a. C. y 500 a. C.) y es considerada la primera de las grandes civilizaciones de esa
región.8 Aunque los olmecas ocuparon en especial la zona norte del istmo de
Tehuantepec —los principales sitios arqueológicos están en San Lorenzo, La Venta y Tres
Zapotes, así como en Villahermosa y Tabasco— su influencia se extendió a muchas regiones
mesoamericanas y muchos aspectos culturales comunes de esas culturas se iniciaron con
ellos, como el culto a las montañas y a los lugares elevados (como la pirámide cónica de La
Venta), el culto a la Serpiente Emplumada y al dios jaguar, el juego de pelota o el simbolismo
religioso
del jade.
La cultura olmeca,
que
inventó
la escritura —
usando pictogramas e ideogramas—, y el calendario, fue identificada en un principio como
un estilo artístico y ese sigue siendo su sello distintivo.9 Fue una referencia y un legado para
todas las culturas posteriores de América Central —toltecas, zapotecas y hasta los aztecas—
siendo ejemplo la escritura maya, que tiene sus raíces en el primer sistema glífico
desarrollado por los olmecas.
Su arte se manifiesta a través de un gran dominio técnico de la escultura y de la talla, para
muchos no superado por ninguna otra civilización precolombina.1011 La mayor parte del
arte olmeca es naturalista, pero también se utiliza una rica iconografía que refleja un
significado religioso, con criaturas antropomórficas fantásticas, a menudo altamente
estilizadas.12 Se puede distinguir un arte monumental o colosal —hecho
en arcilla, piedra (principalmente basalto y andesita) y madera— y un arte menor o
mobiliario —a base de jade-jadeíta y otras piedras verdes (serpentina) y de obsidiana—,
junto con algunas pinturas rupestres. Los monumentos de piedra se pueden agrupar en
cuatro clases:13
Cabezas colosales de piedra (hasta 3 m de altura y 10 t de peso14), ejemplo de escultura
monumental tallada en basalto procedente de lejanas canteras, que son las obras más
representativas del arte olmeca,15 de las que se han encontrado 17 ejemplares en diversos
sitios del área nuclear olmeca. Se caracterizan por su apariencia negroide, de ojos
abotargados, labios carnosos y nariz ancha, con un casco encajado, que se cree pueden
representar a dioses, a guerreros o a jefes —cabezas de linaje de familia o antepasados— e
incluso a jugadores de pelota. (La apariencia negroide ha llevado a conjeturar que eran
evidencias de algunos contactos interoceánicos en tiempos antiguos).16
«Altares» rectangulares (probablemente tronos según Ann Cypher) 171819 como el famoso
altar 4 de La Venta, con una cavidad en su parte frontal que representa una puerta al
inframundo, de donde sale un personaje mitológico que sostiene una cuerda que rodea todo
el altar a modo de cenefa.
Esculturas en bulto redondo, independientes, como «Los gemelos» de El Azuzul,
el monumento San Martín Pajapan 1 o el Señor de Las Limas, una obra en serpentina de un
joven en posición sedente que sostiene en sus brazos a un niño-jaguar, motivo frecuente en
el arte olmeca.
Estelas, introducidas más tarde que las cabezas colosales, los altares o las esculturas
independientes. En sus inicios eran una simple representación de figuras —como el
monumento 19 o la estela 1 de La Venta—, pero más adelante llegaron a representar eventos
históricos, en particular actos que legitimarian a los gobernantes. Esa tendencia culminaría
en monumentos post-olmecas como la estela 1 de La Mojarra, que combina imágenes de
gobernantes con glifos y fechas del calendario de cuenta larga.20
Otro tipo de artefactos mucho más pequeños son las tallas de piedra dura en jade de una
cara en forma de máscara. El jade era un material particularmente precioso y sería utilizado
como una señal de rango por las clases dominantes.21 Ya en 1500 a. C., los primeros
escultores olmecas dominaban la forma humana,22 como atestiguan las esculturas de
madera descubiertas en los zonas pantanosas de El Manatí.22 Los curadores y estudiosos se
refieren a las máscaras faciales de «estilo olmeca» —cabezas humanas lo bastante grandes
en comparación con el cuerpo del personaje, una combinación de ojos hundidos, fosas
nasales chatas y boca amplia en arco ligeramente asimétrica, con el labio superior grueso
(el labio olmeca, que se ha relacionado con la forma de la boca del jaguar)23 y un mentón
pequeño, con a veces con una hendidura en la cabeza24— pero, hasta la fecha, no se ha
recuperado ningún ejemplo en un contexto olmeca controlado arqueológicamente. Han sido
recuperadas en sitios de otras culturas, incluido una depositada deliberadamente en el
recinto ceremonial de Tenochtitlan (Ciudad de México). La máscara presumiblemente
tendría unos 2000 años cuando los aztecas la habrían enterrado, lo que sugiere que tales
máscaras fueron valoradas y coleccionadas como lo fueron las antigüedades romanas en
Europa.25 Como las artes olmecas estaban fuertemente ligadas a su religión, que destacaba
a los jaguares —creían que en el pasado lejano se habría formado una raza de «hombresjaguar» entre la unión de un jaguar y una mujer24— el «estilo olmeca» también combina
características faciales de humanos y jaguares.249
Destacan también una serie de figurillas de arcilla y piedra, conocidas como miniaturas
olmecas, que se encuentran abundantemente en yacimientos arqueológicos a lo largo
del periodo formativo, y entre ellas, los llamados rostros de bebé, pequeñas esculturas de
cerámica de color blanco, con cara de niño, cabeza grande, ojos almendrados, labios gruesos,
ataviadas con un casco, y el cuerpo en forma de pera. También pueden citarse las hachas
Kunz (también conocidas como «hachas votivas»), figuras que representarían a los
«hombres-jaguar» y que aparentemente fueron utilizadas para rituales. En la mayoría de los
casos, la cabeza es la mitad del volumen total de la figura. Todas las hachas Kunz tienen la
nariz plana y una boca abierta. El nombre «Kunz» proviene de George Frederick Kunz, un
mineralogista estadounidense, que describió una figura en 1890. Otros jades característicos
son las llamadas «cucharas olmecas». Las muestras artísticas son muy complejas y aun hay
muchos objetos que se están investigando.
En la zona del istmo de Tehuantepec también se desarrolló la cerámica, que en Barra, Locona
y Ocós alcanza grandes alturas artísticas.
Las principales piezas olmecas han sido recuperadas de los yacimientos excavados y han sido
trasladadas a museos, siendo las mejores colecciones las del Museo de Antropología de
Xalapa y del Parque Museo La Venta, con destacados ejemplares también en el Museo
Nacional de Antropología de la capital mexicana.
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