Trabajo de Antropología Filosófica “Un Mundo Feliz” de A. Huxley

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Trabajo de Antropología Filosófica
“Un Mundo Feliz” de A. Huxley
Resumen
El libro parte contextualizando el lugar en que se desarrollan la mayoría de las
acciones. EL lugar es Londres, en el año 632 después de Ford.
Primero que todo, se explica como se compone este “Mundo Feliz”: todo parte
en el Centro de Incubación y Condicionamiento de la Central de Londres. Como en esta
sociedad futurista no existe la familia y las mujeres están obligadas a no tener hijos, los
niños se fabrican en serie en este lugar y se condicionan según se desee el estilo de vida
que van a seguir, primero mediante la “Bokanovskificación” y luego por “hipnopedia”,
procesos gracias a los cuales se divide la población en diferentes castas, según sus
habilidades, inteligencia y atractivo físico, principalmente. Aquí, los Alfa son la clase
más favorecida, ellos son todos diferentes, muy inteligentes y atractivos; su misión en la
sociedad es realizar los trabajos más complejos, por ejemplo, los del Centro de
Incubación y Condicionamiento. Luego se encuentran los Beta, seres que también son
atractivos e inteligentes, muy parecidos a los Alfa. Los Gamma y los Delta son castas en
que sus integrantes se producen en masa, es decir, hay series de hermanos, no muy
inteligentes, todos idénticos y provenientes de un solo óvulo (a diferencia de los Alfa y
Beta, que cada uno proviene de un óvulo). Finalmente, los Epsilon son la clase más
baja, humanos de escasa inteligencia que realizan trabajos mecánicos y sencillos.
Todas estas “razas”, como ya dije, provienen del proceso Bokanovsky y la
hipnopedia, el primero consiste en dividir sucesivamente un óvulo (para obtener
Gammas, Deltas y Epsilones), embotellar los embriones provenientes de éste,
alimentarlos mejor o peor según la casta a la que va a ser parte, y luego que decanten,
condicionarlo a querer su modo de vida y a no desear ningún otro; por ejemplo, se
trauma a los Delta desde pequeños para que no les gusten los libros.
Sin embargo, en este utópico mundo, el hombre no siempre está contento, por lo
que se ingiere el soma, una droga sin efectos secundarios que hace olvidar los
sentimientos negativos, que aleja de la realidad y descansa la mente.
En ésta sociedad vive Bernard Marx, un Alfa que es físicamente parecido a un
Delta (se dice que por error le suministraron alcohol cuando era embrión), discriminado
por los de su casta, vive relativamente en soledad, lo que le permite hacerse ideas
propias, está más consciente de la realidad que el resto y se rehúsa a consumir soma.
Bernard trabaja en el Centro de Incubación y Condicionamiento, al igual que Lenina
Crown, una mujer Beta de gran apariencia física, que trabaja con los fetos, es la
encargada de inmunizarlos contra futuras enfermedades. Lenina y Bernard comienzan a
tener una relación (Lenina era pareja de Henry Foster, pero la ‘infidelidad’ era bien
vista en este mundo), y deciden ir a Nuevo México, a un lugar llamado “mal país”, una
“reserva de salvajes”, para esto, piden permiso al Director, quien le cuenta a Bernard
que en el pasado, él tenia una compañera que se extravió en “mal país”. Mal país es un
lugar diferente al mundo anteriormente descrito, aquí existe la familia, no hay soma ni
centros de incubación y se respetan las relaciones monogámicas.
Allí, Bernard y Lenina conocen a John y Linda. Linda fue una mujer creada en el
Mundo Feliz, la ex-compañera del Director que se había perdido en una visita a mal
país; Linda quedó embarazada y dio a luz a John, quien creció leyendo libros de
Shakespeare y gracias a su madre, está enterado de la existencia del Mundo Feliz.
Bernard piensa que llevar al “salvaje” (apodo que se le da a John) consigo puede serle
útil, y con el permiso del Gobernador, Lenina y Bernard se van junto con John y Linda a
Londres.
John, el salvaje, tenía grandes expectativas de este nuevo mundo, sin embargo,
se llevó una gran decepción; dentro de sus más importantes acciones, está la
interrupción que hizo en la repartición de soma a unos Deltas, les habló de la libertad y
otros temas tabú para los hombres condicionados, por lo que fue llevado a hablar con el
Director, el cual le explicó que en este mundo, la literatura, la religión y los
sentimientos no eran compatibles con el progreso, el ciudadano sólo debía preocuparse
por ser feliz. Luego del incidente, Bernard y Helmholtz, un amigo de Bernard, son
arrestados y condenados a dejar el Mundo Feliz e irse a Islandia, por no estar lo
suficientemente condicionados. Junto con esto, John le declara su amor a Lenina, pero
se enfurece cuando nota que la única concepción que ella tiene de una ‘relación de
pareja’ es el sexo, se da cuenta que la mujer es sólo vista como un “pedazo de carne”.
Finalmente, la madre de John, Linda, muere por una ingesta excesiva de soma.
John, hastiado de este nuevo mundo decide irse a vivir a un faro en las afueras
de Londres. Allí es constantemente acosado por los periodistas, hasta que al fin, es
encontrado ahorcado y sin vida dentro del faro, el salvaje se había suicidado.
Análisis
“Las utopías parecen mucho más realizables hoy de lo que se creía antes. Y
ahora nos hallamos antes otro problema igualmente angustioso: ¿Cómo evitar su
realización definitiva? (…) Quizás empezará una nueva era en la que los intelectuales y
las clases cultas soñarán con el modo de evitar la utopía y volver a una sociedad no
utópica, que sea menos perfecta pero más libre”
Nicolás Berdiaeff
Si me preguntaran en este momento: ¿Es usted feliz? Personalmente, no sabría
que contestar. El ser humano es un ente que se caracteriza y se diferencia de los demás
seres vivos por poseer grandes cualidades intelectuales que le permiten darse cuenta de
su propia existencia y de sus propios potenciales, de fijarse metas, darle un sentido a su
vida, romper sus propias barreras y auto perfeccionarse cada día más. Pero esta inmensa
capacidad del hombre, lo hace anhelar cada vez objetivos más altos, que gracias a la
ciencia y la tecnología son cada día más fáciles de alcanzar.
Un Mundo Feliz nos presenta una sociedad del futuro que ha alcanzado el límite,
está en la cima del orden y del bienestar, todo el mundo que ahí vive, está satisfecho con
lo que hace, no desea nada más que su propio estilo de vida, no le apetece superarse,
nadie está enfermo, el sexo se practica libremente y sin prejuicios, y si alguien llega a
estar triste, unos cuantos gramos de soma le calman el ánimo, en resumen, todos son
aparentemente felices tal y como están. En esa sociedad prácticamente estancada por la
aparente utopía, la felicidad sólo es un sentimiento vacío que se esconde detrás de un
ilusorio mundo perfecto.
¿Por qué la felicidad que ahí se vive no es la verdadera felicidad? Porque el ser
humano de ese mundo está condicionado desde el momento en que es ‘decantado’, no
conoce otro sentimiento, porque no le han enseñado realmente lo que son los
sentimientos; la monotonía de sus vidas se resume en un “hago lo que debo hacer, digo
lo que debo decir y sólo siento lo que debo sentir”, todo para y por la sociedad. En el
mundo de los Alfa, Beta, Gamma, Delta y Epsilones, no existen los obstáculos (el soma
los oculta), si no hay obstáculos, no hay problemas, si no hay problemas, no hay auto
superación, sin auto superación, no hay felicidad.
Según la Real Academia Española, la felicidad es: “estado de ánimo que se
complace en la posesión de un bien”. Sin embargo, si yo no anhelo poseer algún bien
(ya sea material, espiritual o intelectual), no puedo llegar a este estado de ánimo;
entonces, la sociedad utópica londinense desarrollada en el libro es como una jaula muy
acomodada pero llena de restricciones, en la cual, nadie es cien por ciento libre, ya que
todos nacen predestinados a trabajar, a decir, a gustar, a pensar y a sentir en lo que un
“ser más perfecto” les diga.
Ahora, de llegar a existir este universo, ¿podríamos nosotros vivir en él? Huxley
trata de respondernos esa pregunta incluyendo a John, el salvaje, en el relato. John es la
representación de todos nosotros, con nuestros pensamientos y valores actuales. Estoy
seguro que a ninguno de nosotros le gustaría que nuestra amada fuese de aquí para allá
con cualquier hombre y fuese tratada tan sólo como un “pedazo de carne”. A ninguno de
nosotros nos gustaría que se anduvieran repartiendo drogas a los cuatro vientos para
eludir nuestros problemas. A ninguno de nosotros nos gustaría que desde antes de nacer,
nos hubiesen escrito un destino de cómo tenemos que vestirnos, comer, vivir, trabajar,
pensar y sentir. A ninguno de nosotros nos gustaría que nos privasen de la libertad que
tenemos por derecho desde el momento en que existimos. Todos nosotros queremos que
nos traten con dignidad e igualdad, en una sociedad donde cada uno debe ser respetado
y visto como algo más que un ser que sólo aporta su grano de arena para mantener firme
la economía de un planeta que se cree perfecto.
Huxley, con su novela, no pretende más que advertirnos y prevenirnos de un
futuro en el cual la libertad de cada hombre sea pasada a llevar por el poder de la ciencia
para llegar a una falsa esperanza de concebir un paraíso terrenal. Y es clara la certeza
con que ideó ésta utopía, al igual que Julio Verne y sus novelas de ciencia ficción,
Huxley es también un adelantado y un visionario de su época; ya pudo ver los avances
de la clonación, por lo menos en animales, el reemplazo de las drogas a la conversación
con la demás gente y los consejos que se puede sacar de ellas, el mismo efecto que
hacen las drogas, alejándote de la realidad como una falsa escapatoria a los problemas
de la vida cotidiana, que a fin de cuentas, terminan siendo nuestra fuente de felicidad,
porque no hay felicidad sin sufrimiento, un sueño anhelado, lejano y difícil representa
una angustia de no poder obtenerlo, pero al mismo tiempo, sacrificio y esfuerzo, y
finalmente, gozo al alcanzarlo.
Otro tema interesante del libro, que compete mucho con la libertad, y del que
hoy en día también se habla mucho, es sobre el consumo de drogas y la liberación
sexual. Actualmente está de moda la idea de la libertad de expresión y de que cada uno
es libre; pero esta libertad, muchas veces es mal comprendida. ‘Hacer lo que yo quiera’,
no es meramente libertad, el hombre desde que es hombre, está comprendido a un orden
moral, que ciertamente, le permite vivir en sociedad; al hacer lo que yo quiero, cuando
mi libertad no termina donde empieza la del otro, estoy yendo en contra de mi
naturaleza social, me estoy haciendo un anti-social, incapaz de convivir con mis pares
porque sólo me interesa convivir conmigo mismo, para mi propio bienestar y mi propia
supervivencia. Entonces, si decimos que el falso concepto de libertad va en contra de la
naturaleza del hombre, decimos también que el hecho de buscar los bienes del momento
e ir en contra de los demás seres humanos (que son iguales que yo en dignidad) para
alcanzar mi bienestar personal es símil a comportarse como animal, es decir,
encadenarse y auto esclavizarse una animalidad, y tal como dice su nombre, es una
animalidad, o sea, una no humanidad, lo que quiere decir que estamos yendo en contra
de lo cual y para lo cual fuimos creados, en contra de nuestras tendencias, en contra de
la vida en sociedad, estamos yendo en contra de la libertad, nos estamos haciendo
esclavos de nuestro egoísmo y de nosotros mismos.
Respetar la naturaleza del hombre, de mi persona, de los demás, enfrentar los
problemas y obstáculos de la vida, no evadirlos, sino que sobrepasarlos, comprometerse
frente al mundo, ser otro granito de arena que aporte con la estabilidad social,
económica y moral del mundo es el camino real para alcanzar la felicidad; pero siempre,
debe hacerse con libertad plena, no sirve un condicionamiento previo, porque de ser así,
no es un sacrificio, y de no ser sacrificio, de no conllevar dolor, no encamina a ser feliz.
Dios nos dio el libre albedrío, para que con nuestra libertad y por mérito propio
volvamos a Él, si Dios mismo nos hubiese condicionado para que sólo hagamos buenas
acciones, éstas no tendrían ningún valor, no tendrían sentido, si no hay una fuerza
opuesta al bien (el mal), este mismo es difícil de distinguir. Si desde el nacimiento
somos condicionados a seguir un patrón de vida estándar, es evidente que perdemos la
libertad, y sin libertad, no hay camino de vuelta a Dios, y sin Dios, no hay felicidad.
En resumen, Un Mundo Feliz puede leerse como una especie de fábula, en la
cual la moraleja vendría siendo que estimuláramos la preocupación del camino que
estamos siguiendo con nuestro actual estilo de vida, centrado en el consumismo, la
economía y la materialidad en gran escala; Huxley nos da una advertencia para que
encontremos la ruta en la cual no caigamos en la utopía de un mundo “más perfecto”
pero menos libre. Tal como el hombre evita los errores del pasado a través de la historia,
la ciencia ficción nos puede dar la herramienta, para no cometer grandes errores en el
futuro, la ciencia ficción erguida con inteligencia, más que entretenimiento, nos brinda
sabiduría para pensar visionariamente y así no caer en errores que posteriormente nos
hagan arrepentirnos.
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