Capítulo 27 NEOCOLONIALISMO NORMATIVO AGRARIO EN COLOMBIA, REFLEJO DE LA DESIGUALDAD SOCIAL DEL CAMPO Lady Carolina Bayona Estupiñán111* Resumen En el año 2019 celebramos la Batalla del Puente de Boyacá donde se logró la Independencia de la Nueva Granada del yugo Español, presentando variaciones institucionales en diversos aspectos de gobierno, principalmente en su organización, dejando el régimen monárquico y pasando al modelo de república democrática; pero en materia normativa no se evidenció mayor cambio o variación a las costumbres y normativas impuestas por la Corona española; hoy en día después de 200 años de Independencia, se evidencia el atraso normativo en materia de derecho de tierras, lo que ha llevado a que el campo colombiano haya sido objeto de crisis durante décadas. Es por esto que ésta investigación pretende evidenciar ¿cuál ha sido la evolución normativa en materia agraria en los últimos 200 años? y su reflejo en las formas de vida del campo en Colombia. Para llegar a su solución se analizará los problemas sociales que han generado la situación de desigualdad y violencia en el campo, bajo el estudio de la normatividad impuesta desde la colo111*. Abogada, candidata a Doctora en Derecho de la Universidad Externado de Colombia, Magíster y Especialista en Derecho Administrativo de la Universidad Santo Tomás. Docente universitaria en posgrado en las áreas de Fundamentos Ambientales y Legislación Rural de la Especialización en Legislación Rural y Ordenamiento Territorial, UniAgraria; Régimen de Servicios Públicos Domiciliarios, Maestría de Derecho Administrativo de la UniSimón Bolívar – Cúcuta. Docente de Pregrado de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia – Fesad, y Universidad Santo Tomás. Correo electrónico: [email protected]. 515 QUINTA PARTE: TERRITORIO: CIUDAD Y RURALIDAD nización hasta la actualidad, para entender los problemas en materia normativa, y un breve análisis de la evolución normativa en materia agraria. Corresponde a una investigación de tipo jurídico analítica, basada en un método científico, bajo estrategias metodológicas cualitativas, y técnica de recolección de información que se apoyará en datos estadísticos y fuentes primarias y secundarias. Los resultados y contribuciones esperadas se enfocan en identificar los elementos problemáticos de la situación jurídica del campo colombiano, bajo el desarrollo de la línea temática “Territorio, Ciudad y Ruralidad”, y los subtemas “Comunidades campesinas y ruralidad - Problema agrario en América Latina”. Palabras clave: neocolonialismo, derecho agrario, desigualdad social del campo, reformas agrarias. Introducción El problema bajo estudio busca identificar la evolución normativa en materia agraria en los últimos años y su reflejo en las formas de vida del campo colombiano, para identificar los problemas y desigualdades en el suelo rural. Con el abandono del campo y de las tradiciones agrícolas y culturales, se ha generado atrasos significativos respecto a las condiciones de vida en las zonas rurales; sumado a la desatención de las autoridades estatales y los problemas de violencia expandidos en todo el territorio, dan como resultado la crisis social que Colombia enfrenta y que busca solucionar con políticas de Estado, algunas de ellas mediáticas, direccionadas a problemas específicos y otras que benefician a sectores pequeños y exclusivos, desprotegiendo y desconociendo realidades sociales que vulneran todo derecho de la población presente en el suelo rural. Producto de la dominación colonial y extranjera, a la discriminación racial, al despojo y ocupación foránea y al neo colonialismo que sigue contándose entre los mayores obstáculos para la plena emancipación y el progreso de los países en desarrollo. El poscolonialismo y el neo colonialismo son teorías contrarias pero necesarias para el objeto de estudio, algunos principales autores del poscolonialismo que defienden la autonomía cultural, social, normativa y política son Gurminder Bhambra, Robert Fine y Daniel Chernilo, autores que han estudiado y criticado la teoría del poscolonialismo (Romero, s.f.), encontrando en sus estudios fuertes críticas a las formas tradicionales de construcción 516 NEOCOLONIALISMO NORMATIVO AGRARIO EN COLOMBIA... política, normativa y social. Por otro lado en las teorías del neo colonialismo entendidas como aquellas formas políticas, económicas y culturales de imposición específicamente de países desarrollados sobre países subdesarrollados o en vía de desarrollo, ha sido estudiado y criticado fuertemente por autores como Leopoldo Zea, Misoczky y Böhm, Ximena Sierra, quienes estudian al neocolonialismo como expresiones de la colonialidad del poder (Sierra, 2014). Términos contrarios pero aplicables al caso de estudio, por lo que ésta investigación buscará analizar y vislumbrar su desarrollo e identificación de predominio en las leyes agrarias colombianas. El objetivo general de este estudio es analizar los problemas sociales que han generado la situación de desigualdad y violencia en el campo colombiano, debido a la falta de evolución normativa; para ello se analizará la evolución normativa en materia agraria y su desarrollo, las etapas de la reforma agraria como reflejo de una realidad, finalizando con la identificación de las consecuencias sociales de la aplicación normativa y los elementos generadores de las desigualdades sociales del campo colombiano. Si logramos evidenciar que los problemas del campo, tales como pobreza, inadecuado uso del suelo, falta de inversión y desarrollo, son producto de las políticas públicas implementadas como reformas agrarias, habremos demostrado que la filosofía colonialista no ha logrado ser desterrada de nuestra cultura legislativa, lo que da como resultado una serie de normas que no responden a la realidad del territorio ni de las necesidades de la población rural, y nos permitiría realizar un análisis crítico de la evolución de las condiciones de vida en el campo en los últimos 200 años, para establecer las posibles soluciones desde las nuevas propuestas de transformación del campo. Metodología La metodología de este trabajo se basó́ en el análisis bibliográfico de los principales rasgos legales e institucionales de las normas agrarias presentes a lo largo de la historia del territorio colombiano, desde la época de la preconquista hasta la actualidad. La evolución normativa se abordará desde las perspectivas de derecho de propiedad inicialmente impuestas por la colonización, ya sea desde la época precolonial, colonial y poscolonial, con base en 517 QUINTA PARTE: TERRITORIO: CIUDAD Y RURALIDAD revisión bibliográfica de las diferentes normatividades partiendo del origen en el periodo precolombino, examinando su trayectoria, y diversos cambios institucionales que parecen repetirse ciclicamente. El enfoque metodológico utilizado es el método científico, bajo el estudio jurídico analítico, cuyo enfoque investigativo ha permitido, igualmente, conseguir los siguientes objetivos: conocer la evolución normativa de las normas en materia de tierras aplicables en el territorio colombiano, los resultados y contribuciones esperadas se enfocan en identificar los elementos problemáticos de la situación jurídica del campo, bajo el desarrollo de la línea temática “Territorio, Ciudad y Ruralidad”; la metodología de ésta investigación ha integrado dos estudios complementarios, las normas en materia agraria y los problemas sociales del suelo rural. Esta investigación se desarrolló bajo fuentes jurídicas propias del derecho, tales como la Constitución Política de Colombia, la Ley 160 de 1994, el Decreto 902 de 2017, El Acuerdo para la paz y todas aquellas leyes que reglamentaron la temática de tierras en Colombia. De igual forma es pertinente valerse de fuentes propias del derecho consuetudinario, fuentes institucionales, con la necesidad de contar de igual forma con fuentes históricas, todas aquellas fuentes de información que nos ayudarán a alcanzar el análisis del contenido y alcance de las reformas agrarias y su desarrollo en el sistema jurídico Colombiano. Evolución normativa en materia agraria y su desarrollo El derecho agrario surge como aquel derecho propio de los hombres a realizar actividades económicas sobre la tierra, es decir frente a su potestad de producir y aprovechar los recursos naturales renovables, de igual forma abarca el derecho del hombre sobre la propiedad, y sus obligaciones de función ecológica y social. Dentro de las fuentes de ésta ciencia jurídica encontramos tres tipos, las formales, las históricas y las reales (Castañeda, 2005). En el primer grupo de fuentes encontramos la ley, costumbre, jurisprudencia, principio generales del derecho, doctrina y la equidad; (Bonnecase, s.f.). En las fuentes históricas están las diferentes instituciones que han tenido vigencia en diversas épocas, tales como el derecho romano, docu518 NEOCOLONIALISMO NORMATIVO AGRARIO EN COLOMBIA... mentos, libros, conceptos, así como todas las leyes impuestas en la época de la colonia. Y finalmente las fuentes reales entendidas como aquellos hechos, circunstancias y consideraciones que nutren la conducta del legislador y que se plasman en las normas. En esta investigación se analizará las fuentes históricas como orientadoras del derecho agrario que persisten a pesar de contar con 200 años de independencia de la colonización, pero no en materia normativa. Desde 1492 en el continente Abya Yala (hoy América), y desde 1532 en la Región Andina, se inicia la colonización; antes de la conquista no existía problemas de propiedad de la tierra, pero desde la colonización se introducen términos nuevos en la ideología cultural, tales como propiedad, privado, explotación, y función social, donde debía generarse productividad efectiva en todo el territorio, sin importar las formas o modos; a contrario sensu de lo que ocurría con las comunidades indígenas, donde se daba un aprovechamiento equilibrado (Díaz, 1972). Dentro de las fuentes históricas mencionadas, encontramos las institucionales, las originarias y las impuestas. Bajo las originarias están las propias de la Colombia precolombina y sus desarrollos jurídicos propios del derecho consuetudinario, en las cuales destacan: la producción y distribución comunitaria de bienes, el manejo interno de los alimentos, la no propiedad privada; los modos de producción, distribución y explotación de recursos, elaboración de productos, todo lo anterior con apoyo colectivo y comunitario; la relación entre hombre y la tierra con la naturaleza no implicaba una relación de dominio o propiedad, no existía propiedad privada y ninguno de los elementos naturales con los que se relacionaba el ser, eran susceptibles de apropiación, ni en lo privado ni en lo colectivo; llamaremos estas fuentes como cultura comunitaria indígena, de las cuales resaltamos la relación entre el hombre y la tierra, la cual era una relación de carácter sagrado y trascendente que poseía la naturaleza, pues tanto ella como el hombre, hacen parte del mismo cosmos, bajo la filosofía de vivir en un estado de coexistencia respetuoso y armónico (Ariza, 2010). El segundo modelo de fuentes institucionales, las impuestas, las encontramos a partir del siglo XVI, en 1525 con la Ley primera, que inicia mediante la adjudicación de tierras a los representantes de la Corona; con la Real 519 QUINTA PARTE: TERRITORIO: CIUDAD Y RURALIDAD Audiencia de Santa Fé de 1550, institución mediante la cual la Corona encomienda a los agentes españoles enviados a la América, el manejo de las nuevas tierras, y la evangelización de los indios. Lo encomendado correspondía a trabajar la tierra con la mano de obra indígena, en labores propias de labranza, ganadería con especies nuevas como la vaca, trabajos domésticos, y la explotación de minerales. La imposición de dichos trabajos generó los primeros desplazamientos forzados de los indígenas y despojos, ya que se quitó la tierra de los nativos y se obligó a vivir y desplazarse a donde debía trabajar a órdenes de un amo, el cual pagaba con educación religiosa (Moncada, s.f.). Posteriormente la Corona emitió varias normas sobre el real uso de la tierra, la primera para pobladores en áreas urbanas y la segunda para tierras de labranza, haciendas y zonas campestres, con la finalidad de organizar el territorio e identificar las zonas propicias para vivir y las que debían ser explotadas para la generación de los tributos. Se expidió la Real Cédula de Mercedes, indicando la figura para adquirir títulos de dominio de la tierra, cuya adjudicación fue gratuita hasta 1591 y se fijaron límites de propiedad. Con la reforma de 1591 se generó el llamado Consejo de Indias debido al uso desmedido de la tierra, ya que los conquistadores y encomenderos aumentaban la extensión de la tierra sin tener mayor productividad, mirando las condiciones legales de los terrenos, para saber su adecuada pertenencia, es decir adjudicada por la Corona, mirar su uso y su explotación, esta reforma analizó los títulos que obran sobre la propiedad de la tierra, lo que impuso de igual forma empezar a cobrar por la entrega de tierras para controlar los latifundios improductivos. (Vanín, 1985). Dicha reforma de 1591 conocida como la Real Cédula de Pardo, imponía el deber de legalizar los títulos pagando un dinero a la Corona, que en su momento se encontraba bajo la monarquía del Rey Felipe II; quienes no podían realizar la legalización debían entregar la tierra al reino, lo que se denominó expropiación. Se exceptúan de este régimen las tierras que contaban con justo título o las que serían usadas para el mantenimiento de los indígenas. Esta ley logró la reivindicación de grandes cantidades de tierra debido a la incapacidad económica de los poseedores. Con esta reforma muchas tierras fueron adjudicadas a los indígenas, lo que generó molestias en los colonos, 520 NEOCOLONIALISMO NORMATIVO AGRARIO EN COLOMBIA... debido a la disminución de mano de obra, pues muchos de sus trabajadores indígenas ahora eran dueños de sus propias tierras (Castañeda, 2005). Después de varios llamados y molestias de los colonizadores para eliminar los privilegios dados a los indígenas, se inicia la implementación de la La Mita, como la institución organizativa de las indias, indicando que las tierras adjudicadas pertenecían al patrimonio real de la monarquía, acabando con las adjudicaciones a los indios y despojando de las tierras antes dadas, las cuales pasaban a la categoría de baldías, que junto con muchas otras tierras fueron rematadas, con la finalidad de obtener un pago de ellas, pero quienes lograron quedarse con las tierras eran las personas con condiciones económicas favorables, las comercializan y arrendaban a precios excesivos (Ochoa, Mora & Gómez, 2015). En los años de 1754 y 1777 bajo el reinado de Carlos III, se expidieron las Reales Cédulas de San Lorenzo y de Ildefonso y la Real Cédula del 22 de mayo respectivamente, Estas últimas cédulas contemplaban, básicamente, normas para la revisión de títulos, venta y ocupación de tierras sin títulos (Fernández, 1987); en el cierre del ciclo de la monarquía, se determina no molestar a los propietarios frente al uso que quieran dar a su propiedad privada, lo que favoreció a la oligarquía (Franco, 2011), estas reglamentaciones las denominaremos la imposición de la cultura individualista española. Con la independencia de 1819, no se evidencia ningún cambio significativo frente a las reglamentaciones coloniales antes expuestas la única y notable diferencia es que ya no se habla de las tierras de la Corona, sino ahora se habla de las tierras de la Nación. Con la expedición de la Constitución de 1821 se da plena validez a los títulos de propiedad reconocidos por las audiencias españolas representadas por los Tribunales o los Jueces Coloniales, con la única condición de que fueran registrados en la Oficina de Registro y Agrimensura. Se expide la Ley 13 de 1821 que consideró como baldíos de propiedad de la Nación y en venta todos aquellas tierras sin título, permitiendo nuevamente a los terratenientes con capacidad de compra, adquirir nuevas tierras, al igual que la obligación de trabajarla, para justificar la adjudicación y con la Ley 29 de 1821, se adjudicaron tierras a quienes habían servido a la República (Moncada s.f.; Franco, 2011). 521 QUINTA PARTE: TERRITORIO: CIUDAD Y RURALIDAD Con la Ley 48 de 1882 se declaran imprescriptibles las tierras baldías, impidiendo la feudalización de las mismas. Con la Constitución de 1886, se adopta la noción de República de Colombia, entendida etimológicamente como res= cosa y public= de todos, determinando que pertenece a la República los bienes baldíos que conforman la Nación y deben regresar a él. Se expidió la Ley 57 de 1887, conocida como el Código Civil, vigente en la actualidad, el cual señala en sus artículo 674 y 675 que los bienes de la Unión son los bienes de la República, y se clasifican en bienes de uso público y bienes fiscales, dentro de los cuales se encuentran los bienes baldíos, entendidos como aquellos terrenos dentro del territorio que carecen de dueño aparente, pero no se clarificó nada más relevante sobre el derecho de tierras (Código Civil, 1887). Con la posterior Reforma Constitucional de 1936, conocida como la reforma liberal del estado capitalista, se reglamentan definiciones de propiedad privada como la función social, y se faculta al estado para proceder a la expropiación de terrenos con o sin indemnización. Surgiendo a partir de ésta reforma la Ley 200 de 1936; conocida como la Ley de Tierras, reglamenta la expropiación y la extinción de dominio sobre terrenos incultos, es decir aquellos que no han tenido una explotación evidente durante los últimos diez años, pasando su dominio a favor del Estado. Configura la prescripción adquisitiva de dominio a favor de quien de buena fe explote un terreno baldío; reglamenta la tenencia de la tierra; crea la Jurisdicción Agraria (nunca puesta en marcha); y le da carácter de función social a la actividad económica, obligando a una utilización productiva de la tierra. La Ley 200 es conocida como el primer intento de reforma estructural de la propiedad rural, con la cual se aseguró la propiedad a favor de los colonos que trabajan la tierra, obligando a una mayor explotación de la propiedad privada, lo que generó dificultades frente a los grandes hacendados que debieron buscar la forma para poner a producir sus terrenos, incrementando la figura del arrendamiento de tierras (Ochoa, et al., 2011). Para ello se expidió la Ley 100 de 1944, conocida como la ley de aparcería, que perjudicó la situación económica y laboral de los trabajadores campesinos, irradiando la problemática de tenencia de la tierra, pues mediante esta ley se buscó reglamentar esa situación jurídica de contratación para labrar la tierra, distribuyendo las pérdidas y las ganancias, lo que generó 522 NEOCOLONIALISMO NORMATIVO AGRARIO EN COLOMBIA... desigualdades en las relaciones laborales y contractuales para la clase obrera trabajadora. Es de observar que las variaciones normativas en el tránsito de modelo monárquico a republicano no trajeron mayores cambios, pues se continúa hablando de tierras baldías, expropiación, remate, adjudicación, productividad y función social. En los dos modelos de estado se observa la necesidad de adquisición de tierras inicialmente por parte de la Corona y posteriormente por parte de la Nación, primero a través de las reales cédulas y posteriormente con los títulos de propiedad, adoptando las leyes españolas como propias. Cada ley de reforma agraria plantea diversas políticas de desarrollo que encamina a la protección del campo colombiano, pero su ejecución transigió diversos resultados no favorecedores a la población campesina, como ocurrió con la Ley 200 de 1936 y la Ley 100 de 1944, que perjudicaron la situación económica y laboral de los trabajadores campesinos. Para varios doctrinantes (Machado, 2009; Vergara, 2011) estas leyes no pueden ser reconocidas como Reforma Agraria, debido a que no desarrollaron programas de redistribución de la tierra, sino que incentivó la ganadería intensiva y el contrato de aparcería que generó un retroceso para el desarrollo del campo, con estas leyes inicia la etapa que denominaremos cultura individualista neocolonial. Etapas de la reforma agraria, reflejo de una realidad normativa Con la segunda reforma agraria, adoptada mediante la Ley 135 de 1961 y modificada por la Ley 1 de 1968, la Ley 4 de 1973 y la Ley 30 de 1988; se creó al INCORA, con la finalidad de avalar la identificación de tierras que pertenecían a la nación, así como la adjudicación de las propiedades denunciadas por los particulares, centrando sus políticas en la tenencia y explotación de la tierra, a partir de estas leyes se identifican cinco periodos de la reforma agraria, previo a la adopción de la Ley 160 de 1994, expuestos por Héctor Castañeda, en su obra los procesos agrarios (2005: 243-244) de la siguiente forma: 523 QUINTA PARTE: TERRITORIO: CIUDAD Y RURALIDAD El periodo de Demostración que va de 1961 a 1966 en donde el INCORA, en busca de justificar su creación, realizó una serie de obras para acelerar el desarrollo campesino, con la adjudicación de 47.000 predios baldíos, préstamos a 12.000 familias campesinas, y la adquisición de 74.468 hectáreas de tierras a favor del Estado (Castañeda, 2005a). El segundo periodo, el de La Masificación de 1967 a 1968 se dispuso la incorporación de terrenos explotados bajo la modalidad de aparcería, a un programa de Reforma Agraria, promoviendo la organización masiva de campesinos, adoptado mediante la Ley 1 de 1968. El tercer periodo de Radicalización se centró en discutir las políticas de reforma planteadas debido a los perjuicios económicos que trajo a los grandes propietarios, donde entran en discusión frente a la reforma, el sector político, la iglesia, los propietarios, el ejército, las universidades y los campesinos organizados, bajo la denominación de Comité Evaluador de la Reforma Agraria, arrojando como resultado la Ley 4 de 1973 (Castañeda, 2005b). El cuarto periodo es conocido como La Nueva Ley Agraria, iniciando con la adopción de la Ley 30 de 1988, mediante la que se crean las zonas de reforma agraria, limitando la adquisición de predios, solo a los que se ubicaran en dichas zonas. Surgiendo la organización de cooperativas de pequeños campesinos, que como en el caso de Antioquia se conformaron en busca de lograr la atención del Estado, con el infortunio de ser satanizadas por la situación de violencia que se generó en muchos de los sectores donde se desarrollaron estos tipos de asociación; cuya finalidad inicial se encaminó a la búsqueda de apoyo campesino para su seguridad alimentaria, de vivienda y desarrollo social (Castañeda 2005c; Franco, 2011). Como lo hace ver Silva-Prada (2012), a partir del año 1989 cuando el ejército acusa de organización subversiva a la Cooperativa de Pequeños Campesinos en Antioquia, la “Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra”, y con el surgimiento de los Paramilitares mediante la Asociación Campesina de Agricultores y Ganaderos del Magdalena Medio, se inicia una guerra sangrienta entre los grupos alzados en armas y el ejército, quedando en medio las comunidades campesinas víctimas de torturas, desapariciones y desplazamientos forzados, en especial durante los años 1990 a 1993. 524 NEOCOLONIALISMO NORMATIVO AGRARIO EN COLOMBIA... El quinto periodo de reforma agraria se denomina Creación del Sistema Nacional de Reforma Agraria y Desarrollo Rural Campesino, el cual inicia con la adopción de la Ley 160 de 1994, hasta la firma del Acuerdo de paz con las FARC-EP del año 2016. Con el objetivo de promover el acceso progresivo a la propiedad de la tierra de los trabajadores agrarios, así como de diferentes servicios públicos rurales, en busca de mejorar condiciones de vida, estableciendo Zonas de Reserva Campesina - ZRC, para el fomento de la pequeña propiedad rural. Mediante el Decreto 1777 de 1996, se reglamentan las ZRC, iniciando su consolidación con el infortunio de ser descuidadas por el Estado, lo que permitió el aprovechamiento por los grupos guerrilleros para asentarse allí y consolidar su aparato criminal y delincuencial, como ocurrió en el Sur de Bolívar y en el Valle del río Cimitarra entre otros (Puentes, 2013). Bajo el adelanto de este periodo de reforma agraria, se presentan importantes desarrollos normativos y jurisprudenciales, como es la Ley 1448 de 2011, sobre la atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno, el Decreto 1071 de 2015, por medio del cual se expide el Decreto Único Reglamentario del Sector Administrativo Agropecuario, Pesquero y de Desarrollo Rural; La Ley 1776 de 2016, sobre las zonas de interés de Desarrollo Rural, económico y social –Zidres-, la Sentencia C-536 de 1997, Sentencia T-488 de 2014, normas y pronunciamientos que juran en torno a la administración y adjudicación de los terrenos baldíos. Con la firma del Acuerdo de Paz (2016), se da inicio a un nuevo periodo de Reforma Agraria, el que podemos denominar “Hacia un nuevo campo colombiano: reforma rural integral”, que busca la protección y disfrute de los derechos de la ciudadanía y la reactivación del campo, con énfasis, en la economía campesina, familiar y comunitaria, promoviendo las diferentes formas de asociación y cooperativismo, la generación de ingresos y empleo, la dignificación y formalización del trabajo, la producción de alimentos y la preservación del medio ambiente, adaptándose el Decreto Ley 902 de 2017, una de las normas que da origen a las instituciones de la paz. Con la expedición del Decreto 902 de 2017, “Por el cual se adoptan medidas para facilitar la implementación de la Reforma Rural Integral contem525 QUINTA PARTE: TERRITORIO: CIUDAD Y RURALIDAD plada en el Acuerdo Final en materia de tierras, específicamente el procedimiento para el acceso y formalización y el Fondo de Tierras”, adopta una serie de políticas encaminadas a regular los derechos de propiedad de la tierra en Colombia y un mayor rigor legal para hacer cumplir la función social de la propiedad rural. Plantea una nueva institucionalidad, figuras novedosas para tener una mayor capacidad de gestión, control y claridad sobre los terrenos baldíos de la Nación y hacer efectivo el cumplimiento de la función social de la propiedad en el campo; intenta zanjar discusiones de larga data sobre la tenencia de la tierra y los títulos de propiedad (Ministerio del Interior, 2017). La norma consta de 82 artículos y determina quiénes serán sujetos de acceso a la tierra y su formalización a título gratuito, busca masificar la propiedad de la tierra y formalizar siete millones de hectáreas para quien la esté trabajando. Mediante Sentencia C-073/18 del 12 de julio, la Sala Plena de la Corte Constitucional, bajo el análisis de control de constitucionalidad, Magistrada Ponente Doctora Cristina Pardo Schlesinger, declara exequible la mayoría de partes y disposiciones del decreto, ajustando unas excepciones y presentando varios pronunciamientos de aclaración y salvamento de voto, de los cuales podemos destacar los siguientes: El Magistrado Carlos Bernal Pulido manifestó su total desacuerdo con la decisión adoptada por la mayoría de la Sala, fundamentalmente porque considera que la expedición del Decreto Ley 902 de 2017, a su juicio recae sobre asuntos sumamente relevantes, como la identificación de los beneficiarios de las políticas de formalización y acceso a la tierra, las condiciones para la implementación de estas políticas y el cambio de modelo legal vigente para la adjudicación de baldíos. El Magistrado Luis Guillermo Guerrero Pérez expresó su salvamento de voto, por cuanto la materia regulada por el Decreto Ley examinado corresponde a aspectos sustanciales de una reforma que impacta el derecho de acceso a la tierra y define aspectos centrales, tanto sustantivos como procesales, del régimen de tierras. El Magistrado Alejandro Linares Cantillo salvó parcialmente su voto por cuanto ni la norma ni la Corte reconocen las diferencias entre los procesos de formalización y saneamiento de la propiedad privada, y los procesos 526 NEOCOLONIALISMO NORMATIVO AGRARIO EN COLOMBIA... de adjudicación de bienes baldíos. Así mismo, aclaró su voto respecto de diversos aspectos de la parte considerativa, entre otros, el entendimiento de las presunciones de ley en materia de propiedad privada, el margen de configuración del legislador en materia de tierras baldías y el ámbito de aplicación del Decreto Ley en todo el territorio colombiano. La Magistrada Gloria Stella Ortiz Delgado salvó su voto por considerar que el Decreto Ley revisado, permite la entrega de tierras baldías a personas que no pueden catalogarse como las más vulnerables, lo cual contraría el artículo 64 de la Constitución. Además, avala el desarrollo de proyectos productivos para personas naturales y jurídicas que no han tenido vocación agraria. En su concepto, una determinación de tal naturaleza podría ser debatible en desarrollo de la libertad de configuración del Legislador bajo los presupuestos democráticos, pero claramente no puede surgir de facultades concedidas por el Constituyente al Presidente de la República para implementar el proceso de paz. Luego, esa regulación deviene inconstitucional en el contexto en el cual se expide, pues se regula el acceso a la tierra de personas distintas a campesinos y que no están en situación de vulnerabilidad, razón por la cual no deben ser titulares de la reforma agraria (Corte Constitucional, 2018). Las tres reformas agrarias hasta ahora adoptadas, y los seis periodos de políticas agrarias adoptadas en gobiernos diferentes, pero su objetivo principal siempre se orienta a la distribución de los derechos de propiedad sobre la tierra. Bajo la óptica crítica y un poco preocupante de quien estuvo administrando el gobierno nacional, el expresidente Lleras Restrepo (Revista de Economía Institucional, 2012), advierte en conferencia impartida en el año 1989, dieciocho años después de su administración, que el problema número uno de las reformas agrarias en Colombia no es adquirir el derecho de propietario, sino establecer si en realidad los propietarios son o no legítimos. Pero de qué vale la legitimidad si no se brinda la protección adecuada por parte del mismo Estado, que bajo su funcionamiento se olvida de sectores propios de su territorio, rincones apartados, donde las comunidades campesinas en busca de una mediana seguridad se asocian con el fin de pro527 QUINTA PARTE: TERRITORIO: CIUDAD Y RURALIDAD teger sus derechos, de los grupos al margen de la ley e incluso del mismo ejército (Silva, 2012). Y de qué sirve la legitimidad si en desarrollo de las reformas agrarias el mismo gobierno se encarga del adelanto del “Estado de Cosas Inconstitucional”, donde se reconocen algunos derechos, pero se niegan la declaración de otros, como se ha observado en el transcurso de políticas de prevención y protección de las víctimas del desplazamiento forzado (Consejo Superior de la Judicatura Sala Administrativa). En éstas Reformas Agrarias se observa que el objetivo principal y común se orienta a la distribución de los derechos de propiedad sobre la tierra centrándose en cuatro acciones concretas: 1. los programas de redistribución de tierras, en tres modalidades: por compra, por expropiación y por cesión de tierras a través de un Fondo. 2. La formalización de derechos adquiridos a través de la tradición de la posesión (titulación de baldíos) y colonización. 3. La definición de derechos históricos de comunidades indígenas (creación o ampliación de resguardos) y titulación colectiva a comunidades negras. 4. Adjudicación de subsidios integrales. No olvidemos que el aspecto de “redistribución de la tierra”, es considerado por diferentes autores como el fundamento principal del concepto de “Reforma Agraria clásica o tradicional” (Mendoza, 1998, Machado, 2004, Fajardo 2009, citado por Franco at. ed., 2011), estos desarrollos normativos los denominaremos desarrollo de la cultura individualista neocolonialista. Elementos generadores de las desigualdades sociales del campo colombiano El desarrollo de inadecuadas prácticas no solo agrícolas, sino mineras, ambientales y de todo tipo de aprovechamiento, ha llevado a que Colombia sufra un inadecuado modelo de utilización del territorio, ya que no se observa el potencial del suelo para organizar su aprovechamiento; según informe de la Unidad de Planificación de Tierras Rurales, Adecuación de Tierras y Usos Agropecuarios, para el año 2013 en Colombia el uso de la tierra muestra claramente la inadecuada distribución que se ha dado a lo largo de los diferentes gobiernos, y las políticas públicas enfocadas al suelo rural (UPRA, 2014). 528 NEOCOLONIALISMO NORMATIVO AGRARIO EN COLOMBIA... Según datos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, la superficie continental en Colombia es de 114.17 millones de hectáreas, de las cuales el 55,4% son de uso no agropecuario (63,26 millones de Has) y 44,6% son para uso agropecuario, pero cuyo aprovechamiento se dedica en gran medida a la destinación ganadera, donde 4,9 millones de hectáreas son utilizadas con fines de uso agrícola, incluyendo las áreas forestales, y 38 millones de hectáreas se destinan a fines ganaderos, aun cuando en el país solo 20 millones de hectáreas son aptas para explotaciones ganaderas, lo que significa que 18 millones de hectáreas en el país tienen una destinación inadecuada frente a su uso agrícola (Revista Semana, 2012). Además de encontrarnos en una notable desventaja de protección de los diversos derechos presentes en las formas de vida propias del territorio rural, como económicas, sociales, culturales y ambientales, llevando a que Colombia sea uno de los países con mayor desigualdad en sus formas de vida entre el campo y la ciudad, a pesar que más del 30% de la población colombiana vive en suelo rural, territorio que ocupa el 94% del suelo del país, población que aproximadamente se define en 11 millones de personas, de las cuales el 65% son pobres, es decir alrededor de 7 millones de campesinos, sin contar los 2 millones que se encuentran en la indigencia rural (Mohorte, 2016). La falta de oportunidades económicas en las áreas rurales provoca migración a las ciudades, especialmente de hombres y mujeres jóvenes, quedando el trabajo del campo, en manos de unos pocos, que cuentan con herramientas limitadas de apoyo estatal para la producción, transformación y comercialización de productos agrícolas y pecuarios. Según los estudios realizados por el economista Lauchlin Currie en 1951, citado por Carlos Lleras Restrepo112 (Revista de economía institucional, 2012); en la década de los 40 y 50 el desarrollo colombiano presentaba una paradoja, ya que si bien se contaba con diversificación biológica, y potencial de producción, la falta de inversión en la producción agrícola, no arrojaba buenos resultados en la situación socioeconómica de la nación. 112. En su conferencia inaugural del segundo seminario sobre Actualización del Derecho Agrario y Reforma Agraria, 26 al 28 de abril de 1989. Transcripción original, revisada por el doctor Guillermo Benavides Melo y autorizada por el doctor Lleras. Publicado originalmente en Tierra, economía y sociedad, Alberto Supelano, comp. y ed., Bogotá, PNUD-FAO-Incora, 1993. 529 QUINTA PARTE: TERRITORIO: CIUDAD Y RURALIDAD Se presentaba una clara limitación de tierras adecuadas para la actividad agrícola, sumado a la sobrepoblación que para la época se daba en el suelo rural, generando la existencia de grandes familias con poca tierra; desaprovechando en la mayor parte del territorio, el potencial del suelo, dándose usos inadecuados, como ocurre con el sobre aprovechamiento de la ganadería extensiva; el uso de la tierra muestra claramente la inadecuada distribución que de ella se ha dado a lo largo de los diferentes gobiernos y las inadecuadas políticas públicas enfocadas al suelo rural (López, 2011). Con el surgimiento de los grupos armados al margen de la ley, producto de la violencia política y de necesidad de protección del territorio, frente a la desatención del Estado, se desenvuelve una serie de acontecimientos catastróficos para la población civil, la cual en medio de las guerras libradas por diversos frentes tanto al margen de la ley como oficiales, desatan una cadena de infortunios que aumenta día a día las estadísticas de población vulnerada, desplazada, asesinada, secuestrada y azotada por la violencia, como lo hace ver Silva-Prada (2012), en su artículo “Organización de la comunidad en medio del conflicto social y armado, caso de la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra”. La violencia en Colombia arroja cifras preocupantes de desplazados y despojados que incrementan la problemática de abandono de la tierra y las actividades agrícolas, dando paso a las posesiones violentas, al incremento de latifundios, y monopolios en cultivos, así como a la propagación de cultivos ilícitos (Revista de Economía Institucional, 2012). Teorías del post colonialismo y neocolonialismo El poscolonialismo entendido como un momento histórico que representa la independencia formal de los países en el “tercer mundo”, del siglo XIX y del siglo XX, frente a las formas de gobierno de las antiguas metrópolis, es una teoría fuertemente criticada debido a que en la actualidad se indica que muchos países en especial los subdesarrollados no han logrado una completa independencia frente a sus realidades socioeconómicas y culturales, lo que se conoce como la reproducción de estructuras coloniales bajo la modalidad del neocolonialismo (Misoczky & Böhm, 2013: 315, citado por Sierra, 2014: 171). 530 NEOCOLONIALISMO NORMATIVO AGRARIO EN COLOMBIA... Para el caso normativo de América Latina, al pensar en los fenómenos poscoloniales, menciona Ximena Sierra que indiscutiblemente debemos hablar de las continuidades coloniales en materia lingüística, cultural, política e indiscutiblemente jurídica, pues a pesar de su cambio de régimen organizacional, los nuevos Estados bajo regímenes democráticos, guardan semejanzas frente al uso de la dominación en especial del conocimiento y el derecho a la propiedad, los derechos económicos, la consulta previa, las patentes, los títulos mineros, etc., (2014), lo que demuestra que en materia normativa sigue la misma cultura colonial monárquica, en donde el dominio de la ley y del derecho sigue bajo los intereses de la sublevación de políticos y necesidades económicas de la época. Bajo la idea de la modernidad, en busca de la evolución y civilización, se sustituyeron los regímenes normativos, buscando la unificación impuesta de organismos económicos internacionales que impulsa la expansión de los regímenes democráticos y de políticas económicas de corte liberal a nivel global. Todas estas figuras impositivas responden al llamado Neo Colonialismo, el cual se basa en la doctrina de la soberanía, creada a través del encuentro colonial para hacer ver la identidad no occidental como inferior, y por lo tanto, como un objeto adecuado para la conquista y la desposesión (Fine, 2003; Chernilo, 2007; Sierra, 2014). Las teorías del poscolonialismo, indican la imposibilidad de mezclar las orientaciones propias de culturas ajenas, a territorios diversos, ya que cuando se introducen los principios de un derecho ajeno en el derecho positivo legal, los principios ajenos terminan por ser excluidos, como ha ocurrido desde la imposición de la civilización europea al territorio americano (Bhambra, 2007). En este marco, las doctrinas europeas del derecho internacional, que pretenden ser universalmente aplicables, se extienden hacia el mundo no europeo y ahí encuentran otras sociedades, las que son, casi inevitablemente, representadas por aquéllas como diferentes e inferiores, porque estas sociedades son evaluadas conforme a un estándar europeo que les resulta ajeno. 531 QUINTA PARTE: TERRITORIO: CIUDAD Y RURALIDAD Conclusiones El derecho agrario en Colombia ha sufrido diversas transformaciones, pasando de un dominio colectivo en la época precolombina a una propiedad privada en la colonia; de la figura de los ejidos, a la adquisición y adjudicación de tierras baldías; del aprovechamiento racional del territorio a la generación de monocultivos extensivos; de minifundios a latifundios y de ser un país rico en biodiversidad a ser un país pobre en producción industrial. Es así como el campo colombiano ha visto pasar intentos de reforma rural, cuyos beneficios se dieron bajo políticas mediáticas y que no brindaban una verdadera solución a la problemática del suelo rural, la cual va más allá de una simple adjudicación o titulación de terrenos, pues como lo ha demostrado la historia de nuestro país, el verdadero problema del campo y de la naturaleza, es el hombre, y la inadecuada explotación de los ecosistemas. Lo que denota una involución normativa en materia agraria, pues no se ha logrado superar los términos y la cultura de la propiedad, introducidos desde la conquista española, cultura individualista española. Bajo el desarrollo normativo, se han adoptado en Colombia tres reformas agrarias durante los últimos 80 años, acogidas de la siguiente manera: con la Ley 200 de 1936 adoptada durante la primera administración de gobierno de López Pumarejo (1934-1938), la Ley 135 de 1961, instaurada en la administración del presidente Lleras Camargo (1958-1962), y la Ley 160 de 1994 acogida en la administración del presidente Ernesto Samper (19941998). El derecho agrario toma como base para su desarrollo, tres grandes temas: la tenencia y uso de la tierra, la actividad agraria y el desarrollo rural, pero Colombia solo se ha preocupado por reglamentar los dos primeros temas, mediante la expedición de las leyes indicadas se ha preocupado por realizar diversas reformas a las normas constitucionales legales tales como el Código Civil de 1887, el Código de Recursos Naturales de 1974, la Constitución Política de 1991 y las Leyes de Reforma Agraria de 1994 y de 2017, dejando en el olvido el desarrollo rural efectivo. Con las seis etapas de la reforma agraria, el periodo de Demostración, La Masificación, Radicalización, el periodo de La Nueva Ley Agraria, la Crea532 NEOCOLONIALISMO NORMATIVO AGRARIO EN COLOMBIA... ción del Sistema Nacional de Reforma Agraria y Desarrollo Rural Campesino, y el periodo final denominado por la autora como el nuevo periodo de Reforma Agraria, Hacia un nuevo campo colombiano: reforma rural integral, son reflejo de los modelos normativos occidentales y extranjeros, adoptados por diversos gobiernos, pero en su gran mayoría ajenas a las verdaderas necesidades del campo colombiano, lo que consolida la continuación de la cultura individualista neocolonial. Como se observa, el territorio colombiano lleva años en una incompetencia frente a la utilización y adecuada administración del suelo rural, generando problemas sociales, económicos, culturales, políticos, de seguridad democrática y nacional; en general todo apunta a que la situación de violencia, pobreza, subdesarrollo, corrupción y vulneración de derechos, proviene de un origen común, los problemas que a lo largo de los años han aquejado al campo colombiano; la tenencia, aprovechamiento, destinación, uso y goce del territorio, son la base de los problemas sociales que enfrenta el Estado en la actualidad. El gran potencializador de problemas sociales y económicos del país se deriva de la tenencia de la tierra, donde unos pocos ostentan el poder económico y político para manejar el territorio, sumado a la intervención antrópica, frente al uso y abuso de los recursos naturales, pues dichas reformas sólo han observado los derechos y beneficios que el hombre puede sacar por el aprovechamiento del suelo, mas no se planteó una verdadera reforma que observe y tenga en cuenta los derechos de la naturaleza. Con la identificación de las consecuencias sociales de la aplicación normativa y los elementos generadores de las desigualdades social del campo Colombiano, se hace evidente que el desarrollo normativo agrario en Colombia es reflejo de la cultura Neocolonial, ya que se adoptan posturas y normas que favorecen intereses gubernamentales y económicos que favorecen políticas dirigidas a determinar la tenencia, distribución y aprovechamiento de la tierra. Lo que demuestra la falta de independencia normativa que nunca se ha generado en el territorio colombiano, donde desafortunadamente la cultura impuesta, los intereses políticos y las administraciones corruptas no han permitido progresar las ideas y las políticas de bienestar agrario. 533 QUINTA PARTE: TERRITORIO: CIUDAD Y RURALIDAD El análisis normativo en materia agraria es reflejo de los nuevos modelos de colonización, que en perspectiva no han presentado variaciones frente a las políticas de propiedad privada, aprovechamiento y uso del suelo rural impuestas por la Corona Española, afirmando que en los últimos 200 años de independencia gubernativa, política y económica, no se ha contado con una verdadera independencia normativa, que refleje políticas propias de necesidades locales y territoriales, con ésta investigación se logró evidenciar que los problemas sociales del campo, tales como pobreza, inadecuado uso del suelo, falta de inversión y desarrollo, son producto de las políticas públicas implementadas como reformas agrarias, fundados en políticas neo colonialistas o como se denominó cultura individualista neocolonial, que favorecen intereses particulares y extranjeros, lo que demuestra que la filosofía colonialista no ha logrado ser desterrada de nuestra cultura legislativa, dando como resultado una serie de normas que no responden a la realidad del territorio ni de las necesidades de la población rural. La adopción de una nueva Reforma Agraria, debe ir más allá de una simple adjudicación o titulación de terrenos, debe tratar la inadecuada explotación de los ecosistemas, y la violencia crónica que se ha suscitado frente a la tenencia de la tierra; por ello es pertinente estudiar a fondo las propuestas del gobierno y la orientación jurídica que se brinda al problema del uso del suelo en Colombia, no solo en la parte rural, sino que debe estudiarse la posibilidad de orientar los esfuerzos del gobierno a la búsqueda de un derecho de tierras integral, donde se oriente la organización territorial y la unificación del derecho ambiental, incluyendo el derecho minero energético, el derecho agrario y el derecho urbanístico, en busca de unificar criterios tanto legales, administrativos y jurisdiccionales en la planificación y aprovechamiento de la totalidad del territorio colombiano, para contribuir a una mejor adecuación normativa, bajo un análisis crítico de las actuaciones que realice el Gobierno, en la implementación y proyección de ejecución de las políticas agrarias dentro de los próximos 20 años. 534 NEOCOLONIALISMO NORMATIVO AGRARIO EN COLOMBIA... 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