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Permaneced en mi amor - copia

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“Permaneced en mi amor” Jn 15,9
Los Votos en Francisco Palau
¡Es tiempo de caminar! El capítulo nos invitaba a vitalizar lo que somos, seguidoras de
Jesús. Nos propone centrar la vida en Cristo dando un nuevo dinamismo a nuestra
consagración y ahondando en nuestra identidad carismática. Juan de la Cruz nos recuerda
que tenemos un largo camino para seguir ahondando en Cristo (cf. CB 37,4). La historia
de Francisco Palau es la trayectoria de lo que Dios ha hecho en él. Una consagración que,
se realiza, en este caso, a través de sus relaciones con la Iglesia "su cosa amada".
Actualmente estamos celebrando el 50 aniversario de la promulgación de "Perfecte
caritatis", decreto del C V II, sobre la renovación de la vida religiosa.
1.
Fundamento bíblico:
La Palabra nos recuerda la elección de Dios, diciéndonos:
Is 49,16 “estas tatuada en la palma de mi mano”
Is 43,1 “no temas, te he llamado por tu nombre, tú eres mío”
Salmo 139,13-14 “me has tejido en el vientre de mi madre”
En esta elección el protagonista es Dios y Jesús el espejo donde nos tenemos que mirar.
Él es la verdadera imagen de Dios. Recuerda que Jesús nos invita a permanecer en Él,
donde se oculta toda la realidad que se va desvelando, en la medida que nos vamos
descentrando de nosotras mismas y adentrándonos en su profundidad.
Jn 15 “La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y así seréis mis discípulos"
(8)
Aunque no es el primer versículo lo podríamos considerar como título de la alegoría, la
vid y los sarmientos. El Protagonista es el Padre. El fruto depende de nuestra vinculación
al Hijo. Si permanecemos en Él y Él en nosotros daremos mucho fruto. La savia que
transcurre es el Espíritu que da vida. Se expresa en el gozo interior que es el gozo de Jesús
al relacionarse con el Padre y el Espíritu: "para que mi gozo este en vosotros...” (11)
“Permaneced en mi amor” (9-11). Experimentar el "trato de amistad con el Señor" nos
impulsa hacia fuera de nosotras mismas "Vosotros sois mis amigos... No me habéis
elegido vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” (16). De este modo la consagración
nos introduce en el misterio, en la dimensión trinitaria, en la gratuidad.
Si tomamos conciencia de esta realidad podemos recordar los grandes momentos de
nuestra historia personal con gratitud. Esta realidad nos puede ayudar a descubrir "lo
bello", "lo nuevo" que ahora nos puede ofrecer nuestra la consagración en la realidad
concreta y nos puede llenar de gozo y esperanza. Nos posibilita a abrir la mirada a
escuchar las voces de los que nos desafían a mantener viva nuestra opción por el Señor y
nos reclama e implica, una decisión.
2.
La consagración en Francisco Palau
La vocación más excelsa que hemos recibido es la de ser imagen de Dios. Dios nos ha
creado a su imagen, para unirnos con Él, entrar en comunión con su voluntad, para acoger
lo que Dios ha querido para cada uno de nosotros. Y lo que Dios quiere es la realidad de
la redención: que todos los hombres se salven.
2.1.
Tu Amada ha grabado en tu ser su imagen
MRel 16,11 “Tu Amada se ha hecho presente a tu espíritu por fe….y ha grabado en tu
ser su figura e imagen…tus obras van ordenadas todas a su gloria”
Francisco Palau Tiene la certeza de sentirse amado por su Amada con un amor mucho
mayor que el propio. Su Amada, la Iglesia, reclama con urgencia una entrega total. Vivir
la reciprocidad amorosa con la Iglesia —Dios y los prójimos— es el centro de su vida.
La Iglesia llena todo su ser convirtiéndose en la clave interpretativa de su existencia en
general y de su vida consagrada en particular. Es la Amada quien lo conduce a una
integración cada vez más profunda de su persona, de modo que el misterio de comunión
eclesial es la dimensión que configura toda su existencia.
MRel 2,7: “Yo ya no soy mío, soy cosa tuya, y tú cuidarás de mí como cosa que te
pertenece. Yo te doy lo que soy, lo que tengo y quiero y cuanto puedo tener. Yo me doy
a ti, oh Iglesia santa, en amor, obediencia, castidad, y pobreza, en fe y esperanza… tal
cual soy me doy a ti, hazme tu casto, santo y perfecto, y lo seré…”
Él mismo nos narra su proceso espiritual, transcurrido en largos años de búsqueda hasta
que se le descubrió la Misteriosa Realidad a la cual se entrega totalmente. En Mis
Relaciones vemos varios cuadros de este proceso: MRel 8,17-24; 10,14-17; 15,1-5;
22,13-17.
2.2.
Propuesta palautiana
A las Hnas les pide centrar la vida en Cristo, sintiéndose amadas y enviadas por Él, para
vivir con gozo la vocación y comprometerse en la misión (en el servicio del Reino) "Jesús
es vuestra cosa amada” Cta. 88,6; cf. Cta 41,2; MRel 1,3; MRel 3,3.
Esto supone, reavivar las motivaciones del seguimiento radical de Cristo, en actitud de
conversión permanente, de conversión en la vida personal y comunitaria, conscientes de
que el Señor mismo nos va transformando en la medida en que nos abandonamos en sus
manos; asumir el misterio de la Cruz, identificándonos con el Cristo Total. Para vivir esta
experiencia de consagración el P. Palau les dice y nos dice que es necesaria una profunda
vida teologal- "Las tres virtudes fe, esperanza y caridad...unen la criatura con el creador”
Cta 38,2; cf. Cta. 67,6: 63,4; 56,2; MRel 18,4; Esc 931: MRel 9,14; Esc 835.
Es una invitación a vivir la fe traducida en confianza, humildad y obediencia; la
esperanza como pobreza y despojo y la caridad como misericordia, servicio y solidaridad
que lleva a una entrega total y de este modo se realiza la relación esponsal con la Amada.
. "Te amo, tú lo sabes, mi vida es lo menos que puedo ofrecerte en correspondencia a tu
amor... ya no soy cosa mía sino propiedad tuya MRel III, 2Esc 722. Es su forma de
expresar cómo se realiza el camino de consagración y cómo deben y debemos realizarlo
las Hnas.
3.
Expresión de la Consagración: Los votos, en Francisco Palau
Al tratar cada uno de los votos no podemos perder de vista que en Francisco Palau están
referidos a su experiencia de Iglesia. Su vivencia de los votos radica en su experiencia de
entrega total, en la relación esponsal con la Iglesia. En esta línea, adquieren un sentido
unitario. Los vive en la Iglesia y para la Iglesia, traducidos en amor y servicio a Dios y a
los prójimos. Al renovar su compromiso con la Iglesia renueva su profesión religiosa en
obediencia, castidad y pobreza, como entrega total de sí mismo: (MRel 9, 25-26).
Otra característica a tener en cuenta es que él nunca habla de votos en las directrices a las
nuevas comunidades, sino de “consejos”, “virtudes monásticas” o simplemente
“virtudes” (Ctas 7, 2-5; 12,1; 18,4; 19,2; 60,5...). En relación con las virtudes teologales
dependen de ellas y le sirven (Cta. 38, 3).
3.1. POBREZA
“Todo lo que no es Dios y su amor… lo doy por muy barato” Cta 32, 4
“Si no queréis nada, lo tendréis todo… si os despojáis de todo, seréis vestidas de
Dios” Cta 7, 3
3.1.1. “Vivo con mucha pobreza” Cta. 77,3
En primer lugar la pobreza y el desprendimiento son compañeros inseparables de
Francisco Palau a lo largo de su vida. Los años de su infancia fueron social y
políticamente difíciles y ya muy pronto aprendió a probar sus exigencias. En el seminario
pudo cursar estudios gracias a la beca que recibió, en la vida religiosa asumió las
obligaciones inherentes a su situación. En Francia practicó el estilo de vida eremítico,
pobre y austero que dejó admiradas a las gentes de Caylus y sus alrededores. No cambió
el tenor de vida al volver a España. Se agudizó su pobreza en Ibiza. Y así continuó cuando
se dedicó a la predicación por capitales y pueblos de la Península, hasta el final de sus
días. Al iniciar la predicación después del confinamiento de Ibiza, comunica a un amigo
su proyecto de vida:
“He de vivir muy pobre, ya sabes cuánto estimo esta pobreza. El Señor me casó con ella,
me la dio, y si bien la naturaleza tendrá mucho que sufrir, pero no importa, Dios lo manda”
(Cta 57,3).
La cueva es el símbolo de su vida de austeridad y de pobreza. Expresa frecuentemente:
“Yo vivo en esta cueva, vivo con mucha pobreza” (Cta 77,3). “He celebrado las fiestas
aquí con el Niño Jesús que prefirió una cueva a los palacios de los reyes” (Cta 76).
Los últimos años de su vida no le faltaron penurias de todo tipo que minaron su salud (Cf.
Positio CI-CII). Francisco Palau refrendó con su vida lo que proponía a quienes querían
seguir su camino de entrega total a Dios y a la Iglesia.
3.1.2. La pobreza que propone:
“Sed pobres si queréis ser ricas, sed pobres de propia voluntad; despojaos de todos
vuestros propios afectos; sed pobres en el vestir, pobres pero decentes, limpias y
modestas; sed pobres en el comer, pero curiosas y limpias;… pobres en todo cuanto
podáis tener… si no queréis nada, lo tendréis todo; si os despojáis de todo, seréis vestidas
de Dios; sed pobres de espíritu y de cuerpo; despojaos de vuestros juicios propios y de
vuestra propia voluntad. Si nadie tiene nada, siempre estaréis unidas y con paz en
Jesucristo” (Cta 7, 3).
a)
Tiene un fundamento teologal: La experiencia de Dios que llama a conformar la
propia voluntad a la suya y el ejemplo de la vida de Cristo (Ctas 12, 6; 13, 2; 76). Ser
pobre consiste en vaciarse de sí mismo y llenarse de Dios. Es el medio de llegar a la unión
con Cristo y a la pacificación interior y exterior que facilita la buena convivencia. Insiste
en la necesidad de la pobreza para seguir a Jesús y vivir en comunidad.
b)
Parte del interior de la persona. No se queda en lo material, en lo externo: “En
su meditación y fuera de ella, aprenda a desprenderse de Vd. misma y de todas las
criaturas” (Cta 1).
c)
Hace referencia al Todo. Es el espíritu evangélico del tesoro escondido:
Cta 7, 3 “Si no queréis nada, lo tendréis todo… Si nadie tiene nada, siempre estaréis
unidas y con paz en Jesucristo”.
Cta 32,4: “Todo lo que no es Dios y su amor,… lo doy por muy barato y me causa
fastidio toda posesión”.
d)
Es indispensable que nos abra al amor, a mejorar las relaciones (Cta 12) y nos
deje el corazón libre para dar paso a Dios y los prójimos.
e)
Es un estilo de vida que implica apertura, confianza en la providencia y
esperanza en Dios, recibiendo, como don y con agradecimiento, queriendo conformar la
propia voluntad a la suya “Contentaos con lo que Dios os da... cuánto le place la pobreza
voluntaria” (Cta 76). Esto supone renuncia, ascesis, y abnegación para asumir la cruz,
aceptando los gozos y sufrimientos de la vida, con actitud evangélica (Cta. 18; Cf. Cta
37, 6-7).
f)
Que valora el trabajo para ganar el sustento; es signo de solidaridad con los
pobres: “seria indigno que comiesen el pan que los pobres han ganado con el sudor de su
rostro” (Leg 1310).
g)
Que genera libertad en el seguimiento radical de Cristo.
Leg 1311: “Para seguir a Jesús es necesario cortar las cadenas, lazos, cuerdas y
hasta los hilos que nos impidan el marchar… por la pobreza se renuncia
voluntariamente a todo lo exterior: vestido, comida, dinero, amigos, parientes
posesiones”
Que no es un fin en sí misma: “Entended bien la pobreza y la penitencia” (Cta
h)
12, 6).
i)
Que está al servicio del amor, como testimonio profético (Cta 69, 2,4).
Sobre todo en las cartas de los últimos años, 1863-1872 y en la legislación señala muchos
aspectos prácticos de la pobreza, pero siempre teniendo en cuenta la finalidad de la
misma: el amor a Dios y a los prójimos.
3.2.
OBEDIENCIA
El tema de la obediencia no deja de ser un tema complejo hoy, a la luz de “ayer”, frente
al cual para tener una justa comprensión sería muy necesario conocer el trasfondo social,
cultural y eclesial de la época en que le tocó vivir.
Actitudes que hoy nos parecen desfasadas y que poco encajan con nuestra mentalidad.
CV 23
Cta 7,2 “Obediencia ciega…sin juicio propio, sin contradicción,”
Cta 12,2 “Por la obediencia habéis de estar sujetas…”
Cta 62,4 “Callar, obrar y obedecer”
MM 555 “El que obedece está los pies del que manda…”
3.2.1. “Camina por donde LA OBEDIENCIA te guía y no temas, y Dios te
conducirá a puerto seguro” Cta. 54,2
Valoró intensamente el verdadero sentido eclesial de la obediencia, incluso en
situaciones en las que estaba convencido de que las mediaciones humanas no siempre
coincidían con lo que verdaderamente Dios quería. Obediencia a las autoridades
eclesiásticas.
Incluso en los casos en que era consciente de la equivocación de la autoridad eclesial
(tanto en su vida interior como en su obra), se sometía a ello sabiendo que es lo que Dios
esperaba de él.
Vivió en una época en la que no era fácil oponerse a los dictámenes de la autoridad
jerárquica. Intentó buscar vías que facilitaran actuaciones y decisiones más concordes con
la voluntad de Dios. Sabe que las mismas mediaciones de la autoridad, a veces suponen
una verdadera cruz en la vida.
Lucha 24.27: La Alocución del Papa Gregorio XVI le mueve a la predicación y a escribir
el Libro de la Lucha del alma con Dios
SC 264-265: Al Obispo de Montauban. Hánseme privado todas las funciones de mi
ministerio…he obedecido y me he sujetado a las disposiciones de mi superior…El señor
de Montauban ofende mi honor...”.
Cta 19,6: El Obispo de Lérida prohibió la obra fundacional. Si no era voluntad de Dios
formar comunidades religiosas, démosle muchas gracias y alegrémonos en vuestra
derrota y dispersión”.
Cta. 15: Al Obispo de Barcelona dando cuenta de lo que ha sido la Escuela de la Virtud.
“Estoy y estaré siempre rendido, sumiso y obediente a las órdenes de V.E.I”.
MRel 17, 18: Aceptó la orden de Pantaleón Montserrat de no continuar el ministerio del
exorcistado en Vallcarca. “Yo no podía llevar adelante la batalla desde que el Obispo se
puso en contra”.
a)
Es respuesta personal de fidelidad a su vida consagrada.
MRel 9,15: “Recibe en ofrenda toda mi persona: amor, castidad, fidelidad, obediencia…”.
MRel 2,7: “Renuevo mi profesión religiosa… En fuerza del voto de obediencia, yo
cumpliré fielmente tus mandatos y me sujetaré a tus órdenes…”.
b)
Con el descubrimiento del misterio de la Iglesia su consagración adquiere un
sentido nuevo.
Los votos se dirigen a la plenitud del amor, respuesta a la experiencia del amor gratuito e
incondicional de Dios y de la Iglesia.
MRel 843, “¿qué señal pondremos que acredite que soy tuyo y te amo? …No quiero otra
cosa más que tu corazón, y con él tu amor, tu querer y tu voluntad”.
MRel 829 “y me postré en tierra prometiendo obediencia a la voz que creía ser la de
Dios”.
c)
La vivió en clave teologal poniendo la confianza en Dios.
Cta 63,4 “Me salvaré obedeciendo a Dios, por dura que sea la misión”
Cta 56,1-2 “Dios como buen padre me conduce por la mano, y me guía por donde Él
quiere. Y de ahí es que iré donde no sé y marcharé por allá donde no querré…”
MRel 729 “Estoy a su servicio…mandadme revelarme lo que queréis que haga para
agradarla y complacerla”.
3.2.2. Vivencia y experiencia palautiana de la obediencia para sus hijas.
En este tema Fco.Palau se tomó las cosas muy en serio. Su manera de obedecer y de
proponer el gran valor de la obediencia a sus hijas, centraba la mirada en la fidelidad y
comunión con la voluntad de Dios y caminar buscando personal y comunitariamente la
expresión de esa voluntad.
Cta 99,2 “La voluntad de Dios os es revelada por boca de los que os dirigen y gobiernan”
Cta 5,2 “La obediencia os mantendrá en paz y unión”
Cta 121,1 “La humildad y la obediencia a los superiores, para vosotras, es el fundamento
de todo este negocio”
Cta 49,1 “Confórmate a la obediencia y todo saldrá bien”
Leg 1,3 p 1303 “Para seguir a Jesús, seáis obedientes, castas y pobres; con el ejercicio de
estas tres virtudes, romperéis infinitos vientos que os impedirán el seguir a Jesús”
Cta 29, 8º “En todas las cosas seguirás antes el espíritu de la obediencia que la misma
obediencia...”
a) Seguir a Cristo. Dirigir la mirada a la visión evangélica y cristocéntrica de la
obediencia.
Cristo es siempre referencia obligada en la vida del consagrado/a. No perder nunca de
vista la obediencia de Cristo al Padre, su “Fiat”, como ejemplo y fuerza para imitar a
Cristo. “Que no se haga mi voluntad sino la tuya”
Centrar la mirada en esa “voluntad” que siempre y en todo hemos de buscar más que en
los acontecimientos de la vida.
Aventurarse a llevar adelante el proyecto de Dios:
Cta 11,5 “Hago lo que no tengo corazón de hacer; pero temo ofender a Dios que creo me
manda estar en esta ciudad. La esperanza me consuela. Espero que Dios viendo cuán
contra corriente, hago lo que él me ordena, tendrá piedad de mí...”
b)
Obedecer a Cristo es adentrarse en el camino que conduce a la verdad y a la
libertad.
La obediencia en sentido teologal libera a la persona y realiza su felicidad.
Cta 87,1 “Él te dirá por la voz de la obediencia, por donde hayas de marchar”
Cta.39, 5 “Iré donde la gloria de Dios me llame”
Cta 30,5 “A cualquier parte del mundo que la obediencia y las circunstancias te lleven,
tendrás fortaleza y paz para tu alma”
c)
Vivir conforme a la voluntad de Dios.
Lo importante es la disposición de la persona hacer que la voluntad de Dios se convierta
en el verdadero valor absoluto de la propia vida y de la vida consagrada. Privilegiar el
deseo y la voluntad de Dios frente a la propia. Conformar la vida con Su voluntad y llegar
a esa unión de amor con Dios. Unir nuestra voluntad a Él: en eso consiste la perfección
del amor. Y este proyecto de vida es el que da valor a las mediaciones humanas. Por lo
tanto, es fundamental que la persona se empeñe seriamente en buscar cuál es esa voluntad
de Dios y hacer de ella el proyecto de mi vida.
Cta 11, 3 “los esfuerzos se han de hacer, consultando a Dios y buscando caminos…
marchar por el camino que la obediencia ha señalado”.
Lucha 48 “La voluntad de su Esposo Jesús es de que Ud. Se ocupe toda en orar
continuamente por la salvación de la Iglesia”.
d)
Disposición y prontitud al servicio fraterno.
La verdadera autoridad la entiende en clave de servicio, en clave de amor. En esta
dinámica la obediencia encuentra un sentido mucho más acorde con la mentalidad
evangélica, donde el que quiera ser el primero está invitado a ser servidor de todos.
Cta 12,4-5 “las hermanas que gobiernan se han de considerar servidoras de la casa…una
hermana ha de ser servidora de las otras…”
Cta 161,2 “Todas habéis de estar dispuestas para ir allá donde la obediencia destine”
Cta 98,2 “Tú seas de todas la más humilde, la más obediente. La más dócil… habéis de
enseñar obedeciendo...”
Cta 100 “Hija mía, servir, ser la última de todas…has de gobernar obedeciendo y
humillándote”
e)
Obediencia y plenitud humana.
El camino de la obediencia necesita de una auténtica vida interior de oración, donde la
persona, además de encontrarse con el mismo Dios va descubriendo su imagen original.
Es el camino para humanizarse en plenitud. Lo podemos realizar en la medida en que nos
dejemos guiar por Aquel que sabe lo que nos conviene.
MRel 21,1: “Ven al monte santo, y allí te revelaré los secretos de mi corazón”.
f)
La obediencia quiere favorecer que se cumpla en la persona el proyecto de
Dios.
De aquí que el ejercicio auténtico de la obediencia conlleva en la persona una apertura
constante al encuentro con Dios y al encuentro con los hermanos, a descentrarse para vivir
volcados al Reino.
MRel 19,7: “Misionero marcha, predica el Evangelio”.
MRel I, 1: “Desde niño me siento poseído y dominado por una pasión que se llama
AMOR”
3.3. CASTIDAD
En el amor gratuito de Dios que llama y en la respuesta libre del llamado, en este caso
Francisco Palau, encontramos el punto de partida de una existencia consagrada: “Mi
corazón fue creado para amarte, ahí le tienes, tuyo es, te ama… Yo ya no soy cosa mía,
sino propiedad tuya; porque te amo, dispón de mi vida, de mi salud y reposo y de cuanto
soy y tengo” (MRel III, 2).
3.3.1. La castidad que vive. “Eres mío y todo mío y no te dejaré” (MRel 16, 13).
a) Una castidad centrada en el amor
Francisco Palau expresa cómo descubre un amor que nos precede, un amor que es más
grande que sus deseos, un amor mayor que él mismo y lo que él se pueda imaginar. Intuye
que aprender a amar consiste, en primer lugar, en recibir el amor, en acogerlo, en
experimentarlo y hacerlo propio. Es un amor que tiene que descubrir y que le mantiene
en búsqueda toda la vida.
MRel 22,13: «Mi juventud se pasó como una sombra, sin conocerte. No obstante, en ella,
reconociendo que todas las bellezas materiales no eran la que buscaba, en razón de que
no hacían más que atizar el fuego en que ardía mi corazón dándole, sin tregua alguna ni
alivio, mayor tormento, me resolví a abandonarlas todas. Y fui al claustro, por si acaso
allí te encontrara».
Fue un discernimiento vocacional decisivo, un gesto inconfundible de la ley del amor:
«dejar las cosas que no merecen los afectos del corazón» (MRel 10,14) para entregarse
plenamente con corazón indiviso al único objeto de su amor: “Dios y los prójimos”.
Porque la unión con Dios “se consolida en el amor de los prójimos. Cuida de mí y yo
cuidaré de ti”. (Carta 41, 2)
La entrega nupcial es el símbolo de su vida de comunión y compromiso con la Iglesia.
3.3.2. La castidad que propone
a) Tiene un fundamento teologal: Dios no solamente nos ha creado por amor sino que,
al mismo tiempo, nos llama al amor. Dios nos ama primero y nuestro amor es siempre
una respuesta a un amor primero.
b) Es un amor esponsal:
MRel 22,24:“Yo soy tu esposo y tú eres mi Esposa. Estas son las relaciones que van
directamente a llenar el corazón... los desposorios constituyen familia, hacen comunidad
de bienes y personas. Los desposorios son la entrega mutua de los amantes uno a otro; y
el amor es el que une los amantes, haciendo esclavo uno de otro”. (Cf. Consagración)
c) Un modo de ser al estilo de Cristo y Centrado en Cristo: “Vuestro corazón… busca
y llama a un amado… ha de ser infinitamente bello, gracioso, afable y hermoso. ¿No
es tal el Hijo de Dios?… Jesús es vuestra cosa amada, y si vuestro corazón ama fuera
de Él está perdido… vuestro corazón ha sido fabricado para amar a Él solo” (Cta 88,
1.6).
 Que consiste en tener un corazón indiviso. Hace referencia al Todo: “todo lo
que no es Dios y su amor,… lo doy por muy barato y me causa fastidio toda
posesión” (Cta 32,4).
 Que implica vivir la soledad, la oración y la práctica de las virtudes:
MRel 16,15: “El amor puro, casto, virginal, obra en la soledad con toda la plenitud de sus
fuerzas, porque allí puede ver con toda la claridad posible su propio objeto que es la
Iglesia Santa, o Dios y los prójimos”.
MRel 1,32: “Rebeca es el amor de Dios en la soledad, es el tipo del matrimonio entre la
Iglesia y Cristo, y los que con Cristo la aman… Yo fuera de esta soledad nada tengo: no
personas, porque fuera de ti nadie robará mis afectos; no intereses: fuera de los tuyos no
hay para mi interés alguno”.
MRel 22,36: “El mirlo solitario sobre las peñas, llegada la bella estación de la primavera,
ha encontrado ya su consorte… Es uno de los testigos oculares de mis amores en la
soledad, compañero fiel, que con su canto lúgubre pero melodioso celebra mi enlace con
la Hija de Dios. Desde las cúspides elevadas del monte me ha llamado muchas veces la
atención, no para estorbar mi conversación con mi Amada, sino para ensalzar con su dulce
melodía las glorias de una ave solitaria”.
Leg 1307: “El retiro, el silencio, la oración, la humildad, la pobreza, la mortificación o la
penitencia son medios aptísimos para conservar el espíritu puro de cuerpo y de corazón”.
 Que entraña la dedicación y entrega a los otros. Fecundidad:
MRel 16,15: “El amor virginal es aquel que nace en un corazón virgen y tiende de todas
sus fuerzas a su propio objeto: éste, mientras es nuevo, busca a Dios sólo; y creyendo que
la Divinidad, sin relación a los prójimos, basta, se detiene aquí, se para aquí; y si de aquí
no saliera derramándose a los prójimos, el egoísmo espiritual lo consumiría y perdería”.
MRel 3,5e: “El Verbo hecho carne es la semilla… Bajo las especies de pan y vino la
reciben los que dignamente comulgan, esto es, la Iglesia, mujer del Cordero, por la boca
del que comulga... La santa Iglesia lo guarda como feto en su propia matriz: allí lo
fomenta con santas meditaciones y buenas resoluciones; allí, derramando el Sacramento
sus dones y gracias, el Verbo crece, se organiza, se forma, se fortifica, y reducido a obras
buenas es el parto de la Esposa”.
Cta 38, 10-11: “En ciertos momentos, el espíritu del Señor te moverá y llevará hacia esta
segunda unión y has de cooperar. Has de principiar en la meditación de Jesús crucificado,
mirando en su cuerpo físico el místico y moral de toda su Iglesia, y siendo tú amiga suya
y amante suya, con la oración... has de principiar a cooperar en ti al amor de los prójimos”
(cf. 37, 3; 39,7; 41,2; 42,2).
Cta 6,6: “Ten siempre ante tus ojos que la perfección consiste en el cumplimiento del
precepto del amor: «amar a Dios y a nuestros prójimos» (Cf. Dt 6,5; Mt 22,37.39).
Esta doble unión genera espíritu de servicio y afán evangelizador:
Cta 99, 5: “Hijas mías, ahora es tiempo de trabajar y sacrificaros por los prójimos. Habéis
de empezar por aquí. Cristo trabajó por nosotros hasta morir y nosotros ¿no sufriremos
algo para cooperar con El a la redención de las almas? Vosotras sois escogidas de Dios
no para gozar de El en la soledad, sino para abrir paso en los claustros con los actos de
beneficencia” (Cf 89, 4; 96, 2).

Que genera libertad: “Para seguir a Jesús es necesario cortar las cadenas, lazos,
cuerdas y hasta los hilos que nos impidan el marchar…” (Leg 1311).

Que es testimonio profético de amor en comunidad. Insiste a las hermanas en
el amor de unas con otras: la caridad formará de vosotras un solo espíritu en Dios
vivificando y animando diversos cuerpos (Cf. Cta 12,5). El amor debe crear la fraternidad,
ser en primer lugar para las hermanas (Cf. Cta 7). La castidad se sostiene en la vida
fraterna (Cf. Leg 1303).
d)
Es un largo proceso que requiere la educación del corazón
Cta 88,6-9 “Esta unión bien veo tiene siempre más y más, porque mientras más perfecta
es la caridad, más íntimamente está el corazón unido con su amada”.
MRel 16,14 “El amor une el amante con la cosa amada a la manera que el fuego en
muchos leños. Este amor en un joven es nuevo, y el tiempo lo perfecciona; en un anciano
que le ha nutrido en su corazón con cuidado, obra con toda plenitud”.
Cta 6, 4: “Es necesario para avanzar en este camino “salir de la casa del amor propio
espiritual para ser toda de Dios y en Dios”.
El encuentro personal con Cristo, la escucha y seguimiento de su palabra, preserva de la
rutina y mantiene el amor siempre nuevo en la persona consagrada: “Le repito, mi
amadísima hija, entre en el templo de su alma; póngase allí en silencio y escuche la voz
de su rey Salomón, que desde el trono del altar que hay en el fondo de su corazón, le habla
siempre… Camine según la palabra que él le anuncia en el secreto de su corazón y vivirá
eternamente” (Cta 1, 2).
e)
Su plenitud se realiza y manifiesta en la Eucaristía, en la que comulgamos al
Cuerpo Místico, el Cristo total, siendo corresponsables en la construcción de la comunión
con los prójimos. La Eucaristía nos hace participar de la caridad de Cristo y de la Iglesia:
MRel 3, 5e: “Cuando el Sacramento toca las carnes, entonces el Verbo hecho carne por
las palabras del sacerdote, se une a su Iglesia en las almas que lo reciben, y la Iglesia a su
Esposo; y son los dos una sola carne, un solo cuerpo en un mismo espíritu que le vivifica,
que es Dios”
Cta 88,10: “En el sacramento cuanto más lo tocáis, más limpias sois; abrazándole, os
comunica su castidad y gozándole, más santas y puras sois” (cf. MRel 3,6).
MRel 3,12: “Las especies de pan y vino en este Sacramento son el signo de este
matrimonio espiritual”.
Metodología
Desarrollar por la Hna. que lo va a presentar, ella prepara la ambientación. Compartir y
oración final.
Propuesta:
1. Comenzar con el Canto: Permaneced en mi amor u otro
Leído y reflexionado el Fundamento bíblico: Hacer resonancia comunitaria, y
oracional.
2. La consagración en Fco. Palau. A la luz del itinerario palautiano y desde mi
momento actual, ¿qué trayectoria tengo que seguir para cualificar mi
consagración, personal, comunitaria y provincial?
3. ¿Qué cuestiones te plantea la forma en que F. P. vivió y entendió la consagración
y los votos? ¿Qué vigencia tiene hoy su mensaje? ¿Qué aspectos de su propuesta
necesitaríamos llevar a la práctica con más urgencia?
Sugerencias: Poner algún video clip de los votos o algún power point palautiano.
Nota: Todos los textos palautianos están tomados de Escritos y la numeración
corresponde a las páginas, excepto en MRel que se cita el capítulo y el número de los
puntos y en las Ctas que se anota el número de la carta y el punto.
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