Europea y el trato reservado a la inmigración extracomunitaria El presente trabajo trata de recoger algunos de los problemas a los que se enfrentan las personas inmigrantes extracomunitarias dentro de la Unión Europea. Para ello, es necesario subrayar el contexto en el que se desarrolla el fenómeno de la inmigración, afectado no solo por su diversidad, sino también los principales problemas a los que se enfrentan los distintos colectivos (fundamentalmente, los relacionados con la xenofobia, la segregación en el espacio urbano, la falta de respetos a los derechos de las personas inmigrantes). De ahí, podemos recoger algunas recomendaciones con vista a mejorar dichas condiciones de vida; una tarea muy compleja que no admite más dilaciones en su abordaje. La idea de algunas autoridades políticas es la de aplazar todas las decisiones que tienen que ver con la inmigración, no solo por su complejidad que conduce a muchas discusiones estériles, sino también porque no les parece de gran importancia política. Para la política, un tema no parece tener importancia, cuando no permite la obtención de votos de manera inmediata. Pero hay que reconocer que se trata de un tema complejo en cuento a su estudio práctico, porque necesita ser abordado en su conjunto, desde distintos puntos de vista (tanto en los países emisores, como en los países donde residen los inmigrantes). Y una parte muy importante a tener en cuenta es la inmigración. Hay que tomar en consideración las opiniones de las personas inmigrantes. Aquí, la recogida de información tiene un significado especial, porque nos conduce frente al dilema de la inmigración: la necesidad de considerar las opiniones individuales, dentro de la diversidad que caracteriza los distintos colectivos. Sin embargo, se trata de un reto importante que nos puede ahorrar todo tipo de generalizaciones, de estereotipos, sobre la inmigración. De esa manera podemos entender que el tema migratorio abordado desde esa óptica, nos permite visualizar problemas que luego nos permiten comprender que no atañen solo atañen a las personas inmigrantes, sino también a las sociedades emisoras y receptoras en su conjunto. Finalmente, servirá para demostrar que la inmigración no siempre, y/o solo significa “problemas”, sino también beneficios para todas las partes; por lo que su adecuada gestión contribuye al logro de la cohesión social. 1 . 1. Realidad de la inmigración extracomunitaria en España y en Europa: En la actualidad, existen realidades que pocas personas pueden atreverse a discutir. Que se diga que el mundo es grande y diverso culturalmente hablando, es difícil sostener lo contrario. Que esa diversidad caracteriza también a los colectivos de inmigrantes, es otra realidad difícil de negar, incluso en los países donde ese fenómeno tiene poca influencia. Ese último tema (el de la inmigración), debido al auge que ha alcanzado (ya que afecta a los países más desarrollados en general, y a los europeos en particular), viene siendo objeto de estudios. Incluso, todo parece indicar que antes de las migraciones, el mundo ha sido étnicamente y culturalmente diverso; aunque los seres humanos nos hemos empecinado a demostrar lo contrario. Por lo menos, así podemos leer en las siguientes líneas: “Frente a la homogeneidad afirmada e impuesta por el Estado a lo largo de la historia, la mayoría de las sociedades civiles se han constituido históricamente a partir de una multiplicidad de etnias y culturas que han resistido generalmente las presiones burocráticas hacia la normalización cultural y la limpieza étnica. Incluso en sociedades, como la japonesa o la española, étnicamente muy homogéneas, las diferencias culturales regionales (o nacionales, en el caso español), marcan territorialmente tradiciones y formas de vida específicas, que se reflejan en patrones de comportamiento diversos y, a veces, en tensiones y conflictos interculturales”(Zaldívar y Castells, 1992)1. A pesar de todo, en España donde la inmigración ha conocido un crecimiento muy rápido en un lapso muy corto de tiempo, (seguro por el rápido impacto ya visible de la diversidad) se sigue diciendo que se trata de un fenómeno nuevo, poco conocido y poco estudiado. Lo cierto es que si a finales de los 90 del siglo pasado, el fenómeno se caracterizaba por ser reciente (comparándolo con otros países históricamente receptores de inmigrantes), ya en la segunda década del siglo XXI, es inadmisible seguir manteniendo los mismos razonamientos. Primero, porque desde esa época se han hecho muchos estudios sobre el tema (lo contrario significaría que se le ha dado poca importancia al tema), pero luego porque las influencias de otros países impiden hablar de un total desconocimiento sobre el tema. 1 Carlos Alonso Zaldívar y Manuel Castells (1992) "España, fin de siglo", Madrid: Alianza Editorial 1992. 2 1.1. Son diversas las razones para emigrar Todo depende entonces de cómo se quiere definir el término inmigración, la aceptación de los distintos colectivos de inmigrantes que constituyen la diversidad que se quiere ver, o no. Generalmente, se consideran “inmigrantes”, todas las personas trabajadoras que han migrado de países (sobre todo pocos desarrollados) hacia otros países (más desarrollados con necesidad de mano de obra). Este concepto se nos hace cada vez más familiar, a la vez que se acompaña de prejuicios mientras crece el fenómeno. Sin embargo, se trata de un fenómeno social generalizado a nivel mundial, con efectos más positivos que negativos, ya que beneficia no solo a las personas inmigrantes, sino también a sus países de origen y de destino. Por eso, no solo se migra, pero la tendencia es la de quedarse en los países de destino (haciendo cada vez más compleja la sociedad), a la vez que las personas inmigrantes se hacen acompañar por familiares y amigos; y aunque algunas personas suelen guardar la ilusión de regresar a sus país de origen, cuestiones legales y otros contextos sociales pueden constituir un impedimento. Finalmente, las personas inmigrantes inicialmente consideradas como buscadoras de trabajo (la principal causa de su desplazamiento) se ven afectadas por otros problemas relacionados con la reagrupación familiar, la sanidad, la vivienda, la educación de sus hijos, su propia formación (ya que la formación debe ser continua), su relación con la cultura y la religión, pero también su participación (con vista a la integración sociopolítica) en una sociedad que cambia, aunque se resista a admitirlo. En esas condiciones, tomar una decisión no resulta tarea fácil, ya que no depende de la voluntad individual. 1.2. Segregación urbanística y discriminación social en Europa: Hay que subrayar que en España, en Francia, como en los demás países de la Unión Europea (con mayor o menor grado) las grandes ciudades están caracterizadas por su diversidad étnica, pero también por una creciente discriminación social y una segregación urbanística. Significa que en esas urbes, las personas son discriminadas por diversas razones (origen, raza, sexo, color de la piel, etc.). Pero a la vez, existen distintos tipos de discriminación (sociocultural, económica, institucional) con su consecuencia, su segregación en el espacio urbano. La segregación urbanística nos permite hacer las siguientes observaciones: Una desigualdad en los ingresos y prácticas discriminatorias en el mercado de vivienda que conllevan a una concentración de la inmigración en zonas muy determinadas, las más accesibles, pero a la vez las que más rechazo despierta 3 en la población autóctona que llega a abandonarlas, o no quiere visitarlas. Como pretexto, hay quienes hablan de una desvalorización de las zonas. Pero esa concentración y segregación espacial en las periferias, son utilizadas por los distintos colectivos de inmigrantes, no solo para protegerse, sino también para ayudarse y afirmarse como son o quieren ser, Una diversificación de las formas de segregación urbana, como puede ser la que existe entre personas autóctonas e inmigrantes, y la que existe entre los distintos colectivos de inmigrantes. Finalmente, la existencia de esas áreas de segregación significa una casi nula integración (asimilación) pronosticada por las políticas migratorias a favor de las mezclas de cultura (el melting pot de Estados Unidos, por ejemplo que solo ha servido para mezclar a la inmigración de origen europeo). Por eso en Europa donde crecen esas áreas de segregación, crecen también los votos de las corrientes populistas, quizás también una forma de defensa de las minorías discriminadas, en su desesperación para mejorar sus condiciones de vida. Hay que recordar que los orígenes de la Ciudad que conocemos hoy, han surgido fundamentalmente de la necesidad de los distintos grupos humanos de estar más seguros, llegando a construir estructuras socioeconómicas y de poder, para alcanzar ese objetivo (el de lograr su seguridad social). Claro que para ello necesitaban relacionarse con la gente de fuera también, establecer relaciones tanto por dentro como por fuera para no vivir aislados. Así mientras los seres humanos construían fortalezas para sus defensas, iban pensando que de esa manera hacia de su espacio urbano, un lugar seguro para cada miembro de sus grupos, ya que se garantizaba una adecuada manera de vivir a través la urbanidad y la civilización adquiridas por todos. Era su estrategia para eliminar el miedo que tenían de todo lo que venía de fuera, que se resumía en arbitrariedades, incertidumbres, de esos seres humanos que se llegaba a considerar como “enemigos”. De esa manera ha ido evolucionando la ciudad que conocemos hoy, como un espacio urbano, donde la ciudadanía cohabita, llegando a reivindicarse como un derecho para todos los colectivos humanos. Por eso también, a pesar de todas las medidas de seguridad que se van adoptando para las ciudades, perdura el miedo; es decir, a pesar de que las ciudades no son inseguras, perduran los distintos tipos de miedos (que se han multiplicado). Lo que pasa ahora, es que venir de fuera, significa venir de muy lejos (en España en particular, y en la Unión Europea en general), significa la inmigración extracomunitaria. 4 2. Las nuevas formas de migraciones en Europa: Al paso del tiempo, tanto a nivel europeo, como a nivel mundial, los flujos migratorios han ido caracterizándose por su diversidad, haciendo que detrás de cada persona migrante esté un tipo diferente de migración. Varios nuevos factores (entre ellos la globalización, el fin de prohibiciones de salidas) contribuyen a la atracción y a los nuevos dibujos migratorios, ya que no solo se difieren a la antigua forma de migrar para trabajar, sino que han cambiado también las relaciones entre los países emisores y los receptores. Sí, en algunos casos han cambiado positivamente haciendo pensar en una supuesta libertad para migrar; pero en otros casos, podemos encontrar los residuales lazos de cooperación, dificultando los desplazamientos, sobre todo desde países considerados pobres, hacia otros países considerados ricos como los de la Unión Europea. 2-1. La contribución de la globalización en la facilitación de los desplazamientos: No cabe duda de que la globalización aunque hace más énfasis en las facilidades mercantiles y financieras, ha contribuido a un cambio muy importante del paisaje migratorio. A través la globalización, no solo se han diversificado los flujos migratorios, sino también sus “stocks” (los modos de instalación de las personas inmigrantes en los países de destino); contribuyendo así, a las principales características de las actuales dinámicas migratorias. Por eso podemos hablar de un aumento casi sin fin del número de países afectados por la movilidad; la variedad de los flujos; otra variedad de `países receptores que de esa manera se enfrentan a similares movimientos de poblaciones. En general, los nuevos movimientos son diversos pero a la vez similares a países interesados en gestionar los nuevos flujos de reagrupación familiar, de estudiantes, de trabajadores (cualificados, de clase media, temporeros, de fronteras, etc.), de fuga de cerebros, solicitantes de asilo, inmigrantes irregulares, pero también de las distintas formas de instalación en la movilidad. Al mismo tiempo, surgen nuevas redes migratorias con el objetivo de dejar sin efecto los controles de los flujos que se apoyan sobre las migraciones económicas, culturales, sociopolíticas, étnicas, religiosas, transnacionales. Mientras, cambian también las condiciones de los países que pasan de ser emisores a receptores de inmigrantes, otros como países de tránsito. Aunque podemos afirmar que la globalización permite un aumento de los flujos migratorios hacia más países de todos los continentes, debemos recordar también que la mayor parte de la población mundial es inestable, porque las redes migratorias todavía son insuficientes. Es una muestra del futuro crecimiento del fenómeno migratorio, mientras vayan creciendo las redes, pero también mientras se vaya observando más cercanía entre países hacia donde se puede 5 viajar pagando menos, con más información (a través los medios de comunicación), sobre su cultura y economía. 2.2. Factores que dificultan los desplazamientos: No hay que olvidar que contrariamente, existen otros factores que dificultan los desplazamientos, en esa era que podía ser la del boom de los flujos migratorios. Y es que los países han preferido controlar sus fronteras a través de medidas restrictivas, en vez de llevar a cabo una adecuada gestión de las migraciones. Entre las restricciones, podemos observar: la dificultad para la expedición de los visados, los controles policíacos o los cierres de fronteras. Entonces, mientras por un lado se habla de la libertad de movimiento, por el otro se justifica el derecho a defender las fronteras nacionales; mientras se facilita las salidas desde los países de origen (derecho reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948), se dificulta las entradas en los países de destino, mediante exigencias en la obtención de visados. Podemos hablar de varios criterios discriminatorios que cada vez más dificultan la selección de candidatos a la emigración. 2.3. La paradoja de la inmigración: Paradójicamente, se sigue criticando la posición de otros países que no otorgan el derecho de salida de sus ciudadanos, acusándolos de violadores de derechos humanos. Y los ciudadanos de dichos países tienen que enfrentarse a una doble lucha contra la violación de sus derechos, tanto en sus países de origen, como en los de destino. Muchos de los países receptores solo aparentan ser respetuosos de los derechos de las personas inmigrantes, cuando lo que hacen es privilegiar los derechos de los que más poder tienen, los que tienen dinero (el poder económico, o la politización del tema migratorio). Tener posibilidades económicas, o la suerte de que sea originario de un país considerado como enemigo político, puede abrirle rápidamente las puertas de entrada en otro país (aunque sea por los primeros momentos, porque las situaciones políticas pueden cambiar). Es la política de prepotencia acompañada por la conveniencia. De lo contrario, lo que se está reivindicando son los derechos de los que no pueden salir de sus países, mientras se les prohíben sus derechos a entrar en otros países. ¿De qué derechos humanos se habla entonces desde Europa? ¿Qué derechos humanos se defienden? Sin duda, se trata de los derechos para salir de los países de origen, sin tener que entrar en otros países; los derechos de seguir estando sin derechos”. 6 Por eso en ocasiones, los potenciales candidatos a la emigración pueden incluso realizar varios viajes sin alcanzar sus objetivos de entrar o quedarse en los países de destino. Una vez planificado el viaje, es difícil desistir, mientras no se logre alcanzar el objetivo de llegar al destino. Otros, salen de sus países, y sin poder llegar a su destino, llevan varios años viviendo en países de destino (el caso de los subsaharianos en Marruecos, por ejemplo). Por su parte, los solicitantes de asilo que generalmente huyen tanto la pobreza como el no respeto de sus derechos, se ven cada vez más rechazados en sus intentos de alcanzar la libertad. En esos casos, los rechazados corren otros tipos de peligros, debido a la desprotección que acompaña sus aventuras cuando ni están en sus países, ni son aceptados en los países de tránsito. Como ejemplo está el caso de los subsaharianos atrapados en Marruecos, después de sus múltiples intentos de llegar a España. Muchos de ellos, sin poder llegar a su destino, son víctimas de vejaciones, de humillaciones, y viviendo en situaciones de vulnerabilidad tan peligrosas que les pueden costar la vida. 3. Derechos humanos, o cuando los inmigrantes tienen que resolver sus problemas: Aunque en la actualidad se suele hablar de libertad de movimiento, de derechos humanos, y otros términos relacionados con la democracia, la realidad de las fronteras demuestra lo contrario. Anteriormente, a través de las fronteras se podía hacer una distinción entre el migrante y el que se queda en su país, entre el trabajador inmigrante y el refugiado; pero ahora es difícil hacer esa distinción. Ya los países receptores no admiten a los demandantes de asilo que difícilmente pueden demostrar que están perseguidos. Cada vez más disminuye el número de refugiados aceptados en Europa. Pero al mismo tiempo, los problemas relacionados con la inmigración, son cada vez más ignorados, como si los propios inmigrantes fueran los encargados de resolver sus problemas que son diversos (se relacionan principalmente con el empleo, la vivienda, la educación, la sanidad), pero encima se les exige un buen comportamiento, para integrarse en la sociedad receptora. De manera más clara y precisa, y para que se entienda mejor, las personas inmigrantes solo representan un problema para la sociedad receptora, sobre todo en tiempos de crisis. Frente a esa situación, no faltan discursos conscientes de personas autóctonas proinmigrantes o militantes que tratan de comprender y visibilizar los problemas de las personas inmigrantes. A pesar de todo, difícilmente se entiende las razones que acompañan los flujos migratorios. La diversidad de las causas y las razones determinantes de las emigraciones y las inmigraciones, las implicaciones económicas para los países de origen y de destino, no parecen tener mucha importancia. Las personas inmigrantes están abandonadas a su suerte, tanto en sus países de origen 7 (donde su salida representa un alivio), como en los países de destino (donde constituyen un problema para la sociedad autóctona). 3.1. Trato distinto hacia la inmigración extracomunitaria: Las políticas europeas, generalmente hacen una distinción entre la migración europea y la extracomunitaria, porque tienden a ser convergentes en ese caso donde exigen más controles para las personas provenientes de países extracomunitarios. Por ser un ejemplo representativo de los países de la Unión Europea hacia otros países, el de Francia sobre la política migratoria puede ayudarnos a entender el caso. Veamos: La política migratoria francesa no considera como inmigrante (en el sentido más estricto de la palabra) a la ciudadanía europea, porque Europa (principalmente de la Unión Europa) admite la libre circulación y establecimientos de los ciudadanos. Por lo general, la Unión Europea exime a la ciudadanía de una autorización de residencia, salvo que sea algo exigible. Por eso, la exigencia de un permiso de residencia se hace incluso a los países europeos en tránsito hacia la Unión Europea. Para la ciudadanía extracomunitaria, se puede observar varias categorías de permisos de residencias, que son las siguientes: la humanitaria, la de reagrupación familiar, la de inmigración laboral (económica), de inmigración estudiantil, y otras. Algunas de las categorías poseen a su vez unas sub-categorías a la hora de otorgarse los permisos de residencia. Así, podemos observar sub-categorías como: La económica o de la inmigración laboral: competencias y talentos, activos no asalariados, científicos, artistas, asalariados, temporeros. la de reagrupación familiar: familia de autóctonos, miembro de familia, lazos personales y familiares. La humanitaria: refugiados apátridas, exiliados o protección subsidiaria, enfermos, y víctimas de trata de seres humanos. Otras sub-categorías: visitantes, entradas de menores, rentas accidente de trabajo, ex combatientes, pensionados, y otros motivos. Un análisis de esas categorías de permisos de entrada realizado entre los años 2007 y 2012 ha permitido observar las tendencias recientes, que son las siguientes: una estabilidad en cuanto a las migraciones humanitarias y de reagrupación familiar, un notable crecimiento consecuente en las migraciones laborables y estudiantiles, haciendo de esas últimas, unas categorías a la baja después de 2012. Es lo que podemos observar en el siguiente cuadro. Primeros permisos de entradas en entrada en Francia de extracomunitarios: 8 Categorías/Años Laboral Familiar Estudiantil Humanitaria Otras Total 2007 11. 751 87. 537 46.663 15.445 10.511 171.907 2008 21. 352 83 465 52.163 17.246 9.667 183.893 2009 20.181 85.715 58582 18.581 11.342 194.401 2010 18.287 83.178 65.271 18.220 11.571 196.507 2011 17.821 81.171 64.926 17.487 11.627 193.031 2012 16.921 86.777 59.152 18.842 11.963 193.655 Elaboración propia a partir de datos del Instituto Nacional de Estadísticas de Francia: Una rápida mirada de la tabla nos permite deducir que a pesar de observar un ligero aumento del total de los permisos de entradas, esos permisos se han otorgados en base a criterios según los cuales las inmigraciones tanto laboral, de reagrupación familiar y estudiantil han ido disminuyendo desde el año 2009; pudiendo observar dicha disminución en el caso de la inmigración laboral, a partir de 2008 (coincidiendo quizás con el inicio de la crisis en Francia), cuando el pico de ese crecimiento fue en el año 2008. Hay que recordar que se ha rechazado tanto en Francia como en España, se ha rechazado la existencia de la crisis, que finalmente se ha desatado primero en España, y luego en Francia. Los permisos de trabajo y de residencia para la población inmigrante pueden servir también como variables de medición de la crisis. Las categorías donde más han aumentado los permisos de entradas han sido las humanitarias y otras categorías; demostrando que los países receptores pueden hacer mejor a favor de la entrada de inmigrantes si se lo proponen. 3.2. El supuesto “miedo” hacia las personas inmigrantes: Como el miedo en las ciudades, todos los demás problemas se relacionan con la inmigración, y a su vez, han entrado en el debate público, en todas las sociedades receptoras europeas. Paradójicamente, a pesar de la importancia que han adquirido, a la hora de abordarse a través del discurso común, pero también de parte de expertos, los problemas relacionados con la inmigración, son considerados únicamente como problemas de las personas inmigrantes. Importa poco que venga del Congo, de Bolivia, o de otros países fuera de la Unión europea, lo importante es que el inmigrante tiene que arreglárselo para conseguir su contrato de trabajo, un lugar donde vivir, etc., en resumen, tiene en sus manos la responsabilidad de residir o de ser expulsado del territorio. Y aunque de vez en cuando militantes pro-inmigración y expertos estudian cómo comprender y hacer conocer las condiciones de vida de las personas inmigrantes, la sociedad receptora mayoritariamente solo se interesa de los problemas derivados de la inmigración, para de esa manera culparle a la inmigración de todo lo anda mal. Para la mayoría de las sociedades receptoras de inmigrantes, si existen problemas, la 9 inmigración es la causante; y la ecuación es la siguiente: “inmigración igual problemas”. Pocas veces la cuestión de los flujos migratorios es abordada en su conjunto, de manera global. Como ejemplo, a pesar de que existe poca duda sobre la diversidad de las causas y razones, pero también sobre las condiciones económicas de los países emisores de emigrantes, raras veces se quiere abordar esas cuestiones. Tanto desde el origen como en el destino, las personas inmigrantes son solamente responsables de sus problemas, y nadie más. Ahí radica principalmente la impotencia vital de las personas inmigrantes: la de no saber a quién acudir frente a un problema. La solución más fácil en esos casos es siempre la misma: ¿por qué no retornan a sus países? Pero, ¿quién se atreve a retornar a un país de donde ha salido desde hace varios años, y donde solo le esperan si es exitoso? Por eso, en vez de culpabilizar a las personas inmigrantes, el problema migratorio debe abordarse para: 1. Ofrecer datos sobre la cuestión migratoria, y llevar a cabo un estudio integral sobre las migraciones internacionales (en ese caso hacia la Unión Europea, y desde países extracomunitarios). 2. Permitir una mayor accesibilidad al gran público (que se permita también la participación de los protagonistas) a los debates sobre las migraciones entre países extracomunitarios y Europa. 3. Crear oportunidades suplementarias no solo para abordar el tema migratorio, sino también que permitan hablar sobre relaciones entre el Norte y el Sur, ya que no cabe duda que esas relaciones son cada vez más ventajosas para algunos, en contra de otros. Esas relaciones afectan directa o indirectamente a las personas inmigrantes. 4. Entender entonces que la selección de personas admitidas a emigrar hacia Europa, no solo debe dirigirse hacia personas trabajadoras “escogidas” para resolver las necesidades de crecimiento de la Unión Europea; sino también que se trata de una selección que no crea problemas en los países de origen, vaciándolos de su capital humano, necesario para cada país. Aquí, se trata de que tanto los países de origen como los de destino y las propias personas inmigrantes, puedan beneficiar de los procesos migratorios. 5. Finalmente, que la cuestión migratoria no solo atañe a los países destinatarios de la Unión Europea, sino que cuestiona también a los países emisores, que tienen algo que decir. Es una manera de facilitar las salidas y las entradas de las personas, desde y hacia sus países; para que nadie tenga miedo cuando decida viajar. En pocas palabras, es para que viajar libremente sea efectivamente un derecho humano sostenible en el tiempo, eliminando así las barreras y las denominadas “mafias”. 10 4. La inmigración frente al auge de la xenofobia: Aunque siempre ha existido una xenofobia latente en Europa, ésta parece despertarse con la crisis que hace resurgir el descontento social, dejando una clase política desorientada; pero sobre todo, cediendo el paso a los que rechazan tanto a la globalización (a favor del proteccionismo), como al liberalismo (a favor del nacionalismo). En pocas palabras, Europa vive el auge de una ultraderecha que va ganando terreno, debido a la crisis y la decepción que genera en la sociedad. En efecto, las próximas elecciones europeas parecen llevarse a cabo mientras se instala cada vez más una inquietud en la sociedad. Empezando por los dirigentes de los partidos tradicionales que ven bascular sus votantes hacia la ultraderecha, hasta la ciudadanía manipulada por esa corriente con el pretexto de defender su seguridad, y la propuesta de una presunta “mano dura” contra el aumento de la inmigración 2, una inmigración que a pesar de la crisis (o aun debido a la crisis) ha de ver sus derechos humanos garantizados y respetados. Muchas veces se trata de no mencionar directamente a la inmigración, sino de las mafias que la provocan; olvidando que las prohibiciones también hacen aumentar las mafias. 4.1. Los principales focos europeos de la xenofobia:: Aunque recalcamos una generalización del miedo que favorece el auge de la ultraderecha, en Europa existen unos focos candentes de xenofobia. Al mismo tiempo, si la principal razón parece ser la crisis, cada país presenta sus particularidades, diferentes a la de España por ejemplo, donde la ultraderecha no tiene tanta fuerza (al menos públicamente) porque está absorbida por el PP. Los demás países donde la ultraderecha inquieta son los siguientes: 4.1.1. Francia: El espacio electoral se está reduciendo a favor del Frente Nacional, uno de los partidos de la ultraderecha europea con más historia, de tradición familiar (el lepenismo), que se trasmite, se hereda de padre (Jean-Marie Le Pen, Presidente del Partido hasta 2011) a la hija (Marine Le Pen, Presidente del Partido desde enero de 2011). Estamos hablando entonces de un partido que dispone de varios medios necesarios para reformarse, para sobrevivir después de sus innumerables escándalos, generalmente 2 Datos del Eustat del año 2010 confirmaban la presencia en Europa de 31 millones de personas provenientes de países no pertenecientes a la Unión (de extracomunitarios). Y a pesar de la crisis, un supuesto retorno masivo de inmigrantes a sus países de origen no se ha observado. 11 causados por sus pronunciamientos xenófobos, principalmente contra personas extracomunitarias. Por esa conducta, fue condenado por un delito de apología de crímenes de guerra, pero también de negación de crimen contra la humanidad. La desorientación de los votantes lepenistas es de tal envergadura que entre ellos se puede encontrar personas de diversas ideologías. Pero su principal características es la de no pertenecer a ninguno de los partidos de izquierdas y de derechas: son los ninistas, la mayoría, jóvenes y obreros de las periferias de las ciudades. Siendo así, no es sorprendente encontrar a personas extranjeras, entre esa amalgama de votantes. 4.1.2. Holanda: El representante de la ultraderecha holandesa es Geert Wilders, del actual Partido por la Libertad (PVV), su propio partido, después de separase en el año 2004 del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) por el que llegó a ser diputado en el año 1998. Wilders también llegó a ser parte de la tercera fuerza política de su país en 2010, utilizando la xenofobia y obligando a dimitir al entonces primer ministro Mark Rutte (con el que anteriormente compartió gobierno) con los seis escaños logrados. Una de las características de los populistas europeos es su gran deseo de constituir alianzas. Wilder no abandona ese sueño, y toda actuación (aunque fuera la más ridícula) para alcanzar su objetivo, acercándose a todos los que puedan compartir sus ideas (empezando por Marine Le Pen. Sobre él, se ha dicho en El País3: “En los Países Bajos, Wilders, que es más un hombre-espectáculo que un dirigente de un partido real ya ha formado parte del Gobierno, lo que brinda una pátina de legitimidad a Le Pen simplemente al constituir una alianza con ella”. Y sobre las características de los partidos de extrema derecha en Europa, El País añade que se parecen al Tea Party que se encuentra dentro del Partido Republicano de Estados Unidos, ya que se caracterizan por un racismo y una xenofobia encubiertos. Esa característica les permite esconder sus intensiones, de anti-europeístas por ejemplo, a ser luchadores encarnizados de las causas europeas. Lo mismo que hace el Tea Party cuando le pregunta sobre su racismo, exhibiendo la composición de sus miembros de 89% de blancos y solo un 1% de negros, en un país caracterizados por su diversidad cultural y que ha elegido como presidente a un negro. 3 El País, artículo de Dominique Moisi, bajo el título: “Los antieuropeos de Europa” del 25 de noviembre de 2013. Consultar en: http://elpais.com/elpais/2013/11/25/opinion/1385405271_247726.html 12 4.1.3. Noruega: En el año 2009, otra mujer (Siv Jensen) alcanzó el 22% de los votos, liderando el Partido del Progreso (principal partido de la oposición en Noruega). Su campaña electoral se centró en la lucha contra la islamización de su país; por eso propuso limitar los flujos migratorios de países extracomunitarios. Sin embargo, se apartó de las actuaciones de Anders Breivik, autor de los atentados de Utoya, que militó en su partido hasta el año 2006 antes de ingresar en otro partido (la Liga de la Defensa). Por su semejanza con el caso francés (los dos partidos y sus dirigentes), Siv Jensen es considerada también como la Marine Le Pen noruega. Por eso al anunciar su coalición con el partido conservador, los demás partidos no esconden su descontento ante el posible aumento de la xenofobia (pero sobre todo el anti-islamismo). 4.1.4. Otros países europeos: El crecimiento de la extrema derecha afecta a muchos otros países europeos, pudiendo destacar los siguientes: Austria, donde destacan dos partidos: el del fallecido Haider (el FPO, el Partido de la Libertad de Austria) y otro partido también formado por él en el año 2005 (el BZO, Alianza para el Futuro de Austria). Italia y Alemania, donde los apoyos a la ultraderecha siguen siendo mínimos, a pesar de su pasado fascista. En Italia está la Liga Norte que se ha pronunciado en contra de la inmigración, mientras en Alemania la región de Baviera quiere optar por el renacimiento de la ideología nazi. 5. La inmigración frente a la constitución europea: Aunque inicialmente ninguna política europea recogía la cuestión migratoria (tanto la Comunidad Económica Europea, como la Unión Europea en sus principios no parecen interesarse por la inmigración), otras cuestiones muy relevantes para la Unión han obligado (poco a poco) a su incorporación. Europa no podía dejar de lado el tema de la libre circulación de personas por ejemplo, cuando algunos de sus Estados miembros se han visto confrontados a problemas (migratorios) que no sabían resolver solos. Por eso surgió en 1985 el Acuerdo de Schengen, mediante su convenio de aplicación en 1990; aunque en el año 1999, llegó el Tratado de Amsterdam4, para expresamente hablar de: 4 El Tratado de Amsterdam en vigor desde 1999, se hace conocer por esa nueva mención que hace en el Tratado Constitutivo de la Comunidad Económica Europea, abogando por la libre circulación de las personas. 13 “visados, asilo, inmigración, y otras políticas relacionadas con la libre circulación de las personas”. Según establecía el Tratado de Amsterdam, desde su entrada en vigor (en 1999), hasta cinco años después (en 2004), los Estados miembros se veían obligados a tomar medidas que garantizaran la ausencia de controles en las fronteras, pero también adoptar normas relativas a la entrada y establecimientos de personas extracomunitarias (cuando la estancia fuera de más de tres meses). Uno de los aspectos más importantes del Tratado de Amsterdam, es el relacionado con “la creación de un espacio de libertad, seguridad y justicia”. Todo ese deseo de la Unión Europea se ha visto afectado por los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando se han reforzado los sentimientos de inseguridad y de miedo, en casi todas las sociedades receptoras de inmigración. Y a partir de ahí, observamos que: Lo que ha venido haciendo la Unión Europea, ha sido aprobar algunas normas (sobre reagrupación familiar y el reconocimiento de las personas extracomunitarias en residencia de larga duración, de ciudadanos extracomunitarios. Que en realidad, la elaboración de esas normas se caracteriza por su lentitud, ya que a pesar de que tiene el derecho de adoptar las normas, permite que sean los Estados los encargados de presentar sus exigencias, dificultando y/o imposibilitando la renovación de las leyes. Debido a que las normas europeas se adoptan por unanimidad a través de su Consejo, cualquiera de sus Estados miembros tiene derecho de veto, convirtiendo primero las normas en un mínimo común; pero luego, en decisiones propias de los respectivos Ministerios del Interior, ya que el Parlamento europeo solo sirve para ser consultado. Por otra parte, muchas de las normas relativas al control de la circulación, estancia de personas irregulares, de persecución del tráfico ilegal de personas (lo que generalmente se denomina como “mafias”) se concretan, a pesar de reconocer su conveniencia en la toma de iniciativas conjuntas. En general, los intereses de los Estados se encuentran enfrentados. Podemos observar que en la práctica, las propias leyes dificultan ese reconocimiento, dejando a varias personas sin derecho a nada. 5.1. Las normativas europeas sobre o en contra de la inmigración: Sobre el tratamiento de la inmigración, los proyectos de Tratado Constitucional de la Unión Europea, vienen caracterizándose por sus ambigüedades, arrastrando algunas reliquias del pasado dejando de lado los problemas que afectan a la inmigración, 14 mientras quieren implantar importantes cambios en los procedimientos normativos. Como ejemplo, mientras pretendían una plena comunitarización de la normativa y las políticas a través de algunos artículos5 que aseguren la “política común en materia de asilo, inmigración y control de fronteras exteriores”, no se dice casi nada sobre los derechos y los estatutos jurídicos de los trabajadores extracomunitarios. Como si fuera poco, en la parte II sobre la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión, no se quiso mencionar esos derechos, explicando que la primera Carta aprobada en Niza no ha querido abordar el tema de la inmigración por constituir una polémica, pero también de poca importancia en aquella época. No se ha querido entonces reabrir dicha la discusión para no complicar su aprobación. De esa manera, la Unión Europea parece aceptar la inmigración en el apartado de “competencias y políticas públicas”, sin reconocer sus “derechos y libertades”, pero tampoco aborda el tema sobre las orientaciones de sus principios fundamentales. Sí, las normativas europeas abordan el tema migratorio, sin querer mencionar directamente las posibilidades existentes para la defensa de los derechos de las personas inmigrantes; sino que se limitan a hablar solamente sobre: “Las condiciones laborales equivalentes” a las que disfrutan los extracomunitarios “autorizados a trabajar en los Estados miembros”. No parece hablar de la inmigración en su conhunto. La protección del inmigrante frente a las expulsiones colectivas que están prohibidas6, y otros tipos (de devolución, expulsión, extradición) que puedan traducirse en riesgo de pena de muerte, tortura, o trato inhumano, etc. 5.2. Siempre han existido medios: Como se puede observar, existen posibilidades para que sean respetados aunque sea mínimamente, los derechos de las personas inmigrantes. Pero Europa, aunque aborda el tema de la regulación, lo hace de manera silenciosa, como si no quisiera favorecer la aplicación de los derechos de las personas provenientes de terceros países. Como si no quisiera que sus ciudadanos supieran que son iguales a los inmigrantes. Una de las exigencias dirigidas hacia la Unión Europea en materia de inmigración, tendría que ser entonces, el reconocimiento oficial de los derechos de las personas inmigrantes, por el estatuto jurídico. Pero si esos derechos deben ser recogidos por la Constitución europea y las constituciones nacionales, lo importante para reconocer los derechos de las personas 5 Artículos III-153 y siguientes sobre la “política común en materia de asilo, inmigración y control de fronteras exteriores”, y el artículo III-163 sobre políticas migratorias y de asilo. 6 A nivel internacional, existe el principio de “non refoulement” (no expulsión o extradición, en francés) al que Europa se refiere y exige cuando le hace falta para sus intereses. También, el artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, incluye la posibilidad de dirigirse al Defensor del Pueblo. En ambos casos, se subraya el derecho de petición al tratarse de una persona física que reside en un Estado miembro. 15 inmigrantes, es la comparación de sus derechos con los de los nacionales; lo que permite que sean tratados como personas (unos derechos reconocidos para todas las personas, sin tener en cuenta su origen). Por otra parte, tratándose de personas trabajadoras y ciudadanas, ampliar sus derechos sociopolíticos y de voto. Mientras tanto, hay que reconocer que todavía falta mucho para alcanzar el ideal de una posible concesión de la ciudadanía europea a los extracomunitarios residentes en cualquier Estado miembro, mientras las políticas estén encaminadas hacia los intereses económicos de los países miembros. La solución solo vendrá de parte del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para que adopten las normativas necesarias para el reconocimiento de los derechos de las personas inmigrantes en el sistema jurídico europeo. Solo en esas condiciones podemos hablar de una presunta igualdad en los derechos que no distingan extranjeros y autóctonos. Pero antes, como una manera de abordar las migraciones desde los países de origen, siempre teniendo en cuenta los siguientes aspectos: El marco normativo de extranjería y su carácter inestable. Poder entrar legalmente por motivos laborales, de estudios, humanitarios, etc. La manera de facilitar los visados y el control de frontera: la expedición de los visados y el control de la inmigración irregular. Los permisos de residencia y las autorizaciones para trabajar. Los casos no admitidos a trámites y las campañas de regularización o de “normalización”. 6. Nuestras propuestas: Después de todo, lo que hay que retener es: que: 1. Frente a la homogeneidad a la que se aferran los Estados, la mayoría de las sociedades civiles se han constituido históricamente a partir de una multiplicidad de etnias y culturas que han resistido generalmente las presiones burocráticas hacia la normalización cultural y la limpieza étnica. La diversidad cultural se hace intangibles incluso en sociedades, como la japonesa o la española, supuestamente étnicamente muy homogéneas. 2. Las personas inmigrantes inicialmente consideradas como buscadoras de trabajo, como principal causa de su desplazamiento, se ven afectadas por otros problemas relacionados con la reagrupación familiar, la sanidad, la vivienda, la educación de sus hijos, su propia formación, su relación con la cultura y la religión, pero también su participación en sociedades con cambios, que se resisten a admitirlos. 16 3. En Europa donde crecen las áreas de segregación, crecen también los votos de las corrientes populistas, como forma de defensa de las minorías discriminadas, en su desesperación para mejorar sus condiciones de vida. Es que la noción de “ciudad” han surgido fundamentalmente por la necesidad que tienen que tienen los distintos grupos humanos de garantizar su seguridad. 4. Al paso del tiempo, tanto a nivel europeo, como a nivel mundial, los flujos migratorios han ido caracterizándose por su diversidad, haciendo que detrás de cada persona migrante esté un tipo diferente de migración. 5. Varios nuevos factores (la globalización, el fin de prohibiciones de salidas) han contribuido a la atracción y a los nuevos dibujos migratorios; y no solo se difieren de la antigua forma de migrar para trabajar, sino que han cambiado también las relaciones entre los países emisores y los receptores. 6. En general, los nuevos movimientos son diversos pero a la vez similares a países interesados en gestionar los nuevos flujos de reagrupación familiar, de estudiantes, de trabajadores (cualificados, de clase media, temporeros, de fronteras, etc.), de fuga de cerebros, solicitantes de asilo, inmigrantes irregulares, pero también de las distintas formas de instalación en la movilidad. 7. Pero paradójicamente, se sigue criticando la posición de otros países que no otorgan el derecho de salida de sus ciudadanos, acusándolos de violadores de derechos humanos. Y dichos ciudadanos tienen que enfrentar una doble lucha contra la violación de sus derechos, tanto en sus países de origen, como en los de destino. 8. En la actualidad se suele hablar de libertad de movimiento, de derechos humanos, y otros términos relacionados con la democracia, pero la realidad de las fronteras demuestra lo contrario. 9. Ya los países receptores no admiten a los demandantes de asilo que difícilmente pueden demostrar que están perseguidos. Cada vez más disminuye el número de refugiados aceptados en Europa. Pero al mismo tiempo, los problemas relacionados con la inmigración, son cada vez más ignorados, como si los propios inmigrantes fueran los encargados de resolver sus problemas. 10. Frente a esa situación, no faltan discursos conscientes de personas autóctonas o militantes que tratan de comprender y visibilizar los problemas de las personas inmigrantes. A pesar de todo, difícilmente se entiende las razones que acompañan los flujos migratorios. 11. Las próximas elecciones europeas parecen llevarse a cabo mientras se instala cada vez más una inquietud en la sociedad. Empezando por los dirigentes de los partidos tradicionales que ven bascular sus votantes hacia la ultraderecha, hasta la ciudadanía manipulada por esa corriente con el pretexto de defender la seguridad nacional, y la propuesta de una presunta “mano dura” contra el aumento de la inmigración. 12. El trato reservado a las personas inmigración, en los proyectos de Tratado Constitucional de la Unión Europea, vienen caracterizándose por sus ambigüedades, arrastrando algunas reliquias del pasado y dejando de lado los problemas que afectan a la inmigración, mientras quieren implantar importantes cambios en los procedimientos normativos. 13. Existen posibilidades para que sean respetados aunque sea mínimamente, los derechos de las personas inmigrantes. Pero Europa, aunque aborda el tema de 17 la regulación, lo hace de manera silenciosa, como si no quisiera favorecer la aplicación de los derechos de las personas provenientes de terceros países. Como si no quisiera que sus ciudadanos supieran que son iguales a los inmigrantes. Souradjou ALI e-mail: [email protected] 18