Subido por Jose Gorrochategui

EGREGORA Michael Seguret

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EGREGORA:
Por Michèl Séguret.
Últimamente le ha acontecido de sentirse feliz en un lugar cualquiera aparentemente a la
voluntad, sin razón aparente?
En la floresta poblada de claros- oscuros centellantes, sentido como el conde de Gabalis, el roce
sutil de los Gnomos, de los Silfos, de las Salamandras, huéspedes espirituales de esos sitios?
Después de una confortable reunión, usted sale satisfecho , sintiéndose en unión con todos?
Cuanto a mí, recuerdo de un concierto de danzas caucásicas donde la sala estera se encontraba
unida como un solos ser. Recuerdo un solo extraordinario de Heifetz en el silencio religioso de
500 respiraciones suspendidas en el sonido cristalino de un violín, silencio que permanece por
algunos segundos después de la última nota del virtuoso, antes de la explosión de aclamaciones.
Por otro lado acontece al igual que ustedes, al sentirme oprimido al pisar en los restos de los
campos de concentración, en los campos de batalla de Orador-sur-Glane?
Dicen que la sangre de los mártires de todas la ideologías claman a los cielos. Su dolor y en la
imagen de los accidentes impregnan los cruces donde se produjeron. En el metro parisino que
transporta tantos espíritus heteróclitos ( o raros) y liberan una infinita tristeza, cuántos tienen
el corazón acelerado por la atmósfera que en aquel lugar impera y por la atmósfera que en aquel
lugar impera y por morbosidad de los viajantes que se nos acercan; privados también de la
“Burbuja de Aire” necesaria para el bienestar de nuestra aura, asfixiándola.
Esos estados del Espíritu pueden venir de nuestra percepción de la egrégora del lugar.
Qué es una Egrégora? Alos que se reúnen, a los seres que forman por su voluntad un ser
colectivo nuevo llamado egrégora.
“La Voix Solaire” en su número de marzo de 1961, nos daba el siguiente significado: “egrégora,
reunión de entidades terrestres y supra- terrestres constituyendo una unidad jerarquizada,
movida por una fuerte idea.
Esta palabra podría originarse en el griego “egregore”, que significa “velar” (ocultar).
En el libro de Enoch está escrito que los Ángeles que tenían jurado velar sobre el Monte
Hermon se exaltaban por las filas de hombres, ligándose por las mutuas execraciones
(maldiciones).
Papus en su tratado elemental de las ciencias ocultas, introduce una nueva noción. Las
egrégoras son imágenes astrales generadas por una colectividad (pag. 561).
En La Vía Iniciática, Serge Marcotoune, constata que las energías nerviosas se manifiestan por
rayos del plano astral: el astral está hecho demiriadas centellantes, flechas de los colores de las
fuerzas ideales. Sabemos cada pensamiento, cada intención en la que se muestra un elemento
pasional de deseo, se trasmite en idea-movimiento dinámica, completamente separada del ser que
la forma y la envía, pero siguiendo siempre las direcciones dadas. Las fuerzas-ideas son los
elementos del plano astral; ellos siguen su curva trazada por el deseo de remitirse (pag. 195) y
por eso que presionamos controlar nuestros deseos a fin de que ellos no pasen sobre nosotros,
correteándonos, imprimiendo a nuestra aura colores diferentes. La meditación, la súplica
(oración) del iniciado, regenerándolo, permitiéndole emitir ideas sabias y tranquilizantes. En el
astral , los espíritus directores, los espíritus guías canalizan las fuerzas-ideas para zonas
determinadas.
En La Clave de la Magia Negra, Stanislas de Guaita analiza la historia de la conversión,
desenmascarado a las entidades homicidas colectivas y a los actos sangrientos transcurridos
(pag.324). Del vestuario del Mundo Astral las cosas semejantes se aglutinan para crear un
colectivo, gracias a sus vibraciones idénticas. La egrégora, existencia astral, posee su centro y su
eje en ese plano y busca un punto de apoyo terrestre para asegurarse de las formas estables.
El iniciado se aproxima así a los seres superiores y elevados. En el astral nacen los gérmenes de
las grandes asociaciones, de las grandes amistades, de las protecciones. En la constante
modificación, en la evolución en las formas de las egrégoras saludables, en la mayor parte del
tiempo, efímeras.
Las egrégoras no poseen punto de apoyo. Ellas pueden obstruir nuestro camino o ser utilizadas
por un operador.
Marcotoune escribe: “Las egrégoras que podemos considerar como rápidas forman una clase
aparte. Son las egrégoras de la cadena iniciática de las grandes religiones. Ellas sirven a la obra
sacrificial de la expiación de el Hijo de Dios para salvar a la humanidad. Son dirigidas
directamente por los seres reintegrados y por la voluntad Divina. Situadas en la cumbre del
plano astral, perdiéndose en función con los planos espirituales y divinos (pag. 206) ellos
realizan el destino cósmico de todo el universo.
Los Antiguos…
Basta que el mundo invisible sea un poderoso auxiliar para los seres humanos, para
convencerlos de leer los textos antiguos.
Si los hombres crearon mitos, fue porque se vieron confrontados con fuerzas inmensas,
incomprensibles, disimuladas en las profundidades ocultas de la naturaleza. Sabían que
cotidianamente eran cruzados combates en la tierra y en el cielo, Zeus lucha contra los Titanes.
Rama combate a los demonios gigantescos del Ramayana, Krishna ayuda en sus embates con la
vida, y los ejércitos venidos de los invisible son confrontados con los del manifiesto. En el
Reglamento de la Guerra, los esenios vencen el mundo angélico entero empeñado en una batalla
terrestre. En China el culto de los ancestros establecía, un equilibrio entre la tierra y el cielo por
medio de la Egrégora familiar astral. Papus cita a Ovidio en el Tratado Elemental de las
Ciencias Ocultas: “Cuatro cosas deben ser consideradas en el hombre: los nombres, la carne, el
espíritu y la sombra. Esas cuatro cosas son colocadas cada una en su lugar: la tierra cubre la
carne; la sombra flota alrededor de la tumba, los nombre están en el infierno y el Espíritu va
para el cielo (pag. 404). Los egipcios pensaban que no solo en ser humano posee un doble (Kha),
pero también todos los animales y todas las cosas en que la vida se hace sentir; las cualidades,
las provincias, las naciones. Henri Duville, lo observa en “La Ciencia Secreta”.
Y nosotros…estamos convencidos como Beaudelaire que:
“La naturaleza es un templo donde vivientes pilares dejan a veces escapar confusas palabras, el
hombre en ella pasa a través de la foresta de símbolos que lo observan como miradas
familiares…”
Somos convidados con insistencia a descifrar lo que está oculto (ocultismo), lo que está fuera de
las cosas (esoterismo), a profundizar lo que nos espanta porque, dice Aristóteles, “de el espanto
viene la sabiduría…”
La noción de Egrégora, libera de los grilletes religiosos. La verdad somete al amor y al bien, y la
verdad somete nuestra acción y nuestro corazón nos conducirá a la familia espiritual que nos
corrsponde, según la densidad de nuestro espíritu.
Como Swedwnborg, viajaremos en grupos unidos, siendo enseñados por los diversos grupos de
Ángeles que forman sociedades, a parte, ellos mensajeros reagrupados en un gran cuerpo porque,
dice él, “el cielo es un gran hombre”. Pablo en la epístola de los Romanos 12 y en 1 de Corintios,
12, escribe: “Formamos un único cuerpo con el Mesías…” “Si, el cuerpo es uno, pero hay varios
miembros y toso los miembros del cuerpo, que son numerosos, forman un único cuerpo”.
Tal en la comunión de los Santos. Jesús dice: “Donde dos o tres estuvieren reunidos en mi
nombre, estaré entre ellos”.
En el Apocalipsis, Juan hizo a los Ángeles responsables para que intervinieran por las naciones,
porque somos responsables por los errores colectivos cometidos. Ninguno puede lavar las manos,
como hizo Pilatos: guerras, hombres, masacres disminuyen nuestra libertad, porque
participamos de la egrégora de la tierra; de la misma forma que los genes de nuestra herencia
marcan la historia de nuestro cuerpo. Según la Biblia, ciudades enteras forman puniciones por
causa de su egrégora envenenada.
Phaneg escribió: “Todo colectivo constituye en verdad una familia espiritual y tiene su jefe. Es
en este jefe que el Espíritu actúa…” compréndase, en esa orden de ideas, que jamás se debe
responder al odio como odio, porque entonces estás dos egrégoras sallarían una alianza estrecha
para nuestro mayor daño. Debemos estar convencidos que ninguna de nuestras aspiraciones
para el bien se pierde y que nuestra vida debe producir ideas-fuerza poderosas. Es lo sagrado de
la oración de los “débiles”. Si utilizáramos una cadena de unión es para realizar lo visible a lo
invisible en un campo magnético cerrando donde las fuerzas perpendiculares se proyectarán.
Ella es al mismo tiempo creadora y receptora; escudo protector y receptor de influencias astrales
y espirituales. Las egrégoras son dinamisaciones de las auras en un objetivo preciso.
Todo el esfuerzo de la vida iniciática tiene por meta utilizar , de la mejor manera posible,
nuestra vida, nuestros ímpetus, nuestro amor, para equilibrarlos y hacer de ellos una base sólida
en un esfuerzo de continuidad y ascenso.
“Metamorfoseémonos por la mutación de nuestros pensamientos”es la invitación de Pablo en la
Epístola de los Romanos.
“Metamorfoseémonos por la mutación de nuestro corazón, es la vía cardiaca martinista.”
Este material fue publicado originalmente en L´initiantion en el No. 4 de 1983.
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