Subido por Laura azucena Llaque Chileno

ELEFANTE BERNARDO

Anuncio
ELEFANTE BERNARDO
NARRADOR: Había una vez un elefante de nombre Bernardo que nunca pensaba en los
demás.
Un día, Mientras jugaba, el elefante Bernardo tiró una piedra y ésta acabó hiriendo al
burro cándido.
ELEFANTE: qué lindo es divertirse tirando piedras. Jajajajaja
BURRO: auch!!! Eso dolio (rebusnando y llorando)
NARRADOR: Mientras cándido lloraba, los niños le curaron la herida en su oreja. Pero
Bernardo, escondido, solo se reía del burro. Al día siguiente Bernardo, bajó al río a beber
y vio unos ciervos.
Para hacerles Una broma, tomo mucha agua con la trompa y SAS se la lanzó.
ELEFANTE: que deliciosa agua tenía mucha sed. Ahora estoy lleno de agua y es momento
de hacer una broma a esos ciervos y los mojare jajajaja
NARRADOR: Uno de los cervatillos, Gilberto, perdió el equilibrio y cayó al río. Empapado,
comenzó a estornudar.
CIERVO: O NO!!! Por qué hiciste eso elefante. Auxilio!!! Achis achis achis!
NARRADOR: Y ¿sabes que hizo Bernardo? reír y reír sin parar.
Al día siguiente, Bernardo, andando por el campo, tropezó con una planta llena de
espinas. Las espinas se clavaron por las patas y no alcanzaba a quitárselas.
Llorando, Bernardo pidió ayuda al ciervo Gilberto que pasaba por allí.
ELEFANTE: Gilberto, ¿Me podrías ayudar a quitar estás espinas?
El ciervo, enojado, le miro y le dijo:
CIERVO: No puedo. Tú me lánzate al agua y casi me ahogo.
NARRADOR: Entonces, Bernardo, pidió ayuda al burro cándido. Y este le dijo:
BURRO: No puedo. Te has burlado de mi cuando yo tenía una herida en la oreja.
NARRADOR: Solo y sin ayuda, Bernardo comenzó a llorar, hasta que un mono sabio que
pasaba por allí, le dijo:
MONO: Ya vez, Bernardo, cómo te reías y burlabas de los demás, ahora nadie te quiere
ayudar.
Yo te ayudaré si cumples estás dos promesas.
ELEFANTE: ¿Cuáles? ¡La cumpliré!
Y el mono le contó:
MONO: no lastimarás más a los demás, y si alguien necesita ayuda, le ayudarás.
Bernardo prometió cumplirlas.
El mono le libero de las espinas y a partir de entonces, el elefante Bernardo aprendió a
no reírse de los demás.
Descargar