Las primeras iglesias cristianas (179831)

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Las primeras iglesias
cristianas
A la muerte de Jesus, sus discípulos y seguidores apenas
alcanzaban mas de unas docenas, pero, a finales del siglo
IV, el Imperio Romano era mayoritariamente cristiano. El
mayor crecimiento de cristianos tuvo lugar durante el siglo
IV, gracias al el Edicto de Milán del año 313 d.C. en el
que el Constantino, emperador romano, declaraba la
tolerancia contra esta religión y comenzaba a fomentar y
apoyar al cristianismo en un intento por beneficiarse
políticamente del aumento de seguidores.
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A la muerte de Jesus, sus discípulos y seguidores apenas alcanzaban
mas de unas docenas, pero, a finales del siglo IV, el Imperio Romano era
mayoritariamente cristiano. El mayor crecimiento de cristianos tuvo
lugar durante el siglo IV, gracias al el Edicto de Milán del año 313
d.C. en el que el Constantino, emperador romano, declaraba la
tolerancia contra esta religióny comenzaba a fomentar y apoyar al
cristianismo en un intento por beneficiarse políticamente del aumento de
seguidores.
Los primeros seguidores del cristianismo
fueron judíos. Se tenían por una secta del judaísmo y continuaban
acudiendo rezar al Templo. Pero tras la caída de Jerusalen en el año
70, las divisiones en la comunidad se acentuaron. Estas divisiones ya
habían aflorado poco tiempo después de la muerte de Jesús y llevarían a
una serie de agrios debates y posteriores persecuciones que no hicieron
mas que poner de relieve el poder que supone una religión “oficial” y/o de
Estado.
Estas primeras disputas y divisiones ya se dieron en los mismos inicios
del cristianismo. La por entonces constituida iglesia trató de solventarlos
mediante la convocación de concilios ecuménicos, concilios que
representan a toda la iglesia. Al mismo tiempo ciertos grupos desde un
primer momento fueron calificados como herejes. Entre estos primeros
grupos de herejes se encontraba el Simonianismo, el Nicolaitanismo, los
Judaizantes, el Gnosticismo, el Marcionismo, el Montanismo, el Alogi, el
Mandeanismo, el Monarquianismo, el Nestorianismo, el Apollinarianismo,
el Docetismo y el Arrianismo
El Arrianismo constituyó una grave amenaza para la supremacía
católica y por ello fue perseguido y sus escritos eliminados de la
historia. Constantino se implicó en la persecución del arrianismo, un
movimiento cuyos pilares teológicos se han deducido en parte gracias a
los argumentos que Atanasio de Alejandría postulaba contra las
creencias de Arrio. Este pensaba que que Jesús fue creado por Dios y
“Hubo un tiempo donde el Hijo no lo era”.
Otra corriente destacada que tuvo un gran seguimiento e influencia fue el
Gnosticismo. El Gnosticismo era un movimiento filosófico – religioso
griego que no era un secta del cristianismo sino que desarrolló casi
en el mismo periodo que se desarrollo el cristianismo. Aunque
muchos de los seguidores de este movimiento eran cristianos,
enseñaban un compendio de los tipso de creencias. Ello llevó a una serie
de destacadas disputas en la iglesia de los origenes. Los gnosticos, a
diferencia de la corriente principal del cristianismo ortodoxo, que
interpretaba literalmente los evangelios, tendían a leer estos como una
alegoría. Esto provoco que un mayor número de seguidores se decantara
por la rama ortodoxa.
El Mitraismo, prohibido por decreto de
Teodosio en 391, fue un ejemplo de cómo los seguidores de
creencias que fueron prohibidas, terminaron convirtiéndose en
cristianos de diferentes ramas. Otros cultos que adoraban a
personajes del entorno de Jesús surgieron pero de forma mas reducida.
Tal fue el caso del Mandaeanismo, una religión gnóstica que adoraba a
Juan el Bautista en vez de a Jesús.
El emperador Juliano, conocido como “el Apóstata” debido a su rechazo
del cristianismo se convirtió al Mitraísmo y al Neoplatonismo.
El maniqueísmo es otra de las antiguas religiones que terminó
desapareciendo por el acoso de las nuevas religiones. Sin embargo
aunque la mayoría de los escritos de su fundador el profeta Mani se han
perdido, ciertos expertos argumentan que su influencia continúa a través
de los escritos de Agustín de Hipona, el cual se convirtió al cristianismo
desde el Maniqueísmo. Los escritos de Hipona, siguen teniendo una
destacada influencia entre teólogos católicos y protestantes. Los
seguidores del maniqueismo se caracterizaron por tratar de fundir todas
las tradiciones religiosas conocidas en su fe, de ahí que se conserven
muchos trabajos apócrifos cristianos que de otra forma no habrían
llegado hasta nosotros. El fundador del maniqueísmo, Mani, se declaraba
como “discípulo de Jesucristo”, algo que la iglesia ortodoxa no tardo en
calificar como de herejía.
El Arrianismo y el Gnosticismo pueden considerarse como dos de
las mas importantes herejías o corrientes de pensamientos que
diferían del cristianismo “oficial” romano. Sin embargo, se dieron una
multitud de sectas y creencias cristianas o con influencias de este tipo
que proliferaron durante los primeros siglos después de Cristo. Arrio, un
humilde sacerdote que vivió entre los años 250 y 336 sugería que Jesús
y Dios constituía entidades diferentes. Aunque Jesús se encontrara más
cerca de Dios que ningún otro humano, nació humano y no divino como
postulaba la ortodoxia. Jesús por lo tanto, no tenía una existencia previa,
de lo que se derivaba que este no era Dios, y sólo una persona parecida
o semejante a Dios. La opinión de Arrio sobre la no divinidad de
Jesús quedaba marcada por la necesidad de evitar reconocer la
deidad de Cristo para no poner al cristianismo en una posición de
culto similar a las antiguas religiones paganas ya que si se
reconocía dos dioses separados, el Padre y Jesús, el cristianismo
podría convertirse en una religión politeísta.
Las controversias teológicas derivadas de
Arrio y que se vieron reflejadas en otros cultos de la época, inducian a un
preguntas tales como ¿era Cristo divino, humano, un ser angélico
creado, o más allá de una simple clasificación en una categoría?. Tales
controversias no hicieron sino agravar las profundas divisiones y a
incrementar la complejidad de las discusiones de las cuales el pueblo
llano quedaba al margen sin capacidad de opinar ni entendere lo que
postualaba cada parte.
Todas estas discusiones llevaron a la necesidad de plasmar sobre el
papel la doctrina “verdadera” y será durante los siglos IV y V
cuando la Iglesia establezca sus creencias sobre Dios y Jesus en
una compilación de declaraciones doctrinales mediante las cuales se
buscaba no sólo prohibir los puntos de vista hereticos o no aceptados por
la obispos de Roma sino proveer de un instrumento “normalizado” que
permitiera a frailes y misioneros expandir la palabra de Dios al pie de la
letra romana.
El concilio de Nicea por ejemplo empezó a establecer dogmas como
el de la Trinidad y la Encarnación en el año 325. Dichos dogmas no
llegarían a estar del todo aprobados hasta un siglo más tarde se
celebrara el concilio de Calcedonia en el año 451. Gracias a estos
primeros concilios la Iglesia primitiva establecía a la cristiandad una serie
de postulados que no podrían ser cuestionados en adelante. Haría falta
la llegada de la Reforma en el siglo XVI para que nuevas comunidades
de cristianos establecieran sus propios dogmas y se apartaran de la
tutela esclusiva que ejercia con toda autoridad la iglesia católica romana.
A pesar de siglos de diferencias teológicas, persecuciones e
inquisiciones, el cristianismo se ha mostrado como una religión que no
sólo ha mantenido las cotas de poder que alcanzó antaño sino que aún
hoy en día constituye una referencia ineludible para millones de
seguidores esparcidos por todo el mundo.
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