REPORTE DE LECTURA CAP IV

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UNIVERSIDAD DE PUEBLA
MAESTRIA EN DESARROLLO EDUCATIVO
MÓDULO
FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN
ASESOR
JOSÉ LUIS VILLEGAS VALLE
REPORTE DE LECTURA
UNIDAD IV
ESENCIA Y EXISTENCIA DE LA EDUCACION
PRESENTA
GABRIELA LARA JUAREZ
IXTAPALUCA, MEXICO, 12 DE JULIO DE 2014
EL HOMBRE, SER EDUCABLE
En términos aristotélicos, la educabilidad es la potencia, es la radicalidad, el poder
ser educado; y la educación realizada es el acto, la perfección conseguida ya. En
términos sociopolíticos, la educabilidad es la base del principio de igualdad de
oportunidades, en materia educativa. Existencialmente es un grito interior, una
llamada a la responsabilidad personal ante el proyecto vital propio. La
educabilidad es un poder ser, una esperanza de acercarse al “deber ser” una auto
exigencia e perfección y una insaciable búsqueda de un sí mismo mejor.
Las características son:
1.- La educabilidad es personal, es decir, es una exigencia individual inalienable e
irrenunciable.
2.- La educabilidad es intencional, es decir, que no está sujeto de unas leyes
naturales, sino que el sujeto es dueño de si mismo, se auto fija metas.
3.- La educabilidad es dinámica, la realización del programa existencial de cada
hombre supone actividad y dotación de potencialidades.
4.- La educabilidad es necesaria, pues sin ella el hombre se vería privado de
posibilidades de autorrealización, de personalización y de socialización.
Ser educable y poder llegar a ser hombre es lo mismo, pues la educabilidad
comprende por igual las potencialidades realizables por simple desenvolvimiento
natural.
Fue Herbart el primero en levantar la bandera de la educabilidad como concepto
clave en ciencias de la educación, cuando escribió “el concepto fundamental de la
pedagogía es la educabilidad del alumno. El concepto de educabilidad es de vasta
extensión, se le puede seguir hasta en aquellos elementos que intervienen en el
cambio material de los cuerpos. La educabilidad de la voluntad para la moralidad
solo la reconocemos en el hombre.
La educabilidad puede traducirse por habituación o capacidad de adquisición de
hábitos o posibilidad de habituación, para Gonzalez y Alvarez Palacios, para estos
perennialistas, la educación perfecciona las facultades o potencias del alma y
estas son los medios operativos de que dispone la naturaleza. La educación es
una modificación accidental perfectiva de modalidad cualitativa o también la
maduración perfectiva de las facultades del hombre.
El sujeto de la educabilidad es el ser espiritual del hombre, la capacidad de
habituación y educabilidad no son la misma realidad, pues existe diferencia entre
las potencias humanas y las operaciones espirituales únicamente.
Del psicologismo, Thordike y Dewey, insisten en la capacidad de habituación y en
la adquisición real de hábitos como parte integrante del proceso educativo.
La primera razón por la cual el hombre es educable ha de buscarse en la apertura,
que es la capacidad opuesta al instinto ciego y fijo; la capacidad de realizaciones
múltiples, la capacidad elección entre muchas opciones. Por la apertura se opone
la educabilidad al desarrollo espontaneo que solo puede recorrer el camino
preestablecido de la naturaleza.
El especialista, Jasper ha insistido en que la característica del ser humano, radica
últimamente en la inteligencia y en la libertad, que son las ventanas abiertas en los
planos cognoscitivos y oréticos. Si el hombre fuese privado de su apertura,
quedaría automáticamente sin educabilidad, porque solo el ser abierto puede
proyectar su autoperfeccionamiento.
El hombre es educable, porque puede comunicarse en una doble esfera, la del
saber y la de la relación personal. El hombre es un ser cultural, activa y
pasivamente, es decir, puede crear y recibir cultura, el sofista Gorgias negó la
comunicabilidad de los saberes y la doctrina platónica, por su intelección de
conocimientos como recuerdo, pone en entredicho esta comunicabilidad.
San Agustín, atribuye al maestro interior la acción docente y desdibujo la
injerencia del profesor. La comunicabilidad de los saberes es posible gracias a la
coincidencia de ambos extremos maestro y alumno, en la racionalidad, en la
posesión del lenguaje, en la disposición de métodos y técnicas. Donde también
interviene la comunicación personal.
El hombre es educable en virtud del principio de convergencia, que afirma lo
hereditario, lo ambiental y las intervenciones independientes del individuo en su
propia evolución o línea fundamental de la vivencia y de la acción que cristaliza la
personalidad en evolución.
El hombre fue entendido dualmente, como compuesto de alma y cuerpo, como
alma encarcelada en lo somático; por eso, la antropología actual ha reaccionado a
favor de la unidad del ser humano. En virtud de esa unidad, la espiritualidad no
flota en el vacío, sino que en el hombre está radicada en su ser, al que afecta por
igual biología, la bioquímica, la física y el espíritu. Todo ello forma su naturaleza.
El espíritu se somatiza y el cuerpo se espiritualiza entre ambos se entabla un
dialogo de la convergencia y la unidad. El cuerpo presta sus pies y manos, ojos,
oídos y glándulas endocrinas. El espíritu presta al cuerpo el hábito, la
inmaterialidad, los ideales, la interioridad, la relación trascendente.
El espíritu es la explicación suprema de la educabilidad porque para poder ser
educado es condición primordial el no estar listo de antemano, ni estar
determinado o fijado. Nada por tanto es más contrario a donde tiene lugar la
decisión y se adapta adecuadamente al proceso completo del cumplimiento del
espíritu humano.
El hombre es educable, porque es sujeto y agente de cultura y esto le adviene por
el espíritu, porque por la educación se inserta el educando en el mundo y es capaz
de civilidad.
Toda educación, por ser intencional y teleológica, se dirige al futuro, aunque
difiera, en la aplicación práctica, según que se trate de una teoría trascendente, o
según la edad de los alumnos que permitirá aceptar la responsabilidad de cara al
porvenir o ser suplidos por el maestro, que adivine sus necesidades.
Dos son las formas de enfocar educativamente el futuro, impuestas por las dos
maneras de actuar sobre la voluntad del educando. La primera priva al educando
de su libertad, sumiéndolo en el la necesidad, Spranger está persuadido de que la
teoría educativa que más expresa esta primera forma, es el marxismo, a pñe3sar
de que se excuse diciendo que el reino de la necesidad será un periodo de
transición hacia la libertad.
En cuanto a los siete saberes necesarios se encuentran:
1. Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión. La educación es la que
tiende a comunicar los conocimientos.
2. Los principios de un conocimiento pertinente. Promover un conocimiento
capaz d abordar los problemas globales y fundamentales.
3. Enseñar la condición humana. El ser humano es a la vez físico, biológico,
psíquico, cultural, social, histórico.
4. Enseñar la identidad terrenal. El destino planetario del género humano será
otra realidad fundamental ignorada por la educación.
5. Enfrentar las incertidumbres. Las ciencias nos han hecho adquirir muchas
certezas, pero de la misma manera nos han revelado, en el siglo XX,
innumerables campos de incertidumbre.
6. Enseñar la comprensión. La comprensión es al mismo tiempo medio y fin
de la comunicación humana.
7. La ética del género humano. La educación debe conducir a una antropoética, considerado el carácter ternario de la condición humana cual es el de
ser a la vez individuo, sociedad, especie.
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