INSULA· Núm. 422· Página 3 L terminar la Guerra Ci- vil española los poetas se las tuvieron que ver con el problema de los cambios drásticos en el ambiente político y literario que España habia experimentado (1). José Hierro fue uno de los poetas que primero, y de forma más consis- tente reclamaron la creación de una teoría poética que incluyera estos cambios. En los años cincuenta y sesenta escribió muchos artículos acerca de la relación entre la poesía y su contexto histórico-social. El tema de la poesía saje con frecuencia a la superficie de los propios versos de Hierro en los que hay evidencia de la necesidad constante de explorar el papel del poeta no sólo dentro del mismo poema, sino también dentro de la sociedad. Como han apuntado con frecuencia los críticos y el mismo poeta, Hierro divíde su" obra en dos categorías: el reportaje o poesía testimonial y la alucinación (2). Tras estudiar otros aspectos de su poesia en extenso me parece que la visión poética de Hierro es, básicamente, la misma en ambas formas. De hecho esas dos formas se mezclan en su última obra, libro de las alucinaciones, publicado en 1964. Por tanto, no resulta sorprendente el encontrar que introduce el tema de la poesía en ambas categorías. Dado que Hierro expresa la mayor parte de su poética por medio de un lenguaje metafórico tanto en prosa como en verso, he escogido concentrarme en cuatro imágenes que parecen incorporar sus conceptos más importantes: tierra,. viento, fuego yagua. Estas palabras se convierten en símbolos de ciertas ideas relacionadas de forma directa con la poética de Hierro. La primera imagen -la de la tierra o piedra- representa el espacio y la realidad flsica. Simboliza sí/encio, soledad, falta de comunicación y, a veces, muerte. La necesidad de comunicación es una de las constantes más obvias del versa de Hierro. En ~Mundo de piedra:. del libro de las alucinaciones el intento simbólico del poeta de comunicarse se hace patente: Se asomó a aquellas aguas de piedra. Se vio inmovilizado, hecho piedra. La piedra no sonaba. Nunca más sonaría. No podría si'quiera recordar los caminos. Se asomó al borde mudo de aquel mundo de piedra. Movió sus manos y gritó su espanto y aquel sueño de piedra no palpitó. la voz no resonó en aquel relámpago de piedra. El prodigio debía realizarse. la vida estaría ahora, libertaría seres, aguas, nubes de piedra. Esperó como un árbol en primavera,..tt:omo un corazón su amor. Allí sigue esperando. Aquí la estructura onírica del poema explica la evidente exageración de la anécdota y muestra su perspectiva unificadora, esto es: el deseo intenso del poeta de contacto humano y su creencia de que la falta de tal contacto equivale a la muerte, a la qUietud. Su conclusión, un tanto críptica, ~AlJi sigue esperando» crea una sensación de optimismo futil. El optimismo se asocia con un' «él:. indefinido que es el sujeto del poema. La futilidad pertenece al narrador. La piedra es una imagen particularmente apropiada para la pre~ sentación de estas dos ideas. El contexto de este poema nos hace pensar en la mítica Medusa, que convertía a todos los que la mira~ ban.~ piedra. Al mismo tiempo el hecho de que la piedra es parte de la tierra y del orden natural del universo parece proporcionarnos un principio estructural subyacente que permite al hablante afrontar su experiencia caótica con optimismo. Esta imagen aparece con frecuencia en el verso de Hierro, pero en ningún sitio tan a menudo como en la colección Con las piedras, con el viento, publicada en 1953. En el poema que le da título el hablante dice: Con las pi'edras, con el viento hablo de mi reino. El viento no escucha. No escuchan las piedras, pero hay que hablar, comunicar, con las piedras, con el viento. La frase «con las piedras, con el viento~ procede de Lope: ~ ... que un amante suele hablar con las piedras, con el viento ... » La yuxtaposición de la piedra, sólida y silenciosa, con el viento, sonoro, intangible, expansiona los límites metafóricos de la visi6n poética (1) Véase: 1) José Luis Cano: aPoesía española contemporánea: las generaciones de posguerra~ (Madrid: Guadarrama, 1974); 2) José Ollvlo Jiménez: ~Clnco poetas del tiempó~, segunda edición (Madrid: Insula, 1972); 3) Douglass Marcel Rogers: aA Study of the Poetry of José Hierro as a Representatlve Fusion of Major Trends of contemporary Spanish PoetryD (Dissertation, University of Wisconsln, 1964), Y 4) Concha zardoya: aPoesía española del siglo XXD {Madrid: Gredos, 1974}. (2) aCuanto sé de mí_, pág. 125, 11. 1-8. Todos los versos citados en el texto vienen de esta edición. Bonnie M. BROWN de Hierro. Subraya la soledad del hablante y su determinación de superarla. El viento llega a representar el pasado: la infancia de Hierro, la Guerra Civil, sus años de cárcel, amores y amistades ahora muertos junto con el contexto histórico a que pertenecen estos recuerdos. En el último poema del libro de las alucinaciones, «Cae el sol», el viento es imagen central: Perdóname. No volverá a ocurrir Ahora quisiera meditar, recogerme, olvidar: ser hoja de olvido y soledad. Hubiera sido necesario el viento que esparce las escamas del otoño con rumor y color. Hubiera sido necesario el viento. En este poema la puesta del sol simboliza la decisión de Hierro de abandonar la escritura de poesía (o al menos la decisión ·de dejar de publicarla). Su deseo de ser una hoia de olvido y soledad sIrve indirectamente para reforzar las imágenes. de piedra y vIento. Las afirmaciones hipotéticas de ~hubiera ... :. sugieren que ha agotado todos los recuerdos e incertidumbres que habían formado el núcleo central de mucha de su poesla anterior. Ya no hay viento que le impulse a escribir. La referencia a las escamas del otoño señala su propia madurez e implícitamente la resolución de anteriores conflictos pSicológícos con_ cernientes a la Guerra Civil y su encarcelamiento. La imagen de la puesta de sol alude al tercer elemento de la metapoesía de Hierro que deseo discutir ahora. El fuego, y la madera que lo alimenta, representan la inspiración poétíca. Las llamas simbolizan la violenta intensidad de sus esfuerzos por comunicarse a través de la poesía. Mientras el sol se pone, ese fuego se aparta del horizonte del poeta y la necesidad de escribir poesía disminuye. «Ejemplo:», un poema de Quinta del 42, nos da otra muestra del uso del fuego para aludir a la inspíración poética. Acuérdate que tenías voz de fuego No ·eras árbol que se arranca, junco que desmaya, eco de una voz desconocida: eras voz de fuego. Tú mismo eras fuego. la muerte no remataba nada: desataba el viento. y ·qué mejor camaradas que el viento y el fuego. y por qué llorar, "Iorarte La metapoesía de José Hierro de los limites del tiempo y del espacia. La actitud de Hierro para con el arte poético es evidente en las cualidades metafóricas y abstractas de «Epitafio para la tumba de un poeta~, de Quinta del 42: Toqué la creación con mi frente. Sentí la creación en mi alma. Las olas me llamaron a lo hondo. y luego se cerraron las aguas. E/ poema se refiere simultáneamente al proceso poético y a la participaCión del hom- Un instante vacío de acción puede poblarse solamente de nostalgia o de vino. Hay quien lo Hena de palabras vivas, de poesfa (aCCión de 'espectros, vino con remordimiento). Cuando la vida se detiene, se escribe lo pasado o lo imposible para que los demás vivan aquello que ya vivió (o que no vivió) el poeta. El que no puede dar vino, nostalgia a los demás: sólo palabr.as. Si les pudiese dar acción ... la poesía 'es como el viento, o como el fuego, o como el mar: da apariencia de vida a lo inmóvil, a Jo paralizado. y el leño que arde, las conchas 'que las olas traen o llevan, el papel que arrebata el viento, desteHan una vida momentánea entre dos inmovilidades. José Hierro bre en el ciclo eterno de la vida y la muerte. A ,menudo Hierro describe los poemas como creaciones fuera del tiempo. El mar representa esta cualidad universal, eterna. en su versa. .Alucinación submarina:. es un ejemplo soberbio de poema en que el mar se convierte en metáfora extendida del mundo de la ex~ presión poética. El hablante, en primera persona, describe un mundo fantástico subma~ rino en el que se encuentra cautivo. En la primera estrofa establece una distancia entre el receptor de este mensaje y el emisor: por los muertos, en tus muertos, si ellos ·eran viento loco. y tú eras el fuego, voz de fuego. Tal vez os cueste comprenderlo. Yo mismo, en este mármol verde de oleaje glacial, no lo comprendo bien del todo. Quizá nadie jamás reciba este mensaje. 0, cuando lo reciba, no sepa interpretarlo ... Tu destino e~a incendiar el leño reseco. Pero no ,hay leño sin hacha, Voz de fuego, entiéndelo, Voz de fuego. Muchos aficionados a la poesía pueden haberse encontrado en alguna ocasión con una reacción parecida al tratar de desentrañar sus misterios. Muchos tienen la impresión de que es una lengua extranjera, demasiado críptica y encerrada dentro de si misma para poder explicarse por medio de procesos racionales. Este prejuiCiO es la imagen que refleja el expresado por el hablante de este poema. Su mundo fantástico está poblado de sirenas cuyas canciones hipnotizan a los marineros que pasan, jóvenes que hacen burla de la nostalgia de los hombres y mujeres maduras que suspiran por el pasado. El poema es una alegoria compleja cuyos temas principales incluyen el tiempo. la muerte y la comunicación entre personas. La nostalgia del hablante, su temor· de la muerte y su amarga frustración ante los intentos inútiles de /legar a los otros son claramente evidentes: Una vez más encontramos la conjunción de viento y fuego como elementos metafóricos de expresión poética. La imagen ~voz de fuego:. intensifica el sentimiento de compromiso con su tiempo y espacio, la intención de reconocer estos límites temporales y espaciales en su arte. Su concepción de la poesía testimonial, a menudo discutida de forma más directa en la prosa, explica la elección de la imagineria y refuerza la visión metafórica de viento y fuego. En un poema posterior de Cuanto sé de mí, vuelve al mismo modelo de imágenes: El hombre es llama, encendido cántico, y al tiempo, leña olorosa, pasto rico para el fuego 'que alimenta el pecho de su abismo. Incluso en la obra testimonial de Hierro la visión de la poesia como expresión creativa, como fantasía, aparece claramente. Al explicar este esfuerzo por estructurar sus ideas en formas tan originales como la alucinación, el hablante de uno de sus poémas anteriores dice: Unas veces el hombre ,canta cosas por engañarse, en las que no crera, y su cantar es fantasía en la que alternan fuegos, oros, rosas. Hierro realiza un intento consistente de presentar los detalles de la realidad cotidiana en términos universales y ,de este modo llegar a proyectarse más allá de las murallas de su propia soledad. El escribir poesía le ca-o pacita tanto para crear como para comunicar ideas importantes. La imagen que simboliza mejor la visión de Hierro de la poesía es el agua y, más espe~ cífícamente, el mar. Representa aquellos elementos de vida eterna que existen más allá mación del poeta en ~teoría~ (otro poema de la misma coleCCión) de que la poeSía da la apariencia de vida a lo que está inmóvil y paralizado. Parece apropiado que el único poema titulado especificamente «Teoria» apareciera en la última colección de Hierro. En él nos en~ contramos con un esbozo final de la imaginería y de los conceptos poéticos. En un ensayo titulado <l:Poesía y poética:. publicado en Arbor en 1953, Hierro observa: •... de una verdad difusa nace la poesía. De la poesía la teoría:.. Las teorías de Hierro parecen haber surgido de su propio verSO, cambiante con el paso del tiempo: Si entendieseis por qué viví. .. Si sospechaseis cómo quise ser descifrado, contagiar, vaciarme, a través de unas pálidas [palabras que daba vida el son más que el sentido ... y cuando imaginaba que moriría, que enmude[cería, yo trataba de herir papeles Gon palabras, poner allí palabras muertas, sin son y sin [calor. Era lo mismo que arrojar al mar una botella. Quién sabe si el mensaje se perdería en alta [mar, se estrellaría contra los peñascos, llegaría a una costa lejana, donde se hablaban [otras lenguas ... El mar vIene a representar un mundo fuera del tiempo convencional o «real» mientras que la tierra firme se asocia con la juventud del poeta que él describe como ~un diamante en medio del camino~. La visión del hablante de si mismo y su mundo es amarga y triste. Rechaza,la premisa que ha sido una constante del verso anterior de Hierro, que el poeta debería integrar arte y realidad. La descripción del mar como «verde mármol de oleaje glacial:. recuerda la afir~ Pero Jos que están vivos, los henchidos de acción, los palpitantes de nostalgia o vino, esos ... felices, bienaventurados, porque no necesitan las palabras, como el caballo corre, aunque no sople [el viento, y vuela ,la gaviota, aunq.ue esté seco fel mar. y el hombre llora, y canta, proyecta y edifica, aun sin el fuego. El hablante de «Teoria~ crea una dicotomia temática entre lo temporal y lo eterno a través de contrastes metafóricos. Las estrofas primera, segunda y quinta forman el trasfondo anecdótico del poema mientras que las estrofas tercera y cuarta constituyen su núcleo. En las dos últimas el hablante compara la poesía con el viento, el fuego y el mar por medio de similes con base en fenómenos naturales. Son éstas las mismas imágenes que han aparecido a lo largo de su metapoesia. La declaración «da apariencia de vida a lo inmóvil. a lo paralizado» proporciona' un nexo entre las tres imágenes y la concepción de la poesía que el hablante ha definido parentéticamente en la primera estrofa como «(acción de espectros, vino con remordi~ miento)~. La implicación de que la poesía existe fuera del tiempo, de que es un mundo estático habitado por criaturas fantásticas, nos hace pensar específicamente en las alucinaciones de Hierro. La frase «vino con remordi~ miento:. nos trae a la memoria el concepto histórico tan manifiesto en mucho de su verso testimonial. Las imágenes de tierra, viento, fuego yagua representan los cuatro elementos esenciales de la existencia. Cuando se usan para caracterizar la poesia metafóricamente, sugieren una comparación entre vida y poesía como conceptos abstractos, entre acción y reflexión como procesos de entendímiento, entre hombre y poeta como elemento de la existencia. E! proceso deductivo -que va de lo específico a lo general- caracteriza el verso de Hierro, como vemos en su ensayo «Poesía pura, poesia práctica~ publicado en 1957: Confieso mi incapaCidad para comprender una ·definición por evidente 'que sea, si no viene apoyada en un ejemplo. los ejemplos son a la definición lo que el delito a la ley (3). Mucha de la poesía de posguerra se centra en el intento del hombre de dar sentido a un entorno aparentemente hostil y caótico. En una entrevista de 1974 Hierro describió su propio proceso poético como. un movimiento del caos al orden (4). En una lectura aislada de cualquiera de los poemas que hemos discutido aquí, la relación entre la visión de Hierro de la vocación del poeta y las imágenes de tierra, viento, fuego yagua no tendrían por qué resultar evidentes. Sin embargo, cuando se los considera conjuntamente y en unión de los otros poemas, aparece un claro mode/o en el que los cuatro elementos funda~ mentales de la existencia física dan cuerpo y evocan una visión ordenada de la poética. (3) José Hierro: uPoesía pura, poesía prácticaD, uln· sula", 132 (noviembre 1951), pág. 1. (4) Rosa Marra Pereda: ~ConverSElclón con José HIerro; 'Cuanto sé de mi' y el realismo desentrañado», ulnformacionesD, 26 diciembre 1974, n. p.