Liderazgo en el grupo. Problemas y factores especiales para los terapeutas principiantes. . . Presencia: La presencia emocional significa ser movido por la alegría y el dolor que experimentan los otros. La presencia conlleva también "estar allí” para los miembros, lo que implica preocupación genuina y voluntad para participar en su mundo psicológico. Ansiedad Inicial: Antes de dirigir su primer grupo sin ninguna duda se sentirá ansioso por hacer que empiece el grupo y por mantenerlo en marcha. La ansiedad moderada puede ser beneficiosa porque puede conducir a una autovaloración honesta. Destrezas de liderazgo de grupos: como la mayoría de las destrezas, las destrezas de liderazgo necesitan ser aprendidas y practicadas. Poder personal: Implica la confianza en sí mismo y la conciencia de la influencia propia sobre los otros. Si los terapeutas de grupo no perciben la sensación de poder en sus propias vidas les será difícil facilitar el movimiento de los miembros hacia la adquisición de dicho poder. Ansiedad Inicial: Antes de dirigir su primer grupo sin ninguna duda se sentirá ansioso por hacer que empiece el grupo y por mantenerlo en marcha. La ansiedad moderada puede ser beneficiosa porque puede conducir a una autovaloración honesta. Valentía: Los terapeutas efectivos son conscientes de que deben mostrar valentía en sus interacciones con los miembros del grupo y de que no pueden esconderse tras su rol especial de terapeuta. Auto-Apertura: Para los terapeutas principiantes este factor tiene aún mayor relevancia. Aunque el contenido y el momento de lo relatado son factores que determinan la idoneidad de la auto apertura, el problema reside en la cantidad. Persona. Los terapeutas llevan a todos los grupos sus cualidades, valores y experiencias vitales personales. Para favorecer el crecimiento en las vidas de los miembros, los terapeutas deberán vivir sus propias vidas orientadas hacia el crecimiento. El terapeuta deberá disponer del coraje para desarrollar una autoexploración. Si esperan inspirar a otros a abandonar sus formas de ser amortiguadas, deben tener la voluntad de buscar nuevas experiencias para ellos mismos. Imaginación y creatividad: Los terapeutas creativos y con imaginación se muestran abiertos a nuevas experiencias y a estilos de vida y valores que difieren de los suyos propios. Confianza y entusiasmo en el proceso grupal: El entusiasmo que los terapeutas transmitan a sus grupos puede tener una cualidad contagiosa. El terapeuta o terapeutas deben mostrar ilusión por su trabajo y satisfacción por encontrarse con los grupos. Voluntad para confrontarse consigo mismo: El principal factor es la voluntad de formular preguntas continuamente con el fin de determinar el grado de honestidad propia sobre sus motivaciones para seguir siendo terapeuta de grupo. Sinceridad y autenticidad: La autenticidad implica la voluntad de abrirse apropiadamente y compartir los sentimientos y las reacciones con lo que suceda en el grupo. Psicoterapia de grupos. Leslie Jaqueline Murcia Paz. 3003-18-25900. Manejo de Miembros Difíciles: Cuando los terapeutas principiantes se encuentran con miembros que presentan mucha resistencia, a menudo adoptan el problema de forma personal. Aprender a manejar terapéuticamente la resistencia en las diversas formas que ésta adopta, es un desafío fundamental de los terapeutas de grupo. El Manejo de las Reacciones Propias ante la Resistencia de los Miembros: Cuando los miembros del grupo muestran una conducta que usted considera problemática, debe ser consciente de la tendencia a responder con sentimientos fuertes. Una Perspectiva Integradora de las Destrezas del Terapeuta de Grupo. El Terapeuta del Grupo como Profesional. Personalidad y Carácter. El Terapeuta del Grupo como Escucha activa: implica prestar toda la atención al hablante y ser sensible al mensaje comunicado tanto a nivel verbal como no verbal. Su capacidad para escuchar lo que se le comunique mejora en la medida que aumenta su pericia. Parafraseo: implica retransmitir con otras palabras lo que alguien ha manifestado con el fin de aclarar el significado tanto para el emisor como para el grupo. Clarificación: implica responder a los aspectos confusos de un mensaje centrándose en aquellos subyacentes y ayudando a la persona a percibir los sentimientos conflictivos. Síntesis: la destreza para resumir todos los elementos importantes de la interacción grupal o parte de una sesión se conoce como síntesis. Esta habilidad es particularmente útil al cambiar de un tema a otro. Preguntas: bombardear a los miembros con una pregunta después de la otra no conduce a resultados productivos y puede tener incluso un impacto negativo sobre la interacción grupal. Interpretación: el terapeuta interpreta cuando ofrece posibles explicaciones sobre un pensamiento, sentimiento o conducta del participante. Confrontación: la confrontación puede ser una fórmula valiosa para incitar a los miembros a ser más honestos consigo mismo. Reflejo de sentimientos: reflejar los sentimientos es la habilidad para responder a la esencia de lo que comunica la persona. El fin es hacer saber a los miembros que son escuchados y comprendidos. Apoyo: apoyar significa proporcionar ánimo y refuerzo a los miembros del grupo especialmente cuando examinan sentimientos dolorosos y cuando adoptan riesgos. . Empatía: el núcleo de la habilidad de la empatía reside en la capacidad del terapeuta para captar sensiblemente el mundo subjetivo del participante y sin embargo mantener su propia entidad. Facilitación: va dirigida a potenciar la experiencia grupal y a capacitar a los miembros para que alcancen sus metas. Iniciación: incluyen el empleo del catalizador para conseguir que los miembros se concentren en el trabajo significativo. Definición de metas: ayudan a los miembros del grupo a seleccionar y clarificar sus propias metas específicas. Evaluación: proceso continuo que transcurre de principio a fin a lo largo del proceso grupal. Al finalizar cada sesión el terapeuta debe evaluar lo sucedido en el grupo en su totalidad y en cada miembro en particular. Feedback: consiste en proveer de una evaluación realista sobre el modo en que está siendo percibida una persona. Creencias y actitudes: Los terapeutas eficaces reconocen y entienden sus propios valores, sesgos, actitudes etnocéntricas y presunciones sobre la conducta humana. No permiten que sus valores o problemas personales interfieran en su trabajo con clientes culturalmente diferentes de ellos. Conocimiento: Los profesionales culturalmente competentes poseen ciertos conocimientos. Tienen conocimientos sobre su propia herencia cultural y racial y sobre el modo en que ésta influye personal y profesionalmente. Destrezas y estrategias de intervención: Los terapeutas efectivos han adquirido ciertas destrezas para trabajar con poblaciones culturalmente diversas. La terapia multicultural se potencia cuando los terapeutas emplean métodos y estrategias y definen metas coherentes con las experiencias vitales y los valores culturales de sus clientes. Sugerencia: intervención diseñada para ayudar a los participantes a elaborar un curso alternativo de pensamiento o acción. Protección: sin asumir una actitud paternal hacia el grupo, los terapeutas deben ser capaces de salvaguardar a los miembros de los riesgos físicos y psíquicos innecesarios asociados a su pertenencia al grupo. Apertura propia: consiste en saber qué. Cuánto, cuándo y cómo revelar. Si el terapeuta revela adecuadamente, los efectos sobre el grupo tenderán a ser positivos porque los miembros pueden imitarle y dejarse conocer. Modelado: los integrantes aprenden por observación de la conducta del terapeuta. Si el terapeuta valora la honestidad, el respeto mutuo, la confianza, el riesgo adoptado y el asertividad, puede potenciar estas cualidades en los miembros demostrándolas frente al grupo. Vinculación: una forma de favorecer la interacción de los miembros es localizar los temas que surgen en el grupo y conectar éstos con el trabajo que ejecutan los miembros. Bloqueo: hace referencia a la intervención del terapeuta para dar fin a las conductas contraproducentes presentes en las sesiones del grupo. Finalización: los terapeutas deben aprender el modo y el momento de concluir su trabajo con los individuos y con los grupos. Resumen: Liderazgo en el grupo. El Terapeuta del Grupo como Persona: Los terapeutas de grupo pueden adquirir conocimientos teóricos y prácticos extensivos sobre dinámicas grupales, pueden disponer de una amplia formación en procedimientos técnicos y diagnósticos y sin embargo seguir siendo poco efectivos en la estimulación al crecimiento y cambio de los miembros del grupo. Los terapeutas llevan a todos los grupos sus cualidades, valores y experiencias vitales personales. Para favorecer el crecimiento en las vidas de los miembros, los terapeutas deberán vivir sus propias vidas orientadas hacia el crecimiento. Si desean potenciar la auto investigación honesta de los otros, deberán disponer del coraje para desarrollar una autoexploración. Si esperan inspirar a otros a abandonar sus formas de ser amortiguadas, deben tener la voluntad de buscar nuevas experiencias para ellos mismos. En resumen, la dirección de grupo más efectiva es la reflejada por el tipo de vida que los miembros del grupo ven demostrar al terapeuta y no por las palabras que le oyen decir. Personalidad y Carácter. • Presencia: La presencia emocional significa ser movido por la alegría y el dolor que experimentan los otros. Si los terapeutas reconocen y expresan sus propias emociones, pueden implicarse emocionalmente más con los otros. La presencia conlleva también "estar allí” para los miembros, lo que implica preocupación genuina y voluntad para participar en su mundo psicológico. Estar presente significa que los terapeutas no se fragmentan cuando llegan a la sesión grupal, que no se preocupan por otros asuntos y que están abiertos a las reacciones del grupo. • Poder personal: Implica la confianza en sí mismo y la conciencia de la influencia propia sobre los otros. Si los terapeutas de grupo no perciben la sensación de poder en sus propias vidas les será difícil facilitar el movimiento de los miembros hacia la adquisición de dicho poder. En resumen, no es posible transmitir a otros lo que uno mismo no posee. Debería subrayarse que el poder no implica dominio y explotación de los otros, lo que sería abuso de poder. Los terapeutas de grupo son en algunos momentos una fuente importante de inspiración para los miembros que luchan por ser las personas poderosas que son capaces de ser. • Valentía: Los terapeutas efectivos son conscientes de que deben mostrar valentía en sus interacciones con los miembros del grupo y de que no pueden esconderse tras su rol especial de terapeuta. Muestran valentía adoptando riesgos en el grupo y admitiendo sus errores, mostrándose vulnerables de vez en cuando, confrontándose a los otros y revelando sus propias reacciones a quienes se enfrentan, actuando en base a intuiciones y creencias, discutiendo con el grupo sus pensamientos y sentimientos sobre el proceso grupal y mostrando voluntad por compartir su poder con otros miembros del grupo. • Voluntad para confrontarse consigo mismo: la auto confrontación es un proceso continuo y no existen respuestas simples para estas preguntas. El principal factor es la voluntad de formular preguntas continuamente con el fin de determinar el grado de honestidad propia sobre sus motivaciones para seguir siendo terapeuta de grupo. Una de las principales tareas del terapeuta consiste en promover la autoexploración de los clientes. Como los terapeutas no pueden esperar que los participantes hagan algo que ellos mismos no están preparados para hacer, deben mostrar que tienen voluntad de cuestionarse a sí mismos. ¿por qué dirijo grupos? ¿qué obtengo de esta actividad? ¿por qué me comporto de este modo en el grupo? ¿qué impacto producen mis actitudes, valores, sesgos, sentimientos y conductas en el resto de las personas del grupo? ¿cuáles de mis necesidades se satisfacen a través de mi rol como terapeuta del grupo? ¿uso en alguna ocasión los grupos que dirijo para satisfacer mis necesidades personales a expensas de las necesidades de los miembros? • Sinceridad y autenticidad: Es posible ser auténtico sin compartir cualquier pensamiento absurdo, fantasía o reacción. la autenticidad es un familiar muy cercano a la sinceridad. Los terapeutas auténticos no viven bajo pretextos y no se esconden tras máscaras, defensas, roles estériles y fachadas. La autenticidad implica la voluntad de abrirse apropiadamente y compartir los sentimientos y las reacciones con lo que suceda en el grupo. La autenticidad no implica "dejar que salga todo" indiscriminadamente. • Sentido de identidad: Cuando las personas viven en base a identidades fingidas sus vidas dejan de tener sentido. Un grupo efectivo puede ser fundamental para retar a los miembros a crear proyectos que proporcionen un nuevo significado a sus vidas. los terapeutas para poder ayudar a los miembros del grupo a descubrir quienes son, deberán disponer de un sentido claro de su propia identidad. Esto implica conocer los propios valores y vivir en base a patrones internamente derivados y no en base a expectativas ajenas. • Confianza y entusiasmo en el proceso grupal: El entusiasmo que los terapeutas transmitan a sus grupos puede tener una cualidad contagiosa. El terapeuta o terapeutas deben mostrar ilusión por su trabajo y satisfacción por encontrarse con los grupos. La falta de entusiasmo de un terapeuta se refleja normalmente en la falta de interés de los miembros para acudir a las sesiones grupales y en la resistencia a desempeñar un trabajo significativo. • Imaginación y creatividad: Una de las principales ventajas del trabajo grupal es que ofrece muchas posibilidades para la imaginación. Muchos grupos específicos surgen a partir de la voluntad del terapeuta de plantear una lluvia de ideas. Los terapeutas creativos y con imaginación se muestran abiertos a nuevas experiencias y a estilos de vida y valores que difieren de los suyos propios. Problemas y factores especiales para los terapeutas principiantes. Ansiedad inicial: Antes de dirigir su primer grupo sin ninguna duda se sentirá ansioso por hacer que empiece el grupo y por mantenerlo en marcha. La ansiedad moderada puede ser beneficiosa porque puede conducir a una autovaloración honesta. Auto apertura: Muchos terapeutas de grupo se enfrentan al problema de la auto apertura. Para los terapeutas principiantes este factor tiene aún mayor relevancia. Aunque el contenido y el momento de lo relatado son factores que determinan la idoneidad de la auto apertura, el problema reside en la cantidad. No es anormal tender hacia los extremos, revelando en exceso o en defecto. • Manejo de miembros difíciles: Cuando los terapeutas principiantes se encuentran con miembros que presentan mucha resistencia, a menudo adoptan el problema de forma personal. Aprender a manejar terapéuticamente la resistencia en las diversas formas que ésta adopta, es un desafío fundamental de los terapeutas de grupo. • El manejo de las reacciones propias ante la resistencia de los miembros: Cuando los miembros del grupo muestran una conducta que usted considera problemática, debe ser consciente de la tendencia a responder con sentimientos fuertes. Puede sentirse amenazado por aquellos miembros que dominan y tratan de controlar el grupo, puede sentirse enfadado con los miembros que muestran una conducta resistente, puede responsabilizar al grupo en general o a ciertos clientes en particular por el ritmo lento o la falta de productividad del grupo y puede adoptar de forma personal cualquier signo de resistencia. • El reto de manejar un sistema: La mayoría de los grupos que usted dirija se encontrarán bajo los auspicios de algún tipo de institución como un sistema escolar, una organización comunitaria de salud mental, un hospital psiquiátrico, una clínica o un centro de rehabilitación local o estatal. Al dirigir grupos en un entorno institucional, uno descubre rápidamente que el dominio de la teoría y práctica del liderazgo de grupos no garantiza el éxito de los grupos. Ser capaz de manejar con efectividad las demandas y normas institucionales en algunos momentos puede ser tan importante como ser un profesional competente. El terapeuta del grupo como profesional. 1. Destrezas de liderazgo de grupos: Es un error asumir que cualquier persona con ciertas cualidades personales y el deseo de ayudar a los demás puede ser un terapeuta efectivo de grupos. El liderazgo efectivo requiere destrezas específicas y la adecuada ejecución de ciertas funciones. Como la mayoría de las destrezas, las destrezas de liderazgo necesitan ser aprendidas y practicadas. 2. Escucha activa: implica prestar toda la atención al hablante y ser sensible al mensaje comunicado tanto a nivel verbal como no verbal. Su capacidad para escuchar lo que se le comunique mejora en la medida que aumenta su pericia. Muchos terapeutas cometen el error de centrarse insistentemente en el contenido y al hacerlo, no prestan atención suficiente al modo en que se expresan los miembros del grupo. Ser un terapeuta hábil conlleva recoger las claves significativas proporcionadas por los miembros a través de su estilo de discurso, gesto corporal, gestos, calidad de voz y manierismos. 3. Parafraseo: extensión de la escucha. Implica retransmitir con otras palabras lo que alguien ha manifestado con el fin de aclarar el significado tanto para el emisor como para el grupo. El parafraseo efectivo capta el significado nuclear del mensaje de la persona, clarifica el significado de lo dicho y elimina así cualquier posible ambigüedad. Al captar la esencia del mensaje de un miembro y reflejarlo de vuelta, el terapeuta ayuda a la persona a continuar su proceso de autoexploración en un nivel más profundo. 4. Clarificación: extensión de la escucha activa. Implica responder a los aspectos confusos de un mensaje centrándose en aquellos subyacentes y ayudando a la persona a percibir los sentimientos conflictivos. A menudo los miembros dicen presentar sentimientos ambivalentes o estar sintiendo muchas cosas a la vez. La clarificación ayuda a los participantes a entender sus sentimientos de tal forma que puedan concentrarse más exactamente en la experiencia del momento. 5. Síntesis: La destreza para resumir todos los elementos importantes de la interacción grupal o parte de una sesión se conoce como síntesis. La síntesis, motiva a los participantes a pensar en lo aprendido o experimentado durante la sesión y en las posibles formas de aplicarlo a la vida cotidiana. Al finalizar la sesión el terapeuta puede proceder a sintetizar la sesión brevemente y solicitar a cada miembro que resuma lo sucedido, cuáles han sido los puntos álgidos de la sesión y cómo han respondido a la interacción. 6. Preguntas: Preguntar es probablemente la técnica de la que tienden a abusar los terapeutas principiantes. Bombardear a los miembros con una pregunta después de la otra no conduce a resultados productivos y puede tener incluso un impacto negativo sobre la interacción grupal. Existen multitud de problemas asociados al uso inadecuado de preguntas. 7. Interpretación: El terapeuta interpreta cuando ofrece posibles explicaciones sobre un pensamiento, sentimiento o conducta del participante. Cuando se ofrece a modo de hipótesis sobre determinados patrones de conducta, la interpretación puede ayudar al individuo a considerar nuevas perspectivas y alternativas. 8. Confrontación: La confrontación puede ser fácilmente considerada como ataque. Esa es la razón por la cual los terapeutas experimentados sólo confrontan cuando se preocupan e interesan por la persona y le dan la oportunidad de considerar lo dicho. puede ser una fórmula valiosa para incitar a los miembros a ser más honestos consigo mismo. 9. Reflejo de sentimientos: habilidad para responder a la esencia de lo que comunica la persona. El fin es hacer saber a los miembros que son escuchados y comprendidos. El reflejo depende de la atención, del interés, de la comprensión y del respeto por la persona. Cuando se refleja eficazmente, se potencia el contacto y la implicación; sentirse comprendido y lograr una perspectiva más clara de los sentimientos propios refuerza y estimula a la persona para adquirir una mayor conciencia propia. 10. Apoyo: El apoyo es particularmente útil cuando las personas se enfrentan a una crisis, cuando se aventuran hacia un territorio nuevo, cuando intentan librarse de conductas improductivas y establecer nuevas conductas y cuando tratan de implantar en sus vidas cotidianas lo aprendido en el grupo. Apoyar significa proporcionar ánimo y refuerzo a los miembros del grupo especialmente cuando examinan sentimientos dolorosos y cuando adoptan riesgos. Un terapeuta puede proporcionar apoyo estando presente en el momento oportuno. Esta presencia requiere la combinación de destrezas: escuchar activamente lo que se dice, estar presente psicológicamente con el cliente y responder de forma que anime al cliente a continuar trabajando y a avanzar 11. Empatía: El núcleo de la habilidad de la empatía reside en la capacidad del terapeuta para captar sensiblemente el mundo subjetivo del participante y sin embargo mantener su propia entidad. Para empatizar con la debida efectividad, el terapeuta debe cuidar y respetar a los miembros del grupo. La experiencia y otros antecedentes pueden ayudar al terapeuta a identificarse con los miembros. 12. Facilitación: La facilitación va dirigida a potenciar la experiencia grupal y a capacitar a los miembros para que alcancen sus metas. Las destrezas de facilitación conllevan la apertura de comunicación clara y directa entre los participantes y la ayuda suficiente para que asuman progresivamente más responsabilidad en la dirección del grupo. 13. Iniciación: Las destrezas de iniciación por parte del terapeuta evitan que el grupo ondee sin rumbo ni dirección. Estas destrezas incluyen el empleo del catalizador para conseguir que los miembros se concentren en el trabajo significativo, implican conocer el modo de aplicación de diversas técnicas que potencien la autoexploración más profunda y vincular los diversos temas examinados en el grupo. Aunque la dirección del terapeuta puede centrar el grupo y mantenerlo en marcha, el exceso de dirección puede conducir a la pasividad de los miembros. 14. Definición de metas: elemento básico de la terapia grupal. Advierta que los terapeutas no definen las metas de los clientes; ayudan a los miembros del grupo a seleccionar y clarificar sus propias metas específicas. Aunque establecer metas sea especialmente importante durante los estadios iniciales del grupo, según avancen las sesiones el terapeuta animará a los participantes a revisar sus metas, modificarlas si es necesario y determinar el grado en que las está logrando. 15. Evaluación: La evaluación es un proceso continuo que transcurre de principio a fin a lo largo del proceso grupal. Al finalizar cada sesión el terapeuta debe evaluar lo sucedido en el grupo en su totalidad y en cada miembro en particular. Los terapeutas deben enseñar a los participantes a autoevaluarse y a adoptar el movimiento y la dirección de su grupo. 16. Feedback: El terapeuta experimentado proporciona feedback específico y sincero basándose en su observación y reacción a las conductas de los miembros y potencia que los miembros se proporcionen feedback entre sí. El objetivo del feedback consiste en proveer de una evaluación realista sobre el modo en que está siendo percibida una persona. La destreza que se requiere para proporcionar un feedback productivo está implícita en la presentación aceptable y merecedora de consideración del feedback. 17. Sugerencia: forma de intervención diseñada para ayudar a los participantes a elaborar un curso alternativo de pensamiento o acción. Puede adoptar muchas formas algunas de las cuales pueden ser dar información y consejo, asignar tareas para casa, solicitar a los miembros que piensen en experimentos que pueden intentar dentro y fuera del grupo y animar a los miembros a observar una situación desde una perspectiva diferente. 18. Protección: los terapeutas deben ser capaces de salvaguardar a los miembros de los riesgos físicos y psíquicos innecesarios asociados a su pertenencia al grupo. Aunque el mero hecho de participar en un grupo no conlleva ciertos riesgos, los terapeutas pueden intervenir cuando perciben que puede derivarse algún daño psicológico de una serie de interacciones grupales. 19. Apertura propia: La habilidad consiste en saber qué. Cuánto, cuándo y cómo revelar. Si el terapeuta revela adecuadamente, los efectos sobre el grupo tenderán a ser positivos porque los miembros pueden imitarle y dejarse conocer. Si el terapeuta hace excesivas revelaciones apresuradamente, los efectos pueden ser adversos porque los miembros no son capaces de manejar tanta confianza con comodidad. 20. Modelado: Los miembros del grupo aprenden por observación de la conducta del terapeuta. Si el terapeuta valora la honestidad, el respeto mutuo, la confianza, el riesgo adoptado y la asertividad, puede potenciar estas cualidades en los miembros demostrándolas frente al grupo. 21. Vinculación: Animan a los miembros a dirigirse entre ellos directamente en vez de mirar al terapeuta cuando hablan de otra persona que se halle presente. A menudo los miembros tienen problemas comunes y mediante una vinculación efectiva pueden trabajar juntos en la resolución de sus problemas. Prestando atención a los problemas comunes, el terapeuta puede promover la interacción y aumentar el nivel de cohesión grupal. 22. Bloqueo: hace referencia a la intervención del terapeuta para dar fin a las conductas contraproducentes presentes en las sesiones del grupo. Es una destreza que requiere sensibilidad, honestidad y habilidad para finalizar una actividad sin atacar a la persona que la está ejecutando. El centro de atención debería ser la conducta específica y no la persona en su totalidad. 23. Finalización: Los terapeutas deben aprender el modo y el momento de concluir su trabajo con los individuos y con los grupos. Las destrezas requeridas para finalizar una sesión grupal o concluir con el grupo de forma satisfactoria incluyen sugerir a los miembros la aplicación de lo aprendido o manejado en el grupo a las situaciones cotidianas, efectuar la evaluación y el seguimiento, sugerir otras fuentes de ayuda y estar a disposición del individuo para posibles consultas si surge la necesidad. Una perspectiva integradora de las destrezas del terapeuta de grupo. • Creencias y actitudes: En primer lugar, los terapeutas eficaces reconocen y entienden sus propios valores, sesgos, actitudes etnocéntricas y presunciones sobre la conducta humana. No permiten que sus valores o problemas personales interfieran en su trabajo con clientes culturalmente diferentes de ellos. Tratan de comprender el mundo desde el punto de vista de sus alientes. Respetan las creencias y valores religiosos y espirituales del cliente \ no se incomodan ante las diferencias de raza, etnia, cultura y creencias existentes entre ellos y los clientes. Valoran el bilingüismo y no consideran que otro idioma sea un impedimento para la terapia. • Conocimiento: En segundo lugar, los profesionales culturalmente competentes poseen ciertos conocimientos. Tienen conocimientos sobre su propia herencia cultural y racial y sobre el modo en que ésta influye personal y profesionalmente. Como entienden la dinámica de la opresión, el racismo, la discriminación y los estereotipos son conscientes de los obstáculos institucionales que impiden a las minorías el uso de los servicios comunitarios de salud mental. Conocen los antecedentes históricos, las tradiciones y los valores de los grupos con los que trabajan, así como las estructuras, jerarquías, valores y creencias familiares minoritarias. • Destrezas y estrategias de intervención: En tercer lugar, los terapeutas efectivos han adquirido ciertas destrezas para trabajar con poblaciones culturalmente diversas. La terapia multicultural se potencia cuando los terapeutas emplean métodos y estrategias y definen metas coherentes con las experiencias vitales y los valores culturales de sus clientes. Tales profesionales modifican y adaptan sus intervenciones en el grupo para poder acomodarse a las diferencias culturales. No fuerzan a sus clientes a adecuarse a un enfoque terapéutico. Son capaces de emitir y recibir mensajes verbales y no verbales con exactitud y siempre están dispuestos a adquirir más formación o experiencia para fortalecer su capacidad de trabajo con clientes culturalmente diversos. Conclusión de lectura: El liderazgo en el grupo debe de ser un método bien desarrollado por parte del terapeuta, para que los resultados sean favorables, para esto se deben de contar con valores, carácter, y poseer actitudes que ayuden a mantener la integridad del paciente, el terapeuta debe poseer éticas, empatía, ser creativo para que la terapia de grupo sea efectiva, se debe desarrollar un vinculo de confianza de terapeuta a paciente, el profesional debe de poseer destrezas de liderazgo, parafraseo, clarificación, interpretación, reflejo de sentimiento, entre otras. Como característica de liderazgo, el terapeuta debe de saber como empezar la terapia, debe saber tomar las riendas del grupo para un buen proceso, así mismo, el terapeuta tiene que poseer la capacidad efectiva de saber dónde, cómo y cuándo finalizar el proceso terapéutico de grupo.