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JEAN WILLIAM LAPIERRE Y SISTEMAS POLITICOS

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JEAN WILLIAM LAPIERRE Y SISTEMAS POLITICOS
Jean Marie William Gustave Jacques dit Lapierre, nació el 17 de abril de 1921 en Le Mans,
Francia y murió el 17 de junio de 2007 en Niza, Francia. Él era un sociólogo francés, pensador
del poder y la política.
Estudió filosofía y sociología, estudiante en el Lycée Henri-IV en hypokhâgne-khâgne, luego
Normalien de la rue d'Ulm, es licenciado en filosofía y doctor en sociología por la Sorbonne.
Enseñó en la escuela secundaria y luego en la facultad en Aix-en-Provence. También
participó en la Resistencia Interna francesa dentro de la red Defensa de Francia durante la
Segunda Guerra Mundial de manera paralela a sus estudios.
Se resalta como investigador de los fundamentos del poder político; sus estudios son
exhaustivos ya que comprenden observaciones en las sociedades animales, sociedades
primitivas, arcaicas y las industriales.
El sistema político es un concepto popular para explicar la política, y especialmente la
organización de la misma.
Sistema político como concepto. Estas dos palabras son frecuentes en la ciencia política,
pero también en otros campos cuando es necesario abordar la organización política de la
sociedad. Por lo que se debe aclarar que significa.
En ciencia política, el sistema político define la organización de la sociedad. Esto significa
sus estructuras políticas y cómo funciona el proceso de toma de decisiones vinculantes.
El sistema político incluye las instituciones, las normas, los cargos oficiales, etc. Articulan
toda la organización política de la sociedad y, al hacerlo, también limitan y dan forma al
proceso político. En resumen, el sistema político define quién y cómo gobierna el país.
Además, el sistema político está relacionado con el alcance de sus instituciones. Eso implica
su capacidad para regular el conflicto social. Como veremos, cada sistema político difiere de
otros en las funciones de gobierno.
En general, todo sistema político determina las relaciones de poder en la sociedad. Cómo se
organizan y actúan. También define las fuentes de legitimidad del régimen político. De este
modo, dispone cómo se producen esas relaciones de poder y, sobre todo, cómo se accede al
poder.
Por lo tanto, el sistema político desempeña un papel esencial en el establecimiento de las
relaciones entre la sociedad y el gobierno.
El término sistema político resultó útil para referirse a la organización política de cualquier
sociedad. Eso explica que se utilice tan ampliamente en muchos campos diferentes más allá
de la ciencia política, como la sociología, el periodismo, la historia, la antropología, etc.
En definitiva, el término sistema implica la existencia de un conjunto de elementos
interrelacionados que constituyen una unidad superior. Este concepto aplicado al ámbito
político ayuda a comprender la organización y el funcionamiento de cualquier formación
social. Y al mismo tiempo, explica la dinámica de la política a nivel nacional. Esto demuestra
por qué el término sistema político se ha hecho tan exitoso y popular.
Tipos de sistemas políticos
Ahora, es el momento de abordar cuántos tipos de sistemas políticos existen.
El primer escollo en nuestro camino para enumerar los tipos de sistemas políticos es la gran
cantidad de clasificaciones diferentes que encontramos. Desde Platón, cada autor que ha
abordado cuestiones políticas ha establecido su propia categorización. Por lo tanto, se trata
de una tarea difícil, pero a pesar de ello, podemos decir algo.
Normalmente, los sistemas políticos se identifican con determinadas formas de Estado. Sin
embargo, esta es una perspectiva sesgada porque existen otros tipos de organizaciones
políticas. Es el caso de muchas sociedades primitivas que tenían sistemas políticos no
centralizados. Pueden ser formaciones como la sociedad de bandas o la tribu. En estas
últimas, había algunas instituciones por su mayor tamaño, pero no un órgano de gobierno.
Entre los sistemas políticos centralizados, están las jefaturas. Son un tipo de organización
basada en el parentesco. En estos casos, los miembros de una aristocracia monopolizan el
poder. La estructura de estas organizaciones difiere según su tamaño y complejidad. Además,
existen instituciones permanentes que desarrollan funciones de gobierno e incluyen varias
comunidades bajo el control continuo de un jefe supremo.
Un tipo de sistema político más sofisticado es el Estado soberano. Destaca por sus
instituciones de gobierno permanentes e impersonales, además de un territorio y la capacidad
de entablar relaciones con otros estados soberanos.
Por último, pero no menos importante, encontramos los imperios como otro tipo de sistema
político. Son estados extendidos bajo un único gobierno y reivindican una misión universal.
Cómo funciona un sistema político
¿Cómo funciona un sistema político? Esta pregunta es crucial. Pero la respuesta puede ser
chocante. Depende de cada sistema, por lo que no funcionan exactamente igual, ya que
organizan la sociedad con diferentes estructuras políticas. En algunos casos, el proceso de
toma de decisiones recae en unas pocas personas o incluso en una sola. En otras ocasiones,
pueden ser muchas personas reunidas en una cámara. Y lo mismo podemos decir de los
procedimientos para tomar decisiones, la aplicación de dichas decisiones, la forma de acceder
a los puestos oficiales, etc.
Concepto de William Lapierre
Jean William Lapierre consideró el sistema político como un conjunto de procesos de
decisión política que afectan a toda la sociedad.
Lapierre hace una definición basada en el trabajo de Easton, pero tratando de disminuir su
generalidad:
"Un sistema político es un conjunto de procesos de decisión que conciernen al conjunto de
una sociedad global"
Jean William Lapierre, El análisis de los sistemas ,1976.
En este concepto está implícita la distinción entre dos grandes categorías de decisiones: las
que se refieren a la coordinación o regulación de las relaciones entre grupos particulares, y
las que corresponden a acciones colectivas que comprometen o movilizan a toda la sociedad
global, siendo las segundas, las que conforman el sistema político. Sin embargo, esta
afirmación ha sido criticada por parecer un objetivo prescriptivo más que una descripción de
la realidad, ya que hay decisiones que llamamos colectivas, y que por tanto forman parte del
sistema político, no afectan ni implican a toda la sociedad global.
¿Qué es ser ciudadano?
En esta obra habla de cómo las innovaciones sociales que aparecieron a finales del siglo XX
han podido transformar el modo de organización del poder y la regulación política. Por
ejemplo, innovaciones en las relaciones entre sexos y generaciones, en la relación con el
medio natural, en las relaciones de producción y de intercambio, en las técnicas de
comunicación, en las relaciones entre comunidades de culturas diferentes. Frente a esos
cambios él nos cuenta que los ciudadanos del siglo XXI, a quienes se les acusa hoy de
incivismo y de apoliticismo, tendrán que inventar nuevas formas de organización del sistema
político, a través de movimientos sociales y luchas políticas. Y las apuestas de esas luchas,
afirma, serán siempre las de la democracia.
Incivismo: Esta palabra en la actualidad se encuentra desusada, se entiende como la carencia,
falta o la privación de civismo, civilidad, sociabilidad, cortesía, urbanidad, educación o
cultura y también del comportamiento o la obra respetuoso basado en sus normas.
Apoliticismo: Actitud o ideología que se desentiende de la política.
Vivir sin Estado
En este trata de explicar la formación del Estado de la siguiente manera: "¿Podemos
defendernos sin un Estado? ¿No es simplemente para sobrevivir que ciertas sociedades
humanas han terminado organizándose políticamente en estados? ¿Es una sociedad sin
Estado capaz de reaccionar ante la agresión de una sociedad al Estado de otra forma que no
sea la huida o la resignación pasiva?". Y explica el gran progreso experimentado por la forma
del Estado en el proceso de descolonización del siglo XX, la afirmación de que el estado ha
sido experimentado por los pueblos colonizados como una defensa.
Jean-William Lapierre muestra que el Estado, de hecho, no es el único modo de organización
social que han conocido las sociedades humanas. Clasifica los grados de organización
política de las sociedades según la autoridad a la que se confiere el poder en sus sociedades.
Los niveles 1 y 2 corresponden a sociedades con poder político difuso, sin
mediación. Niveles 3 y 4 a sociedades en las que el poder político está confiado a una
autoridad pero que sólo funciona como árbitro y mediador. Los niveles 5 y 6 tienen un poder
político menos difuso y especializado, individuos con tareas políticas específicas y un líder.
El nivel 7 corresponde a una sociedad en la que el poder político está individualizado y muy
diferenciado. Nivel 8 a un poder político institucionalizado, consagrado en reglas que
perduran, y que es ejercido por una red de clientes como en el estado feudal. Finalmente, el
nivel 10 es un poder político institucionalizado, ejercido a través de una administración
especializada y jerárquica; como Atenas, El Imperio Inca, actual Europa Occidental, etc. Así,
los niveles 8 y 9 solo conciernen a la forma del Estado.
-Lapierre (Jean-William): El análisis de los sistemas políticos. –
En L'analyse des systèmes politiques, Jean-William Lapierre desea "arriesgarse y no
instalarse en la comodidad intelectual” para estudiar los "riesgos calculados". Por "riesgos
calculados", el autor se refiere a las decisiones políticas porque considera que el ejercicio del
poder es la capacidad de decidir, es decir, de expresar una opción a pesar de las
incertidumbres. Entender cómo se toman las decisiones es, por tanto, el primer paso en el
análisis de los sistemas políticos, sistemas de toma de decisiones de los que depende el
equilibrio de las sociedades globales. La reflexión se basa en los esquemas clásicos
inspirados en la cibernética (La cibernética es el estudio interdisciplinario de la estructura de
los sistemas reguladores. En otras palabras, es la ciencia que estudia los flujos de
energía estrechamente vinculados a la teoría de control y a la teoría de sistemas.1 Tanto en sus
orígenes como en su evolución, en la segunda mitad del siglo XX, la cibernética es igualmente
aplicable a los sistemas físicos y sociales. Los sistemas complejos afectan su ambiente externo
y luego se adaptan a él. En términos técnicos, se centra en funciones de control y comunicación:
ambos fenómenos externos e internos del/al sistema.) y las teorías de la comunicación, pero
el análisis de los sistemas políticos no se limita a una simple síntesis de los grandes pioneros
del sistemismo -como К. Deutsch, D. Easton, entre otros; su presentación no está exenta de
críticas.
Esto no obvia la necesidad de detenerse en su presentación de los sistemas políticos. La
interacción y la retroalimentación son los conceptos en torno a los cuales se estructura el
análisis: se explican las interacciones entre las distintas actividades sociales, es decir, entre
los sistemas sociales. Cualquier cambio en uno de ellos -el económico, por ejemplorepercute en los demás -social, cultural, etc.-. - Sin embargo, el sistema político por sí solo
se autorregula y se transforma. Es el "solucionador de problemas" cuya intervención remedia
las tensiones que surgen en o entre los sistemas; filtra sus demandas en función de los
recursos y limitaciones del entorno. Las demandas, los recursos y las limitaciones (inputs)
entran en el sistema político que produce decisiones (outputs); los inputs y los outputs
representan la interacción entre el entorno y el sistema. (Poner grafica de inputs, outputs)
El sistema sabe tener en cuenta las interacciones anteriores en sus decisiones, y esta
retroalimentación hace posible la autorregulación. Lo que entra en el sistema, lo que sale de
él: estas son las tres etapas del trabajo. Este marco de investigación, fiel a las presentaciones
clásicas del análisis de sistemas, no significa una fidelidad total a los libros maestros del
sistemismo. Aunque se cita a menudo a D. Easton, se critican algunos de sus conceptos: por
ejemplo, el concepto de "necesidades" sociales, utilizado en relación con las demandas
políticas, revela un análisis inspirado en la psicología colectiva.
Por otra parte, la división de la sociedad en sistemas no corresponde, en la obra de J.W.
Lapierre, a la clasificación de D. Easton; J.W. Lapierre distingue cinco sistemas que
implican cinco grupos de fenómenos: 1. los fenómenos de reproducción social
(la reproducción social o el proceso de transferir aspectos de la sociedad (como la clase)
entre generaciones.) (Ej: reproducción de las clases sociales. reproducción humana.
reproducción económica (reproducción del modo de producción, reproducción de la fuerza de
trabajo, reproducción de las relaciones de producción). reproducción educativa. reproducción
cultural. reproducción política (reproducción del poder, reproducción de la ideología).
y de renovación de una población; 2. los fenómenos ligados a la ocupación de un territorio
-modos de asentamiento, movimientos de población, etc.; 3. los fenómenos de producción e
intercambio de bienes; 4. los fenómenos de comunicación: lingüísticos, estéticos, éticos, etc.;
5. - Por último, los fenómenos políticos, caracterizados por los procesos de toma de
decisiones relativos a la sociedad global. De este modo, se definen cuatro sistemas
fundamentales: el sistema biopscicosocial o socio-genético (Imagen) ; el sistema económico
(Imagen); el sistema cultural (Imagen); el sistema político (Imagen). Un rápido repaso a las
críticas habituales que se hacen al análisis de sistemas (explicación estática, descuido del
estudio del cambio social, etc.) lleva a J. W. Lapierre a cuestionar la problemática de D.
Easton basada en la persistencia del sistema. Denuncia que su enfoque está "distorsionado
por la ideología del consenso". porque se ocultan las primeras tensiones, conflictos y clivajes
inherentes a cualquier sociedad. Sin embargo, lejos de descuidar las tensiones sociales, el
análisis de los sistemas políticos cuestiona la idea de una sociedad en equilibrio. ¿Por qué se
produce el cambio social? ¿Cuándo se produce? ¿Cómo se produce? Todas estas preguntas
se refieren al problema del cambio.
Con el objetivo de hacer retroceder los límites del análisis sistémico, J. W. Lapierre desea
reorientar la ciencia política a través de la antropología. Deliberadamente, presenta una
abundante cosecha de ilustraciones en las que las sociedades primitivas ocupan un gran
lugar. Los problemas de los Ifnagos de Filipinas, los Commanches (Los comanches (en
idioma comanche, nʉmʉnʉʉ) son una tribu amerindia nativa de la Comanchería, territorio
histórico que comprendería el noroeste de Texas y las áreas adyacentes del este de Nuevo
México, sudeste de Colorado, suroeste de Kansas, oeste de Oklahoma y norte de
Chihuahua.) o los Kwakiutls se confrontan con acontecimientos recientes de nuestras
sociedades - Checoslovaquia en 1968, Hungría en 1956 o Francia en 1968 - así como con
ejemplos históricos - la Iglesia cristiana en la Edad Media, el poder de los Shogunes en
Japón. (En el Japón medieval, los shogunes eran dictadores militares que gobernaban el
país por medio de un sistema feudal, en el que se intercambiaba el servicio militar y la
lealtad del vasallo por el patronazgo del señor).
. El estudio paralelo de estos casos permite a J. W. Lapierre esbozar una serie de proyectos
de estudio: por ejemplo, sugiere investigar cómo se forman los estereotipos culturales -la
imagen del buen rey San Luis bajo un roble en Vincennes (el caballero, el de piedad insigne,
el bondadoso patriarca, el santo, el gigante), la representación del jefe arrogante y tiránico
entre los kwakiutl- que guían a los titulares del poder en cada sociedad.
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Gaudium Press
San Luis Rey, el caballero, el de piedad insigne, el bondadoso patriarca, el santo, el gigante
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