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MADRIGAL VALLE, YAISEL Critica Todos los caminos

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Publicado en: https://cidmucmusicacubana.wordpress.com/2021/01/25/musica-cubanay-jazz-los-diversos-caminos-de-emilio-morales/
Música cubana y jazz: los diversos caminos de Emilio Morales1.
Por: Yaisel Madrigal Valle (Musicólogo)
Hablar de música cubana es adentrarnos en un infinito caudal de posibilidades,
combinaciones, mixturas o fusiones que nos abren hacia un universo quizá desconocido
o no imaginado pero que encuentran abrigo a las sombra de destacados intérpretes, fieles
cultores que consagran su vida a una de las expresiones culturales que nos distingue a
nivel mundial.
Es precisamente el piano un medio sonoro privilegiado en Cuba, por encontrar gran
cantidad de ejecutantes que abren un abanico amplísimo de posibilidades interpretativas
y que ponen bien en alto la música que se cultiva en la Isla. De la timba al jazz, pasando
por la música de concierto o la rumba, e incluso, estableciendo interconexiones entre
géneros tan distantes en el tiempo como es el caso del danzón, los músicos cubanos
destacan por su ingenio, creatividad y experiencia en estos ámbitos.
Hoy me propongo cautivar su atención durante algunos minutos para que juntos
degustemos del exquisito placer que nos proporciona la música y específicamente la
música para piano en el contexto del jazz. En este caso en particular comparto algunas
consideraciones sobre el disco Todos los caminos2 del pianista cubano Emilio Morales.
El fonograma está licenciado bajo el sello Bismusic en el año 2018, resultando Premio
CUBADISCO 2019 en la categoría de Música Vocal Instrumental.
Iniciamos nuestro recorrido con la pieza Mozambilio, una mezcla de latin jazz y
mozambique con improvisaciones que denotan dominio, destreza e ingenio de los
músicos que intervienen. Sobre un cubanísimo tumbao se superpone —por así decirlo—
la trompeta de Julito Padrón y el saxo de Liván Morejón con sendas intervenciones que
pudiéramos catalogar de magistrales. A esta fiesta musical se suma el Coro Diminuto bajo
la dirección de la maestra Carmen Rosa López, que repite hasta Santiago a pie, con el
apoyo de la percusión a la manera de la conga santiaguera. El saxofón soprano, por su
parte, transforma su timbre y técnica de ejecución para sugerirnos, de paso, el sonido de
la corneta china, tan recurrente en las comparsas del carnaval santiaguero. Constituye este
tema inicial un digno homenaje a Pello el Afrokán.
Una bellísima e íntima versión es el tema Chopin en La Habana, basado en el Nocturno
opus 9, número 2 de Federico Chopin. Es la visión que tiene el músico acerca de Chopin
y su relación con el jazz y la música cubana. Aquí nos lo entrega totalmente
contemporaneizado, vestido de guayabera y caminando por las principales calles de La
Habana, de esa ciudad mágica que hace de la música un medio de expresión
imprescindible y vital. Con el empleo de instrumentos de percusión cubana como el
timbal o las tumbadoras, la pieza toma un aire de descarga informal que lleva al oyente
al disfrute pleno de uno de los íconos del Romanticismo musical, máximo exponente en
el cultivo de las microformas pianísticas del siglo XIX.
Siguiendo la línea de trabajo de Emilio Morales y los Nuevos Amigos, relacionada con
la imbricación de lo vocal en el contexto de la fusión del jazz con la música cubana y
universal, llegamos a Corcovado, bossa nova de la autoría del brasileño Antonio Carlos
Jobim. En este tema participa como invitada la musicalísima Beatriz Márquez, quien nos
reafirma ser una intérprete con mayúsculas por las sutilezas, pasión e intencionalidades
que trasmite a través de su interpretación.
En este caso se fusionan elementos del jazz con la cancionística cubana desde una visión
muy inteligente y bien lograda. Algo a lo que nos tiene acostumbrados Emilio en cada
una de sus entregas. Es recurrente la unión de lo vocal-instrumental en los trabajos
discográficos del músico, abriendo un diapasón amplísimo de posibilidades y no
ciñéndose solo a lo puramente instrumental.
Con el danzón La flauta mágica de Antonio María Romeu hay un retorno a uno de los
géneros por excelencia de la música nuestra, que forma parte indisoluble de la identidad
cubana y que es replanteado con elementos contemporáneos del jazz, sin perder ese aire
tradicional y bailable que caracteriza al género.
El fonograma nos propone un danzón con una sonoridad peculiar, donde el instrumentista
hace gala de sus amplios conocimientos de la música cubana y de sus condiciones como
pianista. Empleo de acordes disminuidos, giros melo-armónicos procedentes de la música
cubana y una fusión evidente entre el danzón, el chachachá y el jazz, hacen de este track
una obra atractiva, reafirmando ese lenguaje particular de Emilio, lleno de jocosidad y
criollísima intencionalidad. El tumbao del piano es una remembranza al estilo de la
charanga eterna de Cuba con el empleo de giros melódicos, armonías, figuraciones
rítmicas sincopadas y códigos manejados desde la improvisación que patentizan ese
contacto con el chachachá a la manera de la orquesta Aragón.
Mejor diciembre nos abre hacia un ámbito sinfónico hasta ahora inexplorado en el disco.
Aquí tenemos un tema que nos lleva al éxtasis a través de ese lenguaje sinfónico y casi
místico en el trabajo de las cuerdas, que se corrobora con la interpretación magistral de
un Waldo Mendoza cuyo tratamiento del timbre se acopla exquisitamente al resultado
sonoro de la pieza de la autoría de Juan Almeida Bosque.
Con esta obra hay una ruptura, desde el punto de vista dramatúrgico, en ese aparente hilo
que nos conduce por todo el fonograma, respondiendo a cánones estéticos cercanos a la
balada, con claras influencias jazzísticas en elementos tan comunes como la armonía y
las técnicas de acompañamiento. Es este tema la materialización de un logrado arreglo
que nos transporta al bolero y a la canción cubana como expresiones de nuestra
idiosincrasia musical.
Siguiendo la línea cronológica del disco llegamos a Mi pilón, un homenaje a Enrique
Bonne y Pacho Alonso, figuras cimeras de la música cubana y responsables de la
popularidad del ritmo homónimo.
Hacia finales de la década del 50 Enrique Bonne toma varios elementos del contexto
bailable del momento y los sintetiza en lo que se conocería —ya en los años 60— como
ritmo pilón. Sobre esta base rítmica, ejecutado por las tumbas y el timbal,
fundamentalmente, Emilio esboza desde su piano toda una suerte de ideas que aluden a
giros que imbrican al jazz con el pilón. De este mantiene el ritmo pausado, acompasado
que insinúa la gestualidad propia del baile, apoyado por el contrabajo. Del jazz provienen
las armonías y las improvisaciones que le sirven como motivos para fundir ambos géneros
en uno solo. Destaca el empleo de los unísonos en los instrumentos de viento, cuya
sonoridad engrandece el formato. Igualmente los cierres o bloques sobresalen por la
limpieza en las ejecuciones.
El órgano oriental es un instrumento característico de las fiestas en esa zona del país,
siendo el piano en el contexto del pilón, el responsable de imitar tal sonoridad. De ahí que
el instrumento, en ocasiones, recuerde o asuma este rol a manera de remembranza, aunque
sin perder la esencia de lo jazzeado, de ese papel popular-concertante que le otorga
Emilio.
Hay algo muy curioso en este tema y es la mezcla de disímiles elementos que crean un
producto con un sabor netamente criollo. El empleo de la percusión cubana, la polirritmia
resultante del desempeño de cada instrumento, los efectos percusivos en las
improvisaciones del timbal, el empleo de patrones rítmicos sincopados unido a las
tensiones y armonías propias del swing, así como un fraseo característico, hacen de este
tema un claro ejemplo de fusión entre el jazz y el pilón.
La pista 7 corresponde al tema Bach blue, una versión personal que el artista hace del
primer movimiento de la partita número uno del compositor alemán Johann Sebastian
Bach. Se comienza ejecutando la partitura con el estilo característico del barroco,
ubicando al oyente en la época y empleando los códigos interpretativos propios del
glosario entonativo del estilo y del compositor. Constituye la música clásica o de
concierto, sin dudas, otro de los tantos caminos de los que se nutrió el jazz a partir de la
década de los años 30 del pasado siglo, en la denominada Era del Swing, época decisiva
para el desarrollo ulterior del jazz y de las grandes orquestas que derivaron de esta práctica
interpretativa.
Como por sorpresa, Emilio hace una deconstrucción del tema y va hacia la segunda parte
donde se basa en aspectos melódicos, armónicos y ciertos giros que mantienen al oyente
expectante e interesado en el rumbo por el que desandará la pieza.
Cuando escuchamos este track es imposible no pensar en la época de mayor auge y
desarrollo del género. En ese sentido se pueden subrayar algunos aspectos: el estilo
interpretativo del bajo a la manera del walking, tan característico de las agrupaciones
jazzísticas de Kansas durante las décadas de los años 20 y 30; el set de percusión que nos
remite a la Era del swing cuando Duke Ellington, Benny Goodman, Glen Miller, Artie
Shaw o Fletcher Henderson se consagraron a esta forma de expresión tan característica
de la música norteamericana; y esa recurrencia a expresiones clásicas o de concierto,
interacciones muy frecuentes a través de la historia del jazz.
Sobre este último aspecto nos aclara Ted Gioia en su texto How to listen to jazz:
En ningún momento de la historia musical de Estados Unidos fue tan flexible ni
se caracterizó por interacciones tan sorprendentes la línea divisoria entre la
música comercial popular y la música intelectual de las salas de conciertos. ¿Es
posible imaginar a una estrella del pop de las de ahora tocando un concierto para
clarinete de Mozart a modo de proyecto paralelo, como hizo Benny Goodman
con consumada facilidad? ¿O a una banda de nuestro tiempo, que encabeza las
listas de éxito, interpretando una obra compleja de Stravinsky en el Carnegie Hall,
como hicieron los Herds de Woody Herman con el Ebony Concerto? Podemos
esperar sentados a que Justin Bieber o Taylor Swift intenten hacer algo por el
estilo. [Traducción del autor]3 (Gioia 2016)
Contigo aprendí, del recientemente desaparecido Armando Manzanero, es otro de los
clásicos que componen la producción musical del fonograma. Aquí tenemos la
oportunidad de degustar de una Geidy Chapman cuyo timbre singular y versatilidad se
imbrican de forma satisfactoria en este contexto vocal-instrumental de claras relaciones
directas entre el jazz y la cancionística.
El trabajo de Geidy junto al maestro Cucurucho Valdés le ha servido como antesala para
lograr en esta ocasión una interpretación magistral de un tema que ha sido abordado desde
diversos ángulos, pero que con el maestro alcanza una connotación que va más allá de un
acompañamiento a la manera tradicional. Hay entonces un cambio de sonoridad a nivel
instrumental con la creación de una atmósfera intimista, todo ello apoyado, desde lo
vocal, por el logro de matices sonoros de exquisita factura, temperamento, control y esa
versatilidad que caracterizan a la intérprete.
En la música popular cubana, además de los géneros y figuras que la prestigian y ponen
en alto su valía, existen instrumentos imprescindibles que caracterizan el panorama
tímbrico y cuyo rol es fundamental dentro del entramado polirrítmico resultante de las
disímiles combinaciones posibles. Tal es el caso del tres, un cordófono que es
protagonista absoluto en géneros que forman parte intrínseca de la cultura musical de la
Isla.
Un tres primera clase, así se titula el tema que rinde tributo a este instrumento, sonoridad
que recuerda a los septetos de son o a la música campesina. En este contexto el tres y el
piano entablan un diálogo contrapuntístico que complementa el trabajo de uno y otro. El
tres se mueve en un registro que rememora, a través de ciertos giros, a su función en el
ámbito de la música campesina. Incluso se puede escuchar por momentos una cita sonora
del laúd a través del manejo de procederes interpretativos con claros puntos de contacto
con el género campesino denominado punto, magistralmente empleados por Efraín Ríos.
El siguiente tema es A Puerto Padre, del desaparecido pianista y compositor cubano
Emiliano Salvador. Sin lugar a dudas estamos ante una versión muy particular de una
obra emblemática del repertorio de nuestro país.4 Aquí, como en el resto del disco, se
pone de manifiesto la interpretación musical como «[…]una práctica compleja y personal
en la que el intérprete se implica con su percepción, intención, conocimiento, creatividad
y capacidades para la representación» (Vinasco Guzmán 2012)
Morales derrocha improvisación e ingenio en su ejecución, un claro contacto con el latin
jazz sobre una base netamente rumbera evidencian el alto grado de fusión que posee la
música cubana, muestra de la flexibilidad que tienen ambos elementos —rumba y jazz—
para imbricarse en un ente musical totalmente coherente y establecido.
Aplicando los presupuestos de Pierce a la interpretación musical como acto semiótico, se
puede asegurar que en las obras hay una serie de ideas puestas sobre la mesa que generan
en el intérprete reacciones que denotan el proceder creativo asumido. A estas ideas que
por momentos resemantizan conceptos musicales o traen al contexto jazzístico obras
claves con significación para el intérprete, podemos relacionarlas con el concepto
pierciano de interpretante. Un término que está estrechamente vinculado con las
experiencias —en este caso musicales— del sujeto. Y es que, precisamente, Todos los
caminos es eso: el resumen de un cúmulo de experiencias reunidas por el músico durante
sus años de labor y vertidas en este trabajo discográfico.
Otra estelar versión que tiene lugar en el fonograma es la que hacen Mayito Rivera, el
Coro Diminuto, Emilio Morales y sus Nuevos Amigos de la rumba Guarapo, pimienta y
sal, de Ricardo Hierrezuelo5. En esta riquísima rumba se superponen patrones
acompañantes e improvisatorios provenientes del jazz protagonizados por el piano en una
suerte de apoteosis armónica que se funde en ese entramado polirrítmico y polifónico,
resultante de la unión de las diversas franjas sonoras.
Mayito Rivera es, indiscutiblemente, uno de los cantantes más versátiles de la escena
cubana en la actualidad. En este clásico llega con su voz de rumbero consagrado y con un
timbre totalmente adaptado a este medio de expresión. Dueño de un registro envidiable y
de una capacidad de improvisación curtida por su desempeño musical con varias de las
más importantes agrupaciones del país, este experimentado intérprete es capaz de
pasearse por géneros como el son, la salsa, la timba, el bolero o la rumba.
En esta ocasión Morales hace uso de uno de los géneros que —al decir del musicólogo
Leonardo Acosta— mayor elasticidad y dinamismo posee dentro del entramado genérico
de la música nuestra, siendo capaz de permear al son y a vertientes más modernas como
el mambo, la salsa, el songo, la timba, entre otros. El piano se mueve entre el uso de
acordes propios de las armonías jazzísticas y el tumbao de estilo timbero, un caudal
infinito de posibilidades que proporciona la vasta experiencia interpretativa y que es
aprovechada por el instrumentista, quien amplía y enriquece las posibilidades expresivas
del piano en el contexto de la rumba.
Motivos de amor, así se titula la pieza que pone punto final a este trabajo discográfico, un
claro homenaje al piano como medio de expresión. Un tema romántico plagado de
armonías que van de lo tradicional a lo contemporáneo, con una factura pianística de alto
vuelo en el empleo de figuraciones rítmico-armónicas que la dinamizan y le dan un toque
sensible y a la vez lleno de vitalidad. Constituye una evocación al amor, a esa calidez, a
la esperanza que solo proporciona el amor correspondido.
Estamos en presencia de un fonograma que transita por una amplia y variada gama de
géneros de la música popular cubana, en una especie de homenaje a sus principales
artífices. Entre clásico y popular, así pudiéramos catalogar a este fonograma que, gracias
a las dotes artístico-musicales y pianísticas del intérprete, se regodea, llevándonos de un
ámbito al otro sin problema alguno, solo guiados por el ingenio, creatividad y destreza
interpretativa de un Emilio que rememora, sin duda alguna, sus años de estudio en la ENA
al abordar obras insignes del repertorio pianístico clásico.
Dado que para el intérprete, la obra musical constituye, desde el punto de vista semiótico,
un constructo intencional diferente, condicionado por la percepción individual de este,
podemos afirmar que el disco Todos los caminos está plagado de las visiones personales
del pianista, a través de toda su experiencia en predios de la música popular cubana y del
jazz. Se materializa aquí una síntesis musical condicionada en lo fundamental por la
historia de vida y por el contexto socio-cultural y musical en que se ha desenvuelto el
intérprete. Cada obra responde a esa manera personal de entender la música,
mostrándonos los diversos caminos por los que desandan los pasos de Emilio Morales
junto a sus Nuevos Amigos.
BIBLIOGRAFÍA
Acosta, Leonardo. «De los complejos genéricos y otras cuestiones.» En Otra visión de la
música popular cubana, de Leonardo Acosta, 42-81. La Habana: Ediciones
Museo de la Música, 2014.
Acosta, Leonardo. «Jazz afrocubano y afrolatino: Etapas y procedimientos estilísticos.»
En Otra visión de la música popular cubana, de Leonardo Acosta, 212-234. La
Habana: Ediciones Museo de la Música, 2014.
Acosta, Leonardo. «La fusión en la música popular.» En Otra visión de la música popular
cubana, de Leonardo Acosta, 132-139. La Habana: Ediciones Museo de la
Música, 2014.
Acosta, Leonardo. «La Habana ¿capital del jazz latino?» En Panorama dela música
popular cubana, de Radamés Giro, 223-231. La Habana: Editorial Letras
Cubanas, 1998.
Domínguez Cruz, Ana María. La Jiribilla, revista de cultura cubana. junio-julio de 2019.
http://www.lajiribilla.cu/articulo/todos-los-caminos-de-emilio-morales (último
acceso: 13 de enero de 2021).
Figueroa Crespo, Carlo. Programa A todo Jazz. Video en Youtube. Dirigido por Elizabeth
Griñán. Producido por Elisandra Reigosa. Interpretado por Emilio Morales.
Televisión Cubana, ICRT, 2008.
Gioia, Ted. How to listen to Jazz. New York: Basic Books, 2016.
Vinasco Guzmán, Javier Asdrúbal. «Una perspectiva semiótica de la interpretación
musical.» Cuadernos de Música, Artes Visuales y Artes Escénicas 7, nº 1 (enerojunio 2012): 11-38.
NOTAS
1
Otros temas de Emilio Morales, pueden verse de forma online en:
- Producciones Colibrí, «Emiliango» de Emilio Morales, video de Youtube,
04:39, acceso el 18 de enero de 2021,
https://www.youtube.com/watch?v=LuwtDiz86d0
- Álvaro Másmela, «Las perlas de tu boca» de Miguel Matamoros (versión de
Emilio Morales), video de Youtube, 04:30, acceso el 22 de enero de 2021,
https://www.youtube.com/watch?v=sUTSC6Nf7ds
- Álvaro Másmela, «Concierto tumbao» de Emilio Morales, video de Youtube,
05:19, acceso el 22 de enero de 2021,
https://www.youtube.com/watch?v=oE_oeYcvoUI
- Producciones Colibrí, «El manisero» de Moisés Simons (versión de Emilio
Morales), video en Youtube, 04:26, acceso el 21 de enero de 2021,
https://www.youtube.com/watch?v=Ia3P885SzfE
2
El disco Todos los caminos puede ser escuchado en las siguientes plataformas:
En Spotify: https://open.spotify.com/album/3YGxWbhnE2GTTWAVRUVNFd
En Deezer: https://www.deezer.com/us/album/100861042
En Music Apple: https://music.apple.com/us/album/todos-los-caminos/1469254610
En Amazon Music:
https://www.amazon.es/Todos-los-Caminos-Emilio-Morales/dp/B07TBRMCK2
3
At no point in the history of American music has the dividing line between populist
commercial music and highbrow concert hall fare been so fluid, or marked by such
surprising interactions between the two. Can you imagine a modern-day pop sensation
performing a Mozart clarinet concerto as a side project, as Benny Goodman managed
with consummate ease? Or a chart-topping band of our own time performing a complex
work by Stravinsky at Carnegie Hall, as Woody Herman’s Herd did with the Ebony
Concerto? Don’t hold your breath waiting for Justin Bieber or Taylor Swift to try
something of this sort. (Gioia 2016)
Véase la versión original de este tema en: Laura María Cárdenas, «Puerto Padre» de
Emiliano Salvador, video en Youtube, 06:40, acceso el 18 de enero de 2021,
https://www.youtube.com/watch?v=8pF8HlCbHIU
4
Véase una versión de este tema en: Antoniskara, «Guarapo, pimienta y sal» de Ricardo
Hierrezuelo, video en Youtube, 04:26, acceso el 21 de enero de 2021,
https://www.youtube.com/watch?v=4VE5wQVu-bE
5
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