El perfume cuenta la historia de Jean Baptiste Grenouille, un niño que nació en uno de los peores lugares posibles: alrededor de pescados podridos. Incluso su madre cortó su cordón umbilical con el cuchillo que estaba utilizando para limpiar pescado, entre un olor nauseabundo que quizás marcara la vida del pequeño. Su madre finalmente terminó siendo condenada por infanticidio múltiple (los hermanos de Jean no consiguieron sobrevivir en tales circunstancias) y él fue asignado a unas nodrizas. Pero ni con ellas tuvo suerte, puesto que su comportamiento y extraños sucesos terminaron alejándolo de ese ambiente al considerarse una especie de demonio. En su complicada infancia el pequeño Grenouille se dio cuenta de que poseía un don muy particular: un sentido del olfato absolutamente extraordinario. Podía oler a grandes distancias, personas u otros elementos. Llegó a confiar más en este sentido que en cualquier otro. Un desafortunado día, Grenouille olfateó un olor como ningún otro en toda su vida, algo magnífico. Terminó descubriendo que provenía de una joven pelirroja, a la que terminó asesinando para poder olerla con total libertad y enfermizo disfrute. Aquel momento fue el que empujó al ya joven a perseguir su sueño: crearía el perfume más maravilloso del mundo, apoyándose en su espléndido sentido del olfato y utilizando olores como el de esta chica. La vida de Grenouille acabó cuando se cruzó con un grupo de asesinos muy brutales, que al aplicarse el perfume para evitar ser atacado lo terminaron asesinando pues todos querían un poco de ese olor. Le rasgaron hasta el último trozo de piel y todos se sorprendieron: era la primera vez que cometían un acto de puro amor. El joven de olfato increíble desapareció para siempre.