SEMINARIO: JÓVENES SINDICALISTAS ANTE EL TRABAJO

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ENCUENTRO SINDICAL DE LA JUVENTUD TRABAJADORA DE LAS
AMERICAS:
SEMINARIO: JÓVENES SINDICALISTAS ANTE EL TRABAJO PRECARIO E
INFORMAL
Lima, 4 de Octubre del 2013
CONCLUSIONES:
1.- Reconocemos la importancia de la convocatoria de OIT al evento tripartito Reunión
Iberoamericana – La Crisis del Empleo Juvenil: un llamado a la acción. Prioridades y
líneas de acción en América Latina y el Caribe, así como a este Taller sindical que nos
permite tener un espacio para visualizar las realidades que vienen enfrentando los
países de Iberoamérica, a la vez poder expresar nuestras preocupaciones y propuestas
con respecto al trabajo precario e informal de la juventud en las Américas.
2.- En el informe presentado por OIT, en la Reunión Iberoamericana, se presentan
estadísticas alarmantes que demuestran que el desempleo juvenil en nuestra región es
entre 2 a 4.3 veces superior a la tasa de desempleo de los adultos, y que los avances, a
pesar de los esfuerzos, han sido escasos y la mayoría de las iniciativas han sido
infructuosas, ya que representa más del 40% del total de desempleados (7.8 millones).
Se aprecia en el informe, la incorporación de la dimensión de género en el que se
visibiliza que las mujeres jóvenes son las más afectadas -del total de desempleados,
17.7% son mujeres y 11.4% son hombres jóvenes-. Además, el informe pone en
evidencia que entre la juventud trabajadora ocupada (48.3 millones), un porcentaje
significativo lo hace en condiciones precarias e informales –sólo el 37% cotizan a un
seguro de salud y 30% a un sistema de pensiones–. Es lamentable que en nuestra
región, 30.4 millones de jóvenes no cuenten con la cobertura de seguridad social lo
que pone en riesgo la sostenibilidad de estos sistemas.
Es cierto que el desempleo impide el desarrollo de la juventud, como lo reflejan los
datos de la existencia de altos índices de trabajo informal y precariedad, lo que
fortalece a su vez el aumento de la precarización laboral y con ello la exclusión del
régimen de protección social.
3.- Lo que es también alarmante, que más de la mitad (55.6%) tiene un empleo
informal, el cual se traduce como bajos ingresos, inestabilidad laboral, desprotección y
violación de derechos laborales, condiciones que fomentan impedimentos a los
derechos de libertad sindical y a la negociación colectiva. Es decir, en nuestra región,
26.9 millones de jóvenes tienen empleos informales. Esta información se desprende a
partir de estadísticas oficiales las que no siempre recogen toda la realidad del
fenómeno en cuestión.
4.- Otro grande desafío que el sindicalismo continental ha señalado lo constituye el
grupo de jóvenes que no estudian ni trabajan, actualmente son 21.7 millones y
aquéllos que adicionalmente, no buscan empleos se conforma por un número de 16.3
millones.
5.- Como observamos, toda esta información da cuenta de que las políticas de empleo
en la región deberían estar dirigidas no sólo a incrementar la demanda del empleo sino
además, a mejorar la calidad de los puestos de trabajo, esto si se desea priorizar las
políticas de combate a la informalidad y precarización laboral. En este sentido el
Comité Continental de la Juventud Trabajadora de las Américas (CJTA), en su 7ma
Reunión Ordinaria realizada en Sao Paulo Brasil, los días 23 y 24 de septiembre de
2013, se refirió a la necesidad de implementar políticas públicas que garanticen una
mejor transición de la escuela al trabajo y, la urgente y necesaria mejora en la
calidad del empleo en aquellos puestos de trabajo que están siendo ofertados a los y
las jóvenes de la región.
El trabajo precario se ha convertido en una realidad para la mayoría de los/las
trabajadores/as jóvenes. El modelo neoliberal ha traído consigo nuevas formas de
explotación y la precarización es la realidad cotidiana de los/as trabajadores/as
jóvenes que en definitiva no se encuentran con más que trabajo a tiempo parcial o a
plazo fijo, trabajo a domicilio, trabajo temporal, contratación a través de
servicios(tercerización), etc.
Por otro lado, este modelo que es excluyente en la juventud genera inseguridad social
agregado a la especulación e incertidumbre que motiva a la juventud de las Americas a
emigrar de una región a otra, en busca de mejores oportunidades en otros países.
También, el CJTA hizo un pronunciamiento a que los gobiernos asuman su
responsabilidad de garantizar el acceso a la enseñanza pública, gratuita, laica y de
calidad, incluyendo en la curricula educativa la enseñanza de los derechos, los
principios democráticos y la solidaridad ciudadana. Es decir, una educación para la
vida y el trabajo.
Es urgente satisfacer la necesidad de educación y de formación profesional de los y las
jóvenes trabajadores/ as de las Américas, como vía para avanzar en materia de empleo
decente para una vida digna, situación que se ve opacada, además, por la carencia de
nuevas oportunidades y puestos de trabajo.
Concordamos con las iniciativas que viene impulsando el Gobierno Argentino,
resaltando la articulación institucional que se promueve, destacando la reciente firma
de un convenio entre el Ministerio de Educación y el Ministerio de Trabajo con el
objetivo de incorporar en la curricula educativas la enseñanza de los principios del
Trabajo Decente, promoviendo la concientización de los y las jóvenes acerca de sus
derechos laborales desde temprana edad.
Así mismo, apreciamos el enfoque integrado que se aplica en la experiencia
presentada durante la Reunión Iberoamericana, sobre los programas de inducción a la
formación profesional para jóvenes en situación de vulnerabilidad, ya que incorporan
la enseñanza de los derechos laborales así como el acceso a la protección social lo que
facilita el ingreso de estos jóvenes a una ciudadanía activa y con derechos desde su
primera experiencia laboral.
Por otro lado, valoramos el proceso participativo en la experiencia de Uruguay: El
Gobierno junto al Movimiento Estudiantil y PIT-CNT de Uruguay, iniciaron un proceso
amplio de diálogo social que llevó en el 2008 a la adopción de la última reforma
educativa, la cual, integra en los planes de educación, materias sobre los derechos a la
seguridad social y los derechos sindicales, haciendo hincapié en la importancia de
tomar conciencia, desde los primeros años de la educación formal, de estos
importantes derechos necesarios para la sostenibilidad de un modelo de desarrollo
basado en los valores y principios democráticos.
Además, es destacable el trabajo que ha llevado a cabo el programa de extensión
universitaria que sirve de herramienta para que los futuros profesionales comprendan
la relevancia de los derechos laborales. En este mismo sentido, saludamos la reciente
aprobación en el Parlamento Uruguayo de la Ley de Empleo Juvenil, que ha sido
trabajada en conjunto con el movimiento sindical, el movimiento estudiantil y otras
organizaciones de la sociedad civil.
De la misma manera, celebramos el proceso llevado a cabo en Brasil en el que se viene
avanzando en la ejecución del plan nacional de educación, ampliamente debatido por
la sociedad en conferencias en todo el país, de las que participaron los sindicatos. El
proyecto de ley establece metas para que el gobierno estatal y los gobiernos federales,
y locales asignen gradualmente en los próximos 10 años, el 10% del Producto Interno
Bruto (PIB) a la educación. Así mismo, prevé planes de carrera para los trabajadores de
la educación pública, mejoras en el acceso y permanencia de los alumnos en las
escuelas. Este plan nacional ha sido desde siempre una de las banderas que las
organizaciones sindicales conjuntamente con los movimientos sociales vienen
reclamando desde hace varios años y finalmente se hizo realidad. Estamos
convencidos que la estabilidad social, económica y productiva de un país depende en
gran parte de la educación inicial que se da en la niñez y esta, debe ser la base para
facilitar el tránsito al trabajo decente.
Por otra parte, en Colombia y en otros países, se ha logrado que la educación primaria
y secundaria en las instituciones públicas sea gratuita. Sin embargo, en materia de
formación profesional, exigimos la gratuidad y el acceso oportuno y en igualdad de
condiciones, a los y las jóvenes de los sectores más vulnerables tales como indígenas,
mujeres, en particular, las de menores ingresos familiares y jóvenes del sector rural,
garantizándoles el acceso a una carrera profesional que responda a sus aspiraciones y
a su propia cultura y entorno. En general, es necesario que exista en todos los países,
una mayor inversión en el sistema educativo para que los colegios y universidades
sean de calidad y que bajo un enfoque integrado e intercultural, articulen acciones con
los Ministerios de Trabajo de manera tal, que se construyan itinerarios que lleven a los
jóvenes al trabajo decente.
Valoramos también la experiencia del Gobierno peruano en establecer el Foro
Nacional Tripartito para el Empleo Juvenil, constituido exclusivamente por jóvenes
representantes de las organizaciones sindicales, de empleadores y trabajadores así
como representantes gubernamentales. La voz de los jóvenes debe ser escuchada y su
participación debería ser institucionalizada en todos los países de manera tal, que se
promueva la cultura del tripartísmo desde la juventud.
Instamos a todos los Gobiernos de la región a incrementar el presupuesto nacional
para la educación de al menos un 10%, pues no se trata de un gasto sino de la mejor
inversión para el futuro de nuestros países. Por otro lado, es necesario minimizar la
deserción escolar en los jóvenes que cursan la educación media y facilitar el acceso a la
educación superior.
Manifestamos nuestra preocupación, ante la decisión del Gobierno de España en
reducir en 22.000 las plantillas del profesorado fijo de la enseñanza primaria a pesar
del aumento de 70.000 alumnos en las aulas, lo que pone en riesgo la calidad de la
enseñanza y puede provocar hacinamiento en centros educativos.
6.- Celebramos las iniciativas presentadas por los gobiernos de Argentina, Uruguay y
Brasil en la Reunión Iberoamericana, sobre programas gubernamentales de empleo
juvenil y valoramos los esfuerzos que se realizan para conectar mejor la oferta laboral
juvenil con las necesidades del mercado del trabajo que responde al problema de la
transición de la formación al empleo, lo que sin lugar a dudas contribuye a disminuir la
precarización laboral.
Sin embargo, nos preocupa que en algunos casos, la implementación de programas no
incida sobre la problemática de fondo que reproduce la informalidad y precarización
laboral de la juventud trabajadora. Consideramos que es necesario realizar mayores
esfuerzos para que estos programas realmente beneficien a los sectores en los que
existe mayor vulnerabilidad juvenil que en la mayoría de casos, no pueden acceder a
estos programas ya sea por los costos que tienen, por la distancia territorial, o por la
falta de información.
Por lo general, estos programas son diseñados para periodos de un máximo de hasta
dos años, y al haber culminado el programa no se tiene control sobre la calidad del
empleo que se le ofrece al joven. En ocasiones, el joven se inserta en el mercado de
trabajo pero sin el salario adecuado, sin protección social y cumplidos los dos años del
programa, se les despide para contratar a los nuevos egresados, volviéndose un círculo
vicioso que dificulta las oportunidades de empleo decente de estos jóvenes.
Por otro lado, existen programas que no contemplan que la carga horaria de esta
formación, que les permita al mismo tiempo terminar sus estudios. Esto atañe la
capacidad de los y las jóvenes a desarrollarse en un mercado de trabajo mucho más
amplio y exigente.
De igual manera, consideramos muy importante el acercamiento por parte de las
entidades gubernamentales a los jóvenes para entender mejor sus dificultades, el
contexto cultural y sus intereses para encontrar la mejor manera de atraerlos al
mundo del estudio y del trabajo. Evidentemente, la reducción del número alto de
jóvenes que no estudian, ni trabajan, ni buscan empleo en la región, requiere de
estrategias multidimensionales que pasan por la reinserción de estos jóvenes a una
sociedad en la que no creen y en la que no confían al sentirse excluidos. Esto no se
resuelve solamente con programas de formación profesional que recuperen su
autoestima y confianza en el entorno.
7.- Por otra parte, las políticas de cuidado no están siendo contempladas
suficientemente en los diversos programas de empleo de los gobiernos y en otras
herramientas como en la negociación colectiva. El informe muestra claramente que la
mayoría de mujeres jóvenes que no estudia ni trabaja ni busca empleo principalmente
son ocasionadas por obligaciones que acarrean las tareas del hogar. Las mujeres en su
gran mayoría son afectadas por la carencia de este tipo de políticas. En este sentido
hacemos un llamado urgente a los gobiernos para la ratificación del Convenio 189, ya
que un gran número de mujeres jóvenes trabajadoras domesticas lo hacen en
condiciones precarias, sin contrato de trabajo y sin derecho a las pensiones. Es
necesario dignificar esta profesión ya que da muestra del grado cultural discriminante
que existe en muchos de nuestros países.
8.- Los lineamientos emanados por la OIT en materia de emprendedurismo, se
mostraron en una situación alta vulnerabilidad que ocasiona gran preocupación, ya
que los informes presentados evidenciaron el resultado negativo que enfrentan los
jóvenes al momento de iniciar como microempresarios o trabajadores por cuenta
propia. En la mayoría de los casos muestra el informe que los resultados son muy
lamentables y terminan cayendo en condiciones de precariedad, sub empleo, en
condiciones de inestabilidad, con pocas oportunidades de tener acceso a un crédito,
vivienda e incluso sin poder cotizar en algún sistema de seguridad social.
Aun más preocupante para la juventud sindical es que la mayor parte del empleo se
encuentra en la micro y pequeña empresa, siendo en este sector donde se muestran
los niveles más altos de informalidad, esto sin dejar de lado incluso que la existencia de
la informalidad dentro de la formalidad es una realidad y pasa casi desapercibida.
Los ministerios de trabajo, tienen un gran reto por delante, ya que las propuestas que
se presentaron en la reunión por la mayoría de los países, van dirigidas en esta misma
línea, sin poner atención que este modelo se refleja como el principal detonante en el
incremento de la informalidad, razón por la que debe de abordarse con urgencia la
implementación de políticas públicas que impidan el incremento de la precarización en
el empleo, así como el engaño de que este modelo de emprendedores es la salvación
ante la problemática que enfrentan los y las jóvenes.
9.- Felicitamos a las centrales/confederaciones sindicales afiliadas y/o fraternas a la
Confederacion Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA), por
haber enviado a delegados y delegadas jóvenes a ambos eventos, acción que fue
reconicida por el sector de los empleadores y de gobiernos. Este es un ejemplo
positivo para el movimiento sindical. La Autorreforma Sindical está permitiendo que
cada vez exista mayor incorporación de jovenes cuadros sindicales a las estructuras,
pudiendo de esta forma representar y reivindicar los intereses y derechos de de los/as
trabajadores/as jóvenes.
Los y las jóvenes asistentes a los eventos, antes expuestos, mostraron capacidad, una
alto grado de manejo de la temática, permitiendo planteamientos congruentes hacia
los programas y políticas de empleo de los países de la región. La coordinación del
Programa de Juventud de la CSA, la Presidencia del CJTA y de los y las representantes
sindicales, contribuyó al fuerte debate sobre las políticas de empleo para la juventud
discutidas en ambos eventos.
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