Producción Ganadera II INDICE INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 3 ANEMIA INFECCIOSA EQUINA ....................................................................................................... 4 SINONIMIAS............................................................................................................................... 4 ETIOLOGIA ................................................................................................................................. 4 MANIFESTIACIÓN CLINICA ........................................................................................................ 4 SINTOMATOLOGIA ........................................................................................................................ 6 DIANOSTICO CLINICO ................................................................................................................ 6 DIAGNOSTICO PARACLINICO ......................................................................................................... 7 TRATAMIENTO SINTÓMATICO ...................................................................................................... 7 TRATAMIENTO CURATIVO............................................................................................................. 8 PROFILAXIS .................................................................................................................................... 8 CONCLUSIÓN ................................................................................................................................. 9 2 INTRODUCCIÓN La AIE es una enfermedad infecciosa causada por un virus RNA, que afecta solamente a miembros de la familia equidae, de distribución mundial pero con preferencia en zonas húmedas y cálidas. Fue descripta por primera vez Francia en el año 1843. Se caracteriza clínicamente en su presentación aguda por síntomas de crisis hemolítica severa que pueden causar la muerte, mientras que en su presentación crónica se observan signos de anemia, fiebre intermitente, ictericia, edema y caquexia. Diversos investigadores consideran además, el estado de "infección inaparente" en el cual los caballos se presentan clínicamente normales pero al mismo tiempo son portadores del virus AIE y presentan anticuerpos específicos en su sangre. No existe predilección por la edad, sexo o raza. La morbilidad y mortalidad de la AIE es variable, dependiendo de la virulencia particular del serotipo viral, susceptibilidad propia de los animales expuestos y del manejo de los mismos. La edad es un factor importante, ya que los individuos más jóvenes son los más susceptibles. 3 ANEMIA INFECCIOSA EQUINA SINONIMIAS La enfermedad en Brasil se conoce como "Fiebre de los pantanos" (Salvetti de Cicco, Lucia Helena, 2002) y en Colombia como el SIDA de los equinos (AUPEC, 1997). Fiebre Malaria, Fiebre lenta, Fiebre de la montaña, Fiebre tifoidea de los caballos, Anemia perniciosa de los equinos o Zurra americana (AUPEC, 1997). DEFINICION: Es una enfermedad viral extremadamente contagiosa y potencialmente fatal que ataca a los caballos y las mulas y los asnos independientemente de su raza, edad y sexo. Presenta curso agudo, crónico y no aparente o latente. ETIOLOGIA El virus de la (AIE) está clasificado como un retrovirus, perteneciente a la familia Retroviridae, incluyéndose entre los llamados "slow viruses" contiene ácido ribonucleico (RNA, siglas en inglés), material genético con el cual produce el ácido desoxiribonucleico (DNA, siglas en inglés). Este DNA se incorpora dentro de las células infectadas. MANIFESTIACIÓN CLINICA Los caballos al ser expuestos al virus de la AIE , estos pueden exhibir síntomas severos, agudos de la enfermedad y pueden morir en 2 ó 3 semanas. Esta forma de la enfermedad es la dañina y es la más difícil de diagnosticar porque los síntomas aparecen rápidamente y a menudo se nota solamente una elevada temperatura del cuerpo. Una quinta parte de una cucharada de sangre de un caballo afectado con la AIE aguda contiene suficiente virus como para infectar 1 millón de caballos (USDA, 2002). Los síntomas clínicos de la forma aguda de la AIE tienden a no ser específicos, y en los casos leves, la fiebre inicial puede ser de corta duración (menos de 24 horas). Como resultado cuando un caballo se infecta con el virus de la AIE, puede que los dueños de caballos y los veterinarios no se den cuenta de este síntoma inicial. Estos caballos infectados a menudo se recuperan y continúan moviéndose libremente en la población. Puede que la primera indicación que un caballo ha sido expuesto e infectado con el virus de la AIE sea el resultado positivo en un examen anual de rutina. 4 La forma aguda se caracteriza por: Fiebre alta de 40.6 grados Celsius Respiración rápida Abatimiento y cabeza baja Debilidades en las patas Inapetencia y pérdida de peso Si el animal no muere en 3 ó 5 días, la dolencia puede tornarse crónica y aparecen ataques de la enfermedad con intervalos variables de días, semanas o meses. Cuando ocurre a intervalos cortos por lo general sobreviene la muerte del animal después de algunas semanas (Salvetti de Cicco, Lúcia Helena, 2002; AUPEC, 1997; Jacobo et al., 2001). Los síntomas que suelen aparecer en esos ataques son fiebre, que suelen ser muy altas con 108° F. Después puede bajar a lo normal por un período indeterminado hasta el comienzo de otro episodio. Es característico las hemorragias petequiales de las mucosas. El caballo aparece acongojado (con la cabeza baja), y generalmente desganado y apático. El caballo puede rehusar comer o comer una cantidad no usual, pero obviamente continua bajando de peso. Se observan edemas por efectos de la gravedad, el caballo puede desarrollar hinchazón, lo cual indica que está reteniendo fluidos debajo de la piel en las piernas y debajo del pecho y otras superficies en el pecho. La anemia es marcada, la sangre tiene aspecto aguada y delgada, el pulso de la vena yugular evidente. El caballo afectado con la AIE crónica es el clásico "habitante de los pantanos", ha perdido su salud es letárgico y anoréxico, tiene un hematocrito bajo y exhibe una persistente rebaja en el número de plaquetas de la sangre, especialmente coincidiendo con la fiebre causada por el virus de la AIE. En la forma no aparente, la mayoría de los caballos son portadores no aparentes; es decir, no muestran anormalidades clínicas obvias como resultado de la infección por periodos largos. Los portadores no aparentes tienen una mucha más baja concentración del virus de la AIE en sus sangres que aquellos que tienen síntomas clínicos activos de la enfermedad. Solo uno de cada 6 millones de moscas borriqueras es posible que piquen y trasmitan el virus de la AIE de este caballo. Se cree que todos los caballos infectados con el virus de la AIE permanecen portadores del virus de por vida. La forma 5 no aparente puede convertirse en crónica o aguda debido a la fatiga, al trabajo fuerte, o a la presencia de otras enfermedades. SINTOMATOLOGIA Generalmente al año post-infección en aquellos caballos que logran sobrevivir, el cuadro clínico crónico evoluciona a la forma inaparente que representa otra manera de presentación muy frecuente de la enfermedad. En esta etapa el caballo luce sano, los signos clínicos no son aparentes por lo que nadie advierte su enfermedad pudiendo el caballo mantenerse en esta condición gran parte de su vida. El diagnóstico puede establecerse accidentalmente durante los testeos serológicos realizados en el establecimiento ya sea para cumplir con las reglas de control sanitario o bien para poder transportar el animal. La administración de de drogas inmunosupresoras como los glucocorticoides, pueden precipitar la replicación viral y la aparición de los signos clínicos en los portadores inaparentes. Los equinos que se encuentran en esta etapa tienen generalmente un nivel más moderado de virus circulante por lo cual su potencial de transmisión virales menor comparado con los cuadros anteriores. DIANOSTICO CLINICO Debido a que los signos clínicos principales de la enfermedad, como así también los hallazgos hematológicos de laboratorio, no son patognomónicos de la AIE, ya que son muy similares a los observados en los casos de Piroplasmosis o Arteritis Viral Equina, es necesario recurrir a la serología. La Organización Internacional de Epizootias (OIE) recomienda hasta hoy como método diagnóstico de elección la prueba de inmunodifusión en gel de agar (AGID), desarrollada por Leroy Coggins en 1972, por ser la única prueba que descubre con máxima seguridad a los portadores de virus sin manifestaciones clínicas. El Test de Coggins reconoce anticuerpos contra el corazón proteico del virus , más exactamente reconoce el antígeno p26 ubicado en la cápside viral en todos los serotipos virales. La mayoría de los equinos infectados se seroconvierten y son positivos al test de Coggins dentro de los 45 días posteriores a la infección, pero excepcionalmente la seroconversión puede tardar en presentarse 3, 4 o aún 5 meses. El test de Coggins tiene la ventaja de ser altamente sensible sobre todo en los casos de animales infectados en forma crónica. 6 DIAGNOSTICO PARACLINICO El cuadro clínico de la enfermedad es muy variable. Para emitir un diagnóstico, resulta imprescindible la práctica de pruebas laboratoriales. Además de estudiar el curso seguido por el cuadro hemáticos, se han propuesto diversos Test Serológicos para la identificación de anticuerpos. Pueden presentarse resultados débilmente positivos en el Test de Coggins: en potros sanos que vehiculen anticuerpos maternos persistentes (un segundo análisis realizado 2 meses después del destete, quinto mes de vida arrojará resultados claramente negativos); en equinos infectados, en periodos de incubación (un segundo análisis a los 15 ó 20 días después arrojará resultados claramente positivos); en animales con la infección latente (el segundo análisis da también por lo regular débilmente positivo. La organización genética del virus de la AIE es similar a la del VIH pero es menos compleja. La estructura proteínica mayor del virus estimula una respuesta inmune que puede ser detectada en muchos Test serológicos. La proteína 26 contiene grupos específicos y determinantes interespecies que pueden ser detectados por el Test ELISA. Como incluso en el curso de la infección natural no garantiza los anticuerpos formados ninguna protección inmunitaria, hasta el presente no ha sido posible disponer de una inmunoprofilaxis eficaz ni de una terapia o metafilaxis efectiva. Todas las medidas preventivas y de luchas se concentran, por tanto, en descubrir y eliminar los reservorios del virus así como evitar la difusión de este y erradicarlo paulatinamente. TRATAMIENTO SINTÓMATICO No existe un tratamiento específico que permita eliminar el virus AIE. La terapia debe ser sintomática, orientada a favorecer la recuperación de la serie roja y acompañada de descanso y cuidados. Debido a que la diseminación de la enfermedad requiere de ciertas condiciones ya mencionadas, es posible realizar su control y aún su erradicación. Para ello se deberá 7 considerar el sacrificio de los caballos enfermos y los serológicamente positivos (infección inaparente) debido a que son portadores dél virus. Controlar el movimiento de todo animal sospechoso o positivo. En áreas donde existan casos clínicos agudos, deberán controlarse además los insectos picadores, extremar el cuidado con todo tipo de instrumental que entre en contacto con animales enfermos (esterilización) y realizar en forma frecuente el aseo y desinfección do las pesebreras. TRATAMIENTO CURATIVO No hay tratamiento conocido. Los caballos infectados se convierten en portadores de por vida y presentan un riesgo de infección para otros caballos. Como tal, las opciones de gestión para un caballo EIA positivo son: • Sera sacrificado, o • Cuarentena de por vida con aislamiento permanente a un mínimo de 200 yardas de todos los demás caballos. No se permite ningún movimiento, a menos que bajo un permiso de movimiento especial a una instalación de investigación. Los caballos positivos deben estar permanentemente identificados por microchip. PROFILAXIS La anemia infecciosa equina es una enfermedad para la cual no existe ninguna vacuna preventiva, ni tampoco un tratamiento óptimo que resulte en la cura del problema. Precisamente por lo anteriormente indicado, la prevención de esta enfermedad es vital. Los pasos más eficaces que podemos seguir para evitar el contagio y la propagación de esta enfermedad incurable para los équidos son: Primero, deberemos llevar a cabo habitualmente la forma de prevención más básica, que es mantener las zonas y los materiales (tanto arreos como material quirúrgico u otras herramientas) comunes bien limpios y esterilizados para evitar el virus. Con la limpieza y desinfección adecuadas también mantendremos alejados a los vectores de la enfermedad. Segundo, es imprescindible que nuestro veterinario especialista de confianza haga análisis rutinarios cada cierto tiempo, se recomienda un par de veces al año, a todos nuestros équidos. En estos análisis deberá incluir las pruebas serológicas pertinentes para descartar esta enfermedad. Tercero, si somos conscientes de que tenemos algún animal enfermo, deberemos mantenerlo aislado de los demás de la mejor forma posible para los demás, pero también para él. Además, deberemos evitar que entren animales nuevos que puedan estar ya enfermos. 8 Finalmente, y lamentablemente, muchas veces la única forma de prevención es el sacrificio de los animales que estén enfermos. No solo se puede llegar a tomar esta medida como una prevención indicada por el veterinario, sino que en muchos casos llega a tratarse de una eutanasia. Esto es posible puesto que el animal puede que, llegado a un punto del proceso, esté sufriendo demasiado. Pero este factor siempre lo determinará y llevará a cabo un veterinario especializado en équidos. CONCLUSIÓN La anemia infecciosa equina es una enfermedad infectocontagiosa que no tiene cura ni vacuna preventiva, caracterizada por una variedad de síntomas relacionados con la anemia que genera. Se presenta principalmente en tres formas clínicas: aguda, crónica e inaparente, dependiendo del grado de la respuesta inmune que se desarrolle en el huésped, la virulencia del serotipo viral actuante y de la dosis infectante. Una vez adquirida y a pesar de que el caballo monta una respuesta inmune importante, es incapaz de eliminar el virus, por lo que permanece infectado y se convierte en un portador del virus mientras se encuentre vivo. Esta patología, adquiere importancia no solo en relación con las grandes pérdidas económicas que les ocasiona a los productores, ya que deben eliminar a los animales positivos, sino también por las limitaciones a las exportaciones, el comercio caballar y las actividades ecuestres. El uso del Test de Coggins para el diagnóstico definitivo de la Anemia Infecciosa Equina, constituye una herramienta de gran ayuda, sencilla, efectiva y al alcance de todo veterinario. El mismo permite establecer un diagnóstico certero de la enfermedad, con el fin de poder eliminar tanto aquellos animales que manifiestan signos clínicos como así también a aquellos portadores asintomáticos. Estos últimos debido a su condición, representan un verdadero desafío y riesgo para el control de la enfermedad, ya que constituyen un reservorio y fuente diseminadora en forma insidiosa, permanente y oculta de virus, permitiendo la persistencia de la enfermedad dentro del rodeo y su potencial propagación territorial. En definitiva la AIE constituye una enfermedad latente y un desafío constante para los veterinarios dedicados a la actividad hípica. 9