LEYES DE REFORMA El 7 de julio de 1859, en el puerto de Veracruz, el presidente Benito Juárez expidió el paquete legislativo que conocemos como Leyes de Reforma. Su objetivo principal fue la separación de la Iglesia y el Estado, pues ésta había adquirido un gran poder e influía en las decisiones más importantes de la política nacional para favorecer totalmente a los conservadores. El motivo del presente trabajo es dar un análisis sobre lo que se conoce como las Leyes de Reforma, así como hablar sobre la importancia de las mismas en el México del Siglo XIX y en el México Moderno, para lo cual también hablaré sobre la Constitución de 1857, dado que las primeras sentaron las bases de la Constitución, la cual tenía carácter liberal, y a raíz de la promulgación de dicha Carta Magna el 5 de febrero del año que lleva en su nombre , surgieron las Leyes finales, con lo que se logró un nuevo régimen democrático en el país, representativo y popular, así como laico por la separación de la iglesia y el Estado. Debemos de comenzar hablando de la Revolución de Ayutla en 1854, movimiento encabezado por Ignacio Comonfort y por Juan Álvarez, con el cual se logró, la supresión de la Conservadora Dictadura de Antonio López de Santa Anna, de igual manera se estableció un gobierno “Liberal”, el cual fue de suma importancia para el país en aquel momento ya que civiles sustituían a militares, pugnando por una organización estable y duradera de México estableciendo un orden constitucional republicano, representativo, popular y en el cual se respetarán las garantías individuales de los ciudadanos, siendo estos los principios ideológicos del movimiento liberal. En base a lo anterior, se puede explicar lo que fue la Reforma, un periodo de 6 años dividido en dos etapas, la primera de 1854 a 1857, periodo que abarca de la revolución de Ayutla hasta la promulgación de la Constitución de 1857, una segunda etapa, que consistió en una guerra civil conocida como la “Guerra de Reforma” o “Guerra de los tres años”, que comprendía el pedido de 1857 a 1860, iniciando con el plan de Tacubaya y concluye con el triunfo del ejercito constitucional. Dentro de esas leyes encontramos las siguientes: Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos (12 de junio de 1859). Complementa la Ley de Desamortización de los Bienes Eclesiásticas, o Ley Lerdo, con un cambio importante: los bienes ya no pasaban a manos de los rentistas, o sea, del clero. Ley del Matrimonio Civil (23 de julio de 1859). Con ella, el matrimonio religioso pierde su validez oficial. Establece el matrimonio como un contrato civil con el Estado. Ley Orgánica del Registro Civil (28 de julio de 1859). El registro del estado civil de las personas quedaba a cargo de empleados de gobierno, no de la Iglesia. Se declararon los nacimientos y defunciones como un contrato civil con el Estado. Como complemento se expidió Decreto del 31 de julio de 1859 por el que se secularizaban todos los cementerios y camposantos de la República Ley de Exclaustración de Monjas y Frailes (11 agosto de 1859). Se prohibió la existencia de claustros o conventos, implicando su clausura. Ley Sobre la Libertad de Cultos (4 de diciembre de 1860). Permitió a cada persona practicar y elegir el culto que deseara, con plena libertad. También prohibió la realización de ceremonias fuera de las iglesias o templos. Decreto del 26 de febrero de 1861 para la salida de las religiosas y religiosos que ahí vivían que mandaba extinguir las comunidades religiosas, salvo las de las llamadas Hermanas de la Caridad. En general las Leyes de Reforma pretendían separar las atribuciones políticas del Estado de las de la Iglesia, delimitando los espacios de alcance de cada uno, manteniendo relaciones cordiales, más no de influencia directa de uno sobre otro. Por otro lado, la nacionalización de los bienes del clero fue uno de los golpes más frustrantes para la Iglesia en este periodo, pues los clérigos gozaban de ganancias externas por el manejo de bienes raíces y demás negocios ajenos a la actividad religiosa. La secularización de los cementerios y fiestas cívicas fue una ley en la cual se extendían derechos al Estado para intervenir en asuntos civiles como el tratamiento de los lugares mortuorios, así como para establecer las fiestas oficiales, actividades de las que se encargaba con rigurosidad la Iglesia Católica. Por último, pero no menos importante, se declaró la promulgación de la libertad de culto, con la cual se deslegitimó a la Iglesia Católica como la única y verdadera creencia religiosa en México, propiciando la libertad de expresión con respecto a las creencias individuales de muchos sectores opacados por la aplastante imposición de la religión católica. La famosa frase de Benito Juárez “El respeto al derecho ajeno, es la paz” es una expresión que simboliza la esencia de estas leyes, en las cuales respetar las creencias y las diferencias de los otros es el punto más importante para evitar conflictos y desavenencias. LEY JUÁREZ LEY JUÁREZ (23 de noviembre de 1855) Tenía como finalidad el suprimir los fueros eclesiásticos y militares, así como los tribunales específicos para esos dos grupos, así, como cualquier otra persona, los miembros de las fuerzas armadas y de la iglesia, serian juzgados en los tribunales civiles, lo que hacía efectivo no un pensamiento nuevo, sino el que había iniciado en las Cortes españolas a principios del 1800 pero que no se había podido establecer en nuestro país por la fuerza que tenía dichos grupos. Promovida por el aquel entonces secretario de justicia, negocios eclesiásticos e instrucción pública, Benito Juárez García, en la cual se destacaba su carácter transitorio de acuerdo a su artículo primero “entretanto se arregla definitivamente la administración de justicia de la Nación” Recién nombrado ministro de Justicia, Benito Juárez decretó el 23 de noviembre de 1855, la promulgación de “La ley Juárez”, la que desató una serie de opiniones en favor y en contra. Estas últimas surgidas en un principio, al frente de los sectores afectados: la Iglesia, el ejército y la Suprema Corte de Justicia, ya que esta ley contaba en su esencia con tres puntos de importancia política: la supresión de fueros, la organización de la Suprema Corte y la creación del Tribunal Superior del Distrito Federal. La controversia rebasó los límites de su tiempo, que incluyó desde la fuerte discusión dentro de la otrora clase política y de los periódicos de la época, hasta la generación de opiniones de parte de los estudiosos posteriores; simpatizantes y detractores. La ley contenía setenta y siete artículos principales que tenían el efecto de abolir todos los tribunales especiales, excepto los tribunales militares y eclesiásticos. Aunque la Ley Juárez no abolió estos tribunales, sí puso fin a los fueros militares y eclesiásticos en casos civiles. LEY LERDO La Ley Lerdo es el sobrenombre con el que se le conoce a la Ley de Desamortización de las Fincas Rústicas y Urbanas de las Corporaciones Civiles y Religiosas de México, fue expedida junio de 1856 por el presidente sustitución MUIGUEL LERDO DE TEJADA La Ley Lerdo es el sobrenombre con el que se le conoce a la Ley de Desamortización de las Fincas Rústicas y Urbanas de las Corporaciones Civiles y Religiosas de México, fue expedida el 25 de junio de 1856 por el presidente sustituto Miguel Lerdo de Tejada.1 La ley tenía como objetivos crear una clase media rural que, similar a la clase media rural estadounidense, tuviera deseos de desarrollarse; sanear las finanzas públicas del Estado y reanimar la economía al eliminar lo que, de acuerdo con lo estipulado al principio de la ley Lerdo por Ignacio Comonfort, representaba uno de los mayores obstáculos para la prosperidad y engrandecimiento de la nación: la falta de movimiento o libre circulación de una gran parte de la propiedad a raíz. También conocidos como "bienes en manos muertas". La Ley de Desamortización de Fincas Rústicas y Urbanas Propiedad de Corporaciones Civiles y Eclesiásticas fue aprobada y decretada el 25 de junio de 1856, durante el gobierno provisional de Ignacio Comonfort. Se le conoce mejor como Ley Lerdo, pues su promotor principal fue Miguel Lerdo de Tejada, quien era Ministro de Hacienda cuando la ley se promulgó. ¿Qué decretaba la Ley Lerdo? La venta a particulares de las propiedades rurales de la Iglesia católica y las corporaciones civiles, con el fin de fomentar la actividad económica, crear una clase media rural y obtener impuestos de la misma[1]. Formó parte de las Leyes de Reforma, las cuales fueron expedidas entre los años 1855 y 1861 por el sistema político liberal de México, que inició una reorganización del gobierno y la separación entre estado y la iglesia católica. LEY DEL REGISTRO CIVIL El 30 de enero de 1857, el presidente Ignacio Comonfort decretó la Ley Orgánica del Registro Civil. La Ley estableció la obligatoriedad de todos los habitantes de la República a inscribirse en el Registro Civil. Comprendía los nacimientos, la adopción y arrogación de personas; los matrimonios, los votos religiosos y los fallecimientos; establecía las bases para la expedición de las actas correspondientes que debían estar a cargo de un oficial del estado civil. El 28 de julio de 1859, el presidente Benito Juárez, al exponer los motivos de la ley, subrayó la idea de separar cabalmente al Estado respecto de la Iglesia, delimitando el papel que le corresponde a cada uno y reafirmando las tareas que son inherentes al Estado como la más alta organización de la sociedad. Establece el matrimonio como un contrato civil con el Estado. Ley Orgánica del Registro Civil (28 de julio de 1859). El registro del estado civil de las personas quedaba a cargo de empleados de gobierno, no de la Iglesia. Se declararon los nacimientos y defunciones como un contrato civil con el Estado. LEY IGLESIAS LEY IGLESIAS (11 de abril de 1857) De nombre oficial “Ley de Obtenciones Parroquiales”, fue obra del entonces ministro de justicia, negocios eclesiásticos e instrucción pública, José María Iglesias, en la cual se buscaba regular el cobro de los servicios eclesiásticos que ofrecía la iglesia, conocidos como aranceles de derechos parroquiales los cuales permitían el cobro de los bautismos, amonestaciones, casamientos incluso entierros los cuales fueron anulados con la aprobación y entrada en vigor de esta Ley. La Ley Iglesias se expidió el 11 de abril de 1857. Este ordenamiento formó parte del primer grupo de leyes liberales que Ignacio Comonfort, quien había sustituido a Juan Álvarez en la presidencia de la República, expidió antes de estallar a finales de 1857 la Guerra de Tres Años o de Reforma. La Ley de Obvenciones Parroquiales, también conocida como Ley Iglesias por la autoría de José María Iglesias (ministro de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública) entre enero y mayo de 1857, fue una de las más importantes Leyes de Reforma. Regulaba el cobro de derechos parroquiales, impidiendo que se exigieran a quienes no ganaran más de lo indispensable para vivir, e imponía castigos a los miembros del clero que no la llevaran a cabo. La Ley Iglesias desató diversas críticas: entre la prensa liberal fue bien acogida, mientras que los conservadores y el clero la hicieron objeto de censuras y protestas. Con estas leyes se afectaba el poder de la Iglesia católica, que por más de tres siglos había tenido en México participación en asuntos que los liberales consideraban "ajenos a la fe cristiana". LEY LAFRAGUA LEY LAFRAGUA (28 de diciembre de 1855) También conocida como la Ley de Libertad de Imprenta, o con el apellido de quien la expidió, el abogado José María Lafragua. Esta surgió a raíz del derecho que tenía el gobierno de Santa Anna a censurar la opinión pública que se considerara amoral o en contra del mismo gobierno, algo que incluso se consideraba delito grave, por ende, con la promulgación de esta ley, le regresaba al pueblo mexicano su libertad de expresión. El 28 de diciembre de 1855 se expidió la Ley Lafragua, por José María Lafragua, la cual indicaba que nadie podría ser molestado por sus opiniones, prohibiéndose así la censura.[1] Si bien la Ley Lafragua terminó con la opresión y autoritarismo de la Ley Lares, se le considera la más moderada de las Leyes de Reforma. Los autores de artículos periodísticos se deberían hacer responsables de sus escritos firmándolos, por otra parte, no era permitido el abuso de la libertad de imprenta, especialmente en materia religiosa y gubernamental. Esta legislación fue elevada a rango constitucional mediante los artículos 6. ° y 7. ° de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1857, y reafirmada por la Ley Orgánica de la Libertad de Prensa de 1861 expedida por el Congreso de la Unión. En contraste, no fue acatada por los gobiernos conservadores de Félix Zuloaga y Miguel Miramón, quienes restablecieron la Ley Lares. El principio de la Ley Lafragua, expedida por José María Lafragua, manifiesta que ninguna persona podría ser molestada por sus opiniones, ya que todo ciudadano tiene derecho a imprimirlas y circularlas sin censura ni pago de fianza. 1855 #EnLaHistoria En 1855, fue expedida la "La Ley Lafragua" o "Reglamento de la Libertad de Imprenta"; la cual indicaba que nadie podría ser molestado por sus opiniones, prohibiéndose así la censura. Se le considera la más moderada de las Leyes de Reforma.