Los jugadores se encuentran en el vuelo 273 de Atlantic Airline destino a Brisbane, ninguno de los jugadores es natural del lugar. Algunos ni siquiera están yendo a Brisbane, sino a Sydney. Al momento de llegar, el piloto anuncia que el control no ha dado la autorización para aterrizar y van a dar algunas vueltas hasta que puedan comunicarse con la torre. Pasan algunas horas sobrevolando la ciudad de Brisbane hasta que la nave comienza a quedarse sin combustible y aterriza de emergencia en el aeropuerto. El piloto, Dezven, advierte a la tripulación que dadas las circunstancias tendrán que ingresar a pie al aeropuerto. La pista maldita. Trescientos metros separan la escalinata de la aeronave hasta la puerta de acceso más cercana. Las azafatas guían la caminata mientras el piloto y el copiloto caminan adelante, algunas personas quedan cerca del avión discutiendo. Una azafata se queda a esperarlos. Las luces del aeropuerto brillan intensamente y se ve mucho movimiento en la parte delantera. Algunos autos mal estacionados interrumpen el paso. Se pueden ver las avionetas y otros aviones comerciales en su lugar. Algunos elementos, incluso, tirados. Si los jugadores hacen alguna tirada de percepción o similar, podrán escuchar una radio transmitiendo a la distancia. Es uno de los carros de transporte de personal, piden identificación. Cuando el piloto del avión habla, le responde el comandante a cargo del aeropuerto, les dice que hay una situación de peligro y que las comunicaciones de largo alcance están cortadas. También les dice que la forma más segura de acercarse a la terminal, es con uno de los micros, sin embargo les advierte que para poder entrar van a tener que abrirse paso. Cuando la conversación avance un poco se escucharan gritos de fondo y la comunicación se verá interrumpida. “Avancen rápido hasta el Bloque C, no se retrasen ni se detengan”. El piloto acomoda a los primeros pasajeros (ancianos y niños principalmente) en los buses de transporte civil, y le dice a su copiloto que haga lo mismo con el otro grupo de pasajeros. Acechadores: Esperan en las sombras y atacan con precisión. No son particularmente resistentes, sin embargo son letales. Los pasajeros están fastidiados, piden explicaciones pero en realidad no hay ninguna. Algunos hablan de demandar a la aerolínea. Al final encuentran un segundo bus y se acercan a él, sin embargo de adentro se escabullen algunas figuras y saltan contra los civiles provocandoles cortes y heridas. Una de las azafatas muere instantáneamente. Cuando decidan subirse al bus, encontrarán las llaves puestas y completamente funcional. Sin embargo la situación los ha desmoralizado, y avanzan en silencio hasta el Bloque C del aeropuerto. La policía aeroportuaria los recibe y separa a los pasajeros de los tripulantes a quienes les contará la situación. También hay policía local. Una tirada de percepción alta antes de bajarse del bus hará notar a los jugadores que el micro que los trajo ya casi no tiene combustible. Así son las cosas La tripulación anuncia a los recién llegados que un extraño brote psicótico ha infectado a la gente de afuera de la terminal, algunos se animan a decir que es similar a un virus zombie. Sin embargo nadie parece ponerse de acuerdo con lo que está pasando. Lo que si se sabe es que hay recursos en el aeropuerto para mantener a la gente por algunos días nada más si es que no hay otros inconvenientes. Lo que no hay, es una manera de comunicarse con el exterior debido a que la antena se encuentra destruida. La antena más cercana dice que uno de los locales, se encuentra en el faro de Bulwer, que está a unos pocos kilómetros del lugar y es indispensable llegar hasta allá mientras sea seguro. Algunos se proponen de voluntarios. Si los jugadores no quisieran ir, algunos comentaran maliciosamente que ya eran muchos antes de que llegasen y que si quieren ganarse un lugar en el refugio tendrán que trabajar para ello. Pasa la primera noche, el ambiente es tenso, pero algunos plantean la necesidad de moverse. De día el movimiento de los infectados es menor, la mayoría está recluido en las sombras, sin embargo son más violentos cuando se mueven. La luz les hace daño, pero su “hambre” es mucho más fuerte. El bien más preciado. Camino al faro, si tomaron el mismo bus que al principio, se quedarán casi sin combustible. Hay dos posibilidades, seguir de largo hasta el faro, y quedarse sin combustible allí y luego conseguir otro vehículo. O frenar en los surtidores de combustibles para vehículos terrestres que hay en la entrada del aeropuerto La estación de servicio interna es bastante grande. Tiene 4 surtidores de gasolina y todo el equipamiento necesario para reparar los vehículos si es que algún jugador tiene los conocimientos para tal cosa. Inflamables: el color de piel de los inflamables es amarillento o azulado, tienen un gran olor a combustible y corren a gran velocidad. Si chocan contra un obstáculo o les disparan, explotan. La cena está servida. Al costado de la ruta se puede ver un restaurante de lujo, y uno de los sobrevivientes menciona que quizás podrían hacer una parada antes. Al mencionar la comida, la panza de todos comienza a quejarse. Algunos creen que es una buena posibilidad. Conseguir el alimento propio para que no vuelvan a molestarlos los sobrevivientes del Bloque C Si entran encontrarán un local de primer nivel completamente devastado. Mesas y sillas rotas, algunos cables sueltos y algunas luces titilando. El olor a sangre reseca es insoportable. Uno de los sobrevivientes vomita en una de las plantas pero ya están ahí, y volver ahora hará que todo sea una pérdida de tiempo mayor. Se puede ver en los rincones, pilas de huesos a medio masticar, y ruidos de gente revolviendo cosas en la cocina. Glotones: Los glotones son criaturas obesas y poderosas. Comen todo a su paso, les gusta probar sabores nuevos. Juntan en su estómago los desperdicios de sus comidas, y cuando están llenos, vomitan jugos gástricos llenos de bilis y ácidos. Una luz de esperanza. El faro comienza a verse cada vez más cerca y la posibilidad de salvarse comienzan a ser reales. Desde donde están, ven la costa, y alguno que otro barco particular en buen estado. Aunque nadie sepa usarlos, tienen la esperanza de aprender a hacerlo durante el fin del mundo. Se escuchan disparos y gritos. Al acercarse un poco más al lugar del conflicto pueden ver al farero, Johan, con una escopeta disparando a una multitud de infectados. El farero al ver a los sobrevivientes les dice que lo ayuden a liberar la entrada para dejarlos pasar. Cuando cumplan la tarea les permitirá refugiarse con él. También les dirá que está cansado, que alguien tiene que hacer su trabajo en un momento como este. También les dice que van a necesitar algo de comida por si quieren quedarse ahí. Si le preguntan por la radio y la antena, les dirá que las comunicaciones han sido intermitentes, pero que logró captar un pedido de auxilio de la terminal de trenes. La televisión, antes de cortarse había dicho que situaciones similares se estaban dando en varias partes del país. El internet, aunque intermitentemente, todavía funciona podría ser útil. Algunos supervivientes se quedaran a aprender el trabajo del farero. Simplemente Bob: Un infectado común y corriente. Puede correr, atacar y gruñir.