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La Mujer Negra

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Pedagogía en Historia
y Geografía
La Mujer Negra: su protagonismo
en la construcción de la Sociedad
Mestiza en Chile. Siglos XVII y
XVIII
Camila Pia Godoi Guerrero
IV Nivel
Cátedra: América y Chile Colonial
Profesor: Patricio Cerda
Fecha: 29/06/2010
1
INDICE
Visión Crítica de Nuestra Historia..............................................................3
La Introducción de esclavos negros al territorio…………………………....4
Las Esclavas Negras también llegan al territorio……………………………4
La Labor de la Mujer Negra……………………………………………………5
Amancebamiento y Matrimonio, causal de descendencia mestiza……….7
Simbiosis Cultural……………………………………………………………….9
El Rostro Borrado……………………………………………………………….11
Bibliografía Consultada…………………………………………………………12
2
“Visión Crítica de Nuestra Historia”
Nuestra historiografía tradicional está empecinada en tapar las huellas biológicas y
culturales de las etnias africanas, que no sólo llegaron a América si no a Chile, sin
embargo, tal como lo plantea el autor José Bengoa:
“El país que tenemos tiene su historia y ella no vuelve atrás, pero tiene un
futuro que se construye, y que depende de cómo se mire el pasado. No
podemos hacer tabla raza de la historia, pero podemos observarla
críticamente”.1
Con el fin de construir está nueva historia es de importancia mencionar que en
Chile si hubo presencia negra, según el autor Rolando Mellafe esta comienza con
la llegada de los primeros españoles al territorio chileno:
“Diego de Almagro en su viaje de reconocimiento y conquista a la
gobernación de Nueva Toledo, que dio lugar al descubrimiento de
Chile, entre 1535 y 37, llevaba negros, como lo había acostumbrado
en los viajes de la Empresa del Levante”2.
Incluso fue Diego de Almagro quien introdujo a la primera esclava negra al
territorio de Chile, así lo menciona Paulina Barrenechea Vergara “No hay que
olvidar que la primera mujer no aborigen que llegó a Chile fue la esclava de Diego
de Almagro, Malgárida”.3
De acuerdo a lo ocurrido en el descubrimiento de Diego de Almagro este fue un
rotundo fracaso, posteriormente llega a Chile para conquistar y colonizar Don
Pedro de Valdivia, quien es acompañado por un reducido grupo de negros, y es
con el que se consolida el comercio negrero en Chile. De esta manera el autor
Rolando Mellafe, el cual plantea que:
“La primera petición de negros para el reino la hizo Pedro de Valdivia en
una carta escrita al emperador Carlos V y fechada en Santiago, el 15 de
octubre de 1550”.4
1
Bengoa, José. Conquista y barbarie. Ensayo crítico acerca de la conquista de Chile, ediciones Sur colección
estudios históricos, Santiago, Chile, 1992. p. 5
2
Mellafe, Rolando. La Introducción de la esclavitud negra en Chile, Tráfico y Rutas. Editorial Universidad de
Chile, Santiago, Chile, 1959. pp. 42- 43
3
Barrenechea, Paulina. María Antonia esclava y músico: La traza de un rostro borrado por/para la literatura
chilena. Atenea, edición 1er semestre, 2005, nº 491, editorial Universidad de Concepción, p. 89.
4
Mellafe, Rolando. Ob. Cit. p. 57
3
“La Introducción de esclavos negros al territorio”
La razón por la cual se introduce en Chile el comercio negrero es por una escasez
de mano de obra, sabemos que las nuevas colonias Americanas estaban
otorgando a la corona española nuevos recursos, lo que necesitaban para su
explotación era una abundante mano de obra, especialmente mano de obra negra,
la cual no era precisamente tan costosa como se plantean en antiguos textos, los
que recalcan que es esa una de las principales razones por las cuales no se trajo
negros a este territorio, que fue uno de los más pobres.
Entre las causas de la incorporación de mano de obra africana a Chile, podemos
mencionar que se debió a la merma de la población indígena, siendo una segunda
causa, las políticas que protegían al indígena. Rolando Mellafe hace alusión a
que:
“En esos momentos existía en Chile un laboreo de minas bastante
activo a cargo de la población indígena, pero no escapaba a Valdivia
que los metales preciosos eran más abundantes que los que se
conocían hasta entonces; y muy especialmente, que la población
indígena, que el mismo reconocía subrepticiamente que no era mucha
y que disminuía, no bastaría para un trabajo intensivo de las minas;
esto, sin tomar en cuenta una posible o casi segura legislación
restrictiva en cuanto al uso y abuso de la mano de obra indígena,
como estaba acaeciendo en el Perú con la agricultura.”5
“Las Esclavas Negras también llegan al territorio”
Se puede creer que a Chile solamente llegaron esclavos hombres, esto debido al
tipo de trabajo por el cual eran necesitados, es decir, para los trabajos en las
minas, sin embargo, también se reconoce la llegada de mujeres negras y mulatas
al Reino de Chile, Rosa Soto menciona este hecho, “La mujer negra llegó a Chile
con los primeros conquistadores, y desde el primer momento se vio enfrentada a
múltiples vicisitudes”.6
Por múltiples razones la historia de Chile solamente menciona la participación de
la Mujer indígena en la construcción de nuestra sociedad, entre los textos que se
leían en épocas anteriores se menciona sólo el mestizaje entre el español y la
indígena, o viceversa, así lo plantean Encina y Castedo en su Resumen de la
Historia de Chile
5
Mellafe, Rolando. Ob. Cit. p. 58
Soto, Rosa. Negras esclavas. Las otras mujeres de la Colonia. Proposiciones Vol. 21. Ediciones Sur,
diciembre 1992, Santiago, Chile. p. 21
6
4
“En toda la zona ocupada por los españoles, y, especialmente, en los
campamentos, el ibero engendró en las hembras chincha-chilenas, primero,
y en las mapuches después, cuantos hijos le permitieron sus fuerzas
genésicas. Desde los albores de la Conquista, gobernadores y capellanes
consintieron tácitamente el ayuntamiento de soldados españoles con las
jóvenes indias del valle del Mapocho”.7
De ahí surge la interrogante ¿Qué ocurre con la mujer negra? ¿Cuál es su
protagonismo en este largo camino, tanto como de simbiosis biológica y simbiosis
cultural? ¿Cuál es la misión de esta Historia que quiso borrarlas de ella?
“La Labor de la Mujer Negra”
La Mujer negra, llegó a Chile cumpliendo labores de tipo domestico, pero no eran
solamente de aquellas labores de las que se ocupaban, según Rosa Soto:
“En la hueste conquistadora, ella y la indígena "trabajaban" como sirvientes
domésticas, encargadas de trasladar parte de los pertrechos, cocinar y
lavar para su amo; los conquistadores, además, las hacían servir como
concubinas”. 8
La Mujer negra, esclava, empleada domestica, concubina, aquella que propiciaba
al amo un sin fin de placeres.
El hecho de que las mujeres negras traídas al reino hayan contraído relaciones
sexuales con los conquistadores deja en evidencia su participación en el
mestizaje, pues de ahí surge la mezcla entre el europeo y la negra africana, o la
mulata, siguiendo con la autora Rosa Soto, quien menciona que “Los negros
constituyeron el tercer grupo que participó en el proceso de mestizaje biológico y
cultural que dio origen a nuestra sociedad.”9
También podemos llamar a este tercer grupo participante en la construcción de
esta sociedad mestiza como “La Tercera Raíz”10
Las mujeres negras tenían un fuerte sentido familiar, el afán por preservar las
familias era lo que muchas veces las guiaban al cimarronaje, también
demostraban esta virtud al cuidar a los hijos de los amos, a quienes les daban de
amamantar, así lo manifiesta la autora antes mencionada:
7
Encina A. Castedo L. Resumen de la Historia de Chile. Editorial Zig-Zag, Quinta edición. Santiago, Chile,
1964. p.178
8
Soto, Rosa. Ob. Cit. p. 21
9
Ibíd. p. 21
10
Triviños, Gilberto. Barrenechea, Paulina. Bibliografía comentada para iniciar el estudio de la presencia
negra en Hispanoamérica y Chile. Guía practica. Editores Universidad de Concepción. Concepción, Chile. p.1
5
“Al no existir en Chile comunidades negras, la constitución de familia no fue
fácil, ocurriendo más bien por la buena voluntad de los amos. La esclava
desarrolló como pudo una vida de relación afectiva con su pareja, hijos,
madre y otros familiares, todo sujeto al parecer de sus amos. Niños de muy
poca edad (días, meses y hasta los cinco años) eran arrancados del seno
de sus madres y vendidos o entregados en parte de pago, o eran llevados a
casas de amigos o familiares. Otros eran comprados por personas
anónimas, generalmente hombres (suponemos el padre), el cual pagaba su
precio y los liberaba”11
Estas situaciones no quedan aisladas de los amos, muchas amas desarrollaron
lazos afectivos con sus esclavas, y sobre todo con los niños pequeños.
Las mujeres negras y mulatas, disfrutaban de un atractivo especial, que las hacía
muy codiciadas para el hombre europeo, puede tomarse este atractivo como un
causante importante del mestizaje entre lo negro y lo blanco, Miguel Rojas
describe muy bien dicho atractivo:
“El arquetipo de la mulata lúbrica- mujer de cuerpo exuberante y llamativoque hacía perder la cabeza a los hombres y atemorizaba a las mentes
tradicionales que veían en ella un peligro para sus valores
convencionales”12.
De esto debe el que en Chile se hayan separado en castas, pues la mujer negra
es vista como un objeto pecaminoso, pero esto no es un impedimento para que
muchos hombres tengan relaciones sexuales con ellas, e incluso para tener el
deseo de unirse en matrimonio.
Las esclavas, no sólo estaban sometidas a servir a sus amos, sino también de
otros hombres, así lo plantea Rosa Soto, “Con frecuencia eran objeto de acoso
sexual, no sólo por parte del amo, sino también de parte de otros hombres de la
casa (hijos del amo, otros parientes, peones)”13.
Miguel Rojas menciona aquel refrán popular que describe bastante bien como
veía la sociedad a la mujer negra: “Una blanca para casarse, una negra para la
cocina y una mulata para la cama”14
11
Soto, Rosa. Ob. Cit. p. 22
Rojas, Miguel. Cultura afroamericana, de esclavos a ciudadanos. Editorial Anaya, Biblioteca
Iberoamericana nº 48, Madrid, España, 1988. p. 76
13
Soto, Rosa. Ob. Cit. p. 24
14
Rojas, Miguel. Ob. Cit. p. 27
12
6
“Amancebamiento y Matrimonio, causal de descendencia mestiza”
De todas estas situaciones indebidas surgieron muchos niños ilegítimos, sin
embargo, en muchas ocasiones hubo intensiones de unirse en matrimonio, pese a
la Pragmática impuesta en ese periodo, según el autor Gonzalo Vial, está Real
Pragmática consistía en que todo “hijo de familia” (toda persona menor de
veinticinco años, y aunque excediese ese límite seguía igual en calidad de
respecto a su padre, mientras este viviera) debía casarse sólo con el
consentimiento de su padre, en el caso de que el padre no viviese la madre debía
discernir en conceder el consentimiento para que se efectuara el matrimonio. Una
de las causas por las que se podía negar el consentimiento era por si el
matrimonio ofendía de forma grave el honor de la familia, o si perjudicaba al
Estado.15
En un comienzo las relaciones entre el amo y la esclava se produjeron por un
amancebamiento, no obstante con el pasar de los años el amancebamiento no les
era suficiente, pues había crecido el deseo de contraer matrimonio, pese a que la
mujer fuera negra o mulata, de acuerdo a este suceso Rosa Soto hace alusión:
“Aquellos amos que habían empezado viviendo en forma amancebada con
sus esclavas, intentaron establecer una relación estable con ellas a través
del matrimonio. Gabriel Salazar relata que "en 1795, don Antonio Monardes,
hijo legítimo de don Antonio Monardes y de doña Margarita Alvarez, ambos
de La Serena, manifestó su decisión de casarse con una sirvienta con la
cual había mantenido relaciones sexuales por algún tiempo. La sirvienta era
`la mulata nombrada Candelaria, hija legítima de Leandro, mulato, esclavo
del convento. . . y de Lucía, india encomendera de la encomienda de
Guana'. La familia Monardes presentó un recurso legal para oponerse al
matrimonio".16
Gonzalo Vial escribe en su libro Los prejuicios sociales en Chile, al terminar el
siglo XVIII, menciona la discriminación frente a las etnias africanas:
“En 1803, se impidió a una mulata santiaguina casar, primero con un
artesano, y después con un oficial de platería que, a mayor abundamiento,
era hijo natural. Los dos sucesivos candidatos pasaban por españoles. En
cada caso, los padres respectivamente se opusieron al enlace, alegando la
“desigualdad de castas”. Y en ambas oportunidades, la justicia respaldo
15
Ver en: Vial, Gonzalo. Los prejuicios sociales en Chile, al terminar el siglo XVIII Artículo Boletín de la
Academia Chilena de la Historia, Año XXXII, 2° Semestre 1965, N°73. Santiago, Chile. p.18
16
Soto, Rosa. Ob. Cit. p. 22
7
este disenso paterno. Ello nos indica la intensidad del desprecio social a las
clases de origen negro”.17
Pese a todas las medidas para apartar a la mujer negra de los hombres, se
efectuó de igual modo el mestizaje y el nacimiento de hijos entre estas uniones
ilegales y prejuiciadas por la sociedad Chilena de la época. Dando origen al
“Afromestizo”.18
Aunque está investigación muestra mayores rasgos cualitativos considero de
suma importancia incorporar ciertos datos cuantitativos que respalden la
existencia de población afromestiza en nuestros territorios, de esta manera esta
investigación tomará caracteres que demuestren su fiabilidad.
La siguiente tabla muestra la población negra y mestiza en porcentajes de
acuerdo a los corregimientos de Santiago, Coquimbo y el Maule. Estos datos son
extraídos de los censos de los años 1777 y 1778.19
CORREGIMIENTOS
Coquimbo
Santiago
Maule
% DE NEGROS Y MULATOS
20%
18%
8%
Esto es en cuanto a un aspecto biológico. El gen de la mujer negra queda regado
en algunos de los nacidos en este territorio en el periodo colonial, pese a que
nuestra historia se fue blanqueando con los años, quedo en ella un aspecto que es
más indisoluble que el aspecto biológico, me refiero a la cultura.
17
Vial, Gonzalo. Ob. Cit. p. 21
Ver en: San Martin, William. Esclavitud, Libertades y Resistencias. Hacia una propuesta integridad a las
condiciones de la Negritud en Chile. S. XVIII. Estudios Latinoamericanos (número especial La esclavitud
africana en América). Universidad Nacional Mayor de San Marcos nº 2. 2007 Lima, Perú. p. 196
19
Ver en: Carmagnani, Marcello y Klein Herbert. Demografía Histórica: la población del obispado de
Santiago 1777-1778. Boletín De La Academia Chilena De La Historia. Santiago 1965, Chile
También podemos encontrar estos datos en: San Martin, William. Esclavitud, Libertades y Resistencias.
Hacia una propuesta integridad a las condiciones de la Negritud en Chile. S. XVIII. Estudios Latinoamericanos
(número especial La esclavitud africana en América). Universidad Nacional Mayor de San Marcos nº 2. Lima,
2007 Perú. p. 196, Celia Cussen. El paso de los negros por la historia de Chile, Cuadernos de Historia Nº 25,
Universidad de Chile. Santiago, 2006. Chile. Ogass, Claudio. Por mi precio o mi buen comportamiento:
Oportunidades y estrategias de manumisión de los esclavos negros y mulatos en Santiago de Chile 16981750. Historia nº 42, Vol. I. Enero-Junio 2009.
18
8
“Simbiosis Cultural”
Existen hoy en nuestra sociedad importantes características heredadas de la
aplastada e ignorada cultura africana.
Los rasgos adquiridos de las culturas africanas los encontramos tanto en la
población masculina como en la femenina. En este caso en cuanto al aporte
cultural de los negros en la cultura chilena tomaré aspectos de ambos géneros, sin
embargo, esto no le resta importancia al protagonismo de la mujer negra en este
mestizaje cultural.
La simbiosis cultural es aun más apreciable en los sectores bajos en los
cuales la población Africana tuvo mayor contacto, Rosa Soto menciona que la
mujer negra y el esclavo negro se relacionaron mas con la población indígena, así
lo plantea la autora en su texto:
“La mujer, desde los primeros años de la conquista, en los tiempos de la
casa señorial y de la familia patriarcal, estuvo adscrita a ella, abundando
más en las áreas urbanas que rurales. Otro contacto de los esclavos negros
con la población indígena además del que se daba por servir unos y otros
en las casas de españoles principales tuvo lugar en las minas o en el
campo. Los rasgos culturales aportados por los africanos a Chile se
dirigieron directamente a estos grupos sociales. Cuando llegaban a ser
libres formaban parte del "bajo pueblo", empleándose en actividades
informales, igual que las mujeres indígenas del área urbana”.20
Sin embargo, no podemos dejar a fuera a los sectores altos, ya que las
mujeres africanas que efectuaban trabajos de tipo domestico también se
mantienen en un constante contacto con sus amas. Las cuales adquieren
creencias de origen africano, Miguel Rojas hace alusión a este tema:
“En todas las ciudades habitadas por negros había barrios célebres por sus
brujas: conocedoras de filtros amorosos, diestras en amarrar voluntades,
expertas en la curación de enfermedades, sabias para hacer ciertos
maleficios. Las domésticas negras en la época colonial eran a menudo
requeridas por sus amas, que no creían menos en estos conjuros que los
propios negros”.21
Aun en la actualidad los maleficios son aspectos visibles.
20
21
Soto, Rosa Ob. Cit. p. 22
Rojas. Miguel. Ob. Cit. p. 39
9
Pese a que la cultura Africana, tanto como sus costumbres, creencias, cantos, etc.
dejó de ser importante cuando estos llegan a estos territorios, ya que sus amos no
estaban preocupados de sus raíces, los esclavos sólo eran “piezas” o
“mercancías”, sin embargo, algo de ellos quedará en la construcción de nuestra
sociedad, que es mestiza desde cualquier perspectiva de la que se mire.
Nuestra cultura tiene tantos aspectos que provienen netamente de la cultura
africana, Paulina Barrenechea los menciona de manera resumida, pero que deja
bastante claro la influencia de las etnias africanas:
“Como en Argentina, nuestro lenguaje está enriquecido por una serie de
africanos (banana, bochinche, bombo, ganga, bobo, etc.). Tenemos la
sandía, fruto originalmente traído desde África para alimentar a los
esclavos, celebramos la Pascua de los Negros, el barrio Lumbanga en Arica
aún es centro de reunión de la diáspora africana chilena, la cueca misma
tiene raíz afro, en fin. Las evidencias están, lo que no queremos es ver”.22
Uno de los aspectos más conocidos de la cultura afroamericana es el fetichismo,
esto se debió, que a diferencia de lo que ocurría en los territorios del norte, en
donde los negros muestran el sincretismo de manera musical, en las colonias
españolas este sincretismo se mostro de manera “plástica”, esto a que la iglesia
daba sus oraciones en el idioma latín, por lo que los negros no podían participar
de ellas.23
Este fetichismo proviene precisamente del Vudú, Miguel Rojas, deja bastante en
claro las razones de este:
“La mayoría de los esclavos provenía de la Costa de los Esclavos en el
Golfo de Benín, del Dahomey y de Nigeria. El término Vudú, entre los fon,
significa dios, espíritu e imagen”.24
Actualmente el culto a las imágenes en la religión cristiana es bastante común,
tanto como en los otros países latinoamericanos como en Chile, es más se
destaca el culto a las imágenes en las fiestas realizadas tales como: La Fiesta de
la Tirana, La Fiesta de la Virgen de Andacollo, La Fiesta de la Virgen de Ayquina,
entre otras.
22
Barrenechea, Paulina. Ob. Cit. p. 90
Rojas. Miguel. Ob. Cit. p. 43
24
Ibíd. p. 44
23
10
“El Rostro Borrado”
Aunque en la actualidad podemos apreciar poca población con fisionomía que
contenga rasgos negroides, eso no nos permite negar, ni la llegada de negros al
territorio ni mucho menos la participación de esta en la mezcla de genes y de
culturas que aquí existió.
La construcción de nuestra historia puede parecer difícil, pues hay aspectos del
pasado que no queremos recordar.
La mujer negra dejó su huella en esta obcecada sociedad, que se niega
rotundamente a aceptar y reconocer las huellas imborrables de esa sangre
africana. Mujeres africanas que fueron arrancadas de sus territorios para cumplir
infinidades de labores en el nuevo mundo, entre esas, aportar en la construcción
de nuestra sociedad mestiza y ser, como la fue la Mujer indígena, Protagonista de
ella.
El único afán de este tema, tiene sólo un objetivo, el cual Paulina Barrenechea lo
describe bastante bien:
“Se basa en la idea de dejar y mantener abierta la diferencia de un otro
deshumanizado, espectral. Trazar el rostro a un fantasma que deambula
silencioso – borrado de una historia que pareciera se fue blanqueando, la
nuestra, permitiendo que éste se vaya haciendo cada vez más nítido,
logrando así que emerjan sus especificidades, sus éxitos y derrotas.
Recordar y conocer. Ejercer la memoria.”25
Es el rostro de esa Mujer Negra, olvidada, suprimida, anulada, y quitada de la
historia y memoria de nuestro país.
25
Barrenechea, Paulina. Ob. Cit. p. 87
11
Bibliografía Consultada
Barrenechea, Paulina. María Antonia esclava y músico: La traza de un rostro
borrado por/para la literatura chilena. Atenea, edición 1er semestre, 2005, nº 491,
editorial Universidad de Concepción. Concepción, Chile.
Bengoa, José. Conquista y barbarie. Ensayo crítico acerca de la conquista
de Chile, ediciones Sur colección estudios históricos, Santiago, Chile, 1992.
Encina A. Castedo L. Resumen de la Historia de Chile. Editorial Zig-Zag, Quinta
edición. Santiago, Chile, 1964.
Mellafe, Rolando. La Introducción de la esclavitud negra en Chile, Tráfico y
Rutas. Editorial Universidad de Chile, Santiago, Chile, 1959.
Rojas, Miguel. Cultura afroamericana, de esclavos a ciudadanos. Editorial
Anaya, Biblioteca Iberoamericana nº 48, Madrid, España, 1988.
San Martin, William. Esclavitud, Libertades y Resistencias. Hacia una propuesta
integridad a las condiciones de la Negritud en Chile. S. XVIII. Estudios
Latinoamericanos (número especial La esclavitud africana en América).
Universidad Nacional Mayor de San Marcos nº 2. 2007 Lima, Perú.
Soto, Rosa. Negras esclavas. Las otras mujeres de la Colonia. Proposiciones Vol.
21. Ediciones Sur, diciembre 1992, Santiago, Chile.
Triviños, Gilberto. Barrenechea, Paulina. Bibliografía comentada para iniciar el
estudio de la presencia negra en Hispanoamérica y Chile. Guía práctica.
Editores Universidad de Concepción. Concepción, Chile.
Vial, Gonzalo. Los prejuicios sociales en Chile, al terminar el siglo XVIII. Artículo
Boletín de la Academia Chilena de la Historia, Año XXXII, 2° Semestre 1965,
N°73. Santiago, Chile.
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