Subido por Vittoriano Jiménez Fiore

VITTORIANO La-Educacións-1

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LA EDUCACIÓN COMO VARIABLE LEGITIMADORA
DE LAS RELACIONES SOCIOECONÓMICAS EN VENEZUELA (*)
César Burelli Valero y Víctor Palacios Vargas.
Profesores-Investigadores (U.D .I - C.U.C)
I. Introducción
Para encausar los destinos de la República por los senderos de la Justicia y equidad, donde las
diferencias se limiten a las funciones , destrezas y habilidades de los ciudadanos y no al Poder
acumulado en términos económico y políticos de forma particular y sectorial; es indispensable, por
una parte tener conocimiento y conciencia de las causas que dieron origen y mantienen los
desequilibrios y desajustes en la sociedad y, por la otra, asumir que el quiebre de tales
desigualdades implica conscientemente asumir una actitud crítica, pero mancomunada en la
formulación de planes y proyectos factibles, es decir que se correspondan con la realidad, sean
ejecutables y proyecten resultados a corto, mediano y largo plazo, favorables, no a particularidades
y parcialidades, sino a la totalidad del entramado social.
En consecuencia, el diagnóstico analítico (por muy superficial que éste sea) de la evolución
educativa venezolana en general y la Universitaria en particular, sin desconocer las conexiones de
las mismas con el resto de las prácticas sociales, permitirá entender las falencias y atributos de las
ejecutorias que emanan del Estado en materia de formación de recursos humanos y a su vez,
contribuirá como parte del todo, con bases sólidas en la formulación y ejecución de las políticas
educativas, no sólo inclusivas, sino también, formadoras del hombre nuevo que propugna la vigente
Carta magna y promueven, en forma reiterada las administraciones chavistas-maduristas,
genéricamente denominadas “Bolivarianas”.
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(*) Este artículo, se inscribe en una línea de Investigación denominada “El rentismo en Venezuela y
su incidencia en la educación universitaria siglos XX y XXI” que los autores vienen desarrollando
desde 2008.
II. Antecedentes históricos del uso de la Educación como instrumento de manipulación
Más que definir la Educación, interesa en la presente reflexión, señalar como la misma, en la
evolución humana en general y venezolana en particular, en su diseño y ejecución, siempre ha
reflejado una ideología y praxis social excluyente. En efecto, desde la antigüedad, cuando…”los
considerados aptos y sanos eran educados para gobernar, hacer la guerra o servir a sus amos”…
(García, 2011. P 14), pasando por la edad media, donde prevaleció por largo tiempo la censura
clerical y religiosa a todo síntoma de crítica y cuestionamiento a lo establecido, asumiendo la Iglesia
católica monopólicamente la escuela y la universidad (Prieto Figueroa,1977, p 43) bajo el prisma de
la moral conservadora y sesgada ideológicamente hacia perfiles y patrones filosóficos escolásticos
contemplativos, hasta el presente, donde la ideología Neoliberal, apunta su premisa hacia la
formación de cuadros útiles a la reproducción de capital y valores consumistas para lo cual, la
máxima expresión es la exaltación del “triunfo” de un individualismo excesivamente egoísta con
prescindencia de los valores de la solidaridad. Es decir, la educación como expresión de lo social,
históricamente ha sido utilizada por parte de los bloques de poder imperante como instrumento
de segregación, sojuzgamiento y división, estimulando en muchos casos, la desmovilización de los
pueblos.
En los trescientos años de dependencia integral (*) del territorio venezolano al imperio español,
fue recurrente el establecimiento de normas y prácticas pedagógicas en los diversos niveles y
modalidades, cuya causa y efecto, era la legitimación de un estado de cosas, que al principio se
impuso por el imperio de la violencia física contra el nativo, pero que con el transcurrir del tiempo
requería de la asunción de parte de opresores y oprimidos como un hecho natural, inmutable,
permanente, a fin de mantenerlo indefinidamente.
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(*) Entendemos por dependencia integral, la sumisión absoluta de un territorio colonial a
su metrópoli dominante. Para un estudio pormenorizado de la Dependencia como modelo
teórico para analizar los desajustes económico-sociales de América Latina en una
perspectiva histórica, véase: Dos Santos, Theotonio (1977), Dependencia y cambio social.
Caracas: UCV; Maza Zavala, Domingo (1973), Los Mecanismos de la dependencia. Caracas:
edit Rocinante; Rodríguez, Luis Cipriano (1978), “La noción de dependencia y el estudio
histórico de América Latina” Anuario. Instituto de estudios hispanoamericanos. Caracas:
UCV. Tomo II, pp 59-73.
A tal efecto, la Corona y la Jerarquía eclesiástica, siempre estuvieron prestos a deponer pequeñas
diferencias, en aras de privilegiar el control socio ideológico sobre la población, para lo cual la
política educativa de carácter racista, elitista, memorística, fragmentada y sobre todo divorciada de
la realidad se convirtió con el tiempo en el sistema más eficaz, que el castigo físico directo para
imponer patrones y formas de conducirse enmarcados en una dinámica, cuya esencia era el
reiterado rechazo a los valores y prácticas ancestrales de los nativos y africanos devenidos sólo en
medios de producción utilitarios para el despojo masivo de los recursos naturales por parte del
conquistador europeo(1). En el caso de la educación universitaria, desde su irrupción tardía, casi
siglo y medio después de pisar suelo americano el europeo conquistador, apareció promovida por
la Corona y la Iglesia Católica, donde sólo tenían acceso los “blancos” peninsulares, corrientemente
llamados mantuanos (2) dictándose cátedras donde predominaban los “Estudios teológicos”. Esa
fue la universidad colonial en Venezuela y en general en Latinoamérica.
III. El siglo XIX venezolano, la república y la educación
Instaurada la República, después de una sangrienta guerra, que consumió, un tercio de la
población, según estimaciones de analistas del tema demográfico (**) hubo intentos serios y
eventualmente viables de reconstrucción, no como archipiélagos provinciales con autonomía, sino
como componentes de una estructura nacional que privilegió el centralismo como forma de
gobierno contra el cual, posteriormente insurgieron las tesis federalistas.
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(1).Dos aspectos son ilustrativos de aquella conducta despreciativa hacia el nativo que luego se
expande al no peninsular: la primera, fue la salvaje explotación indígena al utilizarlos como
colectores de perlas en forma indiscriminada, dando lugar a una mortandad, hasta casi
extinguirlos en la costa oriental venezolana y, la segunda, se refiere a la prohibición expresa
de las autoridades de no permitir a los encomenderos, sus subalternos o familiares de
ambos facilitar el aprendizaje, destreza y practica de las costumbres de la “civilización”,
salvo las de contenido clerical.
(2).Un caso de exclusión social en la Universidad Colonial, lo constituyó la negativa a darle acceso a
la misma al joven Francisco de Miranda por su condición de descendiente de canario, considerados
estos como blancos de “orilla”, es decir gente de segunda.
(**) Estimaciones realizadas a partir de los datos aportados por Alejandro de Humboldt, Agustín
Codazzi y Juan Manuel Cajigal y acertadamente analizadas por el economista Domingo Maza Zavala
en “Estratificación de la sociedad venezolana en el período 1770-1830” ponencia presentada en el
Segundo Congreso Bolivariano de Historia efectuado en julio de 1983 en Caracas, organizado por
la Academia Nacional de Historia con motivo de celebrarse el bicentenario del natalicio del
Libertador.
La educación, no fue la excepción, el mismo Libertador Simón Bolívar, partidario de la Ilustración y
la filosofía liberal (3), tanto en el “Discurso de Angostura” como en la “Carta de Jamaica”, fue
explícito al señalar lo oportuno que representaba la misma para la solidez de las noveles naciones,
porque así los nacionales se constituirían en ciudadanos conscientes de sus atribuciones y
responsabilidades con la República. Para el Libertador la educación no era un privilegio,
consagrador de bastardos intereses, sino un derecho de la población y una obligación del Estado
para fomentar los valores
Inscrito en el proyecto anterior, en 1827, la Universidad de Caracas, fue objeto de una reforma
integral a fin de sacarla del oscurantismo colonial de corte escolástico y medieval y adecuarla a los
nuevos tiempos, pero la muerte del ilustre hombre, unida a las rivalidades de los distintos grupos
por asumir el control de la joven República, desencadenó una sucesión de conflictos bélicos desde
1830 hasta principios del siglo veinte que poco permitieron la formulación y ejecución de planes y
proyectos destinados a enrumbar la nación hacia estadios de desarrollo, como fue la aspiración de
alguno de los precursores y fundadores de la patria.
En aquel marasmo producto de las rivalidades caudillistas es rescatable el esfuerzo realizado por
la administración guzmancista por promover algunas reformas en la educación. A tal efecto, se puso
fin al monopolio ejercido por la Iglesia Católica en la formación básica, al asumir el Estado su
conducción y convertirla en una obligatoria.
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(3). Mientras la Ilustración fue una expresión filosófico-cultural cuestionadora de la Ciencia y las
Artes predominantes, el liberalismo constituyó una doctrina burguesa promotora de la libertad
individual en términos político económicos, opuesta a las monarquías centralizadoras. Es necesario
no confundir Liberalismo con Democracia, la primera como ya se apuntó es, en esencia una doctrina
político- económica fundamentada en los conceptos de libertad e igualdad para acceder a la “cosa”
pública (Política) y al mercado (económica), donde la intervención del Estado debe ser mínima ,
mientras que la Democracia es uno de los tantos sistemas políticos, cuya esencia es la participación
de la población en la toma de decisiones en la vida pública de Estado. En este sentido remitimos al
lector al excelente libro Democracia y discurso político escrito por la Doctora Ana Irene Méndez,
profesora e investigadora de la Universidad del Zulia , cuando afirma que ”Los defensores del
liberalismo rechazaban la democracia porque creían que la búsqueda de la igualdad bajo el gobierno
de las mayorías pondría en peligros los principios liberales. Democracia y liberalismo se dieron la
mano solo sobre la base de concesiones mutuas, pero fue la democracia la que cedió más
terreno…la democracia, de su concepción como organización social basada en principios éticos, de
los cuales la igualdad jugaba un papel central, pasó a ser considerada [únicamente] como un
conjunto de reglas…para la distribución del poder político” (2004, p 9).
A su vez, en el área universitaria se ejecutaron medidas tendientes a vincularla con las teorías y
corrientes de pensamiento novedoso como el Positivismo, para lo cual se contrató al profesor
Adolfo Ernst de origen Alemán, cuya influencia, a través de su catedra de “Historia Natural” será
determinante en futuras generaciones de intelectuales vinculados al tema educativo tales como Luis
Razetti, José Gil Fortoul, Laureano Villanueva, Rafael Rangel entre otros (4).
IV. Aspectos resaltantes de la Educación en los primeros 50 años del siglo XX
En el primer tercio del siglo veinte, El Estado fortalece su presencia en la vida nacional debido a
la centralización y concentración del poder en forma casi absoluta en la figura del jefe del Ejecutivo,
debilitando así a las autonomías regionales hasta convertirlas en entelequias dependientes del
poder central. Esto fue posible, por la transformación de la República de agro exportadora a minero
exportadora, donde los recursos financieros - cada vez más abundantes-permitirán a los caudillos
andinos que asumieron el mando a principios de siglo, lo detenten en forma ininterrumpida hasta
mediados de siglo. Hasta 1935 el ejercicio del poder, fue despótico, violento y personalista. La
sociedad venezolana fue presa del terror que ejercían los andinos. En este contexto, la educación,
en todos sus niveles y modalidades constituían un peligro para los gobernantes, razón por la cual,
se le mantuvo en el oscurantismo.
Fue en 1936 a la muerte del General Juan Vicente Gómez, cuando el país comienza un proceso
de transición a la modernidad y la dirigencia del Estado asumen que los Partidos Políticos y la
Educación son agentes de la misma. Desde esa fecha hasta principios de la década de los ochenta,
el área educativa, con avances y retrocesos, cambios, reformas y maquillajes, recibe un impulso,
innegable; Se comienza con un proyecto educativo, cuya esencia era la formación del recurso
humano para sustituir el sistema rentista petrolero (Baptista, 1993) por uno de producción
diversificada, orientado y dirigido por el sector privado (Purroy, 1982), le sigue una práctica
expansiva del gasto público en educación, destinada a utilizarla como instrumento clientelarelectoral (Battaglini, 2008, p. 183 y Luque 2009). En los años del Pérezjimenismo, la propuesta
educativa se ciñó al interés desarrollista enmarcado en el plan denominado “Nuevo Ideal Nacional”
(Luque, 2009, p.399).
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(4). En relación a la influencia del positivismo en Venezuela, existe abundante bibliografía
actualizada, algunos de los autores que lo han tratado son: Alicia de Nuño, Marisa Kohn de Becker,
José Ramón Luna entre otros. Ahora bien, en el estudio del influjo de aquella doctrina en la
Educación, con énfasis en el subsistema universitario, desde el Guzmancismo hasta la actualidad,
sobresale lo escrito por el historiador en educación, Rafael Fernández Heres, algunas de cuyas obras
se encuentran reseñadas en este artículo.
V. Características y fases de la Educación durante el puntofijismo (1958-1998)
Durante el predominio del puntofijismo, hubo dos fases claramente diferenciadas. La primera,
comienza en 1959 y concluye en 1981, caracterizada, por el regreso a la práctica clientelar-electoral
en todo el sistema y sus modalidades. Su eficacia consistió en utilizar abundantes recursos
financieros para masificar los niveles básicos y media, sin mejorar la calidad, creando el espejismo
de democratización e igualdad de oportunidades. Durante esa época se controlaron los gremios, se
aislaron a las universidades autónomas (UCV, ULA, LUZ y UC) que sistemáticamente criticaban la
orientación seguida por el binomio adeco-copeyano en los destinos de la República; llegándose
incluso al allanamiento a sus recintos en forma periódica y a la implementación de una Ley de
Universidades cuyo objeto fue debilitar y cercenar la autonomía de las mismas. Paralelo a lo
anterior, se crearon un conjunto de instituciones universitarias experimentales controladas desde
el Poder Ejecutivo, tales como La UDO, USB, UCLA, UNESR, UNELLEZ, y se transformaron las
antiguas escuelas Industriales en Institutos y Colegios Universitarios (***) reforzando así el control
directo de la educación de tercer nivel en Venezuela (5)
Además de lo ya señalado, la orientación tanto de las universidades experimentales como de los
Colegios e Institutos universitarios, fue la de formar profesionales con una orientación, mayormente
técnico-instrumental para insertarlo en el mercado laboral como ejecutores automáticos de la fase
terminal en la producción de bienes y servicios, algunos de relativa necesidad, pero convertidos en
básicos por el bombardeo publicitario.
La segunda fase comienza con el período de inestabilidad en el Mercado Internacional de los
hidrocarburos a principio de los ochenta, lo cual impacta en forma determinante los ingresos fiscales
de la República imposibilitando a ésta ejecutar sus obligaciones internas y externas en forma
regular. Ahora bien, la dirección política del Estado, al contrario de atacar la merma fiscal,
reduciendo el gasto en las áreas no prioritarias y racionalizándolo en lo social, optó por mantener
el dispendio, recurriendo al endeudamiento interno y externo, que al no cumplir con los acuerdos
de pago establecidos, generó una crisis que cruzó las fronteras administrativas, golpeando
violentamente al resto de la estructura nacional, sobre todo a la población de menores ingresos,
quienes sintieron como en el corto plazo quedaban desprotegidos por el Estado.
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(***). Al desaparecer las Escuelas Técnicas, la primera institución universitaria destinada a formar
profesionales con destreza y cierto dominio teórico en la fase intermedia y final de la producción de
bienes y servicios fue el Colegio Universitario de Caracas en 1972.
(5). Paradójicamente, en periodos de alta convulsión como 1827, 1945 y 1958 o bien bajo el dominio
de gobiernos “conservadores y poco democráticos“ como el Guzmancismo y el Medinismo se
produjeron notables reformas y avances en materia universitaria, en tanto que en las épocas de
relativa estabilidad como los años que median entre 1830 y 1848 o durante el Gomecismo y el
puntofijismo, la educación no recibió el empuje y las reformas oportunas para avanzar, por el
contrario, hubo manifestaciones de retroceso en cuanto a calidad.
La dirigencia política se plegó a los intereses socioeconómicos dominantes. La salida a la crisis,
puesta en práctica por la dirección política, inducida por los sectores de predominio
socioeconómico, fue la reducir las funciones del Estado, en tal sentido, comenzó un plan privatizador
a gran escala hasta desmantelarlo y debilitarlo.
La inversión educativa fue reducida drásticamente a fin de hacer a este sector, paquidérmico,
inoperante, incapaz de ofrecer salidas a corto y mediano plazo a la crisis nacional. En el caso del
subsistema universitario, comenzó un proceso de estancamiento de la oferta de ingreso que dio
lugar a la dolorosa figura de los “Bachilleres sin cupo”. De esa forma, Los sectores dominantes
inscritos en la ideología neoliberal, es decir “todo es una mercancía de oferta y demanda en el
mercado”, pretendieron fomentar la idea de lo ineficaz e incluso innecesario de la inversión en la
Educación pública, por lo tanto la salida era privatizarla.
Aquel panorama sombrío de lo económico con incidencia en lo social y educativo generó un
distanciamiento progresivo entre las capas medias y populares de la nación y la dirección política
del Estado, hasta convertirse prácticamente en un divorcio. Al extremo que la legitimidad en la
dirección de gobierno llegó a ser tan precaria, dándose casos de gobernantes electos con pírricos
porcentajes de apoyo, a mediados de los años noventa el repudio a la dirección política era
generalizado. Un ejemplo que tipifica la situación anterior, lo constituyó la elección para Alcalde
de Caracas del doctor Claudio Fermín quien resulto triunfante con apenas el 8% de los inscritos en
el registro, la abstención representó más del 84%.
VII. Algunos rasgos del paradigma educativo Bolivariano
Ese quiebre del modelo político representativo y la ruptura entre dirigentes y el pueblo, fue uno de
los elementos que abonaron la aparición y vertiginosa popularidad del anterior Presidente de la
República Hugo Chávez Frías, quien con su nuevo mensaje cautivó a las masas y les propuso una
fórmula de participación directa y protagónica en la vida pública del entramado social, sobre todo
los que históricamente habían sido marginados (6)
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(6) En relación a la figura de Hugo Chávez Frías y sus propuestas, que para algunos es de franco
contenido revolucionario, para otros reformista e incluso ciertos analistas le tildan de populista y
militarista; baste decir, que alrededor suyo, que según compilación de Rafael Ramón Castellano
bibliógrafo de profesión y copropietario de la “Pulpería del Libro Venezolano” hasta mediados de
2013, contabilizaba 4212 publicaciones entre libros y artículos hemerográficos relativos a la figura
del líder bolivariano, superando con creces –según el bibliógrafo- a personajes de la talla del
Libertador Simón Bolívar, Rómulo Betancourt y Juan Vicente Gómez.
A partir de 1999 la Administración ”Bolivariana” ha implementado una serie de políticas públicas
destinadas a incluir a los que hasta la fecha estuvieron al margen en la toma de decisiones y disfrute
pleno de sus derechos, empezando por la derogatoria de la Constitución de 1961, suplantándola
por la vigente carta magna que sustituye el sistema ”Democrático representativo” indirecto, por
el “Participativo y protagónico” Directo, más aun, después de los turbulentos acontecimientos
sociopolíticos de 2002 y 2003, a principios del año siguiente, el jefe de Estado de entonces, en un
discurso en la autopista Francisco Fajardo, a la altura del Jardín Botánico en la capital de la república,
además de acusar a los factores opositores a su administración de buscar apoyos internacionales
para intentar derrotarle, anunció que su gobierno se orientaba hacia…”el socialismo
inexorablemente”.
En ese progresivo cambio de modelo, la educación no ha sido la excepción. No sólo se han creado
entidades destinadas a promover y ejecutar políticas inclusivas y masivas en dicha materia , en el
mediano y largo plazo como El Ministerio del Poder popular para la Educación Universitaria
Ciencia y tecnología, el de Cultura, de Deportes y Recreación, sino también, para atacar problemas
puntuales, crónicos y actuales se crearon un conjunto de programas de inmediata ejecución,
denominados misiones educativas, como la” Robinson” para atacar el analfabetismo, la “Rivas”
para disminuir la deserción en Bachillerato y la” Sucre” para incluir a los marginados del sector
Universitario tradicional. A mediados de 2006, se implementaron los programas nacionales de
Formación (PNF) a fin de cambiar los paradigmas educativos tradicionales en subsistema
universitario, privilegiando la formación integral, donde lo humanístico y tecnológico converjan para
producir un nuevo hombre, responsable e integrado a su familia, comunidad, región y nación, como
está previsto en la Carta Magna y en el proyecto nacional Simón Bolívar (2007-2013) en la actualidad
Plan de la patria. Con esta práctica se pretende revertir, lo que se ejecutó históricamente en el país
con la Educación, al utilizarla como una variable en el plano de las ideas y en la praxis social solo
destinada a reforzar las diferencias sociales. Según los promotores del proyecto bolivariano de
educación, el mismo tiene un significado liberador y solidario, al servirle al ser humano como
herramienta básica para su desarrollo y bienestar integral.
Para finalizar, diremos que el proyecto educativo general y el universitario en particular del
bolivarianismo, cuantitativamente ha tenido éxito, en la medida que disminuyó la brecha entre la
demanda de ingreso en el sistema, incrementando aceleradamente los cupos disponibles, lo que ha
constituido una enorme inversión financiera y de recurso humano, porcentualmente superior a la
ejecutada en el puntofijismo. Sólo que dicho éxito se sostiene únicamente por los abundantes
recursos petroleros de los que ha dispuesto el Estado en los últimos años; es decir, el incremento
de recursos financieros para financiar el modelo actual, tienen un origen rentista.
Ahora bien, para hacer un balance de los alcances, resultados parciales y futuro del proyecto
educativo bolivariano, es necesario profundizar en el tema a la luz de los datos disponibles, no solo
cuantitativos sino también cualitativos, tomando en cuenta algunas variables básicas como las
siguientes: costos, número de ingreso/egreso, calidad del egresado, pertinencia con las necesidades
reales del país y acceso al mercado real del empleo productivo. Investigar tales aspectos, son
algunas de las sub líneas del proyecto denominado “El Rentismo en Venezuela y su Incidencia en la
Educación Universitaria siglos XX y XXI”.
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