Historia de la Tonalidad

Anuncio
Historia de la Tonalidad
Apareció la música, pero seguro que todo empezó por el ritmo. La mera observación de la
naturaleza nos revela la existencia de distintas cadencias: alternancia de días y noches, las olas del
mar, los latidos del corazón… Probablemente, los primeros empañan a la danza en ceremonias
mágicas o religiosas. Y junto al ritmo, la palabra. La música nació del lenguaje y de su
perfeccionamiento: una dicción vocal cada vez
más expresiva. Por su parte, Darwin, el padre del evolucionismo, creía que los humanos
aprendieron a cantar imitando el canto de los pájaros o quizá inspirados por el glisando (pasar de
una nota a otra sin cortar el sonido) del viento, pues resulta fisiológicamente más cómodo glisar
que entonar notas puntuales. Pero las notas acabaron imponiéndose, quizá por la asociación del
canto con la palabra.
Mientras que los hindúes adoptaron una escala de 22 notas, con un intervalo muy pequeño entre
ellas, las primitivas culturas china, celta y japonesa usaron la escala pentatónica, de cinco notas.
Es probable que esta coincidencia se deba al hecho de que tenemos cinco dedos, y por tanto
convenía hacer flautas con cinco agujeros o arpas con cinco cuerdas, cada una con una altura de
sonido diferente. Así, estos primeros instrumentos habrían ayudado a fijar los tonos, pues es fácil
olvidarse de la nota que emitimos ayer al cantar, pero si pulsamos la misma cuerda o tapamos el
mismo agujero, obtendremos siempre idéntico sonido.
Sistros, címbalos, trompetas y laúdes.
Los sumerios tocaban instrumentos y cantaban en actos religiosos y banquetes desde el año 3500
a.C. Babilonio y asirio heredaron los elementos de su música y desarrollaron otros instrumentos,
como el arpa triangular. ]Todos usaban la escala pentatónica, igual que en Egipto, donde hubo
una intensa vida musical desde el 2500 a.C. En el imperio Medio de la civilización del Nilo
aparecieron nuevos instrumentos, como sistros, trompetas, címbalos y las parimeras formas de
laúd.
Descargar