CARGA TU CRUZ Y SIGUEME “La Cruz simboliza la vida del apóstol de Cristo, con un vigor y una verdad que encantan al alma y al cuerpo, aunque a veces cueste y se note el peso” Josemaría Escrivá, Forja ♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠ PODRÍAS DECIR ESTAS PREGUNTAS COMO INICIO OPCIONAL ¿Cuántas preocupaciones lo agobian el día de hoy? O ¿No tiene preocupaciones? ¿Es usted de las personas que todavía no salen de una, cuando les llega la otra? O ¿Se encuentra relajado, viendo pasar la vida sin problemas? ¿Le gustaría “tirar la toalla” y dejarse caer cuan largo es viendo hacia el cielo o cerrando los ojos? ¿Le gustaría dejarse caer y permitir que otro haga lo que usted tiene que hacer? ¿Le gustaría dejar en manos de otra persona el control de su vida? ♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠ La vida nos ofrece todos los días aflicción, desgaste físico y emocional, frustración, desesperación, lo que hace que no veamos la belleza de la creación, que también sufre al igual que nosotros, el desgaste, la contaminación y el desprecio de los seres humanos. Este es un panorama que no estaba en los planes originales de Dios, pero no los descartó, sino que fueron considerados en su amor por su creación. Los cristianos ven la cruz como un símbolo preciado de la expiación, el perdón, la gracia y el amor. Pero en tiempos de Jesús, la cruz representa nada más que la muerte tortuosa. Debido a que los romanos forzaron a criminales condenados a llevar su propia cruz hasta el lugar de la crucifixión, llevar una cruz significaba llevar su instrumento propio de ejecución mientras se enfrentaba al ridículo en el camino a la muerte. El “tomar la cruz” significa dar la propia vida sin reservas a Jesús y “seguir sus pasos”, aún hasta la muerte por su causa, de ser necesario. Cada vez que Jesús mandó a llevar la cruz, Él dijo: “Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, y sin embargo pierde o se destruye a sí mismo?”. (Lucas 9:24-25). A pesar de que el llamado es duro, la recompensa es inigualable. Seguir a Jesús es fácil cuando la vida se ejecuta sin problemas, nuestro verdadero compromiso con Él se pone de manifiesto durante las pruebas. Jesús nos aseguró que las pruebas vendrán a sus seguidores SI REALIZAS LAS PREGUNTAS, EN ESPECIAL ESTA “¿Le gustaría dejarse caer y permitir que otro haga lo que usted tiene que hacer?” PODRIAS HABLAR DE LO SIGUIENTE Después de estar agobiado y completamente sin fuerzas (no solo físicas nada más, sino emocionales también), es auténtica la necesidad de dejarle a otro(a) nuestra tarea. Cuando Dios nos permite llegar a este punto, en el cual nos sentimos completamente derrotados y “en el hoyo”, como lo expresa el rey David en sus Salmos, es cuando valoramos la misericordia, la bondad y la compasión de nuestro Dios amoroso. Este es el paso que precede a “negarse a sí mismo”; que es lo que conocemos como quebrantamiento. Cuando nos damos cuenta de que nosotros no podemos controlar nuestra vida, todo lo que nos pasa está fuera de nuestro alcance. Necesitamos de alguien que nos lleve de la mano como cualquier invidente, vulnerable y débil, ante la realidad que no vemos, ¡Sólo confiamos! Y cuando experimentamos la mano cálida y amorosa que nos saca del abismo, es cuando Dios nos conduce al pleno “negarse a sí mismo”. ¿No podría Dios, en nombre del amor que le tiene, dejarlo que usted siga gobernando su vida? “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él”. Juan 3:16 Si usted le cree a Dios, entonces se dará cuenta de que, aunque no quisimos buscarlo, Él nos buscó y nos encontró “Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final”. Juan 6:44 En realidad, el pecado de la humanidad, la muerte anunciada desde el jardín del Edén creció enormemente y existía la necesidad de destruirla para volver a ser la humanidad que había sido planeada desde antes de la creación de todas las cosas, una humanidad santa y sin mancha en el Hombre-Dios: Cristo Jesús. Así que Jesús hizo morir todo pecado, toda maldad, toda perversidad, toda depravación de la humanidad en su propio cuerpo humano finito y frágil, fácil de destruir y escogió el instrumento más perverso de aquella época y quizá de todas las edades: la cruz, destinado para los delincuentes más perversos, un instrumento vergonzoso y repulsivo. “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el tiempo del favor del Señor” Lucas 4:18-19 Jesús tuvo que tomar su cruz porque para emerger como una nueva humanidad, habría que sanarla a través de su muerte en la cruz y la tumba. El nuevo hombre emergido de esa tumba abierta y vacía salió para mostrarnos que su amor lo había llevado a exclamar: “¡Consumado es!”. Esa es la cruz que Cristo tomó y pudo cumplir su misión en comunión con el Padre y el Espíritu. Ahora nos dice a nosotros que seamos sus discípulos, pero más que discípulos, nos considera sus hermanos y nos dice que Él ha roto las cadenas y abierto las rejas de la esclavitud y la prisión del pecado y de la muerte; ahora somos completamente libres y llenos de Dios.