Diego Rivera: ”Autorretrato”, 1941. • • • • • • “¿Qué clase de justicia muestra la autoridad cuando asesina al asesino? ¿Cuándo mete a prisión al ladrón? ¿Cuándo invade a un país vecino y asesina a su gente? ¿Qué opina la justicia de la autoridad bajo la cual un asesino castiga al que mata o un ladrón castiga al que roba?” -Jalil Gibrán- Introducción. La complejidad en la comprensión de la justicia como concepto resulta un obstáculo de dimensiones casi insuperables, aun para las más grandes mentes que a lo largo de la historia se nos ha presentado; y que, a pesar de la influencia que muchas de ellas ha ejercido para la conformación de la sociedad que hoy conocemos, tal es el caso de Aristóteles cuyo que hacer filosófico representó el principal influjo para la visión occidental incluso hasta nuestros días. Tal es así, que ni el mismo estagirita fue capaz de trabajar un concepto de la justicia inquebrantable, que si bien es cierto, ha sido fundamento y base para que filósofos posteriores consolidaran sus propuestas, también es verdad que no es una idea que puede aplicarse y entenderse de manera rigurosa. El Poder por su parte, resulta una idea que suele percibirse de una manera seria y fuerte, para algunos está rodeada de un aura de maldad; lo cierto, es que a pesar de su extenso trayecto, hay algunos elementos comunes en las definiciones que a lo largo del tiempo se han vertido al respecto, como lo es la relación entre sujetos, y la dominación, pero hemos de ser conscientes que para lograr el ejercicio de poder se requiere tener una cualidad externa y específica, misma que servirá de base para que la acción del poder resulte efectiva. Death Note, es una serie de anime japonés que presente la historia de Light Yagami, un joven apunto de ingresar a la universidad que es reconocido por grandes habilidades intelectuales y académicas, las cuales le han brindado el carácter indiscutible inteligente y por tanto confiable; sin embargo, una tarde de escuela encuentra una libreta de color negro que lleva por título “Death Note”, la cual, confiere a su portador la habilidad de privar de la vida a quien desee, siempre y cuando sea anotado el nombre de tal o cual persona y que esto coincida con el rostro de la víctima, quien morirá de un infarto, o bien que sean especificadas los pormenores de su deceso en la libreta. Al poseer dicho artículo, nuestro personaje comprueba su funcionalidad, por lo que decide iniciar una campaña para el castigo (fuera de la ley) de aquellas personas que han cometido algún ilícito, con la finalidad de ser adorado como Dios por cada individuo del planeta. Existe un vínculo entre las ideas expuestas por Hans Kelsen sobre la justicia; de Michel Foucault en torno al poder y el desarrollo de las acciones de Light Yagami y su alter ego Kira, como castigadores desde una visión particular de la justicia y un ejercicio del poder, que se busca exponer a lo largo del presente trabajo. Justicia. El filósofo y jurista austriaco realizó un análisis del concepto de la justicia, y pese a que concluye la imposibilidad de concretar una definición universal, si es posible tomar su perspectiva para realizar un observación de al menos una situación concreta que nos permita comprenderla. En primer término, Kelsen expone a la justicia como el problema de la solución de conflictos de intereses o valores, y señala que, de todas las representaciones o significados que pueda tener la justicia, esta es una cualidad que va a permitir a los individuos lograr su felicidad, Sin embargo, también nos hace la precisión que esa felicidad debe verse desde una óptica que abarque al grupo social en su conjunto, es decir que la felicidad no puede darse en lo individual toda vez que al centrar en este plano la posibilidad de lograrla, necesariamente se ha de presentar el conflicto entre individuos, donde la felicidad de uno no siempre será compatible con la felicidad del otro. Dentro de la serie de televisión, Light Yagami, quien encuentra y se hace poseedor de la Death note, toma la decisión de ejercer el castigo de la criminalidad, desde luego, haciéndolo fuera de cualquier marco normativo, motivando su actuar en la visión de justicia que este mismo personaje presenta. Light argumenta que el planeta se encuentra en una condición de podredumbre, por lo que resulta menester realizar una limpieza para retirar del mundo toda la maldad que existe; en este sentido, destaca Light que, para lograr tal meta, y alcanzar la existencia de un mundo basado en la justicia. El móvil de Light hace un claro contraste con las exposiciones vertidas por Kelsen en su obra, pues en primer término Yagami manifiesta una visión de la justicia que aterriza al plano individual; es decir, pretende la imposición de un ideal de justicia como forma de justificación de un deseo egoísta y egocéntrico donde se ve a sí mismo como dirigente, pero de una manera que está fuera de los límites de la política y desde luego del derecho, sino en el terreno de la divinidad, en este tenor de ideas no podemos pasar por alto que la preeminencia de la unilateralidad en la forma de ver la justicia, no es posible empatar con la simple idea de la justicia y por tanto se ve mermada la concepción de la felicidad y la libertad que vienen aparejadas al concepto primero, particularmente la libertad no puede darse bajo la existencia de una voluntad suprema ante la cual todo lo demás esté supeditado, aun si las acciones de dicha voluntad se encontraren envueltas en la sombra de un beneficio común, así señala Kelsen que el concepto de libertad debe tener por acatada la idea y la relevancia respectiva que adquiere la concepción de un gobierno (en especial uno legitimado por la voluntad popular y cuya génesis se encuentre en el marco del derecho), por tanto, desde un inicio el proyecto ideado por Yagami, de terminar con la vida de criminales (independientemente del ilícito cometido) y que esto a su vez será progresivo hacia una forma control y coacción a la libertad, se aleja de manera decisiva e incluso excluyente de la justicia. 2 Ibid., p. 15. En un segundo momento de la serie aparece “L”, personaje que goza de la consideración de ostentarse como el investigador más famoso y con mejor reputación del planeta, a partir de que gracias a sus habilidades lógico-deductivas en intelectuales logró descifrar la comisión de delitos con un grado de complejidad elevada y que para las autoridades había sido casi imposible desentrañar. Es así que L comienza de manera intensiva el desarrollo de trabajos orientados hacia el descubrimiento de la identidad de Kira, el alter ego de Light Yagami, bajo el cual está cometiendo los homicidios con su libreta, enfrascándose en un enfrentamiento en el cual su vida se encuentra en peligro y cuya única herramienta es la razón, es entonces que inicia este “duelo” de inteligencias donde cada uno de los personajes hará gala de sus habilidades lógicas; sin embargo, hay un elemento en común con dichos personajes y sus móviles, ambos actúan bajo la premisa de una percepción unilateral, lo cual se ve reflejado en la máxima: “yo soy la justicia”, lo cual, ya en un primer momento es posible refutarle desde los planteamientos kelsenianos acerca de la justicia y la subjetividad; sin embargo, es de destacar que cada individuo busca un justificación para la manera en que actúa, y que esta a su vez emana de la capacidad de raciocinio que presenta cada cual, en este sentido podemos plantear un pregunta importante, ¿Es justificable el actuar de Kira como el de L? Por un lado, el primero priva de la vida a personas que desde su perspectiva merecen padecer dicho mal, por ser delincuentes; por otra parte L busca desentrañar la verdad en torno a Kira, sin embargo, L actúa de cierta forma fuera del marco legal, pues no se somete a los protocolos a seguir por la autoridad, sino que ocurre a la inversa, son los cuerpos policiaco los que se apegan al régimen de trabajo del investigador. En el caso de Kira, como señala Kelsen, “los medios no justifican el fin”, al buscar dar justificación a conducta humana alguna, y que esta funja como el medio para lograr tal objeto, de manera indubitable se hará presente la problemática que gira en torno a la justificación de ello4 , es decir, que aun y a pesar de contar con un artículo divino destinado a la muerte, no basta para que Yagami dé validez a su praxis, la forma en que percibimos esta cuestión exige que el fin deba ser plenamente justificado, de manera absoluta, es así que no es suficiente simplemente dar justificación, sabemos que no se está actuando bien, y no está en apego al valor, en este caso de la justicia5. 3 Ibid., pp. 30-31. Poder. Conforme avanza la historia, Kira va teniendo poco a poco éxito en su empresa, adquiere seguidores y va haciéndose de una posición incluso supra estatal que le permite seguir actuando, sin embargo, gracias a este nuevo estatus que ha adquirido así como al número de seguidores, pese a que permanece oculto, no le impide comenzara imponer una especie de régimen, a tomar ciertos grados de poder y es clara la intención de generar una sociedad bajo ciertas directrices, las cuales poseen ciertas fisonomías peculiares de la sociedad moderna, se presenta una vigilancia continua, hay control, castigo y recompensa, todo el método de formación y transformación basado precisamente en los tres aspectos fundamentales: vigilancia, control y corrección, es decir que haciendo uso de la capacidad de muerte que posee, Kira comienza a crear una sociedad que desde sus inicios presenta los rasgos que Foucault señala en su obra, rasgos del panoptismo y la vigilancia que se ejerce sobre cada individuo haciendo uso del fanantismo social sobre la figura de Kira como castigador y que funge como herramienta de control, toda vez que la misma ciudadanía (que de paso cabe decir, pierde tal carácter, pues al cortarse la libertad y normalizarse dicha condición muere el status de ciudadano) le ayuda como organismo de vigilancia, es así como se construye una forma de vigilar, la cual hace posible que con una sola mirada sea posible realizar la observación del mayor número de individuos, que en última instancia representa un mayor número de celdas. En este sentido, es que cada institución, escuela, hospital, y máxime las prisiones se integran como las estructuras de vigilancia expuestas por Foucault, y que busca fijar a cada individuo, esto en virtud que el mismo se convierta en un agente funcional para el grupo social, toda vez que bajo la amenaza del castigo privativo de la vida pueda recaer, cada cual se abstendrá bajo el temor de la mira de Kira. 4Ibid.p. 33 33 6M. Foucault, La verdad y las formas jurídicas. p. 107. 7Ibid.p. 110 5Ibid.p. Bajo lo comentado, se pone de manifiesto en forma clara la máxima foucaultiana de que el poder no es algo que sea susceptible de poseer, sino que por el contrario se ejerce, en este sentido, Kira ejerce el poder sobre la sociedad en su contexto, principalmente, lo hace fuera del marco normativo, es decir que Light Yagami se construye como una entidad supra legal que, además es subjetivamente aceptada por cierto grupo de la sociedad que aprueba sus mecanismos y acciones para “liberar al mundo de la podredumbre”, en ello las reglas que se imponen a través de la dimensión de lo jurídico y que deben imponer límites al poder, además surge una especia de verdad que impuesta por la visión de Kira que produce, transmite y reproduce el poder de este personaje. Justicia y poder, dos conceptos tan complejos y que han sido analizados a través de los siglos, ideas fundamentales para la comprensión de la sociedad moderna, pues a través de ellos es que se explica y se entiende de cierta manera, la forma e que funcionan las relaciones de la sociedad en que vivimos, es ahí donde entra la serie Death note, que nos muestra la imposición una visión unilateral de la justicia y como ello conlleva de manera natural el ejercicio del poder. Bibliografía: FOUCAULT, Michel, La verdad y las formas jurídicas, Ed. La piqueta. FOUCAUTL, Michel, Microfísica del Poder, Barcelona, Ed. Gedisa, 1996. KELSEN, Hans, ¿Qué es la justicia?, México , Ed. Fontamara, 2012. Ibid., p. 139. Abrir los ojos a la ruda tarea de vivir, no es faena fácil por más que luches para lograrlo, hay más de un motivo que te invita a claudicar para no complicar con dificultades tu existir. Hay más de una razón que hace que la vida triste sea y sobran motivos para suspender el avanzar. Quizá quien te rodea no te conmine a sonreír a la vida valorar o a la felicidad buscar. No es posible pensar que, estando vivo, se te acaben las ganas de luchar, no puede ser que, en el diccionario de tu vida, le des espacio a la palabra claudicar. Sí, quizá el cielo amanezca nublado algunos días, y algunas noches las estrellas no estarán, algunas veces por tu camino habrá cientos de piedras o en la escalera de tu vida un peldaño no estará. ¿Y si comienzas por poner en la balanza, todas las bendiciones recibidas? Si le das la oportunidad a la alegría y revisas los sueños que has logrado ya. Si vuelves la mirada al cielo gris y percibes el paisaje y sin reservas, veras que hay más colores que te incitan a poder aprender de la tristeza, que las penas y temores que enfrentaste le dieron vida a los sueños que lograste cuando la vida te obligaba a responder. Es el momento de salir del conformismo, Acepta que eres grande y siempre puedes de vencer los temores que te impiden lograr tu sueños, luchar con gran valor. a levantar las alas y seguir. Y cuando llegas a tu meta, piensa y ríe Vuelve la vista hacia el presente y al futuro de los recelos que venciste al pasar, hay tantas cosas que te quedan por hacer, al dejar de ser nada o nadie escucha tu corazón que siente y vibra, y convertirte en gente de verdad. que sufre, teme, pero ama sin cesar. La vida es un lucha, cada día, Enamórate de tus sueños, fija metas. es la más ruda tarea por cumplir. busca caminos que te ayuden a llegar. más no hay un imposible para aquellos En tu interior está la fuerza que te impulsa que con seguridad piensan seguir. tu mirada busca el sendero a continuar, Llora, cuando te sientas abatido, en tu conciencia la esperanza que reclama ríe cuando te sientas muy feliz, que luches, cada momento por andar. y entonces en la balanza considera No te canses de vivir en esta vida, lo que en verdad te ha hecho persistir. aun cuando no es fácil subsistir. Hoy es el día de pensar en el presente, Aprende de la lección que en tu existencia hoy es momento para llegar a decidir, ha hecho mella, muy a pesar de tu dolor, te quedas como estás, o vas contento reactiva tu alma, tu corazón y pensamiento a disfrutar del éxito, que está en ti. ilumina tu presente del mejor color. Cada mañana amaba el amanecer de ese hermoso lugar, Cálido clima y la brisa dejaba pequeñas gotas sobre el pasto, Amaba cada día con todas sus horas hasta que oscurecía, Por las noches el sonido de los grillos arrullaba mi agonía. “El amor todo lo puede, todo lo soporta”, Era una frase que leí en un registro civil, en una boda, Mis pensamientos sobre el amor se basaban en una sola frase, Sin saber que eran dolorosas letras que me costaba llevar tatuadas con sangre. Dos años de mágico amor teníamos. Pero siempre hay un tercero malo, decían… El primer día solo me grito, No pasa nada, porque yo lo provoque, pensaba. A la semana, me jalo del brazo y causo un moretón, No pasa nada, porque lo hizo por mi bien, creía. Al mes, me aventó por las escaleras, No pasa nada, fue por accidente. Otro día de tantos que perdí la cuenta, Me saco a la calle descalza y me dejo afuera, Quizá para todos, un tormento, para mí la felicidad de ser libre en una fantasía. Un día discutimos por algo que quizá fue una tontería, Me tomo dulcemente de la cabeza, Me dijo al oído que estaba mal lo que hacía, Y me azoto contra la pared del baño, Hasta que me desmaye y perdí la noción, Desperté en la recamara, Ya se arrepentía… Pero ese día pedía que Dios me recogiera y parar de sufrir, El tenía las manos en mi cuello, Apenas un poco de aire entraba en mis pulmones. Lagrimas salían de mis ojos, rodaban por mis mejillas, Pateaba y golpeaba, pero solo veía más furia en su cara, Miraba al techo de la habitación blanca, Y en mi pensamiento decía, Si existes llévame de tu mano, Si existes no me dejes con vida. Al fin un grito de alguien perturbo su malicia, Me quede dormida, llorando en silencio y en mis sueños, Que ni siquiera existían. Otro día más del hermoso clima, Me levanto y miro mi cara, Sangre en los ojos, Muchos regalos tenía. Ese día algo se rompió, Como quien tira un jarrón y se hace mil pedazos, Mismo que intentan reparar y se ve bien, Pero si te acercas sus fracturas miras. Vivo y me siento totalmente convencida, No le guardo rencor, de alguna manera salió de mi vida, Demostró que valgo y soy capaz, Sé que el donde vaya siempre será infeliz… y eso a mí me dibuja una sonrisa, Quizá si me dejo algo de su malicia… Podríamos comenzar este relato con una serie de meditaciones sobre la inconformidad del ser, pero aunque sabido por muchos, no aplicado por un número mayor de sujetos la intención es relatar lo acontecido esa noche en la que los planetas se alinearon en venus. -¿Qué quieres niña? -Quiero otra vida. -Cuántos años tienes -Tengo 7 -¿Porque tan pronto te enfadaste de la tuya? -No estoy enfadada, solo que el recuerdo de la anterior no me deja en paz. -Eso es serio -Claro -¿Qué puedo hacer? -¿No lo sé? -Tú dime -Yo estoy aquí por tu llamado -¿Mi llamado? - Yo no te llame -Desde luego que si - Todas las mañanas, no cesa la luz que despides. -Eso sí me enfada. -Ya te estoy entendiendo -¿Y verdaderamente estoy pasmado? -Hace muchos siglos que no miraba de frente a nadie en tus circunstancias -Pero creo que no puedo hacer nada para ayudarte. -En una milésima o millonésima de o billonésima no sé qué numero las cosas salen mal y a ti te toco el garbanzo de a libra. -¿Qué, pero porque no cortaron antes del alumbramiento?, eso según siento puede resolver esos casos -Y sientes bien. -Pero no puedo explicarte. -¿Qué voy yo a hacer con esta alma tan adolorida que habita en mí, te das cuenta, mis padres están preocupadísimos, no saben porque es mi comportamiento tal? -Y yo solo por haber nacido en el 7 del 7 y a las 7 puedo sentir y a la vez saber lo que pasa, pobres de los que no comprenden y sufren aún más con el desconcierto. -Si eres afortunada querida. -¿Y que eres? -¿O quién es esa alma que te cohabita? -No me pidas tanto. -No lo sé, te digo que solo siento. -¿Haber, haber y como sabes tanto entonces? -Es extraño, es como un empalme de emociones, pero desgarradoras a momentos, y con el paso de los años la otra vida que está presente sin decirlo me ha hecho deducirlo y entenderlo todo. -Pero dices que solo tienes 7 años, tu edad no te permite dilucidar semejante cosa. -No me preguntes como, solo sé más y mucho solo porque siento. -Eso si te lo creo estas exacerbada del sentir. -Por ello crees que eres otro. -Amigo, o amiga o lo que seas. ¿Tendré que contarte más para que me creas verdad? -¡Mira mis brazos! ¿Santo cielo, porque te hiciste eso? -No lo quería hacer, te lo juro, pero mis lágrimas no paraban, y mis emociones no me dejaban en paz, mi corazón sufría demasiado, tanto que ya solo me recuerdo en el suelo con mis padres envueltos en llanto. -Y gracias a quien sea no estoy muerta, pero explícame que hacer, mis papas se mueren junto conmigo cuando algo de esto sucede. -SÍ, entiendo, pero estas condenada, a menos que… -Dime por favor que hacer. -Debes encontrar a quien sufre y porqué, en algún momento lo tienes que saber y entonces resolver lo que quedo pendiente. -¿Y cómo puedo saber?, no me digas eso. -No creas que todo está perdido, mira tienes a tu favor el sentir en tu parte consiente, y ahora estoy pensando que no es un accidente, es mejor dicho la salvación de alguien más Que, no puede ser, que culpa tengo yo de que le paso a este ser, tan temido hoy por mí. -No, yo creo que no es culpa, sabes todos tenemos una misión, la primordial y parece ser la única en estos tiempos, es la conducción aparente de nuestra existencia, brillar, sabes, brillar solo brillar. -Creo que eso es muy difícil. ¿No? Si y en realidad siempre lo ha sido, no creas tú lo que dije antes, no obedece al tiempo es en todos los tiempos lo mismo. -Es mucha confusión, es una maquina demasiado sofisticada de la que nos hacemos cargo y cuando algunos en un momento de su vida comienzan a entender el funcionamiento, desaparecen, es posible que sea porque está resuelto su momento, y todo parece quedar sin ensamble para los que permanecen vivos, sin acabar de completarse. -Algunos seres extraordinarios, muy pocos en verdad se han tomado el tiempo de compartir e intentar ayudar a otros en su trayecto por este espacio vital, pero como tú debes darte cuenta, parece que estamos en babel, y que las palabras en ocasiones son indescifrables, como si no sirvieran los esfuerzos de aquellos porque el descubrimiento de la luz está en cada individuo, que toma poco a poco del medio la forma de lograrlo, como… tomarlo con cada respiración. -Me estás diciendo que las enseñanzas de otros o de profetas o de los iniciados o todo eso no sirven de nada. -Creo que sirve, pero no como una guía, más bien como pequeños rayitos que escapan para mostrar la dirección, en ocasiones a mayor o menor grado, pero es tan difícil que este lenguaje llegue, como si nadaras en un mar de letras donde debes cachar un mensaje, te imaginas. -¿Oye, entonces figúrate que puedo hacer yo con esto?, si ya me dices que es difícil con un espíritu por caminar, imagínate dos. -Tendrás que lidiar con ello, pero no te preocupes, cada vez se volverá más consiente el destino pasado, cada melodía que te llame, cada imagen que te intensifique ese sentir tuyo, cada trazo, cada sonido, cada aroma que tu ser consiente capte te dará la clave. -¿Y entonces qué hago? -Sentir, solo sentir, ese es tu don, aunque te duela tanto. -Eso no es un don es una maldición. -Veras que no. -Y como me libero, dime, dime por favor. -Siente, siente que necesita esa persona que te habita, que le duele, conque le confortas, que quiere hacer, que debió cumplir, a quien o que debe acudir, que debe lograr, no lo sé, solo siente y corre a hacerlo, no te detengas, el destino ya está escrito, solo debes abrir tu ser, sin renegar de tu don, y permitir que te invada el logro que se debe realizar por tu medio. -Y crees que con eso dejare de sufrir. -No -Posiblemente, sufrirás casi hasta el delirio. -Posiblemente sientas que no vas a soportar. -Pero en cuanto lo hayas logrado, en cuanto cumplas aquel plan que crees que no es tuyo. -Podrás vivir Ana. -Oye, oye no te vallas, regresa, no me dejes con esta carga, ¡oye! Ana se ha quedado absorta,¿ qué es la luz entonces, una alegoría de la felicidad?, la falla de la reencarnación que planta la voz en un principio es en realidad la superación del ser, porque el que la habita, el que no termino en su otro plano, el incompleto es la carga vital que impulsa a cometer los hechos que salven del dolor por medio de la realización propia, y es la realización del otro la propia, el servicio al otro y con ello el servicio a sí misma, la trascendencia es la luz, el que no tiene forma, ni genero esa voz es solo luz. Ana es inmensa porque ha vivido en otro y el tiempo de otro a la vez, puede ahora trascender solo si se guía por su sentir para ser libre, para vivir. Otro día más: otro callado lamento; ¿me ignorarás? Quizás sí; hace tiempo dejaste de escucharme y atenderme; olvidaste que en mi juventud abundancia te di; y creíste merecer aún más… Comenzaste a despojarme, perdí los colores vida, hurtaste de mis entrañas el líquido que mi esquema movía… La codicia te llevó a carcomer mis huesos; ¡no te importó mi lamento! Extinguiste muchas alegrías que me acompañaban… Te vi crecer y con ello, tu talento cruzar fronteras; ¡aspirar a más! Comenzaste a manipular mi temperatura a tu antojo: a veces de mis ojos llueve a tu conveniencia y otras más resecas mis labios con tu impaciencia; de vez en cuando reacciono y exploto, tiemblo, te sacudo, lloro o escondo mi llanto para que entiendas ¡que debes parar! En tu ansiada búsqueda me matas cada día; ¡rompes mi equilibrio! Tú codicia envenena mis fluidos sagrados, inventas el remedio a tus culpas y creas más llagas que sanaciones. ¡Por favor para! Me siento vieja, cansada, ¡a punto de generar una hecatombe! ¡Hay sentimientos inocentes que no merecen mi furia! Quizá tienes en conquista tierras nuevas y por eso te urge acabar con mi paciencia; ¡piensa en tus hijos!; ¡no merecen una vida árida!; ¡dales la oportunidad de un mañana! Si te marchas sabré regenerarme con la esperanza que el próximo conquistador sea más consciente; deseo la experiencia te sirva con tu nueva conquista… ¡Aún con todo te amo! Pero permíteme aclararte: no soy tu esposa sumisa; ¡soy tu madre tierra! Soy el poeta sin métrica aquel que no siguen reglas, el de las prosas baratas sus letras carecen de estética. Soy el poeta sin métrica aquel que nunca será reconocido porque según los consagrados ni siquiera puede ser digno. Soy el poeta sin métrica aquel que no alcanza seudónimo, el que escribe realidades grotescas su estilo no conoce de armonías. Soy el poeta sin métrica aquel que escribe libre como el viento espíritu rebelde que no permite críticas. El inapropiado que nadie seguía porque las mentes cerradas lo condenaron a sentirse un nihilista. Soy el poeta sin métrica aquel que aprendió a comunicarse A través de la intensidad de sus letras, ante la indiferencia y la hostilidad, ante los resentimientos que lastimaron Por ello sus poesías no tenía pinta de ser Correcta. Soy el poeta sin métrica aquel no espera ser contemplado, porque el tan solo es un revolucionario, Que lucha a través de su poética, el que no busca inspirar Tan solo dar voz a los que no pueden Hablar. Soy el poeta sin métrica el que injuria en lugar de tener rítmica, Porque ya no tiene alternativa, porque la poesía es su catarsis su necesidad de liberarse Del caos y sufrimiento que rondan su vida Soy el poeta sin métrica. A ti, que tengo la fortuna que me leas, hoy te pregunto: ¡A qué huele la vida? Seguramente si a mí me lo preguntaran, diría sin temor a equivocarme que huele a felicidad y creo que la felicidad huele a agradecimiento, al calor de nuestra casa después de un día difícil, al abrazo de mi madre a la sonrisa de mi padre, al caldito de verduras con pollo de la tía que más quieres y que te quiere, a los buñuelos de la abuela, a los largos apapachos de tus hijos; a la brisa del mar de las más recientes vacaciones, a la puesta de Sol en compañía de mis abuelos que no veía desde la pandemia; al primer sorbito de café por la mañana, al buenos días de la persona que amas; a la sonrisa del amigo que quieres tanto y es tu cómplice de vida, a los colores de la tarde, a la hojarasca del bosque que pisas al lado de tu persona especial en lo que platicas con ella de tus sueños y anhelos; a la sábana fresca cuando te acuestas y te dispones a dormir por la noche después de un día ajetreado pero productivo; a la cena con amigos para ponerse al corriente de todas las historias que no han podido platicar por la carga de trabajo de todos, pero que hoy si se pudo lograr; al mensaje de texto deseándote suerte en tu proyecto profesional; a la felicitación de tu familia añadida, después de presentar tu examen profesional de esa Maestría que tanto trabajo te costó alcanzar; a alegría de tu hija en su boda llevándola del brazo por ese camino de flores que con tanta ilusión vislumbró en sus planes a futuro; a esa llamada inesperada de tus amigas de la juventud, que organizan un almuerzo para verse y ponerse al día de tantos años de no coincidir y no tener ningún contacto presencial; a la reunión con un exalumno que hoy es un prominente médico y que revisa tu caso especial y con cariño y sabiduría te da el mejor diagnóstico y la mejor cura para sanarte. A eso y más, huele la felicidad; a múltiples cosas cotidianas que por vivir con prisa a veces no vemos o ignoramos; que se vuelven costumbre porque sabemos que ahí están; por tanto las damos por hecho; sin entender, su maravilloso olor en nuestras vidas. Así, que te invito a no dar nada por hecho, a vivir un día a la vez, a visualizar cada trayecto de tu camino y a detenerte a pensar de vez en cuando: ¿A qué huele la vida? ¿A qué huele tu vida? Las campanas redoblan las esquinas las palomas se devuelven al nidal el caudal del río se vuelve espuma y la bruma, del recuerdo se hace sal… es un mal, la noche que encamina una mina de sombras que al danzar en su andar, la luz, las golondrinas contaminan, de llanto éste pesar… ya no va, ni viene ni saluda ni se escucha su voz de capitán ni alquitrán, ni boca ni una palma ni una alma ni la sangre de Marcial… el terregal de la misma que es Luvina se asesina en soledad al contemplar la cabina de mil pinos donde yace el que hace un momento fue a besar… hay tres niños jugando allá en la plaza y en la casa tendido ahora está el bandido de amores, de nostalgias él de la magia que ya no volverá… las campanas redoblan las esquinas las palomas se devuelven al nidal el caudal del río se vuelve espuma y la bruma, del recuerdo se hace sal… ¡ya no va, ni viene ni saluda ni se escucha su voz de capitán ni alquitrán, ni boca ni una palma ni una alma ni la sangre de Marcial! Soy Julieta de Shakespeare en Verona, quizá la dulce Laura de Petrarca; soy Helena de Troya que se asoma abrazada de Paris en su barca. Con Edgar Allan Poe y sus negros gatos vi los hechizos de la noche oscura. Con Cervantes pasaba largos ratos hablando de molinos y locura. Por mí solía sufrir Lope de Vega desgranando un soneto en mi regazo; nunca hice distinción, porque en la entrega igual daba Quevedo o Garcilaso. Mi esencia es inmortal, cielo e infierno y cambio a voluntad la forma mía mutando entre lo efímero y lo eterno. ¿Quieres saber quién soy? Soy la Poesía. No se asombren si Nervo fue mi Amado o sin con Pablo caminé desnuda, soñando los caminos de Machado mientras rimaba versos con Neruda. Rubén Darío me enviaba sonatinas y junto a Bécquer despertaba ufana, mirando a las oscuras golondrinas que colgaban su nido en mi ventana. A Gabriela Mistral le di la mano, caminamos con la melancolía escuchando el gallego y castellano en que hablaba de Castro Rosalía. Con Shelley me embriagué en vino de hadas y Lorca me cubrió de madrigales, despertando en alegres madrugadas, soñando en tibias noches otoñales. Del infierno de Dante, pesadillas que luego en paraíso se desgranan, sonriendo al releer las Redondillas a los ingratos hombres, de Sor Juana. A veces, melancólica sirena, como Alfonsina que en la mar se pierde; como la estatua de Ovidio que venera o Díaz Mirón prendado de “Ojos verdes” De Acuña figuraba ser Rosario quien inspira un Nocturno ya muy tarde; mientras guardo en las hojas de mi diario la Patria que me dio López Velarde. No contestarme será tu crimen, la gran verdad para fragmentar deseos, la irresponsabilidad para decolorar tu autorretrato. Eso será mi muerte. Tú estabas ahí en un principio. El estanque de Facebook me reflejó unos ojos sin motivo, que ignoraban el insomnio real, leían sus lágrimas en espejos irreales. En mi vegetación nocturna el celular creó un fármaco de puro lenguaje. Ahora la unidad de tu voz me serpentea, me urge cifrar tus inventos en un claro de bosque, para no estatuir el inbox como la desmaterialización de la mirada, como invento de la desmemoria, como telescopio de bellezas clasificadas. Pero quiero una palabra de anís, un suéter de cianuro o un jarrón con ideas y un helado de neuronas. Todo mientras bailas en la cancha de las soledades. No alimentes tu huida con el mitin de los sancudos, aprende a esconderte en la nostalgia, hazte intocable en el suspiro, no inmovilices este silencio con carcajadas del clima en la ventisca. Aquí estaciona tus faldas de ortografía. Y disfruta la pasión dipsomaníaca compartida en chubascos de serotonina afilada. En medio de la selva inventa lenguajes. No te perturbes para decretar rarezas, como divinidad, pasta de riesgos y halagos a lo desconocido. Y en este desorden ponle música y linaje a tus íntimos circunloquios. Y contéstame, en tiempos de gifs y rumores endiablados. Que lo que trabajas con retóricas floridas, está retoñando en jeroglíficos postales y en vinos inalcanzables. Son como colores: todo depende de la luz. Pero tú de pronto obscureces. En Veracruz y la marimba: yo sólo me reconozco en la pavorosa melodía de una deriva en el pubis del mar. Más allá me desmorono, allá quién me espera. Tu sabiduría me llegará por mensajería o de parte de escarabajos iridiscentes. Porque la belleza fue izada en procelosos soles de gamuza con moho. Si hablas con Dionisos atesora sus lamentos y juventudes. Los mundos navegan en tu alcoba, los idiomas se alborotan por la luna. A medianoche la dislexia es inolvidable, hija del logos y la muerte. Su crimen reza en los chats del mundo. Y tu crimen es anochecer a diario con el ultimátum compartido de los desenamorados. (Yo pago el mismo crimen.) Tu voluntad es libre bajo algunos glóbulos verbales. Lo sé. Pero no nos vayamos sin improvisar un adiós. No quedes como millones de silencios. En estos momentos eres una atmósfera apocalíptica, un alba de pixeles en el drama de los abrazos. Despídete por favor, para olvidarte de nuevo. Sopla viento del lado débil de su mente, sube las apuestas, no habla más lenguas o idiomas, se conserva en un solo tono, no cambia para no descompensarse, no mueve mundos para no tener que caer. Las improvisaciones son abucheadas y unas recibidas, no resulta bien visto inventar o crear cuando no se le pide, intenta llevarse todo, habla con todos, camina con todos. Ama, reciente, se cuida. Sueña con treguas, perdones y más vida, los ríos de las ganas están secos, parquedad que hunde muy lejos, soledad que ayuda poco, son los aires sordos y extraños los que luchan y peleando, los que se atreven. Sutilezas y sensibilidad que remedian entre noches medio pensadas, entre noches medio dormidas. Abre una lata de suerte. Las equivocaciones sobran, no tomará en cuenta las pérdidas, no tomará en cuenta a los que se van quedando, para eso la vida tiene hitos grises. Si no se sabe bajar los brazos algo o alguien lo hará por nosotros, la tranquilidad se vende y se compra a altos costos. Dibujé el sonido claro de los pasos apresurado el temor llegó a mi cuerpo no me quiero ver acorralado mudo grito busca salir de prisa pedir auxilio ayuda callada. Te apunta la cara un arma una sentencia golpea la frente no se cierran tus párpados se desorbita tu mirada y no aflora ninguna lágrima solo resequedad en los labios. Insultos y reproches innecesarios exigencias monetarias mezcla con golpes en tu vientre y disparos simulados a tu pecho. Se bloquean tus sentidos el arma denuncia su ventaja luego el golpe duro en tu cabeza te hace vagar en un zumbido. No sientes las manos que te roban veloces aspiradoras de valores temblores escondidos en tu cuerpo heridas que no sangran de momento adrenalina concentrada por instantes te salva mientras llega una ayuda o peor… la policía y la ambulancia. Había una vez en un lejano país de oriente un hombre llamado Hiroshi Suzuki. Este hombre tenía tres poderes. Uno de ello consistía en convertir las piedras en gomas para borrar, este poder no le había sido muy útil, salvo cuando escribía y dibujaba. El segundo de sus atributos especiales era que poseía siete almas, y el tercero de sus poderes le permitía reciclar plástico al instante. Este último poder asombraba más por su extrema complejidad que los dos primeros. Hiroshi vivió frustrado desde muy temprana edad, pues sus siete almas colmadas de éter provocaban que su pequeño cuerpo flotara con mucha facilidad, así que siempre tenia que llevar amarrado a sus pies una pesada piedra. Aun así, no podía evitar tener todo el tiempo una apariencia somnolienta y flotar cinco centímetros sobre el suelo. Una noche aburrido de su predecible destino, Hiroshi decidió hacer un largo viaje al continente americano en búsqueda de seis cuerpos a quienes pudiera donar cada una de sus restantes almas, pues el sólo deseaba tener una, aunque fuera pequeña, pero solo una: además, anhelaba profundamente dejar de ser un fenómeno sobrenatural azotado por ataques emocionales a consecuencia de sus almas envidiosas, quienes buscaban dominar, una más que otra, aquel volátil cuerpo. Apenas llegó a América encontró vagando un perro afligido que justamente había perdido su alma, era un perro regordete con el pelo rojizo y las orejas verticales, inmediatamente Hiroshi le cedió una de sus almas al perro, el cual se puso de pie viendo fijamente los ojos de Hiroshi, quien se despidió agradecido y continuó su viaje. Al siguiente día caminó muchas horas en línea recta, hasta que decidió cambiar el camino recto por una desviación, así fue como llegó a una solitaria casa a la orilla de un río, dentro de la casa se encontraba un anciano, Hiroshi le preguntó: ¿Necesita un alma? - pero el viejo ya tenia varias, así que movió la cabeza lentamente, indicando su negativa. El anciano que se llamaba Movt, invitó a Hiroshi a pasar la noche en su casa. Qué casa tan descuidada tienes anciano- opinó Hiroshi No tengo tiempo de limpiar, me dedico a pintar mis cuadros todo el día- agregó el viejo. A Hiroshi se le abrieron los ojos como rendijas iluminadas al escuchar que el viejo era un pintor Déjame ver tus obras- suplicó. Con pasos muy lentos Movt se dirigió al final de la sala, abrió un poco la puerta e invitó a pasar a Hiroshi. En el cuarto había mas o menos una docena de cuadros. A Hiroshi Susuki le llamó la atención, en especial, la pintura de un perro rojizo sentado bajo un árbol. ¿Quien es ese perro? - preguntó Es el perro que ayuda a las almas de los humanos a cruzar el umbral hacia el mundo de los muertos-le contestó Movt, con una irónica sonrisa dibujada en los labios. Fin Explotemos, fusiónate en mí, súbete al tranvía de mis piernas, deja que el humo nuble tu vista y luego cuenta, mil uno un millón cero punto infinito ese poquito más, hasta enredarte: tú en mis brazos yo en tus rodillas, dobla tu cuerpo en mí …tu naturaleza erguida en la profundidad que te brindo y explotemos, revienta en trocitos de mí hazte polvo hazte mar hazte viento, implosión de tus moléculas de los peces de los gigantes de los antepasados de las eras… Cuando eras lo que hoy Somos. ¡Explota en mí! en el huracán de mis aguas, en nuestro temblor, en el caos de mis años, en el tranvía de mis piernas. Explota cae derrámate en mi tierra hazte polvo ceniza pez manantial continua sigue explotando big…bang contenido en mí. En una noche melancólica de otoño. Vienen las almas del más allá. Yo, en mano un rosario y la luz de un cirio que acompaña mi rezo. En un instante la mirada fija. En la luz que no se apaga, que acompaña a la palabra, palabra a veces enmudecida, palabra a veces misteriosa, llena de recuerdos claroscuros. De las voces que no volverán, oigo sus susurros con el viento o con la flama en movimiento, de la espora original. Entre lo eterno y lo terrenal, rayo de fuego que nos guía a la inercia de los sueños. Retornaran pronto; ya no habrá Cempasúchil, ni incienso, ni rezos. Sólo una luz compartida entre lo Sagrado y lo divino, entre vida y la muerte… Una vez fui un pensamiento Después fui un pájaro Y fui el viento Una vez lluvia Y fui cielo Una vez palabra Y fui poeta Una vez el amor Y fui tuyo Mañana seré silencio, Tal vez, un pensamiento Un Anciano observa con insistencia a la lluvia. Quizás con las nubes reconstruye a ciertos pedazos de su historia, o quizás en cada gota deambulan sus recuerdos y presiente algún vestigio de sus pasos, no lo sé. Quizás vea en la lluvia lo que verdaderamente somos: belleza y catástrofe, tal vez. De pronto, los ojos del Anciano parecen revelármelo todo: La vida es lluvia; pasajera y hermosa. Debajo del cielo, hay un cementerio de pájaros, y las pocas migajas que lanzan los amos de este desierto, no son más que espejismos cuando las tardes se vuelven escombro. La lluvia de los días es innombrable: Sangre Ceniza Polvo Éxodo En la jarra, ya casi no hay agua, y aquí todos tienen sed. . El cursor de la compu parpadea tímidamente invitándome a escribir… Fumarolas de café que salen de mi viejo jarro de barro de oreja quebrada, percibo tu aroma que llega hasta lo más recóndito de mi cerebro, bebo un poco de café… Suspiro y cierro mis ojos, y allí estas lista para salir a acompañarme una vez mas, en las noches noctambulas, o en la madrugada antes del cantar del primer gallo anunciando el nuevo día. Pensamientos y recuerdos que saltan por doquier, musa de grandes plumas y pinceles también, compañera fiel de un escritor en penumbras de la oscuridad a veces de hada, jugando con las flores de cafeína entre tus manos. A veces desnuda sin rostro esperando que con mis letras te atavíe de ropa de marca, llena de grandes lujos o de sencillos harapos, en una historia más que escapa de mi loco pensamiento… A veces de protagonista, heroína y en otras ocasiones de villana o de invitada fugas… Algún día en el futuro ya no estaré aquí para que me acompañes al escribir, o para dibujarte y pintarte. Y tu seguirás coqueteando y jugando con alguna otra pluma o pincel más, como lo ha es hecho en el pasado donde se han escrito inmortales letras asía ti, o pintado grandes obras en compañía tuya. Mismas que dan vuelta al planeta una y otra vez, como la luz que irradian las estrellas en las noches más oscuras, dándole una esperanza más de vivir a la tonta y terca humanidad. Espero no defraudarte con mis torpes, obstinadas y tercas letras, ya que siempre me sonríes en la oscuridad antes de irte por allí por la pobre alma de un ser vivo más. No queda más que seguir escribiendo entre fumarolas de café por toda una eternidad... Denominación Oficial: Ojo de Aguas del Fresnillo, Real de Minas de Fresnillo Denominación Personal: Fresnopolis. En honor a Fresnillo, Zacatecas, México por su Aniversario #468.Por Omar Camacho.( Escritor de Afición )Entre las sombras aún persisten destellos de luciérnagas, sigues de pie, argentífero lugar con Atardeceres coagulados de rojo carmesí y rayos solares cribados a través de los cristales de los caseríos. Infancias de arenas grisáceas y excursiones en palomilla a "los Jales", Riachuelos de aguas con mariposas flotantes y rocas húmedas. Fue trazándose tu camino al paso de las vehementes exploraciones españolas , Cerro de Diego Fernández de Proaño, En reminiscencias avivó aquel estruendoso y estrepitoso silbato que anunciaba los turnos de andanzas mineras. Club deportivo nacional de grandes encuentros del deporte ráfaga. Pueblo que a pesar de las vicisitudes y adversidades sale adelante, ¡Oras y trabajas! Labor Vincit Omnia , El Trabajo todo lo vencen. Hablar de ti Fresnillo, es recordar el antiguo de la conocida marca de refresco de la Avenida Juárez, saborear el caldo de rata huizachera de alguna taberna, beber y saborear un vampiro en "El cuerno de oro" , observar con belleza la escultura de piedra volcánica de Peralta ,escuchar las campanadas de la Purificación al llamado de la feligresía un domingo por la tarde, disfrutar de los grandes murales de Gallegos., El escuchar la Radio ' La L' con los Torres con escuchar el ajetreo de los vehículos y caravanas de ciclistas silbando Mosaico de grandes artistas y músicos Peralta, Gallegos., Macías , Martínez, .Sostener una botella de mezcal y beberla a boca de jarro cantando Paloma Negra de Tomas Méndez., Saborear los Nopalitos a la mexicana de las comunidades rurales., El obelisco dará la hora al medio día. Atesorar las fiestas patronales , las haciendas en interminables recorridos y descansar en la mesa compartiendo el mole. Quizás compraré un periódico con el buen José y me dirá y no tengo cambio ¡Ese es el poyema! Caminar por los infiernos y los cielos atravesó de las pinturas de Peralta como el barretero del cielo. Brindo un homenaje desde estas trinchera a Don Carlitos López Gámez por sus exquisitas narraciones , demás pinturas rupestres y el histórico de las reinas de Fresnillo. Y La banda de música de Panchito Vanegas con los autos antiguos Saltarán a la luz los recuerdos del expendio de leña y petróleo de mi abuelo paterno , las cascaritas de fútbol en el campo de la Calera. Ahora como quizás dicen los enjambres me siento ajeno del lugar que fue y ya no es....Hoy te vistes de oro y plata. Le inste que no se sacudiera, Como quien pinta una “Monalisa”, Pero para el caso, Escribo con los colores blanco y negro. A mí me gusta robarte el sueño Pero no tus pesadillas, Robarte la distancia Y toda esta fatalidad que arroja el regalo de cuando no es así. Ya hoy mis rotulas están involucradas Con cada espacio de tu espectro, Es decir, que fuera de ti, no me queda nada, Que dentro de mí, ocupas todo mi vacío completo. Siempre dije: “Cuando yo sea grande, quiero ser niño”, Pero acabas de robar mi infancia Ahora que escale a esta edad. Es esa canción la que me apunta con el dedo, Esta copa de vino la que se sienta frente a mí, Yo no busco que me tomes en cuenta, Pierdo la cuenta de las veces que te he buscado. Así me desvelo sin ti, sin dormirte, Lo que produce que te sueñe más temprano, Lo que más tarde me quita el sueño, Lo que sin ti, no me da nada cuando estoy despierto. “…Me da sueño estar dormido…” 13 de julio del año 2022. Cuenta la leyenda que Fresnillo de González Echeverría, Zac., no es un pueblo mágico según el INAH, mas su gente, mas su gente, si lo es mágica. Por naturaleza es amistosa, colaboradora, desprendida trabajadora de corazón. y Esta gente mágica da con amor, no da de lo que le sobra, sino de lo está en su bolsa, cartera, alacena, almacén, tienda, alcancía, en fin, da para que otros sonrían y resuelvan las adversidades que la vida les da. Dan para operaciones cual sea su grado, medicamentos, problemas de la vista, del corazón, pasajes, convivencias sociales; cual sea la necesidad, ésta gente mágica siempre esta vigilando a su gente. Niños, Jóvenes, Adultos se ofrecen de corazón y alma a ayudar, aún cuando sus gobernantes los han engañado, robado o defraudado. Estos hechos los van escribiendo sobre la arena que va a su paso, para que sean borrados por el viento como signo de perdón, porque son personas mágicas, y las acciones buenas las escriben en piedra para que no se borren por ningún viento que pase. Y tú, sí tú que has leído este mensaje; eres una de esas personas verdaderamente “mágica”. ¡Feliz aniversario a todos mis Fresnillenses! 2 de Septiembre de 2022 La vida... La vida es un instante Es ese pequeño momento que desaparece en el infinito En realidad es un sueño Un sueño en el que todo es real y a la vez ficticio Lo que es hoy mañana no es Y lo que ves tampoco es La vida es tan efímera y tan frágil Cómo para gastarla en cosas superficiales La vida debe ser amor y amistad Porque así cómo llegamos nos vamos Y sólo nos llevamos lo que sembramos Y no me refiero a lo material Sino a lo espiritual A tu esencia, a lo que perdura aún cuando ya te has ido Así que inviértele tiempo cariño y dedicación A lo que en verdad vale la pena Porque sólo son unos momentos prestados Sólo somos viajeros del espacio tiempo. En verdad somos nada... Fue su amor tan idílico tan apasionado y tierno lleno de poesía y delirio... Ella volaba al cielo con él, a un cielo donde jamás antes fue... un cielo mágico, lleno de luces de maravillosos colores, de éxtasis...solo con él... Les brotaban alas y volaban juntos y solo juntos podían volver... era su piel una llama ardiente en la que podía beber y calmar su sed... Se sabían, se presentían y deseaban volver cada vez... (pero estaban: el atado, ella también) La sensibilidad era en ellos una herida mortal que expiraba cuando se anteponía el riesgo; y sus banderas ondeaban triunfantes, cuando los sentimientos abdicaban ante la casualidad... Nací de prisa... Creciendo en un ir y venir corriendo. De casa a la escuela, después de casa al trabajo, los compromisos. Hoy tengo tiempo... ¡Tiempo para mí! De desacelerar, de liberarme. Ahora veo al derredor... Veo cada flor, construcciones, edificaciones y sus estilos. Disfrutó la naturaleza , lo bella y maravillosa que es en sí. Quisiera las fuerzas y habilidades que perdí, y poder disfrutar sus espectaculares rincones. Me lleno de emoción que mi interior aún tiene la capacidad de sorprenderse y regocijar a tiempo de cada nuevo día, ... Hoy la tristeza embarga mi alma alma que pena alma que embriaga. Que se pierde en las olas que se entierra en la arena que se esfuma en el tiempo que ha quedado sola.. sin los rayos solares ni la luz de la luna sin la luz de tus ojos sin el soplo del viento ni el calor de tus besos.. Que me roban el aire solo tu me conoces corazón de mis sueños y tristes despertares solo tu me conoces En mis noches solares... UN TE AMO Un te amo por cada estrella de nuestro cielo, un te amo por cada latido de mi corazón, porque usted es mi razón, mi anhelo de cada amanecer, le amo por cada gota de lluvia que cae sobre el suelo, usted es mi más grande amor, por cada gota que toca su piel y recorre todo su cuerpo, le amo. Un te amo por cada una de las hojas de los árboles de un bosque, un te amo por cada luz de la ciudad, mi amor por usted durará hasta la eternidad, un te amo por cada parpadear de mis ojos, pues los de usted son los más hermosos, por cada cantar de los grillos, no tiene idea de cuánto le piensa su niño, su amor; un te amo por cada copo de nieve en el invierno, que mi amor por usted es eterno. MI OTOÑO Eres el amor hermoso como el otoño, cuando las hojas cambian de color, así veo su dulce ternura y dulce amor, mi otoño sublime, sus colores grandiosos, que por cada hoja que cambia de color le quiero un poco más, de aquí hasta la eternidad, por cada hoja que cae al suelo es un abrazo y un te quiero, mi otoño se ha convertido en ese sueño que se ha hecho realidad, construyendo cada día una sonrisa en mi rostro y llenando mi corazón de felicidad. MI INVIERNO Eres mi invierno, justamente como el invierno estacional donde todo es como el cristal, hermosos paisajes de hielo que cubren el campo y la ciudad, tú mi amor, mi invierno, no por lo frio del hielo, sino porque eres un ser verdaderamente hermoso y bello, tu olor perfecto es distinguido, imposible de perderse por donde vas; nunca olvides que como yo nadie te va a mar, porque mi amor por ti va más allá de esta estación, lo digo porque así lo siente mi corazón, y aunque seas como el invierno, tu corazón se mantiene cálido y lleno de cariño, lleno de amor, así lo describo y así lo siento. Mi invierno hermoso cuanto te quiero sin importar la distancia que nos separa. Tuyo es mi cariño por siempre y no se vislumbra el final porque el verdadero amor es eterno y yo siempre soy para ti. Hidalgo del Parral, Chihuahua, 25 de julio 2022 Querida Griseld: En este séptimo lapso del calendario gregoriano, escribo esta misiva, primeramente, porque necesito recurrir a este artilugio literario, que brinda a mi alma una catarsis, un bálsamo de paz y esperanza en medio del oasis, producto del dolor y desesperanza en la que hemos transitado desde el 2011, año de tu partida. Cada palabra, frase y pensamiento van dirigidos a ti, estoy consciente que no hay una forma de enviarla por correo ordinario o virtual, pero gracias al poder de las palabras, puedo comunicarme contigo hasta la eternidad. Una de las cualidades sobresalientes que te distinguían, era precisamente la de saber escuchar, entablar diálogos, hacer preguntas, buscar significados y entonces el asombro se dibujaba en tu rostro, porque entre más conocías, más interrogantes llegaban y tú simplemente, deseabas conocer el mundo; era tanta la confianza depositada en las personas a tu alrededor y en el futuro promisorio que estabas presta, de mente y corazón, con oídos abiertos y pronta respuesta, así como el uso del tintero de la pluma, para expresar tus sentimientos a través de las letras o los dibujos que tus manos trazaban. En el baúl de mis recuerdos, conservo esos mensajes que aprisiono como tesoros invaluables, vuelvo a leerlos y parece que escucho tu voz, entonces me apresuro a contestarte, a reafirmar nuestro código de amor que trasciende más allá de la muerte. Fuiste y eres aún mi maestra, contigo aprendí a ser abuela, a mirar con tus ojos de inocencia las maravillas del mundo, a reír y gozarme en tu presencia, a construir castillos en el aire. Me enseñaste a encontrar a Dios en medio de la enfermedad, a saborear cada instante de vida, a reconocer la valentía con que enfrentaste cirugías y tratamientos invasivos; te convertiste en el pilar de fortaleza cuando nos veías destrozados, buscabas consolar, más que ser consolada, brindaste apoyo y confianza a otros niños que transitaban por ese sendero de dolor, y fuiste construyendo tu camino hacia la espiritualidad por medio de la fe, adentrándote en la palabra viva, entonando himnos y alabanzas y preparando tus alas para volar a su reino eterno. A veces, te imagino como la bella durmiente, en un lecho de rosas, rodeada de ángeles celestiales, con tus ojos cerrados, la sonrisa dibujada en tu rostro; con la plena confianza de estar en un lugar donde se te quiere y cuida; hay tal luminosidad que el brillo penetra hasta nuestra conciencia familiar y es así, como las generaciones nuevas te han podido conocer y amar; escuchas nuestros pasos y voces, eres convidada a dichas y tribulaciones que experimentamos en medio de la cotidianidad; participas en espíritu, hay comunicación fluida y constante con palabras inteligibles que solo el amor puede interpretar. Te imagino como una potencia cósmica, como una maravilla abstracta invisible para los ojos, nunca para el corazón. Te concibo, te intuyo, vives en mis emociones, eres energía pura que transita en los universos paralelos; a veces te miro en el fulgor de las estrellas, en el vientre de la luna, en el viento, en las flores, en la inmensidad profunda del mar, en ese constante oleaje que va y viene trayendo tu mensaje, el eco de tu voz, lavando la arena donde quedaron grabadas el transitar de nuestras huellas. Te siento en los amaneceres y en cada atardecer, cuando el sol despierta y se oculta en el firmamento; te escucho en el río que corre buscando su cauce, en el pájaro que entona su melodía, en las golondrinas que llegan al nido construido en el porche, en las hojas que caen y se convierten en insumo de la tierra para volver a renacer, en la mirada de las mascotas, en el ser y hacer de mis nietos y en la mirada de cada niña que encuentro a mi paso, en las lágrimas desconsoladas de tu madre, en sus palabras cuando evoca tus recuerdos, en tus hermanos, en cada rincón de mi vida interna y externa. La palabra es un mapa que me permite llegar a ti, tiene el poder de escudriñar mis sentimientos y transformarlos en ideas, en emitir mensajes que quedaron inconclusos y cual lava ardiente, están buscando el cráter que les permita salir, sacar el coraje, frustración y esas emociones negativas que se generaron ante el sufrimiento que tu pequeño cuerpo y alma tuvieron que experimentar por dos años, cuando recibías ese veneno que permitimos entrara por tus venas, buscando encontrar y destruir esas células malignas, que se estaban propagando por el interior de tu organismo. Destruyeron tu cuerpo físico, jamás tu alma ni espíritu. Cuando partiste, quedé presa de sentimientos de culpa, de frustración, tantas palabras atrapadas en mi boca, que no supieron como acompañarte en ese duro trance al desprenderte de tu cuerpo terrenal. La abuela en quien tanto confiaste, estaba hecha una piltrafa humana, el corazón se partió en pedazos y tuve que levantar las piezas y reconstruirlo para convertirme en fuente de apoyo para tu madre. Sigues siendo una magnífica receptora, pero no solo me escuchas, me haces llegar tus respuestas de múltiples maneras: a través de la naturaleza, con la aparición de memorias adormecidas, cuando veo dibujarse la sonrisa de un niño y con el consuelo de que estás cuidando en el más allá a nuestros seres queridos que ya han partido. Gracias Griseld por esa década de vida compartida a nuestro lado, por tus risas, tu canto, tus sueños; por haberme enseñado a amar de una manera incondicional y por ese apodo con que me nombrabas entre bromas y risas cada vez que hacía hasta lo imposible por cumplir tus deseos. Saborea estas letras, como yo me apropio de la fragancia de tu recuerdo. Te amará por siempre: La viejilla pudientilla Gamarelus, bonne nuit mon amour, mon bel ange, son mis deseos que tu día sea hermoso, sin contratiempos, que los ángeles te protejan y llegues a todos lados con bien. Mon chèri, se que puede parecer mucho lo que te escribo pero por ahora, es lo que tenemos para que puedas conocerme un poquitito más. Se que es poco común que se expresen escribiendo, todas estas cositas bellas que te hago llegar mi príncipe, y a mí misma me sorprendió al principio tanta inspiración. En esta hora ya todo se ha aclarado y te doy la razón, ningún exceso es bueno, sin embargo, nada ha sido fácil en este último año, nos cambio la vida sin piedad y particularmente, tuve que encontrar el modo de sentir que hay un propósito para continuar existiendo. No soy nada convencional en mis conceptos de vida pública ni privada, se valorar, cuidar, amar y agradecer, sentirme feliz con las pequeñas cosas de la vida y tan únicas, que no tienen precio y aún así me sentí perdida en la nada como jamás antes pasó. Soy transparente contigo y lo seguiré siendo. Me dolió perder lo que más he querido en este mundo y me costó tanto aceptarlo, que metafóricamente se expresaría así. Imagina un desgarre violento, rápido, arrancado limpiamente de cualquier parte del cuerpo, sin anestesia, un músculo grande, seguir consciente, sin entender cómo una herida de tal magnitud con un dolor inconmensurable, te transporta a un oscuro y profundo vacío, sin gota de sangre ni lagrimas para diluir la tristeza, el tiempo no existe, sin umbral definido, infinito flotar entre dimensiones. Simultáneamente, en medio de esa dolorosa y terrible oscuridad, alcanzar la comprensión de lo que sentí por ti, en el preciso instante en qué te vi por primera vez. Amor, admiración, sorpresa, atracción, inquietud, curiosidad, desconcierto y mientras estas dos situaciones se mantuvieron por no sé cuántos días, sin poder sentir ni el mosaico frío bajo mis pies descalzos, era como estar viéndome desde varios ángulos a la vez, flotando, sin comprender nada. Hice compras que no recuerdo, no estoy segura de haberlas hecho. Ni idea cuántos días pasaron y cualquier cosa que pudiera ser causa de dolor físico tampoco lo recuerdo. Parece escena de Matrix. Por eso no he tenido acercamiento alguno con ningún otro caballero que no seas tú, ni para un simple abrazo amistoso. Nadie puede ocupar un lugar que es solo tuyo mi sol. En ese momento sin tiempo, en lo único que podía pensar era que estaba en medio de dos seres hermosos, lloraba sin parar, porque me lo quitaron así sin anestesia, no sabía si era de noche o de día, sin embargo, fueron tus ojos moros los que me mantuvieron de pie cuando yo no sabía si seguía viva o no. Después de eso, con algo de realidad, medicación y con atención sobre mis asuntos claro, decidí marcarte y felizmente fui guiada pues era tu cumpleaños. A partir de entonces mi solecito bello, tu presencia y tus ojos me han aliviado el dolor que acaso sentía todavía. Hoy todo es diferente, lento, es un nuevo amanecer que está queriendo mostrarse y también, tus ojos, me han hecho sentir escalofríos, me haces sentir débil y temerosa, enamorada de ti, segura y fuerte. Impresiona, sí. Sin embargo, eso marcó la diferencia en medio de tanto caos. Tu Gamarelus, me haces sentir que a tu lado todo está bien, que en tus brazos, tu sentido de la justicia, tu tranquilidad, el carácter tan hermoso y fuerte que tienes y con tu masculina y gallarda estampa, me siento protegida y nada ni nadie puede dañarme. Nunca me verás prohibiéndote nada y tus malos momentos viejos y nuevos, te parecerán tan lejanos por mi forma de ser, tan dócil, tan amorosa, que dudarás de su existencia. En uno de los primeros mensajes que te envié, te dije que eres un Alfa, aunque no me creas, se te ve imponente y sabes hacerlo sentir, eso es algo más que me enamoró de ti. Solo pensar en tus ojos, tus manos, tus abrazos, tu voz, tus labios, tu aroma, tu ternura, me saca unas sonrisas que me duran largo tiempo, los sueños jeje tan íntimos contigo sonrojarían al más frío de los mortales, derretirían los polos, ni los dioses en el Olimpo tuvieron sueños tan deliciosos, yo misma despierto roja como un tomate y el espejo me lo confirma. Hermoso corazón, no se que plan tenga El Creador, lo que se es que considerando el posible tiempo que nos pueda quedar de vida, quiero que sea para verte y hacerte feliz sin miedo a nada ni sobrepasado por los excesos y las dudas, sintiéndote más libre conmigo que sin mi, amado plenamente como lo has deseado siempre, por esta mujer que te escribe con tanta vehemencia, amor en el alma y con el corazón en la mano. Mi solecito divino, por siempre tuya hermosísimo, Marce. En todo te encuentro. En el olor a canela, en mi abrigo, en la calle que tránsito, en mi tez, en cada rosa laurel. El sonido de la lluvia te trae a mi mente, así como ver caminando del brazo a la gente. Te extraño todo el tiempo y en todo te encuentro. No hay en mis recuerdos momentos de mimos abrumadores, aún sin ellos, el abrazo de tus palabras sigue dándome calor. Aún sin ellos, me sentí la más amada, la más bonita y la más especial, gracias a ti. Que incluso en tu ausencia, en cada pena sigues confortándome. Creía que lo más triste de la muerte era perder lo que amas, pero no… Lo más doloroso de ésta ausencia; es despedirme de quien más me ha amado. Aún así, no te he perdido del todo. Te llevo a todas partes, porque en todo, te encuentro. Llegaste como el amanecer, como gotas de rocío que tocaron a mí alma. Cuando amanece abro los ojos a la vida, cuando llegaste a mí, abrí mi vida al amor. De miles, de millones de personas, aquí estabas tú, frente a mí; la luna con su esplendor nos iluminaba, los árboles eran fieles testigos, de lo comenzaría en esa fría noche. Tus manos heladas fueron conducidas hacía mí espalda, para darles calor y justo en ese preciso momento, todo comenzó, la magia se dio. Era para mí imposible, que existiera un amor, hecho a mi medida, un amor puro, sincero, lleno de verdad, que trajera a mi vida inmensa paz y una gran tranquilidad. Mi lema; solo por hoy, viviendo a intensidad, viviendo en plenitud, ¿y mi corazón? aquí en mí, pero latiendo más fuerte desde que tú estás conmigo, mi gran amor, mi gran amigo. A veces me abruman los precios: 1 kg de limón ya no me parece tan indispensable como ayer, no hay limonada en casa así como no hay guacamole, así como no hay- casinada en el refri. Quisiera tener, al menos, el chance de llorar mientras me desahogo, mientras me recuesto sobre mi cama y grito “¡soy la más infeliz del mundo!” pero no puedo, imágenes de personas que no han juntado lo de su renta cruzan por la mente de esta adulta triste, esta adulta triste pero- mínimocon casa propia. A veces quisiera llamar a mi jefe, decirle que me tiene hasta la madre, que sepa que me doy cuenta de que es un tirano y un idiota, pero me pregunto qué voy a hacer sin la limosna que me da cada quincena. Me duele la cabeza de pensar en cómo se me ha dificultado encontrar empleos dignos, no importa que tengo el CV que anhelaba de niña. A veces me da miedo escribir poemas donde hable de esta etapa de mi historia, leerlos en 10 años y ver que sigo igual. ¿Qué voy hacer si siento que se me ha ido el tiempo?, ¿qué me voy a responder cuando me pregunte qué hice conmigo? Pienso en lo absurdo que sería estar llegando a mi tercer piso y seguir soñando con títulos universitarios, salarios dignos y viajes como adolescente. A veces veo a los adolescentes, recuerdo cuando yo tenía esa misma ilusión, y ahora tengo ganas de llorar porque la realidad me superó por mucho. En días como hoy, quisiera deshacerme de mi cuerpo porque estoy cansada de sus dolores, que mi mente estalle ya, de una vez, de un tirón, me asfixia que se incendie lento, tan lento porque cada noche me enciende una pesadilla nueva y no sé cuántas necesita para ya soltarme o para formar la hoguera que me consuma. A veces sueño con quedarme atrapada sólo dentro de los recuerdos bonitos, atrapada en ese momento en que mamá iba conmigo a recorrer las calles a pie y no había que pararnos por nada porque el dolor de sus piernas no existía, atrapada en ese momento en que papá no tenía que cuidar su azúcar y sus riñones. Me quisiera quedar ahí por siempre, si el tiempo se hubiese detenido justo en ese instante... A veces me paro al borde de la vida y me quiero lanzar al vacío como si fuera una hoja, un pétalo que se contonea con el viento, que baila su último vals, caer liviana, elegante y poética para así, de menos, no ser recordada con la imagen de un final atroz. No sé si lanzarme al vacío o retroceder y buscar bien una esperanza. A veces digo “a veces” para no alarmar si digo “esto me pasa siempre, diario” Me vuelvo a descubrir en los ojos de mi madre y siento que debo aguantar otro mes, que ella es tanto un milagro y una luz, nunca se va a merecer que yo la apague acabando con mi vida. La vista es un hoyo profundo. No sabes que tan tétrico puede ser un pasillo en el supermercado. Dispuse todo como si fuera a morir esta misma tarde. Cada objeto meticulosamente colocado esperando su turno para hacer presencia. Por ahora solo preparo café, un grave error, pues se me ha pasado ponerle el agua ¿Será necesaria el agua? ¿O bastará con masticar los granos directamente? Masticarlos y escupir los restos. Mirando fijamente a la mujer que escucha a su marido. Música de oud, el hombre vestido de turbante blanco. Ve hacia la luz, mantén los ojos bien abiertos. Contemplo el final de todas las cosas. Todo es un difuso recuerdo. Nos damos cuenta de que estamos siendo observados todo el tiempo. Por cierto, los granos de café, se deshacen en la boca... I Collar de perlas Que adorna tu rostro Lozano y pulcro Simpática y atávica Expresión de amabilidad Y colorida feminidad Deseo el alba con premura Para mirar esa mueca clara Que el tesoro del cielo Es insuficiente y con recelo Te observa y nubla por celos De la atención que no captura II Dos gotitas... Dos gotitas de cristal Con clara pureza que difumina El cielo matinal Mas si un collar Con ápices de luna Pudiera formar El dinero le daría un valor Si valen por lo que son Dos gotitas... Dos gotitas de cristal Este es aparte Las horas lunares transcurren a través de mis moléculas el tabaco dota el aroma nocturnal con mágica intensidad y la cebada pone limites a los limites del entendimiento El logos se inhibe ante La sonrisa majestuosa, misteriosa de aquella mujer maravillosa que acepta el humor como herramienta Guiño, parpadeo Mirada estupefacta En la cercanía del amante ilícito Que roza la flor de lirio A través de la algarabía Taciturna que palpita En allegro ma non troppo Regálame tu regalo Tu sonrisa efímera Tu mirada aguileña Tu tacto suave del ocaso, de la noche del interés sutil que cala en la condición de la cadena del reo en su prisión Abuso de su confianza Me considero en la suavidad De sus manos El sabor de la fruta Y la dulzura de sus labios Estar bien crudo a mediodía en una parada de camión en Hermosillo cuando un viejito le dice a un malabarista… Sombra es la verdadera flor del mezquite nada hay más precioso para las gentes del desierto saben que todo afuera de ella es un espejismo roja chúcata punzantes espinas ciudades de ocotillo verde no hay flor más bella que la fresca sombra donde esperan eternamente la lluvia o la muerte lo que llegue primero lo recibirán con sonrisa de zorro saben bien que nada es suyo ni lo que cae del cielo hasta la soledad del agua se les sale por los poros nada está quieto jamás ni en toda esta quietud todo perece y se eleva todo vuelve al sol. ─Vocholandia es de vochitos, dijo Iván totalmente convencido cuando se adentró a los terrenos de Cuautepec y vio el primer vochito transitar a su derecha. Y no es que Iván odiaría a los vochitos, sino que simplemente la idea de entrar a un mundo en donde solo existieran vochos le provocó mucha flojera, sobre todo a las ocho de la noche, cuando estaba a punto de terminar su turno, por eso dio vuelta en el siguiente semáforo y se alejó poco a poco de un terreno que él describía como peligroso. Metros adelante sonó su celular y encontró un viaje para la Roma. Llevaba menos de un mes trabajando para Uber, pero ya había aprendido a identificar los buenos viajes. Sabía que estaba lejos, pero por la promesa de una buena paga dio clic en aceptar y dirigió su auto al lugar con su playlist de Soda Stereo de fondo. Al llegar al punto marcado observó algo raro. Una mujer atractiva de unos 30 años se encontraba afuera del domicilio con un celular en la mano. Parecía molesta por algo y tenía tres cajas de cartón grandes a su lado. La imagen se le hizo un poco extraña a Iván, pero decidió acercarse cautelosamente para ver de qué se trataba. Bajó la ventana del auto y preguntó por Verónica. ─Sí, soy yo, quiero mandar estas cajas al domicilio que te marqué, explicó. Sin pensarlo mucho, Iván bajó del auto para abrir la cajuela, pero recordó que llevaba ropa de su hija Regina de cinco años y algunos juguetes que había olvidado bajar el fin de semana pasado, por lo que prefirió acomodar las cajas en los asientos traseros. Verónica, por su parte, sacó del bolsillo de su pantalón una cajetilla, tomó un cigarro y lo encendió mientras veía cómo Iván acomodaba todo. Ella prefería no tocar nada. Cuando él terminó, le explicó que un hombre recibiría las cajas y le pagaría el viaje. A Iván nunca le había tocado trasladar cosas de un lugar a otro, pero supuso que no tenía nada de rara la petición, por lo que regresó al auto e inició su viaje. Abrió todas las ventanas y subió el volumen para disfrutar de su primer viaje sin un cliente. Le gustaba manejar, sobre todo, en soledad porque podía escuchar su música y cantar de vez en cuando sin que nadie le reclamara nada. Esos minutos de soledad era lo que más amaba y le inyectaban felicidad a su día. Cuando llegó a la Industrial Vallejo se dio cuenta que pasaría por un campo minado. Las calles estaban llenas de hoyos de diferentes tamaños, por lo que se dispuso a esquivarlos como quien camina por un campo minado. Fue tal su movimiento en el volante de un lado para el otro que las cajas se fueron moviendo y eventualmente se abrieron de par en par. Después de esquivar el peligro, Iván se orilló y se detuvo para cerrarlas y no ser acusado por algún daño a propiedad ajena. Pero cuando abrió la puerta de atrás se dio cuenta que en una de las cajas se asomaba el Play Station que tanto él había anhelado y debajo de él había un Nintendo switch y unas pipas de agua. Las otras cajas estaban abarrotadas de playeras, tenis, perfumes y desodorantes. Entonces, las suposiciones de Iván se hicieron ciertas, en ese lugar se habían roto dos corazones, y por lo menos, a uno ya lo estaban desalojando de su hogar. A partir de ese momento su imaginación se desbordó. Fantaseó con miles de escenarios por los cuales a ese pobre hombre lo habían expulsado de su casa, pero la más obvia para él era la traición, sin embargo ¿quién podría serle infiel a esa mujer tan atractiva?, se preguntaba una y otra vez Iván mientras regresaba a su asiento y retomaba su viaje. En ese momento se alegró de su relación con su esposa, de la llegada de Regina hace ya unos años y de lo feliz que era con su pequeña familia. Cuarenta minutos después de confabular miles de cosas en su cabeza y de varias canciones tarareadas finalmente llegó a la Roma y al punto final de una relación. Se estacionó en la esquina de la calle Colima y ahí estaba él con un diablito. El susodicho, o más bien, el ex susodicho de Verónica, era alto, atlético y tenía varios tatuajes que le sobresalían de su playera negra. Iván se asomó por la ventana para preguntarle si conocía a Verónica, y al ver el movimiento afirmativo de su cabeza, procedió a bajarse del auto, quería ver al hombre que había engañado a Verónica. Pero al tenerlo frente a frente, no encontró ninguna mirada que le indicara que fuera un hombre traicionero o mujeriego, por el contrario, tenía la mirada perdida y llena de tristeza. No pasaba de los 30 años como él. Y por un momento sintió que era como mirarse a un espejo y sintió compasión por aquel hombre degradado a unas cuantas cajas por un error. Con ese pensamiento, lo ayudó a bajar sus cosas. El otro las abrió rápidamente para mirar por última vez su relación de cinco años que llegaba a su fin y cerciorarse de que todo estuviera ahí y en orden. Se notaba que había estado tomando porque le costaba hablar. Acercó con dificultad el diablito y procedió a acomodar sus cosas. La escena le produjo a Iván mucho sentimiento y pensó que incluso podía ser musicalizada con aquellas canciones que hacen a un hombre llorar por la derrota como las de banda. Y justo cuando el otro se preparaba para partir con el corazón roto, Iván recordó que nadie le había pagado el viaje, por lo que se acercó a él y le pidió el dinero. El otro lo miró extrañado y arrastrando las palabras le dijo que ¿cómo se le ocurriría cobrarle?, ¿además de haber sido expulsado de su casa tenía que pagar por sus cosas? Él no tenía dinero para pagarle, apenas si había encontrado un cuarto de azotea para vivir. Su dinero, así como su relación se habían ido al carajo y no se podía dar el lujo de pagar viajes que él no había pedido. Y aunque lo escuchó, a Iván esto no lo conmovió y volvió a insistirle que le pagara, pero el otro, todavía sin creerlo, tomó su celular y con coraje tecleó el número de Verónica La llamada de los ex entonces se convirtió en una pelea que después de varias groserías y maldiciones terminó cuando Verónica le colgó. El otro sintiéndose cada vez peor, miró de reojo a Iván y trató de huir tomando el diablito para salir corriendo, pero su estado etílico se lo impidió y terminó cayéndose metros más adelante con todo y cajas. Iván fue tras él y le exigió el dinero. Sin ver alguna respuesta, le pidió su Play como pago del viaje, pero el ex todavía en el suelo se negó rotundamente, sabía que todo valía mucho más que un simple viaje de Uber y entonces se dio vuelta y le rogó que mejor aceptara un tatuaje. Él trabajaba en un estudio y no tardaría en hacerlo y a su gusto... …. Eran las siete de la mañana e Iván aún no se levantaba. Sentía que la cabeza le explotaba y un dolor punzante le retumbaba en la espalda. Lo último que recordaba de la noche anterior era el estudio y las cervezas que se había tomado. Valeria, su hija, ya estaba encima de él y le cantaba a todo pulmón para despertarlo, pero él solo escuchaba un taladro en la cabeza. Su esposa ya se había ido a trabajar, por lo que él tenía que cuidar a Valeria. Entonces se dio vuelta y se levantó de la cama con dificultad con los ojos todavía entrecerrados. Aún llevaba la misma ropa del día anterior, así que decidió prender la televisión para su hija e ir directamente a bañarse. Se quitó la ropa y entró a la regadera, pero escuchó que algo se estaba mojando en su espalda. Acercó sus manos a la espalda y sintió un plástico. Salió de la regadera y se colocó frente al espejo, giró para verse mejor y ahí lo vio, un plástico en medio de su espalda. Lo arrancó como pudo. ─ No mames, dijo al ver que tenía tatuado un vochito amarillo con el nombre de Berónica debajo. Me drogue con tus promesas, me hice adicta a ti y hoy no sé cómo librarme, eres como un tatuaje mental. Encerrado en una jaula dentro de mí, que mi cuerpo no deja salir, va pudriendo desde adentro toda mi existencia, todo mi sentir. Como un animal yerto en el desierto que los buitres esperan verlo morir, pues el hedor emana y se puede oler, tan nauseabundo es, que no sé cómo lo permití. Alejarme fue lo mejor, decidir partir, tal vez pueda ese olor deshacer en otra vida, y el tatuaje desaparecer. Sebastián López Serrano El anciano merlín, en su tumba luminosa, Donde le hable cuando era joven. Rosa Luxemburgo paseaba temblorosa por el pequeño jardín de Wronke, la prisión en que vivía desde casi un año atrás. Lugar, que pese a serle nada comparado con la libertad, le parecía apacible y, con libros en su celda, podía incluso recibir el nombre de hogar. La razón de sus temblores era una sola: La noticia recibida la noche anterior sobre su próximo traslado a Breslau, otra prisión más, pero sobre la cual no tenía noticias que versaren sobre sus condiciones particulares. La angustia devoró a Rosa toda la madrugada ¿Permitirían la recepción de libros? Sería una tragedia enorme no poder recibir las trascripciones de Soniuska de la obra de Goethe ¿Permitirían que continuase su intensa correspondencia con sus amigos en libertad y compañeros de partido que aparte de los libros, era lo único que la conectaba con el mundo exterior y le permitía algunas ensoñaciones?. Finalmente, después de una noche tortuosa llena de angustia sobre su futuro, Rosa se permitió un último paseo primaveral por su ya muy estudiado jardín. Pese a la época del año, el día carecía de luz, el sol asomaba apenas unos cuantos rayos que se escapaban al cuerpo de nubes negras que abrazaban la esfera celeste. Sin embargo, el paseo era necesario, por una exigencia de índole espiritual, de esas que no se pueden explicar, pero impulsan a la acción con fuerza irrefrenable. Accedió a su jardín por medio de un conjunto de oxidadas y pesadas celdas. Lo vio, cómo se ven las cosas cuando se tiene conciencia de que se les extrañará y de que ese es el último vistazo que se podrá brindarles. Lo recorrió a detalle, desde el más pequeño pétalo de la menos agraciada orquídea, hasta la más esplendida hoja del álamo blanco más alto. Observó que las hormigas habían ya terminado los túneles que cavaban bajo un castaño, y recorrían el jardín en busca de alimentos. Miró con alegría las formas de comunicación de los pequeños insectos, formando caminos y dándose ordenes que figuraban besos; notó también que en su camino los diminutos seres formaban líneas rectas, imaginó que estos eran conscientes de los estudios matemáticos de la época clásica y, que tenían noción plena de que la distancia mínima entre dos puntos es siempre un trazo lineal. Dicha idea causó en ella una tímida sonrisa. Continuo su camino por el empedrado que rodeaba todo el cuadrángulo que ocupaban las flores, árboles y pastos. La visión del pequeño estanque a las orillas de la vereda desgarró de forma profunda aquel corazón que ya estaba bastante agitado, le recordó al pájaro carbonero que la acompañó durante sus paseos el pasado invierno y a quien alimentó todas las noches desde aquellos días, “Mi pajarito vendrá y no va a encontrarme”, suspiró y debió ahogar una lagrima que amenazó con escapar de forma impetuosa de sus ojos. Recorrió todos y cada uno de los árboles del jardín, desde la aun joven acacia hasta el viejo álamo blanco, mismo que en su juventud confundía poéticamente sus hojas con pétalos de flores blancas. En particular, el más viejo de todos, un castaño, le hizo eco de su vida en libertad, llegaron a su mente recuerdos, llenos de luz, de Luisa y Hans riendo a la sombra de un robusto castaño, Luisa cantando “Creó el edén, la eterna luz, creó la tierra y tu figura”. De regresó en su celda, al observar por su ventana, la recibió el anochecer. Al esconderse el sol, el cielo resplandeció por unos minutos de un profundo rosado que Rosa comparó con una sonrisa cálida. Como una despedida del sol de Wronke, sol primaveral para el corazón de la revolucionaria prisionera. En la oscuridad, a la luz de la vela retomó su pausada correspondencia con Soniuska. Dio inicio a su carta con un “Puesto que mi agonía aquí en la cárcel se prolonga más de lo que yo al principio había supuesto, va usted a recibir mi último saludo desde Wronke”, finalizó su pequeño mensaje con una resignada despedida “Hasta la vista, en mi novena cárcel. Su fiel, Rosa”. Rubai I Tu cuerpo es un desierto circular sin nombre, el tiempo que recomienza letra a letra zozobre, es un enjambre de sonidos, años e insomnios, un signo, un manojo de enigmas para el hombre. Casida del amor perdido Fuimos el viento y el mar, perros hambrientos de nostalgia, pero el dolor volvió revelando nuestras cicatrices. Fuimos la noche con sus frutos plateados y su cascada de luz, pero el tiempo quemó nuestros rostros. Fuimos el jardín del poeta viviendo en éxtasis perene, pero la tristeza llegó destrozando nuestros cuerpos. Fuimos el otoño con sus ríos dorados y el recuerdo mudo, pero el sufrimiento quebró nuestra mirada. Fuimos todo aquello que deseamos caricias, besos, fantasías, ilusiones, pero la vida… La vida nos legó cargar con nuestra soledad. Gacela de la dulce noche Volvería a ti, sí, volvería gacela, a la orquídea de fuego escondida entre tus labios, al signo oprimido de tu vientre y a las dulces riberas de tus ojos. Volvería a ti, sí, a descubrir el paisaje sin nombre de tu boca, a los páramos verdes que ascendían en tu respiración, al sí que exhalaste al decir las letras de mi nombre. Volvería a ti gacela, volvería, al segundo exacto donde la arena cubrió tu piel de perlas, a los minutos de silencio donde nuestras voces se unían, al río encadenado donde nuestro corazón soñaba. Volvería gacela, volvería, a la sencilla calidez de tus besos, a tu reflejo de ninfa sobre las aguas, al aire inmortal que recorría tu piel. Volvería a todo eso gacela, volvería… Rubai II Como la mañana surgen pequeños paraísos bajo tus labios, he sido la voz del agua, un pájaro explorando sus cambios. He detenido el tiempo dentro de un espejo para verlos crecer, despidiendo el misterio de luz y sueño de sus intercambios. Casida del amor olvidado Al final se desvanece el amor Los racimos de carne El cielo azafrán Tus pechos de estaño Tu espalda de arena Todo ello va desvaneciendo La suma de instantes El canto del mar por la noche Los actos irreales Las evidencias de nuestros actos Todo va consumiéndose El latido de la rosa La luz entre las sábanas El cántaro donde bebimos La lluvia de letras de nuestros nombres Al final, nada queda de todo esto. Gacela del dulce sueño A María González Ramos Gacela, tú que has dibujado mi nombre, revélame el instante inmóvil del silencio, la luz secreta de tu deseo, el dulce contacto de tus labios. Gacela, eres el sueño antiguo del mar, el placer velado de las sombras, el rumor de los pasos impetuosos, el andar cálido de la cicatriz luminosa. Gacela, deja que mi piel se una con la tuya, que mi lengua de fuego consuma tu sonrisa, y mi latido se arroje al espasmo de tu boca descubriendo la llama secreta de tu agonía. Gacela, abre tus alas de espuma, para que arrulles con tu rumor mi sueño, escondiéndome en la alcoba de tus ojos, brindando aquella muerte tantas veces prometida. Rubai III Nazco dentro de tu mirada como un río petrificado, voy devorando tu vientre de leche de un solo bocado, caigo y tú juntas el polvo de mis huesos con tus ojos, abres tu cuerpo cual rosa finalizando este viaje alucinado. Casida del poeta asesinado. Quisiera que mi voz se elevara, como los astros o los pájaros, que se llevara este frío pensamiento, esta soledad de pronunciar tu nombre y no hallarte en Granada. Quisiera que el viento recogiera mi llanto, en el centro de la hora sonámbula, y cubriera tu rostro de niño aceitunado con claveles, borrando la sangre, las cicatrices y las marcas que esos perros rabiosos te han dejado. Quisiera detener el tiempo y recomenzar la mañana, volver a tu palabra de oro, al caballo moreno, a la niña de plata. Acariciar tu sonrisa y encontrar la respiración profunda del mar, el viento de otoño y el torrente de llamas. Quisiera, Federico García Lorca, escuchar de tus manos la voz dulce del piano o las mariposas que de tu garganta escapaban, pero aquella luna a la que le cantabas a un incierto lugar se ha llevado tu alma. Gacela después del amor Recuerda la boca silenciosa de la luna entre tus ojos, la primer palabra destruyendo tu cuerpo en la soledad. Recuerda la tormenta martillando tu corazón, la súbita mirada acechando entre la penumbra. Recuerda el beso de fuego devorando el mar de tu vientre, la luz de las estrellas vagando entre tus muslos. Recuerda gacela las espumas deteniéndose en tus labios, el andar desnudo del sol descansando entre tu frente.. Rubai IV Es innombrable tu sexo, la constelación invisible de sus objetos pero me he internado en el para descubrir el laberinto de sus secretos, los signos entrelazados, las palabras prohibidas, los ecos desterrados… Permite que este deseo deje sobre tu cuerpo los segundos quietos. Gacela del amor oscuro He seguido tus silencios gacela sobre tu cuerpo blando con ese miedo irreversible de perderme entre tu fuego, pero nada de esto importa por ser el aire ciego, o la patria secreta que alberga en tu mirada. Yo persigo tu sonrisa y la música de tu alma, el acto de fe concentrado entre tus brazos y el soplo fugaz de tu carne unida a la mía. Permite que entre tus pechos esconda mi sonrisa, que recorra aquellos rincones secretos y ocultos, encendiendo la sed que nace de nuestros labios dejando nuestra carne en profunda agonía. Ahora gacela ya que nuestra mudez compartimos, dibujemos las formas insaciables del deseo en la prisión perpetua de nuestras respiraciones desnudas. Casida de los olvidados A Olme Pacheco Fabián Detenidos en algún puerto, riegan la noche con sus gritos, vigilan las puertas de la eternidad, suspirando medio siglo de preguntas. Buscan entre los vestigios sus sombras, silbando en la esquina de un árbol, perforando la noche como un pájaro guardando su secreto entre la carne. Ellos no olvidan este tiempo, lo reviven y lo escriben día a día, defiende del dolor su palabra a pesar que su latido ya no cante. La escritura es juego sobre un tablero de vértigos y asombros. Juego de ajedrez abecedario. Damas chinas que se quitan la ropa a la menor provocación del verso. La palabra brota lenta o ágil o a velocidades de atrás hacia delante y a la inversa. La palabra es silencio preñado. Todo es verbo ante los ojos. El poeta busca y encuentra o simplemente es árbol que se deja tocar por la armonía del viento o a veces lanza su anzuelo y solamente logra peces muertos o zapatos abandonados por los bostezos. Entonces, un día u otro aparece la Musa, es decir, una imagen femenina que lleva en sí secretos de virtud eléctrica. A partir de entonces las alfombras de lo real se mueven a ritmos de música salvaje (jazz taquicardio, rumba horizontal, rock de la sangre). A partir de entonces, todas las hipnosis se juntan en el centro de la Musa, todas las máquinas del sur, todos los oleajes con que juega la luna. ¡Ah, los insomnios del Poeta! Esos sitios donde todo crece y arde y se hace carne en prolongamientos de dolor y uva. Los insomnios son entonces diurnos y nocturnos. Los ojos del Poeta ya no saben sino de esa imagen que en ecos se repite como grito desdoblado, como repique de campana tartamuda, como metralla de cenzontles locos. Y entonces escribe. Y entonces la escritura rueda y brota en chorros de luz o de sombra. Nada importa sino decir, nada importa sino extender en la hoja en blanco la blancura de la sangre. Decir. Hablar de los develamientos. Dar fe y testimonio de los ascensos, de las caídas, de los vuelos a ras de piel. Dejar los testamentos de un corazón que tiene más neuronas que cualquier sabio de este y otro mundo. Nada importa. Sólo eso. Nada importa sino todo lo anteriormente asentado en esta página que es una puerta que es una ventana que es un ala para salir volando rumbo a las herencias de las Musas. Aún podemos caminar junto al empíreo que se mueve a una velocidad invaluable impulsada por litros de oxígeno en la mañana. Que por dentro están llenos de inserciones andantes de nervios sanguíneos. Núcleo que entrega los tejidos del sol a las células situadas en la retina que abraza el tono de la mitad las cosas. Imaginando cien mil millones de neuronas enviando sus sueños a 360 km/h. Heridas que se cristalizan para detener hemorragia con coágulos de sangre que protegen el sentido de todo lo que nos abraza cuando vamos juntos. Arte para guardar dos copias de cada recuerdo por si nos perdemos en el pasaje. Estado irracional amante de la necedad y la insensatez enfermedad mental que dice que hemos nacido para volar pequeña brisa de viento que encamina hacia la libertad. EL JACAL Junto al basurero, hay una tienda de plásticos y maderos que no alcanza a cubrir bien de sol ni lluvia. Sus paredes oscilan con el viento. Apenas un primitivo recoveco para no dormir a la intemperie y recogerse un poco lejos de las alimañas. Sus muebles son cajas de cartón y algún hierro retorcido donde colgar la ropa. Apenas cabe uno de pie; y sus habitantes se debaten en la incomodidad de un aire de olores prisioneros y huecos por donde se cuela la luz quemante, la persistente gotera que moja las ropas de dormir e inunda los sueños de tristeza. Se fugan por ahí los días cuyo solo beneficio es nueva chatarra arrancada al basural. ¡Qué horror repentino (mi mente yendo a habitar allí, compartiendo esos mismos cacharros), por lo que debería ser una casa y no lo es! EL ABUELO Por las tardes, sale a tomar el aire que no alisa sus arrugas; y en el desfile de carros y rostros, permanece impasible, dando un ceño circunspecto al timbre de la vida. Se ha vuelto agrio como un fruto que encierra la demencia. Y en el monólogo de su plática, mezcla reclamos con historias fantásticas de lo que nunca fue y quiso ser. Sus días son procesión de achaques. Sus noches: cortas y sin misterio. El catre lo aferra como camilla de hospital, recogiendo, ávido, su rancio olor, a humanidad ya pasada. Su señorío en casa concluyó hace mucho, como carta cuyo remitente ya no importara. Podó un árbol, extravió un libro, lastimó a un hijo. Ya nada espera: ya puede morir, como quien abre la mano para mostrar que nada guarda. EL ESTUDIANTE POBRE Viajó kilómetros para asistir a una universidad que en la primera clase lo decepcionó. No tiene mejor opción que padecer la distancia, el anónimo dormitorio amueblado con sólo un colchón orinado, una mesa destartalada y una parrilla eléctrica para parcos bocados. Comparte el baño con muchos y ve su champú reducirse a causa del hurto. Pide fiado en la tienda y lo miran con recelo. Sin quejas, espera anheloso la remesa de sus padres que no alcanza. Menos para una abrigadora chamarra. Hoy ha desayunado solo un mal café y un cigarro suelto. Se calienta al sol del patio escolar. Se desvela memorizando estériles datos. No sabe aún que graduarse no significa siempre mejor vida: a lo sumo otro papel para engrosar burocracias. Quizá algún puesto menor encarnizado donde la rutina sigue siendo dolor. Que el mundo no cambia, jamás, por estudiarlo. DOMINGO Desde que amanece hay más polvo en el aire. Los minutos se afanan en alargarse: elásticos de tedio. Las cosas sufren un silencio de plomo aun si hablan; y si hablan lo hacen con flojedad infinita. Todas las campadas del día son de muerte, porque éste es el primer día de todos. Y como tal, exaspera como una infancia afligida que no nos perdonara olvidarla. La voz se ralentiza. El estudiante reposa su cruda con dolor en la cabeza del alma. Las calles se ensanchan de modo invisible para que el transeúnte se perciba más solo. Los orgasmos sufren raquitismo y culpa. Quizá Dios maldijo a Adán un domingo. Y este día nos rememora la debilidad del mundo. Reflector El humo me despierta de mi sueño ¿cómo daré contigo si despierto? Alguien que me guíe, porque deserto; todos somos iguales, frunzo el ceño. Los errores que cometí me empeño en borrarlos, los lanzo en el desierto de la rutina quedándome yerto en las cálidas dunas me desdeño. Objetos atrapados en espejos atascados en la rutina de la vida, no recalamos muy lejos. Somos la cara de la luna que arde por las noches en aquellos reflejos que tintinean durante la tarde. Soneto libre Componer un poema yo pretendo. Sin embargo, los versos me rechazan, las estrofas sofocan, no me abrazan; estas sílabas crían voz durmiendo. Escribí, patiné, borré, perdí el placer de la rima. Son desdichas del poeta queriendo ser fifí lográndose robar rimas predichas. O aquellos que buscan fama en verso libre; mayor éxtasis vomitivo crean los mal habidos palabreros. Preferible palpar el universo con el vuelo del ave curativo a vivir rebajado por culeros. Soneto perpetuo He creído en un dios enteco, frío. Acidioso en crear cosmos, planetas, montañas, lagos, ríos. Ser impío: concibió los mortales con cometas. Descansando un domingo urdió gran lío: encabezó los rayos con profetas, vacilantes las plagas. Desafío de ángeles ejecutan las trompetas. Incesante silencio de ese eterno que turbaba mi savia procediendo en las sombras, llevándome al averno. Su mutismo, rasgado y deprimido, producía la muerte del divino, mientras que le ofrecí mutuo despido. — No Claudito, bájate de ahí, ¿qué vas a hacer por favor bájate de ahí? — No vale la pena, lo que vas a hacer por un nueve ¡mira si quieres el diez, el maestro te lo va a dar!. Recuerdo estas frases como si fueran ayer cuando creía que estaba más lejos del suicidio, sin saber que este estaba más cerca de mí. Puedo revivir aquel día como si fuera hoy, en el cual todo el mundo trató de salvarme para que no me suicidara… La historia más o menos comenzó así, yo cursaba la secundaria el segundo grado un día anterior mi maestro de artísticas el Negrito Salomé le decíamos así por su color nos dejó un trabajo llevar una pintura con eso nos iba calificar la materia. Siendo franco yo no sabía pintar no era muy diestro para las manualidades mi padre se había encargado de informarme de manera muy cariñosa, durante toda mi vida me dijo que era: —un inútil, un bueno para nada, que no servía para nada, que era un tonto— y siempre me comparaba con él qué sí hacia las cosas bien con mi hermano Juan. Además, para el colmo de los males él era más alto, mi estatura era muy ridícula de 1.40 cm, y él era menos enfermizo que yo, a mí hasta el aire me adolecía, les debó confesar que todo lo anterior sí era motivo para quererse morir y tirarse de un banquito. Volví de la escuela como siempre con un gran hueco en el estómago de las manos me escurrían goteras de sudor que me limpiaba en la presilla del suéter, de tan sólo pensar que tendría que decirle a papá que me auxiliara a hacer mi tarea, porqué sino me iban a reprobar antes de terminar la comida con mi voz bajita que casi nadie escuchaba, le dije — me ayudas a pintar un paisaje es para mañana, para mi sorpresa estaba de buen humor ¡muy raro estaba sobrio! me contestó que si me ayudaba, pero que yo tenía que levantar las herramientas y dejar todo en orden en su taller. Mi papá tardó como dos horas trabajando en su taller, lo primero que hizo fue cortar cuatro palitos, para formar un cuadro y luego clavó una manta para tener un lienzo que pintar. Al final cuando terminó me lo enseñó tuve que ocultarle mi cara de desilusión, lo que había teñido era un dibujo muy feo, ¡un garabato! de un dizque señor montado en un burro, y en la parte de arriba había sombreado de color bermellón una simulación de gaviotas, no le dije nada, pero estaba seguro de que con ese cuadro me reprobarían. Al día siguiente a la hora de artísticas el profesor Negrito Salomé, nos preguntó a todos por el trabajo, recuerdo que yo fui el único que llevaba mi cuadro, y que tiritando se lo mostré, el profesor miró el cuadro, frunció su ceño con un dejo de desprecio, y como nunca yo lo había visto se enfureció con todos mis compañeros, les gritó que estaban reprobados, y me puso a mi como un gran ejemplo a seguir. Sólo que hubo un pequeño detalle a la hora de calificarme me puso un nueve ¡no hubiera hecho esto!, porqué todos los demás, esa bola de envidiosos me empezó a hacer burla, que el inteligente no se había sacado el diez, sus palabras me abruman, ¡aun las oigo ahora!, acompañadas de aquellas risas que no soportaba esos: ¡ja, ja!, ¡no te puso el diez!, ¡ja, ja, ja! Así que por un momento me quede paralizado, con las manos en los oídos y fue cuando vi y escuché que, en la esquina de aquel salón, del lado derecho a un banquito redondo, que me hablaba, que me decía cosas, no titubee la situación no podía continuar así, era un acto de vida o muerte; camine hacia él y me trepe, y ya cuando estaba bien de pie en aquel banquito yo iba…. Pero todos gritaron angustiados: — No Claudito, bájate ahí ¿qué vas a hacer, por favor bájate de ahí? — ¡No vale la pena morir por un nueve, mira si quieres el diez, el maestro te lo va a dar! — ¡Piénsalo! Todos mis compañeros le preguntaron al maestro, ¿verdad que ya tiene su 10, que se baje...? Yo lo único que quería hacer, la razón por la que me subí a ese banquito fue porqué los quería callar, era la forma de que me haría escuchar, pero se me olvido una pequeña imperfección, que ese banquito era más alto y yo demasiado enano… Desde entonces, para muchos de mis compañeros; soy además del gran loco; él tonto que se quiso suicidar con un vil banquito en el salón de clases y eso si es motivo para morir. FIN Desde el principio de los tiempos supimos que volveríamos a encontrarnos al tiempo del verdadero amor y la unión sagrada de las almas Como sueño eterno una tierra se vislumbra ante nosotros vestigio de una invocación mágica el rito poderoso de una leyenda antigua que nos seduce y nos persigue con su recuerdo y sus cánticos bajo la clara sombra de todas las visiones Lo que queremos ver… lo vemos con el ojo interno que nos fue otorgado en el Reino primigenio donde una vez fuimos completa unidad en el Gran Océano Cósmico Como un sueño oculto en el ayer hoy se manifiesta así de simple y claro como la visión colorida del profeta en los bellos e inmensos campos florecidos Tierra soñada que vuelve a nosotros como una danza de estrellas en los cielos por un tiempo… es verdad…. estuvo oculta y se mantuvo solitaria en los mundos invisibles de los registros del Akasha Pero el latir del puro amor en el ahora resplandor de la fragancia de la rosa prometida que el centro de nuestro corazón destila en el círculo del tiempo y del renacimiento nos prepara para lo que ha de venir más allá de la eternidad Recuerdos reflejados en las aguas primigenias del pasado recuerdos del sentir que hoy nos guían y que iluminan nuestras vidas abriéndose por fin el portal tan esperado y activando así la luz que detrás del velo está Unidos en la llama de la verdad estelar tú sabes quien eres en mi yo sé quien soy en ti fuego del Fénix ardiendo siempre en unidad. “Extranjero y cautivo en tierra de africanos, llorarán por él el estrado y el mimbar; llorarán por él las espadas cortantes y las lanzas, y derramarán lágrimas abundantes; llorarán por él el rocío y el aroma, sus palacios” Al-Mu‘tamid ¡Tánger! ciudad blanca tierra de poetas hispanoárabes rincón morisco que al amanecer se baña en la dulzura del mar Atlántico puerta del Norte de África el sol enciende tus puertos de aguas azuladas Al interior de tu medina antigua todavía vaga la sombra de tu hijo Ibn Battuta gran viajero de todos los tiempos Por las noches de Ramadán se escuchan las voces al unísono de los almuédanos que hay en cada alminar esparcido en toda la ciudad el ritual de purificación comienza y los fieles acuden a la festividad Turbantes y túnicas en el andén del tiempo y en su Edén cósmico la gran luna cae sobre la eterna Tánger y cuando la madrugada llega el silencio esparce su nostalgia recordando una vieja canción andalusí. Después del asesinato mi vida sigue igual trago las pastillas el lunes las trago el martes el miércoles y los días posteriores hasta que un viernes se me ha olvidado tragarlas quise descansar, abrí los ojos, desaté el nudo, entonces ya era lunes por la tarde nunca había pensado en la suciedad entre las teclas del teclado entonces nunca había pensado en la suciedad entre mis dedos de la suciedad entre mi ingle la suciedad de esta ciudad y en estas palabras… Desde que escribo no soy el mismo me siento más autoaborrecido me doy asco lamentándome y llorando no lo soluciono escribiendo tampoco es más doloroso pero me gusta como se siente El dolor quema la lágrima quema olvidar quema mirar quema escupir quema Madre quema vivir quema escribir quema Siento que ardo, siento aburrimiento, decir lo que siento es confuso, callo pero el dolor quema. Que dolor dios de los estúpidos que sufrimiento eterno me causa el hades al cual me condenaste: el tufo de tu hijo incestuoso el amparo de su palabra torcida Yo mismo estúpido parezco peregrinando por huellas que han quedado huellas no por profundas sino por repetidas ****** Hasta el cansancio fueron las huellas repetidas una y otra vez contra la piedra contra el viento contra toda esperanza de purificación Al principio era el verbo apenas balbuceo y el verbo era con el dios necio y el verbo fue carne destino de pudrición ****** ****** ****** El barro de la estulticia aceptó el soplo del dios necio el sesgo de la costilla separada del origen ****** ¡Que necedad! Ahora pago con usura la consecuencia ****** Moldeada fue la manzana y cogida fue como tal y vomitada por no saber la carne qué hacer con ella ****** El hijo mató al hijo no sé cuál de ellos proliferó no sé cuál es ahora mi hermano Fueron las huellas confesadas como infalibles por autoridad de la repetición ****** Cosecha profunda en el campo de la estupidez flores de aturdimiento ****** No es rabia dios de los estúpidos sino amargura la que me envuelve manto que hiela que engaña mi ciego caminar ****** Acompañado estoy pero me siento solo como solo debe sentirse el simple pisando terreno pantanoso ahí mismo construyendo mansiones bebiendo vino y masticando carne mal crucificada y peor servida ****** ****** Que sufrimiento dios de los estúpidos generación tras generación creciendo en poder y fama flores de miel frutos del mismísimo infierno Pero nunca está solo el simple sino mal acompañado por legiones emplumadas de negro que no saben a sí mismas explicarse y mucho menos volar ****** Que ingente esfuerzo malgastado en comprender en intentar enseñar algo subiendo montañas de arrogante rispidez hundiéndome en mares vacíos como el caos que se actualiza con obsesión se actualiza ****** ****** Legiones de mil ojos nublados de cataratas ****** Legiones fluidas como sus ovarios como sus testículos Me carcajeo ante el esfuerzo tres veces vano estúpido en sí mismo malvado por repetición Santo dios de la estupidez dame la fuerza que necesito para no insistir en tus garras ****** ****** ****** Me duele el día cuando el día se levanta me duele la noche cuando me desvelo ****** Me aflige el mal sueño del sol de la luna que vagan perezoso y perezosa en cielo muerto por indiferencia ****** No soy el animal que fui ****** No me reconozco durmiendo en poza vacua esperando por mis ojos para ver el mar ****** por mi boca para recibir el alimento que apenas necesito y mucho menos merezco ****** No soy el animal que fui todo ha cambiado ****** Otras son mis tribulaciones otros los semejantes a quienes cuidar y de quienes cuidarme ****** ¡Maldita sea la vigilancia que me ofrecen a cambio de escaza libertad! ****** Vigilante contra mí mismo debo permanecer ****** A veces me duermo y muero ****** No me opongo a mi espejo al barro pulido costilla rota golpeando a la puerta de mis ojos pidiendo pan robando odio ****** No me opongo a mi espejo Hacerme sufrir sin hacerse ella más feliz ****** ****** Del gusanillo del elefante sus temores envidio del pajarillo azul marino su desinformado canto del puma en la montaña las huellas de sus garras en el tronco hueco del árbol caído ****** Ellos no envidian el reflejo que me ata por castigo y herencia ****** Mi propia imagen viene a torturarme no sé cuándo como no sé dónde ni siquiera sé por qué mi propia imagen viene a torturarme a venderme el infierno del cual dispone en propiedad Yo mismo me siento ácima masa haciéndome sufrir a veces ****** Parece inevitable menospreciar su número y esto no es poco generoso en verdad te digo no lo es ****** No soy tu espejo sin embargo y no es llaga decirlo ¿Por qué habría de serlo? ******** Tu y yo hermano mío no siempre somos reflejo hijos del mismo padre ****** A veces nos distinguimos como hermanos de la misma madre prostituida naturaleza Siempre habrá hijos del dios necio bien dispuestos y bien ocultos esperando la ocasión de hacer llover con hipo y trueno en medio del silencio ****** A veces soy también estúpido con alternancia y consistencia ya lo he dicho prebenda del dios necio ****** ****** El poder transformador del dios necio no puedo imaginar su poder Designio inescrutable soy a veces de la divina necedad ****** ****** Temo a la hueste del dios necio más poderosa que el mar que la lujuria cuando despierta su hambre Su palabra convirtiendo la incredulidad en beatitud la genialidad en dogma reducida inequívoca e irremediablemente a otro amén Como negarlo a qué oponerme a la cordillera de objetos que conservo como prueba irrefutable como tesoro de la tontería que me ahoga en el preciso y más deseado momento ****** ****** ****** Temo al ejército de la muerte fraccionada a ese instante parecido eternidad que congela mi hálito que hace hervir mi orina Los hijos los acólitos el pueblo del dios necio no puedo imaginar tal asamblea repleta de cánticos y risas babeantes ¿Crees que no me siento espejo? ****** ****** ****** Torrente de agua siempre el mismo siempre distinto torrente me siento ****** Le temo pues me envía de vuelta al infierno de donde creí haber escapado sin haberlo comprado ****** Cerbero me recuerda lo imposible salpicándome un ladrido que no alcanzo a comprender ****** Masa informe sin estatuto ni presidente sin leyes que le gobiernen guiada por la mano de su dios fiel alcanza su fiel propósito: ****** Luna tras luna nublan la noche los estúpidos infundiendo terror en mi alma oscureciendo mis ojos como cegados mis ojos por soles y soles de luz negra que hacen incierto el siguiente paso Ciego como soy no alcanzo a distinguir la cercanía y su consecuencia ****** **** No sé si este es mi destino o es una grieta que me guiará de vuelta al bar de los condenados Como tampoco lo hace (en él mismo) el hijo del dios necio por ser el mismo hijo del dios necio ****** ****** A la noche de los inocentes decapitados ****** ****** ¡Estupidez! ****** ****** ****** Bendita sea la estupidez deshecha de las cadenas nunca sujetas al color de tus ojos pálidos a la hediondez de tu boca hermano mío Vuelan las aves y los pájaros ribeteados de plumas que no se reconocen plumas ****** En la misma proporción vuelan las aves y los pájaros ****** ****** Aunque engañen las apariencias la perspectiva de la apariencia es siempre exacta El diablo mete su número para que nada cambie y aun así imposible prever la sentencia Descartes a ti mis loas Descartes en cada una de tus caras un incauto un inteligente un malvado y un estúpido y un estúpido me puedo encontrar ****** ****** Ticio el incauto perdió su honra en beneficio de Cayo ****** ****** El reloj del alma marca siempre el mismo arcano precisión de un segundo en un abrir y cerrar de imperios Entre putas y caballeros jíbaros y bardos onanistas todo es el diablo metiendo su número Ticio el inteligente ganó su honra y aumentó la honra de Cayo ****** ****** ****** El hijo del dios necio será siempre el hijo del dios necio Ticio el malvado robó la honra de Cayo Hay quienes deben soportar a los espejos ****** ****** ****** Hay espejos que deben soportar a los quienes Bendita sea su ignorancia sin saber cómo ni cuándo quienes ni cuantos ****** A todos nos iguala la estulticia en esto la justicia del dios necio es implacable ****** En una fracción del total nos encontramos ****** En una fracción del total nos reconocemos ****** O no ****** La luz ilumina aun con puntos negros en su rostro ****** La sombra oscurece aun con velas en sus manos ****** Barren las escobas arrastrando sus pajas mejor o peor enhiestas ****** Hay quienes se rompen para no reflejar ni reflejarse ****** Otros se reflejan en las piedras y hay piedras que se dejan reflejar pues quieren evitar la tortura de la soledad ****** Menos velas enciende la soledad y menos reza al dios necio en esto lleva su propia razón de ser Ticio el estúpido perdió la honra de Cayo y nada ganó a cambio nada ****** He perdido lo sé ya no recuerdo cuánto a manos de una absurda criatura ****** No sé por qué la absurda criatura hace lo que hace sin hacerse crecer un ápice en su apariencia ****** La absurda criatura hija del dios necio ****** Gane o pierda mi oración ganancia o pérdida provocará sobre la superficie del mar bajo la profunda voluntad del dios necio La absurda criatura mirando en lontananza la migración del sol ****** ****** Una cara necesito un plano cuatro para comprender No reconoce su pasmo la absurda criatura ****** ****** No es capaz de adaptarse a los ambientes que le proponen ****** El hijo del dios necio es fundamental y firmemente el hijo del dios necio Pobre alerce no sabe lo que pasa y continúa creciendo sin hacerse preguntas no las necesita para vivir como lo hace ****** ****** Insiste en causar daño sin crecer un ápice en su apariencia y a veces hiriéndose a sí mismo El demos explica el ascenso del burro ****** ****** El demos explica la inocencia del alerce Estatua de sal parece bajo la nieve ****** ****** Bajo el hedor del demos fue la burrocracia sacramentada excrementada fue Sería gracioso si no fuera gracioso ****** ¿Dónde está el más exquisito fruto? ****** Cada vez mayor mayoría son los hijos del dios necio que al llamado del ágora admiten la ocasión el asilo del máximo daño con íntimo placer que raya rayando un papel mental masturbación monótona y consuetudinaria ****** El hijo del dios necio es peligroso en esencia en barro y aliento pues no puedo tocarle con medida ni con-ciencia ****** El algoritmo explica al influyente y sus seguidores poderosos Neptunos enviando oleadas de caca a la tierra de los que no entienden Pues no puede comprenderme ni yo anticiparle y tampoco se alcanza a sí mismo ****** ****** Tik – tok sufre el reloj de sol tik – tok Enredado en una madeja de buenas intenciones teje el camino al infierno con una sonrisa en los labios con gritos a flores de dientes convencido de su herencia como prodigo hijo del único dios necio ****** ¿Dónde la representación exacta de la necedad? ****** ¿El templo inmaculado convocante de aquello que me tortura? ****** ****** En el seno cálido de la opinión marcada con una raya en un papel está la permanencia del estúpido la inmortalidad de su alma Sobre el escritorio del poder está el altar de la estupidez ****** ****** La eternidad del hijo del dios necio Ahí es donde se consuma la transustanciación del ideal celeste ****** ¡Oh demos de la imposición! ****** ****** En existencia marrón se consuma la transustanciación como la mierda ¡Bailemos la danza de la estupidez el baile de los que no bastan de quienes nunca sobran! ****** ****** Bailemos sin pensar a ojos cerrados bailemos para no volvernos locos Y a veces también es donde se preña alguna puta y se firma el desacuerdo la resistencia fugaz del que apenas habita la ciudad ****** ****** Se multiplica y crece el pueblo elegido ****** Causa un holocausto el pueblo elegido sin intencionada planificación ****** Quedo indefenso frente al prodigo hijo del único dios necio ****** Montado en un altar que no deja de corcovear espero la cuchilla del sacrificio ****** Brutalidad tiranía imperio ¿Cómo llegó ahí el esposo de la infamia? ****** ****** Escasez de llaves para tanta caja de Pandora Esta vez no habrá vozarrón que le detenga pues ha muerto la certeza ¿Cómo alcanzó el burro la cima del alerce? ****** ****** ****** Sobreabundancia de candados en vientos de madera jauría de animales danzantes Ha muerto la voz en extraña circunstancia Nietzsche lo dijo nadie investigó la causa ****** El ataque me coge por sorpresa Sin malicia ni reconocimiento y sobre todo sin saber lo que hace Pobrecito mi mundo tan pobre tan reducido ****** ****** Por eso para él pido algún divino perdón Hecho casi nada entre coloridos proverbios que no dicen nada y mucho venden ****** ****** ¡Abre los ojos hijo del demonio prudente! Reniega del sol que baja del cielo Perdido entre la niebla de la estupidez no sabe mi mundo lo que pasa ni por qué ****** El ataque no me coge por sorpresa pero me es imposible armar la defensa porque no entiendo no entiendo ****** Con su estupidez y su buena digestión será capaz mi hermano casi casi de lo imposible Dickens lo dijo ****** Busca la paz lejos del horizonte no puedo advertirte otra cosa ****** Decae mi mundo cierra los ojos somnoliento Deja atrás muy atrás la complacencia prepárate a dar la buena lucha ****** ****** Contra ti hijo del dios necio no pueden mis demonios luchar hermano Schiller casi lo dijo ****** ****** ****** Apenas respira mi mundo todo lo vendió incluso el traje del emperador No pretendas hijo del demonio prudente querer dominar a la bestia ****** No conoce el necio a su padre no pide acta de nacimiento no pide apellido ni manutención No se puede comprender a la bestia abarcar el infinito de su estupidez Aprovechó el sueño de mi mundo el hijo del dios necio para elevarse en volutas de humo entre burbujas de información que le hacen cada vez más estúpido ****** ****** ****** Se cree independiente el necio pero independencia no tiene No le des la oportunidad para demostrar su capacidad Florecen los malvados y los incautos ****** ****** ****** Olvidas hijo del demonio prudente el poder malicioso en el hijo del dios necio No entienden los hijos del demonio prudente el declive de la civilización Se cree único el necio pero único no es ****** ****** ****** Se cree indomable el necio e indomable fue concebido Como si no existiera el olimpo olvidas hijo del demonio prudente la justicia en el Edén privilegiado ****** ****** Con una sonrisa en los labios lógicamente inconsciente el estúpido aparece danzando la danza macabra derriba el imperio de la razón ****** Después de todo prudencia y necedad se revuelven en danza lasciva ****** El hijo del dios necio es el hijo más peligroso más incluso que el odio que el resentimiento que el hijo del dios malvado ****** ****** Nace así el hijo perfecto del dios necio ****** Muere así la esperanza de la resurrección Ese joven olor que me sumerge en un abismo de gozos, perdura como vestigio del tiempo, madura cual fruto, es sello de beso imberbe. Me atrapa con la voz de la herejía al saberse eco, vicio recatado, se torna neblina, sórdida hombría, laberinto de mi voto censurado. ¡Qué placer se desata de lo nuevo! ¡Como sufre la razón de mi pendiente! Ya quisiera pernoctar en mi pasado, remontar lo versátil de mis vuelos, rescatar, de lo oscuro, mi simiente y posarme, con voz, sobre su paso. Nubes grises desplazando el azul que quiero retener que quiero respirar. Hojas verdes que arrastra el viento cayendo sobre mi cuerpo. ¿Cómo absorber el verde antes que se marchite? Abrir los poros de la piel vestirme de hojas vestirme de azul Vestirme de cualquier color que no sea el gris. Pintar las nubes Teñirlas Teñirme de arcoíris. Ser poeta es difícil, es vivir en este mundo y salir ileso, ser diestro en morir y regresar en cuestiones de segundos. Un poeta es simétrico, enigma sin explicación, piel que protege del frio y el fuego, árbol perenne en el bosque de la poesía. El poeta está en todas partes, ve lo que otros no pueden, escucha lo que el universo susurra y lo traduce al lenguaje del alba y el crepúsculo. El poeta viene de lejos, de cierta naturaleza única; de él solo vemos una mitad, la otra pertenece al idioma del árbol y su fruto. El poeta viene del tiempo de la exactitud, evidente y grande, total en su código, semilla plantada en el surco de la proeza. El poeta no tiene prisa, es suyo el atardecer y los primeros rayos del sol, las exclamaciones, la tinta blanca sobre la estrella. Sus palabras son como juguetes misteriosos, nos circundan de tantas formas, se apoderan de nosotros y nos reúne alrededor de su cuerpo. Allí quedamos, para él, somos montañas maravillosas al borde del espacio él nos mira desde su Realidad, guarda silencio, y se ofrece. Sabes... No tengo mucho que decir , Todo es tan breve ... El ladrido de los perros en la noche , El arcoíris después de la lluvia , Las musas seguirán siendo musas; Mis palabras no importan. Nada de lo que haga o deje de hacer ; Nada…absolutamente nada Es puro y eso duele. Afuera hay luz ; No te engañaré /tu no me abandones (Tu sencillez es aterradora, mujer -alma). A veces parezco indiferente ,... Ya no engañaré a nadie ... Eso al final cansa. Todo me parece tan humano. “Pobre de nosotros Que estamos jodidamente solos”;. Háblame de ti (Cuanto antes)... De mi , no tengo mucho que decir ; Mi corazón se olvidó , Mi corazón fue ingenuo.... Sabes es horrible vivir con miedo. Afuera de mi hay luz... No te engañaré / Tú me abandonarás? Si quieres puedes quedarte , no te obligo ... Si quieres puedes seguir leyendo; Te quedarás?... Se oscureció la tarde, Noche cerrada y sin estrellas se tornó. Una daga atravesó mi corazón Partiendo la ilusión en dos. Ya nada será igual, Voy aprendiendo a caminar hecha pedazos. Aquí y allá buscando a tientas, La calidez y el reparo de un abrazo. Habitan muy adentro, Esas preguntas sin respuestas al dolor. No sé por cuánto tiempo Se quedará este frío en mi interior. Aún así permito, Que florezca la esperanza y la pasión. Encuentro una mano que se extiende, Y el sol por la ventana se filtró. Vivir es duro, ya lo sé, Sin tu amor la herida duele más. Pero vale intentar, seguir sin desmayar, Nunca se sabe que traerán los días por venir. Otra oportunidad, mañana se dará Un nuevo amanecer, un día a la vez. Libertad palabra que une a los pueblos y a sus integrantes. Libertad de poder hacer y ser, sin llegar al libertinaje. La Libertad de oler el aire fresco, de las hojas caer de los árboles en otoño y poder mirar la brisa que las eleva desde el suelo, jugueteando entre mis piernas , mientras extiendo los brazos hacia los costados de mi cuerpo, giro suavemente sobre mis pies, que parecen sostenerme sin sentir que estoy en el suelo. Sin embargo todo mi ser se siente aliviado con aquella energía mágica de la naturaleza , es un sentimiento hermoso que me inunda, elevando mi voz, para que otros puedan compartir esa alegría que es la Libertad. De regreso se ha dejado caer una fina lluvia, saltando charcos como una niña estoy , miro las hojas de otoño que antes flotaban a mi alrededor, pegadas al suelo, creando un pergamino de diversos y hermosos colores, aquellas humildes hojas, tienen la Libertad de volverse una misma con la tierra, ayudando a qué sea más fértil… En el parque parejas tomadas de la mano, con sus ropas mojadas sin que nada les afecte cuando se besan apasionadamente, con sus rostros cubiertos por las gotas del cielo, riendo y abrazándose, volando cual golondrinas, en primavera, dos corazones libres y unidos en uno solo ser. Es la misma Libertad que alberga la Paz entre los hombres de esta humanidad. Tal vez mi forma de ver la Libertad, sea diferente más cada ser humano es diverso en pensamiento, por el solo hecho de tener el libre albedrío que nos otorgó el Creador. Les voy a relatar algo que ví hace algún tiempo atrás y es un hecho de esta hermosa palabra llamada Libertad. El esfuerzo, la fe y la unión son claves para la unificación de las personas, vecinos, pobladores, todos unidos, después del largo invierno que ha producido la Pandemia y su sombra que todavía nos aqueja… Esto ocurrió en un largo país de nuestra América del Sur, nació una necesidad desde el frío y la camanchaca, que se levanta en el borde costero, en uno de los desiertos más áridos del mundo. Aunando voluntades, gentes de sacrificio y esfuerzo con niños y adultos mayores , personas con discapacidad, las cuales no contaban con electricidad, para sus necesidades básicas, en estos días que el cambio climático está haciendo estragos en el planeta. Los vecinos se unieron juntando moneda a moneda, para poder dignificar su vida y la de sus seres queridos. Compraron dos postes de madera de eucaliptus que entre seis hombres fuertes no podían levantarlos, entonces tomaron la experiencia de los antiguos y comenzaron a poner palos debajo de aquel tronco, para tirarlo posteriormente unos cien metros hasta el lugar donde se alza el día de hoy. Las vecinas aportaban con agua y bebidas, para esos esforzados hombres que jalaban aquel tronco de aproximadamente unos diez metros de altura y un peso superior a los setecientos kilos, lograrán su cometido, paso a paso, minuto a minuto, lo llevaron hasta su destino, unos vecinos de un lado empujaban y los otros tiraban del otro lado con una cuerda, una vez dentro del agujero y ya erguido debieron trabajar rápido, por qué el viento en el sector es fuerte y no colaboraba en nada en esta labor, su tarea en un momento se vio amenazada casi se cae el poste. Los demás vecinos colocaban piedras y cemento para fijarlo al suelo así mismo le pusieron algunas cuñas alrededor, logrando sostenerlo recto a pesar de las adversidades que se habían presentado. Terminada esta tarea quedaba ir a levantar el otro poste, que era más grande que el primero, solo se logró elevar hasta la mitad, a pesar de que habían venido más vecinos en ayuda, llegó otro colaborador con una grúa a cooperar y se puso en su lugar el segundo poste. , Otro maestro de la misma comunidad colaboró con la caja de distribución eléctrica y otro realizó el cableado por altura para que nadie sufriera daño alguno. De esta manera se logró dar luz a los hogares que tanto lo necesitan en este tiempo frío. El conjunto de esfuerzo, colaboración trazo nuevamente la Esperanza a los habitantes de este sector y les brindo, una nueva forma de vivir libres y sin traumas que una vela pudiera encender una de las casas. Forjando así su propia Libertad y la de sus familias. Dedicado a todos los vecinos que colaboraron por qué la toma Libertad del Puerto de Huasco tuviera electrificación correcta en cada hogar. La Libertad es sinónimo, de Fe, Esperanza y Paz. Cada cual mira La Libertad desde su propia perspectiva y esta forma desde mi mirada la comparto con Ustedes el día de hoy. Permanecí como un árbol seco en agonía Sin raíces, sin hojas, sin flores, Tocó en mí, la antorcha mortecina y vaga De un anochecido cielo sin nubes al vacío, Marchitando la faz de mis ojos en hiel. Una mañana grácil de abril, desperté con La suave lluvia… Descendía entre mis hojas vespertinas la luz, Coreados con el plácido viento, y con su brío Tocó su fuerza en mí. El sol abrazó mi sombra con redención, La tormenta gris, huyó de mi camino Mis alas rotas renovaron el vuelo mágico Del águila en su júbilo. Ahora mis alas gozan de audacia, Con la fortaleza del mar y el sol, Resurgí como el ave Fénix desde las cenizas, Entonces comprendí… ¡Que el universo lo llevaba dentro! Tu amor es como el mar, como la ola que busco y ya no está, como la nube, que cambia su figura, como la vida misma que se va... Este amor que ayer fue sí, mañana no, tan cambiante tu amor, tan hechicero, que me impulsa a querer lo que no quiero y me arrastra a sentir este dolor. Este, tu amor tan loco que yo anhelo, me brinda los momentos más sublimes aunque a veces su recuerdo me lastime y otra veces me traslades hasta el cielo... Este amor que me mantiene en un letargo que me llena de tristezas y alegrías que me invita a quererlo cada día, este amor tan dulce y tan amargo... Por mi bien, tendré que renunciar a este amor que se aleja y que regresa jugando a ser del engaño una proeza, yendo y viniendo como las olas del mar. Siempre alguno termina casándose con la puta del pueblo; en Poeville, ese dudoso honor me tocó a mí. Pudo ser peor, pude haberme unido a ella en sus años de decadencia, como suele suceder con estas promiscuas mujeres, sientan cabeza cuando hay que utilizar lupa para hallar huellas de la belleza perdida. En mi caso, no fue así, me casé con Ruby cuando ella recién había cumplido los treinta y su figura voluptuosa mantenía el magnetismo. El rostro atractivo sin arrugas podía ser el de cualquiera de las otras mujeres del pueblo. Pero era el de Ruby, la mujer que te podía describir al centímetro los cuerpos masculinos de Poeville, entre los quince y los ochenta años. ¿Por qué me casé con ella? La pregunta debería ser por qué lo hizo ella. No soy de los tipos que se llevan la vida por delante, gastan palabras astutas y fuerzan las cosas para que sucedan. Pertenezco al grupo de los que se convierten en masas gelatinosas cuando los aprietan, y cantan apenas suena el resorte de una navaja. Cuando me lo propuso, supuse que Ruby quería ir al altar conmigo porque quería convertirse en esposa y no encontró otro candidato. Fue al altar, nomás; se colocó un vestido blanco y paseó por la alfombra roja de la parroquia, inmune a los infamantes comentarios del pueblo. Yo pasé semanas con la cabeza gacha, sufría por las burlas que oía y por las que imaginaba. Claro que Ruby me compensaba al volver a casa —cuando quedaba un espacio libre entre sus clientes. Pasó un buen tiempo hasta que la colorada mostrara las verdaderas intenciones detrás de la boda, lo cual la tornó más inexplicable todavía. Conocedora de hombres como pocas mujeres, me resultó absurdo que me escogiera para secundarla en su proyecto, por más que me explicó que al estar casado me libraba de declarar en contra de ella y viceversa, en caso de ser atrapados. Cortito: Ruby precisaba un cómplice para los robos que planeaba. Yo era ideal, nadie sospecharía ideas raras provenientes del pusilánime levantador de quinielas. La pelirroja quería retirarse con un futuro seguro, y media docena de sujetos en Poeville podían hacer un jugoso aporte a su jubilación. Me confió que primero había pensado en el chantaje; luego se dio cuenta que ella era un vicio asumido por las esposas, tan insignificante como una copa de más o una noche de póker. No puedo decir que la chica no fuera dura consigo misma; era de las que enfrentaban la vida sin mentiras. Esa visión no la salvó de los errores. Las víctimas escogidas eran mayores de sesenta años. A medida que sus performances perdieron intensidad, reemplazaron el vigor amenguado por la vanagloria de sus posesiones; en particular, de las riquezas que ocultaban de las garras del estado, en efectivo y en sus casas. Ruby tuvo paciencia, acumuló información sin utilizarla; conservadores como eran, no cambiarían sus métodos de ahorro. Transcurrido un tiempo suficiente para que no asociaran las confidencias con los robos, mi querida esposa me comunicó los planes. Mi función en ellos era simple: sería la coartada. Lo dije, Ruby conocía a los hombres, supo siempre que sería incapaz de ser la mano ejecutora. Ni siquiera con las llaves en la mano —nada le costó tomar moldes mientras los tenía descansando— hubiera podido meterme en las casas y tomar los billetes. Ella se hizo cargo de la acción, yo me limité a secundarla. Aunque los montos denunciados diferían de los reales, las sustracciones se conocieron; Ruby contaba con ello, la verdad los metería en problemas con el fisco. Recién al tercer robo la policía pasó por casa. Dos hombres fornidos, sin uniforme. Los conocía, los había cruzado decenas de veces en mi trabajo, aunque no eran los que cobraban las regalías por permitir a mi jefe el negocio de las quinielas. Llegaron un viernes, al atardecer; estábamos preparándonos para ir donde Joe, nuestra diversión semanal. Ninguna orden de registro, ninguna citación; se limitaron a hacernos unas preguntas. Ruby aceptó conocer a los propietarios robados; nos dimos mutuas coartadas para las noches que nos mencionaron y los detectives marcharon satisfechos. Al fin y al cabo, no era un dato crucial que las víctimas compartieran el lecho de mi mujer; en ese rango de edad, el setenta por ciento de la población masculina continuaba haciéndolo. Probaban nuevas chicas, pero retornaban; Ruby era una de esas insuperables marcas clásicas, a las que resulta inevitable volver después de catar las novedades. Como mi colorada conocía al dedillo el ir y venir de estos clientes, no encontró sorpresas en las incursiones a sus viviendas. ¿El dinero?; en nuestro patio, bien envuelto, bajo los macizos florales. Los clientes no pasaban del cuarto delantero, y los amigos que yo aportaba se instalaban en el porche, a la vista del vecindario, cosa que sus parejas tuvieran en claro que no estaban en plan visita profesional. Nadie comprobó que había plantas nuevas. Hasta el último atraco la cosa venía sobre ruedas. Lejos de mí echar una monserga sobre el exceso de ambición. La planificación fue la misma, no hubo descuidos, pero los sucesos se torcieron desde el principio. Se trataba de quitarle el dinero negro a Sigrelli, uno de esos personajes citados como «pilar de la comunidad» en los periódicos. Estanciero, apellido arraigado por cinco generaciones, era el más ambicioso a la hora de estafar al fisco. Fue el primero en confiarse a Ruby, dos años atrás. A raíz de él, mi mujer comenzó a idear el plan. Su acelerado cerebro le indicó que debía dejarlo para el final. No volvió a referirse al tema del escondite en sus encuentros; es más, llevaba seis meses sin atenderlo, el hombre había hallado material nuevo en Simenon Hill. Ruby esperó que pasara la primera semana del viaje familiar para dar el golpe, sabía que el casero era de los que se relajaban ante la ausencia del amo. Un planteo perfecto, merecía otro final. Jim fue el primer inconveniente. Jim es uno de mis amigotes, la noche escogida nos cayó de improviso; su querida Lilly lo había abandonado. No podía echarlo sin resultar sospechoso. Como venía achispado, no se detuvo en el porche; nos instalamos a beber en la cocina. Ruby paseaba nerviosa, el casero tenía mesa de póker, no se repetiría una oportunidad tan favorable. Jim había traído consigo dos botellas de whisky. Al final de la primera, se durmió en la silla, la cabeza y los brazos sobre la mesa. Ruby encontró ideal la situación. Me dejó con Jim y fue en busca del dinero. Atravesé más de una hora de sufrimiento, atento cada segundo a los ojos cerrados de mi amigo. Una vez que Ruby regresó y culminó las tareas en el patio, me encargué de despertarlo. Ni se enteró de su sueño. Continuamos bebiendo. En un momento señalé el reloj: «Jim, son las dos de la mañana, hora de irse que yo mañana curro». Pedí un taxi. Salió colgado de mis hombros; cantaba a gritos, al punto que la vecina de enfrente nos insultó. Lo cargué en el coche, y le di la dirección al conductor. Ruby se frotaba las manos, nuestra coartada era a toda prueba. Esa noche me brindó el más exclusivo de sus servicios; mi estado me impidió apreciarlo, acompañar la ingesta de Jim me pasó su precio. Los días posteriores no nos hicieron sospechar que este crimen tendría un resultado diferente. Vale aclarar que Ruby, pese a contar con las llaves, se encargaba de dejar huellas de intromisión: una ventana abierta, un vidrio roto, muescas en las puertas, incluso abrió un par de veces las cajas fuertes declaradas. Tenía dos objetivos con ello: fijar la noche del robo para las coartadas, y evitar que pensaran que el ladrón poseía las llaves. Por lo tanto, cuando el casero regresó de su partida, se topó con la terrible novedad y llamó a la policía. Fueron estos los que se comunicaron con el dueño, el casero consideró que era un buen momento para conocer el país. A diferencia de los demás, Sigrelli hizo público que la cifra robada era millonaria, empujó las acciones de la policía, ofreció recompensas. Esta vez, declaramos en la comisaría. Estábamos muy bien cubiertos, ya no éramos el uno respaldando a la otra; estaba Jim y el taxista, más la vecina que lo oyó cantar a las dos de la mañana. Los detectives comprobaron en minutos nuestros dichos y nos dejaron marchar; de no ser Ruby lo que era, nos hubieran pedido disculpas. El casero lo pasó mal. Huir fue su peor decisión. Lo atraparon en Hammet Mountain y permaneció seis semanas en el calabozo como principal sospechoso. Su liberación fue propiciada por un grupo defensor de derechos civiles; presionaron al juez al enterarse —aún no sé cómo— que lo tenían preso sin pruebas. Nosotros continuamos la vida habitual. Ruby especulaba con el momento adecuado para marcharnos al sur e iniciar nuestra nueva vida; no menos de un año, puso como punto de partida. Fueron semanas tormentosas para mí; ella tenía el dinero, ¿para qué me necesitaba? Sospeché que me dejaría. Cada vez que salía a recoger apuestas, pensaba que, al regresar, ella no estaría. Ni siquiera los viernes en el bar de Joe me animaron. Ruby atribuyó mi estado de ánimo al miedo de ser descubiertos; me juró mil veces que estábamos a salvo y se encargó de sellarlo, en cada ocasión, con su exquisito arte amatorio. Me tenía aplacado, convencido y casi relajado cuando todo se torció. ¿Por dónde se torció? Por el lado flaco, obvio. Y ese lado siempre fui yo. Aunque Ruby tuvo su parte de la culpa, ella cometió un error grosero. A fuerza de verdad, fueron dos los fallos de mi querida esposa. El primero de ellos, fue creer que se había ganado la confianza de Sigrelli. El tipo le dio tantos detalles del dinero y de su ingenioso escondite, que pensó que le había abierto el corazón, ayudado por el whisky y el excelente polvo brindado. No se le ocurrió preguntarle de dónde había obtenido semejante fortuna, lo atribuyó al rendimiento de la finca. Me tocó a mí descubrir el origen de los fondos. Pasamos entonces al segundo de los colosales errores de Ruby: el hombre que escogió para casarse. La mañana venía tan perfecta que fue una pena que hubieran escogido justo ese día. Sábado, recogí apuestas como nunca, al punto que conseguí mi récord histórico. Vinnie, mi jefe, anotó con satisfacción los números, luego me invitó a dar un paseo. No sospeché; supuse que, por ser el último en entregar, me había escogido para celebrarlo con una copa, o una comida. Recién al cruzar la salida de Poeville me preocupé. Vinnie habló de política, ignoraba hasta ese mediodía que estuviera interesado en ella. Respondí con monosílabos, cada vez más nervioso. Cuando nos metimos en la estancia de Sigrelli, empecé a sudar. El jefe calló, no me atreví a mirarlo. Pasamos por delante del casco principal, una edificación casi tan señorial como la casa que tenía en el pueblo, y nos detuvimos frente a un establo. Delante había un auto negro, imponente. Me temblaron las piernas cuando bajé. Vinnie se adelantó y abrió el portón de madera. Vi una parva de heno, pero vi también varias pilas de cajas que, según las etiquetas, contenían whisky, y el whisky no brota de los maizales. Otras cosas no advertí; mi atención fue monopolizada por las dos figuras de traje que aguardaban en el espacio despejado. Vinnie cerró la puerta y me dio una explicación redundante: «Estos hombres quieren hacerte unas preguntas». Iluminados por la claridad que entraba a través del amplio ventanal ubicado en lo alto, no tuve problemas en ver que uno de los hombres extraía una pistola del sobaco. El otro sacó una navaja de algún sitio ubicado en su espalda. No precisaron más. Ni siquiera les pregunté qué querían saber, ni me cuestioné cómo habían dado con nosotros. Caí rodillas y canté como el más animado de los canarios, o, más bien, como el tenor de una ópera trágica, con desesperación y entre lágrimas. Conté todo, sin dejarme un detalle. Les hablé del plan de Ruby, de los seis robos, del escondite en el patio, de Jim que no se dio cuenta de haberse dormido esa noche en casa, hablé hasta que no me quedaron historias para continuar manteniéndome vivo. Cerré los ojos, incapaz de hallar excusas para prolongar mi agonía. Esperé un disparo. En cambio, oí la voz de Vinnie. Jamás olvidaré una sola de las frases que dijo en ese momento. «Bob es un pobre tipo, no vale la pena complicarse con él. Piensen, un pobre diablo con una vida patética, y se le apareció esta mujer espléndida. Cierto, la tuvo casi todo el pueblo, pero estoy seguro que él nunca había ido con ella. Se encandiló, se dejó llevar. Capaz que hasta lo tenía amenazado con algo. Matarlo no les va a servir. En cambio, si sigue vivo, será bueno para explicar la desaparición de la puta.» El silencio que prosiguió duró una eternidad. Uno de los forasteros preguntó si Vinnie respondía por mí; me vinieron ganas de besarle los pies cuando contestó que sí. Me tomó del brazo, me alzó, me acomodó la camisa. Los hombres salieron, escuchamos un motor. El jefe me dijo que sería mejor que no regresara a mi casa de inmediato; me invitó a comer, para hacer tiempo. Acepté, por cierto. Salimos. El auto negro no estaba. Antes de subir al coche, me explicó que yo tenía que contar a todo el mundo que Ruby me había abandonado, largándose al sur. Dicho eso, condujo callado. Pasamos la arcada de la estancia; no giró hacia Poeville, ponía distancia. Escogió recorrer cuarenta millas hasta Himes Point. Nos instalamos en la terraza, frente al lago Poirot; menú de mariscos y vino francés. Pese a la excelsitud de la cocina, fue el almuerzo más horrible que recuerde. Cada mordisco me trajo a la mente las manos gruesas de los mafiosos tomando un trozo de Ruby. Masticar me hacía sentir que yo también participaba de las torturas. Me vinieron náuseas; de no haber estado con mi salvador, la corrida al baño hubiera sido inevitable. A los postres, Vinnie rompió el mutismo con el que parecía acompañar mi dolor. Puso una palma sobre mi muñeca, me apuntó con la piedra roja de su anillo, y me dirigió la más inesperada de las frases. «Bob, tengo grandes planes para ti. Eres ideal para llevar el negocio, jamás te atreverías a engañar a los jefes. Ahora que conozco tu punto flojo, sé cómo evitarlo. Sí, Bob, tienes un gran futuro en las apuestas». Regresamos a Poeville sin más diálogos; Vinnie canturreó las canciones que pasaron en la radio, sin darme pistas acerca de la extraña propuesta que había esbozado. Me dejó en casa. Tuve demasiadas tareas como para meditar sobre mi jefe y sus pronósticos. Ningún auto estacionado, habían terminado. Superé el pánico y abrí; la puerta estaba sin llave. La sala, en orden. Intuí dónde la habían interrogado; acerté, pasó en el cuarto donde recibía. Sangre en las sábanas, en la colcha, en el piso, en las paredes. Se habían esmerado. ¿Qué necesidad de torturarla, si poseían todos los datos? Sádicos. Cuidé mis pisadas, me asomé al pequeño baño de la habitación. Sangre en el lavabo y en todas las toallas, hechas un montón en el piso. Precisé aire, salí al fondo. Los macizos florales eran un guiñapo estropeado, una zanja atravesaba el patio; al menos, no la habían tirado allí, como me temía. Innecesario contar, habían cargado con los seis botines. Desolado, empecé a limpiar para no pensar en ella. Me llevó ese día y el siguiente; tuve que quemar sábanas, mantas y toallas. Volví a plantar las flores, aunque quedaron mal; lo consideré un homenaje a Ruby, la mujer que traicioné. Esa noche me emborraché para eliminar las visiones sangrientas, y el lunes me presenté tarde en las oficinas de Vinnie. Como si nada, tal vez porque había testigos, me pasó los sobres con los pagos a los ganadores y me despidió. Al atardecer volví con las apuestas del día; me sorprendió, estaba invitado a cenar en su casa, alguien quería conocerme. Por la sonrisa, deduje que esta vez no eran mafiosos dispuestos a arrancarme información, ese alguien traía intenciones positivas para conmigo. Tenía una hora de plazo para adecentarme. Ningún deseo de cenar, pero no podía hacerle un desplante a Vinnie. Ese alguien resultó ser Vicenza Mallapiera, la hija mayor de Vinnie. Cuarenta y un años, soltera. La sentaron a mi frente, el jefe y la esposa ocuparon las cabeceras. Pude apreciarla bien: voluminosa al punto que el vestido no podía sostener su abdomen. Tuvo los cachetes embadurnados de grasa a mitad del primer plato, fue grosera a la hora de expresar los quejidos del cuerpo a través de eructos o flatulencias, en plena mesa. Ella se encargó de estudiarme, a su vez; cada bocado que se llevó a la boca, fue precedido por una mirada y el alzamiento de sus cejas, apuntándome, como si me saboreara y me deglutiera. Un encanto. No se privó de mencionar cómo sería la distribución de su casa, cuáles los horarios para las comidas, los comercios donde compraría las provisiones, los sitios para las vacaciones de los próximos quince años y, lo que me estranguló la glotis, dónde encargaría el vestido de la boda. Siempre alguno termina casándose con la desagradable del pueblo; en Poeville, ese dudoso honor me tocó a mí. Pudo ser peor; al menos, eso quiero creer cada noche, cuando mi mano tiembla al abrir la puerta de casa. El reloj de arena mide su tristeza un perro flaco la acompaña con el sueño la bilis negra le envolvió los cabellos y el rostro la mirada perdida invisible en el puño cerrado su mente la figura alada acurruca los influjos de Saturno el querubín practica con lápiz en mano la sabiduría todavía no sabe de humores oscuros. La luna triste no alumbra una escalera de siete peldaños asciende a una torre sin final el ángel con llaves de poder quedo sin cerraduras por abrir sin sonrisa de victoria aun los laureles un siniestro cometa ilumina la catástrofe el ala abierta del pájaro nocturno sobrevuela las costa inundada el presagio de la muerte recuerdos, recuerdos, recuerdos el inexorable transcurrir Tal vez no pueda poner en palabras el motivo por el cual se me oprime el pecho, mientras algo dentro de mí da brincos, vueltas, grita y se ahoga ¿Por qué lo intento callar? ¿A qué fin me dirijo esta noche? Los primeros pasos siempre resultan del encandilamiento, y a menudo el cansancio nos provoca tal angustia que evocamos la resaca. Andar por andar, una virtud; detenerse, un necesario error ¿Persistir? Tal vez sea la insistencia un factor autotélico, difuso, y al mismo tiempo, encantador. Como ser humano, salvaje, idiota, perfecto, he sabido comportarme al estilo de los derrotados sin padecerlo. Tal vez no sean mis palabras algo más que un artilugio para callar a los verdaderos infiernos, las certezas. Eran las siete de la tarde. Las nubes del verano ofrecían un violento color rosado y el viento, que arrastraba partículas del todo, corría fresco e intermitente. Detrás del ventanal del bar ubicado frente al ferrocarril, cualquier transeúnte podría haberme visto, para luego olvidarme, vaciando una botella y pitando un cigarrillo tras otro. Esto era lo visible, mas nadie hubiera podido adivinar qué cosas se agitaban detrás de mis propios cristales, por los cuales, cada tarde, me tragaba una porción del universo desde mi mesa favorita en compañía de estimulantes baratos que una vieja empleada del local me traía junto a su mejor sonrisa. Incluso ella, y dispénsenme por no saber su nombre, parecía engendrar ideas aparentemente absurdas, cuyo fin, dependiendo de las circunstancias, sería capaz de abrazar la mejor malicia. ¿Vas a tomar algo más? – pronunció la mujer con plena confianza, siempre manteniendo aquella mueca de aparente bondad. Me limité a sacudir la cabeza en gesto de negación, como hacen las personas ocupadas en otros asuntos y no logran, o no quieren, abandonar el ensimismamiento. Se dio la vuelta, parecía harta de mí, tanto como yo lo estaba de ella, pues me resulta muy incómodo frecuentar rostros, voces, lo ajeno, hecho por el cual ya venía pensando seriamente en cambiar de refugio, pero, supeditado por mis bajos ingresos, fui postergando la cuestión. Salí del lugar mascullando algún insulto en su contra; por alguna razón, tenía la necesidad de incrementar mi resentimiento hacia ella. Nadie parecía capaz de percibir mis pasos, ni siquiera podían verme; en la calle respondí siempre al concepto de abstracción, y aunque ya lo había asimilado, no sin las pertinentes lamentaciones de por medio, continuaba preguntándome el por qué ¿Acaso me faltaba algo para que pudieran notarme, percibirme como a uno más? Al punto, había registrado a varios tipos de persona; podía, con solo ver sus ojos, su manera de andar u oír el tono de voz, clasificarlos, definirlos, completar algo parecido a un álbum de estampillas. Por supuesto, no lograba hallar un espacio para mí mismo entre esos grupos, y no porque me considerara ajeno, sino porque, en realidad, no me parecía en nada a la gente que andaba suelta por ahí. Mi marcha sin rumbo continuaba, mientras la noche, todavía superpuesta con la luz del sol, empezaba a mordisquear conciencias. Al llegar al parque, oí las campanas, y vi cómo los niños corrían levantando polvareda, mientras una pelota de cuero sintético caía desde lo alto. Las madres, a un costado, conversaban, y el murmullo, hecho una masa, un pesado nubarrón, contrastaba con las primeras figuraciones de la luna. Ellas habían crecido en otro tiempo, que, sin embargo, no distaba mucho del actual. Sus hijos correrían la misma suerte; sin saberlo, serían reflejos de aquellas mujeres atiborradas de nada que van y vienen haciendo nada mientras gente como yo, si es que la hay, se toma el trabajo de observarlas tras una máscara que evoca a la indigencia o la locura en un estadio inicial. En eso pensaba cuando, sorpresivamente, otra de mis hipótesis fue comprobada sin más esfuerzo de mi parte que el de mirar hacia un punto que creía vacío. A pesar de la distancia, pude ver con claridad a una mujer distinta. No era una jovencita hermosa, como en las películas y los libros, de esas que vienen y con completo desenfado le dicen dos palabras al protagonista que lo hacen cambiar radicalmente, o enamorarse de inmediato. Mas bien, se trataba de alguien cuyos rasgos no resultarían precisamente bellos, ni atractivos, ni siquiera corrientes. Tal vez fuera ese aspecto el que llamó mi atención, porque también parecía estar sin estar, andar sin ser vista. De inmediato quise estar cerca de ella, tantearla y, por qué no, intentar algún intercambio de palabras. Fui acercándome lentamente, según mi costumbre, como un animal al acecho. Y antes de dar el gran zarpazo, ella voló cual renegrido. Seguramente el lector conoce la expresión del gato al ver cómo su presa huye indemne; aquel rostro desencajado que adopta el felino cuando sus movimientos, tan delicados y envidiables, fracasan. Los ojos bien abiertos dejan ver el desconcierto, y la quietud, a mi criterio, es un intento de disimular el yerro, como si todas las mediciones y el sigilo no hubieran sido más que los preparativos necesarios para adoptar aquella rigidez cuasi infantil. Las sensaciones producidas, intuyo, son harto conocidas, y aparecen luego de tantas situaciones, que es en balde todo tipo de detalles al respecto. Ya en mi casa, devoré dos piezas de pan untadas con manteca, tomé una taza de té y me fui a la cama, envuelto en la penumbra del cuarto. Me era imposible dormir, el recuerdo de la mujer alejándose de mí tenía un peso considerable en mis pensamientos. Al mismo tiempo, me preguntaba qué hubiera pasado en el caso de tratarse de un hombre. Esto era, claro está, para deshacerme de una idea que empezaba a roerme desde adentro y a la cual intentaba oponerme por todos los medios posibles. Enamorarme no era una opción, tampoco sentir atracción por alguien; me había propuesto continuar con mi soledad hasta el último suspiro. De otro modo, hubiera muerto en vida, pues corría el riesgo de adoptar la misma sonrisa idiota de la empleada del bar. Preferible el martirio, cargar para siempre con una sombra que me hiciera imperceptible, que me abstrajera del resto, con tal de no ser degradado a uno de esos tristes casilleros que yo mismo había descubierto. Estrellas diminutas morían en silencio, mientras la luna consumía el manto de la noche. Ella también se escapa del sol. Lo considera distinto, aunque no le teme, en absoluto ¿Qué hay del astro, tan potente y divino, que siempre llega tarde? Él sí parece asustado, no quiere que lo descubran, por eso irradia energías fulminantes y todo el tiempo se encarga de delatarnos frente a su hato. Me pregunto si el tirano sol estará enamorado, y por qué los dos nos parecemos tanto, a pesar de nuestras diferencias abismales. Durante los días siguientes, la historia se fue repitiendo. Cuando aparezco, con mi gran carga, ella se esfuma sin que lo advierta, dejándome abatido, lleno de dudas. Las tardes en el bar se fueron estirando, mi reloj me decía en qué momento debía correr hacia el parque. A veces, borracho por demás, desistía de mi idea y volvía a casa para lucubrar mis actos. Pero la imagen de ella abriendo las alas, emprendiendo el vuelo y fugándose entre la multitud, terminaba con mi paciencia ¿Cómo me haría de ella? La idea de un nuevo fracaso me perturbaba lo indecible, y, por más que me esforzara, no lograba despreciarla como al resto de las personas. Eso siempre resultaba. Tal vez pudiera oírla hablar, comprobar que, en realidad, no era más que otra idiota con aires de poesía. Cuando, por algún motivo, alguien se me antojaba interesante, bastaba con interactuar un poco y así las impresiones, en un principio positivas, enseguida trocaban hacia el desprecio o la indiferencia. Pero ella resultaba inaccesible, siempre se las ingeniaba para huir y al mismo tiempo grabarse en mi mente… Una noche, harto de fracasar, imaginé una situación en la que al fin me dejaba aproximarme. Podíamos hablar. Cada una de sus palabras calaban hondo en mí. Me resultó maravilloso, al fin alguien con quien coincidir y poder pasar completamente de los demás. Sin embargo, al cabo de un tiempo me convencí de que a mi fantasía le hacía falta algo; era imposible que fuera yo quien controlara todo; ella debía estar. Y así fue que noche tras noche, fui puliendo la escena hasta volverla tan palpable como la realidad. Le había otorgado una voz, un ritmo para sus párpados y un grupo de ademanes, los que menos despreciaba, para que no fuera una imagen estática. De algún modo, ella comenzó a vivir en mi mente, y poco a poco nos fuimos desfragmentando para ser un par que viene y va, uno más de tantos. Con el tiempo fuimos capaces de adivinarnos mutuamente el pensamiento, y ya no fue necesario hablar en voz alta para saber cómo estaba, qué tenía para decir respecto a las espirales, u ofrecerle un cigarrillo. Nos volvimos costumbre; nuestras miradas no requerían gran esfuerzo para unirse en una especie de ritual. Y, mientras tanto, el mundo de allá fuera iba haciéndose pequeño, borroso, tan imperceptible como lo era yo al salir y mezclarme entre la multitud transparente. Ella, solo ella, representaba un universo entero, del cual solo fui una parte accesoria, el talismán que le dio vida una vez con el fin de retenerla. Ahora evito salir, un estímulo externo podría arruinarlo todo. A fin de cuentas, el sol ha sido siempre uno, al menos el que nos sirvió para crear a dios, a la humanidad en sí. Aquí dentro lo tengo todo, incluso a ella, quien ha desistido de huir. Mientras soporte esta vida, seguiré respirando, me mantendré estoico en mi afán, confiado de poder ahogar a los pequeños murmullos que crecen en mi interior todo el día, todo el tiempo… POEMAS 2.022 239. Recodo 19/07/2.022 Entre millones de desplazados en mi país, entre las familias de miles de desaparecidos, en recodos, los nadies siembran esperanzas esparciendo semillas de paz. 240. Monición 17/07/2.022 ¡Sospechoso¡ … ¿yo? ¿Porque sueño siendo un alambre de tu corpiño? ¿Porque me duermo inhalando tus recuerdos? ¿Porque despierto cada madrugada, sin ti, saboreando tus besos? ¿Sospechoso yo, por amarte en silencio en el bullicio de tus ocupaciones? ¡Está bien¡ ¡Está bien¡ Merezco la cárcel en tus senos. 241. Pintora de mis versos 17/07/2.022 En el inframundo de tus mentiras, tu voz es un ánima. Tu alma en pena, pulula en mí, aviva los recuerdos y el amor, es compañía en solitarios infiernos. Tu alma sola, es cortejo con la mía; ella no sabe de soledad. Vive en ella; es partera de mis versos y aliciente en mi existir. ¿Qué importa que no existas? Tu ánima es mi musa, suscita las palabras, enhebra mis versos, pinta mis poesías.ni una alma ni la sangre de Marcial! 242. Las torcazas se comen 17/07/2.022 Tú, cazador de aves de monte mientras yo volaba entre la neblina en las copas de los arboles buscando semillas para mis polluelos, agazapado me esperabas de regreso al nido. Un rugido de tu escopeta irrumpió la cuna; se cayeron las semillas, chillaron con hambre mis polluelos. Mis plumas apaciguaron el golpe de las semillas; Tú, cazador, asesinaste tu trofeo y con tu egoísmo ahogaste a los polluelos. Unos decidieron que mi carne es delicada y sazonada -los otros callaron olvidando mi cantoalgún día sin noche, sin árboles, sin agua, sin comida, preferirás ser torcaza para volar cazando semillas para oxigenar la tierra. Te tengo entre mis brazos, bella ternura mía Acaricio tus encantos, brillante perla peregrina En tu piel aun se siente, el calor de aquel verano Que envueltos en la brisa, caminamos juntos de la mano Y en arena de esa playa, escribiste allí mi nombre Con tu nombre se unieron y el mar se los llevó Hoy te tengo entre mis brazos, hoy estamos frente al mar En el cielo el sol se pierde y tú y yo en el amor Las mañanas son tan dulces que amaneces junto a mi Y un reflejo en la ventana, nos despierta para huir Para huir hacia el amor y amarnos siempre así Como aquellas tórtolas, que pasaron por allí. Poemas a ella. AYABACA – PIURA – PERU 22 - Junio - 2022 El doctor Víctor Monsalve llegaba una vez más tarde a su despacho. Si bien la carretera estaba relativamente despejada a esa hora de la mañana, se había detenido adrede en la berma de la autopista para disfrutar de un delicioso cigarrillo sin filtro. El olor a tabaco con el que quedaba impregnado su Nissan Murano, era, para su entrenada sensibilidad, un precio que bien valía la pena pagar con unos cuantos minutos de retraso. De cualquier forma, era el director del sanatorio Las Hortensias, el hospital psiquiátrico al que había llegado luego de un lobby terrible de la Universidad Todos Los Santos, de la cual había egresado como su alumno modelo. Resistido por varios de sus colegas, en particular por aquellos provenientes de universidades más tradicionales o conservadoras, había impuesto desde su llegada, hacía ya varios meses, un enfoque clínico basado en su sacrosanta antipsiquiatría. Su transformación se había producido luego de una breve estadía en algunas universidades europeas —especialmente eslovenas, rumanas y húngaras—, donde había comprendido que el problema esencial del modelo psiquiátrico chileno no era la explosiva tasa de enfermedades mentales, como la esquizofrenia, la depresión mayor y una larga serie de trastornos depresivos y de personalidad, sino derechamente el tipo de enfoque psiquiátrico y el modelo médico-antropológico con que eran formados los futuros especialistas. Así pues, a nadie extrañó que paulatinamente varios protocolos de tratamiento clínico, de suministro de medicamentos y de selección de terapias de atención a los internos, fueran girando hacia un componente —como empezaban a tildarlo los auxiliares y enfermeros, e incluso algunos de los propios psiquiatras que asistían de vez en cuando al sanatorio— más “humano” y centrado en el ambiente, y no en la estructura cerebral de los pacientes. De eso sabía bien el Capullo, un sujeto de 47 años —inofensivo, por lo demás— que estaba todo el día, y probablemente lo estaría también gran parte de la noche si no fuera por los inductores de sueño que le inyectaban, clavado en el suelo como una flor. Así vivía: en posición vertical, como un lirio, una azalea o un tulipán, de pie y con los brazos levantados, de modo que cuando ya atardecía, es decir, cuando el sol dejaba de regar sobre él su magnífico caudal de oro, se encogía de manera imperceptible, hasta quedar convertido literalmente en una especie de capullo en flor. El Capullo comía de pie, bebía de pie y orinaba y defecaba de pie, durante las infinitas horas de su incomprendida fotosíntesis. Con la política del nuevo director, podía estar a sus anchas en cualquier parte del recinto, y aunque prefería los amplísimos y verdes jardines, rodeados de aromos y de madroños, no era infrecuente verlo en los comedores o por los pasillos, girando siempre en dirección a donde se suponía circulaba el astro rey. Los guardias, ahora restringidos en número a la mitad, lo miraban sólo de lejos, preguntándose cómo se había producido en su mente ese tránsito desde el reino animal al vegetal. Entre tantos otros —melancólicos, depresivos, catatónicos y hebefrénicos—, había una muchacha, de no más de 30 años, que permanecía siempre rodeada de guardias o auxiliares. Vestida sólo con una túnica de color azul Maya, nunca paraba de moverse en una dirección u otra. Adoptaba, asimismo, las poses más increíbles, como si su menguado cuerpo no fuese más que un puñado de elásticos hechos de piel a punto de cortarse. Los persistentes tics de su rostro completaban el cuadro de la Contorsionista, la joven rubia que, si se tratara de otro tiempo y de una psique no fracturada, pasaría perfectamente como una modelo de cualquier revista glam. No emitía sonido alguno: ni chillidos, ni gritos, ni jadeos, nada… Nadie nunca había visto a la Contorsionista llorar; ni hablar de reírse. Su mirada era una mirada de otra realidad, como si aquello en lo que estuviera transitoriamente depositando su vista, fuera decodificado por su cerebro como información sobre objetos inexistentes en este mundo. Seguramente por eso no necesitaba del sonido, porque las imágenes que creaba en su caja craneal eran suficientes para impulsar cada uno de sus avances y retrocesos, de sus enroscamientos y brincos, de sus caminatas aceleradas por los interminables recodos y laberintos de los inmaculados jardines del sanatorio. Curiosamente, ambos dormían en habitaciones contiguas. Separados por una sólida pared en el ala B del moderno edificio de estilo industrial, el Capullo y la Contorsionista eran cada día llevados a sus respectivas piezas antes de las ocho de la tarde. Era vox populi que, a esa hora, sendos equipos de enfermeros y auxiliares entraban casi al mismo tiempo a descargar sobre ambos un arsenal de medicamentos sólo conocido por su médico personal y el director del psiquiátrico. El resto de los internos, unos 25 en total, eran llevados a sus dormitorios a horas diferenciadas, en especial porque en los pasillos se habían producido — precisamente cerca del anochecer— algunas escenas de agitación y violencia, producto, por una parte, de la idea de pérdida temporal, por lo común asociada a ciertos síndromes de psicosis, y, por otra, de que ya muy pocos pacientes eran medicamentados, decisión tomada en base al argumento antipsiquiátrico —el favorito del doctor Monsalve— de que las drogas no hacían más que embotar o agudizar la mayoría de los cuadros de enfermedades mentales. Así, mientras algunos catatónicos catalépticos debían ser llevados en andas hasta sus camas, convertidos en virtuales estatuas de cera, Marta la espía, una delirante persistente, era una de las pocas pacientes que requería ser sedada, pues creía ver en cada uno de los internos o enfermeras que tenía cerca, parte de un ejército de conspiradores, que habían llegado hasta donde se encontraba alojada —una suite de un céntrico hotel de Roma— para perpetrar el robo de unos de los seis diamantes de la China, un ancestral tesoro mandarín, que había encontrado casualmente en un viejo y destartalado armario de la casa de su tía Rina en Edimburgo. Desde luego, Marta la espía las emprendía con dientes y uñas contra sus cuidadores, justo hasta cuando una jeringa con haloperidol era clavada en alguno de sus brazos. Una mañana de otoño, lejos del tumulto de la hora del desayuno, y casi al lado de uno de los muros de tamaño mediano que deslindaban el recinto, uno de los jardineros halló una estela de lo que al parecer era sangre. Sin atinar bien qué cosa hacer, siguió el rastro de las manchas, las que se internaban en un pequeño bosquecillo de arces japoneses en un sector contiguo a la fuente principal de los jardines. Lo que vieron sus ojos parecía sacado de una película de cine gore. Un cuerpo contraído se movía con espasmos irregulares en medio de un charco de sangre y de lo que aparentemente eran restos de vísceras y huesos. Su pelo rubio, teñido de manchas rojas y salpicado de fluidos amarillo-verduzcos, permitió que el jardinero supiera de inmediato de quién se trataba. La Contorsionista, sentada en posición de loto, tenía sobre su vientre partes de un cuerpo que devoraba frenéticamente, como si estuviera a punto de ganar una competencia de marcha olímpica por los pasillos del edificio. O no se inmutó o no detectó la presencia del hombre que la observaba con los ojos como plato. A su lado, en el epítome de una perfecta sala de autopsias, el cuerpo del Capullo se hallaba trozado en varias partes, mediante cortes que la blonda había ejecutado —con precisión de cirujana— con la motosierra que se hallaba tirada a un par de metros de esa repugnante e improvisada cocina. La muchacha ni siquiera se dio cuenta de los vómitos del jardinero. ________________________ El 19 de febrero de 2016, y después de dos años de investigación, la Fiscalía Oriente de Santiago archivó el caso de la desaparición del médico psiquiatra Jorge Valenzuela Pino, de 47 años, y de la enfermera Romina Cares Echeverría, de 28, quienes trabajaban desde hace algunos años en el hospital psiquiátrico Las Hortensias, ubicado en el sector precordillerano de la capital. Las pesquisas no lograron dar con el rastro de ninguno de los dos profesionales, de quienes, según versiones provenientes de la dirección del sanatorio, se presume que huyeron del país a raíz de haber sido descubiertos en un furtivo amorío. Las cosas cotidianas tienen magia. Están ahí, a punto de sucederse y estallar. Ese día tocaba limpiar la casa y salir en auto a la ciudad. Con mi mujer siempre buscábamos el tacho de basura más cercano. Por lo general, eran de todo menos cercanos. - ¡Gordi subí y pone en marcha el auto! - decía Cecilia con su entusiasmo tan de ella. Salíamos a duras penas. El espacio de entrada era minúsculo y siempre sobresalía un costado del auto, luego se estrolaba brusco contra el suelo haciendo ruido. En esa época paseábamos mucho por la ciudad. La “basura” era una regia excusa. Íbamos por los mejores barrios, disfrutábamos el hecho de tener el clásico horizonte de un centímetro tan cerca. Podíamos admirar ese horario en que las ciudades no despiertan, luces a medio prendidas del día anterior, el motor rugiendo entre cuadras y veredas desiertas. La temperatura en invierno requiere llevar algo más de ropa encima. La calefacción del auto siempre al palo. ¡El encanto de los pueblos andinos! El único basurero que teníamos a mano era el del basurero municipal. Los demás siempre estaban repletos y asquerosos. Daba cosa hasta verlos de lejos. Teníamos que ir a la verdulería de “Don Pocho”, comprar frutillas y berries de estación. La carnicería era paso obligado. Nada trascendente se cocina si no fuiste antes a la carnicería. Lo mejor siempre quedaba para después. Era un lindo pueblo, la vida por acá es tranquila (a veces demasiado). El frío curte pero no mata, dicen. Seguimos tramo. Es raro como se ve el auto y el paisaje en movimiento. El perfecto ocurrir y transcurrir de las cosas. Lugares que aparecen, siguen su marcha, se van y otros vienen. Empieza a pesar muy fuerte la rutina de vivir... bueno, de sobrevivir. -¡Llegamos gordito elegí una y dale con todo! - me susurraba Cecilia con su mirada grande y sus ojitos azules muy brillantes. - ¡Siento la adrenalina! ¡Ahhhhh! - Pedí un deseo antes - me dice. Extiendo, presiono, pienso un minuto y luego lo concreto. Dicen ahora que los pensamientos crean la realidad. Hoy es el código Da Vinci, antes era Buda. Ahora, soy yo, en este pueblo del sur argentino, en ese hastío helado de invierno. Cierro los ojos, materializo y bum... arrojo la primera botella vacía de vino del domingo pasado. Ese domingo tan especial porque vino a verme mi hermano que vive en CABA después de tres largos años y una pandemia. La botella se estrella con furia entre la pared de una vieja construcción. Una vieja planta recicladora de papel. Saltan los vidrios y el culo de la botella cae sentado. -¡Bien gordito se va hacer realidad tu deseo! - dice con una felicidad inocente. Sonrío. Ella me sonríe. Afuera empezó la fresca. Se te congela el alma. Mi aliento se vuelve humo. Nos miramos un minuto. Subimos al auto. No digo nada. Ella tampoco. Arranca y seguimos andando mientras la carretera desaparece, la planta recicladora se aleja y nosotros también. Para Mabel Coronel Cuenca La tierra noble, ya no es tierra, ¡es una hoguera! Centelleando de horror, con el fragor en lontananza. La traicionera sangre, que alienta, a inmolar su propia sangre: ¡Para esculpir escombros! ¡Para edificar miserias! Ven, un hombre como yo: Te exhorto, en este atardecer de vísperas de luna. De un sabio arco-iris: Ramo de azahar – sagrario – de lo que fue la novia-lluvia. Un alto al fuego, (los dos de cuerpo rudo) tal vez… quizás: futuros camaradas. Redimamos – leales – nuestras ensangrentadas armas en una ermita noble de paz y de esperanzas. ¡Oxidar sus alientos, mensajeros de muerte¡ Un alto al fuego nos pide, la extraviada sonrisa – hoy transmigrada en llanto – De ese niño frágil sin culpa ni pecado – con el pañal rasgado –: porque perdió el oasis-pecho de su madre, hoy, muerta con una corona-horror de hogueras y de escombros Él, que pergeñaba en sus primigenios pasos, imaginando estíos, con mil frutos de mieles. Un alto al fuego nos pide, esa generosa trilla, del trigo esperanzado, con vestirse de pan un fiel aliado – de mesas sin linderos. Un alto al fuego nos pide, esa alborozada pizarra: soñando con las delicias de ser abecedario, en la escuela, para enseñar a tu niño, o tal vez a mi pequeñuelo, a rimar alguna trova, vestido de marinero. Un alto al fuego nos pide, asa vendimia colmada, deseando transmigrarse, ¡Oh! milagro de la vida: en vino dicharachero. Un alto al fuego nos pide, esa ermita de credos – ornada de plegarias – con un ritual – tal vez ... quizás – igual, o diferente, al tuyo y mío. El Dios Universal, o la ética suprema: Nos exhortan a unirnos, con el excelso eslabón de nuestros hijos. Y ese pilar tenaz: de la evolución irrefrenable: de nuestras manos artífices, surgiendo del manantial del infinito cerebro. Es justo edificar: ¡una paz sin límites ni muros! como meta del rumbo, que nos encomendó – magnánimo –: !El Supremo Hacedor! ¡El Amor Infinito! Al iluminar profetas, en códices de Luz: La Santificada Biblia El Divino Corán El Sagrado Torá El Dhammapadá de Oriente. Aunque – en verdad de verdades – tal vez, ninguno de ellos, pueda agitar, de veras: ¡El misterio profundo del Padre Celestial! Se me quiebra la sonrisa, se me nubla la mirada, y el alma se me rompe por la sangre derramada. Cada vez entiendo menos a este mundo con espadas, y me cuesta formar parte de lo que es la especie humana. No comprendo esa avaricia ni sus guerras desalmadas. Esa injusticia cobarde que por tanta ambición mata. Son cuatro los que dirigen esta cruel encrucijada, y no sólo son culpables los que disparan las armas. Tantas bases militares, tanta fiebre de poder, para estar en unos años siendo pasto de gusanos no lo puedo comprender. Siendo la vida tan corta, cómo se puede pensar en destruir y matar. Con lo fácil que sería, vivir en paz y armonía, con un poco de empatía, de corazón y de fe. Nada de patrias ni fronteras, nada de envidia ni mierdas que a lo único que llevan es a este infierno cruel. Y nada de religiones que nos quieren imponer una venda en los ojos para que no podamos ver que todo son intereses y ni un dogma de fe. El hombre sólo es un animal y el peor que pude ver. No finjas ser la amistad en quien pueda confiar; ni mucho menos la persona con la que puedo llorar… ¡Solo por el simple hecho de que solemos hablar! ¡Generalmente, rodeada de gente estoy!. A la cual le brindamos un poco de confianza, con la que hablar resulte una larga velada. Lamentablemente en momentos más cómodos de la vida, es cuando se pierde el interés en conocer a otro ser. No todo el mundo te muestra como es en realidad, ni todo el que se muestra a gritos resulta ser real… Confianza, solidaridad, apoyo mutuo e incluso comprensión. Resultan ser palabras, sin sentido en el principio. Y a pesar, de saber aquello, preferimos tenerlo… a nunca haberlo obtenido. Muchos se aferran a la palabra amistad para poder manipular; sin embargo, es un error que resulta una maldición. La persona… el depredador, que se entrena con la vida, que sigue un camino por superarse, y en el proceso se olvida de donde partió. ¡Intenta cambiar, lo logra en realidad!, y los que quedan atrás un poco de recelo empiezan a tomar. Ganas de alcanzarle, ganas de triunfar. Que se empiezan a desviar y con mentir, incluso llegan a más. “¡No confundas lo que doy con la palabra amistad y lo que muestro con mi verdadera personalidad, solo el tiempo lo dirá… solo el tiempo te demostrará quien soy en realidad!”. El amor, no se cree suficiente cuando el amar, no alcanza para quién no desea ser amado. y se esconde, Se pierde en lo más profundo y recóndito del olvido. Porque, simplemente en ese lecho oscuro siente que no pierde su luz. Y canta, melancólicas estrofas, sin saber si habrá oídos capaces de escucharle. Y se muestra, tan puro y bello, aunque no sea posible para los ojos mirarle. Y te abraza, te aprieta la vida, hasta alcanzar asfixiarte con sus brazos impalpables. Te muestra felicidad, aunque no se olvide de los momentos de tristeza. Y te hace admirar con total ceguedad los puntos fuertes de aquel, que en medio de su involuntad añora estar con aquella, que se vuelve tu competencia sin así pedirlo. Y finalmente, construimos nuestros lazos imperecederos, hasta que él muera, o nosotros lo hagamos, lo que suceda primero. Literatura: Perpendicularidad Entre Emoción Y Mente. Literature: Perpendicularity Between Emotion And Mind. Ana Gabriela Banquez Maturana [email protected] Cartagena de Indias D. T. y C., Colombia Universidad de Cartagena 06/09/2022 “Soy Lo Que Pienso Y Siento” Revisión de Tema Resumen. En este trabajo se abordará el estudio literatura, y la perpendicularidad entre emoción y mente, desde una perspectiva neuropsicológica. Dicha iniciativa conlleva a la búsqueda de conceptualizaciones sobre la literatura interrelacionada con otros conceptos, tales como emoción y mente. Se manifiesta la necesidad de redefinir qué se entiende por estas categorías en la investigación sobre la literatura; más cuando las expresiones literarias son creadas a partir de las concepciones de realidad o fantasía en las personas. A su vez, se busca propiciar el desarrollo de la comunicación escrita y creativa en las personas como una fuente de liberación del pensamiento, a partir del pronunciamiento de las ventajas que dicha actividad causaría en la vida de las personas para su equilibrio emocional, al liberar las ideas y sentimientos reprimidos. Así mismo, el aprovechamiento de sus habilidades de lectoescritura para la creación de propiedad intelectual que queden registradas en su historia de vida. Palabras clave: emociones, literatura, mente, neuropsicología. Abstract This work will address the study of literature, and the perpendicularity between emotion and mind, from a neuropsychological perspective. This initiative leads to the search for conceptualizations on literature interrelated with other concepts, such as emotion and mind. The need to redefine what is meant by these categories in literature research is manifested; more so when literary expressions are created from people's conceptions of reality or fantasy. At the same time, it seeks to promote the development of written and creative communication in people as a source of thought liberation, based on the pronouncement of the advantages that said activity would cause in people's lives for their emotional balance, by liberating repressed ideas and feelings. Likewise, the use of their literacy skills to create intellectual property that is recorded in their life history. Keywords: emotions, literature, mind, neuropsychology. INTRODUCCIÓN. El temor del hundimiento progresivo de la cultura debiera ser un llamado a la formación literaria y personal desde la edad temprana, la cual se encuentra trabada en la orden historicista de los grandes autores de la literatura universal y/o tradicional; un espectro velado por la memoria, una memoria multifacética, cambiante, frustrante, sin objeto ni significado claro. Si la crisis del tiempo es la crisis del futuro, entonces esta respuesta fuera del supermercado de la memoria y sus diversos productos efímeros establece un diálogo de apropiación y emergencia no solo con la historia familiar, sino con la literatura en general. En el pasado, las obra exploraban los antecedentes de la humanidad en busca de significados que faltara en su presente; patrones de singularidad e ingenio que se remontan al pasado para insertarse en el presente (Premat, 2016). A lo que respecta de los escritores que inician su carrera hoy en día, no se enfrentan netamente con una página en blanco y el estancamiento creativo de nuevas ideas o pensamientos desde la perspectiva tradicional de "todo está escrito", sino también con la nostalgia de ver el presente opresivo y crítico en el que se sumergen. DESARROLLO Literatura y Hombre. Desde Aristóteles, la literatura ha sido considerada un conocimiento creativo que transforma conceptos a través de su creador y según criterios elegidos por él. En este sentido, el arte de escribir, tal como ahora se reconoce, es muy diferente de otras formas de conocimiento, es decir del conocimiento teórico, práctico o religioso (Piotrowski, 2001). El hombre se concibe como creador desde el instante en que capta una noción de realidad y la mantiene así hasta la formación de un concepto que luego exterioriza, a partir de la perspectiva científica, moral o artística de sí mismo. Los conceptos racionales creados por el hombre derivan de su mente, con base en las experiencias, la acción y el ejercicio de la voluntad humana. La literatura ha sido testigo repetidamente de la confusión, la depravación y el error de sus testigos; relata su dolor y tragedia y recuerda las atrocidades que pudo haber cometido, pero sus intenciones van más allá de revelar esos momentos. Su deseo es mucho más profundo. La literatura se puede contemplar como la simulación de la realidad. Pero también puede entenderse como su representación, imitación, interpretación o reconstrucción. Sus objetivos se basan en la necesidad de las personas de definirse a sí mismas, encontrar su identidad y diferenciarse de los demás y de las cosas que les rodean. Les ayuda a encontrar el sentido de su existencia, que es universal pero al mismo tiempo individual. Su efecto sobre quienes lo practican rara vez es inmediato, sino que tiene un efecto latente en diferentes momentos, lo que en modo alguno hace que su entrenamiento sea menos potente o menos productivo (Piotrovski, 2001). Literatura y Educación. La civilización y su expresión artística-literaria se desarrollan en condiciones de paralelismo, complementariedad, contraste o diferencia; o por influencia/asimilación, imitación/exclusión, absorción/transformación, etc., (Mendoza, 1993). Condiciones que en comparación con otras formas culturales; su surgimiento y desarrollo no es aislado. Este tipo de reflexión permite comprender la necesidad de informar a los estudiantes sobre la idea de promover una aceptación coherente de la diversidad de fenómenos socioculturales a lo largo del proceso educativo (Mendoza, 1993). En concordancia con la literatura, desde la semiótica de la lectura, esta asimilación cultural suele darse a través de interpretaciones realizadas por lectores colaborativos capaces de crear interacciones con el texto. Sin embargo, la orientación de algunos métodos de enseñanza literaria parece asumir que el estudiante no está interesado en el aprovechamiento de sus habilidades de lectoescritura para la creación de propiedad intelectual en la obras literaria, su único interés se centra en adquirir los conocimientos suficientes para la interacción comunicativa básica o profesional con aceptable precisión y fluidez del lenguaje hablado (Mendoza, 1993). Este supuesto significa que la literatura es vista como una creación extraordinaria, el resultado de una cierta expresión artística fuera de la dinámica cotidiana de la lengua meta. El texto literario en sí mismo es un material que puede ser procesado y utilizado de acuerdo con los intereses de profesores y alumnos, adaptado al método que se elija. Es fácil comprobar que se trata de auténticos "materiales educativos" tan auténticos y válidos como textos informativos y comerciales, manuales de instrucciones u otros textos escritos cotidianos (Mendoza, 1993). Obviamente, cuando se usa textos informativos, aunque se usen textos literarios, no se refiere a formar periodistas o escritores; se utilizan estos textos según su contenido motivacional y sus intereses conceptualmente funcionales. Por tanto, basta que se considere el texto literario como un ejemplo más de la creación de un lenguaje que se formula según convenciones especiales, ya que su uso no excluye otro tipo de material y su posibilidad. Perpendicularidad entre Emoción y Mente. La investigación emocional es una rama de la psicología que tiene muchos modelos teóricos, pero quizás un conocimiento menos preciso. Varios autores han intentado cuestionar diversos aspectos relevantes para el estudio de las emociones aportando una taxonomía que les permita abordar el tema. Las emociones pueden entenderse como experiencias multidimensionales con al menos tres sistemas de respuesta. Conductual/expresiva y fisiológica/adaptativa. El cerebro extrae rápidamente información general e importante y la usa para hacer predicciones que ayudan a interpretar su entrada de estímulo (Martínez, Oblitas, Piqueras & Ramos, 2009). Por otro lado, debido a que las emociones involucran comportamiento, estados físicos de activación o desactivación fisiológica y cognición, la combinación de estos factores hace que las emociones sean subjetivas, resultando en que es necesario tener en cuenta que las emociones son diferentes. Esto lleva al controvertido problema de clasificar las emociones básicas. Las respuestas emocionales tienen componentes fisiológicos que son esenciales para la correcta expresión del comportamiento emocional. Al igual que los mecanismos hormonales y humorales, existen ciertas estructuras cerebrales cuya actividad es necesaria para que se produzcan las emociones. Por tanto, la lógica afectiva supone que esta búsqueda de "pensamientos agradables", esta conservación de la energía emocional, es dominante y guía el pensamiento abstracto y la acción concreta (Ciompi, 2007). Al igual que ciertos paisajes, los "paisajes abstractos", con la ayuda de una energía emocional considerable, primero deben encontrar y probar caminos de pensamiento viables que presenten un gasto de energía reducido. En la misma línea, las emociones individuales y colectivas estimulan, enfocan y organizan el pensamiento y la acción esencialmente por igual en todos los niveles. Peor aún, el pensamiento colectivo, como el pensamiento individual, puede quedar atrapado en la lógica de la ira, el miedo o la desesperación que puede provocar la guerra (Martínez, Oblitas, Piqueras & Ramos, 2009). Descartes es considerado el filósofo que produjo la comprensión más amplia de las emociones. Su formulación del problema emocional tuvo una gran influencia en la historia posterior de la filosofía y en los primeros intentos de la psicología por entenderse como una ciencia experimental. La teoría cognitiva o cognitivista incluye una amplia gama de posiciones que enfatizan la relación entre las emociones y las visiones del mundo. Las emociones ocupan un lugar especial en la vida de las personas, influyendo en cómo piensan, perciben e interpretan el mundo. Para tener emociones necesitas tener ciertas creencias, pero las emociones también pueden cambiar tu percepción del mundo y tus creencias sobre él (Battaglino, 2018). Si una emoción se puede evaluar de esta manera, debe contener algo que probablemente se examine para respaldar el razonamiento apropiado para la situación (Battaglino, 2018). Los pensadores sostienen que los juicios morales sobre lo que es moralmente correcto o incorrecto están guiados por emociones de aprobación o desaprobación, las emociones sirven como motivaciones para hacer lo correcto y evitar lo incorrecto. Neuropsicología. La neuropsicología ahora comienza a formar parte del estudio de los trastornos que afectan la mente, aparentemente debido a un cambio de paradigma conceptual. Al igual que, se ocupa de las funciones mentales humanas más complejas en relación con las estructuras cerebrales que las sustentan. Este tema es difícil de abordar, especialmente por el enfoque interdisciplinario requerido y la constante evolución del conocimiento en este campo. (Hernández, 2010) Los desarrollos recientes en neuropsicología han revelado los fundamentos biológicos del comportamiento. Principalmente para clarificar las sinergias que subyacen en las relaciones entre el cerebro y los procesos cognitivos y las emociones, al mismo tiempo que mejoramos nuestra comprensión de cómo estos afectan las interacciones que los humanos construyen en el mundo social (Lozano, Robledos & Robledos, 2020). La neuropsicología como campo de la psicología está estrechamente relacionada tanto con la psicología cognitiva como con las corrientes cognitivas conductuales. Como campo de la psicología, recoge los modelos teóricos y experimentales de la conducta y los enfoques aplicados a la normalidad o patología que tienen algunas disciplinas de la psicología, como la psicología clínica (Fernandez, Lapedriza & Maestú, 2003). Esta área, permite entender la relación existente entre la mente y las emociones del ser humano, y como estos dos aspectos se fusionan para crear así las ideas sustentables en la imaginación y el raciocinio, que posteriormente serán proyectadas a través de la escritura literaria. Por lo anterior, los escritores estudian su oficio al comprender cómo sus funciones cerebrales impactan su trabajo. Pueden mejorar su trabajo siguiendo un plan de salud mental que incluya sesiones regulares de escritura, ya que las funciones cerebrales juegan un papel crucial en la cognición y la creatividad humanas. La capacidad para desarrollar nuevas ideas y pensamientos en el ser humano es posible siempre y cuando se tenga como foco central la neuropsicología como la fuente para la comprensión de las funciones del cerebro humano. Finalmente, el análisis realizado hasta aquí permite acercarnos más hacia la importancia de la neuropsicología en la comprensión de las funciones del cerebro que permiten el desarrollo de nuevas ideas y/o la capacidad para desarrollar literatura, a partir del consenso entre la mente y las emociones. Inteligencia emocional. En la infancia, a menudo no se regula las reacciones emocionales, simplemente se expresan sin medir consecuencia alguna. Estas acciones resultan ser socialmente aceptada, y perdonables. Pero, el índice de tolerancia a esta respuesta inmediata disminuye a medida que se va creciendo, ya que se presume la capacidad de las personas de discernir entre lo moralmente bueno o malo, en este punto, la sociedad demanda regulación emocional. A través del aprendizaje y la madurez, se empieza a controlar la necesidad fisiológica de reacciones emocionales por simple impulso y se tiene en cuenta ciertas reglas de convivencia. Sin embargo, no siempre es fácil lograr los hechos anteriores sobre el equilibrio y lograr una adecuada gestión emocional a través del autocontrol y la expresión efectiva. Ahora bien, el concepto de inteligencia emocional apareció por primera vez en un artículo de Peter Salovey y John Mayer en 1990. Sin embargo, estuvo en el olvido durante cinco años, hasta que el psicólogo y periodista estadounidense Daniel Goleman, con su indiscutible visión empresarial y fuerte atractivo y sentido común, publicó el libro Inteligencia Emocional en 1995 (Moreno & González, 2019). En el cual, se define la inteligencia emocional como la capacidad que tienen las personas para ser conscientes de sus emociones y de los sentimientos de los demás, teniendo en cuenta que se vive en un medio regulado por normas de conductas sociales. Como también, se denota la importancia del control de nuestras acciones frente a las situaciones de estrés y frustración que se experimenta en la cotidianidad, mejorando la capacidad para trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social que permita mayores oportunidades de crecimiento personal (Goleman, 1995) CONCLUSIONES. Las principales conclusiones que se derivan del presente artículo son las siguientes: Es en el arte de escribir donde el hombre a través de su pensamiento individual logra reflejar realidad generales, puesto que es el espacio, en el cual puede dar a conocer las problemáticas sociales. La de escribir resulta terapéutico, en la medida en que las personas logran liberar sus pensamientos y sentimientos, mediante un par de líneas que pueden resumir en gran medida su vida, creencias, secretos y opiniones. El pensamiento crítico del hombre en literatura aporta en su desarrollo personal, cuando este implementa la analítica a su cotidianidad. A través de la literatura se pueden evidenciar los estados emocionales negativos y positivos de una persona (traumas infantiles, relaciones dañinas, depresión, enamoramiento, etc.) La dimensión emocional y la crítica literaria son imprescindible en la literatura. La inteligencia emocional son las habilidades mentales que te permiten el adecuado procesamiento de la información emocional e interacción con un entorno social. REFERENCIAS. Battaglino, V. (2018). Emociones, racionalidad y bienestar: Hacia un estudio de las emociones como juicios de valor. Tesis de posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Memoria académica. http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.1518/te.1518.pdf Ciompi, L. (2007). Sentimientos, afectos y lógica afectiva. Su lugar en nuestra comprensión del otro y del mundo. Scielo, 27(100). 425-443. https://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/v27n2/v27n2a13.pdf Fernandez, S., Lapedriza, N., & Maestú, F. (2003). El papel de la neuropsicología en la formación del psicólogo. Researchgate, 2(1). 67-80. Https://www.researchgate.net/publication/270272430_el_papel_de_la_neuropsicol ogia_en_la_formacion_del_psicologo. Goleman, D. (1995). La inteligencia emocional: Por qué es más importante que el coeficiente intelectual. Le Libros. González, L., & Moreno, I. (2019). Inteligencia emocional y estrategias de afrontamiento en adolescentes. Repositorio. 1-26. https://repositorio.ucp.edu.co/bitstream/10785/5564/1/DDMEPCEPNA122.pdf Hernández, I. (2010). Aproximación a la neuropsicología y trastornos del lenguaje. Scielo, 22(34). 133-138. http://ve.scielo.org/pdf/bl/v22n34/art07.pdf Lozano, S., Robledos, R., & Robledos, S. (2020). La neuropsicología como referente necesaria para comprender el comportamiento humano. Scielo, 16(73). 201-206. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S199086442020000200201 Martínez, A., Oblitas, L., Piqueras, J., & Ramos, V. (2009). Emotion and Cognition: Implications for Treatment. Scielo, 27(2). 227-237. https://www.scielo.cl/pdf/terpsicol/v27n2/art08.pdf Mendoza, A. (1993). Literatura, cultura, intercultura. Reflexiones didácticas para la enseñanza de español lengua extranjera. Core. 19-42. https://core.ac.uk/download/pdf/61902067.pdf Piotrowski, B. (2001). El hombre en la literatura para el hombre: desde una visión axiológica-literaria. Redalyc, (4). 129-140. https://www.redalyc.org/pdf/701/70100412.pdf Premat, J. (2016). Fin de los tiempos, comienzos de la literatura. Scielo, (24). 104123. http://www.scielo.org.co/pdf/eidos/n24/n24a07.pdf Para Ramiro y Cintia. Quisiera escribir un poema a la hora indicada, en el momento exacto, en el preciso instante como si fuera un cálculo matemático, un fenómeno físico, un sistema sanguíneo, una cadena de átomos infinitos. Quisiera escribir una poesía Como lo hizo Neruda, Storni, Vallejo. Yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Quisiera esta tarde divina de octubre… La noche está estrellada, y tiritan, los astros, a los lejos. Quisiera escribir un poema. Observar la metáfora como aquel día cuando pude contemplar un gorrión posarse en una rama tan delgada y frágil como él, que no tuve tiempo de decir una palabra. Los silbidos del viento y el arrullo de las estrellas traen tus ojos esta fría noche que acelerando el alma de las frágiles camelias acariciaron mis manos. Entre mareas del pensamiento y senderos de nuestra historia me pierdo sin ti a mi lado. Detrás de la puerta que abriendo la ventana del sueño recuerdo nuestro abrazo en el azul profundo de tu calma cielo mío. Ella sabe que es bonita ante los ojos de las personas incluso, delante de sus propios ojos. Sabe que es bonita ante los espectadores. sabe que encandila su caminar, encendiendo sus propios caminos. Ella lo sabe. Pero ella… Ella quiere que tú, puedas verla distinto que puedas apreciar más allá de su cara bonita. Ella quiere que alguien encuentre bonita su alma. porque, es lo más puro que puede existir en el ser humano. En un mundo tan oscuro en la decadencia estereotipada que existe hace décadas jamás logro eliminarse. Ella aún confía poder encontrar alguien que la ame por cómo es, no por cómo se ve. Si no por su esencia. ¿Por qué el ser humano no puede apreciar ello desde un comienzo? Ella aún confía que, en algún sector del mundo, puede estar esperándola la persona indicada. La persona indicada para amar su ser a mas no poder. Y que sea completamente real. Rompes el jadeo Quiebras la ilusión Partes la oscuridad Enfureces Sanguinario proceder Eres soldado del incordio En sendero roñoso Escupes amplio fuego Culpas al llanto hurgas un sepulcro amargo trajinar vísceras en el páramo. Tuerto por la onda expansiva Te sientes vulgar por ser parte del daño colateral Sinuoso despertar Caminas con pasos rotos Viajas en el tiempo Te rindes ante la duda De una ética combustible Cadencia y dolor Es la ruina de los mártires Del pródigo destello Sucumben ante versos anodinos Abofeteas el deseo Revientas la llaga Sangre coagulada En otro día de furia Lleno de quebrantos Destrozas mandíbulas Te remuerdes en llanto Dinamitas tu perversión Descontrolado Ametrallas con palabras Abres el cadáver Reservas los gusanos Buscas la muerte El desorden, la tortura Víctima o victimario El rencor te ha avasallado Te palpitan las venas Esperas el ocaso Recuerdas lo abominable en la oquedad te sumerges Nada, Nadie, nunca. Entenderá tu padecer Cargas el arma, la empuñas Haces cuentas a la altura de tu sien: uno, dos, tres. La muerte se anda mostrando en esas hojas deformes, esqueletos sin historia tristes duendes de la nada, son las venas saturadas de vidas desvanecidas. Rezagos de savia inútil con las pulsiones tardías, en su mortaja de hilachas van silbando sus desgarros en cierto baile macabro, zombis de otros tiempos aletean una danza inconclusa reclamando sus miserias, penando por lo que fue. Nadie oye ya sus gritos nadie detiene su marcha ante el fúnebre suspiro, desdeñando el nervio enfermo, y se van acumulando pobres huesos desteñidos, con las caricias heladas en sus feas manos rotas. Esto somos tú y yo. Un par de hojas secas, que empujadas por el viento, van yendo a un rincón sombrío a vivir la oscura vida, la vida de los que han muerto. Un joven consiguió trabajo en las minas, su líder de cuadrilla le pidió hacer todo igual que él, ingresaron a las profundidades, hasta llegar a la galería donde estaba el Tío de la Mina, todos pichaban su coca y challaban, pero el joven solo miraba, el líder le encargo cargar los sacos y llevar hasta los rieles, pero el joven apenas y cargo uno, luego se puso a descasar, un sonido le despertó, no sabía de dónde provenía, caminó buscando quien susurraba tanto, hasta que se desubico por completo, no sabía dónde estaba la salida, gritó buscando a su líder o alguien, nadie acudió a su llamado, solo el susurro que le decía “estoy aquí, acércate un poco más”. Su linterna se apagó, oyó el silbido del viento que enfriaba su cuerpo, se apoyaba tocando las rocas, hasta que sintió una mano tocándole el hombro, de pronto se iluminó el sector, se dio la vuelta, era el famoso Tío, con sus ojos fulgurantes, se petrificó el joven, preguntándose como una estatua cobro vida, el Tío se acercó y le susurró al oído unas palabras que le quitaron el aliento, sus cuadrilla encontró solo su casco… Artesana Artesana de horas melosas, de tu instinto nace el prisma que aleja a las tormentas salvajes. Y sabes como un hada que el insomnio es el antídoto para romper los engranajes que intentan bordar el aburrimiento de la existencia en tu mirada. Por eso el paisaje que te enaltece necesita de tu arte. Nada quedará El ventarrón cenizoso arrasa las monocromías En el museo se perdieron los ocasos retratados, y caducaron las mañanas en el presente privatizado. Es necesario y urgente pintar en el lienzo de lino los aromas de la ingenuidad, retratar las miniaturas que ríen como locas, y a las flores escupiendo su polen porque saben que la muerte le teme a la vida. Aún tenemos tiempo de salvarnos antes que el apocalipsis nos convierta en ganancias del cipayo Lo que hace feliz al corazón Escribir abalorios, roturar el pellejo, recuperar la yugular, salvar la hoz, desenterrar la guadaña, dejar que los nervios se acongojen en las espumas de los coitos, permitir que la lábil demencia nos deletree los ardores que exaltan a la vida, sentir que las cosquillas se serenan largando semicírculos en cada respiración, llevar de anillo la cola de un cometa, oscilar los segundos, silbar la alegría con sus gélidos, contemplar desde la ventana al patio que recibe en su palma verde a la lluvia perene … Estas son algunas cosas que hacen feliz al corazón ronco Huimos Quedan iracundos sueños en los párpados de la urbe y desolados los golpes que la esperanza tatuó en el pecho ardiente. La mudez apenas clava su brillo en la camiseta que dejamos en el piso. Por eso huimos de la osamenta para acomodarnos con las palabras en los poemas desechos. DIVINELY Elusive at times, Assertive at times, Alerting at times, Appealing at times, Enticing at times, Ignoring at times, Revealing at times, Concealing at times, Kindling at times, Dousing at times, Drawing at times, Diverting at times, Absorbing at times, Distracting at times, O God! At all times, I hear sweet rhymes, Echo in mind’s frame, Of your devout name O Almighty! Your Name Like a spiritual chime Reverberate at all times. OH HUMAN! INTROSPECT Uprooting the basic pillars of peace, no one can No one can boast of being called a peace icon, Bloodshed can never bring peace, but bread can, Destruction cannot bring peace, but harmony can. In the name of caste, creed, race and religion Clashes and conflicts are ignited for a rebellion; Between self-centric forces, victims are civilians Where are we heading to, introspect, oh human! Mutual trust and harmony are powerful weapons They can keep at bay, the forces of destruction; To fortify the bond of love and friendly relations, Unity and understanding are the reliable options. Let the superiority complex diminish in humans Let bitter thoughts replace with love and concern; ‘Peace’ is a mighty weapon to avert all conflicts, May righteousness reign in every human thought! Peace exists if we succeed to uplift the downtrodden Peace prevails if we overcome, difference of opinion; Peace stabilizes progress and progress to prosperity Yes, together why not we give peace, a top priority? WITH A FARSIGHTED VISION Having polluted the air and the space bastions, Having encroached the forests and the terrains, Having accessed even the soaring mountains; O humans! We with selfish centric ill-intentions, Are changing the course of climatic conditions. Stripping the resources of dear nature bit by bit, We are boasting, ‘human wit - no one can outwit’ Polluting the valuable and life-giving environment, Ignoring the priorities to protect nature and climate We are boasting;- transformation is the best of bet. Lo! Challenging the climate! Is it an act superior? Never. In fact we are inviting the wrath of nature. By polluting pure water resources, aren’t we inferior; Yes, in fact we are endangering the planet’s future Let us not be the culprits for an ecological disaster! Protecting and saving the living species on earth, Protecting and saving the climatic nature of earth, Vying to avert drastic climate change on the earth, Together, let us spread out a pleasant climatic mirth, With a farsighted vision for imbibing love and faith. Fuego en amor de una Mujer maldita Mujer, maldita seas entiende que el amor ciego ha fallado cuando vienen los días difíciles días para llorar. Y no eres algo en absoluto si ya no tienes a nadie porque eres una mujer loca vale la pena un nuevo día. Cuando todo se ha ido para siempre recuerda a quien tienes y ese soy solo yo listo para amarte. Haz fuego con tus ojos también enciende ese cigarrillo y no dejes que el viento sople para extinguirlo para siempre. Que viva el amor me digo a mi mismo porque démoslo todo, es solo ¡Amor, Amor, Amor!. Cuando estoy mirando que pasas por la esquina, con la camisa abierta y tu colonia fina. Ese aroma que embriaga me devuelve a la vida, Se me despierta el alma queriendo ir a tu encuentro, Que me vuelvo paloma aleteándote un beso. Cuando te estoy mirando que tú cruzas mi esquina, Yo quiero estar muy cerca, cerquita de esa esquina. Soltar mi pelo al aire, sentir cómo me miras. Y no puedo encontrar tu mirada encendida, a tu camisa abierta, ese olor que domina. Cuando te voy mirando, mirando que me miras. Yo siento ser paloma aleteándote encima, y arranco ese botón que queda en tu camisa. Que me empapo las alas arrullada en tu pecho, de tu aroma a colonia de canela y romero. Que se adueña del aire, el aire que respiro, y me poso en su alma, en su magia me encanto. Que me vuelvo paloma, y me quedo perdida, en su camisa abierta y su colonia fina. Cuando le estoy mirando y siento que me miras, yo vuelo tras de ti, Si pasas por mi esquina. Mi mujer es una mariposa azul delirante que vuela sobre las copas de vino blanco de los árboles inquietos. Es bandada de quirópteros sedientos que en vuelo violento se pierden sobre la cara del cielo rojo. Es hembra vestida de riguroso negro con rosario de lágrimas en mano elevando plegarias para un muerto. Es canto antiguo de letra incomprensible que quedó atrapada sobre los muros ensangrentados de los pueblos. Eso canta el viento. En realidad... Son pozos de agua fresca. Viñedos pródigos/dispuestos. Dátiles enmielados. Oasis en el desierto. Lluvia esperada. Cuerpos ardientes. Son senderos de rosas, que el hombre sigue, para perderse entre los olores lúbricos y magníficos de sus cuerpos... ELLA Ella estaba tan alta, que mis manos no la alcanzaban, y mis ojos se alegraban con verla, soñaba con poseerla, yo era un niño de ojos verdes y rulos rubios. Ella sabía que era mi tesoro, y el motivo de mis desvelos, y hasta la causa de mis temblores nocturnos. Ella cruzaba las piernas y mostraba un poco de su braga y como por arte de magia, convertía todo mi día en pura felicidad y plenitud. Ella se acercaba coqueta y sonriente, hasta que el vaho de su boca, bañaba mi rostro, y hacía que mi piel se erizará, y mi corazón golpeara mis costillas. Ella era mejor que el pan calentito de la mañana, y hasta que el paseo en bicicleta con mis compañeras de primaria. Ella algunas veces tenía que ir a la ciudad a las tiendas de ropa, pasaba con la peluquera, y visitaba la confitería; y me daba cuenta que no estaba, porque la casa estaba sombría, y había una quietud malsana. Ella llegaba con esas mejillas coloradas, y su sonrisa que desafiaba al sol, llena de obsequios y palabras dulces y cariñosas, que todos los habitantes de la casa, se convertían en agradables personas. Ella me preguntaba por mis amiguitas, mientras movía su lengua, y mostraba sus perfectos dientes, siempre tardaba en contestar, porque veía como salían las letras de su boca, ahhhhh. Ella ponía mi cabeza en sus piernas ardientes, cuando mi padre se molestaba, porque no lo deseaba acompañar de pesca, y sus manos suaves, surcaban mi pelo ensortijado, mientras decía, está indispuesto, yo lo cuido... Ella era la única mujer que en realidad me importaba, y a la cual, estaba dispuesto de hacer mía, de tenerla para siempre, y jamás separarnos. Ella era el rocío de la mañana, el sol que alumbra, las nubes caprichosas, el cielo lejano, el universo en movimiento, pero... también era la carne palpitante que me hacía volar. Era algo así como la voluptuosidad misma. Era como una luz necesaria. Era todo... Trataba de no pensar en que sería de mí, cuando se casara. Se dice que el llanto tiene una función fisiológica; ayuda a mantener libre de impurezas al cristalino del ojo a través de la segregación de las lágrimas. Desde una perspectiva psicológica, el llanto es un mecanismo eficaz para liberar las terribles amarguras de la condición humana, aquellas tensiones contenidas en la conciencia que hacen de la vida, de la existencia gris, una carga insoportable. También puede ser un medio de comunicación: el llanto, en las primeras etapas de la vida, cuando aún no se ha desarrollado en los infantes el lenguaje verbal, funge como una suerte de vínculo comunicativo entre la madre y el crío, un poderoso lazo que trasciende las insípidas fronteras de la palabra; desde esta perspectiva, los niños, de manera instintiva, configuran un sofisticado sistema en el que las lágrimas logran transmitir aquello que no puede ser verbalizado, aquello que no puede decirse sino a través de una lengua constituida no por palabras, sino por lágrimas que fungen como signos. En la vida adulta, los hombres recurren a las lágrimas para darle voz al caudaloso océano de emociones que bulle en sus adentros; de tal modo que al llorar travestimos, sutilmente, una demanda referida al afecto, al cariño, a la solidaridad, a la empatía con nuestros semejantes, aquellos que forman parte de nuestro entorno. Más allá de los posibles orígenes del llanto, se debe tener en consideración los estilos particulares, los modos subjetivos, las maneras propias, la estética (generalmente grotesca) que adopta cada cual. Hay quienes lloran con todo el cuerpo, quienes despliegan toda una teatralización de la amargura ritualizando, con furiosa desvergüenza, el inequívoco poder de las lágrimas. En este caso, el llanto se halla referido a la tristeza, aquella emoción que nos sumerge en las tinieblas semidesérticas de la desolación. También suele ocurrir que las lágrimas provengan de un estado de contagiosa alegría, un jubilo casi sobrenatural que linda con la beatifica experiencia de la plenitud. En ambas situaciones, el llanto acontece y se manifiesta invariablemente de un modo escandaloso, perturbador, su escenificación es deliberadamente indiscreta; siempre hay un cómplice, un testigo, un otro que observa desde la cómoda trinchera de su subjetividad. Aunque se llore a solas, en la clandestina intimidad de la alcoba, la presencia del otro -aquel que vigila desde la guarida de la conciencia- atestigua el sobrecogedor espectáculo de las lágrimas. Si la densidad de las lágrimas es exangüe, entonces la emoción que las desencadena es mediocre, insignificante; por el contrario, si de los ojos brotan torrentes tempestuosos, inconfundiblemente se trata de un tsunami emotivo capaz de anegar al universo entero. En este sentido, la dramaturgia del llanto, más allá de una performance estrafalaria, precisa -vaya ironía- del ojo del testigo; tal como ocurre en la representación teatral: sin el otro como espectador, como testigo, como cómplice, como observador inquieto, el espectáculo se encuentra condenado al silencio, al absurdo, a lo inútil, a la muerte. ¿Solo los humanos lloran? Sí, porque solo la especie humana es capaz de asignarle un sentido a las lágrimas dentro del vasto universo de la cultura. Se dice que algunas especies animales también lloran, sin embargo, si es que resulta cierto, no tienen conciencia del porqué del llanto; lloran -puede ser- pero ese llanto escapa a la significación, al sentido propio del acto. No imagino a un tigre berreando, pataleando de tristeza mientras llora desvergonzadamente en medio de la jungla; o a un mono sollozando quedamente llevándose las manos al rostro para ocultarse de su tribu, o a una jirafa postrada ante un congénere muerto, agobiada por las lágrimas; o a una ardilla limpiándose la nariz por tanta mucosidad provocada por el llanto; y mucho menos a un gato con las pupilas dilatadas, a causa de las lágrimas, aterido y compungido, por haber perdido una de sus siete vidas; lo que sí es más probable -qué duda cabe- es que en algún momento de nuestra risible y mezquina existencia, alguno de los miles de millones que habitan el planeta nos llegue a importunar con su lastimoso lloriqueo por vaya saber qué estériles tormentos. Nadie permanece incólume ante el quebranto, la descomposición afectiva, del otro. Quizás sea el llanto lo que nos diferencia -más allá de lo erótico, allende, inclusive de la facultad de lo imaginario- del resto de las especies. Lloramos de alegría, de miedo, de pena, de tristeza; no importa cuál sea el móvil que nos constriña al llanto, lo único cierto es que el ser humano tiene la vocación de las lágrimas, somo seres condenados al espectáculo lacrimoso. Más allá de la región geográfica a la que se pertenezca, las lágrimas evocan el medusino desasosiego que nos provoca el origen; lloramos porque anhelamos algo que jamás retornará, aquello que ha quedado soterrado en la tenebrosa noche del olvido. Lloramos de admiración, como decía aquel exuberante prosista aquejado de insomnio (me refiero a Emil Cioran), o quizás el llanto provenga de la perplejidad que nos suscita la existencia; tanta belleza quema al grado de reducirnos a polvo nauseabundo, tanta luminosidad es capaz de enceguecernos condenándonos a la penumbra de la desdicha. Nadie escapa al sortilegio del llanto: niños, ancianos, jóvenes, homosexuales, transgéneros, asexuados, hermafroditas, videntes, magos, brujos, políticos, dipsómanos, feministas, neuróticos, filósofos, histéricas, especuladores, homicidas, ladrones, terapeutas, vagabundos, bailarines, poetas, narcisistas, cleptómanos, analfabetas, cantantes, misóginos, mercachifles, empresarios, cientistas, atletas, fetichistas, obreros, pederastas, pedagogos, misántropos, secuestradores, toxicómanos, maestros, violadores, artesanos, sacerdotes, intelectuales, religiosos, todos somos artistas del llanto; algunos con mayor talento y otros, no tan dotados para la lloradera, lo cierto es que nadie se encuentra inmune ante el corrosivo virus de las lágrimas, hasta el hombre más frío, más despiadado, más cruel, se abandona, de cuando en cuando, al misterioso frenesí del llanto. Lloramos de alegría, de miedo, de pena, de tristeza; no importa cuál sea el móvil que nos constriña al llanto, lo único cierto es que el ser humano tiene la vocación de las lágrimas, somo seres condenados al espectáculo lacrimoso. Más allá de la región geográfica a la que se pertenezca, las lágrimas evocan el medusino desasosiego que nos provoca el origen; lloramos porque anhelamos algo que jamás retornará, aquello que ha quedado soterrado en la tenebrosa noche del olvido. Lloramos de admiración, como decía aquel exuberante prosista aquejado de insomnio (me refiero a Emil Cioran), o quizás el llanto provenga de la perplejidad que nos suscita la existencia; tanta belleza quema al grado de reducirnos a polvo nauseabundo, tanta luminosidad es capaz de enceguecernos condenándonos a la penumbra de la desdicha. Nadie escapa al sortilegio del llanto: niños, ancianos, jóvenes, homosexuales, transgéneros, asexuados, hermafroditas, videntes, magos, brujos, políticos, dipsómanos, feministas, neuróticos, filósofos, histéricas, especuladores, homicidas, ladrones, terapeutas, vagabundos, bailarines, poetas, narcisistas, cleptómanos, analfabetas, cantantes, misóginos, mercachifles, empresarios, cientistas, atletas, fetichistas, obreros, pederastas, pedagogos, misántropos, secuestradores, toxicómanos, maestros, violadores, artesanos, sacerdotes, intelectuales, religiosos, todos somos artistas del llanto; algunos con mayor talento y otros, no tan dotados para la lloradera, lo cierto es que nadie se encuentra inmune ante el corrosivo virus de las lágrimas, hasta el hombre más frío, más despiadado, más cruel, se abandona, de cuando en cuando, al misterioso frenesí del llanto. Compositor: Lic. H. Eliseo Méndez Martínez CAMINOS DE PLATA Historia de Fresnillo (Canción) Verso: Tu tesoro está en la luz del día Minerales y agua que descubrirían Y en el siglo XVI comenzaría Tu nombre, el Real de Minas. Coro uno: Y tus caminos de plata Un lugar de minas y de paz Tu historia es contada de trabajo y piedras Que fundaron esta gran ciudad. Verso dos: Una pequeña planta que surgiría El agua de un fresno con vida Es tan pequeño que le llamarían Fresnillo del Real de Minas. Coro dos: Y tus caminos de plata Un lugar de minas y de paz Tu historia es contada de trabajo y piedras Que fundaron esta gran ciudad. (Introducción y sonidos de trabajo en la minería) (Solo de Guitarra) Verso tres: Las gorditas que crearías doradas El caldo de rata el mundo contemplara Palas y picos diario trabajaras Te has ganado corazones de plata. Coro Tres: Y tus caminos de plata Un lugar de minas y de paz Tu historia es contada de trabajo y piedras Que fundaron esta gran ciudad Septiembre es tu mes de fiesta Gente destacada y monumentos de metal Que brilla más que la capital. “Soñar tu nombre” es el título de un poemario de la poeta española Amelia de Querol Orozco. Amelia, autora de larga trayectoria, incursiona aquí, plenamente y a conciencia, en la poesía romántica tras haber debutado hace seis años con otro poemario titulado “En los Arrabales del Alma” (Editorial V.L.), cuya temática se centraba en la poesía social entendida en su acepción más amplia. ¿Qué es lo que no se haya dicho ya del amor? Es una pregunta que todos nosotros nos podemos hacer a estas alturas del siglo XXI. Si tenemos en cuenta que las primeras composiciones líricas que se conocen se atribuyen a dos autoras sumerias -la conocida como “Exaltación de Inanna (diosa del amor)”, de la princesa Enheduanna, que vivió en el siglo XXIII antes de la Era Común, y otra, de índole romántica y erótica, de una autora anónima sumeria, dos siglos posterior-, podíamos concluir, a priori, que todo lo posible, e incluso lo inefable, se ha escrito ya en términos de poesía amorosa. Y, sin embargo, legiones de poetas han venido después de aquellas pioneras y se han atrevido a versar el sentimiento amoroso, sin duda el que más exalta el espíritu humano. La poesía amorosa, como género literario, sigue gozando de una excelente salud y continúa transmitiendo estremecimiento y emoción al lector cuando las palabras surgen de la pluma de una gran poeta, como es el caso. En unos tiempos en que todo el mundo presume de ser poeta y la autopublicación se ha popularizado; una época en que los nombres propios de la lírica deben más a su talento con las relaciones públicas que a su mérito como bardos; las composiciones de Amelia tienen la capacidad de deslumbrarnos hasta el extremo de que nos reconcilian con la poesía, con lo que ésta tiene de exigente, de excepcional y de musical, de sortilegio construido con palabras. Amelia, pese a ser desconocida por el gran público, pertenece por derecho propio a ese pequeño puñado de autores que dignifican el género con su calidad, demostrándonos una verdad incontrovertible: que la poesía, para merecer tal nombre, solo admite la excelencia. “Soñar tu nombre” es, pues, un poemario que, como ya habrá sospechado el lector, nada contracorriente de las modas literarias y de sus corolarios de intereses comerciales. Creo que la búsqueda de la excelsitud es el cedazo que separa a los poetas genuinos de los llamados neopoetas o poetas de Instagram, a los que no niego la capacidad de conectar con un gran público, pero que, en su mayoría se trata de una grey adolescente y, en cualquier caso, normalmente inculto en lo que atañe a la tradición lírica en nuestra lengua. Al contrario que el populismo neopoético referido, las composiciones de Amelia de Querol, sin ser tradicionalistas, parten de la tradición para explorar sus propios senderos expresivos. A la conquista de la excelsitud hay señalar otra tarea a la que esta poeta se emplea con denuedo en estos tiempos malos para la lírica: se trata de la consecución de la estética entendida como una condición sine que non, como un desafío a tanta poesía falsamente moderna que ha renunciado a crear belleza. Excelencia, estética y ritmo, la tercera nota de su pentagrama. Las composiciones de este poemario son de verso libre, pero el ritmo de metáforas, de imágenes, de ideas es innegable, como lo es su eufonía. Antes de arar en el campo fértil del verso libre, Amelia cultivó, con esforzado empeño, el verso métrico, y parte de ese aroma se mantiene en su obra con una fragancia clásica escarchada con algún cultismo; porque el cuidado del léxico ha sido, también, otra de las preocupaciones que la autora ha abordado. Una poesía trabajada, mimada, pero que no intimida al estar dotada, no obstante, de frescura. Asombra que haya logrado combinar el rigor en la composición, su preocupación por la estética y la transformación plástica del lenguaje, con la fluidez y la modernidad del resultado. Sus poemas, pulcros y cuidados, son también claros y directos, y emocionan a quién los lee o escucha de una manera inmediata y epidérmica, sin necesidad de mayor análisis ni comprensión, sin precisar estar familiarizado con el lenguaje poético. de autoras. Y si, como he apuntado al principio, tras los ríos y mares de tinta vertidos, aportar algo novedoso a la poesía romántica se antojaba casi una misión imposible, Amelia lo consigue sin que su obra nos resulte ya dicha y relamida. No hallamos una gota rosa, ni cursi ni tópica en las páginas de “Soñar tu nombre”, alejadas de la melaza impresa. Su lectura es casi como si nos devolviera a esa adolescencia, más ideada que vivida, en que el mundo y las experiencias tenían el encanto y el sabor de lo inaugural. Un poemario que es una disección del amor, desde la espiritualización hasta lo carnal, desde la realidad al deseo, desde la alegoría hasta el erotismo más sutil. Un amor platónico (“Aún no”), sensual (“Al abrigo de tu cuerpo”), ingenuo (“Escenas de otoño”), maduro (“Sepias en el paisaje de tu piel”), anhelante (“Sin tus azules”), ilusionado (“Y fue tan dulce el beso”), en la distancia (“El quicio de la despedida”)… y hasta el desamor, la cruz amarga que complementa el reverso de la dicha (“Desaparecerme”). Amor femenino de mujer completa y unívoca. El amor como experiencia poliédrica y transformadora -porque quien ama ya no vuelve a ser la misma persona- se condensa en este libro. Una gran obra este “Soñar tu nombre” que Amelia de Querol Orozco ha debido autopublicarse por culpa de la miopía editorial que, en la actualidad, al menos en el mercado español, solo apuesta por poetas con nombres conocidos o con muchos seguidores en las redes sociales y/o jóvenes lindos y modernos –en su acepción más pueril-, en los que se valora antes su fotogenia que su talento al versar. Amelia vive la poesía, desde su esquina peninsular gallega -y también desde la desidia editorial-, como una forma de necesaria resistencia. “Soñar tu nombre” de Amelia de Querol Orozco (Amazón.es). Reseña de Héctor Daniel Olivera Campos. https://www.amazon.es/So%C3%B1ar-nombre-Amelia-Querol-Orozco/dp/1985432714 Tapa blanda: 92 páginas Editor: CreateSpace Independent Publishing Platform (18 de abril de 2018) Idioma: Español ISBN-10: 1985432714 ISBN-13: 978-1985432710 Clasificación en los más vendidos de Amazon: n.° 892 en Poesía de autoras. Hay sonrisas que desprenden aromas, dejan de ser inmaterial, su perfume te toma de las manos e invita, como fiel anfitrión a suspirar. A pasear y disfrutar de exquisita fragancia en olores, es eso lo que ocurre aquí, en mi Habana, justo en la vieja Habana colonial. Es la casa del aroma en las calles Mercaderes y Obrapía, tan antiguas de la ciudad. La perfumería Habana 1791 encierra un toque de elegancia, misterio, alegría y placeres; algo exótica también lo es. Más, cuando allí estos mismos atributos, además de gracia y buena voluntad, y gran profesionalismo en atender, ofrecen a todos los que por el bello lugar pasan, las hermosas cubanas Mirta, Dunia y Mirelkis, fieles exponentes del buen trato y el conocimiento de la actividad que desempeñan: El arte de mezclar y preparar aromas. Todo visitante se va complacido, y desde entonces ya no habrá otro lugar donde comprar su fragancia, la personalizada. Incrédulo aquel que no crea en la magia de esta minúscula, pero atrapadora tiendecilla, tan conocida por los del patio, y tan concurrida por el turista de paso por la ciudad. Visitada todo el año, y todo el año en su plena diversidad. En donde el que pise el recinto, podrá llevarse en un pequeño frasco, toda la inmensidad aromática de esta Isla caribeña. El olor que desprende el aroma de su sueño, de su éxtasis casi propio de una Habana intramuros. Allí encontraras, desde esencias naturales con fragancias de la flora autóctona, como de sus plantas aromáticas en general. Perfumes de antaño usados por nuestros bisabuelos, llenitos de épocas y moda. Preciados olores a Rosas, Gardenia, Romero o Canela, también Mariposa, Jazmines y Azar. O exquisitas colonias de limpia Lavanda, Pachulí o Vetiver. También de Tabaco, Aguas de Violetas, y otras más. Si visita a la Habana, no puede dejar de visitar este enigmático rincón, allí lo esperan sonrisas de puro aroma singular. La colonia cubana, antigua desde 1791 y tan codiciada de criollos, españoles y franceses. También de norteamericanos. Allí la adquieres con sólo desearla, llevarte en la piel el aroma de Cuba, de la vieja Habana intramuros y colonial, de su inmensa flora autóctona y la que no, pero cultivada aquí. Se enamorará de este espacio, pequeño pero inmenso a la vez, por toda la historia y belleza que encierra entre sus paredes, depósitos y vitrinas de fino cristal. Un viejo y remozado caserón de antaño, cubierto de madera preciosa y vitrinas con exposición de viejos objetos usados para perfumar, minúsculos depósitos que lo atrapan o simplemente serán su próximo dueño, para que como genio divino, resurja cuando el dueño precise de usar. Es por eso que quisiera, más que hacer un homenaje a estas sonrisas volátiles que inspiraron mi crónica, agradecerles por ser y estar allí, haciendo honor a la historia del perfume en Cuba, engrandeciendo el espacio creado por los sueños de nuestro mas grande hombre cultivador de historias y conservador del espíritu de esta bellísima ciudad de la Habana: Eusebio Leal. Aquí, las sonrisas y los aromas enamoraran y pondrán en catarsis de éxtasis a tus sentidos y a tu corazón. Dejo estos versos plasmados junto a este articulo, de tal manera que haga alusión a estas valiosas mujeres que ayudan a que la Habana atrape aun mas al visitante, y más que eso, lo deje enamorado para otra vuelta.. La República Dominicana está entre los países que aún posee una cultura con influencia taína, a partir, desde que estos indígenas se trasladaron a la zona del caribe desde el cañón del río Orinoco hacen aproximadamente 1,500 años, precedente a la colonización de la española, por lo que, tras ser habitados en el siglo XV su forma de vivir paso por un proceso de metamorfosis, que les ayudo a crear condiciones para subsistir humanamente. El idioma que hablaban los taínos tenía por nombre arawak, hoy día contamos con palabras que son el vivo retrato de nuestras raíces taínas, ellas son: hamaca, caimán, barbacoa, tabaco, bahoruco, jaragua, maraca, iguana, cutupu, batey, guajaca, arepa, jacagua, carey, areito, batata, guajiro, naiboa, macuto, cabuya, jagua, papaya, caney, anón, cohiba, maíz, jobo, bija, guayaba, entre otras que forman parte de nuestra lengua castellana, contenidas en el diccionario de la Real Academia Española y en la enciclopedia; Clásicos de Puerto Rico segunda edición, editor, Ediciones Latinoamericanas, 1972”. El dominicano tiene la peculiaridad que el escuchar un nombre, sabe si es taíno o no, en virtud de que el nombre taíno tienes terminaciones “r” y “ado” enfocado al sonido “i” y “ao”, perdiendo en la pronunciación la consonante “r” y “d”, expresiones que nos va marcando nuestra herencia lingüista y van mostrando al mundo nuestra real identidad. Los agricultores de nuestros campos acostumbran a sembrar sus cultivos con el ciclo de la luna, este legado fue transmitido por los taínos y es un reflejo cultural que aún tenemos, formando parte hasta de nuestra dimensión espiritual; siendo otro elemento importante el protocolo usado en la preparación de los alimentos en los hogares, lo que pone de manifiesto la herencia indígena que corre por las venas. A diario, vamos observando la influencia taína en el uso y manejo de las medicinas naturales, pesca, artesanía y en la arquitectura tan pintoresca de los dominicanos, toda esta riqueza se convierte en una carta de presentación, dándonos la marca taína a nivel mundial. El alma, arte, folclor y la espiritualidad popular de nuestros nativos es netamente taína, porque sus dogmas, credos y valores así lo declaran, definiendo la autenticidad racial que nos caracteriza, presente en el coraje y la forma aguerrida del dominicano, con ese abrazo sincero hacia la libertad, amando la patria y la tierra autóctona donde germinó su etnia. Hoy día, tesoros del arte taíno, auténticas obras, como la vasija navicular, potiza, vasija para inhalación, duho de madera, guayo o rallador, amuleto siamés, que datan de los años 350 y 1500 después de Cristo, forman parte de la colección primitiva de grandes museos, lo que constituye una prueba real de que la cultura taína es una de las más desarrolladas en las Antillas Mayores, convirtiendo a nuestro país en la meca cultural del Caribe. “De los surcos de tu rostro ¿cuántos habré arado yo? ” Mercado Hidalgo El desarrollo de las actividades humanas en un territorio concreto cuyos componentes identificativos son: el sustrato natural, orografía, suelo y agua. Es por eso que se ha decidido investigar brevemente en una forma clara y precisa del paisaje cultural del Mercado Hidalgo que se encuentra en la cuidad de Fresnillo, Zacatecas poniendo su lugar geográfico, su antes y ahora y sus antecedentes históricos que han marcado su trayectoria como un lugar concurrido de turistas y gente del mismo municipio, donde la actividad desarrollada a compuesto una función en una relación con la economía, formas de vida, creencias y cultura de los comerciantes Historia del Mercado Hidalgo El 28 de diciembre del año 1964 se creó por primera vez en Fresnillo una rifa entre los comerciantes sobre unos locales del mercado, la rifa se llevará a cabo entre los días 28 al 31 del mismo mes, donde de inmediato se entregarán los locales a los primeros cien comerciantes. Se abrió al público el primero de enero de 1965 siendo el presidente el señor don Luis Acevedo Soto. En el mismo año se lleva a cabo la remodelación del mercado Juárez Foto de Manuel Cornejo año 1965, Fresnillo Zacatecas Se abrió al público el primero de enero de 1965 siendo el presidente el señor don Luis Acevedo Soto. En el mismo año se lleva a cabo la remodelación del mercado Juárez Testimonios de una comerciante y una de las principales fundadoras del Mercado Hidalgo Actualmente el Mercado Hidalgo ha cumplido 58 años desde su fundación el cual para este trabajo se entrevistaron a dos comerciantes fundadores del mercado, sus nombres son: el señor Manuel Olivares y la señora Yolanda Amaro Lezama, ya fallecidos donde la señora comerciante daba su testimonio como trabajadora: “me siento orgullosa de haber trabajado todos estos años, aún recuerdo cuando empezábamos trabajando mi esposo Roberto Martínez y yo en la venta de mochilas, pañuelos, batas etc. en los años de 1964 y hasta este mismo año del 2014 se ha mantenido en pie el mercado” Foto de Yolanda Amaro año 2002, Fresnillo Zacatecas Remodelación Mercado Hidalgo año 2002 En el año del 2002 se hace la primera remodelación del mercado dando así más comerciantes y más locales en el mercado, por supuesto más gente que visita día a día sus instalaciones de ropa, talabartería, estética, arte, dulcerías, etc. Y en un segundo piso con 48 locales de comidas corridas, birrierías, menudearías entre otros tipos. Teniendo en su propio elevador y su propio estacionamiento. El lugar cuenta con luz eléctrica, agua y su domo. Siendo ese mismo año la inauguración con los principales fundadores del mercado Fotografías, Paisaje cultural, Mercado Hidalgo año 2014 FUENTES: http://fresnillo-zac.blogspot.mx/2012/06/historia-de-fresnillo.html 2014 Entrevista a la señora Yolanda Amaro Lezama una de las fundadoras del Mercado Hidalgo, año 2014 http://labestad.reduaz.mx/web/turismo/patrimonew/galeria.php?donde=010.SERVICIOS.MERCADOS.M ERCADO_HIDALGO Fotografías de Manuel cornejo y Yolanda Amaro y Eliseo Méndez 2014 Rafael Coronel: El Hilo del Escarabajo, 2007. SERVICIOS • • • • • Frida Kahlo: ”Diego y yo”, 1931.