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Resumen Evaluación Peronismo (1)

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Resumen: Evaluación Peronismo
Uno de los mayores parteaguas de la política económica y social en la Argentina
fue el surgimiento del partido y del movimiento Peronista. Éste surgió a
mediados de la década de 1940 en torno a la figura de Juan Domingo Perón y,
luego, de su esposa María Eva Duarte se consolidó bajo la idea de "Justicia
Social" haciendo eje en las clases trabajadoras históricamente postergadas en la
política argentina. Movimiento que generó amores y odios, el Peronismo surgió
en la escena política generando un antes y un después en los debates
socio-económicos del país.
Introducción
En el contexto de la década infame, caracterizada por el fraude electoral y las políticas
económicas que beneficiaban a las clases terratenientes, las fuerzas armadas
argentinas vuelven a "coquetear" con la idea de demostrarse como árbitros "neutrales"
de la escena política nacional. Tras más de diez años de manipulaciones electorales, el
Presidente Roberto Ortiz (1938-1942) intentó llevar adelante una política de reapertura
democrática como en 1912. Sin embargo, su inesperada muerte dejó el gobierno en
manos de Ramón Castillo, quien no estaba de acuerdo y ya había elegido al sucesor
Presidencial: Patrón Costas, un conservador de viejo cuño. Además, con la muerte de
Alvear (1942) y Justo (1943), toda tentativa transformista desaparece antes de que
pudiera desarrollarse. Frente a esta situación un grupo de militares nacionalistas
comienzan a reunirse para planear la toma del control político que buscaba poner fin al
fraude electoral así como terminar con la militancia comunista que crecía en
número así como en calidad de organización.
Contexto Previo
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Crisis de 1930
ISI → más obreros fabriles
Migraciones internas → Población a las ciudades
Década infame
○ Fraude electoral
○ Política económica que no beneficiaban a la clase obrera
● 2da Guerra Mundial
“Década Infame” → Crisis del MAE/ISI
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1924 → Golpe de Estado
1932 → Fraude Agustín P. Justo
1938 → Fraude Ortiz
1940 → Castillo (muere Ortiz)
1943 → Golpe de Estado “GOU” (Grupo de Oficiales Unidos),
y Perón formaba parte
El golpe del Grupo de Oficiales Unidos (G.O.U)
En junio de 1943 se llevó adelante el golpe militar que iba a hacer famoso al sector
nacionalista del ejército: el Grupo de Oficiales Unidos (G.O.U). El nuevo gobierno, del
General Ramírez, limitó los derechos constitucionales. Avanzó interviniendo los
sindicatos, las universidades, persiguió y detuvo a dirigentes políticos y
proscribió al Partido Comunista. Impuso la censura, clausuró el Congreso y
disolvió los partidos políticos.
En enero de 1944, Ramírez, frente a la presión norteamericana, rompió relaciones
con el eje. Esta decisión generó descontento en algunos sectores militares del GOU y
Ramírez fue reemplazado por el General Farrell, en febrero de 1944.
Al llegar el GOU al poder, Perón elige como oficina de trabajo lo que luego sería la
Secretaría de Trabajo y Previsión (STP) un departamento creado en 1907 tras las
huelgas obreras intentando dar respuestas a los reclamos de los trabajadores pero que
sistemáticamente había sido ignorado por los gobiernos conservadores así como los
democráticos.
Durante el gobierno del GOU Perón se hará fuerte intercediendo en los conflictos
gremiales así como consiguiendo mejoras concretas para los trabajadores. Su acción
se desplegó en torno a tres ejes: Justicia social, el control de la clase obrera y la
despolitización de los sindicatos.
El departamento se transformó en secretaría y Perón aumentaba su rol político dentro
del gobierno. En la medida que el secretario lograba el apoyo popular, gran parte
de los empresarios, los intelectuales y los partidos políticos tradicionales
presionaban para que se llevara a cabo una apertura electoral, mientras analizaban
la figura de Perón y sus métodos como similares al del fascismo.
El líder de la secretaría logró conquistar a los sectores obreros y unirlos en la CGT
(dividida desde mediados de los años 30). Apoyándose en el gremio único por rama la
STP otorgaba personería legal sólo a aquel gremio que tuviese más afiliados. En base
a esto, el mismo Perón se encargó de que se fundaran sindicatos paralelos en aquellos
gremios que su imagen no era fuerte (Unión obrera....) y le daba mayores beneficios
consiguiendo así que se convirtieran en los sindicatos más fuertes.
Por otra parte, buscó convencer a dirigentes del gobierno y a empresarios de las
ventajas de encarar un plan político y económico basado en una "alianza de
clases". La idea era que tanto obreros como dueños de fábricas podían sacar
provecho de un mismo modelo que buscara priorizar el consumo interno. Seguía así los
preceptos del keynesianismo imperante en la época, que planteaba que para aumentar
la producción y el consumo era necesario apoyar a los empresarios nacionales y
aumentar los sueldos de los trabajadores.
● Gobierno del GOU (1943 - 1945)
○ Intervención de Sindicatos/Universidades
○ Censura
○ Prohibición del Partido Comunista
○ Persecución Sindical
○ Medidas a favor de sectores Obreros → Perón
■ Propone la “Alianza de Clases” entre empresarios y
trabajadores
■ Trabaja desde la secretaría de trabajo y previsión
● “Justicia Social”
● Control de la clase obrera
● Despolitización de los sindicatos
Partido Laborista (Peronistas)
Unión Democrática (Antiperonistas)
Trabajadores
Sindicatos
Sectores FFAA
Iglesia
Algunos sectores empresarios
Union Civica Radical
Partido Socailista
Partido Comunista
Terratenientes
Grandes Industriales
EE.UU
Conservadores
Sectores Medios
Medidas desarrolladas por Perón en la STP:
- Se decretó la reducción de alquileres
- Se establecieron precios máximos
- Se reglamentó el trabajo de menores
- Se fijaron salarios mínimos e indemnizaciones por accidentes
- Se crearon tribunales laborales
- Se extendió la ley de jubilaciones
- Se crearon disposiciones en torno a las jornadas de trabajo
- Se extendió el beneficio de la indemnización por despido sin causa y las
vacaciones pagas
- Se crea el aguinaldo
- Se instituyó el estatuto del Peón Rural
- Se establecieron los convenios colectivos
Fragmentos de discursos de Perón:
- “Pienso que el problema social se resuelve de una sola manera: obrando
conscientemente para buscar una perfecta regulación entre las clases trabajadoras,
medias y capitalistas, procurando una armonización perfecta de fuerzas, donde la
riqueza no se vea perjudicada, propendiendo por todos los medios a crear un bienestar
social.”
- “Yo no creo que la solución de los problemas sociales esté en seguir la lucha
entre el capital y el trabajo.”
- “Las masas obreras que no han sido organizadas presentan un panorama peligroso,
porque la masa más peligrosa, sin duda, es la inorgánica. La experiencia moderna
demuestra que las masas obreras mejor organizadas son, sin duda, las que pueden ser
dirigidas y mejor conducidas en todos los órdenes.”
- “Hay una sola forma de resolver el problema de la agitación de las masas, y ella
es la verdadera justicia social en la medida de todo aquello que sea posible a la
riqueza de su país y a su propia economía, ya que el bienestar de las clases dirigentes
y de las clases obreras está siempre en razón directa de la economía nacional.”
- “Nuestra masa trabajadora es consciente y capaz, y puede y debe dirigirse sola. Y así
lo exigiremos, porque no estamos dispuestos a permitir que ningún elemento extraño
se enquiste en el cuerpo fuerte de los organismos sindicales, para medrar en su
perjuicio y traicionar sus intereses.”
- “No combatimos la riqueza, ni el capital, buscamos una justicia retributiva y
opondremos una energía despiadada a la explotación del hombre por el hombre.”
El 17 de octubre de 1945
Con el ascenso de Farrel a la presidencia Perón deja la STP al ser nombrado Ministro
de Guerra y vicepresidente de la nación, sin embargo mantiene su contacto con los
sectores trabajadores. Su figura es de referencia en los conflictos obreros y en las
negociaciones patronales. La presión de los partidos políticos para que se abra una
salida electoral democrática aumenta cada vez más. Los militares no parecen tener un
representante propio para esas elecciones, solo Perón parecía con una posibilidad de
candidatura apoyado en las bases populares. El 19 de septiembre de 1945 se realizó
la “Marcha de la Constitución y la Libertad” de la cual Spruille Braden, embajador
norteamericano en la Argentina y alineado con los conservadores, participó
personalmente. La demostración de fuerzas rindió sus frutos. Perón es obligado
a renunciar a la vicepresidencia, es encarcelado el 12 de octubre y el conflicto
estalla.
El 17 de octubre de 1945 (conocido como el “día de la lealtad peronista”) se lleva a
cabo la conocida movilización popular hacia Plaza de Mayo. El objetivo era
conseguir la libertad del dirigente popular. Los sucesos terminaron con la
liberación de Perón, el llamado a elecciones y su presentación como candidato a
la presidencia por el Partido Laborista.
Pocos días después, los sindicatos partidarios de Perón lanzaron su candidatura
presidencial al frente del recién creado Partido Laborista y Perón se casó con
Eva Duarte.
El Partido Laborista (PL) fue un partido político organizado por dirigentes sindicales que
se inspiró en el Partido Laborista inglés y que expresó la voluntad de autonomía política
del movimiento obrero. La idea, tomada del ejemplo británico, era que el partido
dependiese del sindicalismo y no al revés, como en el caso de otros partidos obreros.
En este sentido, los sindicatos podían ingresar y formar parte del partido. El
surgimiento de este partido en Argentina se atribuyó a la comprensión de que resultaba
insuficiente dar una lucha que fuera sólo desde los sindicatos, porque de este modo se
corría el riesgo de perder lo que había ganado la clase obrera durante el GOU.
En 1945, se formó una coalición electoral encabezada por Perón que incluyó al Partido
Laborista, a la Unión Cívica Radical Junta Renovadora (un desprendimiento de la
UCR), FORJA (de donde salió Arturo Jauretsche) y el Partido Independiente. Además,
contó con el apoyo de algunos sectores militares, sindicales y parte del empresariado
nacional vinculado con la industria, y con el de gran parte de la Iglesia Católica. Debe
tenerse en cuenta que para algunos sectores de la Iglesia, Perón era visto como un
freno a las ideas ateas del comunismo.
La oposición constituyó un frente electoral denominado "Unión Democrática". Allí
participaron los conservadores, la UCR, el Partido Socialista, el Partido Demócrata
Progresista y el Partido Comunista. Además, fueron apoyados por la Sociedad Rural, la
Unión Industrial, la Bolsa de Comercio y Spruille Braden.
Las elecciones se llevaron a cabo en febrero de 1946 y triunfó la fórmula
Perón-Quijano, obteniendo casi los dos tercios de la Cámara de Diputados, la mayoría
de los puestos del Senado y casi todas las gobernaciones provinciales.
Desde un comienzo surgieron choques entre el Partido Laborista y la UCR Junta
Renovadora en relación a la repartición de los cargos. Al poco tiempo, también se
tensó la relación entre Perón y los dirigentes que habían fundado el PL. Este partido
había surgido como proyecto para que la clase trabajadora gane autonomía, pero al
mismo tiempo había apoyado a Perón en busca de asegurar las conquistas sociales
logradas. Sin embargo, el plan de Perón no admitía esos grados de autonomía, y cómo
vio que el PL no estaba exclusivamente al servicio de sus propósitos, lo terminó
disolviendo y destituyó al Secretario General de la CGT, que fue acusado de
complicidad con el "imperialismo yanqui".
En el primer aniversario del 17 de Octubre, el Partido Laborista hizo su propia
celebración de lo que llamó el "Día del Pueblo", en oposición al "Dia de la Lealtad"
afirmado desde la festividad oficial. Para el PL, lo central del suceso histórico había
sido el rol de los sindicatos y no la figura de Perón, como se decía desde el Estado. En
1947, la celebración del PL tuvo que ser cancelada por presiones oficiales. Ese mismo
año se fundó el Partido Peronista.
El 23 de mayo de 1947, Perón anunciaba que todos los partidos que habían apoyado
su campaña electoral se disolvían y encarga a los legisladores que integran las
cámaras legislativas nacionales “la organización de todas las fuerzas peronistas como
Partido Único de la Revolución". Así nacía hace 75 años el Partido Justicialista (PJ).
Los dos gobiernos peronistas (1946-1955)
El primer gobierno peronista (1946-1952)
Los principios del peronismo fueron la independencia económica, la justicia
social y la soberanía política. En ese sentido, se buscó reducir la propiedad
extranjera de los servicios públicos, se profundizó el proceso de intervención estatal
que había comenzado en 1932 y se aumentó la intervención en lo social, procurando
así aumentar el consumo para fortalecer el mercado interno.
El Primer Plan Quinquenal fue un programa con el que el Estado planificaba la
economía, fijando los objetivos generales que se deseaban lograr al cabo de cinco
años. Los principales beneficiados fueron los trabajadores y sectores de pequeños y
medianos empresarios. En relación a los primeros, el Estado tuvo un rol activo en
lograr una importante redistribución de la riqueza. El poder adquisitivo, el salario y el
nivel de empleo aumentaron. La participación del sector asalariado en la distribución
del ingreso nacional creció entre 1946 y 1950, del 45,2% al 56%. En cuanto a la
industria, se buscó incentivar esta actividad con subsidios. Así, se crearon nuevas
fábricas y se ampliaron otras existentes. Además, el aumento del consumo favorecido
por el aumento salarial fue esencial para producir este crecimiento. Surgieron fábricas
de heladeras, motonetas, cocinas, radios, máquinas de coser, de productos textiles y
de vestimenta, todos destinados al consumo masivo. Se trató sobre todo de la
expansión de la industria liviana y no tanto de la producción de maquinarias.
Por otra parte, se nacionalizaron servicios públicos y fuentes de energía. Por ejemplo,
el Estado adquirió la propiedad de los ferrocarriles y la empresa norteamericana de
teléfonos International Telephone & Telegraph Company (ITT). En 1946 se
nacionalizaron el Banco Central y los depósitos bancarios. Esto permitió al Estado
controlar la política financiera del país y orientarla. Con recursos estatales se crearon
Aerolíneas Argentinas, Gas del Estado y se produjo la expansión de YPF en el
mercado nacional.
Otra medida importante fue la creación del IAPI (Instituto Argentino para la Promoción
del Intercambio), que permitió controlar el comercio exterior. Este organismo fijaba los
precios de las exportaciones agrícola-ganaderas, regulaba las importaciones y
resguardaba la producción nacional. Así, el Estado obtenía recursos que luego podía
derivar hacia la actividad industrial y la inversión social.
Durante la segunda guerra mundial, el Estado había fortalecido su intervención en la
economía en general, y en el comercio de granos en particular. Los actores agrarios
habían aceptado pasivamente este tipo de intervenciones sólo por dos razones: 1)
porque en el contexto excepcional de la guerra podían llegar a aceptarlas, y 2) porque
tales regulaciones eran provisionales y transitorias.
Terminada la contienda mundial, el comercio internacional, signado por una fuerte
demanda de alimentos, había impulsado precios particularmente altos. El fin de la
“situación excepcional” provocada por la guerra y la fuerte suba de los precios agrícolas
alimentaron protestas en toda la campaña, demandando la liberalización total de los
mercados.
Pero si bien en agosto de 1945, con el anuncio de un decreto que liberaba el mercado
agrícola, parecía que los actores rurales habían logrado su objetivo, en noviembre de
ese mismo año, justo antes del comienzo de la cosecha, se dio marcha atrás con otro
decreto que obligaba a vender el trigo a la Junta Nacional de Granos a 15 pesos por
quintal, mientras que su precio internacional era de 82 pesos. El objetivo del Gobierno
era evitar una estampida de los precios internos de los alimentos que pusiera en peligro
la construcción de su coalición de Gobierno de fuerte contenido social-popular.
Esto cayó como un balde de agua fría a los agricultores y despertó protestas en todo el
país, incluyendo tanto a la Sociedad Rural Argentina (SRA) como a la Federación
Agraria Argentina (FAA).
Con respecto a la nueva normativa para la comercialización del trigo, lino y maíz por
parte de la Junta Reguladora de Producción Agrícola en el año 1945, la SRA afirmó
que: “La intervención del Estado en (el carácter de agente de comercialización) no se
justificaría sino como medida de emergencia para salvar a los productores en una
situación de crisis o para impedir una especulación ilícita”.
Esta cita muestra los antecedentes sobre los cuales se montaría la percepción de los
actores rurales acerca de la intervención estatal peronista, y es una muestra de su
postura de que la única intervención legítima del Estado es para salvar y garantizar la
ganancia al productor.
Desde la perspectiva del Gobierno peronista, la segunda posguerra sería un mundo
inestable no muy diferente a la primera posguerra, con la predominancia de economías
cerradas, comercio bilateral y crisis política, con altas probabilidades de caer en una
Tercera Guerra Mundial. Desde esta visión, la necesidad de proteger y aislar el
mercado interno, haciendo de la demanda interna el motor de la economía nacional,
era una cuestión de interés nacional “evidente”. El IAPI sería uno de los instrumentos
operativos clave para lograr dichos objetivos “estratégicos”.
Si estos sectores se opusieron al peronismo de forma constante, otros sectores fueron
variando en su apoyo. Es el caso de la UIA (Unión Industrial Argentina), que hasta
1946 era la más importante organización de empresarios. Su dirección representaba
los intereses de las grandes empresas nacionales y extranjeras. Con la llegada del
peronismo al gobierno, el sector empresarial más beneficiado fue el de los pequeños y
medianos empresarios, en su mayoría ligados a la producción destinada al mercado
interno.
Fomento de la demanda a partir del Estado
● EJ: aumento de salarios, obra pública
● +trabajadores y +dinero
↓
Aumenta el consumo ← ← ← ← ← ← ← ← ← ← ← ← ← ← ← ←
↓
↑
Las fábricas tienen más demanda
↑
↓
↑
Necesitan más inversiones (maquinarias y trabajadores)
↑
↓
↑
Hay más compradores en el mercado → → → → → → → → → →
Fragmentos de "Breve historia contemporánea de la Argentina"
Mercado interno y pleno empleo
El nuevo gobierno mantuvo la retórica antiestadounidense, que elaboró luego en la
doctrina de la “tercera posición”, distanciada tanto del comunismo como del
capitalismo, pero estableció relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, e hizo lo
posible para mejorar sus relaciones con Washington. Pero la hostilidad
estadounidense, alimentada por viejas razones económicas (la competencia de los
granjeros) y motivos políticos más recientes, no disminuyó, y Estados Unidos siguió
dispuesto a hacer pagar a la Argentina por su independencia durante la guerra. El
boicot fue sistemático. El bloqueo a armamentos e insumos vitales no pudo mantenerse
en la posguerra, salvo en algunos casos, pero el comercio exterior era vulnerable. Las
exportaciones industriales a los países limítrofes, que habían crecido mucho durante la
guerra, empezaron a retroceder ante la competencia estadounidense. Las
exportaciones agrícolas a Europa (que entraba a la paz literalmente hambrienta) fueron
obstaculizadas por Estados Unidos, restringiendo los transportes o vendiendo a precios
subsidiados. La apetencia de los países maltrechos por la guerra era demasiado
grande para que esto impidiera las ventas, pero en rigor ninguno de ellos poseía ni
productos para intercambiar ni divisas convertibles que el país pudiera usar para saldar
sus compras en Estados Unidos, de modo que en estos años excepcionales la
Argentina cosechó beneficios modestos. En 1948, se lanzó el Plan Marshall, pero
Estados Unidos prohibió que los dólares aportados a Europa se usaran para
importaciones de la Argentina. Ya desde 1949, las economías europeas se
recuperaron, Estados Unidos inundó el mercado con cereales subsidiados y la
participación argentina disminuyó drásticamente. Para el gobierno quedaba la
esperanza de que una nueva guerra mundial restableciera la situación excepcional de
principios de los años cuarenta, y en verdad no faltaban indicios en ese sentido, como
la crisis de Berlín o la guerra de Corea, que estalló en 1950. El acotamiento del
conflicto y la rápida respuesta de Estados Unidos para impedir una alteración del
mercado mundial acabaron con la última esperanza.
Vender cereales fue cada vez más difícil y vender carne, cada vez menos interesante.
La consecuencia fue una reducción de la producción agropecuaria, motivada también
por otros aspectos de la política económica, que se acompañó de un crecimiento
sustantivo de la parte destinada al consumo interno. El lugar en el mundo que
tradicionalmente tenía la Argentina, como productor privilegiado de bienes
agropecuarios, fue haciéndose menos significativo y esto contribuyó a definir las
opciones, económicas y políticas, que la guerra había planteado.
La profundización del ISI
La Segunda Guerra Mundial, la crisis de los mercados y el aislamiento, acentuado por
el boicot estadounidense, habían contribuido a profundizar el proceso de sustitución de
importaciones iniciado en la década anterior, que, extendiéndose más allá de los límites
considerados “naturales” (la elaboración de materias primas locales), avanzó en el
sector metalúrgico y otros. Una empresa típica, Siam Di Telia, que había comenzado
elaborando máquinas de amasar y surtidores para Yacimientos Petrolíferos Fiscales
(YPF), creció notablemente con las heladeras, a las que después sumó ventiladores,
planchas y lavarropas. En algunos casos se exportó a países vecinos, que también
padecían la falta de los suministros habituales; en otros, se fabricaron localmente los
productos importados ausentes: se adaptaron los modelos y los procedimientos, con
ingenio y quizá de manera improvisada y poco eficiente, y se usó intensivamente la
mano de obra, lo que sumado a las dificultades para incorporar maquinarias hizo que
los aumentos de producción implicaran caídas en la productividad laboral. Creció así,
junto a las empresas industriales tradicionales, una amplia capa de establecimientos
medianos y pequeños, y aumentó en forma notable la mano de obra industrial, que se
nutría de la corriente de migrantes internos, cada vez más intensa.
La política del Estado apuntó a la defensa del sector industrial instalado y a su
expansión dentro de las pautas vigentes de protección y facilidad. Éste recibió amplios
créditos del Banco Industrial, protección aduanera para eliminar competidores externos
y divisas adquiridas a tipos preferenciales para equiparse. Además, las políticas de
redistribución de ingresos hacia los sectores trabajadores contribuían a la expansión
sostenida del consumo. En ese singular período, la alta ocupación y los salarios en alza
trajeron aparejada una expansión de la demanda y una inflación cuyos niveles
empezaron a elevarse, pero a la vez ganancias importantes para los empresarios.
Perón había optado por el mercado interno y por la defensa del pleno empleo. Se
trataba de una verdadera “cadena de la felicidad”, que pudo financiarse principalmente
por la existencia de una abundante reserva de divisas, acumulada durante los
prósperos años de la guerra. En esos años se gastó en el exterior mucho más de lo
que entraba (principalmente porque al aumentar el crecimiento industrial se importaban
insumos y bienes de capital producidos en el exterior). Por otra parte, el IAPI
monopolizó el comercio exterior y transfirió al sector industrial y urbano ingresos
provenientes del campo, mediante la diferencia entre los precios pagados a los
productores y los obtenidos por la venta de las cosechas en el exterior. Era un golpe
fuerte al sector agropecuario, al que sin duda ya no se consideraba la “rueda maestra”
de la economía, o al que quizá se suponía capaz de soportarlo todo. Los productores
rurales padecían también por la falta de insumos y maquinarias (para las que no había
cambio preferencia) el congelamiento de los arrendamientos, que afectó el ciclo natural
de recuperación de la fertilidad de la tierra, y el costo más alto de la mano de obra,
debido a la vigencia del Estatuto del Peón. Todas estas razones agudizaron la caída de
la superficie cultivada, al tiempo que el aumento del consumo interno -reflejado en el
trigo, y sobre todo en la carne- reducía aún más las disponibilidades para la
exportación.
A la vez, hubo una generalizada nacionalización de las inversiones extranjeras,
particularmente de empresas controladas por capital británico, que se hallaba en pleno
proceso de repatriación; se adjudicó a esto una gran importancia simbólica, expresada
en la fórmula de la Independencia Económica, solemnemente proclamada en Tucumán
el 9 de julio de 1947. A los ferrocarriles se sumaron los teléfonos, la empresa de gas y
algunas compañías de electricidad del interior, sin afectar sin embargo a la legendaria
Compañía Argentina de Electricidad (CADE) que servía a la Capital. Se dio fuerte
impulso a Gas del Estado, construyendo el gasoducto desde Comodoro Rivadavia, a la
Flota Mercante -a la que se incorporaron las naves del extenso grupo Dodero- y a la
incipiente Aerolíneas Argentinas. El Estado avanzó incluso en actividades industriales,
no sólo por la vía de las fábricas militares, sino con un grupo de empresas alemanas
nacionalizadas, que integran la Dirección Nacional de Industrias del Estado (DINIE).
Pero la reforma más importante fue la nacionalización del Banco Central. Desde él se
manejaba la política monetaria y la crediticia, y también el comercio exterior, pues los
depósitos de todos los bancos fueron nacionalizados, y al Banco Central se le asignó el
control del IAPI.
La doctrina "Justicialista" y la educación
El primer gobierno peronista utilizó a la escuela con fines políticos al hacerla
responsable de una campaña para lograr consenso. Primero expandió su radio de
acción en forma notable. Es decir, democratizó el acceso, centralizó su administración.
Y luego introdujo innovaciones en el contenido de la enseñanza que remitían en forma
positiva al régimen.
En paralelo a estas transformaciones, el gremio docente se posicionó en su mayoría en
contra del peronismo, y el gobierno ejerció diversas formas de hostigamiento a los
maestros desafectos. La bibliografía describe como característico de la época
sumarios, suspensiones y traslados, además de notas en la prensa con reclamos del
magisterio de contenidos ideológicos y gremiales.
La política social
Frente a la pregunta de por qué el peronismo fue tan exitoso en cuanto al nivel de
adhesión social logrado, es importante tener en cuenta que además de prometer
ventajas materiales concretas, Perón logró articular exigencias de participación política
y reconocimiento social de amplios sectores sociales postergados durante la década
infame. Los "descamisados", antes vistos como inferiores, pasaron hacia el centro de la
vida política, aunque la ebullición y la espontaneidad de la clase trabajadora no fueran
vista con una mirada tan favorable por Perón una vez en el poder.
Por otra parte, amplios sectores empezaron a acceder a una creciente cantidad y
variedad de consumos. Se extendió el uso de las heladeras eléctricas, de radios,
máquinas de coser, indumentarias de creciente calidad. Más personas pudieron mirar a
los que estaban situados arriba de ellos en la escala social con la expectativa de
alcanzarlos.
En este sentido, jugaron un rol esencial el Banco Hipotecario Nacional y la Fundación
Eva Duarte de Perón. El Banco Hipotecario (creado en 1886), contó a partir de 1947
con importantes recursos provenientes del Banco Central. Los préstamos, a largo plazo
y cuotas bajas, estuvieron destinados a solucionar los problemas de carencia de
viviendas para los sectores asalariados. También permitió llevar adelante políticas
públicas para una mejor distribución del ingreso, legislación laboral a favor de los
trabajadores, aumento de la educación gratuita, atención médica en hospitales
públicos, planes de vivienda social, ampliación del sistema jubilatorio, etc.
En lugar de ocupar el papel de "primera dama", Eva desarrolló una intensa actividad
política. La Fundación que llevó su nombre se ocupó de brindar asistencia social a los
sectores carenciados. Surgió a partir de la disolución de la Sociedad de Beneficencia.
Para el peronismo, esto implicaba el reemplazo de la beneficencia por la justicia social.
Los fondos del organismo provenían de donaciones particulares y de una disposición
del Poder Ejecutivo por la cual debían efectuarse aportes obligatorios que los patrones
descontaban de los sueldos de sus empleados, lo cual generó una gran polémica con
los opositores del gobierno.
Por otra parte, Eva logró materializar décadas de lucha por parte de militantes
socialistas y de otras tendencias políticas: el 23 de septiembre de 1947 se consagró
el derecho al voto femenino. Muchas históricas luchadoras por este derecho sintieron
que Evita les arrebataba esta conquista. Por otra parte, la intensa actividad política de
Eva y el logro de este importantísimo derecho convivió con una cultura de la mujer
centrada en el hogar, que postergó cualquier atisbo de emancipación femenina. Decía
Eva Perón en en su libro (La razón de mi vida): “El problema de la mujer es siempre en
todas partes el hondo y fundamental problema del hogar. Es su gran destino. Su
irremediable destino”. En los hechos, la desigualdad de status de las mujeres frente al
derecho laboral y civil no fue sustancialmente modificada.
Unos la llamaron Evita y la consideraron la "abanderada de los humildes". Para otros,
su fuerte retórica crítica de sus enemigos políticos (a los que llamó "vendepatria" y
"oligarquía") no era más que un acto de populismo para conformar a los pobres y
ampliar la base electoral del peronismo.
Algunas obras de la Fundación Eva Perón fueron:
- La construcción de hospitales, escuelas y hogares para niños y ancianos.
- La ayuda a madres solteras.
- La apertura de comedores escolares y colonias de vacaciones.
- Campañas de vacunación.
- Campeonatos de fútbol.
- Entrega de alimentos, libros, juguetes, bicicletas, ropa, etc.
- Reinserción de personas desempleadas.
- Asistencia a otros países.
La participación política de los trabajadores se amplió tanto a través del sufragio como
a partir de organizaciones de representación de intereses sectoriales, como los
sindicatos, las unidades básicas, las asociaciones barriales y las entidades vecinales.
Por ejemplo, los espacios de trabajo se democratizaron a través de la elección directa
de los delegados de fábrica y de las comisiones internas. Ello se dio en el marco del
fortalecimiento de los sindicatos y la vigencia efectiva de los convenios colectivos de
trabajo.
Eva fallece el 26 de julio de 1952, debido a su cáncer de útero.
Los antiperonismos
Si bien el antiperonismo fue cambiante a lo largo de los años e incluyó a un amplio
espectro de actores sociales y políticos, a continuación se presentan algunos
elementos que fueron relevantes en el discurso de estos grupos:
Tanto la radio como más tarde la televisión (ambas en poder del Estado) dedicaron
gran parte de sus espacios a la publicidad en favor del gobierno y sus acciones.
Asimismo, los textos escolares destacaban las figuras de Perón y su esposa Evita.
Estas formas de control sobre la vida social y política fueron posibles, además, gracias
a la marcada influencia del Poder Ejecutivo sobre el resto de los poderes del Estado.
La situación de malestar aumentó a partir de algunas medidas tomadas por el gobierno:
el uso obligatorio del distintivo partidario, la afiliación obligatoria al partido Peronista
para conservar un puesto público, la monumentalidad de los actos oficiales y los
nombres de Perón y Evita en innumerables edificios públicos e instituciones.
En función de estas medidas, muchos opositores al gobierno consideraron que el
peronismo era un régimen dictatorial, la representación local del autoritarismo
nazifascista y que sus políticas eran demagógicas (mantener el poder dando
concesiones y halagos a los ciudadanos). Consideraron que las masas que adscribían
al peronismo lo hacían como fruto de la manipulación. Muchos pertenecían a los
sectores medios y llamaron a los trabajadores peronistas con términos despectivos y
racistas como "la chusma", "cabecitas negras", y el "aluvión zoológico". El Estado
peronista había contribuido a exaltar y difundir la noción de que el trabajador, el obrero,
el descamisado, encarnaban valores positivos. Por otra parte, el gobierno caracterizó a
los opositores como "oligarcas", "antipueblo", "cipayos" y "vendepatrias". El calificativo
de “gorilas” se difundió luego de la caída del peronismo en 1955. El gobierno peronista
acusó a los partidos de la oposición de no entender la revolución social y económica
que se estaba llevando a cabo y de conspirar en contra de los intereses del pueblo, de
modo que utilizó la fuerza del Estado para reprimir y encarcelar a opositores.
La Reforma Constitucional y las elecciones de 1951
Una de las reformas más importantes realizadas por el peronismo fue la sanción de
una nueva Constitución Nacional, en 1949. En ella se incorporaron los derechos
sociales conquistados por el movimiento obrero y la legalización de los cambios
económicos, especialmente la política de nacionalizaciones del comercio exterior, de
los combustibles y del transporte. En el orden político se implementó la reelección
presidencial y la instauración del voto directo.
La oposición resistió a la nueva constitución porque consideraba que era el resultado
del afán personalista de Perón, cuyo deseo excluyente era lograr la reelección
presidencial. Los socialistas reclamaron que no se había incluido el derecho a huelga
mientras que los conservadores denunciaban el perfil presidencialista de la reforma.
La constitución fue finalmente aprobada el 16 de marzo de 1949 y tuvo vigencia hasta
la caída de Perón en 1955. A principios de 1951, el gobierno anunció la convocatoria a
elecciones para noviembre. El partido gobernante se presentaba como el más fuerte
candidato a ganar las elecciones, sin embargo, en el cambio al triunfo debió enfrentar
diversos situaciones como un intento fallido de Golpe de Estado así como las presiones
de la oposición y del ejército a la posible candidatura de Eva Perón a la vicepresidencia
de la nación.
Las dificultades económicas y el creciente conflicto social
A partir de 1949, el modelo económico del peronismo comenzó a sufrir dificultades.
Algunas causas fueron:
- La disminución de los ingresos provenientes de las exportaciones, a causa de la
pérdida de mercados. Los países europeos se recuperaron y disminuyeron las compras
a la Argentina.
- Sequía de 1949
- Bajó el rendimiento del campo argentino.
Como el crecimiento de la industria y de la inversión social dependía de la transferencia
de divisas del campo a la industria, el modelo entró en crisis. Disminuyeron las
importaciones, los empresarios tuvieron dificultades para la obtención de créditos del
Estado y el rendimiento de sus industrias disminuyó. Los salarios se estancaron y
disminuyeron según el rubro. En ese contexto crecieron los reclamos de los
trabajadores y el equilibrio buscado por Perón entre los intereses obreros y
empresarios se dificultó.
El segundo Plan Quinquenal
Durante el primer gobierno peronista, la Argentina casi no dependía del abastecimiento
externo de bienes de consumo. La dependencia se había trasladado a los
combustibles, petróleo, los bienes de capital, maquinarias y tecnología, y los insumos y
las materias primas que la actividad industrial requería.
El Segundo Plan Quinquenal se propuso resolver estas deficiencias. La estrategia
consistía en impulsar el desarrollo del sector agrario, incrementar las industrias de
base, en especial las de bienes de capital y combustibles, y modificar la Ley de
Inversiones Extranjeras, con la finalidad de favorecer la entrada de capital del exterior.
El nuevo plan significó el abandono de la política de nacionalizaciones y del IAPI, como
ente regulador del comercio exterior, característicos del primer plan. Se llevó a cabo
una devaluación.
El cambio de orientación sobre la política agraria implicaba un cambio en la estrategia
de alianzas sociales de Perón. Esto fue claramente percibido, y hasta inducido por la
Sociedad Rural Argentina, representante de los grandes propietarios y terratenientes
pampeanos, según las declaraciones de José Alfredo Martínez de Hoz, quien fue
presidente de esta institución y luego Ministro de Economía de la última dictadura
cívico militar.
El segundo Plan Quinquenal fue un plan de ajuste, que intentó detener la inflación y
aumentar la producción por medio de la reducción del consumo popular, el
congelamiento de precios y salarios, el recorte de los gastos del Estado, la disminución
de la presencia del Estado como empresario y la apertura a la entrada de capitales
extranjeros. Si bien los efectos de esta política tuvieron resultados en disminuir la
inflación, la tensión social se reavivó en 1954. Ese año, se realizó el "Congreso de la
productividad y el Bienestar Social", para aumentar, justamente, la productividad de los
trabajadores, pero el gobierno fracasó en su objetivo. El movimiento obrero comenzó a
tomar distancia de algunas de las decisiones económicas tomadas por el gobierno.
El enfrentamiento entre Perón y la Iglesia Católica
El 31 de diciembre de 1943 el gobierno militar del G.O.U emitió dos decretos: por un
lado, disolvió los partidos políticos, y por otro, estableció la enseñanza religiosa en las
escuelas públicas, medida que fue aplaudida tanto por el episcopado como por los
católicos.
Con el ascenso de Perón a la presidencia, los lazos entre ambas partes continuaron
con fuerza. El cardenal Copello, arzobispo de Buenos Aires, era la autoridad máxima
de la Iglesia católica desde los años 30 y se le reconocían dotes administrativas
excepcionales. Su labor se había concentrado en la expansión de parroquias y
seminarios, la búsqueda de apoyo económico y el reclutamiento de nuevos militantes
en las organizaciones dependientes del Episcopado. El peronismo llevó el apoyo
material y simbólico del Estado a la expansión corporativa de la Iglesia y a su influencia
en el aparato estatal a su punto más alto.
Sin embargo, entre 1954 y 1955 se desplegó un fuerte enfrentamiento entre Perón y la
Iglesia Católica. Ahora, sectores católicos (aquellos disconformes con el poder que
había logrado construir el presidente) propiciaban la creación de un Partido Demócrata
Cristiano que represente sus ideales, a la manera de los que existían en Europa. El
conflicto se exacerbó cuando en mayo de 1955 un grupo de legisladores oficialistas
presentaron un proyecto para convocar a una nueva Convención Constituyente que
realizaría la separación de la Iglesia y del Estado. El proyecto fue aprobado con la
oposición de la U.C.R. Nuevas medidas tuvieron el mismo rumbo. Se estableció el
divorcio vincular, se derogó la ley de enseñanza religiosa de 1946 y se les quitó el
apoyo a los institutos privados de enseñanza católica. El día 11 de junio se realizó la
procesión de Corpus Christi en Buenos Aires, como era habitual, pero esa vez en 1955
adquirió el carácter de marcha de oposición al gobierno. Asistieron representantes de
todo el abanico antiperonista, desde la U.C.R. hasta el Comunismo. El gobierno culpó a
los manifestantes de la "quema de la bandera". Alentados por los sucesos, un sector
rebelde de las Fuerzas Armadas bombardeó Plaza de Mayo; la respuesta de los
peronistas fue el incendio de la Curia y de templos como el de San Ignacio, Santo
Domingo y San Francisco (16 de junio de 1955).
Bombardeos en Plaza de Mayo
ANTECEDENTES:
La Escuela Superior de Guerra se había convertido, en 1951, en el centro de una
conspiración para destituir a Perón. Apoyo por parte de radicales y socialistas más las
huelgas que aparentemente debilitaban al gobierno serían suficientes. Entre sus filas
se encontraba el futuro dictador Alejandro A. Lanusse y el más tarde genocida
Guillermo Suárez Mason. El levantamiento del 28 de septiembre de 1951 fue sofocado.
Tras la victoria para la reelección presidencial en 1951, una nueva conjuración fue
descubierta antes de ponerse en práctica. En 1953, el terrorismo antiperonista fue
consumado por civiles: en abril, en plena concentración obrera en Plaza de Mayo,
estallaron dos bombas (una en Defensa e Hipólito Yrigoyen, la otra en la boca del
subterráneo) que provocaron siete muertos y 93 heridos. Ante la ira de la multitud,
Perón alentó la venganza popular.
LOS BOMBARDEOS DE JUNIO DE 1955:
Tras los enfrentamientos oficiales con la Iglesia católica, la violencia opositora tomó un
cariz dramático. El 16 de junio la Marina de Guerra lideró el alzamiento contra el
gobierno. En el ataque destinado a liquidar físicamente a Perón, pilotos de la Marina y
de la Aeronáutica bombardearon y ametrallaron el centro de la ciudad, asesinaron a
unas 400 personas e hirieron a casi mil.
La mayoría de las bombas se dirigió a sembrar el terror entre la población que se había
concentrado en la Plaza de Mayo en apoyo a su líder. El golpe había fracasado quizás
por las condiciones climáticas: una densa niebla impidió el despegue de los aviones, y
esto provocó la desarticulación con los Comandos Civiles. Esa noche, tras la
concentración de la CGT, un grupo de peronistas exaltados por la violencia enemiga,
visualizada en la Iglesia Católica, incendió iglesias del centro de la ciudad.
La quema de las iglesias no favoreció al gobierno, porque fue acusado de haberlo
provocado o, al menos, de no haber hecho nada para impedirlo. Días después, Perón
acusó a “comunistas” por los desmanes. Perón habló con suma prudencia, diciendo
que las iglesias serían restauradas a cargo del Estado, y removió a los ministros del
Interior y de Educación, que eran los más contrarios a la postura de la Iglesia.
No por esto fueron magnánimos con él los opositores: el Dr. Solano Lima convocó a los
demás para terminar con el gobierno de Perón, y Arturo Frondizi (presidente del
radicalismo en ese momento) lo amenazó veladamente con el golpe. La ola de
violencia continuó. A fines de agosto, Perón decide medir sus fuerzas, anunciando en
una carta su decisión de renunciar para evitar que su presencia sea un impedimento
para la pacificación. La CGT responde inmediatamente con una numerosa
concentración popular, para pedirle que continúe en el mando. Perón entonces se
retracta y dice que, para luchar en contra del golpe, a la violencia hay que responder
con una violencia mayor (el famoso “cinco por uno”: matar cinco antiperonistas por
cada peronista que muera).
El 16 de septiembre de 1955 comenzaba el movimiento militar definitivo en contra de
Perón (Golpe de Estado).
Las causas del golpe de 1955
- El enfrentamiento con la Iglesia.
- La intolerancia entre peronistas y antiperonistas.
- La oposición del sector terrateniente agroexportador.
- Las ambiciones de los capitales extranjeros, en connivencia con algunos sectores
argentinos.
- La nueva oposición de sectores nacionalistas, que consideraban que Perón se estaba
desviando de su política en la convocatoria a capitales extranjeros.
- Los industriales, que consideraban que tenían demasiada presión sindical.
- Las malas cosechas, que bajaron el nivel de ingresos en la Argentina.
- La presión de Estados Unidos y Gran Bretaña en contra de un gobierno nacionalista.
- El Ejército, que hasta 1951 aparecía como totalmente leal a Perón, entró parcialmente
en la conspiración. La Marina, más reaccionaria, estaba abiertamente en la oposición.
- Sectores de la clase media, que en parte habían votado a Perón, con la inflación
anual que había (39%) se estaba descapitalizando. Además, veía cada vez más
restringida su libertad.
- Los trabajadores en general no estaban de acuerdo con los sacrificios que se les
estaba pidiendo a partir del segundo gobierno de Perón, pero esto no significaba que
estuvieran en la oposición.
Si bien el pueblo se había movilizado el 17 de octubre de 1945, Perón había tratado de
desmovilizarlo a partir de su presidencia, a fin de gobernar más tranquilamente. Perón
prefirió evitar la guerra civil, con un derramamiento mayor de sangre. Es decir, la única
posibilidad que existía de salvar al gobierno peronista podía implicar una masacre, y no
todos estaban seguros de los resultados.
El 20 de septiembre a la mañana Perón solicitó asilo en la embajada paraguaya y, por
razones de seguridad, se alojó en la cañonera Paraguay; finalmente, el 3 de octubre
salió en un vuelo de hidroavión a Asunción.
Ley de voto femenino
En 1944, Perón, en ese entonces jefe del Departamento Nacional de Trabajo, creó la
División de Trabajo y Asistencia de la Mujer. Fue la primera vez que el Estado asumía
los derechos femeninos como una reivindicación propia. Al año siguiente, Perón creó la
Comisión Pro-Sufragio Femenino.
En 1947, al regresar de Europa, Eva Perón hizo realidad los sueños de muchas
feministas que tanto habían luchado por los derechos civiles de las mujeres y potenció
la necesidad de sancionar una norma legal. Así, el 9 de septiembre de 1947 se
sancionó la Ley 13.010 que estableció el voto femenino obligatorio en todo el país.
La primera elección posterior fue la del 11 de noviembre de 1951, en la que votó más
del 90% de las ciudadanas inscriptas. Más de 8 millones de personas estuvieron
presentes en el Padrón Electoral, mientras que lo habitual era un número cercano a los
3 millones. El 64 % del padrón de mujeres votó por la fórmula Perón-Quijano.
El interés del peronismo por los derechos de las mujeres tenía sus razones. La mujer
argentina se había incorporado masivamente al mercado laboral, de ahí que la política
de contención de este movimiento no podía seguir excluyendo a millones de mujeres
de los derechos civiles.
Eva Perón
● Evita conoce a Perón en un acto benéfico del terremoto de San Juan.
● Cuando empiezan a estar juntos, Evita comienza a tener más influencia en
el poder político pero nunca ocupó un cargo.
● Evita, a diferencia de Perón, tendría mucho más vínculo social con las
mujeres.
● Siempre la primera dama estuvo ligada con la beneficencia.
● Conforma la fundación “Eva Perón” que otorgaba bienes que no podían
obtener a los sectores más marginados → necesidades básicas.
● Orígenes de Evita: familia pobre de Junín, fue a trabajar de actriz al centro
en Buenos Aires, y en esa época las actrices eran consideradas
prostitutas.
● Luego de la muerte de Perón su figura se glorifica. Se le pidió al Vaticano
que se declarara santa a Evita.
● Impulsó el voto femenino en 1947.
● Fallece en 1952 por cáncer de útero.
● Tres banderas del peronismo:
○ Justicia social
○ Independencia económica
○ Soberanía política
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