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ESCALAS DE CONNERS PARA PADRES Y MAESTROS COLORES

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SECRETARIA DE EDUCACIÓN DE VERACRUZ
CENTRO DE RECURSOS PARA LA EDUCACIÓN INCLUSIVA
CAPEP
ESCALA DE CONNERS PARA PADRES-REVISADA (L)
C. Keith Conners, Ph.D
Nombre del Niño(a): ________________________________________________ Sexo: Masculino
Femenino
Fecha de nacimiento: ______/_________________/______ Edad: _____________ Grado escolar: _________________
Nombre del Padre o Madre: ________________________________________ Fecha de Hoy: _____________________
Instrucciones: A continuación encontrará una lista de situaciones comunes que los niños(as) tienen. Por favor evalúe los problemas de acuerdo con
la conducta de su niño(a) durante el último mes. Por cada problema pregúntese a sí mismo(a) ¿con qué frecuencia se ha presentado este problema
durante el último mes? e indique con un círculo la mejor respuesta para cada problema. Si la respuesta es "nunca" o "rara vez", usted hará un
círculo alrededor del 0. Si la respuesta es "siempre" o "con mucha frecuencia", usted hará un círculo alrededor del 3. Usted hará un círculo
alrededor del 1 ó 2 para respuestas intermedias. Por favor responda a todos los ítems.
NO ES
CIERTO
(nunca, rara vez)
1. Enojado(a) y resentido(a)
2. Tiene dificultad para hacer o completar sus tareas escolares en casa
3. Está siempre moviéndose o actúa como impulsado(a) por un motor
4. Tímido(a), se asusta con facilidad
5. Todo tiene que ser como él / ella dice
6. No tiene amigos(as)
7. Dolores de estómago
8. Pelea
9. Rehúsa, expresa rechazo o tiene problemas para realizar tareas que
requieren un esfuerzo mental constante (tal como el trabajo escolar
o las tareas para la casa)
10.Tiene dificultades para mantenerse atento(a) en tareas o
actividades recreativas
11. Discute con adultos
12. No termina sus tareas
13. Difícil de controlar en las tiendas o mientras se hacen las compras
del mercado
14. La gente le asusta
15. Revisa las cosas que hace una y otra vez
16. Pierde amigos(as) rápidamente
17. Males y dolencias (dolores)
18. Incansable o demasiado activo(a)
19. Tiene problemas para concentrarse en clase
20. Parece que no escucha lo que se le está diciendo
21. Se descontrola, pierde la paciencia, se enoja
22. Necesita supervisión constante para completar sus tareas
23. Corre, se sube a las cosas en situaciones donde es inapropiado
24. Se asusta en situaciones nuevas
25. Exigente con la limpieza
26. No sabe cómo hacer amigos(as)
27. Se queja de males o dolores de estómago antes de ir a la escuela
28. Excitable, impulsivo(a)
29. No sigue instrucciones y no termina sus asignaciones escolares,
tareas o responsabilidades en el trabajo (no debido a una condición
oposicionista o por no entender las instrucciones)
A VECES ES
CIERTO
(Ocasionalmente)
MUCHAS VECES
SIEMPRE ES
ES CIERTO
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(Frecuentemente) (Con mucha frecuencia)
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30. Tiene dificultades organizando sus tareas y actividades
31. Irritable
32. Incansable en el sentido de no estarse quieto(a)
33. Le asusta estar solo(a)
34. Las cosas siempre tienen que ser hechas de la misma manera
35. Sus amigos(as) no lo(a) invitan a sus casas
36. Dolores de cabeza
37. Nunca termina las actividades que comienza
38. Desatento(a), se distrae con facilidad
39. Habla demasiado
40. Abiertamente desafiante y rehúsa obedecer a los adultos
41. No presta atención a detalles o comete errores en su trabajo escolar,
trabajo en general u otras actividades
42. Tiene dificultad para esperar su turno en juegos o actividades de
grupo
43. Tiene muchos temores, miedos
44. Tiene rituales que tiene que seguir rigurosamente
45. Distraído(a) o con problemas para mantener la atención
46. Se queja de estar enfermo(a) incluso cuando no le pasa nada
47. "Berrinches", "pataletas"
48. Se distrae cuando se le dan instrucciones para hacer algo
49. Interrumpe o se entromete con otros (conversaciones o juegos)
50. Olvidadizo(a) con respecto a actividades cotidianas
51. Le es difícil entender matemáticas
52. Corretea entre bocados durante la comida
53. Le asusta la oscuridad, los animales, los insectos
54. Se propone metas demasiado elevadas
55. Inquieto(a) con las manos o pies, o intranquilo(a) en su asiento
56. Poca capacidad para prestar atención
57. "Quisquilloso", susceptible, se fastidia fácilmente con otros
58. Su escritura es ilegible (desordenada)
59. Tiene dificultad para jugar o entretenerse sin hacer mucho ruido
60. Tímido(a), introvertido(a)
61. Culpa a otros por sus errores y mala conducta
62. Muy inquieto(a)
63. Desordenado(a) y desorganizado(a) en la casa y en la escuela
64. Se fastidia si alguien reorganiza sus cosas
65. Se apega a sus padres u otros adultos
66. Molesta a otros niños(as)
67. Deliberadamente hace cosas para fastidiar a otros
68. Sus demandas tienen que ser atendidas inmediatamente, se frustra
con facilidad
69. Presta atención solamente si algo le parece muy interesante
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70. Rencoroso(a) y vengativo(a)
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71. Pierde cosas necesarias para sus tareas o actividades (asignaturas escolares,
lápices, libros, juguetes)
72. Se siente inferior a otros(as)
73. A veces pareciera cansado(a) o lento(a)
74. Pobre capacidad para deletrear
75. Llora con frecuencia y con facilidad
76. Abandona su asiento en el salón de clase o en situaciones donde se espera
que se mantenga en su sitio
77. Cambios rápidos y drásticos de humor
78. Se frustra fácilmente cuando se esfuerza
79. Se distrae con facilidad con estímulos externos
80. Da respuestas a preguntas que aún no se le han terminado de hacer
SECRETARIA DE EDUCACIÓN DE VERACRUZ
CENTRO DE RECURSOS PARA LA EDUCACIÓN INCLUSIVA
CAPEP
C. Keith Conners, Ph.D
ESCALA DE CONNERS PARA MAESTROS-REVISADA (L)
Nombre del Niño(a): ________________________________________________ Sexo: Masculino
Femenino
Fecha de nacimiento: ______/_________________/______ Edad: _____________ Grado escolar: _________________
Nombre del Padre o Madre: ________________________________________ Fecha de Hoy: _____________________
Instrucciones: A continuación encontrará una lista de situaciones comunes que los niños(as) tienen en la escuela. Por favor evalúe los
problemas de acuerdo con lo ocurrido durante el último mes. Por cada problema pregúntese a sí mismo(a) ¿con qué frecuencia se ha presentado
este problema durante el último mes? e indique con un círculo la mejor respuesta para cada problema. Si la respuesta es "nunca" o "rara vez",
usted hará un círculo alrededor del 0. Si la respuesta es "siempre" o "con mucha frecuencia", usted hará un círculo alrededor del 3. Usted hará un
círculo alrededor del 1 ó 2 para respuestas intermedias. Por favor responda a todos los ítems.
1. Desafiante
2. Incansable en el sentido de no estarse quieto(a)
3. Olvida cosas que ya ha aprendido
4. Parece no ser aceptado(a) por el grupo
5. Sus sentimientos se hieren con facilidad
6. Es un(a) perfeccionista
7. “Berrinches”, “pataletas”, explosivo(a), de conducta impredecible
8. Excitable, impulsivo(a)
9. No presta atención a detalles o comete errores en sus asignaturas
escolares, trabajo en general y en otras actividades
10. Insolente
11. Está siempre moviéndose o actúa como impulsado(a) por un
motor
12. Rehúsa, expresa rechazo o tiene problemas para realizar tareas
que requieren un esfuerzo mental constante (tal como trabajo
escolar o las tareas para la casa).
13. Es uno(a) de los últimos en ser escogido(a) para jugar o formar
parte de equipos
14. Es un niño(a) emotivo(a)
15. Todo tiene que ser como él/ella dice
16. Incansable o demasiado activo(a)
17. Nunca termina las actividades que comienza
18. Parece no escuchar lo que se está diciendo
19. Abiertamente desafiante y rehúsa obedecer a los adultos
20. Abandona su asiento en el salón de clase o en situaciones donde
se espera que se mantenga en su sitio
21. Pobre capacidad para deletrear
22. No tiene amigos(as)
23. Tímido(a), se asusta con facilidad
24. Revisa una y otra vez las cosas que hace
25. Llora con frecuencia y con facilidad
26. Desatento(a), se distrae con facilidad
27. Tiene dificultades organizando sus tareas y actividades
28. Tiene dificultades para mantenerse atento(a) al realizar tareas o
actividades recreativas
29. Tiene dificultad para esperar su turno
30. Pobre capacidad para la lectura
NO ES
CIERTO
(nunca,
rara vez)
A VECES ES
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MUCHAS VECES
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(Frecuentemente)
SIEMPRE ES
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frecuencia)
(Ocasionalmente)
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31. No sabe cómo hacer amigos
32. Sensible a la crítica
33. Parece prestar demasiada atención a los detalles
34. Muy inquieto(a)
35. Perturba a otros niños(as)
36. Habla demasiado
37. Discute con otros adultos
38. No se puede estar quieto(a)
39. Corre, se sube a las cosas en lugares que es inapropiado
40. No tiene interés en el trabajo escolar
41. Pobre capacidad para socializar
42. Tiene dificultad para jugar o entretenerse sin hacer mucho ruido
43. Le gusta que todo esté pulcro y limpio
44. Inquieto(a) con las manos o pies. Intranquilo(a) en su asiento
45. Sus demandas tienen que ser atendidas inmediatamente, se
frustra con facilidad
46. Da respuestas a preguntas que aún no se han terminado de hacer
47. Rencoroso(a) y vengativo(a)
48. Poca capacidad para prestar atención
49. Pierde las cosas necesarias para sus tareas o actividades
(asignaciones escolares, lápices, libros, herramientas, juguetes)
50. Presta atención solamente si algo le parece muy interesante
51. Tímido(a), introvertido(a)
52. Distraído(a) o con problemas para mantener la atención
53. Las cosas siempre tienen que ser hechas de la misma forma
54. Cambios rápidos y drásticos de humor
55. Interrumpe o entromete con otros (conversaciones o juegos)
56. Pobre capacidad para la aritmética
57. No sigue instrucciones y no termina tareas escolares, tareas o
responsabilidades en el trabajo (no debido a una conducta
oposicionista o por no entender las instrucciones)
58. Se distrae con facilidad con estímulos externos
59. Incansable, siempre está haciendo algo
TND
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SECRETARIA DE EDUCACIÓN DE VERACRUZ
Zona 03
CENTRO DE RECURSOS PARA LA EDUCACIÓN INCLUSIVA
CAPEP
“DRA. LAURA ROTTER HERNANDEZ”
CLAVE 30FLS0008K
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS PARA EL TDAH
SEGÚN EL DSM-IV-TR-2000
A. (1) ó (2)
(1) Seis (o más) de los siguientes síntomas de DESATENCIÓN han persistido por lo menos durante 6 meses con
una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
a) A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas
escolares, en el trabajo o en otras actividades.
b) A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades lúdicas.
c) A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
d) A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u obligaciones, en el centro
de trabajo (esto no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para comprender
instrucciones).
e) A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
f) A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo
mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
g) A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (por ejemplo, juguetes, ejercicios
escolares, lápices, libros o herramientas).
h) A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
i) A menudo es descuidado en las actividades diarias.
(2) Seis (o más) de los siguientes síntomas de HIPERACTIVIDAD-IMPULSIVIDAD han persistido por lo menos
durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
Hiperactividad
a) A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento.
b) A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca
sentado.
c) A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en adolescentes o
adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud).
d) A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
e) A menudo está en marcha o suele actuar como si tuviera impulsado por un motor.
f) A menudo habla en exceso.
Impulsividad
a) A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
b) A menudo tiene dificultades para guardar turno.
c) A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (por ejemplo, se entromete en conversaciones o
juegos).
B. Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención que causaban alteraciones están presentes antes de
los 7 años de edad.
C. Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más ambientes; por ejemplo, en la escuela
(o en el trabajo) y en la casa.
D. Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral.
E. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia
u otro trastorno psicótico, y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental (por ejemplo, trastorno del
estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o un trastorno de la personalidad).
TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE
1- Introducción
2- Descripción del trastorno
3- Criterios diagnósticos del TDO según DSM-IV
4- Aproximación a las causas
5- Evaluación
6- Tratamiento
7-Documentos de interés
1- Introducción
No resulta extraño encontrar conductas desafiantes o de oposición a lo largo de un ciclo evolutivo “normal” de cualquier
niño. En la mayoría de los casos, si no existen factores de riesgo añadidos, la propia educación de los padres y demás
agentes socializadores (escuela, etc.) suelen reconducir estas manifestaciones hacia conductas normalizadas.
Sin embargo, hay un grupo de niños en los que esta conducta es perseverante en el tiempo y presenta una magnitud o
forma que no se corresponde con lo esperado por su edad o cultura. Es, entonces, cuando podemos estar delante de un
trastorno clínico.
La conducta de oposición puede tomar diferentes formas, desde la pasividad extrema (no obedecer sistemáticamente
mostrándose pasivo o inactivo) a sus formas más extremas, es decir, verbalizaciones negativas, insultos, hostilidad o
resistencia física con agresividad hacia las figuras de autoridad, ya sean los propios padres, maestros o educadores.
La conducta desafiante y de oposición de inicio temprano suele ser persistente y puede ir asociado a diferentes tipos de
patología infantil y adolescente. En la adolescencia y posterior vida adulta, el niño con antecedentes negativistas u
oposicionistas es un claro candidato a desarrollar un trastorno de la personalidad antisocial si no conseguimos regular
antes
estas
manifestaciones.
En definitiva, siguiendo a algunos autores (Barkley, 1.997): “La presencia de conducta desafiante por oposición, o
agresión social, en niños es la más estable de las psicopatologías infantiles a lo largo del desarrollo y constituye el
elemento predictor más significativo de un amplio conjunto de riesgos académicos y sociales negativos que el resto de
las otras formas de comportamiento infantil desviado.”
Por todo ello, no se trata de un trastorno más, sino uno de los problemas de conducta clínicos más serios en niños. De
no abordarse de forma rigurosa y eficaz, condena a quien lo sufre a una probable carrera de problemas sociales, legales
y de marginación.
2- Descripción del trastorno
El DSM-IV-TR (APA, 2.000), define el Trastorno desafiante por oposición (TDO) como “un patrón recurrente de conducta
negativista, desafiante, desobediente y hostil hacia figuras de autoridad que se mantiene por lo menos durante seis
meses.”
Los comportamientos negativistas y desafiantes se expresan por una terquedad persistente, resistencia y mala tolerancia
a las órdenes, negativa a comprometerse, ceder o negociar con adultos o compañeros. Igualmente hay una tendencia
deliberada a sobrepasar los límites o normas establecidas, aceptando mal o culpabilizando a otros de sus propios actos.
La hostilidad puede dirigirse hacia las figuras de autoridad pero, también, hacia los compañeros. Se manifiesta
molestando deliberadamente a los otros sin causa aparente o por motivos insignificantes. En estos episodios suelen
aparecer insultos o palabras despectivas hacia las otras personas pero sin llegar aún a la agresión física. En el caso que
se supere este umbral y se produzcan conductas abiertas de agresión a otro, estaríamos, probablemente ante
un trastorno disocial.
Como señala el DSM-IV-TR: “Los comportamientos perturbadores de los individuos con
un trastorno desafiante por oposición son de una naturaleza menos grave que aquellos individuos con un trastorno
disocial y normalmente no incluyen agresión hacia personas o animales, destrucción de la propiedad o un patrón de
robos y engaños.”
Pese a que puede darse una evolución desde el TDO en la infancia hacia un trastorno disocial en la adolescencia, ambos
trastornos se consideran independientes a pesar de que existe entre ellos un evidente solapamiento y una relación
evolutiva
y
jerárquica.
Los síntomas del TDO, suelen ser más evidentes en las interacciones con personas a quienes el sujeto conoce bien
(familiares, compañeros, etc.), por lo que pueden no manifestarse durante la exploración clínica. Por otra parte, los
sujetos con este trastorno suelen no considerarse a sí mismos negativistas o desafiantes, sino que justifican su
comportamiento como una respuesta a exigencias o circunstancias externas no razonables.
Debe tenerse en cuenta, pero, que el diagnóstico de TDO no debe hacerse si los síntomas ocurren exclusivamente
durante
el
transcurso
de
un
episodio
psicótico
o
del
estado
de
ánimo.
Destacar, también, que el TDO presenta una alta comorbilidad con el T.D.A.H. Las directrices del DSM-IV, especifican
que debería considerarse este diagnóstico cuando las conductas de oposición son secundarias a los problemas de falta
de atención e impulsividad.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS PARA EL TRASTORNO NEGATIVISTA
DESAFIANTE
SEGÚN EL DSM-IV-TR-2000
A. Un patrón de comportamiento negativista, hostil y desafiante que dura por lo menos 6 meses,
estando presentes cuatro (o más) de los siguientes comportamientos:
1. a menudo se encoleriza e incurre en pataletas
2. a menudo discute con adultos
3. a menudo desafía activamente a los adultos o rehusa cumplir sus obligaciones
4. a menudo molesta deliberadamente a otras personas
5. a menudo acusa a otros de sus errores o mal comportamiento
6. a menudo es susceptible o fácilmente molestado por otros
7. a menudo es colérico y resentido
8. a menudo es rencoroso o vengativo
Nota: Considerar que se cumple un criterio sólo si el comportamiento se presenta con más frecuencia de la
observada típicamente en sujetos de edad y nivel de desarrollo comparables.
B. El trastorno de conducta provoca deterioro clínicamente significativo en la actividad social,
académica o laboral.
C. Los comportamientos en cuestión no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno
psicótico o de un trastorno del estado de ánimo.
D. No se cumplen los criterios de trastorno disocial, y, si el sujeto tiene 18 años o más, tampoco los de
trastorno antisocial de la personalidad.
4- Aproximación a las causas
Como ocurre en la mayoría de los trastornos clínicos, no existe una etiología clara y que explique de forma
inequívoca el T.D.O.
Parece razonable pensar, y así lo demuestran algunos estudios, que podrían estar implicados diversos
factores. Entre ellos destacan los que sitúan el peso en la naturaleza de los primeros intercambios recíprocos
que se producen entre el niño y los adultos significativos de su entorno, en especial, los padres y otras figuras
con autoridad (maestros, etc.). De esta forma, cuando los niños actúan de forma desafiante, oposicionista,
negativista o agresiva hacia sus padres, dicha conducta puede suponer consecuencias positivas inmediatas
para las partes. Por un lado, terminan las demandas y la coacción (hacia los padres) y supone la obtención de
algo deseado por el niño. El resultado es que estas conductas se fortalecen y entran en una escalada de
frecuencia y magnitud en su ocurrencia.
Respecto a las variables de los padres, la inmadurez, la falta de experiencia con respecto a la educación o
unos modelos coercitivos y violentos suelen estar presentes en las familias de estos niños. También se
señalan, los conflictos maritales (en especial si hay malos tratos), la labilidad emocional, la depresión materna
y presencia de psicopatología parental.
Otro factor de riesgo relevante en los trastornos negativistas, oposicionistas y agresivos, en general, es el del
abandonamiento del niño en la primera infancia por parte de los padres. Los lazos afectivos(apego) no
establecido en las primeras etapas del desarrollo constituyen un elemento desestabilizador del temperamento
infantil incipiente. Ello unido a una vulnerabilidad genética (historia de enferemedad mental en la familia
biológica)
podría
explicar
gran
parte
de
la
sintomatología.
Así, pues, las familias desestructuradas que viven en entornos empobrecidos y de marginación social
suponen un riesgo añadido para los niños que viven en ellos, si bien, el trastorno puede darse en cualquier
estrato social.
Finalmente, respecto a la influencia de factores genéticos, antes apuntados, destacar que algunos estudios en
hijos adoptivos y gemelos han concluido que el riesgo de desarrollar un trastorno de conducta aumenta en la
descendencia de padres con historia previa de trastorno disocial de la personalidad. Se habla también de una
vulnerabilidad cromosómica ya que se ha relacionado la conducta violenta con anomalías cromosómicas XYY
y XXY, pero no todos los individuos con estas alteraciones presentaban dichas conductas.
Por otra parte, su mayor prevalencia en el grupo masculino, hizo pensar a muchos investigadores su posible
relación con los niveles de testosterona. Si bien existe esa relación, no ha podido establecerse en niños
prepúberes.
A nivel neurológico parece que se da un déficit serotoninérgico y noradrenérgico lo que se traduce en una
respuesta psicológica deficiente a los estímulos aversivos y, por tanto, una disminución de la habilidad para
aprender a impedir la agresividad.
5- Evaluación
La evaluación a nivel psicológico del T.D.O. comprende distintos instrumentos con el objetivo de cribado
diagnóstico, determinación de la gravedad de las manifestaciones conductuales y poder establecer una línea
base sobre la que comparar los resultados de una posible intervención.
Evidentemente debe comprender medidas del funcionamiento del niño en su medio natural, es decir, casa,
escuela, etc. A tal efecto son necesarios cuestionarios específicos para padres, maestros y, también, según la
edad del niño, los autoinformes.
Algunas de las escalas más aplicadas son:
-CBCL (Child Behavoir Checklist de Achenback y Edekbrock). Los autores la ofrecen desde su página ASEBA
(Algunos de los cuestionarios disponen de formato en español, si bien, los baremos pertenecen a población
hispana en EEUU).
-Escalas Conners. Contienen escalas de evaluación para padres y maestros.
-BASC. Sistema de evaluación de la conducta en niños y adolescentes. Comprende diferentes escalas para
padres, maestros y autoinformes en edades comprendidas entre 3 y 18 años. Estas escalas son
comercializadas por TEA Ediciones y disponen de baremos españoles.
Quizás uno de los puntos más delicados de la evaluación es el de determinar si el niño presenta los criterios
necesarios y/o suficientes para el diagnóstico. Hay que recordar que este trastorno presenta alta comorbilidad
con otros trastornos de la conducta y con el TDAH.
6- Tratamiento
Pese a que la mayor parte de los estudios publicados, respecto al tratamiento del trastorno que nos ocupa, se
han centrado en las técnicas conductuales y/o cognitivo-conductuales, no disponemos de resultados
concluyentes al respecto, si bien, están documentadas mejoras sustanciales respecto a la situación de no
tratamiento o placebo.
La dificultad de establecer unas líneas generales de intervención reside en el hecho de que en el origen del
problema confluyen, con frecuencia, diferentes factores de riesgo con distinto peso en cada individuo.
Debemos avanzar desde unos principios generales hacia una perspectiva más individualista que nos haga
entender las circunstancias especiales, únicas, que generan las respuestas particulares de cada caso.
Los grandes ejes que tenemos que valorar, antes de intervenir, comprenden desde los antecedentes de salud
mental de los padres biológicos, los estilos educativos y de relación en el seno de la familia, y la consideración
de factores sociales de riesgo pasados y presentes (familias desestructuradas, entornos marginales,
abandono o desatención en la infancia).
La gravedad y manifestación del trastorno será función directa de la presencia de los diferentes factores de
riesgo. Cuantos más elementos se sumen, más difícil será su tratamiento y peor el pronóstico.
Muchas veces, el terapeuta no podrá cambiar algunos de los factores externos que inciden sobre la patología,
pero sí puede modificar la forma en que el sujeto los percibe y responde ante ellos, en especial si cuenta con
el apoyo de los padres.
Desde el enfoque cognitivo-conductual, las estrategias de elección para el tratamiento, incluyen una doble vía:
a) Entrenamiento de padres
b) Intervención con el niño
a) Entrenamiento de padres
Es evidente que los primeros en padecer las consecuencias del trastorno son los propios padres. El malestar
que se genera suele ser importante y se consolidan métodos de interacción coercitivos o negativos. No es de
extrañar, pues, que parte del tratamiento se dirija a proporcionar recursos a los padres para regular y atenuar
toda la sintomatología disruptiva.
El entrenamiento no tan solo comprende la enseñanza de estrategias para controlar las conductas negativas
sino también de reforzar las positivas. En definitiva, se trata de aprender a ser más eficientes con el niño
desarrollando nuevas habilidades y eliminando los métodos ineficaces.
Puede ser necesario también, en algunos casos, proporcionar recursos a los padres para mejorar la
vinculación con sus hijos (ver: Trabajando la vinculación afectiva con nuestros hijos).
Uno de los programas modelo para el entrenamiento de padres es el desarrollado por Barckey (1.997)
denominado: “Niños desafiantes: Manual Clínico para la evaluación y entrenamiento de padres”.
El programa de entrenamiento se estructura en 10 pasos y comprende una lista de objetivos, materiales
necesarios, un esquema de los procedimientos y tareas para casa.
Según estudios efectuados, el programa de Barckley sería más efectivo cuando los padres lo aplican a niños
de entre 2 y 12 años que no tienen problemas graves de agresividad.
Una de las ventajas de estos métodos estructurados es que pueden ser enseñados colectivamente a un
número determinado de padres con lo que los costes se reducen.
b) Intervención con el niño
La intervención individual con niños pretende enseñarles habilidades cognitivas para que sean capaces de
gestionar sus emociones y afrontar situaciones difíciles. Este entrenamiento puede llevarse a cabo
individualmente o utilizando pequeños grupos.
Los procedimientos utilizados incluyen instrucciones, modelado, representación de papeles, ensayo de la
conducta,
retroalimentación
y
refuerzo
positivo.
También
suelen
incorporarse
estrategias
deautoinstrucciones verbales y de la solución de problemas.
Hay que tener cuenta, pero, que uno de los retos más importantes durante y después de la terapia, será que
los niños entrenados en estas técnicas sean capaces de generalizarlo o aplicarlo en el ambiente exterior. Para
asegurar el éxito de su aplicación externa, conviene incluir en el programa de tratamiento, la práctica en
vivo (Kazdin, 1.990). Se trata en definitiva de motivar al niño para que utilicen sus habilidades recién
adquiridas en situaciones de la vida real. Para ello deberemos contar con la complicidad y ayuda de los
padres, el propio terapeuta y de otras personas externas. Es importante asegurar unos primeros éxitos para
mantener un buen nivel de motivación en el niño y su interés para seguir intentando aplicar recursos
alternativos
a
los
que
le
han
creado
problemas.
Según el caso, podemos intentar también complementar la intervención con técnicas de Relajación.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS PARA EL TRASTORNO DISOCIAL
SEGÚN EL DSM-IV-TR-2000
A. Un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que se violan los derechos básicos de otras
personas o normas sociales importantes propias de la edad, manifestándose por la presencia de tres (o más)
de los siguientes criterios durante los últimos 12 meses y por lo menos de un criterio durante los últimos 6
meses:
Agresión a personas y animales
1. A menudo fanfarronea, amenaza o intimida a otros
2. A menudo inicia peleas físicas
3. Ha utilizado un arma que puede causar daño físico grave a otras personas (p. ej., bate, ladrillo, botella rota,
navaja, pistola)
4. Ha manifestado crueldad física con personas
5. Ha manifestado crueldad física con animales
6. Ha robado enfrentándose a la víctima (p. ej., ataque con violencia, arrebatar bolsos, extorsión, robo a mano
armada)
7. Ha forzado a alguien a una actividad sexual
Destrucción de la propiedad
8. Ha provocado deliberadamente incendios con la intención de causar daños graves
9. Ha destruido deliberadamente propiedades de otras personas (distinto de provocar incendios)
Fraudulencia o robo
10. Ha violentado el hogar, la casa o el automóvil de otra persona
11. A menudo miente para obtener bienes o favores o para evitar obligaciones (esto es, "tima" a otros)
12. Ha robado objetos de cierto valor sin enfrentamiento con la víctima (p. ej., robos en tiendas, pero sin
allanamientos o destrozos; falsificaciones)
Violaciones graves de normas
13. A menudo permanece fuera de casa de noche a pesar de las prohibiciones paternas, iniciando este
comportamiento antes de los 13 años de edad.
14. Se ha escapado de casa durante la noche por lo menos dos veces, viviendo en la casa de sus padres o en
un hogar sustitutivo (o sólo una vez sin regresar durante un largo período de tiempo).
15. Suele hacer novillos en la escuela, iniciando esta práctica antes de los 13 años de edad
B. El trastorno disocial provoca deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral.
C. Si el individuo tiene 18 años o más, no cumple criterios de trastorno antisocial de la personalidad.
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