Trabajo de: Derecho constitucional. Asignatura Mtro. José Alfredo Gómez Reyes Catedrático Gabriela Patricia Tah Gómez. Alumna SP0101 Sección UNIDAD III. CONCEPTO DE CONSTITUCION Introducción Si bien el derecho constitucional es una rama del derecho público y una actividad científica, siendo un conjunto de principios, normas y practicas básicas que pretenden modelar la sociedad política y que regulan la organización, funcionamiento y competencias del poder estatal, así como los derechos y obligaciones de las personas entre si y frente al cuerpo político. Es un cuerpo de normas jurídicas fundamentales que contienen los derechos esenciales de las personas y que determinan la organización del Estado. Constituye la base del ordenamiento jurídico de un país. Esta se rige de tres principios: jurídico, social y político. Definir qué sea Constitución no es tarea fácil. La Constitución no presenta un significado unívoco, sino múltiples acepciones y usos, dispares a lo largo del tiempo y del espacio. Sin embargo, durante el siglo XX hubo, al menos, un acuerdo básico: hablar de Constitución es hablar de Constitución de Estado y, por tanto, resolver el problema de la unidad del Estado constitucional; lo que nos coloca en el constitucionalismo moderno y, en concreto, en el origen y desarrollo del Estado liberal o burgués de Derecho. La comprensión de todo lo jurídico como un sistema que tiene su fundamento en la Constitución significa que cualquier cuestión de derecho se convierte en cuestión desde la Constitución 3.1. Concepto material y formal de la Constitución. 3.2. Concepto de Constitución. La constitución desde la perspectiva de Ferdinand Lassalle Ferdinand Lassalle (Breslau, Prusia, 11 de abril de 1825 - Carouge, Suiza, 31 de agosto de 1864) fue un abogado, filósofo, jurista y político socialista alemán de origen judío, recordado como el iniciador del movimiento socialdemócrata en Alemania. "Lassalle fue el primer hombre en Alemania, el primero en Europa, que logró organizar un partido de acción socialista", o, como dijo Rosa Luxemburgo: "Lassalle logró luchar con la historia en dos años de agitación ardiente que necesitó muchas décadas para suceder". Como agitador acuñó los términos Estado vigilante nocturno y Ley de hierro (o bronce) de los salarios. Lassalle se pregunta qué es, en esencia, una Constitución, y advierte que las respuestas formales nos permiten identificar cómo se forma y qué hace una Constitución, pero no dan respuesta la cuestión planteada. Si la Constitución es la ley fundamental, cabe preguntarse qué la hace fundamental, o qué la diferencia de otras leyes. Para ello es necesario que la ley fundamental “ahonde más que las leyes corrientes;” que sirva de fundamento a las otras leyes, es decir, “deberá informar y engendrar las demás leyes ordinarias basadas sobre ellas,” y que sea “una fuerza activa que hace, por un imperio de necesidad, que todas las demás leyes e instituciones jurídicas vigentes en el país sean lo que realmente son.” Esta fuerza activa no son sino factores de poder, como, en la época de Lassalle, eran la monarquía, la burguesía y otros. Concluye Lassalle que en esencia la Constitución de un país es “la suma de los factores reales de poder que rigen en ese país.” Estos factores guardan estrecha relación con la ‘Constitución jurídica’, pues simplemente “se cogen esos factores reales de poder, se extienden en una hoja de papel, se les da expresión escrita y a partir de ese momento, incorporados a un papel, ya no son simples factores reales de poder, sino que se han erigido en derecho, en instituciones jurídicas, y quien atente contra ellos atenta contra la ley, y es castigado. En palabras de Lassalle (2013), La Constitución de un país es en esencia la suma de los factores reales de poder que rigen en ese país. Por tanto, una Constitución escrita, al no reflejar los factores de poder imperantes en la realidad social, no tiene valor y no es duradera (Lasalle, 2013). Diciendo así, Lasalle que una constitución es: la fuente primaria de que se deriva todo el arte y toda la sabiduría constitucionales, sentado aquel concepto, se desprende del espontáneamente y sin esfuerzo alguno. La Constitución va a ser entonces, la suma de los factores reales de poder que rigen en un estado. La constitución desde la perspectiva de Carl Schmitt. Escribió centrado en el conflicto social como objeto de estudio de la ciencia política, y más concretamente la guerra. Su obra atraviesa los avatares políticos de su país y de Europa a lo largo del siglo XX. Su teorización se basa en la necesidad de instaurar un poder de «decisión» adecuado que termine con la lucha de clases, cosa que no es posible en un Estado liberal, en el cual no se puede justificar la exigencia del sacrificio de la vida en favor de la unidad política. El Estado que observa Schmitt ni es el “Estado de Derecho” (liberal), ni el que confunde la Constitución como decisión soberana de una unidad política con la mera forma o procedimiento (concepto relativo o de igualación de cualquier precepto inserto en la Constitución), pero tampoco la identificación jurídica Estado/Derecho que intenta Kelsen (concepto absoluto pensado), sino su forma y poder como “Derecho del Estado” (total). El sincretismo y la combinación del Estado legislativo parlamentario no dicen nada del modelo propuesto por Schmitt y que, en la realidad histórica de su tiempo, comienza su camino transformador: un Estado no limitado a salvaguardar derechos o a definirse desde la propia técnica jurídica, sino pleno de poderes y absoluto en medios y fines. Pero, tras la quiebra del Totale Staat, en su concreción totalitaria con el sistema de sangre y tierra del III Reich, Schmitt rechaza su propia visión jurídica, tan apegada a la batuta del Estado soberano y a la ontología volitiva del pueblo/nación. La búsqueda de nuevas formas para definir el derecho, con el nomos de una Tierra regido por la producción y el consumo a escala planetaria, cierra el capítulo estatal y se abre a la integración con otros órdenes Y como nuestra pregunta era la definición de la Constitución, de este breve recorrido histórico y doctrinal podemos rescatar tres conceptos: 1) Constitución ideal/liberal. Como salvaguarda de derechos del individualismo posesivo o propietario, que, más que definir el poder, lo limita a través de la división en la tríada tradicional del silogismo kantiano. 2) Constitución técnico-normativa. Como fundamento último de la validez de las normas y del ordenamiento jurídico en su conjunto, en el que se integra como Norma Suprema. 3) Sentido ontológico/existencial. La Constitución como decisión fundamental y concreta del titular del poder constituyente, es decir, de un sujeto político con voluntad propia que se dota, por sí y para sí, de una concreta manera de ser y devenir Carl Schmitt destina una sección completa de su clásica obra Teoría de la Constitución a dilucidar el concepto de Constitución. En ella distingue, para poder arribar a lo que considera el concepto correcto, un concepto absoluto y un concepto relativo, los que descarta. Finalmente elabora lo que denomina un concepto positivo de Constitución. En sentido absoluto equivale, en primer lugar, a “la concreta manera de ser resultante de cualquier unidad política existente.” Este concepto tiene tres significaciones; y en una primera significación implica por un lado el conjunto de la unidad política y la ordenación social de un Estado, de tal forma que un Estado no tiene una Constitución sino que es una Constitución, se trata del “Estado particular y concreto –Alemania, Francia, Inglaterra- en su concreta existencia política.” En una segunda significación el sentido absoluto implica una determinada manera de ordenación política y social, es decir, una forma de gobierno. Así por ejemplo, la Constitución podría ser monarquía, aristocracia o democracia, y se pude seguir afirmando que el Estado es una Constitución, pues cada Estado es una monarquía o una república. Se atiende siempre a lo que el Estado es antes de que a lo que expresen las normas. La tercera significación es de carácter dinámico, mira al “fenómeno de la continuamente renovada formación y erección de esta unidad [estatal] desde una fuerza y energía subyacente u operante en la base.” Esta significación es equivalente a la Constitución real y efectiva de Lassalle, y Schmitt la denomina ‘Constitución dinámica’. Schmitt denomina a este significado ‘Constitución soberana’, pues determina todo el contenido de las demás normas del Estado. El Estado ya no es la Constitución, sino que la Constitución es el Estado, si se entiende el Estado como un deber ser normativo Desechada la idea de un concepto absoluto, Schmitt elabora uno relativo de Constitución, mediante el cual ya no se fija el concepto unitario de Constitución, sino el de ley constitucional concreta, el que se determina a través de características formales, razón por la cual no interesa cuál es su contenido, y ocurre que encontramos leyes constitucionales cuyo contenido no tiene nada de fundamental, en el sentido de servir de fundamento a otras normas. La formalidad exigida para que una norma sea constitucional es ambigua, pues puede significar que la norma pertenezca a la Constitución escrita o bien que su reforma esté ligada a un procedimiento más gravoso que el de una simple ley. La constitución desde la perspectiva de Hans Kelsen. Hans Kelsen fue un jurista y filósofo austríaco. Es considerado el jurista más influyente del siglo XX. Pensador jurídico y político austriaco, perteneciente a la corriente del formalismo jurídico, sostuvo la teoría del normativismo, según la cual el derecho es un fenómeno autónomo de cualquier hecho o ley positiva. Para Kelsen se puede comprender la idea de Constitución desde una perspectiva formal y desde una perspectiva material. “La Constitución, en sentido formal, es cierto documento solemne, un conjunto de normas jurídicas que sólo pueden ser modificadas mediante la observancia de prescripciones especiales, cuyo objeto es dificultar la modificación de tales normas.” “La Constitución en sentido material está constituida por los preceptos que regulan la creación de normas jurídicas generales y, especialmente, la creación de leyes.” Este tipo de Constitución es para Kelsen indispensable en el derecho moderno, mientras que la Constitución en sentido formal podría faltar en un determinado país. Considera que “el grado superior del derecho positivo es la Constitución, entendida en el sentido material de la palabra, cuya función es designar los órganos encargados de la creación de las normas generales y determinadas del procedimiento que deben seguir.” La Constitución en sentido material, puede regular también, aunque hasta cierto grado, el contenido de otras normas. Explica en su obra Teoría Pura del Derecho que “la Constitución puede también determinar el contenido de ciertas leyes futuras al prescribir o prohibir tal o cual contenido”, pero en realidad la prescripción de un contenido futuro no es más que una promesa, por cuanto no hay sanción en caso de no crearse la ley futura. “Una Constitución puede, con mayor eficacia, prohibir las leyes que tengan un determinado contenido.” Y, no obstante, desde Kelsen, la mejor forma de afrontar la observación del derecho parte de lo dado, de los elementos que lo componen y configuran como derecho positivo y válido. Las normas sólo pueden entenderse dentro de un ordenamiento jurídico, y aquí es donde aparece la Constitución como norma, no sólo jurídica, sino la suprema de un ordenamiento concreto. Si, para un análisis decimonónico, la clave estaba en descubrir la naturaleza de la norma jurídica, como elemento aislado, en su identificación con el derecho, con los albores del siglo XX se comienza a percibir que, más que desde la norma, habrá que definir el derecho como conjunto de normas integrado en un todo, pleno y coherente de sentido; un todo que no puede verse como algo estático, sino como un sistema dinámico, en permanente evolución y transformación. La construcción escalonada del ordenamiento jurídico, que Kelsen toma de Merkl, significa que las normas no forman un sistema como elementos en un mismo plano de igualdad. El orden jurídico se define como sistema jerárquico, es decir, compuesto por distintos niveles de normas, unas, superiores que validan a otras, inferiores, y, así, sucesivamente; pero, tanto si miramos de arriba-abajo, como si lo hacemos de abajo-arriba, la posición de la Constitución aparece como base fundamental para describir el orden jurídico La constitución desde la perspectiva de Herman héller. Hermann Heller fue un jurista y politólogo alemán, miembro del ala no marxista del Partido Socialdemócrata Alemán durante la República de Weimar. Intentó formular las bases teóricas para las relaciones entre socialdemocracia, Estado y nación. Para Heller la Constitución de un Estado coincide con la organización del mismo, en la medida en que ésta es producida por una actividad humana consciente, es el reflejo de una situación política real, renovada constantemente mediante actos de voluntad. Los contenidos de la Constitución incluyen tanto la Constitución normada como la no normada. La Constitución normada u organizada, está normada por el derecho, establecido de forma consciente y asegurado en el texto constitucional. En definitiva, para Heller la Constitución es un todo, no es posible separar el ser del deber ser; la Constitución política es un ser formado por las normas. Ella es permanente en la medida en que existe la probabilidad de repetición de la conducta de los miembros de la sociedad (la ‘normalidad normada’), la que a su vez importa la constante renovación de la voluntad que forma la Constitución. La normalidad de la conducta no es sólo normada, hay una regla de previsión, que permite –precisamente- predecir que una persona o un grupo de personas se comportarán como lo han hecho con anterioridad bajo circunstancias similares, lo que hace posible la convivencia humana. Se trata de una normalidad empírica, que deriva de causas naturales, y sirve de base a la Constitución del Estado. Es un contenido parcial de la Constitución que debe ser reforzada y complementada con la normalidad normativa. Las normas constitucionales jurídicas son formuladas, promulgadas y aplicadas por los órganos del Estado. Para que estas normas tengan validez deben complementarse con los elementos constitucionales no normados y por los normados no jurídicos, es decir, los principios de derecho. Nogueira y Cumplido sostienen que “resumiendo, podemos decir que para Heller el problema constitucional radica en las relaciones entre la normalidad y la normatividad.” La constitución desde la perspectiva de André Hauriou. André Hauriou , nacido el 23 de julio de 1897 y muerto el 20 de septiembre de 1973 , Es profesor universitario y político francés . MAURICE HAURIOU quien fundamentó una gran parte de esta teoría nos dice que el Estado presenta caracteres de un organismo social estructurado, en el cual incumben una organización de individuos , que tiene como dirigente un gobierno central el cual persigue un objetivo o fin, para el buen común y el orden social. Hauriou ofrece un doble concepto de Constitución: la Constitución política del Estado y la Constitución social. La primera comprende tanto las libertades individuales como las instituciones que regulan la organización y funcionamiento del gobierno, mientras que la segunda comprendería igualmente las libertades individuales junto con las instituciones sociales espontáneas que garantizan el juego de las libertades mencionadas. El segundo concepto es el más amplio, y el primero debe tender hacia el concepto social, tal como en la teoría el Estado de Houriou, este debe estar al servicio de la sociedad. Ambos conceptos integran el ‘orden constitucional’, que genera resistencias contra el poder y contra la libertad. De ahí que André Hauriou nos dice que “el significado del derecho constitucional, su sentido más profundo y, por así decirlo, su misión, es la de organizar en el marco del Estado-Nación, una coexistencia pacífica de poder y de la libertad.” El Derecho Constitucional como disciplina hauriou sostiene que toda institución es todo elemento de la sociedad cuya duración no depende de la voluntad subjetiva de individuos determinados, sino que es impersonal. La constitución desde la perspectiva de García Pelayo. Manuel García-Pelayo Alonso fue un jurista y politólogo español. Presidió entre 1980 y 1986 el recién creado Tribunal Constitucional de España. Tras acabar sus estudios en el Instituto de Zamora, en 1926, se trasladaría a Madrid, donde estudiaría Derecho en la Universidad Complutense. Tras finalizar la carrera en 1934, obtendría una beca de la Junta para Ampliación de Estudios, pudiendo así visitar la Universidad de Viena. En 1951 emigraría a Argentina, comenzado a ejercer de abogado mientras daba clases de Derecho en la Universidad de Buenos Aires. Entre 1954 y 1958 daría clases de Ciencia política en la Universidad de Puerto Rico. Se trasladaría después a Venezuela, donde fundaría el actual Departamento de Ciencia Política de la Universidad Central de Venezuela y el Instituto de Estudios Políticos de esa Universidad. Continuaría con la labor docente hasta su retiro como profesor titular de la Universidad Central en 1979. No obstante, en 1980, el rey Juan Carlos I le invitaría a formar parte del Tribunal Constitucional de España. Sería elegido presidente de ese órgano, y ocuparía ese cargo hasta 1986, fecha en la que dimite de sus cargos de Magistrado y Presidente del Tribunal Constitucional, sin cumplir el periodo de nueve años que prevé la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional. Regresó de nuevo a Caracas en 1987, y falleció en 1991 tras una larga enfermedad. García Pelayo distingue tres tipos de conceptos, cada uno de los cuales descansa sobre alguna de las principales corrientes filosóficas del siglo diecinueve. Así surgen los conceptos racional-normativo, histórico tradicional y sociológico. El concepto racional normativo considera la Constitución como una ordenación completa y sistemática de las funciones y actividades del Estado y sus órganos, establecida de una vez y para siempre, como culminación del proceso de racionalización y planificación del Estado, y poniendo término a los poderes absolutos, idea propia de los postulados filosóficos de la ilustración y los políticos del liberalismo. Frente a esta idea, surge la reacción del conservatismo y del historicismo, y aparece entonces el concepto histórico-tradicional, que entiende la Constitución como resultado de un proceso evolutivo, siendo por ello la costumbre mucho más importante que la ley escrita, pues la ley no puede estatuir una Constitución. Finalmente, ante la dificultad de distinguir la realidad social de la realidad histórica, surge un concepto sociológico, que entiende la Constitución como un ser más que como un deber ser, pero se trata del ser actual y presente, que puede ser distinto del que indique la tradición histórica., concepto que gira sobre la idea de vigencia, a diferencia del concepto racional-normativo que lo hace sobre la idea de validez y del concepto histórico-tradicional, que lo hace sobre la idea de legitimidad Conclusión Es evidente que, en primer lugar, los derechos de las personas (y los ciudadanos) han pasado a ocupar un lugar preponderante en las constituciones, En la actualidad, la preocupación porque la sociedad esté regida por un Derecho superior. Como podemos observar según los autores al consistir en un documento redactado precisamente se trata de una constitución escrita, y puesto que requiere ciertos presupuestos para su modificación tiene un carácter rígido y podemos llegar a comprender que la constitución es esencial para el comportamiento cotidiano del ser humano Bibliografías https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Garc%C3%ADaPelayo#:~:text=Manuel%20Garc%C3%ADa%2DPelayo%20Alonso%20(Corrale s,creado%20Tribunal%20Constitucional%20de%20Espa%C3%B1a. https://teoriaconstitucion.wixsite.com/derecho/fundamentosatributosjuridicos https://aleph.org.mx/que-es-una-constitucion-lassalle-resumen https://www2.uned.es/dpto-derecho-politico/Comunicacion_JA_Sanz.pdf https://www.redalyc.org/pdf/197/19714208.pdf https://www.derecho.unam.mx/ofertaeducativa/licenciatura/sua/Guias/Guias_1471/Segundo%20Semestre/Teoria _de_la_Constitucion_2_semestre.pdf