Subido por Rafa Garcia

TEMA 8

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TEMA 8. EL DESARROLLO MORAL EN EL PERIODO 6-12 AÑOS
1. INTRODUCCIÓN
Se entiende por desarrollo moral el aprendizaje de la conducta socialmente aceptable y la
adquisición e internalización (interiorización) de las normas y valores transmitidos por las
personas que rodean a niños y niñas en sus diferentes ambientes.
La adquisición del desarrollo moral en el niño, ha sido un tema ampliamente discutido por
psicólogos, filósofos y sociólogos entre otros. Desde un punto de vista psicológico pueden
distinguirse dos concepciones diferentes: Una concibe el progreso moral como una elaboración de
juicios universales sobre lo bueno y lo malo. Esta posición ha sido especialmente defendida por
autores como Piaget o Kohlberg. Según esta concepción, el niño/a va a adquirir una serie de juicios,
valores u opiniones a lo largo de su evolución o desarrollo, que van a ser universales, es decir, el
niño sabrá que una conducta es buena, no porque aprenda que dicha conducta es correcta en un
determinado contexto cultural y social, y por tanto buena, sino porque es objetiva y universalmente
buena.
La otra concepción, sin embargo, considera el desarrollo moral como un proceso de internalización
de normas y prohibiciones socialmente sancionadas. Esta posición ha sido defendida, entre otros
por teóricos del aprendizaje social como Bandura y también por los psicoanalistas que consideran
que el niño/a va haciendo suyas progresivamente, a través de las influencias de los progenitores, las
normas vividas en sus primeros años como impuestas por la autoridad externa. Básicamente, esta
posición mantiene que el niño/a va aprendiendo y asumiendo conductas en función de que estas
sean recompensadas o castigadas. El niño aprenderá que ciertas cosas están bien o son correctas
porque cuando las haga será recompensado por ello y aprenderá que otras están mal porque serán
castigadas de algún modo.
Así, para los teóricos del aprendizaje social, la conducta moral es adquirida normalmente en
función de las condiciones particulares que niños y niñas se encuentren en cada uno de los
ambientes en los que se mueven. Por ejemplo, un niño/a puede aprender a cumplir unas normas en
casa, pero no en el colegio, a ayudar a determinadas personas, pero no a otras, a respetar las
prohibiciones en algunos contextos...
Además, otro investigador sobre desarrollo moral es Turiel (1983) y ha permitido diferenciar tres
dominios diferentes del conocimiento social: el personal, el de las convenciones y el de la moral.
El dominio de lo personal se relaciona con los gustos o preferencias individuales, gustos sobre los
que no hay acuerdos, leyes ni reglas.
El dominio de las convenciones pone de manifiesto que estas son comportamientos uniformes y
compartidos, que están determinados por el sistema social en el que se forman. Es decir, las
convenciones sociales regulan usos sociales como las formas de vestir, el saludo, esperar a que en
una cola nos llegue el turno. Para convertirse en sujetos activos de una cultura, los niños/as de
cualquier sociedad deben aprender gran número de reglas y expectativas sociales.
El dominio moral considera que los niños y niñas puedan comprender y seguir (o no) las reglas del
mundo social, es decir, reglas morales y las convenciones sociales. Las primeras implican amplios
temas de justicia e imparcialidad, protegen el bienestar de los individuos y garantizan sus derechos.
En la mayoría de las sociedades no se permite matar, dañar a otra persona o robar las propiedades
ajenas. Las segundas ya se han comentado anteriormente.
Autores referentes en el estudio del desarrollo moral son Piaget y Kohlberg. También se encuentra
Carol Gilligan, discípula de Kohlberg en la Universidad de Harvard, que estaba muy familiarizada
con sus investigaciones. Sin dudar de la importancia de la exposición sobre el desarrollo moral que
hacía su maestro, observó en algunas deficiencias: a) Kohlberg realizó sus investigaciones sólo
sobre sujetos del sexo masculino, b) Kohlberg usaba dilemas morales hipotéticos, que podrían estar
sesgados en su planteamiento y provocar desviaciones en las respuestas de los sujetos y c) en la
escala final del desarrollo moral de Kohlberg las mujeres alcanzaban resultados inferiores a los
hombres.
Ante estas deficiencias, Gilligan realizó un nuevo estudio en el cual los sujetos eran mujeres y los
dilemas que se proponían eran cuestiones reales, como el aborto. El resultado fue el descubrimiento
de un modelo ético diferente al propugnado por Kohlberg. Si este propugnaba como modelo de
desarrollo moral una ética de la justicia, en los estudios de Gilligan salió a la luz la ética del cuidado.
Gilligan planteó que el problema fundamental de los estudios de Kohlberg fue su limitación a
sujetos masculinos, la cual introdujo una desviación de los resultados motivada por la distinta
educación vital y moral que recibimos los hombres y las mujeres en la sociedad. Los hombres se
moveríamos en lo formal y abstracto, en el respeto a los derechos formales de los demás, en el
ámbito individual y en las reglas. Las mujeres se moverían en lo contextual, en la responsabilidad
por los demás, en las relaciones y en una concepción global y no sólo normativa de la moral.
A partir de esta concepción, Gilligan elaboró las etapas del desarrollo moral en el ámbito de la ética
del cuidado que corresponde en grandes líneas al que propuso Kohlberg en el ámbito de la ética de la
justicia. Aunque formalmente los tres niveles de desarrollo que propone Gilligan se estructuran
sobre la dinámica de los de Kohlberg, su contenido es muy diferente. Esto tiene que ver con las
diferencias básicas entre estas éticas: ambas defienden la igualdad, pero la ética de la justicia pone
el acento en la imparcialidad y la universalidad, lo que elimina las diferencias, mientras que la del
cuidado pone el acento en el respeto a la diversidad y en la satisfacción de las necesidades del otro.
Los individuos de la ética de la justicia son formalmente iguales, han de ser tratados de modo
igualitario, los de la ética del cuidado son diferentes e irreductibles y no deben ser dañados.
2. LA TEORÍA DE PIAGET
El interés acerca de cómo piensan los niños, niñas y adolescentes sobre las cuestiones morales fue
estimulado por las ideas de Piaget (1932), que observó detenidamente y entrevistó en profundidad
a niños de edades comprendidas entre los 4 y los 12 años. Piaget observó a los niños jugando a las
canicas para entender cómo utilizaban las reglas del juego y qué pensaban sobre ellas. También les
formuló preguntas sobre cuestiones éticas; por ejemplo, el robo, la mentira, el castigo y la justicia. A
partir de historias como la siguiente, se les pregunta a los niños ¿qué personaje debe tener más
castigo?
Piaget concluyó que los niños piensan sobre la moral de dos formas diferentes, dependiendo de su
madurez evolutiva.
La moral heterónoma es la primera etapa del desarrollo moral en la teoría de Piaget, comprendida
entre los 4 y los 7 años de edad. En esta etapa, la justicia y las normas se conciben como propiedades
inamovibles del mundo que escapan al control de las personas.
La moral autónoma es la segunda etapa del desarrollo moral en la teoría de Piaget, propia de los
niños mayores (aproximadamente de 10 años o más). El niño es consciente de que las normas, las
reglas y las leyes son creadas por las personas y de que, al juzgar una acción, se deben tener en
cuenta las intenciones, aparte de las consecuencias. Los niños de edades comprendidas entre 7 y 10
años están en una etapa de transición entre estas dos formas de pensamiento moral, presentando
rasgos de ambas.
En el siguiente cuadro se observan las características de cada etapa propuesta por Piaget.
Piaget sostenía que conforme los niños se van desarrollando, piensan de forma más sofisticada
sobre las cuestiones morales, especialmente sobre las posibilidades y las condiciones de la
cooperación. Piaget consideraba que a esta comprensión moral se llega mediante las relaciones
mutuas de negociación que se establecen entre iguales. En el grupo de iguales, donde todo el mundo
tiene un poder y un estatus similar, los planes se negocian y se coordinan; y se razona sobre los
desacuerdos para llegar a soluciones consensuadas.
Las relaciones entre padres/madres e hijos/hijas, en las que los progenitores tienen un poder del
que carecen los hijos/as no suelen fomentar el desarrollo del razonamiento moral porque las
normas se suelen imponer de una forma autoritaria.
3. EL DESARROLLO MORAL SEGÚN KOHLBERG
Los trabajos de Kohlberg suponen una ampliación y profundización de los de Piaget. En este
sentido, Kohlberg también sostuvo que el desarrollo intelectual y la adopción de perspectivas era
un requisito, para avanzar en el razonamiento moral, es decir, el desarrollo cognitivo es una
condición necesaria pero no suficiente para avanzar en el desarrollo moral.
En sus investigaciones, Kohlberg enfrentó a niños, adolescentes y adultos con diferentes dilemas
hipotéticos que ponían en litigio valores fundamentales (i. e., por ejemplo, el valor de la vida frente
al del trabajo, o el de la justicia frente al de la honestidad), observando que las repuestas de estos
grupos mostraban una evolución a lo largo de tres niveles que denominó: moral preconvencional,
moral convencional y moral posconvencional.
Para ello trabajó con dilemas morales, el más conocido es Heinz y la Medicina:
Una mujer estaba a punto de morirse de un tipo especial de cáncer. Había un medicamento que los
médicos creían que podría salvarla. Era una forma de radio que un farmacéutico de su mismo pueblo
había descubierto recientemente. El proceso de elaboración del medicamento era costoso, pero el
farmacéutico lo vendía por 10 veces más de lo que le costaba fabricarlo. El precio de coste de una dosis
reducida del medicamento era de aproximadamente 200 dólares y él la vendía a 2.000 dólares. El
marido de la mujer enferma, llamado Heinz, pidió a todos sus conocidos que le prestaran dinero, pero
sólo consiguió reunir 1.000 dólares, la mitad de lo que valía el medicamento. Le explicó al farmacéutico
que su mujer se estaba muriendo y le pidió que se lo vendiera más barato o le permitiera pagárselo más
adelante. Pero el farmacéutico le contestó: «no, yo he descubierto este medicamento y voy a hacerme rico
con él.» Heinz, desespe- rado, entró a robar en el almacén de la farmacia para hacerse con el
medicamento que necesitaba su mujer. (Kohlberg, 1969, p. 379).
Esta es una de las once historias que se inventó Kohlberg para estudiar la naturaleza del
pensamiento moral. Después de leer cada historia, formulaba a los entrevistados una serie de
preguntas sobre el dilema moral:
•
•
•
¿Hizo bien Heinz al robar el medicamento? ¿Por qué?
¿Es la obligación de un marido robar un medicamento para su mujer si no puede obtenerlo
de ninguna otra manera?
¿Robaría el medicamento un buen marido? ¿Tenía el farmacéutico el derecho a vender tan
caro el medicamento cuando no había ninguna ley que limitara su precio? ¿Por qué?
Un concepto fundamental para entender el desarrollo moral es el de interiorización, el cambio
evolutivo consistente en que el comportamiento moral pasa de estar controlado externamente a
estarlo por principios y criterios internos. Conforme los niños/as y adolescentes van madurando,
sus pensamientos morales se vuelven cada vez más interiorizados.
A continuación, presentaremos los tres niveles de desarrollo moral propuestos por Kohlberg:
preconvencional, convencional y posconvencional.
Según Kohlberg, las respuestas propias de la moral preconvencional (que abarca desde los 4 a los 10
años) están centradas en el beneficio del propio sujeto y su objetivo fundamental es la evitación de
castigos y la obtención de refuerzos, coincidiendo básicamente con las características de la moral
heterónoma descrita por Piaget.
La moral de tipo convencional comenzaría a manifestarse hacia los diez años y se articula sobre los
ejes de la comprensión y la aceptación de la importancia de las normas sociales. Desde un punto de
vista evolutivo, los avances en la capacidad de adoptar perspectivas ajenas y de negociar con los
otros favorecen que el niño descubra el verdadero sentido de las normas y también su pertinencia y
la necesidad de mantenerlas. Esta evolución también se deja notar en los juegos, en los que muchas
veces los niños pactan la forma en que se aplicarán las normas que, más tarde, todos deberán
respetar. De la misma manera, a los diez años muchas de las respuestas a los dilemas morales de
Kohlberg evidencian la necesidad de cumplir con las normas como única manera eficaz de
mantener el orden social. Aunque en un primer momento, el respeto a las reglas sociales está muy
ligado a los refuerzos que ello pueda acarrear (como una influencia residual de la moral heterónoma
o preconvencional), más adelante, las normas se acatan con el convencimiento de hacer lo debido.
A continuación, se explican los dos primeros niveles del desarrollo moral según la teoría de
Kohlberg con un poco más de detalle
Nivel 1. Preconvencional (4-10 años)
Los actos son "buenos" o "malos" para el niño en base a sus consecuencias materiales o las
recompensas o castigos que le reportan. La moralidad se controla externamente. Como en la etapa
heterónoma de Piaget, los niños aceptan las reglas de las figuras de autoridad, y se juzgan las
acciones por las consecuencias. Las conductas que dan como resultado castigo se juzgan como
malas, y aquellas que conducen a recompensas como buenas. Es el nivel de la mayoría de los niños
menores de 9 años, de algunos adolescentes y de muchos delincuentes.
En este nivel de moralidad el razonamiento moral se basa en encuentra en el nivel preoperatorio o
de las operaciones concretas del desarrollo cognitivo.
Por tanto, se enfoca la cuestión moral desde los intereses concretos de los individuos implicados y
en función de las consecuencias inmediatas de sus actos: evitación de castigos y defensa de los
propios intereses.
En este nivel se encuentra los siguientes estadios:
Estadio 1. Moralidad heterónoma. La mente del niño "juzga" en base a los castigos y la obediencia. El
niño se comporta bien por el miedo al castigo.
Estadio 2. Individualismo, propósito instrumental e intercambio. Está bien aquello que reporta
beneficios y satisface nuestras necesidades. Aparecen las nociones de "lo correcto", "lo equitativo"
pero se aplican en el plano material. La reciprocidad consiste en "tanto me das, tanto te doy". El
concepto de justicia en esta etapa se entiende como intercambio de favores.
Nivel 2. Convencional (10-13 años)
La actitud global de la persona es de conformidad a las expectativas y al orden social. En este nivel
se encuentra la mayoría de los adolescentes y adultos. El término “convencional” implica someterse
a las reglas, las expectativas y las convenciones sociales, y a la autoridad y defenderlas porque son
reglas, expectativas y convenciones de la sociedad. El YO se identifica, por tanto, con las reglas y
expectativas de los demás.
Así, las personas que adoptan una perspectiva convencional están empleando el razonamiento
moral que se basa por lo menos en las primeras operaciones formales.
Los estadios que se incluyen en este nivel son:
Estadio 3. Expectativas interpersonales mutuas, relaciones y conformidad interpersonal. La buena
conducta es la que agrada a los otros o les proporciona ayuda siendo así aprobada. En este estadio
gran preocupación por la aprobación social. La conducta empieza a ser valorada por sus
intenciones. La persona actúa de forma moral cuando hace lo que los otros esperan de él, familiares
y amigos. Se considera que ser buena persona es preocuparse por los demás y que puedan confiar en
uno.
Estadio 4. Moralidad de los sistemas sociales, orientación al mantenimiento del orden social. Este
estadio no se da antes de los 16 años. La conducta recta consiste en cumplir con el deber, mostrar
respeto a la autoridad y acatar el orden social. En este estadio se entiende que las reglas se aplican a
todos, de forma imparcial, y todos somos responsables de cumplir con lo establecido y cumplimos
las normas porque queremos mantener el orden de la sociedad. "Las normas se hacen para ser
cumplidas”.
3.1. EL JUICIO MORAL
Aunque nos referimos a la teoría de Kohlberg como “teoría del desarrollo moral”, es más
propiamente una descripción del desarrollo del juicio moral. Para muchas personas la moralidad
son los valores que se han ido adquiriendo en el entorno social y sobre esos valores que se tienen
actúan en la experiencia diaria.
Kohlberg está más interesado en el proceso lógico que se pone en marcha cuando los valores
adquiridos entran en conflicto (dilema moral), porque es cuando verdaderamente se ejercita el
juicio moral. El proceso es similar al explicado por Piaget:
• Se produce un desequilibrio: entra en conflicto el sistema de valores.
• Hay que restaurar el equilibrio: asimilando el problema, sus consecuencias... o acomodar su
pensamiento para abordar la crisis e idear cómo resolver los conflictos de su sistema de valores.
El ejercicio del juicio moral es un proceso cognitivo que nos permite reflexionar sobre nuestros
valores y ordenarlos en una jerarquía lógica. Esto no se limita a momentos puntuales o
extraordinarios de nuestra vida, sino que es integrante del proceso de pensamiento que empleamos
para extraer sentido a los conflictos morales que surgen en la vida diaria.
3.2. ¿CUÁL ES LA FUENTE DEL JUICIO MORAL?
En los primeros años de vida, los niños aprenden las normas de buena conducta sin entender
todavía su sentido y sin ser capaces de guiar su actuación de acuerdo con ellas (egocentrismo). Es a
partir de los 6 años cuando empieza a desarrollarse la capacidad de asumir roles y de adoptar
diferentes perspectivas a la propia. Esta capacidad es clave para el crecimiento del juicio moral: sólo
cuando el niño puede asumir el rol del otro puede sopesar su propia exigencia frente a la del otro
3.3. JUICIO MORAL VS COMPORTAMIENTO MORAL
El estudio del comportamiento moral está influenciado por:
1) Los procesos de refuerzo, castigo e imitación a los que niños/as están expuestos. Así, si
reforzamos a los estudiantes por comportamientos que son consistentes con las leyes y las
convenciones sociales, es probable que esa conducta se repita. Además, si somos modelos de
comportamientos morales, es probable que los niños/as se comporten de forma más moral. Por el
contrario, el castigo puede que elimine el comportamiento inmoral o por el contrario tenga efectos
secundarios adverso, por esto es necesario utilizarlo con cautela.
2) Por la situación ambiental y sus influencias. Así un niño/a puede hacer trampas en la clase de
matemáticas y no en la de inglés. En parte, estos factores incluyen la situación ambiental y sus
influencias.
3) El autocontrol, es decir, lo que hace un sujeto también depende de su voluntad, intención y
firmeza de carácter.
4. LAS TEORÍAS DEL APRENDIZAJE SOCIAL
Las diferentes explicaciones que han sido planteadas dentro del marco del aprendizaje social sobre
los cambios que se producen con la edad en la conducta moral tienen varios puntos comunes, son
los siguientes:
-El desarrollo moral es el aprendizaje de la conducta socialmente aceptable y la adquisición e
internalización de las normas y valores transmitidos por las personas que rodean al niño en su
ambiente familiar, escolar y social.
-La conducta moral se aprende principalmente a través de la experimentación de las consecuencias
de la propia conducta y de la observación de la conducta de los otros y de sus consecuencias.
-Factores cognitivos, como la capacidad de interpretar la información y representar la experiencia
en forma simbólica, la anticipación de las consecuencias de los sucesos y las expectativas que se
adquieren sobre uno mismo ocupan un papel relevante en la explicación del comportamiento moral
ante una situación determinada.
BANDURA
Para Bandura existe una tendencia evolutiva en el desarrollo de la conducta moral. El niño/a pasa
progresivamente del control de su conducta por las sanciones externas a un control interno y
simbólico. En esta última fase es finalmente la propia autoevaluación la que impulsa a realizar
conductas prosociales y a aceptar el cumplimiento de los valores morales. En este proceso,
madres/padres inciden directamente a través de lo que enseñan, modelan o refuerzan en las
diferentes edades. El papel de los progenitores compite con las influencias de otros adultos, de los
compañeros y de los modelos simbólicos (televisión, cine, etc.). Pero este cambio evolutivo que
normalmente se produce en los niños no supone que existan estadios morales uniformes en el
desarrollo moral.
Según Bandura, las condiciones del aprendizaje social son demasiado variadas para poder establecer
una uniformidad en los atributos morales y en los cambios que se producen en los mismos. Incluso
en los niveles más avanzados, algunas conductas son realizadas por influencia de sanciones
externas, otras por sanciones sociales e incluso otras por la propia sanción personal que busca
mantener niveles altos de autoestima.
5. TÉCNICAS PARA TRABAJAR EL DESARROLLO MORAL EN EL AULA
La educación en valores es un espacio de reflexión sobre lo deseable, lo permitido y lo prohibido, en
cada contexto social, como manera de garantizar la convivencia. Pero es también un espacio para el
conocimiento.
Para llevar a trabajar la educación socio-moral se requiere de una serie de métodos o técnicas que
se pueden usar dentro del marco del aula para desarrollar el juicio moral del alumnado y conseguir
que hagan coherentes sus juicios y sus acciones morales, es decir, que actúe de acuerdo con lo que
piensa y que dicho pensamiento sea razonado moralmente. A continuación, vamos a considerar
algunas de las técnicas más usadas: clarificación de valores, discusión de dilemas morales, roleplaying y asambleas.
5.1. CLARIFICACIÓN DE VALORES
El objetivo no es enseñar valores sino facilitar la construcción o la adopción de valores personales.
Por esto, esta técnica supone un conjunto de métodos de trabajo que ayudan al alumnado a realizar
un proceso de reflexión para que se haga consciente y responsable de aquello que valora, acepta o
piensa. Se requiere una planificación sistemática de las actividades para que los alumnos tomen
contacto consigo mismos y lleguen a darse cuenta de lo que realmente quieren y así puedan actuar
coherentemente con las decisiones que tomen.
El autoconocimiento y la clarificación de valores, son dos técnicas, que pretenden ayudar a las
personas a conocerse a sí mismas. La importancia de conocerse a sí mismos, en relación con los
valores, es que se convierte como en la base para el desarrollo moral de la persona. Mientras mejor
nos conozcamos, mayor claridad tendremos de nuestra historia personal y de las metas que nos
permitan realizarnos a plenitud.
El papel del docente será ofrecer recursos para ayudar a los estudiantes a ejercitarse en el proceso de
valoración, descubriendo y tomando conciencia de aquellos aspectos que son importantes para su
vida.
Para llevar a cabo el proceso de valoración en cualquiera de los temas que se trabajan en el aula
podemos distinguir tres tipos de técnicas de clarificación de valores: los diálogos clarificadores, la
hoja de valores y las frases inacabadas o preguntas esclarecedoras. Además, trabajan con dilemas
morales, juego de rol.
• Los diálogos clarificadores
Es un ejercicio que ayuda al joven a profundizar en sus reflexiones a medida que se desarrolla el
diálogo. El papel del profesor será de interlocutor, interviniendo con preguntas que ayuden al
alumno a cuestionarse otras posibilidades alternativas a sus propias opiniones. En este caso no se
juzgan las respuestas solo se pretende estimular la reflexión. La idea es que mediante los diálogos
clarificadores el alumno/a hable consigo mismo. Este tipo de diálogos se podrán plantear en
situaciones organizadas (horas de tutoría) o en aquellas situaciones espontáneas que se brindan a
ello. Aquí presentamos algunas preguntas esclarecedoras:
¿De dónde crees que ha salido esta idea?,¿Cuáles son las consecuencias de esta alternativa?, ¿Lo
harías realmente o lo dices por decir?, ¿Pensaste en otras alternativas?, ¿Qué valor le das tu a eso?...
Otro ejemplo de preguntas para orientar la puesta en práctica de los diálogos clarificadores
¿Estás contento/a con esto? ¿Podrías explicar más esto? ¿Qué quieres decir cuando dices...? ¿Te has
preguntado qué pasaría si verdaderamente lo hicieras?
¿Lo harías realmente? ¿Te gustaría explicar lo que piensas a alguien?
Otro ejemplo ante una conducta problemática en clase:
¿Por qué crees que pasa eso? ¿Por qué haces eso? ¿Crees que podrías hacer alguna cosa para que eso
no pasara? ¿Cuál? ¿Cómo te gusta que estén tus amigos: contentos o enfadados? ¿Por qué? ¿Qué
cosas haces que les gusta a tus amigos?
La hoja de valores
Consiste en presentar al alumnado, de forma individual, un breve texto que exponga una situación
problemática que incite a la discusión. Se añade una lista de preguntas sobre las que hay que
reflexionar. El objetivo de esta técnica es crear una situación de controversia entre el alumnado
para que contrasten sus puntos de vista.
Frases inconclusas y preguntas esclarecedoras
Es un ejercicio muy útil para efectuar la primera aproximación a un tema porque ofrece al
alumnado la posibilidad de pensar sobre sus creencias, opiniones o preferencias con relación a
cualquiera de los indicadores de valores. Esta técnica, de carácter individual, consiste en presentar
una lista más o menos larga de frases inacabadas que obligan al alumno a definirse sobre el tema
tratado. Ejemplo de frases inacabada.
Se entrega a los y las estudiantes una hoja con preguntas como las siguientes, para que ellos o ellas
respondan. Son preguntas sobre su propia persona, que para responder debe ver hacia dentro de sí
mismo.
Lo que pienso de mí (9-10 años) ___________________________________
Lo que más me gusta de mi físico es________________________________
En clase tengo fama de__________________________________________
Mis padres muchas veces dicen que soy _____________________________
Cuando me enfado con mí mismo/a es porque _______________________
¿Qué es lo que te gustaría cambiar de tu manera de ser? ________________
¿Qué nos puede aportar pensar sobre nosotros mismos? ________________
Para mejorar el autoconocimiento es recomendable este tipo de actividad: Completa la frase:
• Me gusta...
• Algunas veces deseo...
• Cuando saco malas notas...
• No puedo...
• La mayoría de las personas que conozco...
• Necesito saber...
• Cuando entro en un grupo nuevo...
• Lamento...
• Mi objetivo...
• Los dilemas morales
Los dilemas morales parten de la idea de que a través de la reflexión y la discusión sobre cuestiones
morales que plantean un problema de decisión a la persona, se pueden crear las condiciones
necesarias para optimizar su desarrollo moral.
Los dilemas morales son breves narraciones sobre situaciones que presentan un conflicto que atañe
a la decisión individual: la persona debe pensar en cuál es la solución óptima y fundamentar su
decisión en razonamientos morales y lógicamente válidos.
Los dilemas morales se pueden clasificar en dos tipos: a) Dilemas morales hipotéticos y b) dilemas
morales reales. Los primeros favorecen la calidad del razonamiento, pero carecen de la riqueza y
variedad que la propia experiencia puede proporcionar. Los segundos son más motivadores y
facilitan la implicación, lo cual redunda en beneficio de la complejidad en las argumentaciones.
Etapas de las que constan los dilemas morales:
✓ Primera etapa. Enfrentarse al dilema de forma individual. Es la etapa de la presentación del
dilema, en esta fase debemos asegurarnos que entiendan su contenido, de no ser así dar las
explicaciones necesarias para garantizar su comprensión.
✓ Segunda etapa. Adoptar una postura ante el dilema. Es una decisión individual que deberá ser
debidamente razonada.
✓ Tercera etapa. Discutir en pequeños grupos. Es en esta fase cuando los alumnos deben
manifestar su opinión y escuchar las de sus compañeros, siendo importante examinar las razones
de cada postura.
✓ Cuarta etapa. Debatir en gran grupo. Es la etapa de la puesta en común, se deberán tener en
cuenta las consecuencias de cada una de las acciones. Y pensar en la posibilidad de transferir esta
situación a la vida cotidiana.
✓ Quinta etapa. Tomar una postura de forma individual después del debate mantenido con sus
compañeros. Es importante reflejar por escrito la posición individual adoptada, señalando los
argumentos que la justifican.
En el trabajo de los dilemas morales se deberá conjugar la reflexión individual (etapas primera,
segunda y quinta etapa) con la interacción con el grupo de forma dialógica (etapas tercera y cuarta)
para así enriquecer el propio proceso de pensamiento con las aportaciones de los otros
componentes del grupo.
• Role-playing o juego de roles
Es una técnica que permite facilitar la adquisición de determinado tipo de habilidades:
a) Habilidad para comprender que los otros tienen puntos de vista, quizás distintos, sobre los
sucesos y para anticipar lo que puede pensar y sentir.
b) Habilidad para controlar y relativizar el propio punto de vista cuando se trate de juzgar o de
tener en cuenta el punto de vista de los demás.
Con esta técnica se trabaja conjuntamente dos dimensiones importantes:
1) La dimensión cognitiva. Deberá pensar en las razones que tiene su personaje para defender esa
postura. Se trata de analizar a ese personaje.
2) La dimensión afectiva o empática. El alumno no sólo pensará en el personaje que tiene que
interpretar sino también experimentar sus vivencias, sentimientos que le despierta la situación que
interpreta.
Los juegos de rol consisten en dramatizar, a través del diálogo y la improvisación, una situación que
presente un conflicto con trascendencia moral; es decir, el problema que se plantea debe ser abierto
y dé lugar a posibles interpretaciones y soluciones. La presencia de distintos personajes hace que
existan diferentes puntos de vista y distintos modos de interpretar un mismo suceso.
El proceso a seguir sería al siguiente:
Calentamiento: crear un clima de participación y confianza en el aula. Se anima al grupo para que
todos participen con el mismo interés.
Preparación de la dramatización: el educador aportará los datos necesarios para la dramatización,
es decir, indicando claramente cuál es el conflicto, qué personajes intervienen, y qué escena
representan. Podemos dar información sobre la situación, pero respetando la improvisación. Se
pedirán voluntarios, animándolos para que participen, pero sin forzarlos. Se aconseja que los
alumnos interpreten papeles distintos a los que desempeñan en su vida cotidiana.
Terminada esta fase salen del aula durante unos minutos para interiorizar su papel y preparar su
actuación. Es necesario que el profesor entregue a cada personaje un pequeño escrito donde figuren
los rasgos de personalidad característicos de su papel.
Dramatización: los actores asumen su papel intentando ser lo más realista posible y que sea
convincente con la postura que defiende. Mientras dura la representación el resto de los
compañeros pueden tomar notas de las actuaciones y de los aspectos a tratar.
Debate: Se analizará los distintos elementos de la situación, tales como: cuál era el problema, qué
sentimientos han entrado en juego, qué actitudes se han mostrado, qué soluciones han propuesto,
cuáles eran las más adecuadas, y las menos...
El resto de los compañeros tienen que anotar el comportamiento de los actores, • Asambleas
Es un momento idóneo para reflexionar sobre temas que son necesarios para mejorar la
convivencia diaria y el trabajo de los alumnos. A la hora de organizar las asambleas deberemos
tener en cuenta los siguientes puntos:
•
Destinar un tiempo semanal a estas reuniones, es decir lograr que éstas sean actividades
habituales en la dinámica de la clase.
•
Disponer de un espacio de clase que favorezca el diálogo y se trabaje la cooperación en el grupoclase. Hay que tener en cuenta tanto el momento de realizar la asamblea como la forma de
disponer el aula, se recomienda colocar la clase en círculo o en herradura para facilitar el
diálogo y la participación.
Emplear la asamblea para hablar juntos sobre el propio grupo o sobre temas que sean de interés
para todos.
Dialogar con ánimos de entenderse mejor, de solucionar conflictos u organizar el trabajo en
equipo.
Dialogar con la voluntad de cambiar para mejorar el grupo clase y realzar compromisos
personales.
Es un momento idóneo para la adquisición de actitudes, valores y normas.
•
•
•
•
En las asambleas hay que tener en cuenta tres grandes momentos: Antes:
•
•
•
•
•
•
Realizar una preparación de la asamblea. Los encargados serán el tutor y el grupo de trabajo
responsable.
Se seleccionarán los temas que se van a trabajar.
Se elaborará un orden del día.
Es necesario que el tutor/a planifique, aunque sea mínimamente, la sesión. Durante:
Se desarrolla el orden del día
Y se tratará cada uno de los temas propuestos: presentarlos, discutirlos y elaborar las
conclusiones y acuerdos.
Después de la asamblea:
•
•
Velar para que se cumplan los acuerdos adoptados.
Recursos para facilitar la aplicación de los acuerdos.
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