Subido por Jesica Noelia Barreto

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Instituto Superior Particular incorporado Nº 9100 “Pbro. Alcides C. Frencia”.
RESEÑA BIBLIOGRÁFICA
CAPÍTULO 1
Ciencias sociales en la escuela: sentidos de la enseñanza
Isabelino Siede
El autor en este capítulo plantea estas preguntas: ¿por qué y para qué enseñar Ciencias Sociales?
Luego, Siede hace una crítica respecto a los currículum que se encuentran vigentes en las escuelas, los
cuales reúnen modos y enseñanzas que pertenecen a otras épocas, valoraciones heredadas de generación
en generación, etc., es decir, que a pesar de que muchas cosas han cambiado, el currículum sigue siendo
el mismo de antes, porque se siguen utilizando las tradiciones de períodos pasados.
Por qué enseñamos lo que enseñamos
El autor vuelve a hacer hincapié, luego de mencionar diferentes cambios que influyeron en el país, en lo
que a la enseñanza escolar refiere aún sigue en pie currículum pensado en y para otros tiempos.
Entonces le surgen las preguntas sobre “¿qué enseñamos y qué deberíamos enseñar; para qué enseñamos
y para qué deberíamos enseñar?”
Los aprendizajes que perduran
Siede comienza este párrafo con la siguiente pregunta: ¿Qué Cs. Sc. se enseñan en las escuelas? y para
responder a esta selecciona diferentes testimonios, y obtiene que en su mayoría los jóvenes recuerdan
responder cuestionarios, muchas actividades centradas en la lectura y a responder cuestionarios, el
manual como único recurso, la realización de mapas, ubicación de provincias y capitales, y el estudio
memorístico.
Isabelino además de cuestionar lo anterior, también reflexiona acerca de aquello que no se encuentra en
los testimonios: entusiasmo, búsqueda o exploración intelectual, investigación, y la ausencia del siglo
XX en los contenidos, entre otros.
Y se pregunta ¿por qué este currículum residual persiste con tanta fuerza?, ¿Por qué no se generalizan
valiosas experiencias alternativas que también existen?, y plantea una hipótesis: que aquellos propósitos
enunciados un siglo atrás no terminan de abandonar las aulas porque no se consolidan otros a los cuales
cederles el lugar y para que ello suceda se debe discutir nuevamente de qué tratan hoy las Cs. Sc. y para
qué se las enseña en la escuela.
El objeto de enseñanza del área: la realidad social
Aquí afirma que un área de enseñanza cobra sentido cuando su objeto de estudio se define, lo cual le
permite diferenciarse de otras, estableciendo contenidos, propósitos, metodologías, etc.
Siede sugiere que estudiar Cs. Sc. es tratar de acercarse a la realidad social para comprenderla y para
poder formar parte de ella, lo que requiere ampliar y confrontar, en el espacio público del aula, las
socializaciones primarias de cada estudiante. Y plantea que la expectativa es que cada niño además de
integrarse en la sociedad, también tenga herramientas para incidir en su destino. La escuela tiene mucho
para ofrecer a fin de que sus estudiantes conozcan e interpreten la realidad social, teniendo en cuenta
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que cada materia construye o toma diversas metodologías y admite diferentes corrientes que reflejan
distintas posiciones sobre un mismo tema.
El docente debe encontrar las estrategias apropiadas y el material didáctico oportuno para que el recorte
de la realidad posibilite profundizar el conocimiento correspondiente a un tema de una manera "global"
y precisa.
Isabelino menciona que hace ya tiempo se intenta ampliar y enriquecer las Cs. Sc. escolares, esta tarea
implica:
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Sacar la historia de los estrechos límites del devenir institucional, de la obra de los gobiernos y
de la biografía de los gobernantes;
Sacar la geografía de la descripción chata y enumerativa de las dimensiones territoriales, la
variedad de climas y los rasgos de la población;
Incluir aportes de una economía que es preocupación cotidiana pero no encuentra orientación
conceptual suficiente en la enseñanza escolar.
Los propósitos y el valor formativo
El autor expone que la enseñanza de las Ciencias Sociales puede generar las condiciones para:
 formar conciencia histórica,
 construir identidades múltiples y convergentes,
 aportar al ejercicio de la ciudadanía democrática, ofreciendo herramientas de participación para la
inclusión en comunidades políticas de distintos alcances.
En el Primer Ciclo el sentido formativo se centra en una alfabetización en el área de Ciencias Sociales a
través de propuestas de enseñanza que permitan a los alumnos construir nociones básicas complejas,
como pasado-presente, comercio, industria, espacio público, cultura, etc. Estas nociones provienen de
diferentes disciplinas, como la Sociología, la Antropología, la Economía, etc. Se trata de provocar la
reflexión sobre la realidad social a través de preguntas o problemas específicos.
El Segundo Ciclo inicia un trabajo sistemático en Historia y Geografía. A lo largo de este se espera que
los estudiantes desarrollen progresivamente autonomía en el trabajo con fuentes escritas y audiovisuales,
en el estudio personal sostenido, el trabajo en equipo y la exposición de producciones ante sus
compañeros.
En el intervalo final del Segundo Ciclo, cobra importancia que los estudiantes reflexionen sobre los
procedimientos más adecuados para abordar preguntas sobre la realidad social.
El desafío ético y político de enseñar Ciencias Sociales
Siede exhibe que el conocimiento de la realidad social y la construcción de dispositivos intelectuales que
permanecerán más allá de la etapa escolar son las herramientas para que los estudiantes introduzcan su
propia experiencia en los procesos colectivos. Cita a Ulrich Beck quien señala lo siguiente: (…) las
crisis sociales aparecen como individuales, y cada vez menos se advierte su carácter social ni se someten
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a elaboración política. Así crece la probabilidad de que se produzcan brotes de irracionalidad de los más
diversos tipos, incluidos los de la violencia contra todo lo que se etiqueta como “extraño”. Porque en la
sociedad individualizada, es donde surgen líneas de conflicto respecto de elementos identificables
socialmente: la raza, el color de la piel, el sexo, la apariencia física, la pertenencia étnica, la edad, la
homosexualidad o la minusvalía física”.
Por ello, argumenta el autor, la tarea de la enseñanza es cuestionar las conclusiones de una experiencia
social atrapada en límites estrechos y ampliar el horizonte de la mirada y de reflexiones. En una
sociedad fragmentada, injusta y excluyente, buena parte de los discursos públicos tratan de mantener a
los ciudadanos distraídos y dóciles.
Isabelino Siede concluye diciendo sosteniendo que cambiaremos el para qué de la enseñanza cuando los
alumnos recuerden muchos años después cosas como lo siguiente “en las clases de Ciencias Sociales,
siempre tenía que pensar mucho y descubría cosas que no sabía”, “En las clases de Cs. Sc. aprendí a
indagar en diferentes fuentes, contrastar visiones y defender mis ideas con argumentos”, “en las clases
de Cs. Sc. empecé a preguntarme en qué mundo vivo y quién soy en este mundo”.
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