Las primeras iglesias cristianas A la muerte de Jesus, sus discípulos y seguidores apenas alcanzaban mas de unas docenas, pero, a finales del siglo IV, el Imperio Romano era mayoritariamente cristiano. El mayor crecimiento de cristianos tuvo lugar durante el siglo IV, gracias al el Edicto de Milán del año 313 d.C. en el que el Constantino, emperador romano, declaraba la tolerancia contra esta religión y comenzaba a fomentar y apoyar al cristianismo en un intento por beneficiarse políticamente del aumento de seguidores. A la muerte de Jesus, sus discípulos y seguidores apenas alcanzaban mas de unas docenas, pero, a finales del siglo IV, el Imperio Romano era mayoritariamente cristiano. El mayor crecimiento de cristianos tuvo lugar durante el siglo IV, gracias al el Edicto de Milán del año 313 d.C. en el que el Constantino, emperador romano, declaraba la tolerancia contra esta religióny comenzaba a fomentar y apoyar al cristianismo en un intento por beneficiarse políticamente del aumento de seguidores. Los primeros seguidores del cristianismo fueron judíos. Se tenían por una secta del judaísmo y continuaban acudiendo rezar al Templo. Pero tras la caída de Jerusalen en el año 70, las divisiones en la comunidad se acentuaron. Estas divisiones ya habían aflorado poco tiempo después de la muerte de Jesús y llevarían a una serie de agrios debates y posteriores persecuciones que no hicieron mas que poner de relieve el poder que supone una religión “oficial” y/o de Estado. Estas primeras disputas y divisiones ya se dieron en los mismos inicios del cristianismo. La por entonces constituida iglesia trató de solventarlos mediante la convocación de concilios ecuménicos, concilios que representan a toda la iglesia. Al mismo tiempo ciertos grupos desde un primer momento fueron calificados como herejes. Entre estos primeros grupos de herejes se encontraba el Simonianismo, el Nicolaitanismo, los Judaizantes, el Gnosticismo, el Marcionismo, el Montanismo, el Alogi, el Mandeanismo, el Monarquianismo, el Nestorianismo, el Apollinarianismo, el Docetismo y el Arrianismo El Arrianismo constituyó una grave amenaza para la supremacía católica y por ello fue perseguido y sus escritos eliminados de la historia. Constantino se implicó en la persecución del arrianismo, un movimiento cuyos pilares teológicos se han deducido en parte gracias a los argumentos que Atanasio de Alejandría postulaba contra las creencias de Arrio. Este pensaba que que Jesús fue creado por Dios y “Hubo un tiempo donde el Hijo no lo era”. Otra corriente destacada que tuvo un gran seguimiento e influencia fue el Gnosticismo. El Gnosticismo era un movimiento filosófico – religioso griego que no era un secta del cristianismo sino que desarrolló casi en el mismo periodo que se desarrollo el cristianismo. Aunque muchos de los seguidores de este movimiento eran cristianos, enseñaban un compendio de los tipso de creencias. Ello llevó a una serie de destacadas disputas en la iglesia de los origenes. Los gnosticos, a diferencia de la corriente principal del cristianismo ortodoxo, que interpretaba literalmente los evangelios, tendían a leer estos como una alegoría. Esto provoco que un mayor número de seguidores se decantara por la rama ortodoxa. El Mitraismo, prohibido por decreto de Teodosio en 391, fue un ejemplo de cómo los seguidores de creencias que fueron prohibidas, terminaron convirtiéndose en cristianos de diferentes ramas. Otros cultos que adoraban a personajes del entorno de Jesús surgieron pero de forma mas reducida. Tal fue el caso del Mandaeanismo, una religión gnóstica que adoraba a Juan el Bautista en vez de a Jesús. El emperador Juliano, conocido como “el Apóstata” debido a su rechazo del cristianismo se convirtió al Mitraísmo y al Neoplatonismo. El maniqueísmo es otra de las antiguas religiones que terminó desapareciendo por el acoso de las nuevas religiones. Sin embargo aunque la mayoría de los escritos de su fundador el profeta Mani se han perdido, ciertos expertos argumentan que su influencia continúa a través de los escritos de Agustín de Hipona, el cual se convirtió al cristianismo desde el Maniqueísmo. Los escritos de Hipona, siguen teniendo una destacada influencia entre teólogos católicos y protestantes. Los seguidores del maniqueismo se caracterizaron por tratar de fundir todas las tradiciones religiosas conocidas en su fe, de ahí que se conserven muchos trabajos apócrifos cristianos que de otra forma no habrían llegado hasta nosotros. El fundador del maniqueísmo, Mani, se declaraba como “discípulo de Jesucristo”, algo que la iglesia ortodoxa no tardo en calificar como de herejía. El Arrianismo y el Gnosticismo pueden considerarse como dos de las mas importantes herejías o corrientes de pensamientos que diferían del cristianismo “oficial” romano. Sin embargo, se dieron una multitud de sectas y creencias cristianas o con influencias de este tipo que proliferaron durante los primeros siglos después de Cristo. Arrio, un humilde sacerdote que vivió entre los años 250 y 336 sugería que Jesús y Dios constituía entidades diferentes. Aunque Jesús se encontrara más cerca de Dios que ningún otro humano, nació humano y no divino como postulaba la ortodoxia. Jesús por lo tanto, no tenía una existencia previa, de lo que se derivaba que este no era Dios, y sólo una persona parecida o semejante a Dios. La opinión de Arrio sobre la no divinidad de Jesús quedaba marcada por la necesidad de evitar reconocer la deidad de Cristo para no poner al cristianismo en una posición de culto similar a las antiguas religiones paganas ya que si se reconocía dos dioses separados, el Padre y Jesús, el cristianismo podría convertirse en una religión politeísta. Las controversias teológicas derivadas de Arrio y que se vieron reflejadas en otros cultos de la época, inducian a un preguntas tales como ¿era Cristo divino, humano, un ser angélico creado, o más allá de una simple clasificación en una categoría?. Tales controversias no hicieron sino agravar las profundas divisiones y a incrementar la complejidad de las discusiones de las cuales el pueblo llano quedaba al margen sin capacidad de opinar ni entendere lo que postualaba cada parte. Todas estas discusiones llevaron a la necesidad de plasmar sobre el papel la doctrina “verdadera” y será durante los siglos IV y V cuando la Iglesia establezca sus creencias sobre Dios y Jesus en una compilación de declaraciones doctrinales mediante las cuales se buscaba no sólo prohibir los puntos de vista hereticos o no aceptados por la obispos de Roma sino proveer de un instrumento “normalizado” que permitiera a frailes y misioneros expandir la palabra de Dios al pie de la letra romana. El concilio de Nicea por ejemplo empezó a establecer dogmas como el de la Trinidad y la Encarnación en el año 325. Dichos dogmas no llegarían a estar del todo aprobados hasta un siglo más tarde se celebrara el concilio de Calcedonia en el año 451. Gracias a estos primeros concilios la Iglesia primitiva establecía a la cristiandad una serie de postulados que no podrían ser cuestionados en adelante. Haría falta la llegada de la Reforma en el siglo XVI para que nuevas comunidades de cristianos establecieran sus propios dogmas y se apartaran de la tutela esclusiva que ejercia con toda autoridad la iglesia católica romana. A pesar de siglos de diferencias teológicas, persecuciones e inquisiciones, el cristianismo se ha mostrado como una religión que no sólo ha mantenido las cotas de poder que alcanzó antaño sino que aún hoy en día constituye una referencia ineludible para millones de seguidores esparcidos por todo el mundo.